Firma Carmen González 170615

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Los políticos, ¿Se acuerdan de los mayores? Estamos en la recta final de la campaña electoral. Quedan apenas seis días para volver a las urnas después de dos semanas de actos de partido, si bien da la impresión de que llevamos meses de campaña electoral, campaña en la que, en el caso de Andalucía, se han ido mimetizando mensajes y consignas de ámbito más local, pensando en la siguiente convocatoria electoral del próximo 24 de mayo. Estamos en un año especialmente electoral con tres convocatorias en el caso de nuestra comunidad. Vamos a acabar hartos de campañas. Hemos vuelto a oír hablar de corrupción, de “lo bien que lo estamos haciendo” o más bien de lo mal que lo hace el “contrario”. Se habla de corrupción, de la que se cuece en los patios de los otros, pero nunca se reconoce la de uno mismo. A los políticos se les llena la boca de mensajes, especialmente dirigidos a sus propios militantes o simpatizantes porque son a los que, de manera especial, les encandilan estos discursos. Y los políticos hablan, eso sí, buscando ese momento de protagonismo del que se harán eco los medios de comunicación, sobre todo las televisiones. Pero, ¿realmente calan esas promesas, esos ataques a los otros entre la ciudadanía? Muchas promesas que, como ya estamos acostumbrados, luego no se cumplen. Oímos hablar de empleo de sanidad, de educación, servicios públicos, en general, pero con pocas concreciones. En la mayoría de los casos el ciudadano no llega a conocer el fondo de los programas electorales. Recordamos algunas ideas, enfrentamientos, el “y yo más”, pero pocos hechos concretos. Y si hay algo de lo que apenas se habla en los mítines o debates es de los mayores y ello enmarcado en políticas sociales de apoyo al ciudadano. En una sociedad que está


envejeciendo, y de ello tienen mucha culpa las dificultades para compatibilizar trabajo y vida personal, los partidos políticos, los que nos gobiernan o quieren gobernar, deberían darse una vuelta de vez en cuando por los barrios y ver cómo tantos ancianos malviven, sin apenas apoyo económico o social, sin medios dignos con los que pasar los últimos años de vida. Ancianos que viven solos, en muchos casos abandonados por su propia familia. Pero el Estado o la administración que corresponda debe estar allí, apoyando a quienes aportaron su trabajo, en la calle o en su casa, a quienes contribuyeron con su esfuerzo a sacar adelante a una familia o a una empresa. No nos podemos olvidar de los mayores. Debemos hacer un esfuerzo por ampliar la red de atención social, cuyos profesionales son estupendos; por abrir más residencias; por pensar algo más en estas personas que nos necesitan y, dado que la muerte es algo que a todos nos llega, no desatender los cuidados paliativos, una obligación de todo sistema sanitario para poder afrontar con dignidad la muerte. Los recortes económicos provocaron el cierre, en Algeciras, del hospital para paliativos existente en las antiguas instalaciones de la Cruz Roja. Los administradores sanitarios indican que la atención sigue siendo la misma en las plantas del Punta de Europa, pero por mucho que insistan, no es lo mismo por que no hay una sección destinada a ello. Hay camas, cuando las hay. Eso sí, si hay algo que hay que alabar es el trabajo “impecable” del equipo de profesionales que atienden este servicio, tanto en el hospital como en las casas. Son personas de una gran sensibilidad y a las que hay que agradecer su apoyo y cariño. Y en ello hay que invertir más... Algeciras, 17 de marzo de 2015.


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