Amanezco otra mañana en el campo, como una superviviente de esas de los reality de la tele, embatada y despeinada, acostumbrada sin querer a andar a oscuras, con zapatillas de verano quizás poco apropiadas para andar por el fango... Perico, el burrito ,trabado de sus patas delanteras, me mira cansado de los ladridos de los perros, que aun no han entendido que también es uno de los nuestros. De repente llueve...barro hasta las rodillas ,el burrito se desliza colina abajo y yo detrás sin saber muy bien qué hacía... Ahora voy cuesta arriba, no me importan el viento, la lluvia ni el frío...Estoy ahí, en ese sitio mágico en medio del estrecho. Amanece y ya puedo ver el faro de Tarifa y Tánger en frente. De repente una piedra. Tu nombre grabado en blanco; Currito, esa piedra es ahora lo único que tengo, además del boquete de tres kilos doscientos que me has dejado. Y no se me ocurre nada mejor que escribirte en el que sería tu octavo cumpleaños. No he podido pintar desde que no estás, ni mis pinceles tienen consuelo...Nadie me acompañó tanto como tú, nadie como tú hizo que dejara de sentirme sola...en Berlín ,Algeciras, Sevilla, Madrid, Murcia, Marraquech...has estado en todos mis viajes, has
sobrevivido a mi lado a siete duros inviernos, al frío, a los menos veinte grados bajo cero... Siempre ahí, pegado a mis tobillos...Mi pequeño fiel , noble...mi chinchoso celoso... Mi otra mitad, mis paseos por la playa, mi último " bocao" de la tostada... A veces tengo la sensación de que no sabré salir nunca de esta tristeza, de que no recuperaré la ilusión por llegar a casa. Rodeada de clínex y con un vacío inmenso e inexplicable, hoy me obligo por fin a recordarte alegre y fuerte, tumbado al sol o dando saltos por la arena... Mi querido Curro, mi enano, yo estaré ahí siempre, paseando a tu lado, aunque no pueda verteç Blanca Orozco Sambucety.Febrero.2014