La guĂa del peregrino peruano en Roma
Embajada del PerĂş ante la Santa Sede 2004
P R O L O G O
La idea de una Guía del Peregrino Peruano en Roma surgió en la Embajada como un modo simpático de subrayar el antiguo y profundo vínculo de la ciudad eterna con el Perú y de resaltar el lugar que ocupa el catolicismo peruano en esta capital de la Iglesia universal. Con esta guía, los invitamos a visitar Roma “con los ojos del Perú”, a pasear por sus calles y monumentos pensando en aquellos compatriotas que, durante siglos, llegaron aquí con sus propias devociones e ilusiones. En esta sencilla edición, cuantos vivan en Roma o estén de paso por aquí descubrirán que todos (o casi todos) nuestros santos tienen un lugar de culto en la ciudad y que abundan los rastros del Perú católico, desde las visiones de la primera evangelización hasta el fervor popular de nuestros días. En la Embajada sospechamos que hay varios otros lugares peruanos en Roma, lugares que ignoramos y que, ojalá, podremos descubrir con la ayuda de quienes, viendo esta Guía, quieran ofrecer su erudición o curiosidad, en vista de una próxima edición corregida y aumentada. Mientras tanto, disfruten del paseo por Roma recordando que el Perú, de algún modo, estará siempre a la vuelta de la esquina. Roma, 2004.
Alberto Montagne Vidal Embajador del Perú ante la Santa Sede
LA CAPILLA DE SANTA ROSA DE LIMA
Tal vez el lugar de mayor significado espiritual para los católicos peruanos en Roma sea la Capilla de Santa Rosa de Lima en la Basílica de Santa María Sopra Minerva, ubicada en Piazza della Minerva, 42, en pleno centro histórico. La basílica es la iglesia madre de la Orden de Santo Domingo y fue construida en el siglo XIII, según se dice, sobre el templo romano de Minerva Calcidica. La Capilla de Santa Rosa es la tercera de la nave derecha, a partir del ingreso, y fue edificada, según un manuscrito del año 1402, por el Cardenal Mezo Cavallo Tebaldi, quien la dedicó inicialmente “a la Santísima Trinidad”. Desde entonces, la capilla fue encomendada al cuidado de la familia romana Tebaldi Capizucchi y luego a la famosa familia Colonna, que también da su nombre a la capilla, para acoger los restos de sus descendientes, pero en el siglo XVII volvió bajo el patronato del convento dominico, que la dedicó “al Nombre de Dios”. Según escritos de la época, en 1671 el Padre Antonio González, dominico español, Obispo de Caracas, decidió restaurar la capilla por cuenta propia y dedicarla a Santa Rosa de Lima, patrona de América. A partir de entonces, es decir desde hace casi tres siglos y medio, Santa Rosa de Lima tiene en Roma una capilla donde los visitantes pueden apreciar las bellas pinturas de Lazzaro Baldi en el techo y las paredes (1668-1671), un cuadro de San Martín de Porres y una bandera peruana colocada por las autoridades diplomáticas de nuestro país, que celebran allí cada año la fiesta del 28 de julio. Sor Gladys Castilla, Congregación de las Canonesas de la Cruz.
Dirección: Piazza della Minerva 42, Roma.
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EL ALTAR DE SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO
El altar del santo peruano se encuentra en la Basílica de Santa Anastasia. Se trata de una iglesia antiquísima, al pie del monte Palatino, cuyos orígenes remontan al siglo IV. Según una leyenda, habría sido construida por Apolonia matrona Romana, en su jardin, en honor de Santa Anastasia, que reposa bajo el altar, quien fue muy venerada en Roma, especialmente durante los siglos VII y el IX. La basílica fue restaurada varias veces, entre otros por Inocencio III en 1210 y por Urbano VIII, en 1745, quien hizo construir la fachada. El Cardenal portugués Nuño da Cunha, titular de la iglesia, modificó todo el interior en 1722 para dejarla en su estado actual. Han sobrevivido a estos cambios las veinte bellísimas columnas antiguas, ocho de mármol pavonazzo acanalado y dos del rarísimo mármol “porta santa”. Al fondo, a la derecha del crucero, se encuentra el altar dedicado a Santo Toribio de Mogrovejo, Arzobispo de Lima entre 1581 y 1606 y gran organizador e impulsor de la evangelización en el Perú, quien fue canonizado en 1726. En 1983, Juan Pablo II lo proclamó Patrono del Episcopado Latinoamericano. El altar fue consagrado el 30 de diciembre de 1726, luego de la canonización del Santo, que fue el primero de América. Por decisión del Papa Benedicto XII, se estableció que cada año se celebraría en la basílica, el primer domingo de mayo, una misa en honor del Santo en presencia de la comunidad peruana de Roma. Sobre el altar se aprecia un cuadro del pintor romano Francesco Trevisani (1656- 1746) donde aparece Santo Toribio rodeado de dos ángeles y dos querubines. Al pie del altar se observa una lápida con la inscripción “nationis limanae”, donde fueron enterrados, a través de los siglos, numerosos limeños residentes en Roma, incluyendo al prelado José Francisco Moreyra, quien financió la restauración del altar en 1870. La basílica conserva algunas reliquias de Santo Toribio y de Santa Rosa de Lima, objetos que son expuestos sólo en ocasiones especiales. Rómulo Acurio Agradecimiento al Prof. Pietro Cannata
Dirección: Piazza di S. Anastasia, Roma.
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LA LEYENDA DEL ORO PERUANO EN SANTA MARIA LA MAYOR
En Santa María la Mayor, una de las cuatro grandes basílicas romanas, ubicada en la colina del Esquilino, se habla de una leyenda sobre el oro del Perú. Según la tradición, el Papa Liberio (352-356) quiso edificar la Basílica respondiendo a una aparición milagrosa de la Virgen que le ordenó construir una iglesia sobre el lugar donde cayera nieve el día siguiente, en agosto, en pleno verano romano. Es probable que haya sido el Papa Sixto III (432-440) quien llevara a cabo la edificación, después del Concilio de Efeso (431), que dio definitivamente a la Virgen el título de Madre de Dios. La basílica, que conserva todavía su estructura paleocristiana y gran parte de su decoración antigua, fue ornada y engrandecida por los pontífices sucesivos, especialmente durante el pontificado de Calixto III (1455-1458), quien aprobó el proyecto de transformación del interior de la basílica. La tradición ha señalado durante mucho tiempo que el interior de la basílica, en particular el techo artesonado, fue decorado con el primer cargamento de oro venido del Perú, que los reyes de España ofrecieron en donación al Papa. Esta tradición, en realidad, es cuestionada por algunas fuentes históricas, que indican que el oro fue donado por los Reyes Católicos Fernando a Isabel al Papa Alejandro VI Borgia, es decir a finales del siglo XV. Más aún, existen publicaciones de 1499 que informan sobre la casi finalización del decorado en oro del artesonado bajo la dirección de Giuliano da Sangallo, lo que haría imposible el origen peruano del metal, dado que, como sabemos, se comenzó a saquear el oro de los incas sólo a partir de la llegada de la expedición de Francisco Pizarro en 1532. En resúmen, es probable que el oro peruano del techo de Santa María la Mayor sea solo una leyenda pero, en la duda histórica, es un paso obligado en todo paseo peruano por Roma. Hna. Rosa E. Barrueto V., Carmelita Misionera
Dirección: Piazza S. Maria Maggiore, Roma.
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EL HOSPICIO AMERICANO BAJO EL ACTUAL VITTORIANO Cuando pasamos por la Plaza Venecia, frente al enorme monumento que recuerda la unidad de Italia, los peruanos debemos recordar a Fray Nicolás de León, fundador de un hospicio que ya no existe pero que, a lo largo de más de dos siglos, acogío a ilustres personajes de nuestro país. Los documentos conservados hasta hoy en la Embajada del Perú ante la Santa Sede muestran que, en 1696, el peruano Fray Nicolás llegó a Roma como Procurador de la causa de canonización del Beato Francisco Solano y se alojó en un convento franciscano ubicado en la cima del Monte Capitolino, al lado de la Basílica de Aracoeli, del Palacio Senatorio y de la plaza del Campidoglio que diseñara Miguel Angel. Al llegar, Fray Nicolás encontró en los terrenos del convento una humilde celda en ruinas, destinada a acoger al Procurador pro tempore de la causa de canonización del beato montillano. Fray Nicolás de León, que llevaba consigo el dinero recolectado en Indias y, principalmente, en el Perú, para sostener los gastos de esa causa, solicitó al Ministro General de la Orden Franciscana permiso para demoler “dicha habitación, para levantar otra desde los cimientos de forma más grande y más cómoda con limosnas de dichas Provincias, recolectadas para este mismo fin”. En respuesta, el proprio papa Inocencio XII aprobó, con la bula Exponi Nobis de 1698, la erección de un Hospicio Americano en el convento del Araceli. El edificio fue construido y tenía cuatro pisos con un total de diecisiete cuartos, un sótano y un pequeño patio. Se trataba de un modesto y cómodo alojamiento que, con sucesivas restauraciones, fue siempre sostenido por la comunidad franciscana de Lima, llamada de los Doce Apóstoles, y conservado bajo su propiedad ininterrumpida para alojar a los eclesiásticos peruanos, por ejemplo al Arzobispo Goyeneche y al Reverendo Gual, que vinieron a Roma a participar en el Concilio Vaticano I (1870-71). En 1873, como consecuencia de la unidad de Italia y de la proclamación de Roma como capital del reino, una comisión del gobierno italiano, en el contexto general de la confiscación de los bienes inmuebles de la Iglesia, decidió la requisición del local construido en el siglo XVII por Fray Nicolás de León. En respuesta, los franciscanos solicitaron la intervención de la Legación del Perú ante la Santa Sede que, recogiendo el pedido, alegó ante las autoridades italianas que el hospicio había sido construido, mantenido y reparado, desde el siglo XVII, con dinero peruano, lo que creaba un derecho de posesión para la nación peruana. Ante las gestiones de la legación peruana y de la orden franciscana, la comisión italiana suspendió temporalmente la incautación del edificio. Las cosas quedaron en suspenso hasta julio de 1883, cuando el parlamento italiano, con el objeto de recordar la unidad de la Patria y de rendir homenaje a Víctor Manuel II, que fue uno de sus principales artífices, decretó la erección de un monumento en el monte capitolino, para lo cual determinó la expropiación y demolición no sólo del convento y de la torre del Aracoeli, sino también del Hospicio Americano. Al pasar frente al Vittoriano, los peruanos debemos recordar entonces el edificio que allí una vez existió “para que por falta de habitación los religiosos de las Indias Occidentales que vienen a Roma, no estén obligados a vagar de una parte a otra” (Ne habitatione inopia Religiosi ex Provincia Indiarum Occidentalium Roman accedentes Inc inde vagari cogerentur), como decía la lápida colocada en 1699. Agradecimiento al Dr.Julio Macera dall’Orso
Dirección: Piazza Aracoeli, Roma. 7
LA LEYENDA DE SANTA ROSA EN LA PLAZA SAN PEDRO
La Plaza San Pedro fue realizada entre 1656 y 1667, durante el pontificado de Alejandro VII Chigi (1655-1667), siguiendo un diseño del famoso arquitecto y escultor Gian Lorenzo Bernini. La plaza tiene en su centro el célebre obelisco de Heliopolis, traído aquí en 1586, que lleva en su ápice un fragmento de la verdadera cruz y está rodeada de 248 columnas de quince metros de alto, hechas de travertino, en estilo dórico modificado, que componen dos columnatas, en parte rectas y en parte elípticas, sobre las cuales están colocadas 150 estatuas de santos, de 3.24 metros de alto cada una, esculpidas por los discípulos de Bernini. Las estatuas en la columnata del norte corresponden a los defensores de la fe y a los fundadores de las más antiguas órdenes religiosas. Las figuras de la columnata del sur, por su parte, representan a los defensores del primado de Roma, los papas, los obispos, los doctores de la Iglesia, los reformadores y los fundadores de otras órdenes religiosas. En las columnatas rectas están los santos mártires, con algunos santos importantes de la reforma católica y los santos venerados como taumaturgos. Durante los siglos XVIII, XIX y XX, numerosos manuales de guía del Vaticano sostuvieron que la estatua de Santa Rosa de Lima era aquella colocada en el vigésimo cuarto lugar en el brazo sur, partiendo del punto más alejado de la basílica. Sin embargo, es sabido que la santa limeña fue canonizada recién en 1671, es decir poco después de la construcción de la plaza. Por ello, los estudiosos actuales afirman que la estatua que le fue atribuida en realidad corresponde a Santa Catalina de Siena. Cualquiera sea la versión correcta, es curioso observar que la santa sienesa, la más famosa terciaria dominica de su época, fue tomada como modelo de vida y de religiosidad por la propia Santa Rosa, de modo que la identificación de sus figuras no es puro fruto del azar. Hno. Hugo Mejía, OFMCap
Dirección: Plaza San Pedro, Ciudad del Vaticano.
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EL ALTAR DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS EN ROMA
La imagen del Señor de los Milagros de Roma, réplica de aquella de Lima, se venera en la Basílica de Santa María de los Angeles y los Mártires, en la Plaza República. El segundo y cuarto domingo de octubre sus andas salen en procesión por las calles de la Ciudad Eterna, dos grandes eventos que atraen un corteo de alrededor cinco mil personas. Las andas de Roma, con todas sus decoraciones, pesan 900 kilos que los Cargadores del Señor (150 fieles), organizados en escuadras, llevan con disciplina y devoción. A este rito sagrado se asocian las 180 Sahumadoras que dan Gloria y Honor al “Señor de los Milagros”. La elaboración de las andas completas, con rayos dorados, arcos plateados y cuatro ángeles, se realizó en dos años gracias a los aportes de los fieles y con el trabajo de calificados artistas italianos, expertos en el arte religioso. La Hermandad del Señor de los Milagros de Roma nació en 1999, en el seno del Centro Latinoamericano “Tra Noi”, movimiento eclesial que promueve la espiritualidad de la acogida, la integración cristiana de extranjeros en Italia. La Hermandad tiene un caracter internacional. Un signo de ello es la participación de latinoamericanos de diversos países, de italianos e incluso de europeos del este. El sacerdote fundador fue un Misionero Redentorista chileno. Las procesiones del Señor de los Milagros en Roma hacen que se cumpla lo que Jesús decía hablando de su crucifixión, cuando sería elevado de la tierra: “atraeré a todos hacia Mí” (Jn 12,32). La Hermandad quiere provocar un movimiento de unidad entre los latinoamericanos migrantes y una actitud de agradecimiento hacia Roma, la ciudad que los recibe. También quiere ser instrumento de evangelización, una invitación para que los propios italianos redescubran el fervor cristiano a través de la Hermandad. P. Luis Pérez Godoy, CSsR
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Dirección: Piazza Repubblica, Roma
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LA TUMBA DEL BEATO LUIS TEZZA
A pocos kilómetros de Roma, en Grottaferrata, se encuentran los restos del Beato Luis Tezza, el “Apostol de Lima”. El Padre Tezza nació en Conegliano Véneto, Italia, en 1841. Luego de hacerse religioso de San Camilo, pasó veinte años en Francia fundando numerosos centros de asistencia para enfermos y ancianos. En 1892, con la religiosa Giuditta Vannini, hoy Beata, fundó la Congregación de las Hijas de San Camilo. En 1900, sus superiores lo enviaron al Perú para una misión temporal. Se hizo pronto tan indispensable, brindando afecto y sabiduría y trabajando incansablemente en numerosos hospitales, que terminó quedándose en nuestro país 23 años, hasta su muerte en 1923. En 1948, sus restos fueron trasladados a Buenos Aires, a la capilla de la Casa Provincial de las Hijas de San Camilo, y en 1999, acercándose el centenario de su llegada a Perú, su cuerpo volvió a Italia, a la Capilla de la Casa Generalicia de las "Hijas de San Camilo" de Grottaferrata, junto a la sepultura de la Beata Giuseppina Vannini, donde ahora descansa. El Padre Tezza fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en la Plaza San Pedro el 4 de noviembre de 2001, en una ceremonia a la que asistió el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Juan Luis Cardenal Cipriani. El milagro requerido por las normas canónicas para su beatificación consistió en haber salvado la vida de un albañil que quedó enterrado largo tiempo bajo toneladas de tierra mientras trabajaba en unas obras de ampliación de la Clínica Tezza, en Lima. El nuevo Beato debe ser considerado peruano, al igual que Santo Toribio de Mogrovejo, San Francisco Solano y San Juan Macías, por haberse santificado en el Perú no obstante haber nacido en el extranjero. Cierto es que los santos y beatos se convierten en universales dejando de ser patrimonio exclusivo de un país, pero la costumbre de siglos les asigna la "nacionalidad" del lugar en el que se santificaron, más aun si el milagro que los lleva a los altares se verificó allí. Alberto Montagne Vidal
Dirección: Istituto Figlie di S. Camillo, Villa Immacolata, Via Anagnina, 18, Grottaferrata.
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LAS IGLESIAS TITULARES DE LOS CARDENALES PERUANOS Cuando el Papa hace Cardenal a un prelado, le otorga un título honorario, que lleva el nombre de una iglesia en Roma, la capital del catolicismo. Así, todos los cardenales peruanos han tenido una “iglesia titular” en Roma, siempre de nivel “presbiterial”. Veamos de qué iglesias se trata: A) Cardenal Juan Gualberto Guevara: la Iglesia de San Eusebio Esta iglesia del siglo IV es una de las más antiguas de la ciudad. Fue asignada al primer cardenal peruano en febrero de 1946. Ubicada en la Piazza Vittorio Emanuele, fue construida en honor de San Eusebio de Vercelli, un Santo muy popular en Roma en el siglo V. Su arquitectura románica fue mantenida a pesar de las diversas modificaciones realizadas en los siglos, XIII, XVIII y XX. Durante varios siglos la iglesia perteneció a la orden benedictina de los celestinos.
Dirección: 12A, Piazza Vittorio Emanuelle, Roma. B) Cardenal Juan Landázuri Ricketts: la Basílica de Santa María in Aracoeli La Basílica de Aracoeli, una de las más antiguas y queridas de Roma, propiedad de los franciscanos, fue asignada en marzo de 1962 al Cardenal Landázuri, prelado de la misma orden. Emplazada entre el enorme Vittoriano y la plaza del Campidoglio, la Basílica fue construida en estilo románico a finales del siglo XIII. El edificio es famoso por los 124 escalones de ingreso; por el altar mayor, que contiene la Madona de Aracoeli, un ícono muy venerado durante la plaga de 1348; y por el Santo Bambino, una imagen del niño Jesús considerada milagrosa por los romanos desde el siglo XV. Además contiene numerosas obras de grandísimo valor artístico. A los peruanos nos interesa saber que hay una capilla dedicada a San Francisco Solano.
Dirección: Piazza Aracoeli, Roma C) Cardenal Augusto Vargas Alzamora: la Iglesia de San Roberto Bellarmino Esta iglesia fue asignada al cardenal peruano en noviembre de 1994. Se trata de un edificio construido en 1933, en el barrio de Parioli, con un diseño del arquitecto Clemente Busiri. La iglesia es propiedad de la Compañía de Jesús, a la que perteneció el prelado peruano, y está dedicada a San Roberto Bellarmino, cardenal de los siglos XVI y XVII, quien fue canonizado en 1930.
Dirección: Via Panama 13, Roma D) Cardenal Juan Luis Cipriani: la Basílica Menor de San Camilo de Lellis Es la “iglesia titular” del actual Cardenal peruano, Juan Luis Cipriani, a quien le fue asignada en febrero del 2001. Construida a inicios del siglo XX, la iglesia está dedicada al santo del siglo XVI, fundador de la orden de los sacerdotes ministros para los enfermos, y es hoy propiedad de la Orden de San Camilo. Situado en el barrio de Via Veneto, el edificio tiene un diseño neo-gótico del arquitecto Tullio Passarelli.
Dirección: Via Sallustiana 24, Roma.
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LA ESTATUA DE SANTA ROSA EN SANTA SABINA
Santa Sabina, una de las más hermosas basílicas romanas, fue construida en su actual estructura por el sacerdote Pedro de Iliria entre los años 422 y 432 sobre una “domus romana” del siglo III-IV perteneciente a una señora de nombre Sabina, razón por la cual se atribuyó a la basílica el título de Sabina. La sucesión directa entre la lujosa habitación romana y la construcción de la iglesia no ha sido probada. En el siglo XIII el Papa Honorio III donó la iglesia y el anexo convento hoy existentes a Santo Domingo de Guzmán. Es solamente alrededor del año 420 que se tienen noticias sobre la existencia de una comunidad cristiana en el Aventino y se debe a las religiosas de San Jerónimo. Una de las primeras convertidas al cristianismo (siglo V) fue Sabina, homónima de la señora sobre cuya casa se construyó la iglesia. Denunciada de profesar la fe cristiana, Sabina fue condenada a la decapitación por el Prefecto Elpidio, condena que se llevó a cabo el 29 de agosto. Su cuerpo fue sepultado por los cristianos de Vindena (cerca de la actual Terni), en los alrededores del Arco de Faustino. Durante las invasiones barbáricas sus restos fueron colocados debajo del altar mayor de la basílica, donde se encuentran en la actualidad. Reconocida Sabina como mártir de la fe y declarada santa el primer título de la basilica fue cambiado por el de Santa Sabina. La basílica tiene especial importancia para el Perú. Efectivamente, llegada a Roma la causa de beatificación de Santa Rosa, el entonces Papa Clemente IX, el día 12 de febrero de 1668, se trasladó al convento de Santa Sabina para firmar, en la celda de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden dominica, el decreto de beatificación. Tres años más tarde, el 12 de abril de 1671, el nuevo Pontífice Clemente X firmó el decreto de canonización. En el atrio de la basílica ha sido colocada una estatua de Santa Rosa con el niño Jesús en los brazos. Dr. Bruno Mari En el pedestal de la estatua hay una leyenda latina que dice: A ti, Rosa, flor del celestial paraíso venida desde el Nuevo Mundo, se dedica esta estatua para recordar a la posteridad que el año 1568 el Pontifice Clemente IX se dignó vivir por algunos días en este lugar decretando el día 12 de febrero inscribir solemnemente a Santa Rosa entre los beatos celestiales.
Dirección: Piazza Pietro D’Illiria, Roma.
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LA ESTATUA DE SANTA ROSA EN PIAZZA DEL POPOLO
La estatua de la Santa peruana se encuentra en alto a la derecha de la fachada de la Iglesia de Santa María de los Milagros, una de las conocidas “iglesias gemelas” de Piazza del Popolo (a la derecha, vista desde la plaza). Aunque la estructura principal de la iglesia fue terminada en 1597, siguiendo un diseño típico barroco de Rainaldi y Bernini, se estima que algunas de las esculturas externas fueron añadidas durante el siglo XVII. Esta es precisamente la época de mayor fama en Roma de la Santa peruana, canonizada en 1671, por lo que la estatua le ha sido atribuida desde hace mucho tiempo. En el interior del templo, que pertenece a los Padres del Sagrado Corazón, se puede ver una imagen de la Virgen de los Milagros, muy venerada en Roma en los siglos XVII y XVIII.
Dirección: 528 Via del Corso/ Piazza del Popolo, Roma. 25
EL EDICTO EN QUECHUA DE 1603 Y EL JUBILEO PARA EL PERU DE 1610
Quien visite el vestíbulo de la Embajada del Perú ante la Santa Sede podrá apreciar las copias facsimilares de dos documentos insólitos. El primero es un Edicto en quechua promulgado por el Papa Clemente VIII en 1603. Hasta donde se sabe, es el único documento en lengua quechua jamás firmado por un Papa y el único documento pontificio impreso en Roma en ese idioma. El edicto fue elaborado en quechua para facilitar su divulgación en los territorios del virreinato peruano donde, según dice el texto, “hay ciertos pueblos que, permaneciendo aún en las tinieblas de la muerte, sirven a los ídolos, con obstinación en tal modo que, profesando tristemente el odio a Cristo, no quieren conocer la luz de la verdad cristiana”. El segundo documento insólito es la Bula por el Jubileo dedicado a “los indios del Perú” por el Papa Pablo V en 1610, el único Jubileo otorgado a un país latinoamericano por un Pontífice. La Bula, firmada en Frascati el 13 de octubre de 1610, tiene como propósito conceder indulgencias especiales a los indios de “los Reynos y Provincias Peruanas”. Para favorecer la evangelización, el Papa Pablo V pide a los católicos peruanos que, con motivo del Jubileo, “visitaran al menos una vez la Iglesia o las Iglesias designadas por ellos mismos, y oraran en cualquier parte por la conversión de los infieles (…) e hicieran limosnas según su criterio”. A quienes hicieran esto, el pontífice concede “plenísima indulgencia y remisión de todos sus pecados”. El papa pide a los prelados peruanos que publiquen este mensaje y que “convoquen y celebren (…) solemnes procesiones y súplicas”. La Embajada ha ubicado estos curiosos documentos en el Archivo Secreto Vaticano, donde se conserva los originales. Rómulo Acurio
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Dirección: 63 Via di Porta Angelica, Roma
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LA PLACA SOBRE LA MISION HERRERA EN LA PLAZA MIGNANELLI
Al conmemorarse el sesquicentenario de la "Misión Herrera" de 1852-53, la Embajada del Perú ante la Santa Sede, a mi cargo, colocó en el frontis del Palacio Mignanelli, de propiedad de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, una placa recordatoria de la primera representación diplomática del Perú ante la Sede Apostólica. Monseñor Bartolomé Herrera fue enviado por el Presidente del Perú, Rufino Echenique, con el propósito de que discutiera las bases para suscribir un Concordato con la Santa Sede, que definiera de una manera clara y definitiva los términos de una relación inexistente formalmente pero que, desde la independencia, se había caracterizado por sus altibajos en el contexto de las discrepancias políticas entre los liberales y conservadores, en el Perú, y en la reticencia de la Santa Sede para reconocer que la Institución del Patronato (potestad de los jefes de Estado para nombrar obispos) que, hasta la Independencia, había correspondido al Rey de España, había pasado a los presidentes de la nueva república. El Obispo peruano estuvo en la Ciudad Eterna desde octubre de 1852 hasta mediados del año siguiente y, aun cuando no llegó a ningún acuerdo final sobre la firma del convenio con la Santa Sede, tuvo la satisfacción de que, por primera vez, la Santa Sede reconociera el nombre oficial de la República del Perú, al que hasta ese momento se refería bajo el apelativo genérico de “América Meridional”. La placa, elaborada en fino mármol de Carrara, fue diseñada por el escultor peruano Joaquín Roca Rey, quien reside en Roma desde hace muchos años, y ejecutada por el artista italiano Luca Marovino. Alberto Montagne Vidal
Dirección: Piazza Mignanelli, Roma.
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LA TUMBA DE MADRE TERESA DEL SAGRADO CORAZON
En la capilla del Santísimo Sacramento de las Religiosas Reparadoras del Sagrado Corazón, en Roma, se conservan los restos de la distinguida dama limeña Rosa Mercedes de Castañeda y Coello, en religión Madre Teresa del Sagrado Corazón. La Madre Teresa fundó esta congregación de derecho pontificio en Lima, el 17 de marzo de 1896, en la solariega casa del señor Loredo de la tradicional Alameda de los Descalzos, al año de ser aprobados sus deseos por el Papa León XIII. La Madre Teresa fundó la congregación con el fin de “reparar las ofensas inferidas al Corazón de Jesús” y trabajó durante años en el antiguo Convento de San Pedro Nolasco, hoy Jesús Reparador, en Mesa Redonda, que es, desde 1897, la Casa Madre de la Congregación. Después de continuos viajes en su afán por extender la comunidad por América y Europa, y encontrándose en Roma, es llamada al eterno descanso el 12 de febrero de 1950, a la edad de 93 años. Sus restos fueron llevados al mausoleo de la congregación en el Cementerio de Campo Verano en Roma pero, posteriormente, se consiguió la autorización para trasladarlos a la capilla de la Casa de Roma, donde descansan actualmente. En el mismo edificio funciona la Casa Generalicia de la congregación, así como un pensionado para señoras de la tercera edad a cargo de las Religiosas Reparadoras. La congregación abrió su primera casa en Roma en 1910 y en 1921 obtuvo la pequeña Iglesia de San Egidio en Via di Porta Angelica, al lado de la cual construyó su casa religiosa. Después de los pactos lateranenses de 1929, la congregación se vió obligada a abandonar este local y a trasladarse al edificio actual, donde también funcionó el consulado peruano durante los años 30. Sor. María de la Paz Jaworski C, Religiosa Reparadora.
Dirección: 42, Via Tagliamento, Roma.
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SAN MARTIN DE PORRAS EN VIA CONDOTTI
En la esquina de las vías Condotti y del Corso, en pleno centro histórico de Roma, se encuentra la Iglesia de la Santísima Trinidad de los Españoles, que no hay que confundir con aquella otra famosa de la Trinidad del Monte, al final de la escalinata de la Plaza de España. Dicha iglesia fue construída por iniciativa del Obispo peruano Monseñor Diego de Morcillo, de la Orden de los Trinitarios Calzados, cuando aún éramos virreinato, entre 1741 y 1750, luego de que fuera restaurado, y convertido en hospicio, el palacio colindante de Orazio Rucellai. El autor del proyecto de la Iglesia fue el arquitecto portugués Emanuel Rodrigues Dos Santos y fue terminada por el español Hermosilla y Sandoval. En 1895, habiéndose reducido a muy pocos sacerdortes la Orden de los Trinitarios, se decretó que todo el gran complejo pasase a manos de los Dominicos españoles, quienes lo transformaron en el Colegio de la Santísima Trinidad para sus misiones en las Filipinas. El interior de la iglesia, de planta elíptica, tiene cuatro capillas intercomunicadas entre ellas a cada lado. En la primera del lado derecho se encuentra la imagen de San Martín de Porras, seguramente colocada allí ya en la época en que se hicieron cargo los dominicos, a cuya orden perteneció nuestro Santo de la Escoba. Son notables también los frescos y cuadros. Entre éstos, cabe destacar uno del siglo XVIII, de Corrado Giaquinto, dedicado a la Santísima Trinidad. Alberto Montagne Vidal
Dirección: 41, Via Condotti, Roma. 27
LA CAPILLA SIXTINA Y LA ESCUELA CUSQUEÑA
Muchos ignoran que en la célebre Capilla Sixtina del Vaticano hay un vínculo con el Perú: se trata de un fresco del pintor Matteo Perez da Lecce, uno de los fundadores de la escuela de pintura cusqueña. Matteo Pérez da Lecce nació entre 1545 y 1550 en Alessio, cerca de Gallipoli, en Apulia, y murió en el Perú en 1616. La fecha aproximada de su nacimiento se deduce de un dibujo de la Pierpont Morgan Library que lo retrata joven con la leyenda “pintor en Roma en 1568”. En 1573 ya es miembro de la Academia de San Lucas. De él quedan pocas obras, en su mayor parte frescos, entre los cuales el recuadro de la Capilla Sixtina que figura “La contienda en torno al cuerpo de Moisés”, que sustituyó al fresco perdido de Luca Signorelli. Algunos frescos para el Oratorio del Gonfalone, que había realizado entre 1575 y 1576, fueron destruidos por él mismo apenas terminados. Luego de este grave episodio Matteo tuvo que dejar Roma y se refugió en Malta, donde quedan algunos frescos suyos en el Palacio del Gran Maestro en la Valeta. De regreso en Roma realizó otros frescos en la Iglesia de San Eligio degli Orefici. Desde Roma partió hacia Sevilla donde residió entre 1584 y 1588, pintando en la Catedral. Finalmente, viajó al Perú, donde se encuentran todavía sus pinturas en la Capilla del Cristo de la Angustia ad Espera y en el Claustro de San Agustín en Lima. Dra. Maria Antonietta de Angelis
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Dirección: Museos Vaticanos, Ciudad del Vaticano 29
LA PATRONA DEL EJERCITO PERUANO EN ROMA
La Iglesia de Santa María de las Mercedes, de los padres mercedarios, ha sido elegida por las Fuerzas Armadas peruanas para rendir homenaje a su Patrona en Roma. En efecto, el Agregado de Defensa del Perú en Italia colocó el 24 de setiembre de 1998, día del ejército, una placa de mármol en la capilla de la Virgen de la Merced que dice lo siguiente: Las Fuerzas Armadas de la República del Perú a la Parroquia Santa Maria della Mercede en devoción a la Santísima Vírgen de la Merced patrona de las Fuerzas Armadas de la República Gran Mariscala del Perú y Patrona de los campos de la ciudad de Lima. Desde entonces, todos los años se conmemora en esta Iglesia el aniversario de las Fuerzas Armadas peruanas y la capilla es, por tanto, lugar obligado de peregrinaje del militar peruano de visita en la ciudad.
Dirección: 66, Viale Regina Margherita, Roma.
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LA CAPILLA DE SAN FRANCISCO SOLANO
El peruano que haga el esfuerzo de subir el centenar de peldaños que conducen a la Basílica de Aracoeli descubrirá al entrar, en el lado izquierdo, al inicio de la nave lateral, una sorpresa muy nacional: la capilla de San Francisco Solano. La capilla está allí desde el siglo XVIII, cuando un franciscano español, cuyo nombre ha quedado en el olvido, decidió decorarla en honor de nuestro misionero y predicador, que murió en 1610. Desde entonces, durante un siglo y medio, llegaron a Roma numerosos prelados peruanos que, alojados en el Convento de Aracoeli, se activaron en el Vaticano, con expedientes bajo el brazo, para que avance el proceso dirigido a la canonización del santo, lograda en 1726. Para celebrar este acontecimiento, el anónimo español tomó a su cargo la capilla y, de su bolsillo, financió la decoración con mármoles, pinturas y estucos de gran valor. El santo peruano está representado en el cuadro central y en los frescos de la bóveda y de los costados, que ofrecen imágenes de su vida, todas obras de un artista llamado Antonio Gherardi, quien también fue arquitecto del conjunto. Por cierto, el espacio de la actual capilla existió desde el siglo XII, período de construcción de la basílica. Desde entonces, la capilla alojó un altar dedicado a San Miguel Arcángel, y luego a Santa Francisca Romana, y acogió las tumbas de ilustres romanos de las familias Margani, Astalli y Piccolomini quienes, sin duda, no imaginaron en vida que sus restos descansarían allí por siempre bajo la tutela de un santo del lejano Perú. Rómulo Acurio
Dirección: Piazza Aracoeli, Roma.
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I N D I C E PROLOGO 1 LA CAPILLA DE SANTA ROSA DE LIMA 3 EL ALTAR DE SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO 5 LA LEYENDA DEL ORO PERUANO EN SANTA MARIA LA MAYOR 7 EL HOSPICIO AMERICANO BAJO EL ACTUAL VITTORIANO 9 LA LEYENDA DE SANTA ROSA EN LA PLAZA SAN PEDRO 11 EL ALTAR DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS EN ROMA 13 LA TUMBA DEL BEATO LUIS TEZZA 15 LAS IGLESIAS TITULARES DE LOS CARDENALES PERUANOS 17 LA ESTATUA DE SANTA ROSA EN SANTA SABINA 19 EL EDICTO EN QUECHUA DE 1603 Y EL JUBILEO PARA EL PERU DE 1610 21 LA PLACA SOBRE LA MISION HERRERA EN LA PLAZA MIGNANELLI 23 LA TUMBA DE MADRE TERESA DEL SAGRADO CORAZON 25 LA ESTATUA DE SANTA ROSA EN PIAZZA DEL POPOLO 27 SAN MARTIN DE PORRAS EN VIA CONDOTTI 29 LA CAPILLA SIXTINA Y LA ESCUELA CUSQUEÑA 31 LA PATRONA DEL EJERCITO PERUANO EN ROMA 33 LA CAPILLA DE SAN FRANCISCO SOLANO 35 MAPA DE ROMA