El poder de las Neuronas - parte 1

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Primera Ediciรณn

PODER DE LAS NEURONAS EL

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Joan Tincopa Langle



Primera Edición

PODER DE LAS NEURONAS EL

Joan Tincopa Langle

Editores

Lima, Perú 2016


Editado por: Salud Preventiva Andina Dirección de Investigación y Docencia

Elaboración a cago de: Joan Tincopa Langle Ingeniera Geógrafa Ecóloga Investigadora Epidemiológica Consejera Emocional y Espiritual en Salud Comunicaciones: Pasaje San Luis 158 Lince, Lima Perú joantincopa@hotmail.com

La publicación de este trabajo ha sido gracias al apoyo financiero de la ONG Salud Preventiva Andina. Los contenidos pueden ser reproducidos libremente siempre que se cite la fuente.


Introducción

En 1955 Thomas Harvey, patólogo de 43 años, cumplía su turno en la morgue del hospital de Princetonn cuando recibió un cadáver, que sería luego cremado y esparcido en las aguas del río Delaware. Al practicar su autopsia, propio de la rutina laboral, extrae algunos órganos, los revisa y decide quedarse con uno de ellos. Por este hecho, la historia le ha concedido una participación controvertida, puesto que se trataba del cadáver de un reconocido científico de origen judío alemán. Su nombre: Albert Einstein. No conocemos las ideas y pensamientos que cruzaron por la mente del patólogo. Podríamos suponer que los impulsos que le motivaron a remover, seccionar y conservar en frascos el cerebro del genio, para luego llevarlo consigo, abrigaban la esperanza de conocer qué había en aquella masa de distinto a un cerebro promedio. Aunque la neurología no era su especialidad, ni llegó a serlo con los años, quiso de alguna manera conocer si existía, en el cerebro de Einstein, alguna característica que indique la razón de su reconocida y extraordinaria inteligencia. Luego de estudios practicados a las muestras de tejido cerebral y de haber revisado fotografías del cerebro, antes de ser seccionado, algunas afirmaciones se han planteado. Entre ellas, la sugerencia de presentar una mayor cantidad de células gliales en una porción de la corteza parietal izquierda. De presentar surcos más largos en algunas partes o más cortos en otras y la presencia circunvoluciones especiales. Lo cierto es que, con respecto a otros cerebros, no podemos afirmar que exista algo especial o diferente en su anatomía que nos indique una inteligencia superior.

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Años de investigación neurofisiológica nos dicen que estudiar el cerebro de una persona fallecida no nos dice mucho. Conocer cómo funciona un cerebro requiere de conocer su dinámica. Por lo cual, se requiere observar un cerebro en acción. Esto es, en una persona viva. Para que el cerebro manifieste capacidades, pensamientos, aprendizajes, recuerdos, razonamientos y comportamientos; para que sepamos como percibe el entorno y gestiona todas las demás partes del cuerpo, debe funcionar la mente. El cerebro, es en esencia, la parte física donde se crea la mente. El cerebro está conformado por tres estructuras anatómicas individuales que relacionan tres aspectos diferentes de la mente. Para este momento, estaremos planteándonos ¿qué es la mente?. La mente es la capacidad de percibir y dirigir el conjunto de actividades cerebrales que producen comportamientos conscientes e inconscientes. Pensamos y somos capaces de percibir que estamos pensando, razonando o actuando. Al mismo tiempo, nuestro cerebro recibe y envía comunicaciones que organizan miles de funciones para que nuestro cuerpo se mantenga en las mejores condiciones. Nuestro cuerpo manifiesta vida sin que nos percatemos de esas comunicaciones. La capacidad consciente que nos permite elegir lo que hacemos o interiorizar nuestros deseos, se ubica en la región denominada neo córtex. En esa región se procesa todo lo que aprendemos y experimentamos. En esta zona se analiza mucha información. La manera como se estructuran las conexiones neuronales en esta área es lo que nos diferencia de las demás personas, haciéndonos únicos. Las conexiones en el neo córtex nos permiten ser conscientes de nuestra existencia. De lo que hacemos, de lo que pensamos, de nuestros comportamientos, de nuestros sentimientos, de nuestro entorno y además podemos expresar nuestras ideas. Somos conscientes de nuestra existencia por la configuración neuronal en esta zona del cerebro. Saber el papel que cumple nuestras neuronas y el cómo funcionan, en relación al neo córtex y a todo el sistema nervioso, nos permite avanzar en la autoregulación de nuestra mente y en consecuencia de nuestras acciones. Confío que este esfuerzo editorial reditúe en su presente, día a día.

Joan Tincopa Langle

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Capítulo 1

Nuestro cerebro

La ciencia actual de los procesos cerebrales y su relación con el comportamiento, abren nuevas puertas hacia los caminos de la autoconstrucción o por lo menos sabemos cada vez más, cómo influimos en nuestro destino de manera consciente. Nuestro cerebro es una masa blanda y gelatinosa plegada dentro del cráneo y en ella se encuentra nuestro mundo, tenebroso o placentero. Si dejas de leer y piensas en algo, lo que fuera, este pensamiento esta aparejado con algún sentimiento: de tristeza, de esperanza, de alegría, etc. Somos unidad, por tanto, tu pensamiento también ha causado cambios en tu cuerpo. Sea que pienses que “puedes” o “no puedes” tu cuerpo presenta cambios y esos cambios son mensureables. Incluso en la comodidad de tu asiento, el páncreas y las glándulas adrenales han comenzado a secretar una serie de hormonas en respuesta a tu último pensamiento. Como tormentas, en distintas zonas del cerebro se reciben cargas eléctricas que liberan torrentes de neurotransmisores químicos. Si pudieras observar tu bazo y tu timo te asombraría ver como envía señales a tu sistema inmunológico para “gatillar” algunas modificaciones. Estas secretando varios jugos gástricos. El hígado despierta enzimas que no estaban despiertas hace unos momentos. Tu ritmo cardiaco ha cambiado y tus pulmones han alterado su capacidad y se ha modificado el flujo sanguíneo que llega a los capilares de tus manos y de tus pies. Un solo pensamiento basta para que esta ecología fisiológica se mueva. Viva. Razonamos y comprendemos que el cerebro se encarga de realizar y regular una serie de funciones para que nuestro sistema actué y para que nuestro cuerpo responda. La alegoría más usada para describir al cerebro es la de un director de orquesta o un super director ejecutivo de una gran empresa.

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¿En qué medida somos responsables de que nuestro cerebro cumpla con esta gran función? Sea que estemos de acuerdo o no lo estemos, una vez que el cerebro crea un pensamiento se echar a andar la mecánica eléctrica y química inmediatamente. Las reacciones corporales que se producen a causa de nuestros pensamientos, conscientes o inconscientes, suceden sin que nos percatemos de ellas.

Nuestro Mundo Neurológico Si capturamos algunos pensamientos constantes y pudiéramos ver las múltiples reacciones que han ocasionado en nuestra fisiología (ayudados por la tecnología de imágenes) y al mismo tiempo en nuestras sensaciones, podríamos verificar un patrón constante que tiene directa influencia en desequilibrios corporales, como alguna enfermedad. Y esto, básicamente porque se envía la misma información en alguna parte de nuestro cuerpo, entrenándolo para que nuestro sistema regulador asuma como normal aquello que es anormal. Puede ser esto posible? Hoy sabemos que es así. Sucede a dimensiones tan imperceptibles pero que, poco a poco, a mediano o largo plazo han alterado las composiciones químicas de nuestro organismo.

Vamos a cerrar los ojos y hagamos el esfuerzo de escuchar los ruidos que nuestros oídos perciben. Es probable que, ya avisados de los cambios que sufre nuestro cuerpo, notemos como generamos tensión o como nos relajamos, o bien como se eleva nuestro pecho por la respiración. Tras bastidores y debido a que hemos enfocado nuestra atención, nuestro cerebro recibe una subida de voltaje en algunas zonas, por causa del flujo eléctrico de los millares de neuronas que se comunican en el interior de nuestra cabeza. Muchas de estas neuronas se han agrupado y creado condiciones y relaciones entre si durante unos instantes. Según como nos hemos concentrado, se han establecido una cantidad de interacciones químicas que relacionan a determinadas neuronas fuertemente, creando una serie de combinaciones y secuencias que se reservan para ser llamadas a mediano plazo o incluso a largo plazo cuando sean útiles a nuestra vida.

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Cuando estamos concentrados en una algo muy interesante o placentero dejamos de percibir un malestar (por ejemplo, olvidamos el disgusto en casa o en el trabajo). Incluso el dolor físico puede desaparecer si estamos concentrados en algo que capta mucho nuestra atención. De repente, nos percatamos que el dolor desapareció y este acto de recordárnoslo, trae de vuelta las sensaciones desagradables.

Es el Cómo, el Donde y en Qué nos concentramos, lo que define nuestro nivel neurológico. Los sufrimientos del pasado, arrinconados en algún espacio profundo de nuestra memoria, pueden ser llamados por nuestra atención y cobrar vida. No existe la experiencia en nuestro presente. Sucede que, al revivir en nuestro cerebro los hechos pasados, volvemos a recrear la experiencia. Sufrimos, en este caso, por nuestra propia acción voluntaria. De manera similar, podemos crear nuestros pensamientos con preocupaciones acerca de un futuro con angustias que no existen pero que nuestra mente las invoca. Para muchas personas, incluso para usted o para mí, muchas ideas o creaciones en nuestra mente son reales a pesar de no existir. ¿Qué les da vida?

Somos la resurrección y la vida, cada vez que decidimos enmendar errores y asumimos nuestros desafíos frente a un mundo externo. Así, también le insuflamos vida a lo irreal mediante nuestra atención y percepción. La ciencia neurológica nos evidencia que podemos percibir e interpretar dolor en alguna parte del cuerpo, aunque esa parte no exista (dolor del amputado). Los circuitos cerebrales que perciben el dolor se activan eléctricamente. Si estos circuitos se activan de manera repetida, las conexiones existentes entre ellos pueden llegar a hacerse más fuertes. Por esta característica, el hecho de prestar atención de manera continua al dolor nos hace proclives a desarrollar una perfección neurológica más aguda y los circuitos cerebrales implicados se robustecerían. La suma de nuestras atenciones, de la constante evocación de recuerdos o creaciones futuras configuran nuestras características y definición neurológica.

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Aquello en lo que pensamos: nuestros recuerdos, anhelos, sentimientos, miedos, fantasías, habilidades, costumbres, alegrías, están codificadas en más de 100,000´000000 de células que se conectan en nuestro cerebro.

El repaso mental es un poderoso medio para fortalecer y moldear nuestros circuitos cerebrales Cambiamos nuestro cerebro cuando pensamos. Si somos el producto de nuestros entramados neurológicos, ¿qué pensamientos, razonamientos y acciones son los que repasamos continuamente?. Los pensamientos, razonamientos y actividades, conscientes o inconscientes, contribuyen a la conformación de nuestro YO neurológico. Aquello que pensamos y repasamos con más frecuencia determinan nuestra autopercepción, y de ella lo que somos y lo que seremos. Visto así, podemos comprender porqué somos de tal o cual manera, qué nos ha conducido a serlo y cómo podemos cambiar nuestra manera de ser a través de pensamientos y actos conscientes.

Neuronas y mente Podemos direccionar nuestros pensamientos, nuestra atención y al hacerlo cambiamos de manera intencional lo que somos. ¿Peró, desde donde lo cambiamos? ¿Hacía dónde nos dirigimos? Nuestro YO neurológico se encuentra en una parte del cerebro denominada lóbulo frontal. Si no existiera esta parte o si se dañase, dejaríamos de ser YO (dejarías de ser TÚ). El desarrollo evolutivo ha permitido la configuración de esta especial región cerebral ubicada detrás de la frente, encima de los ojos. Desde esta zona se entrelazan los circuitos neuronales que nos permiten relacionarnos con el mundo que nos rodea, sabiéndonos parte de él. Aquí diseñamos nuestras posibilidades, creamos nuestros deseos, tenemos la idea de nuestra existencia y controlamos nuestro comportamiento y nos conduce a través de la vida. Es donde reside nuestra consciencia y por tanto, desde donde podemos influir en nuestros pensamientos, razonamientos y acciones. La manera en que se organizan tus neuronas, como consecuencia de lo que aprendes, experimentas, en lo que recuerdas y en la autopercepción de tus actos, de lo que piensas, de la manera que te asumes, es lo que te define como individuo. En este sentido estamos en constante diseño y construcción. Un proyecto continuo, debido a que la organización de nuestras neuronas sufre cambios constantes. El cerebro no es un órgano estático: todo lo contrario, el cambio es su constante. Las neuronas se reajustan y se reorganizan continuamente, siempre en función de nuestras sensaciones y nuestros pensamientos.

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A nivel neurológico, cambiamos una y otra vez frente al mínimo estímulo. Para facilitar la compresión a un nivel básico se nos ha enseñado que imaginemos las neuronas como series de ramificaciones que se conectan y desconectan. Que siempre intercambian reacciones eléctricas y que se unen en el cerebro conformando la materia gris. Es más adecuado imaginar una serie de patrones en movimiento (como los cardúmenes) que recorren finísimas fibras eléctricas, iluminando zonas donde se conectan muchas y redistribuyéndose a nuevas zonas cuando se desconectan. Si estás entendiendo lo que lees, es debido a que tu cerebro ha almacenado millares de experiencias desde que se inició la gestación. Conociste un mundo uterino y ahora el mundo en que vives. Escuchaste, viste, imitaste y respondiste a las influencias de tus padres, familiares, maestros y diferentes personas así como a múltiples situaciones, dando lugar a una infinidad de construcciones mentales frente a lo que te rodeó. Primero a nivel familiar y luego a nivel social. Somos lo que nuestro cerebro almacena, procesa y redistribuye. Toca a nosotros ser quien influye en el cómo, qué y cuándo se procesa nuestra actividad mental. A continuación un ejemplo práctico. Mira una de tus manos. Toca el dedo meñique con el pulgar y luego el dedo índice. Ahora lleva el dedo pulgar al dedo anular y a continuación al dedo mayor (también llamado dedo corazón). Repite el proceso hasta que puedas realizarlo de manera automática. Luego de dominar el ejercicio, repítelo mucho más rápido y sin equivocaciones. Tras En unos pocos minutos es posible dominar esta tarea sin mayor complicación.

Para poder aprender estos movimientos en lo dedos has tenido que poner en movimiento tus neuronas. El estado de reposo en algunas zonas cerebrales cambiaron a estado dinámico. Se aceleraron los patrones eléctricos neuronales a medida que incrementamos nuestra atención conscientemente. Se encendieron las zonas relacionadas cuando aumentamos el nivel de energía en nuestro cerebro, debido a nuestra mayor concentración en lo que hacemos. Y hemos evitado concentrarnos en otros pensamientos ajenos a nuestra actividad. Para aprender y dominar este ejercicio hemos cambiado la configuración de millares de neuronas que han adoptado nuevos y diversos patrones. Ha sido un acto intencionado, producto de nuestra voluntad que ha requerido atención y concentración. Hemos cambiado nuestro cerebro, no solo por pensar en algo nuevo sino por haber practicado y aprendido una nueva habilidad. Si cerramos los ojos y en lugar de practicar el ejercicio físicamente, nos imaginamos en nuestra mente practicándolo; tendríamos que recurrir a nuestra memoria para recordar la manera y la secuencia en como hemos unido nuestros dedos. Al ver mentalmente como se

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unen dedo con dedo, en un plano posiblemente cercano (para observar con detenimiento) y acelerar el proceso en nuestra imaginación, habremos puesto en funcionamiento los mismos circuitos cerebrales que cuando hicimos el ejercicio físicamente. El cerebro no diferencia entre realizar el movimiento o recordarlo.

Las neuronas que se activan juntas, se estructuran juntas. Por tanto, si evitamos que se activen juntas, se desestructuran (deshabituamos pensamientos/actitudes). El repaso mental es una poderosa forma de activar zonas cerebrales y sus creaciones mentales. Con el repaso mental reforzamos nuestras aptitudes y habilidades o las renovamos parcial o totalmente. ¿Cómo tiene lugar el efecto de los repasos mentales? Consideremos la siguiente investigación que explicó el desarrollo de circuitos neuronales en el cerebro. Los circuitos neuronales se establecen por acción de varias neuronas que trabajan juntas o de manera independiente. Básicamente éstas se activan cada vez que aprendemos algo nuevo o recordamos algo aprendido. Estos circuitos revelan la manera cómo cambia el cerebro en cada experiencia sensorial y cada percepción. También en cómo se almacena la información (memoria), en como se construyen las habilidades y cuando un comportamiento es consciente o inconsciente. El descubrimiento de la conformación de circuitos neuronales conduce a entender cómo logramos cambios a nivel celular (adaptación) y a la postre como cambiamos nuestro código genético. En esta investigación se organizó a personas en cuatro grupos: tres de investigación y uno de control.

Grupo A: Se les enseñó una secuencia específica que debían tocar en el piano utilizando cinco dedos de una mano, durante dos horas a lo largo de cinco días consecutivos. Grupo B: Se les indico que toquen el piano en forma libre (sin instrucciones ni indicaciones de ninguna secuencia). Grupo C: No se les facilito un piano y se les permitió observar lo que se les enseñaba al grupo A hasta que una vez aprendido de memoria se imaginarán tocando las notas aprendidas en el piano durante dos horas por día durante los cinco días de la investigación.

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Grupo D: ninguna indicación. No aprendieron ni practicaron nada en este experimento. Resultados Concluida la primera etapa, mediante dispositivos de alta sensibilidad, se practicó una estimulación magnética transcraneal para medir los cambios en el cerebro. El grupo A mostraba cambios en el cerebro debido a la expansión de circuitos neuronal en determinada área. El grupo B mostraba muy pocos cambios en el cerebro debido a que no habían practicado los mismos ejercicios de manera repetitiva. La aleatoriedad de sus secuencias no estimulaba los mismos circuitos neuronales y por tanto no fortalecía ninguna conexión nerviosa. El grupo C mostraba los mismos cambios en el cerebro que el grupo A. El grupo D no mostro ningún cambio en absoluto.

¿Por qué el Grupo C mostró los mismos cambios que el grupo A sin haber tocado un solo teclado?

Debido a la concentración en la repetición mental de los ejercicios, las personas de este grupo, activaron acciones neuronales específicas en zonas específicas. Como resultado de ello intensificaron circuitos neuronales. Una explicación sencilla es la siguiente: las neuronas que se activan juntas se estructuran juntas. Así, cuando un grupo de neuronas se estimulan a la vez, se establecen conexiones mas fuertes entre ellas. En el experimento de los grupos, quienes repasaron mentalmente las secuencias activaron su cerebro del mismo modo que si estuvieran tocando realmente el piano. Al activar repetidamente determinadas neuronas configuraron una agrupación de fuertes conexiones entre ellas en zonas específicas del cerebro que en adelante almacenará un patrón consciente, debido a que han sido producidos voluntariamente mediante el pensamiento.

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Capítulo 2

Biología y electroquímica de las neuronas

El cerebro está compuesto por principalmente por agua y numerosas células gliales (etimológicamente cola o pegamento) cuyas funciones, además de cohesión de la estructura del cerebro, aun no son muy claras para la ciencia. En segundo orden numérico están las células nerviosas, denominadas neuronas. Las neuronas son extremadamente sensibles y muy especializadas. Son las encargadas de producir e intercambiar información codificada en pulsos electro químicos para desencadenar actividades en el cerebro y en distintas partes del cuerpo. La mayor cantidad de neuronas se encuentra en el cerebro. La densidad existente entre ellas puede comprenderse al imaginar las que puede albergar un grano de arena: unas cien mil neuronas. Se ha calculado que todo el cerebro contiene la fabulosa cantidad de cien mil millones de neuronas. Tardaríamos más de 3,000 años en contarlas una a una, segundo a segundo. Existen neuronas cuyo tamaño es muy inferior a un milímetro y existen otras cuya longitud se extiende desde el encéfalo hasta la medula (unos 90 cm). Pero todas funcionan de la misma manera. Por ejemplo, al despertar: 1. Somos conscientes que despertamos e imaginamos las actividades que cumpliremos

en el día: · Algunas zonas del cerebro se activan para reunir las ideas e imágenes que necesitamos para crear mentalmente los escenarios del día. · Otras regiones se activan en función de lo que perciben del entorno (vista, olfato, oído, etc) · Paralelamente, diversas zonas se activan para despertar y modular sensaciones internas como hambre, sed, frio o calor. 2. Nos disponemos a ponernos en acción: · Un grupo de neuronas (motoras) envían señales electro químicas que viajan desde

el cerebro, por la medula espinal, a las partes del cuerpo que harán los movimientos planificados mentalmente.

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Las neuronas utilizan un método único para comunicarse. Por tanto, si todos los seres humanos procesamos de la misma manera la información neuronal. ¿Por qué respondemos distinto a un mismo estimulo? Las neuronas se organizan en circuitos (patrones) que influyen en la conducta de la persona. De esta manera, la respuesta personal varía de una persona a otra, en relación a la manera como se configuran estos circuitos neuronales frente a un mismo estimulo.

Anatomía y Fisiología de la Neurona El cuerpo humano dispone de 12 sistemas funcionales. Todos los sistemas están compuestos de células. Las células del sistema nervioso se denominan neuronas. Entonces una neurona es una célula. Como toda célula está compuesta de una membrana celular, un citoplasma con sus organelos y un núcleo. Además de esta estructura interna común, las neuronas poseen dos tipos de extensiones externas que se prolongan casi de manera opuesta. Las extensiones que se ramifican en una serie de nuevas extensiones más cortas se llaman dendritas y sus terminaciones, denominadas espinas dendríticas, tienen la función de recibir/captar las señales electroquímicas de otras neuronas. Son muy importantes en el proceso de aprendizaje. La extensión opuesta es una fibra generalmente larga denominada axón. Cada neurona tiene uno o dos axones. El axón también presenta un extremo similar a las raíces de un árbol cuyas terminaciones tiene la función del envío de señales electro químicas. Se les llama terminaciones axonales. Una neurona es extremadamente plástica y dinámica. A través de sus terminaciones está continuamente enviando y recibiendo señales de neuronas cercanas en distintas direcciones y al mismo tiempo, formando circuitos neuronales que operan prácticamente sincronizados. Algunas neuronas se especializan en recibir las señales del ambiente exterior al cuerpo humano y la trasmiten a través de la medula espinal hasta el cerebro. Otras se especializan en llevar señales del cerebro hasta zonas del cuerpo con el fin de generar movimientos de órganos y tejidos. Una neurona recibe, en sus múltiples dendritas, señales de los axones de otras neuronas y todas estas señales las retransmite por sus terminaciones axonales a las dendritas de otras neuronas.

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El punto de unión es figurativo, puesto que nunca hay contacto directo entre las neuronas, sino más bien un espacio vacío entre axón y dendrita (de una millonésima parte de un cm). Este punto de conexión es denominado espacio sináptico y es donde se realiza la trasmisión de la señal electroquímica. A este momento de comunicación se le denomina sinapsis. El envío de señales es llamado impulso nervioso. A la neurona que envía el impulso nervioso se le denomina neurona pre sináptica y a la neurona que recibe el impulso es llamada post sináptica. Las recepciones y envío de impulsos nerviosos se realizan entre miles de neuronas al mismo tiempo provocando pensamientos, sensaciones emocionales internas, deseos, procesos mecánicos internos en el cuerpo, comportamientos y distintas actitudes con respecto al entorno que cambian momento a momento. El envío o recepción de las mismas señales, o semejantes, provocan incrementos en determinados circuitos neuronales favoreciendo nuestra inteligencia o limitándola, como explicaremos más adelante. De manera sencilla imaginamos una neurona que recibe múltiples señales en sus dendritas de varias neuronas (proceso convergente) introduce las señales dentro del citoplasma, las interpreta luego procesa toda esa información en el canal del axón y emite en su terminal una sola señal a otras neuronas (proceso divergente) al mismo tiempo.

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Cascada Electro Química Lo externo provoca lo interno. Parece sencillo comprender que siempre respondemos a lo que nos provoque una respuesta. Caminamos por el deseo o necesidad de dirigirnos hacia un lugar. Cogemos aquello que deseamos o necesitamos. Comemos porque sentimos hambre o porque encubrimos una carencia emocional. En los terminales axonales tenemos minúsculas vesículas que activan neurotransmisores. Éstos viajan por nuestros circuitos neuronales y liberan sustancias en nuestro cerebro que causan estados de ánimo en relación a nuestras experiencias. Algunos impulsos nerviosos provocan la liberación de algunos neurotransmisores y a otros no los activan. Ello depende de la cantidad de impulsos nerviosos que requiera cada neurotransmisor para ser liberado. Una determinada frecuencia de impulsos nerviosos será necesaria para liberar cada neurotransmisor. Un impulso nervioso es una corriente eléctrica que sale de la terminal axonal (pre sináptica) al mismo tiempo puede provocar una activación química que, bajo determinadas circunstancia, también provoca activación química en las dendritas de otras neuronas (post sinápticas) que a su vez activan nuevos impulsos nerviosos en milisegundos. No siempre el mensaje viaja a través de todas las neuronas. A veces se debilita el potencial de su impulso. Por ejemplo, sientes preocupación por determinado asunto y decides distraerte con actividades o pensamientos animosos. En algunos momentos, puedes sonreír y disfrutar de la experiencia que realizas o percibes. Tan pronto te lo permitas, vuelve la preocupación a tu mente y con ella una sensación de malestar o pesadumbre. Las neuronas han cambiado de un estado de reposo a tristeza o malestar. Luego activan una sensación de entusiasmo o alegría para luego volver a reiniciar una sensación de pesar. Los estímulos no han sido suficientes para mantener constantes todas estas sensaciones. SI nos auto proporcionamos los estímulos necesarios, de manera consciente y suficiente, los neurotransmisores adecuados se dispararan. Los neurotransmisores se encuentran en distintas áreas del cerebro según cumplan con funciones de inhibición, estimulación o transformación de las actividades neuronales. Pueden comunicarle a una sola neurona que se una a otra con mayor fuerza o todo lo contario, que rompa la comunicación con ella. Pueden enviar indicaciones a neuronas próximas a recibir impulsos nerviosos para que se preparen a recibirlos y los inhiban o detengan completamente. También pueden indicarles que cuando los reciban se activen nuevos mensajes y reenvíen nuevas indicaciones a otras neuronas.

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Disponemos de dos tipos de neurotransmisores, tanto en el cerebro como en el sistema nervioso. Unos son excitadores (estimulan) y otros inhibidores (detienen o disminuyen). Los que cumplen con la función de estimular los impulsos nerviosos lo hacen alterando el estado eléctrico de la neurona post sináptica y aceleran la transmisión de las señales en la neurona siguiente. En la concentración conveniente pueden posibilitar que nuestras funciones mentales se lleven a cabo a una gran velocidad, Sucede lo contario cuando un neurotransmisor inhibe los impulsos nerviosos. Un neurotransmisor inhibidor cambia el estado eléctrico de la neurona post sináptica de tal forma que detienen las señales recibidas. La función biológica de los neurotransmisores inhibidores es equilibrar y no sobrecargar las redes neuronales. La ecología neuronal es un cosmos interno. Una inteligencia que estamos aun explorando.

Las redes neuronales en distintas personas reaccionan diferente ante un mismo estímulo

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Capítulo 3

Sistema Nervioso

El sistema nervioso controla, coordina y activa todas las funciones del cuerpo, manteniendo un orden equilibrado. A diferencia de los demás sistemas corporales, el intrincado tráfico de señales electro químicas de ida y vuelta entre las neuronas hace de este sistema un maravilloso ente inteligente, sumamente especializado y aún por descubrir a profundidad. El sistema nervioso mantiene todos los demás sistemas del cuerpo a través de interpretar las distintas señales que recibe tanto del exterior como las del interior del cuerpo. Almacena todo este tipo de informaciones como recuerdos. Las neuronas son los componentes del sistema nervioso conformado por el cerebro (también llamado encéfalo), la medula espinal y los nervios. La médula espinal es una extensión del cerebro que se prolonga por el canal de la columna vertebral hasta la segunda vertebra. Está conformada por un tejido nervioso bastante largo (alrededor de 45 cm) y recibe millones de impulsos nerviosos sensoriales y motores que viajan de uno a otro extremo de la columna. Ya tenemos una idea de los que es una neurona. Ramificada en sus extremos y con una multitud de posibilidades de comunicación con otras neuronas. Ahora imaginemos miles de neuronas juntas formando una estructura alargada a la cual llamamos fibra nerviosa. Varias fibras nerviosas forman un nervio. Los nervios son entonces conjuntos de fibras nerviosas que salen del cerebro y se ramifican por todo el cuerpo. Algunos de estas ramificaciones no salen del cerebro sino de la médula espinal. Una gran cantidad de nervios forman sistemas nerviosos que cumplen con tres tipos de funciones: conectan el entorno con el cuerpo, conectan el cuerpo al cerebro y conectan el cerebro con el cuerpo. Sistema nervioso central Formado por el cerebro y la medula espinal Sistema nervioso periférico Incluye todos los nervios que llevan los impulsos nerviosos de los órganos y tejidos a la médula espinal y viceversa así como los nervios sensoriales. Dispone de dos tipos de nervios:

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12 pares de nervios craneales (se encuentran cerca al cráneo) que nacen en el tronco del encéfalo y son los encargados de enviar información de los sentidos y también instrucciones internas. 31 pares de nervios espinales que nacen en las vértebras de la médula espinal hacia ambos lados de la columna para responsabilizarse de los movimientos y señales internas a los órganos y tejidos internos. Ambos sub sistemas funcionan en piloto automático, es decir, por programación natural y bajo indicaciones de nuestra inteligencia inconsciente. Por esta razón, se le conoce como sistema nervioso autónomo. Su centro de control de ubica en el mesencéfalo (también llamado sistema límbico) ubicado debajo del neo córtex. El mesencéfalo es la región del cerebro que envía las señales para el equilibrio de las funciones corporales. Regula la temperatura interna, mantiene estable o acelera el pulso, mantiene los procesos digestivos, etc. De manera similar a los neurotransmisores que actúan como excitadores o inhibidores, el sistema nervioso autónomo presenta una dupla de funciones: el sistema nervioso simpático y el parasimpático. El sistema nervioso simpático se activa y concentra la energía en circunstancias que entiende como peligro para la vida del sistema. Prepara al cuerpo para la huida o la lucha. Se acelera el ritmo cardiaco, aumenta la presión arterial, el ritmo respiratorio también aumenta y se libera adrenalina. La sangre corporal se traslada del tracto digestivo a las extremidades (primero es la vida y luego se puede seguir digiriendo los alimentos). Todo esto sucede como reacción para favorecer la supervivencia. Es una reacción filogenia acumulada en miles de años de herencia genética. El sistema nervioso parasimpático hace todo lo contrario. Mantiene la energía distribuida en el cuerpo y la aumenta donde las funciones de órganos o tejidos las requieren para mantener el equilibrio general del cuerpo (homeostasis). El sistema nervioso autónomo también se manifiesta reacciones concretas frente a estímulos externos que identifica como extraños o alteradores. Por ejemplo, cuando acercamos la mano al fuego demasiado cerca o nos quemamos por error, violentamente retrocederemos la mano. La naturaleza nos ha brindado esta inteligencia interna que siempre busca mantenernos en vida y en salud. Cuida de los equilibrios en nuestras células, tejidos, órganos y sistemas corporales. Lleva a cabo estas funciones sin requerir esfuerzo consciente de parte nuestra y las cumple, tanto mientras estamos ocupándonos de nuestros intereses como cuando dormimos. La evolución humana, además de nuestro sistema nervioso autónomo, nos ha brindado una estructura cerebral especial llamada neo córtex (corteza nueva) donde tiene lugar nuestro sistema nervioso voluntario. Desde ahí construimos nuestros pensamientos y deseos para desencadenar procesos controlados a consciencia. Sobre esta bioquímica cerebral controlada descansa el poder de nuestras actitudes.

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A través de nuestra actitud podemos activar un determinado grupo de neuronas que disparan a su vez determinados neurotransmisores que nos hacen pensar, sentir, y actuar de cierta manera. Llegamos a casa y nos dirigimos a disfrutar de la compañía de nuestra mascota. Nos parece agradable verle juguetear con nosotros y nos causa gracia que se interponga entre la pantalla de la computadora, interrumpiéndonos cuando nos comunicamos con otra persona. Pensamos que somos felices al compartir nuestra vida con este hermano menor. Al siguiente día nos parece impertinente que haga lo mismo. Pensamos, que quizá no debiéramos permitirle más éste comportamiento. No tenemos la paciencia para ser amorosos todo el tiempo. Frente a un mismo estímulo y en base al tipo de pensamientos que realizamos, hemos actuado de manera distinta. En función al tipo de actitudes que desplegamos, ocurre una serie de mecanismos internos que desencadenan interacciones neurológicas. Se transmiten impulsos nerviosos, a su vez, se percutan sustancias químicas y éstas generan sensaciones agradables o desagradables. Como funciona nuestro cerebro Solemos referirnos a nuestro cerebro como la suma de compartimentos funcionales, diseñados por la filogenia y la ontogenia. Hemos acordado, científicamente, que son tres cerebros en uno (algunos le llaman cerebro triuno). También hemos acordado que cada cerebro obedece a un momento de nuestra evolución como especie y por ello, presenta ciertas características biológicas. Si ben, los tres cerebros funcionan interdependientemente, algunos aspectos son propios a cada uno. Cerebro reptiliano: regula las funciones fisiológicas involuntarias de nuestro cuerpo y es el responsable de la parte más primitiva del hombre, en el sentido que reacciona de manera instintiva frente a a información biológica con el fin de “sobrevivir”. No piensa ni siente emociones, sólo actúa cuando nuestro cuerpo se lo pide. Realiza el control hormonal, de la temperatura, la sensación de hambre, de sed. Se motiva para la reproducción, el proceso respiratorio, etc. Incluye anatómicamente el tronco del encéfalo y el cerebelo. Por encima del reptiliano, tenemos el Mesoencefalo o Sistema Límbico (también llamado cerebro mamífero), almacén de nuestras emociones y recuerdos. En él se encuentra la amígdala, considerada la base de la memoria afectiva. Entre las funciones y las motivaciones del límbico están el miedo, la rabia, el amor maternal, las relaciones sociales, los celos. Por último, tenemos el Neo Córtex o Cerebro Racional que cubre a los otros dos cerebros y es el lugar donde descanza nuestra conciencia y nuestra capacidad para controlar nuestras emociones. En él desarrollamos las capacidades cognitivas: memorización, concentración, autoreflexión, resolución de problemas, habilidad de escoger el comportamiento adecuado. Cuando nuestro cerebro límbico nos indica que percibimos frío, el neo cortex echa a andar una serie de mensajes que nos conduce a tomar una decisión con respecto a esta sensación. Por ejemplo, abrigarnos.

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El neo córtex está dividido por dos secciones denominadas hemisferios cerebrales, derecho e izquierdo, que guardan simetría anatómicas. Están unidos por un conjunto de fibras nerviosas (cuerpo calloso) que conectan un hemisferio con el otro. Cada hemisferio controla la parte contraria del cuerpo. En el cuerpo calloso los impulsos nerviosos viajan de un lado a otro llevando mensajes y permitiendo al neo córtex la capacidad de percibir el entorno desde dos perspectivas.El neo córtex está compuesto por lóbulos corticales. Lóbulos frontales: Desarrollan la capacidad de la voluntad y se encargan de la focalización de la atención y coordina casi todas las demás funciones del cerebro. Los lóbulos parietales, temporales, y occipitales procesan distintas señales especializadas y le brindan al lóbulo frontal una imagen mental, una idea o un concepto construido con el conjunto de señales. Luego de entender la imagen mental el lóbulo frontal toma una decisión y puede indicar al cuerpo algún tipo de movimiento a través de la corteza motora. Puede construir ideas en respuesta a sus ideas mentales y expresarlas en sonidos (lenguaje) voluntarios. Puede crear rutas de comportamiento futuro (planear) mentalmente. Este es el asiento de nuestra personalidad, nuestra capacidad de acción voluntaria, nuestra autopercepción y de todas las funciones cerebrales llamadas superiores, como la de hacer cálculos matemáticos, crear instrumentos tecnológicos, solucionar problemas, innovar, perfeccionar habilidades y cambiar nuestra conducta. Lóbulos parietales: Ubicados sobre cada oído son los encargados de procesar lo que percepciones al tacto. Esta región interpreta lo que percibimos con las manos o con el cuerpo. La presión y la temperatura, lo doloroso y lo placentero, la vibración o la estabilidad,

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el contacto con la luz, que permite detectar diferencias de ubicación y saber la orientación del cuerpo o partes del cuerpo sin necesidad de mirarlas (propiocepción). Aquí se procesa la información transmitida por los nervios periféricos, que perciben el exterior a través de la piel y envía la información a la medula espinal y ésta su vez al cerebro. También recoge información de partes internas del cuerpo y las transmite por la misma ruta. Usted está mirando la televisión y algo se posa en su mano izquierda. Los nociceptores capturan el estímulo y llevan el mensaje por los nervios periféricos a la medula espinal. Ésta conduce los impulsos nerviosos al lóbulo parietal derecho que interpreta el mensaje: “mosca en la mano”. Este mensaje puede quedar “congelado” pero, al ser enviado al lóbulo frontal, usted toma la decisión de iniciar acción motora (sacudir la mano) o puede comprometer todo el cerebro a fin de tomar otra decisión (tratar de matarla con la palma derecha o con ayuda de algún instrumento). Lóbulos temporales: Se ubican debajo de la superficie de cada oído. Perciben la inmensa cantidad de sonidos y almacena como dato nuevo (hemisferio derecho) o discrimina entre ellos su significado comunicativo, como estructuras de lenguaje (hemisferio izquierdo). A razón de la capacidad de relacionar un sinfín de sonidos para su utilidad comunicacional, su relación con la memoria de largo plazo está muy desarrollada. Al punto, que se interconecta también con la vista y el olfato disponiendo de un centro de asociación percepcion-emoción. Esto se traduce en que nuestros nervios captan estímulos sonoros, visuales y olfativos que son procesados en el lóbulo temporal para detectar si existen recuerdos en nuestra memoria, vinculados a lo que percibimos. Una vez ello, generar una sensación emocional, lo cual permite asociar lo que conocemos, es decir lo que hemos experimentado y memorizado (lugares, personas, circunstancias, actos…) con lo nuevo que estamos tratando de comprender o aprender. También nos ayuda a reconocer lo que ya hemos experimentado y enviar el recuerdo al frontal para que repita la experiencia, la adecue a su nuevo contexto o la relacione con una situación similar. El frontal tomará decisión, respecto de la información que le envíen los temporales. Lóbulos occipitales: Con sus seis capas se encarga de procesar información visual, reconociendo forma y bordes, profundidad de campo, ángulos y dimensiones, color y luz. Distintas regiones en las capas de los occipitales capturan las señales y percepciones de la vista. Juntan toda la información visual y la unen en una imagen mental que es enviada a los temporales para su reconocimiento y luego al frontal para su acción. Para hacerlo más fácil y comprensible, agruparemos el primer y el segundo cerebro y lo llamaremos cerebro emocional inconsciente; y al tercero, lo llamaremos cerebro racional consciente.

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