La Firma Eva Reyes El periodista y escritor Juan José Téllez presentará hoy, en la biblioteca pública municipal José Riquelme de La Línea, su último libro, que bajo el nombre de Yanitos. Viaje al corazón de Gibraltar rinde homenaje a los ciudadanos de ambos lados de la Verja que durante más de tres siglos han tenido que salvar enormes obstáculos para sobrevivir, a causa de un contencioso que el autor califica no sin razón de disparate histórico. En una entrevista concedida al diario La Verdad, Téllez, que ya ahondó en la cuestión de Gibraltar en dos libros anteriores, Gibraltar en el tiempo de los espías y Sin ninguna base, geografía humana del militarismo en el sur de Europa, y en varias colaboraciones, dice que la bibliografía sobre el Peñón y el contencioso es tan extensa que apenas se ha hablado de la población civil, de lo que él llama el “paisanaje humano” de la zona.
Y es cierto. Los grandes perjudicados, y los grandes olvidados. Y lo más triste es que hoy en día, tal y como dice la canción, la vida sigue igual. Los ciudadanos de ambos lados de la Verja siguen siendo, a nivel individual y colectivo, los grandes perdedores de esta historia. Recordemos, sin tener que echar la vista muy atrás, los trece años durante los que los gibraltareños permanecieron encerrados por antojo de la dictadura española y su cacique. Pero me centraré en mis conciudadanos españoles y, especialmente, en esos miles de linenses que se quedaron sin trabajo al cerrar la Verja en el 69 y que o bien tuvieron que emigrar o bien tuvieron que buscarse las habichuelas por aquí a pesar de la escasez de oportunidades. Esos mismos españoles que, ahora, transformados en hijos y nietos, tienen que aguantar unos retrasos intolerables para regresar a casa tras una larga jornada de trabajo en un país extranjero porque en el suyo no se crea empleo. ¿Cuándo cesarán las declaraciones de políticos españoles justificando lo injustificable? Les invito, desde esta humilde tribuna, a cruzar la Verja por gusto, como el que no quiere la cosa, a poder ser un 15 de agosto o un 21 de diciembre. No les rindo las ganancias. También quiero guardar unas líneas para los pescadores, víctimas de la decisión unilateral de Picardo de romper el acuerdo pesquero de 1999 e meros instrumentos en manos de políticos españoles más empeñados en sacar rédito que en solucionar problemas