Cuatro mujeres que hoy son un poco más felices Ya era hora... se decían ayer las cuatro trabajadoras del Servicio de Recaudación de la Diputación de Cádiz. Cuatro personas, que desde principios de 2012 dejaron de percibir sus salarios y comenzaron a sufrir un largo calvario que ha durado 37 meses. Tras un largo proceso judicial, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha venido a ratificar la sentencia del Juzgado de lo Social de Algeciras que consideraba a las cuatro trabajadoras de dicha empresa en Los Barrios empleadas de pleno derecho de la Diputación Provincial. En el texto del Alto Tribunal, se reconoce la cesión, que califica de “ilegal”, de las trabajadoras. La sentencia desestima el recurso planteado por la institución provincial. La resolución del recurso, notificada ayer a las partes, considera que las cuatro mujeres ingresaron entre 2003 y 2004 en la mercantil municipal pero prestando servicios en las sedes físicas del Servicio de Recaudación y Gestión Tributaria. Pertenecían a la oficina de recaudación del ayuntamiento de Los Barrios, que entró en administración concursal. El concurso de acreedores supuso el bloqueo de las finanzas lo que implicó que el dinero que remitía Diputación como pago de salarios quedara suspendido. A pesar de ello, no dejaron de prestar sus servicios. Si duro es que no te paguen el sueldo, más lo es aún, teniendo que acudir, día tras día, a su puesto de trabajo, sabiendo que a fin de mes, su labor no iba a ser compensada económicamente.
Aunque aún queda posibilidad de recurso, queda también la cuestión de si Diputación recurrirá o no dicha sentencia. Habría que recordar el compromiso de ésta de no recurrir y acatar la sentencia. Veremos a ver qué ocurre. Atras quedan días, años de total desesperación por parte de cuatro familias, que sí... han tenido su apoyo, familiar, de amigos, de trabajadores... ha habido manifestaciones, concentraciones... pero estas mujeres y su entorno más próximo son las que han llevado sobre sus espaldas el peso de la lentitud de un proceso que las tenía atadas de pies y manos y que, incluso, ha llegado a mermar la salud de alguna de ellas. Ahora están alegres, al menos han visto reconocido su duro sacrificio. Se merecen la sentencia... estas mujeres delante de las que hay que quitarse el sombrero, porque ellas no fallaron en ningún momento y, frente a esto, se vieron envueltas en un cúmulo de circunstancias, ajenas a ellas, en las que hubo quien quiso lavarse las manos. Confiemos en que la normalidad, si es que es posible, vuelve de nuevo a esta relación laboral que alguien quiso romper. Esperemos que cobren lo que se les adeuda y se las vuelva a contratar... De momento, estas cuatro mujeres son hoy un poco más felices... Algeciras 17 de febrero, de 2015