Álvaro López Franco Coeditor de Descubrir la Historia
En recuerdo de Robert Wheeler Hace ya más de dos años estaba preparando un Trabajo Fin de Máster que trataba sobre la evacuación de la población civil de Gibraltar. Mi investigación era sobre la visión que los medios de comunicación ofrecieron sobre la primera fase de este acontecimiento, y utilizaba para ello dos periódicos: el español ABC y el gibraltareño Gibraltar Chronicle. La consulta de ABC podía hacerla por internet en su hemeroteca digital, pero el periódico de Gibraltar tenía que leerlo personalmente en la biblioteca Garrison Library, donde se encuentra almacenado desde su primer número. Desde el primer momento, el contratiempo de los desplazamientos a Gibraltar se vio enormemente compensado por tres razones. La primera, descubrir una biblioteca muy interesante, con material que no esperaba encontrar. La segunda, conocer a la directora de la biblioteca, la doctora Jennifer Ballantine, que me ayudó mucho en la búsqueda de información. Y la tercera, sentirme como en casa gracias a un señor pintoresco que, desde el primer día, estuvo allí y me contó muchas cosas sobre Gibraltar, relacionadas con su historia personal. Ese hombre se llamaba Robert Wheeler. En mis últimas tres visitas a la Garrison Library no pude ver a Wheeler. La primera pregunté por él, y me dijeron que llevaba unos días enfermo, pero no con demasiada gravedad. La segunda fue para una reunión, y cuando vi que no estaba, simplemente pensé que seguiría indispuesto, ya que había pasado poco tiempo desde la visita anterior. La tercera, hace una semana, ya no pude aguantar y pregunté por qué no estaba por allí. La directora de la biblioteca, emocionada, me respondió que había fallecido. La última vez que lo vi fue precisamente un viernes. Acudí con unos familiares a visitar la biblioteca, de la que él era el guía oficial. Nos explicó la historia de la biblioteca de la guarnición, Garrison Library, creada para entretener a los militares. Mejor leer el periódico que andar peleando, decía. En la página web de la Wikipedia en inglés, en la entrada de la Garrison Library, se puede ver un vídeo en el que él aparece hablando de la biblioteca.
La verdad es que esperaba volver a ver a Wheeler, porque era una parte muy importante de la biblioteca. De hecho, ir allí era sinónimo de trabajar y, además, pasar buenos ratos de conversación con él. Siempre estaba sentado en el mismo lugar de una mesa, donde yo solía trabajar. Le caracterizaba vestir de manera muy sencilla, beber en una taza de Winnie the Pooh y merendar bollycaos. Pero internamente era un hombre hospitalario, sabio y muy interesado por la historia de su ciudad, a pesar de que no fue nunca historiador profesional. Desde esta tribuna sólo quería recordar la figura de Robert Wheeler. Era un hombre del que no se podría decir que realizó grandes hazañas, ni tampoco los medios de comunicación le dedicarían grandes espacios. Sin embargo, era alguien importante para muchas personas por ser, precisamente, muy humano. Wheeler, espero que estés descansando en paz y que te hayas llevado el cariño de todos los que te apreciábamos. Los viernes continúan realizando una visita guiada a la biblioteca. Y, aunque ya Wheeler no puede hacerla, resulta muy interesante. Aprovecho para animar a quienes me escuchan a visitar la Garrison Library. No sólo por su arquitectura y su encanto, que nos trasladan a otra época. Sino porque alberga historia y es historia.