LA FIRMA ABRIL 2015
Se están oyendo algunas voces para que se suspendan los partidos, en los que se pite al Himno nacional. Yo no soy futbolera, pero la polémica me viene muy bien para dar mi opinión. El fútbol es otro deporte más, en el que se mezclan temas políticos, de corrupción, de violencia de género, de racismo y xenofobia, hasta agresiones y violencia, que a los que desde fuera, con el desconocimiento de lo que significa este deporte para los profesionales o los seguidores, vemos que desata mucha pasión, sobre todo cuando se juegan una Copa los grandes equipos, o los pequeños al ascender o descender en la clasificación de la Liga. Hemos visto con alarma, como grupos radicales atentan contra los seguidores de otros equipos llegando incluso al asesinato. Hemos visto cuánto han tardado las autoridades en regular actuaciones violentas de los ultras, subvencionados la mayoría de las veces por los mismos clubs de fútbol, o cómo se hacen oídos sordos a los gritos e insultos a jugadores extranjeros por el color de su piel, desde el anonimato de las gradas, por el mero hecho de quitarle una pelota a uno de los suyos, o por alguna jugada polémica. A los campos van niños pequeños, yo no sé qué ejemplo le estamos dando, pero me parece que los menores que ven estas actuaciones pueden confundirse y creer que es lo normal, incluso cuando algunos padres atacan e insultan a los árbitros en partidos de niños que están jugando limpiamente y, asistimos, a escenas tan deplorables como intolerables en el campo de juego. Porque en el fondo de eso se trata, de un juego, en el que unos cuantos, intentan meter el balón entre tres palos protegidos por un guardameta…Creo que no es para ponerse así, como dice la chirigota. Si además es una chica o una mujer la que arbitra o es juez de línea, algunos desalmados del público la mandan a la cocina o a limpiar y se le insulta, llamándole de todo. Hace poco, también tuvimos que oír como los cánticos en el campo, animaban a un jugador que había sido denunciado por su novia por palizas, tratándole de héroe y a ella, de…eso que no se puede reproducir, pero que todo el mundo sabe que le dijeron. Vemos a jugadores y clubs que evaden impuestos haciendo trampas a la Hacienda que somos todos, con chanchullos para pagar menos o no pagar, llevándose dinero a paraísos fiscales o haciendo operaciones en negro. Algunos equipos y sus directivos están en el ojo del huracán.
Ya digo que no me gusta el fútbol, pero entiendo a las personas que lo viven y disfrutan cuando ganan sus equipos y lo celebran de una forma sana, pinchando con ironía o humor a los perdedores, y perdedores que se lo toman a bien, diciendo que otra vez será, invitando a unas cervezas a los que han ganado con honestidad. El futbol al fin y al cabo es un reflejo de esta sociedad en que vivimos y hay de todo, hay buenas y malas personas, hay buenos y malos jugadores, hay clubs que cumplen y otros que no, y aficionados modélicos y otros que deberían estar en la cárcel. Pues con todo eso, resulta que hay una movida para que se paren los partidos cuando se pita el Himno nacional, con todos mis respetos al Himno y reconociendo que es importante… ¿no son más importantes muchas de las cosas que he relatado? … El fútbol es un negocio, trabaja mucha gente y genera empleo, los seguidores se gastan su dinero en viajes, hoteles, bares, entradas, propaganda, se pretende, que porque haya algunos que piten, se paren los partidos, a mí me parece una barbaridad, pero solo porque nadie se lo ha planteado siquiera por alguno de los otros motivos… En esta sociedad es más importante una banda de música que el ojo morado de una mujer, que un cuchillo en el corazón, que a un extranjero se le llame mono, que nos roben a todos de los impuestos de estado del bienestar, o que los niños vivan el deporte como un acto violento. No lo entiendo ni lo entenderé por muy bien que alguien me lo quiera explicar, a lo mejor es que resulta que soy de otro planeta. Mª del Pilar García Victorio
Una juez de línea fue víctima de lamentables insultos machistas en Cádiz
La otra violencia del fútbol español: un padre pega al árbitro de un partido de infa ntiles.