Sabías que... Crece la concienciación entre emprendedores y pequeñas y medianas empresas de la necesidad de contar con un seguro que les cubra ante posibles errores, omisiones o negligencias en su actividad profesional. El 27% de los emprendedores y pymes españolas cuenta con un seguro de RC Profesional, lo que supone un incremento del 6% con respecto al año pasado, consolidándose como el tercer seguro más extendido. Este seguro cubre principalmente los daños económicos derivados de errores, omisiones o negligencias en la ejecución de la actividad profesional, aunque puede ampliarse a daños personales y materiales o infidelidad de empleados, entre otras coberturas adicionales. A pesar de su crecimiento, el estudio alerta de que “los emprendedores y pymes siguen sin protegerse adecuadamente frente a los cinco riesgos asegurables más comunes: daño o pérdida accidental, robo, negligencia, incumplimiento del deber de diligencia y violación de los derechos de propiedad intelectual”, ya que “menos de la mitad de los propietarios de pequeñas empresas están protegidas frente a tres de estos cinco riesgos”. Desde Berkley coinciden en que “el grado de penetración del ramo RC en pymes y autónomos es aún bajo, salvo excepciones. Hay campo por recorrer”, aseguran. “Todavía hay un amplio camino que recorrer en cuanto a concienciación de la necesidad de contratación de este seguro”, opina en la misma línea Mª Victoria Valentín-Gamazo, responsable de Seguros de Responsabilidad de Gestión en AIG. “Estimamos que casi el 85% del mercado de RC Profesional español está formado por autónomos y pequeñas y medianas empresas”, pero “normalmente, las pymes dan prevalencia a otro tipo de seguros que consideran más necesarios, como Daños o RC General, dejando el de RC Profesional en un lugar más accesorio”, explica. “Sin embargo, tanto si eres una pyme como si eres un autónomo, estar al frente de un negocio conlleva una serie de obligaciones y eres responsable de forma directa e indirecta de todo lo que ocurra. Por tanto, tener una protección en caso de un acto negligente profesional es imprescindible para mantener la continuación de los negocios”, advierte.
“Aunque de un tiempo a esta parte hemos notado el aumento en la demanda de seguros de RC Profesional, seguimos haciendo una gran labor de concienciación para que los profesionales sean por un lado conscientes de los riesgos a los que se enfrentan en el desarrollo de su profesión y además vean que están muy expuestos a ser demandados un por tercero en el desarrollo de su actividad”, abunda Nerea de la Fuente, directora de Riesgos Profesionales de Hiscox España. Darío Spata, CEO de Iberian Insurance Group, apunta por su parte que “en los seguros obligatorios podríamos establecer dos subcategorías: aquellos que se entienden como necesarios para que el profesional o la empresa pueda trabajar y aquellos que no se contratan al no percibirse esa necesidad”. En el primer caso, “tanto la contratación como la consciencia aseguradora son generalizadas; pero en el segundo, al no vigilar la contratación ninguna administración o entidad, y en general, estar hablando de una profesión nueva o emergente, no existe el hábito de contratación, quizá por no haber una siniestralidad con frecuencia”, apunta. María Borrego-España Heredia, directora de Responsabilidad Civil Profesional de QBE, cree que “la conciencia del riesgo es cada vez mayor, ya que la reciente crisis económica ha sido un catalizador importante de las reclamaciones y ningún segmento o disciplina profesional está libre de ser cuestionado”. Por otro lado, indica que “es habitual la presentación de los certificados de seguro en la documentación presentada en los concursos de contratos de servicios, de modo que unos contratan por transferencia de riesgo y otros porque el seguro es una herramienta que favorece sus posibilidades de contratar con terceros. No contar con una adecuada protección aseguradora es una desventaja competitiva”.