Sinceramente en estos días me he interesado más por el cielo que por la tierra. El lunes, sin esperarlo, subí a la terraza a la caída del sol a recoger la ropa oreada y cuál fue mi sorpresa que me topé sin esperarlo con Venus y Júpiter en conjunción. No se había cruzado conmigo la noticia de tan grandioso evento y me pillaron desprevenida esas dos luces tan lejanas de mí y tan cercanas entre ellas. Las noches siempre son mágicas pero las de verano te envuelven en su brisa y lo hacen todo más cálido. Miré también al cielo el viernes, con una luna creciente alumbrando el patio de Casa Urrutia donde un grupo de mujeres celebrábamos la clausura del taller creativo que durante cuatro meses he tenido la satisfacción de impartir y que según los testimonios de sus protagonistas, les ha reportado muchas cosas buenas. Y eso lo oía mientras miraba la luna y las miraba a ellas rodeadas de flores, comida y velas, todas vestidas de blanco. Inolvidable imagen que también me dejó la noche. A los dos planetas les hice el seguimiento ayer que volví a subir a la terraza y hoy, la noche ha vuelto a regalarme un paisaje diferente y asombroso. Viniendo de Algeciras camino a Los Barrios por la carretera vieja, cruzando el estrecho y corto túnel por el que pasa el tren, y que te hace dejar un paisaje de polígono y farolas para adentrarte de repente en otro de bosque
oscuro… y ha sido justo ahí, en esa curva donde la noche se ha abierto. El cielo pintado de nubes finas y paralelas, aborregadas y negras en un cielo índigo. He reducido la marcha, por la noche esa carretera pocos la frecuentan y me he ido adentrando escuchando una balada de esas inolvidables de Freddy Mercury y su banda, Queen. “El espectáculo debe continuar” era el tema… Y así fue, continuó, porque he llegado a casa, he encendido el ordenador para empezar a perfilar el artículo y en la ventana, entre el seto de cipreses empezaba a asomar la luna llena y aquí me tienes clavada delante mientras me sale todo esto que estoy escribiendo y que fue anoche cuando lo sentí. Ahora voy a coger la grabadora y voy a leerlo en voz alta, que resuenen en la noche todas mis palabras que ahora a pleno día tú escuchas. Y quiero recordarte que este mes tenemos otra luna, la azul, fenómeno no muy frecuente, por eso te aconsejo que no dejes de mirar al cielo que en estas noches tiene muchos espectáculos gratis que ofrecerte. Feliz verano.