Más poemas by Jocsan K. YO

Jocsan K

PERRO DE

MERCADO 5

Jocsan K

BIENVENIDO

En el México de hoy somos equipaje, no decidimos nuestro destino. Nos encapsulan en vagones de párpados cerrados con aroma a indiferencia y la promesa de volver a casa. Somos el engaño de un pueblo subterráneo, adolorido, nos duele tanto que nos dormimos en el camino. Nos arrullamos en las mentiras de un día nuevo, pero siempre es el mismo olor a incertidumbre y miradas con sueño.

Perro de mercado Siento que la vida se me funde y el tiempo se me apaga Siento que me han robado la poesía y de la vida el amor se agota Siento un cuervo en la garanta que se disfrazó de cisne para habitar mi canto Siento las hormigas de la muerte rondando mi cabeza sin descanso anidan mi cerebro buscando hogar nuevo Siento el eclipse del quetzal ahorcándose en mi lengua y su canto me devuelve el gusto por lo etéreo Siento que malgasto las palabras expresando el sentimiento Siento que lo he dicho muchas veces y cuando lo digo se me olvida Siento el cuchillo de mi hermano rozándome la piel y al señor gritando desde lo alto… mátenlo sin fe Siento que las uñas se me entierran como las ganas de vivir sobre la tierra Siento mis venas marchitarse otoñal amante sin pistilo Siento el asfixiante peso de la vida condenándome a las drogas Siento la fatiga de un gusano arrastrándose en mi pecho buscando el aroma de un corazón impío Siento los días caer con melancolía junto con mi cuerpo infecto Siento la flor nocturna apagando el sentimiento.

REFLEJO En veces duermo En vecescribo Un perro muy esquivo que nunca le sangra la nariz. Que se hidrata por las noches y se alimenta pocas veces Sin pulgas ni dinero Pero con mucho estilo Con el estribillo a la muerte y flor en mano. Cruel, pero buen amante De caderas sempiternas Y oĂdo quebrantado. No escucho pero olfateo de maravilla Un tacto de serpiente emplumada Y QuetzalcĂłatl renace en mi pecho . La guardilla de penas y balas perdidas Me tiendo ante la luz y siempre goteo En veces me siento reseco y con la lengua partida en veces me tomo pastillas y veo siluetas perfectas . . todo en la comodidad de rosa castilla. Como me encanta morder la costilla

y fundir la juventud bajo un sol alcoholizado más negro que el sol negro y luna decolorada . . . imprudente lozanía. Nací en Arcadia bajo la cama de Pan Me gustan las conchas y barnizo los cuernos Vivo en un mercado de pieles y caguamas En azul cuarto he visto a las mejores damas De ojos perdidos y llamaradas al aire De clandestino amanecer sin recordar nuestras vidas Cuando tocan la campana nunca salgo Obedezco a mis pasiones no a razones De corazón adelantado Galgo de nacimiento De apellido común, delator de mi pelaje Sin sello ni marca de familiar Pero con el arrojo de un Axolotl y guerrero quetzal. Sin pedestal ni alimento Pero con arrebato canino Con el placer de mi nombre y la suerte de un as

Que fugaz es la vida cuando uno se divierte en verano Y maúlla por las tardes Olfateando a toda nena que le diga: Es un perro extraño No dudo de mi apariencia: perro flaco con la mirada violeta Siempre detrás del pétalo azul Y yo, que soy un perro astuto de comadreja la madre Y de padre moreno. Un perro pardo y agudo Mañoso y de joker la manga Que echa la suerte al mañana Coge de noche y ama muy tarde. Así soy yo Recuerdo a mi estirpe tomando un sorvito De ajenjo Anís O tal vez mezcal. Al pulque no le rajo Y de las líneas soy preso Un perro de mercado que busca el hueso La vida

El cronopio de su fama pasajera La voz o ladrido Un hogar de ladrillo y los cuadros al aire De asunto violento y penacho de roble Un padre moreno Y de madre sagaz, Nací para ver la vida pasar Contemplar el silencio y anidar al quetzal Degollar al cisne terciopelo Y convertirlo en flamingo Rosa Rosa como mi vida Rosa como mi casa Rosa como la rosa que nunca la di a mi alma Tan de pena y tepache caliente la suerte de un condenado jamás condenado. Más que un perro un tigre yo soy De tres flores en el colmillo Frac y furia escondida Famélico ser en busca de carne De amor y falda corta De muerte y recuerdo largo A través de cada verso y trago cianuro

Contemplativo perro que espera las tardes como cualquier enamorado Me gusta el humo de la ciudad y hasta me lo fumo en pipa Las horas pasan como las moscas sobre un gato muerto Que por jugar al hombre terminรณ enamorado De la propia muerte y con miedo a la vida Malditos gatos suicidas que del mercado hacen su feria Y del cortejo nunca se olvidan Para moverle la cola a una que otra gatita

Deslactovita

I Se me encarna el dolor desprendiĂŠndoseme la esperanza de los labios me arden por tragar tantas palabras amanezco con la boca seca y la saliva cobriza me duele levantar la voz en un lugar donde nadie escucha en donde las miradas descongelan voces que echa a perder la voluntad y de nuevoâ&#x20AC;Ś ardor de labios.

II Me quiero rascar la vida pero las uñas se me encogen como las palabras entre pieles de lagartija sin genética poética. Y así, recorro la ciudad manchado de boca-lengua con gingivitis social y sangre que no coagula en el opaco piso de un transborde que refleja mi cansado cuerpo arrojado a una ciudad que parpadea entre la velocidad y el pragmatismo

III Estoy cansado de estar cansado de escucharme una y otra vez decir que estoy cansado cansado de mirar a la izquierda y ser arroyado por la derecha estoy cansado de amortajar los días y licuar las penas beberme en un respiro la vida pasajera cansado de soñar y siempre despertar despertar con el sabor de un nuevo amanecer cansado de estar quebrado y cansado de fingir talavera siendo mosaico estoy cansado de mantenerme al filo de la salida fácil y no atreverme a saltar junto con la fila de hombres consumidos por nuestras palabras estoy cansado de verme al espejo y seguir siendo carne y no polvo de cargar la culpa del hombre y en el nombre llevar la condena trópico de cáncer sin clorofila y tormenta abatelengua cansado de verme volátil y voluptuoso

jinete sin espuelas que habiendo cabalgado lo suficiente aĂşn no puede decidir si es mejor la muerte o destapar otra cerveza para servirla en copa o servirme en tierra.

La silenciosa vida de ser poeta Habrá días en los que no usemos nuestra voz Y el silencio reinará las horas Conquistadas por nuestras raíces Que se extienden sigilosamente Abrazando el canto del aire Y la frescura de las hojas Descenderán las tardes de las ramas Y el sol se guardará detrás del sol Dejando que la luna abrigue El ramaje de la vida Y seguiremos siendo aves Que no aprendieron a cantar Dejaremos que el vuelo Llene el vacío de las tardes Y anidaremos árboles Y faltaremos a reuniones Y aplazaremos los deberes Sólo para contemplar El silencio de la vida.

Vagisina

Besoaerdiente de helio solar te disuelves en contra. Crepúsculo sin éter

sueño trunco

trucha ciega

desalmada trinchera.

Busqué siempre tu faldifuera y lengüidentro. Negándoseme la puertagloria de Castiblanco y concha nácar, Yo, que de fieras faldas soy caballero. Fui prisionero de una gélida estrella y juglar de caótica reina. Fui Roldán de pezones y a tus nibelunalgas les lloré. Fui Amadís de prostitutas doncel de mariscos femeninos. Fui el astuto Renald de bragas y briagos. Navegué junto al aura del hartazgo mortalizando tu nombre en la espada hasta que las llagas de mi mano te desmitificaron. Polvo recogido te hicieron las sombras nombrándote armadura de Gomorra gata gitana después de preñada.

Desinflamatorio Soy del vicio su alimento Y del amor un postre Me amarro en cada esquina Como perro con la soga de mi pelo Que se me desprende a falta de promesas No puedo vomitar la vida porque vacío tengo el sentimiento Y con hambre de poesía meto los dedos a cada verso Me guardo las palabras en los bolsillos Para que cuando me llegue el hambre Devore mil poemas y otras tantas poetisas Que me escupen en la lengua completamente cristalina. La vida me ha llevado a ser así A tener la navaja en los ojos y el vicio en el cuello La corcholata en el suelo y la nuca enviciada de improperios Nunca me ha dejado de doler la vida Nunca he dejado de oler a muerto Las pisadas en el techo anunciado el monopolio de Jesucristo Las miradas que lastiman y miran Y miran Y miran Detrás de la ventana sin persiana desnudo soy preso de mi cuerpo guarida nauseabunda de uñas empolvadas a las que les llamo naufragio y no poemas.

Vida en blanco

Crisolaves brotan de la sombra Tan enfermas tan suicidas Portadoras del corazรณn en el pico de San Pedro Y canta San Dionisio la lujuria del gorriรณn degollado fuego infame que provoca el vuelo que despluma.

PARANOIA I Despierto ¿Estoy despierto? Siempre he estado dormido Con los ojos en negro y mente invertida por mala suerte y flor marchita. A primera hora el sol sentencia, los pensamientos invaden la carne humedeciendo la cama de sueños: Quetzal crucificado cristo en vuelo. II De nuevo sus cristales invaden la habitación así un suicida colgando de mi espalda; Soledad, porqué me has disuelto el sueño violeta hastío y regurgitación: flumen y flema. ¿Quién desea ayuno perpetuo? Me enferma saber que me mira, que lo miro y no sé su nombre, tampoco nos reconocemos frente a la aurora que se ha bebido las noches y las botellas, fumándose el iris y también martirio.

III Fijamente me sueña el asesino dormido con pupila descubierta y pestañas al aire. Lo miro y desaparece, cierro los ojos y de nuevo está ahí. IV ¿Por qué las miradas no callan? Las voces no terminan pero siempre eclipsan al bastardo: la bestia come versos. V Ya no puedo, El fuego ya no alumbra ¿Qué puedo yo hacer? Prenderme libélula antivoltaje es necesario para olvidar que me mira y me nombra, anónimo hombre y nombre que miro. Enfermo reflejo.

VI De nuevo me sumerjo en el humo que hace flotar sobre botellas de sonrisa falsa a la víctima cobarde por vista ciega y voz silenciosa. ¿Ya amaneció?

VII Estoy seguro; el amarillo detendrá al asesino. Hace mucho que me persigue hablándome al oído. Sueño seductor que pierde la vista por el instantáneo amor a la agonía eterna y la esperanza contenida en la desesperación del tiempo. Maldita noche que escurre Y no se desborda.

VIII ¿Por qué el amanecer de nuevo es nocturno? Ahí está; está al acecho como Lombardo, así un leopardo que de mi cuerpo su alimento Y luna bajo los parpados que desaparecen cuando intento pestañear Su mirada predadora. Nocturno amanecer y ser amenazado IX Nos cuestionamos el sentido de nuestro reflejo frente a turbia luna: Punto de partida // muerte anunciada. X Finjo estar dormido para no despertar a la bestia, al hombre y pesadilla. Pero sostengo una copa en el alba de un día cualquiera donde miradas se enferman en cenizas de un día cualquiera.

XI Me pregunto por el hombre vacío Y su mirada llena de tiempo agotado Que se vierte en mi raquítico pestañeo: Sueño <hombre> Deliro <Judit me nombra> Se extiende <mujer> Fantaseo <Las doce tribus me miran>

XII Me engancho a la idea de no abrir los ojos Sin girar la cabeza arrojarme al abismo De nauseabunda mirada. Me abrazo a la habitación embotellada que de polvo y retina resguardo de asesino; mil pupilas se esconden bajo sol taciturno.