VACÍO
Ya no existĂa nada, la nada estaba ausente; ni vida, ni destino, ni misterio, ni muerte.
Mientras dura el instante de eternidad que es todo cuando no quiero nada.
No me agrada esta calma, este silencio muerto, sin carne, puro hueso.
Un resplandor desnudo, una luz calcinante se interpuso en mi ruta, me fascinó de muerte. Pero logrÊ evadirme de su letal influjo para seguir volando, desesperadamente‌
Julio 2014 Johanna D’Aquino
Textos Extractos de Oliverio Girondo