La firma Alvaro López Franco
Hablar de Gibraltar sin recibir heridas por objetos arrojadizos no es una tarea fácil, pero voy a intentarlo. Bueno, en realidad el problema viene cuando se habla del ya conocido como conficto de Gibraltar. Desde los medios de comunicación, de forma implícita y cómplice, se nos propone que debemos partir de una base demasiado inconsistente como para tenerla realmente en cuenta: que los gobiernos actúan para resolver los problemas de la gente que está afectada por ellos. Los que mandan tienen unos objetivos y tratarán de dirigir la opinión hacia sus objetivos por todos los medios conocidos, entre ellos la propaganda. Es muy fácil de hacer, lo van a comprobar enseguida. En esta explicación voy a recurrir a los once principios del maestro de la propaganda, Joseph Goebbels. Para quienes no lo conozcan fue la mano derecha de Hitler y su ministro de propaganda. Él consiguió que todo un país se pusiera de su parte y no se cuestionara lo que estaba pasando, a pesar de las barbaridades que se hicieron en la Alemania Nazi. Por supuesto, el mensaje que quiero dar es que el uso de estas estrategias es absolutamente censurable, y no lo contrario. Antes de continuar también quiero dejar muy claro que estas reglas son aplicables tanto para la propaganda emitida por España como por Reino Unido o Gibraltar. Todos la utilizan, y no solo para el conficto de Gibraltar, aunque haya pasado más de 70 años desde que Goebbels
identifcara estos principios básicos de la propaganda. • Primer principio: simplifcación y enemigo único. En este caso el enemigo es Gibraltar o España y sus habitantes, y se simplifca el conficto reduciéndolo hasta el punto que interese a cada parte. • Segundo principio: método del contagio. Esto quiere decir que todos los enemigos, en este caso una población muy heterogénea como la de Gibraltar o la de España, deben mostrarse como un único ser homogéneo. • Tercer principio: transposición. El objetivo de esta regla es inventar noticias sobre el enemigo, a falta de datos reales. Para no exagerar, en este caso podríamos convenir que se trata de dar una única visión de las cosas, o contar medias verdades. • Cuarto principio: exageración y desfguración. Consiste en convertir anécdotas o cuestiones sin importancia en grandes amenazas para los intereses propios. • Qinto principio: vulgarización. Este es de los más interesantes, y creo que se ha dado con mucha claridad. Me gustaría citar a Goebbels directamente para explicarlo: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. • Sexto principio: orquestación. Se debe repetir muchas veces un pequeño número de ideas para que la propaganda sea efectiva. En el caso que nos ocupa: España utilizaría ideas como bloques de hormigón, pescadores, blanqueo de dinero, no pagan impuestos en España, paraíso fscal, colonia. Gibraltar utilizaría la defensa de su soberanía, la protección medioambiental, sus aguas territoriales o el derecho internacional. • Séptimo principio: renovación. Las ideas que se mandan a las masas tienen que ir renovándose, para que cuando el enemigo responda las primeras, el público ya esté en otra cosa y no preste atención. • Octavo principio: verosimilitud. Hay que dar credibilidad a los argumentos que se lanzan. Una forma fácil es utilizar fuentes de diverso tipo, acudir a expertos y recortar declaraciones para mostrar lo que nos interesa. • Noveno principio: silenciación. Es tan fácil como guardar silencio sobre lo que no se tienen argumentos y acallar lo que pueda favorecer a los adversarios. Por supuesto, se trata de ocultar verdades propias que entorpecerían el proceso de propaganda y podrían hacernos perder credibilidad. • Décimo principio: transfusión. Siempre la propaganda actúa sobre ideas preexistentes, para hacerla mucho más efectiva. Es decir, utiliza argumentos y pensamientos muy arraigados en la mente de la gente para que sea más sencillo convencer. • Undécimo y último principio: unanimidad. Es importante crear sensación de unanimidad, para que parezca que todo el mundo del propio bando piensa igual sobre algo, y el que
piensa diferente es que está equivocado y, encima, es un apátrida. Dicho esto, cada uno puede sacar sus propias conclusiones. No voy a hacer lo mismo que los gobiernos, que tratan de decirnos con métodos sutiles lo que debemos pensar, pero que como veis, no son tan difíciles de reconocer. Aprovecho para hacer una denuncia directa a los dos bandos, que considero que en este caso han sido el Gobierno de Gibraltar y el de España. Gibraltar provocando una situación que afecta directamente a un colectivo necesitado, que en esta ocasión son los pescadores, y España avivando el fuego en lugar de ir, de una vez, a resolver las cosas como hay que hacerlas: en los tribunales internacionales donde Gibraltar quiere que vayamos, pero donde no vamos por el miedo a reconocer la soberanía y, por tanto, las aguas. Y, antes de terminar, también quiero denunciar a los grandes medios de comunicación estatales por su falta de independencia y de imparcialidad, que han tratado este asunto de forma interesada e incompleta, provocando la desinformación generalizada y la desunión y el odio entre los ciudadanos de un lado y el otro. ¿No les da vergüenza?