Tus primeros pasos Tambaleantes con miedo a transitar hacia rumbos antes acechados. Eufóricos por sentir la plena libertad y no depender al fin de asideras. Diría que hasta gozosos, al escapar de los brazos de tu madre que quisiera poner almohadas en cada trecho por donde vas escurriendo, cayendo –y viceversa- sucesivamente. Yo quisiera explicar el origen de toda la energía contenida en tan pequeño cuerpo, mientras procuro imaginar la cara de las abuelas celebrando tus ya anunciadas travesuras.