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NUEVAS METODOLOGÍAS EDUCATIVAS: LOS PAISAJES DE APRENDIZAJE Marina Ferrari Cerisuelo
from MAINHARDT_97
by JOAN SANZ
MAINHARDT - 97 / agost de 2020
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Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que las aulas del siglo XXI son emocionantes. En ellas, los alumnos aprenden, descubren y transforman lo que les rodea con la ayuda de sus profesores. Así que, con mucho trabajo y esfuerzo, el proceso de enseñanza-aprendizaje puede llegar a ser estimulante y divertido, aunque al mismo tiempo es un reto bastante complejo.
Cada individuo aprende de una forma diferente y la metodología que sirve a ciertos alumnos puede resultar insuficiente para el resto de la clase. Los profesores sabemos que cada persona tiene unos conocimientos previos, unas habilidades, unas motivaciones y un estilo de aprendizaje. Entendemos que en nuestras aulas la diversidad es la norma y, por tanto, deberíamos diversificar nuestra forma de impartir las clases. Pero, ¿cómo se puede hacer frente a este gran desafío educativo?
Existen muchas metodologías nuevas que pueden aplicarse en la etapa de educación secundaria. En este artículo detallaremos los «paisajes de aprendizaje», un método que se basa en ofrecer una gran variedad de actividades para facilitar una mayor implicación y protagonismo al alumnado. Un paisaje de aprendizaje es una representación visual de una asignatura mediante el uso de herramientas TIC (Genially, por ejemplo) en la que se van presentando las diferentes tareas de forma atractiva y secuencial.
Un paisaje no es simplemente una página web sino que se convierte en una aventura gamificada en la que los alumnos deben ir superando tareas diseñadas especialmente para ellos. Algunas tareas son obligatorias, otras son optativas (el alumnado deberá elegir una tarea entre dos o más opciones) y también se dará la posibilidad de realizar actividades voluntarias que cuentan para nota en las que decidirán si llevarla a cabo o no.
Mediante un paisaje, los alumnos pueden fomentar su autonomía, trabajar su motivación e imaginación, que son valores intrínsecos en la etapa de educación secundaria obligatoria. Además, se atiende a la diversidad y al ritmo de cada estudiante. ¿Cómo? Conjugando dos teorías educativas con las que muchos profesionales estarán familiarizados: las inteligencias múltiples de Gardner y la taxonomía de Bloom.
Por un lado, las inteligencias múltiples se refieren a un modelo diseñado por Howard Gardner, reconocido investigador estadounidense de la Universidad de Harvard, que afirma que existen diferentes capacidades y habilidades que
MARINA FERRARI CERISUELO
una persona puede desarrollar dependiendo de factores biológicos, personales y sociales. Estas inteligencias son la inteligencia lingüística, lógicomatemática, visual-espacial, kinestésica, musical, naturalista, interpersonal e intrapersonal.
Por otro lado, la taxonomía de Bloom consiste en la categorización de diferentes actividades pueden llevarse a cabo en el aula. Existen seis categorías dependiendo de la capacidad cognitiva que se estimula: crear, comprender, recordar, aplicar, analizar y evaluar. Cada categoría incluye una gran cantidad de actividades. En la categoría «crear» se puede diseñar, componer, generar, inventar… Por tanto, hay varias tareas que se pueden realizar en clase, como diseñar un juego de mesa con contenidos de una unidad o componer una canción con vocabulario nuevo.
Si unimos las inteligencias múltiples y la taxonomía de Bloom, obtendremos entonces un paisaje de aprendizaje. En primer lugar, el docente diseñará diferentes actividades para poder acomodar todos los estilos de aprendizaje de sus estudiantes. Organizará tareas en las que el alumnado deba crear un producto, comprender un concepto en concreto, recordar datos útiles, aplicar información de forma práctica, analizar datos y evaluar un ejercicio propio o de sus compañeros. En segundo lugar, deberá incluir el fomento de una o dos inteligencias múltiples en cada actividad.
En la asignatura de historia se podrán ofrecer seis actividades, una correspondiente a cada categoría de la Taxonomía de Bloom y se trabajará al menos un tipo de inteligencia en cada tarea. Una posible actividad sería dramatizar una escena de un hecho histórico correspondiente a la unidad. En pequeños grupos, los alumnos escriben un guion y lo escenifican delante del resto de sus compañeros, así trabajan la categoría «aplicar» ya ejemplifican y dramatizan, además de trabajar la inteligencia lingüística e interpersonal. ¿Pero, hay realmente alguna ventaja al usar los paisajes de aprendizaje? ¡Por supuesto! Mediante un paisaje de aprendizaje, personalizamos el proceso de enseñanza aprendizaje y garantizamos que toda la clase realice actividades variadas y motivadoras. También se fomenta la competencia digital del alumnado y del profesorado. Por último, el profesor ya no es simplemente una figura que simplemente transmite información, sino que se convierte en un diseñador de experiencias de aprendizaje significativas para sus alumnos.