Lorena Ojeda Dávila Jesper Nielsen Editores
El franciscano danés que se convirtió en santo indígena:
El legado de Fray Jacobo Daciano Den danske franciskanermunk som blev til en indiansk helgen: Broder Jakob den Danskes arv ◆ The Danish Franciscan Who Became an Indigenous Saint: The Legacy of Friar Jacobo Daciano
A la memoria de Alberto Carrillo Cázares, quien contribuyó a mantener vivo el legado de Fray Jacobo en nuestros tiempos
El franciscano danés que se convirtió en santo indígena:
El legado de Fray Jacobo Daciano
Den danske franciskanermunk som blev til en indiansk helgen: Broder Jakob den Danskes arv ◆ The Danish Franciscan Who Became an Indigenous Saint: The Legacy of Friar Jacobo Daciano
Lorena Ojeda Dávila Jesper Nielsen Editores
El franciscano danés que se convirtió en santo indígena: El legado de Fray Jacobo Daciano Den danske franciskanermunk som blev til en indiansk helgen: Broder Jakob den Danskes arv The Danish Franciscan who Became an Indigenous Saint:The Legacy of Friar Jacobo Daciano —— Editores de la obra: Lorena Ojeda Dávila Jesper Nielsen Gobierno del Estado de Michoacán Secretaría de Turismo del Estado de Michoacán Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Facultad de Historia Instituto de Investigaciones Históricas Universidad de Copenhague Embajada de México en Dinamarca —— Primera edición 2021 © Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo - Facultad de Historia Av. Universidad 1600, Ciudad Universitaria 58060, Morelia, Michoacán, México historia@umich.mx - Instituto de Investigaciones Históricas Av. Francisco J.Múgica s/n, Colonia Villa Universidad 58030 Morelia, Michoacán, México iihist@umich.mx © Gobierno del Estado de Michoacán Secretaría de Turismo del Estado de Michoacán Av. Tata Vasco 80, Vasco de Quiroga 58230 Morelia, Michoacán, México sectur@michoacan.gob mx —— Diseño y formación editorial: Jonathan Zalapa Diseño de portada: Jonathan Zalapa Foto de portada: Fernando Fernández Ayala Mapas: Jonathan Zalapa Cuidado editorial: Lorena Ojeda Dávila y Jesper Nielsen
ISBN libro electrónico: 978-607-542-197-1 Hecho en México
ESTE LIBRO HA SIDO EVALUADO Y DICTAMINADO POR PARES. LAS EVALUACIONES SE ENCUENTRAN RESGUARDADAS EN LA UNIVERSIDAD DE COPENHAGUE Y LA UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE HIDALGO
Contenido Presentación del Ing. Silvano Aureoles Conejo
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Presentación del Dr. Raúl Cárdenas Navarro
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Presentación del Emb. Carlos Pujalte Piñeiro
17
Presentación de la Mtra. Claudia Chávez López
19
Introducción
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La Tierra de los lagos: Las culturas precolombinas de Michoacán
35
Del reino de Curicaueri al reino de Dios: La conquista y evangelización del antiguo Michoacán
49
Lenguas y lingüística en el Michoacán colonial
73
Descubriendo a Fray Jacobo: Trotamundos y activista de derechos humanos
89
Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán
Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Embajador de México en Dinamarca
Secretaria de Turismo del Estado de Michoacán
Lorena Ojeda Dávila & Jesper Nielsen
Jesper Nielsen
Hans Roskamp
Magnus Pharao Hansen
Jørgen Nybo Rasmussen
Fray Jacobo Daciano y México
109
La lucha de Fray Jacobo por un clero indígena
129
De cómo un príncipe danés se convirtió en santo purépecha
145
Bibliografía
169
Rodrigo Martínez Baracs
Alberto Carrillo Cázares †
Lorena Ojeda Dávila & Iris Calderón Téllez
Danske versioner Introduktion
180
Søernes Land: De præcolumbianske kulturer i Michoacan
185
Michoacans fysiske og åndelige erobring: Fra Curicaueri til Guds rige
189
Sprog og sprogforskning i kolonitidens Michoacan
196
Genopdagelsen af Broder Jakob: Vandringsmand og menneskeretsforkæmper
201
Broder Jakob den Danske og Mexico
106
Broder Jakob den Danskes kamp for en indiansk præstestand
213
Hvordan en dansk prins blev en helgen blandt purépecha’erne
217
Litteratur
169
Lorena Ojeda Dávila & Jesper Nielsen
Jesper Nielsen
Hans Roskamp
Magnus Pharao Hansen
Jørgen Nybo Rasmussen
Rodrigo Martínez Baracs
Alberto Carrillo Cázares †
Lorena Ojeda Dávila & Iris Calderón Téllez
English versions Introduction
226
Land of the Lakes: The Pre-Columbian Cultures of Michoacán
231
From the kingdom of Curicaueri to the kingdom of God: The conquest and evangelization of ancient Michoacán
235
Languages and Linguistics in Colonial Michoacán
242
Discovering Friar Jacobo: Wanderer and Human Rights Activist
247
Friar Jacobo Daciano and Mexico
252
The Fight of Friar Jacobo for an Indigenous Clergy
259
How a Danish Prince became a Purépecha Saint
263
Bibliography
169
Lorena Ojeda Dávila & Jesper Nielsen
Jesper Nielsen
Hans Roskamp
Magnus Pharao Hansen
Jørgen Nybo Rasmussen
Rodrigo Martínez Baracs
Alberto Carrillo Cázares †
Lorena Ojeda Dávila & Iris Calderón Téllez
Suecia
Dinamarca Alemania España
México
México Guadalajara Veracruz CDMX
Colima
Michoacán
Michoacán
Zamora Tarecuato
Zacapu
Patamban
Tzintzuntzan Cherán
Peribán
Charapan
Morelia
Ihuatzio Pátzcuaro
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Dinamarca
Copenhague Roskilde Odense Nyborg
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Norte de Europa
Suecia Estocolmo
Dinamarca
Malmö
Mecklenburgo
Berlín
Alemania
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Presentación del Ing. Silvano Aureoles Conejo Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán
E
s un orgullo para el estado de Michoacán ser la tierra donde se estableció y desarrolló su obra humanista el primer danés en llegar a México: Fray Jacobo Daciano, una persona -quizá perteneciente a la familia real de Dina-
marca- comprometida, respetuosa de los derechos humanos y progresista, quien ordenado como fraile franciscano, llegó a Michoacán con la misión de evangelizar a los habitantes originarios de este territorio y dar a conocer la fe católica en sus propias lenguas, siempre desde una perspectiva de respeto e inclusión para las personas y las culturas que vivían en aquel momento en lo que hoy comprende nuestro estado de Michoacán. Su obra y su legado fueron muy importantes y llegaron a convertirse en parte de la cultura de los habitantes del pueblo purépecha porque Fray Jacobo desarrolló su labor en diversos lugares como Tzintzuntzan, Tarecuato, Zacapu, Peribán y un largo etcétera, encauzando su labor misionera con una visión de libertad y de reconocimiento a los derechos de los habitantes de los pueblos originarios muy avanzada para la época, ya que promovió más que cualquier otro evangelizador el derecho a que los pobladores indígenas recibieran los sacramentos de la nueva fe sin restricciones, incluyendo no sólo el bautismo, la comunión y el matrimonio, sino algo tan revolucionario como el derecho a ser ordenados sacerdotes, lo cual le generó problemas con miembros de su propia orden y del clero secular. Sin duda, el espíritu del pueblo purépecha está impregnado de las enseñanzas de Fray Jacobo, de su visión de igualdad entre todos, de libertad, del alto valor del trabajo comunitario, de respeto y de solidaridad. Su legado permanece vivo y su memoria no debe ser olvidada porque sin siquiera saberlo -a 500 años de distancia- ha hermanado a dos pueblos muy distantes como lo son Michoacán y Dinamarca a través de su obra humanitaria.
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Que estas páginas, producto de la colaboración binacional entre México y Dinamarca y del esfuerzo de tantas instituciones encabezadas por el Gobierno del Estado de Michoacán y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, sirvan para acercarnos al conocimiento de tan ilustre personaje y que en un futuro se abran muchos caminos para seguir estudiando su obra y el impacto de su legado tanto en México como en Dinamarca.
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Presentación del Dr. Raúl Cárdenas Navarro Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
L
a Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo como primera universidad autónoma de América Latina nació al servicio de la nación en 1917. No obstante, es una institución de raíces más ondas; su antecedente directo lo encontramos
en la historia del Primitivo Colegio de San Nicolás fundado por el primer obispo
de Michoacán, Don Vasco de Quiroga. Nuestra institución heredó el pensamiento humanista de aquellos quienes defendían la ideología más avanzada del siglo de la conquista y que con su actuar lograron tener un gran impacto en la vida social y cultural de Michoacán en el siglo XVI. Siendo el humanismo un pilar sustantivo del pensamiento nicolaita, nos congratulamos por el surgimiento de estudios que aportan nuevas líneas de reflexión sobre personajes que fueron fundamentales en la conformación de la sociedad que nos enraíza y de sus más altos valores. Los trabajos aquí presentados atienden la figura de fray Jacobo Daciano, un personaje interesantísimo: teólogo, lingüista y evangelizador en Michoacán con especial incidencia en la comunidad de Tarecuato y en Zacapu. Este franciscano danés veía en la población indígena y en la organización de una nueva sociedad, la tierra fértil donde fundar un mundo mejor, más solidario y justo. En muchos sentidos participaba de un ideario similar al del fundador del Colegio de San Nicolás, a ambos se les atribuyen méritos adicionales a la acción misionera, como la enseñanza de oficios, la división de la población en barrios y obras de urbanización, además de portentosas acciones dignas -a decir de la población- de consumada santidad, por lo que a ambos se les considera la posibilidad de beatificación. No obstante tantas similitudes, el contexto social y político hizo adversarios a estos nobles varones; en este sentido nos hace notar Benedict Warren cómo a raíz del ataque realizado por los clérigos de don Vasco a la pila bautismal del convento
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franciscano en Pátzcuaro, fray Jacobo fue el único que no dudó en declarar la excomunión para el mismo don Vasco por amparar a los autores del sacrílego atentado contra el convento. Lo anterior habla de la riqueza del tema y de la diversidad que puede tener el pensamiento aún dentro de una misma sintonía ideológica. Por todo la anterior celebramos esta publicación denominada: El Franciscano Danés que se convirtió en santo indígena: El legado de Fray Jacobo Daciano, editada por Lorena Ojeda Dávila y Jesper Nielsen. En conjunto constituye una revaloración de la vida y obra del egregio evangelizador haciendo énfasis en su impacto dentro de nuestra memoria colectiva. Resulta un análisis innovador debido a la ponderación retrospectiva del fenómeno histórico y en sus efectos más significativos, además, recupera aspectos fundamentales del contexto así como su posicionamiento humanista frente a la población indígena. Un conjunto multidisciplinario de colaboradores altamente especializados, tanto de México como de Dinamarca, trabajaron para la realización de esta aportación historiográfica; Iris Calderón Téllez, Alberto Carrillo Cázares, Rodrigo Martínez Baracs, Magnus Pharao Hansen, Jørgen Nybo Rasmussen y Hans Roskamp, además de Lorena Ojeda Dávila y Jesper Nielsen, aportaron el resultado de años de estudio con trabajos originales de alta rigurosidad. Es digno de hacer notar que la presente edición se publica en tres lenguas: español, danés e inglés, lo cual es muy significativo pues aumenta ampliamente su difusión permitiendo a lectores de otros países conocer aspectos fundamentales de nuestra historia. Por demás plausible que este libro sea el resultado de los esfuerzos conjuntos del Gobierno del Estado de Michoacán, la Secretaría de Turismo del Estado de Michoacán, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Universidad de Copenhague y la Embajada de México en Dinamarca. Dejamos a la opinión amplia del público este esfuerzo institucional y académico que hermana pueblos y que nos permite profundizar acerca de nuestros orígenes.
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Presentación del Emb. Carlos Pujalte Piñeiro Embajador de México en Dinamarca
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uando se piensa en los países escandinavos se suele imaginar que los vínculos y contactos con México han sido escasos y relativamente recientes. Sin embargo, las relaciones México-Danesas son de larga data. En 2017 celebra-
mos el 190 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, ya que el 19 de junio de 1827, a escasos seis años de la Declaración de Independencia, y cuando sólo un puñado de países reconocía al nuestro como nación independiente, México y Dinamarca suscribieron un Tratado de Amistad, Navegación y Comercio. Más sorprende aún saber que no fue este nuestro primer contacto con Dinamarca, sino que en 1542, veintiún años después de la caída de la Gran Tenochtitlan, arribó a la Nueva España un monje franciscano nacido en 1484, conocido como Jacobo Daciano. Su historia no es puramente anecdótica: De posible noble cuna, este fraile se embarcó sin embargo para Veracruz con el propósito de realizar actividades misioneras. Tras tres años en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco fue enviado a Michoacán, en donde aprendió la lengua purépecha, fundó conventos y trabajó a favor de los derechos de los indígenas, lo que en ocasiones le generó conflictos con las autoridades civiles y eclesiásticas, en especial por su defensa al derecho de los indígenas a ser ordenados como sacerdotes. Murió en Tarecuato, pero su legado pervive aún en esas tierras. La reconstrucción de la vida de este extraordinario personaje es el objetivo de la presente obra: El franciscano danés que se convirtió en santo indígena: El legado de Fray Jacobo Daciano. Esta importante labor ha sido posible gracias a la cooperación de varias instituciones y especialistas de ambos países que participaron en su elaboración, bajo la coordinación de Lorena Ojeda Dávila, de la Universidad Michoaca-
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na de San Nicolás Hidalgo, y Jesper Nielsen, de la Universidad de Copenhague, a quienes debemos agradecer su interés, dedicación y esfuerzo.
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Presentación de la Mtra. Claudia Chávez López Secretaria de Turismo del Estado de Michoacán
L
a historia y el legado de Fray Jacobo Daciano en tierras purépechas son relativamente poco conocidos fuera de los poblados donde realizó su labor humanista y evangelizadora y aún en Dinamarca, su país de origen. Sin embargo, la llegada
de Fray Jacobo Daciano a nuestras tierras y la convivencia con el pueblo purépecha, contribuyó a enriquecer las bases de una nueva organización social basada en valores universales como la solidaridad, la unidad, la igualdad y la justicia, valores que hoy en día encontramos en la Agenda 2030 de Naciones Unidades a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y donde más de 190 países, incluyendo México con su riqueza y diversidad cultural, aportan para crear un mundo mejor para las personas respetando y conservando el entorno natural. Las páginas de este libro colectivo trilingüe nos presentan diversos textos que relatan desde las formas de vida de los pobladores michoacanos en los años previos a la llegada del fraile Daciano, su establecimiento en Tzintzuntzan, su convivencia con los pobladores de Tarecuato y Zacapu, entre otros lugares, la magnitud de sus propuestas reformadoras y humanistas de las prácticas de la iglesia novohispana, hasta llegar a la persistencia de su legado entre los habitantes contemporáneos de Tarecuato y las diversas obras y milagros que se le atribuyen. Hoy en día podemos disfrutar el resultado de la afortunada sinergia derivada del encuentro entre culturas, porque si algo caracteriza a nuestro pueblo es el orgullo de lo que fuimos y lo que somos, conservando nuestras raíces, nuestra historia, nuestros saberes y sabores que se transmiten y enriquecen de generación en generación. Michoacán se caracteriza por ser una tierra rica en espacios naturales, que han formado un componente esencial en la vida cotidiana de los pueblos y que nos en-
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orgullece compartir con quienes nos visitan, así como nuestro gran patrimonio cultural tangible e intangible, del que la cocina tradicional o la celebración de la Noche de Muertos son sólo dos ejemplos de nuestro vastísimo patrimonio. Espero que este libro despierte el interés y la curiosidad de los visitantes nacionales y extranjeros por recorrer los pasos de Fray Jacobo Daciano en Michoacán y experimentar vivencias únicas. Mi agradecimiento a todas y todos los colaboradores que han dado vida a esta publicación El Franciscano Danés que se convirtió en santo indígena: El legado de Fray Jacobo Daciano, que sin duda nos llevará por los caminos de un fraile y un pueblo en nuestra tierra Michoacán, en donde celebrar la vida en cada instante es nuestra mayor virtud.
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Introducción Lorena Ojeda Dávila & Jesper Nielsen
L
a iniciativa para hacer este libro surgió como resultado de una serie de esfuerzos que se han llevado a cabo por parte de diversas instituciones y personas, a partir de la visita del gobernador del estado de Michoacán, Ing. Silvano Aureoles
Conejo, a Dinamarca en enero de 2019 con el fin de estrechar lazos de amistad y colaboración cultural, económica, turística y académica con dicho país nórdico. Como parte de los proyectos culturales y académicos, se acordó la publicación de textos impresos y digitales para tender puentes entre dos culturas aparentemente alejadas pero unidas por valores humanos fundamentales y por algunos hechos históricos afortunados, como fue precisamente la llegada del danés Fray Jacobo Daciano a tierras michoacanas en el siglo XVI. De esta manera, en octubre del 2019, se publicó el libro Diez cuentos de Hans Christian Andersen en purépecha (Tempeni wantantsweecha Hans Christian Anderseniri P’urhé Jimbo), con un tiraje de 10,000 ejemplares y una versión digital de acceso libre que incluye traducciones en la lengua indígena michoacana y en danés; por otra parte, en el mes de julio del mismo año, se llevó a cabo un festival cultural de México en Dinamarca organizado por la Embajada de México en ese país, con la participación de Michoacán como estado invitado para promover cultural y turísticamente las riquezas de este maravilloso lugar. Este libro constituye una parte importante de la colaboración interinstitucional y binacional para fortalecer los lazos que nos unen desde hace cinco siglos, centrándonos en una figura fundamental para la vida de los pueblos originarios michoacanos y cuyo legado persiste vigorosamente hasta nuestros días: Fray Jacobo Daciano.
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— Introd u cci ón
En estas páginas hemos reconstruido los caminos que recorrió este singular e interesante personaje, perteneciente probablemente a la casa real danesa, a partir de lo que se conoce hasta este momento de su historia personal en su natal Dinamarca, su labor como ministro de la provincia franciscana de Dacia, las vicisitudes que sufrió al ser expulsado de su propio país por los luteranos, su paso por España de donde zarpó con destino a la que entonces fuera la Nueva España con el fin de evangelizar en la fe católica a los pobladores nativos de esta tierra donde permaneció hasta su muerte, y su labor en estas tierras. La reconstrucción de las trayectorias de vida de Fray Jacobo, una vez ubicado en este lado del océano, se centran en su labor cuando le fue encomendada la evangelización de los purépechas de Michoacán, conocidos durante toda la época colonial e inclusive, hasta la década de 1980, principalmente como tarascos. Aquí Fray Jacobo encabezaría una férrea defensa de los derechos de los indígenas con respecto a la administración total y sin restricciones de los sacramentos -incluyendo la ordenación sacerdotal-, lo cual le llevó a tener serias desavenencias con otros miembros de su misma orden e incluso con las autoridades eclesiásticas novohispanas. Aunque la propuesta teológica y por los derechos humanos revolucionaria de Daciano no logró tener eco en su época y, de hecho, fue obligado a retractarse públicamente de sus argumentos, su influencia y su legado persisten con gran vitalidad en los poblados donde llevó a cabo su labor misionera, principalmente en Zacapu y Tarecuato. Precisamente en este último, Fray Jacobo Daciano es considerado por muchos de sus habitantes como un santo que aún vive y vela por el pueblo. Con el objetivo de lograr una visión contemporánea, heterogénea, comprehensiva y autorizada sobre la figura de Fray Jacobo Daciano, invitamos a colaborar en este libro a algunos de los expertos más reconocidos en el estudio de este personaje, así como de la vida y la cultura de los pueblos y las comunidades indígenas mexicanos, con el fin de brindar a los lectores las caras diversas de un ser humano fascinante y dar a conocer al mismo tiempo la riquísima cultura de las personas de los pueblos michoacanos en los que llevó a cabo su labor en sus diversos contextos y momentos históricos. De esta manera, logramos conjuntar un equipo multidisciplinario de colaboradores comprometidos, tanto de México como de Dinamarca.
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Lo rena O jeda Dávi l a & Jesp er N i el sen —
Se nos sumaron entusiastamente para llevar a cabo este proyecto, en orden alfabético, Iris Calderón Téllez, Alberto Carrillo Cázares, Rodrigo Martínez Baracs, Magnus Pharao Hansen, Jørgen Nybo Rasmussen y Hans Roskamp, quienes elaboraron interesantes textos basados en sus investigaciones profesionales de muchos años. Por ello, nos congratulamos en presentar a los lectores ensayos respaldados en investigaciones académicas rigurosas y originales en tres lenguas: español, danés e inglés, para el disfrute de los interesados tanto en México y los países de habla hispana, como en Dinamarca, así como para un público internacional más amplio a través de las traducciones al inglés. Antes de introducir brevemente el tema principal de cada uno de los textos que componen esta obra, nos gustaría compartir un pequeño descubrimiento que se nos presentó durante el proceso de edición de los capítulos. Para nosotros fue una experiencia reveladora el hecho de que la figura de Fray Jacobo y los múltiples significados que se le atribuyen, no son únicamente cosa del pasado. De esta forma, el viejo fraile todavía se aparece en Tarecuato al día de hoy, y todo aquello que Fray Jacobo significa para y hace por la gente de Tarecuato y otros lugares de Michoacán está aún evolucionando, lo cual se debe precisamente a que él reviste una gran importancia para mucha gente. Durante mucho tiempo, los historiadores y antropólogos han tratado de clarificar varios aspectos de la vida de Fray Jacobo, particularmente su papel en la evangelización en Michoacán y su probable relación con la Casa Real danesa (véanse los capítulos de la autoría de Jørgen Nybo Rasmussen, Alberto Carrillo Cázares y Rodrigo Martínez Baracs en este volumen). Similarmente, se han hecho intentos por reconstruir la historia de vida del franciscano de origen danés proporcionando un rico cúmulo de detalles exactos, años y eventos específicos, de acuerdo con las reglas de la disciplina occidental de la Historia, con la correspondiente necesidad de presentar argumentos fuertes e hipótesis verificables. En otras palabras, la “verdad” desde un punto de vista moderno, es decir etic [externo]. Sin embargo, tal y como se hace evidente a través de las entrevistas presentadas en el capítulo de Lorena Ojeda Dávila e Iris Calderón, aún existe una alternativa, una perspectiva emic [interna] de lo que fue Fray Jacobo -y de lo que todavía es-. Esta perspectiva
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— Introd u cci ón
se encuentra entre la población indígena purépecha y mestiza contemporánea de Tarecuato. En efecto, para muchos de ellos, su ascendencia real parece tener poca importancia (aún cuando ésta es enfatizada por las autoridades locales del pueblo). Así, sabemos que no hay un consenso sobre la edad que tenía Fray Jacobo cuando llegó a México: algunos dicen que era viejo, mientras que otros sostienen que era joven y, de hecho, no es poco común encontrarse con la firme creencia de que él aún está vivo. Su papel en introducir la cristiandad y las prácticas y rituales católicos a los pueblos michoacanos se reconoce ampliamente, pero al mismo tiempo escuchamos muchas otras acciones realizadas por Jacobo. Así, se dice que reunió a toda la gente que vivía dispersa en las montañas alrededor de Tarecuato; que esencialmente refundó al pueblo y que lo organizó como un espacio urbanizado al que dividió en barrios con capillas y santos patronos. Adicionalmente, se dice que él les enseñó a hacer muchas artesanías y aún que instruyó a la gente sobre los recursos alimentarios locales y cómo preparar los platillos tradicionales indígenas como el atole, una bebida tradicional espesa hecha de maíz. Incluso se llega a decir que él enseñó a las mujeres cómo hacer sus vestidos, trajes y accesorios tradicionales y que introdujo varias danzas a la comunidad. Considerado como un personaje sobrenatural, Fray Jacobo trasciende los límites normales entre la vida y la muerte, y regularmente se aparece ante la gente, ayudando y protegiendo a la sociedad de los criminales y otros peligros del mundo exterior. El sitio que constituye a la vez su lugar de descanso y su casa se encuentra ubicado debajo de la iglesia del pueblo, desde donde resguarda un tesoro y controla una red de túneles y cavernas subterráneas a través de las cuales puede viajar y celebrar misa en diferentes lugares simultáneamente. Fray Jacobo, como una figura santa, puede realizar milagros y posee poderes curativos. Notablemente, su bastón o báculo también puede hacer milagros, y Jacobo lo usó para hacer que el agua brotara de unas piedras y posteriormente floreció como un árbol de naranja con poderes mágicos, al ser plantado en el patio del templo mientras entró a celebrar misa. Mirando en conjunto estos rasgos y habilidades en el contexto del dinámico e hibridizador periodo colonial en Michoacán, obtenemos un fascinante acercamiento a las facetas en las que las creencias católicas y sus representantes fueron
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Lo rena O jeda Dávi l a & Jesp er N i el sen —
en algunas ocasiones percibidos, interpretados y reinterpretados en un momento cultural que aún se mostraba predominantemente como una continuación de las conceptualizaciones indígenas precolombinas sobre la cosmología y lo sagrado. De esta manera, emerge una imagen de Fray Jacobo como un héroe cultural local: él (re)funda el asentamiento, ordena y organiza un espacio otrora inhabitable, introduce los elementos culturales (comida, artesanía, vestimenta y rituales) que son centrales para los purépechas y definen su cultura. En las narrativas míticas mesoamericanas estas acciones eran llevadas a cabo por lo general por deidades creadoras y/o por individuos semihistóricos, como los líderes fundadores de linajes, por lo cual parece que en Tarecuato Fray Jacobo se ha ido fusionando gradualmente con los personajes sagrados. Adicionalmente, parecería que algunas de las responsabilidades de las deidades purépechas de la lluvia y la fertilidad se han convertido en características de la personalidad sobrehumana de Jacobo. De esta forma, tal y como la mayoría de los dioses mesoamericanos de la lluvia, vive en una cueva, puede quebrar las piedras y hacer el agua brotar de las mismas con su báculo o bastón, precisamente igual que los dioses de la lluvia azteca -Tlaloc- y maya -Chaac-, quienes con sus hachas de rayo abrieron la tierra para poner recursos naturales vitales a disposición de la humanidad. Presumiblemente las autoridades católicas verían el milagro del agua como una repetición del milagro bíblico de Moisés, pero podemos imaginar que la población indígena local interpretó este evento de acuerdo con sus propias expectativas y experiencias y reconoció una apabullante similitud con algunos de sus propios mitos antiguos. Sin embargo, nuestro argumento aquí no es que la popularidad de Jacobo como un santo local en Tarecuato sea evidencia de un complejo religioso indígena de carácter continuo ni de un proceso sincretizador integral. Lo que sugerimos, por el contrario, es que Fray Jacobo se ha convertido en una figura tan importante en la historia y la mitología locales precisamente porque a través del tiempo se le han atribuido un número significativo de poderes y habilidades que anteriormente habían estado en las manos de la población local purépecha y de sus deidades y personajes ancestrales. De esta manera, Jacobo fue integrado a la narrativa mitológica e histórica comunitaria existente y se transformó en un héroe cultural
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fundador. Como sostiene Magnus Pharao Hansen, basado en Gilberti, hasta su nombre fue alterado para adaptarse a la lengua purépecha: Jacobo se transformó en ¡Xakapu!. No hay duda de que Jacobo jugó un rol fundamental en la cristianización de Tarecuato y otras comunidades purépechas de la región, pero ahora vemos con claridad que en el curso de la larga trayectoria histórica, Fray Jacobo también fue indigenizado. El libro se organiza en siete capítulos, comenzando con “La tierra de los lagos: Las culturas precolombinas de Michoacán” del mesoamericanista Jesper Nielsen de la Universidad de Copenhague. Este texto aborda una visión de conjunto de las culturas precolombinas en Michoacán, incluso anteriores a los purépechas. Nielsen refiere la impresionante abundancia de los asentamientos arqueológicos presentes en Michoacán y que aún permanecen inexplorados (cerca de 1800, contrastados con los seis que están abiertos al público), lo cual explica el poco conocimiento que se tiene de dichas culturas. Nielsen recorre los sitios arqueológicos más representativos de las etapas en las cuales se ha periodizado tradicionalmente la época prehispánica: el preclásico (El Opeño y Chupícuaro); el clásico y epiclásico (Loma Alta, Tres Cerritos, Huandacareo, Queréndaro, Tingambato, entre otros; se menciona también a Zaragoza, un sitio arqueológico importante y prácticamente desconocido, incluso en Michoacán), y el postclásico (cultura purépecha). Además enfatiza el papel central que jugó Michoacán como un generador de cultura en el México prehispánico y aborda aspectos culturales y de su cosmovisión, a partir de lo poco que se conoce hasta la fecha de estos pueblos, principalmente a través de La Relación de Michoacán, enfatizando que aún hay mucho por descubrir, excavar y comprender. El segundo capítulo se titula “Del reino de Curicaueri al reino de Dios: La conquista y evangelización del antiguo Michoacán”, del especialista en tradiciones y cultura del mundo amerindio Hans Roskamp de El Colegio de Michoacán. En él se tratan interesantes aspectos de la historia del reino tarasco prehispánico, la conquista, la evangelización y lo que perdura de ese pasado en los tarascos o purépechas contemporáneos. Este pueblo fue con el que mayor contacto tuvo Fray Jacobo en Michoacán, por lo cual este capítulo resulta de particular interés para
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los lectores que deseen conocer más acerca de la cosmogonía del pueblo con el que se encontró Jacobo. Posteriormente, Roskamp aborda el conflictivo periodo de la conquista y cómo se reorganizó la naciente sociedad colonial, encabezada por los viejos miembros de la nobleza indígena. Se introduce la labor de los frailes misioneros en Michoacán, entre quienes se encuentra la presencia de Daciano y los conflictos que éstos tuvieron para llevar a cabo su labor, por ejemplo, las dificultades con respecto al dominio de las lenguas originarias, la persistencia de algunas prácticas rituales entre los indígenas, como el consumo de alcohol en sus ceremonias o el hecho de que los miembros de la nobleza tuvieran varias mujeres, lo cual desarrolla con detalle Carrillo Cázares, principalmente al hacer referencia a la supuesta incapacidad moral de los naturales para ser ordenados sacerdotes y aún para ser buenos cristianos. Al igual que Carrillo, Martínez Baracs y Pharao Hansen, Roskamp refiere los conflictos entre el clero regular y el secular con respecto a los caminos que debía seguir la evangelización y el trato a los indígenas. Para cerrar su colaboración, Roskamp reconoce la presencia de diversos elementos de origen antiguo, prehispánico quizá, en los pueblos vivos del presente, por ejemplo, las cuatro lenguas originarias que se hablan aún en el Estado de Michoacán; la persistencia de los cultivos y la gastronomía tradicional, la continuidad de los rituales antiguos en muchas celebraciones religiosas católicas en la actualidad, así como los ceremoniales que se han creado en el presente para rememorar la antigüedad prehispánica con el fin de lograr la anhelada reivindicación étnica. El tercer capítulo, “Lenguas y lingüística en el Michoacán colonial” es de la autoría de Magnus Pharao Hansen del Centro de Culturas y Lenguas Indígenas Americanas de la Universidad de Copenhague. El texto se centra en la riqueza y la variedad lingüística del territorio y los grupos originarios de lo que hoy conocemos como Michoacán en México, antes y después de la llegada los españoles. Presenta un panorama lingüístico de la región en el momento del encuentro, enfatizando las lenguas que desafortunadamente se han perdido, y poniendo en relieve la inexistencia de acervos históricos que permitan conocer cómo se hablaban dichas lenguas. Pharao ahonda en el papel de los misioneros católicos en Michoacán y su necesidad de aprender las lenguas indígenas para favorecer la conversión, con lo
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cual Michoacán se convirtió en un lugar fundamental para el trabajo lingüístico en todo México. En el caso de Gilberti y Daciano, el autor reconoce su convicción de utilizar la lengua tarasca para facilitar la evangelización y, por lo que respecta a Daciano, su propuesta verdaderamente inusitada de postular la ordenación de sacerdotes indígenas. El Arte en Lengua de Michoacán de Gilberti (primera gramática impresa en América en 1558) y otras “Lenguas” se volvieron una herramienta fundamental en la evangelización, así como los vocabularios, la traducción del catecismo y algunas partes de la Biblia a las lenguas originarias. En épocas posteriores, fray Juan Bautista Lagunas y fray Diego de Basalenque, mejorarían las gramáticas de las lenguas michoacanas. Éste último escribiría el único Arte de la lenguapirinda o matlatzinca que se produjo en la época colonial. Pharao Hansen sostiene que quien tenía el dominio de la lengua era quien finalmente transmitiría el evangelio a los indígenas, lo cual implicaba una concentración de poder no sólo religioso sino también político. Jørgen Nybo Rasmussen, un pionero en los estudios sobre Fray Jacobo, desarrolla el cuarto capítulo, intitulado “Descubriendo a Fray Jacobo: Trotamundos y activista de los derechos humanos”. Su texto es un viaje a través de la recuperación de la memoria y de la historia desconocida de Jacobo antes de trasladarse a México, a la vez que nos regala una imagen más humana de este personaje. El trabajo profesional del autor en gran medida ha estado vinculado al rescate de la obra de Daciano, quien ha permanecido como un personaje poco conocido en Dinamarca, quizá sólo hasta la publicación sus trabajos. El argumento principal que este autor ha sostenido a lo largo de su obra es la pertenencia de Fray Jacobo Daciano a la Casa Real danesa, lo cual le costó al autor críticas acedas en el medio académico, no así en el ámbito periodístico y literario ya que uno de los autores más reconocidos daneses -Henrik Stangerup- basó su conocida obra Broder Jakob en los trabajos de Rasmussen. Fray Jacobo fue un trotamundos y el autor nos permite conocer sus andanzas y recorridos mayormente a pie y descalzo desde Europa hasta México y específicamente hasta Michoacán. Además, incluye como testimonios las crónicas de fray Alonso de Mendieta, quien lo conoció personalmente, y fray Alonso de la Rea, quien varios años después recuperó aspectos ulteriores de la vida de Fray Ja-
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cobo. Una parte central del trabajo de Rasmussen es el abordaje de la lucha de Fray Jacobo por la defensa de los derechos humanos de los indígenas con respecto en especial al derecho a la ordenación sacerdotal. En realidad, la lucha revolucionaria de Fray Jacobo no tuvo éxito en aquel momento, aunque sí tuvo muchas repercusiones y originó debates significativos. Rodrigo Martínez Baracs, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia, es el autor del capítulo 5, “Fray Jacobo Daciano y México”. En él se aborda la relación de Fray Jacobo con lo que ahora es México y específicamente su labor en la región purépecha, en donde es considerado un santo y donde conserva una presencia activa en la tradición oral en los pueblos, especialmente en Tarecuato. Es muy interesante el recuento de la persistencia de la memoria sobre Fray Jacobo a través del tiempo, comenzando con las crónicas franciscanas del siglo XVI, como las de Diego Muñoz y Gerónimo de Mendieta. Martínez Baracs nos recuerda que a finales del siglo XVI y principios del XVII, se imprimió por primera vez un material que hablaba sobre Daciano; después se publicaron otras crónicas, entre las cuales destaca la de fray Alonso de la Rea y otras más. El autor señala que fue García Icazbalceta quien en la segunda mitad del siglo XIX rescató las memorias de los frailes del siglo XVI, entre los cuales estaba Jacobo Daciano. Con la lectura del texto de Martínez Baracs podemos seguir la línea de la recuperación historiográfica de la figura de Jacobo y su trayectoria en Europa y México, hasta llegar al trabajo contemporáneo fundamental de Rasmussen, quien sería el primer autor en proponer la pertenencia de Fray Jacobo a la familia real danesa. Martínez concluye compartiendo sus vivencias como parte de la comitiva mexicana que acompañó al presidente de México y a la reina de Dinamarca a visitar Tzintzuntzan y Tarecuato en el 2008. “La lucha de Fray Jacobo por un clero indígena” del sacerdote y reconocido historiador Alberto Carrillo Cázares de El Colegio de Michoacán refiere con detalle la lucha de Jacobo Daciano por lograr la igualdad de los derechos religiosos y humanos de los indígenas recién convertidos al catolicismo con respecto al acceso irrestricto a los sacramentos, no sólo al bautismo, sino también a la comunión y sobre todo, a la ordenación sacerdotal. Ante una evidente necesidad de contar con
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suficientes ministros del culto en los territorios recién conquistados, el alto clero novohispano solicitó reiteradamente a España el envío de sacerdotes; sin embargo, no se tuvieron buenos resultados, por lo cual Fray Jacobo propuso como una idea viable la formación en el seminario y la ordenación sacerdotal de los indígenas. Evidentemente, por cuestiones teológicas, raciales y políticas, esta iniciativa generó muchos problemas al danés. Carrillo presenta de manera sucinta en este texto los fundamentos sobre la administración de cada uno de los siete sacramentos a los indígenas que Fray Jacobo esgrimió en su famosa y polémica Declamación del Pueblo Bárbaro de los Indios que habiendo recibido el Bautismo desean recibir los demás Sacramentos, así como las contestaciones del reconocido teólogo anti indigenista, el fraile Juan de Gaona, antiguo maestro y amigo del danés. Finalmente, cerramos las colaboraciones con el texto “De cómo un príncipe danés se convirtió en santo purépecha”, escrito por las historiadoras de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Lorena Ojeda Dávila e Iris Calderón, quienes se han dedicado al estudio interdisciplinario de la cultura purépecha. A través de diversas entrevistas recientes realizadas en la comunidad de Tarecuato se busca conocer el legado vivo de este personaje en uno de los pueblos donde tuvo mayor influencia, así como los imaginarios que se han construido en torno a su figura y que lo transmutaron en un santo local, hasta contar con su propia “fiesta grande” y un sistema de culto bien organizado. En el texto se reproducen -usando las palabras de la misma gente de la comunidad- las principales contribuciones de Fray Jacobo en el pueblo, entre las cuales destacan su labor evangelizadora y misionera, pero también su compromiso con la defensa de los derechos de los indígenas, la organización social, política y religiosa del pueblo, la introducción de artes y oficios y otros elementos culturales que se han convertido en característicos de los pueblos purépecha hasta el día de hoy, como sus danzas tradicionales, su vestimenta, entre otros. En Tarecuato, cuentan las personas entrevistadas, Fray Jacobo Daciano no sólo es un personaje histórico, sino que aún está vivo y se llega a aparecer ahí con el fin de realizar milagros principalmente relacionados con la salud y velar por la seguridad y el bienestar de la gente del pueblo.
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Como señalamos al principio de esta introducción, en este libro fructifican los esfuerzos encabezados por el gobierno del Estado de Michoacán, la Secretaría de Turismo del Estado de Michoacán, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Universidad de Copenhague y la Embajada de México en Dinamarca. Por ello, queremos agradecer de manera muy especial el apoyo y la confianza depositada en nosotros para encabezar este proyecto al Gobernador del Estado de Michoacán, Ing. Silvano Aureoles Conejo, así como a la Mtra. Edna Gisel Díaz Acevedo. De la misma manera, hacer patente nuestro agradecimiento a la Secretaría de Turismo del Estado de Michoacán, Mtra. Claudia Chávez López; al Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Dr. Raúl Cárdenas Navarro, a la directora del Instituto de Investigaciones Históricas, Ma. Del Rosario Rodríguez Díaz y a la directora de la Facultad de Historia, Ma. Teresa Cortés Zavala, al secretario de Difusión Cultural, Dr. Héctor Pérez Pintor, así como al Excmo. Embajador de México en Dinamarca, Carlos Pujalte Piñeiro y al ex Director del Departamento de Estudios Interculturales y Regionales de la Universidad de Copenhague, Ingolf Thuesen, por su apoyo para que esta obra esté disponible en dos países y en tres lenguas. Agradecemos infinitamente a los traductores que participaron en esta compleja labor, Aled Pedrick, Cecilia Leni, Maja Balle, Paul Kersey, Jorge Ojeda, Sarah Washbrook y Mette Haakonsen, así como a los fotógrafos cuyos trabajos ilustran y acompañan bellamente estas páginas, Juan José Estrada Serafín, Jaime Cristóbal López, Iris Calderón, Magnus Pharao Hansen, Alejandra Bravo Vázquez, Fernando Fernández Ayala, Christophe Helmke y a las instituciones que amablemente nos han permitido reproducir parte de su acervo como el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Museo Regional Michoacano “Nicolás León” y a su director, Jaime Reyes Monroy, la Biblioteca de El Escorial, el Archivo General de la Nación y el Ibero-Amerikanisches Institut Preusischer Kulturbesitz. El diseño de esta obra y la elaboración de mapas ha sido responsabilidad de Jonathan Zalapa, a quien expresamos nuestro reconocimiento.
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Advertencias al lector Debido a que hasta la actualidad no existe consenso sobre la ortografía de la lengua purépecha entre los hablantes de la misma ni entre los lingüistas dedicados a su estudio, en esta obra usamos la versión castellanizada de la palabra purépecha y su plural, purépechas. En cuanto al uso o la escritura de algunos términos que puedan resultar polémicos, nos apegamos estrictamente al lenguaje empleado en las fuentes históricas originales. Finlamente, mencionamos que el nombre Fray Jacobo es citado como nombre propio, puesto que así lo denominan las personas de las comunidades purépechas.
Lorena Ojeda Dávila Morelia, México, 2021.
Jesper Nielsen Copenhague, Dinamarca, 2021.
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La Tierra de los lagos: Las culturas precolombinas de Michoacán Jesper Nielsen Instituto de Estudios Interculturales y Regionales Universidad de Copenhague Traducido del inglés por Lorena Ojeda Dávila
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uando Fray Jacobo llegó a Michoacán, primeramente a la ciudad de Tzintzuntzan, la región era conocida como la tierra de los tarascos. En ese entonces, los tarascos eran famosos por ser los notorios y poderosos ar-
chienemigos de los aztecas (o mexicas) durante más de un siglo. Para muchas personas, la historia precolombina del estado de Michoacán es sinónimo del Imperio Tarasco y su capital Tzintzuntzan. En este capítulo introductorio, que proporciona una breve descripción de la historia de Michoacán antes de la llegada de los españoles, veremos que el estado tiene una historia mucho más profunda, que se remonta hasta el comienzo del período preclásico alrededor del año 1500 a.C. Aunque se han registrado más de 1800 sitios arqueológicos en Michoacán, ésta sigue siendo una de las áreas menos conocidas y menos investigadas de México, arqueológicamente hablando. En la actualidad, solo seis sitios arqueológicos en Michoacán están abiertos al público. Aquí se ha llevado a cabo mucho menos trabajo en comparación con la mayoría de las otras partes de Mesoamérica, y en general, ha habido una tendencia a marginar las culturas del occidente de México (incluidos Jalisco, Nayarit, Colima y Zacatecas) en las grandes narrativas de la historia precolombina de México. Por lo mismo, varios aspectos de la historia cultural de la
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región aún no están claros y están subexpuestos. Sin embargo, un grupo de arqueólogos y otros académicos continúan arrojando nueva luz sobre el “panorama general” del pasado de Michoacán, un ejemplo es la publicación reciente sobre Michoacán y las culturas mesoamericanas del occidente de México titulada Miradas renovadas al Occidente indígena de México en el año 2013. En el presente capítulo, nos enfocamos en la parte norte del estado, y especialmente en la zona montañosa y los lagos de Chapala, Pátzcuaro y Cuitzeo, donde las excavaciones en las últimas décadas han proporcionado mucha información nueva, Vasija efigie hueca polícroma de cultura Chupícuaro (Siglos III-I A.C.) Foto: MET DP23079 Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. The Michael C. Rockefeller Memorial Collection Wikipedia Commons
por ser ésta la región que se convirtió en el corazón del trabajo de Fray Jacobo. Inicialmente debe enfatizarse que, aunque Michoacán y las partes adyacentes de Guanajuato y Querétaro, eran parte de Mesoamérica e interactuaban con las culturas del este y el sur, una serie de anomalías pone a la región en discordancia con el resto de
Mesoamérica. Por lo tanto, en algunos aspectos, Michoacán difiere claramente de sus vecinos mesoamericanos. Un ejemplo sorprendente de esto es la ausencia de un sistema de escritura y evidencia clara del uso del calendario de 260 días. En comparación con el resto de Mesoamérica, es notable también lo poco que existe en términos de una tradición iconográfica naturalista, es decir, sólo tenemos un número muy limitado de representaciones en imágenes y esculturas de humanos, animales, deidades y otros seres sobrenaturales. Textos jeroglíficos y expresiones iconográficas muy ricas son una de las características clave que identifican a los olmecas, los zapotecas, los mayas, los teotihuacanos y los aztecas; pero aún no tenemos claro qué preferencias culturales y, posiblemente incluso tabúes, subyacen a la ausencia de escritura así como al limitado uso del arte representacional en Michoacán, pero sin duda es un rasgo determinante de su tradición y expresión cultural. Lingüísticamente, el
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idioma dominante de Michoacán, tarasco -o más correctamente, purépecha, que hoy es hablado por aproximadamente 125,000 personas, también subraya esta diferencia étnica y cultural. El purépecha es un lenguaje aislado, y parece no tener ninguna relación con ningún otro idioma mesoamericano (ver el texto de Pharao Hansen en este volumen). Este hecho, combinado con una serie de otros rasgos culturales que están presentes en el occidente de México, como la metalurgia, las tumbas de tiro y las llamadas vasijas con asa estribo, ha llevado a varios estudiosos a sugerir un contacto directo entre esta parte de Mesoamérica y la costa noroccidental de Colombia, Perú y Ecuador. Esta es todavía una hipótesis bastante controvertida, pero aunque es poco probable que el purépecha esté relacionado con el quechua (el idioma de los incas y sus predecesores), el comercio e intercambio esporádicos entre la costa de Michoacán y el noroeste de América del Sur no es un escenario histórico poco probable.
El período preclásico: El Opeño y Chupícuaro (c. 2000 a. C.–350 d. C.) Los primeros humanos en llegar a Michoacán fueron pequeñas bandas de cazadores-recolectores que llegaron al área en el período paleoindio, posiblemente a partir del 12,000 a. C. La domesticación de una serie de cultivos, que se convertiría en el fundamento de todas las civilizaciones mesoamericanas (como maíz, calabaza y frijol), comenzó desde el 4000-3000 a.C. Esto condujo a un aumento de la población alrededor del año 2000 a.C., así como al establecimiento en pequeñas aldeas sedentarias y a los comienzos de una producción cerámica. En la zona noroeste de Michoacán, la cultura El Opeño (llamada así por un sitio cerca de Zamora, al sureste del lago Chapala) surgió en el período preclásico temprano (c. 1500-800 a. C.). Uno de los rasgos característicos de El Opeño son las tumbas de tiro, una tradición funeraria que se extendió a las áreas vecinas y después se encontraría en Colima, Jalisco y Nayarit. Las tumbas de tiro se encuentran sólo en esta parte de Mesoamérica y sus semejantes más cercanos se localizan en América del Sur. Además de los hallazgos en las tumbas, se sabe poco sobre este período, sin embargo,
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los vestigios cerámicos indican que la cultura El Opeño era parte de una red comercial más grande, siendo posible considerar alguna influencia de la civilización olmeca en San Lorenzo (Veracruz) y La Venta (Tabasco). Las figuras de cerámica de los jugadores de pelota que se encuentran en una de las tumbas en El Opeño constituyen uno de los primeros ejemplos de esta tradición pan-mesoamericana y son una prueba más de la estrecha relación de Michoacán con las otras culturas preclásicas de Mesoamérica. En el período preclásico tardío (c. 500 a.C.–300 d.C.), sabemos que la cultura Chupícuaro estuvo presente en Michoacán, así como en el centro de México, y la mayoría de los asentamientos se encuentran cerca del río Lerma, así como los sistemas de lagos y de los muchos recursos alimenticios que estos entornos tenían para ofrecer. Chupícuaro es conocido principalmente por su producción de cerámica de vasijas de varias formas y figuras, a menudo decoradas con diseños geométricos y animales estilizados y figuras humanas. Lamentablemente, las ricas tumbas de la región han sido saqueadas durante décadas, pero entre los hallazgos interesantes se encuentran esqueletos de perros. En varias otras culturas mesoamericanas, se creía que los perros acompañaban y ayudaban al difunto en su viaje hacia la otra vida. También se ha sugerido que Chupícuaro estaba estrechamente relacionado con Cuicuilco, una de las primeras ciudades del Valle de México, e incluso que el surgimiento de la cultura Chupícuaro pudo haber sido el resultado de una expansión occidental de la influencia e intereses de Cuicuilco en la región.
Los períodos clásico y epiclásico: contactos con Teotihuacán (c. 350-900 d. C.) En el período clásico subsiguiente, se produjeron grandes cambios en Michoacán: se fundaron varios asentamientos y centros ceremoniales más grandes, aparecieron nuevas formas y estilos de cerámica, y en términos de innovaciones arquitectónicas, ahora vemos templos con forma de pirámides, los llamados patios hundidos y plazas, así como canchas de pelota. Minas de obsidiana como Zinapécuaro y
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La pirámide principal en Tingambato, uno de los sitios en Michoacán que muestra signos de contacto con Teotihuacán Foto: Jesper Nielsen
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Vista del sitio Zaragoza Foto: Jesper Nielsen
Un ejemplo de los muchos petroglifos del sitio Foto: Jesper Nielsen
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Ucareo se volvieron importantes en las economías locales, así como en el comercio con otras áreas. Al mismo tiempo, existen evidencias de un aumento de la población y diversificación en la estratificación social. Varios de estos nuevos sitios, incluidos Loma Alta, El Otero, Tres Cerritos, Huandacareo, Queréndaro y Tingambato, también muestran signos de posibles contactos con Teotihuacán. Esto se puede ver arquitectónicamente en el uso del talud-tablero (un rasgo característico de la arquitectura teotihuacana), y en la extraordinaria cerámica estilo Cherán, que en ocasiones muestra motivos inspirados en la iconografía teotihuacana. Así, en Tres Cerritos, los arqueólogos han descubierto la arquitectura talud-tablero, una máscara de alabastro y espejos en estilo teotihuacano, y en Loma Alta, una escultura del antiguo dios del fuego, una de las deidades más prominentes de Teotihuacán. Sin embargo, debido a los relativamente pocos hallazgos y problemas para fecharlos, no está claro exactamente qué papel desempeñó Teotihuacán en la región. Una mirada más cercana a una de las vasijas estilo Cherán de Queréndaro, revela que muchos detalles de los teotihuacanos de alto rango que se muestran aquí están representados con gran precisión, lo que indicaría un conocimiento íntimo de la iconografía teotihuacana. Del mismo modo, un espejo de Queréndaro es del tipo usado por los guerreros teotihuacanos en la parte inferior de la espalda (presumiblemente utilizado en rituales de clarividencia y adivinación), y está adornado con un signo jeroglífico teotihuacano conocido como el signo del año asociado, a su vez, con la gobernanza y el poder. La arqueóloga Agapi Filini ha estudiado la presencia de Teotihuacán en la cuenca de Cuitzeo y señala que: “Los habitantes de la cuenca de Cuitzeo reprodujeron localmente símbolos de poder de Teotihuacán, depositaron artefactos relacionados con Teotihuacán como ofrendas funerarias y agregaron detalles arquitectónicos de Teotihuacán en varias plataformas en terrazas” (Filini, 2004, p. 112). Por lo tanto, se implica que la iconografía teotihuacana fue simplemente imitada localmente, en lugar de que los teotihuacanos estuvieran realmente presentes en el área. Sin embargo, los motivos seleccionados y representados coinciden con el tipo de iconografía imperial que se encuentra en otras partes de Mesoamérica que probablemente fueron tomadas de Teotihuacán. Se ha sugerido que Teotihuacán pudo haber tenido un gran interés en controlar las
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minas de cinabrio de Michoacán. A principios del siglo V, Teotihuacán llegó a tener hasta 150,000 habitantes y se constituyó como la capital de un vasto imperio que se extendía a partes de Guerrero, Querétaro, Veracruz y tan lejos como Tikal y Kaminaljuyu en Guatemala. Queda por demostrar si la metrópoli imperial logró establecer enclaves o centros comerciales en Michoacán, pero la difusión de los motivos iconográficos es evidencia de que algunos de los conceptos e ideas más centrales de Teotihuacán llegaron a esta área. Un elemento iconográfico recurrente en la cerámica de la cuenca de Cuitzeo son las mariposas estilizadas (en las imágenes de Teotihuacán, las mariposas también constituyen un motivo muy común). La popularidad de los seres alados en la iconografía puede tener una relación directa con la mariposa monarca (Danaus plexippus), que cada año llega desde el norte en números de miles de millones para pasar el invierno en las montañas del noreste de Michoacán. En las creencias mexicanas centrales, las mariposas y los colibríes se asociaban con los espíritus de los difuntos, y el regreso anual de los monarcas pudo haber sido parte de las celebraciones de los antepasados que tuvieron lugar una vez al año en el calendario ceremonial. El colapso de Teotihuacán alrededor del año 550 d. C. también se sintió en Michoacán, y en el período epiclásico (c. 600-900 d. C.) fueron principalmente ciudades pequeñas las que llegaron a dominar. Un ejemplo de una de las ciudades más grandes en la parte norte del estado es Zaragoza, cerca de La Piedad de Cabadas. Situada en lo alto del terreno, con vistas al valle del río Lerma, Zaragoza tiene varias plataformas de templos, una cancha de pelota, y el sitio es conocido por sus abundantes petroglifos y un plan ejemplar de un sitio ceremonial, quizás el propio Zaragoza, tallado en roca natural. No muy lejos, en Plazuelas en Guanajuato, otro sitio del epiclásico, se han encontrado más de cien modelos arquitectónicos tallados en rocas. Alrededor del año 700 d. C. se produjo un aumento de las exportaciones de obsidiana de minas como Zinapécuaro y Ucareo a otras partes del occidente y centro de México, y con el tiempo Tula (en Hidalgo) se convertiría en uno de los principales mercados. También fue en el siglo noveno que la metalurgia se convirtió en una parte integral de la cultura material en Michoacán, en particular el cobre, pero también la plata y el oro. Este fue el comienzo de un desarrollo
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que continuaría en el período posclásico, durante el cual el cobre y los objetos de oro se convirtieron en una especie de marcador étnico o distintivo cultural de Michoacán. Como ya se mencionó, el conocimiento tecnológico relacionado con este tipo de metalurgia puede haber tenido sus orígenes en las zonas costeras de Perú y Ecuador.
El período posclásico: El Imperio Tarasco (c. 900-1521 d. C.) Uno de los rasgos característicos del posclásico en Michoacán es la disminución gradual de los contactos con el centro de México y un creciente enfoque en los desarrollos y las relaciones regionales y locales. Al comienzo del período posclásico tardío, alrededor del año 1300 d.C., algunos pueblos de habla náhuatl llegaron del norte, incluidos los chichimecas y los nahuas, entre los cuales se encontraban los fundadores de la dinastía real purépecha, los Uacúsecha (‘águilas’). Pueden haber sido pequeños grupos de migrantes que rápidamente se asimilaron a las tradiciones y prácticas culturales y lingüísticas existentes. Por lo tanto, parece que los purépechas compartieron de alguna manera una mitología migratoria con los mexicas, quienes remontaban los orígenes de sus gobernantes a la unificación de los pueblos que llegaron desde el norte con las comunidades agrícolas previamente establecidas en el Valle de México. Según la Relación de Michoacán (c. 1540), fue el gobernante Tariácuri quien a principios del siglo XIV unió por primera vez a las ciudades independientes más pequeñas alrededor del lago de Pátzcuaro en un solo estado. Alrededor de 1325, Pátzcuaro fue fundada como la primera capital del reino purépecha. Los sucesores de Tariácuri extendieron el dominio del reino, y como fue el caso del Valle de México en este momento, existe evidencia de un crecimiento significativo de la población. Desde entonces, la capital se trasladó a Ihuatzio, en la costa sureste del lago, y finalmente, alrededor de 1450, a Tzintzuntzan (‘Lugar de los colibríes’), la cual hasta la invasión española sirvió como centro político y religioso en el mundo purépecha. Tzintzuntzan se encuentra en la costa noreste del
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lago de Pátzcuaro. El sitio está dominado por una enorme plataforma rectangular, de 450 m. de largo y 250 m. de ancho. En la plataforma hay cinco yácatas que pueden haber servido como monumentos funerarios para los reyes tarascos o cazoncis. Las yácatas son estructuras de templo semicirculares que no se conocen en ninguna otra parte de Mesoamérica. Según algunos relatos, una de ellas estaba dedicada a Curicaueri, el dios del fuego, el sol y la guerra, y las otras cuatro a sus hermanos. Las cinco yácatas también podrían estar relacionadas con los cinco puntos cosmológicos, las cuatro direcciones mundiales y el centro, los cuales desempeñaron un papel fundamental en las religiones y rituales mesoamericanos. Se estima que Tzintzuntzan tenía entre 25 y 30,000 habitantes, pero no era la única ciudad considerable en Michoacán en ese entonces. Zacapu, a unos 40 km al noroeste del lago de Pátzcuaro, albergaba a unas 20,000 personas, y las investigaciones recientes basadas en la tecnología LIDAR han demostrado que la ciudad casi desconocida de Angamuco, ubicada en el lado oriental del lago de Pátzcuaro, pudo haber tenido hasta 100,000 habitantes, aunque problamente fue habitado sucesivamente y no en el mismo momento por tal cantidad de personas. La nación purépecha, su poder e influencia habían crecido considerablemente en un siglo, por lo que Helen Pollard señaló que Michoacán: “se transformó de una periferia mesoamericana en un núcleo mesoamericano” (Pollard, 2000b, p. 71). Esto también convirtió a los tarascos en una amenaza muy real para la gran superpotencia del occidente de Mesoamérica: el imperio azteca. Desde alrededor de 1430 y en las décadas siguientes, los conflictos con los mexicas se hicieron cada vez más comunes, y los gobernantes de Tenochtitlan comenzaron a construir una serie de fortalezas a lo largo de la frontera entre los dos imperios, en parte en un intento de proteger el Valle de Toluca que funcionaba como un amortiguador entre Michoacán y el Valle de México. En 1478 el gobernante mexica Axayacatl (r. 1469-81) dirigió una campaña de guerra en territorio tarasco, pero el ataque terminó en una masacre y miles de guerreros mexicas fueron asesinados. No hubo más intentos de conquistar las tierras purépechas después de este episodio, y los mexicas a partir de entonces concentraron sus esfuerzos en asegurar la frontera. Sin embargo, se produjeron escaramuzas y batallas más pequeñas, como en 1499 cuando los guerreros tarascos
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Una de las cinco yácatas en la gran plataforma en Tzintzuntzan, con vista al lago de Pátzcuaro Foto: Jesper Nielsen
la secuencia ritual después de la muerte de un gobernante. A través de textos e imágenes, aprendemos cómo el difunto era envuelto en una tela fina y se le colocaba una máscara en la parte superior de ésta, antes de que todo fuera cremado junto con preciosas ofrendas. Como ya se mencionó, existen pocas esculturas e imágenes precolombinas que nos ayuden en nuestros intentos de comprender la religión y la mitología tarascas. Sin embargo, un grupo de esculturas de Ihuatzio con forma de coyote, hechas de piedra, junto con posibles taburetes de trono, también en forma de coyotes, sugieren que esta criatura jugó un papel especial. También se conocen ejemplos de las llamadas esculturas de Chac-mool (presumiblemente utilizadas en ritos sacrificiales en los templos principales), constituyéndose como uno de los rasgos característicos del período posclásico, tanto de Pátzcuaro como de Ihuatzio. También vale la pena mencionar una exquisita máscara de cobre con los ojos cerrados y la boca abierta, tal vez una versión local de la deidad azteca Xipe Totec, o quizás un ejemplo del tipo de máscaras de muerte que se colocaban en los paquetes mortuorios. Las expresiones visuales están domina-
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Trono de coyote de Ihuatzio Foto: Alejandra Bravo Vázquez CULTURA / INAH / Museo Regional Michoacano
atacaron el fuerte azteca en Oztuma en Guerrero. A pesar de las hostilidades a lo largo de la frontera, sabemos que se produjo un comercio e intercambio constante entre las dos regiones, por lo que no debemos imaginar que existía una especie de “telón de acero” que excluyera todo tipo de comunicación y coexistencia entre los dos imperios. Basados en información de la Relación de Michoacán y otros documentos del siglo XVI, el alcance y la expansión del imperio tarasco en los siglos XV y XVI se pueden trazar con bastante precisión. Fue principalmente en las regiones al occidente y suroccidente de la región tarasca donde se conquistaron nuevos territorios, y en su apogeo, el imperio gobernado por los cazoncis en Tzintzuntzan llegó a cubrir una enorme área de 75,000 km2, expandiéndose desde el río Lerma en el norte hasta el río Balsas en el sur. En términos de comprender las creencias religiosas y el panteón, la Relación de Michoacán es, por mucho, nuestra mejor fuente porque en ella se describen varios rituales y ceremonias; algunos de ellos acompañados de ilustraciones realizadas por un artista indígena. Por ejemplo, tenemos una descripción extraordinaria de
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das por diferentes patrones y diseños geométricos, como espirales y formas de “S” horizontales en forma de onda. Este tipo de diseños aparecen en la cerámica, así como tallados en bloques de construcción en Tzintzuntzan. Aunque encontramos superposiciones y creencias compartidas entre la religión purépecha y las tradiciones religiosas del resto de Mesoamérica, existen algunos puntos notables de diferencia. Por ejemplo, las deidades de la lluvia extrañamente parecen ausentes del panteón ya que la precipitación era controlada por la diosa de la tierra Cuerauáperi. Además, el papel fundamental como deidad patrona se dividió entre Curicaueri y la diosa de la luna y la fertilidad llamada Xaratanga. A pesar del creciente número de excavaciones arqueológicas y la valiosa información registrada en la Relación de Michoacán, todavía estamos en una situación en la que, como lo expresó Pollard, tenemos que aceptar que: “Existen grandes lagunas en nuestra comprensión de la cultura tarasca” (Pollard, 2000a, p. 68). La conquista de Michoacán por los españoles comenzó en 1522, un año después de la caída de Tenochtitlán. La primera campaña fue dirigida por Cristóbal de Olid, a la que luego siguió el implacable Nuño de Guzmán. Aun así, los purépechas tuvieron un último cazonci, Tanganxuan II, que permaneció en el poder hasta 1530, cuando los españoles lo ejecutaron. En 1536, Vasco de Quiroga estableció un obispado con su primera sede en Tzintzuntzan, que luego sería trasladada a Pátzcuaro. Sería precisamente en este contexto histórico, dominado por profundos y drásticos cambios, entre destrucciones y el sueño de un nuevo orden mundial, en contraposición a una vibrante cultura indígena milenaria, cuando Fray Jacobo saldría -a mediados de la década de 1540- desde la ciudad de México con camino hacia el occidente de Michoacán, la tierra de los lagos.
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Del reino de Curicaueri al reino de Dios: la conquista y evangelización del antiguo Michoacán Hans Roskamp Centro de Estudios de las Tradiciones El Colegio de Michoacán
El reino tarasco Hacia 1000–1300 d.C., las sociedades que se desarrollaron en las tierras fértiles de Michoacán (“tierra de pescadores” en lengua náhuatl), ya habían alcanzado un alto nivel de estratificación y contaban con impresionantes centros urbanos caracterizados por su buena planeación y elaborada arquitectura tanto civil como religiosa. En los numerosos cacicazgos o señoríos, que eran gobernados por linajes locales y regionales que legitimaban su poder a través de una serie de creencias y prácticas religiosas, se hablaban diferentes idiomas como el tarasco (hoy día conocido como purépecha) y el náhuatl. Los más conocidos son los uacúsecha (las águilas) quienes según su propia visión histórica emigraron desde el norte de la región (los alrededores de Zacapu) a las orillas del Lago de Pátzcuaro donde se asentaron entre otros grupos que habían llegado antes. Por medio de alianzas matrimoniales y campañas militares lograron expandir su influencia, pero fue el héroe cultural Tariacuri (1380-1420 d.C.) quien supuestamente inició la incorporación más sistemática de
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— Del rein o de C u r i cau e r i al r ei n o de Di o s: l a co nqu i sta y e va ng e li zac i ó n d e l a nt i g u o M i c hoacá n
los cacicazgos vecinos y fundó una triple alianza conformada por Tzintzuntzan, Ihuatzio y Pátzcuaro. Conflictos internos posteriormente llevaron a la ruptura de esta unión y hacia 1460-1480 d.C., Tzintzuntzan se convirtió en la capital única de lo que en el siglo XVI se llegó a conocer como el reino tarasco, cuyo territorio al final rebasaba los actuales límites del estado de Michoacán e incluía partes de las entidades colindantes de Guerrero, México, Guanajuato, Jalisco y Colima. El tributo jugaba un papel muy importante en la economía del reino tarasco. Oficiales especiales -los llamados ocámbecha- organizaban y supervisaban las entregas de una amplia gama de productos para la manutención de las élites y del culto religioso a nivel local y regional. Las contribuciones obligatorias también incluían servicios personales como trabajar las tierras pertenecientes a la nobleza y a los templos, atender tareas domésticas en casa de los superiores, ayudar en las construcciones y brindar asistencia en las guerras. Esta última actividad resultaba clave para resistir las incursiones de los enemigos y en especial de la poderosa triple alianza del valle de México, formada por México-Tenochtitlan, Tetzcoco y Tlacopan. Para fortalecer las defensas incluso se contaba con grupos de inmigrantes (sobre todo los matlatzincas o pirindas) que a cambio de su servicio militar recibían permiso para asentarse en las zonas fronterizas del reino. Cabe agregar que el tributo no era la única vía para sostener al aparato del Estado y al culto religioso que constituía uno de sus pilares fundamentales. Muchos bienes exóticos y valiosos se obtenían por medio del comercio al interior y exterior del reino, por lo que los mercaderes gozaban de alto prestigio en la sociedad prehispánica. Si bien se intercambiaban principalmente productos, también iban incluidas tecnologías de manufactura, usos prácticos y valores simbólicos de los artefactos, así como elementos de las ideologías político-religiosas subyacentes. Además, las redes de comercio jugaban un papel esencial en la expansión del reino y a menudo eran preludio de conquistas posteriores cuando los gobernantes requerían un control más directo sobre ciertos recursos naturales y artículos. Por ejemplo, metales preciosos como cobre, plata y oro, con abundante presencia en el sur de Michoacán (Tierra Caliente), en primera instancia eran adquiridos por mercaderes y después
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Lámina de la Relación de Michoacán (1539-1541), f.61. Representa la impartición de la justicia a todos los delincuentes, después de la narración de la historia oficial del reino tarasco por el petámuti (sacerdote mayor) en el marco de la importante fiesta de Equata cónsquaro. Patrimonio Nacional, Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, c-IV-5.
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Lámina de la Relación de Michoacán (1539-1541), f.35v. Muestra algunos de los augurios que se presentaron en vísperas de la conquista española: la aparición de un cometa, la caída de partes de los templos y el anuncio de la llegada de los europeos en una reunión de los dioses en el cerro. Patrimonio Nacional, Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, c-IV-5.
llegaron a formar parte del tributo cuando los tarascos anexaron las minas y sitios de fundición (Alcalá, 2008; Paredes Martínez, 2017, pp. 75-124). El rey tarasco era llamado irecha (“el señor del pueblo”) en lengua purépecha y caltzontzin (“la noble cabeza de la casa”) en náhuatl. Los monarcas indígenas, que residían en Tzintzuntzan, tenían un estatus divino y se decían descendientes de Thicatame, el primer sacerdote-sacrificador y por ende representante terrenal de Curicaueri (“El que sale ardiendo”), dios del sol y del fuego, quien era el protector
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del linaje uacúsecha. Además, se autodenominaban chichimecas, asumiendo una identidad de cazadores y guerreros, por lo que el arco y la flecha constituían unos de sus principales atributos e insignias. La tarea principal del monarca, y por ende también de sus vasallos, era complacer y alimentar a los dioses con ofrendas de fuego, incienso, productos agrícolas (maíz, chile, entre otros), bebidas fermentadas y sangre tanto animal como humana, para así garantizar la continuidad del cosmos, del reino y de todos sus pobladores. Se manejaba un calendario de 360 días dividido en 18 periodos de 20 días en que se celebraban fiestas con extensos rituales dedicados a diferentes deidades. Los tarascos creían que estas entidades sobrenaturales se manifestaban como cuerpos celestes, montañas, cuevas, lagos y ríos, así como flora y fauna. La propia tierra era imaginada como una diosa acostada sobre su vientre y con la cabeza dirigida hacia el poniente, sus piernas hacia el oriente y sus brazos extendidos apuntando al norte y sur: otras deidades la sujetaban y la mantenían en su lugar. Entre los múltiples dioses no solamente destaca Curicaueri sino también Xaratanga (“Aquella que da placer a otros”), deidad lunar relacionada con la fertilidad y en particular con los cultivos de maíz, frijol y chile, la caza de patos y codornices, así como con la pesca. Aunque era invocada y venerada durante todo el año, las principales ceremonias en su honra probablemente se realizaban sobre todo en la época de cosechas. Según los tarascos, tanto ella como Curicaueri jugaron un papel fundamental en la creación, expansión y consolidación del reino. Cabe agregar que los metales preciosos eran considerados como excremento sagrado de ambos dioses: el oro se relacionaba con Curicaueri y la plata con Xaratanga. Según su propia cosmovisión, los tarascos vivían en la cuarta edad o época del cuarto sol porque hubo tres mundos previos que no eran perfectos y por lo tanto fueron destruidos por los dioses, el tercero de ellos a raíz de un gran diluvio de cinco días. Los humanos fueron creados por los dioses en un gran recipiente a partir de ocho pelotas de ceniza y la sangre del autosacrificio de Curita Caheri (“El gran fuego” o “El gran sacerdote”). Este último era el mensajero de las deidades celestes y especialmente de Cuerauahperi (“La que desata de su vientre”), diosa
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madre relacionada con el nacimiento, la lluvia y con el oriente, lugar de la salida del sol. Los nahuas que residían en el sur de Michoacán al parecer tenían ideas muy parecidas sobre la creación de la humanidad en una vasija a partir de la mezcla de ceniza y sangre, aunque su propio dios tutelar era Tezcatlipoca (“El espejo humeante”). El poder y la autoridad de los reyes, así como las obligaciones y derechos de sus súbditos, se explicaban, legitimaban y enforzaban mediante una elaborada historia oficial (a menudo referida en la literatura como mito fundacional), una serie de rituales públicos y una elaborada estructura administrativa del reino. El irecha escogía los gobernantes de los principales asentamientos tarascos y a menudo incluso designaba miembros de su propia familia o linaje. Además, el ya mencionado tributo aseguraba un flujo de bienes y servicios para mantener a la nobleza, a cambio de protección real y divina para los tributarios. En el importante ritual anual de Equata cónsquaro (también conocido como “de las flechas”), el sacerdote supremo (petámuti, “el que tiene la palabra”) y otros oficiales religiosos explicaban el origen sagrado de los uacúsecha y del reino, así como los deberes de los vasallos: el devenir de los tarascos era visto como la voluntad e intervención de Curicaueri y de los otros dioses del panteón. Cabe agregar que estas ceremonias finalizaban con el juicio de quienes habían quebrado las leyes existentes y la ejecución de los trasgresores condenados a muerte (Alcalá, 2008; Beltrán Henríquez, 2012).
La conquista Antes de que los españoles pisaran tierras michoacanas, su llegada ya había sido anunciada por medio de augurios o presagios, fenómenos inusitados que eran interpretados como comunicaciones divinas: se caían piedras de los templos y aparecieron dos cometas en el cielo. Incluso se decía que una mujer ingirió una bebida alucinógena, preparada por la diosa madre Cuerauahperi, fue recogida por el
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Lámina de la Relación de Michoacán (1539-1541), f.46. El tema es la visita de los primeros españoles a Tzintzuntzan, donde son bien recibidos por el irecha y donde ocurre un intercambio de regalos entre ambas partes. Patrimonio Nacional, Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, c-IV-5.
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Lámina de la Crónica de Michoacán de fray Pablo Beaumont (1792, copia de un original del siglo XVI) que representa la predicación por parte de los frailes Martín de Jesús y Ángel de Valencia entre los tarascos, así como la administración del bautizo. Archivo General de la Nación, Ciudad de México, Ramo de Historia, vol. 9, cap. 17, f. 148.
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dios Curicaueri (en forma de una gran águila) y llevada a una reunión de los dioses donde se anunció la venida de los europeos y el cambio de la religión. Este tipo de narraciones probablemente fue influenciado por las noticias alarmantes de otros grupos indígenas, las solicitudes de apoyo militar por parte de los vecinos mexicas y también por los efectos desastrosos de las enfermedades que los extranjeros trajeron del viejo continente y que causaron la muerte de michoacanos incluso antes del encuentro físico con los conquistadores. Una de las víctimas fue el penúltimo rey tarasco, Zuangua, quien falleció en 1520. La incertidumbre posiblemente también haya contribuido a tensiones internas y la lucha por el poder. El sucesor de Zuangua, su hijo mayor Tzintzicha Tangaxoan, pretendía compartir el poder con sus hermanos. No obstante, por la intervención de uno de sus consejeros, quien sembró la sospecha de una traición, el nuevo rey más bien optó por ejecutar a sus parientes (Alcalá, 2008, pp. 247-258). La conquista real arrancó con las visitas iniciales de algunos españoles a Michoacán: una primera al pueblo fronterizo de Taximaroa que inició el 23 de febrero de 1521 y solamente duró dos días, y una segunda a Tzintzuntzan (la Ciudad de Mechuacan) que llevó más tiempo y que se realizó en el otoño del mismo año. Durante su estancia en la capital tarasca, Antonio Caicedo y dos compañeros (cuyos nombres desconocemos) fueron ataviados y honrados como dioses. A su regreso a Coyoacán, donde residía Hernán Cortés, fueron acompañados por un considerable contingente de tarascos que llevaban obsequios para el rey Carlos V. Poco tiempo después, otros cuatro españoles (y sus aliados indígenas del centro de México) que dirigían una expedición a Colima, permanecieron algunos días en Tzintzuntzan. En julio de 1522, Cortés mandó una expedición más amplia a Michoacán con el objetivo de establecer una colonia española, empresa que encargó al capitán Cristóbal de Olid. El rey Tzintzicha Tangaxoan temía la destrucción de su reino y mandó preparar su defensa en diversos lugares estratégicos. Finalmente optó por evitar una confrontación militar y el día 25 del mencionado mes, Olid y sus huestes fueron recibidos de manera pacífica en Tzintzuntzan.
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En los años siguientes, el irecha, bautizado con el nombre de Francisco, intentó complacer a los españoles sin perder mucho control sobre todos sus súbditos, lo que inevitablemente condujo a fuertes tensiones porque afectaba los intereses de los conquistadores, sobre todo en torno a las encomiendas. Estas últimas eran asignaciones de ciertas cantidades de indígenas a españoles quienes aprovechaban la mano de obra de las personas a su cargo, pero que a cambio tenían que brindar protección y apoyar su conversión al cristianismo. Además de la recepción de tributos, el monarca fue acusado de haber regresado a las antiguas prácticas religiosas que ahora ya estaban prohibidas. La denuncia más grave era que supuestamente había ordenado el asesinato de varios españoles. El 14 de febrero de 1530, tras un juicio durante el cual también sufrió tortura, Tzintzicha Tangaxoan fue ejecutado por Nuño de Guzmán, gran enemigo de Hernán Cortés. Este hecho trascendente, con una enorme carga simbólica, marcó el fin definitivo del reino tarasco prehispánico (Warren, 1989, pp. 323-362). El hueco en el gobierno indígena de Michoacán fue llenado por Cuiniharangari, colaborador cercano y hermano adoptivo del irecha, quien también sufrió maltrato de Nuño de Guzmán pero fue liberado y se convirtió en el gobernador de la provincia hasta su muerte en 1543. Este noble, cuyo nombre de pila era Pedro, jugó un papel importante en la transición de la época prehispánica a la Colonia. No obstante, rindió un testimonio altamente perjudicante para el monarca en el juicio de 1530. Además, posteriormente se adjudicó el logro de haber asegurado, ante la supuesta ausencia e incapacidad del rey, el pacto de paz entre los tarascos y los españoles. Apenas después de su fallecimiento, los hijos de Tzintzicha Tangaxoan intentaron limpiar la imagen de su padre y enfatizaron su gran liderazgo en los momentos difíciles de la historia tarasca. El primogénito, Francisco Tariacuri, fue gobernador indígena de Michoacán entre 1543 y 1545, sucedido por su hermano Antonio Huitzimengari, quien ocupó el cargo hasta 1562 (López Sarrelangue, 1965, pp. 47-57 y 169-205).
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Representación de Tzintzuntzan con su convento franciscano, hospital y primera capilla de Santa Ana. Detalle central del mapa de Tzintzuntzan con sus barrios de la laguna (copia de los siglos XVIII o XIX de un original del siglo XVI). IberoAmerikanisches Institut Preusischer Kulturbesitz, Berlín, Alemania, Colección Seler, número Y/261.
La evangelización Cuiniharangari fue uno de los primeros nobles en presenciar una misa en Michoacán, durante su breve cautiverio en manos de Cristóbal de Olid quien a mediados de 1522 se dirigía a Tzintzuntzan, pero el intenso trabajo misionero en la zona arrancó hacia finales de 1524. En este año el rey Tzintzicha Tangaxoan mandó a unos niños de la nobleza tarasca a la ciudad de México para que recibieran
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Enfrentamiento violento entre los religiosos regulares y seculares en el pueblo de Aranza, donde los primeros fueron expulsados de su doctrina y reemplazados por los clérigos del Obispado de Michoacán quienes establecieron su propia parroquia. Escena central del Lienzo de Aranza, también conocido como Lienzo de Sevina (siglo XVII). Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Ciudad de México. SECRETARÍA DE CULTURAINAH-MEX. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
instrucciones en la nueva fe por parte de los franciscanos. El propio gobernante probablemente fue bautizado, siendo Cortés su padrino, en 1525 en la misma capital tenochca, y los frailes le otorgaron el nombre cristiano de Francisco por ser el más importante de sus conversos indígenas. Durante su estancia en México, el irecha solicitó que se mandaran religiosos a Michoacán para la evangelización de sus súbditos. Los religiosos, liderados por fray Martín de Jesús (también llamado Martín de la Coruña) e incluyendo a fray Ángel de Valencia, fueron recibidos con
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mucha hospitalidad por los indígenas y alojados en el palacio del rey en Tzintzuntzan, antes de que los indígenas les ayudaran a construir una primera iglesia de madera que fue dedicada a Santa Ana, así como un pequeño convento o casa propia. La primera misa estuvo a cargo de fray Martín de Jesús y fue acompañada por sonidos de instrumentos que anteriormente se usaban en los servicios a los dioses nativos. Aunque los nobles tarascos fueron los primeros en recibir el bautizo, la conversión de los indígenas al cristianismo fue un proceso difícil que llevó mucho tiempo. Especialmente en los primeros años, las adversidades causaron mucho pesimismo entre los misioneros. La antigua clase sacerdotal se opuso e intentó convencer a los indígenas de seguir rindiendo culto a los dioses prehispánicos. Argumentaban, por ejemplo, que los religiosos extranjeros en realidad eran hechiceros y muertos, que sus hábitos eran mortajas y que al anochecer se tornaban en huesos para regresar al inframundo donde tenían a sus mujeres. Además, decían que el agua bautismal era sangre que hacía daño a los niños bautizados con ella. A pesar de que los colonizadores se dedicaban a la destrucción sistemática de los templos y símbolos religiosos, así como la supresión total de los cultos antiguos, muchos indígenas encontraron la forma para seguir adorando a sus propias deidades. Otros problemas para los evangelizadores eran el abuso del alcohol, ingrediente sumamente importante en los rituales nativos, y la práctica de la alta nobleza de contar con varias mujeres que era incompatible con el sacramento del matrimonio y que llevó décadas para ser erradicada (Warren, 1989, pp. 105-129). Al inicio, los franciscanos operaron desde su base en Tzintzuntzan y principalmente visitaron las poblaciones cerca del lago de Pátzcuaro, atendiendo los enfermos, predicando en contra de las idolatrías y enseñando la doctrina cristiana. Conforme iba creciendo la cantidad de frailes, en las décadas de 1530 y 1540, expandieron sus actividades a zonas más alejadas de la entonces capital michoacana y establecieron allí sus conventos: Guayangareo, Pátzcuaro, Acámbaro, Zinapécuaro, Uruapan, Tarecuato y Zacapu, etcétera (León Alanís, 1997a, pp. 52-71). Entre los ilustres misioneros que llegaron a Michoacán en esta fase, se encuentran Jeróni-
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mo de Alcalá, Juan de San Miguel, Miguel de Bolonia, Jacobo Daciano y Maturino Gilberti, los primeros dos de origen español y los últimos tres de procedencia extranjera (italiano, danés y francés, respectivamente). Daciano, cuya vida y obra son tratadas de manera detallada en otros capítulos del presente libro, jugó un papel clave en la evangelización del centro y noroeste de Michoacán. Después de casi dos décadas y media de intensa labor misionera, durante las cuales llegó a ser muy admirado por los feligreses nativos, falleció en el convento de Tarecuato, en 1566 o 1567 (Rasmussen, 1992). Para los primeros evangelizadores era importante conocer más sobre la cultura indígena, en especial sobre su historia y cosmovisión. Hacia 1539-1540, basándose en los testimonios de la nobleza indígena y en sus propias apreciaciones, fray Jerónimo de Alcalá incluso redactó una amplia descripción que hoy día constituye una de nuestras principales fuentes de conocimiento sobre la sociedad tarasca de la época de la conquista: la Relación de las Ceremonias y Ritos y Población y Gobernación de los Indios de la Provincia de Michoacán, título generalmente abreviado como Relación de Michoacán (Alcalá, 2008). Sin duda las herramientas más imprescindibles de los misioneros para implementar la fe cristiana eran las lenguas indígenas. Para facilitar su aprendizaje, se elaboraron diversas gramáticas y diccionarios, como por ejemplo el Arte de la Lengua de Michuacan (1558) y el Vocabulario en Lengua de Mechoacan (1559), ambos escritos por fray Maturino Gilberti. Este prolífico autor también redactó diversas obras adicionales para transmitir los elementos principales de la doctrina cristiana en la misma lengua tarasca, como el Thesoro Spiritual en la Lengua de Mechuacan (1558) y el Diálogo de Doctrina Christiana en Lengua de Mechuacan (1559), entre otras. Cabe agregar que también fray Alcalá, en 1537, elaboró una Doctrina Cristiana en Lengua de Michoacán (León Alanís, 1997b). Encontrar el lenguaje para la transmisión correcta de los conceptos cristianos y evitar cualquier malentendido e incluso confusión con la religión prehispánica, constituía un reto mayor y los errores iniciales a menudo deben haber llevado a grandes malentendidos. Por ejemplo, al traducir Dios como Cuerauahperi (también el nombre de la antigua diosa madre), se expresó bien su aspecto de creador,
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pero al mismo tiempo es posible que se haya llegado a pensar (por lo menos al principio) que la deidad cristiana tenía características femeninas, ya que el morfema <ua> del término tarasco identifica el vientre, de donde se desataron (nacieron) los humanos. Es interesante ver que para referirse a Dios también se llegó a emplear el término irecha (como sustantivo) que anteriormente era reservado para el rey indígena. Incluso se convirtió (como calificador de sustantivo) en una indicación de alto estatus, como se aprecia en la combinación irecha obispo (Monzón y Roth, 1999, pp. 169 y 176). Además, el propio Gilberti, gran experto en la lengua tarasca, admitió que la traducción adecuada de varios pasajes de los textos religiosos le resultaba complicada y la distribución de su Diálogo incluso fue impedida después de fuertes acusaciones ante la Santa Inquisición sobre supuestas partes “escandalosas” de su contenido. Especialmente el dogma de la Santísima Trinidad, que debido a su complejidad se prestaba a confusiones, resultó difícil de explicar adecuadamente en lengua indígena (Franco Mendoza, 2015, pp. 247375). Cabe agregar que el proceso de evangelización implicó tanto la acuñación de nuevos términos en idioma tarasco como la resignificación y refuncionalización de numerosos términos ya existentes que anteriormente se referían a prácticas y conceptos prehispánicos (Monzón y Roth Seneff, 1999). Los franciscanos fueron los primeros, pero no los únicos actores involucrados en la cristianización del antiguo Michoacán. Posteriormente llegaron los agustinos que establecieron sus conventos iniciales en Tiripetío y Tacámbaro, y que en 1538 comenzaron sus actividades misioneras en la Tierra Caliente, para a partir de 1567 dejar la zona en manos del clero del Obispado de Michoacán y cambiarse a las zonas más templadas en el norte de la región. El mencionado obispado fue erigido en 1536, pero su primer obispo, Vasco de Quiroga, no tomó posesión del mismo en Tzintzuntzan sino hasta 1538, cuando inmediatamente ordenó cambiar la sede episcopal al vecino Pátzcuaro, lo que apenas sucedió en los años 1539-1540. Por diversas razones el clero episcopal no jugó un papel trascendental durante los primeros años, pero gradualmente adquirió mayor presencia e importancia a partir de la segunda mitad del siglo XVI. Fue en esta época que inició el cambio de múl-
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tiples doctrinas regulares en parroquias administradas por el clero secular, lo que llevó a fuertes pleitos con los franciscanos y agustinos que sufrieron la afectación de sus influencias e intereses. Tampoco podemos dejar de mencionar la participación de los jesuitas que llegaron en 1573 e inicialmente se dedicaron sobre todo a la docencia en el Colegio de San Nicolás, institución que formaba sacerdotes, para después también emprender importantes actividades misioneras en Pátzcuaro y las zonas aledañas, incluyendo a la sierra tarasca. Igual que los franciscanos, los otros religiosos también tuvieron que aprender las lenguas indígenas y contaban con sus propios expertos reconocidos, algunos de los cuales (como el agustino Juan de Medina Plaza y el jesuita Juan Ferro) dejaron obras escritas (León Alanís, 1997a, pp. 71-260). Una institución que jugó un papel fundamental en la evangelización de los indígenas michoacanos, es el hospital que tuvo un arraigo excepcional en la región y que fue introducido a partir de la década de 1530. Consistía en una serie de edificios alrededor de un patio, incluyendo una capilla, que servían no solamente para la atención de los enfermos sino también para el hospedaje de viajeros, elecciones y reuniones de las autoridades locales, la organización del trabajo comunitario y la educación, concretamente la enseñanza de la nueva fe, todo bajo la protección y advocación de la virgen de la Inmaculada Concepción. En este sentido llegó a constituir el centro de la vida de las poblaciones coloniales. Su temprana introducción también estaba relacionada con los proyectos de reubicar y concentrar a la población indígena, que residía en asentamientos dispersos, en pueblos que seguían los modelos urbanos y organizativos de España, para facilitar su administración política, religiosa y económica: se pretendía que los indígenas vivieran en policía y al son de campana (Paredes, 2017, pp. 146-157). Las primeras congregaciones y hospitales se atribuyen al esfuerzo de Vasco de Quiroga y a los religiosos franciscanos, en particular a fray Juan de San Miguel. El caso más conocido lo constituye el pueblo-hospital de Santa Fe de la Laguna, fundado por Quiroga en 1533, con el apoyo de don Pedro Cuiniharangari, en aquel momento cacique-gobernador indígena de Michoacán (Warren, 1997). Sin embargo, aunque siguen el
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mismo modelo, los alcances de los otros hospitales en la región eran más modestos. En términos generales experimentaron su mayor esplendor en el siglo XVII y parte del siglo XVIII, sufriendo su peor declive hacia finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En la actualidad, diversos pueblos en la zona purépecha todavía conservan sus hospitales o por lo menos las antiguas capillas que siguen cumpliendo algunas de las funciones para las cuales fueron fundadas hace aproximadamente cuatro siglos y medio. Los religiosos dedicaban especial atención a los niños, por su capacidad de aprender de manera más rápida y su ayuda en poder transmitir los conocimientos a los adultos. A menudo se usaban pinturas y dibujos para explicar mejor los diversos temas que se iban tratando de manera oral. Hasta cierto punto los propios indígenas ya estaban familiarizados con la comunicación gráfica porque ellos empleaban papeles y lienzos con representaciones de los tributos,
Detalle del Códice de Chilchota (siglo XVII) que muestra el cambio en la vestimenta de los
tierras, genealogías de la nobleza e incluso historias
nobles indígenas, de un estilo prehispánico (la
de fundación de diversos señoríos, una práctica que
persona de abajo) al modo completamente
continuó durante todo el siglo XVI. No obstante, gradualmente algunos de ellos (sobre todo miembros de la nobleza) se apropiaron del alfabeto latino in-
español (el individuo arriba). Museo Regional Michoacano, Morelia. SECRETARÍA DE CULTURAINAH-MEX. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
troducido por los españoles y enseñado por los religiosos, por lo que aprendieron a escribir y leer en su propia lengua nativa. Aunque en la vida diaria, la oralidad continuaba teniendo un peso mayor, el dominio de la lectoescritura por parte de un pequeño grupo privilegiado era esencial no solamente para la administración al interior de los pueblos (registros de tributos, listas de ingresos y egresos, actas de elecciones, expedientes
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jurídicos) sino también para la negociación con las autoridades externas, tanto civiles como religiosas, y en especial el acceso a las diversas instancias encargadas de aplicar justicia, donde los indígenas defendían enérgicamente sus derechos y privilegios, y buscaban resolver múltiples pleitos entre ellos mismos y con personas no indígenas. No cabe duda de que la aculturación fue más rápida en el caso de la alta nobleza con raíces prehispánicas (los llamados nobles de sangre) que en las primeras décadas de la colonia tuvieron un papel importante como intermediarios entre los oficiales de la corona, los evangelizadores y los indígenas. Fueron los primeros en recibir el bautizo, vestirse a la española, andar en caballo, portar espada, casarse con los descendientes de conquistadores españoles y recibir una educación por parte de los religiosos. Uno de los casos mejor conocidos, por ejemplo, es el de Antonio Huitzimengari, hijo menor del último rey tarasco que residía en Pátzcuaro y adquirió excelentes conocimientos del español, latín y griego, además de formar una biblioteca personal con libros impresos sobre diversos temas (teología, música, gramática, etcétera). Incluso escribió un catecismo y un devocionario en lengua tarasca (López Sarrelangue, 1965, pp. 172-178). Por supuesto el proceso de incorporación de elementos de la cultura occidental iba más lento en los casos de la población general y los pueblos alejados y menos accesibles de la tierra caliente, donde había poca presencia española y donde la evangelización estructurada arrancó de manera más tardía.
El pasado en el presente Si bien la conquista no parece haber implicado muchos encuentros armados, tampoco puede ser catalogada de pacífica y sin duda tuvo un gran impacto en la sociedad indígena de Michoacán. El orden político, religioso y económico, los recuerdos de los habitantes y de sus clases gobernantes, así como sus usos y costumbres, desaparecieron o experimentaron profundos cambios. Además, las devastadoras
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enfermedades introducidas involuntariamente por los extranjeros, diezmaron a la población nativa a lo largo del siglo XVI. Sin embargo, a pesar de que las crónicas religiosas e incluso historiadores modernos hayan enfatizado la rapidez y el éxito de la evangelización en particular y de la aculturación en general, existen muchos elementos de las antiguas culturas indígenas que sobrevivieron los estragos del tiempo y que aún son visibles hoy día en los pueblos de la región. Sin pretender ser exhaustivo, podemos referirnos primeramente a las lenguas indígenas (purépecha, náhuatl, mazahua y otomí) que todavía son habladas por miles de personas, aunque sí corren el fuerte peligro de desaparecer ante el predominio del español en todos los ambientes de la vida pública y el sistema educativo. En segundo lugar, habría que mencionar los cultivos tradicionales (maíz, frijol, chile, calabaza, etc.), la caza (conejos, venados, patos y codornices, e.o.) y la pesca, así como la variada alimentación con platos típicos como los tamales, uchepos (tamales de maíz tierno), atápakuas (salsas picantes para carne y pescado), churipu (consomé de chile guajillo y pasilla con verduras y carne) y charales (pequeños peces secos o fritos). En tercer lugar, podría aludirse a los múltiples rasgos indígenas en las fiestas católicas y rituales asociados (p.e. danzas, música, cantos y ofrendas) que proporcionan una identidad muy particular a las manifestaciones religiosas en la región. Quizá uno de los ejemplos más evidentes de este interesante sincretismo sean los rituales realizados durante el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de Muertos (2 de noviembre), cuando se honra a los seres queridos ya fallecidos. Los familiares elaboran altares en las casas y colocan ofrendas de copal e incienso, flores, velas y veladoras, bebidas, tamales, tortillas, mazorcas, fruta, dulces y pan de muertos, entre otras. También acuden a los panteones para adornar las tumbas con la flor de cempasúchil y colocar las mismas ofrendas, esperando la llegada anual de los fieles difuntos para convivir con ellos durante la madrugada, el día o la noche (dependiendo de las costumbres locales que muestran ciertas variaciones). Además de la pervivencia de diversas prácticas y costumbres nativas, que obviamente sí experimentaron transformaciones a lo largo de los siglos, también se han creado festivales y rituales especiales que se remontan a prácticas prehis-
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La primera página de una historia de fundación (título primordial) escrita en lengua purépecha. Títulos de Tócuaro, f.11v. Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Ciudad de México. SECRETARÍA DE CULTURAINAH-MEX. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
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pánicas y que pretenden rescatar o conservar la cultura indígena y fortalecer la identidad colectiva frente a los procesos de globalización, discriminación y marginación que enfrenta la población nativa. En esta categoría se ubica la interesante celebración del Juchári Jimbáni Uéxurhini (Año Nuevo Purépecha), marcada por el encendido del fuego nuevo, ceremonia dedicada al dios Curicaueri que se basa en el antiguo sistema calendárico de Mesoamérica (Zárate, 1994). Su legitimidad e importancia como evento unificador (iniciado en 1983) son innegables, pero debe tenerse en cuenta que en sentido estricto no constituye un rescate sino más bien una construcción con fines político-culturales. Esta se basa sobre todo en información detallada sobre la cultura mexica del Valle de México, ya que los datos sobre la posible variante michoacana son demasiado escasos. El uso del pasado prehispánico en los discursos identitarios de los pueblos indígenas a menudo implica el rechazo u omisión del pasado colonial que en estos casos se juzga de manera predominantemente negativa, al asociarlo con el dominio extranjero, la pérdida de la autonomía y la afectación de la lengua y cultura de los grupos autóctonos u originarios. No obstante que la conquista efectivamente implicó violencia (más allá del aspecto militar) y en los primeros años hubo cierta resistencia, los indígenas rápidamente asumieron su nueva lealtad ante Dios y la corona española. Los recuerdos del pasado precolombino permanecieron vivos al principio, pero posteriormente fueron la llegada de la nueva fe y la alianza con la monarquía católica que se convirtieron en los momentos claves resaltadas en las memorias colectivas. Numerosas historias escritas de las fundaciones de los diversos pueblos indígenas (incluso de los siglos XVIII y XIX), entre las cuales destacan sobre todo los títulos primordiales de Carapan, enfatizan la llegada de los españoles a Michoacán, la entrega de los primeros tributos, la llegada de los religiosos y el bautizo de los primeros nobles, así como las congregaciones de los indígenas y la construcción de capillas e iglesias. No se muestra ningún anhelo por la época prehispánica y con muy pocas excepciones, tampoco se condena la conquista, al contrario, la creación de los pueblos coloniales es percibido como un nuevo punto de partida que marca el fin de una época de oscuridad (el reino de Curicaueri) y el
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inicio de una época de luz (el reino de Dios). Estas visiones del pasado, con menor o mayor detalle, se transmitieron de generación en generación no solamente por medio de documentos escritos y pinturas (copiados periódicamente) sino también a través de la tradición oral, en forma de cuentos, leyendas y mitos que todavía sobreviven hoy día (Roskamp, 2016). Entre las múltiples narraciones contemporáneas, hay una que se refiere a los momentos fundacionales de Tarecuato como pueblo colonial. Nos habla de que Fray Jacobo Daciano llegó al lugar y que los indígenas de los alrededores le pidieron el bautizo. No obstante, el religioso danés se percató de que escaseaba el agua, recurso imprescindible para el sustento y crecimiento de la comunidad. Por lo tanto, decidió ir en búsqueda del líquido vital, acompañado por los nativos. Cuando arribaron a un sitio con una gran pared rocosa, el misionero se arrodilló e hizo una oración antes de ponerse de pie, bendecir las enormes piedras y golpearlas con su báculo. Inmediatamente brotó agua cristalina de las rocas y se hizo un manantial que permanece hasta el día de hoy (se conoce como “Ojo de agua bendito”). Acto seguido, el fraile dio gracias a Dios y procedió con el bautizo de los indígenas de la zona (Ventura, 2003, pp. 182-184). Un segundo cuento relata cómo Daciano usó el báculo para golpear el suelo del patio en el ahora exconvento de Santa María de Jesús en Tarecuato e hizo nacer un árbol de naranjo que según los lugareños es el ejemplar que aún se encuentra en el mencionado recinto (Rodríguez López, 2018, p. 350). Otros narran que este arbusto es más bien el báculo mismo que fue plantado allí por su propietario. Sea como fuera, en la memoria colectiva local se sigue recordando, poco más de 450 años después de su muerte, al ilustre franciscano como el gran fundador y protector del pueblo quien introdujo la fe cristiana que en este siglo XXI continúa guiando y dominando la vida de sus habitantes.
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Lenguas y lingüística en el Michoacán colonial Magnus Pharao Hansen Instituto de Estudios Interculturales y Regionales Universidad de Copenhague Traducido del inglés por Lorena Ojeda Dávila
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l leer relatos populares de la colonización española de México, a menudo es fácil subestimar, o incluso ignorar por completo, la importancia de la lengua. Cuando imaginamos los encuentros entre españoles e indígenas, po-
demos olvidar preguntarnos “¿pero cómo se comunicaban entre ellos?”. No es difícil asumir que la comunicación entre los colonizadores españoles y la población indígena fue relativamente fácil. Después de todo, los colonos europeos pudieron trabajar estrechamente con los pueblos indígenas desde los primeros encuentros. Sin embargo, nada podría estar más alejado de la realidad. El idioma era un obstáculo significativo para toda la empresa colonial, que requería que los españoles hicieran que todo el sistema colonial y la cosmovisión europea fueran inteligibles para los pueblos nativos que hablaban cientos de idiomas diferentes, de los cuales ninguno era como las lenguas conocidas por los europeos. La mujer nahua Malintzin, que se desempeñó como traductora de Hernán Cortés durante la conquista de Tenochtitlan, se ha convertido en el principal símbolo de la relevancia fundamental de la traducción en el proceso colonizador, pero los historiadores han descrito la importancia de la traducción entre las lenguas europeas e indígenas, no sólo por la conquista política y militar, sino también por la conquista espiritual.
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Típicamente llamados “lenguas” si eran frailes españoles competentes en lenguas indígenas, y nahuatlatos si eran intérpretes indígenas que podían traducir entre español, náhuatl y otras lenguas indígenas, los traductores e intérpretes competentes eran de inmensa importancia para este proceso. Cuando Fray Jacobo Daciano llegó a México en 1542, ya era un políglota consumado y un estudioso de las lenguas, pero incluso el intrincado mosaico lingüístico de la Europa medieval no podría haberlo preparado para la extrema complejidad y diversidad que encontraría en la Nueva España.
Las lenguas de Michoacán En el siglo XVI, el área que se convertiría en el estado de Michoacán era una región aún más diversa lingüísticamente de lo que es hoy. Entonces, como ahora, el purépecha, históricamente llamado tarasco, fue la lengua indígena más hablada en el centro de Michoacán. Sin embargo, también se hablaban muchos otros idiomas en la zona. Las lenguas matlatzinca (en Michoacán también llamado pirinda) y otomí y mazahua pertenecen a la familia de lenguas otomangues y se hablaban en la parte oriental de la región colindante hacia el valle de Toluca. También había varios enclaves de habla náhuatl en el área, siendo el náhuatl el idioma del imperio azteca y relacionado con la familia de lenguas yuto-aztecana. A excepción del matlatzinca, que ahora sólo se habla en el estado de México, estas lenguas todavía se hablan en Michoacán. Mesoamérica, la región que abarca Guatemala, Belice y gran parte de México, El Salvador y Honduras, es un “área cultural”. Es decir, un área en la que varios grupos étnicos indígenas comparten rasgos culturales distintivos que no se encuentran fuera del área. Mesoamérica es también un área lingüística en la que las lenguas habladas por varios grupos tienen ciertos rasgos en común, a pesar de que pertenecen a varias familias lingüísticas diferentes, y originalmente no están relacionadas entre sí. Las lenguas simplemente se han vuelto más parecidas por-
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que los hablantes de diferentes idiomas han interactuado durante milenios y han tomado prestados palabras y elementos de gramática unos de los otros. Aunque la gente purépecha vive dentro de Mesoamérica y comparte varios de los rasgos culturales que definen el área de la cultura mesoamericana, la lengua purépecha, sin embargo, se destaca como única en la región. Esto se debe a que es una lengua aislada, lo que significa que no es parte de ninguna familia de lenguas reconocida, ni se considera que esté relacionada con ninguna otra lengua conocida, sino también porque exhibe muy pocos de los rasgos que definen el área lingüística mesoamericana (Chamoreau, en prensa). Esto no sólo significa que el pueblo purépecha parece tener orígenes diferentes de los otros pueblos de la región, sino también que no interactuaron con los otros pueblos de la región durante el tiempo suficiente o con la suficiente intensidad para haber adoptado los rasgos lingüísticos mesoamericanos compartidos. Tal vez, como algunos han sugerido, el pueblo purépecha llegó originalmente a Mesoamérica por la costa, y tiene sus raíces en alguna otra parte de las Américas. Además de las lenguas que todavía existen en Michoacán hoy en día, se hablaron varios idiomas en el siglo XVI que hoy están extintos. Sabemos de estas lenguas principalmente por las Relaciones Geográficas (Acuña, 1987), que son descripciones de varios pueblos y regiones de la Nueva España, preparadas como respuestas a una encuesta enviada por la corona española en la década de 1580. Entre otras preguntas sobre las condiciones locales, la encuesta indaga sobre las principales lenguas que se hablan en cada región. Especialmente la costa del Pacífico era lingüísticamente muy diversa. Aquí las Relaciones registran la existencia de idiomas como quaucomeco, apaneco, chumbia, panteco y tolimeco. Estas lenguas nunca se registraron por escrito, y casi no sabemos nada sobre ellas, aparte de sus nombres. Quizás algunas de ellas estaban relacionadas con el purépecha, pero nunca podremos saberlo. En las Relaciones Geográficas, se dice acerca de la gente quaucomeca que “es gente de una lengua muy oscura, y, generalm[en]te, todos hablan la lengua mexicana y la entienden”. Las Relaciones hacen declaraciones similares al describir los otros idiomas en la
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Lago de Pátzcuaro con algunas de sus islas desde la isla de Janitzio. Foto: Gengiskanhg Wikimedia Commons
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costa del Pacífico de Michoacán. Sus hablantes parecen haber estado usando el náhuatl como lengua franca para la comunicación entre diferentes grupos étnicos ya antes de la llegada de los colonos españoles y sus aliados nahuas. La lingüista danesa Una Canger ha estudiado las diferencias entre las variedades náhuatl que se hablan en diferentes regiones, y ha argumentado que el náhuatl hablado en Durango, Michoacán y el norte de Guerrero tiene rasgos que sugieren que sus hablantes aprendieron originalmente el náhuatl como segunda lengua, y que simplificaron la gramática del idioma en el proceso de aprenderlo. Esta idea tiene soporte en las Relaciones Geográficas, que describen que la gente del área alrededor de Aquila y Pómaro donde se habla hoy el náhual, la variante michoacana del náhuatl, era originalmente hablante de otros idiomas y sólo hablaba una forma “corrupta” de náhuatl. Las Relaciones Geográficas también describen que los hablantes de otomí y matlatzinca habían emigrado a las áreas de habla purépecha. Varias de las Relaciones describen que estos grupos llegaron por invitación del gobernante tarasco Tzitzipandácuare, quien les permitió buscar refugio de la expansión de la Triple Alianza Mexica bajo el reinado de Axayacatl. Tales movimientos de grupos de hablantes de un idioma al territorio de otro han sucedido innumerables veces en la historia de Mesoamérica, y han contribuido a crear el complejo mosaico lingüistico que se encuentra en la región.
Frailes franciscanos y lingüística en el Michoacán colonial Cuando Fray Jacobo Daciano llegó a la Nueva España, ya era un lingüista consumado. Como fraile, había estudiado latín, griego y hebreo, probablemente hablaba alemán y danés con fluidez desde la infancia, y había aprendido español y estudió árabe durante su tiempo en España. Esta amplia experiencia con diversos idiomas fue invaluable para él en su trabajo misionero, ya que le permitió comprender me-
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jor las complejas estructuras de la lengua purépecha, tan diferentes de la mayoría de los idiomas europeos. En su viaje a México, Fray Jacobo Daciano estuvo acompañado por otro talentoso lingüista franciscano: fray Maturino Gilberti, originario de Poitiers en Francia, y 23 años menor que él. Las carreras de estos dos frailes en Nueva España llegaron a estar estrechamente vinculadas: ambos estudiaron náhuatl en la Ciudad de México, luego viajaron juntos a Michoacán donde colaboraron en el convento de Tzintzuntzan, antes de que Jacobo fuera enviado a Pátzcuaro. Podemos imaginar que Fray Jacobo Daciano debe haber sido un mentor importante para el joven Gilberti. Los franciscanos no fueron los únicos misioneros a principios de la época colonial de Michoacán que trabajaban para evangelizar a las poblaciones de habla purépecha. Como parte del proceso de evangelización, y en respuesta a la escasez de misioneros y la pérdida gradual de la población indígena debido a las enfermedades, la administración colonial estimuló un proceso de “congregación”, en el que las poblaciones indígenas se movían y se congregaban para vivir alrededor de centros eclesiásticos como conventos u hospitales. En Santa Fe de la Laguna, el obispo Vasco de Quiroga había establecido una comunidad hospitalaria, basada en las ideas de Tomás Moro, pero Quiroga no era un estudioso de lenguas y, aparte de sus posteriores críticas a las obras de Gilberti, aparentemente no dedicó mucho tiempo al estudio del idioma purépecha. Cuando Gilberti y Jacobo llegaron a Michoacán, ya había varios monasterios agustinos en la zona. Entre estos, el de Tiripetío ocupó un lugar especial con el Colegio de Estudios Mayores, una de las primeras universidades del Nuevo Mundo. Aquí el erudito y filósofo fray Alonso de la Vera Cruz enseñó a todos aquellos que estaban interesados en adquirir su conocimiento, incluidos frailes, sacerdotes e incluso jóvenes indígenas de familias nobles. Era un erudito muy respetado, que también se volvió experto en lengua purépecha. Entre sus alumnos estaba Antonio Huitziméngari, hijo del último gobernante tarasco, que aprendió latín, griego y hebreo de fray Alonso, y que a su vez le enseñó al fraile la lengua purépecha.
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Claramente, Jacobo Daciano y Maturino Gilberti no fueron los primeros frailes en convertirse en oradores competentes en lengua purépecha. Con el tiempo, ambos llegarían a ser considerados notablemente como “lenguas”, como expertos en este idioma. En 1558, cuando Gilberti publicó su obra principal, el Arte de la lengua de Michuacan, Fray Jacobo Daciano fue uno de los expertos que ofreció una evaluación positiva de su potencial utilidad en el trabajo evangélico. Ambos frailes mostraron un gran interés en usar la lengua purépecha para administrar la fe cristiana a los feligreses indígenas, aunque este deseo los puso en problemas con sus superiores. Fray Jacobo Daciano parece haberse dedicado directamente a la obra misionera, y se sabe que publicó su extenso argumento a favor de sacramentar al clero indígena, trabajo por el cual fue censurado. En este texto, Fray Jacobo argumentó firmemente que la competencia nativa en la lengua indígena era necesaria para predicar correctamente a los pueblos indígenas. Esta fue una de las razones por las que defendió que a los nativos se les debería permitir ser ordenados como sacerdotes. Fray Maturino parece haber compartido la misma valoración acerca de la importancia de una traducción correcta.
Frontispicio del Arte de la Lengua de Michuacan de Maturino Gilberti.
Gilberti era un escritor mucho más prolífico que Jacobo, y se dedicó a trabajos lingüísticos en o sobre la lengua purépecha: una gramática, un diccionario y dos obras diferentes de doctrina y catecismo, todo en un corto número de años. Gilberti fue censurado por algunas de sus traducciones de conceptos religiosos al purépecha, que Vasco de Quiroga sospechaba que eran incompatibles con la doctrina pura. Su trabajo Diálogo de Doctrina Cristiana en la
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lengua de Mechuacán, fue prohibido por este motivo poco después de haber sido impreso. Se produjo un largo conflicto entre el obispo y sus partidarios, por un lado, y Gilberti y los franciscanos por el otro, que culminó con la expulsión de Jacobo y los franciscanos de Pátzcuaro. La traducción entre lenguas europeas e indígenas era un asunto serio en la Nueva España colonial, con ramificaciones políticas y teológicas. El dominio del idioma y la autoridad para expresar la fe cristiana a los nativos fue una fuente importante de poder y, como tal, con frecuencia se convirtió en un punto focal en las luchas de poder entre las diferentes ramas de la iglesia. Fray Maturino Gilberti murió en Tzintzuntzan en 1585, sobreviviendo a Fray Jacobo por 19 años.
Arte de la Lengua de Michuacan de Maturino Gilberti Dado que Fray Jacobo Daciano trabajó estrechamente con fray Maturino Gilberti, tal vez podamos estar justificados al suponer que los dos académicos compartieron gran parte de su comprensión del purépecha. Si es así, al estudiar el Arte de Gilberti también podemos acercarnos a una comprensión de la inmensa tarea a la que se enfrentaron ambos frailes cuando llegaron a Michoacán. No sólo tenían que ser capaces de entender el purépecha, sino que tenían que aprender a hablarlo lo suficientemente bien como para poder predicar en esta lengua, y hacerlo de una manera que sus congregantes indígenas lograran entender de la manera correcta. Esta tarea de traducción, que enfrentaron todos los frailes misioneros en la Nueva España, fue un desafío retador. Les exigió desarrollar rápidamente un conjunto de conceptos que podrían usar para comprender las estructuras de los idiomas que eran fundamentalmente diferentes de los europeos. Esto comenzó una tradición de escribir gramáticas de lenguas indígenas, denominadas Artes, de compilar vocabularios de las lenguas y traducir materiales doctrinales importantes como catecismos y partes de las escrituras.
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La aprobación plena de Fray Jacobo “Danus” (“El danés”) en el Arte de la Lengua de Michuacan de Gilberti. La tira manuscrita superpuesta es la primera línea de la declaración, que lamentablemente ha sido dañada en el manuscrito y se encuentra aquí en la parte superior de la página.
El Arte de Gilberti, de 1558, tenía la distinción de ser la primera gramática impresa en las Américas (Gilberti y Monzón, 2004). La primera gramática escrita en México también fue de un franciscano, a saber, Andrés de Olmos, quien escribió un Arte para náhuatl en 1547. Esta primera gramática de una lengua indígena mexicana sólo se distribuyó entre los franciscanos como un manuscrito hecho a mano. Maturini probablemente conocía bien este trabajo, y pudo haber sido inspirado por él cuando escribió el suyo. El Vocabulario de Gilberti, de 1559, fue el segundo diccionario que se imprimió en México, siguiendo sólo al famoso diccionario náhuatl del franciscano fray Alonso de Molina publicado en 1555. Por lo tanto, Michoacán fue uno de los dos primeros centros de trabajo lingüístico sobre lenguas indígenas, siendo el otro el Colegio de Santa Cruz en Tlatelolco, donde se produjeron los primeros trabajos sobre náhuatl.
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Impreso por Juan Pablo México, la primera imprenta que se instaló en el Nuevo Mundo, el Arte de Maturino Gilberti es un tomo de 172 folios. Las primeras páginas son permisos y aprobaciones escritas por diferentes autoridades eclesiásticas, incluida una breve evaluación de Fray Jacobo, quien escribió en latín: “Por lo tanto, considerando que este pequeño trabajo del padre Maturino Gilberti es valioso y de gran utilidad (sin mencionar necesidad) al cristianismo puro, lo apruebo [Ideo considerans hoc opusculum patri Gilberti Maturini plurimum esse valoris et magnae utilitatis (ne dicam necessitatis) ad purum christianismum, approbo ipsum.]” En sus propias observaciones preliminares Gilberti destaca, con cierta severidad, la importancia para aquellos que administran los sacramentos a los purépechas de aprender bien la lengua. Él enfatiza que es un grave error pensar que uno simplemente puede hablarlo “como quiera”, ya que si uno no aprende adecuadamente el vocabulario y las maneras de hablar, uno puede terminar siendo sin saberlo, en lugar de un predicador de la verdad, un predicador del error y la falsedad. El Arte está organizado en tres partes principales: 1. Las conjugaciones de sustantivos, pronombres y verbos, 2. Los ocho elementos de la oración, 3. La ortografía y el uso de partículas, frases y expresiones idiomáticas. Los estudiosos del Arte han señalado que la forma en que Gilberti organiza el material, particularmente en la primera parte, se basa en la gramática del latín de 1481 de Antonio de Nebrija, las Introductiones Latinae (Chamoreau 1996, Monzón 1999). Gilberti muestra su uso del trabajo de Nebrija cuando escribe sobre los ocho elementos de la oración, que se presentan “ enla mesma orden, que enla Grammatica se suelen poner”. El uso de la gramática latina como plantilla para describir la gramática de las lenguas indígenas de las Américas fue útil para los frailes del siglo XVI, ya que les proporcionó una plantilla de análisis. Sin embargo, también era problemático, ya que estos idiomas eran en muchos aspectos muy diferentes del latín. Los lingüistas misioneros como Gilberti también tuvieron que reconocer estas diferencias con el latín y crear nuevas formas de describir el idioma. Esto no solo causó dificultades para describir la gramática, sino también en el sistema de sonidos del purépecha.
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Fuentes coloniales que mencionan la lengua purépecha la describieron con alta estima como un lenguaje de sonido armonioso y claro. Parte de la razón por la cual los hispanohablantes a menudo han encontrado que el idioma suena agradable, es probablemente que el purépecha, al igual que el español y el latín, tiene un sistema vocal simple. El purépecha distingue seis vocales, cinco de las cuales son las mismas que las españolas. La sexta vocal se escribe ï en la mayoría de las obras modernas sobre purépecha; es una vocal central alta pronunciada con labios no redondeados, lo que hace que suene entre i y u. Gilberti no reconoció esta vocal lo suficientemente bien como para incluirla como un sonido separado, pero sí describe que el sonido tz a veces adquiere un sonido más áspero en posición ante la vocal i, y este sonido lo escribe thz. De hecho, esto sucede solo antes de la vocal central alta ï, por lo que, aunque no distinguió la vocal en sí, pudo escuchar el efecto que tenía en las consonantes circundantes (Chamoreau, 1996, 5). El sistema de consonantes también es bastante simple y la estructura de sílabas no permite muchos grupos consonánticos, lo que también le da al idioma un “sonido claro” para los oídos hispanos. Tiene una distinción entre pausas simples y aspiradas (las pausas aspiradas se escriben con un apóstrofe), por lo que tep’ári significa “canoa”, pero tepári significa “gordo”. Además, tiene un sonido r muy distinto pronunciado con la lengua curvada hacia atrás (un llamado sonido retroflejo, que se escribe rh en la palabra “purépecha”). Este sonido distingue el significado de palabras como xúrani “hacer toser a alguien” y xúrhani “venir”, pero Gilberti no se dio cuenta de que existía en el idioma, ya que ningún idioma europeo conocido por él tenía un sonido similar. El sonido r retroflejo se describió por primera vez 16 años después, en el Arte de fray Juan Baptista de Lagunas, que se basó en el trabajo de Gilberti, pero que también amplió y mejoró el análisis. La palabra que en español se escribe “purépecha” contiene la p aspirada y la r retrofleja, y por eso en la ortografía de la lengua misma se escribe más bien “p’urhépecha”. El hecho de que Gilberti no reconociera estos elementos del sistema de sonido del purépecha lo llevó a describir el idioma como un número inusualmente alto de palabras con dos significados distintos pero la misma pronunciación. Nueva-
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mente, siguiendo el modelo latino, llamó a estas palabras “ambiguas”, æquivocos. Gilberti también describió como los purépecha-hablantes cambiaban algunas palabras del español al pronunciarlos, por ejemplo, los nombres personales. Interesante es, que uno de los ejemplos que usa Gilberti para demostrar estos cambios es precisamente el nombre Jacobo. Gilberti nota que los purépecha-hablantes pronunciaban este nombre no como Jacobo sino como Xacapu. Dado que el nombre Jacobo no era muy usual en aquel tiempo (Diego es la versión española más común de ese mismo nombre), ¿no será que Gilberti incluyó el nombre como un gesto de apreciación hacia su amigo y mentor Jacobo Daciano? Aparte, es interesante que la pronunciación purépecha del nombre del clérigo danés, suena muy similar a la palabra tsakapu que en purépecha significa “piedra”, y que también fue el nombre del pueblo Zacapu, que él fundó. Al igual que el español, el idioma purépecha distingue las palabras por la colocación del estrés, de modo que dos palabras pueden tener significados diferentes y solo difieren en la ubicación del acento. Por ejemplo, kárani significa “volar” mientras que karáni es “escribir”. Gilberti notó que el estrés era móvil, y que la diferencia era importante para distinguir los significados de diferentes palabras. Una particularidad que hace que la gramática del purépecha se diferencie de la mayoría de las otras lenguas mesoamericanas es que utiliza un sistema de mayúsculas nominales para marcar sustantivos de acuerdo con sus relaciones con los verbos, mientras que la mayoría de las lenguas mesoamericanas marcan los verbos para sus relaciones con los sustantivos. Como en latín, el purépecha marca los casos de sustantivos agregando diferentes terminaciones. Gilberti reconoció cuatro casos para sustantivos en purépecha: el nominativo (que no está marcado), el genitivo (marcado por la terminación -eweri), el caso acusativo y dativo (marcado por la terminación -ni) y el caso ablativo, (marcado por la terminación -himbo). Hoy, los lingüistas también reconocen un caso locativo (marcado por la terminación -rho), que no se encuentra en latín, y que Gilberti, por lo tanto, no describió como un tipo de caso sino como una especie de preposición. Al dar ejemplos de declinaciones de sustantivos, Gilberti se dio cuenta de que no hay género grama-
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Pareja purépecha celebrando el Día de los Muertos en el cementerio en Tzintzuntzan. Fotografía por el usuario:LBM1948, Wikimedia Commons, license CC-BY-SA-4.0.).
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tical en purépecha y, por lo tanto, usó solo el sustantivo general “persona” como ejemplo de los diferentes casos, y no como Nebrija había hecho “musa”, “señor” y “templo” como ejemplos de clases de sustantivos masculinos, femeninos y neutros. De manera similar, cuando describe las conjugaciones de los verbos, usa solo el verbo “enseñar” como ejemplo, el mismo verbo que Nebrija usó como ejemplo de la segunda clase de conjugación latina. Gilberti, sin embargo, se dio cuenta de que en purépecha estas clases no existen. Al analizar la estructura de la gramática y comparar con la literatura que los eruditos franciscanos como Gilberti y Fray Jacobo tenían a su disposición, vemos cómo trabajaron para adaptar el modelo de gramática latina inventado por Nebrija a los diferentes idiomas que encontraron en Nueva España. Después de Gilberti, otras gramáticas de la lengua purépecha fueron publicadas, una por el franciscano fray Juan Bautista de Lagunas en 1574, y otra por el agustino fray Diego de Basalenque a fines del siglo XVII (publicada solo después de su muerte en 1714). Cada una de estas está construida sobre los trabajos anteriores. En 1640, Basalenque también publicó un Arte para otra lengua de Michoacán: la lengua pirinda o matlatzinca que se hablaba en Charo. Esta fue la única gramática colonial de este idioma, que hoy se habla sólo en el Estado de México.
Lenguas y lingüística en Michoacán hoy Hoy en día, Michoacán sigue teniendo una población diversa de hablantes de lenguas indígenas: más de 125,000 personas concentradas en las tierras altas entre Zamora y el lago de Pátzcuaro hablan purépecha. El náhuatl es hablado por unas 12,000 personas, la mayoría de ellas en la región alrededor de Aquila en la costa del Pacífico. El mazahua es hablado por más de 5,000 personas, especialmente en Zitácuaro, donde también hay alrededor de 1,000 hablantes de otomí. Además de éstos, hay varios miles de hablantes de otras lenguas como mixteco, zapoteco, triqui y totonaco, que recientemente emigraron a Michoacán desde otros estados.
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Dada la diversidad lingüística del estado, es natural que la tradición de erudición en lenguas indígenas iniciada por Jacobo Daciano y Maturino Gilberti continúe viva en Michoacán. El Colegio de Michoacán es el centro más importante del mundo para el estudio del purépecha, y ahí las obras de Gilberti se han estudiado y republicado en un gran proyecto durante las últimas décadas. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo es otra institución con una tradición viva de estudios sobre la lengua purépecha y su enseñanza. Desde el 2006, la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán ha ofrecido educación secundaria dirigida a la colaboración intercultural, con campus en Pátzcuaro, en Zitácuaro y en la costa del Pacífico, especialmente para apoyar el ingreso de hablantes locales de lenguas indígenas a la educación superior. Hoy, muchos estudiosos del purépecha son hablantes nativos de la lengua y trabajan para fomentar la educación en lenguas indígenas. De esta manera, el deseo compartido de Daciano y Gilberti de que los pueblos indígenas y los hablantes de lenguas indígenas asuman papeles más centrales en el sistema educativo se ha cumplido de diversas maneras.
Descubriendo a Fray Jacobo: Trotamundos y activista de derechos humanos Jørgen Nybo Rasmussen Historiador independiente Traducido del inglés por Lorena Ojeda Dávila
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os últimos 25 años de la vida del fraile franciscano de origen danés, Fray Jacobo, estuvieron íntimamente asociados con el actual estado de Michoacán en México. Él trabajó ahí como misionero entre la población indígena local, los pu-
répechas, en las décadas que siguieron a la conquista española. La primera parte de su vida, sin embargo, había tenido lugar en una parte totalmente diferente del mundo. Nació y creció en Dinamarca, como el tercer hijo del rey Hans (Juan), pero renunció a cualquier ambición política siguiendo su vocación religiosa hasta convertirse en un fraile franciscano. Cuando todo relacionado con el catolicismo fue devastado y destruido por la reforma luterana tanto él como otros frailes fueron expulsados de su patria hacia 1537. En calidad de refugiado religioso caminó a través de Europa hasta llegar a España. Desde ahí continuó su viaje hacia el Nuevo Mundo, donde encontró su nueva vida como misionero católico. Este breve resumen de la vida de Fray Jacobo no se encontraba en ninguna parte de la literatura histórica antes del año 1900. Hasta entonces, sólo se conocía la etapa mexicana de la vida de Jacobo, basada en las crónicas de la orden francis-
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Castillo de Nyborg, Dinamarca Foto: Mogens Engelund Wikimedia Commons
Placa del rey Christian II en el castillo de Nyborg Foto: Jebulon Wikimedia Commons
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cana del tardío siglo XVI y los albores del siglo XVII. Estas fuentes relatan que Fray Jacobo pertenecía a la familia real o a la casa real de Dacia, un lugar que generalmente que generalmente se entendía equivocadamente como “Dacia” de la antigüedad, esto es, en la provincia oriental del imperio romano, correspondiente a la Rumania moderna. En Dinamarca, sin embargo, los historiadores que han estudiado a la Casa real y su genealogía desconocían esta tradición franciscana. Algunos genealogistas notaron, con mucha precaución y amplias reservas, que el rey Hans probablemente tuvo un hijo llamado Jacobo, quien murió en la infancia. En 1900, un sacerdote austriaco de nombre Peter Damian Steidl, al estar trabajando en la misión católica de Dinamarca, publicó un artículo en el cual describía una pintura hasta entonces desconocida originaria del año 1640 aproximadamente, la cual se preservaba en el convento franciscano de Graz en Austria. La pintura en cuestión es un retrato de Fray Jacobo vistiendo el hábito franciscano. En su mano izquierda sostiene hacia abajo la corona real, mientras que abraza un crucifijo con la mano derecha. El padre Steidl era un historiador competente y dedicó el resto de su vida en vano a tratar de resolver la pregunta en torno a la verdadera identidad de Jacobo: ¿Cómo era posible que hubiera sido hasta ahora un miembro desconocido de la familia real danesa? Mi propio compromiso con la fascinante historia de Fray Jacobo comenzó desde mi época de estudiante de Historia y Geografía en la Universidad de Copenhague. En 1957 concluí mi estudio de la llamada Crónica de la Expulsión de los Franciscanos. En este trabajo los frailes habían descrito cómo el creciente poder de los luteranos, apoyados por el rey Federico I, resultó en la pérdida de quince de sus conventos daneses en el periodo de 1528 a 1532. Un análisis filológico mostró que gran parte de este texto, así como el resto de los que comprenden la Crónica en extenso, había sido hecho por un fraile que ejercía como ministro provincial. En latín, se le llamaba Jacobus Johannis. Pero ¿quién era él? El nombre en sí mismo revelaba que su padre era un Johannes, o Hans en lengua danesa. Ese es un nombre muy común en Dinamarca, sin embargo, coincide también con el nombre en latín del antiguo rey del país, Hans (1482-1513). ¿Podría ser esto una mera coincidencia?
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— Descubr i en do a F r ay Jacobo: T rotamu nd o s y ac t i v i sta d e d e r ec ho s hu m a no s
Representación probable de Fray Jacobo Retablo de Claus Berg Odense, Dinamarca Foto: Jørgen Nybo Rasmussen
Mi primer trabajo en este tema lo realicé en coautoría con el Dr. Jan Pinborg, un experto en latín medieval. En un ensayo publicado en una revista histórica danesa pudimos confirmar la hipótesis de que Jacobo fue en realidad el autor principal de la Crónica de la Expulsión (Rasmussen y Pinborg, 1963). Posteriormente el ensayo se tradujo al italiano en 1965 y así se dio conocer internacionalmente, incluyendo México. De esta manera, el artículo influenció en algún sentido el libro Fray Jacobo Daciano publicado en 1966 por A. José Romero Vargas. Por otra parte, mi colega y amigo mexicano, el sacerdote e historiador Alberto Carrillo Cázares, también retomó estas ideas en sus propios estudios sobre Fray Jacobo por esa misma época. En Escandinavia, en la década de 1960 se incrementó notablemente el interés en Fray Jacobo. El franciscano Agostino Lundin público los capítulos más importantes de la Crónica de la Expulsión en sueco en 1961. Una nueva traducción al danés, editada por Henning Heilesen apareció en 1967. Un autor danés muy reconocido, Peter P. Rohde, escribió un notable artículo sobre la admirable humanidad del
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fraile danés. Aún más importante, el delegado apostólico para Europa del Norte, el arzobispo Bruno B. Heim, se involucró personalmente en la investigación. Se le entregó el retrato de los franciscanos en Graz, y debido a la miserable condición de la pintura, él mismo organizó una restauración profesional en la Galería Nacional de Arte en Copenhague. Por muchos años, la pintura permaneció en la residencia de la Delegación, pero gracias a la generosidad del arzobispo Heim, en la actualidad está en posesión del Arzobispado católico de Copenhague. Como en una ocasión Heim dijo: “Fray Jacobo fue en efecto un danés”. Cuando era estudiante, recibí un estipendio y viví y trabajé en el Instituto Internacional para la Historia Europea en Mainz, Alemania en el periodo de 1961 a 1964. Por lo tanto, mi primer libro sobre Fray Jacobo fue publicado ahí, en alemán. El libro se centraba en la mayor crisis del trabajo de Jacobo como misionero, describiendo su lucha por la igualdad total de los indios cristianizados con respecto a la recepción de los sacramentos de la iglesia (Rasmussen, 1974). Desafortunadamente, esta original lucha de Fray Jacobo para lograr la igualdad absoluta entre todos los hombres, no sólo en lo político sino también en la esfera religiosa de la vida, fue completamente ignorada en Dinamarca. Únicamente un colega del Archivo Nacional Danés, donde ambos trabajábamos como archivistas, escribió un trabajo sobre mi libro en la revista especializada Danish Historical Review. Me pregunto si sería quizá con motivo de la reciente guerra mundial que en ese entonces todavía los daneses se oponían tanto a Alemania como a los textos escritos en idioma alemán. El historiador más reconocido entre los franciscanos daneses en la época de la reforma fue el fraile Petrus Olai (Peder Olsen). En 1976, publiqué un volumen acerca de él e hice una revisión exhaustiva del manuscrito original “Collectanea”, ahora en la Colección Arnamagnæan de la Biblioteca Real en Copenhague (No. 107.80). El fraile Petrus tuvo acceso, copió y usó numerosas fuentes y documentos de la historia medieval danesa, así como también de cerca de 300 años de historia de los franciscanos en Dinamarca, donde la orden había fundado su primer convento hacia 1232. Sin embargo, el fraile Petrus no se refiere al ataque luterano que en aquel
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Retrato del rey Christian II (1481-1559) Retrato al óleo por Michel Sittow (1515) Galería Nacional de Dinamarca Wikimedia Commons
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momento estaban sufriendo los frailes, que es el principal tema de la Crónica de la Expulsión. Quizá esto se deba a un arreglo consensuado entre dos autores contemporáneos que vivían en el monasterio en Roskilde. Ahora bien, el cuestionamiento más urgente en la historia de Fray Jacobo continuaba sin resolverse. ¿De qué forma estaba relacionado con la Casa real danesa, como las fuentes mexicanas tan claramente sugerían? Esta afirmación podría descartarse como si fuera una leyenda poco fiable o simplemente un malentendido, o ¿era en realidad un hecho histórico sin reconocimiento en Dinamarca? El problema sólo podría resolverse si se pudiera documentar con certeza el lugar que ocupaba Jacobo en la familia real danesa. Mi investigación en ese tema, indagando en todas las fuentes disponibles en Dinamarca, Alemania y México fue presentada en el libro Broder Jakob den Danske, kong Christian 2.s yngre broder en 1986. El título en sí mismo expresa mi conclusión: Como tercer hijo del rey Hans y la reina Cristina de Dinamarca, Jacobo era en efecto el hermano más joven del rey Cristian II. La publicación atrajo la atención de historiadores y periodistas. Algunos periódicos de amplia circulación escribieron artículos generosos sobre mis conclusiones; sin embargo, recibí principalmente comentarios críticos por parte de los historiadores profesionales. Éstos intentaron refutar los puntos centrales de mis argumentos, por lo que me sentí obligado a responderles ante lo que consideré críticas sin fundamento e injustificadas. Afortunadamente, más o menos al mismo tiempo, mi trabajo recibió un importante reconocimiento en otro lugar. El escritor de ficción danés Henrik Stangerup, famoso no sólo en mi país sino también internacionalmente, se inspiró en mi investigación, al grado que se convirtió en la base histórica de su novela Broder Jakob, la cual fue publicada en danés en 1991 (y sería subsecuentemente publicada en otras siete lenguas europeas). En México mi libro fue también muy bien recibido. De tiempo atrás, mantenía una amplia correspondencia acerca de Fray Jacobo con el sacerdote e historiador Alberto Carrillo Cázares de El Colegio de Michoacán en Zamora. Lo visité en 1990 en la que fue mi primera visita a México, y con él como guía, tuve el placer de ver muchos lugares en Michoacán que fueron importantes en la historia de Jacobo. Alberto propuso y
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se encargó de las traducciones al español de mis dos libros, de 1974 y 1986. Ambos aparecieron en 1992 en un solo volumen titulado Fray Jacobo Daciano. Mientras tanto yo continué con mi propia investigación, en particular sobre la historia de los franciscanos en los países nórdicos en la Edad Media (Rasmussen, 2002). Adicionalmente, concluí dos estudios que tocaron importantes aspectos de la juventud de Jacobo: la fe católica de su madre la reina Cristina acerca de su vocación como franciscano, y al mismo tiempo, cómo esta convicción se reflejó el famoso altar de Claus Berg en Odense (Rasmussen, 1996, 2001). Como parte de las celebraciones del aniversario de los 500 años del redescubrimiento de América por Colón en 1492, Alberto Carrillo Cázares presentó una conferencia en Pátzcuaro, Michoacán en el marco de una reunión de obispos mexicanos. El tema era la lucha de Fray Jacobo por la igualdad de derechos en la iglesia tanto para los europeos cristianos como para los recién convertidos purépechas y otros grupos indígenas de la Nueva España. Esta presentación posteriormente se tradujo al danés y se publicó en 2003. Muchos años después Carrillo Cázares publicó su texto original en español (Carrillo Cázares, 2012, véase también su colaboración en este volumen). La primera Visita de Estado Real oficial a México en la historia tuvo lugar en febrero de 2008. El presidente Felipe Calderón Hinojosa dio la bienvenida a la reina Margarita II y a su príncipe consorte Henrik como invitados de honor. Posteriormente a los eventos oficiales, el presidente acompañó a la reina y al príncipe consorte a dos de los conventos antiguos de Fray Jacobo en Michoacán. Ahí, la reina reconoció que Fray Jacobo originalmente fue un miembro de su misma Casa Real danesa. Como historiador de Fray Jacobo, fui invitado y estuve presente en la visita de la reina al convento favorito de Jacobo en Tarecuato el día 22 de febrero. Durante los últimos años, he considerado como un deber escribir una biografía coherente sobre la vida de Fray Jacobo desde su nacimiento hasta su muerte. En mis publicaciones anteriores únicamente había tratado aspectos individuales de su larga y compleja historia. Además, nuevas y decisivas evidencias sobre la relación de Fray Jacobo con la familia real danesa surgieron en 2012. Gracias al
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Retablo de Claus Berg Catedral de San Canuto, Odense, Dinamarca Foto: Lorena Ojeda
Detalle de los reyes Hans y Cristina
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Interior de la Catedral de Odense, Dinamarca Foto: Lorena Ojeda
Dr. Ditlev Kraak de Kiel, supe de la existencia de un grabado en madera hasta ese entonces desconocido de las Crónicas sajonas de Conrad Botes del año 1490 aproximadamente. Este muestra a Jacobo como el tercer hijo del rey Hans (Juan) y la reina Cristina. No fue fácil para mí escribir esta biografía, y cuando terminé el escrito en 2015, parecía casi imposible encontrar un editor competente e interesado en el trabajo. En 2017, sin embargo, tuve un productivo contacto con la Asociación de Museos Históricos al oriente de la isla danesa de Funen (Østfyens Museer). En julio de 2018, un libro muy bello y bien ilustrado fue publicado, el cual fue presentado en un evento cerca del castillo medieval de la ciudad de Nyborg. Este castillo medieval fue muy probablemente el lugar de nacimiento de Fray Jacobo. De esta manera, el círculo se cerró de una manera más que apropiada en el mismo lugar donde comenzó la larga y convulsionada vida del tercer hijo del rey Hans. Después de estas reflexiones iniciales acerca de mi interés profundo, así como de mi trabajo
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sobre Fray Jacobo, debo dirigir mi atención a dos aspectos específicos de su vida, los cuales quiero considerar con mayor detalle a continuación.
Fray Jacobo el trotamundos Exactamente 50 años después de la llegada de Colón al así llamado Nuevo Mundo, Fray Jacobo se convirtió en el primer danés en cruzar el Atlántico. Llegó desde Sevilla a Veracruz en la Nueva España en 1542. Ésta, sin embargo, no era la manera tradicional de viajar para un fraile franciscano danés. Él era, antes que nada, un trotamundos. La orden religiosa a la que pertenecía, los franciscanos, prescribían la regla de que sus miembros debían viajar a pie y no sobre el lomo de un caballo ni en cualquier otro medio de transporte, salvo en caso de que estuvieran enfermos o incapacitados para caminar. Los biógrafos de Fray Jacobo relatan que él cumplía
Catedral de Roskilde, Dinamarca Foto: Lorena Ojeda
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estrictamente con este ordenamiento tanto en Europa como en la Nueva España. Es posible reconstruir algunos de los trayectos que Fray Jacobo recorrió en Dinamarca y en México a través de diversas fuentes históricas. Por ejemplo, el historiador mexicano Diego Muñoz describió el viaje de Jacobo desde Mecklenburgo en Alemania hacia España entre 1539 y 1542: “Él recorrió a pie muchos países, mendigando puerta por puerta como un hijo genuino de nuestro padre seráfico, San Francisco de Asís. Pero la gente se burlaba de él y los niños lo ridiculizaban, le escupían y le aventaban lodo. Pero sobrellevó con gran paciencia y compasión esta y otras incomodidades y siempre mostraba una cara amable”. El contexto histórico es que él mismo era un refugiado religioso que tuvo que viajar a través de algunos países en los cuales el protestantismo ya consideraba como individuos desdeñables a los frailes franciscanos. En sus años como socius del Ministro de la provincia de Dacia, ya había recorrido varios caminos. En 1532, caminó desde Roskilde hasta el convento de Næstved, a unos 60 km de distancia con el fin de luchar por su existencia contra las maquinaciones del poderoso senescal luterano Mogens Gøye. En compañía del fraile Olaus Petri de Næstved caminó 90 km hasta Copenhague con una apelación al Rigsråd danés (Consejo de Nobles). La mayoría todavía apoyaba a la iglesia católica en Dinamarca y, por lo tanto, el caso de los franciscanos. Después de terminar con sus asuntos en la capital, Fray Jacobo regresó a su convento recorriendo a pie 30 km. En una ocasión, Fray Jacobo aceptó hacer una excepción a la regla. Cuando él y otros nueve frailes llegaron a Veracruz, estaban tan enfermos por lo poco conveniente del viaje marítimo, que su traslado de la costa hacia la ciudad de México no fue a pie sino sobre los lomos de unas mulas. Sabemos de esto por los recuentos de la Casa de Contratación de Sevilla. Durante su tiempo en Michoacán, Jacobo continuó viajando a pie. El historiador fray Gerónimo de Mendieta escribió que había conocido a Fray Jacobo cuando él mismo era un fraile joven en el capítulo franciscano de Huejotzingo en Puebla, alrededor del año 1557. Había quedado impresionado de que el viejo franciscano de origen real hubiera caminado a pie aproximadamente 300 km hasta Michoacán junto con otro pionero de la misión católica, el fraile ciego Antonio de Sego-
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via. Para ese entonces, Jacobo tenía aproximadamente 73 años. La crónica de fray Alonso de la Rea de 1639 recurre a fuentes históricas más tempranas, pero también añade nueva información sobre Jacobo y sus andanzas: “Desde su ingreso a la orden y durante toda su vida, desde Dinamarca hasta Michoacán, anduvo siempre a pie y sin querer usar zapatos. Independientemente de las quejas que podrían asomar por su sangre real danesa, cuando ésta se sentía contaminada por la grava y las piedras cuando tropezaba, ¡porque su cuerpo estaba cansado!”. Esta vívida descripción es seguida por una leyenda, de acuerdo con la cual algunos indígenas que trataban de alcanzar a Jacobo eran superados por él. Y de hecho, se cuenta que estaba esperándolos de pie cuando éstos llegaron a su destino. Es claro que las habilidades de Jacobo como caminante impresionaron a sus amigos. En la época actual caminar a pie y recorrer o subir montañas ha experimentado un renacimiento asombroso. En todo el mundo se ha desarrollado enormemente el turismo en auto, autobús, tren, barco y avión, pero al mismo tiempo se ha vuelto tremendamente popular la experiencia de recorrer a pie la naturaleza, por motivos psicológicos y espirituales, a veces en la forma de peregrinaciones de carácter religioso. La explicación de este fenómeno podría ser la necesidad del hombre moderno de encontrar su ser interior en el aislamiento de la vida diaria en este mundo tan ruidoso, mecanizado y estresante. De manera similar, seguramente Fray Jacobo no sólo viajaba a pie para cumplir con las reglas de su orden. De acuerdo con lo descrito por sus contemporáneos, él simplemente amaba caminar porque esto le daba alegría y expresaba su anhelo de lograr la contemplación en libertad.
La cuestión de los derechos humanos El vertiginoso desarrollo en el siglo XXI, ha comenzado a amenazar los derechos humanos. Al tiempo mismo en que aparentemente todos reconocen y aceptan los derechos fundamentales del ser humano, constatamos la existencia de regímenes y movimientos en muchos países que amenazan o rechazan directamente la au-
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toridad real de los mismos. Los factores detrás de estas motivaciones son, por lo general, agendas nacionalistas o racistas de estrechas miras. La Declaración de los Derechos Humanos se formuló por primera vez en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Su fundamento fue el valor sustancial de cada ser humano, garantizándole a cada persona el derecho fundamental a la vida, la libertad, la propiedad y la protección legal. Esta Declaración se constituía como una reacción saludable contra las terribles violaciones de las dictaduras totalitarias y las dos guerras mundiales en la primera mitad del siglo XX. ¿Pero qué tiene que ver esto con Fray Jacobo? Fray Jacobo vivió en un periodo histórico en el que estas ideas y el valor de los derechos humanos apenas comenzaba a desarrollarse y a influir en la cultura y la política, es decir, en el renacimiento que comenzó de aproximadamente 1500 en adelante. Primeramente, en esta época se cultivaban las lenguas clásicas y el arte antiguo. Los historiadores y cronistas del periodo colonial mexicano admiraban los aprendizajes de Fray Jacobo, ya que éste era un verdadero trilingüe (“vir trilingvus”), y dominaba las tres lenguas bíblicas: el latín, el griego y el hebreo. Este humanismo emergente no solamente influenciaba a la cultura mundana, sino también a la teología. Las figuras más representativas en Europa eran Erasmo de Rotterdam y Tomás Moro. El único libro que sabemos con certeza que Jacobo poseyó fue la traducción del Nuevo Testamento al latín por Erasmo, impreso en 1521. Durante toda su vida él fue y se comportó como un humanista católico. La Crónica de la Expulsión, completada en la década de 1530, siendo principalmente un trabajo de Fray Jacobo, describe las arremetidas luteranas contra los conventos, pero al mismo tiempo es un testimonio y una queja sobre la burda inhumanidad que se desató con la expulsión de los frailes, por ejemplo en Malmö, Ystad y Horsens. La conquista española y portuguesa de las Américas posteriores al arribo de Colón en 1492 estuvo acompañada por muchas crueldades y supresiones en contra de las poblaciones indígenas originarias. No obstante, estos abusos también conllevaron una reacción: la enérgica protesta por parte de algunos líderes políticos bien educados, como el propio emperador Carlos V y algunos miembros de la igle-
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sia católica, principalmente pertenencientes a las órdenes mendicantes, a quienes se había encomendado la tremenda tarea de la evangelización y la conversión. El problema crucial era si estos “indios” eran seres humanos verdaderos, como los europeos cristianos, o si más bien pertenecían a otro tipo de especie inferior, a quienes las naciones del Viejo Mundo sin escrúpulos podrían usar a placer, por ejemplo, como fuerza de trabajo esclava. Este asunto tan importante no se desahogó con base en los sentimientos y argumentos individuales, sino que fue tratado por las autoridades relevantes de la época. Algunos años antes de la conquista de Tenochtitlan por parte de Hernán Cortés, Francisco de Victoria de la Universidad de Salamanca, había declarado en 1517 que los indios eran seres humanos verdaderos en todos sentidos. El primer Consejo eclesiástico en la Nueva España en 1532 aprobaba este argumento, pero la máxima confirmación llegó del Papa Paulo III en su carta “Veritas Ipsa” de 1537, que incluía esta doctrina en la fe de la iglesia católica. El emperador Carlos V consideraba dicha doctrina de la dignidad humana como el pilar de la creación de una nueva sociedad trasatlántica, la Nueva España. Como bien se sabe, el fraile dominicano Bartolomé de Las Casas fue su consejero más influyente. En 1542, el mismo año en que Jacobo partió hacia México, Las Casas convenció al emperador de proclamar las llamadas Nuevas Leyes, asegurando los derechos fundamentales de los indios, como que no podían ser esclavizados y garantizando el respeto a sus derechos sociales y económicos. Estas leyes encontraron una fiera resistencia. Los conquistadores y encomenderos consideraban a la fuerza de trabajo indígena como parte del salario al que tenían derecho por sus servicios en la guerra de conquista, por lo que consideraban que tanto los territorios como las poblaciones indígenas deberían ser distribuidos entre ellos bajo la figura de las encomiendas. Cuando Fray Jacobo llegó a la ciudad de México se encontró con un floreciente optimismo entre los frailes de su orden. Visitó el recién establecido Colegio franciscano de la Santa Cruz de Tlatelolco, apenas abierto en 1536 como un centro para la educación de los hijos de la élite azteca. El currículum era similar al de las universidades europeas de la época y su principal propósito era crear una clase indí-
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Retrato de Fray Jacobo (1640 ca.) Originalmente en el convento franciscano de Graz en Austria En la actualidad en posesión del Arzobispado católico de Copenhague, Dinamarca
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gena educada que pudiera encabezar las posiciones de liderazgo en la nueva sociedad. Tanto el virrey Antonio de Mendoza como fray Juan de Zumárraga apoyaron el proyecto. Entre en los primeros frailes que estuvieron enseñando en el Colegio encontramos a fray Bernardino de Sahagún, Andrés de Olmos y Alonso de Molina, todos los cuales fueron autores de estudios importantes sobre la cultura azteca y la lengua náhuatl. Eventualmente Jacobo Daciano viajaría hacia el oeste para comenzar su trabajo misionero en Michoacán, en el antiguo reino tarasco o purépecha. Allí encabezaría muchos aspectos de su misión con gran fervor y dedicación. Enseñó el evangelio, bautizó a un gran número de purépechas, celebraba misa para ellos y, en colaboración con algunos otros franciscanos, fundó nuevas iglesias y conventos franciscanos. Sin embargo, las dificultades pronto aparecieron. Había diferencias entre los franciscanos y entre las tres órdenes establecidas con respecto a su actitud hacia la población nativa recientemente cristianizada, especialmente en cuanto a su participación en los sacramentos de la iglesia. Un asunto de debate era si éstos merecerían o no recibir la hostia y la sangre de Cristo durante la comunión. Hasta los franciscanos estaban divididos en torno a esta cuestión. De acuerdo con las fuentes históricas disponibles, Fray Jacobo fue el primero que convenció a sus hermanos en Michoacán de que deberían permitir participar en dicho ritual a los indígenas conversos. Su postura era que cuando ellos habían recibido ya el bautismo, no existía ningún otro argumento razonable para negarles que también recibieran el sagrado sacramento bajo las mismas condiciones que el resto de los católicos. Un asunto de debate adicional se generó por el éxito de la misión en sí misma. El gran número de conversos indios en el centro de México hacía casi imposible que los pocos frailes y sacerdotes que existían pudieran garantizar el cuidado espiritual de todos ellos. En 1552 los franciscanos sostuvieron un capítulo de custodia en Guadalajara para las provincias de Michoacán y Jalisco, encabezado por fray Ángel de Valencia, quien fue asistido por cuatro delegados, entre ellos “Jacobo de Dacia”. El resultado fue una carta bastante inusual dirigida al propio Carlos V, en la cual los frailes resumían sus problemas y sus aspiraciones. Apelaban a su con-
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ciencia cristiana y le rogaban mandar al menos 100 nuevos sacerdotes. Estos eran ampliamente necesitados, especialmente porque la recién conquistada región de Nueva Galicia sería incorporada a los esfuerzos misioneros en la región del occidente de México. La carta también contenía una sugerencia para implementar una reforma en la administración civil. Por sobre todas las cosas, los derechos de los indios tenían que asegurarse. El sistema de gobierno existente, centrado en un gobernador y cuatro consejeros judiciales reales (oidores), debería cambiarse, principalmente porque el salario de estos oficiales se basaba en el sistema de encomienda y en el trabajo de los indígenas. Por ello, las quejas expresadas por los indios no eran tratadas de manera imparcial. En el futuro, los salarios de estos oficiales judiciales deberían pagarse en dinero. Pero, ¿cómo una pequeña congregación de frailes franciscanos en México se atrevía a hacer al emperador una propuesta tan radical? Estaban proponiendo reformas tanto eclesiásticas como políticas. Quizá el fraile de origen danés haya tenido más influencia en la carta de lo que asoma a primera vista. Su audacia podría apuntar en tal dirección. Fray Jacobo tenía una relación personal única con Carlos V porque el hermano mayor de Jacobo, el rey Cristian II, estaba casado con Isabel, la hermana del emperador. De manera generosa, él trató de utilizar este contacto en beneficio de la recién cristianizada población indígena. Su preocupación no sólo era la salvación de sus almas, sino también proteger sus derechos en vida como individuos humanos. La carta recomendaba el nombramiento de un protector especial de los indígenas. Sin embargo, hasta donde sabemos, los frailes nunca recibieron una respuesta a su carta. Un año después, Fray Jacobo inició su famoso debate sobre la prohibición eclesiástica de permitir a los indios ser ordenados sacerdotes. El Consejo en Lima, Perú, había autorizado previamente la prohibición en el año 1552. De acuerdo con Jacobo, esta medida era injusta y entorpecía la solución lógica al problema de la escasez de sacerdotes. Esto desató el más grande drama en su vida como misionero. Los eventos en torno a la lucha por un clero indígena han sido tratados a detalle por Alberto Carrillo (Carrillo, 2012) y por Rasmussen (Rasmussen, 1974, 2002). Aunque en algunas ocasiones se le ha caracterizado como dueño de una
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visión utópica, usando el concepto de Tomás Moro, sería más apropiado considerar a Fray Jacobo como un visionario genuino. Él lucho por la verdadera igualdad humana en la iglesia. Perdió su pelea, pero eventualmente tanto la iglesia como el poder político, reconocerían esta lucha contra todos los tipos de racismo como la única posición correcta.
Fray Jacobo Daciano y México*1 Rodrigo Martínez Baracs Dirección de Estudios Históricos Instituto Nacional de Antropología e Historia
Destino El príncipe danés Fray Jacobo Daciano (¿1484?-1566/7) inició un vínculo muy fuerte e indisoluble entre Dinamarca y México, particularmente con el estado de Michoacán y el pueblo de Tarecuato. La Visita de Estado a México y a Michoacán de Margarita II, reina de Dinamarca, en el mes de febrero de 2008, nos reafirmó este vínculo. El nexo no sólo es con Dinamarca, sino con el mundo escandinavo entero, pues los tres reinos de Dinamarca, Noruega y Suecia se encontraban unidos desde el siglo XIV, cuando la reina Margarita I creó la Unión de Kalmar, y el abuelo (Christian I), el padre (Hans) y el hermano (Christian II) del príncipe Jacobo fueron reyes de Dinamarca, Noruega y Suecia. Su dominio abarcaba también Islandia, Finlandia y el norte de Alemania. México y Michoacán participaron también en el “destino escandinavo” que procuró definir Borges (Borges, 1953). Ya desde el siglo VI el archipiélago de Escandinavia fue visto como el taller o vaina de las naciones; las bruscas tropelías escandinavas en los más heterogéneos puntos del orbe confirmarían este parecer, que legó a De Quincey la frase officina gentium. Desparramados por la faz de la tierra, los vikingos estuvieron en Londres, Burdeos, Sevilla, Irlanda, Rusia, Turquía, y hacia * Una versión inicial de este ensayo se publicó en la revista Relatos e Historias en México, 31, marzo de 2011, pp. 55-63. La presente versión retoma el texto que originalmente escribí para la visita a México de la reina Margarita II de Dinamarca y a Henrik, su príncipe consorte, en su viaje del viernes 22 de febrero de 2008 a Tarecuato y Tzintzuntzan junto con el presidente Felipe Calderón y Margarita Zavala. Al final agrego una memoria de la visita. Agradezco la ayuda para escribir este ensayo que fui recibiendo de Fausto Zerón Medina, Aída Castilleja, Alicia Mateo, Alma Rosa Martínez González, Lorena Ojeda Dávila y Jesper Nielsen.
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Sitio arqueológico e iglesia de Tlatelolco, México Foto: Christophe Helmke
el año 1000 llegaron a América, llamada Vinland. El asentamiento duró más de un siglo, pero desapareció sin dejar influencias. De este desparramamiento planetario de los escandinavos, la presencia en la ciudad de México y en Michoacán del príncipe Fray Jacobo Daciano es un episodio, más reciente, que confirma y a la vez desmiente este “vano” destino que consignó Borges. En Dinamarca Fray Jacobo fue olvidado durante siglos, pues siempre procuró mantener el anonimato como fraile, por humildad franciscana y por prudencia, debido a los difíciles momentos políticos y religiosos que se vivían. Él mismo procuró borrar las huellas de su existencia. Y sólo hace algo más de veinte años, el historiador danés Jørgen Nybo Rasmussen, después de largas y arduas investigaciones, logró descifrar el enigma2 (Rasmussen, 1992). Pero Fray Jacobo vino a México y Michoacán en 1542, y aquí jamás fue olvidado. Desde el siglo XVI indios y españoles lo han considerado un santo. Aún hoy, en el pueblo de Tarecuato no se acepta que haya muerto y se 2 La mayor parte de la información aquí vertida sobre fray Jacobo proviene de su importante obra.
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sigue sintiendo su presencia viva. Y en los trabajos de restauración en curso del convento michoacano de Tzintzuntzan, donde vivió mucho tiempo, aparecieron recientemente varias pinturas murales entre las cuales destaca nada menos que una imagen suya, de cuerpo entero, con un libro en la mano.
Memoria La presencia de Fray Jacobo Daciano se mantuvo viva en los pueblos indios purépechas de Michoacán a través de la tradición oral, que hoy persiste vigorosa. Entre los españoles, particularmente los frailes franciscanos, la memoria de Fray Jacobo como destacado evangelizador de Michoacán se conservó primero a través de crónicas y relaciones del siglo XVI –como las de fray Diego Muñoz y fray Gerónimo de Mendieta (¿1534?-1604)–, que permanecieron inéditas hasta los siglos XIX y XX. Sin embargo, estos manuscritos pasaron de mano a mano, fueron leídos y transcritos. A finales del XVI y en el siglo XVII la memoria de Fray Jacobo aparece por vez primera en letra impresa en crónicas franciscanas como las de fray Francisco de Gonzaga, fray Juan de Torquemada (1562-1624) y, de manera destacada, la Chronica de la Orden de N. Seraphico P. S. Francisco, Provincia de San Pedro y San Pablo de Mechuacan de fray Alonso de la Rea, publicada en la ciudad de México en 1643, que incluye en su portada la imagen de Fray Jacobo Daciano, junto al franciscano fray Juan de San Miguel, a los apóstoles San Pedro y San Pablo, a la propia Virgen de Guadalupe, y a nadie más. En el siglo XIX, el gran historiador Joaquín García Icazbalceta (1825-1894) rescató la memoria de los frailes del siglo XVI, evangelizadores y defensores de los indios, como los verdaderos fundadores de la nacionalidad mexicana, más que los indios vencidos de la conquista y los mexicanos vencedores de la independencia, de la reforma y de la entonces venidera revolución mexicana. García Icazbalceta completó el perfil de Fray Jacobo al publicar la Historia eclesiástica indiana de fray Gerónimo de Mendieta y varios otros documentos franciscanos. No solamente
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Ex convento de Santa Ana y templo de San Francisco, Tzintzuntzan, México Foto: Lorena Ojeda
confirmó su lucha en defensa de los purépechas contra los explotadores españoles, su incansable labor religiosa entre sus feligreses, su defensa del derecho de los indios a recibir la comunión y los demás sacramentos, sino también su infructuosa lucha para que los indios también pudieran ser ordenados sacerdotes católicos, lo cual tuvieron prohibido hasta comienzos del siglo XX. En esta lucha pionera a favor de la igualdad de indios y europeos, Fray Jacobo fue derrotado en la polémica sostenida en 1553 con su amigo y hermano de orden fray Juan de Gaona, cuyos textos se perdieron y sólo parcialmente se salvaron gracias a la lectura que hizo Joaquín García Icazbalceta (García Icazbalceta, 1981, pp. 313-315) de la obra del bibliógrafo José Mariano Beristáin de Souza (1756-1817), quien los leyó en la destruida biblioteca del convento de Santiago Tlatelolco (Beristáin, 1816). Fray Jacobo había llegado a México en 1542, junto con fray Jacobo de Testera (1470-1543), el francés fray Maturino Gilberti (ca. 1507-1585), el gran estudioso de la
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lengua michoacana, y otros prominentes evangelizadores de México y Michoacán. Se le conocía sencillamente como el provincial de Dacia, la amplia provincia franciscana escandinava, como Fray Jacobo Daciano, de Dacia, o el danés. Al parecer aquí también mantuvo un humilde y prudente anonimato hasta que reveló a sus hermanos más cercanos su pertenencia a la Casa real danesa. Sin embargo, lo dejó vago, y el punto quedó sin confirmarse ni precisarse. Esta fue la tarea que se impuso el historiador danés Rasmussen y que logró concluir tras una serie de trabajos que comenzó a publicar en 1965 y que culminaron con la ya citada edición mexicana de 1992, que reúne sus dos libros más importantes sobre Fray Jacobo, traducidos del alemán y del danés, que editó y adaptó el padre Alberto Carrillo Cázares (1923-2021) de El Colegio de Michoacán. En el primero de estos libros, publicado originalmente en 1974, Rasmussen, siguiendo a García Icazbalceta, destacó sobre todo la figura muy distinguida de Fray Jacobo como “defensor de la igualdad religiosa de los derechos de los indios en el México del siglo XVI”, particularmente en lo que se refiere a su negado derecho a ser ordenados sacerdotes. En el segundo libro, de 1986, Rasmussen logró esclarecer y dar preciso y trágico relieve a la trayectoria de Fray Jacobo, Broder Jakob, como hijo del rey Hans y hermano del rey Christian II, en un momento particularmente trágico de la historia de Dinamarca. Tal vez por eso Rasmussen tuvo que esperar más de veinte años para que la reina de Dinamarca, Margarita II, reconociera por primera vez la pertenencia de Fray Jacobo a la Casa real danesa, lo cual sucedió en esta Visita de Estado a México. La reina y el historiador se encontraron por vez primera en el remoto pueblo michoacano de Tarecuato el viernes 22 de febrero de 2008, donde se venera la memoria de Fray Jacobo.
Fray Jacobo En 1484 debió nacer, según el historiador Rasmussen, el príncipe Jacobo, hijo del rey Hans, nieto del feliz Dídrik. La fecha no parece improbable, pues en 1553,
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cuando se dio el debate en la ciudad de México sobre la ordenación sacerdotal de los indios, Fray Jacobo era considerado un anciano. Rasmussen logró dejar establecido que era hijo del rey Hans, de Dinamarca, Suecia y Noruega, y de la reina Cristina de Saxonia, quienes fueron sucedidos por Christian II, hermano mayor de Jacobo. La Casa real danesa tenía fuertes vínculos con la orden reformada de los franciscanos de la observancia, y Jacobo entró muy pronto a la orden de los hermanos menores, en la que mantuvo un discreto anonimato con el nombre de Jakob Johannis (hijo de Juan/Hans). Pero no pudo dejar de sobresalir y llegó a ser Provincial de la provincia franciscana de Dacia. El rey Christian II se casó con doña Isabel, hermana de Carlos I de España y V de Alemania, soberano por lo tanto también de México y Michoacán. Pero ni esta alianza logró alejar los severos conflictos que estallaron: conflictos políticos y bélicos que acabaron destruyendo la Unión de Kalmar, de Dinamarca con Suecia y Noruega, y conflictos religiosos, que concluyeron con la derrota de los católicos por los protestantes y la subsiguiente expulsión de los franciscanos. Fray Jacobo, nada menos, con el nombre de Jacobus Gottorpius, fue coautor de una notable Crónica de la expulsión, que quisiera leer. El rey Christian II fue derrotado, expulsado, encarcelado y obligado a renunciar al poder. Refugiado en Mecklenburgo, Fray Jacobo acabó acudiendo ante su concuño Carlos V y obtuvo su autorización y apoyo para pasar en 1542 como franciscano a México (viajando del puerto de Sevilla al de Veracruz) para contribuir a la evangelización de los indios. Desde 1493, al regreso de Cristóbal Colón (1451-1506) de su primer viaje a “las Indias”, la reina doña Isabel de Castilla (1451-1504) había obtenido del Papa el dominio exclusivo de las nuevas tierras a cambio de cristianizar a los “indios” y de destruir sus supuestamente falsas religiones. A esta tarea se entregaron sacerdotes cristianos, particularmente frailes como los franciscanos, dominicos y agustinos, que aprendieron las múltiples lenguas de los indios americanos, pues hubiese sido mucho más largo y difícil enseñarles español a todos los indios como requisito para evangelizarlos. Fray Jacobo hablaba danés, latín, griego y hebreo, cuando menos, y en México, con más de 58 años de edad, aprendió el ná-
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Pintura de Fray Jacobo Daciano, Ex convento de Santa Ana, Tzintzuntzan, México Foto: Lorena Ojeda
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huatl (lingua franca del virreinato) y el tarasco, purépecha o “lengua de Mechuacan”. Allí fue mandado Fray Jacobo. La provincia era entonces llamada por su nombre náhuatl, Mechuacan, “lugar de los dueños del pescado”, lugar de pescadores. Fray Jacobo fue enviado en primer lugar al convento cabecera de la custodia franciscana de Mechuacan, en el pueblo de Tzintzuntzan, “lugar de colibríes” en lengua purépecha. Según una historia que nos ha llegado, acaso deformada por la historiografía estatal, los antiguos gobernantes tuvieron tres capitales sucesivas: Pátzcuaro, Ihuatzio y Tzin tzuntzan, en las riberas del bello lago de Pátzcuaro. En todo caso, en Tzintzuntzan se encontraba la capital del reino michoacano cuando llegaron los conquistadores españoles en 1519-1522. Y allí, en 1525, los franciscanos, primeros evangelizadores de Michoacán, construyeron su primera iglesia, dedicada a Santa Ana, abajo del cerro donde se encontraban los cinco antiguos adoratorios (llamados yácatas) de los indígenas, y con sus mismas piedras. Allí también, en 1533 el licenciado Vasco de Quiroga, gobernante español (oidor, miembro de la Real Audiencia de México), fundó una ciudad que debía ser la capital tanto india como española, civil y eclesiástica de Michoacán. Pero cuando el mismo Vasco de Quiroga fue a Michoacán en 1538, ya designado obispo de Mechuacan, estableció su catedral provisional en la iglesia franciscana de Santa Ana de Tzintzuntzan, pero decidió inmediatamente el traslado de la capital india y española, civil y religiosa, “la ciudad de Mechuacan”, al sitio de la antigua capital de Pátzcuaro. La decisión provocó un fuerte distanciamiento del obispo Quiroga con el virrey Mendoza, con los franciscanos, con los encomenderos y con la nobleza india gobernante. A partir de entonces, Tzin tzuntzan, rebajada al status de pueblo de indios, dio una larga lucha para liberarse del dominio de la ciudad de Pátzcuaro y para recuperar su categoría de ciudad, lo cual obtuvo en 1592. No se conoce con precisión en qué pueblos michoacanos residió Fray Jacobo Daciano y en qué años estuvo en ellos (en Tarecuato, Peribán, Coeneo, Zacapu, entre otros), pero estuvo largos años en el bello convento de Tzintzuntzan, del cual llegó a ser guardián. El franciscano fray Diego Muñoz refiere que Fray Jacobo es-
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Pintura mural Ex convento de Santa Ana, Tzintzuntzan, México Foto: Lorena Ojeda
taba allí en 1558 cuando “mandó una mañana después de Prima poner la tumba, y celebró una misa de Réquiem por el emperador Carlos V, diciendo era fallecido, y no se supo la nueva en esta tierra hasta la venida de la flota, que fue de allí a muchos días”. Carlos V murió en el convento de Yuste el 19 de septiembre de 1558. Y adviértase que no es seguro que el cronista Muñoz supiera que el hermano de Fray Jacobo era el rey Christian II, casado con una hermana de Carlos V.
Tarecuato Uno de los pueblos michoacanos en los cuales Fray Jacobo Daciano vivió y se dedicó intensamente a atender las necesidades religiosas y sociales de los indios fue Tarecuato. Allí falleció en 1566, o 1567, y según algunos, se conservan allí sus restos.
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Fresco de Fray Pedro de Pila Ex convento de Santa Ana, Tzintzuntzan, México Foto: Lorena Ojeda
Desde el siglo XVI hasta el presente se le considera como un santo y se promueve (aunque no formalmente) su beatificación. La Relación escrita en junio de 1579 por el español Francisco Medinilla Alvarado, corregidor del vecino pueblo de Jiquilpan, nos informa sobre el pasado prehispánico de Tarecuato y su situación en los tiempos en que estuvo Fray Jacobo. El corregidor Medinilla Alvarado se auxilió con el escribano Gonzalo Hernández para interrogar a los españoles y a los indios de los pueblos de su jurisdicción, atendiendo particularmente al testimonio de los ancianos, del gobernador del pueblo y de los alcaldes de su cabildo (Medinilla, 1987, pp. 407-437). Según el corregidor Medinilla Alvarado, Tarecuato “es vocablo de lengua tarasca [que] quiere decir, en lengua castellana, un cerro pequeño a manera de un peñol, sin montes”. El historiador René Acuña (1929-1918), editor de la Relación, considera “cuestionable” esta etimología y piensa que este topónimo se deriva más bien del verbo tharéscuatani, “idolatrar”, que registra el Vocabulario en lengua de Me-
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chuacan (1559) de fray Maturino Gilberti como derivado de thares, “ydolo”. De este modo, Tarecuato significaría algo semejante a “adoratorio”, que pudo estar en el “cerro pequeño”. Quien visita la iglesia franciscana de Tarecuato advierte que la iglesia y la larga capilla abierta se encuentran construidas sobre una pequeña elevación, “un cerro pequeño”, que tal vez ocupó el adoratorio y con cuyas piedras se pudo construir el convento franciscano. Otra etimología de Tarecuato podría ser el término tarecua, también tarasco o purépecha, que significa “coa, o palo de cavar la tierra” (Gilberti, 1559). Según la Relación de Medinilla Alvarado, Tarecuato fue fundado hacia 1480 con indios de lengua tarasca por un “indio principal” y “capitán” llamado Guatando, por orden del cazonci, rey de Mechuacan. Guatando, cuyo nombre significa “hombre que está muy viejo y cansado”, fue quien le puso su nombre a Tarecuato. Guatando gobernaba al pueblo a nombre del cazonci, quien le impuso un tributo en “mantas y maíz, frijoles y otras cosas”. La población vivía de manera dispersa en la cabecera de Tarecuato y en sus tres pueblos sujetos, de San Ángel, Santa María y San Juan. Sus casas eran pequeñas, con cimientos de piedra, paredes de adobe y techos de paja. Comían “tamales, frijoles, pescado y carne de venado”; la sal, que no tenían, la compraban. Vestían ropa de algodón, como camisas “a manera de chamarra y mantas de pluma”, particularmente de colibrí (tzintzuni), “muy galanas”. El pueblo de Tarecuato se encontraba en el extremo occidente del reino michoacano, en una zona fronteriza con la después llamada “provincia de Ávalos” (hoy en Jalisco), con la que los naturales de Tarecuato guerreaban (con arcos, flechas y palos), particularmente con los pueblos de Teocuitlatlan y Tzacualco (nombres nahuas que significan respectivamente “cerca del oro” y, acaso, “lugar de pájaros de pluma amarilla”). Es posible que el cazonci haya mandado fundar el pueblo fronterizo de Tarecuato, entre otros en la misma región, precisamente para resguardar militarmente la frontera occidental del reino michoacano. Cuando los guerreros de Tarecuato capturaban indios de los pueblos enemigos, “los llevaban a presentar a cazonci, rey de Pátzcuaro, a quien tenían por señor”. Y el cazonci les daba cinco hombres de los que habían capturado para que se los llevaran a sa-
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crificar a su pueblo. Los sacrificaban en un “cerro alto”, donde tenían un ídolo de piedra (tharés), al que ofrecían el corazón y la sangre, que después se comían los guerreros. La sumisión de Tarecuato al poder central michoacano debió ser grande, pues la Relación de 1579 considera a Cristóbal de Olid, conquistador de Mechuacan, como conquistador también de Tarecuato, aunque es poco probable que llegara a esta remota región occidental. En lugar de pagar tributo al cazonci, los de Tarecuato y otros pueblos michoacanos y de toda la Nueva España, fueron obligados a pagar un tributo en productos y en trabajo, y después también en dinero, a los españoles que los recibían en “encomienda”. Antonio de Luna fue el encomendero de Tarecuato, Peribán y otros pueblos aledaños. A Tarecuato, como a los demás pueblos de todo el continente americano, llegaron terribles epidemias que provocaron una catastrófica caída de la población indígena, que carecía de defensas inmunológicas contra las enfermedades infecciosas traídas por los españoles. Sin embargo, en Tarecuato, más de cinco décadas después de la llegada de los españoles, la población no bajó sino subió. Según la Relación de 1579 “este dicho pueblo solía ser de muy pocos indios en tiempo de su gentilidad: dicen que no había más de doscientos hombres; hay, ahora, cuatrocientos indios tributarios”. Este hipotético aumento tal vez se debió a la relativa prosperidad de la economía local, que pudo atraer pobladores. En Tarecuato se producía “cantidad de higos, membrillos, duraznos, nueces y fruta de la tierra”, aguacates y cerezas. Se daban también los cultivos europeos: “muchas coles, lechugas, rábanos y habas y otras semillas de Castilla”. Sembraban “trigo de temporal” (sin riego) y algo de seda. Criaban gallinas de la tierra (guajolotes) y de Castilla, y tuvieron caballos (los tenían en el fastuoso recibimiento en 1585 del comisario franciscano fray Alonso Ponce). De sus árboles llamados oyameles sacaban un aceite llamado “de abeto”, con el que se curaban “algún pasmo”, el frío y otras enfermedades. Y contra las “bubas” y las calenturas, se purgaban “con una raíz blanca que se dice de Mechuacan”, la famosa “raíz de Mechuacan”, que se consumió abun-
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dantemente en Europa, promovida por médicos como el español Juan de Cárdenas en su libro Problemas y secretos maravillosos de las Indias de 1591. Los campesinos y artesanos de Tarecuato estaban vinculados con el mercado: vendían maíz, frijoles, trigo y algo de seda para satisfacer sus necesidades y pagar el tributo a su encomendero Antonio de Luna. Como se dijo, carecían de sal y la compraban en la villa española de Colima. Es posible que contribuyera a la relativa prosperidad de Tarecuato la presencia de los franciscanos, cuyo convento, dedicado a Santa María de Jesús, fundó un fray Bernardo, que acaso sea el francés fray Bernardo Cossin, de la provincia de Aquitania, al igual que el fraile francés fray Maturino Gilberti, quien llegó con Jacobo Daciano y Jacobo de Testera en 1542. En 1579 residían dos franciscanos en el convento, uno de los cuales era guardián; eran cuatro en 1586, cuando lo visitó el comisario fray Alonso Ponce, quien encontró el convento acabado, con su iglesia, claustro, dormitorios y huerta. En 1579 funcionaba también un hospital en Tarecuato, para curar a los pobres, que fundó hacia 1543 un franciscano llamado fray Juan de Pavía, o más bien, según René Acuña, fray Juan de Babia o Badilla (¿?-¿1548?), también de la provincia de Aquitania, pero llegado a Michoacán tal vez desde 1527. El hospital de Tarecuato, se quejaba en 1579 el corregidor Medinilla Alvarado, no tenía “renta ninguna” y se sustentaba con las limosnas que daban los indios del pueblo y los pobres que se curaban en el hospital. Aunque vivió y trabajó en muchos pueblos michoacanos, Fray Jacobo Daciano residió en Tarecuato durante muchos de los casi 25 años que pasó en Michoacán. Llegó a Tarecuato en 1543, según los Anales de Tarecuato, o hacia 1548, según George Kubler (Kubler 1948, vol. II). Durante muchos años fue guardián del convento. Si no participó directamente en la fundación del hospital, trabajó activamente en él, curando y asistiendo espiritualmente a los enfermos. Y debió participar en la fundación de otros hospitales, como el de Peribán (Perihuan), junto con fray Juan de San Miguel, hacia 1546, el de Jiquilpan (Xiquilpan), hacia 1549, y acaso también en el de Zacapu. También junto con fray Juan de San Miguel, participó en la fundación del convento de Tancítaro, dedicado a la Santa Cruz.
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En todos los pueblos donde estuvo, Fray Jacobo administró a los indios todos los sacramentos, incluido el de la eucaristía, que provocaba dudas entre los frailes, por las implicaciones de comer el cuerpo de Cristo. Los cronistas franciscanos y agustinos compitieron al hacer al franciscano Jacobo Daciano o a su amigo el sabio agustino Alonso de la Veracruz (1509-1584) el primero en dar la comunión a los indios michoacanos. Junto con otros frailes, Fray Jacobo trató de defenderlos de los abusos de los españoles, particularmente de sus encomenderos, como Antonio de Luna, encomendero de Tarecuato y Peribán (Martínez Baracs, 2005). Con fray Maturino Gilberti y fray Alonso de la Veracruz y otros frailes, Jacobo Daciano luchó exitosamente contra el intento del arzobispo de México fray Alonso de Montúfar (1489-1572) y del obispo de Michoacán don Vasco de Quiroga de imponer a los indios el cobro del diezmo eclesiástico, que se agregaba al tributo real. Fray Jacobo enseñó a los indios a fabricar imágenes cristianas (cruces, santos, vírgenes, símbolos) con plumas preciosas de colibrí y otros materiales; les ayudó también a darle un sentido cristiano a sus bailes y fiestas. Fray Jacobo falleció en Tarecuato, sin permitir que lo trataran de curar. Allí, se dice, están sus restos, que los indios nunca han dejado, ni dejarán que se lleven, pues hasta los tienen escondidos tras una puerta tapiada o en algún otro lugar secreto. Se dice que, con su milagroso báculo, Fray Jacobo logró hacer surgir agua de un lugar cercano a Tarecuato. En un patio del convento hay un naranjo que, se dice, creció del báculo de Fray Jacobo, como de la vara florida de Aarón. También hay una estatua reciente de Fray Jacobo y varias pinturas que lo representan. La Casa de la Cultura del pueblo lleva su nombre y todos lo consideran un santo, como se le consideraba ya en el siglo XVI. Hasta el día de hoy persiste la tradición de que cuando el obispo don Vasco llamaba a Pátzcuaro a Fray Jacobo, éste alcanzaba a regresar a decir misa a Tarecuato y a otros pueblos remotos. Su presencia tranquilizante aún se sigue sintiendo hoy en día. Hace poco –me cuenta mi comadre la antropóloga Aída Castilleja González–, el pueblo se enfrascó en una discusión aparentemente sin salida sobre si convenía poner cemento o empedrado en el atrio del convento. Intervino finalmente
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un vecino, que logró apaciguar los ánimos, y todos regresaron a sus casas con la resolución de que era mejor empedrar. Pero cuando trataron de acordarse cuál de los vecinos había tenido el don de traer la paz, nadie lo logró identificar, y pensaron que quien entonces habló fue el propio Fray Jacobo. Y sí, el vicario del pueblo cuenta cómo dentro del convento se deja de sentir el paso del tiempo, que parece detenerse. En esta unidad de pasado y presente persisten los ideales que no dejó de perseguir Fray Jacobo Daciano en Michoacán y todo México.
La visita Quisiera contar ahora, a petición de mi amiga la maestra Alicia Mateo, del Grupo Kw’anískuyarhani de Estudiosos del Pueblo Purépecha, cómo fue mi encuentro con Fray Jacobo Daciano el viernes 22 de febrero de 2008, cuando hizo una Visita de Estado Su Majestad Margarita II, reina de Dinamarca, acompañada por Su Excelencia el príncipe consorte, Henrik, y se planeó visitar, junto con el presidente Felipe Calderón y Margarita Zavala, el estado de Michoacán (estado natal del presidente), y particularmente Tarecuato y Tzintzuntzan, en donde el danés Fray Jacobo Daciano realizó una obra de evangelización trascendente. Mi querido amigo el historiador Fausto Zerón Medina tuvo el muy amable gesto de invitarme a acompañar al príncipe consorte durante la visita, hacerle explicaciones en francés y escribir un breve resumen sobre la obra michoacana de Fray Jacobo Daciano. También le di un ejemplar de la edición facsimilar de Condumex del Vocabulario en lengua de Mechuacan, 1559, de fray Maturino Gilberti, amigo de Jacobo Daciano, como regalo a la reina. Me tocó viajar en uno de los helicópteros presidenciales hasta el remoto pueblo michoacano de Tarecuato. Además de los mencionados, venía Alfonso de María y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y no recuerdo quién más, y varios miembros del Estado Mayor Presidencial, que tenía planeada la visita al minuto. En el helicóptero los funcionarios importantes traían audífonos que anulaban el
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ruido ensordecedor de los motores y las hélices y les permitían hablar entre sí. Lo mejor y más emocionante para mí, como historiador de Michoacán, fue la vista del territorio a baja distancia. En Tarecuato tuvo lugar un acto importante, con las autoridades del pueblo, para rememorar al danés Fray Jacobo Daciano que allí se venera. El riguroso estudio documental del historiador danés Jørgen Nybo Rasmussen había dejado bien establecido que, en efecto, Fray Jacobo era hijo menor del rey Hans de Dinamarca, quien tuvo que exiliarse debido a que su catolicismo chocó con el protestantismo del reino. Algo semejante a lo que había sucedido con Tomás Moro (1478-1535) en Inglaterra, decapitado por no aceptar el divorcio del rey Enrique VIII (1491-1547) y la formación de una iglesia anglicana separada de la católica. El distanciamiento religioso se mantuvo hasta fechas recientes, pues la corona no reconocía de manera oficial que Fray Jacobo Daciano formara parte de la familia real. Este reconocimiento se dio ese viernes 22 de febrero de 2008 en el pueblo michoacano de Tarecuato, donde por primera vez la reina y el historiador se saludaron y platicaron. Tuve la oportunidad de conversar un momento con el profesor Rasmussen sobre el significado del momento, y cuando me di cuenta, la comitiva presidencial me había dejado. Si no fuese por unas personas muy amables que me llevaron en su troca al terreno de la escuela, me hubieran dejado, corrí rumbo al helicóptero más cercano haciéndoles señas con los brazos, y al acercarme su turbina me quemó de refilón una línea a la izquierda de mi ya de por sí escaso pelo, y me dejaron subir, rumbo a Tzintzuntzan, en un helicóptero del Estado Mayor Presidencial, no muy comunicativos, mientras yo me tocaba y olía mi pelo recién chamuscado. En el monasterio franciscano de Tzintzuntzan, los curadores del INAH nos explicaron sobre las pinturas murales que tal vez representaban a Fray Jacobo Daciano que, en todo caso, pasó largas temporadas en el monasterio de Tzintzun tzan, el más importante de los franciscanos en Michoacán. Después comimos rico fuera del monasterio, nos despedimos de la Reina y el Príncipe que continuaron su viaje por Michoacán, y los demás regresamos en helicópteros a Morelia, donde tomamos el avión presidencial a la ciudad de México. En el trayecto pude ver que
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el presidente Calderón le dio una leída a mi breve resumen, base del presente artículo. Por cierto, el profesor Rasmussen no pertenecía a la comitiva presidencial y se quedó en el pueblo de Tarecuato cuando nosotros nos fuimos, con la posibilidad de comunicar con la presencia siempre viva del milagroso Fray Jacobo Daciano. Y, platicando sobre sus milagros, Alicia Mateo me comentó que tal vez el milagro que a mí me hizo Fray Jacobo Daciano fue el de salvarme de que la turbina del helicóptero no me pegara directamente en la cara y me hiciera mucho daño. Tiene razón. Aquí mucho le agradezco a Fray Jacobo Daciano el favor recibido, que es un signo que reconozco y sobre el cual medito. Le agradezco a Fausto Zerón Medina que me prestó (por cierto, todavía no se lo devuelvo) el impreso oficial con el Discurso de Su Majestad la Reina de Dinamarca en la Cena de Estado en el Castillo de Chapultepec ofrecida por el H. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y la Sra. Margarita Zavala en ocasión de la Visita de Estado a México de Su Majestad la Reina, y Su Alteza Real el Príncipe Consorte de Dinamarca, que incluye un reconocimiento pleno de la pertenencia de Fray Jacobo Daciano a la familia real danesa y de sus grandes méritos como evangelizador y humanista. Me permito transcribir los dos párrafos alusivos: Las relaciones entre México y Dinamarca se remontan a antes del periodo post-colonial Mexicano, cuando el fraile franciscano, Hermano Jacobo, o Fray Jacobo Daciano, como se le conoce, llegó a la Nueva España en el año 1542. Él era el hijo menor del Rey Hans de Dinamarca, uno de mis antepasados lejanos, y había entrado al servicio de Carlos V de España. Él vino en calidad de misionero, con la intención de salvar las almas de los pueblos indígenas, y pasó el resto de su larga vida aquí en México, muriendo a la edad de 85 años.
El bienestar del pueblo purépecha del estado de Michoacán fue su principal preocupación, región en la cual siguen en pie la iglesia y la escuela que éste construyó en Tarecuato, y dónde aún hasta hoy se honra su nombre. Fray Jacobo fue un gran hombre, que defendió la igualdad de derechos de los pueblos indígenas de México contra la persecución e intentos de los gobernantes españoles coloniales para clasificarlos formalmente como seres humanos inferiores.
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Debe, sin embargo, mencionarse que, en una entrevista posterior, aparecida el 21 de marzo de 2016 en el periódico Milenio, la reina Margarita expresó su gusto por México y recordó con agrado su Visita de Estado a México en febrero de 2008, y al pueblo de Tarecuato, pero ahora puso en duda la pertenencia de Fray Jacobo Daciano a la familia real: Visité México en 2008 con mi esposo (el príncipe consorte Henrik) y yo incluso estuve en su país antes de casarme, en 1966, cuando pude ver una gran parte de su territorio. En esta última ocasión, cuando estuve con mi esposo, pudimos conocer más del país y nos quedamos con una maravillosa impresión de México. Fuimos a dos lugares muy pequeños, ubicados en el estado natal del entonces presidente (Felipe Calderón) y fue muy motivador. En uno de ellos (Tarecuato), visitamos la iglesia del padre Jacobo Daciano, del siglo XVI, de quien no se puede asegurar del todo, pero muy probablemente fue el hijo menor del rey de Dinamarca. Visitamos la iglesia en la que trabajó con los indígenas durante la colonia, no creo que sea la misma, pues esto fue hace mucho tiempo, pero nos dejó una impresión inolvidable pues conocimos a muchas personas y la atmósfera fue encantadora, con gente muy amable.
Miembro de la familia real o no, ojalá Fray Jacobo Daciano pueda seguir siendo un punto de unión de daneses y michoacanos, católicos y protestantes, de respeto a todos los hombres y a las formas de vida comunitarias.
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Escultura de Fray Jacobo afuera del templo y antiguo convento de Santa Ana en Zacapu, México Foto: NS777 Wikimedia Commons
La lucha de Fray Jacobo por un clero indígena* Alberto Carrillo Cázares † El Colegio de Michoacán
A
nte el extraordinario desarrollo de la conquista espiritual del Nuevo Mundo, era evidente que se requerían cada vez más ministros y pastores para atender las necesidades religiosas en las nuevas tierras y colaborar en la
tarea evangelizadora de los indígenas. Una solución interesante y polémica fue propuesta por Fray Jacobo Daciano (c. 1484-1566), quien había llegado a tierras michoacanas como evangelizador franciscano y había fungido como guardián de los conventos de Pátzcuaro y Tzintzuntzan. Su propuesta consistía en que se comenzara la pronta y eficaz formación de un clero indígena. En aquel entonces y hasta entrado el siglo XX, como recuerda Martínez Baracs en este mismo volumen, a los indígenas, con excepción del bautismo, se les negaba la recepción de los demás sacramentos, especialmente el sacerdocio, por razones no sólo raciales sino también políticas. Como es evidente para el momento histórico en que esto sucedió, la propuesta encontró una fuerte e invencible oposición, principalmente por parte de miembros encumbrados de su misma orden. Sin embargo, la necesidad de contar con un número mayor de sacerdotes hizo que incluso el primer obispo de México, fray Juan de Zumárraga, se ofreciera a pagar el pasaje de España a México de los ministros religiosos que tanto se ne-
* Este texto tiene como base el artículo “La utopía de fray Jacobo el Danés y su lucha por un clero indígena” publicado originalmente en la revista Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, 130, 2012, pp. 189-216.
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Capilla abierta Ex convento de Santa Ana, Tzintzuntzan, Michoacán
Placa conmemorativa de la
Foto: Lorena Ojeda
primera misa celebrada en Michoacán Ex convento de Santa Ana, Tzintzuntzan, Michoacán
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cesitaban, a pesar de saber que muchos de éstos podrían no contar con la preparación suficiente y estar movidos por intereses personales, más que por una vocación religiosa auténtica. Tal fue así que el primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza, comentaría a su sucesor don Luis de Velasco: “Los clérigos que vienen a estas partes son ruines y todos se fundan en interés y si no fuese por lo que S.M. tiene mandado y por el bautizar, por lo demás estarían mejor los indios sin ellos. Esto es en general, porque en particular algunos buenos clérigos hay” (Instrucciones, 1991, p. 99). Otra medida que se implementó era ir directamente a España a buscar a los clérigos buenos que desearan trasladarse a ejercer su ministerio en las nuevas tierras y que aceptaran hacerlo aún a sabiendas de que las prebendas que se podían ofrecer eran limitadas. Esto fue lo que hizo Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, quien estuvo casi siete años en España (Carrillo, 2012, p. 192). La solución más eficiente para resolver el problema planteado residía no en importar, sino en poder formar a sus propios sacerdotes y ministros de origen criollo. Esta fórmula fue puesta en práctica desde el inicio de la colonización cuando las órdenes religiosas fundaron sus Estudios Mayores y noviciados en las provincias, o cuando el obispo Zumárraga fundó la Real Universidad en México y Vasco de Quiroga al Real Colegio de San Nicolás en Michoacán. El objetivo fundamental de estas instituciones promovidas y fundadas por la iglesia era precisamente la formación adecuada de los ministros de dicha institución a imagen y semejanza de las nobles universidades del Viejo Mundo. Todo esto apuntaba a la formación de un clero nativo, en el sentido de un clero local no importado de fuera en la iglesia primitiva indiana. Sin embargo, los candidatos a incorporarse a dicho clero local deberían buscarse entre los hijos de los españoles, preferentemente si eran pobres. De hecho, el mismo Vasco de Quiroga asentó que sus colegiales deberían ser “puros españoles” (Carrillo, 2012, p. 195). La cuestión de la admisión a órdenes sacros de colegiales indios no se planteaba; no se excluían indios puros, pero tampoco se les incluía. El mismo virrey don Antonio de Mendoza asentaba que los estudiantes indios, aun cuando fueran letrados y virtuosos, no deberían ser admitidos al sacerdocio, “por-
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que este privilegio se debía reservar para cuando esta nación llegara a un nivel de civilidad semejante a la española” (Carrillo, 2012, p. 195). En esa etapa de la evangelización del país se llegó a pensar en la formación de una élite indígena paralela a la nobleza india, que se pudiera educar en el nivel de los estudios de las universidades y colegios de España. Este proyecto se concretó en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco cuya finalidad era educar colegiales indios, el cual tendría una tan efímera como gloriosa existencia. “El Imperial Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco (1533, 1536-1576) fue el más avanzado y noble proyecto de formación de jóvenes indígenas de la nobleza mexicana encaminada a la preparación de estudiantes que pudieran un día llegar a la ordenación sacerdotal. Fundado el 6 de enero de 1536, fue un proyecto franciscano propuesto por el obispo fray Juan de Zumárraga, apoyado por el presidente de la Audiencia don Sebastián Ramírez de Fuenleal, por el recién llegado primer virrey don Antonio de Mendoza, y realizado con generosidad por lo más granado de los letrados de la orden seráfica. El Colegio acogió en sus comienzos a unos sesenta alumnos, escogidos entre los hijos de los señores y principales de los mayores pueblos y provincias de la Nueva España, trayendo allí dos o tres de cada cabecera o pueblos principales, a fin de que se extendiera a todos el beneficio del estudio. Al estilo hispano, los colegiales portaban las insignias de colegial, hopa o sotana con beca, y observaban un horario conventual que incluía el rezo de las horas de nuestra Señora, la misa mañanera, la comida en el refectorio y el reposo en dormitorio común, bajo la custodia de un celador. Los colegiales estudiaban lectura, escritura y música, y eran enseñados en la lengua latina, hasta hablarla y escribirla según las reglas de la retórica, estudiaban lógica, filosofía y aun medicina indígena” (Carrillo, 2012, p. 197). Los resultados del Colegio fueron óptimos, egresando de sus aulas excelentes latinos, catedráticos de indios y de frailes, oficiales de república, traductores de los libros de doctrina y ayudantes de los mismos impresores, auxiliares de los ministros en examen de los matrimonios y administración de los otros sacramentos. Muchos eran elegidos como jueces y gobernadores en las comunidades indígenas.
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Pasillo interior en el Ex convento de Santa Ana, Tzintzuntzan, Michoacán Foto: Lorena Ojeda
A pesar de los logros del Colegio, éste decayó al cambiar los tiempos y con el arribo de nuevos gobernantes, a quienes les comenzó a parecer “mal empleado todo el bien que se les hace a los indios y por tiempo perdido el que con ellos se gasta” (Mendieta, 1973, pp. 41 y 42). Por lo anterior, hacia 1576 se desvanecía la esperanza y el esfuerzo de la iglesia indiana, que podría haber fructificado en la formación de un clero indígena entregado y competente.
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Cada vez más la posibilidad de formar un clero indígena se iba tornando más remota. El nuevo arzobispo de México, fray Alonso de Montúfar y muchas otras autoridades novohispanas, se opusieron a la posibilidad de ver a indios convertidos en frailes o eclesiásticos con saber y poder espiritual. Los argumentos que esgrimían eran tan extremos como “la supuesta incapacidad de los indígenas para asumir autoridad, diciendo ‘no son para mandar sino para obedecer’, la desventaja de ser nuevos en la fe, y por tanto inmaduros para perseverar, y sobre todo la general inclinación de la gente indígena a la embriaguez” (Carrillo, 2012, p. 199). Pero más allá de las razones teológicas o las supuestas inconveniencias morales, se escondía una intención de carácter político con el fin de mantener todo el poder en manos de los españoles. En este escenario, Fray Jacobo Daciano fue el único fraile que se atrevió a denunciar el equívoco de la iglesia al negar los sacramentos -salvo el bautismo- a los indígenas. Jacobo de Dacia llegó a Michoacán en 1542, y a pesar de la prohibición sancionada por el Concilio de Lima y mantenida por la generalidad del clero indiano, fue el primero en su orden en admitir a la comunión a los indígenas, a quienes se les negaba debido a que se les consideraba muy tiernos en la fe y no probados en virtud. Era miembro de la familia real reinante en Dinamarca-Suecia-Noruega, hermano menor del rey Christian II, quien se había convertido al protestantismo. Jacobo de Dacia prefirió el destierro, refugiándose en Mecklenburgo, Alemania, junto con sus frailes, para luego partir hacia España con destino a un Nuevo Mundo. El emperador Carlos V tuvo a bien proporcionarle cartas de recomendación para el virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza. De esta manera, zarpó de Sevilla con destino a Veracruz, desde donde continúo hacia la ciudad de México. Ahí estuvo un tiempo en el Colegio de Santa Cruz de Santiago Tlatelolco, donde aprendió náhuatl, y posteriormente partió hacia Michoacán, a donde fue destinado. En tierras michoacanas se distinguió por ejercer un ministerio admirable en el corazón del reino tarasco desde el convento franciscano de Pátzcuaro, cabeza de la diócesis recién instaurada en 1538 por Vasco de Quiroga. Fray Jacobo era un docto
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Detalle del incensario con imagen de Fray Jacobo Museo del Ex convento de Santa Ana, Tzintzuntzan, Michoacán Foto: Lorena Ojeda
Vista completa del incensario
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que poseía un profundo conocimiento de la teología y las sagradas escrituras, además dominaba el griego, el hebreo, el latín y pronto se convirtió en un experto en el tarasco o purépecha, la lengua de Michoacán. Por su dominio de esta lengua, unos años después, el arzobispo de México le solicitaría que llevara a cabo la revisión y aprobación de las obras del fraile Maturino Gilberti. Las extraordinarias obras de este fraile franciscano, así como su identidad, han sido rescatadas por las exhaustivas investigaciones del historiador danés Jørgen Nybo Rasmussen. De toda la magnífica obra de Daciano, quizá lo más importante haya sido su lucha por hacer conscientes a los ministros de la iglesia de la equivocación en la que incurrían al negar a los bautizados los demás sacramentos, así como a denunciar la negativa de la ordenación sacerdotal a los indígenas.
La teología de Fray Jacobo El argumento central en la teología de Fray Jacobo sostenía que “la administración de los sacramentos era el sustento de la vida de la Iglesia y que concedido el bautismo a los creyentes, su misma salud espiritual requería ser sustentada por la donación de los demás sacramentos sin distinción de raza” (Carrillo, 2012, p. 202). Con sólidos argumentos el teólogo danés escribió un libro tremendamente polémico por lo revolucionario de sus planteamientos, comenzando con su título mismo: Declamación del Pueblo Bárbaro de los Indios que habiendo recibido el Bautismo desean recibir los demás Sacramentos (Beristáin, 1981, t. I, pp. 420 y 421). En esta obra Fray Jacobo se atrevía a advertir que la iglesia mexicana no se había fundando en el Espíritu Santo puesto que no tenía suficientes ministros y tampoco proporcionaba los sacramentos necesarios para la salvación de la gente. Denunciaba también que la comunión se negaba a los indígenas por lo general y aún a los españoles se les administraba muy poco. Tanto los cronistas franciscanos como los testimonios de los indígenas de Pátzcuaro mencionan y reconocen que Fray Jacobo Daciano fue el primero en admitir a los indios a la sagrada comunión (Mendieta, 1973, p.
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Escultura de Vasco de Quiroga, atrio del Ex convento de Tzintzuntzan, Michoacán Foto: Lorena Ojeda
19). Pero no sólo eso, sino que insistía en la total administración de los sacramentos a los indígenas, tal como señaló Beristáin “sobre cada uno de los Sacramentos pone el Padre Daciano sus reparos” (Beristáin, 1981, t. I, p. 420). Muchos religiosos debatían sobre la administración del matrimonio eclesiástico y dudaban sobre la idoneidad de casar sacramentalmente a los indígenas o si era mejor dejarlos sin el sacramento con el riesgo de que se originaran matrimonios clandestinos. Se sabe que además del libro señalado anteriormente, Fray Jacobo escribió al menos otro libro, según señala el bibliógrafo José Mariano Beristáin. El segundo de ellos estaba escrito en latín, por lo que es de suponerse que estaba destinado a los miembros de la orden franciscana y otros clérigos. En esa obra presentaba sus cuestionamientos sobre la manera en la que se estaba llevando a cabo la administración de los sacramentos en la iglesia indiana. Principalmente denunciaba que ni la corona ni la iglesia estaban considerando el grave asunto de la falta de obispos y prelados para administrar los sacramentos a los recién convertidos, especial-
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Mural en el Ex convento de Tzintzuntzan, México Foto: Lorena Ojeda
mente la confirmación, pero también el bautismo presentaba ciertos conflictos. Por ejemplo, en Pátzcuaro el clérigo Diego Pérez Gordillo, quien era la mano derecha del obispo Vasco de Quiroga, destruyó la pila bautismal del convento franciscano en dicha ciudad, lo cual pone de manifiesto el conflicto entre el clero regular y el diocesano. Sobre el sacramento de la confesión, fray Diego Muñoz señalaba que Daciano en efecto administraba el sacramento a muchos españoles (Muñoz, 1922, p. 397). Por otro lado, la comunión se daba poco a los españoles y se les negaba a los indígenas, hasta que Fray Jacobo comenzó a dárselas: “Todos los cronistas franciscanos y los testimonios de los indígenas de Pátzcuaro son concordes en reconocer que fue Fray Jacobo Daciano el primero en admitir a los indios a la sagrada comunión” (Carrillo, 2012, p. 204). “Fue el primero -escribe Mendieta- que administró a los tarascos en santísimo sacramento de la eucaristía” (Mendieta, 1973, p. 19). Con respecto a la extremaunción, Fray Jacobo señalaba que aunque había el mandato
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de que no se les administrara a los indígenas, ellos habían recibido la facultad de administrarla por parte del padre Martín de Valencia. El matrimonio estaba lleno de dificultades puesto que era sumamente difícil lograr que la administración del obispo Quiroga aceptara absolver a los indígenas de los numerosos impedimentos para contraer matrimonio, por lo mismo era casi imposible que los indígenas accedieran al matrimonio, si no era gracias a los religiosos de órdenes regulares que accedían a dispensar impedimentos y casar a los indígenas que lo solicitaban, apelando a sus privilegios papales. Pero más allá de lo que se ha comentado, la razón de la verdadera polémica tuvo que ver con la tesis de la ordenación sacerdotal de un clero indígena que propuso Daciano: “que a los indios se debían dar órdenes sacros y hacerlos ministros de la iglesia” (Mendieta, 1973, p. 61). Para Fray Jacobo “Ahí estaba la verdadera raíz del mal, la causa de que la administración de los demás sacramentos como él mismo ya lo había señalado– se hubiera descuidado tan lamentablemente” (Rasmussen, 1992, p. 89). Teológicamente, como señala Rasmussen, Daciano consideraba que una vida sacramental completa era la base indispensable para que los naturales hechos ya cristianos llegaran a la madurez cristiana que sus mismos críticos reclamaban de ellos (Carrillo, 2012, p. 205). Fray Jacobo menciona una serie de argumentos en su tesis, comenzando por el ejemplo de la iglesia primitiva, fundada en el Espíritu Santo con suficiencia de ministros para dar los sacramentos necesarios para la salvación; otro argumento era la vocación ministerial de los indígenas, de entre los cuales había muy buenos cristianos, que habían renunciado al mundo y tenían deseos de servir a Dios; continuaba señalando la conveniencia de predicar al pueblo indígena la fe en su propia lengua y atender a una mejor aceptación del evangelio por parte de quienes formaban parte del pueblo mismo; entre otros (Carrillo, 2012, pp. 209 y 2019). Como es de esperarse, la lectura de dicho libro manuscrito, cimbró al medio eclesiástico novohispano, sobretodo porque era un hecho la escasez de sacerdotes en parte porque no se aceptaba la ordenación de los indígenas y porque los Concilios de México y Lima habían prohibido la posibilidad de dicha ordenación,
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apoyados por el derecho canónigo, con lo cual se justificaba la desigualdad de las razas. Además, el también franciscano Juan de Gaona, ex provincial de México y quien había sido maestro del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco y amigo de Jacobo, siendo el más connotado de los teólogos anti indigenistas, lanzó su impugnación a las tesis de Daciano en su réplica titulada Antidota quarumdum propositionum cuinsdam famigeratissima Theologi, Contraveneno para algunas proposiciones de cierto teólogo que se tiene por muy famoso (Beristáin, 1981, t. II, p. 19). Este enfrentamiento consiste sin duda uno de los debates teológicos más dramáticos y acallados de la historia de la iglesia en México. Muy probablemente el proceso tuvo lugar en la ciudad de México el 1º de mayo de 1553, según la fecha consignada en la Apología de Gaona. En ella, fundamentalmente, Gaona argumenta contra Fray Jacobo en cuanto a la fundación de la iglesia indiana efectivamente en el Espíritu Santo; por lo que respecta a la vocación ministerial de los indígenas, Gaona señalaba que por determinación del Papa no debían aceptarse como ministros de la religión a los descendientes hasta en cuarto grado de cualesquiera infieles; añadía, además, que los indígenas corrían el peligro de reincidir en sus antiguas prácticas, ritos y ceremonias de su “gentilidad”; mencionaba igualmente la incapacidad de los indígenas para el mando (“no son buenos para mandar ni para regir, sino para ser mandados y regidos en estos tiempos de su cristianismo”), el peligro de engreimiento en la dignidad (“no son para maestros, sino para discípulos, ni para prelados sino para súbditos”), así como el ser viciosos (“y la razón que hace más fuerza es que son sujetos a la embriaguez y dados al vino, y por eso no deben ser religiosos”) (Carrillo, 2012, pp. 210 y 211). Por supuesto, Jacobo contrarreplicó, arguyendo que los indígenas no se emborrachaban anteriormente y que incluso en esos tiempos había quienes no lo hacían y ni bebían siquiera; señaló también que había casos en Castilla donde un par de “naturales” habían sido admitidos a órdenes religiosas siguiendo una vida monástica ejemplar. Fray Jacobo se ofrecía a encargarse él personalmente de la formación de indígenas “idóneos y suficientes para el ministerio sacerdotal” ante
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Interior del Ex convento de Santa Anna y spolia en su construcción con petroglifos de las yácatas de Tzintzuntzan, México Foto: Lorena Ojeda
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Cruz atrial en Tzintzuntan, México Foto: Lorena Ojeda
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el comentario de Gaona de que “para dar el hábito o ser sacerdote no se ha de estar haciendo prueba en muchos para acertar en uno” (Carrillo, 2012, p. 212). Como se sabe, el desenlace de este debate fue una derrota para Fray Jacobo quien, profundamente dolido, prefirió acatar el dictamen del juez competente, firmar su retractación y aceptar la penitencia que se le impuso. ¿Por qué aceptó la derrota Daciano? Rasmussen ha argumentado lo siguiente: “No se puede pensar que Fray Jacobo haya firmado su retractación por haber quedado convencido con la argumentación de Juan de Gaona. Se sometió, ciertamente, pero al dictamen del juez competente, esto es, al que había pronunciado el representante de la Provincia de su Orden, reunida en legítimo capítulo. [...] Tal como conocemos hoy día la situación no queda ya oscuro porqué Jacobo aceptó la derrota, firmó la retractación, y al menos por entonces, dejó de luchar. Se reintegró [...] a su actividad misionera en Michoacán, donde no capituló de ninguna manera; sino que quizá esperaba aún circunstancias mejores para retomar la causa” (Rasmussen, 1992, pp. 94 y 95).
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De cómo un príncipe danés se convirtió en santo purépecha Lorena Ojeda Dávila Facultad de Historia Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Iris Calderón Téllez Instituto de Investigaciones Históricas Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
En este texto recuperamos los imaginarios sobre Fray Jacobo Daciano que existen en la actualidad en el pueblo de Tarecuato, en la región purépecha del estado de Michoacán, México. Los testimonios se obtuvieron a través de entrevistas llevadas a cabo en dicha comunidad a personas de distintas edades, ocupaciones, experiencia educativa y roles dentro de la comunidad durante el año 2019. Todas las opiniones y los puntos de vista que se expresan en estas páginas corresponden a lo que la gente de Tarecuato concibe, cree, ha escuchado o aprendió de sus mayores. La narrativa que empleamos respeta en su totalidad la manera de expresarse de las personas que amablemente accedieron a brindar información para este trabajo e intenta hacer una construcción discursiva a partir de los imaginarios y las memorias locales. Para contribuir a la fluidez de la narración, después de los testimonios textuales incluimos el número de entrevista y las iniciales de las personas correspondientes, entre paréntesis. Sus nombres completos y otra información personal relevante se encuentran en la sección Fuentes de información. Un agradecimiento especial para todas y cada una de las personas que nos brindaron su tiempo y compartieron su conocimiento y sus creencias con nosotras, especialmente a María de Jesús Pablo Toribio (Mari Chuy), quien fue nuestra puerta de entrada a la comunidad. ¡Diosï meiamu!
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¿Quién fue Fray Jacobo y cómo llegó a Tarecuato? Hace muchos años, debió ser como en 1543, pero quizá fue en 1540 o por ahí, o hasta antes, en 1525, llegó a estas tierras un fraile franciscano desde Dinamarca (¡sabe dónde será!). Todo eso “está escrito allá en el cuadro grande” (E 2, CZ). “Él llegó aproximadamente como en mil quinientos cuarenta y tantos, hay muchos que dicen que en 1534, muchos que en mil quinientos cincuenta y tantos, un aproximado es como en 1540” (E 10, VM). “Se que llegó como parte de las misiones conventuales. Las misiones conventuales se daban en España dentro de la evangelización. En Michoacán llegaron y su primera base fue Tzintzuntzan, donde se abrió el primer convento. Lo que hacían las misiones conventuales era guiarlos [a la gente] dentro de la urbanización para la evangelización… consistía en bautizarlos, en dar conocimiento evangélico, dando conocimiento también en talleres, dando oficios…” (E 11, IS). Dicen que Fray Jacobo era hijo de reyes, que le tocaba la corona danesa y no la quiso: “Él no quiso agarrar el reinado” (E 1, FG), que prefirió seguir su misión de llevar la palabra de Dios al Nuevo Mundo. Según se cuenta, era el candidato ideal para ser rey, pero él prefirió dedicarse a la evangelización de la Nueva España: “Él fue un fraile que dejó la corona por venir a evangelizar” (E 19, MJP). Otros dicen que venía de España, pero que era de la realeza, que era hijo de un rey: “Fue un religioso franciscano que vino de España, de la realeza y él se consagró al servicio…” (E 12, RG). “Sobre él, yo lo que he escuchado… fue uno de los que llegaron aquí de España, hijo de un rey, se dice que renunció a todas sus riquezas…” (E 17, VF). Unos pocos señalan que llegó desde Dacia, pero nadie sabe a ciencia cierta dónde queda.1 “Yo nomás se que él vino de Dacia y que era el hijo de reyes y que le huyó pues al reinado y que se quedó pues aquí…” (E 5, AG). Pero su origen real no es tan relevante como su fe y su labor misionera. Lo que realmente es importante es que él fue a ver al emperador Carlos V2 y le pidió mandarlo a estas tie1 Corresponde a la provincia franciscana de Dacia, en Dinamarca. No confundir con la provincia romana de Dacia, en la actual Rumania. 2 Carlos V era hermano de Isabel de Austria, quien fuera esposa del rey Christian II de Dinamarca y, según diversas interpretaciones, hermano de Fray Jacobo.
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Templo de San Francisco en Tarecuato, Michoacán, México Foto: Jaime Cristóbal López
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rras para evangelizar: “De las tierras que él venía, de otro país, la gente era protestante, eran luteranos y la gente ya no era católica. Por esa situación, él se quedó en el convento de allá de su tierra, se quedó solo… la situación que se había dado era como una guerra. Después se fue a Roma, pero antes pasó con Carlos V, por eso él comentó que iba a venir a la Nueva España (en ese entonces), ‘Yo quiero llegar allá’ y por eso fue a hacer la petición de que le dieran permiso. Y llegó, pero dicen que él nos quería a nosotros, que quería a los indígenas. Primero llegó a Tzintzuntzan y de allí llegó aquí [a Tarecuato]” (E 1, FG). Y entonces el rey Carlos V lo recomendó con el virrey Antonio de Mendoza y lo mandó para América. Llegó a Quiroga, a Pátzcuaro y a Zacapu, pero como era demasiado inteligente lo mandaron más lejos, hasta Tarecuato: “Hay otra controversia de la que mucha gente no sabe, como él era un fraile muy inteligente, tenía muchos conocimientos. Entonces él llegó directamente a Quiroga, donde estaba la diócesis y en Pátzcuaro descubrieron su inteligencia y entonces lo mandaron a un lugar más alejado para que no pudiera tener acceso a muchas cosas y por eso lo mandaron para acá” (E 10, VM). Llegó ya bien grande de edad: “Dicen que cuando llegó aquí ya tenía 59 años y a pesar de esa edad trabajó mucho y basándose en lo bíblico” (E 21, HG). “Antes de él ya habían llegado más frailes, Fray Jacobo es de la cuarta generación porque antes de él ya estaban frailes como fray Juan de San Miguel, fray Isidro de Alonso y del otro no me acuerdo…” (E 1, FG). Otras personas piensan que llegó muy joven a Michoacán: “Él vino con los misioneros y era muy chico cuando vino y se quedó aquí, que la gente no lo quería, los indígenas les tenían miedo a los que llegaban pues… y él trató muy bien a la gente de aquí que ya al último lo querían y él se iba a quedar con ellos porque vivían en el cerro; así como dormían ellos, él así también se dormía, comía o que ellos comían y así fue como se los ganó. Fue muy humilde…” (E 18, MA). De él nos contaban desde hace mucho: “Venían los purépechas más antes de la sierra y allí nos juntábamos las personas, en el curato, allí comíamos y dormíamos y todo y ellos… nos platicaban de todo esto. Venía un padre que se llamaba
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Agustín y venían dos padres, y así nos decían ‘Ustedes tienen una reliquia muy grande porque Fray Jacobo vino a evangelizar al pueblo” (E 18, MA). Fray Jacobo no fundó Tarecuato, aunque hay quienes dicen que sí, sin embargo, la mayoría de la gente considera que más bien lo refundó. Él hizo que la gente que vivía dispersa bajara del cerro. Trazó un nuevo pueblo, lo dividió en los cuatro barrios principales: San Pedro, San Juan, Santo Santiago y San Miguel,3 y cada barrio tiene su propia capillita y su santo; ya después se formaron otros barrios, pero así empezó él a organizar a la comunidad (E 2, CZ). “Digamos que él fue quien de alguna manera urbanizó a la comunidad: Cuando llegó a Tarecuato dividió el asentamiento humano por barrios y en cada barrio aplicó [fundó] una capilla por medio de un santo católico” (E 11, ES). Primero convenció a la gente de que se uniera porque más antes era un peleadero, así que él los enseñó a trabajar juntos y, en realidad, trajo la paz. Enseñó oficios artesanales a la gente: a hacer sombreros, gabanes, bordados y manualidades, pero incluso algunas personas señalan que les enseñó cómo hacer el atole y otros alimentos. También se dice que se le debe a él el origen de la vestimenta tradicional de las mujeres en este pueblo y muchas de las danzas: “Fue de gran ayuda en el sentido cultural” (E 9, BVM); “Cuando él llegó aquí ya existían las danzas prehispánicas y entonces, lo que él hizo fue meter lo religioso con las danzas prehispánicas para que nos evangelizaran; no hizo todas las danzas, nomás que las acomodó…” (E 10, VM). Enseñó a la comunidad cómo organizarse y formó el Cabildo tradicional: “Como nosotros, la comunidad de Tarecuato, estaba aislada en diferentes puntos estratégicos de aquí de la comunidad, este… en cada lugar donde estaba establecida la gente había un ojo de agua, está la Tsïntsïmakata (como le decimos nosotros) del lado de San Pedro, está el barrio de San Juan [el ojo de agua Tarhiatiru], está Itsï uera acá en el barrio Santiago y está la Guayabita o el ojo de agua donde está el Sudario.4 Entonces la gente vivía en aquellas partes. Él trató de reunir a la gente, 3 Tarecuato tiene otros tres barrios chicos: Barrio de la Salud, República de Arriba y República de Abajo. 4 El ojo de agua en el Barrio de San Miguel es conocido como el Sudario pero también es llamado Jarhachukata en lengua purépecha. Ése es de agua bendita, según la gente de la comunidad. Es ahí donde se cuenta que Fray Jacobo se sentó a descansar y frotó su bastón sobre una piedra de donde comenzó a brotar el agua.
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Cruz atrial en Tarecuato Foto: Juan José Estrada Serafín
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empezó a formar danzas tradicionales y les empezó a asignar una imagen, este, en este caso el día de Santo Santiago, la Danza de los Moros; el día de San Pedro, la Danza del Monarca… entonces así de esa manera empezó a evangelizar en nuestra propia cultura. Ese es uno de los puntos que él asumió que pues le sirvió para evangelizarnos a nosotros” (E 9, AJM). Para casi toda la gente, lo más importante que Fray Jacobo hizo fue que trajo la fe, daba catecismo y bautizó a la gente. “Él andaba por todos lados, aquí por los alrededores en Patamban, Charapan, Peribán, a Cherán también llegó… fue hasta Cotija, Colima y Jiquilpan, pero Tarecuato era el centro de evangelización, por eso todos los frailes llegaban aquí al convento a descansar y seguían su camino” (E 1, FG). “Él fue un fraile que vino aquí a traer fe a la gente… no sabían nada, ni hablaban español, tenían miedo de todo, entonces él vino y bautizó y trajo la fe aquí a Tarecuato y empezó a unir a la gente…” (E 2, CZ). Además, para muchos habitantes de Tarecuato Fray Jacobo fue quien les enseñó danzas tradicionales y asignó santos a cada barrio para evangelizar, organizó las fiestas de los santos, siendo la más importante en la comunidad la del Corpus Christi que se organiza por oficios: “Formó gremios, los que trabajan en sembrar, los yunteros, las panaderas…” (E 2, CZ); Fray Jacobo unió a la gente por medio de eventos, como esa fiesta: “Gracias a este evento y a lo que significa el Corpus, mucha gente convive… gente viene de fuera y es un convivio familiar, que es una parte importante para nosotros” (E 10, VM). Fray Jacobo evangelizaba por medio de Pastorelas5 y a través de las mismas tradiciones del pueblo. Fray Jacobo rescató y fortaleció a la cultura y peleó por los derechos de los indígenas, o indios, como les decían entonces. En realidad, él reconoció sus derechos: “Le gustaba defender, digamos en ese entonces a los indígenas o los indios. Él defendió mucho eso, estuvo a favor de esas personas que ya eran originarias de estas tierras, yo diría que fue lo mejor que pudo haber hecho…” (E 9, JJA). “En un libro que leí de aquí, de unas personas de aquí que lo elaboraron, bueno es un folleto, 5 Las Pastorelas, junto con la Judea o las representaciones de la Pasión de Cristo, fueron unos de los mecanismos más eficaces de conversión y evangelización, puesto que a través de representaciones teatrales se buscaba enseñar a los habitantes originarios la doctrina católica. En muchos pueblos indígenas en México se continúan realizando a fines de año y durante Semana Santa, respectivamente.
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Portal del templo de San Francisco en Tarecuato Foto: Juan José Estrada Serafín
decía que Fray Jacobo vino y los fue como humanizando… como dijo una persona ‘Nos enseñó a levantarnos del piso’ porque hacían todo en el piso, entonces las personas del pueblo han ido progresando a nivel espiritual y también humano porque se les reconoció sus derechos…” (E 12, RG). Y más que eso, Fray Jacobo quería que hubiera sacerdotes indígenas y luchó por eso: “Cuando él llegó empezó a darnos clases, estudios de todo, él quería que hubiera sacerdotes indígenas…” (E 20, JP). Aprendió el idioma purépecha o tarasco, para poderse comunicar con la gente; antes había aprendido náhuatl. También nos puso los apellidos: “Ella [su abuela] decía ‘es que Fray Jacobo cuando juntó a la gente no sabía cómo poner los apellidos, entonces por eso nosotros tenemos los apellidos de los santos” (E 20, JP). Sin embargo, en el pueblo no se sabe mucho de su historia, hay un gran desconocimiento. Lo que se conoce es en su mayoría por la tradición oral, porque se escuchaba a los mayores o porque algunos sacerdotes nos han contado: “Dicen que
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hay un libro que narra las cosas que él hizo pero se desconoce quién sea el dueño de ese libro, pero que es de esta comunidad” (E 8, FL). En ese libro está toda su historia, pero no se sabe dónde está.
El todavía vive y anda… Los milagros de Fray Jacobo “Los naturales aquí en Tarecuato, ya sea científicamente o sea milagro, lo consideramos santo… nosotros lo queremos como santo aunque no esté canonizado” (E 11, IS); “Para nosotros es como un papá que está allí con nosotros… es un santo muy grande aunque la iglesia no lo ha hecho santo” (E 18, MA). “Le tengo fe porque ha hecho cosas buenas aquí… dicen que es bien milagroso” (E 16, SL). Dicen “pues que sus restos están enterrados debajo del templo, unos dicen que todavía no se muere, que anda abajo y que tiene un tesoro” (E 4, FD); “Pues dicen que andaba, no, que anda todavía, que es un santo milagroso, que aquí anda todavía, que no está muerto, que está vivo” (E 5, AG); “Dicen que le piden y que sí hace milagros pues y que sí anda aquí en Tarecuato” ((E 6, GC). “Nos han contado desde chiquitos que él está vivo y nos ha apoyado siempre” (E 8, MJV). Mucha gente en Tarecuato consideran que Fray Jacobo tenía el don de la bilocación, que hacía el milagro de estar en varios lugares a la misma vez. Él iba a celebrar misa a Colima, a Zacapu y a otros lugares al mismo tiempo que celebraba en Tarecuato. Muchos dicen que se iba por túneles subterráneos o por caminos debajo de la tierra, otros que nomás se metía a una cueva y salía en Colima y algunos más cuentan que se paraba en el cerro y desaparecía: “Yo me acuerdo que me decían que pronto estaba aquí y que de pronto ya estaba en otro lugar celebrando misa y que salía del cerrito y que iba derechito allí, que desaparecía o que a veces por este lado de Patamban celebraba misa…” (E 8, MJV). También supo cuando el emperador Carlos V se murió: “Él lo estaba viendo, por eso decimos que es un santo, porque podía estar presente al mismo tiempo en uno y otro lugar” (E 1, FG).
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“Hizo muchos milagros Fray Jacobo, dicen que allá [en el lugar conocido como] en la yácata, que habían juntado mucha piedra para hacer el templo allá, la yácata es allá llegando a San Pedro… que allá iba a ser el templo porque estaba cerquita el agua, que había un árbol que le decían t´arhe cuati grande grande y era pues cuati como gemelo pero era el mismo troncón y tenía sus ramas como si fueran dos por eso le decían cuati… Dicen que los palos no alcanzaban y él nomás estiraba y el palo alargaba [refiriéndose a las vigas del techo del templo]… por eso ese templo no está para decir que es una pared común y corriente como las casas: es ancho, todo el templo está muy ancho y dicen que tenía sus raíces, que la raíz pasaba en un puente y se partió y el padre dijo: ‘Móchenle allí’ y no sabía que era la raíz del templo, no tiene ni barilla ni nada está nomás así…’ ‘Él daba misas por subterráneos se metía allí y que celebraba misa en Colima, entonces son milagros que él hizo primero por subterráneos se iba, y que allí en las yácatas a los tres días aparecieron las vigas, eso fue un milagro…” (E 2, CZ); “Los otros milagros que se cuentan son sobre las vigas, como es un estilo etrusco traído de Italia, las vigas no daban el anchor [sic] para sostener la cubierta. Entonces alargó los troncos que sostiene, llamadas vulgarmente costillas que son vigas…” (E 11, IS). En Tarecuato existen diversos testimonios de sus milagros de sanación. Por ejemplo, se cuenta que sanó a un arquitecto de Uruapan: “Cuando el templo se estaba derrumbando como en los setenta, llegó un arquitecto de Uruapan y dijo que le dolía el pecho, que ya había ido con varios doctores y que le habían dicho que no se curaría y el padre Rubén le dijo: ‘Podrás curarte si tienes fe, y yo te daré un remedio. Te los vas a llevar, los vas a cocer y te lo comerás’… Quitó las hojas y las naranjas y se las dio. ‘Y los revolverás con canela y te lo tomarás como si tuvieras mucha sed’. Y después de un mes el arquitecto volvió para dar las gracias” (E 1, FG). También sanó a una señora que no podía caminar: “Venía una señora de Tocumbo en silla de ruedas, la gente hasta lloró de lo que ella platicó, [dijo] que se había accidentado en un aeropuerto… y se resbaló y se quebró toda y que ella estaba tirada y que le habló un señor, un señor grande vestido de café con negro y que le dijo ‘tú no te estás muriendo y no te vas a morir, levántate’ y que le ayudó a
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Interior del Templo de San Francisco en Tarecuato Foto: Juan José Estrada Serafín
levantarse y dijo ‘Quién iba a ser sino ese hombre porque le vi la cara igual a Fray Jacobo’. Y todavía viene cada año [la señora] pero ya camina” (E 18, MA). Una vez Fray Jacobo fue a visitar a una señora al hospital y la sanó: “Una vez estaba contando una señora que estaba internada en Morelia en el hospital y que él la fue a ver allá, que cuando entró el doctor a revisarla, que ya le había dicho que ya estaba bien y ya se regresó y que luego fue allí a la capillita y que allí reconoció que era él” (E 5, AG). “Yo supe que una vez un señor andaba muy enfermo, que le decían que esas hojitas del naranjo eran milagrosas, como era pues el bastón de Fray Jacobo, que le hicieran un tecito con esas hojas y dicen que el señor sí se había curado. No supe ni quién era ese señor, nomás me contaron también que sí, pues que es un santo que sí hace milagros, yo creo que pues que sí” (E 15, EG). Se cuenta también que se le apareció a un niño enfermo: “La señora [su mamá] no tenía dinero para llevar [al doctor] a su hijo que tenía calentura y él se le apareció al niño y él le dijo a su mamá que Fray Jacobo le había dicho que viniera aquí y que entonces
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Árbol de naranjo milagroso, según los devotos de Fray Jacobo Daciano Interior del Ex convento de Tarecuato, México Foto: Jaime Cristóbal López
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vino y que vio pues el cuadrito y que el niño le dijo: ‘Fue ese señor el que me dijo que viniera’ y que entonces la señora juntó y llevó las hojitas, que le hizo un te y que con eso se curó” (E 28, GG y VG). La gente cuenta que Fray Jacobo hizo muchos milagros con su bastón o báculo. Uno que casi todo el pueblo conoce es que Fray Jacobo plantó su bastón o bordón de mando afuera del templo y se metió a dar misa y que cuando salió ese palo se había convertido en un árbol de naranjo y ya había florecido. Sus frutos y sus hojas son muy milagrosos y curan toda clase de enfermedades. Hay muchos testimonios de eso. Dicen que lo plantó en el convento de Santa María de Jesús. “Dicen pues que él dijo que sí iba a seguir vivo aquí, que ese bordón iba a brotar, que iba a dar fruto y dicen que pues que es de allí donde nació el naranjo, que fue su bordón el árbol que está allí, dicen que está vivo, que anda aquí” (E 6, GC). Ese árbol de naranjo es muy milagroso, tiene como más de 450 años que lo plantó y sigue verde y floreciendo. Muchos dicen que va a estar ahí hasta que Fray Jacobo se muera de verdad: “Lo que me sorprende es que el naranjo, a pesar de tantos años, sigue dando frutos… Dice que ese es su bastón y ya la gente de aquí dice que va a estar hasta que Fray Jacobo muera” ((E 8, MJV). También se cuenta que él dijo que el árbol iba a retoñar si es que él había servido bien a Dios. Es muy importante saber que la gente no puede arrancar las naranjas ni las hojas, sino que se tienen que esperar a que éstas se caigan solitas y entonces se pueden recoger, si no, no curan. Con eso se prueba la paciencia y la fe de la gente: “Tienes que esperar que la naranja se caiga al suelo para que pruebes la paciencia dentro de tu fe” (E 11, IS). Con su bastón Fray Jacobo hizo que brotara agua en el ojo de agua conocido como el Sudario: “Cuentan nuestros antepasados que él se sentó a descansar en ese lugar y que con su bastón tocó las piedras, unas piedras que están acomodadas de cierta forma, y golpeó y empezó a salir el agua, entonces de allí bebió” (E 19, MJP). Esa agua es agua bendita y cura de muchas enfermedades, como las que trajeron los españoles: “También en el sudario decían que esa es agua bendita por él, porque no sé qué hizo para que brotara el agua… y cuando uno va creciendo ve
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Pintura de Fray Jacobo en el templo de San Francisco, Tarecuato, México Foto: Iris Calderón
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que es real, que no es un cuento, conforme va pasando el tiempo...” (E 8, MJV). “… en el Sudario, él tomaba agua de allí y en ese entonces estaban muy fuertes algunas enfermedades que habían sido traídas por los españoles o por los conquistadores, así que él otorgaba esa agua como para curarlos…” (E 9, JJA). Además, como en el pueblo no había agua, él hizo que la gente pudiera tener acceso a ella. Y no sólo cura con esa agua, sino con la fe que se tiene en su poder: “Hace poco nos contó una señora que va a vender hasta Pátzcuaro que una señora traía mucha agua del sudario y que ella le dijo ‘Me traes poquita, porque dicen que es muy remediosa’… La otra señora se subió al camión pero cuando se acordó y vio que se la había olvidado, compró agua normal y se la regaló…. “Pero la otra señora [la que había hecho el encargo] decía: ‘Esa agua sí que es milagrosa, sí me lo curó’, pero decía la [otra] señora ‘Es que yo con esa fe le pedí a Fray Jacobo que hiciera bien por ella”… (E 8, MJV). A Fray Jacobo se le pide de todo, por ejemplo, que nazcan bien los bebés: “Simplemente en la familia, una de mis hermanas estaba embarazada y él le adjudicó o le ofreció a Fray Jacobo y sí, gracias a Dios, el niño nació muy bien” (E 9, AJM). También se le pide que cure de otras enfermedades, como la drogadicción: “Yo tenía muchachitos bien drogadictos y voy pues y le platico y le digo que los ayudara y que me los volviera a hacer así, sencillos y humildes, como él había sido y por eso tengo fe, como que el muchacho sí se alivió” (E 27, MAM). Se piensa que sí cumple lo que se le pide porque tiene muchos papelitos colgados, donde se le escribe un agradecimiento por el milagro que hizo. Fray Jacobo no se ha muerto: todavía vive y anda. Se aparece a la gente, vestido así como en el cuadro que está en el templo. “Yo sí he escuchado que a veces se aparece, que unos lo han visto pues y sí he escuchado que hace milagros” (E 6, ES). Nosotros “sí creemos en él porque desde chiquitos nos han dicho que él sí anda y que sí existe y pues ahorita como vemos, pues ya creemos más. De hecho, siempre platicamos con él cuando nos levantamos y también al acostarnos. Por lo mismo, porque sí anda…” (E 8, MJV).
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Ya van varias veces que se les aparece a los “malos” [delincuentes] para decirles que se vayan del pueblo, que no molesten a su gente: “En Tarecuato había muchos problemas por la delincuencia y empezaron a dar como toque de queda… y me platico una señora, que andaban unos muchachos allí en la calle y que Fray Jacobo se les apareció a los malos y que les dijo que con su gente de Tarecuato, ‘Con mi gente no se metan’ y según pues, se asustaron” (E 12, RG). Es que él cuida al pueblo de la gente mala. Una vez ya hasta lo andaban buscando [los malos] para matarlo porque él defiende a la gente del pueblo: “Éstos decían: ‘Vamos a matarlo porque nomás nos anda moleste y moleste’” (E 8, FL). Pero sí ha regresado la tranquilidad al pueblo gracias a él. Hay testimonios de otros milagros que ha hecho, como proteger a los choferes de los camiones de voltearse en las curvas que están en la carretera para llegar al pueblo. Siempre hubo muchos accidentes, pero ya desde hace tiempo que él se aparece y los choferes lo ven y se previenen y ya no se voltean. Una vez unas personas sí se voltearon pero no se golpearon porque él los cuidó. “Cuando tantos accidentes había que aquel chofer así dijo… que él nunca había visto a un hombre así, que vio un hombre grandote con una capa café y que le hacía [les indicaba] que se metiera por allí y que no se bajara pa’bajo: ‘Hizo que no me estampara aquí’, y pues él protege mucho” (E 18, MA). También en otras épocas ha defendido a la comunidad, como en los tiempos de los cristeros:6 “Él fue el que defendió al pueblo. Igual cuando aquí en el pueblo hay un problema fuerte, mucha gente lo ve a él, como que cuida a la comunidad, igual ha habido accidentes que los mismos que van manejando dicen: ‘Sabes que yo vi a un señor, que [me dijo] que me fuera de un lado’. ¿Cúal señor? ‘No pues que uno grandote con sombrero y traía un bastón” (E 10, VM). Mucha gente cree que Fray Jacobo se aparece en la noche y que muchas veces las personas platican con él. Se cuenta que “Unos muchachos que andaban en carro y que como estaba abierta allí la puerta y pasaron por allí y que estaba pasando 6 El conflicto conocido como guerra cristera o cristiada en México tuvo lugar entre 1926 y 1929 y se originó por el intento del gobierno de limitar la influencia del clero en el país, así como el culto católico.
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un señor grande vestido pues [refiriéndose al cuadro de la capilla y a que vieron a Fray Jacobo caminando]” (E 5, AG). Para la gente de Tarecuato, Fray Jacobo es un santo muy milagroso, muy grande, aunque la iglesia no lo ha hecho santo. “Aquí en la comunidad lo tenemos con santo, tiene su propia capilla, pero en sí yo no conozco algún milagro en especial…” (E 9, JJA). En realidad, la gente piensa que es muy milagroso porque vienen de muchos lugares, hasta de otros países, a visitarlo y darle las gracias o pedirle milagros. Le toman fotos al árbol de naranjo porque se cree que es milagroso.
La fiesta grande de Fray Jacobo En los últimos años se retomó la idea de organizar la fiesta grande de Fray Jacobo, el día 29 de octubre, cuando es el aniversario de su muerte o de su “desaparición”. La fiesta empezó hace poco: “Hace tres años empezaron con el padre Pedro, empezaron los primeros cargueros de Fray Jacobo…” (E 12, RG). Se cuenta que anteriormente, en la década de 1980 se organizaba una pequeña celebración en la parroquia a la que sólo asistían algunos miembros del Cabildo tradicional y el Consejo, pero luego cayó en el olvido: “Nosotros empezamos a celebrarle, el grupo donde yo estaba había un cura … y él hablaba en contra de la raza indígena y no creía en el cuadro de Fray Jacobo que está en el templo, no creía en él como santo y discutíamos seguido con él. Me preguntó que yo por qué creía tanto en Fray Jacobo y yo le dije: ‘Tú no vas a creer porque tú eres turhisï [mestizo] y tú no eres indio, no vas a creer en esto, lo que nosotros tenemos” (E 1, FG). El cargo7 de la fiesta de Fray Jacobo se toma el 29 de enero y los cargueros (orhétis) son invitados por los miembros del Cabildo tradicional, los tarhépitis. A los 15 días, el 13 de febrero, empieza el novenario para Fray Jacobo. La idea es que cada año se turne el cargo en cada uno de los cuatro barrios (E 22, JG): “Ahora ya hay 7 En muchas comunidades indígenas de México y de América Latina, el sistema de cargos articula su vida ceremonial. Tomar un cargo implica responsabilizarse de la organización del culto de un santo o imagen religiosa, por lo general por todo un año.
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Escultura de Fray Jacobo en Tarecuato Foto: Iris Calderón Téllez
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danzas, procesión, banda, Mañanitas [canción tradicional mexicana], todo muy bonito ahora sí” (E 26, CM). Los festejos comienzan el día 26 de octubre con las mañanitas en el templo: “Va el juez en turno y con todos los cabildos [autoridades tradicionales] de todos los barrios empiezan las mañanitas el primer día, el 26, 27, 28, 29…” (E 29, MGA). El día 28 los cargueros ofrecen atole dulce en su casa. El carguero de la fiesta “hace atole y pan y hay ayudanza como en la fiesta de otros santitos” (E 25, MGT), pero ese día más temprano también se les ofrece de comer a los jueces y a los encargados del templo en la casa del carguero (E 28, GG y VG). En la noche del 28 “se le va a empezar a velar con el juez en turno y su comitiva, ellos se van a quedar a rezar el rosario. Ya luego empieza el de San Pedro y San Juan [los barrios], y así se van turnando hasta las 12 am. Y ya se retiran” (E 29, MGA). La gente no se queda velándolo toda la noche como en el caso de otros santos. El día 29 se hace una procesión tempranito desde el ojo de agua hasta el templo. Después comienzan las danzas: “En el día de Fray Jacobo se reúnen las danzas”
Cargueros de la fiesta de Fray Jacobo, Tarecuato, México Foto: Iris Calderón
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(E 11, IS), incluyendo algunas que vienen de otras comunidades (E 29, MGA). Cada uno de los barrios lleva sus danzas “la de las Panaderas, los Monarcas, los Moros, los Soldaditos…” (E 31, IS). Posteriormente, se ofrece una comida que consiste en churipo [caldo de res, chile y verduras, tradicional de la cocina purépecha] y tamales [también llamados corundas en la región] (E 28, GG y VG). Se le organiza una misa mayor y un convivio que termina ya en la noche (E 30, FL). La responsabilidad de los cargueros de Fray Jacobo es “tener su capilla bien limpia, que nunca le falten sus veladoras, su copal y poner a varios ayudantes que la ayudan a adornar todo el año” (E 26, CM). También deben llevarlo a las peregrinaciones de los otros santos y a encontrar a los santitos de los otros pueblos (E 28, GG y VG). “Al santito lo llevan a cada ojo de agua cada año…” (E 2, CZ). Los cargueros deben asear y poner copal en la capilla tres veces por semana y organizarle una misa mensual el día 29 (E 30, FL), además de invitar a la gente a asistir: “Se hace una misa cada mes el 29 en el sudario… No sabemos si vaya a haber para el año siguiente porque no hay mucha asistencia” (E 8, MJV). “Definitivamente nosotros los consideramos como santo, tiene su capillita, su día de fiesta, tiene sus cargueros, ya tiene poquito que le asignaron a los cargueros y así… ya también estaban apunto de canonizar, se le está haciendo el proyecto para canonizar pero no se ha llevado a cabo todavía…” (E 9, AJM)
Reflexión final A través de los testimonios que hemos compartido en estas páginas hemos procurado transmitir las diferentes versiones locales sobre el origen de Fray Jacobo Daciano, sobre las que se consideran sus acciones más importantes en el pueblo de Tarecuaro y el legado que dejó en la comunidad y que perdura hasta el día de hoy, así como los imaginarios que se han construido en torno a su figura y que lo han convertido en un verdadero santo local, hasta contar con su propia fiesta
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grande y un sistema de culto que se extiende por todo el año y por todos los barrios de la comunidad. Mucha de la gente del pueblo considera que era originario de Dinamarca y que era un personaje perteneciente a la realeza, pero hay confusión sobre la fecha y las condiciones de su llegada a Michoacán. Como vimos, también se llega a confundir su lugar de origen con España o algunos otros lugares de Europa. Entre sus principales contribuciones a la comunidad la gente señala en primer lugar su labor evangelizadora y misionera, pero también su compromiso con los indígenas y la defensa de sus derechos, lo cual lo convierte sin duda en un pionero en este tema, principalmente al ser un ferviente creyente de la posibilidad de la administración sacramental sin restricciones a los pobladores originarios de lo que hoy es México. A la labor histórica de Fray Jacobo Daciano se le atribuyen la organización social, urbanística, política y religiosa de Tarecuato, así como la enseñanza de oficios, el trabajo artesanal especializado, las danzas ceremoniales e incluso los elementos de la vestimenta tradicional del pueblo, entre diversas acciones que se pueden leer en este texto en voz de personas que habitan en la comunidad en la actualidad. Fray Jacobo Daciano no sólo es visto como una figura histórica, sino como un personaje que continúa vivo -literal y/o metafóricamente- y que se llega a aparecer aún en nuestros días en el pueblo de Tarecuato. Para muchas personas es un santo sin el reconocimiento formal todavía de la iglesia católica, a quien se le adjudican diversos milagros de sanación, de bilocación, de prevención de desgracias y accidentes, de procuración de bendiciones, de resolución de problemas, e incluso se le ve como garante de la seguridad de los habitantes del pueblo, entre otros. A través de los testimonios contemporáneos que hemos compartido es posible acercarnos a los imaginarios locales sobre quién es y ha sido Fray Jacobo para la gente de Tarecuato hasta el día de hoy.
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Entrevistas (agosto 2019)
ENTREVISTA
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NOMBRE
OCUPACIÓN
EDAD
LUGAR DE ORIGEN
1
Francisco Govea Juan de Dios
Campesino
65 años
Tarecuato
2
Celia Zacarías Govea
Campesina
72 años
Tarecuato
3
Beatriz Lucas Juan de Dios/Anna Cristina Camilo Juan de Dios/ María Elena Lucas Juan de Dios
Estudiantes de secundaria y bachillerato
17/ 14/ 13 años
Tarecuato
4
Jesús Mateo/Iván Santaya/Francisco Durán Govea/Maximimo Castro Torres
Estudiantes de secundaria
14/13/13/13 años
Tarecuato
5
Anna Govea Cruz/Magalena Castro
Amas de casa
37/25 años
Tarecuato
6
Estela Salvador/Cristina Salvador/ Graciela Cruz Ascencio
Comerciantes
39/46/37 años
Tarecuato
7
Angelina Lúa Juan de Dios
Ama de casa
79 años
Tarecuato
8
Francisco Lázaro Govea/María Julieta Victoriano Manzo
Cargueros (erats´ïtaris)
31/ 30 años
Tarecuato
9
Berenice Visitación Mateo Amezcua/Juan José Ambrosio Mendoza/Alma Janeth Mateo Amezcua
Estudiante/Estudiante/Lic. en Arte y Patrimonio Cultural (UIIM)
20/21/30 años
Tarecuato
10
Víctor Manzo Sebastián
Enfermero y cabildo
38 años
Tarecuato
11
Ignacio Salvador Martínez
Lic. en Arquitectura y urbanística y Mtro. en Técnico en Informática en Lengua Extranjera
37 años
Tarecuato
12
Rolinda Guzmán Chagolla
Directora del Colegio Fray Jacobo Daciano (primaria)
44 años
Cuenembo
13
Alma Cristina Castro Manzo/ Karla Janeth Castro Govea
Estudiante/Estudiante
15/ 14
Tarecuato
14
Diana Guadalupe Govea Blas/ Claudia Lisette Govea/Victoria Govea Aguilar
ya no estudia/estudiante/estudiante
16/14/15
Tarecuato
15
Eliseo Govea/ Josefina Mendoza
Jornalero/ama de casa (excargueros= erats´ïtaris)
44/41 años
Tarecuato
16
Sofía Lúa Ventura
Ama de casa y panadera
31 años
Tarecuato
17
Víctor Francisco Govea
Comerciante
18
Margarita Ascencio Lúa
Ama de casa
80 años
Tarecuato
19
María de Jesús Pablo Toribio
Enfermera en un hospital privado
34 años
Tarecuato
20
Jesús Pablo Ruíz
Campesino
69 años
Tarecuato
21
Hugo Govea Govea
Campesino
49 años
Tarecuato
Tarecuato
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Entrevistas (octubre 2019)
ENTREVISTA
NOMBRE
OCUPACIÓN
EDAD
LUGAR DE ORIGEN
22
Javier González Cruz
Campesino/cabildo tradicional
55 años
Tarecuato
23
Anna Manzo Victoriano/Ofelia Blas Manzo
Ambas trabajan
29/29 años
Tarecuato
24
Bernardino Govea
Campesino
25
María Guadalupe Trinidad Salvador
Ama de casa
52 años
Tarecuato
26
César Manzo
Comerciante
24 años
Tarecuato
Tarecuato
27
María Alicia Manzo Victoriano
Ama de casa
63 años
Tarecuato
28
Guadalupe Govea Pedro/Virginia Govea Pedro
Amas de casa
32/40 años
Tarecuato
29
María Guadalupe Amezcua Andrés (su esposo: Luis Mateo Amezcua)
Comerciantes/Cabildo de Santiago
52 años/(55)
Tarecuato
30
Francisco Lázaro Govea
Erats´ïtari (sacristán)
31 años
Tarecuato
31
Ignacio Salvador Martínez
Lic. en Arquitectura y urbanística y Mtro. en Técnico en Informática en Lengua Extranjera
34 años
Tarecuato
*Entrevista realizada en purépecha, todas las demás fueron llevadas a cabo en español.
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Bibliografía Litteratur Bibliography
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B i bli o gra f ía
Descubriendo a Fray Jacobo. Trotamundos y activista de derechos humanos Genopdagelsen af Broder Jakob: Vandringsmand og menneskeretsforkæmper Discovering Friar Jacobo: Wanderer and Human Rights Activist Jørgen Nybo Rasmussen Carrillo Cázares, A. (2003). Broder Jacobs kamp for indfødte præster. Ælnoths skriftserie, (134), 9-30. Carrillo Cázares, A. (2012). La Utopía de Fray Jacobo el Danés y su lucha por un clero indígena. Relaciones. Revista de Historia y Sociedad, (130), 189-216. Rasmussen, J. N. (1974). Bruder Jakob der Däne als Verteidiger der religiösen Gleichberechtigung der Indianer in Mexico im XVI. Jahrhundert. Vorträge 58. Mainz: Institut für Europäische Geschichte. Rasmussen, J. N. (1976). Broder Peder Olsen som de danske franciskaneres historieskriver. Skrifter udgivet af det Historiske Institut ved Københavns Universitet, (6). Rasmussen, J. N. (1986). Broder Jakob den Danske, kong Christian IIs yngre broder. Odense: Odense Universitetsforlag. Rasmussen, J. N. (1992). Fray Jacobo Daciano. Zamora: El Colegio de Michoacán. Rasmussen, J. N. (1996). Claus Bergs kongelige altertavle og franciskanerne. Copenhague: Rhodos. Rasmussen, J. N. (2001). Christine von Sachsen, Dänemarks franziskanische Königin. En L. Bisgaard (Ed.), Medieval Spirituality in Scandinavia and Europe: A Collection of Essays in Honour of Tore Nyberg (pp. 309-324). Odense: Odense University Studies in History and Social Sciences. Rasmussen, J. N. (2002). Die Franziskaner in den nordischen Ländern im Mittelalter. Franziskanische Forschungen, (43). Rasmussen, J. N. (2018). Broder Jakobs livsvej fra Danmark til Mexico. Nyborg: Østfyens Museer. Rasmussen, J. N. y Pinborg, J. (1963). Broder Jacob Johansen og Uddrivelseskrøniken. Historisk Tidsskrift, 12 (1), 193-223. Rasmussen, J. N. y Pinborg, J. (1965). Fra Giacomo delle Dinamarca e la cronaca dell éspulsione dei Frati Minori Danesi, Archivum Franciscanum Historicum, pp. 48-88. Romero Vargas, J. (1966). Fray Jacobo Daciano. Zacapu: Ediciones de Testimonio. Stangerup, H. (1991). Broder Jacob. Copenhague: Gyldendal.
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177
Danske versioner
Danske ver s i on er — I nt rodu k t i on
Introduktion Lorena Ojeda Dávila & Jesper Nielsen Denne bog er resultatet af et samarbejde mellem adskillige personer og
endte sine dage. Rekonstruktionen af hans livsforløb i tiden efter at han
institutioner og blev påbegyndt af Michoacans guvernør Silvano Aure-
havde krydset Atlanterhavet, fokuserer på hans arbejde med at evangeli-
oles Conejo i forbindelse med hans besøg i Danmark i januar 2019. Gu-
sere blandt purépechaerne (som fra kolonitiden og frem til slutningen af
vernørens besøg havde som mål at udbygge de kulturelle, økonomiske og
det 20. århundrede oftest er omtalt som taraskere) i Michoacan. Her stod
akademiske bånd til de nordiske lande. Som en del af de akademiske og
Broder Jakob i spidsen for en vedholdende kamp for den indfødte befolk-
kulturelle projekter, blev det aftalt at iværksætte flere udgivelser (digitale
nings rettigheder, ligesom han kæmpede for deres ubegrænsede adgang
såvel som trykte), der skulle være med til at bygge bro mellem to kultu-
til sakramenterne – herunder muligheden for at blive præsteviet. Broder
rer, samt understøtte de eksisterende berøringsflader i en fælles historie
Jakobs synspunkter førte til mange uenigheder med flere af hans egne or-
som begyndte med ankomsten af en dansk franciskaner, Broder Jakob den
densbrødre, og sågar med de øverste kirkelige autoriteter i Ny Spanien.
Danske, til Michoacan i Mexico i 1500-tallet.
Hans revolutionære ideer om menneskerettigheder og teologiske tolknin-
Som eksempler på samarbejdet blev et udvalg af ti af H.C. Andersens
ger fandt ikke genklang i samtiden, og han måtte til sidst komme med
eventyr i oktober 2019 udgivet under titlen Diez cuentos de Hans Christian
en offentlig undskyldning og samtidig trække sine argumenter tilbage.
Andersen en purépecha (Tempeni wantantsweecha Hans Christian Anderseniri
Broder Jakobs indflydelse og arv ses dog stadig i de byer, som nød godt af
P’urhé Jimbo)”. 10.000 eksemplarer blev trykt og en gratis digital version
hans fremsynede missionsarbejde – ikke mindst Zacapu og Tarecuato. I
blev samtidig tilgængelig på internettet. Udgaven er tosproget, og even-
netop Tarecuato betragter mange af indbyggerne Broder Jakob den Dan-
tyrene optræder både i en oversættelse til det indianske sprog, flest men-
ske som en helgen, og flere mener, at han stadig lever og beskytter byen.
nesker taler i Michoacan i dag, nemlig purépecha, samt en dansk version.
Som allerede antydet er denne bog resultatet af et større samarbej-
Derudover arrangerede Den mexicanske ambassade i Danmark en mexi-
de, og mere præcist et samarbejde mellem flere af de forskere der er de
cansk kulturfestival i juli måned samme år, og her var Michoacan inviteret
største eksperter på området og har været ledende i forskningen i Broder
for at fremme kendskabet til delstatens kulturelle rigdom og potentiale i
Jakob den Danskes liv. Andre bidrag kommer fra forskere med speciale i
forhold til turisme. Vi håber, at denne bog på samme måde vil være med
de indianske mesoamerikanske kulturer og deres historie. Det fælles mål
til at opretholde og styrke båndene mellem de to lande. Et bånd, som blev
har været at give et mangefacetteret, omfattende og tidssvarende billede
knyttet for næsten fem århundreder siden af en person, som dengang
af Broder Jakobs rolle i en række indianske samfund i Michoacan. Vi har
spillede en vigtig rolle for en del af den indianske befolkning i Michoa-
forsøgt at give læseren et nuanceret billede af en fascinerende menneske-
can. En person, hvis eftermæle stadig står stærkt og levende den dag i dag:
skikkelse og samtidig levere et indblik i de indianske kulturer i Michoacan
Broder Jakob den Danske.
og den måde, hvorpå Broder Jakobs og franciskanernes missionsarbejde
De følgende kapitler forsøger på forskellig vis at kaste lys på denne
for altid ændrede deres verden. Vores dedikerede bidragsydere repræsen-
enestående og fascinerede skikkelse, som menes at have været medlem
terer forskellige discipliner, kommer fra Mexico, Holland og Danmark og
af den danske kongefamilie. Vi følger således Broder Jakob i hans tid
inkluderer, i alfabetisk rækkefølge: Iris Calderón Téllez, Alberto Carrillo
som provincialminister i den franciskanske provins ved navn Dacia, de
Cázares, Rodrigo Martínez Baracs, Magnus Pharao Hansen, Jørgen Nybo
voldsomme ændringer i hans liv, som fulgte i kølvandet på Reformatio-
Rasmussen og Hans Roskamp. Tilsammen har de leveret en række fasci-
nen, hans vandring gennem Europa til Spanien, hvorfra han rejste til Ny
nerende kapitler baseret på adskillige års forskning på højeste niveau. Det
Spanien med ambitionen om at udbrede det kristne budskab til den op-
er os således en stor glæde at kunne præsentere læseren for disse nyskrev-
rindelige befolkning. Det var også her, at han, efter mange års arbejde,
ne bidrag på hele tre forskellige sprog–spansk, dansk og engelsk. Således
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L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — Da n sk e versi o n er
håber vi at kunne nå alle interesserede i Mexico og andre spansktalende
te han kvinderne at fremstille de traditionelle dragter og klæder, ligesom
lande, i Danmark, og via de engelske oversættelser, et endnu større globalt
han introducerede landsbysamfundet til en række danse. I og med at Bro-
publikum.
der Jakob betragtes som en slags overnaturlig skikkelse, der kan overskri-
Før vi introducerer de enkelte kapitler, vil vi her dele en overrasken-
de de normale grænser mellem liv og død, viser han sig også med jævne
de erkendelse vi gjorde i forbindelse med redigeringsarbejdet. Det var
mellemrum for folk, hjælper dem og beskytter samfundet mod kriminelle
en øjeåbnende oplevelse for alvor at indse, at Broder Jakob og de mange
og andre trusler fra verden udenfor Tarecuato. Hans hvilested og hjem si-
beretninger om ham ikke kun er noget, der hører fortiden til. Den dag i
ges at ligge under byens kirke, og her bevogter han efter sigende en skat
dag kommer der nye historier frem om, at den gamle munk er blevet set i
og kontrollerer et netværk af tunneler og underjordiske huler. Han benyt-
Tarecuato, og hans betydning for folk i Tarecuato – og andre steder i Mi-
ter disse gange, når han skal på rejse og når han på mirakuløs vis holder
choacan – er under konstant udvikling. Han har med andre ord fortsat en
gudstjeneste flere steder på samme tid. Som en helgen kan han desuden
stor betydning for mange mennesker.
udøve mirakler og han er i besiddelse af helbredende kræfter. Særligt hans
Historikere og antropologer har gennem årtier været optaget af
vandrestav bliver betragtet som mirakelbringende, eftersom Broder Jakob
klarlægge forskellige aspekter af Broder Jakobs liv og virke. Særlig stor
brugte den til at få vand til at springe frem af jorden. Efter hans død blev
opmærksomhed har der været omkring hans rolle i missionsarbejdet i
staven forvandlet til et appelsintræ med helbredende egenskaber.
Michoacan samt hans sandsynlige tilknytning til det danske kongehus.
Når man betragter denne række af særlige træk og evner som Broder
Der er på tilsvarende vis blevet gjort ihærdige forsøg på at rekonstruere
Jakob tillægges i lyset af den religiøse dynamik i Michoacans kolonitid, får
en tidslinje for den danskfødte franciskaners liv og færden, med fokus på
vi et fascinerende indblik i, hvorledes den katolske tro og dens repræsen-
historiske fakta, årstal, datoer og historiske begivenheder – således som
tanter til tider blev opfattet, tolket og genfortolket i en kulturel sammen-
de relaterer til en traditionel vestlig opfattelse af historie, og dermed be-
hæng, som i vid udstrækning fortsat var domineret af indianske begreber
hovet for stærke argumenter, vidnesbyrd og verificerbare hypoteser. Med
og forestillinger om kosmologien og det hellige fra tiden før koloniserin-
andre ord: ”Sandheden” fra et moderne, etisk synspunkt. Som det frem-
gen. Der begynder således at tegne sig et billede af Broder Jakob som en
går af interviewene i Lorena Ojeda Dávila og Iris Calderóns kapitel er det
lokal kulturhero: Han (gen)etablerede og grundlagde Tarecuato, gjorde et
dog tydeligt, at der findes en alternativ, emisk opfattelse af Broder Jakob.
ubeboeligt område beboeligt, han overdrog en række bærende kulturele-
Vi møder den blandt nutidens indfødte purépechaer og mestiz-befolk-
menter (fødevarer, håndværk, klædedragter og ritualer), som er centrale i
ningen i Tarecuato. For mange af disse mennesker synes hans kongelige
en definition af, hvad det vil sige at være purépecha. Det er desuden hand-
afstamning at være af mindre betydning (selvom de lokale myndigheder
linger som i mesoamerikanske myter sædvanligvis udføres af skaberguder
fremhæver den). Det diskuteres bl.a. hvilken alder Broder Jakob havde,
og/eller semi-historiske skikkelser, såsom grundlæggerne af de forskellige
da han ankom til Mexico; og nogle siger, at han var gammel, mens an-
ledende slægter. Det lader altså til, at i Tarecuato er historien om Broder
dre hævder, at han var ung. Og som allerede nævnt, så er det faktisk ikke
Jakob gradvist smeltet sammen med lokale myter og beretninger om så-
sjældent at møde folk, der tror fast på, at han stadig lever. Broder Jakobs
danne guddommelige individer. Det ser desuden ud til, at nogle af de an-
rolle i at bringe den kristne tro og de katolske ritualer til Tarecuato er al-
svarsområder og egenskaber som førhen var knyttet til purépechaernes
mindeligt kendt–og anerkendt–men vi hører også om andre handlinger,
regn- og frugtbarhedsguder, nu forbindes med Broder Jakob. Som de fle-
han skal have udført. Han menes fx at have samlet de grupper af folk, som
ste mesoamerikanske regnguder bor Broder Jakob i en underjordisk hule
boede spredt i bjergene omkring Tarecuato, og at det i realiteten var ham,
og med sin stav kan han, præcis som fx aztekernes og mayaernes regngu-
der påny grundlagde landsbyen, organiserede den som et beboeligt sted,
der, åbne jorden og få en kilde til at strømme. På samme vis som Tlaloc og
og opdelte den i bydele (barrios) med kapeller og skytshelgener. Det siges
Chaak kløvede jorden med deres lynøkser og gjorde de livgivende afgrø-
endvidere, at han indførte de grundlæggende former for håndværk og så-
der tilgængelige for menneskeheden. Vi må formode, at de lokale katolske
gar lærte folk om de lokale fødevarer og hvordan man tilbereder traditio-
autoriteter har betragtet dette vand-mirakel som en genfortælling eller
nelle indianske retter såsom atole, en form for majsvælling. Ydermere lær-
gentagelse af det mirakel som Moses ifølge Biblen udførte, da han med
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Danske ver s i on er — I nt rodu k t i on
sin stav ”slog vand af klippen”. Omvendt må vi formode, at den lokale in-
I det andet kapitel, ”Michoacans fysiske og åndelige erobring: Fra
dianske befolkning kan have fortolket hændelsen i overensstemmelse med
Curicaueri til Guds rige”, skrevet af den hollandske etnohistoriker Hans
deres egne begreber og erfaringer, som faktisk havde en slående lighed
Roskamp fra El Colegio de Michoacan beskrives forskellige aspekter af det
med en af deres egne gamle mytiske fortællinger.
præcolumbianske taraskiske imperium, den spanske erobring, evangeli-
Vi hævder dog dermed ikke, at Broder Jakobs store popularitet som
seringen samt de dele af den oprindelige taraskiske eller purépecha-kul-
helgen i Tarecuato vidner om en udbredt religiøs praksis med afsæt i
tur, som findes i nutiden. Det var netop purépechaerne, Broder Jakob
præcolumbianske forestillinger eller en omfattende synkretistisk proces.
havde mest kontakt med i sin tid i Michoacan og derfor er dette kapitel
Hvad vi derimod foreslår er, at Broder Jakob er blevet en så vigtig skikkel-
af særlig interesse for dem, som ønsker at vide mere om bl.a. de religi-
se i den lokale historiefortælling og mytologi, bl.a. på grund af de særli-
øse traditioner, der fandtes i de samfund, Broder Jakob mødte. Efterføl-
ge evner og kræfter, der nu tillægges ham og som tidligere havde ligget i
gende ser Roskamp nærmere på tiden efter erobringen og hvorledes det
hænderne, så at sige, på de lokale purépecha-guder og forfædreskikkelser.
nye kolonisamfund blev organiseret og ledet af ældre medlemmer af den
Broder Jakob er således blevet indoptaget og integreret i en allerede eksi-
indianske elitestand. Han skitserer ligeledes de missionerende munkes
sterende historisk-mytologisk narrativ i Tarecuato og forvandlet til lands-
arbejde i Michoacan, heriblandt Broder Jakob, og de udfordringer, der
byens grundlægger og kulturhero. Som det understreges i Magnus Pharao
mødte dem. For eksempel de problemer der fulgte med at lære de lokale,
Hansens kapitel, så blev selv hans navn tilpasset purépechaernes sprog:
indianske sprog, den fortsatte udøvelse af indianske ikke-kristne ritualer
Jacobo blev til Xakapu! Der er ingen tvivl om, at Broder Jakob spillede en
og praksisser, såsom indtagelse af alkohol i forbindelse med ceremonier,
afgørende rolle i at gøre Tarecuato kristen. Hvad vi nu kan se er, at som
eller det faktum at medlemmer af den indianske elite blev ved med at have
et led i det vidtstrakte historiske forløb siden 1500-tallet, er Broder Jakob
flere koner – et tema som også behandles i Carrillo Cázares’ kapitel – og
ligeledes blevet ”indianiseret”.
som blev set som et eksempel på purépechaernes manglende moral, og
Bogen består af i alt syv kapitler. Det første er skrevet af mesoame-
dermed deres mulighed for at blive præsteviet og blive gode kristne i det
rikanist Jesper Nielsen fra Københavns Universitet og hedder ”Søernes
hele taget. Ligesom Carrillo Cázares, Martínez Baracs og Pharao Hansen
land: De præcolumbianske kulturer i Michoacan”. Kapitlet præsenterer et
gør det i deres bidrag, så beskriver Roskamp konflikterne mellem den re-
overblik over Michoacans præcolumbianske kulturer frem til den spanske
gulære og sekulære præstestand, bl.a. i forhold til missionsmetoderne og
erobring. Nielsen henviser bl.a. til de overvældende mange arkæologiske
til hvorledes den indianske befolkning burde behandles. Roskamp afslut-
fundsteder i Michoacan, som endnu ikke er blevet udgravet (og i alt kun
ter kapitlet med at fokusere på den fortsatte tilstedeværelse af oprindelige
seks ud af 1.800 fundsteder er pt. åbne for offentligheden). Dette forklarer
indianske træk i områdets landsbysamfund; som fx de indianske sprog,
bl.a., hvorfor vi endnu ved så lidt om disse kulturer. En række eksempler
der endnu tales i Michoacan, dyrkningen af de traditionelle afgrøder og
på fundsteder fra hver af de tidsperioder som den præcolumbianske for-
videreførelse af en traditionel gastronomi, de gamle ritualer, som er blevet
tid inddeles i bliver præsenteret: Den præklassiske periode (El Opeño og
integreret i mange katolske højtider, og endelig de ceremonier, som i for-
Chupicuaro), den klassiske og efterfølgende epiklassiske periode (fx Loma
bindelse med purépechaernes kamp for at styrke deres etniske identitet,
Alta, Tres Cerritos, Huandacareo, Queréndaro, Tingambato og Zarago-
er blevet skabt for at ære den præcolumbianske fortid.
za) og endelig den postklassiske periode, som domineredes af purépe-
Magnus Pharao Hansen fra Afdelingen for indianske sprog og kul-
cha-kulturen (Tzintzuntzan og Ihuatzio). Nielsen fremhæver den rolle,
turer på Københavns Universitet er forfatteren bag kapitel 3: “Sprog og
som Michoacan havde som dynamo i udviklingen af det præcolumbian-
sprogforskning i kolonitidens Michoacan”. Han fokuserer på den store
ske Mexico, men han diskuterer også de udfordringer, man har med at
sproglige diversitet i det geografiske område, som i dag kendes som Mi-
forstå fx områdets religiøse forestillingsverden, som primært er kendt fra
choacan–i tiden før og efter spaniernes ankomst. Kapitlet præsenterer
Relación de Michoacán, et værk skrevet efter erobringen. Der er altså endnu
således de sprog, som vi ved blev talt i området ved erobringen, herunder
meget at gøre i forhold til at udgrave, opdage og lære, når det handler om
sprog som desværre ikke længere tales i Michoacan. Pharao Hansen un-
Michoacans præcolumbianske kulturer.
derstreger ligeledes, at der er en mangel på historisk dokumentation af
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netop disse sprog. Pharao Hansen undersøger derefter de katolske mis-
de Mendieta, som selv havde mødt Broder Jakob, og han krønike, ligesom
sionærers rolle i den tidlige sprogforskning, ikke mindst det behov, de
vi introduceres for Broder Alonso de la Rea, som senere fandt nye oplys-
havde for at lære de indianske sprog med henblik på at omvende befolk-
ninger om Broder Jakob. En central pointe i Nybo Rasmussens bidrag er,
ningen og som resulterede i, at Michoacan blev et vigtigt sted i den aller-
at Broder Jakob forsøgte at sikre den indianske befolkning basale men-
tidligste sprogforskning i Mexico. I tilfældet med Broder Gilberti og Bro-
neskerettigheder, herunder lige muligheder for at blive præsteordineret.
der Jakob, bemærker Pharao Hansen deres overbevisning om at anvende
Og selvom Broder Jakobs revolutionære tanker ikke vandt indpas i hans
taraskernes eget sprog for at lette overgangen til den nye religion og, hvad
samtid, var de, ikke desto mindre, meget vigtige i forhold til at sætte gang
angår Broder Jakob, hans på det tidspunkt usædvanlige forslag om at ud-
i en debat om disse emner.
danne en indiansk præstestand. Gilbertis Arte en Lengua de Michoacán (fra
Rodrigo Martínez Baracs, fra Mexicos Nationale Institut for Antro-
1558 og dermed den første trykte udgivelse i Amerika) og andre tilsvaren-
pologi og Historie, er ekspert i Michoacans kolonitidshistorie, og hans
de værker om de indianske sprog, blev afgørende redskaber i missions-
kapitel “Broder Jakob den Danske og Mexico” behandler forholdet mellem
arbejdet og tilbød et vokabularium for undervisning i katekismen, såvel
Broder Jakob, og det arbejde han udførte i Mexico, og særligt i Michoa-
som i arbejdet med at oversætte Bibelen til regionens forskellige indianske
can. Det er netop her, blandt purépechaerne, og i særlig grad i Tarecuato,
sprog. Senere bidrog også Broder Juan Bautista Lagunas og Broder Diego
at han bliver betragtet som en helgen og fortsat er en vigtig skikkelse i
de Basalenque med at dokumentere Michoacans oprindelige sprog. Sidst-
den mundtlige fortælletradition. Beretningerne om Broder Jakob spænder
nævnte stod således bag Arte de la lengua pirinda o matlatzinca, den eneste af
over adskillige århundreder og rækker tilbage til franciskanske kronikører
sin slags fra kolonitiden. Pharao Hansen konkluderer, at dem der havde
fra 1500-tallet, blandt andre Diego de Muñoz og Gerónimo de Mendie-
bedst kendskab til og havde lært de indianske sprog, ville have størst suc-
ta. Martínez Baracs minder os også om, at de første trykte beretninger
ces med at formidle evangelierne til den indfødte befolkning. I dette lå
om Broder Jakob stammer fra slutningen af 1500-tallet og begyndelsen af
ligeledes en betydelig magt, og ikke kun af religiøs, men også af politisk
1600-tallet. Sidenhen kom flere udgivelser til, ikke mindst Broder Alonso
art, som førte til alvorlige stridigheder mellem munkeordenerne og den
de la Reas krønike, og det er takket være den mexicanske historiker
sekulære præstestand i forhold til hele omvendelsesprojektet.
Joaquín García Icazbalceta, at flere af disse værker blev genopdaget og ud-
Den danske historiker Jørgen Nybo Rasmussen er en pioner i Broder
givet i anden halvdel af 1800-tallet. Martínez Baracs præsenterer os for et
Jakob-forskningen og i det fjerde kapitel “Genopdagelsen af Broder Jakob:
historiografisk overblik over Broder Jakobs livshistorie, begyndende med
Vandringsmand og menneskeretsforkæmper” kaster han yderligere lys på
hans tid først i Europa og siden Mexico, og fører os helt frem til Nybo Ras-
historien om den danske munks livhistorie før han kom til Mexico, samt
mussens pionerarbejde i dette og forrige århundrede. Det var netop Nybo
hvorledes hans oplevelser medvirkede til at forme hans humanistiske syn
Rasmussen der, som omtalt, var den første, der argumenterede for, at
på den indianske befolkning. Nybo Rasmussen har været en vigtig driv-
Broder Jakob var en del af det danske kongehus. Martínez Baracs afslutter
kraft i at kortlægge Broder Jakobs liv og gerning og det er gennem hans
kapitlet med at beskrive nogle af de oplevelser, han havde som en del af
publikationer at Broder Jakob har fået en større plads i dansk bevidsthed.
den mexicanske delegation, der ledsagede den mexicanske præsident og
Vel nok den mest opsigtsvækkende hypotese fra Nybo Rasmussens side er,
Dronning Margrethe 2. af Danmark under deres besøg i Tzintzuntzan og
at Broder Jakob var af kongelig, dansk afstamning. Ideen er blevet kritise-
Tarecuato i 2008.
ret af danske fagfæller, men har vundet hævd i andre dele af samfundsli-
I det følgende kapitel, “Broder Jakob den Danskes utopi og hans kamp
vet i Danmark. Den kendte, danske forfatter Henrik Stangerup baserede
for en indiansk præstestand”, giver historiker og præst Alberto Carrillo
således i vid udstrækning hans roman Broder Jacob (1991) på Nybo Rasmus-
Cázares fra El Colegio de Michoacán en detaljeret indføring i Broder Ja-
sens arbejde. Broder Jacob var en sand vandringsmand, og i kapitlet føl-
kobs arbejde for at sikre lige religiøse rettigheder for de nyligt omvendte
ger vi ham, med udgangspunkt i historiske kilder og sagn, på hans mange
indianske folk. Dette gjaldt ikke mindst en ubegrænset adgang til sakra-
rejser – til fods – i det sydlige Skandinavien, gennem Europa og rundt i
menterne, og ikke kun dåben, men også nadveren og, måske vigtigst af
Mexico og ikke mindst i Michoacan. Vi hører endvidere om Broder Alonso
alt, præsteordinering. Konfronteret med den åbenlyse mangel på præster
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Danske ver s i on er — I nt rodu k t i on
i de nyligt erobrerede områder, bad de ledende kirkelige ledere i Ny Spani-
Aureoles Conejo samt Edna Gisel Díaz Acevedo for deres støtte og tillid
en gentagne gange om, at der blev udsendt flere præster. Men uden stør-
til projektet. Vi ønsker ligeledes at takke Michoacans turistråd, og ikke
re held. Broder Jakob foreslog bl.a. derfor at give udvalgte medlemmer af
mindst Claudia Chávez López for afgørende hjælp og finansiel støtte. Des-
den indfødte elite en præsteuddannelse og ordinere dem som præster. De,
uden skal der rettes en varm tak til rektor for Universidad Michoacana de
der skulle have denne mulighed, skulle have haft et sandt kald til gernin-
San Nicolás de Hidalgo, Dr. Raúl Cárdenas Navarro, til Mexicos ambassa-
gen. Carrillo Cázares redegør for Broder Jakobs argumenter for at tillade
dør i Danmark, Carlos Pujalte Piñeiro og endelig til tidligere institutleder
de syv sakramenter til den indfødte befolkning og henviser til munkens
Ingolf Thuesen fra Institut for Tværkulturelle og Regionale Studier ved
berømte og polemiske værk med den for tiden karakteristiske lange titel
Københavns Universitet for deres opbakning og støtte til, at vi kan præ-
Declamación del Pueblo Bárbaro de los Indios que habiendo recibido el Bautismo
sentere historien om Broder Jakob og den indianske verden i Michoacan–i
desean recibir los demás Sacramentos. Ikke overraskende så var der i tiden
to lande og på tre forskellige sprog. Der skal naturligvis ligeledes lyde
teologiske, racemæssige og politiske grunde til, at Broder Jakobs initia-
en stor tak til bogens forfattere, samt til de forskellige kollegaer der har
tiv gav ham en række problemer, og Carrillo Cázares inkluderer således
hjulpet med oversættelser og redigeringsarbejde i en til tider kompliceret
også nogle af de modargumenter, som Broder Jakobs gamle lærer og ven,
proces: Aled Pedrick, Cecilia Leni, Maja Balle, Paul Kersey, Jorge Ojeda,
teologen Broder Juan de Gaona leverede i forbindelse med den debat, der
Sarah Washbrook og Mette Haakonsen. For bogens layout og kort skylder
udspillede sig mellem de to franciskanere.
vi vores tak til Jonathan Zalapa.
I det syvende og sidste kapitel viser de to historikere fra Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Lorena Ojeda Dávila og Iris Cal-
Lorena Ojeda Dávila
derón “Hvordan en dansk prins blev en helgen blandt purépechaerne”. De-
Morelia, Mexico, 2021.
res bidrag er resultat af en interdisciplinær tilgang til studiet af purépechaernes kultur i dag. Gennem en række interviews med indbyggere i
Jesper Nielsen
Tarecuato tegner de et billede af Broder Jakobs betydning i dag i en af de
København, Danmark, 2021.
byer, hvor han har haft allerstørst indflydelse. Ojeda Dávila og Calderón undersøger ligeledes nogle af de forestillinger om Broder Jakob, som er vokset frem gennem tiden, og som har været med til at ophøje ham til en lokal helgen, og som bl.a. har betydet, at han har fået sin helt egen festdag (29. oktober). Kapitlet rummer direkte gengivelser af de interviewedes fortællinger om Broders Jakobs gerninger og rolle i byens historie. I fokus er hans arbejde som missionær, hans indsats for at forsvare de indianske folks rettigheder, samt hans grundlæggende betydning for byens sociale, politiske og religiøse organisering. Og så er Broder Jakob i flere af de interviewedes øjne ikke blot en historisk skikkelse i Tarecuato. Han lever stadig – i ordets bogstavelige betydning. Flere fortæller således, at han med mellemrum dukker op i byen og udøver mirakler og hjælper de lokale indbyggere med deres helbred, sikkerhed og velfærd. Som allerede nævnt, så er denne bog resultatet af en proces, som først blev sat i gang af delstatsregeringen i Michoacan i samarbejde med Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo i Morelia, Københavns Universitet og den mexicanske ambassade i Danmark. I den forbindelse vil vi gerne udtrykke vores store tak til Michoacans guvernør Silvano
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Jesp er N i el sen — Da n sk e versi o n er
Søernes Land: De præcolumbianske kulturer i Michoacan Jesper Nielsen Institut for Tvӕrkulturelle og Regionale Studier, Københavns Universitet Da Broder Jakob ankom til Michoacan, i første omgang til Tzintzuntzan,
detegner f.eks. olmekerne, zapotekerne, mayaerne, Teotihuacan-kulturen
var regionen kendt som taraskernes land. Taraskerne var på dette tid-
og aztekerne, som alle har efterladt sig en decideret overflod af billeder og
punkt berygtet som aztekernes (eller mexica’ernes) mægtige arvefjender
skulpturer. Hvilke kulturelle præferencer og måske tabuer, der lå til grund
igennem en periode på mere end 100 år. Det er ikke mindst taraskerne
for skriftløsheden og den begrænsede udbredelse af repræsentativ kunst
og deres hovedstad Tzintzuntzan folk forbinder med den præcolumbi-
er uklart, men det er et definerende træk for Michoacans præcolumbian-
anske periode i Michoacan. I dette indledende kapitel, der kort skitserer
ske kulturer. Også sprogligt adskiller Michoacan sig markant. Det domi-
Michoacan historie før spaniernes ankomst, skal vi dog at se, at staten har
nerende sprog, taraskisk – eller rettere purépecha–som er befolkningens
en langt dybere historie, som strækker sig tilbage til begyndelsen af den
eget navn for deres folk og sprog (og som tales i dag af ca. 140.000 perso-
præklassiske periode omkring 1500 f.v.t. Til trods for at der er registre-
ner) – er en selvstændig sprogfamilie, som ikke er beslægtet med noget
ret ca. 1800 arkæologiske fundsteder i Michoacan, så er det fortsat en af
andet sprog i Mesoamerika. Dette, plus en række andre kulturtræk som
Mesoamerikas mindst udforskede regioner arkæologisk set. Der er gjort
optræder i det vestlige Mexico, herunder metallurgi, skaktgrave og den
langt mindre arbejde her end i de fleste andre dele af Mesoamerika, og
såkaldte stigbøjle-keramik, har fået flere forskere til at forslå en direkte
det vestlige Mexicos kulturer (inkl. Jalisco, Nayarit, Colima og Zacatecas)
kontakt mellem denne del af Mesoamerika og Colombia, Peru og Ecua-
har således tendens til at blive marginaliseret i de store fortællinger om de
dors nordvestlige kystegne. Det er fortsat en kontroversiel hypotese, men
præcolumbianske civilisationer. Der er fortsat mange aspekter af områ-
selvom purépecha næppe er forbundet med quechua (inkaerne og deres
dets kulturhistorie, som er uklare og underbelyste, og kun seks ruinsteder
forfædres sprog), så er sporadiske handelskontakter via Stillehavskysten
er i dag åbne for offentligheden. En gruppe arkæologer arbejder dog på
ikke et usandsynligt historisk scenarie.
at kaste lys på ”det store billede” af Michoacans fortid og en af de bedste nyere udgivelser om Michoacan og det vestlige Mexicos mesomerikanske kulturer er Miradas renovadas al Occidente indígena de México fra 2013. I dette kapitel fokuserer vi på den nordlige del af staten, nemlig højlandet og områderne omkring Chapala-søen, Patzcuaro-søen og Cuitzeo-søen, hvor udgravninger i de seneste årtier har givet os ny viden – og desuden en egn som Broder Jakob blev særligt fortrolig med. Først må vi slå fast, at selvom Michoacan og de tilstødende dele af Guanajuato og Queretaro var en del Mesoamerika og interagerede med mange af folkene øst- og sydpå, så er der ingen tvivl om, at vi kan iagttage en række anomalier i forhold til det øvrige Mesoamerika. Der er således punkter, hvorpå kulturerne adskiller sig markant: Det gælder ikke mindst manglen på vidnesbyrd om et skriftsystem og 260-dags kalenderen, og, sammenlignet med resten af Mesoamerika, en repræsentativ ikonografisk tradition, dvs. vi har kun kendskab til få afbildninger af mennesker, dyr og guder og andre overnaturlige skikkelser. Dette er netop træk der ken-
Den præklassiske periode: El Opeño og Chupicuaro (ca. 2000 f.v.t.- 350 e.v.t.) De første indvandrende grupper af jæger-samlere kom til Michoacan i den palæo-indianske periode, formentlig så tidligt som for omkring 12.000 år siden. Domesticeringen af en lang række afgrøder, som blev fundamentet for de mesoamerikanske kulturer (bl.a. majs, squash og bønner), begyndte omkring 4000-3000 f.v.t., og medførte en markant befolkningstilvækst og ændring i levevisen. Folk blev bofaste i små landsbyer, og man begyndte efterhånden at producere keramik. I det nordvestlige Michoacan opstod El Opeño kulturen, opkaldt efter fundstedet nær Zamora sydøst for Chapala-søen, i den tidlige præklassiske periode (ca. 1500-800 f.v.t.). Karakteristisk for El Opeño er bl.a. skaktgrave, en tradition, der siden spredte sig til naboområderne og senere findes i lokale kulturer i Colima, Jalisco og Nayarit. Netop skaktgravene er et træk, som er enestående for
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Danske ver s i on er — Søer n es L an d: D e p r æco lu m b ia nsk e k u lt u r e r i M i c hoaca n
denne del af Mesoamerika, og som finder sine nærmeste paralleller i Syd-
spejle i Teotihuacan-stil og fra Loma Alta en skulptur af den gamle Ildgud,
amerika. Bortset fra gravfundene ved vi dog kun ganske lidt om denne
en af de mest prominente guder i Teotihuacan. Det er dog uklart, hvilken
periode, men i keramikken er der indikationer på, at El Opeño-folkene
rolle Teotihuacan spillede i området, bl.a. fordi fundene er relativt få og
var en del af et større handelsnetværk, og der er tegn på mulig indflydelse
dateringen i de fleste tilfælde er så upræcis. Ser vi f.eks. nærmere på en af
fra olmekerne, den første store mesoamerikanske civilisation i bl.a. San
Cherán-krukkerne fra Querendaro, er mange af detaljerne på de afbildede
Lorenzo i Veracruz og La Venta i Tabascos lavland. Keramikfiguriner fra
højtstående teotihuacanere gengivet med stor nøjagtighed og vidner om
en grav i El Opeño i skikkelse af boldspillere hører desuden til blandt de
indgående kendskab til billedsproget i Teotihuacan. Ligeledes fra Queren-
tidligste vidnesbyrd om denne pan-mesoamerikanske tradition og under-
daro stammer et spejl, båret af Teotihuacan-krigere på den nederste del af
streger igen Michoacans nære forbindelser med det øvrige tidlige Mesoa-
ryggen (og formentlig anvendt i divinationsritualer), med en hieroglyf fra
merika. Fra den sene præklassiske periode (ca. 500 f.v.t. til 300 e.v.t.) ved
Teotihuacan i form af et såkaldt ”årstegn”, som er knyttet til forestillingen
vi, at Chupicuaro-kulturen også var tilstede i Michoacan, ligesom den var
om herskerdømme. Arkæologen Agapi Filini, som har studeret forholdet
det i det centrale Mexico, og bosættelserne er tæt knyttet til Lerma-flodens
mellem Cuitzeo-området og Teotihuacan skriver: ”The inhabitants of the
løb og til søerne og de mange ressourcer, de kunne tilbyde. Chupicuaro er
Cuitzeo Basin locally reproduced Teotihuacan symbols of power, deposi-
først og fremmest kendetegnet ved særlige former for keramik og figuri-
ted Teotihuacan-related artefacts as burial offerings, and added Teotihua-
ner, ofte dekoreret med geometriske mønstre, men også stiliserede dyre-
can architectural details on a number of terraced platforms” (Filini 2004:
og menneskeskikkelser. Områdets rige grave har desværre været plaget
112). Hermed antydes det, at man imiterede Teotihuacan-ikonografien,
af gravrøvere, men blandt fundene i gravene er bl.a. hundeskeletter. At
snarere end at der reelt var teotihuacanere tilstede i området. Motiverne
hunde tjente som ledsagere på de dødes rejse i efterlivet er kendt fra flere
stemmer dog overens med den form for imperial ikonografi, vi finder i
kulturer i Mesoamerika. Det er blevet foreslået, at Chupicuaro-kulturen
områder som Teotihuacan formentlig erobrede. Det er således også blevet
er nært beslægtet med Cuicuilco, som var en af de første større byer i Me-
foreslået, at teotihuacanerne kan have haft en stærk interesse i områdets
xico-dalen i den sene præklassiske periode, og endda var et resultat af en
cinnoberminer. I begyndelsen af 400-tallet var Teotihuacan med sine ca.
ekspansion vestpå fra netop Cuicuilco.
150.000 indbyggere den største by i Mesoamerika og hovedstad i et vidt-
Den klassiske og epiklassiske periode: Kontakten med Teotihuacan (ca. 350-900 e.v.t.) I den efterfølgende klassiske periode skete der store ændringer i Michoacan. Flere større bosættelser og ceremonielle centre voksede frem, nye keramiske former dukkede op samt en helt ny arkitektur, hvor der nu ses tempelpyramider, såkaldte nedsænkede patioer og pladser, samt boldbaner. Obsidianbruddene i bl.a. Zinapecuaro og Ucareo blev vigtige i økonomien og handelen med andre områder. Desuden skete der en stor befolkningstilvækst og en øget social lagdeling. Mange af disse nye byer, bl.a. Loma Alta, El Otero, Tres Cerritos, Huandacareo, Querendaro og Tingambato udviser tegn på kontakt med Teotihuacan. Det kommer bl.a. til udtryk arkitektonisk i bygninger i talud-tablero (en typisk byggestil i Teotihuacan) og i keramikken, f.eks. i den særlige Cherán-stil, som bærer motiver med klar inspiration fra Teotihuacan. I Tres Cerritos er der således fundet talud-tablero arkitektur, en alabastmaske i Teotihuacan-stil,
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strakt imperium som kan spores til bl.a. Guerrero, Queretaro, Veracruz og så langt væk som Tikal og Kaminaljuyu i Guatemala. Om der blev etableret deciderede enklaver eller handelsstationer i Michoacan er uvist, men udbredelsen af ikonografiske motiver vidner om, at Teotihuacans ideer også nåede hertil. Et hyppigt motiv på keramikken fra Cuitzeo-egnen, er stiliserede sommerfugle, (også et udbredt tema i Teotihuacans billedverden), og som måske kan have en direkte relation til monarksommerfuglen (Danaus plexippus), som hvert efterår ankommer i milliontal nordfra for at overvintre i de bjergrige nordøstlige del af Michoacan. Sommerfugle og kolibrier blev i det centrale Mexico associeret med de afdødes sjæle, og monarksommerfuglenes årlige tilbagevenden kan meget vel have været en del af den årlige fejring af forfædrene. Teotihuacans kollaps omkring 550 e.v.t. påvirkede også Michoacan, og i den epiklassiske periode (ca. 600-900 e.v.t.) tog andre mindre byer over. Som eksempel på en af de større byer i det nordligste af staten (nær den moderne by La Piedad de Cabadas) er Zaragoza, som ligger højt i terrænet med udsigt over Lerma-floden;
Jesp er N i el sen — Da n sk e versi o n er
her er flere store tempelplatforme, en boldbane og stedet er kendt for
form, ca. 450 m. lang og 250 m. bred, og hvorpå fem såkaldte yacata’er,
sine mange petroglyffer og en enestående klippeblok med en indhugget
måske gravmonumenter for taraskiske cazonci’er, herskere, er anlagt. Ya-
grundplan af et ceremonielt center, måske Zaragoza selv. Ikke langt der-
cata’er er usædvanlige semicirkulære tempelstrukturer og de kendes ikke
fra, i Plazuelas i Guanajuato, har man fra samme tidsperiode mere end
fra andre dele af Mesoamerika. Ifølge nogle beretninger skulle én være
100 arkitekturmodeller, der er hugget ind i klipperne. Fra omkring 700
indviet til ild-, sol- og krigsguden Curicaueri og de fire andre til hans brød-
e.v.t. og fremefter var der en øget eksport af obsidian fra bl.a. bruddene i
re. Samtidig kan de fem yacata’er tænkes repræsentere de fem kosmologi-
Zinapecuaro og Ucareo til det øvrige vestlige og centrale Mexico, og Tula
ske punkter – de fire verdensretninger og centrum–som spillede en stor
(Hidalgo) blev med tiden en af de største aftagere. Det var også i 800-tal-
rolle i mesoamerikansk religion og det rituelle liv. Tzintzuntzan formo-
let, at metalarbejde blev en integreret del af den materielle kultur i Mi-
des at have haft omkring 25-30.000 indbyggere, men den var langtfra den
choacan, ikke mindst kobber, men også sølv og guld. Det var begyndelsen
eneste store by i Michoacan på dette tidpunkt. Zacapu, ca. 40 km nord-
på en udvikling, der fortsatte ind i den efterfølgende postklassiske peri-
vest for Patzcuaro-søen, anslås at have huset en befolkning på henved
ode, hvor kobber og guldgenstande blev en slags etnisk markør for Mi-
20.000, og helt nye undersøgelser baseret på LIDAR-teknologi har vist, at
choacan. Metalforarbejdningsteknikkerne kan muligvis spores til Peru og
den hidtil næsten ukendte purépecha-by Angamuco på den østlige side af
Ecuadors kystområder.
Patzcuaro-søen, kan have haft så mange som 100.000 indbyggere. Det er
Den postklassiske periode: Det taraskiske imperium (ca. 900-1521 e.v.t.) Den postklassiske periode er bl.a. karakteriseret ved en gradvis mindre og mindre kontakt med det centrale Mexico, og tilsvarende øget vægt på regionale og lokale udviklinger og relationer. I begyndelsen af den sene postklassiske periode, omkring 1300, fandt en indvandring af aztekisk-talende folk sted nordfra, bl.a. chichimekere og nahuaer, og heriblandt grundlæggerne af purépecha’ernes kongelige dynasti, uacúsecha’erne (’ørnene’). Det var angiveligt relativt små grupper, der hurtigt blev assimileret ind i de eksisterende kulturelle og sproglige traditioner. Det lader til, at purépecha’erne således delte en overordnet vandringsmytologi med aztekerne, som ligeledes sporede deres kongehus’ oprindelse tilbage til en forening af indvandrende nomadiske folk og de allerede etablerede landbrugs- og bykulturer. Ifølge Relación de Michoacan (fra ca. 1540) var det herskeren Taríacuri, der i første del af 1300-tallet samlede de enkelte, uafhængige byer omkring Patzcuaro-søen til én stat. Omkring 1325 grundlagdes Patzcuaro som den første hovedstad i purépecha’ernes rige. Taríacuris efterfølgere ekspanderede riget, og, som i det centrale Mexico, er der fra denne periode vidnesbyrd om en markant befolkningstilvækst. Hovedstaden blev siden flyttet til Ihuatzio på bredden af den sydøstlige del af Patzcuaro-søen, og endelig, omkring 1450, til Tzintzuntzan, som fra da af og frem til den spanske invasion fungerede som det politiske og religiøse centrum i purépecha’ernes verden. Tzintzuntzan ligger ved den nordøstlige bred af Patzcuaro-søen og domineres af en enorm rektangulær plat-
dog endnu uklart, om der boede så mennesker her på én gang, eller om tallet snarere viser befolkningstallet over en længere tidsperiode. Purépecha’erne og deres magt og indflydelse var altså vokset betydeligt i løbet af et århundrede, og Helen Pollard understreger, at Michoacan således: ”was transformed from a Mesoamerican periphery into a Mesoamerican core” (2000b: 71). Dermed blev taraskerne også for alvor en trussel for den absolutte stormagt i det vestlige Mesoamerika på dette tidspunkt – det aztekiske imperium. Fra omkring 1430 og fremefter blev konflikter med aztekerne hyppigere, og de sidstnævnte opførte en række forter langs grænsen til det taraskiske imperium, bl.a. for at beskytte Toluca-dalen som lå som en buffer mellem Michoacan og Mexico-dalen. I 1478 ledte den aztekiske hersker Axayacatl (regerede fra 1469-81) en krigskampagne ind i det taraskiske område, men angrebet endte i en ren massakre, og tusinder af aztekiske krigere mistede livet. Derefter fulgte ingen egentlige erobringsforsøg fra aztekernes side, og man koncentrerede sig primært om at sikre grænsen. Der var dog fortsat sammenstød og kampe, f.eks. ved det taraskiske angreb på det aztekiske fort i Oztuma i Guerrero i 1499. På trods af grænsedragningen ved vi, at der foregik handel på tværs af de to stridende stormagter, så vi skal ikke forestille os et jerntæppe, der udelukkede enhver form for kommunikation og sameksistens. På baggrund af Relación de Michoacán og andre skriftlige dokumenter fra 1500-tallet, kan det taraskiske imperiums udstrækning og dets ekspansion i 1400-1500-tallet kortlægges ret præcist. Det var særligt mod vest og sydvest, at der blev erobret nye områder, og på sit højeste kontrollerede cazonci’en i Tzintzuntzan et
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Danske ver s i on er — Søer n es L an d: D e p r æco lu m b ia nsk e k u lt u r e r i M i c hoaca n
enormt område, anslået til et areal på 75.000 km2, der strakte sig fra Ler-
blokke i Tzintzuntzan. Selvom vi finder flere fælles træk mellem purépe-
ma-floden i nord til Balsas-floden i syd.
cha’ernes religion og de øvrige mesoamerikanske trossystemer, så er der
I forhold til religion og gudernes verden, er Relación de Michoacán vores
flere punkter, hvorpå den synes at adskille sig. Deciderede regnguder sy-
absolut vigtigste kilde, og her finder vi flere ritualer og ceremonier be-
nes mærkeligt nok at mangle, og nedbør hørte under jordgudinden Cuer-
skrevet, ofte med ledsagende illustrationer udført af en taraskisk kunst-
auáperis domæne, ligesom den vigtige rolle som skytsgud var delt mellem
ner. Det er således fra dette værk, at vi har en enestående beskrivelse af
Curicaueri og måne- og frugbarhedsgudinden Xarátanga. På trods af fle-
de ritualer, der var en del af en herskers begravelse. Vi lærer gennem tekst
re udgravninger og den uvurderlige information, som vi har fra Relación
og billeder, hvorledes den afdøde blev viklet ind i fornemt stof og udstyret
de Michoacán, må vi med Pollards ord erkende at: ”Major gaps exist in our
med en maske, før hele dødebundtet blev kremeret sammen med rige of-
understanding of Tarascan culture” (Pollard 2000a: 68).
fergaver. Som allerede nævnt, så har vi kun få skulpturer og billeder, der
Den spansk-ledede erobring af Michoacan begyndte i 1522, året efter
kan hjælpe os til at forstå taraskisk religion og mytologi. En række coyote
Tenochtitlans fald, anført først af Cristóbal de Olid og siden af den skån-
stenskulpturer fra Ihuatzio samt mulige tronstole, ligeledes formet som
selsløse Nuño de Guzmán. Purépecha’ene havde dog deres sidste cazonci
coyoter, antyder dog, at netop dette væsen spillede en særlig rolle. Fra
siddende ved magten helt frem fra til 1530, hvor han, Tangáxuan II, blev
Patzcuaro og Ihuatzio findes også de såkaldte Chacmool-skulpturer, som
henrettet af spanierne. I 1536 etablerede Vasco de Quiroga et bispedømme
er så karakteristiske for den postklassiske periode og som stod placeret
med sæde først i Tzintzuntzan og siden i Patzcuaro. Det var denne histo-
øverst på tempelplatformene og blev anvendt i forbindelse med offerri-
riske virkelighed, præget dels af voldsomme omvæltninger, ødelæggelser
tualer. Værd at nævne er desuden en fornem kobbermaske med lukkede
og drømme om en ny verdensorden, dels af en stærk indiansk kultur med
øjne og åben mund, som måske er en lokal version af den aztekiske gud
en tusindårig lang historie bag sig, som Broder Jakob skulle ankomme til,
Xipe Totec eller beregnet til at placere på de førnævnte dødebundter. El-
da han engang i midten af 1540erne satte ud fra Mexico City og begav sig
lers er det visuelle udtryk præget af geometriske mønstre, såsom spiraler
vestpå til Michoacan, til fiskernes og søernes land.
og ”liggende” s-former, både på keramikken og indhugget i byggestens-
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Ha n s Ro ska m p — Da n sk e versi o n er
Michoacans fysiske og åndelige erobring: Fra Curicaueri til Guds rige Hans Roskamp El Colegio de Michoacán Omkring 1000-1300 e.v.t. havde der udviklet sig hierarkiske samfund i
per (hovedsageligt matlatzinca’erne eller pirinda’erne), som til gengæld
Michoacans (“fiskernes land” på nahuatl) frugtbare områder, og der var
for deres militærtjeneste fik tilladelse til at bosætte sig i zoner langs ri-
blevet anlagt imponerende bycentre med fremragende arkitektur, som
gets grænseområder. Tributbetaling var dog ikke den eneste økonomiske
var opført til både verdslige og religiøse formål. Der blev talt flere sprog
kilde, der bidrog til at opretholde statsapparatet og den religiøse orden,
i rigets mindre herskerdømmer kaldet cacicazgos, herunder både nahuatl
der udgjorde en af rigets grundlæggende søjler. Mange værdifulde og ek-
og taraskisk (som i dag kaldes purépecha), hvor lokale og regionale slæg-
sotiske varer tilflød eliten gennem handel med aktører inden for og uden
ter regerede og legitimerede deres magt gennem udøvelsen af en række
for kongeriget og som følge heraf kom købmænd til at nyde stor prestige
religiøse praksisser og trossystemer. Den mest kendte slægt var ‘ørne-
i det præcolumbianske samfund. Mens købmænd primært handlede med
klanen’ (uacúsecha), der ifølge deres egen mytologiske beretning vandre-
forarbejdningsredskaber, brugsvarer og genstande med stor symbolsk
de fra den nordlige del af regionen (omkring det nuværende Zacapu) til
værdi, var fremstillingsteknologier og underliggende politisk-religiøse
bredden af Patzcuaro-søen, hvor de bosatte sig blandt befolkningsgrup-
ideologier også elementer, som blev udvekslet. De bevægelser og aktivite-
per, der var ankommet til stedet tidligere. Slægten øgede sin indflydelse
ter, der udspillede sig i handelsnetværkene spillede en væsentlig rolle for
gennem ægteskabsalliancer og militære kampagner, men det antages, at
udvidelsen af taraskerriget og var ofte forløbere til efterfølgende erobrin-
det var kulturheroen Tariacuri (1380-1420 e.v.t.) som igangsatte en allian-
ger, hvor herskerne ønskede at udøve mere direkte kontrol over særlige
cedannelse med de omkringliggende cacicazgos på en mere systematisk
naturressourcer eller råvarer. Ædelmetaller, såsom kobber, sølv og guld,
måde og dermed konsoliderede et tredobbelt forbund, der omfattede by-
fandtes i betydelige forekomster i det sydlige lavland i Michoacan (det
erne Tzintzuntzan, Ihuatzio og Patzcuaro. Interne konflikter forårsagede
såkaldte tierra caliente), og blev i begyndelsen handlet mellem købmænd,
dog et senere brud på denne alliance. Omkring 1460-1480 e.v.t. fremstod
men senere blev metallerne inkluderet i den skat, som områdets lokale
Tzintzuntzan som den altoverskyggende hovedstad i det, der i 1500-tallet
indbyggere skulle betale, efter at taraskerne havde erobret regionens mi-
blev kendt som taraskerriget, hvis territorier til sidst strakte sig ud over
ner og metalforarbejdningspladser (Alcalá, 2008; Paredes Martínez, 2017,
de nuværende grænser for staten Michoacan og omfattede dele af staterne
75-124).
Guerrero, Mexico, Guanajuato, Jalisco og Colima.
Taraskernes konge blev kaldt irecha (’folkets herre’) på purépecha og
Tribut- eller skattebetaling spillede en grundlæggende rolle i økono-
caltzontzin (’den ædle husherre’) på nahuatl. Herskerne i Tzintzuntzan hav-
mien i taraskerriget, hvor særlige embedsmænd, kaldet ocámbecha, orga-
de guddommelig status og blev betragtet som efterkommere af den første
niserede og overvågede leverancer af en række produkter, der tjente til at
offerpræst Thicatame, og dermed den jordiske repræsentant for ild- og
opretholde elitens livsførelse og religionsdyrkelse, både lokalt og regio-
solguden Curicaueri (’Han, der trådte frem af ilden’), som var skytsgud for
nalt. De obligatoriske tributbetalinger omfattede personlige tjenester så-
uacúsecha-slægten. De antog jæger- og krigeridentitet med bue og pil som
som landbrugsarbejde i markerne for den øverste elite og ved templerne,
en af deres hovedattributter og kaldte sig for chichimekere. Herskerens
udførelsen af huslige pligter for eliten og deltagelsen i bygningsanlægnin-
samt hans vasallers hovedansvar var at behage og fodre guderne med ofre
ger og krigstogter. Sidstnævnte aktivitet var et nøgleelement i taraskernes
af ild, røgelse, landbrugsprodukter (bl.a. majs og chili), alkoholiske drikke
modstand mod fjendtlige angreb, især fra den magtfulde tripelalliance fra
og blod fra både dyr og mennesker. Man antog, at ritualiserede offerhand-
Mexico-dalen dannet af Mexico-Tenochtitlan, Texcoco og Tlacopan. For
linger var nødvendige for at sikre kontinuiteten i kosmos, i riget og blandt
at styrke sit forsvar allierede taraskerne sig også med tilvandrende grup-
alle dets indbyggere. Den taraskiske kalender bestod af 360 dage opdelt i
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Danske ver s i on er — Mi ch oacan s fys i s k e o g å nd e li g e e ro b r i ng : F r a C u r i cau e r i t i l Gu d s r i g e
18 perioder, á 20 dage, som dannede rammen for fejringen af religiøse fe-
og til gengæld kunne tributbetalerne så nyde kongelig og guddommelig
ster, som typisk var præget af omfattende ritualer dedikeret til forskellige
beskyttelse. I det vigtige årlige ritual kaldet equata cónsquaro (’pilefesten’)
guddomme. Taraskerne mente, at guddommelige væsener manifesterede
forkyndte ypperstepræsten (petámuti, ‘Han, der har ordet’) og andre reli-
sig i form af himmellegemer, bjerge, huler, søer, floder og flora og fauna.
giøse embedsmænd om kongerigets og uacúsecha-slægtens hellige op-
De forestillede sig deres land som en gudinde, der lå på maven, med ho-
rindelse og specificerede vasallernes forpligtelser. Taraskerne anså deres
vedet vendt mod vest, benene strakt mod øst og hendes udstrakte arme
skæbne for at afhænge af Curicaueris og de øvrige guders vilje og ind-
pegende mod nord og syd, alt imens andre gudefigurer holdt hende på
griben. Det skal bemærkes, at disse ceremonier sluttede med retssager,
plads.
som blev ført mod personer, der blev dømt til døden og henrettet, hvis de
Curicaueri var ikke den eneste gud, der skilte sig ud i taraskernes gudekreds, og eksempelvis var Xaratanga (’Hende, der giver andre glæde’) en anden fremtrædende gudeskikkelse. Hun var gudinden, der blev forbundet med månen, fertilitet og med majs, bønner og chili-dyrkning, ande- og vagteljagt samt fiskeri. Xaratanga blev tilbedt og påkaldt året rundt, men de vigtigste ceremonier, der blev afholdt til hendes ære, blev sandsynligvis udført omkring høsttiden. Hos taraskerne spillede hun og Curicaueri grundlæggende roller for idéer om skabelsen, udvidelsen og konsolideringen af deres rige. En pudsig kendsgerning ved disse to guder er, at ædle metaller blev anset for at være deres hellige ekskrementer; guld var forbundet med Curicaueri, sølv med Xaratanga. Ifølge deres verdensopfattelse levede taraskerne i den fjerde sols tidsalder eller epoke, hvor guderne havde ødelagt tre tidligere verdener, fordi de var ufuldkomne. Den forrige verden var gået under i store oversvømmelser, der havde varet i fem dage. Guderne havde skabt menneskene i et fad ved hjælp af otte kugler af aske og blod ofret af Curita Caheri (’Mægtige ild’ eller ’Mægtige præst’). Denne skikkelse var budbringeren for de himmelske guder, navnligt modergudinden Cuerauahperi (’Hende, der bortskænker fra sin mave’), som var forbundet med fødsel, regn og den østlige verdensretning, hvor solen står op. Nahuaerne, der boede i det sydlige Michoacan, ser ud til at have haft lignende idéer om, at menneskeheden var skabt i et kar af en blanding af aske og blod, skønt deres hovedgud var Tezcatlipoca (’Rygende spejl’). Herskernes magt og autoritet blev, ligesom deres undersåtters rettigheder og forpligtelser, begrundet, legitimeret og håndhævet gennem en række offentlige ritualer og en kompleks administrativ struktur, der var styrende for riget, samt en detaljeret officiel historie (i forskningslitteraturen ofte benævnt som en grundlæggelsesmyte). Irecha’en udpegede guvernørerne i de større taraskiske bosættelser, og de var ofte medlemmer af hans egen familie eller slægt. Det førnævnte tributsystem sikrede, at varer og tjenester tilflød eliten, som således kunne opretholde deres livsførelse,
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havde forbrudt sig imod de eksisterende love (Alcalá, 2008; Beltrán Henríquez, 2012). Erobringen Før nogen spanier satte fod i Michoacan, var deres ankomst blevet forudsagt gennem varsler, orakler og usædvanlige fænomener, som folk fortolkede som en slags guddommelige signaler: sten, der faldt ned fra templets mure, og den pludselige fremkomst af to kometer på himlen. Det blev sagt, at en kvinde, der indtog en hallucinerende drik, som var tilberedt af modergudinden Cuerauahperi, blev hentet af guden Curicaueri (der steg ned i skikkelse af en stor ørn) og ledt til et møde hos guderne, hvor europæernes ankomst og den gamle religions snarlige forandring blev forudsagt. Fortællinger af denne art afspejlede sandsynligvis den alarmerende nyhed, der kom fra andre indfødte grupper om anmodninger om at modtage militær støtte fra nabogrupperinger, herunder fra mexica’erne. Der kom også rapporter om de katastrofale virkninger som sygdomme, medbragt af de fremmede forårsagede, og som begyndte at dræbe Michoacans indbyggere, før et fysisk møde med erobrerne overhovedet fandt sted. Et af ofrene var taraskernes næstsidste konge, Zuangua, som døde i 1520. Den efterfølgende usikkerhed forværrede de interne spændinger og intensiverede magtkampene. Zuanguas efterfølger og ældste søn, Tzintzicha Tangaxoan, havde til hensigt at dele magten med sine brødre, men en af hans rådgivere såede mistanke om forræderi, hvilket fik herskeren til at henrette sine slægtninge (Alcalá, 2008, 247-258). Selve erobringen begyndte, da en gruppe spaniere ankom til grænsebyen Taximaroa den 23. februar 1521. Dette første møde varede dog kun i to dage, mens det næste møde, senere samme år blev til et længere ophold i Tzintzuntzan. I løbet af deres tid i taraskernes hovedstad blev Antonio Caicedo og to ledsagere udklædt og hædret som guder. Da de rejste tilbage til Coyoacan, hvor Hernán Cortés havde taget ophold, blev de ledsa-
Ha n s Ro ska m p — Da n sk e versi o n er
get af et stort følge af taraskere, der medbragte gaver til kong Karl V. Kort
taraskerne. Den ældste søn, Francisco Tariacuri, tjente som indiansk gu-
tid efter tog fire spaniere (med deres indianske allierede fra det centrale
vernør i Michoacan fra 1543 til 1545 og han efterfulgtes af sin bror, Antonio
Mexico) ophold i Tzintzuntzan i et par dage, undervejs på en ekspedition
Huitzimengari, der besad posten frem til 1562 (López Sarrelangue, 1965,
til Colima. I juli 1522 sendte Cortés en større ekspedition til Michoacan
47-57, 169-205).
for at iværksætte arbejdet med at etablere en spansk koloni der. Denne gruppe blev ledet af Cristóbal de Olid. Imidlertid frygtede kongen, Tzintzicha Tangaxoan, at hans rige skulle blive knust, så han befalede sit folk at forberede et forsvar, anlagt på forskellige strategiske steder. Men i sidste ende valgte han dog at undgå en militær konfrontation, og den 25 juli blev Olid og hans følge modtaget i hovedstaden under fredelige forhold. I de efterfølgende år forsøgte den taraskiske hersker, der blev døbt og fik navnet Francisco, at efterkomme spaniernes vilje, uden at slippe kontrollen over sine undersåtter. Det intensiverede imidlertid uundgåeligt spændingerne, for hans forehavender førte til interessekonflikter med erobrerne. Et særligt vigtigt punkt i konflikten involverede encomienda-systemet som var en spansk institution, der tildelte et antal indianere til hver af erobrerne, med tilladelse til at udnytte dem som arbejskraft. Til gengæld havde spanierne pligt til at beskytte dem og understøtte deres konvertering til kristendommen. Herskeren havde dog fortsat modtaget tributbetaling, og han blev anklaget for at vende tilbage til gamle religiøse skikke, som spanierne havde forbudt. Den mest alvorlige påstand mod ham var imidlertid, at han havde beordret flere spaniere myrdet. Den 14. februar 1530, efter en retssag hvor han blev tortureret, blev Tzintzicha Tangaxoan (Francisco) henrettet af Nuño de Guzmán. Denne skelsættende begivenhed fik en enorm symbolsk betydning, og indvarslede det taraskiske riges endelige undergang (Warren, 1989, 323-362). Det tomrum der åbnede sig i Michoacans indianske regering efter henrettelsen af Tzintzicha Tangaxoan, blev udfyldt af Cuiniharangari, som var en tæt samarbejdspartner og adoptivbror til den dræbte hersker. Han var også blevet mishandlet af Guzmán, men efter sin løsladelse tjente han som guvernør i provinsen frem til sin død i 1543. Dette højstående medlem af eliten, som blev døbt Pedro, spillede en stor rolle i overgangen fra den præcolumbianske verdensorden til oprettelsen af kolonien. Hans vidneudsagn ved retssagen i 1530 voldte dog alvorlig skade på herskerens ry, og senere skulle Cuiniharangari–under henvisning til Tzintzicha Tangaxoans påståede fravær og manglende evner–tage æren for at have sikret en fredsaftale mellem taraskerne og spanierne. Efter deres fars død forsøgte Tzintzicha Tangaxoans børn at forbedre hans eftermæle ved at fremhæve det store lederskab, han udviste i de historisk svære tider for
Omvendelsen til kristendommen Cuiniharangari var blandt de første højtstående taraskere, der deltog i gudstjenester i Michoacan. Det skete under hans korte fangenskab hos Cristóbal de Olid, der ankom til Tzintzuntzan i midten af 1522. Missionsarbejdet i dette område begyndte først for alvor i slutningen af 1524, da Tzintzicha Tangaxoan sendte et antal taraskiske elitesønner afsted til franciskanermunkene i Mexico City, for at lade dem blive undervist i den nye tro. Herskeren selv blev også døbt med Cortés som sin gudfar, sandsynligvis i 1525, i mexica’ernes gamle hovedstad. Munkene gav ham det kristne navn Francisco, fordi han var den mest betydningsfulde af deres indfødte konvertitter. Under sit ophold i Mexico City bad den taraskiske hersker om at få missionærer sendt til Michoacan for at kristne sine undersåtter. Gruppen blev ledet af munken Martín de Jesús (eller Martín de la Coruña) men også Broder Ángel de Valencia deltog. De blev modtaget med store gæstfrihed af taraskerne og anbragt i kongens palads i Tzintzuntzan. De lokale indbyggere hjalp senere med at bygge et lille kloster og den første kirke af træ, som var dedikeret til Sankt Anna. Den første gudstjeneste blev ledet af Broder Martín de Jesús, og foregik til lyden af instrumenter, der traditionelt blev spillet under ritualer for de førspanske guder. Det var medlemmer af den taraskiske eliteklasse, der var de første til at lade sig døbe, men den indianske befolknings omvendelse til kristendommen var en vanskelig proces, der skulle komme til at tage lang tid. Især i de første år mødte missionærerne stor modstand, for de kristne præster blev trodset af den gamle præsteklasse, der søgte at overbevise folket om at fortsætte med at tilbede deres gamle guder. De argumenterede for eksempel for, at disse fremmede missionærer faktisk var forklædte troldmænd eller genfærd, og som blev til skeletter om natten og vendte tilbage til underverdenen, hvor deres kvinder ventede på dem. De mente desuden, at dåbsvandet var blod, der skadede de børn, som blev døbt i det. På trods af kolonimagtens nidkære og systematiske bestræbelser på at ødelægge taraskernes templer og religiøse symboler og undertrykke deres gamle religiøse praksisser, fandt mange indianere udveje til at fortsæt-
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te med at tilbede deres guder. Et af de problemer, der mødte prædikanter-
raskernes eget sprog, bl.a. Thesoro Spiritual en la Lengua de Mechuacan (1558)
ne var alkoholindtagelse, som var et særligt vigtigt element i de indianske
og Diálogo de Doctrina Christiana en Lengua de Mechuacan (1559). En anden
ritualer. Et andet var elitens skik med flerkoneri, hvilket var fuldstændigt
vigtig bog var munken Alcalás værk: Doctrina Christiana en Lengua de Mi-
uforeneligt med det hellige ægteskabs sakramente, men som først blev
choacán fra 1537 (León Alanís, 1997b).
udryddet efter flere årtier (Warren, 1989, 105-129).
At kunne oversætte de kristne begreber korrekt, og finde ord på det
I begyndelsen arbejdede franciskanerne fra deres hovedkvarter i
oprindelige sprog, som dækkede dem på en passende måde, uden at for-
Tzintzuntzan og besøgte primært byer omkring Patzcuaro-søen, hvor
veksle dem med de præcolumbianske religionsbegreber, var en enorm
de passede de syge, prædikede mod afgudsdyrkelse og underviste i kri-
udfordring, og det var umuligt at undgå misforståelser. De fejl, der blev
stendommens lære. Da antallet af munke i brødremenigheden voksede
begået i starten, forvirrede utvivlsomt alle involverede. Oversættelse af
op gennem 1530’erne og 1540’erne, udvidede de deres aktiviteter til områ-
ordet ‘Gud’ til Cuerauahperi, som var det oprindelige navn på den gamle
der længere væk fra hovedstaden i Michoacan. De påtog sig arbejdet med
modergudinde, indfangede for eksempel betydningen af ‘skaberen’ gan-
opførelsen af klostre i blandt andet Guayangareo, Patzcuaro, Acambaro,
ske godt, men det medførte nok (i begyndelsen), at mange taraskere op-
Zinapecuaro, Uruapan, Tarecuato og Zacapu (León Alanís, 1997a, 52-71).
fattede den kristne gud som havende kvindelige attributter. Det skyldes
De missionærer, der kom til Michoacan i denne periode omfattede blandt
at morfemet <ua> på purépecha identificerer livmoderen, hvorfra men-
andre Broder Jerónimo de Alcalá, Broder Juan de San Miguel, Broder Mi-
nesker blev ‘løsladt’ (dvs. født). Det er desuden interessant, at en anden
guel de Bolonia, Broder Jakob den Danske og Broder Maturino Gilberti, de
måde at benævne Gud var med udtrykket irecha (som substantiv), et ord,
to første af spansk oprindelse, de andre fra henholdsvis Italien, Danmark
der tidligere kun blev brugt om den indianske herskertitel. Dette ord blev
og Frankrig. Broder Jakob, hvis liv og værker analyseres detaljeret i andre
senere benyttet på en ny måde for at indikere en høj status, som vi kan
kapitler i denne bog, var den centrale figur i omvendelsen af det centra-
se i kombinationen irecha obispo, ‘hersker biskop’ (Monzón og Roth, 1999,
le og nordvestlige Michoacan. Efter næsten to og et halvt årti med intens
169, 176). Selv Gilberti, den store ekspert i taraskernes sprog, erkendte, at
missionsvirksomhed, opnåede han stor anderkendelse blandt de indfødte
det var ekstremt kompliceret at oversætte store dele af de centrale passa-
konvertitter, og han døde i klosteret i Tarecuato i 1566 eller 1567 (Rasmus-
ger fra de kristne religiøse tekster. Faktisk blev udgivelsen af hans Diálogo
sen, 1992).
blokeret af den hellige inkvisition, da beskyldninger om angiveligt “skan-
Disse tidlige missionærer mente, at det var vigtigt at lære mere om
daløse” dele af bogens indhold blev bragt for dagen. Dette angik særligt
områdets oprindelige kultur, især om indbyggernes historie og deres ver-
tilfældet med trosartiklen om den hellige treenighed, som på grund af
densopfattelse. Omkring 1539-1540 skrev Broder Jerónimo de Alcalá en
dens kompleksitet forårsagede forvirring og var vanskelig at forklare kor-
righoldig beskrivelse af det taraskiske samfund før erobringen, og bo-
rekt på purépecha (Franco Mendoza, 2015, 247-375). Omvendelsesarbejdet
gen er i dag en af vores vigtigste kilder til viden om disse forhold. Værket
førte altså både til nye sproglige udtryk på purépecha og tilføjelsen af nye
bygger på vidnesbyrd, som han samlede fra taraskiske elitemedlemmer
betydninger eller funktioner til allerede eksisterende ord, der refererede
samt sine egne oplevelser, og bærer titlen Relación de las Ceremonias y Ritos
til religiøse aspekter af den gamle indianske religionspraksis (Monzón og
y Población y Gobernación de los Indios de la Provincia de Michoacán, normalt
Roth Seneff, 1999).
forkortet til Relación de Michoacán (Alcalá, 2008). Missionærernes væsent-
Franciskanerne var de første, men ikke de eneste, aktører, der var
ligste redskab til at gennemføre en omvendelse til den kristne tro, var
involveret i missionsarbejdet i Michoacan. De blev efterfulgt af augusti-
uden tvivl kendskabet til de indianske sprog. For at fremme indlæringen
nerordenen, der etablerede deres første klostre i Tiripetío og Tacámbaro.
af disse sprog, udarbejdede munkene adskillige grammatikker og ordbø-
De begyndte deres missionsaktiviteter i de varmere regioner i lavlandet i
ger, herunder Arte de la Lengua de Michuacan (1558) og Vocabulario en Lengua
1538, men i 1567 blev dette område overdraget til præster fra bispedømmet
de Mechoacan (1559), som blev forfattet af Broder Maturino Gilberti. Den
i Michoacan, og augustinerne flyttede deres aktiviteter til de mere tem-
produktive Broder Maturino skrev desuden forskellige værker, som skulle
pererede zoner mod nord. Bispedømmet blev oprettet i 1536, men dets
anvendes til at viderebringe centrale elementer fra den kristne lære via ta-
første biskop, Vasco de Quiroga, overtog det først reelt i Tzintzuntzan i
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Ha n s Ro ska m p — Da n sk e versi o n er
1538. En af hans første ordrer var at flytte bispestolen til den nærliggende
tidspunktet var den indfødte guvernør i Michoacan (Warren, 1997). Selv-
by Patzcuaro. Det skete i 1539-1540. Af forskellige årsager spillede bispe-
om andre hospitaler i regionen blev bygget efter den samme model, var
dømmet her ikke en afgørende rolle i de tidlige år, men fik gradvist større
deres omfang mere beskedne. Fælles for dem er, at de oplevede deres mest
indflydelse og mere betydning fra anden halvdel af 1500-tallet og fremef-
indflydelsesrige periode i 1600-1700-tallet, før de led en alvorlig tilbage-
ter. I denne periode blev mange af de områder, der tidligere hørte under
gang i slutningen af 1800-tallet og begyndelsen af 1900-tallet. I dag opret-
munkeordenerne omdannet til sogne, som var administreret af sekulæ-
holder flere byer i Michoacan deres hospitaler eller i det mindste de gamle
re præster, hvilket var en afgørende forandring, som udløste voldsomme
kapeller, som fortsat udfører nogle af de funktioner, som har udspring i
uenigheder mellem franciskanerne og augustinerne, der hver især måtte
grundlæggelserne for omkring 450 år siden.
se deres indflydelse og interesser svækkede. Ligeledes skal det bemærkes,
Præstestanden viede i særlig grad børn opmærksomhed. Dels lærte
at jesuitterne, som dukkede op på scenen i 1573, deltog i omvendelsesar-
de hurtigere og de kunne hjælpe med at videreføre kendskabet til kristen-
bejdet, hvor de i starten helhjertet helligede sig til undervisning i Colegio
dommen til voksne. Missionærerne brugte desuden malerier og tegninger
de San Nicolás, hvor man uddannede præster. Senere udførte jesuitterne et
til at illustrere deres mundtlige forklaringer på de vigtigste kristne te-
betydeligt missionærarbejde i bl.a. Patzcuaro og i bjergegnen Sierra Ta-
maer. De indianske folk var allerede fortrolige med forskellige former for
rasca. Ligesom franciskanerne før dem, måtte de nyankommne religiøse
ikonografisk kommunikation, fordi de havde erfaring med at fremstille
ordener også lære sig områdets oprindelige sprog, og de havde også deres
forskellige former for dokumenter med oplysninger om alt fra skattebeta-
egne berømte eksperter, hvoraf nogle (f.eks. augustinermunken Juan de
linger, landområder, slægtsskabsberetninger til historiske optegnelser af
Medina Plaza og jesuitten Juan Ferro) producerede skriftlige værker (León
grundlæggelsen af forskellige landsbyer; en praksis, der fortsatte op gen-
Alanís, 1997a, 71-260).
nem 1500-tallet. Efterhånden lærte nogle indianere (frem for alt medlem-
En institution, der spillede en særlig vigtig rolle i evangeliseringen
mer af elitestanden) det latinske alfabet, indført af spanierne og undervist
blandt Michoacans indianske befolkning, var hospitalet, som opnåede
af præster, og lærte at læse og skrive på deres eget modersmål. Mundtlige
udbredt popularitet i regionen fra omkring 1530 og fremefter. Hospita-
overleveringer fortsatte med at have stor vægt i det daglige liv, og det var
lets bygninger, inklusiv et kapel, var rejst omkring en central gårdhave og
kun ganske få der mestrede at skrive og læse og byens interne administra-
her passede man de syge, og tilbød tillige indkvartering for rejsende. Det
tion (f.eks. skattebetalinger, lister over kommunale indkomster og udgif-
dannede også rammen for afholdelsen af valg og forskellige møder for de
ter, valghandlinger, juridiske sagsakter) lå i hænderne på en lille, privile-
lokale myndigheder og samfundets fælles arbejdsindsatser blev organise-
geret gruppe. De var afgørende aktører i forhold til sager, der drejede sig
ret her. Det var også stedet, hvor uddannelse, det vil sige undervisningen i
om civile og religiøse forhandlinger med eksterne myndigheder, især når
den nye tro, fandt sted under beskyttelse af Jomfruen af Den Ubesmittede
det handlede om at få adgang til de forskellige domstole. Her forsvarede
Undfangelse. Hospitalerne udgjorde på denne måde et centrum for livet i
indianerne ihærdigt deres rettigheder og privilegier, og de forsøgte både
kolonibyerne i området, og blev grundlagt samtidig med bestræbelserne
at løse de mange problemer de oplevede med ikke-indfødte, og behandle
på at flytte indianerne fra deres små, spredte bosættelser og koncentrere
de tvister, der opstod imellem dem internt.
dem i byer, som var bygget på by- og organisationsmodeller medbragt fra
Der er meget der tyder på, at den akkulturationsproces, der fandt
Spanien. Målene var at lette den politiske, religiøse og økonomiske ad-
sted i de første årtier efter erobringen primært fandt sted blandt medlem-
ministration af den oprindelige befolkning og sikre deres fredelige eksi-
merne af eliten, dvs. dem som havde tilhørt den præcolumbianske her-
stens i et ordnet samfund, som var reguleret af kristne skikke og ritualer
skerklasse. Fra begyndelsen havde denne gruppe udfyldt en vigtig rolle
(Paredes, 2017, 146-157). De første hospitaler og congregaciones (tvangsfor-
som mellemled mellem spanske embedsmænd, udsendte fra hoffet, mis-
flytninger af indianere til byer) tilskrives Vasco de Quirogas arbejde og
sionærer og indianerne. Medlemmer af de gamle indianske elitefamilier
franciskanernes indsats, navnlig munken Juan de San Miguel. Det mest
var de første, der blev døbt, klædte sig i spansk stil, red på hest, bar sværd,
kendte tilfælde er pueblo-hospitalet (Santa Fe de la Laguna), der blev grund-
giftede sig med efterkommere af spanske erobrere og blev uddannet af
lagt af Quiroga i 1533 med støtte fra Don Pedro Cuiniharangari, som på
præster. Et særligt velkendt tilfælde er Antonio Huitzimengari, den sid-
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ste taraskiske konges yngste søn. Mens han boede i Patzcuaro, opnåede
interessante synkretisme ses i ritualerne som udføres på Allehelgensdag
han et fremragende kendskab til spansk, latin og græsk og samlede et per-
(1. november) og De dødes dag (2. november), når folk ærer deres afdøde
sonligt bibliotek med trykte bøger om forskellige emner (teologi, musik,
slægtninge ved at opføre udførligt dekorerede altre i deres hjem, Altrene
grammatik osv.). Han forfattede endda en katekismus og en bønnebog på
fyldes med ofringer som copal-røgelse, blomster, stearinlys, drikkevarer,
purépecha (López Sarrelangue, 1965, 172-178). Ikke overraskende forløb
tamales, tortillas, majskolber, frugt, slik og ‘brød til de døde’ (pan de muer-
processen med at inkorporere elementer fra den vestlige kultur kun lang-
tos). De dekorerer også slægtningenes grave på kirkegården med ofringer
somt i den brede befolkning, og tilsvarende langsomt gik det i de mere
og en blomst kaldet cempasúchil (tagetes). De levende pårørende afventer
afsidesliggende, utilgængelige byer i de tropiske egne, hvor spanierne kun
den årlige ankomst af de ‘trofaste døde’ (fieles difuntos), og man tilbringer
havde en beskeden tilstedeværelse, og hvor et systematiseret omvendel-
tid sammen indtil daggry, når dagtimerne oprinder eller til natten falder
sesarbejde begyndte meget senere.
på (afhængigt af lokale skikke, som rummer en vis variation).
Fortiden i nutiden Selvom erobringen, så vidt vi ved, ikke medførte mange væbnede konfrontationer, kan den ikke kategoriseres som fredelig, og der er ingen tvivl om den enorme indvirkning, den havde på de oprindelige samfund i Michoacan. Den politiske, religiøse og økonomiske orden undergik kolossale forandringer, den hidtidige herskerklasse forsvandt og konsekvenserne af sammenbruddet ramte også befolkningens kollektive erindringer, hvorved viden om de gamle sæder og skikke forsvandt. Samtidig decimerede ødelæggende sygdomme, der kom sammen med de nytilkomne fremmede, den indfødte befolkning i løbet af 1500-tallet. På trods af at både de kristne kronikører og visse nyere historikere fremstiller omvendelsesprocessen og assimileringen som succesfuld og hurtig, så overlevede mange elementer fra den gamle oprindelige kultur dog gennem tiden og er forblevet synlige i mange af regionens samfund. Nogle af områdets bevarede kulturtræk er de oprindelige sprog (purépecha, nahuatl, mazahua og otomí), der stadig tales af tusinder af mennesker, skønt de risikerer at forsvinde på grund en af spansksproget majoritet i det offentlige liv, herunder i uddannelsessystemet. For det andet kan anvendelsen af traditionelle afgrøder (majs, bønner, chili, squash osv.) nævnes, samt jagt (på fx kaniner, rådyr, ænder og vagtler) og fiskeri. Dertil kommer den varierede kost, der inkluderer traditionelle retter som tamales, uchepos (tamales lavet med moden majs), atápakuas (krydret sauce til kød og fisk), churipu (oksekødssuppe lavet med chili og grøntsager) og charales (små fisk serveret tørret eller stegt). Derudover er der de mange oprindelige træk, der bidrager til katolske festligheder og deres tilknyttede ritualer (f.eks. dans, musik, sange og offergaver), og som giver de religiøse fester i Michoacan deres særlige kendetegn. Et meget bemærkelsesværdigt eksempel på denne
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Ud over fejringen af forskellige traditioner og skikke, der naturligvis er blevet modificeret gennem århundrederne, har de oprindelige folk i Michoacan forsøgt at redde eller bevare træk af den oprindelig kultur og styrke den kollektive identitet ved at skabe specielle festivaler og ritualer, der knytter sig til den præcolumbianske kultur. Dette kan ses som en respons på de udfordringer og processer, de står overfor i mødet med globalisering, diskrimination og marginalisering. I denne kategori findes den interessante fest, der kaldes Juchári Jimbáni Uéxurhini (’Purépecha Nytår’), hvis højdepunkt er antændelsen af den ‘nye ild’ under en ceremoni dedikeret til guden Curicaueri, som baseres på det gamle mesoamerikanske kalendersystem (Zárate 1994). Vigtigheden og betydningen af purépecha-nytåret som en samlende begivenhed (der startede i 1983) er uomtvisteligt, men det er vigtigt at forstå, at begivenheden ikke udgør en ”redning” af et ritual, men snarere en rekonstruktion af et ritual, der har politiske og kulturelle formål som sigte. Ritualets opførelse baserer sig primært på detaljerede oplysninger, der stammer fra de centralmexicanske kulturer, hvilket skyldes, at der kun findes få historiske kilder, der beretter om, hvordan ritualet blev udført i Michoacan. Den præcolumbianske fortid inkluderes ofte i de oprindelige folks identitetsdiskurser, men den afviser eller udelader ofte kolonitiden, fordi den overvejende opfattes negativt på grund af associationen med fremmed dominans, med tabet af autonomi og med ødelæggende påvirkning af sprog og kultur. Skønt erobringen bestemt medførte vold (og ikke kun af rent militær art), og de tidlige år var præget af en vis modstand, så opstod der ret hurtigt en stor loyalitet over for den kristne gud og den spanske krone blandt den oprindelige befolkning. Erindringen om den præcolumbianske fortid levede fortsat videre i starten, men med tiden blev selve ankomsten af den nye religion og alliancerne med det katolske monarki til nye højdepunkter i den kollektive historiefortælling. Talrige skriftli-
Ha n s Ro ska m p — Da n sk e versi o n er
ge kilder beretter om grundlæggelsen af forskellige indianske landsbyer
en ferskvandskilde. Da de nåede frem til et sted med en stor klippevæg
(heriblandt byer fra 17-1800-tallet) og frem for alt fortælles der fx i jord-
knælede munken og bad. Derefter rejste han sig og velsignede de enor-
skødet fra Carapan om spaniernes ankomst til Michoacan, om betaling
me stenblokke, hvorpå han bankede på dem med sin stav. Straks begynd-
af de første skatteopkrævninger såvel som om missionærernes ankomst.
te krystalklart vand at strømme ud af klipperne og dannede en kilde, der
Her beskrives også, hvordan de højtstående indianske personer blev døbt,
stadig eksisterer i dag (kaldet ‘det velsignede vandhul’, bendito ojo de agua).
om indianernes forflyttelser og om af opførelsen af kapeller og kirker. Be-
Broder Jakob takkede Gud og begyndte at døbe indianerne (Ventura, 2003,
skrivelserne i disse dokumenter fremstiller ikke, at der på tidspunktet var
182-184). En anden beretning fortæller, hvordan Jakob den Danske brugte
en længsel efter den præcolumbianske epoke, og det er kun med få undta-
sin stav til at banke på jorden i gårdhaven på det, der engang var kloste-
gelser at erobringen fordømmes. Fremkomsten af det koloniale samfund
ret Santa María de Jesús i Tarecuato. På det selvsamme sted begyndte et
og dets mennesker skildres snarere som et nyt startpunkt, der markerede
appelsintræ straks at vokse frem og ifølge lokalbefolkningen er det stadig
afslutningen på en mørk æra (Curicaueris rige) og begyndelsen på en ny
det træ, der står der i dag (Rodríguez López, 2018, 350). En anden versi-
lys tid (Guds rige). Disse opfattelser af fortiden blev i større eller mindre
on hævder, at appelsintræet faktisk er staven selv, som blev plantet der af
grad overført fra generation til generation gennem skriftlige og billedli-
dens ejer! Uanset historiernes validitet, så er disse begivenheder stadig en
ge fremstillinger, der blev kopieret med jævne mellemrum, såvel som ved
levende del af den lokale kollektive erindring 450 år efter den arbejdsom-
mundtlig overlevering i form af fortællinger, sagn og myter, hvoraf nogle
me franciskanermunks død, og han betragtes som den store grundlægger
har overlevet til vores tid (Roskamp, 2016).
og beskytter af byen, og som den, der indførte den kristne tro. I det 21.
Blandt de mange eksisterende overleveringer skildrer en af dem begivenheden, hvor byen Tarecuato grundlægges som en kolonibosættelse.
århundrede fortsætter hans skikkelse med at vise vejen i livets gang for indbyggerne i Tarecuato.
Den beretter, at da munken Jakob den Danske ankom, kom indianere fra det omkringliggende område til og bad om at blive døbt. Den danske missionær bemærkede dog, at vandressourcerne, som er uundværlige for trivsel og vækst i ethvert samfund, var knappe. Sammen med en gruppe lokale beboere, der viste vejen, gik han straks ud for at søge efter
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Danske ver s i on er — Sp rog og s p rog for sk ni ng i ko l o nit i d e ns M i c hoaca n
Sprog og sprogforskning i kolonitidens Michoacan Magnus Pharao Hansen Institut for Tvӕrkulturelle og Regionale Studier, Københavns Universitet Når man læser beskrivelser af den spanske kolonisering af Mexico, er
af europæiske sprog, kunne have forberedt ham på den ekstreme grad af
det nemt at undervurdere, eller helt overse, hvor vigtig en rolle sprog har
sproglig diversitet, han kom til at møde i Ny Spanien.
spillet i processen. Når vi forestiller os de mange møder og udvekslinger mellem spaniere og indianere, glemmer vi nemt at spørge os selv: ”jamen hvordan kunne de egentlig tale sammen?” I populære fremstillinger af erobringen kan man nemt få den opfattelse, at kommunikationen mellem de spanske kolonister og den indianske lokalbefolkning forløb uden de helt store problemer. De europæiske nytilkommere var jo tydeligvis i stand til at arbejde tæt sammen med den Ny Verdens oprindelige folk allerede fra de første møder. De udvekslede gaver og hilsner, dannede alliancer, delte information om modstandere og lagde strategier sammen, uden at sprogforskellene tilsyneladende lagde dem en hindring i vejen. Men en sådan opfattelse er fejlagtig, for sprogforskellene var faktisk en stor udfordring for den spanske imperiebygning i den Ny Verden. Det imperialistiske projekt krævede netop, at spanierne var i stand til at gøre hele kolonisystemet, med alle sine kulturbundne institutioner og dynamikker og sin implicitte europæiske verdensopfattelse, forståelig for de indianske folk, der talte hundredevis af forskellige sprog, som alle var helt anderledes end de sprog, europæerne kendte i forvejen. Nahua-kvinden Malintzin, der fungerede som tolk og oversætter for Hernán Cortés under den spansk-ledede invasion af aztekerriget, står for mange historikere som hovedsymbol på, hvor vigtig en rolle oversættelse spillede i erobringsprocessen. Men kolonihistorikere har også påpeget, hvor vigtig oversættelsen mellem europæiske og indianske sprog var, ikke kun for den militære erobring, men også for det, der ofte kaldes den ”åndelige erobring” – altså den kristne mission. De spanske munke og præster, der opnåede at kunne tale indianske sprog flydende, blev på spansk kaldt lenguas ”tunger”, mens indianske tolke, der kunne oversætte mellem indianske sprog og spansk blev kaldt nahuatlatos (et låneord som på nahuatl betyder ”nahuatl-talere”). Disse sprogeksperter spillede afgørende roller i udbredelsen af kristendommen i Mexico, og i hele koloniapparatets funktion. Da Broder Jakob ankom til Mexico i 1542, var han allerede sproglærd og beherskede mange forskellige sprog, men selv ikke middelalderens mosaik
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Sprogene i Michoacan I det 16. århundrede var det område, der senere blev til den mexicanske delstat Michoacan, endnu mere sprogligt mangfoldigt end det er i dag. Dengang var purépecha-sproget, tidligere kendt som taraskisk, det mest udbredte indianske sprog i det centrale Michoacan, ligesom det også er tilfældet i dag. Men der blev også talt mange andre sprog i området. Sprogene matlatzinca (dengang kaldet pirinda), otomí og mazahua hører til den otomangueanske sprogfamilie og de blev dengang talt i den østlige del af Michoacan, i grænselandet ind mod Toluca-dalen. Der var også flere små enklaver, hvor man talte nahuatl, aztekernes sprog, som hører til den uto-aztekiske sprogfamilie. Bortset fra matlatzinca, som nu kun tales i staten Mexico, tales disse sprog stadig i Michoacan i dag i enkelte landsbyer. Mesoamerika er navnet på det kulturområde, der inkluderer Guatemala, Belize og store dele af Mexico, El Salvador, og Honduras. Et kulturområde er en region, hvor mange forskellige folkeslag gennem lang tids kontakt og udveksling er kommet til at dele en række kulturtræk, som ikke findes uden for området. Mesoamerika er også et sprogområde, altså en region hvor de fleste af sprogene deler en række træk, selvom de ikke nødvendigvis er beslægtede i samme sprogfamilie. Sprogene er simpelthen kommet til at ligne hinanden, som resultat af at talere af sprog fra forskellige sprogfamilier har interageret og talt sammen i tusindevis af år, og gradvist lånt ord og grammatiske konstruktioner af hinanden. Selvom purépecha-folket lever inden for Mesoamerikas grænser og deler flere af de kulturtræk, der definerer det mesoamerikanske kulturområde, så er deres sprog helt unikt i regionen. Det er både fordi sproget er et såkaldt isolat, altså et sprog som ikke anses for at være beslægtet med nogle andre kendte sprog, men også fordi det har meget få af de træk, som er fælles for de mesoamerikanske sprog. Dette antyder, at purépecha-folket formentlig har deres oprindelse uden for Mesoamerika, og at de ikke har haft så
M agn us P ha rao Ha n sen — Da n sk e versi o n er
tæt omgang med talere af andre mesoamerikanske sprog, at de har over-
den taraskiske hersker Tzitzipandaquare, som tilbød dem tilflugt for den
taget sprogtræk fra dem. Nogle forskere har foreslået, at purépecha'erne
trussel som aztekerrigets ekspansion udgjorde under herskeren Axayacatl
oprindeligt ankom via Stillehavskysten, efter at have migreret fra en an-
(regerede fra 1469-1481). Sådanne vandringer, hvor et folkeslag har bosat
den del af det amerikanske kontinent. Selvom forskere har undersøgt, om
sig i et område, der oprindeligt var en anden gruppes territorium, er sket
sproget er beslægtet med sprog i Nord- og Sydamerika, er der dog ingen
utallige gange igennem Mesoamerikas historie, og har bidraget til den
vidnesbyrd om sådanne forbindelser.
sproglige mosaik, der kendetegner regionen.
Ud over de sprog, der stadig tales i Michoacan i dag, var der i det 16. århundrede en hel del andre sprog, som alle uddøde i de efterfølgende århundreder. De fleste af disse sprog kendes kun fra et sæt historiske kilder fra 1500-tallet, der hedder Relaciones Geográficas, og som er beskrivelser af de forskellige områder, der var en del af Ny Spanien (Acuña 1987). Beskrivelserne blev udarbejdet som svar på et spørgeskema, som den spanske konge udsendte i 1580erne for at lære sine kolonier at kende. Spørgeskemaet vedrørte de lokale forhold i kolonierne, blandt andet hvilke byer og naturressourcer der fandtes, hvilke folkeslag der boede der, og hvilke sprog der blev talt. I Michoacan var især Stillehavskysten hjem for et væld af forskellige sprog. Relaciones Geográficas dokumenterer således, at der fandtes sprog med navne som quaucomekisk, apanekisk, chumbia, pantekisk og tolimekisk. Disse sprog er aldrig dokumenteret på skrift og vi ved stort set intet om dem bortset fra navnene. Måske var nogle af disse sprog beslægtede med purépecha, men det er umuligt for os at afgøre i dag. Kilderne siger om quaucomeker-folket, at “de er et folkeslag med et højest obskurt sprog, men de taler og forstår normalt allesammen det mexikanske sprog (nahuatl)”. Lignende beskrivelser gives for de andre sprog på Michoacans stillehavskyst. Det lader altså til, at allerede inden spanierne og deres nahuatl-talende allierede ankom i området, brugte disse folkeslag nahuatl som et slags lingua franca, der muliggjorde kommunikation på tværs af etniske grupperinger. Den danske sprogforsker Una Canger, som i en lang karriere har studeret forskellene mellem de mange nahuatldialekter, har foreslået at sproglige særtræk i de dialekter af nahuatl, der i dag tales i det vestlige Durango og Michoacan samt det nordlige Guerrero, bedst kan forklares, hvis man antager, at de oprindeligt opstod ved, at folk i disse områder lærte nahuatl som andetsprog. Cangers forklaring støttes også af beskrivelserne i Relaciones Geográficas, som forklarer, at de folk der boede i områderne ved Aquila og Pómaro, hvor nahuatl tales i Michoacan i dag, oprindeligt var talere af andre sprog, og at de dengang talte en gebrokken form for nahuatl. Relaciones Geográficas fortæller også, at talerne af otomí og matlatzinca oprindeligt var ankommet som migranter i de purépecha-talende områder. Det fortælles, at disse folkeslag ankom, fordi de blev inviteret af
Franciskanermunke og sprogforskning i kolonitidens Michoacan Da Broder Jakob ankom til Ny Spanien, talte han allerede adskillige sprog. Som munk havde han studeret latin, græsk og hebraisk, og han talte sikkert både tysk og dansk flydende fra barnsben, og i sin tid i Spanien studerede han spansk og arabisk. Denne brede viden om forskelligartede sprog var uvurderlig for ham i hans senere missionærarbejde i Mexico og satte ham i stand til at forstå purépecha-sprogets komplekse strukturer, der er så anderledes end de fleste europæiske sprog. På sin rejse til Mexico fulgtes Broder Jakob med en anden dygtig sproglærd, nemlig Broder Maturino Gilberti. Han var ligeledes francisckaner, oprindeligt fra Poitiers i Frankrig, og 23 år yngre end Broder Jakob, dvs. ca. 35 år gammel. I Ny Spanien blev de to munkes liv og karrierer knyttet tæt sammen: De studerede begge nahuatl i Mexico City, og rejste derefter sammen til Michoacan, hvor de arbejdede sammen i klostret i Tzintzuntzan, inden Broder Jakob blev sendt til klostret i Patzcuaro. Man kan forestille sig, at Broder Jakob har været en vigtig mentor for den yngre Gilberti. I Michoacan var franciskanerne, som bl.a. havde klostre i Tzintzun tzan og Patzcuaro, dog ikke de eneste missionærer, der arbejdede for at omvende purépecha-folket i den tidlige kolonitid. Fordi der var stor mangel på missionærer, og fordi den indianske befolkning blev gradvist mindre på grund af dødelige epidemier, brugte kolonistyret en politik, der kaldtes congregación, dvs. ”samling”. Beboerne i de mindste og mest afsidesliggende indianske landsbyer blev flyttet, så de kom til at bo nær klostre og hospitaler. I Santa Fé de la Laguna havde biskop Vasco de Quiroga opbygget et landsbysamfund baseret på Tomas Mores ideer om Utopia. Den jurauddannede Quiroga var imidlertid ikke udpræget sproglærd, og bortset fra hans senere kritik af Gilbertis arbejde, lader det ikke til, at han gav sig af med studier af purépecha. Da Broder Gilberti og Broder Jakob ankom til Michoacan, var der allerede flere augustinske klostre i området. Især klostret i Tiripetío havde en vigtig rolle i regionen, for her lå Colegio de Estudios Mayores, et af de tidligste universiteter i den Ny
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Danske ver s i on er — Sp rog og s p rog for sk ni ng i ko l o nit i d e ns M i c hoaca n
Verden. Her tilbød munken og filosoffen Broder Alonso de la Vera Cruz
indianske sprog var et særdeles alvorligt og ansvarstungt arbejde i koloni-
undervisning til alle, som måtte være interesserede, herunder munke,
tidens Ny Spanien–et arbejde som tydeligvis havde såvel teologiske som
præster og endda unge fra indianske elitefamilier. Den højt respekterede
politiske implikationer. Det at kunne sproget, og dermed have autoriteten
Broder Alonso lærte at tale purépecha flydende, og blandt hans elever var
til at formidle den kristne tro til de indfødte befolkninger, var en vigtig kil-
Antonio Huitzméngari, søn af den sidste taraskiske hersker, Caltzontzin.
de til magt, og blev derfor ofte et centralt punkt i magtkampe mellem den
Huitzméngari lærte både latin, græsk og hebraisk, og underviste til gen-
katolske kirkes forskellige institutioner og organisationer. Broder Maturi-
gæld Broder Alonso i purépecha.
no Gilberti døde i Tzintzuntzan i 1585, 19 år efter Broder Jakob.
Broder Jakob og Broder Maturino Gilberti var med andre ord ikke de første munke, der blev kyndige talere af purépecha, men de opnåede begge at blive anset for at være særdeles dygtige ”lenguas” med stor viden om sproget. I 1558, da Gilberti fik trykt sit store værk om purépecha grammatik, Arte de la lengua de Michuacan, var Broder Jakob således en af de bedømmere, som gav sin positive vurdering af værkets brugbarhed i missionsarbejdet. De to munke var begge stærkt optaget af mulighederne i at benytte sproget til at forkynde de kristne trosartikler til deres indianske menigheder, et ønske der dog bragte dem begge i konflikt med deres overordnede. Broder Jakob lader til at have koncentreret sig så meget om det praktiske missionsarbejde, at han kun skrev ganske lidt, og fra hans hånd kender vi kun et enkelt skrift, som dog til gengæld er et langt argument for at tillade de dygtigste af de indianske studerende muligheden for at blive præster. I dette skrift udtrykte han i stærke vendinger, at det var en klar nødvendighed, at missionærer kunne tale det indianske sprog flydende, såfremt forkyndelsen skulle have den bedst mulige effekt. Dette var desuden en vigtig grund til, at han mente, at kristne indianere burde kunne præsteordineres. Broder Maturino delte Broder Jakobs insisteren på vigtigheden af korrekte oversættelser af de kristne tekster, og var en langt mere produktiv forfatter end Broder Jakob. Han viede en stor del af sin tid til sprogvidenskabeligt arbejde, og han skrev adskillige tekster om og på purépecha. Han udgav således en grammatik, en ordbog og to forskellige didaktiske og kateketiske indføringer i kristen tro skrevet på purépecha. Maturinos oversættelser af teologiske begreber til purépecha vakte dog skepsis blandt nogle præster. Biskop Vasco de Quiroga, der i det hele taget var mistroisk over for franciskanernes tilgang til missionsarbejdet, anså Gilbertis værker for at være teologisk suspekte, og valgte at censurere flere af dem. Gilbertis Diálogo de Doctrina Cristiana, en la lengua de Mechuacan blev direkte forbudt, kort efter at det første oplag var blevet trykt. Herefter fulgte en længerevarende konflikt mellem biskoppen og hans støtter og Gilberti og franciskanerne. Kontroversen kulminerede, da Broder Jakob og franciskanerne blev bortvist fra Patzcuaro. Oversættelse mellem europæiske og
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Maturino Gilbertis Arte de la Lengua de Michuacan Når Broder Jakob og Broder Maturino arbejdede så tæt sammen og delte meget af deres forståelse af sprogets vigtighed, kan vi forstille os, at de nok også havde en beslægtet forståelse af purépecha-sprogets grammatik. Hvis det er tilfældet, kan vi ved at studere Gilbertis Arte, også nærme os en forståelse af den enorme opgave, som de begge stod over for, da de ankom til Michoacan. Ikke alene måtte de lære at forstå purépecha, de måtte også lære at tale det godt nok til at kunne forkynde på det, og endda til at forkynde på en måde, der formidlede den helt rigtige teologiske forståelse af de hellige skrifter til deres menigheder. Denne oversættelsesopgave som mødte alle missionærmunke i Ny Spanien, var en umådelig stor udfordring. Det krævede af dem, at de hurtigt måtte udvikle et sæt sprogteoretiske begreber, som de kunne benytte til at analysere sproglige strukturer, der var fuldstændig anderledes end det, de kendte fra den gamle verdens sprog. Med deres forskellige løsninger på denne udfordring grundlagde munkene en forskningstradition, der producerede grammatikbøger som kaldes artes, lavede ordbøger og oversatte vigtige kristne tekster og undervisningsmaterialer til mange forskellige indianske sprog. Gilbertis Arte fra 1558 udmærker sig bl.a. ved at være den første grammatik, som blev trykt på det amerikanske kontinent (se Gilberti og Monzón 2004). Den første grammatik, som blev skrevet i Mexico, var også et værk af en franciskaner, nemlig Broder Andrés de Olmos, som skrev en Arte for nahuatl i 1547. Men denne grammatik, den første overhovedet for et indiansk sprog, cirkulerede kun som håndskrift blandt franciskanerne, og blev først trykt langt senere. Maturini har formentlig kendt Olmos’ værk og har været inspireret af det i sit eget arbejde. Gilbertis Vocabulario var den blot anden ordbog, der blev trykt i Mexico, efter Broder Alonso de Molinas berømte ordbog over nahuatl. Med disse to bøger placerede Michoacan sig altså som et af de to tidligste centre i Mexico for forskning
M agn us P ha rao Ha n sen — Da n sk e versi o n er
i indianske sprog, det andet var Colegio de Santa Cruz i Tlatelolco, lige nord
hagelig, kan være at purépecha, ligesom spansk og latin, har et lydsystem
for Tenochtitlan, hvor de tidligste værker om nahuatl blev produceret.
med få vokallyde. Purépecha har seks vokallyde, hvoraf fem er de samme
Gilbertis Arte strækker sig over 172 foliosider, og blev udgivet af tryk-
som i spansk. Den sjette vokal, som skrives med bogstavet ï i de fleste mo-
keren Juan Pablo, som etablerede det første trykkeri i den Nye Verden
derne værker, er en høj midtervokal, hvilket vil sige, at den udtales som en
med en trykpresse importeret fra Europa. De første mange sider består
mellemting mellem ”i” og ”u”, nærmest som et ”u” udtalt uden at runde læ-
af tilladelser og godkendelser skrevet af forskellige kirkelige autoriteter,
berne. Gilberti opfattede ikke denne sjette vokal klart nok til at indse, at
heriblandt en kort evaluering skrevet på latin af Broder Jakob: ”Derfor, be-
den var distinkt og betydningsbærende og han brugte derfor ikke noget
tragtende dette lille værk af Fader Maturino Gilberti som værende af stor
særligt bogstav til at skrive den, men repræsenterede den blot som ”i”. Dog
værdi og brugbarhed (for ikke at sige nødvendighed) for den rene kristen-
må han have kunnet opfatte lyden i nogle ord, hvor den forekom efter kon-
dom, godkender jeg det [Ideo considerans hoc opusculum patri Gilberti Matu-
sonanten ”tz”, for han nævner, at ”tz” nogle gange udtales mere skarpt for-
rini plurimum esse valoris et magnae utilitatis (ne dicam necessitatis) ad purum
an ”i”, og i de eksempler han giver, er der faktisk tale om et ï. Så selvom han
christianismum, approbo ipsum.]“
ikke hørte ï-lyden som anderledes end i, kunne han åbenbart godt høre
I sine egne indledende bemærkninger beskriver Gilberti, med en hvis
den effekt vokalen havde på de omkringstående lyde (Chamoreau 1996: 5).
strenghed, vigtigheden af, at de som har til opgave at udbrede sakramen-
Purépecha har desuden også et relativt simpelt konsonantsystem, og
terne til purépecha'erne, også må kunne tale sproget korrekt. Han under-
en stavelsesstruktur der ikke tillader mange konsonantgrupper, hvilket
streger, at det er en stor fejl at tro, at det er nok, hvis man bare kan tale
også kan have medvirket til at give sproget en særligt ”klar” lyd i spanske
sproget til husbehov. Hvis man ikke har tilegnet sig et tilstrækkeligt ord-
ører. I konsonanterne skelner man mellem aspirerede og simple lukkelyde.
forråd og de rigtige talemåder, kan man ende med at blive en, der, istedet
De aspirerede lukkelyde skrives i dag med en apostrof efter konsonanten,
for at forkynde sandheden, prædiker usandheder. De som har studeret
så tep’ári betyder “kano”, mens tepári betyder “fed”. Sproget har en distinktiv
værket, har måske bemærket, at den måde som Gilberti strukturerer sit
r-lyd som udtales med tungen bøjet bag ud mod ganen, (en retrofleks r-lyd,
materiale på, især i bogens første del, nøje følger opbygningen i Antonio
lidt som r-lyden i bird på amerikansk engelsk). Denne r-lyd staves i dag med
de Nebrijas berømte latinske grammatik Introductiones Latinae fra 1481
”rh”, og den adskiller betydningen af ord som xúrani “at få nogen til at hoste”
(Chamoreau 1996, Monzón 1999). Gilberti antyder da også selv, at han har
og xúrhani “at komme”. Gilberti opfattede den dog ikke som distinkt fra det
brugt Nebrija som model, da han skriver, at sætningens otte elementer
almindelige ”r”, for retroflekse lyde fandtes ikke i nogen af de sprog, han
er præsenteret i den rækkefølge ”som grammatikker plejer at sætte dem”.
kendte til. Navnet på sproget som på spansk skrives purépecha, udtales på
For 1500-tallets munke var det belejligt at bruge latinsk gramma-
sproget selv med den aspirerede p-lyd, og den retroflekse r-lyd, og skrives
tik som model for, hvordan indianske sprog skulle beskrives, eftersom
derfor på sprogets egen ortografi ”p’urhépecha” (eller i dialektvariant p’or-
de dermed også fik en skabelon for grammatisk analyse, som de således
hépecha eller p’orhé). Det var først 16 år senere, at den retroflekse r-lyd blev
kunne forsøge at fylde ud. Men det var også problematisk, da de sprog
beskrevet for første gang i Broder Juan Baptista de Lagunas Arte, som var
de ønskede at beskrive, havde strukturer som på mange måder var væ-
baseret på Gilbertis værk, men som også udvidede og forbedrede hans ana-
sensforskellige fra latin. Missionærlingvister som Gilberti måtte altså selv,
lyse. Fordi Gilberti ikke opfattede disse to vigtige elementer i purépechas
gennem dataindsamling og analyse, opdage de måder, hvorpå sprogene
lydsystem, var der mange ord, som for ham lød ens, selvom de for purépe-
var anderledes end latin, og udvikle nye måder at beskrive disse aspek-
cha-talerne selv lød forskellige. Som et resultat heraf brugte Gilberti et helt
ter på. Dette gav Gilberti udfordringer, både hvad angik beskrivelsen af
kapitel på at skrive om sprogets mange ”tvetydige ord” (på latin æquivocos),
purépechas grammatik, men også i noget så grundlæggende som hans
hvor ord der for ham var enslydende, havde to vidt forskellige betydninger.
forståelse af sprogets lydsystem.
Gilberti beskrev også hvordan purépecha-talere ændrede udtalen af
Flere kolonitidskilder beskriver purépecha-sproget i rosende vendin-
spanske ord, når de tilpassede dem til deres eget lydsystem. For eksempel
ger som et harmonisk og vellydende sprog. En del af grunden til at spa-
ændrede de udtalen af mange spanske egennavne. Her er det interessant,
nierne lader til at have oplevet lyden af purépecha som værende særligt be-
at et af de navne som Gilberti giver som eksempel på den ændrede udtale,
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Danske ver s i on er — Sp rog og s p rog for sk ni ng i ko l o nit i d e ns M i c hoaca n
netop er navnet Jacobo. Han skriver således, at purépecha-talerne udtalte
Ny Spanien. Gilbertis Arte efterfulgtes af flere andre grammatiske beskri-
det som Xakapu. Navnet Jakobo var ikke særligt almindeligt i Spanien eller
velser af purépecha. Franciskaneren Broder Juan Baptista de Lagunas ud-
i Mexico på den tid (den mest almindelige spanske variant af det samme
gav sin i 1574, og augustineren Broder Diego de Basalenques grammatik
navn er Diego), så måske man kan tillade sig at spekulere på, om Gilberti
blev udgivet posthumt sidst i 1700-tallet (han døde i 1714). Hver af disse
ikke netop har tænkt på sin ven og mentor Jakobo Daciano, da han inklu-
grammatiker byggede på de forudgående værker. I 1640 udgav Basalenque
derede navnet i sin grammatik. Derudover er det spændende at udtalen
også en Arte for et andet af sprogene i Michoacan, nemlig pirinda eller
xakapu (hvor x står for en sj lyd som i sjat), ligger tæt op ad ordet tsakapu,
matlatzinca, som taltes i byen Charo. Det var den eneste grammatik udgi-
som på purépecha betyder ”sten”, og som blev navnet på den by og det klo-
vet om dette sprog i løbet af kolonitiden, og sproget tales i dag af meget få
ster som den danske munk grundlagde i Michoacan: Zacapu.
personer og kun i to små områder i staten Mexico.
Ligesom det er tilfældet i spansk (og dansk), er placeringen af tryk betydningsadskillende i purépecha. For eksempel betyder kárani “at flyve”, mens karáni er “at skrive”. Gilberti beskriver også i sin grammatik, at trykket er mobilt, og at forskellen var vigtig for at adskille betydningen af forskellige ord. En ting, der gør purépecha helt anderledes end de andre sprog i det mesoamerikanske sprogområde, er, at det anvender kasusmarkering til at udtrykke substantivers grammatiske rolle i sætninger. I de fleste mesoamerikanske sprog er reglen, at det er verber, der markeres for deres relation til substantiver, men ligesom i latin markerer purépecha kasus ved at tilføje særlige endelser til substantiver. Gilberti beskrev fire kasus i purépecha: nominativ, som ingen markering har, genitiv, som markeres med endelsen –eweri; akkusativ og dativ, som markeres med endelsen –ni, og endelig ablativ, som markeres med endelsen –himbo. I dag anerkender lingvister en femte kasus i purépecha, nemlig lokativ, som markeres med endelsen –rho. Fordi latin ikke har en lokativ kasus, anså Gilberti ikke denne endelse for at være en kasus, men beskrev den i stedet som en slags præposition. I sine eksempler på substantivers bøjning, er det tydeligt, at Gilberti var klar over, at der ikke findes grammatisk køn på purépecha. Han bruger derfor blot det generelle ord for ”person” som eksempel på de forskellige kasus og i stedet for ordene ”muse”, ”hersker” og ”tempel”, som Nebrija havde brugt som eksempler på maskulinum, femininum, og neutrum i latin. Tilsvarende anvender Gilberti kun verbet “at undervise” som eksempel på verbalbøjningerne i purépecha, det samme verbum brugte Nebrija som eksempel på den anden anden bøjningsklasse for verber i latin. Gilberti var altså klar over, at der i purépecha kun er én bøjningsklasse. Ved at analysere strukturen i Broder Maturino Gilbertis grammatik og sammenligne den med den litteratur om sprog som de franciskanske sproglærde havde til rådighed, kan vi således se hvordan tidlige missionærlingvister som Gilberti og Broder Jakob arbejdede systematisk for at tilpasse den latinske grammatikmodel til de forskellige sprog, de mødte i
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Sprog og lingvistik i Michoacan i dag Den dag i dag har Michoacan fortsat en mangfoldig befolkning, som taler adskillige forskellige indianske sprog: purépecha tales af mere end 125,000 mennesker, som især er koncentreret i højlandet mellem Zamora og Patzcuaro-søen. Nahuatl tales af omkring 12,000 mennesker, især omkring byen Aquila på Stillehavskysten. Mazahua tales af mere end 5,000 mennesker i området omkring Zitacuaro, hvor der også bor omkring 1,000 talere af otomí. Desuden er der flere tusinde talere af sprog som mixtekisk, zapotekisk, triqui og totonakisk, som i nyere tid er migreret til Michoacan fra andre stater. I betragtning af den fortsatte sproglige mangfoldighed i Michoacan, er det kun naturligt, at den tradition for sprogforskning som Broder Jakob og Broder Maturino Gilberti var med til at starte, endnu lever i Michoacan. Colegio de Michoacán er i dag verdens fremmeste center for studier af purépecha, og Gilbertis værker er her blevet studeret og genudgivet i et stort projekt gennemført over adskillige årtier. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo er en anden institution med en levende tradition for forskning i purépecha'ernes sprog og kultur. Siden 2006 har det interkulturelle universitet, Universidad Intercultural Indígena de Michoacán tilbudt uddannelser, der fokuserer på interkulturelt samarbejde, og de har i dag afdelinger i Patzcuaro, Zitacuaro og på Stillehavskysten. Disse uddannelser har til formål, at gøre det lettere for unge talere af indianske sprog at få adgang til de højere uddannelser. Hjulpet af disse institutioner er der i dag mange akademikere, der taler purépecha som modersmål, og som nu arbejder for at udvikle og udbygge de indianske sprogs rolle i det mexicanske uddannelsessystem. På den måde kan det ønske som Broder Jakob og Broder Maturino havde om at talere af indianske sprog skulle kunne avancere i uddannelsessystemet og indtage vigtige funktioner i uddannelsen af deres egne samfunds unge, siges at være gået i opfyldelse.
J ø rgen N ybo Ra sm ussen — Da n sk e versi o n er
Genopdagelsen af Broder Jakob: Vandringsmand og menneskeretsforkæmper Jørgen Nybo Rasmussen Uafhӕngig forsker De sidste 25 år af den danske franciskaner Broder Jakobs liv, levede han
han at løse billedets gåde. Hvad var Jakobs sande identitet? Kunne han vir-
i den nuværende mexicanske delstat Michoacan. I dette område virkede
kelig være et indtil da ukendt medlem af den danske kongefamilie, og i så
han fra 1542 som missionær blandt det lokale indfødte folk, purépecha’er-
fald hvordan? Steidl fandt dog ingen overbevisende løsning.
ne eller taraskerne. Men den første del af sit liv tilbragte han i en helt an-
Mit eget engagement i Broder Jakobs forunderlige historie begynd-
den del af verden. Han var født og opvokset i Danmark som den tredje
te, da jeg studerede historie og geografi på Københavns Universitet. I 1957
søn af kongeparret Hans og Christine. Han gav dog afkald på alle politi-
skrev jeg en afhandling om den såkaldte ”Franciskanernes Uddrivelses-
ske ambitioner for at følge et religiøst kald til at blive franciskanerbroder.
krønike”. Brødrene havde her beskrevet, hvordan lutheranernes voksende
Denne religiøse livsform blev dog fra 1526 rystet og ødelagt i Danmark
magt i Danmark, stærkt støttet af kong Frederik I. i årene 1528-1532 med-
som følge af den lutherske reformation. Sammen med andre brødre blev
førte tabet af 15 af deres 26 danske klostre. Tekstens største del, såvel som
Jakob i 1537 fordrevet fra sit fædreland. Som religiøs flygtning vandrede
skriftets redaktion, skyldtes én broder, den daværende provincialmini-
han igennem Europa og nåede helt til Spanien. Derfra fortsatte han i 1542
sters socius. På latin hed han Jakobus Johannis. Men hvem var han? Navnet
sin rejse til Den nye Verden. Der fik han et nyt liv som katolsk missionær
i sig selv afslørede, at hans far hed Johannes, som på dansk kan gengives
blandt indianerne indtil sin død ca. 1566. Dette billede af Broder Jakobs
som Hans. Et ganske almindeligt navn. Men det var jo også den latinske
identitet og livsvej fandtes ikke i den danske historiske litteratur før år
form af navnet på landets tidligere kong Hans. Var dette en tilfældighed? I
1900. Indtil da kendtes kun den mexicanske del af Jakobs liv fra hans med-
samarbejde med filologen Dr. Jan Pinborg, en ekspert i middelalderlatin,
brødre, gennem franciskanernes beretninger fra slutningen af 1500- og
kunne det efter en grundig tekstkritisk analyse dokumenteres, at Broder
begyndelsen af 1600-tallet. De skriver, at Broder Jakob tilhørte kongefa-
Jakob Johansen var hovedforfatteren til Uddrivelseskrøniken (Ramussen &
milien eller kongehuset i ”Dacia”, men uden at fortælle hvordan. Stedet
Pinborg 1963). Artiklen blev med nogle tilføjelser udgivet på italiensk i
”Dacia” blev af og til fortolket forkert som antikkens ”Dacia”, den tidligere
1965, og fik dermed international udbredelse. I Mexico fik den betydning
østlige provins i Romerriget, som svarer til nutidens Rumænien. Men på
for José Romero Vargas’ Jakobo Daciano fra 1966. Præsten og historikeren
Jakobs tid hed landet aldrig sådan. I Danmark kendte de historikere, der
Alberto Carillo Cazares brugte den også i sine egne studier af Broder Ja-
studerede kongehuset og dets slægtshistorie, slet ikke denne franciskan-
kobs historie på dette tidspunkt.
ske historieskrivning. Kun enkelte bemærkede med stor forsigtighed og
I Skandinavien voksede interessen for Broder Jakob i 1960’erne: Fran-
mange forbehold, at kong Hans måske havde haft en søn ved navn Jakob,
ciskaneren Broder Agostino Lundin udgav vigtige kapitler af Uddrivel-
der dog døde som barn. Men i år 1900 udgav den østrigske præst Peter
seskrøniken på svensk i 1961, Henning Heilesens nye danske oversættelse
Damian Steidl, som virkede i den katolske kirke i Danmark, en artikel,
af skriftet udkom i 1967, en kendt dansk forfatter, Peter P. Rohde, skrev
der beskrev et hidtil ukendt maleri fra ca. 1640. Det fandtes i franciska
en smuk artikel om Broder Jakobs forbilledlige menneskelighed og sær-
nerklostret i Graz i Østrig. Maleriet er et portræt af Broder Jakob den
lig vigtigt var, at pavens apostolske delegat for Nordeuropa, ærkebiskop
Danske iført den franciskanske ordensdragt. Med venstre hånd lægger
Bruno B. Heim, personligt engagerede sig i udforskningen af Jakobs liv.
han en kongekrone fra sig, mens han med højre hånd favner et krucifiks.
Franciskanerne i Graz skænkede ham portrættet, og på grund af maleriets
Pastor Steidl var en dygtig historiker, og gennem resten af sit liv prøvede
dårlige tilstand iværksatte Heim en professionel restaurering på Statens
201
Danske ver s i on er — G en op dag els en af Bro d e r Ja ko b : Va nd r i ng sm a nd o g m e nne sk e r e t sfo r kæ m pe r
Museum for Kunst i København. I mange år tilhørte maleriet delegatio-
bog vakte opmærksomhed blandt både historikere og journalister. Man-
nen, men i ærkebiskop Heims testamente blev det overdraget til det ka-
ge aviser og tidsskrifter skrev med interesse og anerkendelse. Men fra de
tolske bispedømme København, hvor det findes i dag. Som Heim sagde:
professionelle historikere fik jeg mest kritiske afvisninger. De søgte at
”Broder Jakob var faktisk en dansker.”
falsificere centrale punkter i min argumentation, og jeg følte mig nødsa-
Fra 1961 til 1964 fik jeg som kandidat et stipendium, så jeg kunne fort-
get til tilbagevise den efter min mening uberettigede og usaglige kritik.
sætte studierne på det internationale Institut für Europäische Geschichte
Mit værk fik kort efter en vigtig anerkendelse fra anden side. Den danske
i Mainz, Tyskland. Derfor udkom min første bog om Broder Jakob i 1974
skønlitterære forfatter Henrik Stangerup, som ikke kun var kendt her-
på tysk. Dens emne var den største krise i Jakobs arbejde som missionær,
hjemme, men også internationalt, blev så inspireret af min bog, at han
nemlig hans tapre, men forgæves kamp for kristnede indianeres fulde li-
brugte den som historisk grundlag for sin roman Broder Jakob. Den kom
gestilling i modtagelsen af kirkens sakramenter. Men Broder Jakobs ene-
i 1991 og udkom senere på syv europæiske sprog. Også i Mexico blev min
stående kamp for fuld lighed mellem alle mennesker, ikke kun politisk,
bog godt modtaget. Jeg havde allerede længe korresponderet om Broder
men også i kirken, blev helt ignoreret i Danmark. Kun én af mine arkiv-
Jakob med præsten og historikeren Alberto Carrillo Cázares fra Colegio
kolleger i Rigsarkivet skrev en anmeldelse af min bog i Dansk Historisk
de Michoacán i Zamora. Jeg besøgte ham i 1990 ved mit første besøg i Me-
Tidsskrift. Måske var danskerne endnu på det tidspunkt efter krigen
xico. Med Alberto som kyndig guide besøgte jeg de steder i Michoacan,
modstandere af enhver tekst på tysk, selv når den handlede om en dan-
der havde haft en rolle i Broder Jakobs liv. Alberto foreslog og sørgede for,
skers betydelige bedrift?
at mine bøger fra 1974 og 1986 blev oversat til spansk og udgivet i ét bind
Den førende historiker blandt de danske franciskanere på Refor-
med titlen Fray Jakobo Daciano i 1992. I mellemtiden fortsatte min egen
mationstiden var Broder Peder Olsen (Petrus Olai). Efter studier af hans
forskning om franciskanernes historie i de nordiske lande i middelalde-
originale manuskript ”Collectanea”, der nu findes i Den Arnamagnæan-
ren (Rasmussen 2002). Dertil kom to undersøgelser, der belyste et væsent-
ske Samling på Københavns Universitet (Nr. 107.80), udgav jeg i 1976 en
ligt aspekt af Jakobs ungdom, nemlig om hans mor, dronning Christine.
bog om ham. Broder Petrus havde haft adgang til, kopierede, citerede og
Hendes stærke katolske fromhed og forkærlighed for franciskanerne ud-
brugte talrige kilder og dokumenter om Danmarks middelalderlige hi-
gør en vigtig baggrund for Jakobs kald til ordenen. Samme overbevisning
storie. Min bog behandlede dog kun, hvad han skrev om sin egen orden:
viste sig i hendes indflydelse på Claus Bergs berømte altertavle, nu i Sankt
franciskanernes 300 år lange historie i Danmark, som begyndte da orde-
Knuds Kirke i Odense (Rasmussen 1996, 2001).
nen i 1232 i Ribe fik sit første kloster. Men Broder Peder behandlede ikke
Ved fejringen af 500-året for Columbus’ genopdagelse af America 1492
det samtidige lutherske angreb på brødrene, som var Broder Jakobs emne
holdt Alberto Carrillo foredrag i Patzcuaro for en forsamling af mexican-
i Uddrivelseskrøniken. Dette skyldes formentlig en aftale mellem de to for-
ske biskopper. Emnet var Broder Jakobs kamp for fuld lighed i kirken for
fattere, som begge levede i franciskanerklostret i Roskilde.
kristne europæere og for de omvendte purépecha’er og andre indfødte folk
Det mest presserende problem i Broder Jakobs historie forblev dog
i Ny Spanien. Foredraget blev oversat til dansk og udgivet i 2003. Flere
uløst: På hvilken måde kunne han være i familie med det danske konge-
år senere udgav Carrillo Cázares selv den spanske original (Carrillo 2012).
hus, som de ældste mexicanske kilder alle bevidnede? Var denne påstand
Det første officielle kongelige danske statsbesøg i Mexico fandt sted
kun en utroværdig legende eller en simpel fejltagelse, eller var den et hi-
i februar 2008. Præsident Felipe Calderón Hinojosa hilste dronning Mar-
storisk faktum, der blot var ukendt i Danmark? Problemet kunne kun
grethe II. og prins Henrik velkommen som æresgæster. Efter de officielle
løses, hvis Jakobs rigtige plads i kongefamilien kunne bestemmes. Min
begivenheder ledsagede præsidenten regentparret til at besøge to af Bro-
opfattelse af spørgsmålet, der byggede på alle kendte kilder i Danmark,
der Jakobs gamle klostre i Michoacan. Dronningen anerkendte Jakob som
Tyskland og Mexico, præsenterede jeg i bogen Broder Jakob den Danske, kong
et fjernt medlem af det samme danske kongehus som hun selv. Som Bro-
Christian II’s yngre broder fra 1986. Titlen udtrykker min konklusion: Som
der Jakobs historiker var også jeg inviteret og deltog ved dronningens og
den tredje søn af kong Hans og dronning Christine af Danmark, var Ja-
prinsens besøg i Jakobs yndlingskloster i Tarecuato den 22. februar.
kob en yngre bror til den senere kong Christian II. Udgivelsen af denne
202
Ua f hӕn gi g fo rsk er — Da n sk e versi o n er
I de seneste år har jeg set det som min opgave at skrive en biografi om
ciskanerklostret i Næstved gik Broder Jakob om sommeren 1532 de 60 ki-
Broder Jakobs hele liv fra fødsel til død. Tidligere havde jeg kun skrevet
lometer dertil fra Roskilde for at redde klostret fra den magtfulde luther-
om enkelte aspekter af hans historie. Desuden var der i 2012 fremkom-
ske rigshovmester Mogens Gøyes planer om at nedlægge det. Med Broder
met nye afgørende vidnesbyrd om Jakobs tilknytning til den danske kon-
Olav Pedersen i Næstved gik Jakob de 90 kilometer til København, hvor
geslægt. Takket være Dr. Ditlev Kraak i Kiel fik jeg således kendskab til et
de appellerede sagen til det danske Rigsråd. Dettes flertal støttede stadig
hidtil ukendt træsnit i Konrad Botes Sachsiske Krønike fra ca. 1490. Det
den katolske kirke i Danmark og derfor også franciskanerne. De to brødre
viser Jakob som tredje søn af kongeparret Hans og Christine. Manuskrip-
mente dermed at have nået deres mål, og Broder Jakob gik de 30 kilometer
tet forelå i 2015, men det viste sig svært at finde forlag der var interesse-
tilbage til sit eget kloster. Ved én lejlighed gjorde Broder Jakob dog selv
ret. Men i 2017 fik jeg kontakt med Østfyns Museer. I 2018 udgav de min
en undtagelse fra reglen. Da han og ni andre brødre 1542 ankom til Vera
velillustrerede bog med titlen Broder Jakobs livsvej fra Danmark til Mexico.
Cruz, var de syge efter den uvante rejse til søs. Deres rejse derfra til Mexi-
Præsentationen foregik 28. juni nær middelalderslottet i Nyborg. Netop
co City foregik derfor ikke til fods, men ridende på muldyr. Dette fremgår
dette ”Danehofslot” var formentlig Broder Jakobs fødested, eftersom kong
af rejseregnskaberne i Casa de Contratación i Sevilla.
Hans og dronning Christine levede der i 1483. Efter denne oversigt over min forskning, vil jeg nu belyse to temaer fra Jakobs liv nøjere. Vandringsmanden Broder Jakob Det var som sagt 50 år efter Columbus’ komme til den såkaldte Nye Verden, at Broder Jakob i 1542 blev den første dansker, der krydsede Atlanterhavet. På skibet ”La Trinidad” sejlede han fra Sevilla til Vera Cruz i Mexico. Men dette var ikke den danske franciskaners typiske rejsemåde. Han var først og fremmest vandringsmand. Skt. Frans af Assisi havde givet sin orden den regel, at brødrene skulle rejse til fods. De måtte ikke ride på en hest eller blive transporteret på anden måde, dog undtagen hvis de var syge og ude af stand til selv at gå. Jakobs historikere fortæller så meget, at vi kan se, at Broder Jakob samvittighedsfuldt fulgte dette råd både i Europa og i Ny Spanien. Enkelte af vandringerne kan rekonstrueres efter kilderne. Diego Muñoz, der var den ældste og vigtigste af de mexicanske kronikører, beskrev Jakobs færd fra Mecklenburg i Tyskland til Spanien mellem 1539 og 1542 således: ”Han vandrede til fods gennem mange lande, mens han tiggede fra dør til dør som en ægte søn af vor Serafiske Fader, den hellige Frans af Assisi. Men folk hånede ham, og drengene lo ad ham og spyttede på ham og kastede mudder efter ham. Men han bar med stor tålmodighed og medfølelse disse og andre lidelser, og så altid glad ud.” Den historiske baggrund var jo, at han som katolsk flygtning måtte rejse igennem lande, hvor protestanterne allerede betragtede franciskanerbrødre som foragtelige individer. Men allerede i Danmark som socius for provincialministeren i Dacia havde han tit været undervejs. Af et kapitel i Uddrivelseskrøniken kan vi se et konkret eksempel. For at forsvare fran-
Som missionær i Michoacan fortsatte Jakob med at rejse til fods. Hans anden historiker Broder Gerónimo de Mendieta fortæller, at han som ung havde mødt Broder Jakob ved et franciskansk ordenskapitel i Huetjozingo i Puebla omkring 1557. Det havde gjort et særligt indtryk på ham, at denne aldrende franciskaner af kongelig byrd, sammen med en anden pioner i den katolske mission, den blinde Broder Antonio de Segovia, havde vandret hele vejen dertil fra Michoacan, mere end 300 kilometer til fods. Jakob var da ca. 73 år gammel. Broder Alonso de la Reas krønike fra 1639 trækker på ældre historiske kilder, men har også nye informationer om Broder Jakob og hans vandringer: ”Fra indtrædelsen i ordenen og gennem hele sit liv, fra Danmark til Michoacan, gik han til fods, uden at ville have sko på, og uden hensyn til de klager, hans kongelige danske blod kunne fremsætte, når det følte sig besudlet af grus og flintesten, når han snublede, fordi hans legeme var træt!” Denne jordnære beskrivelse efterfølges af en mere legendarisk fortælling, ifølge hvilken nogle ridende indianere, som prøvede at indhente den vandrende Jakob, blev overhalet af ham, så da de ankom til deres bestemmelsessted, stod han allerede der og ventede på dem. Jakobs indsats som vandringsmand lader til at have gjort stort indtryk på hans medbrødre. I dag har vandringer til fods fået en overraskende renæssance. Verdensomspændende turisme med bil, bus, tog, skib og flyvemaskine har udviklet sig kolossalt. Samtidig er det blevet stadig mere populært at vandre til fods i naturen, både ud fra psykologiske og åndelige motiver, og somme tider i form af egentlige pilgrimsrejser. Forklaringen må være det moderne menneskes behov for at finde sig selv på afstand af vores støjende, mekaniserede og stressende verden. På samme måde vandrede Broder Jakob sikkert ikke kun til fods for at leve op til sin ordensregel. Som hans
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Danske ver s i on er — G en op dag els en af Bro d e r Ja ko b : Va nd r i ng sm a nd o g m e nne sk e r e t sfo r kæ m pe r
samtidige antyder det, har han simpelthen elsket at gå, fordi det gjorde
Karl V., mange nyere katolske teologer og ikke mindst tiggerordenerne,
ham glad og imødekom hans personlige længsel efter kontemplation i fri-
som fik til opgave at evangelisere og omvende de indfødte, protesterede
hed og fred.
mod conquistadorenes ukristelige misbrug. Det afgørende spørgsmål var,
Menneskerettigheder i stat og kirke I dag mener næsten alle, at menneskerettighederne er grundlaget for verdens kultursamfund. Men i vor tid er en farlig udvikling begyndt at true deres autoritet. Bag den tilsyneladende anerkendelse ser vi nu stater og bevægelser i mange lande skjult eller åbenlyst forsøge at underminere deres reelle autoritet, hvis de da ikke helt afviser dem. Faktorerne bag denne uvilje er gerne fremmedfjendtlige nationalistiske, racistiske eller religiøse dagsordener. ”Verdenserklæringen om Menneskerettighederne” blev vedtaget på FN’s generalforsamling den 10. december 1948. Formålet var at sikre det enkelte menneskes fundamentale værdi ved at garantere enhvers ret til liv, frihed, ejendom og retsbeskyttelse. Dette var en yderst dyrekøbt og sund reaktion imod to verdenskriges enorme grusomheder og mod de totalitære diktaturers frygtelige overgreb i første halvdel af det 20. århundrede. Men hvad har det med Broder Jakob at gøre? Broder Jakob levede i en historisk periode, hvor disse idéer kom frem, og en ny respekt for menneskers værdighed og personlige rettigheder udviklede sig og fik indflydelse på tænkning og lovgivning, som det skete i Renæssancen fra omkring år 1500 og fremefter. Først dyrkede humanisterne de klassiske sprog og antikkens kunst. Men både den verdslige kultur og teologien blev påvirket af deres bibelhumanisme. Banebrydende skikkelser i Europa var Erasmus af Rotterdam og Thomas More. De mexicanske historieskrivere beundrede Broder Jakobs ”moderne” lærdom. Han kaldtes en ”vir trilingus”. dvs. at han beherskede de tre bibelske originalsprog: latin, græsk og hebraisk. Den eneste bog vi ved, Broder Jakob ejede, var Erasmus’ nye latinske oversættelse af Det Nye Testamente trykt i 1521. Jakob var og handlede som en katolsk humanist. Allerede i Uddrivelseskrøniken, som jo hovedsagelig er hans værk, beskrives ikke blot den lutherske agitation mod klostrene. Flere steder bevidnes og beklages den umenneskelighed og vold, som uddrivelsen af brødrene medførte i Malmø, Ystad og Horsens. De spanske og portugisiske erobringer i Amerika blev som bekendt skæmmet af store undertrykkelser og grusomheder imod de oprindelige befolkninger, især på Antillerne. Disse overgreb fremkaldte dog snart en modreaktion: Humanistisk uddannede politiske ledere fra selve kejser
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om disse ”indianere” egentlig var rigtige mennesker, eller om de tilhørte en lavere art, som den gamle verdens nationer derfor uden skrupler kunne bruge, som de ville, for eksempel som slaver. Dette spørgsmål blev ikke overladt til individuelle domme og argumenter, men behandlet af tidens relevante autoriteter. Flere år før Hernán Cortés’ erobring af Tenochtitlan (Mexico City) i 1521 erklærede teologen Francisco de Victoria på Universitetet i Salamanca, at indianerne i alle henseender var rigtige mennesker. Det første bispemøde i Mexico 1532 anerkendte dette synspunkt. Højeste bekræftelse blev udtrykt af pave Paul 3. i rundskrivelsen ”Veritas Ipsa” fra 1537, hvormed denne lære blev en del af den katolske tro. Kejser Karl V tiltrådte denne forståelse af menneskets værdighed som grundlag for opbygningen af sit nye transatlantiske retssamfund Ny Spanien. Dominikaneren Broder Bartolomé de las Casas blev på dette område hans mest indflydelsesrige rådgiver. I 1542, samme år som Jakob rejste til Mexico, foranledigede las Casas kejseren til at udstede de såkaldte ”Nye Love”. De sikrede i princippet indianerne de grundlæggende menneskerettigheder: de måtte ikke mishandles eller gøres til slaver, og deres egne lokale sociale og økonomiske samfundsformer skulle fortsat respekteres. Disse gode love blev dog mødt med kraftig modstand. De spanske conquistadorer og encomenderos (overherrer) opfattede den indianske arbejdsstyrke som en del af den retmæssige løn for deres tjenester i erobringskrigen. Det betød, at territorier med de der boende indianske befolkninger blev fordelt mellem dem som encomiendas (godser) med indianerne som arbejdskraft. Da Broder Jakob ankom til Mexico City, mødte han en blomstrende optimisme blandt sine medbrødre. Han besøgte det nyetablerede franciskanske Colegio Santa Cruz de Tlatelolco. Det var grundlagt i 1536 som et center for uddannelse af unge sønner af den aztekiske elite. Pensum lignede de europæiske universiteters på den tid. Formålet var at opdrage og uddanne en indfødt klasse, som kunne overtage ledende stillinger i det nye samfund. Vicekongen Antonio de Mendoza og biskop Juan de Zumárraga støttede begge projektet. Blandt de brødre, som underviste på kollegiet, var Bernardino de Sahagún, Andrés de Olmos og Alonso de Molina, som alle skrev vigtige optegnelser om aztekisk kultur og om sproget nahuatl. Men Broder Jakob drog længere vestpå og begyndte at missionere i Michoacan, altså purépecha’ernes eller taraskernes tidligere rige. Her
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påtog han sig med stor iver og hengivenhed de mange forskellige sider
baseret på encomienda-systemet med sin indianske arbejdskraft. Derfor
af missionen. Han prædikede Evangeliet, døbte et stort antal indianere,
blev klager fra indianerne ikke behandlet retfærdigt. For fremtiden burde
fejrede messe for dem, og grundlagde i samarbejde med andre franciska-
disse embedsmænds løn udbetales i penge. Det blev endda anbefalet, at
nere nye kirker og klostre.
der blev udnævnt en særlig beskytter af indianerne. Men hvordan kunne
Men der viste sig snart visse vanskeligheder ved selve missions-
en lille gruppe franciskanerbrødre i Mexicos fjerneste område finde på at
arbejdet. De tre missionsordener, franciskanerne, dominikanerne og
sende et så dristigt og radikalt forslag til kejseren selv? Kirkelige såvel som
augustinerne havde forskellige holdninger til de kristnede indfødte, især
politiske reformer blev foreslået. Måske har Broder Jakob den Danske haft
vedrørende deres deltagelse i modtagelsen af den katolske kirkes syv sa-
mere indflydelse på brevet end det umiddelbart ser ud til. Dets dristig-
kramenter. Man debatterede først om de var værdige nok til i messen at
hed kunne måske dermed få en forklaring? Broder Jakob havde nemlig et
”kommunicere”, altså modtage Kristi legeme og blod eller ikke. Franciska-
enestående personligt forhold til Karl V. Jakobs ældre broder, den danske
nerne var tilmed indbyrdes uenige, hvad det spørgsmål angik. Men ifølge
kong Christian II. havde været gift med Elisabeth, kejserens søster. Derfor
alle historiske kilder var det Broder Jakob, der først overbeviste sine brød-
støttede Karl V. i Spanien Jakobs mission med et særligt anbefalingsbrev
re i Michoacan om, at de indianske konvertitter havde ret til at deltage i
til vicekongen i Mexico. Jakob kan have brugt denne kontakt med kejseren
dette ritual. Hans argument var, at når de var blevet anset for modne til at
til gavn for den nykristnede indianske befolkning. Hans anliggende var
blive døbt, fandtes der ingen fornuftige argumenter for at nægte dem ad-
ikke kun deres sjæles frelse, men også at beskytte deres rettigheder som
gang også til det allerhelligste sakramente på ganske de samme betingel-
mennesker og individer i dette liv bedst muligt. Så vidt man ved, modtog
ser, som gjaldt alle katolikker. Et yderligere spørgsmål opstod på grund af
brødrene dog aldrig noget svar på brevet.
selve missionens succes. Det store antal indianske konvertitter i det cen-
Året efter indledte Broder Jakob sin berømte kamp imod det kirkelige
trale Mexico gjorde det næsten umuligt for de få brødre og præster at sør-
forbud om, at indianere ikke måtte blive præster. Dette var nyligt blevet
ge for tilstrækkelig sjælesorg til alle. I 1552 holdt franciskanerne et kapitel
vedtaget af koncilet i Lima i 1552. Ifølge Jakob var det både kristent set
i Guadalajara for kustodiet (distriktet) Michoacan og Jalisco. Det blev le-
uretfærdigt og det ville forhindre den mest logiske løsning på præsteman-
det af Broder Ángel fra Valencia og fire ”diffitorer” (rådgivere), blandt dem
gelen. Standpunktet medførte som bekendt det største drama i Jakobs
”Fray Jakobo de Dacia”. Resultatet blev et usædvanligt brev, som man sti-
liv som missionær. Debatten om Jakobs krav om et indfødt præsteskab
lede til kejser Karl V. Brødrene beskrev helt åbenhjertigt deres problemer
foregik i 1553. Den var temaet for min bog fra 1974. Her i bogen behandles
og ønsker. De appellerede til kejserens kristne samvittighed og bad ham
det af Alberto Carrillo Cázares. Jakobs krav blev af nogle opfattet som en
om sende ikke mindre end 100 nye præster. Det var der stort behov for,
utopisk vision af Thomas Mores idéer, der ikke kunne realiseres. Men en
fordi missionsarbejdet skulle udvides til den nylig erobrede region Nu-
bedre vurdering er det at karakterisere Broder Jakob som en sand visio-
eva Galicia (Jalisco). Men brevet indeholdt også et forslag om en reform af
nær, der var langt forud for sin tid. Han formulerede og kæmpede for fuld
civiladministrationen. Fremfor alt skulle indianernes rettigheder sikres.
menneskelig lighed i selve kirken. Han tabte kampen. Først flere hundre-
Det eksisterende regeringssystem, samlet om guvernøren og fire juridi-
de år senere anerkendte både kirken og de politiske myndigheder officielt
ske rådgivere (oidores), måtte ændres. Disse embedsmænds løn var nemlig
denne kamp mod racismen som det eneste rigtige.
205
Danske ver s i on er — G en op dag els en af Bro d e r Ja ko b : Va nd r i ng sm a nd o g m e nne sk e r e t sfo r kæ m pe r
Broder Jakob den Danske og Mexico1 Rodrigo Martínez Baracs Dirección de Estudios Históricos, INAH Den danske kongesøn Broder Jakob den Danske (1484? -1566/7) skabte et
fra sit tidligere liv. Og så, for snart 35 år siden, lykkedes det, efter mange
stærkt og uløseligt bånd mellem Danmark og Mexico, og i særlig grad
års hårdt arbejde, den danske historiker Jørgen Nybo Rasmussen, at løse
delstaten Michoacan og indbyggerne i landsbyen Tarecuato. Den danske
gåden2 (Rasmussen 1986, 1992). Men Broder Jakob kom til Mexico og Mi-
dronning Margrethe II.’s statsbesøg i Mexico i februar 2008 bekræftede
choacan i 1542, og her blev han aldrig glemt. Siden 1500-tallet har indfødte
denne forbindelse. Denne forbindelse gælder ikke blot Danmark, men
folk og spanierne betragtet ham som en helgen. Den dag i dag benægter
hele Skandinavien eftersom de tre kongedømmer Danmark, Norge og
man i Tarecuato hans død, og hans levende nærvær føles stadig af mange
Sverige havde været forenet siden 1300-tallet, da dronning Margrethe I.
(se også kapitlet af Ojeda Dávila og Calderón Téllez). Det igangværende
havde forenet landene i Kalmarunionen. Broder Jakobs farfar, Christian
restaureringsarbejde i klosteret i Tzintzuntzan, hvor Broder Jakob levede
I., hans far Kong Hans, samt hans bror, Christian II., var således alle kon-
gennem en længere periode, har afdækket flere vægmalerier, og blandt de
ger af såvel Danmark som Norge og Sverige. Kongedømmet indbefattede
mest opsigtsvækkende er intet mindre end et portræt af netop ham, i fuld
også Island, Finland og dele af det nordlige Tyskland. Mexico, og Michoa-
størrelse og holdende en bog i den ene hånd.
can, fik også del i denne ”skandinaviske skæbne”, som Borges forsøgte at
Erindringen om Broder Jakob den Danskes liv og færden er blevet
definere (Borges 1953). Så tidligt som 500-tallet blev den skandinaviske
holdt i live blandt den indfødte purépecha-befolkning i Michoacan gen-
halvø set som en slags nationernes skød; og skandinavernes pludselige
nem mundtlige overleveringer; en tradition som fortsat er i fuld flor.
indtrængen i nogle af de mest forskelligartede dele af verden syntes kun
Blandt spanierne, og særligt blandt franciskanerne, huskes Broder Jakob
at bekræfte dette, og affødte siden Thomas de Quinceys (1785-1859) ud-
som en af Michoacans enestående forkyndere af evangelierne. De første
tryk officina gentium (’verdens værksted’). Vikingerne spredte sig over store
skriftlige vidnesbyrd om ham har vi fra 1500-tallets krøniker, heriblandt
dele af verden, til London, Bordeaux, Sevilla, Irland, Rusland og Tyrkiet,
Broder Diego Muñoz og Broder Gerónimo de Mendieta; kilder som dog
og omkring år 1000 nåede de til Amerika, dengang kendt som Vinland.
forblev upublicerede frem til det 18. og 19. århundrede. Ikke desto mindre,
Bosættelsen holdt ud i mere end et århundrede, men forsvandt uden at
så var de originale manuskripter gennem lang tid forinden blevet læst og
efterlade sig mange spor. I historien om skandinavernes udbredelse i
transskriberet. I slutningen af 1500-tallet og i det følgende århundrede
verden, er den kongelige Broder Jakob den Danskes ankomst til Mexico
finder vi for første gang Broder Jakobs livsskildring på tryk i franciskan-
City og Michoacan af nyere dato, hvilket på samme tid bekræfter og mod-
ske krøniker af blandt andre Broder Francisco de Gonzaga og Broder Fray
beviser denne ”forgæves” skæbne som Borges gav udtryk for. I Danmark
Juan de Torquemada, og ikke mindst i Broder Alonso de la Reas Chronica
var Broder Jakob glemt gennem flere århundreder, dels fordi han selv be-
de la Orden de N. Seraphico P. S. Francisco, Provincia de San Pedro y San Pablo de
stræbte sig på at forblive anonym, dels fordi han ønskede at være en yd-
Mechuacan som blev udgivet i Mexico City i 1643. På forsiden af værket ses
myg og tilbageholdende franciskansk munk, dels på grund af tidens svæ-
Broder Jakob den Danske sammen med franciskanerbroderen Juan de San
re politiske og religiøse forhold. Han forsøgte således at skjule alle spor
Miguel, Jomfruen af Guadalupe og apostlene Skt. Peter og Skt. Poul.
1 En tidligere version af dette kapitel blev i 2011 udgivet i tidsskriftet Relatos e Historias en México, Vol. 31: 55-63. Denne udgave bygger videre på en tekst, som jeg oprindeligt skrev i forbindelse med dronning Margrethe II. og prins Henriks besøg i Mexico, samt deres udflugt til Tarecuato og Tzintzuntzan fredag d. 22. februar i selskab med præsident Felipe Calderón og Margarita Zavala. Som afslutning på nærværende kapitel har jeg tilføjet en erindring fra dette besøg. Jeg vil gerne takke følgende personer for deres hjælp i forbindelse med dette kapitel: Fausto Zerón Medina, Aída Castilleja, Alicia Mateo, Alma Rosa Martínez González, Lorena Ojeda Dávila og Jesper Nielsen. 2 Hovedparten af mine oplysninger om Broder Jacob stammer fra denne vigtige udgivelse.
206
Ro d ri go M a rtí n ez B a racs — Da n sk e versi o n er
I anden halvdel af 1800-tallet bragte den kendte, mexicanske histori-
Icazbalceta havde gjort det, Broder Jakob som en højt fremstående “for-
ker Joaquín García Icazbalceta (1825-1894) mindet om 1500-tallets mun-
svarer af de religiøse rettigheder og lighed for 1500-tallets indianske be-
ke og deres rolle som forkyndere og “indianernes beskyttere” til live igen.
folkning” og fremfor alt deres ret til at blive uddannet som præster. I sin
Ifølge García Icazbalceta var munkene de sande grundlæggere af den me-
anden bog, Broder Jakob fra 1986, lykkedes det Nybo Rasmussen at afdække
xicanske nationale identitet, snarere end det var de erobrede indianske
og give et præcist indblik i de voldsomme begivenheder i Broder Jakobs
befolkninger, helteskikkelserne fra den mexicanske uafhængighed og de
liv, som søn af Kong Hans og broder til Christian II., på et dramatisk og
store reformers tid, eller den på det tidspunkt spirende Mexicanske Revo-
afgørende tidspunkt i dansk historie. Måske var dette baggrunden for, at
lution. García Icazbalceta fuldendte sin fremstilling af Broder Jakob ved
Nybo Rasmussen måtte vente mere end 20 år på, at Dronning Margrethe
at udgive Broder Gerónimo de Mendietas Historia eclesiástica indiana samt
II. officielt anerkendte Broder Jakob som en del af den danske kongeslægt,
flere andre franciskanske kilder. I disse blev ikke bare Broder Jakobs kamp
hvilket skete i forbindelse med Dronningens statsbesøg i Mexico i 2008.
for at forsvare purépecha'erne mod de spanske overgreb bekræftet, men
Det var her, i den fjerntliggende landsby Tarecuato i Michoacan, hvor Bro-
ligeledes hans utrættelige arbejde i hans sogn, samt hans forsvar for den
der Jakob som allerede nævnt stadig tilbedes, at Dronningen og historike-
indianske befolknings ret til at modtage nadveren og de øvrige sakramen-
ren mødtes for første gang den 22. februar. Mere om dette møde senere.
ter og blive ordineret som katolske præster. Det sidste forblev dog forbudt helt frem til begyndelsen af det 20. århundrede. Broder Jakob tabte denne banebrydende kamp for lighed mellem den indianske befolkning og europæere, da han i en debat i 1553 mødte sin ven og ordensfælle Broder Juan de Gaona. Vigtige dele af netop Gaonas skriftlige vidnesbyrd blev siden fundet og studeret af José Mariano Beristáin de Souzas (1756-1817) i forbindelse med hans arbejde med inventaret fra det ødelagte bibliotek i klosteret i Santa Cruz de Tlatelolco (Beristáin, 1816; see også García Icazbalceta, 1981: 313-315). Broder Jakob ankom til Mexico i 1542 sammen med blandt andre Broder Jakobo de Testera (1470-1543) og Broder Maturino Gilberti (ca. 1507-1585), som skulle blive den mest markante kender og nedskriver af purépecha'ernes sprog (se også Pharao Hansens kapitel). Broder Jakob blev kendt som “Provincialen af Dacia”, dvs. lederen af de skandinaviske franciskanere, som “Broder Jakob den Danske” eller “Danskeren”. Tilsyneladende formåede han at opretholde en ydmyg og anonym tilstedeværelse, indtil han over for sine nærmeste ordensfæller røbede sin forbindelse til det danske kongehus. Ikke desto mindre, var det aldrig et emne, han fremhævede, og det blev ikke yderligere bekræftet eller præciseret. Det var netop opgaven med at klarlægge Broder Jakobs royale baggrund, den danske historiker Nybo Rasmussen satte sig for at klarlægge, og som han efter en række udgivelser (den første i 1965) kunne afslutte med en udgivelse i Mexico i 1992. I dette værk, oversat fra dansk og tysk, og redigeret af Alberto Carrillo Cázares (1923-2021) sammenfattedes den nye viden, som Nybo Rasmussen havde præsenteret i to bøger. I den første af disse bøger, først udgivet i 1974, fremhævede Nybo Rasmussen, som García
Broder Jakob Ifølge Nybo Rasmussen blev prins Jakob formentlig født i 1484, som søn af kong Hans og oldebarn af Didrik den Lykkelige af Oldenburg. Dette årstal synes bestemt ikke usandsynligt, eftersom vi ved, at i 1553, da Broder Jakob tog del i debatten om indianernes ret til at blive præsteordinerede, blev han betragtet som en gammel mand. Nybo Rasmussen formåede således at påvise, at Broder Jakob var søn af kong Hans af Danmark, Sverige og Norge og dronning Christine af Sachsen. kong Hans blev siden efterfulgt af Jakobs ældre broder Christian II. Det danske kongehus havde nær tilknytning til franciskanerordenen, og Jakob trådte som ganske ung ind i ordenen, dog uden at røbe sin herkomst og under navnet Jakob Johannis, altså Jakob Johannesen (dvs. søn af Hans). Han kunne dog ikke undgå at stige i ordenshierarkiet og blev med tiden provincialminister i provinsen Dacia. Kong Christian II. giftede sig med Elisabeth, søster til Karl I. af Spanien (og kejser Karl V. af Tyskland), som derfor også regerede over Ny Spanien og dermed Michoacan. Men end ikke denne stærke alliance kunne forhindre en række alvorlige konflikter i at bryde ud i lys lue, og som bl.a. førte til Kalmar-unionens opløsning, samt de religiøse stridigheder der ledte til protestanternes sejr over katolikkerne og den efterfølgende uddrivelse af franciskanerne. Broder Jakob, som på dette tidspunkt skrev under navnet Jakobus Gottorpius (Jakob den Gottorpske), var medforfatter til den bemærkelsesværdige Uddrivelseskrønnike. Christian II. var altså besejret, fængslet, tvunget i eksil og til at give afkald på sin magt. Efter
207
Danske ver s i on er — B roder Jakob den Da nsk e o g M e x i co
en tid som flygtning i Mechlenborg, endte Broder Jakob til sidst i Spanien,
ciskanerne, encomendero’erne og den indianske elite, som endnu besad stor
hvor han opsøgte sin svigerbror, Karl V. Her fik han tilladelse og støtte til
magt. Efterfølgende fik Tzintzuntzan status af en almindelig indiansk
at rejse til Mexico. I 1542 sejlede han således fra Sevilla til havnebyen Vera-
landsby, førte en lang kamp for at frigøre sig fra Patzcuaro dominans, og
cruz i Mexico. Som franciskaner var det hans mål at tage del i omvendel-
genvinde sin status som by, hvilket lykkedes i 1592.
sen af den indianske befolkning. Siden Christoffer Columbus (1451-1506) i
Det vides ikke med sikkerhed i hvilken by i Michoacan, at Broder Ja-
1493 var vendt tilbage fra sin første rejse til ”Indien”, havde dronning Isa-
kob havde sit hjem, og hvornår han var der, men han opholdte sig ofte i
bella af Kastilien (1451-1504) fra paven fået den absolutte magt over den
bl.a. Tarecuato, Peribán, Coeneo og Zacapu. Vi ved dog, at han tilbrag-
nye verden. Til gengæld skulle hun sørge for, at befolkningen i disse lande,
te adskillige år i det smukke kloster i Tzintzuntzan, hvor han også tjente
“indianerne”, blev kristne og forsagede deres såkaldte hedenske og falske
som guardian. Franciskaneren Broder Diego Muñoz beretter, at Broder
tro. Kristne præster, ikke mindst i skikkelse af franciskanere, dominika-
Jakob var her i 1558, da “han en morgen efter prim (dagens første tidebøn
nere og augustinere, begyndte nu at lære de mange forskellige indianske
ved solopgang) bad om, at en grav skulle forberedes, og en sjælemesse af-
sprog, der blev talt i Ny Spanien, da man vurderede, at det ville være langt
holdes for kejser Karl V., idet han erklærede, at kejseren var død. Denne
mere besværligt at lære hele den indfødte befolkning spansk før omven-
begivenhed var dog endnu ikke kendt i Ny Spanien, og nyheden nåede
delsen kunne sted. Broder Jakob talte bade dansk, tysk, fransk, latin,
først frem mange dage senere med et skib fra Spanien.” Karl V. var død i
græsk og hebraisk, foruden spansk, og i Mexico, i en alder af mere end 58
klosteret i Yuste den 19. september 1558. Det bør tilføjes, at det ikke er sik-
år lærte han nahuatl (der fungerede som lingua franca i vicekongedømmet)
kert, at kronikøren Muñoz vidste, at Broder Jakobs broder var kong Chri-
og taraskisk eller purépecha, ‘sproget i Mechuacan’. Det var her Broder Ja-
stian II. og at han var gift med Karl 5.’s søster.
kob blev sendt hen. Provinsen var dengang kendt som Mechuacan, et nahuatl ord, der betyder “fiskeejernes sted” eller blot “fiskernes sted”. Broder Jakob blev først sendt til det franciskanske kustodies hovedkloster i Michoacan, nemlig Tzintzuntzan, ”kolibriernes sted” på purépecha. Ifølge den lokale overlevering så havde purépecha'erne tre på hinanden følgende hovedstæder: Patzcuaro, Ihuatzio og Tzintzuntzan, alle nær bredden af den smukke Patzcuaro-sø. Da de spanske conquistadorer ankom til området I 15191522 var det Tzintzuntzan, der var hovedstad i purépecha'ernes rige. Og det var ligeledes her, at franciskanerne, de første kristne forkyndere i Michoacan, ud af sten hentet fra gamle indianske helligdomme (yácatas), opførte deres første kirke, indviet til ære for Sankt Anna. Det var også her, at den lærde Vasco de Quiroga, juridisk rådgiver ved den kongelige højesteret i Mexico City, i 1533 var med til at grundlægge den by, der skulle blive den første administrative og kirkelige hovedstad for såvel spanierne som den indfødte befolkning i Michoacan. Da Vasco de Quiroga fem år senere, nu udnævnt til biskop over området, flyttede til Michoacan, etablerede han sin midlertidige katedral i den franciskanske kirke i Tzintzuntzan, men besluttede umiddelbart efter at flytte Michoacans administrative og kirkelige hovedsæde til en anden af purépecha'ernes gamle hovedbyer, nemlig Patzcuaro. Denne beslutning første til et anstrengt og fjendtligt forhold mellem biskop Quiroga og vicekongen Antonio de Mendoza, fran-
208
Tarecuato En af de byer i Michoacan, hvori Broder Jakob boede og helligede sig arbejdet med det religiøse og sociale arbejde blandt den indfødte befolkning, var Tarecuato. Han døde her i 1566 eller 1567, og ifølge nogle kilder er hans jordiske rester stadig at finde her. Lige siden 1500-tallet og frem til i dag har han været betragtet som en helgen, og man har arbejdet for at få ham officielt helgenkåret (dette er dog ikke sket endnu). I 1579 skrev den spanske borgmester Francisco Medinilla Alvarado fra nabobyen Jiquilpan i sin beretning om bl.a. Tarecuatos præcolumbianske fortid og om Broder Jakobs tid i byen. Medinilla Alvarado bistod skriveren Gonzalo Hernández med at udspørge såvel spaniere som indfødte i de byer, der lå under hans jurisdiktion, og lagde særligt vægt på udsagnene fra byernes ældste, og fra de forskellige ledere og rådsmedlemmer (Medinilla, 1987: 407-437). Ifølge Medinilla Alvarado er Tarecuato “et taraskisk ord, som betyder […] et lille bjerg formet som en sten og uden en tinde.” Historikeren René Acuña, udgiveren af samlingen af Relaciones Geográficas, betvivler dog denne etymologi og mener snarere, at stednavnet er dannet på baggrund af verbet tharéscuatani, ‘at forgude’, som indgår i Vocabulario en lengua de Mechuacan (1559) af Broder Maturino Gilberti, og som er afledt af thares, ‘ydolo’ dvs. ’afgudsbillede’. Tarecuato ville i så fald
Ro d ri go M a rtí n ez B a racs — Da n sk e versi o n er
betyde noget i stil med ‘tilbedelsessted’, som sagtens kan have befundet
steder i Michoacan og overalt i Ny Spanien, nu at betale tribut til de span-
sig på det ‘lille bjerg’. Besøger man den franciskanske kirke i Tarecuato,
ske encomendero’er, snarere end de lokale overherrer. Tributten bestod dels
vil man bemærke, at kirken og det aflange kapel er opført på en lav for-
af afgrøder og varer, dels af arbejdskraft, og senere også af penge. Det var
højning, ‘et lille bjerg’, hvor helligdomme kan have ligget, og af hvis sten
Antonio de Luna som på dette tidspunkt var encomendero i Tarecuato, Per-
det franciskanske kloster kan være bygget. En anden forklaring på ordet
ibán og flere andre byer i nærheden.
Tarecuato kan være relateret til termen tarecua, som på purépecha betyder ’gravestok’ (Gilberti, 1559).
I Tarecuato, som i så mange andre byer overalt på kontinentet, fulgte frygtelige epidemier i kølvandet på den spanske erobring. Den indfødte
Ifølge Medinilla Alvarado så blev Tarecuato grundlagt omkring 1480
befolkning havde intet immunforsvar over for sygdommene fra Europa,
af en purépecha-talende gruppe anført af en indiansk hærfører ved navn
hvilket førte til et katastrofalt stort antal døde. I tilfældet med Tarecua-
Guatando, på ordre efter den regerende cazonci, dvs. herskeren over Mi-
to, så steg, og ikke faldt, befolkningsstallet dog i de første fem årtier efter
choacan. Det var Guatando, hvis navn betyder “meget gammel og træt
spaniernes ankomst. I følge Medinilla Alvarados Relación fra 1579, så “ple-
mand”, som gav Tarecuato dens navn. Guatando regerede over byen på
jede der, i de hedenske tider, i denne by kun at være ganske få indianere:
vegne af cazonci’en, som opkrævede tribut fra befolkningen i form af “tæp-
det siges, at der ikke var mere end 200 mænd; men der er nu 400 tributbe-
per, majs, bønner og andre ting”. Indbyggerne boede dels i Tarecuato, som
talende indianere.” Denne angivelige stigning i befolkningstallet skyldtes
var områdets center, dels i de tre mindre, omkringliggende landsbyer
måske den relative fremgang i lokaløkonomien, som førte til, at flere slog
San Ángel, Santa María og San Juan. Husene var små, opført af soltørre-
sig ned her. I Tarecuato blev der dyrket “store mængder af figner, kvæder,
de mursten på stenfundamenter, og tagene tækkede. De spiste ”tamales,
ferskner, valnødder og andre frugter”, og derudover også avocadoer og
bønner, fisk og vildt.” Salt, som de ikke selv havde, købte de. De gik klædt
kirsebær. Europæiske afgrøder blev også dyrket, heriblandt: “mange slags
i bomuldstøj, fx “jakke-lignende skjorter og kapper pyntet med fjer”, ho-
kål, salat, radisser og bønner og andre former for frø fra Kastilien”. Hve-
vedsageligt med ”meget fornemme” kolibrifjer.
de blev dyrket, uden kunstvanding, når årstiden tillod det, og en del silke
Tarecuato ligger i hvad der var den allervestligste del af purépecha'er-
blev ligeledes produceret. Man holdt såvel kalkuner (som var oprindeli-
nes rige, nær grænsen til et området, som senere blev kendt som Áva-
ge for Mesoamerika) som høns indført fra Spanien, ligesom man havde
los-provinsen (i dag en del af Jalisco). Tarecuato lå i krig med dette områ-
heste (de var tilstede ved den overdådige modtagelse af den franciskan-
de, og særligt byerne Teocuitlatlan og Tzacualco (begge navne er aztekiske
ske udsending Broder Alonso Ponce i 1585). Fra de fyrretræer, der hedder
og betyder ‘ved guldet’ og, måske, ‘de gule fugles sted’). Det er muligt, at
oyameles udvandt man en olie kaldet gran som kunne bruges mod ”chok”,
cazonci’en foranledigede grundlæggelsen af Tarecuato som en blandt flere
forkølelse og andre sygdomme. Som middel mod blærer og feber blev folk
grænsebyer i samme område, netop for ar kunne beskytte purépecha-ri-
behandlet “med en hvid rod, som siges at komme fra Michoacan”, den be-
gets vestlige grænse. Når krigere fra Tarecuato tog fanger fra de fjendtli-
rømte ‘Michoacan-rod’, som også blev vidt udbredt og anvendt i Europa,
ge byer, “bragte de dem til cazonci’en, herskeren i Patzcuaro, som de hav-
og som blev anbefalet af læger såsom spanieren Juan de Cárdenas i hans
de som deres overherre”. Cazonci’en gav dem så fem af de tilfangetagne
værk Problemas y secretos maravillosos de las Indias fra 1591. Tarecuatos bøn-
mænd, således at de kunne tage dem med tilbage til deres egne byer for at
der og kunsthåndværkere solgte deres produkter (majs, bønner, hvede og
ofre dem. De blev ofret på en ‘høj bakke’, hvor de havde et afgudsbillede af
silke) på markedet og betalte desuden deres del i tribut til den førnævn-
sten (tharés), til hvilket de ofrede hjerterne og blodet, som krigerne efter-
te encomendero Antonio de Luna. Som allerede nævnt manglede man salt,
følgende spiste.
som måtte købes i den spanske by Colima.
Tarecuato må have været af stor betydning for centralmagten i
Det er muligt, at den relative fremgang og velstand i Tarecuato hang
Patzcuaro og Tzintzuntzan, og beretningen fra 1579 betragter således også
sammen med byens franciskanske kloster, grundlagt af en Broder Bernar-
Cristóbal de Olid, Michoacans erobrer, som Tarecuatos erobrer. Det er dog
do, som meget vel kan have været franskmanden Broder Bernardo Cossin,
næppe sandsynligt, at han faktisk selv nåede frem til den fjerne, vestlige
der ligesom Broder Maturino Gilberti stammede fra provinsen Aquitani-
region. Fra da af begyndte man i Tarecuato, på samme måde som andre
en. Det var netop Broder Maturino og Broder Jakobo Testera som Broder
209
Danske ver s i on er — B roder Jakob den Da nsk e o g M e x i co
Jakob ankom til Ny Spanien sammen med i 1542. I 1579 boede der to fran-
brifjer og andre materialer, ligesom han bidrog til at give de oprindelige
ciskanere i klosteret, hvoraf den ene af dem tjente som guardian, men i
danse og højtider en kristen betydning.
1586, da Broder Alonso Ponce kom på besøg, var der fire munke på stedet,
Broder Jakob døde i Tarecuato, og nægtede at tage imod nogen me-
og klosteret stod nu færdigbygget med kirke, soverum og frugthave. Ta-
dicinsk behandling. Det siges, at hans jordiske rester endnu findes her,
recuato havde desuden et fungerende hospital (grundlagt så tidligt som
og at byens indianske befolkning aldrig har tilladt – eller nogensinde vil
1543 af endnu en franciskaner, som muligvis også kom fra Aquitanien). I
tillade – at nogen fjerner dem, og at de er skjult bag en forseglet dør eller
1579 beklagede borgmesteren Medinilla Alvarado sig over, at Tarecuatos
gemt et andet hemmeligt sted. Det fortælles, at med sin mirakelbringende
hospital ingen indtægt havde, og kun overlevede på almisser fra byens
vandrestav, formåede Broder Jakob at få en kilde til at springe frem ved et
indfødte og de fattige, som blev behandlet her.
sted nær Tarecuato, og i en af klosterets atriumgårde står et appelsintræ,
Selvom Broder Jakob boede og arbejdede i mange byer i Michoacan,
som siges at have vokset frem fra Broder Jakobs vandrestav, på samme
så var det i Tarecuato, at han oftest opholdt sig gennem de næsten 25 år,
måde som i historien om Arons blomstrende stav. Der er i nyere tid des-
han var i området. Ifølge Anales de Tarecuato ankom han første gang til Ta-
uden rejst en statue af Broder Jakob, og der findes flere malerier af ham.
recuato i 1543, eller måske først omkring 1548, som foreslået af George
Byens kulturhus er opkaldt efter ham, og man anser ham for at være en
Kubler (Kubler 1948, vol. II). Broder Jakob fungerede som klosterets guar-
helgen, og sådan har det været siden 1500-tallet. Helt frem til i dag fortæl-
dian i en årrække, og hvis ikke han ligefrem var med til at grundlægge ho-
ler traditionen, at da biskop Quiroga bad Broder Jakob komme til Patzcu-
spitalet, så var han aktiv her, tog sig af de syge og gav dem åndelig hjælp.
aro, så blev han ved med at holde gudstjeneste i Tarecuato og andre fjernt-
Han har formentlig også været med til at etablere hospitaler andre ste-
liggende landsbyer. Hans beroligende nærvær kan stadig føles, og for ikke
der, fx i Peribán sammen med Broder Juan de San Miguel omkring 1546;
længe siden fortalte min ven, antropologen Aída Castilleja González mig,
i Jiquilpan nogle år senere, og måske også i Zacapu. Endelig tog han også
at for ikke så længe siden havde byen været fanget i en endeløs diskussion
del i grundlæggelsen af klosteret i Tancítaro sammen med Broder Juan de
om hvorvidt klosterets atriumgård skulle have en brostenbelægning eller
San Miguel.
skulle cementeres. En beboer brød omsider ind, og det lykkedes ham at få
Broder Jakob tilbød alle sakramenterne til den indfødte befolkning i
dæmpet gemytterne, og alle forlod stedet i enighed om, at det ville være
de byer, han opholdt sig i – inklusiv nadveren, hvilket bekymrede flere af
bedst med brosten. Men da man senere forsøgte at genkalde sig, hvem det
hans ordensfæller, bl.a. fordi man jo i den forbindelse ”spiser Kristi lege-
var der havde formået at bringe folk til enighed, var der ingen der kunne
me”. Franciskanske og augustinske kronikører diskuterede internt, hvem
huske hvem han var, og de tænkte, at det kunne have været selveste Broder
der var den første til at lade den indianske befolkning i Michoacan delta-
Jakob, som havde talt. Byens sognepræst beretter sågar, hvorledes det kan
ge i navderritualet: Var det franciskaneren Broder Jakob den Danske, eller
føles som om, tiden står stille, når man er i klosteret. Det er i denne følelse
hans ven, den lærde augustiner Broder Alonso de la Veracruz (1509-1584).
af samhørighed mellem fortid og nutid, at de idealer Broder Jakob efter-
Sammen med andre brødre, forsøgte Broder Jakob at forsvare den indian-
stræbte stadig findes i Michoacan og i hele Mexico.
ske befolkning mod de spanske overgreb, ikke mindst dem, der kom fra encomendero’erne, såsom den førnævnte Antonio de Luna (Martínez Baracs, 2005). Sammen med blandt andre Broder Maturino Gilberti og Broder Alonso de la Veracruz lykkedes det Broder Jakob at forhindre Mexicos ærkebiskop Broder Alonso de Montúfar (1489-1572) og Michoacans biskop Quirogas plan om at pålægge den indianske befolkning at betale en tiende til kirken, og som skulle betales ud over den øvrige tribut. Det siges endvidere, at Broder Jakob lærte indianerne at fremstille og udsmykke kristne billeder (kors, helgener, jomfruer og andre symboler) med dyrebare koli-
210
Besøget Min ven, maestra Alicia Mateo fra ”Grupo Kw’anískuyarhani de Estudiosos del Pueblo Purépecha”, har bedt mig berette om mit eget møde med Broder Jakob den Danske. Det fandt sted fredag d. 22. februar i 2008, da Hendes Majestæt Dronning Margrethe II. af Danmark sammen med prins Henrik var på statsbesøg i Mexico og ledsaget af Præsident Felipe Calderón og hans hustru Margarita Zavala besøgte Michoacan (præsi-
Ro d ri go M a rtí n ez B a racs — Da n sk e versi o n er
dentens hjemstat), og mere præcist Tarecuato og Tzintzuntzan, hvor den danskfødte Broder Jakob gennemførte sit enestående missionsarbejde.
I det franciskanske kloster i Tzintzuntzan har restauratorer fra INAH afdækket et vægmaleri, som kan være et portræt af Broder Jakob den Dan-
En anden af mine gode venner, historikeren Fausto Zerón Medina,
ske, og som nævnt ved vi, at han tilbragte lange perioder her i det franci-
var så venlig at invitere mig til at ledsage prinsgemalen under besøget,
skanske hovedsæde i Michoacan. Efter at have set maleriet, blev vi budt på
herunder guide ham på fransk, og desuden skrive en kort oversigt over
et vidunderligt måltid uden for klosteret, og tog så afsked med dronnin-
Broder Jakobs bedrifter i Michoacan. Jeg overrakte også dronningen et
gen og prinsen, som fortsatte deres rejse gennem Michoacan. Resten af os
eksemplar af faksimileudgaven af Broder Maturino Gilbertis Vocabulario
vendte tilbage til Morelia med helikopter, og siden med præsidentens fly
en lengua de Mechuacan fra 1559. Rejsen til det fjerntliggende Tarecuato
til Mexico City. På vejen tilbage bemærkede jeg, at præsident Calderón læ-
foregik i en af præsidentens helikoptere og med på turen var, udover de
ste min korte oversigt over Broder Jakobs liv, som også er udgangspunktet
førnævnte, INAHs daværende generaldirektør Alfonso de María y Campos
for dette kapitel.
samt adskillige repræsentanter fra præsidentens generalstab, som havde
Det skal for i øvrigt nævnes, at Nybo Rasmussen, som ikke var en del
planlagt besøget med minutiøs præcision. Ombord i helikopteren blev de
af præsidentens følge, blev i Tarecuato, da vi andre rejste. Han ønskede
øverste embedsmænd udstyret med hovedtelefoner, som dæmpede den
mulighed for at være i den mirakuløse Broder Jakob den Danskes nærvær.
øredøvende støj fra motoren og helikoptervingerne og tillod dem at tale
Og når vi taler om mirakler, så nævnte Alicia Mateo, at måske var Broder
sammen undervejs. For mig, som historiker med speciale i Michoacans
Jakobs mirakel for mig, da han reddede mig fra blive ramt direkte i ansig-
historie, var den største og mest interessant oplevelse, at se området fra
tet af varmen fra motoren, og dermed komme slemt til skade. Hun har
en lav højde.
ret. Jeg vil derfor gerne takke Broder Jakob for den tjeneste han gjorde,
En vigtig begivenhed fandt sted i Tarecuato, hvor de lokale autoriteter
det er en gestus, jeg sætter stor pris på, og som jeg ofte reflekterer over.
mindedes Broder Jakob den Danske, som fortsat æres og tilbedes her. Det
Jeg vil også gerne takke Fausto Zerón Medina for at låne mig den officiel-
grundige arkivarbejde som den danske historiker Jørgen Nybo Rasmussen
le pressemeddelelse med den tale, som dronningen gav ved den officielle
har udført, har, som tidligere nævnt, klargjort, at Broder Jakob var kong
statsmiddag på Chapultepec-slottet, den 21. februar (og som jeg for i øv-
Hans af Danmarks yngste søn, som blev tvunget i eksil som følge af refor-
rigt endnu ikke har leveret tilbage), og som rummer en fuld anerkendelse
mationen. Noget lignende skete for Thomas More (1478-1535) i England,
af Broder Jakobs rolle i den danske kongefamilie, såvel som hans fortje-
og som blev henrettet ved halshugning, da han ikke ville acceptere Kong
nester som kristen forkynder og humanist. Jeg tillader mig således her at
Henrik VIII.’s skilsmisse og grundlæggelsen af den anglikanske kirke, og
gengive to meget sigende afsnit:
dermed bruddet med den katolske kirke. Denne religiøse fremmedgørel-
"Forholdet mellem Mexico og Denmark går helt tilbage til Mexicos
se har været opretholdt indtil for nylig, eftersom man ikke officielt har
kolonitid, da franciskanermunken Broder Jakob, eller Broder Jakob den
anerkendt Broder Jakob den Danske som en del af det danske kongehus.
Danske som han også er kendt som, ankom til Ny Spanien i 1542. Han var
Anerkendelse kom dog denne dag – 22. februar 2008 – i Tarecuato, hvor
den yngste søn af kong Hans af Denmark, en af mine fjerne slægtninge,
dronningen og den danske historiker for første gang hilste på hinanden.
og han var gået i tjeneste hos Karl V. af Spanien. Han kom som missionær
Jeg fik også lejlighed til kort at tale med Nybo Rasmussen om betydning-
med intentionen om at redde de indfødte folks sjæle, og han tilbragte re-
en af denne begivenhed, men opdagede så pludselig, at præsidenten og
sten af sit lange liv her i Mexico. Han døde i en alder af 85."
hans følge havde efterladt mig. Havde det ikke været for nogle meget
Michoacans purépecha-folk og dets trivsel lå ham på sinde mere end
venlige mennesker, som i deres lastbil kørte mig til skoleområdet (hvor
noget andet, og det er netop i Tarecuato i Michoacan, at kirken og skolen
helikopterne landede) var jeg strandet i landsbyen. Jeg løb frem mod den
som han grundlagde stadig står og hvor hans navn til denne dag stadig
nærmeste helikopter, mens jeg vinkede med armene, og jeg kom så nær
æres. Broder Jakob var en betydningsfuld mand, som forsvarede den ind-
helikopterens turbinemotor, at den svedede min i forvejen begrænsede
fødte befolknings ret til lige rettigheder og beskyttede den mod den span-
hårpragt. Jeg blev ført ind i præsidentstabens helikopter, som nu fløj mod
ske kolonimagts forfølgelser og forsøg på formelt at klassificere dem som
Tzintzuntzan, og der var stilhed, mens jeg følte på mit nu afsvedne hår.
underlegne mennesker."
211
Danske ver s i on er — B roder Jakob den Da nsk e o g M e x i co
Det skal dog tilføjes, at i et senere interview, trykt i avisen Milenio den
Jakob den Danskes kirke, og han var højest sandsynligt den yngste søn af
21. marts 2016, hvor dronning Margrethe II. udtrykker sin kærlighed til
kong Hans af Danmark, selvom dette ikke er fuldstændigt sikkert. Vi så
Mexico og med stor glæde mindes besøget i Mexico og Tarecuato i 2008,
kirken hvor han i kolonitiden arbejdede sammen med den indfødte be-
satte hun nu spørgsmålstegn ved Broder Jakobs den Danskes tilknytning
folkning. Selvom kirken ikke fremstår helt som den gjorde dengang, ef-
til det danske kongehus:
terlod den et uudsletteligt indtryk, og vi mødte så mange venlige menne-
"Jeg besøgte Mexico i 2008 med min mand (prinsgemal Henrik), og
sker og der var en charmerende stemning på stedet."
jeg havde også tidligere, i 1966, besøgt landet og dengang fik jeg lejlighed
Medlem af den danske kongeslægt eller ej, så håber jeg, at Broder Ja-
til at se en stor del af landet. Ved det sidste besøg, da jeg var der med min
kob den Danske vil fortsætte med at være en fællesnævner for befolknin-
mand, fik vi mere at vide om landets historie, og det efterlod os med et
gen i Danmark og i Michoacan, for såvel katolikker som protestanter, og
vidunderligt indtryk af Mexico.
med respekt for alle mennesker og en tolerant og omfavnende levevis.
Vi besøgte to ganske små byer i den daværende præsidents hjemstat, og det var meget inspirerende. I en af dem (Tarecuato) besøgte vi Broder
212
A lberto Ca rri ll o Cá z a res — Da n sk e versi o n er
Broder Jakob den Danskes kamp for en indiansk præstestand1 Alberto Carrillo Cázares † El Colegio de Michoacán Efterhånden som den åndelige erobring af den såkaldte Nye Verden tog
den første biskop af Michoacan, efter at han havde tilbragt næsten syv år i
fart stod det klart, at der var et voksende behov for flere præster og bi-
Spanien (Carrillo, 2012, 192).
skopper til at varetage de kirkelige opgaver og arbejdet med at kristne
Den mest effektive løsning på problemet med at skaffe nok præster
landets oprindelige befolkning. En interessant og kontroversiel løsning på
var ikke at indforskrive dem udefra, men snarere at kunne uddanne cri-
problemet blev fremført af franciskaneren Broder Jakob den Danske (ca.
ollo-præster og -diakoner i Ny Spanien (dvs. spaniere født i den Nye Ver-
1484-1566), der var ankommet til Michoacan, hvor han tjente som guardi-
den). Denne plan blev sat i gang i begyndelsen af kolonitiden, hvor de reli-
an for klostrene i Patzcuaro og Tzintzuntzan. Han foreslog, at oprettelsen
giøse ordener grundlagde deres studie- og uddannelsessteder for novicer
af en indiansk præstestand straks skulle iværksættes. På det tidspunkt og
ude i provinserne. På denne baggrund grundlagde biskop Zumárraga Real
langt ind i de første årtier i det 20. århundrede var oprindelige folk el-
Universidad i Mexico City, og Vasco de Quiroga etablerede Real Colegio de
lers blevet nægtet adgang til præstestanden og deltagelse i sakramenter-
San Nicolás i Michoacan. Formålet med at stifte disse institutioner, som
ne med undtagelse af dåben. Af politiske og racemæssige årsager mødte
blev grundlagt og finansieret af kirken, var netop at uddanne præster på
Broder Jakobs forslag stærk modstand og skepsis, ikke mindst fra højt-
samme måde som universiteterne i den Gamle Verden gjorde det. Ud af
stående medlemmer af hans egen religiøse orden. Den alvorlige mangel
dette tiltag voksede en præstestand frem, som udgjordes af lokaltfødte
på præster fik endda den første biskop i Mexico, Juan de Zumárraga, til at
præster, der ikke var hentet udefra. Imidlertid skulle kandidaterne søges
tilbyde at betale for at præsteuddannede ville tage rejsen fra Spanien til
blandt børn, som var født af spaniere, og helst de fattige. Faktisk sagde
Mexico. Dette skete til trods for, at mange af disse præster formodentligt
Vasco de Quiroga selv, at hans elever skulle være “rene spaniere” (Carrillo,
var utilstrækkeligt uddannede, og måske var motiveret af personlige in-
2012, 195). Spørgsmålet om inddragelse af landets oprindelige indbyggere
teresser snarere end af et dybfølt religiøst kald. Sådan var situationen, da
som elever i de hellige ordener blev aldrig rejst. Derfor blev den indianske
den første vicekonge i Ny Spanien, Don Antonio de Mendoza, meddelte
befolkning ikke eksplicit ekskluderet, men den blev heller ikke inkluderet.
sin efterfølger, Don Luis de Velasco, at: ”De præster, der kommer til disse
Vicekonge Don Antonio de Mendoza udtalte, at indfødte elever ikke burde
egne er afstumpede, og de kommer alle for egen vindings skyld, og hvis
få adgang til præsteembedet, heller ikke selvom de var både belæste og
det var ikke var for Hans Majestæts beordring, og på grund af dåben, ville
dydige, “fordi dette privilegium skal reserveres til, når denne nation når et
indianerne være bedre tjent uden dem. Dette er en overordnet betragt-
dannelsesniveau svarende til Spaniens” (Carrillo, 2012, 195).
ning, eftersom der findes et par gode gejstlige iblandt dem" (Instrucciones,
På dette tidlige tidspunkt i missionsarbejdet blev det foreslået, at der
1991, 99). Et andet tiltag, der blev iværksat, var at rette blikket direkte mod
skulle arbejdes på at skabe en indiansk elite, sammenlignelig med den
Spanien for at lede efter gode præster, der ønskede at udøve tjeneste og
præcolumbianske elitestand, som blev uddannet på et niveau som svarede
flytte til de nye lande, og som var indstillede på, at det kun gav dem be-
til niveauet for universiteterne i Spanien. Dette projekt blev realiseret i
grænsede fordele. Dette tilbud tog Vasco de Quiroga imod, og han blev
Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, hvis formål var at uddanne indianske elever. Projektet blev kortvarigt–men gav enestående resultater:
1
Dette kapitel baserer sig på artiklen ”La utopía de Fray Jakobo, el Danés, y su lucha por un clero indígena”, som oprindeligt blev udgivet i tidsskriftet Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, Nr. 130, 2012, s. 189-216.
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Danske ver s i on er — B roder Jakob den Da nsk e s ka m p fo r e n i nd ia nsk pr æ st e sta nd
Det kongelige Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco (1533, 1536-
”ulempen ved at være ny i troen og derfor umodne i deres overbevisning.
1576) var et avanceret og prestigefyldt uddannelses- og uddannelsespro-
De skulle følgeligt være særligt uegnede til tjeneste i kraft af den oprinde-
jekt for unge indfødte medlemmer af den mexicanske adel, hvis formål
lige befolknings generelle tilbøjelighed til fordrukkenhed” (Carrillo, 2012,
var at forberede og uddanne studerende med henblik på at kunne opnå en
199). Imidlertid lå der en skjult politisk dagsorden bag alle de teologiske
præsteordinering. Det franciskanske projekt blev grundlagt den 6. januar
og moralske anfægtelser, som gik ud på at holde al magten isoleret på
1536 af biskop Juan de Zumárraga og ledet af de mest lærde i franciska-
spanske hænder.
nerordenen. Projektet blev desuden støttet af Don Sebastián Ramírez de
Broder Jakob den Danske var den eneste, der turde kritisere kirkens
Fuenleal, som var præsident for Audienciaen, og af den nyankommne vice-
beslutning om at nægte oprindelige folk at modtage sakramenterne–
konge, Don Antonio de Mendoza. I begyndelsen modtog skolen omkring
bortset fra dåben. Broder Jakob ankom til Michoacan i 1542 og på trods
tres elever, der blev udvalgt blandt sønner af aristokrater og adelsmænd
af forbuddet om sakramenterne, der blev sanktioneret af Koncilet i Lima
fra de største byer og provinser i Ny Spanien. De optog to eller tre stude-
og støttet af mange af de lokale præster, var han den første i sin orden,
rende fra hver større by, så værdien af uddannelsen kunne udbredes yder-
der tillod den oprindelig befolkning at tage del i nadveren. Dette var el-
ligere. Efter spansk forbillede bar eleverne et elev-emblem, en kutte med
lers blevet dem nægtet, fordi de blev anset for at være svage i troen og
kappe og de måtte efterleve en streng tidsplan, som omfattede recitation
ikke dydige nok. Broder Jakob var medlem af den regerende kongefami-
af bønner for Jomfru Maria, morgengudstjeneste, måltider i refektoriet
lie i Danmark-Sverige-Norge, og en yngre bror til kong Christian II., der
og hvile i en fælles sovesal under opsyn af en vagt. Eleverne blev undervist
havde konverteret til protestantismen. Broder Jakob måtte derfor drage i
i læsning, skrivning og musik, de lærte at tale og læse latin efter retorik-
eksil og søgte tilflugt i Mechlenburg i Tyskland. Senere rejste han til Spa-
kens regler, og de studerede også logik, filosofi samt anvendelsen af indi-
nien, men med den Nye Verden som den endelige destination. Kejser Karl
ansk medicin (Carrillo, 2012, 197).
den V. gav ham et anbefalingsbrev med til vicekongen, Don Antonio de
Det nyoprettede Colegio i Tlatelolco blev en succes, og der blev ud-
Mendoza i Ny Spanien. Således sejlede han ud fra Sevilla, mod Veracruz,
dannet dygtige latintalende dimittender derfra, som kunne arbejde med
hvorfra han fortsatte mod Mexico City. Der tilbragte han tid på Colegio
kristen oplæring af oprindelige folk og lægbrødre. De kunne oversætte
de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco, hvor han lærte nahuatl, og senere
doktrinbøger og assistere med at kopiere skrifter og fungere som as-
rejste han videre til Michoacan, hvortil han var blevet udsendt.
sistenter for præsterne, der forestod vielser og varetog de øvrige sakra-
I Michoacan gjorde Broder Jakob sig bemærket ved sin store indsats
menter. Mange blev valgt som dommere og guvernører i de indianske
i det franciskanske kloster i Patzcuaro i hjertet af det taraskiske rige og
bysamfund. På trods af de fine resultater, som læreanstalten frembrag-
hovedsæde for bispedømmet, som var blevet oprettet i 1538 af Vasco de
te, mistede stedet sin betydning efterhånden som tidens vilkår ændrede
Quiroga. Broder Jakob var veluddannet og besad en stor viden om teologi
sig med ankomsten af nye magthavere, der prioriterede anderledes: ”det
og de hellige skrifter. Han mestrede græsk, hebraisk og latin, og han blev
gode, der blev gjort mod indianerne, begyndte at fremstå utilstrækkeligt
snart ekspert i taraskisk eller purépecha, som er det mest udbredte indi-
implementeret, og tiden, som var brugt på dem, gik tabt” (Mendieta, 1973,
anske sprog i Michoacan. Netop på grund af hans sproglige ekspertise,
41- 42). Efterhånden blegnede udsigterne til, at en indiansk præstestand
bad ærkebiskoppen i Mexico ham få år senere om at gennemse og god-
kunne oprettes, og visionerne smuldrede. I 1576 stoppede bestræbelserne
kende de religiøse værker, som Broder Maturino Gilberti havde forfattet.
på at få oprettet en indiansk kirke. Den nye ærkebiskop i Mexico, Alonso
Broder Jakobs enestående virke og kendskabet til hans livshistorie er
de Montúfar, og mange andre myndighedspersoner i Ny Spanien, havde
reddet fra glemslen af den danske historiker Jørgen Nybo Rasmussen. Af
modsat sig muligheden for, at indianske personer måtte indtræde i mun-
alle den danske munks store bedrifter var hans vigtigste bidrag vel nok
keordener eller blive præster, da dette kunne give dem mulighed for at
hans kritik af den fejl, som kirkens præster begik, ved ikke at tillade re-
opnå åndelig viden og magt. De kom med ekstreme påstande om den op-
præsentanter fra den indianske befolkning at blive præster og desuden
rindelige befolknings manglende evne til at påtage sig hverv med autori-
nægte dem at deltage i sakramenterne – med undtagelse af dåben.
tet. Argumentet lød: ”De skal ikke befale, men adlyde” og henviste også til:
214
A lberto Ca rri ll o Cá z a res — Da n sk e versi o n er
Broder Jakobs teologi Det centrale argument i Broder Jakobs teologi fastslog, at ”deltagelsen i sakramenterne var selve omdrejningspunktet i kirkens liv, og når de troende først var blevet døbt, skulle deres åndelige sundhed opretholdes ved at modtage de øvrige sakramenter, uden at gøre forskel på race” (Carrillo, 2012, 202). Baseret på stærke argumenter skrev den danske munk en bog, der var meget kontroversiel på grund af sit perspektiv og revolutionerende indhold. Oversat til dansk er titlen: Erklæring fra det barbariske indianske folk, der efter at have modtaget dåben ønsker at modtage de øvrige sakramenter (Beristáin, 1981, 420-421). I dette værk gik Broder Jakob så langt som til at påpege, at den mexicanske kirke ikke var i overensstemmelse med Helligåndens grundlag, fordi den hverken havde tilstrækkeligt med præster eller gav de sakramenter, der var nødvendige for folkets frelse. Han misbilligede også, at den hellige nadver blev nægtet den indfødte befolkning, og at den kun nødtørftigt blev givet til spanierne. Både de franciskanske kronikører og vidnesbyrd fra indianske kilder fra Patzcuaro bekræfter, at Broder Jakob den Danske var den første til at uddele nadveren til indianske personer (Mendieta, 1973, 19). Han insisterede ydermere på, at alle sakramenterne skulle tilbydes de indianske folkeslag. Som den mexicanske bibliograf José Mariano Beristáin har anført, så gav Broder Jakob: ”udtryk for sine indvendinger mod kirkens politik under hvert af sakramenterne” (Beristáin, 1981, 420). Mange gejstlige diskuterede muligheden for at vie indianske par under ed af det helligt indstiftede ægteskab. De stod tvivlende over for hvorvidt det var passende at ægte dem med vielsessakramentet, eller om det var bedre at lade dem gifte sig uden sakramentet, med risiko for at der ville blive indgået hemmelige ægteskaber. Ifølge Beristáin skrev Broder Jakob mindst endnu en bog ud over den førnævnte. Den anden bog blev affattet på latin og var formodentlig beregnet til medlemmer af franciskanerordenen og andre gejstlige. I dette arbejde uddybede han sin skepsis overfor den måde, hvorpå sakramenterne blev håndteret over for indianerne. Centralt stod hans kritik af kronens og kirkens manglende omhu i det alvorlige spørgsmål, som vedrørte manglen på biskopper og præster til at administrere sakramenterne til de nye, indianske konvertitter. Særligt konfirmationen, men også dåben, var årsag til konflikter. For eksempel ødelagde præsten Diego Pérez Gordillo, som var biskop Vasco de Quirogas højre hånd, døbefonten i det francis kanske kloster i byen Patzcuaro og bragte dermed konflikten mellem den sekulære og den gejstlige præstestand for dagen. Med hensyn til skrifte-
målet, forsoningens sakramente, påpegede Broder Diego Muñoz, at Broder Jakob faktisk administrerede det for mange spaniere (Muñoz, 1922, 397). På den anden side blev nadveren kun givet sparsomt til spanierne og blev helt nægtet over for indianerne, indtil Broder Jakob begyndte at lade dem få del i den: ”Alle de franciskanske kronikører og indianske vidnesbyrd fra Patzcuaro samstemmer i, at Broder Jakob den Danske var den første til at give indianerne den hellige nadver” (Carrillo, 2012, 204). Mendieta skriver: ”Han var den første til at forkynde nadverens mest hellige sakramente til taraskerne” (Mendieta, 1973, 19). Med hensyn til salvelsen med den hellige olie påpegede Broder Jakob, at selv om der var et påbud om, at indfødte ikke skulle få del i dette sakramente, havde de fået lov til at modtage sakramentet af fader Martín de Valencia. Spørgsmålet om ægteskabets sakramente medførte vanskeligheder, da det var meget svært at få biskop Quirogas folk til at se bort fra de forskellige forhindringer, som afskar den indianske befolkning fra at blive helligt viet. Havde det ikke været for de sekulære præster, der blev enige om at ignorere disse forhindringer, havde det været næsten umuligt for taraskerne at opnå ægteskab. Under henvisning til særlige privilegier udstedt af paven, kunne der således gives dispensation til dem, der bad om det. Derudover var den egentlige årsag til uenighed imidlertid Broder Jakobs idé om, at de indfødte skulle kunne præsteordineres, altså: ”at indianerne skulle optages i den hellige orden og gøres til præster for kirken” (Mendieta, 1973, 61). Og som netop Broder Jakob allerede havde påpeget, så var: ”administrationen af sakramenterne blevet groft forsømt, og dette var roden til al dårligdommen” (Rasmussen, 1992, 89). Rasmussen påpeger, at Broder Jakob rent teologisk mente, at deltagelse i et fuldstændigt sakramentalt liv var et nødvendigt grundlag for de indianere, der allerede var konverteret til kristendommen, i forhold til at opnå den religiøse modenhed, som deres kritikere krævede af dem (Carrillo, 2012, 205). Broder Jakob fremførte i sin afhandling en række argumenter for, at den primitive kirke, grundlagt på Helligånden, må have tilstrækkeligt med præster for at give de nødvendige sakramenter til folkets frelse. Han var fortaler for, at også de indianske folk kunne føle et præstekald, og at mange af dem var gode kristne, som forsagede det jordiske liv og havde et ønske om at tjene Gud. Han fortsatte med at påpege fordelene ved at forkynde troen for fx taraskerne på deres eget sprog og derved opnå en bedre forståelse af evangeliet blandt den brede befolkning (Carrillo, 2012, 209). Det var forventeligt, at udgivelsen af et sådant skrift ville forårsage store rystelser i det kirkelige miljø i Ny Spanien. Det skyldtes, at konci-
215
Danske ver s i on er — B roder Jakob den Da nsk e s ka m p fo r e n i nd ia nsk pr æ st e sta nd
lerne i Mexico og Lima havde forbudt præsteordinering af indianske folk,
giøse ordener og efterfølgende levede et eksemplarisk klosterliv. Broder
samtidig med at manglen på præster var en kendsgerning; beslutninger-
Jakob tilbød personligt at tage ansvaret for at uddanne indianere til at bli-
ne var støttet af kanoniske love, og legitimerede dermed en racemæssig
ve ”passende og tilstrækkelige til præsteembedet”. Dette var hans svar til
ulighed. Derudover iværksatte den mest berygtede og fjendtlige teolog,
Gaonas kommentar om, at ”for at vise dem, hvordan de kan blive præster,
franciskaneren Juan de Gaona, som tidligere bl.a. havde undervist i Co-
er det nødvendigt at afprøve mange, for at det kan lykkes for en” (Carrillo,
legio de Santa Cruz de Tlatelolco, et modsvar til sin gamle ven Broder Ja-
2012, 212).
kobs teser. Det udmøntede sig i et værk med titlen Antidota quarumdum
Som bekendt var resultatet af debatten et nederlag for Broder Jakob,
propositionum cuinsdam famigeratissima Theologi, Contraveneno para algunas
der dybt såret efterkom dommerens afgørelse, hvorefter han underskrev
proposiciones de cierto teólogo que se tiene por muy famoso (Beristáin, 1981), og
sin tilbagetrækning og accepterede den straf, der blev pålagt ham. Men
førte til, hvad der utvivlsomt var en af de mest dramatiske, men allige-
hvorfor accepterede han nederlaget? Nybo Rasmussen har argumenteret
vel mindst omtalte, teologiske debatter i kirkens historie i Mexico. Den
for følgende: ”Det er næppe sandsynligt, at Broder Jakob underskrev sin
fandt sandsynligvis sted i Mexico City den 1. maj 1553, den dato, der blev
tilbagetrækning, fordi han var overbevist om, at Juan de Gaonas havde ret.
registreret i Gaonas indlæg til sagen, en såkaldt Apología. Heri argumente-
Men sikkert er det, at han kapitulerede under dommerens afgørelse. En
rede Gaona imod Broder Jakobs synspunkter omkring grundlæggelsen af
dommer som var udpeget af provinsens repræsentanter for hans orden
en egentlig indiansk kirke. Med hensyn til de indianske folks præstekald
[…] I dag står det klart, hvorfor Jakob accepterede nederlaget, underskrev
påpegede Gaona, at, ifølge paven, kunne efterkommere af vantro i op til
sin tilbagetrækning og i det mindste for en stund stoppede kampen. Han
fjerde generation ikke accepteres som præster. Han tilføjede, at der var
vendte tilbage til [...] sine missionæraktiviteter i Michoacan, hvor han på
risiko for, at de indfødte vendte tilbage til deres gamle hedenske praksis-
ingen måde kan siges at have givet op, men nok snarere ventede på, at
ser, ritualer og ceremonier. Han nævnte også, at indianere ikke var egnede
bedre tider skulle komme i forhold til at kunne genoptage sin sag” (Nybo
til at befale (”de er ikke bestemt til at befale eller herske, men snarere til
Rasmussen, 1992, 94-95).
at adlyde og lade sig lede på dette stadium af deres kristning”), faren for, at de bliver arrogante (”de er ikke skabt til at undervise, men til at være disciple, og ikke til at være biskopper, men til at være undersåtter”), og at de ligeledes var tilbøjelige til at synde (”og den stærkeste årsag til dette er, at de er drikfældige og forfaldne til at drikke vin, og derfor kan de ikke arbejde for kirken”) (Carrillo, 2012, s. 210-211). Broder Jakob bestred naturligvis dette. Han hævdede, at indianerne ikke tidligere havde beruset sig, og at der selv i dag var dem, der slet ikke drak. Han påpegede også, at der var tilfælde i Kastilien, hvor nogle ”indfødte” var blevet optaget i reli-
216
Lo rena O jeda Dávi l a — Da n sk e versi o n er
Hvordan en dansk prins blev en helgen blandt purépecha'erne Lorena Ojeda Dávila Facultad de Historia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Iris Calderón Téllez Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo I dette kapitel har vi samlet en række af de historier og legender, der den
sted i [Ny] Spanien i forbindelse med evangeliseringen. De kom til Mi-
dag i dag fortælles om Broder Jakob den Danske i byen Tarecuato i den
choacan og deres første base var Tzintzuntzan, hvor det første kloster åb-
purépecha-talende del af staten Michoacan i Mexico. Udsagnene blev ind-
nede. Missionærerne guidede dem [folket] i byområdet i omvendelsen …
samlet i løbet af 2019 gennem interviews, og vi talte med folk af forskellig
deres arbejde bestod i at døbe dem, lære dem om evangelierne, undervise
alder, beskæftigelse, uddannelsesmæssig baggrund og positioner i lokal-
dem i workshops, og at lære dem håndværk… ” (E 11, IS).
samfundet. De holdninger og synspunkter, som kommer gengives på de
Det fortælles, at Broder Jakob var søn af en konge, at han stod til at
følgende sider er udtryk for, hvad folk i Tarecuato anser for at være sandt,
arve Kronen, men at han ikke ville have den: “Han ønskede ikke at regere…
eller har hørt eller lært fra deres ældre slægtninge. I respekt for vores kil-
” (E 1, FG) “… han foretrak at fortsætte sin mission med at sprede Guds
der, som har været så generøse at dele deres historier, er deres beretnin-
ord i den Nye Verden. De siger, at han var den oplagte kandidat til at blive
ger her gengivet ordret. Et af målene med at videregive disse mundtlige
konge, men han valgte at hellige sig evangeliseringen af Ny Spanien. Han
traditioner er at bidrage til en diskussion om samspillet mellem person-
var en munk, som afviste Kronen for at kunne missionere” (E 19, MJP).
lige oplevelser og lokalsamfundets kollektive hukommelse. De enkelte
Andre er enige i, at han var kongesøn, men mener, at han kom fra
udsagn er markeret med et tal, som angiver interviewets nummer samt
Spanien: “Han var en franciskansk ordensmand, af kongelig slægt, og viet
interviewpersonens initialer. Interviewpersonernes fulde navne og yder-
til sit kald…” (E 12, RG). “Angående ham, det er hvad jeg har hørt… så var
ligere oplysninger om dem kan findes i slutningen af kapitlet.
han en af dem, der kom hertil fra Spanien, søn af en konge, og det siges,
Vi ønsker at takke hver og én af dem, som valgte at bruge deres tid på
at han gav afkald på alle sine rigdomme…” (E 17, VF). Enkelte nævner, at
at dele deres viden og forestillinger med os, ikke mindst María de Jesús
han kom fra Dacia, men ingen ved præcis hvor det ligger1: “Jeg ved bare, at
Pablo Toribio (Mari Chuy), som åbnede mange døre for os i vores arbejde i
han kom fra Dacia og var kongesøn, og at han flygtede fra kongedømmet
Tarecuato. ¡Diosï meiamu!
og at han, ja altså, blev her…” (E 5, AG). Broder Jakobs oprindelse synes
Hvem var Broder Jakob og hvordan kom han til Tarecuato? “For mange år siden, det må have været omkring 1543, men måske var det i 1540 eller deromkring – eller endnu før, i 1525, ankom en franciskanerbroder til dette land fra Danmark (hvem ved hvor det mon ligger!). Alt dette står skrevet der, på det store maleri” (E 2, CZ). “Han ankom omkring 1550-og-noget, mange folk siger 1534, mange mener, at det var i 1500-og-noget, så det må være omtrent 1540” (E 10, VM). “Jeg ved, at han
ikke at være så vigtig, som hans religiøse overbevisning og det missionsarbejde, han udførte: “I det land han kom fra, et andet land, var folk protestanter, de var lutheranere, og folk var ikke længere katolikker. På grund af situationen blev han i sit kloster, der i sit land, helt alene... det var en krigslignende situation. Så rejste han til Rom, men før det, besøgte han Karl V., og det er derfor, at han sagde, at han ville drage til Ny Spanien (dengang), ‘Dér ønsker jeg at tage hen’ og det var derfor, at han tog afsted for at søge om tilladelse. Og han kom hertil, men de siger, at han kunne
kom som en del af klostrenes missionsarbejde. Missionsarbejdet fandt 1
Dacia refererer til en franciskansk provins, som indbefattede Danmark, og skal ikke forveksles med den romerske provins af same navn (i det nuværende Rumænien).
217
Danske ver s i on er — H vor dan en dan s k pr i ns b le v e n he l g e n b l a ndt pu r é pec ha ' e r ne
lide os, at han holdt af de indfødte folk. Han ankom først til Tzintzuntzan,
fund til en by: Da han ankom til Tarecuato, opdelte han bosættelsen i fire
og derfra kom han hertil [til Tarecuato]” (E 1, FG).
dele og i hvert kvarter grundlagde han et kapel til en katolsk helgen” (E 11,
Kong Karl V. anbefalede ham til vicekonge Antonio de Mendoza og
ES). Først overbeviste han folket om at slutte sig sammen, fordi førhen
sendte ham hertil: “Han ankom til Quiroga, til Patzcuaro og til Zacapu,
sloges alle, og han lærte dem altså at arbejde sammen, og sandheden er, at
men fordi han var for intelligent, sendte de ham endnu længere væk, han
han bragte fred. Han lærte folk kunsthåndværk: Hvordan man laver hatte,
var meget vidende. Han ankom direkte til Quiroga, hvor stiftet havde
frakker, broderier og andre håndværk, og nogle folk siger endda, at det
hjemme, og i Patzcuaro opdagede de hans dygtighed og så sendte de ham
var ham, der lærte dem, hvordan man laver atole [traditionel majsvælling]
til et sted længere væk, så han ikke kunne få adgang til mange ting, og det
og andre fødevarer. De siger også, at han er ansvarlig for den traditionelle
er derfor, at de sendte ham hertil” (E 10, VM).
dragt, som kvinderne i byen bærer, samt mange af dansene: “Han var til
Han var gammel, da han ankom: “De fortæller, at da han kom her, var
stor hjælp i kulturel forstand” (E 9, BVM); “Da han kom hertil, fandtes de
han allerede 59 år gammel og på trods af sin alder, arbejdede han hårdt og
præcolumbianske danse allerede, så det han gjorde var at inkludere religi-
fulgte Biblens eksempler” (E 21, HG). “Andre brødre var kommet før ham.
øse ideer [dvs. kristne] i disse præcolumbianske danse, så vi blev omvendt;
Broder Jakob var den fjerde generation, og før ham havde der været brød-
han opfandt ikke alle dansene, han rettede bare op på dem…” (E 10, VM).
re som Broder Juan de San Miguel, Broder Isidro de Alonso, og en anden
Han lærte samfundet at organisere sig, og han oprettede det traditio-
som jeg ikke kan huske…” (E 1, FG). Der er andre, der mener, at han kom
nelle cabildo-system [byråd]: “Eftersom at vi, indbyggerne i Tarecuato, var
til Michoacan i en ung alder: “Han ankom sammen med missionærerne
isolerede nær forskellige strategiske punkter i området; så… ved hvert sted,
og han var så ung, da han kom og slog sig ned her, at folket ikke ville have
hvor folk havde slået sig ned, var der en kilde, en kaldet Tsïntsïmakata i San
ham; de indfødte folk var bange for dem, der var kommet… men han be-
Pedro-delen, der er San Juan-kvarterets kilde Tarhiatiru, der er Itsïuera-kil-
handlede de lokale her meget fint, så de til sidst elskede ham og han ville
den her i Santiago-kvarteret, og så er der Guayabita, eller ”Svøbets Kilde”.3
blive hos dem, fordi de boede på bjerget; og som de sov, sådan sov han
Dengang boede folk disse steder. Han forsøgte at samle folk, han begyndte
også, og hvad de spiste, det spiste han også, og det var på den måde han
at opfinde danse og give dem et udtryk, således som det er tilfældet med
overbeviste dem. Han var meget ydmyg…” (E 18, MA). ”Vi blev fortalt, at
Sankt Johannes’ Dag, Maurerdansen; Sankt Peters Dag, Monarkdansen… og
gennem lang tid ville purépecha'erne komme fra bjergene og dér, i sognet,
på den måde begyndte han at evangelisere vores kultur. Det er en af de må-
ville vi, folket, samles, vi ville alle spise og sove... de ville fortælle os alt
der, hvorpå han antog, at det ville hjælpe med til at omvende os” (E 9, AJM).
dette. Der kom en præst, hans navn var Agustín, og der kom to præster,
For de fleste folk var Broder Jakobs mest betydningsfulde bidrag at
og de ville fortælle os dette: ‘I har et meget betydningsfuldt relikvie, fordi
bringe den kristne tro til området, at undervise ud fra katekismen og at
Broder Jakob kom for at omvende jeres by’” (E 18, MA).
døbe folk: “Han var alle vegne, her i omegnen af Patamban, Charapan og
Broder Jakob grundlagde ikke Tarecuato, skønt der er folk, der hæv-
Peribán, og han kom også til Cherán… Han drog hele vejen til Cotija, Co-
der det. De fleste vil dog mene, at han grundlagde den på ny. Han fik folk,
lima og Jiquilpan, men Tarecuato var centrum for missionsarbejdet, og
som var spredt omkring i området, til at komme ned fra bjergene. Han
derfor kom alle brødrene [franciskanerne] her til klosteret for at hvile sig,
tegnede grundplanen for en ny by, og opdelte den i fire hoveddele: San
inden de fortsatte deres rejse” (E 1, FG). “Han var en munk, som kom hertil
Pedro, San Juan, Santo Santiago og San Miguel. Hver bydel har sit eget
for at give troen til folket… de vidste ingenting, de talte ikke spansk, de var
kapel og sin egen helgen. Andre bydele blev etableret senere hen, men det
bange for alt; så kom han og døbte dem og bragte troen til Tarecuato, og
var på den måde, at han begyndte at organisere samfundet (E 2, CZ). “Lad
han begyndte at samle folk sammen” (E 2, CZ).
2
os sige, at det var ham, som på en eller anden måde gjorde vores sam-
2
Tarecuato har i dag yderligere tre bydele eller kvarterer: Barrio de la Salud, República de Arriba og República de Abajo.
3 Kilden i San Miguel-bydelen er kendt som Sudario (‘svøb’), og på purépecha Jarhachukata. Ifølge de lokale beboere er vandet helligt, og det siges, at det var her Broder Jakob satte sig for at hvile, og da han gned sin vandrestav mod en sten, begyndte vandet at strømme frem.
218
I ri s Ca ld eró n T éllez — Da n sk e versi o n er
Flere indbyggere i Tarecuato mener således, at det var Broder Jakob, som lærte dem de traditionelle danse og knyttede helgener til hver bydel. Han etablerede fejringen af helgenernes festdage, de såkaldte fiestas, hvoraf Corpus Christi var den vigtigste for lokalsamfundet. Festerne var organiseret af de forskellige erhverv: “Han oprettede laug for bønderne, plovmændene, bagerne…” (E 2, CZ); Broder Jakob knyttede folk sammen gennem begivenheder som denne fiesta: “Takket være denne højtid og betydningen af Corpus, tilbragte mange folk tid sammen… der kommer folk udenbys fra og det er en familiekomsammen, som er en meget vigtig ting for os” (E 10, VM). I sit missionsarbejde brugte Broder Jakob også julekrybbespil, ligesom han var inspireret af byens egne traditioner. Broder Jakob reddede og styrkede kulturen, og han kæmpede for de indfødte folks rettigheder (eller indios som de blev kaldt). Han anerkendte faktisk deres rettigheder: “Han kunne godt lide at forsvare, lad os sige, de indfødte folk eller indios. Han forsvarede dem virkelig, han støttede de indfødte folk, hvis hjemland det var. Jeg vil mene, at det er det bedste, han kunne have gjort…” (E 9, JJA). “I en bog som jeg har læst om stedet her, skrevet af folk herfra, eller måske er det mere som en pamflet, siges det, at Broder Jakob kom og gjorde os til mennesker… som nogen udtrykte det ‘Han lærte os at rejse os op’, fordi de plejede at gøre alt på jorden [dvs. underdanigt og uden udsyn], så byens folk har udviklet sig åndeligt og som mennesker, fordi han anerkendte deres rettigheder…” (E. 12, RG). Ydermere så ønskede Broder Jakob, at der skulle være indianske præster og han kæmpede for det: “Da han kom, begyndte han at give undervisning om alting, han ønskede, at der skulle være indfødte præster…” (E 20, JP). Han lærte purépecha eller det taraskiske sprog, så han kunne kommunikere med folk; før det havde han lært nahuatl. Han gav os efternavne; hun [interviewpersonens bedstemoder] sagde ‘der er bare det, at Broder Jakob ikke vidste, hvordan man gav efternavne, så det er forklaringen på, hvorfor vores efternavne er helgenernes efternavne’” (E 20, JP). Der er dog stadig en stor del af hans liv, man ikke kender meget til. Der er en stor mangel på viden, og hvad der er kendskab til skyldes hovedsagligt mundtlige overleveringer. Det er ting, som man hører fra de ældre eller måske får fortalt fra præster: “De siger, der er en bog som beretter om de ting, han gjorde, men ingen ved, hvem der ejer den bog, vi ved bare, at det er én her fra byen” (E 8, FL). I den bog findes hele hans historie, men det vides altså ikke, hvor den er.
Han lever og vandrer stadig… Broder Jakobs mirakler “Indbyggerne her i Tarecuato, hvad enten det er videnskabeligt bevist eller et mirakel, betragter ham som en helgen… vi elsker ham som en helgen, selvom han ikke er blevet helgenkåret” E 11, IS); “For os er han som en far, der er hos os… han er en vigtig helgen, selvom kirken ikke har gjort ham til en helgen” (E 18, MA). “Jeg tror og stoler på ham, fordi han har udrettet gode ting her… de siger, han kan udrette mirakler” (E 16, SL). “De fortæller, ja altså, at hans rester er begravet her under kirken, nogle siger, at han slet ikke er død, at han er gået under jorden, og at han har en skat” (E 4, FD); “De siger, at han vandrede… nej, de siger, at han stadig vandrer, at han er en mirakuløs helgen, at han stadig er her, at han ikke er død men i live” (E 5, AG). “De fortæller, at folk beder ham om ting og han udretter miraklet, og at han stadig er her i Tarecuato” (E 6, GC). “Det er vi blevet fortalt siden vi var små, at han er i live og han har altid hjulpet os” (E 8, MJV). Så godt som alle i Tarecuato mener, at Broder Jakob besad evnen til at være to steder på en gang, at han, på mirakuløs vis, kunne være på forskellige steder på samme tidspunkt. Han kunne holde gudstjeneste i Colima, i Zacapu og andre steder på samme tid som han holdt gudstjeneste i Tarecuato. Nogle siger, at han rejste gennem underjordiske tunneler, andre beretter, at han ville gå ind i en hule og komme ud i Colima, mens andre siger, at han ville stå på bjerget og så forsvinde: “Jeg kan huske at blive fortalt, at han var her, og med ét var han et andet sted for at holde gudstjeneste; han ville drage afsted fra et lille bjerg og forsvinde.” (E 8, MJV). Desuden så vidste han, hvornår kejser Karl V. døde: “Han så ham, og det er derfor vi siger, at han er en helgen, fordi han kunne være her og der på samme tid” (E 1, FG). “Broder Jakob udførte mange mirakler. De siger, at ved [et sted kendt som] yácata samlede de en masse sten for at bygge en kirke. Yácata ligger nær San Pedro… kirken skulle ligge der, fordi det er nær ved vandet, og der stod et stort træ omtalt som t´arhe cuati og, altså, cuati betyder tvilling, men det var én træstamme, men med to grene, og det var derfor, de kaldte det for cuati… De sagde, at bjælkerne ikke var lange nok til taget, men han pegede på dem, og bjælkerne voksede sig større, og det er derfor, at kirken ikke har vægge som almindelige huse har det, den er meget bred… Han ville holde gudstjeneste ved at bevæge sig gennem tunneler, han vil gå ind i en og afholde gudstjeneste i Colima, sådanne mirakler ville han udrette, først gennem tunnelerne, og så tre dage senere, ved yácataerne,
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Danske ver s i on er — H vor dan en dan s k pr i ns b le v e n he l g e n b l a ndt pu r é pec ha ' e r ne
viste bjælkerne sig. Det var et mirakel (E 2, CZ); “De andre mirakler som
Broder Jakob udførte mange mirakler med sin pilgrimsstav eller
folk taler om, er om bjælkerne, fordi de er i en etruskisk stil som stammer
vandrestav. Et som næsten alle kender til, er det hvor Broder Jakob lagde
fra Italien, bjælkerne var ikke store nok til at bære taget. Han forlængede
sin stok uden for kirken, da han gik ind for at holde gudstjeneste. Da han
ribbenene, som bjælkerne kaldes i daglig tale...” (E 11, IS).
kom ud, var vandrestaven blevet til et blomstrende appelsintræ. Træets
I Tarecuato er der også adskillige beretninger om hans helbredende
frugter og blade er mirakuløse og kan kurere alle slags sygdomme. Der
mirakler. Det fortælles for eksempel, at han kurerede en arkitekt fra Urua-
findes mange vidnesbyrd om dette. De siger, at han plantede den i Santa
pan: “Da kirken var ved at styrte sammen i 1970’erne, kom en arkitekt fra
Maria de Jesus-klosteret. “De fortalte, at han røbede, at det ville blive ved
Uruapan og sagde, at han havde smerter i brystet, at han havde været hos
med at blomstre, at det ville bære frugt, og de siger at, ja altså, at det var
flere læger, og de fortalte ham, at han ikke kunne helbredes, og fader Ru-
sådan, at appelsintræet blev til. De siger, at han [Broder Jakob] er i live og
ben sagde til ham: ‘Du vil få det bedre, hvis du tror, og jeg vil give dig et
stadig er her” (E 6, GC). Appelsintræet siges at være mirakuløst, eftersom
lægemiddel. Du skal tage dette, kog det, og spis det’… Så gav han ham bla-
at Broder Jakob plantede det for mere end 450 år siden, og det er stadig
de og appelsiner. ‘Bland dem med kanel og drik det på samme måde, som
grønt og blomstrer. Folk beretter, at det vil blive stående, indtil den dag
hvis du var meget tørstig’. En måned senere kom arkitekten tilbage for at
hvor Broder Jakob virkelig dør: “Det der er overraskende er, at træet, efter
takke ham” (E 1, FG). Han helbredte også en kvinde, som ikke kunne gå:
så mange år, stadig bærer frugt… de siger, at det er hans stav, og de lokale
“En dame i kørestol kom fra Tocumbo, og folk græd, når de hørte hendes
siger, at det vil blive stående, indtil Broder Jakob dør” (E 8, MJV). Nogle
historie. Hun havde været ude for en ulykke i en lufthavn, hvor hun var
fortæller, at Broder Jakob havde forudsagt, at træet ville blomstre, hvis han
faldet og var blevet lammet. Mens hun lå ned, talte en mand til hende, han
havde været til hjælp for Gud.
bar brunt og sort tøj og sagde til hende ‘Du er ikke døende og du skal ikke
Det er vigtigt at vide, at det ikke er tilladt at plukke appelsinerne el-
dø, kom op’, og han hjalp hende op, og hun sagde ‘Hvem andre kunne det
ler tage blade fra træet. Man skal vente, til de falder ned af sig selv. Først
være end Broder Jakob, for jeg så hans ansigt og han så præcis ud som han
da må man samle dem op og tage dem med. De har ingen helbredende
gør’. Hun kommer stadig hvert år, men hun kan gå nu” (E 18, MA).
effekt, hvis de fjernes fra træet. På den måde bliver folks tålmodighed og
Engang besøgte Broder Jakob en kvinde på et hospital og kurerede hende: “En kvinde fortalte engang, at hun lå på hospitalet i Morelia, og
tro sat på en prøve: “Du bliver nødt til at vente på, at appelsinen falder til jorden for at bevise din tålmodighed og overbevisning” (E 11, IS).
han kom der for at besøge hende, og da lægen kom, fik hun at vide, at hun
Broder Jakob fik vand til at springe frem i Sudario-kilden ved hjælp
var rask og kunne tage hjem. Så tog hun til det lille kapel [Broder Jakobs
af sin vandrestav: “vores forfædre sagde, at han satte sig ned for at hvile
kapel i kirken i Tarecuato] og hun kunne se, at manden der havde besøgt
sig på stedet, og med sin vandrestav rørte han ved klipperne, han slog på
hende var Broder Jakob” (E 5, AG). “Jeg ved, at der var en mand, som en-
dem og så begyndte vandet at vælde frem, og han drak af det.” (E 19, MJP).
gang var alvorligt syg, og han fik at vide, at bladene fra appelsintræet var
Det bliver betragtet som helligt vand, som kan kurere mange sygdomme,
mirakuløse, ligesom Broder Jakobs vandrestav. De lavede en te af bladene
deriblandt dem der kom med spanierne: “De siger desuden, at vandet
og manden blev rask igen. Jeg vidste ikke, hvem manden var, jeg er blot
i Sudario blev velsignet af ham, fordi hvorfor skulle han ellers få vandet
blevet fortalt, altså, at Broder Jakob er en helgen og at han udretter mirak-
til at springe frem… og som én bliver ældre, forstår man, at det er sandt,
ler, og det tror jeg på, at han gør” (E 15, EG). Det er også blevet sagt, at han
at det ikke er et eventyr… som tiden går…” (E 8, MJV). “Han drak vandet
viste sig for et sygt barn: “Kvinden [barnets moder] havde ikke penge til at
fra Sudario, og dengang var der sygdomme bragt hertil af spanierne eller
tage ham [til lægen]. Han havde feber. Så fortalte barnet sin mor, at Bro-
conquistadorerne, som var meget stærke, så han ville give vand til dem [de
der Jakob havde vist sig for ham, og at de skulle komme hertil, så de kom,
lokale indianerne], så de kunne blive raske…” (E 9, JJA). Der var ikke vand i
og barnet så maleriet [i kapellet] og sagde til sin mor, ‘dét er manden, der
byen, så han gjorde det tilgængeligt for folk. Vandet kan dog ikke helbrede
sagde jeg skulle tage hertil’, så kvinden tog bladene, lavede en te, og med
alene, men snarere den tro folk tillægger dets kraft: “For nylig fortalte en
den blev barnet kureret” (E 28, og VG).
kvinde, der tager til Patzcuaro for at sælge ting, at en kvinde plejede at hente vand fra Sudario, og hun sagde til hende: ‘Vil du ikke være sød at
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I ri s Ca ld eró n T éllez — Da n sk e versi o n er
hente noget af det vand til mig, fordi det er meget mirakuløst’… Kvinden
Der er mange vidnesbyrd om andre mirakler, han har udført, som for
glemte at bringe vandet med sig, så hun købte en flaske vand og gav det
eksempel at beskytte lastbilchauffører, når deres køretøjer er væltet på ve-
til kvinden… Kvinden sagde, at hun blev helbredt [med vandet fra flasken]:
jen ind i byen. Der har altid været ulykker, men når han viser sig, bliver
’vandet er mirakuløst, det kurerede mig.’ Og den anden kvinde sagde: ’Det
chaufførerne opmærksomme og passer på, at de ikke kører galt. Vi blev
er fordi jeg inderligt bad Broder Jakob om at helbrede hende’” (E 8, MJV).
fortalt om et uheld, hvor en bil var landet på hovedet, men passagererne
Folk påberåber Broder Jakob i mange sammenhænge. For eksempel
var beskyttet af Broder Jakobs tilstedeværelse: “Dengang hvor der stadig
for at bede om sikre fødsler og spædbørnenes helbred: “i min familie,
skete en masse ulykker, sagde chaufføren… at han aldrig før havde set en
min søster var gravid og hun bad til Broder Jakob på barnets vegne, og
sådan mand, han var en meget stor mand, der bar en brun kappe, og som
ja, barnet var raskt, da det blev født” (E 9, AJM). Han påberåbes også for
med tegn viste, hvor han skulle køre, ’han hjalp mig, så jeg ikke kørte galt,
at afhjælpe lidelser, så som afhængighed af stoffer: “Jeg havde nogle unge
så han beskytter os meget’” (E 18, MA).
drenge, som tog en masse stoffer, så jeg gik til Broder Jakob og fortalte
Han har forsvaret bysamfundet på forskellige tidspunkter, for eksem-
ham om dem og bad ham hjælpe dem, at gøre dem ydmyge og retskafne
pel i forbindelse med Cristeros-optøjerne4: “Det var ham, der forsvarede
som Broder Jakob selv, og det er derfor, jeg er troende, fordi drengene fik
byen, og således er det, at når der er et stort problem her, så vender mange
det bedre” (E 27, MAM). Man er overbevist om, at han hører folks bøn-
folk sig til ham, fordi han er lokalsamfundets beskytter. Der har også væ-
ner og ønsker. På utallige lapper papir sat op nær de forskellige billeder af
ret mange bilulykker og chaufførerne siger, ‘Du ved, jeg så en mand, der
ham, takkes der således for hans mirakler.
sagde, at jeg skulle holde til den side’. Hvad for en mand? ‘En høj mand
Som allerede nævnt, så tror man ikke, at Broder Jakob er død. Han
med en hat og en vandrestav’” (E 10, VM). Mange mennesker tror på, at
siges at være i live, og han går omkring blandt folk; han viser sig for dem,
Broder Jakob viser sig om natten. Af og til kan folk endda tale med ham.
iført de selvsamme klæder, som man kan se ham iført på det maleri, som
En kilde berettede at: “Nogle unge mænd kom kørende forbi kirken, og
hænger i kirken. “Jeg har hørt, at han nogle gange dukker op, at nogle folk
døren stod åben og de så en høj mand klædt ligesom Broder Jakob er det
har set ham og han udfører mirakler” (E 6, ES). “Vi tror på ham, fordi vi,
på maleriet, men de så ham gå” (E 5, AG).
siden vi var helt små, har fået at vide, at han findes og går rundt iblandt
For befolkningen i Tarecuato er Broder Jakob en vigtig helgen, selvom
os, og siden vi nu kan se det, tror vi endnu mere på det. Faktisk taler vi til
den katolske kirke ikke har helgenkåret ham: “Her i lokalsamfundet ses
ham hver morgen, når vi vågner, og hver aften før vi går i seng, for han er
han som en helgen, han har sit eget kapel, men jeg har ikke hørt om ét
her…” (E 8, MJV).
særligt mirakel, der er knyttet til ham…” (E 9, JJA). Sandheden er, at folk
Han siges også at have vist sig adskillige gange for kriminelle og for-
betragter ham som meget mirakuløs, fordi der kommer folk hertil fra
brydere for at beordre dem til at forlade byen eller holde op med at ge-
mange steder, endda fra andre lande, for at møde ham og takke ham eller
nere indbyggerne: “Der var en masse problemer i Tarecuato på grund af
ønske et mirakel. De tager billeder af appelsintræet, fordi de tror, at det er
kriminalitet, og man begyndte at indføre udgangsforbud… og en kvinde
helligt.
fortalte mig, at hun var på gaden og mødte nogle ”bad guys”, men så dukkede Broder Jakob op og sagde til dem: ‘lad mit folk være i fred’, så de blev forskrækkede” (E 12, RG). “Han beskytter byen mod de slemme typer. En gang prøvede de at finde ham for at slå ham ihjel, fordi han forsvarer os. De sagde ‘Vi dræber ham fordi han bliver ved at blande sig i vores sager’” (E 8, FL). Folk mener, at det er takket være ham, at freden er vendt tilbage til byen.
4
Broder Jakobs Fiesta grande Engang i løbet af de sidste tre-fire år (ingen kan bekræfte præcis, hvornår det fandt sted første gang), blev idéen om at organisere en fest for at fejre Broder Jakob taget op på ny. Den finder sted på den 29. oktober, og markerer dagen for hans død eller forsvinden. Fejringen begyndte altså for ikke så længe siden: “De begyndte for tre år siden sammen med fader
Den konflikt der i dag er kendt som Guerra Cristera eller Cristiada fandt sted i Mexico mellem 1926 og 1929, og havde udviklet sig som følge af regeringens ønske om at indskrænke kirkens indflydelse og mindske antallet af troende i landet.
221
Danske ver s i on er — H vor dan en dan s k pr i ns b le v e n he l g e n b l a ndt pu r é pec ha ' e r ne
Pedro. Broder Jakobs første cargueros begyndte” (E 12, RG).5 Det siges, at
kødssuppe med chili og grøntsager og tamales [som også kaldes corundas i
op gennem 1980’erne blev der afholdt en lille højtidelighed i kapellet, som
denne egn]” (E 28, GG y VG). Der bliver afholdt en særlig gudstjeneste og
kun nogle få medlemmer af det traditionelle cabildo (‘råd’) og bystyret ville
banketten fortsætter til langt ud på aftenen (E 30, FJ).
møde frem til. Skikken blev derefter glemt: “Vi begyndte at fejre ham, jeg
Carguero’ernes ansvar er: “At sørge for at kapellet er meget rent, at
var i en gruppe sammen med en præst… og selvom han ikke ville tale dår-
man ikke løber tør for stearinlys, kopalrøgelse og at sørge for, at der er ad-
ligt om de indfødte folk, så troede han ikke på maleriet af Broder Jakob,
skillige medhjælpere, som kan holde det pyntet året rundt” (E 26, CM). “De
som er i kirken [dvs. billedets hellige kraft]. Han mente ikke, at Broder
[carguero’erne] skal også tage ham med på pilgrimsfærd til andre helgener,
Jakob var en helgen, så vi diskuterede en del. Han spurgte mig, hvorfor
for at han kan møde de andre byers helgener” (E 28, GG y VG). “Hvert år
jeg havde så stor en tro på Broder Jakob, og jeg svarede, ‘Du tror ikke, for-
tages helgenen ud til hver kilde…” (E 2, CZ). “Carguero’erne må gøre rent
di du er turhisï [mestits], du er ikke indfødt, så du tror ikke på det, vi har”.
og anbringe kopal i kapellet tre gange om ugen, samt arrangere en fest
(E 1, FG).
én gang om måneden på den 29. og sørge for at invitere folk” (E 30, FJ),
Broder Jakobs cargo-periode begynder den 29. januar og carguero’erne
“En gudstjeneste afholdes hver måned den 29. ved Sudario-vandhullet… Vi
(orhétis) er inviteret af medlemmerne af det traditionelle cabildo-råd (tar-
ved ikke, om det vil ske næste år, for der er ikke mange mennesker, der
hépitis). 15 dage senere, den 13. februar, påbegyndes en novena [9-dage lang
deltager” (E 8, MJV). ”Vi betragter ham så afgjort som en helgen, han har
periode] med bønner for Broder Jakob. Tanken er, at hvert år går cargo-an-
sit kapel, sin egen fest, sine carguero’er… det er for nylig, at han fik cargu-
svaret til et af de fire kvarterer i byen (E 22, JG): “Nu er der danse, optog og
ero’er… han vil blive helgenkåret, der er et projekt, der arbejder for at få
et band, der spiller Las mañanitas [traditionel mexicansk sang, som bl.a.
ham helgenkåret, men det er ikke sket endnu” (E 9, AJM).
synges på fødselsdage]… det hele er meget smukt nu om dage” (E 26, CM). Fejringen begynder den 26. oktober, hvor folk synger Las mañanitas for ham ved kirken: “Den fungerende dommer og alle cabildo-medlemmerne fra alle kvarterne kommer og de synger Las mañanitas for ham den 26. og den 27., d. 28, d. 29… ” (E 29, MGA). Den 28. tilbyder carguero’erne sød atole i deres hjem. De carguero’er, der arrangerer fiesta’en: “Forbereder atole og brød, og der er et helt netværk af hjælpere, som når man fejrer andre helgener” (E 25, MGT). Tidligere samme dag er dommeren og de kirkeansvarlige blevet tilbudt mad i carguero’ens hus (E 28, GG y VG). Om aftenen og natten den 28.: “Våger dommeren og hans folk over Broder Jakob, de bliver for at bede rosenkransen. Så begynder San Pedro og San Juan-kvarterne, og de skiftes på den måde frem til midnat. Så går de.” (E 29, MGA). Folk bliver ikke oppe hele natten, som de gør med andre helgener. Meget tidligt om morgenen d. 29. går en procession fra kilden [Sudario] til kirken, hvorefter dansene begynder: “På Broder Jakobs dag forenes dansene” (E 11, IS) … “Det gælder også danse, der kommer fra andre landsbysamfund” (E 29, MGA). Hver bydel kommer med deres egen dans: “Bagernes Dans, Monarkdansen, Maurerdansen, De små soldaters dans…” (E 31, IS). “Bagefter bringes maden frem, der er churipo [en traditionel purépecha-okse-
Afsluttende betragtninger Gennem de forskellige beretninger, vi har videregivet i dette kapitel, har vi givet et indblik i de forskellige lokale variationer af historien om Jakob den Danskes herkomst, hans vigtigste bedrifter i Tarecuato, samt den arv han har efterladt sig frem til i dag. Vi har undersøgt de forestillinger, der er vokset frem omkring ham og hans billede, og som har gjort, at han nu betragtes som en ægte, lokal helgen, som er blevet tildelt sin egen fiesta eller højtid, og som har ført til en dybfølt tilbedelse af ham året rundt i alle byens kvarterer. Mange folk er klar over, at han stammer fra Danmark, og at han var af kongelig byrd, men der er uvished omkring det præcise årstal og de nøjagtige omstændigheder i forhold til hans ankomst til Michoacan. Som det kan ses i de mange forskellige beretninger, så er der også folk, der mener, at han kom fra Spanien eller fra et andet europæisk land. Blandt hans største bidrag til lokalsamfundet peger folk på hans missionsarbejde og evangeliseringen, men også hans ansvarlighed over for de indfødte folk og forsvaret for deres rettigheder. Dette gør ham til en pionér i forhold til at være fuldt ud overbevist om muligheden for at lade Mexicos oprindelige
5 At være en carguero (’en der bærer el. fragter’) er en religiøs pligt, hvor man påtager sig, dvs. bærer, ansvaret for fejringen af en helgen eller et religiøst bilede, som regel for en periode af et år. Det såkaldte cargo-system er en drivkraft i de ceremonielle aktiviteter i mange indianske samfund i Mexico og andre latinamerikanske lande.
222
I ri s Ca ld eró n T éllez — Da n sk e versi o n er
folk tage del i og selv administrere alle sakramenterne. Organiseringen af
en helgen, blot uden den formelle anerkendelse fra den katolske kirke. En
Tarecuatos sociale, politiske, urbane og religiøse liv tilskrives Broder Ja-
række mirakler tilskrives ham, bl.a. helbredelsesevner, at være to steder
kobs arbejde og indsats, ligesom vi fra byens nuværende indbyggere har
på én gang, at afværge tragedier og uheld, give velsignelser, løse proble-
erfaret, at dette også gælder kendskabet til forskellige håndværk, deri-
mer og desuden at opretholde fred og beskytte byens indbyggere fra at
blandt særlige kunsthåndværk, ceremonielle danse og sågar regionens
komme til skade … for blot at nævne nogle få. Gennem disse samtidige
traditionelle klædedragter.
vidnesbyrd er det muligt at danne sig et indtryk af de lokale forestillin-
Broder Jakob den Danske ses ikke kun som en historisk person, men som en skikkelse, der endnu findes og som er i live – både bogstaveligt og
ger om Broder Jakob og dermed kaste lys på, hvem han er ifølge folk i Tarecuato, og hvad han betyder for dem, der lever der i dag.
billedligt talt–og som stadigvæk viser sig i Tarecuato. For mange er han
223
English versions
English ver s i on s — I nt rodu ct i on
Introduction Lorena Ojeda Dávila & Jesper Nielsen This book is the result of the joint efforts by several people and institu-
the Atlantic, concentrates on his efforts to spread Christianity among the
tions, and was begun during the visit of the State Governor of Michoacán,
Purépecha of Michoacán (from colonial times until the end of the 20th cen-
Silvano Aureoles Conejo, to Denmark in January 2019. The governor’s visit
tury referred to as Tarascans). Here, Friar Jacobo spearheaded a tenacious
aimed at enhancing cultural, economic, touristic and academic ties with
campaign, defending the rights of the indigenous people, and striving for
this Nordic country. As part of the academic and cultural exchange, it was
their unrestricted access to the sacraments–including priestly ordination.
agreed to initiate a number of publications (digital as well as printed) that
Friar Jacobo’s views led to many disputes with members of his own order,
should help establish closer bonds between two cultures, that share hu-
and even with the highest ecclesiastic authorities of New Spain. His re
man values and some significant overlaps in their historical trajectories.
volutionary human rights and theological interpretations did not resonate
As an example of the latter is the arrival of Danish Franciscan, Friar Jaco-
in his time, and in the end, he had to issue a public apology and retract his
bo Daciano to Michoacán in Mexico in the 16 century. In October 2019, a
arguments. His influence and legacy, however, are echoed to this day in
selection of ten of H.C. Andersen’s fairytales “Diez cuentos de Hans Christian
the towns that benefitted from his visionary approach to evangelization,
Andersen en purépecha (Tempeni wantantsweecha Hans Christian Anderseniri
namely, Zacapu and Tarecuato. In Tarecuato, many consider Friar Jacobo
P’urhé Jimbo)” was published. 10,000 copies were printed, and at the same
a saint, and several hold the belief that he lives to this day to protect the
time, a free digital version was made available for download on the inter-
town and its people.
th
net. The edition is trilingual, and the fairytales appear in a translation into
As already indicated, the present volume is the result of a larger col-
the largest indigenous language spoken today in Michoacán, Purépecha,
laboration, and more precisely, the joint efforts of some of the greatest
as well as in Spanish and Danish. In July of the same year, the Embassy of
experts in the field, including the leading Friar Jacobo scholars. Other
Mexico in Denmark organized a Mexican Cultural Festival, and the state
contributions are presented from scholars specialized in indigenous Me-
of Michoacán was invited to promote the cultural richness of the state and
soamerican cultures and languages. The collective goal is to offer the read-
its touristic potential. We hope that this book in a similar manner will
er a heterogeneous, comprehensive and up-to-date account of the Friar
help to maintain and strengthen the bonds between the two countries and
Jacobo’s role in a number of indigenous communities in Michoacán. We
a number of institutions. A bond first forged almost five centuries ago by
have strived to present the reader with a nuanced portrait of a fascinating
an individual who back then played an essential role in the lives of a part
human character, while at the same time offering an overview of the in-
of the indigenous population of Michoacán. This was a figure whose lega-
digenous cultures of the Michoacán, and the ways these were affected by
cy remains alive and well to this day: Friar Jacobo Daciano.
the work of Friar Jacobo and the Franciscans. The dedicated contributors
The subsequent chapters attempt in different way to cast light on this
represent several different disciplines and the three different countries
unique and fascinating figure, who, according to what we now know of
of Mexico, Holland, and Denmark. They are, in alphabetical order: Iris
his early life in Denmark, is now believed to have been a member of the
Calderón Téllez, Alberto Carrillo Cázares, Rodrigo Martínez Baracs, Jesper
Danish royal family. We thus follow Friar Jacobo during his time as a min-
Nielsen, Lorena Ojeda Dávila, Magnus Pharao Hansen, Jørgen Nybo Ras-
ister of the Franciscan province of Dacia, the dramatic changes he expe-
mussen, and Hans Roskamp. Together they provide fascinating chapters
rienced following the Reformation, his journey through Europe to Spain,
based on years of top quality research. We are delighted to present the
from where he sailed off to New Spain with the ambition of evangeliz-
reader with these original contributions in no less than three languages,
ing the original inhabitants. It was also here, after many years of work,
and thus hope to be able to reach the Mexican and other Spanish-speak-
that he passed away. The reconstruction of his life trajectory, once across
226
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
ing audiences, interested readers in Denmark, and, through the transla-
fore people, helping them and protecting their society from criminals or
tions into English, an even broader global audience.
other dangers presented by the outside world. His resting place and home
Before we briefly introduce the individual chapters, we would like to
lies beneath the town church, where he is believed to guard a treasure,
share a surprising realization that occurred to us during the editorial pro-
and controls a network of tunnels and subterraneous caverns through
cess. It was an eye-opening experience to acknowledge, that Friar Jacobo
which he can travel, and can celebrate mass at simultaneous places at
and the many stories surrounding him are by no means something, which
once. As a saintly figure, he can perform miracles, and possesses curative
exist solely in the past. Even today new stories appear, saying that the old
powers. Notably, his staff was considered miraculous, as Jacobo used it to
friar has been seen in Tarecuato, and his significance there – and else-
make water spring forth from the ground. The staff then transformed into
where in Michoacán – is constantly changing. In other words, Friar Jaco-
an orange tree with magical powers when he left it on the ground outside
bo continues to matter a great deal to a great many people.
the church where he celebrated mass.
Historians and anthropologists have long been preoccupied with
Looking at these accumulated traits and abilities in the context of
the task of clarifying various aspects of Friar Jacobo’s life. Of particular
the dynamic and hybridizing colonial period in Michoacán, we get a fas-
interest is his role in the evangelization of Michoacán, and his probable
cinating glimpse of how Catholic beliefs and their representatives were
connection to the Danish royal house. Similarly, attempts have been made
sometimes perceived, interpreted, and reinterpreted in a cultural setting
to reconstruct a timeline for the Danish-born Franciscan, establishing a
that was still predominantly a continuation of pre-Columbian indigenous
wealth of facts, dates and events, as they relate to a traditional Western
concepts of cosmology and the sacred. Thus, an image of Friar Jacobo as a
context–hence the need for strong arguments and verifiable hypotheses.
local culture hero emerges: he (re-)founded the settlement; he reorganized
In other words, the ‘truth’ from a modern, etic point of view. However,
once uninhabitable spaces; he introduced key cultural elements (food,
as made evident through the interviews in the chapter by Lorena Ojeda
crafts, dresses, and rituals) that are central in defining Purépecha identi-
Dávila and Iris Calderón, there exists an alternative, emic perception of
ty. These are actions that, in Mesoamerican mythic narratives, are usually
Friar Jacobo–one that is maintained to this day. This is found among the
performed by creation deities, and/or semi-historical individuals, such as
present-day indigenous Purépecha and Mestizo population of Tarecuato.
founding lineage leaders. It appears that in Tarecuato, Friar Jacobo’s sto-
In fact, for many of them, his royal descent appears to be of little impor-
ry has gradually merged with that of such sacred figures. Furthermore, it
tance (although it is emphasized by local town authorities). Friar Jacobo’s
would appear that some responsibilities represented by Purépecha rain
age on arriving to Mexico is disputed; some says he was old, while oth-
and fertility deities have become part of Jacobo’s supernatural persona.
ers maintain he was young. In fact, as mentioned, it is not uncommon to
Like most Mesoamerican rain gods, he resides in a cave, and with his
encounter the firm belief that he is still alive. His role in bringing Chris-
cane, can break through rock and make water spring forth – much like the
tianity and Catholic rituals and practices to Tarecuato is widely acknowl-
Aztec and Maya rain gods, Tlaloc and Chaak, who with their lightning bolt
edged, but we also hear of several other deeds performed by Friar Jacobo.
axes, split open the earth to make resources available to mankind. Pre-
He is believed to have gathered the dispersed mountain folk from the area
sumably, Catholic authorities would see the water miracle as a retelling or
surrounding Tarecuato; he essentially re-founded the village, organized
re-enactment of the Biblical miracle written of Moses. However, we may
it into an urbanized space, and divided it into barrios, with chapels and
conjecture that the local indigenous population interpreted the event ac-
patron saints. He is also said to have introduced basic crafts, and even
cording to their own understanding and experiences, reinterpreting the
taught the people about local food resources, and how to prepare tradi-
narrative with striking similarity to some of their own ancient myths.
tional indigenous dishes, such as atole, a maize gruel. Furthermore, some
By this, we do not mean to imply that Friar Jacobo’s saintly popular-
people say he instructed the women in the construction of their tradition-
ity in Tarecuato is evidence of a continued indigenous religious complex
al dresses and garments, just as he introduced a number of dances into
or a comprehensive syncretistic process. What we do suggest, however, is
the community. Considered a supernatural character, Friar Jacobo tran-
that the Danish friar has become such an important figure in local history
scends the normal parameters of life and death, and regularly appears be-
and mythology, due to being assigned a number of the powers and abili-
227
English ver s i on s — I nt rodu ct i on
ties that previously had been in the hands, so to speak, of local Purépecha
countered. Subsequently, Roskamp addresses the post-Conquest period,
deities or ancestral figures. Jacobo has therefore been integrated into an
and how colonial society was organized and headed by members of the
existing communal historical-mythology narrative, and transformed into
old indigenous nobility. He also outlines the efforts of the friars in Mi-
a founding culture hero. As Magnus Pharao Hansen points out, even his
choacán, among them Friar Jacobo, and the challenges they faced in the
name was altered to fit the native tongues of the Purépecha people: Jacobo
process. For instance, the difficulty in mastering local languages; the
became Xakapu! There is no doubt that Friar Jacobo played a fundamental
persistence of indigenous ritual practices, such as alcohol consumption
role in Christianizing Tarecuato and other Purépecha communities of the
during ceremonies; or the fact that members of the nobility continued to
region. What we see now is that, in course of the long historical trajectory,
have more than one wife, a topic also discussed in the chapter by Carrillo
Friar Jacobo has also become indigenized.
Cázares. Polygamy was thus used as an example of the supposed moral
The book is organized into seven chapters, beginning with “Land of
incapacity of the natives to be ordained as priests and even to be good
the Lakes: The Pre-Columbian Cultures of Michoacán”, by Danish Meso-
Christians. In a similar manner to Carrillo, Martínez Baracs, and Pharao
americanist Jesper Nielsen from the University of Copenhagen. The chap-
Hansen, Roskamp refers to the conflicts between the regular and secular
ter addresses a joint perspective of the pre-Columbian cultures of Micho-
clergy in relation to the methods of evangelization, and to how indige-
acán, from the Preclassic to the Late Postclassic period and the Spanish
nous people should be treated. Roskamp ends the chapter with a descrip-
conquest. Nielsen also refers to the abundant archeological sites located
tion of the continued presence of certain indigenous cultural traits in
in Michoacán that remain unexcavated (also, only six out of 1,800 sites are
parts of Michoacán. For instance, the indigenous languages still spoken
currently open to the public). This explains why we know so relatively lit-
in Michoacán; the continuation of traditional agricultural crops as well as
tle about these cultures. Nielsen presents the most relevant archeological
a traditional gastronomy; the continuity of indigenous practices and be-
sites of each of the periods into which the pre-Columbian past is usually
liefs, now integrated in Catholic rituals, and finally, the ceremonies that
divided: The Preclassic period (El Opeño and Chupícuaro); the Classic and
more recently have been developed in order to honor the pre-Columbian
Epiclassic periods (Loma Alta, Tres Cerritos, Huandacareo, Queréndaro,
past and strengthen the ethnic identity of the Purépecha.
Tingambato and Zaragoza), and finally the Postclassic period (dominat-
The third chapter, “Languages and Linguistics in Colonial Micho-
ed by the Purépecha culture: Tzintzuntzan and Ihuatzio). Nielsen em-
acán”, is written by Magnus Pharao Hansen from the section of American
phasizes the role of Michoacán as a cultural dynamo in the development
Indian Languages and Cultures at the University of Copenhagen. Here
of pre-Columbian Mexico, but also addresses the challenges researchers
Pharao Hansen focuses on the rich variety of languages found in the geo-
have when it comes to understanding, for example the religious aspects
graphical region known today as Michoacán – before as well as after the
of the region, which we primarily know from Relación de Michoacán, an ac-
arrival of the Spanish. We are presented with a panorama of the langua
count written after the conquest. In other words, there is still a lot to exca-
ges spoken in the region in the 16th century, including languages which
vate, discover, and learn about the pre-Columbian cultures of Michoacán.
have unfortunately since been lost. He also points that there is a lack of
The second chapter is titled “From the Kingdom of Curicaueri to the
historical documentation of exactly these languages. Pharao Hansen then
Kingdom of God: the Conquest and Evangelization of ancient Michoacán”,
delves into the role of the Catholic missionaries in the early linguistic re-
written by the Dutch ethnohistorian Hans Roskamp from the Colegio de
search, and their need to learn the indigenous languages as part of their
Michoacán. This chapter investigates various aspects of the pre-Columbi-
conversion strategy, resulting in Michoacán becoming an important place
an Tarascan Empire, the Spanish conquest, the evangelization, and some
for the study of linguistics in Mexico. In the case of Friar Gilberti and Fri-
of the ancient traditions of Tarascan or Purépecha culture that survives
ar Jacobo, the author recognizes their conviction that using the Tarascan
to this day. It was exactly the Purépecha that Friar Jacobo had the most
language would ease the transition to a new religion–and, in Jacobo’s
intensive contact with during his time in Michoacán, and therefore this
case, the unusual proposal of educating an indigenous priesthood. Gil-
chapter will be of particular interest to those who wish to know more
berti’s Arte en Lengua de Michoacán (from 1558, and thus the first printed
about some of the religious beliefs held in the societies Friar Jacobo en-
Grammatica in the Americas) and other “Lenguas”, became an essential tool
228
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
for evangelization, offering a vocabulary for catechistic teaching, as well
ticular in Michoacán. It was here, among the Purépecha, and especially
as for the translation of the Bible into the different indigenous languages
in Tarecuato, where he is regarded as a saint, and where he remains a
of the region. Later, Friar Juan Bautista Lagunas and Friar Diego de Ba-
notable figure in the oral traditions of the people. The accounts and sto-
salenque would contribute further to the documentation of the languages
ries about Friar Jacobo span several centuries and go all the way back to
of Michoacán. The latter wrote Arte de la lengua pirinda o matlatzinca, the
Franciscan chroniclers from the late 16th century, such as those of Diego de
only of its kind produced during colonial times. Pharao Hansen concludes
Muñoz and Gerónimo de Mendieta. Martínez Baracs reminds us that the
that whomever could command the indigenous languages, would best
first printed accounts about Jacobo date to the late 16th and early 17th cen-
convey the gospels to the natives. This implied a concentration of pow-
turies. Subsequently, other chronicles were published, and most impor-
er, not only religious, but also political, which would lead to conflicts be-
tantly that of Friar Alonso de la Rea. It is thanks to the efforts of the Mexi-
tween the religious orders and the secular clergy in relation to the evan-
can historian Joaquín García Icazbalceta that several of these sources were
gelization project.
rediscovered and published in the second half of the 19th century. Martínez
Danish historian Jørgen Nybo Rasmussen is a pioneer in the studies
Baracs also presents us with a historiographic sketch of Friar Jacobo’s life
of Friar Jacobo. In the fourth chapter, “Discovering Friar Jacobo. Wander-
story, beginning with his time in Europe and later Mexico, and leading all
er and Human Rights Activist” he casts further light on the life history
the way to Nybo Rasmussen’s pioneering work in the current and previ-
of Jacobo prior to his arrival to Mexico, and how his experiences would
ous century. As noted, the Danish historian was the first to suggest that
influence his humanistic view of the indigenous population. Nybo Ras-
Friar Jacobo was a member of the Danish royal family. Martinez Baracs
mussen has been the leading force in reconstructing Friar Jacobo’s life and
concludes by sharing some of his experiences as a member of the Mexi-
work, and it is through his publications of Jacobo’s work, that the friar has
can delegation that accompanied the Mexican President and the Queen of
gradually become a more well-known figure in Danish history. The most
Denmark during their visit to Tzintzuntzan and Tarecuato in 2008.
remarkable hypothesis put forth by Nybo Rasmussen is that Friar Jaco-
In the following chapter, “The Fight of Friar Jacobo for an Indigenous
bo was part of the Danish royal family. Danish historians have criticized
Clergy”, Mexican historian and priest, Alberto Carrillo Cázares from the
the argument and the evidence. Yet, the idea has influenced other parts of
Colegio de Michoacán, offers a detailed account of Friar Jacobo’s quest to
Danish society, and the renowned Danish author Henrik Stangerup based
achieve equal human and religious rights for the newly evangelized indig-
his famous work, Broder Jacob (1991), on Nybo Rasmussen’s publication. Fri-
enous population. The main aim for Jacobo was to secure unrestricted ac-
ar Jacob was a true wanderer, and in the chapter, we follow him, drawing
cess to the sacraments–not only baptism, but also communion and, most
on historical sources and legends, on his many travels by foot through-
importantly, priestly ordination. Faced with an evident need for addition-
out southern Scandinavia, Europe, Mexico, and especially in Michoacán.
al priests in the recently conquered territories, the leading clergy mem-
We also hear of the chronicles of Friar Alonso de Mendieta, who had met
bers of New Spain repeatedly appealed for more priests to be sent, but to
the Danish friar personally, as well as Friar Alonso de la Rea, who years
no avail. Friar Jacobo hence proposed the alternative of offering priestly
later recovered unknown aspects of Friar Jacobo’s life. A central point in
education and priestly ordination to the members of the indigenous elite.
Rasmussen’s contribution is that Friar Jacobo made a serious attempt to
Those that were to be given this opportunity, must have shown promising
secure basic human rights for the indigenous people, including equal pos-
behavior and had a true calling. Carrillo Cázares succinctly lays out the
sibilities for priestly ordination. The truth is that Friar Jacobo’s revolution-
basis of Friar Jacobo’s arguments for offering the seven sacraments to the
ary ideas did not succeed in his own time, but they were, nonetheless, very
indigenous people, referencing the friar’s famous and polemic volume
important in terms of initiating a debate on exactly these issues.
with the long title Declamación del Pueblo Bárbaro de los Indios que habien-
Rodrigo Martínez Baracs from Mexico’s National Institute of Anthro-
do recibido el Bautismo desean recibir los demás Sacramentos. Unsurprisingly,
pology and History is an acknowledged expert on Michoacán’s colonial
for theological, racial, and political reasons, the initiative caused nume
history, and in chapter 5, “Friar Jacobo Daciano and Mexico”, he examines
rous problems for Friar Jacobo, and Carrillo Cázares includes some of the
the relationship between Friar Jacobo and his work in Mexico, and in par-
counter-arguments, that theologist Friar Juan de Gaona–Friar Jacobo’s old
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English ver s i on s — I nt rodu ct i on
teacher and friend – presented as part of the debate that ensued between
Sarah Washbrook, and Mette Haakonsen. Jonathan Zalapa, to whom we
the two Franciscans.
also express our gratitude, created the maps and the layout of the book.
In the seventh and final chapter, historian Lorena Ojeda Dávila and Iris Calderón from the Universidad Michoacána de San Nicolás de Hidalgo show “How a Danish Prince became a Purépecha Saint”. Their contri-
Lorena Ojeda Dávila
bution is the result of an interdisciplinary approach to the study of pres-
Morelia, Mexico, 2021.
ent-day Purépecha culture. Through a series of interviews with members of the Tarecuato community, they seek to understand the living legacy of
Jesper Nielsen
Friar Jacobo, from the perspective of the town where he had the greatest
Copenhague, Denmark, 2021.
influence. Ojeda Dávila and Calderón also investigate some of the imaginations that have been constructed and grown forth over time, which have transformed him into a local saint, and which, among other things, have led to the celebration of a fiesta grande (Oct. 29) in his honor. The chapter contains stories, cited verbatim, from those people interviewed, which narrate some of Friar Jacobo’s role in and major contributions to the town. They highlight his achievements in the evangelization process, his commitment to defending the rights of the indigenous people; and his fundamental role in the social, political and religious organization of the town. Importantly, in Tarecuato, several of the people interviewed are convinced that Friar Jacobo is not only a historical figure, but that he is still alive – literally speaking. They hold the belief that he regularly show up in town to perform miracles to aide in the health, safety, and wellbeing of the local inhabitants. As we have stated, this book is the product of an endeavor headed by the Michoacán State government, the Universidad Michoacána de San Nicolás de Hidalgo, the University of Copenhagen, and the Mexican Embassy in Denmark. We would like to offer special thanks to the Michoacán State Governor, Silvano Aureoles Conejo and Edna Gisel Díaz Acevedo, for supporting and trusting us in leading this project. We would also like to thank the Michoacán State Secretary of Tourism, Claudia Chávez López for supporting and funding this project; President of Universidad Michoacána de San Nicolás de Hidalgo, Dr. Raúl Cárdenas Navarro; the Mexican Ambassador to Denmark, Carlos Pujalte Piñeiro; and former Head of Cross-Cultural and Regional Studies at the University of Copenhagen, Ingolf Thuesen, for his support in making it possible for us to present the story of Friar Jacobo and the indigenous world of Michoacán in two countries and in three languages. We also extend our sincere thanks to the many translators and proofreaders who participated in this complex undertaking: Aled Pedrick, Cecilia Leni, Maja Balle, Paul Kersey, Jorge Ojeda,
230
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
Land of the Lakes: The Pre-Columbian Cultures of Michoacán Jesper Nielsen University of Copenhagen When Friar Jacobo arrived in Michoacán, first to the city of Tzintzuntzan,
clear evidence of the use of the 260-day calendar. Compared to the rest
the region was known as the land of the Tarascans. At this time, the Tar-
of Mesoamerica, there is also surprisingly little in terms of a naturalis-
ascans were famed as the notorious and mighty archenemies of the Az-
tic iconographic tradition, that is, we only have a very limited number of
tec (or Mexica) for more than a century. To many people the pre-Colum-
representations in imagery and sculpture of humans, animals, deities and
bian history of the state of Michoacán is synonymous with the Tarascan
other supernatural beings. Hieroglyphic texts and very rich iconographic
Empire and the capital city of Tzintzuntzan. In this introducing chapter,
expressions are key features that characterize the Olmec, the Zapotec, the
which provides a brief overview of the history of Michoacán before the
Maya, Teotihuacan and the Aztecs. What cultural preferences and possi-
arrival of the Spaniards, we shall see that the state has a much deeper
bly even taboos, lay behind the lack of writing and the limited use of re
history, which goes back as far as the beginning of the Preclassic period
presentational art in Michoacán is yet unclear, but is certainly a defining
around 1500 BC. Although more than 1800 archaeological sites have been
trait of its cultural tradition and expression. Linguistically, the dominant
registered in Michoacán, it remains one of the least known and least re-
language of Michoacán, Tarascan – or more correctly, Purépecha, which
searched areas of Mexico, archaeologically speaking. Today, only six ar-
is today spoken by approx. 125.000 people, also underlines this ethnic and
chaeological sites in Michoacán are open to the public. Much less work
cultural difference. Purépecha is a so-called language isolate, and appears
has been carried out here compared to most other parts of Mesoameri-
to be completely unrelated to any other Mesoamerican language. This fact,
ca, and generally, there has been a tendency to marginalize the cultures
combined with a number of other cultural traits found in western Mexico,
of western Mexico (incl. Jalisco, Nayarit, Colima and Zacatecas) in the
such as metallurgy, shaft tombs and the so-called stirrup spout vessels,
great narratives of Mexico’s pre-Columbian past. Thus, several aspects of
has led several scholars to suggest a direct contact between this part of
the region’s culture history are still unclear and underexposed. A group
Mesoamerica and the northwest coast of Colombia, Peru and Ecuador.
of dedicated archaeologists and other scholars continue, however, to cast
This is still a somewhat controversial hypothesis, but although Purépecha
new light on the “big picture” of Michoacán’s past, one example being the
is unlikely to be related to Quechua (the language of the Inca and their
recent publication on Michoacán and the Mesoamerican cultures of west-
predecessors), sporadic trade and exchange between coastal Michoacán
ern Mexico entitled Miradas renovadas al Occidente indígena de México from
and northwestern South America is not an unlikely historical scenario.
2013. In the present chapter, we focus on the northern part of the state, and especially the highland area and the lakes of Chapala, Patzcuaro and Cuitzeo, where excavations in the past decades have provided much new information – and which was the region that became the heartland of Friar Jacobo’s work. At first, it must be emphasized, that although Michoacán and the adjoining parts of Guanajuato and Qurétaro were part of Mesoamerica and interacted with the cultures to the east and south, a number of anomalies sets the region in contrast to the rest of Mesoamerica. Thus, in some respects, Michoacán differs quite clearly from its Mesoamerican neighbors. One striking example of this is the absence of a writing system and any
The Preclassic Period: El Opeño and Chupicuaro (c. 2000 B.C. – A.D. 350) The first humans to arrive in Michoacán were small bands of hunter-gatherers who reached the area in the Paleo-Indian period, possibly as early as 12.000 B.C. The domestication of a series of cultigens, which would become the basis of all Mesoamerican civilizations (e.g., maize, squash and beans), began as early as 4000-3000 B.C. Around 2000 B.C. this led to increasing population numbers, and people settled down in small sedentary villages, and began producing ceramics. In the northwestern part of Michoacán, the El Opeño-culture (named after a site near Zamora, southeast
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English ver s i on s — L an d of t h e L ak es : T he P r e- Co lu m b ia n C u lt u r e s o f M i c hoacá n
of Lake Chapala) arose in the Early Preclassic period (c. 1500-800 B.C.).
El Otero, Tres Cerritos, Huandacareo, Querendaro and Tingambato also
One of the characteristic features of El Opeño are the shaft tombs, a burial
show signs of possible contacts with Teotihuacan. This can be seen archi-
tradition that spread to the neighboring areas and later are to be found
tecturally in the use of talud-tablero (a characteristic feature of Teotihuacan
in Colima, Jalisco and Nayarit. The shaft tombs appear only in this part of
architecture), and in pottery, for example in the remarkable Cherán-style
Mesoamerica, and they find their closest parallels in South America. Apart
ceramics, which at times have motifs with obvious inspiration from Teoti-
from the finds in the tombs, little is known about this period, but the as-
huacan iconography. Thus, at Tres Cerritos archaeologists have discovered
sociated ceramics indicate that the El Opeño culture was part of a larger
talud-tablero architecture, an alabaster mask and mirrors in Teotihuacan
trading network, and there are possible signs of influence from the Olmec
style, and from Loma Alta comes a sculpture of the old fire god, one of
civilization in San Lorenzo (Veracruz) and La Venta (Tabasco). The ceramic
the most prominent deities at Teotihuacan. However, due to the relatively
ballplayer figurines found in one of the tombs at El Opeño constitute one
few finds and problems in terms of dating them, it is unclear exactly what
of the earliest examples of this pan-Mesoamerican tradition, and is fur-
role Teotihuacan played in the region. A closer look at one of the Cherán-
ther evidence of Michoacán’s close relationship with the other Preclassic
style vessels from Querendaro, reveal that many details of the high-rank-
cultures of Mesoamerica. In the Late Preclassic period (c. 500 B.C – A.D.
ing Teotihuacanos shown here are represented with great accuracy, which
300), we know that the Chupicuaro-culture was present in Michoacán, as
would indicate an intimate knowledge of Teotihuacan iconography. Like-
it was in central Mexico, and most settlements are found near the Lerma
wise from Querendaro is a mirror of the type worn by Teotihuacan war-
River, the lake systems and the many food resources these environments
riors on the lower back (and presumably used in scying and divination rit-
had to offer. Chupicuaro is known primarily for its ceramic production
uals), and embellished with a Teotihuacan hieroglyphic sign known as the
of various vessel shapes and figurines, often decorated with geometric
Year Sign, and associated with rulership and power. Archaeologist Agapi
designs and stylized animals and human figures. Sadly, the region’s rich
Filini has studied Teotihuacan’s presence in the Cuitzeo Basin and notes
tombs and graves have been looted for decades, but among the interes
that: “The inhabitants of the Cuitzeo Basin locally reproduced Teotihua-
ting finds in the graves are dog skeletons. In several other Mesoamerican
can symbols of power, deposited Teotihuacan-related artefacts as burial
cultures dogs were believed to accompany and help the deceased on his or
offerings, and added Teotihuacan architectural details on a number of
her journey into the afterlife. It has also been suggested that Chupicuaro
terraced platforms” (Filini 2004: 112). It is thus implied, that Teotihuacan
was closely related to Cuicuilco, one of the earliest cities in the Valley of
iconography was merely imitated locally, rather than Teotihuacanos were
Mexico, and even that the rise of the Chupicuaro-culture may have been
actually present in the area. The motifs selected and represented, howev-
the result of a western expansion of Cuicuilco’s influence and interests in
er, match the kind of imperial iconography that is encountered in other
the region.
parts of Mesoamerica that were probably taken over by Teotihuacan. It
The Classic and Epiclassic Periods: Contacts with Teotihuacan (c. A.D. 350-900) In the ensuing Classic period, great changes took place in Michoacán: A number of larger settlements and ceremonial centers were founded, new ceramic shapes and styles appeared, and in terms of architectural innovations, we now see temple pyramids, so-called sunken patios and plazas, as well as ball courts. Obsidian quarries like Zinapecuaro and Ucareo became important in local economies as well as in the trade with other areas. At the same time, there is evidence of increased population numbers and social stratification. Several of these new sites, including Loma Alta,
232
has also been suggested, that Teotihuacan may have had a strong interest in controlling the cinnabar mines of Michoacán. By the early 5th century Teotihuacan had as many as 150,000 inhabitants, and was the capital of a vast empire that can be traced to parts of Guerrero, Querétaro, Veracruz and as far away as Tikal and Kaminaljuyu in Guatemala. Whether the imperial metropolis succeeded in establishing enclaves or trading centers in Michoacán remains to be shown, but the spread of the iconographic motifs is evidence that some of Teotihuacan’s most central concepts and ideas reached this area. A recurring iconographic element on the ceramics from the Cuitzeo Basin are stylized butterflies (in Teotihuacan imagery butterflies also constitute a very common motif). The popularity of the winged beings in the
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
iconography may have a direct relation to the monarch butterfly (Danaus
unification of peoples arriving from the north with the already settled ag-
plexippus), which arrive in billions every year from the north to overwinter
ricultural communities of the Valley of Mexico. According to the Relación
in the mountains of Northeastern Michoacán. In central Mexican beliefs
de Michoacán (c. 1540), it was the ruler Taríacuri who in the early 14th cen-
butterflies and hummingbirds were associated with the spirits of the de-
tury, first united the smaller, independent polities around Lake Patzcua-
ceased, and the yearly return of the monarchs may have been part of the
ro into one state. Around 1325 Patzcuaro was founded as the first capi-
celebrations of the ancestors that took place once a year in the ceremoni-
tal of the Purépecha kingdom. The successors of Taríacuri extended the
al calendar. The collapse of Teotihuacan around A.D. 550 was also felt in
realm of the kingdom, and as is the case with the Valley of Mexico at this
Michoacán, and in the Epiclassic period (c. A.D. 600-900), mostly small-
time, there is evidence of a significant population growth. The capital was
er cities came to dominate. An example of one of the bigger cities in the
subsequently relocated to Ihuatzio on the southeastern shore of the lake,
northern part of the state is Zaragoza, situated near the modern town of
and finally, around 1450, to Tzintzuntzan (‘Place of the Hummingbirds’),
La Piedad de Cabadas. Situated high in the terrain, overlooking the Lerma
which until the Spanish invasion served as the political and religious cen-
River Valley, Zaragoza has several temple platforms, a ball court, and the
ter in the world of the Purépecha. Tzintzuntzan lies at the northeastern
site is known for its many petroglyphs and a unique plan of a ceremonial
shore of Lake Patzcuaro, and the site is dominated by an enormous rect-
site, perhaps Zaragoza itself, carved into a larger natural boulder. Not far
angular platform, c. 450 m long and 250 m wide. On the platform are five
away, at Plazuelas in Guanajuato, another Epiclassic site, over a hundred
so-called yácatas that may have served as burial monuments for the Tar-
architectural models carved into rocks have been found. From around
ascan kings or cazonci. Yácatas are remarkable semicircular temple struc-
A.D. 700 an increased export of obsidian from quarries like Zinapecuaro
tures, and are not known in any other part of Mesoamerica. According to
and Ucareo to other parts of western and central Mexico took place, and
some accounts, one of them was dedicated to Curicaueri, the god of fire,
in time Tula (in Hidalgo) would become one of the major markets. It was
the sun and war, and the four others to his brothers. The five yacatas could
also in the 9 century that metallurgy became an integrated part of the
also be related to the five cosmological points – the four world directions
material culture in Michoacán, in particular copper, but also silver and
and the center–that played an important role in Mesoamerican religions
gold. This was the beginning of a development which would continue into
and rituals. Tzintzuntzan is estimated to have had 25-30,000 inhabitants,
the Postclassic period, where copper and objects of gold became a kind of
but it was not the only sizable city in Michoacán at this time. Zacapu,
ethnic marker or cultural hallmark of Michoacán. As already mentioned,
some 40 km to the northwest of Lake Patzcuaro housed around 20,000
the technological know-how related to this kind of metallurgy may have
individuals, and recent investigations based on LIDAR technology has
had its origins in the coastal areas of Peru and Ecuador.
shown that the almost unknown city of Angamuco, located on the eastern
th
The Postclassic Period: The Tarascan Empire (c. A.D. 900-1521) One of the characteristic traits of the Postclassic in Michoacán is the gradual decrease in contacts with central Mexico, and an increasing focus on regional and local developments and relations. By the beginning of the Late Postclassic period, around 1300 A.D., Nahuatl-speaking peoples arrived from the north, including Chichimecs and Nahuas, and among them were the founders of the Purépecha royal dynasty, the Uacúsecha’s (‘eagles’). It may have been small groups of migrants, who quickly became assimilated into the existing cultural and linguistic traditions and practices. It thus appears that the Purépecha shared an overarching migration mythology with the Mexica, who traced the origins of their rulers to the
side of Lake Patzcuaro, may have had as many as 100,000 inhabitants. It is uncertain, however, whether this number reflects the population number at a specific time or over a larger time span. The Purépecha nation, its power and influence had thus grown considerably within a century, and Helen Pollard noted that Michoacán: “was transformed from a Mesoamerican periphery into a Mesoamerican core” (Pollard 2000b: 71). This also turned the Tarascans into a very real threat to the great superpower of western Mesoamerica – the Aztec Empire. From around 1430 and in the following decades, conflicts with the Mexica became more and more common, and the rulers of Tenochtitlan began constructing a series of forts along the border between the two empires, partly in an attempt to protect the Toluca Valley that functioned as a buffer between Michoacán and the Valley of Mexico. In 1478 the Mexica ruler Axayacatl (r. 1469-81) led a war
233
English ver s i on s — L an d of t h e L ak es : T he P r e- Co lu m b ia n C u lt u r e s o f M i c hoacá n
campaign into Tarascan territory, but the attack ended in a massacre, and
known from both Patzcuaro and Ihuatzio. It is also worth mentioning an
thousands of Mexica warriors were killed. No more attempts to conquer
exquisite copper mask with closed eyes and open mouth, perhaps a local
Purépecha lands followed this episode, and the Mexica now concentrated
version of the Aztec deity Xipe Totec, or perhaps an example of the kind
their efforts on securing the border. Skirmishes and smaller battles still
of death masks that were placed on the mortuary bundles. Otherwise, the
occurred, however, as in 1499 when Tarascan warriors made an attack on
visual expressions are dominated by different geometrical patterns and
the Aztec fort at Oztuma in Guerrero. In spite of the hostilities along the
designs, such as spirals and wave-like horizontal “S”-shapes. These kinds
border, we know that a lively trade and exchange took place between the
of designs appear on ceramics as well as carved into building blocks at
two regions, and so we should not imagine some kind of “iron curtain”
Tzintzuntzan. Although we do find overlaps and shared beliefs between
that excluded all types of communication and co-existence. Based on in-
Purépecha religion and the religious traditions of the rest of Mesoameri-
formation in Relación de Michoacán and other 16 century documents, the
ca, there are some remarkable points of difference. Thus, rain deities seem
extent and expansion of the Tarascan Empire in the 15-16 centuries can
strangely absent from the pantheon, and precipitation was controlled by
be mapped out rather precisely. It was mainly in regions to the west and
the earth goddess Cuerauáperi. In addition, the pivotal role as patron de-
southwest of the Tarascan heartland, that new territories were conquered,
ity was split between Curicaueri and a moon and fertility goddess named
and at its peak, the Empire, ruled by the cazonci in Tzintzuntzan, covered
Xarátanga. In spite of a growing number of archaeological excavations
an enormous 75,000 km area, stretching from the Lerma River in the
and the invaluable information recorded in the Relación de Michoacán, we
north to the Balsas River in the south.
are still in a situation where we, as expressed by Pollard, have to accept
th
th
2
In terms of understanding religious beliefs and the pantheon, the Relación de Michoacán is by far our best source, and several rituals and cere-
that: “Major gaps exist in our understanding of Tarascan culture” (Pollard 2000a: 68).
monies are described; some of them accompanied by illustrations made
The Spanish-led conquest of Michoacán began in 1522, the year after
by an indigenous artist. For example, we have an extraordinary descrip-
the fall of Tenochtitlan. The first campaign was led by Cristóbal de Olid,
tion of the ritual sequence following the death of a ruler. Through text and
later to be followed by the unsparing Nuño de Guzmán. Still, the Purépe-
images, we learn how the deceased was wrapped in fine cloth and a mask
cha had their last cazonci, Tangáxuan II, remaining in power until 1530
placed on top of the bundle, before all was cremated along with precious
when the Spaniards executed him. In 1536, Vasco de Quiroga established
offerings. As already mentioned, we only have few pre-Columbian sculp-
a bishopric with its seat first in Tzintzuntzan, but it was later moved to
tures and images to assist us in our attempts to understand Tarascan re-
Patzcuaro. It was into this historical context, dominated partly by recent
ligion and mythology. A group of coyote stone sculptures from Ihuatzio
profound and drastic changes, destructions and the dream of a new world
along with possible throne stools, also in the shape of coyotes, do suggest
order; partly by a vibrant millennia-old indigenous culture, Friar Jacobo
however, that this creature played a special role. Examples of the so-called
was to enter in the mid-1540es as he sat out from Mexico City, and jour-
chacmool sculptures (presumably used in sacrificial rites on the main tem-
neyed west to Michoacán, to the land of the lakes.
ples), one of the characteristic traits of the Postclassic period, are also
234
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
From the kingdom of Curicaueri to the kingdom of God: the conquest and evangelization of ancient Michoacán Hans Roskamp El Colegio de Michoacán
The Tarascan Kingdom Around 1000-1300 A.D., the societies that developed in the fertile lands of Michoacán (“land of fishermen” in the Nahuatl language), had achieved a high level of stratification and built imposing urban centers characte rized by excellent planning and elaborate architecture, both civil and religious. Several languages, including Tarascan (today called Purépecha) and Nahuatl, were spoken in numerous cacicazgos (señoríos or seigneuries) that existed there and were governed by local and regional lineages that legitimized their power through a series of religious beliefs and practices. The best known lineage was that of the ‘eagles’ (uacúsecha) who, according to their own historical vision, migrated from the north of the region (around present-day Zacapu) to the shores of Lake Pátzcuaro, where they settled among groups that had arrived earlier. They proceeded to expand their influence through marriage alliances and military campaigns, but it was the cultural hero Tariacuri (1380-1420 A.D.) who, it is believed, was responsible for integrating some neighboring cacicazgos in a more systematic fashion, eventually founding a triple alliance that included the towns of Tzintzuntzan, Ihuatzio, and Patzcuaro. Internal conflicts later caused the rupture of that union. Around 1460-1480 A.D., Tzintzuntzan emerged as the only capital of what was known in the 16th century as the Tarascan kingdom, whose territories eventually stretched beyond the current borders of the state of Michoacán to absorb parts of the states of Guerrero, Mexico, Guanajuato, Jalisco, and Colima. Tribute played a fundamental role in the economy of the Tarascan kingdom, where special officials –the ocámbecha– organized and supervised deliveries of a whole gamut of products that served to maintain the elites and the religious cult, both locally and regionally. Those obligatory contributions included personal services such as working in the fields of the nobles and temples, performing domestic duties in upper-class
homes, and participating in construction and wars. The latter activity was a key element of Tarascan resistance to enemy incursions, especially by the powerful triple alliance from the Valley of Mexico formed by Me xico-Tenochtitlan, Texcoco, and Tlacopan. To strengthen its defenses, the Tarascan kingdom also turned to immigrant groups (mainly Matlatzincas or Pirindas), who in exchange for their military service were granted permission to settle in zones along the kingdom’s frontiers. But, tribute was not the only means of sustaining the state apparatus and the religious cult that constituted one of its fundamental pillars, for many valuable exotic goods were obtained through commerce inside and outside the kingdom. As a result, merchants came to enjoy great prestige in this pre-Hispanic society. While they dealt mainly in products, manufacturing technologies, practical uses, and objects of great symbolic value also changed hands, as did elements of the underlying political-religious ideologies. Those trade networks played an essential role in the expansion of the kingdom, as they were often a prelude to later conquests when the rulers needed to exert more direct control over certain natural resources or articles. Precious metals, like copper, silver, and gold, for example, which were present in abundance in southern Michoacán (Tierra Caliente), were first procured by merchants, but were later included in the tribute that those people had to pay after the Tarascans annexed their mines and casting sites (Alcalá, 2008; Paredes Martínez, 2017, pp. 75-124). The Tarascan king was called irecha (“the lord of the people”) in Purépecha and caltzontzin (“the noble head of the house”) in Nahuatl. The indigenous monarchs, who resided in Tzintzuntzan, enjoyed divine status and were said to be descendants of Thicatame, the first priest-sacrificer and, therefore, the earthly representative of Curicaueri (“He who emerged burning”), the god of the sun and fire and protector of the uacúsecha lineage. They called themselves Chichimecs, thus assuming the identity of hunters and warriors, with the bow-and-arrow as one of their principle
235
English ver s i on s — F rom t h e k i n g dom o f C u r i cau e r i to t he k i ng d o m o f Go d : t he co nqu e st a nd e va n geli z ati o n o f a n ci ent M i ch oacá n
attributes or insignias. The monarch’s principle responsibility and, there-
governed the kingdom. The irecha chose the governors of the larger Ta
fore, that of his vassals as well, was to please and feed the gods with offe
rascan settlements, often naming members of his own family or lineage.
rings of fire, incense, agricultural products (corn and chili, among others),
The aforementioned tribute system assured flows of goods and services
fermented beverages, and blood, both animal and human. Those actions,
to sustain the nobility, in exchange for royal and divine protection for the
it was believed, guaranteed the continuity of the cosmos, the kingdom,
tribute-payers. In the important annual ritual called Equata cónsquaro (“of
and all its peoples. Their calendar consisted of 360 days divided into 18
the arrows”), the high priest (petámuti, “he who has the word”) and other
periods, each with 20 days, which marked the dates for celebrating feasts
religious officials explained the sacred origins of the uacúsecha and the
(fiestas) characterized by extensive rituals dedicated to various deities. The
kingdom, and specified the duties of the vassals. The future of the Ta
Tarascans believed that supernatural entities manifested themselves in the
rascans was thought to depend on the will and intervention of Curicaueri
form of celestial bodies, mountains, caves, lakes, rivers, and flora and fau-
and the other gods of the pantheon. It should be noted that those cere-
na. They imagined their land as a goddess lying on her stomach, her head
monies ended with the trials of people who had broken the existing laws,
directed towards the west, her legs stretched to the east, and her extended
and the execution of transgressors who were condemned to death (Alcalá,
arms pointing north and south, with other deities holding her in place.
2008; Beltrán Henríquez, 2012).
Curicaueri is not the only god that stands out in the Tarascan pantheon, for Xaratanga (“She who gives pleasure to others”) was prominent as a goddess associated with the moon, fertility, and, especially, corn, beans, and chili cultivation, duck and quail hunting, and fishing. Xaratanga was invoked and venerated year-round, but the main ceremonies held in her honor were probably performed around harvest time. According to the Tarascans, she and Curicaueri played fundamental roles in creating, expanding, and consolidating the kingdom. One curious fact regarding these two gods is that precious metals were thought to be their sacred excrement; gold was associated with Curicaueri, silver with Xaratanga. According to their cosmovision, the Tarascans were living in the fourth age or epoch of the fourth sun. The gods had destroyed three previous worlds because they were imperfect; the most recent one with huge floods that lasted for five days. The gods had created humans in an enormous recipient using eight balls of ash and blood from the self-sacrifice of Curita Caheri (“Great fire” or “Great priest”). This figure was the messenger of the celestial deities, especially Cuerauahperi (“She who unleashes from her belly”), the mother goddess associated with birth, rain, and the east, where the sun rises. The Nahua people who lived in southern Michoacán seem to have had similar ideas regarding the creation of humanity in a vessel from a mixture of ash and blood, though their main deity was Tezcatlipoca (“Smoking mirror”). The power and authority of the kings, like their subjects’ rights and obligations, were explained, legitimized, and enforced through an elaborate official history (often cited in the literature as a foundational myth), a series of public rituals, and the complex administrative structure that
236
The Conquest Before any Spaniard set foot in Michoacán, their arrival was foretold through omens and oracles, unusual phenomena that people interpreted as divine communications: stones falling off temple walls, and the sudden appearance of two comets across the sky. It was said that a woman who ingested a hallucinogenic drink prepared by the mother goddess, Cuerauahperi, was picked up by the god Curicaueri (who descended as a grand eagle) and taken to a meeting of the gods where the coming of the Europeans and the change of the native religion were announced. Narratives of this kind likely reflected the alarming news coming from other indigenous groups, requests for military support by neighbors like the Mexicas, and the disastrous effects of the Old World diseases propagated by the foreigners that began to kill the indigenous population before any physical encounter with the conquistadors occurred. One victim was the second-last Tarascan king, Zuangua, who died in 1520. The resulting uncertainty exacerbated internal tensions and intensified power struggles. Zuangua’s successor and eldest son, Tzintzicha Tangaxoan, intended to share power with his brothers, but a councilor sewed suspicions of treason that led him to execute his relatives (Alcalá, 2008, pp. 247-258). The conquest began with visits by some Spaniards to Michoacán, first to the frontier town of Taximaroa. That encounter began on February 23, 1521, but lasted only two days. The second visit was a longer stay in Tzintzuntzan (Ciudad de Mechuacan) in the autumn of that year. During their time in the Tarascan capital, Antonio Caicedo and two companions
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
(names unknown) were dressed and honored as gods. Upon their return
played in difficult moments of Tarascan history. The eldest son, Francisco
to Coyoacán, where Hernán Cortés resided, they were accompanied by
Tariacuri, served as the indigenous governor of Michoacán from 1543 to
a large contingent of Tarascans carrying gifts for King Carlos V. Shortly
1545, followed by his brother, Antonio Huitzimengari, who occupied that
afterwards, four Spaniards (with Indian allies from central Mexico) who
post until 1562 (López Sarrelangue, 1965, pp. 47-57 y 169-205).
were leading an expedition to Colima, stayed in Tzintzuntzan for a few days. In July 1522, Cortés sent a larger expedition to Michoacán, entrusted with the task of establishing a Spanish colony there. That group was led by Cristóbal de Olid. The king, Tzintzicha Tangaxoan, feared that his kingdom was about to be destroyed so he commanded his people to prepare defenses at various strategic sites. In the end, however, he opted to avoid a military confrontation and, on the 25th of that month, Olid and his entourage were received peacefully in the capital city. In the ensuing years, the irecha, baptized as Francisco, sought to indulge the Spanish, but without losing much control over his subjects. His actions, however, inevitably intensified tensions by directly affecting the conquistadors’ interests. One especially important point of conflict involved the encomiendas, the Spanish institution that assigned a number of Indians to each conquistador with permission to exploit their labor: in exchange, the Spaniards had the obligation to protect them and support their conversion to Christianity. The monarch had continued to receive tribute, and was accused of returning to ancient religious practices that the Spanish had banned. The most serious allegation against him, however, was that he had ordered the assassination of several Spaniards. On February 14, 1530, after a trial during which he was tortured, Tzintzicha Tangaxoan was executed by Nuño de Guzmán, Hernán Cortés’ great enemy. That transcendent event, which carried an enormous symbolic charge, marked the definitive demise of the pre-Hispanic Tarascan kingdom (Warren, 1989, pp. 323-362). The gap that opened in the indigenous government of Michoacán after the execution of Tzintzicha Tangaxoan was filled by Cuiniharangari, a close collaborator and adoptive brother of the irecha. He was also mistreated by Guzmán, but was eventually released and served as governor of the province until his death in 1543. This nobleman, baptized as Pedro, played a key role in the transition from the pre-Hispanic period to the Colony, but his testimony at the trial of 1530 profoundly damaged the monarch. Later, Cuiniharangari would take the credit for securing –in the alleged absence and incapacity of the king– a peace treaty between Tarascans and Spanish. After the death of their father, Tzintzicha Tangaxoan’s children tried to polish his image by praising the great leadership he dis-
Evangelization Cuiniharangari was among the first nobles to attend mass in Michoacán. That occurred during his brief captivity in the hands of Cristóbal de Olid, who arrived in Tzintzuntzan in mid-1522. Missionary work in this zone would not begin in earnest until late 1524, when king Tzintzicha Tangaxoan sent some children of Tarascan nobles to Franciscan friars in Mexico City to receive instruction in the new faith. The ruler himself was baptized as well, with Cortés as his godfather, probably in 1525, in the former Tenochca capital. The friars gave him the Christian name Francisco because he was the most important of their indigenous converts. While in Mexico City, the irecha asked for missionaries to be sent to Michoacán to evangelize his subjects. The group was led by Friar Martín de Jesús (or Martín de la Coruña), and included Friar Ángel de Valencia. They were received with splendid hospitality by the Indians and housed in the king’s palace in Tzintzuntzan. Indigenous residents would later help build a first church, one made of wood and dedicated to Santa Ana, and a small convent. The first mass, conducted by Friar Martín de Jesús, was celebrated with the sounds of instruments traditionally played during rites to the native gods. Tarascan nobles were the first to be baptized, but the conversion of the Indians to Christianity was a difficult process that would take a long time. In the early years, especially, adversities caused the missionaries great pessimism, for they were opposed by the ancient priestly class, which sought to convince the people to continue venerating their pre-Hispanic gods. They argued, for example, that those foreign missionaries were actually sorcerers, or undead, whose habits were shrouds, and who turned into skeletons at night to return to the underworld where their women awaited them. They further affirmed that the baptismal water was blood that harmed the children who were christened with it. Despite the colonizers diligent and systematic efforts to destroy the Tarascans’ temples and religious symbols, and completely suppress their ancient cults, many Indians found ways to continue adoring their deities. Other pro blems that the evangelizers faced were the abuse of alcohol, an especial-
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ly important element of native ritual, and the high nobility’s practice of
standings with pre-Hispanic religions was an enormous challenge and
keeping various women, which was totally incompatible with the sacra-
errors made at the outset must surely have confounded all those involved.
ment of holy matrimony, but would not be eradicated for several decades
Translating the word ‘God’ as Cuerauahperi, which was also the name of
(Warren, 1989, pp. 105-129).
the ancient mother goddess, for example, captured the aspect of ‘creator’
In the beginning, the Franciscans operated from their base in Tzin
quite well, but may have left the Indians thinking (at least at first) that the
tzuntzan and visited mostly towns around Lake Pátzcuaro, attending to
Christian deity had feminine characteristics, since the morpheme <ua> in
the sick, preaching against idolatry, and teaching doctrine. As the num-
the Tarascan word identifies the womb, whence humans were ‘released’
ber of friars grew through the 1530s and 1540s, their activities expanded to
(born). It is interesting to learn that another way of referring to God was
areas farther from the capital of Michoacán to include the construction of
with the term irecha (as a noun), a word previously used only to refer to the
convents in Guayangareo, Pátzcuaro, Acámbaro, Zinapécuaro, Uruapan,
indigenous king. This word was also transformed into a noun qualifier to
Tarecuato, and Zacapu, among other places (León Alanís, 1997a, pp. 52-
indicate high status, as we can see in the combination irecha obispo, ‘king
71). The illustrious missionaries who came to Michoacán in that epoch in-
bishop’ (Monzón and Roth, 1999, pp. 169 y 176). Gilberti himself, the grand
cluded Friars Jerónimo de Alcalá, Juan de San Miguel, Miguel de Bolonia,
expert in the Tarascan language, recognized that adequately translating
Jacobo Daciano, and Maturino Gilberti, the first two of Spanish origin, the
several key passages of basic religious texts was extremely complicated.
others from Italy, Denmark, and France, respectively. Daciano, whose life
Indeed, distribution of his Diálogo was blocked when accusations of sup-
and works are analyzed in detail in other chapters of this book, was the
posedly “scandalous” parts of its content were brought before the Holy In-
central figure in the evangelization of central and northwestern Micho-
quisition! This was especially true of the dogma of the Holy Trinity which,
acán. After almost two-and-a-half decades of intense missionary work
due to its complexity, caused confusions and was difficult to explain ap-
that earned him wide admiration among native believers, he died in the
propriately in Tarascan (Franco Mendoza, 2015, pp. 247-375). Therefore, the
convent in Tarecuato in 1566 or 1567 (Rasmussen, 1992).
enterprise of evangelization entailed both coining new terms in Tarascan
Those early evangelizers felt it was important to learn more about indigenous culture, especially its history and cosmovision. Around 1539-1540,
and assigning new meanings or functions to existing words that referred to pre-Hispanic practices and elements (Monzón and Roth Seneff, 1999).
based on testimonies he gathered from indigenous nobles and on his own
The Franciscans were the first, but not the only, actors involved in
appreciations, Friar Jerónimo de Alcalá wrote an ample description that is
Christianizing ancient Michoacán. In fact, they were followed by the Au-
today one of our principle sources of knowledge of pre-conquest Tarascan
gustinians who established their first convents in Tiripetío and Tacámba-
society: the Relación de las Ceremonias y Ritos y Población y Gobernación de los
ro. This order began its missionary activities in the hot lands (Tierra Cali-
Indios de la Provincia de Michoacán, a title usually shortened to the Relación de
ente) in 1538, but in 1567 that area passed into the hands of the clergy of the
Michoacán (Alcalá, 2008). Without doubt, the missionaries’ essential tools
Bishopric of Michoacán and the Augustinians shifted to more temperate
for implementing the Christian faith were indigenous languages. To foster
zones towards the north. The Bishopric was established in 1536, but its first
learning those tongues, friars elaborated numerous grammars and dictio-
bishop, Vasco de Quiroga, did not take possession in Tzintzuntzan until
naries, including the Arte de la Lengua de Michuacan (1558) and the Vocabu-
1538. One of his first orders was to move the episcopal seat to the nearby
lario en Lengua de Mechoacan (1559) by Friar Maturino Gilberti. This prolific
town of Pátzcuaro. This took place in 1539-1540. For diverse reasons, the
author penned various additional works for transmitting the central ele-
episcopal clergy did not play a decisive role in the early years, but gradu-
ments of Christian doctrine in Tarascan: the Thesoro Spiritual en la Lengua de
ally acquired greater presence and importance from the second half of the
Mechuacan (1558) and the Diálogo de Doctrina Christiana en Lengua de Mechua-
16th century onwards. The period saw the transformation of many regular
can (1559). Another important book was Friar Alcalá’s Doctrina Cristiana en
doctrinas into parishes administered by the secular clergy, a fundamental
Lengua de Michoacán, written in 1537 (León Alanís, 1997b).
change that triggered fierce disputes with the Franciscans and Augustini-
Finding suitable words in those indigenous languages to correctly
ans, who saw their influence and interests profoundly affected. We cannot
transmit Christian concepts while avoiding confusions and misunder-
forget, either, the participation of the Jesuits, who appeared on the scene
238
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
in 1573, initially devoting themselves wholeheartedly to teaching in the Co-
missionaries made good use of paintings and drawings to illustrate their
legio de San Nicolás, where priests were trained. Later, they would perform
verbal explanations of the most important themes. The indigenous peoples
significant missionary labors in Pátzcuaro and its environs, including the
were somewhat familiar with forms of graphic communication because
Sierra Tarasca. Like the Franciscans before them, the other religious or-
they elaborated papers and canvases with representations of tribute, lands,
ders had to learn indigenous languages, and they too had their own recog-
noble genealogies, and stories of the founding of diverse seigneuries, in a
nized experts, some of whom (the Augustinian Juan de Medina Plaza and
practice that would continue through the 16th century. Gradually, however,
the Jesuit Juan Ferro, for example) produced written works (León Alanís,
some Indians (above all, members of the nobility) adopted the Latin alpha-
1997a, pp. 71-260).
bet –introduced by the Spanish and taught by the clergy– and learned to
One institution that played a particularly significant role in evangeliz-
read and write in their own native language. Though orality continued to
ing indigenous Michoacános was the hospital, which achieved extraordi-
carry great weight in daily life, the mastering of reading and writing by a
nary acceptance in the region after its introduction in the decade of 1530.
small, privileged group was essential for the town’s internal administra-
Consisting of several buildings erected around a central patio, including
tion (e.g. recording tribute, lists of communal income and expenses, acts
a chapel that attended to the sick, it offered accommodation to travelers,
of elections, juridical case files), for negotiating with external authorities,
hosted elections and meetings of local authorities, and organized com-
both civil and religious, and, especially, for access to the different tribu-
munity labors and education – that is, the teaching of the new faith– un-
nals. Here, the Indians tenaciously defended their rights and privileges
der the protection and advocation of the Virgin of the Immaculate Con-
and sought to resolve the many grievances that arose between themselves
ception. In this way, hospitals came to constitute the center of the life
and the problems they experienced with the non-indigenous.
of colonial towns in this area. The institution was introduced early on,
Without doubt, the acculturation process advanced more quickly
closely intertwined with efforts to relocate the Indians from their small,
among the high indigenous nobility with pre-Hispanic roots (elites with
dispersed settlements and concentrate them in towns built on urban and
so-called noble bloodlines), who in the early decades of the colonial peri-
organizational models brought from Spain. The goals were to facilitate
od fulfilled a significant role as intermediaries between Crown officials,
the political, religious and economic administration of the indigenous
evangelizers, and Indians. Members of that group were the first to be bap-
population, and to ensure their peaceful existence in an ordered commu-
tized, dress in Spanish style, ride on horseback, carry swords, marry the
nity regulated by Christian customs and rituals (Paredes, 2017, pp. 146-
descendants of Spanish conquistadors, and be educated by the clergy. One
157). The first hospitals and congregaciones (the resettlement of Indians in
particularly well-known case, of course, is that of Antonio Huitzimengari,
towns) are attributed to the labors of Vasco de Quiroga and the Francis-
the last Tarascan king’s youngest son. While residing in Pátzcuaro he ac-
cans, especially Friar Juan de San Miguel. The best-known case is the pueb-
quired excellent knowledge of Spanish, Latin and Greek and accumulated
lo-hospital (hospital-town) of Santa Fe de la Laguna, founded by Quiroga in
a personal library with printed books on various topics (theology, music,
1533 with the support of Don Pedro Cuiniharangari, at that time the indig-
grammar, etc.). He even wrote a catechism and prayer book in Tarascan
enous cacique-governor of Michoacán (Warren, 1997). Though other hos-
(López Sarrelangue, 1965, pp. 172-178). Not surprisingly, the process of in-
pitals in the region were built on the same model, their scope was much
corporating elements of western culture proceeded more slowly among the
more modest. In general, they experienced their greatest splendor in the
general population and in more remote, less accessible towns in the hot
17 and part of the 18 centuries, before suffering a severe downturn in
lands, where Spaniards had only a modest presence, and where structured
the late 19th and early 20 centuries. Today, several towns in the Purépe-
evangelization began much later.
th
th
th
cha region conserve their hospitals or, at least, the ancient chapels, which continue to perform some of the functions for which they were founded around four-and-a-half centuries ago. The clergy devoted special attention to children, because they learned more quickly and helped transmit the acquired knowledge to adults. The
The Past in the Present While it seems that the conquest did not involve many armed confrontations, it cannot be catalogued as ‘peaceful’, and there is no question
239
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about the enormous impact it had on the indigenous society of Micho-
challenges and processes of globalization, discrimination, and margina
acán. The political, religious and economic order, the memories of those
lization. In this category we would place the interesting celebration called
peoples and their governing classes, and their practices and customs, all
Juchári Jimbáni Uéxurhini (Purépecha New Year), whose culminating mo-
vanished or underwent profound changes, while the devastating diseas-
ment is the lighting of the ‘new fire’ during a ceremony dedicated to the
es introduced involuntarily by the foreigners decimated the native pop-
god Curicaueri, based on the ancient calendar system of Mesoamerica
ulation throughout the 16 century. However, and despite the religious
(Zárate, 1994). The legitimacy and importance of the Purépecha New Year
chroniclers and even modern historians who emphasize the speed and
as a unifying event (begun in 1983) are undeniable, but it is important to
success of evangelization, specifically, and acculturation in general, many
understand that, in the strict sense, it does not constitute a rescue but,
elements of the ancient indigenous cultures continue to exist, having sur-
rather, a re-construction with political-cultural goals. The latter is based
vived the ravages of time to remain visible in communities in the region.
largely on detailed information from the Mexica culture of the Valley of
With no pretensions of being exhaustive, we can mention, first, indige-
Mexico, because data on possible variants in Michoacán are scarce.
th
nous languages (Purépecha, Nahuatl, Mazahua, and Otomí) that are still
The inclusion of the pre-Hispanic past in the identity discourses of
spoken by thousands of people, though they are at risk of disappearing
indigenous peoples often entails rejecting or omitting the colonial period
due to the predominance of Spanish in all milieus of public life and, of
because it is seen in predominantly negative terms due to associations with
course, the educational system. Second, we can think of their traditio
foreign domination, the loss of autonomy, and affectations of the language
nal crops (maize, beans, chili, squash, etc.), hunting (rabbits, deer, ducks
and culture of the autochthonous or original groups. Although the con-
and quail, among other prey), and fishing, as well as their varied diet that
quest certainly entailed violence (and not only of the purely military kind)
includes typical dishes like tamales, uchepos (tamales made with tender
and the early years were characterized by a certain level of resistance, the
corn), atápakuas (spicy sauces for meat and fish), churipu (beef soup made
indigenous peoples assumed their new loyalty to the Christian God and
with chili peppers and vegetables), and charales (small fish served dried
the Spanish Crown relatively quickly. Memories of the pre-Colombian past
or fried). Third, we can allude to the many indigenous features that are
remained very much alive at first, but the arrival of the new religion and
part of Catholic festivities and their associated rituals (e.g. dances, music,
alliances with the Catholic monarchy eventually emerged as key moments
songs, and offerings), which give religious celebrations throughout the re-
in collective memories. Numerous written histories of the founding of di-
gion a specific identity. One of the most obvious cases of this intriguing
verse indigenous towns (including those from the 18th and 19th centuries)
syncretism includes the rituals performed on All Saints Day (November 1st)
and, above all, the ‘primordial titles’ (títulos primordiales) of Carapan, narrate
and the Day of the Dead (November 2 ), when people honor their dear de-
the arrival of the Spanish in Michoacán, the delivery of the first tribute pay-
parted by erecting elaborate altars in their homes filled with offerings like
ments, the coming of the missionaries, the baptisms of the first nobles, the
copal, incense, flowers, candles and candle-holders, beverages, tamales,
resettlement (congregación) of the Indians, and the construction of chapels
tortillas, corn cobs, fruit, candies, and ‘bread for the dead’ (pan de muertos),
and temples. Those documents seem not to display a longing for pre-His-
among other products. They also decorate graves in the cemetery with a
panic times and –with few exceptions– do not condemn the conquest. To
flower called cempasúchil and similar offerings. There, they await the annu-
the contrary, the creation of colonial peoples is portrayed as a new starting
al arrival of the ‘faithful dead’(fieles difuntos) and spend time together un-
point that marked the end of an epoch of darkness (the kingdom of Cu-
til dawn, daytime or nighttime (depending on local customs, which show
ricaueri) and the beginning of one of light (the kingdom of God). These
some variation).
visions of the past, in greater or lesser detail, were transmitted from ge
nd
In addition to the endurance of various native practices and customs
neration-to-generation through written and painted documents that were
that, obviously, have undergone transformations over the centuries, the
copied periodically, as well as by oral tradition in the form of tales, legends,
indigenous peoples of Michoacán have created special festivals and rituals
and myths, some of which have survived to our time (Roskamp, 2016).
that refer to pre-Hispanic practices; this in an effort to rescue or preserve
Among the many contemporary narratives, one refers to the found-
indigenous culture and strengthen the collective identity as they face the
ing moments of the town of Tarecuato as a colonial settlement. It re-
240
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
counts that when Friar Jacobo Daciano arrived, Indians came from the
rates how Daciano used his staff to tap the ground in the patio of what
surrounding area asking to be baptized. The Danish missionary, howev-
is now the ex-convent of Santa María de Jesús in Tarecuato. At that ex-
er, observed that water, an essential resource for the maintenance and
act spot, an orange tree began to grow that, according to locals, is the
growth of any community, was scarce. Soon, he went off to search for a
very tree that stands there today (Rodríguez López, 2018, p. 350). Another
source of that vital liquid, guided by a group of residents. They came to
version holds that the orange tree is actually the staff itself, which was
a place with a large rock wall, where the friar knelt down and prayed. He
planted there by its owner! Whatever the case, those events are still vivid-
then stood up, blessed those enormous boulders, and then tapped them
ly present in the local collective memory 450 years after the death of that
with his staff. Immediately, crystalline water began to pour out of the
illustrious Franciscan friar who is considered the great founder and pro-
rocks, forming a spring that still exists today (called the ‘blessed water
tector of the town, and the figure who introduced the Christian faith that
hole’, bendito ojo de agua). Daciano gave thanks to God and proceeded to
in the 21st century continues to guide and dominate the life of Tarecuato’s
baptize the Indians (Ventura, 2003, pp. 182-184). A second account nar-
inhabitants.
241
English ver s i on s — L an g uag es an d Li n g u i st i c s i n Co l o nia l M i c hoacá n
Languages and Linguistics in Colonial Michoacán Magnus Pharao Hansen Department of Cross-Cultural and Regional Studies University of Copenhagen When reading popular accounts of the Spanish colonization of Mexico, it
now, Purépecha, historically called Tarascan, was the most widely spo-
is often easy to underestimate, or even to miss entirely, the importance of
ken indigenous language in Central Michoacán. Nevertheless, many oth-
language. Imagining the encounters between Spaniards and indigenous
er languages were also spoken in the area. The languages Matlatzinca (in
peoples, we may forget to ask the question “but how did they speak with
Michoacán also called Pirinda), and Otomí and Mazahua belong to the
each other?”
Otomanguean language family, and were spoken in the eastern part of the
It is easy to get the impression that communication between Spa
region colliding towards the Toluca valley. There were also several Nahuatl
nish settlers and the indigenous population was relatively effortless. After
speaking enclaves in the area, Nahuatl being the language of the Aztec
all, European colonists were able to work closely with indigenous peoples
Empire, and related to the Uto-Aztecan family of languages. Except for
already from the earliest encounters. However, nothing could be further
Matlatzinca, which is now only spoken in the state of Mexico these lan-
from the truth. Language was a major obstacle for the whole colonial en-
guages are still spoken in Michoacán.
terprise, which required Spaniards to make the entire colonial system and
Mesoamerica, the region that covers Guatemala, Belize and much of
European worldview intelligible to the native peoples who spoke hun-
Mexico, El Salvador, and Honduras is a “cultural area”. That is, an area in
dreds of different languages, none of which were like languages known by
which various indigenous ethnic groups share distinct cultural traits not
Europeans. The Nahua woman Malintzin, who functioned as the transla-
found outside the area. Mesoamerica is also a linguistic area in which the
tor for Hernán Cortés during the conquest of Tenochtitlan, has come to be
languages spoken by various groups have certain traits in common, even
the main symbol of the importance of translation in the colonial process,
though they belong to several distinct linguistic families, and are not orig-
but historians have described how important translation between Euro-
inally related to each other. The languages have simply become more sim-
pean and Indigenous languages was, not only for the political and mili-
ilar because speakers of different languages have interacted together for
tary conquest, but also for the spiritual conquest. Typically called lenguas
millennia and borrowed words and elements of grammar from each other.
“tongues” if they were Spanish friars competent in indigenous languages,
Although the Purépecha people live within Mesoamerica, and share
and nahuatlatos if they were indigenous interpreters who could translate
several of the cultural traits that define the Mesoamerican culture area,
between Spanish, Nahuatl, and other indigenous languages, competent
the Purépecha language, however, stands out as unique within the re-
translators and interpreters were of immense importance to this process.
gion. This is both because it is a language isolate, which means that it
When Friar Jacobo Daciano arrived in Mexico in 1542, he was already
is not part of any recognized language family, nor considered to be re-
an accomplished polyglot and a scholar of languages, but even the intricate
lated to any other known language, but also because it exhibits very few
linguistic mosaic of medieval Europe, could not have prepared him for the
of the traits that define the Mesoamerican language area (Chamoreau,
extreme complexity and diversity he would encounter in New Spain.
in press). This not only means that the Purépecha people seem to have
The Languages of Michoacán In the 16th century, the area that was to become the state of Michoacán was a region even more linguistically diverse than it is today. Then as
242
separate origins from the other peoples of the region, but also that they have not interacted with the other peoples in the region long enough, or intensely enough, to have adopted the shared Mesoamerican linguistic traits. Perhaps, as some have suggested the Purhépecha people originally
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
arrived in Mesoamerica on the coast, having their roots in some other
and have contributed to creating the complex patchwork of languages
part of the Americas.
found in the region.
In addition to the languages that still exist in Michoacán today, a number of languages were spoken in the 16th century that are extinct today. We know of these languages mainly from the Relaciones Geográficas (Acuña 1987), which are descriptions of many towns and regions in New Spain, prepared as responses to a survey sent by the Spanish crown in the 1580s. Among other questions about local conditions, the survey inquires about the main languages spoken in each region. The Pacific Coast, in particular, was linguistically highly diverse. Here the Relaciones record the existence of languages such as Quaucomeco, Apaneco, Chumbia, Panteco, and Tolimeco. These languages were never recorded in writing, and we hardly know anything about them, other than their names. Perhaps some of these languages were related to Purépecha, but we will never be able to know. In the Relaciones Geográficas, it is said about the Quaucomeca people that “they are people of a highly obscure language, but they generally all speak the Mexican language (Nahuatl) and they understand it”. The Relaciones make similar statements in describing the other languages on the Michoacán Pacific Coast. Their speakers seem to have been using Nahuatl as a lingua franca for communication between different ethnic groups already before the arrival of Spanish settlers and their Nahua allies. The Danish linguist Una Canger has studied the differences between Nahuatl varieties spoken in different regions, and has argued that the Nahuatl spoken in Durango, Michoacán and Northern Guerrero has traits suggesting that its speakers originally learned Nahuatl as a second language, and that they simplified the grammar of the language as they learned it. This idea finds support in the Relaciones Geográficas, which describe that the area around Aquila and Pómaro where Nahual, the Michoacán variant of Nahuatl, is spoken today, were originally speakers of other languages, and spoke only a “corrupt” form of Nahuatl. The Relaciones Geográficas also describe that the speakers of Otomí and Matlatzinca had migrated into Purépecha speaking areas. Several of the Relaciones describe that these groups arrived upon an invitation by the Tarascan ruler Tzitzipandácuare, who allowed them to seek refuge from the expansion of the Mexica Triple Alliance under Axayacatl. Such movements of groups of speakers of one language into the territory of another have happened countless times in the history of Mesoamerica,
Franciscan Friars and Linguistics in Colonial Michoacán When Friar Jacobo Daciano arrived in New Spain, he was already an accomplished linguist. As a friar, he had studied Latin, Greek, and Hebrew, and probably he was fluent in German and Danish since childhood, and had learned Spanish and studied Arabic during his time in Spain. This broad experience with diverse languages was invaluable for him in his missionary work, as it enabled him to better understand the complex structures of the Purépecha language, so different from most European languages. On his voyage to Mexico, Friar Jacobo Daciano was accompanied by another gifted Franciscan linguist: Friar Maturino Gilberti, hailing from Poitiers in France, and 23 years junior to Friar Jacobo Daciano. The careers of these two friars in New Spain came to be closely linked: They both studied Nahuatl in Mexico City, then traveled together to Michoacán where they collaborated in the convent at Tzintzuntzan, before Jacobo was sent to Patzcuaro. We can imagine that Friar Jacobo Daciano must have been an important mentor to the younger Gilberti. The Franciscans were not the only missionaries in early colonial Michoacán working to evangelize the Purépecha speaking populations. As part of the process of evangelization, and in response to the scarcity of missionaries and the gradual loss of indigenous population due to disease, the colonial administration encouraged a process of “congregación”– in which indigenous populations were moved and congregated to live around ecclesiastic centers such as convents or hospitals. In Santa Fé de la Laguna, bishop Vasco de Quiroga had established a hospital community, based on the ideas of Thomas More, but Quiroga was not a scholar of language, and apart from his later criticism of Gilberti’s works he did apparently not dedicate much time to studying the Purépecha language. At the time when Gilberti and Jacobo arrived in Michoacán, there were already a number of Augustinian monasteries in the area. Among these that of Tiripetío held a special place, with the Colegio de Estudios Mayores, one of the earliest universities in the New World. Here the scholar and philosopher Friar Alonso de la Vera Cruz taught all those who were interested in acquiring his knowledge, including friars, priests and even indigenous youths from noble families. He was a highly respected scholar,
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who also became proficient in Purépecha. Among his pupils was Antonio
Maturino Gilberti died in Tzintzuntzan in 1585, surviving Friar Jacobo
Huitziméngari, the son of the last Tarascan ruler, who learned both Latin,
by 19 years.
Greek and Hebrew from Friar Alonso, and who in turn taught the friar the Purépecha language. Clearly, Friar Jacobo and Friar Maturino Gilberti were not the first friars to become proficient speakers of Purépecha. In time, though, they would both become highly regarded as lenguas, greatly competent in the Purépecha language. In 1558, when Gilberti published his major work, the Arte de la lengua de Michuacan, Friar Jacobo Daciano was one of the experts who provided a positive evaluation of its potential usefulness in the evangelical work. Both friars took a keen interest in using the Purépecha language to administer the Christian faith to the indigenous congregants, and this desire brought both of them trouble with their superiors. Friar Jacobo Daciano seems to have invested himself directly in the missionary work, and is only known for having published his extended argument in favor of appointing indigenous clergy, the work for which he was censored. In this work, Friar Jacobo argued strongly that native competency in the indigenous language was necessary in order to preach well for indigenous peoples. This was one of the reasons he argued that natives should be allowed to be ordained as priests. Friar Maturino seems to have shared this appreciation of the importance of correct translation. Gilberti was a much more prolific writer than Jacobo was, and he dedicated himself to linguistic works in or about the Purépecha language: a grammar, a dictionary, and two different works of doctrine and catechism, all in a short number of years. Gilberti was censored for some of his translations of religious concepts into Purépecha, which Vasco de Quiroga suspected of being incompatible with pure doctrine. His work Diálogo de Doctrina Cristiana, en la lengua de Mechuacan was prohibited for this reason shortly after having been printed. A long conflict between the bishop and his supporters on one side and Gilberti and the Fransciscans on the other, ensued, culminating in the expulsion of Jacobo and the Fransciscans from Patzcuaro. Translation between European and indigenous languages was a serious business in colonial New Spain, with political and theological ramifications. The command of the language, and the authority to express the Christian faith to the natives was an important source of power, and as such, it frequently became a focal point in power struggles between different branches of the church. Friar
244
Maturino Gilberti’s Arte de la Lengua de Michuacan Since Friar Jacobo Daciano worked closely with Friar Maturino Gilberti, we can perhaps be justified in assuming that the two scholars shared much of their understanding of the Purépecha language. If so, by studying Gilberti’s Arte we can also approach an understanding of the immense task that both of the friars were faced with when they arrived in Michoacán. Not only did they have to learn to understand Purépecha, they had to learn to speak it well enough to preach in it, and to do so in a way that would be understood in the right way by their indigenous congregants. This task of translation, which faced all of the missionary friars in New Spain, was a daunting challenge. It required them to quickly develop a set of concepts they could use to understand the structures of languages that were fundamentally different from European ones. This started a tradition of writing grammars of indigenous languages, referred to as artes, and of compiling vocabularies of the languages, and translating important doctrinal materials such as catechisms and parts of the scripture. Gilberti’s 1558 Arte had the distinction of being the first grammar to be printed in the Americas (Gilberti and Monzón 2004). The first grammar written in Mexico was also by a Franciscan, namely Andrés de Olmos, who wrote an arte for Nahuatl in 1547. This first grammar of an indigenous Mexican language was only circulated among the Franciscans as a handwritten manuscript. Maturini likely knew this work well, and may have been inspired by it, when he wrote his own. Gilberti’s 1559 Vocabulario was the second dictionary to be printed in Mexico, following only the famous Nahuatl dictionary of Franciscan Friar Alonso de Molina published in 1555. Michoacán was therefore, one of the two earliest centers for linguistic work on indigenous languages, the other being the Colegio de Santa Cruz in Tlatelolco, where the earliest works on Nahuatl were produced. Printed by Juan Pablo Mexico’s the first printer to set up shop in the New World, Maturino Gilberti’s Arte is a tome of 172 folios. The first many pages are permissions and approvals written by different ecclesiastic authorities, including a short evaluation by Friar Jacobo, who wrote in Latin: “Therefore, considering this little work by father Maturino Gilberti to be of value and great utility (not to mention necessity) to pure Christianity, I approve it [Ideo considerans hoc opusculum patri Gilberti Maturini plurimum
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
esse valoris et magnae utilitatis (ne dicam necessitatis) ad purum christianismum, approbo ipsum.]“
Its consonant system is also fairly simple, and the syllable structure does not allow many consonant clusters, which also gives the language a
In his own prefatory remarks, Gilberti describes, with some severi-
“clear sound” to Hispanic ears. It has a distinction between plain and as-
ty, the importance for those who are to administer the sacraments to the
pirated stops (aspirated stops are spelled with an apostrophe), so tep’ári
Purépecha of learning the language well. He emphasizes that it is a grave
means “canoe”, but tepári means “fat”. Furthermore, it has a highly distinct
mistake to think that one can simply speak it “however one wants”, since if
r-sound pronounced with the tongue curled backwards (a so-called ret-
one fails to appropriately learn the vocabulary and manners of speaking,
roflex sound, which is spelled rh in the word “P’urhépecha”). This sound
one may unknowingly end up being, instead of a preacher of the truth, a
distinguishes the meaning of words such as xúrani “to make someone
preacher of falsehoods.
cough” and xúrhani “to come”, but Gilberti did not realize it existed in the
The Arte is organized into three main parts: 1. The conjugations of
language, as no European language known to him, had a similar sound.
nouns, pronouns and verbs, 2. The eight elements of the sentence, 3.
The word which in Spanish is spelled “Purépecha” in fact contains the as-
Orthography and the use of particles, set phrases and idioms. Scholars
pirated p and the retroflex r when pronounced in the language itself, and
studying the Arte have noted that the way Gilberti organizes the materi-
therefore in the language’s own orthography it is usually spelled P’urhépe-
al, particularly in the first part, is modeled closely on the 1481 grammar
cha (or P’orhépecha, or just P’orhé). The retroflex r-sound was described
of Latin of Antonio de Nebrija, the Introductiones Latinae (Chamoreau 1996,
for the first time 16 years later, in the arte of Friar Juan Baptista de La-
Monzón 1999). Gilberti shows his reliance on the work of Nebrija when he
gunas, which was based on Gilberti’s work, but which also extended and
writes of the eight elements of the sentence, that they are presented “in
improved the analysis.
the same the order as that in which grammars usually put them”. The use
Gilberti’s failure to recognize these elements of the Purépecha sound
of Latin grammar as a template for how to describe the grammar of in-
system led him to describe the language as having an unusually high
digenous languages of the Americas was useful for the 16 century friars,
number of words with two distinct meanings but the same pronuncia-
because it provided them with a template of analysis. However, it was also
tion. Again, following the Latin model he called these “ambiguous” words
problematic, since these languages were in many respects very different
æquivocos.
th
from Latin. Missionary linguists like Gilberti also had to recognize these
Gilberti also described how Purépecha speakers would change the
differences from Latin, and create new ways of describing the language.
pronunciation of Spanish words as they adapted them to the sound sys-
This not only caused difficulties in describing the grammar, but also in the
tem with which they were accustomed. For example, they changed the
sound system of Purépecha.
pronunciation of Spanish personal names. Interestingly, one of the names
Colonial sources that mention the Purépecha language described it
that Gilberti uses as an example of this adaptation is the name Jacobo,
with high esteem as a harmonious and clear sounding language. Part of
which he states that Purépecha speakers pronounced as Xacapu. Since
the reason that Spanish speakers have often found the language pleasant
the name Jacobo was not very common in Spain or in New Spain at the
sounding, is probably that Purépecha, like Spanish and Latin, has a sim-
time (the most common Spanish version of the same name is Diego) one
ple vowel system. Purépecha distinguishes six vowels, five of which are
might speculate whether, in this way, Gilberti in fact meant to include in
the same as the Spanish ones. The sixth vowel is spelled ï in most modern
his grammar the name of his friend and mentor Jacobo Daciano. Addi-
works on Purépecha, and is high central vowel pronounced with unround-
tionally, the pronunciation xakapu itself is interesting, because it is similar
ed lips, making it sound in between i and u. Gilberti did not recognize this
to the Purépecha word tsakapu which means “rock”, and which also be-
vowel well enough to include it as a separate sound, but he does describe
came the name of the town and monastery founded by the Danish cleric:
that the tz-sound sometimes takes on a harsher sound before i, which he
Zacapú.
writes thz. This in fact happens only before the high central vowel ï–so
Like Spanish, the Purépecha language distinguishes words by stress
while he did not distinguish the vowel itself he could hear the effect it had
placement, so that two words can have different meanings and differ only in
on surrounding consonants (Chamoreau 1996:5).
the placement of the accent. For example kárani means, “to fly” while karáni
245
English ver s i on s — L an g uag es an d Li n g u i st i c s i n Co l o nia l M i c hoacá n
is “to write”. Gilberti did note that the stress was mobile, and that the dif-
of Michoacán: the Pirinda or Matlatzinca language spoken in Charo. This
ference was important in distinguishing the meanings of different words.
was the only colonial grammar of this language, which today is spoken
One thing that makes the grammar of Purépecha stand out from most other Mesoamerican languages is that it uses a system of nominal case to mark nouns in accordance to their relations with verbs, whereas most Mesoamerican languages mark the verbs for their relations with nouns. As in Latin, Purépecha marks the cases of nouns by adding different endings. Gilberti recognized four cases for Purépecha nouns: the nominative (which is unmarked), the genitive (marked by the ending -eweri), the accusative and dative case (marked by the ending -ni), and the ablative case, (marked by the ending -himbo). Today, linguists also recognize a locative case (marked by the ending -rho), which is not found in Latin, and which Gilberti therefore did not describe as a kind of case but as a kind of preposition. When giving examples of noun declensions, Gilberti realized that there is no grammatical gender in Purépecha, and therefore he used only the general noun “person” as an example of the different cases, and not as Nebrija had done “muse”, “lord” and “temple” as examples of masculine, feminine, and neuter noun classes. Similarly, when he describes the conjugations of verbs, he uses only the verb “teach” as an example, the same verb that Nebrija used as examples of the Latin second conjugation class. Gilberti, however, realized that in Purépecha these classes do not exist. By analyzing the structure of the grammar and comparing with the literature that Franciscan scholars like Gilberti and Friar Jacobo had at their disposal, we see how they worked to adapt the model of Latin grammar invented by Nebrija to the different languages they encountered in New Spain. Following Gilberti, additional grammars of Purépecha were published by the Franciscan Friar Juan Baptista de Lagunas in 1574, and another by the Augustinian Friar Diego de Basalenque in the late 17th century (only published after his death in 1714). Each of these built on the previous works. In 1640, Basalenque also published an arte for another language
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only in the State of Mexico. Languages and Linguistics in Michoacán Today Today, Michoacán continues to have a diverse population of speakers of indigenous languages: Purépecha is spoken by more than 125,000 people concentrated in the highlands between Zamora and Lake Patzcuaro. Nahuatl is spoken by some 12,000 people, most of them in the region around Aquila on the Pacific Coast. Mazahua is spoken by more than 5,000 people especially in Zitácuaro, where there are also about 1,000 speakers of Otomí. In addition to these, there are several thousand speakers of other languages like Mixtec, Zapotec, Triqui, and Totonac, who have recently migrated to Michoacán from other states. Given the linguistic diversity of the state, it is only natural that the tradition of indigenous language scholarship started by Friar Jacobo and Friar Maturino continues to be alive in Michoacán. The Colegio de Michoa cán is the world’s foremost center for the study of Purépecha, and here the works of Maturino Gilberti have been studied and republished in a major project over the past several decades. The Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo is another institution with a living tradition of Purépecha scholarship. Since 2006, the Universidad Intercultural Indígena de Michoacán has offered secondary education aimed at intercultural collaboration, and has campuses in Pátzcuaro, in Zitácuaro, and on the Pacific Coast, aimed particularly at supporting the entry of local speakers of indigenous languages into higher education. Today, many scholars of Purépecha are native speakers of the language, and work to foment education in indigenous languages. In this way, Friar Jacobo’s and Friar Maturino’s shared wish for indigenous peoples and speakers of indigenous languages to take on more central roles in the education system has in many ways been fulfilled.
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
Discovering Friar Jacobo: Wanderer and Human Rights Activist Jørgen Nybo Rasmussen Independent scholar The last 25 years of the life of Danish-born Franciscan Friar Jacobo was
My own commitment in the fascinating history of Friar Jacobo began
closely associated with the present-day Mexican state of Michoacán.
during my time as a student in history and geography at the University
He worked here as a missionary among the local indigenous people, the
of Copenhagen. In 1957, I finished my study of the so-called “Chronicle of
Purépecha, in the decades following the Spanish conquest. The first part
the Expulsion of the Franciscans”. In this work the friars had described
of his life, however, had taken place in quite another part of the world.
how the growing power of the Lutherans, supported by king Frederik I,
He was born and raised in Denmark, as the third son of king Hans, but
resulted in the loss of 15 of their Danish convents in the period from 1528
gave up any political ambition, following a religious vocation to become
to 1532. A philological analysis showed that the greater part of the text,
a Franciscan friar. When this pious lifestyle was shattered and destroyed
as well as the forming of the entire chronicle, was done by one friar who
because of the Lutheran Reformation, he, along with other friars, was ex-
acted as the provincial minister’s socius. In Latin, he was named Jacobus
pelled from his fatherland in 1537. It was as a religious refugee he walked
Johannis. But who was he? The name in itself revealed that his father was a
through Europe, finally reaching Spain. From there he continued his jour-
Johannes, or Hans in Danish. A quite common name in Denmark, but also
ney to the New World, where he found his new life as Catholic missionary.
the Latin name of the former king of the country Hans (1482-1513). Could
This brief summary of the life of Friar Jacobo is not to be found anywhere
this be a mere incident? My first work on this subject was co-authored
in the historical literature before the year 1900. Until then, only the Mexi
with Dr. Jan Pinborg, an expert in Medieval Latin. In a paper published
can part of Jacobo’s life was known, based on the chronicles of the Fran-
in a Danish historical journal, we were able to confirm the hypothesis
ciscan Order from the late 16 and early 17 centuries. These sources relate
that Jacobo was in fact the leading author of the Chronicle of Expulsion
that Friar Jacobo belonged to the royal family or the royal house of Dacia,
(Rasmussen & Pinborg 1963). It was subsequently translated into Italian
a place that was generally misunderstood as “Dacia” of the Antiquity, that
in 1965, and hence made available internationally, including in Mexico.
is, the eastern province of the Roman Empire, corresponding with mod-
Thus, the article influenced the book by A. José Romero Vargas Friar Jacobo
ern Romania. In Denmark, however, historians studying the royal house
Daciano published in 1966. My Mexican colleague and friend, priest and
and genealogy were unaware of this Franciscan tradition. Some genealo-
historian Alberto Carrillo Cazares, also took up the same ideas in his own
gists did note, with much caution and many reservations, that king Hans
studies of Friar Jacobo at this time.
th
th
probably had a son called Jakob, but that he died as a child. In 1900, an
In Scandinavia, the 1960’es saw an increased interest in Friar Jacobo.
Austrian priest by the name of Peter Damian Steidl working in the Catho
The Franciscan Agostino Lundin published the most important chapters
lic Mission in Denmark, published an article describing a hitherto un-
of the “Chronicle of Expulsion” in Swedish in 1961. A new Danish transla-
known painting from c. 1640 preserved in the Franciscan convent in Graz,
tion, edited by Henning Heilesen appeared in 1967. A well-known Danish
Austria. The painting is a portrait of Friar Jacobo, wearing the Franciscan
author, Peter P. Rohde, wrote a fine article on the admirable humanity of
habit. In his left hand, he holds down a royal crown, while he embraces a
the Danish friar. More importantly, the Apostolic Delegate for North Eu-
crucifix in his right hand. Father Steidl was a competent historian, and
rope, Archbishop Bruno B. Heim, involved himself personally in the re-
during the remainder of his life, he tried, in vain, to solve the question
search. The portrait by the Franciscans in Graz was handed over to him,
about Jacobo’s true identity: How was it possible that he could be until
and because of the painting’s miserable condition, he organized a pro-
now an unknown member of the Danish royal family?
fessional restauration in the National Gallery of Art in Copenhagen. For many years, the painting remained in the residence of the Delegation, but
247
English ver s i on s — D i s cover i n g F r iar Jaco b o : Wa nd e r e r a nd H u m a n R i g ht s Ac t i v i st
thanks to the bequest of archbishop Heim, it is now in the possession of
blication caught the attention of historians as well as journalists. Leading
the Catholic Bishopric of Copenhagen. As Heims once said: “Friar Jakob
journals wrote appreciative articles about my finds, but from professional
was in fact a Dane.”
historians I received mostly critical reviews. They attempted to refute the
As a student, I received a stipend and lived and worked from 1961 to
central points of my argument, and I felt obliged to respond to what I felt
1964 in the international Institute for European History in Mainz, Ger-
was unjustified and unsubstantiated criticism. Fortunately, around the
many. Therefore, my first book about Friar Jacobo was published there–in
same time my work received important recognition from another side.
German. Its focus was the greatest crisis in Jacobo’s work as a missionary,
The renowned Danish fiction writer Henrik Stangerup, not only famous
describing his struggle for the full equality of the christianized Indians
at home, but also internationally, got so inspired by my research, that he
with respect to the reception of the Sacraments of the Church (Rasmussen
made it the historical basis for his novel Broder Jacob which was published
1974). To my disappointment, Friar Jacobo’s unique fight for full equality
in Danish in 1991 (it was subsequently published in seven European lan-
between all men, not only in the political, but also in the religious sphere
guages). In Mexico, my book was also well received. I already had a long
of life, was ignored in Denmark. Only one colleague in the Danish Natio
correspondence about Friar Jacobo with the priest and historian Alberto
nal Archive, where we worked as archivists, wrote a piece about my book
Carrillo Cázares from the Colegio de Michoacán in Zamora. I visited him
in the Danish Historical Review. I wonder whether at that time Danes, be-
1990 during my first visit to Mexico, and with Alberto as a guide, I had the
cause of the World War, were still opposed to Germany and texts written
pleasure to see many locations in Michoacán that had played a role in the
in the German language?
history of Jacobo. Alberto also proposed and organized Spanish transla-
The leading historian among the Danish Franciscans during the
tions of my two books from 1974 and 1986. They appeared in one volume
Reformation period was Friar Petrus Olai (Peder Olsen). In 1976, I pub-
entitled Friar Jacobo Daciano in 1992. Meanwhile I continued my own re-
lished a volume about him and I made a thorough examination of the
search, in particular the history of the Franciscans in the Nordic countries
original manuscript “Collectanea”, now in the Arnamagnæan Collection of
in the Middle Ages (Rasmussen 2002). In addition, I also finished two
The Royal Library in Copenhagen. (No. 107.80) Friar Petrus had access to,
studies touching important aspects of Jacobo’s youth: The Catholic piety
copied and used numerous sources and documents on Danish Medieval
of his mother queen Christine for his vocation as a Franciscan, and how
history, but also about the 300 years of history of the Franciscans in Den-
this same conviction is reflected in the famous altarpiece by Claus Berg in
mark, where the order founded its first convent in 1232. He did not, how-
Odense (Rasmussen 1996, 2001).
ever, deal with the contemporary Lutheran attack on the friars; the main
As a part of the celebrations of the 500-year anniversary of Columbus’
topic of the “Chronicle of Expulsion”. The cause could perhaps be due to a
re-discovery of America in 1492, Alberto Carrillo Cázares gave a lecture
conscious arrangement between the contemporary authors, both living in
in Patzcuaro for an assembly of Mexican bishops. The theme was Friar
the friary in Roskilde.
Jacobo’s fight for equal rights in the Church for the Christian Europeans
Yet, the most urgent problem in the history of Friar Jacobo remained
and the newly converted Purépecha and other indigenous peoples of New
unsolved: In what way was he related to the Danish royal house, as the
Spain. The presentation was later translated into Danish and published in
Mexican sources so clearly suggested? Could this assertion be rejected as
2003. Several years later Carrillo Cazares published his original Spanish
an unreliable legend or a simple misunderstanding, or was it a histori-
text (Carrillo Cázares 2012, see also this volume).
cal fact, unrecognized in Denmark? The problem could only be solved, if
The first official Danish royal state visit to Mexico in history took place
Jacobo’s true place in the Danish royal family could be documented. My
in February 2008. President Felipe Calderón Hinojosa welcomed queen
research into the question, drawing on all available sources in Denmark,
Margrethe II and prince consort Henrik as his guests of honor. After
Germany and Mexico, was presented in the book Broder Jakob den Danske,
the official events, the President accompanied the queen and the prince
kong Christian 2.s yngre broder in 1986. The title itself expresses my conclu-
consort to two of Friar Jacobo’s old convents in Michoacán. The queen ac-
sion: As the third son of king Hans and queen Christine of Denmark, Ja-
knowledged that Friar Jacobo originally was a member of the same Danish
cob was indeed a younger brother of the later king Christian II. The pu
royal house. As historian of Friar Jacobo, I was invited and present when
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L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
the queen, on February 22, paid a visit to Jacobo’s favorite convent in Tare-
him, and the boys ridiculed and spat at him and threw mud on him. But
cuato.
he carried with great patience and compassion these and other distresses,
During the recent years, I saw it as my duty to write a coherent biog-
and he showed always a glad face.” The historical background was that he
raphy of Friar Jacobo’s life from birth to death. In my previous publica-
himself was a religious refugee and had to travel through countries where
tions, I had only treated single aspects of his long and complex history.
Protestantism already regarded Franciscan friars as disdained individu-
In addition, some decisive new evidence on Friar Jacobo’s relation to the
als. Already in the years as socius of the minister of the province of Dacia,
Danish royal family had surfaced in 2012. Thanks to Dr. Ditlev Kraak in
he had been on the road. In 1532, he walked from Roskilde to the convent
Kiel, I thus learned about a hitherto unknown woodcut from Conrad Bo-
in Næstved, some 60 km, fighting for its existence against the machina-
tes’ Saxon Chronicles from c. 1490. It shows Jacobo as the third son of king
tions of the mighty Lutheran seneschalk Mogens Gøye. In the company
Hans and queen Christine.
of Friar Olaus Petri from Næstved he walked 90 km. to Copenhagen with
It was not easy for me to write this biography, and when I complet-
an appeal to the Danish Rigsråd (Council of Nobles) The majority still sup-
ed the manuscript in 2015, it seemed impossible to find a competent and
ported the Catholic Church in Denmark and therefore also the case of the
interested publisher. In 2017, however, I got a positive contact with the
Franciscans. Having concluded their business in the capital, Friar Jacobo
association of historical museums in the eastern part of the Danish island
returned 30 km to his convent, once more by foot. On one occasion, Friar
of Funen (Østfyens Museer). In July 2018, a beautiful and well-illustrated
Jacobo did, however, accept one exception to the rule. When he and nine
book was published, and it was presented at an event near the medieval
other friars arrived in Veracruz, they were so ill from the unfamiliar sea
castle in the city of Nyborg. This medieval castle is likely to have been the
voyage, that their journey from the coast to Mexico City took place, not by
birthplace of Friar Jacobo. Thus, the circle was closed in a very appropriate
foot, but riding on mules. We know this from the accounts of the Casa de
manner in the place where the long and eventful life of the third son of
Contratación in Seville.
king Hans had begun. After these initial reflections on my deep interest
During his time in Michoacán, Jacobo continued traveling by foot. The
in and work on Friar Jacobo, I shall turn to two specific aspects of his life,
historian Friar Gerónimo de Mendieta writes that as a young friar, he had
which I would like to address in more detail.
met Friar Jacobo at a Franciscan chapter in Huetjozingo in Puebla around
Friar Jacobo the Wanderer Exactly 50 years after Columbus’ arrival to the so-called New World, Friar Jacobo was the first Dane crossing the Atlantic. He arrived from Seville to Veracruz in New Spain in 1542. This, however, was not the typical way for the Danish Franciscan to travel. He was above all a wanderer. The religious order to which he belonged, the Franciscans, prescribed in the rule that its members had to travel by foot, and not to ride a horse or be transported otherwise, except when they were ill and disabled to walk. Friar Jacobo’s biographers relate that he conscientiously followed this advice in Europe as well as New Spain. From various historical sources, we can reconstruct some of Friar Jacobo’s wanderings in Denmark and in Mexico. Thus, the Mexican historian Diego Muñoz described Jacobo’s travel from Mecklenburg in Germany to Spain from 1539 to 1542: “He wandered by foot through many countries while he begged from door to door as a genuine son of our Seraphic Father, St. Francis of Assisi. But the people mocked
1557. It had impressed him that the aged Franciscan of royal birth, toge ther with another pioneer of the Catholic mission, the blind Friar Antonio de Segovia, had wandered all the way from Michoacán, some 300 km, by foot. Jacobo was ca. 73 years old at this time. The chronicle by Friar Alonso de la Rea from 1639 draws on earlier historical sources, but also adds new information about Friar Jacobo and his wanderings: “From the entrance in the Order and during all his life, from Denmark to Michoacán, he went by foot, without wanting at all to wear shoes. Regardless of the complaints, his royal Danish blood could rise, when it felt itself defiled by gravel and flint stones when he stumbled, because his body was tired!” This vivid description is followed by a more legendary tale, according to which some mounted Indians who tried to catch up with Jacobo, were outrun by him. He already stood waiting for them, when they arrived at their destination. Clearly, Jacobo’s faculties as a wanderer impressed his friends. Today wandering by foot, or hiking, has witnessed a surprising renaissance. Worldwide tourism by car, bus, railway, boat and airplane has developed enormously, but at the same time traveling by foot in nature,
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both psychological and spiritually motivated, sometimes in the form of
The Spanish and Portuguese conquest of the Americas after Colum-
veritable religious pilgrimages, has become tremendously popular. The
bus in 1492 was accompanied by many suppressions and cruelties against
explanation must be modern man’s need to find his inner self in isolation
the original indigenous populations. However, these abuses also led to a
from daily life in our noisy, mechanized and distressing world. In a simi-
reaction: Well-educated political leaders, such as the emperor Charles V
lar manner, Friar Jacobo surely not only traveled by foot to fulfill the rules
himself and members of the Catholic Church, but above all the Mendi-
of his Order. As described by his contemporaries, he simply loved to walk,
cant Orders, to whom the tremendous task of evangelization and con-
because it gave him joy and expressed his personal longing for contempla-
version was entrusted, protested against the abuses. The crucial problem
tion in freedom.
was, whether these “Indians” were real human beings, like Christian Eu-
The Question of Human Rights In the 21st Century, a dangerous development has begun to threaten human rights. While everyone appears to acknowledge and accept these fundamental rights, we now see regimes and movements in many countries trying to undermine their real authority, if they do not directly reject them. The motivating factors behind are usually narrow nationalistic or racist agendas. The “Human Rights Declaration” was first formulated in the General Assembly of the United Nations on Dec. 10, 1948. Its foundation was the substantial value of every human being, guaranteeing everyone the fundamental rights to life, freedom, property and legal protection. It was a healthy reaction against the terrible violations of totalitarian dictatorships and the two world wars in the first half of the 20th Century. But what does this have to do with Friar Jacobo? Friar Jacobo lived in a historical period, when these ideas and high esteem of human rights first developed and began to influence culture and politics, that is, the Renaissance from about 1500 and onwards. First of all, it cultivated the classical languages and the antique art. Colonial period Mexican chroniclers and historians admired Friar Jacobo’s learning, since he was a “vir trilingvus”, and thus mastered the three biblical languages: Latin, Greek, and Hebrew. Not only the worldly culture, but also theology was influenced by this emerging humanism. The leading figures in Europe were Erasmus of Rotterdam and Thomas More. The only book we know for sure that Jacobo himself possessed, was Erasmus’ Latin translation of The New Testament printed in 1521. Throughout his life he was and behaved as a Catholic Humanist. The Chronicle of Expulsion, completed in the 1530s, mainly being the work of Friar Jacobo, describes the Luthe ran fight against the convents, but it is also a testimony to and complaint about the rough inhumanity, with which the expulsion of the friars took place, for instance in Malmö, Ystad and Horsens.
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ropeans, or if they belonged to a lower species, which the nations of the Old World without scruples could use as they pleased, for examples as a slave force. This principal question was not handed over to individual sentiments and arguments, but treated by relevant authorities of the time. Years before Hernán Cortés’ conquest of Tenochtitlan, Francisco de Victoria from the University of Salamanca had in 1517 declared, that the Indians in every sense were true humans. The first ecclesiastical council in New Spain in 1532 wholeheartedly approved this point of view. The ultimate highest confirmation came from the Pope Paul III in his letter “Veritas Ipsa” from 1537, which included this doctrine into the faith of the Catholic Church. In the creation of the new transatlantic society, New Spain, the Emperor Charles V regarded this doctrine of human dignity to be its foundation. As is well known, the Dominican Friar Bartolomé de las Casas was his most influential counselor. In 1542, the same year as Jacobo left for Mexico, Las Casas convinced the emperor to issue the so-called New Laws ensuring in principle the Indians their basic rights, that they should not be enslaved, and that their own social and economic rights should be respected. The laws were met, however, with fierce resistance. The conquistadors and encomenderos (Spanish overlords) regarded the Indian labor force as a part of the righteous salary for their services in the conquest war. Thus, territories as well their Indian populations had been distributed among them as encomiendas. When Friar Jacobo first arrived in Mexico City, he encountered a blooming optimism among his confriars. He visited the newly established Franciscan Colegio Santa Cruz de Tlatelolco, founded in 1536 as a center for the education of mainly the sons of the Aztec elite. The curriculum was similar to that of European universities at the time, and the purpose was to raise an educated, indigenous class that would be able to take over the leading posts in the new society. Viceroy Antonio de Mendoza and bishop Juan de Zumárraga both supported the project, and among the friars
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
teaching at the Colegio were Friar Bernardino de Sahagún, Andrés de Ol-
vil administration. Above all, the rights of the Indians should be ensured.
mos and Alonso de Molina, who all authored important studies of Aztec
The existing government system, centered on a governor and four royal
culture and the Nahuatl language. Eventually, Friar Jacobo traveled fur-
judicial counsellors (oidores), must be changed, since the salary of these
ther west, and began missionizing in Michoacán, the former Purépecha
officials were based on the encomienda system and Indian labor. Thus,
or Tarascan kingdom. Here he took up the many different aspects of the
complaints filed by Indians were not treated impartially. In the future, the
mission with great fervor and dedication. He preached the Gospel, bap-
salary of these juridical officials should be paid in money. But how could a
tized a great number of Purépecha, celebrated mass for them, and, in col-
small congregation of Franciscan friars in Mexico make the emperor such
laboration with fellow Franciscans, founded new churches and Franciscan
a bold and radical proposal? Ecclesiastical as well as political reforms were
convents.
proposed. Perhaps the Danish-born friar had more influence on the let-
Nonetheless, difficulties soon appeared. There were differences in
ter than it seems as first. Its audacity could point in that direction. Fri-
between the Franciscans, and between the three Orders, in their attitude
ar Jacobo had a uniquely personal relation to Charles V because Jacobo’s
toward the christianized native population, in particular concerning their
older brother, king Christian II had married Elizabeth, the emperor’s
participation in and receiving the sacraments of the church. A matter of
sister. Unselfishly, he tried to use this contact to the benefit of the newly
debate was whether they were worthy to receive the Holy bread and blood
christianized Indian population. His concern was not only the salvation
of Christ during the Holy Communion or not. Even the Franciscans were
of their souls, but also effectively to protect their rights in this life as hu-
divided by this question. According to the available historical sources,
man individuals. The letter recommended the appointment of a special
Friar Jacobo was the first to convince his brothers in Michoacán that the
protector of the Indians. Nevertheless, as far as we know, the friars never
Indian converts should be allowed to participate in this ritual. His argu-
received a reply to the letter.
ment was that when the Indians had been deemed worthy of baptism, no
A year later Friar Jacobo initiated his famous debate about the ec-
reasonable argument existed to deny that they were also worthy of recei
clesiastical prohibition to allow the Indians to be ordained as priests.
ving the Holy Sacrament on the same conditions as all other Catholics. An
The council in Lima in Peru had first authorized this in 1552. According
additional question was created by the success of the mission itself. The
to Jacobo, this was unjust and would prevent the logical solution to the
great number of Indian converts in Central Mexico made it almost im-
problem of the scarcity of priests. This led to the greatest drama in his life
possible for the few friars and priests to take sufficient spiritual care of
as a missionary. The events surrounding the struggle for an indigenous
them all. In 1552, the Franciscans held a custodial chapter in Guadalajara
priesthood have already been treated in detail by Carrillo Cázares (2012)
for the provinces of Michoacán and Jalisco. It was headed by Friar Ángel
and Rasmussen (1974, 2002). Sometimes referred to as a Utopian vision,
de Valencia and assisted by four delegates, and among them “Jacobo de
using the concept of Thomas More, a more accurate assessment would
Dacia”. The result was a rather unusual letter, directed to Charles V. him-
be to characterize Friar Jacobo as a genuine visionary. He fought for real
self, in which the friars summarized their problems and wishes. They ap-
human equality in the Church. He lost his fight, but eventually both the
pealed to his Christian conscience and pleaded with him to send no less
Church and the political powers acknowledged this fight against all ra
than 100 new priests. These were highly needed since the newly conquered
cism as the only right position.
region of Nueva Galicia was to be part of the missionizing efforts in western Mexico. The letter also contained a suggestion for a reform of the ci
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English ver s i on s — F r iar Jacobo Dacian o a nd M e x i co
Friar Jacobo Daciano and Mexico1 Rodrigo Martínez Baracs Dirección de Estudios Históricos Instituto Nacional de Antropología e Historia
Destiny The Danish prince, Friar Jacobo Daciano (1484? -1566/7) established a strong and unbreakable bond between Denmark and Mexico, particularly with the state of Michoacán and the people of Tarecuato. The state visit of Denmark’s queen Margrethe II, to Mexico and Michoacán in February 2008, reaffirmed this nexus. The connection is not only with Denmark, but with the entire Scandinavian world, since the three kingdoms of Denmark, Norway and Sweden were united in the 14th century, when queen Margrethe I created the Union of Kalmar. The grandfather (Christian I), father (Hans) and brother (Christian II) of prince Jakob were kings of Denmark, Norway, and Sweden. Their domain also covered Iceland, Finland, and northern Germany.
self, out of Franciscan humility and prudence, sought to maintain anonymity and erase all traces of his existence. Only just over twenty years ago, the Danish historian Jørgen Nybo Rasmussen, after long and arduous research, managed to decipher the enigma2 (Rasmussen, 1992). But Friar Jacobo came to Mexico and Michoacán, in 1542, and here he was never forgotten. From the 16th century, indigenous people and Spaniards alike have considered him a saint. Even today, in the town of Tarecuato, his death is denied, and his living presence is still felt. The ongoing restoration works of the convent of Tzintzuntzan, Michoacán, where he lived for a long time, have revealed several mural paintings, among which, a full-length image of him, book in hand, stands out. Memory
Mexico, and Michoacán were also part of Jorge Luis Borges’ “Scandinavian destiny” (Borges, 1953). The Scandinavian archipelago, as early as
The presence of Friar Jacobo Daciano was kept alive in the indigenous
the 6th century, was the origin of nations; confirmed by brusque skirmish-
Purépecha communities of Michoacán, through oral tradition, which con-
es at the most heterogeneous points of the world, from which De Quincey
tinues vigorously today. Among the Spanish, particularly the Franciscan
derived the phrase officina gentium. Scattered across the face of the earth,
friars, the memory of Friar Jacobo, as an outstanding evangelist of Micho-
the Vikings reached London, Bordeaux, Seville, Ireland, Russia, Turkey,
acán, was preserved firstly through 16th century chronicles and Relaciones
and by the year 1000 they arrived in America, which they called Vinland.
– such as those by Friar Diego Muñoz and Friar Gerónimo de Mendieta
The settlement lasted more than a century but disappeared without leav-
(1534? -1604) – which remained unpublished until the 19th and 20th centu-
ing trace. In this global Scandinavian dispersion, the more recent episode
ries. However, these manuscripts, which passed from hand to hand, were
of the presence of the princely Friar Jacobo Daciano in Mexico City, and
read, and transcribed before this. In the late 16th and 17th centuries, the
Michoacán, confirms, yet also denies the ‘vain’ destiny that Borges sig-
memory of Friar Jacobo appeared, for the first time in print, in Francis-
naled. In Denmark, Friar Jacobo was forgotten for centuries, due to the
can chronicles, such as those of Friar Francisco de Gonzaga, Friar Juan de
difficult political and religious moments of the time, and because he him-
Torquemada (1562-1624) and, notably, Chronica de la Orden de N. Seraphico P.
1
An initial version of this essay was published in the journal Relatos e Historias en México, 31, March 2011: 55-63. This version takes up the text which I originally wrote for Queen Margaret II of Denmark and H.R.H. Henrik’s, her prince consort, visit to Mexico, on their trip on Friday February 22, 2008 to Tarecuato and Tzintzuntzan, along with President Felipe Calderón and Margarita Zavala. At the end of this essay, I have added a memory of the visit. I appreciate the help in writing this essay from Fausto Zerón Medina, Aída Castilleja, Alicia Mateo, Alma Rosa Martínez González, Lorena Ojeda Dávila, and Jesper Nielsen.
2
Most of the information about Friar Jacobo presented here proceeds from this important work.
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L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
S. Francisco, Province of San Pedro and San Pablo de Mechuacan by Friar Alon-
together his two most important books on Friar Jacobo, translated from
so de la Rea, published in Mexico City in 1643, which includes none other
German and Danish, and edited and adapted by the historian and priest
than the image of Friar Jacobo Daciano on its cover, along with the Fran-
Alberto Carrillo Cázares from El Colegio de Michoacán.
ciscan Friar Juan de San Miguel, the apostles Saint Peter and Saint Paul, and the Virgin of Guadalupe herself.
In the first of these books, originally published in 1974, Rasmussen, following García Icazbalceta, emphasized the highly distinguished figure
In the 19 century, the great historian Joaquín García Icazbalceta
of Friar Jacobo as ‘defender of religious equality and the rights of Indians
(1825-1894) revived the memory of the 16 century friars, evangelizers and
in 16th-century Mexico’ – particularly regarding the unsuccessful right to
defenders of the Indians, as the true founders of Mexican nation, more
become ordained priests. In the second book, Broder Jacob, from 1986, Ras-
than the vanquished Indians of the conquest, or the Mexican victors of
mussen managed to clarify, and outline precisely Friar Jacobo trajectory,
independence, the Liberal Reformation, and the later Mexican Revolution.
as the son of king Hans and brother of king Christian II, at a particularly
García Icazbalceta completed the profile of Friar Jacobo, by publishing
tragic moment in Danish history. Perhaps, this is why Rasmussen had to
Friar Mendieta’s Historia eclesiástica indiana, and several other Franciscan
wait more than twenty years for the queen of Denmark, Margaret II, to
documents. This not only confirmed Friar Jacobo’s struggle in defense of
recognize Friar Jacobo’s membership of the Danish royal house. This hap-
the Purépechas against the Spanish exploiters, his tireless religious work
pened for the first time during her most recent state visit to Mexico. The
among his parishioners, his defense of the right of the Indians to receive
queen and the historian met for the first time in the remote Michoacán
communion and the other sacraments, but also his ultimately fruitless
town of Tarecuato on Friday, February 22, 2008, where the memory of Fri-
struggle for Indians to be ordained as Catholic priests, which remained
ar Jacobo is still venerated.3
th
th
prohibited until the beginning of the 20th century. In this pioneering fight for equality between Indians and Europeans, Friar Jacobo was defeated in the polemical debate of 1553 with his friend and fellow Franciscan, Friar Juan de Gaona. The texts of the latter were lost, and only partially saved, through the reading by Joaquín García Icazbalceta (García Icazbalceta, 1981: 313-315) of bibliographer José Mariano Beristáin de Souza’s work (1756-1817). He had read them in the now destroyed library of the convent of Santiago Tlatelolco (Beristáin, 1816). Friar Jacobo arrived in Mexico, in 1542, along with Friar Jacobo de Testera (1470-1543), the great scholar of Michoacán’s languages, French Friar Maturino Gilberti (ca. 1507-1585), and other prominent evangelizers of Mexico and Michoacán. He was known simply as the ‘Provincial of Dacia’, the large Franciscan province in Scandinavia, and as ‘Friar Jacobo Daciano’ of Dacia, or ‘the Dane’. He also apparently maintained a humble and prudent anonymity, until he revealed to his closest brothers his membership of the Danish royal house. However, he left it vague, and the point was neither confirmed, nor elaborated upon. That task was left to the Danish historian Rasmussen, which he managed to complete in a series of works, initially published in 1965, and culminating in the aforementioned 1992 Mexican edition, which brings
Friar Jacobo According to Jørgen Nybo Rasmussen, prince Jakob, son of king Hans, grandson of Didrik, was born in 1484. This date does not seem unlikely, because when the debate on the priestly ordination of the Indians took place in Mexico City, in 1553, Friar Jacobo was considered an old man. Nybo Rasmussen managed to establish that Friar Jacobo was the son of king Hans, of Denmark, Sweden and Norway, and queen Cristina of Saxony, who were succeeded by Christian II, Jacob’s older brother. The Danish royal house had strong ties to the reformed Franciscan order of observance, and Jakob soon entered the order of young friars, in which he discreetly maintained anonymity, going by the name of Jakob Johannis (son of John/Juan/Hans). However, he could not avoid prominence and became Provincial of the Franciscan province of Dacia. King Christian II married doña Isabel, sister of Carlos V, and therefore also sovereign of Mexico and Michoacán. But even this alliance did not manage to avoid the eruption of serious conflicts: political and military, which ended up destroying the Union of Kalmar, between Denmark with Sweden and Norway, and religious, which ended in the defeat of Catholics by Protestants, and the subsequent expulsion of the Francis-
3 See the text by Lorena Ojeda and Iris Calderón, titled “On how a Danish Prince became a Purépecha Saint”, in this volume.
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English ver s i on s — F r iar Jacobo Dacian o a nd M e x i co
cans. Friar Jacobo, going by the name of Jacobus Gottorpius, was a co-author
mosity between bishop Quiroga and viceroy Mendoza, the Franciscans,
of the remarkable Chronicle of the Expulsion.
encomenderos, and the ruling Indian nobility. Thereafter, Tzintzuntzan,
King Christian II was defeated, exiled, imprisoned, and forced to re-
reduced to the status of an indigenous town, waged a long struggle to free
linquish power. A refugee in Mecklenburg, Friar Jacobo ended up turn-
itself from the dominance of the city of Pátzcuaro, and regain its status as
ing to his brother-in-law, Carlos V, and obtained his authorization and
a city, which it achieved in 1592.
support to make the journey to Mexico, in 1542, as a Franciscan (traveling
It is not known precisely in which Michoacán towns Friar Jacobo
from the port of Seville to Veracruz) to contribute to the evangelization of
Daciano resided (in Tarecuato, Peribán, Coeneo, or Zacapu, among oth-
the Indians. From 1493, on the return of Christopher Columbus (1451-1506)
ers), or exactly when. But he certainly spent many years in the beautiful
from his first voyage to ‘the Indies’, queen Isabel of Castille (1451-1504) had
convent of Tzintzuntzan, of which he became the guardian. The Fran-
obtained exclusive control of the new lands from the pope, in exchange
ciscan Friar Diego Muñoz says that Friar Jacobo was there in 1558, when
for christianizing the ‘Indians’, and destroying their, supposedly, false re-
“he ordered one morning after Prima, that the tomb should be prepared,
ligions. Christian priests, particularly friars such as the Franciscans, Do-
and a Requiem mass held for Emperor Carlos V, who he announced was
minicans, and Augustinians, who learned the multiple languages of the
deceased, although the news was not known in this land until the arriv-
American Indians, devoted themselves to this task. It would have been
al of the fleet, many days later.” Carlos V died in the convent of Yuste on
a much larger and more difficult task to teach Spanish to all the Indians
September 19, 1558. It is not certain that the chronicler Muñoz knew that
in order to evangelize them. Friar Jacobo spoke Danish, Latin, Greek and
Friar Jacobo’s brother was king Christian II, who was married to Carlos
Hebrew, at least, and in Mexico at over 58 years of age, he learned Nahuatl
V’s sister.
(lingua franca of the viceroyalty) and Tarascan, Purépecha, or the ‘language of Mechuacan’. The province where Friar Jacobo was sent, was then called by its Nahuatl name, Mechuacan, “place of the owners of the fish” or ‘place of fishermen’. Friar Jacobo was first sent to the main convent of Mechuacan, under Franciscan custody, in the town of Tzintzuntzan, ‘the place of hummingbirds’ in the Purépecha language. According to local historiography, the former rulers had three successive capitals on the shores of the beautiful Lake Pátzcuaro: Pátzcuaro, Ihuatzio, and Tzintzuntzan. Tzin tzuntzan was the capital of the Michoacán kingdom when the Spanish conquerors arrived in 1519-1522. And there, in 1525, at the bottom of the hill, the Franciscans, the first evangelizers of Michoacán, built their first church, dedicated to Santa Ana, with stones from five ancient indigenous shrines (called yácatas). It was also there, in 1533, that Vasco de Quiroga, Spanish high royal officer (oidor, member of the Real Audiencia de México), founded a city that was to be the civil and ecclesiastical capital, both of Indians and Spaniards, in Michoacán. When Vasco de Quiroga went to Michoacán in 1538, following his appointment as bishop of Michoacán, he established his provisional cathedral in the Franciscan church of Santa Ana de Tzintzuntzan. However, shortly afterwards, he decided to transfer the Indian and Spanish civil and religious, capital – the city of Mechuacan – to the site of the old capital of Pátzcuaro. This decision caused ani
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Tarecuato Taracuato was one of the towns in Michoacán, where Friar Jacobo Daciano lived and where he was extremely dedicated to attending to the religious and social needs of the Indians. He died there in 1566, or 1567, and according to some, his remains are still preserved there. From the 16th century to the present, he has been considered a saint, and his beatification has been sought (although not formally). The Relación, written in June 1579 by the Spaniard Francisco Medinilla Alvarado, governor (corregidor) of the neighboring town of Jiquilpan, tells of Tarecuato’s pre-Hispanic past and situation in the times when Friar Jacobo was there. Corregidor Medinilla Alvarado was helped by the scribe Gonzalo Hernández to questioning Spaniards and Indians in the towns of his jurisdiction, paying particular attention to the testimony of the elders, the town governor, and town council members (Medinilla, 1987, p. 407-437). According to Medinilla Alvarado, Tarecuato “is a word from the Ta rascan language [which] means, in Castilian, a small hill like a rock, without peaks.” The historian René Acuña (1929-2018), who published the Relación, considers this etymology ‘questionable’, and believes this place name rather derives from the verb tharéscuatani, ‘to idolize’, recorded in the Vocabulario en lengua de Mechuacan (1559) by Friar Maturino Gilberti,
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as derived from thares, ‘ydolo’ [idol]. In this way, Tarecuato would mean
of paying tribute to the cazonci, those from Tarecuato, and other Micho-
something similar to ‘shrine’, which could have been on the ‘small hill’.
acán towns, and from all over New Spain, were forced to pay tribute, in
Those who visit the Franciscan church in Tarecuato, note that the church
products and labour – and later also in money – to the Spaniards who re-
and the long open chapel are built on a small elevation, ‘a small hill’, where
ceived them in ‘encomienda’ as vassals. Antonio de Luna was the encomende-
the shrine may have been, and with the stones of which the Franciscan
ro of Tarecuato, Peribán and other nearby towns.
convent could have been built. Another etymology of Tarecuato could be
In Tarecuato, as in towns throughout the American continent, terri-
the term tarecua, also Tarascan or Purépecha, which means ‘coa, or stick to
ble epidemics arrived, which caused a catastrophic fall in the indigenous
dig the earth’ (Gilberti, 1559).
population, which lacked immunological defenses against infectious dis-
According to Medinilla Alvarado’s Relación, Tarecuato was founded
eases brought by the Spanish. However, in Tarecuato, more than five de-
around 1480 by Tarascan-speakers led by a ‘noble Indian’ and ‘captain’,
cades after the arrival of the Spanish, the population had not decreased,
named Guatando, by order of the cazonci, king of Michoacán. Guatan-
but rather had risen. According to the Relación of 1579, in pagan times,
do, whose name means ‘man who is very old and tired’, was the one who
“this town used to have very few Indians: they say that there were not
gave his name to Tarecuato. Guatando governed the people on behalf of
more than two hundred men; there are, now, four hundred tributary In-
the cazonci, who imposed a tribute in “blankets and corn, beans and other
dians”. This apparent increase was perhaps due to the relative prosperity
things”. The population lived dispersed in the head town of Tarecuato, and
of the local economy, which attracted settlers. In Tarecuato “quantities of
in its three subject villages, San Ángel, Santa María, and San Juan. Their
figs, quinces, peaches, walnuts and fruits”, such as avocados and cher-
houses were small, with stone foundations, adobe walls and thatched
ries were produced. European crops were also farmed, including “many
roofs. They ate “tamales, beans, fish, and venison”; salt, which they did not
cabbages, lettuces, radishes, and beans, and other seeds from Castile”.
have, they bought. They wore cotton clothing, such as “jacket-like shirts
“Seasonal wheat” (without irrigation) and some silk were also produced.
and ‘feather capes”, mainly with “very elegant” hummingbird feathers
They raised chickens both “from the land” i.e. turkeys (guajolotes) and from
(tzintzuni).
Castile, and horses (they had them in the lavish reception of the Francis-
The town of Tarecuato lay at the most westerly point of the Micho-
can commissioner Friar Alonso Ponce in 1585). They extracted an oil called
acán kingdom, bordering what was later called the ‘Province of Ávalos’ (to-
‘spruce’ from trees, called oyameles, with which they cured “ shock”, cold,
day in Jalisco). The natives of Tarecuato fought (using bows, arrows and
and other diseases. Against ‘bubas’ and fevers, people were purged “with
sticks) with the inhabitants of this region, particularly with those from
a white root that is said to be from Mechuacan”, the famous ‘Mechuacan
the towns of Teocuitlatlan and Tzacualco (Nahua names, meaning ‘near
root’. This was widely consumed in Europe, and was promoted by doctors,
the gold’ and, perhaps, ‘place of yellow feathered birds’, respectively). It is
such as the Spaniard Juan de Cárdenas, in his book Problemas y secretos
possible that the cazonci ordered the founding of the border town of Tare-
maravillosos de las Indias from 1591.
cuato, among others in the same region, precisely to protect the western
The peasants and artisans of Tarecuato were linked to the market:
border of the Michoacán kingdom militarily. When the warriors of Tare
they sold corn, beans, wheat, and some silk, to satisfy their needs and pay
cuato captured people from the enemy towns, “they presented them to the
tribute to their encomendero Antonio de Luna. As mentioned, they lacked
cazonci, king of Pátzcuaro, whom they had as lord”. The Cazonci then gave
salt, and bought it in the Spanish town of Colima. It is possible that the
them five of the captured men, to take back to their towns for sacrifice.
presence of the Franciscans contributed to the relative prosperity of Tare-
They were sacrificed on a ‘high hill’, where they had a stone idol (tharés), to
cuato, whose convent, dedicated to Santa María de Jesús, was founded by
which they offered the hearts and blood, which warriors then ate.
a Friar Bernardo. He may have been the French Friar Bernardo Cossin,
The subordination of Tarecuato to the central power of Michoacán
from the province of Aquitaine, who like the French friar, Friar Maturino
must have been great, as the Relación of 1579 considers Cristóbal de Olid,
Gilberti, arrived with Friar Jacobo Daciano and Friar Jacobo de Testera in
conqueror of Michoacán, as conqueror also of Tarecuato, although it is
1542. In 1579, two Franciscans resided in the convent, one of whom was
unlikely that he would have reached this remote western region. Instead
the guardian. In 1586, there were four, when the commissioner Friar Alon-
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so Ponce visited to find the convent finished, with its church, cloister, bed-
rials, which also aided in giving their dances and festivities a Christian
rooms, and orchard.
significance.
In 1579 there was also a hospital in Tarecuato to treat the poor. This
Friar Jacobo passed away in Tarecuato, after refusing medical treat-
was founded around 1543 by a Franciscan named Friar Juan de Pavía, or
ment. There, it is said, lie his remains, which the indigenous people have
rather, according to René Acuña, Friar Juan de Babia, or Badilla (? – 1548?),
never allowed them to be taken away, having hidden them behind a sealed
also from the province of Aquitaine, who may have arrived in Michoacán
door, or in some other secret place. It is said that with his miraculous
in 1527. The corregidor Medinilla Alvarado complained, in 1579, that the
staff, Friar Jacobo managed to raise water from a place near Tarecuato.
hospital in Tarecuato had “no income” and was supported by alms from
In one of the convent’s courtyards, there is an orange tree, which is said
the town’s natives and the poor, who were treated there.
to have grown from Friar Jacobo’s staff, like the story of Aaron’s flowering
Although he lived and worked in many Michoacán towns, Friar Jacobo
staff. There is also a recent statue of Friar Jacobo, and several paintings
Daciano resided in Tarecuato for the mayority of the almost twenty-five
representing him. The town’s culture house bears his name, and everyone
years he spent in Michoacán. He arrived in Tarecuato in 1543, according
considers him a saint, just as they have since the 16th century.
to the Anales de Tarecuato, or perhaps around 1548, according to George
To this day, custom has it that when bishop don Vasco called Friar
Kubler (Kubler 1948, vol. II). He was the guardian of the convent for many
Jacobo to Pátzcuaro, he would return to give mass to Tarecuato, and other
years. If he did not participate directly in the foundation of the hospital,
remote towns. His calming presence is still felt today. My friend and co-
he actively worked there, healing and spiritually assisting the sick. He
madre, the anthropologist Aída Castilleja González, told me that not long
must have participated in the establishment of other hospitals, such as
ago the town got involved in an apparently interminable discussion, about
the one in Peribán (Perihuan), together with Friar Juan de San Miguel,
whether it would be better to put cement or cobblestones in the con-
around 1546, and the one in Jiquilpan (Xiquilpan), around 1549, and per-
vent’s atrium. Finally, a neighbor intervened, and managed to calm the
haps also the one in Zacapu. He also participated with Friar Juan de San
situation. Everyone returned home convinced that it would be better to
Miguel in the establishment of the Tancítaro convent, dedicated to the
put down cobblestones. But, when they tried to remember which of the
Holy Cross.
neighbors it was, no one could identify him, and they thought that may-
In all the towns where he dwelled, Friar Jacobo administered all the
be it was Friar Jacobo, himself, who had spoken. The town vicar says that
sacraments to Indians, – including the Eucharist, which caused qualms
the passage of time ceases to be felt within the convent. In this unity be-
among other friars, due to the implication of ‘eating the body of Christ’.
tween past and present, the ideals persist that Friar Jacobo Daciano never
Franciscan and Augustinian chroniclers competed amongst themselves,
stopped pursuing in Michoacán.
as to who was the first to give communion to the indigenous population of Michoacán –the Franciscan Friar Jacobo Daciano, or his friend, the sage Augustinian, Friar Alonso de la Veracruz (1509-1584). Along with other friars, Friar Jacobo tried to defend the Indians against the abuses perpetrated by the Spanish, particularly the encomenderos, such as Antonio de Luna, encomendero of Tarecuato and Peribán (Martínez Baracs, 2005). Along with other friars such as Friar Maturino Gilberti and Friar Alonso de la Veracruz, Friar Jacobo successfully fought against the attempt by the archbishop of Mexico, Friar Alonso de Montúfar (1489-1572), and the vi shop of Michoacán, don Vasco de Quiroga, to impose collection of the ecclesiastical tithe on the Indians, which was additional to the royal tribute. Friar Jacobo taught the Indians to make Christian images (crosses, saints, virgins, symbols) with precious hummingbird feathers, and other mate-
256
The Visit My friend maestra Alicia Mateo, from the Kw’anískuyarhani Group of Scholars of the Purépecha People, has asked me to write of my meeting about Friar Jacobo Daciano, when Her Majesty Margrethe II, queen of Denmark, made a state visit on Friday February 22 2008, accompanied by His Excellency prince consort Henrik, together with president Felipe Calderón and Margarita Zavala. They visited the state of Michoacán (the president’s native state), and in particular Tarecuato and Tzintzuntzan, where Friar Jacobo Daciano carried out his transcendent evangelization work. I was invited by my friend and historian Fausto Zerón Medina to accompany the prince consort during his visit, to guide him in French, and
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
write a brief summary on Friar Jacobo Daciano’s work in Michoacán. I
rest of us returned to Morelia by helicopter, where we took the presiden-
also gave the queen a copy of the Condumex facsimile edition of the Voca
tial plane to Mexico City. On the way back, I observed president Calderón
bulario en lengua de Mechuacan, of 1559, by Friar Maturino Gilberti, a friend
reading my brief summary, which is the basis of this article.
of Friar Jacobo. I traveled in one of the presidential helicopters to the re-
Nybo Rasmussen was not part of the presidential entourage and he
mote Michoacán town of Tarecuato. In addition, several others accompa-
stayed in the town of Tarecuato when we left, seeking to commune with
nied us, including Alfonso de María y Campos, INAH’s General Director,
the ever-living presence of the miraculous Friar Jacobo Daciano. Speaking
and several members of the Presidential General Staff, who had planned
of his miracles, Alicia Mateo told me that perhaps the miracle that Friar
the visit to minute precision accompanied us. In the helicopter, top offi-
Jacobo Daciano bestowed upon me was to save me from being hit directly
cials wore headphones, which muffled the deafening noise of the engines
in the face by the helicopter turbine. She is right, and I would hereby like
and propellers and allowed them to speak to each other. The greatest and
to thank Friar Jacobo Daciano for the favor granted, which I recognize,
most exciting thing for me, as a historian of Michoacán, was the view of
and meditate upon.
the territory at a low altitude.
I would like to thank Fausto Zerón Medina, who lent me the official
In Tarecuato, an important event took place with the local authori-
press release with the Speech of Her Majesty the Queen of Denmark, at the State
ties, to commemorate Friar Jacobo Daciano, who is still venerated there.
Dinner at Chapultepec Castle, offered by the H. President of the United Mexican
The meticulous documentary research by Jørgen Nybo Rasmussen, es-
States and Mrs. Margarita Zavala, on the occasion of the State Visit to Mexico
tablished that Friar Jacobo was, indeed, the youngest son of king Hans
of Her Majesty the Queen, and His Royal Highness Prince Consort of Denmark,
of Denmark, who was forced into exile because his Catholicism clashed
(which I actually still have not returned). This includes full recognition of
with the Protestantism of the kingdom. This was similar to Thomas More
Friar Jacobo Daciano’s membership of the Danish royal family, and his
(1478-1535) in England, who was beheaded for not accepting the divorce of
great merits as an evangelist and humanist. I here allow myself to tran-
King Henry VIII (1491-1547), and the Reformation, which split the Angli-
scribe the two allusive paragraphs.
can from the Catholic Church. Religious estrangement was maintained
“Relations between Mexico and Denmark date back to before the
until recently, because the Crown did not officially recognize that Friar
post-colonial period in Mexico, when the Franciscan friar, Brother Jacob,
Jacobo Daciano was part of the royal family. However, this changed on Fri-
or Friar Jacobo Daciano, as he is known, arrived in New Spain, in 1542. He
day February 22 2008 – in the town of Tarecuato, where the queen and
was the youngest son of king Hans of Denmark, one of my distant ances-
the historian greeted each other and spoke for the first time. I had the
tors, and he entered into the service of Carlos V of Spain. He came as a
opportunity to speak with Rasmussen, for a moment, about the signif-
missionary, intending to save the souls of indigenous peoples, and spent
icance of this event, and I suddenly realized that the presidential party
the rest of his long life here in Mexico, dying at the age of 85.
had abandoned me. Were it not for some very nice people, who drove me
His main concern was the well-being of the Purépecha people in the
to the school grounds in their truck, I would have been left behind. As I
state of Michoacán, a region in which the church and the school that they
ran towards the nearest helicopter waving my arms, I came near the he-
built in Turécuato still stand, and where his name is still honoured to this
licopter turbine, which singed my, already scarce, hair. They let me into a
day. Friar Jacobo was a great man, who defended the equal rights of indig-
Presidential General Staff helicopter that was heading for Tzintzuntzan
enous peoples of Mexico against persecution and attempts by the Spanish
and remained silent whilst I touched and smelled my newly scorched hair.
colonial rulers to formally classify them as inferior human beings.”
In the Franciscan monastery of Tzintzuntzan, the INAH curators
However, it should be mentioned that, in a subsequent interview,
described the mural paintings, which perhaps represent Friar Jacobo Da-
which appeared on March 21, 2016, in the Mexican newspaper Milenio,
ciano. He is known to have spent long periods in the Tzintzuntzan mon-
queen Margrethe II expressed her love for Mexico, and recalled her state
astery, the most important Franciscan site in Michoacán. Afterwards, we
visit to Mexico in February 2008, and to the town of Tarecuato with plea-
had a delicious meal outside the monastery, and parted ways with the
sure, but now questioned Friar Jacobo Daciano’s membership in the royal
queen and prince, who continued their journey through Michoacán. The
family:
257
English ver s i on s — F r iar Jacobo Dacian o a nd M e x i co
“I visited Mexico in 2008 with my husband (prince consort Henrik). I
not completely certain. We visited the church where he worked with the
had even visited the country before I got married, in 1966, when I was able
indigenous people, during the colonial period, although I do not think it
to see a large part of its territory. On this last occasion, when I was with
is exactly the same, as this was a long time ago, but it left an unforgettable
my husband, we got to know more about the country, and we were left
impression, as we met many people and the atmosphere was charming,
with a wonderful impression of Mexico.
with very friendly people.”
We went to two very small places, located in the then president’s (Fe-
A member of the royal family or not, I hope that Friar Jacobo Daciano
lipe Calderón) home state, and it was very inspiring. In one of them (Tare-
can continue to be a point of union for Danes and Michoacanos, Cath-
cuato), we visited the 16 century church of Friar Jacobo Daciano, who
olics, and Protestants, and of respect for all people and communitarian
most likely was the youngest son of the king of Denmark, although this is
ways of life.
th
258
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
The Fight of Friar Jacobo for an Indigenous Clergy1 Alberto Carrillo Cázares † El Colegio de Michoacán As the extraordinary spiritual conquest of the New World developed, it
The most efficient solution to this problem lay not in importing priests,
became evident that more and more priests and pastors were required to
but in being able to train criollo priests and ministers in New Spain. This
attend to the religious needs of the new lands, and to collaborate in the
plan was put in motion at the beginning of the colonial period, when the
evangelization of the indigenous population. An interesting and contro-
religious orders founded their sites for study and training as novices in the
versial solution was proposed by Friar Jacobo Daciano (c. 1484-1566), who
provinces, and when bishop Zumárraga founded the Real Universidad, in
arrived in Michoacán as a Franciscan evangelist, and served as guardian
Mexico, and Vasco de Quiroga the Real Colegio of San Nicolás, in Micho-
of the Pátzcuaro and Tzintzuntzan monasteries. He proposed that the ef-
acán. The central objective of these institutions, which were founded and
fective formation of an indigenous clergy should promptly be set in mo-
sponsored by the Church, was, precisely, the adequate formation of min-
tion. Back then, and well into the first decades of the 20th century, with
isters of the Church, in the same way as the universities of the Old World.
the exception of baptism, indigenous people were denied all sacraments,
This all implied the formation of a native clergy, in the sense of a local cler-
especially acceptance into the priesthood. This was for political and racial
gy that was not imported from outside. However, candidates to join such
reasons. At the time, his proposal met strong and unsurmountable oppo-
local clergy were to be sought from amongst the children of Spaniards,
sition, mainly from high-ranking members of his own order.
preferably the poor. In fact, Vasco de Quiroga himself stated that his pu-
The deficit of priests even led the first bishop of Mexico, Friar Juan de
pils should be “pure Spaniards” (Carrillo, 2012, p. 195). The question of the
Zumárraga, to offer to pay the passageway of the much-needed ecclesias-
admission of indigenous pupils to holy orders was never brought up: there-
tics, from Spain to Mexico. This was despite knowing that many of these
fore, pure ‘Indians’ were not explicitly excluded, but nor were they includ-
may not have been sufficiently trained and may have been motivated by
ed. In fact, the viceroy, Don Antonio de Mendoza, stated, that indigenous
personal interests, rather than by an authentic religious vocation. Such
pupils, even if they were literate and virtuous, should not be admitted to
was this the case, that the first viceroy of New Spain, Don Antonio de
the priesthood, “because this privilege should be reserved for when this na-
Mendoza, commented to his successor, Don Luis de Velasco: “The clergy-
tion reaches a level of civility similar to that of Spain” (Carrillo, 2012, p. 195).
men who come to these parts are callous, and all are instituted on inter-
At this early stage of evangelization, the formation of an indigenous
est, and if it were not for what H.M. has ordered, and because of baptism,
elite, parallel to the indigenous nobility, who could be educated to the
the Indians would be better off without them. This is generally speaking,
level of the universities and colleges of Spain was proposed. This project
as there are a few good clerics” (Instructions, 1991, p. 99). Another measure
was carried out in the Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, the purpose
that was implemented was to go directly to Spain, to look for good cler-
of which was to educate Indian pupils. It was to have an ephemeral, yet
gymen who wanted to move and exercise their ministry in the new lands,
glorious, existence.
and who agreed to do so, knowing that the offered benefits were limited.
“The Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco (1533, 1536-1576)
This is what Vasco de Quiroga, the first bishop of Michoacán, did, who
was the most advanced and prestigious project of education and train-
spent almost seven years in Spain (Carrillo, 2012, p. 192).
ing for young indigenous members of the Mexican nobility, which aimed to prepare students that may one day be ordained as priests . Founded
1 This text is based on the article “La utopía de Friar Jacobo, el Danés, y su lucha por un clero indígena” [“The Utopia of Friar Jacob, the Dane, and his fight for an Indigenous Clergy”], first published in the journal Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, 130, 2012, p. 189-216.
259
English ver s i on s — T h e F i g ht of F r iar Jaco b o fo r a n I nd i g e no u s C le rg y
on January 6, 1536, it was a Franciscan project, initiated by bishop Friar
In this environment, Friar Jacobo Daciano was the only friar who
Juan de Zumárraga, supported by the president of the Audiencia, Don
dared to denounce the Church’s erroneous decision to deny sacraments –
Sebastián Ramírez de Fuenleal, and the newly arrived first viceroy, Don
except for baptism – to indigenous people. Jacobo arrived in Michoacán
Antonio de Mendoza, and carried out by the best scholars of the seraphic
in 1542, and despite the prohibition sanctioned by the Council of Lima,
order. In its beginnings, the school received around sixty pupils, chosen
and maintained by most of the local clergy, he was the first of his order to
from among the sons of lords and nobles (principals) of the largest towns
allow indigenous people communion. This was previously denied, because
and provinces of New Spain. It brought two or three from each capital or
they were considered too tender in faith and not tested in virtue.
major town, so that the benefit of training could be widely extended. In
He was a member of the reigning royal family in Denmark-Swe-
the Hispanic manner, the pupils wore a pupil’s emblem, habit or cassock
den-Norway, the younger brother of king Christian II, who had converted
with a shroud, and observed a strict schedule, which included the recita-
to Protestantism. Friar Jacobo preferred exile, taking refuge in Mecklen-
tion of the hours of Our Lady, the morning mass, meals in the refectory,
burg, Germany, along with friars of his order, and later leaving for Spain,
and rest in a common bedroom, in the custody of a warden. Pupils stu
destined for the New World. Emperor Carlos V was kind enough to pro-
died reading, writing, and music, and were taught Latin, even speaking
vide him letters of recommendation for the viceroy of New Spain, Don
and writing it according to the rules of rhetoric, they also studied logic,
Antonio de Mendoza. Thus, he set sail from Seville, bound for Veracruz,
philosophy, and even indigenous medicine” (Carrillo, 2012, p. 197).
from where he continued toward Mexico City. There, he spent time at the
The results of the colegio were optimal, graduating from its classrooms excellent Latin speakers, instructors of indigenous people and of
Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco, where he learned Nahuatl, and later left for Michoacán, to where he had been assigned.
friars, officers of the republic, translators of doctrinal books, and assis-
In Michoacán, he distinguished himself by leading an admirable
tants to the book printers themselves, and assistants to the priests, who
ministry, in the heart of the Tarascan kingdom, from the Franciscan con-
conducted marriages and administrated the other sacraments. Many
vent of Pátzcuaro, head of the diocese, which had been recently estab-
were elected as judges and governors in the indigenous communities. De-
lished in 1538 by Vasco de Quiroga. Friar Jacobo was a scholar, with a deep
spite the achievements of the colegio, it declined, as times changed with
knowledge of theology and the sacred scriptures. He had mastered Greek,
the arrival of new rulers, to whom “the good that was done to the Indians
Hebrew, and Latin, and he soon became an expert in Tarascan, or Purépe-
began to seem inadequately implemented, and the time spent with them
cha, the main language spoken in Michoacán. Due to his expertise in this
was lost” (Mendieta, 1973, p. 41-42). For this reason, the hope and effort of
language, a few years later, the archbishop of Mexico asked him to revise
establishing an Indian Church vanished, which could have borne fruit in
and approve the works of Friar Maturino Gilberti.
the formation of a dedicated and competent indigenous clergy.
The extraordinary works of Friar Jacob, as well as his identity, have
Increasingly, the possibility of forming an indigenous clergy was be-
been rescued from obscurity by the exhaustive investigations of the Da
came outdated and unlikely. The new archbishop of Mexico, Friar Alonso
nish historian Jørgen Nybo Rasmussen. Of all of Daciano’s magnificent
de Montúfar, and many other authorities in New Spain, opposed the pos-
works, perhaps his most important were the struggle to make the mi
sibility of Indians becoming friars or clerics with spiritual knowledge and
nisters of the church aware of their error in denying sacraments except
power. They put forward extreme arguments about the supposed inability
baptism to indigenous people and denouncing their refusal to permit the
of the indigenous people to assume authority”. Therefore, they reasoned,
clerical ordination of indigenous people.
‘they are not to command, but to obey’, because of “the disadvantage of being new in the faith, and therefore immature in their perseverance, and above all due to the general inclination of indigenous people to drunkenness” (Carrillo, 2012, p. 199). But, beyond the supposed theological reasons, or the apparent moral inconveniences, a hidden political agenda existed to keep all power in Spanish hands.
260
Friar Jacobo’s Theology The central argument in Friar Theology held that “the administration of the sacraments was the sustenance of life of the Church, and that once baptized, the spiritual health of believers needed to be sustained by re-
L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
ceipt of other sacraments without distinction of race” (Carrillo, 2012, p.
the testimonies of the indigenous people of Pátzcuaro concur in recog-
202).
nizing that Friar Jacobo Daciano was the first to admit Indians to holy
With solid arguments, the Danish theologian wrote a book that was
communion” (Carrillo, 2012, p. 204). Mendieta writes, “He was the first
tremendously controversial, due to the revolutionary nature of its per-
to administer the most holy sacrament of the Eucharist to the Tarascans”
spective, beginning with its title: Declaration of the Barbarous Indian People,
(Mendieta, 1973, p. 19). As for the Holy Oils, Friar Jacobo pointed out that,
who, having received Baptism, wish to receive the other Sacraments (Beristáin,
although there was a mandate that indigenous people were not to have
1981, t. I, p. 420-421). In this work, Friar Jacobo dared to observe that the
it administered, they had been given the authority to administer this, by
Mexican church was not founded in the Holy Spirit, because it neither had
Friar Martín de Valencia. Marriage was fraught with difficulties, as it was
enough priests nor provided the sacraments necessary for the salvation
extremely difficult to get bishop Quiroga’s administration to agree to ab-
of the people. He also denounced that communion was generally denied
solve indigenous people of the numerous impediments for marriage. For
to indigenous people, and that it was only sparsely administered to Spa
this same reason, it was almost impossible for indigenous people to ac-
niards. Both the Franciscan chroniclers and the testimonies of indigenous
cess marriage, were it not for ecclesiastics of regular orders, who agreed
people from Pátzcuaro, acknowledge that Friar Jacobo Daciano was the
to dispense impediments and marry those indigenous people who re-
first to administer Communion to Indians (Mendieta, 1973, p. 19). Not
quested it, by appealing to their papal privileges.
only that, he insisted on the administration of all the sacraments to the
Beyond what has been discussed, though, the real reason for contro-
indigenous people, as Beristáin pointed out “on each of the Sacraments,
versy was the thesis in favor of the ordination of an indigenous clergy,
Friar Daciano voices his objections to Church policy” (Beristáin, 1981: t. I,
proposed by Daciano: “that the Indians should be given sacred orders
p. 420). Many ecclesiastics debated the administration of religious mar-
and made priests of the Church” (Mendieta, 1973, p. 61). For Friar Jacobo:
riage and questioned the suitability of sacramentally marrying indige-
“There lay the true root of evil, the reason why the administration of the
nous people – or whether it was better to leave them without the sacra-
other sacraments, as he had already pointed out, had been so regrettably
ment, with the risk of instigating clandestine marriages.
neglected” (Rasmussen, 1992, p. 89). Theologically, as Nybo Rasmussen
It is known that in addition to the aforementioned book, Friar Jaco-
points out, Daciano considered that a complete sacramental life was the
bo wrote, at least, one other, according to the bibliographer José Mariano
indispensable basis for indigenous people, who had already converted
Beristáin. The second, was written in Latin, thus it was presumably in-
to Christianity, to reach religious maturity, which was what their critics
tended for members of the Franciscan order and other ecclesiastics. In
demanded of them (Carrillo, 2012, p. 205). Friar Jacobo presents a series
this work, he presented his doubts about the way in which the sacraments
of arguments in his thesis, beginning with the example of the primitive
were administered to Indians. Mainly, it denounced the lack of consid-
Church, founded in the Holy Spirit, with sufficient priests to give the
eration by the Crown and the Church over the serious issue of the lack of
necessary sacraments for salvation. He also argued for the priestly voca-
bishops and prelates to administer the sacraments to new converts, par-
tion of indigenous people, among whom there were very good Christians,
ticularly confirmation, although baptism also presented certain conflicts.
who had renounced the world and had a desire to serve God. He contin-
For example, the cleric Diego Pérez Gordillo in Pátzcuaro, who was the
ued by pointing out the convenience of preaching the faith to indigenous
right hand of the bishop Vasco de Quiroga, destroyed the baptismal font
people in their own language, and thus achieving a better acceptance of
in the Franciscan convent in that city, highlighting the conflict between
the gospel amongst the wider population, among other reasons (Carrillo,
the regular and diocesan clergy.
2012, p. 209).
Regarding the sacrament of confession, Friar Diego Muñoz pointed
As one may expect, the diffusion of such a manuscript shook the ec-
out, that Friar Jacobo, in fact, administered the sacrament to many Spa
clesiastical milieu of New Spain. This was because the shortage of priests
niards (Muñoz, 1922, p. 397). On the other hand, communion was given
was a fact; and because both the Councils of Mexico and Lima had prohib-
scantily to Spaniards, and was denied to the Indians altogether, until
ited the ordination of indigenous people, supported by canon law, thereby
Friar Jacobo began to give it to them: “All the Franciscan chroniclers and
justifying racial inequality. In addition, the most notorious of anti-indi
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English ver s i on s — T h e F i g ht of F r iar Jaco b o fo r a n I nd i g e no u s C le rg y
genous theologians, Friar Juan de Gaona, the former Franciscan provin-
charge of the formation of indigenous people “suitable and sufficient for
cial of Mexico, who had taught at the College of Santa Cruz de Tlatelolco,
the priestly ministry”, thus responding to Gaona’s comment that “to pres-
and was a friend of Jacobo, launched a challenge to Daciano’s theses. His
ent them the habit, or for them to become a priest, it is necessary to test
reply was entitled Antidota quarumdum propositionum cuinsdam famigeratissi-
many for one to succeed ”(Carrillo, 2012, p. 212).
ma Theologi, Contraveneno para algunas proposiciones de cierto teólogo que se tiene por muy famoso (Beristáin, 1981, t. II, p. 19).
As is known, the outcome of this debate was a defeat for Friar Jacobo who, profoundly hurt, abided by the ruling of the competent judge,
This confrontation was undoubtedly one of the most dramatic, yet
signed his retraction, and accepted the penance imposed upon him. Why
least publicized theological debates in the history of the Church in Mex-
did Daciano accept defeat? Nybo Rasmussen has argued the following:
ico. The process, most likely, took place in Mexico City on May 1, 1553, ac-
“Friar Jacobo cannot be thought to have signed his retraction because he
cording to the date recorded in Gaona’s Apología. In it Gaona fundamen-
was convinced by Juan de Gaona’s argument. He capitulated, certainly, but
tally argues against Friar Jacobo, regarding the foundation of the Indian
to the decision of the competent judge, that is, to the one pronounced by
Church in the Holy Spirit. Regarding the priestly vocation of indigenous
the representative of the Province of his Order, gathered in the legitimate
people, Gaona pointed out that according to the pope, the descendants
chapter… As we know today, it is no longer obscure why Jacobo accepted
of infidels, up to the fourth degree, should not be accepted as priests. He
defeat, signed his retraction, and, at least for then, stopped fighting. He
added that the natives ran the risk of returning to the old practices, rites,
returned to … his missionary activities in Michoacán, where he did not
and ceremonies of their pagan ways. He also mentioned the unsuitabili-
capitulate in any way; rather, he may have been waiting for better circum-
ty of indigenous people to command (“they are not apt for commanding
stances to return to the cause.” (Rasmussen, 1992, p. 94-95).
or ruling, but rather to be commanded and ruled in these times of their christianization”), the danger of them becoming arrogant (“they are not made for teachers, but as disciples, not for prelates, but as subjects”), as well as their inclination for vice (“And the strongest reason for this, is that they are subject to drunkenness and given over to consume wine, and therefore they should not be ecclesiastics”) (Carrillo, 2012, p. 210-211). Of course, Jacobo disputed this. He argued that the natives did not previously become intoxicated, and that even nowadays, there were those who did not even drink. He also pointed out, that there were cases in Castile where some ‘natives’ had been admitted to religious orders, following an exemplary monastic life. Friar Jacobo offered to personally take
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L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
How a Danish Prince Became a Purépecha Saint Lorena Ojeda Dávila History Department, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Iris Calderón Téllez Institute of Historical Research, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo *In this text, we assemble the stories and legends surrounding Friar Jaco-
“I know he arrived as part of the monastic missions. Monastic missions
bo of Dacia that exist to this day in the town of Tarecuato, in the Purépe-
happened in New Spain during the Evangelization. In Michoacán they ar-
cha region of the state of Michoacán, Mexico. The testimonials were
rived and their first base was Tzintzuntzan, where the first convent was
obtained through interviews conducted in the aforementioned town.
opened. What the monastic missions did was to guide them [the people]
We spoke with people of different ages, occupations, educational back-
within the town for evangelization… it consisted in baptizing them, giving
grounds, and differing roles within the community during the year 2019.
them evangelical teachings, imparting knowledge in workshops, giving
All the opinions and points of view expressed in these pages correspond
them a trade…” (E 11, IS).
with what people in Tarecuato believe to be true, or have heard or learnt
Some say that Friar Jacobo was the son of kings, that he was next in
from their elders. Out of respect for our sources who have kindly offered
line for the crown, but he didn’t want it: “He didn’t want to reign…” (E 1,
to share their stories, their narrative has been transcribed verbatim. In
FG) “… he preferred to continue on his mission of spreading the Word of
relaying these oral traditions, we aim to spark critical thinking and per-
God to the New World. They say he was the ideal candidate for becoming
sonal analysis into the collective memory this community. The textual tes-
a king, but he preferred to dedicate himself to the evangelization of New
timonies include the interview number and the initials of each speaker.
Spain. He was a friar that rejected the crown to come to evangelize” (E 19,
The full names and other personal information of those listed in parenthe-
MJP).
ses can be found at the end of the chapter.
Others agree that he was the son of a king but that he came from
We offer thanks to each and every person that gave us their time in
Spain: “He was a Franciscan clergyman that came from Spain, from roy-
sharing their knowledge and beliefs with us, especially María de Jesús
alty, and was consecrated to service…” (E 12, RG). “About him, what I’ve
Pablo Toribio (Mari Chuy), who was our main source from the communi-
heard… he was one of the people that arrived here from Spain, son of a
ty. ¡Diosï meiamu!
king, it’s been said that he renounced all his riches…” (E 17, VF). A few people point out that he arrived from Dacia, but nobody knows exactly where
¿Who was Friar Jacobo and how did he arrive to Tarecuato? “Many years ago, it must have been around 1543, but maybe it was in 1540 or so- or even before, in 1525, a Franciscan friar arrived to this land from Denmark (who knows where that is!) All that is written there in the big painting” (E 2, CZ). “He arrived in approximately fifteen hundred and forty something, many people say that in 1534, many say that in fifteen hundred and fifty something, and approximation would be 1540” (E 10, VM). 1
that is located1 “I just know that he came from Dacia and that he was the son of kings and that he ran away from kingship, and that he, well, stayed here…” (E 5, AG). However, his origin is not as important as his faith and missionary labor: “From the lands that he came, from another country, people were Protestant, they were Lutherans and people were not Catholic anymore. Because of that situation, he stayed in the monastery of his land there, all by himself… the situation was like a war. He then went to Rome, but before he went to Charles V, that’s why he said he was coming
Corresponding to the Franciscan province of Dacia, in Denmark. Not to be mistake with the Roman province of Dacia in present Romania.
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English ver s i on s — H ow a Dan i s h Pr i n c e Beca m e a P u r é pec ha S a i nt
to New Spain (back then), ‘I want to get there’ and that’s why he went to
how he started organizing the community (E 2, CZ). “Let’s say he was the
request permission. And he arrived, but they say he liked us, that he liked
one who somehow settled the community. When he arrived in Tarecuato
the indigenous people. He first arrived to Tzintzuntzan and from there he
he divided the human settlements into quarters and in each quarter he
arrived here [to Tarecuato]” (E 1, FG).
destined [founded] a chapel dedicated to a catholic saint” (E 11, ES). First,
King Charles V then recommended him to Viceroy Antonio de Men-
he convinced the people to unite because before everybody was fighting,
doza and sent him here: “He arrived at Quiroga, to Pátzcuaro and to Zaca-
so he taught them to work together and, in reality, he brought peace. He
pu, but since he was too intelligent, they sent him further away, he was
taught people artisan trades: to make hats, overcoats, embroidery, and
very knowledgeable. Then he directly arrived in Quiroga, where the Di-
crafts, but even some people say that he taught them how to make atole
ocese was and in Pátzcuaro they discovered how intelligent he was and
[traditional maize beverage], and other foods. They also say he is respon-
then they sent him to a place further away so he wouldn’t have access to
sible for the traditional women’s clothing of this town, and many of the
many things, and that’s why they sent him here” (E 10, VM).
dances: “He was of great help in the cultural sense” (E 9, BVM); “When he
He arrived in old age: “They say that when he arrived here, he was
arrived here, the pre-Hispanic dances existed already, and so what he did
already 59 years old and despite that age he worked hard, following the
was to include religious concepts within those pre-Hispanic dances so we
teachings of the bible” (E 21, HG). “Before him, more friars had arrived.
were evangelized. He didn’t create all the dances, he just fixed them…” (E
Friar Jacobo is the fourth generation because before him there were friars
10, VM).
like Friar Juan de San Miguel, Friar Isidro de Alonso, and the other I don’t
He taught the community how to get organized and he founded the
remember…” (E 1, FG). Other people believe he arrived in Michoacán at a
traditional Cabildo [Traditional Council]. “Because we, the community of
young age: “He came with the missionaries and he was very young when
Tarecuato, were isolated in diverse strategic points of the area; … in each
he came and stayed here. The people didn’t want him, the indigenous peo-
place where people were established, there was a water hole, there’s the
ple were afraid of the ones that arrived…but he treated the local people
Tsïntsïmakata (as we call it) on San Pedro’s side, then there’s the quarter of
here very well, so in the end they loved him. He was stayed with them be-
San Juan [Tarhiatiru’s water hole], there’s Itsï uera here in Santiago quarter
cause they lived on the hill, and as they slept, he slept too, he ate what they
and then there’s Guayabita or the water hole where the shroud is.3 Back
ate and that’s how he won them over. He was very humble…” (E 18, MA).
then, people lived in those places. He tried to gather the people, he start-
We were told of him, that for a long time: “The Purépechas came before
ed forming traditional dances and assigning them an image, such as, for
the mountain range and there we, the people, gathered, in the parish, we
example on the day of Santo Santiago, the Dance of the Moors; on San
ate and slept and everything and … they told us all that. A priest came, his
Pedro’s day, the Monarch Dance… and so that way he started to evangelize
name was Agustín, and two priests came, and they told us this ‘You have a
in our own culture. That’s one of the points that he assumed that, well,
very important relic because Friar Jacobo came to evangelize your town’”
helped him to evangelize us” (E 9, AJM).
(E 18, MA).
For most people, Friar Jacobo’s most notable contributions were to
Friar Jacobo didn’t found Tarecuato, although there are people who
bring faith to the region, teach catechism, and to baptize people: “He was
say he did. However, most consider that he refounded it. He made those
everywhere, here in the surroundings in Patamban, Charapan, Peribán,
people who were dispersed across the area, come down from the hills. He
and he also arrived to Cherán… He went all the way to Cotija, Colima, and
drew up plans for a new town, and divided it into four main quarters: San
Jiquilpan, but Tarecuato was the center of evangelization, that’s why all
Pedro, San Juan, Santo Santiago, and San Miguel. Each quarter has its
the friars arrived here at the monastery to rest, and continue their jour-
own chapel and its own saint. Other quarters were formed later but that’s
ney” (E 1, FG). “He was a friar who came here to bring faith to the people…
2
2
Tarecuato has three other quarters: Barrio de la Salud, República de Arriba, and República de Abajo.
3 The water hole in the San Miguel quarter is known as Sudario (called Jarhachukata in the Purépecha language). That is holy water, according to the people in the community. It is there where it is said that Fray Jacobo sat down to rest and rubbed his cane on a stone from where the water began to flow.
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they didn’t know anything, they didn’t speak Spanish, they were afraid of everything, then he came and baptized them and brought faith to Tarecuato, and started to bring people together” (E 2, CZ). For many inhabitants of Tarecuato, it was Friar Jacobo who taught them traditional dances and assigned saints to every quarter. He established the saints’ fiestas, Corpus Christi being the most important in the community, which were organized by trade: “He formed unions: the farmers, the plowmen, the bakers…”(E 2, CZ); Friar Jacobo united people through events, like that fiesta: “Thanks to this event and to the significance of Corpus, many people spend time together… people from out of town come and it’s a family gathering, which is a very important thing for us” (E 10, VM). Friar Jacobo evangelized through using the Nativity play and through imbuing the town’s very own traditions. Friar Jacobo rescued and strengthened the culture, and he fought for the rights of the indigenous people, or indios, as they were called before. In reality, he recognized their rights: “He liked to defend the, let’s say, indigenous people or indios. He really defended them, he was in favor of the people that were native to this land. I would say that’s the best that he could have done…” (E 9, JJA). “In a book that I read about this place, made by people from here, or more like a pamphlet, it said that Friar Jacobo came and he humanized the people… as someone said ‘He taught us to get up from the ground’ because they used to do everything in the ground, so the people from the town have progressed spiritually and humanly because he recognized their rights…” (E. 12, RG). More than that, Friar Jacobo wanted there to be indigenous priests and he fought for that: “When he arrived, he started to teach classes about everything, he wanted there to be indigenous priests…” (E 20, JP). He learned the Purépecha or Tarascan language, so he could communicate with the people; before he learned Nahuatl. He gave us last names; she [her grandmother] said ‘its just that Friar Jacobo didn’t know how to give family names, so that’s why our last names are the last names of the saints’” (E 20, JP). However, much about his life is not known. There is a great lack of knowledge. What is known is mainly because of oral tradition. The elders or some priests told us: “They say there´s a book that narrates the things that he did, but nobody knows who owns that book, we just know it’s someone from this community” (E 8, FL). In that book you can find all his history, but we do not know where it is.
He still lives and walks… The miracles of Friar Jacobo “The locals here in Tarecuato, either scientifically or as a miracle, we consider him a saint… we love him as a saint even though he hasn’t been canonized” E 11, IS); “For us he is a father who is here with us… he is an important saint even though the church hasn’t made him a saint” (E 18, MA). “I have faith in him because he has done good things here… they say he performs miracles” (E 16, SL). “They say, his remains are buried here underneath the church, some say he is not even dead, that he is underground and he has a treasure” (E 4, FD); “They say he walked… no, they say he still walks, that he is a miraculous saint, that he is still here, that he is not dead, but he is alive” (E 5, AG); “They say people ask for things and he performs the miracle, and he is still here in Tarecuato” (E 6, GC). “We’ve been told since we were little that he is alive and he has always supported us” (E 8, MJV). Almost everybody in Tarecuaro believes that Friar Jacobo was able to exist simultaneously in two locations, that he could miraculously be at different places at the same time. He would celebrate mass in Colima, in Zacapu, and in some other places at the same time that he was celebrating it in Tarecuato. Some say that he traveled in underground tunnels, others say that he would go in a cave and come out into Colima, and some others say that he would stand on the hill and disappear: “I remember being told that he was here, and swiftly he was somewhere else celebrating mass and that he would come off a little hill and he would disappear.” (E 8, MJV). Also, he knew when emperor Charles V died: “He was looking at him, that’s why we say he is a saint, because he could be here and there at the same time” (E 1, FG). “Friar Jacobo performed many miracles. They say that at the [place known as] yácata, they gathered a lot of stone to build a church there. The yácata is located near San Pedro…the church was going to be there because it was near the water, and there was a big tree referred to as t´arhe cuati and well, cuati means twin but it was a single trunk, but with two branches, and that’s why they called it cuati… They say the beams were not long enough for the ceiling, but he would point at them and the beams would grow larger, that’s why this church doesn’t have common walls like houses do, it´s very broad… He would celebrate mass through tunnels, he would go in one and celebrate mass in Colima, those are miracles he performed, first through tunnels, and then at the yácatas three days later, beams appeared. That was a miracle” (E 2, CZ); “The other miracles that people talk
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English ver s i on s — H ow a Dan i s h Pr i n c e Beca m e a P u r é pec ha S a i nt
about are about the beams, because it has an Etruscan style brought from
he came out, the cane had become an orange tree in bloom. Its fruit and
Italy, the beams weren’t large enough to hold the ceiling. He then length-
leaves are miraculous and heal all kinds of diseases. There are many tes-
ened the ribs, as the beams are popularly called...” (E 11, IS).
timonials about this. They say he planted it in the convent in Santa Maria
In Tarecuato there are several accounts of his healing miracles. For
de Jesus. “They said that he revealed it would continue to flourish, that it
example, they say he healed an architect from Uruapan: “When the church
was going to bear fruit, and well- they say that’s where the orange tree was
was collapsing during the seventies, an architect from Uruapan came
born. They say that he [Friar Jacobo] is alive and he is still here” (E 6, GC).
and said he had chest pains, that he went to several doctors and they told
The orange tree is said to be miraculous, as Friar Jacobo planted it more
him he couldn’t be cured, and father Ruben told him: ‘You will get better
than 450 years ago, and it is still green and blooming. People say that it
if you have faith, and I will give you a remedy. You will take this, boil it,
will be standing until Friar Jacobo really dies: “What is surprising is that
and eat it’… He then gave him leaves and oranges. ‘Mix them with cinna-
the orange tree, even after so many years, is still yielding fruit… they say it
mon and drink it as if you were very thirsty’. After a month, the architect
is his cane and the locals say it will be standing until Friar Jacobo dies” (E
came back to thank him” (E 1, FG). He also healed a woman that could not
8, MJV). Some relayed that Friar Jacobo foretold that the tree would blos-
walk: “A wheelchair-bound lady from Tocumbo came, people cried when
som if he had been of service to God.
they heard her story, she had an accident at an airport, she slipped and
It is very important to know that people are not permitted to cut the
fell and became paralyzed. As she was lying down, a man talked to her, he
oranges or the leaves from the tree. They have to wait until they fall of
was wearing brown and black clothes and he told her ‘You are not dying
their own accord. Only then can people pick them up and take them. They
and you won’t die, get up’, and he helped her get up, and she said ‘Who
will not be useful for healing if they are plucked from the tree. That is how
else would that be other than Friar Jacobo because I saw his face and he
the patience and faith of the people are tested: “You have to wait for the
looked exactly like him’. She still comes every year, but she can walk now”
orange to fall to the ground to prove your patience and faith” (E 11, IS).
(E 18, MA).
Friar Jacobo made water spring from the Sudario water hole with his
Once, Friar Jacobo went to visit a lady in a hospital and healed her:
walking stick: “Our ancestors say that he sat down to rest at that place,
“Once a lady was saying that she was in a hospital in Morelia and that he
and with his walking stick he touched the rocks, he hit them, and then
went there to see her, and when the doctor came, he told her that she was
water started sprouting and he drank from it” (E 19, MJP). It is considered
fine and she could go home. Then she went to the little chapel and she rec-
holy water which heals many diseases, such as those carried by the Span-
ognized that the man who came to see her was Friar Jacobo” (E 5, AG). “I
iards: “Also at the Sudario, they said that water was blessed by him, because
knew that a man once was very ill, and he was told that the leaves of the
otherwise why would he make water spring… and as one gets older, you
orange tree were miraculous, as Friar Jacobo’s cane. They said to make a
see that it’s real, that it’s not a fairytale… as time goes by…” (E 8, MJV). “He
tea with those leaves, and then the man recovered. I didn’t know who the
would drink water at the Sudario, and back then some diseases brought by
man was, I was just told that, well, Friar Jacobo is a saint that performs
the Spaniards or conquistadores were very strong, so he would give out that
miracles, and I believe he does” (E 15, EG). It has also been said that he ap-
water for them to be cured…” (E 9, JJA). There was no water in the town,
peared to an ill child: “The woman [the child’s mother] didn’t have money
so he made it accessible for people. However, the water alone offers no
to take him [to the doctor]. He had a fever. Then the child told his mom
cure, but rather the faith that people have in its power: “Recently a woman
that Friar Jacobo appeared and told him to come here, so they came, and
who goes to Pátzcuaro to sell things told us that a lady used to bring water
the child saw the painting and told his mother, ‘that is the man that told
from the Sudario, and she told her ‘Bring me some of that water please
me to come here’, so the woman took the leaves, made a tea, and with that
because it’s very miraculous’… The lady forgot to bring the water so she
the child was healed” (E 28, GG y VG).
bought bottled water and gave it to the woman… The woman said that she
Friar Jacobo performed many miracles with a cane or walking stick.
healed [with the bottled water]; ‘That water is miraculous, it cured me.’
One that almost everyone in the town knows, is that of Friar Jacobo laying
And the other lady said ‘It is because I asked Friar Jacobo with a lot of faith
his cane down outside the church as he went in to celebrate mass. When
to cure her” (E 8, MJV).
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People plead to Friar Jacobo for everything. For instance, the safe birth and health of babies: “In my family, my sister was pregnant and she
he was a big man wearing a brown cape, making signs telling him where to go, he helped me not to crash, so he protects us a lot” (E 18, MA).
prayed to Friar Jacobo for the baby, and yes, the baby was born healthy”
He has defended the community at different points in time, like in the
(E 9, AJM). He also gets pleas to cure diseases like drug addiction: “Some
times of the Cristeros4: “He is the one that defended the town, such as when
kids were heavy drug users so I went to Friar Jacobo and told him about
there is a big problem here, a lot of people look at him, as he is the protec-
them and asked him to help them, to make them humble and good, as
tor of the community. There have also been accidents and the drivers say,
Friar Jacobo was, and that’s why I have faith, because my kids got better”
‘You know I saw a man that told me to go to that side’. Which man? ‘A big
(E 27, MAM). It is believed that he answers people’s prayers and requests,
man with a hat and a walking stick’” (E 10, VM).
because there are numerous notes attached to various images of him, thanking him for his miracles.
A lot of people believe that Friar Jacobo appears at night. Sometimes, people can even talk with him. One source relayed that: “Some young men
It is believed that Friar Jacobo is not dead. He is said to be alive, walk-
were driving and passed by the church, and the door was open and they
ing among the people; he appears to them, dressed in the very garments
saw a big man dressed like Friar Jacobo in the painting, but they saw him
he is seen to be wearing in the image of him which hangs in the church.
walking” (E 5, AG).
“I heard that he appears sometimes, that some people have seen him and
For people in Tarecuato, Friar Jacobo is a very important saint, al-
that he performs miracles” (E 6, ES). “We believe in him because since we
though the Catholic Church has not canonized him: “Here in the commu-
were little we have been told he exists and he walks among us, and since
nity he is a saint, he has his own chapel, but I haven’t heard of any particu-
now we can see, we believe it more. We actually talk to him every mor
lar miracle attributed to him…” (E 9, JJA). In reality, people think he is very
ning when we wake up and every night before going to bed, because he is
miraculous because people from a lot of places, even from other countries,
here…” (E 8, MJV).
come to visit him to thank him or to pray for a miracle. They take pictures
He is also said to have appeared several times in the presence of criminals and delinquents, commanding them to leave town, or to stop pestering the locals: “There were a lot of problems in Tarecuaro because of crime and they started implementing curfews… and a woman told me that she was on the street and Friar Jacobo appeared and told the bad guys ‘Leave my people alone’, so they got scared” (E 12, RG). “He protects the town from bad people. One time the bad guys wanted to find him to kill him because he defends us. They said ‘We are going to kill him because he keeps getting involved in our business’” (E 8, FL). They believe that peace has returned to the town because of him. There are many testimonials of other miracles he has performed, like protecting lorry drivers when their vehicles have turned over on the road into town. There have always been accidents, but when he appears, drivers become alert, preventing their vehicles from overturning. We were told of an incident involving a car turning over, but that the passengers were protected by the presence of Friar Jacobo: “When there were still a lot of accidents happening, that driver said… that he never saw a man like that,
4
of the orange tree because they believe it is also sacred. Friar Jacobo’s Fiesta grande In the last three or four years, (nobody can confirm exactly when it happened for the first time), the idea of organizing a fiesta celebrating Friar Jacobo was reinitiated. It takes place on October 29th, the anniversary of his death or of his disappearance. The fiesta started recently: “They started three years ago with Father Pedro. The first cargueros of Friar Jacobo started” (E 12, RG). They say that during the 1980s, a small celebration at the chapel would take place, to which only a few members of the traditional cabildo and the council would attend. It was then forgotten: “We started to celebrate him, I was in a group with a priest… and he wouldn’t speak badly of the indigenous people, but he didn’t believe in the painting of Friar Jacobo that is in the church. He didn’t believe Friar Jacobo was a saint, so we argued a lot. He asked me why I believed in Friar Jacobo so much and I said, ‘You don’t believe because you are turhisï [mestizo], you are not indigenous, so you don’t believe in this, what we have”. (E 1, FG).
The conflict known as Guerra Cristera or Cristiada in Mexico took place between 1926 and 1929, and was originated because of an intent of the government to reduce the influence of the Church and decrease the number of believers.
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Friar Jacobo’s cargo5 commences on January 29th and the cargueros
ple to attend” (E 30, FJ), “A mass is celebrated every month on the 29th at
(Orhétis) are invited by the members of the traditional Cabildo, the Tarhépi-
the Sudario… We don’t know if it will happen next year because not a lot of
tis. Fifteen days later, on February 13 , a nine-day period of prayer begins
people go” (E 8, MJV).
th
for Friar Jacobo. The idea is for the cargo to attend one of the four different
“Definitely we consider him as a saint, he has his chapel, his own fies-
quarters each year (E 22, JG): “Now there are dances, processions, a music
ta, his cargueros… it’s recently that he was assigned cargueros… he’ll be can-
band, Mañanitas [traditional Mexican song]… everything is very beautiful
onized, there’s a project to canonize him but it hasn’t happened yet” (E 9,
nowadays (E 26, CM).
AJM).
The celebrations begin on October 26 with people singing las Mañath,
nitas for him at church: “The current judge goes and with all the Cabildos of all the neighborhoods, they sing for him las Mañanitas on the 26th, and on the 27th, 28th, 29th…” (E 29, MGA). On the 28th the cargueros offer sweet atole in their houses. The carguero of the fiesta: “Makes atole and bread, and there’s ayudanza, like in the fiestas of other saints” (E 25, MGT). Earlier the same day, the judges and the people in charge of the church are offered food in the carguero’s house (E 28, GG y VG). On the night of the 28th: “We have a wake with the judge and his people, they stay to pray a rosary. Then the neighborhoods of San Pedro and San Juan start, and they take turns like that until 12 am. Then they leave” (E 29, MGA). People do not stay up all night as in the case of other saints. On the 29th, very early in the morning, a procession is made from the water hole to the church, followed by the commencement of the dance: “On Friar Jacobo’s day, the dances are united” (E 11, IS) … “Including some that come from other communities” (E 29, MGA). Each of the neighborhoods brings their own dance: “The Dance of the Bakers, the Monarchs, the Moors, the Little Soldiers…” (E 31, IS). “After that, food is offered, consisting in churipo [beef broth with chili and vegetables, a very traditional purepecha dish] and tamales [also called corundas in this region]” (E 28, GG y VG). A special mass is celebrated and a banquet that goes on until late in the evening (E 30, FJ). The responsibility of the cargueros is: “To keep the chapel very clean, so that it doesn’t run out of candles, copal, and to have several helpers that keep it decorated all year round” (E 26, CM). “They [the cargueros] also have to take him on the pilgrimages of other saints, to meet the saints of other towns” (E 28, GG y VG). “The saint is taken to every spring every year…” (E 2, CZ). “The cargueros must clean and put copal in the chapel three times per week, and organize a monthly fiesta on the 29th as well as inviting peo-
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Final thoughts Through the different testimonials that we have shared in this chapter, we have relayed the varying local versions of Friar Jacobo Daciano’s origin, his most important achievements in the town of Tarecuato, along with his legacy which remains to this day. We have explored the cultural memory (imaginarios) constructed around his image, establishing him as a true local saint, who is appointed his own fiesta, generating a cult dedicated to him all year round, in every quarter of the community. Many people know that he originates from Denmark and was related to royalty, but there is confusion about the exact date and circumstances of his arrival to Michoacán. As we discovered through these many varying accounts, some people also believe that he was from Spain or from another European country. Among his main contributions to the community, people single out his Christian mission and evangelical labor, but also his commitment to the indigenous people and the defense of their rights. This makes him a pioneer for firmly believing in the possibility of the unrestricted administration of sacraments to the original settlers of modern day Mexico. The social, urban, political, and religious organizations of Tarecuato are attributed to the historic labor of Friar Jacobo, along with the teaching of trades, specialized artisan work, ceremonial dances, and even the elements of the traditional regional costumes, as communicated through the authentic voices of the town’s current inhabitants in this chapter. Friar Jacobo Daciano is not only seen as a historical figure, but as a character that is still alive- both literally and metaphorically- and who appears in the town of Tarecuato to this day. For many, he is a saint without the formal recognition of the Catholic Church. Many miracles are attributed to him, whether it is healing, existing simultaneously in two
The cargo system is the centre of ceremonial activities in many indigenous communities in Mexico and other Latin American countries. To be a carguero implies being responsible for the cult of a saint or religious image, generally for one year.
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L o r e na O je da Dávi l a & Jesp er N i el sen — En gli sh versi o n s
locations, preventing tragedies or accidents, granting blessings, solving
cultural memory (imaginarios), shedding some light on who Friar Jacobo
problems, and even keeping peace and protecting the inhabitants of the
has been to the people of Tarecuato, and what he means to those living
town from harm… to name but few! Through the contemporary testimo-
there today.
nials that we have shared, it is possible to get an approximation of local
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El franciscano danés que se convirtió en santo indígena:
El legado de Fray Jacobo Daciano