Había una vez, en un pequeño pueblo francés…
‌una seùora que se llamaba Madame Luise Bodot.
Ella tenia un hijo que se dedicaba a estudiar reptiles en Ă frica.
Cierta ma帽ana, el cartero le entreg贸 un paquete muy especial en forma de O.
Al abrir la caja, Madame Bodot lanzó un grito. Su hijo le había mandado una víbora como regalo de cumpleaños
Para estar segura de que su víbora no era venenosa, se dirigió al zoológico. Ahí se entero de que su animal era una boa constrictor y decidió llamarlo Críctor.
Madame Bodot se dedic贸 entonces a cuidar a su nueva mascota. Le daba leche con un biber贸n.
Compró unas palmeras para que Críctor se sintiera realmente en casa y él movía la cola tal como hacen los perros cuando están felices.
Puesto que estaba bien alimentado, Cr铆ctor creci贸 y creci贸 y se hizo cada vez m谩s fuerte.
La boa seguĂa a su dueĂąa cuando ella iba al mercado. Todos quedaban asombrados.
Madame Bodot tejió un largo suéter de lana para que su mascota lo usara cuando hiciera frío.
Críctor tenía también una cama cómoda y calientita. En ella soñaba feliz debajo de sus palmeras
En invierno, a CrĂctor le encantaba serpentear sobre la nieve.
Madame Bodot era maestra en la escuela pública. Un día decidió llevar a Críctor a sus clases.
Pronto, Cr铆ctor aprendi贸 a hacer las letras de una manera muy especial.
Como en serpiente
Como en le贸n
Como en elefante
Como en mostacho
Como en nada
Como en copa
TambiĂŠn podĂa contar formas y nĂşmeros
Por tus cinco dedos
Por tus dos manos Por las seis patitas de un insecto Por los tres cochinitos
Por los siete enanos
Por las cuatro patas de un perro Por los ocho brazos de un pulpo
A la boa le gustaba jugar con ni単os peque単os
Y con niñas pequeñas también
Ense単aba a los ni単os exploradores el arte de hacer nudos.
A CrĂctor le encantaba ayudar.
Cierto día, cuando Críctor y Madame Bodot estaban sentados en un café, un señor les contó que había llegado un ladrón a la ciudad.
Esa misma anoche, el ratero entro en su departamento
A Madame Bodot ya la hab铆a amordazado y atado a una silla cuando la fiel boa se despert贸 y atac贸 furiosamente al ladr贸n. Los gritos aterrorizados del villano despertaron a los vecinos.
Críctor permaneció enroscado alrededor de él hasta que llegó la policía.
Por su valent铆a, la heroica serpiente recibi贸 una hermosa medalla.
Hasta el escultor del pueblo se sinti贸 inspirado por Cr铆ctor y decidi贸 hacer una estatua en su honor.
TambiĂŠn le dedicaron un parque enorme. Amado y respetado por la ciudad entera, CrĂctor gozĂł de una vida larga y feliz.