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BITÁCORA COLUMNA
por JJ Freeman
No sabemos si es por verdadera convicción y compromiso, o sólo de pose, que cada día surgen defensores de la vaquita marina, que por cierto en los últimos años no da señales de vida. En estas páginas se retoma el interés de autoridades de la Semarnat, de la Secretaría de Marina y de diputados, así como algunos científicos, además del regreso de un nuevo barco de Sea Shepherd, que se suma a la operación milagro para proteger a la carismática marsopa. Y en realidad, por lo que se ha sabido y visto, sólo un milagro podría salvarla de la desaparición. Ojalá que sí.
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Y en otro tema, nos estamos enterando, el último día del primer mes del año, gracias a un reportaje del sagaz periodista de Excélsior, Ernesto Méndez, que después de 18 años de operación, fue apagado el Sistema de Localización y Monitoreo Satelital de Embarcaciones Pesqueras (SISMEP), que ha sido uno de los íconos de la Conapesca y que ahora deja sin protección contra la pesca ilegal y las incursiones de piratas modernos, a los más de 11 mil 100 kilómetros de litorales en México, además de que pone en riesgo la vida de los tripulantes de dos mil 56 barcos, al quedar inservibles los trasmisores satelitales que tenían y las alertas de pánico que podían activar en caso de hundimientos, ataques o enfermos a bordo.
Dice Ernesto Méndez en su nota (https://www.excelsior.com.mx/nacional/conapesca-se-queda-sin-ojos-y-oidos-enel-mar-sistema-de-monitoreo-satelital-deja-de-operar) que por primera vez desde 2004, el SISMEP dejó de funcionar después de una licitación pública impugnada por realizarse “a modo”, ante el Órgano Interno de Control de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), dependiente de la Secretaría de la Función Pública (SFP).
Y sobre esta situación el abogado Rigoberto García Soto, señaló que “el SISMEP no solo amplió desde 2004 la capacidad del Estado para vigilar el cumplimiento de la ley, sino también para prestar auxilio a las tripulaciones. Esta herramienta es necesaria en búsqueda de la sostenibilidad de las pesquerías y la salvaguarda de la vida humana en el mar”.
Consultado por Excélsior, Rigoberto García Soto, abogado experto en el sector pesquero, advirtió que a todas luces hay una licitación pública dirigida para beneficiar a un competidor, dedicado a proveer guardias de seguridad y registros biométricos, con condicionantes para los trabajadores que deben contar con certificados muy específicos como el “ITIL Foundation Certificate in IT Service Management”, que nada tiene que ver con el monitoreo satelital.
“Cuando se pide un requisito que no aporta valor al servicio que se contrata, ahí es donde vas a encontrar normalmente las condiciones o el truco para evitar la competencia en una licitación”, explicó.
Rigoberto García Soto destacó que esta situación es muy delicada, porque por primera vez desde 2004, “vamos a estar por lo menos 60 días sin saber dónde están los barcos, sin poder ayudar a las tripulaciones en caso de emergencia, pero además, al leer las bases y los contratos, resulta que van a empezar monitoreando nada más 300 barcos y la flota pesquera mayor de México es de más de dos mil embarcaciones, entonces, ¿Qué va a pasar con ese hoyo negro?”.
El especialista en materia administrativa del sector pesquero agregó que la situación cobra mayor relevancia ante los señalamientos de Estados Unidos y la comunidad internacional por las incursiones por parte de pescadores furtivos de playa Bagdad, Tamaulipas a aguas de Texas para capturar huachinango; la pesca ilegal en el Golfo de Ulloa, Baja California Sur, que provoca un alta mortandad de tortuga caguama, así como el uso de redes prohibidas en el Alto Golfo de California, que tiene al borde de la extinción a la vaquita marina.
“Y ahora esta situación, que de un día a otro nos quedamos por lo menos dos meses sin rastrear los barcos, y esto se vuelve sumamente preocupante”, alertó.
Una preocupación más en el secror pesquero, por si no hubiera ya bastantes.
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