Virus tristeza de los citricos

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Con la colaboración del Dr. Gustavo Mora Aguilera Colegio de Postgraduados 11/2011

Nombre.

Nombre común.

Tristeza de los cítricos

Sinonimia. Tristeza y picado del tallo (Méx) Stem pitting, quick decline y seedling yellows (EUA) Tristeza (Brasil).

Código EPPO (32): CSTXXX

Categoría reglamentaria: Plaga cuarentenaria presente

Taxonomía Kingdom: Virus Phylum: Virus Class: Cadena-simple, sentido Order: No asignado Family: Closteroviridae Genus: Closterovirus


SITUACIÓN EN MÉXICO

HOSPEDEROS

El Citrus tristeza closterovirus se encuentra presente en 20 de los 23 estados citrícolas de México (SENASICA, 2010) (Fig. 2).

El CTV es una enfermedad que se desarrolla en todas las especies, cultivares y portainjertos de la familia Rutáceas.

Cuadro 1. Hospedantes de CTV en México (Villegas, 2003). FAMILIA

Rutaceae

NOMBRE CIENTÍFICO

NOMBRE COMÚN EN INGLÉS

NOMBRE COMÚN EN ESPAÑOL

Citrus aurantifolia

Key lime

Lima mexicana

Citrus aurantium

Sour orange

Naranja agria

Citrus grandis

Grapefruit

Pomelo

Citrus limon

Lemon

Limón

Citrus paradise

Grapefruit

Toronja

Citrus sinensis

Sweet orange

Naranja dulce

Citrus sp.

-

Cítricos en general

DISTRIBUCIÓN GEOGRAFICA En el mundo Es originaria de Asia, de donde se dispersó a los principales países citrícolas por medio de plantas y/o material vegetativo infectado. Este virus, actualmente, está presente en casi todas las regiones citrícolas del mundo y ha causado de manera directa e indirecta la muerte de más de 60 millones de árboles. En 1910, en Sudáfrica se reportó la muerte de cítricos establecidos sobre naranjo agrio, el cual sin haberse asociado directamente con un virus, se considera como el primer reporte de daños por la enfermedad tristeza de los cítricos (Weber, 1943). Previo a la identificación del agente causal de la tristeza de los cítricos, esta enfermedad fue llamada como podredumbre de las raíces o declinamiento rápido (Costa y Grant, 1951). Para 1938 en Ghana se inicia una epidemia en huertos de lima ácida provocada por una enfermedad conocida como “muerte regresiva de las limas” (“lime dieback”); en 1949 se describe en Sudáfrica el “picao del tallo” (“stem pitting”) (Moreno et al., 1993) (Fig. 1). En el continente Americano y México En el continente el CTV se detectó en Argentina en 1930 y se denominó “podredumbre de las raicillas”; en 1937 se reporta en Brasil con el nombre de “tristeza” por el aspecto de los árboles afectados. En 1939 en el sur de California, se reportó la enfermedad “declinamiento rápido” (“quick decline”).

En años posteriores se demostró que todas las alteraciones citadas tenían una causa común y se consideraron manifestaciones de una misma enfermedad, prevaleciendo para ésta el nombre brasileño de Tristeza (Moreno et al., 1993; Lee y Rocha-Peña, 1992).

Figura 1. Distribución de CTV en el mundo (EPPO, 2006). En México, esta enfermedad se registró inicialmente en huertas comerciales del estado de Tamaulipas, en 1983 (Villareal, 2001) y posteriormente en viveros del estado de Veracruz en 1986; sin embargo, el ingreso del insecto vector Toxoptera citricida (pulgón café) fue reportado hasta el año 2000 en la Península de Yucatán (Michaud y Álvarez, 2000); lo cual sugiere que las infecciones en planta fueron inducidas por material vegetal propagativo infectado.


En ambos casos se procedió a la erradicación del material infectado mediante incineración; sin embargo, en monitoreos nacionales iniciados por el Centro Nacional de Referencia en Diagnóstico Fitosanitario (CNRF) de la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV) y realizados en 23 estados de la República Mexicana (Fig. 2) se han detectado en 20 de ellos. De 1999 a 2008 se registró un total de 16,248 plantas positivas al virus (Anexo 1).

Figura 3. Estructura de identificación del CTV (GIIIC, 2011).

Figura 2. Distribución y estatus fitosanitario del CTV en México (Tomado de: http://www.senasica.gob.mx/?id=1010).

DETECCIÓN E IDENTIFICACIÓN El virus causante de la tristeza de los cítricos pertenece al género Closterovirus que junto con los géneros Ampelovirus y Crinivirus conforman a la familia Closteroviridae. El género Closterovirus alberga individuos que se caracterizan por tener viriones mayores a 1000 nm, con genomas que oscilan entre 15 a 20 kb y con cápside conformada por dos subunidades. Este género tiene tres tipos de genoma representados por el beet yellow virus, citrus tristeza virus y beet yellow stunting virus (BYV, CTV y BYSV, respectivamente), cuya organización genómica parece indicar diferentes estados evolutivos dentro del género (Martelli et al., 2002) (Fig. 3). Síntomas El primer síntoma descrito fue el declinamiento rápido o marchitamiento repentino en árboles de naranja de California (Wallace y Fawcett, 1947). En este reporte también se reconoció al causante de la tristeza como un agente viral y al parecer fue el origen del material infectado de Israel.

En este síntoma es posible observar que los árboles producen muchos frutos pequeños y que éstos así como las hojas permanezcan pegados al árbol después de su muerte (Fig. 4d). Además también se puede observar una banda café a la altura del punto de injerto (Rocha-Peña et al., 1995). Estos síntomas también han sido descritos para la enfermedad de muerte súbita de los cítricos, recientemente detectada en Brasil, con la diferencia de que ésta está ligada principalmente al portainjerto C. limonia y la muerte de los árboles es más rápida (Román et al., 2003). El síntoma conocido como amarillamiento de plántulas (seedling yellow), fue descrito por primera vez en Australia por Fraser, quien también demostró su transmisión por T. citricida (Wallace y Drake, 1961) (Fig. 4f). Otro síntoma descrito es el picado de tallo (stem pitting), el cual se detecta al remover la corteza de los árboles de pomelo y naranjo dulce infectados por aislamientos severos. La severidad de los aislamientos que lo origina se denota cuando incluso los portainjertos reconocidos como tolerantes muestran esta sintomatología (Olson, 1956 y 1958; Rocha-Peña et al., 1995). Los síntomas de reducción de crecimiento (Fig. 4c), aclaración de nervaduras (Fig. 4e) y deposición de corcho en las mismas fueron mencionados desde 1956 por Olson al inocular plantas de limón mexicano con aislamientos severos.


Figura 4. Síntomas más comunes asociados a CTV en México (a, b y c) y otras regiones con síntomas más severos (d, e, f y g) (Foto: G. Mora y otros). En México, uno de los síntomas característicos del CTV es la pérdida de vigor del árbol (Fig. 4c), en estudios realizados por el GIIIC en el 2003 en Tamaulipas, se diseñó una escala diagramática para medición de severidad en árboles a causa de CTV bajo las condiciones de México. La escala consta de seis niveles que van de sano hasta 100% de severidad por pérdida de vigor (Fig. 5).

Figura 5. Escala diagramática nominal para diferentes grados de severidad de Citrus Tristeza Virus (CTV) en naranjo dulce cv. Valencia/naranjo agrio. Tamaulipas, 2003. GIIC-CP. No publicado.


Detección Caracterización de aislamientos del CTV A partir de que se demostró que la tristeza de los cítricos es causada por un virus, se estableció la teoría de la existencia de diferentes aislamientos en el campo, sobre todo cuando en 1948, Grant y Costa tomaron material infectado pero sin síntomas aparentes de cinco árboles de un material tolerante (Caipira) e inocularon plantas injertadas sobre patrones tolerantes y susceptibles. Los materiales tolerantes no mostraron síntomas, mientras que los susceptibles manifestaron diversas alteraciones a excepción de algunos, lo cual llevó a suponer la existencia de aislamientos severos y no severos. Posteriormente, estas mismas plantas establecidas sobre patrones susceptibles que no mostraron síntomas fueron infectadas recurrentemente con áfidos y con material con síntomas severos a pesar de lo cual no mostraron síntomas, por ello, se sugirió un efecto de protección cruzada hasta entonces desconocido (Grant y Costa, 1950). Los resultados de este trabajo fueron la base para que Olson (1956), demostrara con mayores fundamentos la existencia de diferentes aislamientos del CTV, además de establecer que este virus no guarda relación alguna con la cachexia, exocortis y psorosis. El estudio de la variabilidad es uno de los aspectos más importantes en la virología, debido a que los aislamientos difieren en su severidad y agresividad, también que dichos aislamientos pueden mutar para romper la resistencia de un cultivo a la infección y desarrollo de la enfermedad. Para la caracterización de los aislamientos, se utilizan criterios estructurales, biológicos, serológicos y moleculares en los que se emplean diferentes elementos. Caracterización biológica Esta caracterización consiste en la inoculación del virus en plantas indicadoras libres del patógeno, las cuales reaccionan ante la infección del virus, expresando diversos síntomas diferenciales según el aislamiento (Ghorbel et al., 1998). Caracterización serológica La cual se basa en la capacidad de reconocimiento y combinación que tienen los anticuerpos a un antígeno específico (Abbas et al., 1991; Matthews, 1991). El método ELISA consiste en la adsorción de un anticuerpo a una superficie de poliestireno (fase sólida), esta unión no es específica y no incluye una reacción serológica.

A este anticuerpo adsorbido se le agregará un antígeno al cual atrapará y será detectado por otro anticuerpo conjugado y marcado con una enzima. El diagnóstico se hará con la adición de un sustrato específico a la enzima y un cambio de color revelará la presencia del virus objetivo (Fig. 6). Caracterización molecular El estudio en la variabilidad de los virus es de particular importancia en el manejo y entendimiento de la enfermedad puesto que determina entre otras cosas la tasa de dispersión y el resultado del proceso patológico. Dada la necesidad de identificar aislamientos que puedan pertenecer a una variante específica, se han generado métodos moleculares que estudian el genoma del virus. A continuación se enlistan algunos métodos empleados para la detección de CTV a nivel molecular:  Extracción de RNA  Reacción en cadena de la polimerasa (PCR)  Análisis de la cadena doble de RNA (dsRNA)  Análisis de la conformación polimórfica de la cadena sencilla de DNA (SSCP) Hibridación con sondas SSCP (Análisis de la conformación polimórfica de cadena sencilla) Durante muestreos realizados por el GIIIC en 2010, se colectaron 87 muestras de árboles positivos a CTV por inmunoimpresión, se descortezaron y se conservan en congelación a -80oC, hasta su procesamiento para la extracción de RNA total y RT-PCR para amplificar parte del gen P25 de la capa proteica. Los productos de PCR de las muestras que amplificaron para parte del gen P25 de la capa proteica, se sometieron a SSCP para determinar los patrones electroforéticos y caracterizar la estructura molecular presente de las poblaciones del CTV presente en las regiones estudiadas (Fig. 7). Esta actividad se realizó en las instalaciones de la Estación Nacional de Epidemiología, Cuarentena y Saneamiento Vegetal (ENECUSAV-DGSV) ubicada en Querétaro. El análisis de SSCP se realizó hasta junio, con lo que se procesaron 108 muestras, en las cuales se han encontrado variaciones en las estructuras poblacionales de CTV en la Península de Yucatán (Fig.8).


Figura 6. Proceso de detección molecular por ELISA e inmunoimpresión. (GIIIC-CP, 2008).

Figura 7. Electroforesis en gel de agarosa de productos de PCR de parte del gen P25 de la capa proteíca del CTV (273 pares de bases-pb) amplificadas a partir de muestras de cítricos previamente detectadas positivas por inmunoimpresión, originarias de la Península de Yucatán (GIIIC, 2010).


Figura 8. SSCP de aislamientos de CTV originarios de Yucatán 2009-2010. a) Carriles: 1: Control positivo (C+), 2: Aislamiento severo (T-36), 3: Aislamiento moderado (T-30), 4: 76, 5: 75,6: 45, 7:44, 8: 43, 9: 42 10: Marcador Molecular (MM) 50 pb. Poliacrilamida 12% 200 v 150 min. b) Carriles: 1: C+, 2: T-36, 3: T-30, 4: 74, 5:73, 6: 3, 7: 71, 8:70, 9: MM 50 pb, 10: 69. Poliacrilamida 12% 200 v 150 min.. c) Carriles: 1: C+, 2: T-36, 3: T-30, 4: 31,5: 30, 6: 29, 7:28, 8: MM 50 pb, 9: 53, 10: 79. Poliacrilamida 12% 200 v 150 min. d) Carriles: 1: C+, 2: T-36, 3: T-30, 4: 2, 5: 65, 6: 62, 7: MM 50 pb, 8: 61, 9: 49, 10:48. Poliacrilamida 12% 200 v 150 min (). Morfología El CTV pertenece a la familia Closteroviridae, mide 2 000 nm de largo por 10 a 12 nm de diámetro. Es el virus más largo que se conoce en la naturaleza. Su presencia en las plantas está limitada a los tejidos del floema (Febres et al., 1996; Matthews et al., 1997, Mehta et al., 1997). Genoma del CTV El CTV está constituido por una cadena molecular simple de ácido ribonucleico (RNA) de 19.3 kilobases (kb), de forma filamentosa, con 12 marcos de lectura abierta (ORF), los cuales pueden codificar al menos 17 proteínas. Los ORF 1a y 1b son traducidos directamente del RNA genómico por un mecanismo de cambio de marco de lectura y procesamiento de la poliproteína viral, generando una polimerasa dependiente de RNA, dos proteasas tipo papaína, una metiltransferasa

y una helicasa (Fig. 9). Otros dos ORF producen proteínas de la capa proteica (CP1 y CP2) traducidas vía RNA subgenómico (RNAsg), una que regula la acumulación de cadenas positivas de RNA (p23) y varias de función desconocida. Además de los ORF hay dos regiones no traducibles de 107 pb y 273 pb en las regiones terminales 5’ y 3’, respectivamente. El extremo 3’ es el más conservado con más del 97% de similaridad entre aislamientos de diferente procedencia, mientras que el extremo 5´ es de 44 % (Karasev et al.,1995; Ayllón et al., 1999; Karasev, 2000; Ayllón et al., 2001; Satyanarayana et al., 2002).


Figura 6. Organización y mecanismos de expresión genómica del CTV, los rectángulos a diferente altura indican marcos abiertos de lectura (ORF), las flechas verticales indican puntos de corte de la poli-proteína, mientras que la flecha horizontal indica el punto de cambio de ORF. P-PRO= Proteinasa tipo papaína, MTR-1= Metiltransferasa. (Basado en: Doljia et al., 1994; Karasev, 2000). Métodos de muestreo en tejido vegetal Con estudios realizados en Tamaulipas, se propusó, en términos de la NOM-031-FITO-2000, la aplicación de un muestreo restrictivo de 9 hileras por 49 árboles, en torno a focos de infección (árboles positivos a CTV)(Fig. 10). Esta propuesta resulta en una disminución importante de los costos destinados por la campaña a esta actividad, de aproximadamente, 99.2% (Loeza-Kuk, 2003). La NOM031, establece un muestreo sistemático del 10% de árboles por hectárea. Ruiz-García y colaboradores (no publicado), en estudios espaciales evaluaron estadísticamente el muestreo restrictivo propuesto por Loeza-Kuk (2003), en siete huertas comerciales de Tamaulipas, encontrándose una dependencia espacial continua dentro del rango propuesto y en algunos casos a mayores distancias de las ya observadas. Esto hace suponer que la heterogeneidad de algunas de las condiciones en la región citrícola de Tamaulipas, tales como el clima, manejo, dinámica poblacional de áfidos vectores y vientos dominantes, deben considerarse para optimizar el tipo de muestreo con características específicas. Góngora-Canúl, 2004, basado en análisis de autocorrelación, propuso que el muestreo restrictivo en estudios regionales en Tamaulipas (Fig. 10) puede ser de hasta 25 hileras por 90 árboles, dependiendo de las condiciones de la huerta.

Adicionalmente, se han evaluado estadísticamente la estabilidad de diferentes esquemas de muestreo sistemático: cuadrante simétrico, en hilera, entre hileras y árbol individual, simulando 10,000 remuestreos comparando la precisión del error cuadrado y la exactitud en dos huertas comerciales de Tamaulipas con incidencias iniciales de tristeza de los cítricos de 5.72% y 3.47%. Para la huerta con la incidencia de 5.47% y una dependencia espacial continua de 24 árboles por 9 hileras, el muestreo por cuadrante de 2x4 árboles en dirección de las hileras fue el más estable y preciso. Para la huerta con una incidencia inicial de 3.47% y una dependencia espacial continua fue de 9 hileras por 18 árboles, el muestreo de árboles individuales del 10% de la población fue más preciso y exacto. Los resultados anteriores sugieren la aplicación de un muestreo sistemático dependiente de la intensidad de agregación (Ruiz-García, no publicado). Simultáneamente, se estudió el efecto de la erradicación, en el comportamiento de la dispersión del CTV en cuatro huertas comerciales de Tamaulipas, resultando que ésta es efectiva sólo en huertas donde la incidencia inicial ha sido menor al 1%, mientras que en huertas con mayor incidencia no es así, observándose un aumento hasta de un 3.4% después de realizada la erradicación (Ruiz-García, no publicado).


Figura 10. Metedología de muestreo restrictivo regional en zonas libres y con presencia de la enfermedad, empleada en Tamaulipas, 2004 (Góngora, 2004). Figura 11. Huerto completo de 200 ha (a), área experimental de 16 ha (b), y ampliación de una sección del lote experimental con dispersión activa de la enfermedad (6.2 ha)(c).

A B Árbol positivo en octubre de 2001

Estudios recientes del GIIIC, relacionados a la dispersión regional de CTV, propuesta por Góngora en 2004. En la península de Yucatán se empleó un esquema de muestreo regional ponderativo para determinar el número de sitios a muestrear por municipio en los tres estados, empleando como variables ponderativas, densidad de hospedante, No. de hectáreas contabilizadas por SIAP (2010), positivos históricos a CTV (reportes oficiales de los Comités Estatales de Sanidad Vegetal) y niveles de riesgo por municipio (asociados por mapas interpolados de la enfermedad) (Domínguez-Monge, 2010) (Fig. 12).

Árbol positivo en diciembre de 2001 Árbol positivo en marzo de 2002 Árbol positivo en septiembre de 2002 Árbol positivo muerto o erradicado Árbol muerto por manejo

C Figura 12. Metodología para la regionalización del CTV en la península de Yucatán (Domínguez, 2010).


BIOLOGÍA Ciclo de vida El movimiento del virus en plantas jóvenes (menores de un año) de naranjo agrio, ocurre a los 44 días después de la inoculación por injerto a la parte basal (raíz) y posteriormente a los 58 días a la parte aérea; mientras que en plantas mayores de un año este mismo movimiento requiere más de 6 meses y en árboles de pomelo la movilización es en dos o tres años (Gafni et al., 1995). Comportamiento Un estudio realizado con ELISA en plantas de limón mexicano (C. aurantifolia), naranjo dulce (C. sinensis) y agrio (C. aurantium), pomelo, Poncirus trifoliata y citrange injertados con el aislamiento no severo T-300. Se encontró un movimiento prácticamente nulo en P. trifoliata, mientras que en limón mexicano y naranjo dulce la translocación ocurrió a los tres meses después de la inoculación (Cambra et al., 1988).

Se menciona que en ocasiones el movimiento en el hospedante (C. aurantium) es tan lento que puede causar su declinamiento, sin que se pueda detectar en la parte aérea (Ben-ze’ev et al., 1989). La capacidad de movimiento de los diferentes aislamientos dentro de la planta infectada es distinta, pudiendo un mismo aislamiento ser prevalente en una porción de la planta y no ser dominante en otra. Esta condición es extremadamente útil para purificar aislamientos mezclados procedentes de campo (Moreno et al., 1993; d’Urso et al., 2000). Epidemiología El Sistema Epidemiológico La infección exitosa de una planta en campo y la posterior dispersión del patógeno requiere del efecto inductivo de una serie de factores asociados al tipo de hospedante (susceptible o tolerante), agresividad del aislamiento y capacidad de transmisión del vector o complejo vector. Estos vectores a su vez están influidos por el clima y el manejo del agrosistema (Mora et al., 1999; Mora et al., 2003) (Fig. 13).

Figura 13. Sistema epidemiológico de interacción planta, patógeno, vector y manejo y clima (GIIIC-CP, G. Mora).


Procesos espacio-temporales Estudios formales de epidemiología se iniciaron en México en huertas comerciales de cítricos en Tamaulipas. LoezaKuk (2003) ha generado aportaciones importantes, relacionadas con el comportamiento de las epidemias de la tristeza de los cítricos. Se identificó el patrón de dispersión espacial del CTV en ausencia de T. citricida, mismo que correspondió a una forma agregada (Cuadro 2), con una

dependencia espacial de 168 m en el sentido de la hilera y de 24 m entre hileras (Fig.14), estudios posteriores realizados por Ruiz-García et al. (2005), así como por GóngoraCanúl et al. (2004) encontraron resultados similares de agregación, con una dependencia espacial en el sentido de la hilera de primer orden y discontinua hasta el orden 86 y entre hileras, continua de orden cuatro y discontinua hasta el orden 50.

Cuadro 2. Índices de agregación y resultados de análisis autocorrelativos para un lote de 2477 árboles de naranja valencia (C. sinensis)/naranjo agrio en un tamaño óptimo de 16 árboles por cuadrante (8x2 en dirección del surco NO-SE). Árboles positivos

Incidencia2 (%)

Morisita Ig

Lloyd (LIP)

Autocorrelación

Octubre 2001

55

2.22

15.2

15.2

2NE-SO; 3NO-SE

Diciembre 2001

63

2.54

13.8

13.9

2NE-SO; 3NO-SE

Marzo 20021

64

2.58

14.7

14.7

2NE-SO; 3NO-SE

Junio 2002

9

0.36

38.5

38.9

2NE-SO; 3NO-SE

Septiembre 2002

66

2.66

15.7

15.7

2NE-SO; 3NO-SE

Censo

1 2

Análisis de muestras mediante inmunoimpresión de brotes en membranas de nitrocelulosa. Incidencia considerando árboles positivos con respecto a la población total (2477).

En Nuevo León, Silva-Vara et al. (2001), realizaron un muestreo en tres huertas comerciales en 1995, detectando 47 árboles positivos a CTV distribuidos al azar, que fueron erradicados en 1996, de un total de 18,950 árboles evaluados (0.25% de incidencia). En los tres años posteriores, se encontraron cinco árboles positivos adicionales. De los 52 árboles positivos al virus 35 se identificaron como severos por su reacción positiva al anticuerpo MCA13. Loeza-Kuk (2006) identificó que la incidencia inicial (Y0) y la incidencia de nuevos árboles infectados (Y1) fue diferente en cada huerta. La huerta TH1 tuvo valores de Y0=2.22% y Y1=2.66% con incremento mensual (r) de 0.0493%, mientras que en TH2 Y0=2.54%, Y1=3.35% y r=0.0675, la mayor aparición de nuevos árboles infectados (Y1) observada en TH2, podría deberse a las especies de pulgones presentes y su abundancia, así como a la mayor proximidad de los árboles (8x6), ya que Y0 fue similar entre ambos huertos al inicio del estudio. La dispersión de la enfermedad a partir de los árboles infectados en la huerta TH1, es ligeramente similar a la observada en huertas del estado de Nuevo León, con incidencia inicial de 4.34% y un incremento de 0.27% después de tres años de dispersión,

siendo A. spiraecola el áfido más abundante y en ausencia de una estrategia de erradicación (Silva et al., 2001). Mecanismos de movimiento o dispersión Al igual que todas las especies del género Closterovirus, el CTV únicamente es transmitido en forma natural por áfidos en una forma semipersistente y arficialmente mediante injerto. Aunque varios de los closterovirus son transmisibles por inoculación mecánica, en el caso del CTV este método da pocos resultados. Las formas de trasmisión más importantes de este virus son por injerto y por áfidos, siendo esta última la que opera en el incremento absoluto de la intensidad de la enfermedad en campo. La transmisión del virus por Toxoptera citricida (Kirk.) fue demostrado por primera vez por Meneghini en 1946 y desde entonces se ha reportado su transmisión por otras cinco especies de áfidos T. aurantii (Fonsc.), Aphis gossypii (Glover), A. craccivora (Koch), A. spiraecola (Patch.) y Uroleucon (Dactinotus) jacae (L.) (Raccah et al., 1976; Bar-Joseph et al., 1977; Hermoso de Mendoza et al., 1984; Yokomi et al., 1989; Yokomi et al., 1994).


A

B

C

Figura 14. Cambios en la distribución y dispersión de árboles positivos al Citrus Tristeza Virus (CTV) en huertas de Tamaulipas (TH1 y TH2) y Yucatán (YH1). (A) TH1 (octubre 2001 a junio 2002) y B) TH2 (febrero 2003 a enero 2004); c) YH1 (mayo 2003 a marzo 2006).

Estas especies ya se han reportado en las principales regiones citrícolas de México (Mora et al., 1997; CisnerosHernández, 2003; Villegas, 2003). T. citricida posee un lugar especial en las epidemias de CTV, ya que se menciona como el vector más eficiente de varios aislamientos del CTV, además de tener la capacidad de seleccionar aislamientos severos (Rosner et al., 1986; Broadbent et al., 1996; Halbert et al., 2003); sin embargo, también A. gossypii ha mostrado ser un vector eficiente, incluso para algunos aislamientos severos (Raccah et al., 1976; Roistacher et al., 1984; Ballester-Olmos et al., 1993; Yokomi et al., 1994).

Por ser de transmisión semipersistente, el tiempo mínimo para la adquisición del virus por áfidos no virulíferos es de una hora, capacidad que aumenta al incrementarse el tiempo de alimentación. En el caso de T. citricida, la capacidad máxima de transmisión se logra con cuatro horas de alimentación; mientras que para A. gossypii se requieren seis horas (Bar-Joseph et al., 1977). Para trabajos experimentales se recomienda un período de alimentación de 24 a 48 horas utilizando 100 individuos para asegurar la transmisión, se menciona que después de alimentarse por 24 horas en una planta sana, los áfidos pierden la capacidad de transmisión. Por otro lado, es necesario un periodo mínimo de 5 días después de la transmisión para que una planta sirva como fuente de inóculo (Hermoso de Mendoza et al., 1984).


Tasas epidemiológicas

IMPORTANCIA DE LA PLAGA

La dispersión primaria de CTV en una región o país, generalmente se debe al empleo y movimiento de material vegetal infectado, llevado a cabo por el hombre, mientras que la secundaria, una vez que el virus se ha establecido, ocurre principalmente por la áfido-fauna de la región (Mora et al., 1997; Mora et al., 2003).

El CTV es considerada la enfermedad de mayor importancia económica, ya que ha causado la eliminación de más de 116 millones de árboles a nivel mundial (SánchezAnguiano, 2003). Esta enfermedad provoca diferentes grados de afectación, que depende de la combinación injerto/ portainjerto que se presente (Garnsey et al., 1987). La gamma de síntomas incluye: declinamiento de árboles y muerte, picado de tallo (formación de hileras longitudinales en las ramas y tronco del árbol), amarillamiento de las plántulas, característico de inoculaciones efectuadas en invernadero, aclaración de nervaduras y enanismo (Garnsey et al., 1987).

La velocidad de dispersión secundaria, su efecto en las tasas de infección aparente (procesos temporales) y en las tasa de dispersión y patrones espaciales varía entre hospedantes y sus combinaciones, así como entre aislamientos. No obstante, también está determinada por la especie del vector predominante en el área. Se ha observado que T. citricida necesita de dos a seis años para producir una incidencia del 95% de la enfermedad (Gottwald et. al., 1997). Por el hábito colonizador del pulgón, la infección ocurre en los árboles adyacentes o inmediatos a un individuo inicialmente infectado. Cuando el vector es A. gossypii, la misma incidencia se alcanza a los 8-15 años y el patrón de distribución no se da necesariamente al árbol adyacente, pues esta especie generalmente es migratoria y no forma colonias en los árboles (Marcus et al., 1984; Gottwald et al., 1997; Mehta et al., 1997). Con base a este comportamiento espacial, principalmente para las condiciones de España, se ha generalizado la idea de que las epidemias progresan en forma aleatoria en ausencia de T. citricida. Para los estudios espaciales se utilizan parámetros que indican la distribución y direccionalidad de la enfermedad en la población como son:

Indices de agregación. Índice de Morisita (Ig) e índice de Lloyd Análisis autocorrelativos. El movimiento de T. citricida en el continente americano es de Sudamérica hacia el norte, llegando a México en el año 2000 a los estados de la península de Yucatán. La presencia de este áfido presupone un riesgo para la citricultura mexicana, puesto que es más eficiente en la transmisión de algunos aislamientos severos de CTV comparado con A. gossypii. Además, por sus altas tasas de reproducción, al establecerse desplaza fácilmente al resto de las especies que comúnmente colonizan a los cítricos (Lee et al., 1996).

a. Importancia de la citricultura en México Los cítricos, con la predominancia de la naranja, limón persa y limón mexicano, representa uno de los hospederos cultivados de alto riesgo de inducción epidémica, independientemente del agente causal,debido a su abundancia y distribución nacional, desarrollo en diversas condiciones climáticas, condición perenne y propagación vegetativa. Fuera de México, a nivel continental, los cítricos también tienen una alta presencia a nivel comercial, traspatio y ornamental. Todo lo anterior favorece la disponibilidad y prevalencia de inóculo potencial y eventualmente la inducción de procesos epidémicos. En términos socio-económicos, con estimaciones del 2008-2009, el valor de la producción citrícola global en México fue de $ 10,206,000,000.00 obtenidos de un total 536,831 ha y la generación de empleos directos fue de 57,975,400 jornales (IICA, 2010). Los cítricos poseen mas de 8 plagas de interés regulatorio de los cuales 4 estan presentes en México. A partir de 2000, con la detección de Toxoptera citricida, el ingreso, dispersión y establecimiento de estas plagas se sido acelerado lo cual sugiere que factores climáticos, comerciales y productivos son favorables para la movilidad de estas plagas lo que justifica su vigilancia. b. Estrategias de manejo Exclusión Bajo el principio exclusión existe un conjunto de normas (NOM’s) que regulan los procesos en materia de sanidad; a continuación se enlistan las acciones emprendidas por SENASICA-DGSV correspondientes a la normatividad aplicable en material de cítricos en general o específicamente aplicable al CTV (Cuadro 3).


Cuadro 3. Acciones coordinadas por SENASICA-DGSV en materia del principio de exclusión de plagas de interés regulatorio en México. . NOM’s NOM-007-FITO-1995

Acción Requisitos fitosanitarios y especificaciones para importación de material propagativo.

NOM-062-FITO-1995

Requisitos y especificaciones fitosanitarias para la importación de frutas y hortalizas frescas.

NOM-011-FITO-1995

Por la que se establece cuarentena exterior para prevenir introducción de plagas de cítricos.

NOM-062-FITO-1995

Requisitos y especificaciones fitosanitarias para importación de vegetales, productos y subproductos por correo o mensajería.

NOM-031-FITO-2000

Por la que se establece la campaña contra el CTV

NOM-079-FITO-2002

Requisitos fitosanitarios para producción y/o movimiento de material propagativo libre de virus tristeza y otros patógenos asociados a cítricos

Año

Procedimiento

1995-2009

1995-2009

1995-2009

1995-2009

2000-2010

2002-2010

Establecer medidas de control de material propagativo por medio de la normatividad establecida. Establecer medidas de control para frutas frescas, por medio de la normatividad establecida, para evitar la introducción de CTV al territorio nacional.

Objetivo Disminuir la probabilidad de introducción del CTV por contagio de material. Disminuir la probabilidad de introducción de CTV por contagio de frutos frescos

Establecer medidas de control de ingreso de productos o subproductos que permitan la introducción de CTV.

Disminuir la probabilidad de introducción de HLB desde el exterior.

Establecer medidas de control de ingreso de productos o subproductos por vía de paquetería o mensajería, que permitan la introducción de CTV.

Disminuir la probabilidad de introducción de HLB por correos o paquetería.

Establecer medida fitosanitarias para prevenir, controlar o erradicar al virus tristeza de los cítricos y/o su vector principal pulgón café T. citricida.

Establecer la regulación fitosanitariapara producion o vovilizacion de material propagativo libre de CTV y otros patógenos.

Prevenir entrada y/o dispersión del CTV y su vector

Prevenir la diseminación de CTV

GIIIC, 2011 con datos de SENASICA-DGSV

Erradicación En el CTV en el noreste de México se encontraron dos escenarios: foco simple y focos múltiples asociados a distintas subregiones (Góngora, 2004a) Adicionalmente, se encontró una transición de patrones aleatorios a agregados con distinta intensidad (Góngora, 2004a). Intuitivamente se propuso un umbral de establecimiento del virus integrando estos dos procesos espaciales a los cambios de incidencia (Fig. 15). En esta propuesta se establece que 1.5% es la incidencia en la cual se da la transición de una condición aleatoria a agregada. Huertos con incidencia mayor a 1.5% la erradicación resultó ineficiente (Góngora, 2004).

La concepción de umbral de establecimiento se propuso para indicar el nivel de incidencia de una enfermedad, inducida por un patógeno en fase de establecimiento en un área geográfica específica, sobre la cual ya no es posible interrumpir el proceso patogénico intrínseco y ni en consecuencia el progreso epidémico espacio-temporal resultante.


La necesidad de realizar monitoreo de áreas periferales de focos erradicados se demostró con el CTV y el amarillamiento letal del cocotero (Mora-Aguilera y Bencomo, 2001). En el caso del CTV, se realizaron estudios de simulación en huertos con árboles infectados mediante el monitoreo, una y dos veces al año, con la técnica serológica ELISA (Fig. 17).

Figura 15. Umbral de establecimento del CTV propuesta para la región citrícola de Tamaulipas, México. Los valores en el eje x´s se refiere a valores índices de agregación Morisita y Lloyd.

Seguimiento de Foco. La erradicación no garantiza la eliminación total de inóculo activo. Es necesario considerar el periodo de incubación e infecciones latentes para incluir una estrategia de seguimiento de foco o monitoreo de área perifocal posterior a la eliminación de un árbol(es) enfermo. Actualmente, la detección molecular permite identificar árboles positivos asintomáticos en torno a árboles sintomáticos que pueden incluirse en un programa de erradicación. Esta oportuna detección puede reducir la proporción de insectos virulíferos al eliminar árboles con baja concentración de inóculo o por debajo del umbral de adquisición (Fig.16).

Figura 17. Efecto de la erradicación de árboles postivos si el monitoreo del área perifocal (amarillamiento letal del cocotero) y mediante monitoreo una y dos veces al año del CTV (Mora-Aguilera, Datos no Publicados; Marcus et al., 1984).

Se demostró que el efecto de erradicación fue exitoso únicamente en censos practicados dos veces al año. Una vez al año eventualmente resultó en la eliminación de todos los árboles enfermos (Marcus et al., 1984). La erradicación exclusiva de un foco, sin el respectivo seguimiento perifocal y sin considerar el umbral de establecimiento, puede ser ineficaz. Protección En México los mecanismos de control para tratar al virus (CTV) no existen, por lo cual, los esfuerzos se encaminan hacia eal control de su vector principalmente T. citricida (Ver Ficha Técnica Toxoptera citricida). 7. Riesgo Fitosanitario

Figura 16. Modelo hipotético del proceso de patogénesis del CTV y dispersión del CTV mediante un insecto vector. Adaptado de propuesta general para virus de M. Jeger (No publicado).

El CTV es considerada unas de las enfermedades más devastadoras en cítricos por sus reportes que indican cerca de 116 millones de árboles muertos a nivel mundial (Anguiano, 2003). Este virus, actualmente, está presente en casi todas las regiones citrícolas del mundo. En México, está presente en 20 de los 23 estados citrícolas de importancia nacional.


Su vector se encuentra disperso en la zona sureste de México, en la Península de Yucatán, la zona centro; Puebla e Hidalgo y dos municipios de Oaxaca y Guerrero; lo que sugiere que el CTV tiene probabilidades altas de dispersión por la interacción del vector y el patógeno.

REPORTE EPIDEMIOLOGICO A nivel nacional, la dispersión del CTV en México presenta dos focos o frentes principales, la región de la Península de Yucatán y la región del Pacífico. En estos dos frentes se concentran el 63% del total de los positivos reportados por el sector oficial (Fig. 18). Los estados que conforman estas regiones cuentan con una superficie considerable de la especie citrícola de mayor susceptibilidad reportada en la literatura, naranja dulce. Sin embargo, esta consideración no aplica para el caso de Veracruz, quien ocupa el primer lugar en producción de naranja a nivel nacional y solo reporta hasta el 2007 un total de 123 árboles positivos al virus.

Figura 19. Gráfico de número de positivos (CTV) anuales a nivel nacional de 1999 a 2008. (GIIIC-CP, 2011 con datos de SENASICA).

En 2009 el GIIIC estudia los procesos de dispersión del CTV en la Península de Yucatán, como parte de los trabajos de regionalización realizados anteriormente. Con información histórica generada por los Comités Estatales de Sanidad Vegetal, se realiza un mapa de riesgo por métodos interpolativos, en los que se ubica a los municipios de mayor riego potencial por CTV, como parte de la primera fase del estudio de regionalización (Fig. 20).

Figura 18. Mapa interpolativo nacional de árboles positivos a CTV (GIIIC-CP, 2011 con datos de SENASICA).

La enfermedad mantuvo niveles bajos desde su detección en 1999 y hasta 2003 reportando un total de 1520 árboles a nivel nacional, es decir, 9.4% en cinco años. A partir de 2004, los reportes de árboles positivos van en incremento. En el 2007 se reportan un total de 6843 árboles positivos, con lo que acumulan hasta ese año cerca de 13,000 mil árboles infectados (Fig. 19)

Figura 20. Mapa interpolativo de número de árboles positivos a CTV por municipio en la Península de Yucatán (GIIIC-CESV’s península, 2010).

En la figura se muestra el foco inicial reportado en 1999 (Campeche) y su aparente dispersión al 2007 hacia la zona sureste de la península.


En los primeros años de establecimiento de la enfermedad (1999-2001) su dispersión fue en un radio de 65 km aproximadamente, mientras que para el 2007 la enfermedad se reportaba en zona noreste a 340 km del foco inicial.

Por otro lado, en muestreos entorno a focos realizados en 10 huertos distribuidos a nivel regional, el rango de incidencia es de 11%-56%, siendo Yucatán la zona que representa mayor contagio en torno al foco histórico validado.

La incidencia de municipios con al menos un árbol positivo se incrementó de la primera detección en 1999 a 2005 en un 42%, mientras que 2006 a 2007 (últimos reportes históricos) la incidencia a nivel municipio llegó a 33% (Fig. 21). El mayor número de municipios reportados como infectados por CTV fueron 15 (en 2007), por lo que se asume que es el número total municipios con presencia de la enfermedad hasta esa fecha. Con base en el mapa de dispersión interpolado del virus por cada huerto de muestreo de positivos detectados, se realizaron 7 censos en huertos de la Península de Yucatán, donde el CTV mostró dispersión activa. Del 2005 al 2011en censos realizados a nivel parcela se tuvo un incremento de la incidencia en el rango de 0.6%-36%. Aparentemente Yucatán y Campeche mostraron la mayor tasa de dispersión. Quintana Roo mantuvo el nivel de dispersión actual de 2.5% (Fig. 22).

Figura 21. Municipios con CTV en la península de Yucatán de 1999 a 2007 (GIIIC-CESV’s península).

Figura 22. Huerta San Manuel 2, Mpio. Kinchil Yucatán: a) mapa de dispersión espacial de árboles positivos a CTV; b) mapa de isolíneas; c) tasa de incidencia de árboles positivos a CTV en Yucatán (2005-2011). En términos de árboles positivos por detecciones confirmadas, los reportes muestran en el 2006 un mayor número de árboles positivos a CTV (1,430) que corresponden al 49.4% del total de los positivos reportados (2,973 árboles positivos). Mientras que el 2007, que en términos de incidencia a nivel municipio representó el año de mayor dispersión, los datos reportan sólo 173 árboles positivos (6%) (Fig. 23).

En general, las epidemias de CTV han sido variables (Fig. 24) en las diferentes zonas en las que se ha reportado en cuento a su comportamiento y dependen en gran medida de la eficiencia de los vector para transmitir el virus, de las condiciones del hospedante y del clima y manejo como factores que permiten el movimiento o dispersión de la enfermedad.


Figura 23. Municipios con CTV en la península de Yucatán de 1999 a 2007 (GIIIC-CESV’s península).

Figura 20. Intensidad de epidemias de CTV en el Caribe. (Mora et al., 1999).


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Anexos Anexo 1. Detecciones históricas y positivas a CTV en entidades citrícolas de México desde 1999 a 2008. Estado Baja California N Baja California S Colima Campeche Guerrero

1999 115 1 -

2000 19 -

2001 22 -

2002 6 23 -

2003 134 13 4 1

2004 18 257 -

2005 22 3 122 4

2006 11 6 710

2007 102 -

2008 75 45

Total 295 11 200 447 760

Hidalgo Jalisco Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León

9 48

8 5 17

37 460

16 8 18 6 58

4 36 3 2 3

188 5 43 23 33

9 899 9 8 2

354 96 36 29 4

199 2,051 57 842 1,034 -

15 121 158 50 12

597 3,399 143 1,087 1,152 637

Oaxaca Puebla Quintana Roo San Luis Potosí Sonora Tabasco

18 -

20 -

-

9 8 -

6 1 3 -

39 114 62 8

169 394 43 85 1 122

50 43 16 16 16 100

121 266 29 219 22

376 478 5 8 144 -

761 1,305 131 109 453 252

Tamaulipas Veracruz Yucatán Total

1 53 -

1 25

1 7 5

21 15 2

237 11 -

327 1 7

30 3 19

4 -

225 1,676

24 35 1,779

245

95

532

190

458

1,125

1,944

1,491

6,843

3,325

870 126 3,513 16,248

Fuente: Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV) 2011.


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