SER. 20/07/15.Desde hace muchos años, más de los que recuerdo, soy un asiduo de los Cursos de Verano de distintas Universidades. En realidad, en ese formato entre académico y vacacional, comencé a asistir a cursos en los meses de julio y agosto, por distintos lugares de la geografía española, porque eran los únicos en donde, allá por los Noventa, se impartían determinadas materias de mi interés. Resultaba curioso que solo en ese ambiente casi informal se estuviera ensayando lo que luego resultó ser un tema emergente dentro de las Ciencias Humanas. Pero, pasado el tiempo y habiendo dado el salto de alumno a profesor, los Cursos de Verano siguen gozando de buena salud y, seguramente, porque mantienen esa característica que los vio nacer: combinar el asueto con la enseñanza y juntar, además, a docentes de distintas universidades en una misma actividad, con lo que se gana en frescura y conocimiento. Los Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz en San Roque, en los que he tenido la suerte y fortuna de participar la semana pasada, me han retrotraído 25 años atrás en mis recuerdos. 35 ediciones, que se dice pronto, han convertido a San Roque en un referente al que acuden cada año, además de alumnos y alumnas, decenas de profesionales y docentes de distintos lugares de España, también de la UCA por supuesto, a impartir sabiduría y a difundirla en un entorno y un ambiente realmente propicio.
Quien no haya experimentado nunca esa mezcla de relajamiento e intensidad intelectual, no sabe lo que se pierde. Y el Palacio de los Gobernadores aporta ese plus de majestuosidad y de historia compartida que tanto se agradece. San Roque no ha querido dejar de ser referente también en esto y, seguro que quienes hace 35 años comenzaron esta andadura, no podían ni imaginar a donde les iba a llevar aquella iniciativa adoptada con toda la ilusión y ninguna garantía. La cantidad de conocimiento, de lo más diverso, que en los 13 cursos y más de 70 conferencias se están impartiendo en San Roque, convierten a la ciudad, donde reside la de Gibraltar, en referencia obligada en los circuitos universitarios de verano que, afortunadamente, proliferan tras que la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander los pusiera de moda y, también afortunadamente, todas las demás le copiaran. Ya sea para hablar de biotecnología, comercio marítimo, arqueología, literatura, desarrollo industrial, relaciones exteriores o turismo gastronómico, pasar por las aulas en verano y en San Roque, es un auténtico placer. No se lo pierdan.