El cierre de una gran aventura

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13 de Julio 2015 El cierre de una gran aventura

Una carta sencilla, concreta y directa, era lo que quería escribir…

Después de tres largos años en la UPQ, hace 13 días he decidido decirle adiós, todo fue inesperado y repentino.

Sí, sucedió porque yo había empezado un mes atrás un proceso de selección en otra Universidad pero no creí que sucediera, de hecho ese día yo no iba a pedir ese trabajo. Yo iba a pedir clases para psicología y después fui a otra área y supe de la vacante, por lo cual decidí aplicar. Hace 5 años ya había aplicado para esa área pero en otro puesto y en ese momento no se dio la oportunidad y yo seguí mi rumbo.

Bendita falta de oportunidad, que me hizo iniciar un camino diferente, en ocasiones muy incierto pero al final muy gratificante. Fue así como en Septiembre del 2012 inicié una nueva aventura en la UPQ, era la primera vez que yo daba clases, cuando estudiaba la carrera recuerdo teníamos una clase sobre planeación pedagógica o algo así y yo dije que no la tomaría y después terminé siendo maestro. Lo cual fue una experiencia diferente e interesante; cuando inicié siendo docente yo era serio, demasiado callado y estricto, conforme fue pasando el tiempo me fui transformando. Aprendiendo de la experiencia del día a día, de consejos de mis compañeros y sobre todo de mis alumnos; con lo que al final terminé siendo ese maestro loco e irreverente, que buscaba disfrutar del tiempo de clase, que se reía de cualquier cosa buscando contagiar la risa porque descubrí que la materia de desarrollo humano no era una clase más, era una clase para profundizar en uno mismo.

Para mí, la mejor manera de llegar a ello era que la clase no dejara de tomarse en serio pero con un toque diferente, de diversión y de crear un buen momento. Como me expresaba la Linda, que un rector decía que la clase de desarrollo humano “debería ser


como un oasis en el desierto”, en ese momento yo me negaba a creerlo, para mí la clase debería de ser seria pero después de varios cuatrimestres comprendí que no. La materia de desarrollo humano debe ser amena, sin nunca perder su sentido y siempre buscando que los alumnos profundicen en ellos mismos.

Espero que a lo largo de estos tres años haya logrado eso con los grupos que atendí, y como le decía también a la Linda, yo espero que mínimo se haya movido un poco algo de los chavos, aunque hubiera sido mínimo, para mí, mi trabajo estaba hecho. Porque a lo largo de los años me he dado cuenta que si uno se conoce a sí mismo, siendo capaz de identificar sus conocimientos, habilidades y debilidades puede seguir mejorando día a día. El autoconocimiento nos permite ser asertivos en nuestro trabajo diario tanto en nuestra vida profesional como personal; el autoconocimiento nos permite tomar la rienda de nuestra vida, divertirnos como niños y decidir como adultos.

Por esa razón, el haber sido tutor fue una actividad muy importante para mí porque era una oportunidad de poder acompañarlos y conocerlos un poco más. Agradezco a Claudia Vega por haberme recomendado para ser tutor al año de haber entrado en la UPQ. El ser tutor me permitió conocer historias maravillosas, acompañarlos en sus momentos de indecisión, de preocupación, lágrimas, rupturas amorosas y felicidad. Me encantó compartir con ustedes un poco de su vida, agradezco de corazón la confianza y su apertura hacia mí.

Con este trabajo me di cuenta que me encanta acompañar a la gente, escuchar a los demás, platicar con ellos, ser serio en momentos que se necesiten (aunque a veces me cuesta trabajo) y reírnos cuando lo necesitamos. Por eso aunque yo ya no esté presente con ustedes no duden en mandarme un inbox, un mensaje en whatsapp y vernos para contarme lo que viven. Me encanta leerlos, escucharlos y saber de ustedes cuando me escriben y me platican acerca de sus problemas de pareja, sus logros profesionales y sus situaciones familiares. Considérense siempre escuchados, leídos y vistos por mí.


Muchas gracias por estos 9 cuatrimestres, por permitirme atender a estas 3 generaciones, un total de 31 grupos de docencia y 8 grupos tutorados. Ha sido una muy grata experiencia de la cual me llevo muchísimos aprendizajes y me hace ser más humilde al reconocer la grandeza de otras personas, sus luchas, vidas y sueños.

Ahora que inicio otro camino en mi vida, llevaré a los alumnos UPQ siempre conmigo, han marcado una historia, un antes y un después. Como antes ya lo he dicho: de los lugares en los que he estado no es tan importante el lugar físico donde he estado si no las personas que he conocido. Por eso estarán en mis discursos y cuando narre mis experiencias hablaré de ustedes, y les diré que hace años atrás toda la magia empezó con la UPQ y sabrá Dios hasta cuándo terminará.

Sinceramente muchas gracias, debo confesar que si tuve mis alumnos favoritos y mis grupos favoritos. De los alumnos favoritos no daré nombres, quien lo haya sentido así, es porque lo era y quien no pues no. Algo importante de aclarar es que nunca me cayó mal nadie como decían, por lo general, cuando alguien me cae mal no le hablo y no le hago caso, nunca pierdo tiempo ni energía en quien no me interesa, a diferencia de toda la energía que puedo depositar en las personas que si me interesan.

Mis grupos favoritos, si pueden ser revelados, los cuales son tres: N603 de la 8va generación, el grupo de guerreros que al compartir su línea de vida me di cuenta que la mayoría de sus historias eran historias de lucha; lo que me hizo tener un gran respeto y admiración por ese grupo. N901 de la 9na generación (en sus versiones de 4to, 5to y 6to cuatrimestre) un grupo que pude recibir en 4to cuatrimestre como docente y tutor, pudiendo acompañarlos durante todo un año como tutor y dos veces como docente. Un grupo diferente con grandes personas, algo escandalosas y faltistas pero al final buenas personas. Finalmente, el N105 de la 10ma generación, grupo con el cual me hubiera encantado compartir todo un año como tutor al igual que con el N901, pero por no haber dicho NO, me lo quitaron. Siempre estuve atento de ustedes, no al 100 pero veía cosas que hacían, me enteraba de sus asuntos internos y solo decía que estaban para jalarles las orejas. Un grupo que llegó justo cuando a mí me empezó


a nacer la idea de irme de la UPQ, de hecho a finales de ese cuatrimestre estuve a punto de decir adiós pero en ese momento me decidí por algo que me interesaba más que ese posible trabajo y seguí dos cuatrimestres más en la UPQ.

En mi penúltimo cuatrimestre, Enero-Abril 2015, todo fue genial, hubieron situaciones que volvería a repetir una y otra vez porque me alegraban demasiado. En ese cuatrimestre me caí por andar de impulsivo y correr en terrenos que no conocía. Justo después de mi caída, mi primera reacción fue levantar las manos al cielo y decir gracias, era el mensaje que necesitaba para decirle adiós a la UPQ. Mi segunda reacción, fue agradecer a esas personas que no conocía que se acercaron a mí para ver si no me había fracturado y si podía mover el pie. La tercera, fue agradecer a quienes me estuvieron acompañando para ver si no necesitaba algo, me acuerdo de cada una de las personas que estaban ahí paradas alrededor de mí ayudándome, ese gesto nunca lo voy a olvidar.

Aunque yo me sentía conmocionado y me preocupaba más por mi pantalón azul marino favorito que me quedaba a la perfección. Mientras que todos se preocupaban más por lo que me había pasado. Pero yo nunca me había caído y aparte siempre tuve mal mi tobillo desde años atrás, así que para mí era una simple caída, en donde mi tobillo frágil había sido lastimado y cuando llegara a mi casa me pondría pomada, me vendaría, pasarían un par de días y todo estaría bien. Por eso yo decía, pero por qué siguen aquí si yo estoy bien, no morí, ya luego resultó ser esguince en el tobillo de 3er grado y de acuerdo a mi doctor “casi fractura”, estuve a nada de fracturarme, ahora lo sé. Luego sucedió la recuperación y todo ese tiempo de reflexión me reafirmó que mi tiempo en la UPQ estaba por terminar.

Decidí no dejar la UPQ al final de ese cuatrimestre porque conociéndome, eso me deprimiría por lo cual me decidí por comenzar mi último cuatrimestre y cumplir mis 3 años en la UPQ. Este último cuatrimestre fue difícil, al principio todo inició tranquilo pero conforme pasaron las semanas llegó un momento en que el yo ya no me sentía cómodo. No era por los alumnos, mis grupos de ingenieros me encantaban y me


hacían querer terminar el cuatrimestre, pero había algo más que no me permitía sentirme cómodo.

Por lo cual, a mitad del cuatrimestre pensé en renunciar y dejar todo pero mi parte responsable me decía que no lo hiciera que faltaba poco para terminar el cuatrimestre. Así fue como llegué a lo que narraba al inicio de esta carta, la oportunidad se presentó, la llamada llegó y finalmente se dio mi salida. Fue bueno porque todo se acomodó, tuve una semana para poder despedirme de mis grupos y cerrar con ellos tal y como yo quería cerrar. Finalmente, mañana será ya mi último día en la UPQ, iré solo a “pasar la estafeta” a los maestros que se quedan en mi lugar y en mi tiempo libre me dedicaré a echar el chisme, la crítica y a soltar muchas verdades. :O ( jajaja bueno solo lo que me pregunten ;) y me reservo el derecho a contestar)

Por último, solo me queda agradecerles de corazón su tiempo, paciencia, confianza y compañía. Me quedo muy agradecido con la UPQ y muy contento por haberlos conocido. Los invito a vivir la vida al máximo y a disfrutar cada día como si fuera el último. Luchar por lo que quieren y por las personas que valen la pena; levantar siempre su voz para expresar sus pensamientos, dudas, ideas y opiniones, siempre con mucho respeto para ustedes y para los demás. A clarificar sus metas, reconocer sus logros y aprender de sus fracasos; y a nunca dejar de soñar y de creer que todo es posible.

Muchas gracias por todo,

Jorge Razo


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