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Ataques
from Revista SQUALO
by JNHdzG
formas de atacar atacar
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Cada año, un determinado número de personas son atacadas por tiburones, aunque no todos estos ataques suelen ser mortales. El tiburón es una especie depredadora, especialmente nocturna, cuya actividad se incrementa en las noches sin luna, ya que, aunque se adapta perfectamente a diferentes niveles de luz, se mueve por impulsos electromagnéticos. Aunque la vista y el oído son los sentidos más despreciados en los tiburones, éstos dan información al cerebro sobre su velocidad y su dinamismo. A partir de estos datos se producen comentarios sobre su comportamiento hostil. De todos modos, el tiburón, especialmente el tiburón blanco, ha tenido suficientes casos para convertirse en un gran animal peligroso, así como en un enemigo casi indestructible debido a su forma de atacar emergiendo desde las profundidades. El 69% de los ataques se han producido en aguas tranquilas y situaciones climatológicas favorables, así como una mayoría de casos se da más propiamente en aguas cristalinas. No parece que haya relación entre los ataques de tiburones y la temperatura del agua. Es un mito que los tiburones resulten más peligrosos en zonas profundas, ya que el 45% de los ataques se sitúan a menos de diez metros de profundidad, como en bahías y canales donde la profundidad aumenta súbitamente. Igualmente, calas, ríos, muelles o lugares próximos a puertos donde se concentran desperdicios de pesca o similares son zonas peligrosas, con un 18% de ataques. Las playas son los lugares donde se han producido el mayor número de ataques, sobre todo en zonas a 60 metros de la costa. Recientes investigaciones señalan que muchos de los ataques se producen a causa de un error de identificación por parte de los escualos, que confunden a buceadores, nadadores y surfistas con focas o leones marinos. Esta especie tiene la forma perfecta para ser un depredador, cazar sus presas y atacar a sus enemigos antes de que estos se den cuenta de su presencia.