La Emocional Abriendo tu mente hacia el ĂŠxito
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INTRODUCCIÓN Para lograr el éxito sólo se necesita una sola condición: Ser humano. Y cuando definimos al ser humano, no nos referimos meramente a la especie, sino a la capacidad que tenemos de comunicar sentimientos, emociones, sueños, esperanzas, anhelos y conocimientos en favor de construir y lograr metas y objetivos. Para lograr dichas metas, debemos vencer nuestros propios paradigmas, es por ello, la necesidad del estudio de modelos que contribuyan en conectar lo que pensamos, con lo que decimos para luego concretar dichas metas. Para esto, y muchas cosas, existe un modelo, formal, dinámico, vínculado en el funcionamiento de la mente y la percepción humana, de cómo procesamos la información y las experiencia previas para alcanzar el éxito personal. Dicho modelo, se define como la Programación Neurolingüística (PNL). La PNL no sólo proporciona las técnicas necesarias para transformar pensamientos, conductas, sentimientos y conducirlos hacia el éxito, sino que permite de dichas acciones positivas se traduzcan en confianza y seguridad.
La importancia de hacer lo que decimos
conexión que pueda existir entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos. Para muchos, escuchar de parte de nuestros padres las típicas frases como-“Hijo (a), debes estudiar para ser un profesional exitoso” le parecerá común. Lo cierto es que, desde que tenemos conciencia, nuestra familia, maestros, amigos, compañeros y la sociedad en sí, desea “lo mejor para nosotros”. Resulta que el éxito es algo relativo, y no necesariamente se obtiene al final de una carrera universitaria o de algún cursillo intensivo. Muchas personas tienen éxito en los estudios pero sienten que “no tienen el empleo que se merecen”, o quizás sienten que tienen excelentes ideas de mejoramiento económico pero “no tienen suerte porque nunca se materializan”. Para esto, existen infinitas teorías, estudios, gurú o personas dedicadas a impulsar el éxito de los demás. Pero la verdad del asunto es, que el éxito depende de nosotros mismos y a su vez, de la
Esa pasión de querer hacer, de pensar positivo y de proclamar que queremos hacer cosas interesante tiene que ver con la Programación Neurolingüística, un nombre que apareció por vez primera a mediados de los convulsionados años setenta (si no me creen, pregúntenselo a sus padres) a cargo de Richard Bandler, un matemático que descubrió una suma sencilla: Programaciòn +Neuro +Lingüística: Programación Neurolingüística No se trata de ecuaciones complejas, algebra, integrales u otros dolores de cabeza. La PNL trata de los recursos que tenemos cada uno de nosotros para superar los problemas, siendo éstos “estímulos para crecer”. Lo más interesante de la PNL es que no se trata de un recurso “exclusivo para gerentes o altos ejecutivos” de grandes corporaciones. Para
su ventura y la mía, le informo que la PNL puede ser empleada en diversos campos como la educación, el trabajo, la vida en general, así como situaciones tan cotidianas como el miedo escénico. Este método trata de cómo afrontamos nuestros miedos y convertimos emociones negativas en positivas. Ahora bien, usted se preguntara, ¿pero qué tiene que ver el tema del lenguaje en todo esto? Simple. La PNL utiliza un lenguaje tanto verbal como no verbal. Todos, absolutamente todos, comunicamos mensajes, sentimientos, vivencias, sueños y anhelos de diversas maneras. Estos mensajes son interpretados por nuestro público meta y públicos secundarios para ser luego decodificados, todo esto con una intención primaria.
Podemos decir que la creatividad se mantiene unida a nuestra mente, (en base a los logros) y que como el amor, debe cultivarse, mantenerse y cuidarse.
Antecedentes de la PNL El objetivo de los pioneros de la PNL (Richard Bandler y John Grinder), estuvo y continúa orientado en la construcción de un modelo eficaz, más que en la construcción de una teoría, ya que la finalidad de una teoría es el poder proporcionar un intento de explicación o de interpretación de la pregunta ¿Porqué esto es así?, mientras que la función de un modelo, es el de describir el funcionamiento de dicho fenómeno y poder crear una réplica, una estructura de lo observado y posteriormente reproducirlo a voluntad, tarea a la cual los creadores, llamaron “modelado”, por lo cual en la actualidad definimos a la PNL como el modelado de la experiencia subjetiva humana, ya que estudia y describe, cómo pensamos, cómo sentimos y cómo nos comportamos y evaluamos los distintos comportamientos propios y ajenos. Por su parte, Joseph O`Connor y John Seymour, dos de los primeros estudiosos de esta herramienta, especifican que la PNL no sólo es un quehacer humano, sino que tiene una metodología de trabajo y una capacidad de adaptación sorprendente, que la pueden designar como ciencia.
La PNL es el arte y la ciencia de la excelencia personal. Es un arte, porque cada uno da su toque único personal y de estilo a lo que esté haciendo, esto nunca se puede expresar con palabras o técnicas. Es una ciencia, porque hay un método y un proceso para descubrir los modelos empleados por individuos sobresalientes en un campo para obtener resultados sobresalientes.
¿Quién mató creatividad?
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Todo este tema de la PNL ligado con el pensamiento positivo, las ganas y energías positivas de querer hacer cosas, está vinculado con ese pensamiento original, único genéticamente y asociados a ideas que producen soluciones. Es en la etapa de la niñez cuando nuestra imaginación vuela con un ave en libertad. Con el tiempo, nos ocupamos de obligaciones, responsabilidades, acciones y actividades que hacen que el tema de la creatividad quede a terceros planos.
La creatividad se relaciona entonces directamente con el acto de crear. Sin embargo, en la mayoría de los casos el concepto se relaciona con cuestiones artísticas, por ejemplo creatividad para crear una obra literaria, para pensar la historia y sus personajes, o para diagramar una nueva obra pictórica, etc. Quizás, con el tiempo, los vicios, el pensamiento neutro y el estrés, pueden contribuir con la eliminación de sentimientos creativos, y con ese recurso tan importante para la vida. La creatividad está íntimamente ligada con la PNL, de hecho, varios autores sostienen que la “existencia de una depende de la otra”. No todos nacimos para ser escultores, cantantes o diseñadores de moda, pero si podemos crear acciones de mejora y soluciones. Es por ello, que la creatividad está presente en situaciones del trabajo y en diversos aspectos de las interacciones humanas. Su manejo apropiado resultaría de especial provecho para gerentes, líderes, amas de casa, trabajadores, estudiantes o cualquier persona que desee marcar la diferencia
La lucha por redescubrirse a sí mismo
Un joven de nombre Juan indaga en su pasado y poco a poco comienza a comprender la influencia que tiene en su presente
Juan es un joven que exterioriza muchos temores hacia su entorno (amigos, compañeros de trabajo, lugares y sitios de recreación, etcétera), tímido, inseguro, ansioso. Una personalidad que viene totalmente sustentada en una crianza en la cual sus padres sobreprotegían, controlaban y castigaban hasta más no poder; aunque no lo hicieron en vano, este modo de tutelar el cuidado y crecimiento afectó el desenvolvimiento de Juan cuando se convirtió en adulto. Es ingeniero industrial, graduado con honores en una prestigiosa universidad del este de Caracas. Trabaja en una empresa productora de alimentos y bebidas a base de soya. Sus compañeros notan que es introvertido y poco sociable. No en vano, Juan en su interior se siente vacío y solitario. Así transcurre parte de su juventud, hasta llegar a 35 años cuando en algún momento se preguntó por qué su vida era tan desdichada, poco amena
y aburrida. Claramente, se sentía infeliz con lo que él creía que era como individuo.
llegó a causarle su propio cuestionamiento: “No has aprendido a quererte”.
Una mañana mientras se vestía para ir a trabajar se miró fijamente al espejo y nuevamente atrevió a preguntarse el porqué de su vida. Este acto con intento de ser reflexivo vino acompañado de un descubrimiento: Los ojos son el espejo del alma. Juan obtuvo la primera respuesta de sí mismo. Fue como si alguien dentro de él pudiera hablarle al oído. “Es tu pasado”, fue el mensaje que su consciente reveló, fue tal vez un grito de su alma; así lo interpretó luego de mirarse a sus ojos detenidamente.
“¿Cómo que no he aprendido a quererme? Será que la vida pretende que me la pase abrazándome y lanzándome besos al espejo. ¡Qué ridiculez!”. Esa fue la autorespuesta de Juan a una de sus más grandes revelaciones. Sin embargo, poco a poco fue descubriéndose a sí mismo en cada mensaje, cada lección. Esas respuestas de su yo interno fueron generando otros mensajes mucho más alentadores: “Eres grande, Juan”, “eres inteligente”, “tu familia te ama, pero tú debes amarte mucho más”, “confía en ti”, etcétera.
Allí comenzó una etapa de redescubrir quién era y quién había sido realmente desde su niñez y especialmente todos los acontecimientos que precedieron su crecimiento y adultez. Cada mañana su mirada frente al espejo le susurraba explicaciones. “Te sobreprotegieron mucho tus padres”, “no te dieron alas para que volaras, cayeras y te levantaras”, “no te enseñaron a creer en ti mismo”, y la que más
Una tarde cuando el trabajo había terminado algo temprano, Juan revisaba sus correos electrónicos y se topó con un video en internet que hablaba de las emociones y la inteligencia aplicada a ellas. Un psicoterapeuta narraba cómo las emociones del pasado sellaban de forma directa el presente y desencadenaban éxitos o fracasos en cualquier aspecto de la vida.
Esta afirmación dejó atónito al joven incipiente en redescubrirse. Confirmó lo que su alma le había estado susurrando hace algunas semanas El libro “Usted puede sanar su vida” de Louis Hay llegó a sus manos un día cuando no tenía la mínima intención de leer. Abrió una página y leyó de inmediato un mensaje que “secuestró” su atención total: “Contemplo mi pasado con cariño y sin rencores; decido llenar mi mundo de alegría. Me quiero y me acepto a mí mismo”. Sus manos temblaban de la impresión, sus ojos se humedecieron, su respiración era lenta, pausada aunque sentía que el corazón latía con más fuerza, como si quisiera desprenderse de su lugar correcto. Se sentó, miró a su alrededor y estuvo durante 20 minutos sin decir una sola palabra, con una mirada perdida mientras analizaba lo que acababa de leer al tiempo que recordaba cada paso de su infancia y crecimiento. Pronto llegó a la conclusión de que su timidez y falta de autoconfianza habían sido determinadas por la sobreprotección de sus
padres, y aunque les agradecía todo el esfuerzo hecho a favor de él, entendió que era hora de dar un salto a un nuevo Juan, a uno más consciente de sus emociones, de esas que poco había logrado escudriñar durante 35 años. Así fue descubriendo la inteligencia emocional, el control de los pensamientos, sensaciones y actitudes. Decidió darse una nueva valoración de sí mismo, aprender a quererse con lo que tenía, con lo que era; el primer paso fue aceptarse, respetarse y quererse. Le siguió el deseo de confiar en su presente y futuro. Ese libro de Hay y otros tantos sobre la emocionalidad y la Programación Neurolingüística (PNL) le fueron confiriendo un nuevo orden mental sobre sus acciones y actitudes. Justamente con la PNL aprendió a identificar cada gesto, acción, comunicación con sus compañeros de trabajo y la forma cómo ellas determinaban sus pensamientos. Entendió que una visión más optimista, positiva, motivadora de la vida y específicamente sobre sí mismo le llevaría a ser mejor ser humano, más seguro de sí mismo y prepara do para desenvo lverse
con mayor libertad. Ya no existía un Juan introvertido, tampoco uno totalmente extrovertido, pero sí un joven con una perspectiva más holística, reflexiva y motivadora en la vida. Sorprendentemente su apariencia física se tornó más agradable para él mismo, había comenzado a aceptarse tal como era, se sentía satisfecho con lo que veía frente a sus ojos cada mañana mientras se vestía frente al espejo. Así llegó a controlar y manifestar cada emoción en el momento justo, adecuado, necesario. Programaba para sí mismo cada mensaje que le sirviera para avanzar ante alguna situación adversa. Cada mensaje venía acompañado de aliento, motivación, fe, esperanza, confianza en todo su entorno, pero especialmente en sí mismo. Esta historia de la vida real refleja el aprendizaje que una persona desarrolla cuando atraviesa por situaciones difíciles, conmovedoras y tristes, y decide apostar a la adopción de creencias y valores que muchas veces están ocultos en nuestro ser, con temor a salir. Se trata de las emociones y pensamientos que nuestro propio ser condiciona para cada aspecto de la vida (bueno o malo) y que sirven como guías, mensajes orientadores para cada situación. En esto consiste la Programación Neurolingüística. .
Conclusión
Es importante conocer que:
La comunicación es un proceso dinámico, rico, interactivo, que puede ser verbal, no verbal, directo o indirecto. El poder de la palabra debe estar íntimamente relacionado con lo que queremos. Comunicar es invertir. Mientras que nuestra comunicación sea màs efectiva, lograremos nuestros objetivos y llegaremos más lejos. No necesitamos tener una actitud de “radio encendido” para comunicarnos. El enfoque coherente de nuestras necesidades debe ser cubierto de forma exacta. No existen fracasos en la comunicación, sólo resultamos. Si quieres respuestas, tus canales de comunicación deben ser limpios y abiertos.
Bibliografía Instituto Venezolano Disponible en:
de
PNL.
http://www.importancia.org/creativida d.php#ixzz3A80zafvo
Con todo esto podemos expresar que el efecto “si lo hubiese hecho, si lo hubiese dicho, si lo hubiese X o Y” no sólo limita el logro de sueños, objetivos o metas, sino que conduce a los individuos a un laberinto de incertidumbre. Todo, absolutamente todo lo podemos lograr, sólo si conectamos lo que queremos con las acciones pertinentes para lograr dichos objetivos. Ahora bien, no sólo necesitamos esa actitud “positiva” frente a la vida, sino una firmeza en nuestra comunicación.