Proceedings La Habana 2013

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ICOMOS International Scientific Committees on Fortifications and Military Heritage (ICOFORT) and Shared Built Heritage (SBH) With the sponsorship of ICOMOS Cuba and Cuban National Council of Cultural Patrimony 2013 JOINT ANNUAL MEETING AND SEMINAR:

The Americas Fortifications; Research, Preservation and Management

HAVANA, CUBA SANTIAGO DE CUBA, CUBA



The Americas Fortifications; Research, Preservation, Assessment and Management

ICOMOS International Scientific Committees on Fortifications and Military Heritage (ICOFORT) and Shared Built Heritage (SBH) With the sponsorship of ICOMOS Cuba and Cuban National Council of Cultural Patrimony LAS 2013 JOINT ANNUAL MEETING AND SEMINAR:

The Americas Fortifications; Research, Preservation and Management

HAVANA, CUBA SANTIAGO DE CUBA, CUBA


ICOFORT International Committee on Fortifications and Military Heritage

Coordinadora de actas: Dolores Pineda Campos Portada y Fotos: Dolores Pineda Campos Castillo San Pedro de la Roca del Morro, Santiago de Cuba Castillo de los Tres Reyes del Morro , La Habana, Cuba

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ÍNDICE Expresión de Agradecimientos …...….………………………………..…… 7 Milagros Flores Román Presentación …………………..……………………………………….………. 9 José E. Fornés Bonavía Preface ……....………………………………………………………………….. 11 Milagros Flores Román Comités ………………………..…………………...…………………….…….. 13 Programa ……..……………………………………………………….………… 15 Reseña fotográfica …………………………………………..………….…...... 19 Comunicaciones ...………...…………………………………….…….....…... 35 Cooperation between the ISC’s on Fortifications and Shared Built Heritage Siegfried RCT Enders ……...……………….…………..……..………………. 37 Antonelli y el Caribe fortificado Milagros Flores Román .…………...…..………………………...…….……..... 43 . Los valores patrimoniales de las obras de los Antonelli en el Caribe hispano Tamara Blanes Martín ……………...…………………....……………..…..……49 Castillo de San Marcos and the connectedness to Cuba and other Fortified Sities in the Caribbean Ann Baird ......................................................................................................53

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A case for including Castillo de San Marcos in the world Heritage Listing for the Fortifications of San Juan, Puerto Rico Roy Graham .………………………...…………………………...….……….. 55 Castillo San Pedro de la Roca del Morro. Evaluación patrimonial y gestión de preservación y puesta en valor Omar López …………………….….……….…………………….….…….… 61 Valoración histórica y monumental de la Trocha de Júcaro a Morón. Gestión para su conservación Adrián García ………………………………………………..…….…….……. 77 Castillo Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Evaluación patrimonial y gestión de conservación y puesta en valor Maikely Crespo ……………………………………………………………..…. 89 Castillo de San Severino. Significado patrimonial y gestión para su preservación y puesta en valor Isabel Hernández ……………………………………....……………………. 113 Perfil de la Colonia Militar de Brasil (1580-1640). Una mirada de España en el Brasil colonial Elcio Rogerio Secomandi …...……………………………....….………..…. 123 Fuertes y Fortalezas de Brasil administradas por el ejercito Brasileño: un modelo de gestión José Claudio Dos Santos Junior ………………………...……………...…. 129 Los asentamientos urbanos complementarios, consecuencia de las ciudades fortificadas– El caso Cartagena, Valledupar, Colombia Diego Chávez ……………………………………………………….…….…. 141

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―De cubo a cubo‖: un territorio conquistador a través de un recorrido turístico cultural Adriana Careaga ………..………………….………………………..………..143 The Rescue and Conservation of Cultural Itinerary Military Architecture of Veracruz, México Route-Xalapa Dolores Pineda Campos ...........................................................................157 How England failed to Conquer the Fortified Town of Cartagena de Indias Hans Caspary/ Hitgund Caspary ..………………..………………………...167 British North America Fortifications of Eastern Canada dating from the 1812 War to Canadian Confederation in 1867: Built Heritage Conservation and Cultural Tourism Challenges, Archievement and opportunities John Ward …………….………………….……………………...……..…..….169 El sistema defensivo romano y su reflejo en su Renacimiento europeo María J. Peréx ……….…………………………………….………..……….. 177 Management and restoration of military heritage in Western Europe Some case studies Philipp Bragard ……………………………………...…………….…………. 187 A representative example of Korea Mountain Fortress during the Joseon Dynasty Doo Won Cho …………………………..……………...………..…..…….… 203 The Old Fort in Bagymoyo, Tanzania and Fort Bismark in Qingdao, China– History and Preservation Claus– Peter Echter …………………………….…………….….……...…. 217 Caracterización y reconocimiento de los valores de la fortificación hispánica. (Fortificaciones castellanas y portuguesas en la Península Ibérica y América Fernando Cobos ………………..…..………………………..….…….....…. 229

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The construction of Brazil: Meaning of Bulwarked Fortifications in Brazilian Border Joao Campos …...…………….…………………….……………...……....... 243 Defense of the Harbor: Sydney’s colonial fortifications and their conservation Daryl Page .............................................................................................. 251 Sydney Fortifications—materials investigations & Practical Conservation Anne Cummins ....................................................................................... 259 Victoria’s Gibraltar: Fortifications of Port Phillip Bay Louise Honman ...................................................................................... 285 Conclusiones ………………...………..…………………………….…...…. 307

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PRESENTACIÓN

En febrero de 2013, ICOMOS Cuba tuvo el gusto de recibir en La Habana a veintinueve visitantes de doce países. Algunos de ellos ya eran viejos amigos y otros nos visitaban por primera vez. Todos vinieron a sus respectivas reuniones anuales, convocadas por dos Comités Científicos Internacionales: el de Fortificaciones y Patrimonio Militar (ICOFORT) y el de Patrimonio Edificado Compartido (ICSBH), donde debían analizar lo realizado en un período y aportar criterios para continuar sus actividades en el siguiente. Veintiséis cubanos tuvieron ocasión de recibirles, atenderles y trabajar junto a ellos durante varios días. En las memorias que se han redactado al efecto, están recogidos los hechos más relevantes, así como los contenidos de las interesantes y a veces polémicas ponencias que se presentaron. Nuestro interés ahora es destacar y también agradecer, la participación de personalidades invitadas como el Sr. Herman Van Hoff, Director de la Oficina Regional de la UNESCO que radica en Cuba, que pronunció un breve e impactante discurso en la apertura del evento. El Sr. Van Hoff, viejo amigo de ICOMOS Cuba, fue muy preciso en cuanto a la necesidad de conservar el patrimonio heredado y asegurar su mejor utilización. Del mismo modo, se contó con la presencia de la Sra. Hae Un Rii, miembro del Comité Ejecutivo Internacional de ICOMOS, que también expresó sus ideas relacionadas con la temática y se debatieron en una de las sesiones del evento. Los presidentes de ambos Comités Científicos, la Sra. Milagros Flores, presidente de ICOFORT y el Sr. Siegfied Enders, presidente de ICSBH, no solo estuvieron presentes y discursaron en la apertura, sino que intervinieron en repetidas ocasiones y desarrollaron múltiples actividades organizativas, científicas y publicitarias y para asegurar la buena marcha de las sesiones de cada Comité y del evento desarrollado después.

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Del lado de los anfitriones, debe destacarse la presencia y participación de varias personalidades cubanas. En primer lugar la del Sr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana y ahora también presidente de la Red de Historiadores de Ciudades Patrimoniales de Cuba. Leal pronunció su discurso con su bien conocida pasión por las acciones orientadas a la conservación de los valores culturales, apoyada en la experiencia de muchos años llevando adelante esa actividad en el centro histórico de nuestra capital, así como asesorando en la materia, en Cuba y fuera de ella. Estuvo presente la Sra. Gladys Collazo Usallán, presidente del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, que además de auspiciar la reunión y estar al tanto de las actividades, sostuvo reuniones con los directivos de los Comités Científicos que nos visitaban. Del mismo modo, como Presidente de ICOMOS Cuba, me resultó muy grato, además de interesante, estar presente en las distintas fases del evento y en contacto permanente con los promotores. Considero indispensable destacar la participación de nuestra colega y organizadora principal, la Sra. Tamara Blanes Martín, con cuyo esfuerzo y dedicación, junto con la ponencia que presentó, contribuyó al éxito del evento. Es de destacarse también la entrega que se le hizo, en presencia de todos los participantes, de un reconocimiento otorgado por ICOFORT, por su actividad relacionada con el estudio del patrimonio histórico militar caribeño . ICOMOS Cuba siempre estará dispuesto a auspiciar y colaborar con el desarrollo de eventos de esta naturaleza, a partir de las reuniones anuales de los diversos Comités Científicos Internacionales y así, nuestros especialistas tendrán una oportunidad más de mostrar sus realizaciones e inquietudes en cuanto a la difícil y a veces ingrata tarea de preservar los valores patrimoniales que hemos heredado, a fin de promover la mejor utilización de ellos para disfrute de las actuales y futuras generaciones. Esperamos que muchas actividades como ésta tengan lugar en nuestras ciudades, que tantos valores atesoran y que todos salgamos fortalecidos en cuanto a los conceptos del aprovechamiento adecuado del Patrimonio, tal y como lo establecen la Carta de Venecia y muchos otros importantes documentos que fueron redactados después. ¡Felicidades a todos y en especial a los organizadores! José E. Fornés Presidente ICOMOS Cuba

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PREFACE

This report is the result of the (ICOFORT) International Scientific Committee on Fortifications and Military Heritage together with (SBH) Shared Built Heritage 2013 Joint Annual Meeting and Seminar on: The Americas Fortifications; Research, Preservation, Assessment and Management, took place at Havana and Matanzas, Cuba during February 11 to 15, 2013. At Santiago de Cuba during February 17 to 20, 2013. I would like to express my appreciation for all the support received for this cesfull event.

suc-

The event was held with the purpose of promoting research, advocacy and the exchange of information relating to the evaluation, the challenges of preservation and protection of the Americas Heritage. These events would not have been possible without the support of ICOFORT members; Dr. Tamara Blanes Martin – ICOFORT Coordinator for American Spanish Speaking Region. Special thanks to Dr. Dolores Pineda Campos for her support on Coordinating the Editing of the Proceedings. The ICOMOS International Scientific Committee on Fortifications and Military Heritage (ICOFORT) was established by ICOMOS in 2005 to carry out specialized studies and promote the application of professional expertise in regard to the preservation problems of historic fortifications and military heritage, and to pursue actively international cooperation for the identification, protection and preservation of historic fortifications, military structures, military landscapes and sites, other military heritage monuments, alone or with cooperation. Milagros Flores ICOFORT President

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Comité científico Milagros Flores Román ICOFORT presidenta Philippe Bragard Vice-presidente Tamara Blanes Martín coordinadora de América del Buró de ICOFORT

Comité organizador José E. Fornés Bonavía Presidente ICOMOS– Cuba Tamara Blanes Martín coordinadora de América del Buró de ICOFORT Nilson Acosta Secretario de ICOMOS Cuba y Vicepresidente del CNPC

Comité editorial Milagros Flores Román ICOFORT presidenta Dolores Pineda Campos Miembro de ICOFORT– México Instituto de Antropología Universidad Veracruzana

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PROGRAMA

Lunes 11 Febrero, 2013 09:00 —11:00 a.m. Registro 11:00 —12:00 p.m. Sesión Protocolar de apertura Presidente ICOMOS Cuba. José E. Fornés Bonavía Presidenta CNPC. Gladys Collazo Usallán Presidenta ICOFORT. Milagros Flores Román Presidente ICSBH. Siegfried Enders Director Oficina Regional de la UNESCO en la Habana. Herman Van Hooff 12:00 —2:00 p.m. Almuerzo 2:00 — 3:00 p.m. Recorrido Castillo de la Real Fuerza. (Plaza de Armas) 3:00 —5:00 p.m.

Reunión de Buros de los Comités Científicos Internacionales. ICOFORT (Castillo de la Real Fuerza) ICSBH (Gabinete de Arqueología)

5:00 —6:00 p.m. Cóctel de Bienvenida con delegados e invitados. Castillo de la Real Fuerza Martes 12 9:00 —1:00 p.m.

Sesión Científica I

Cooperation between the ISC´s on Fortifications and Shared Built Heritage Dr. Siegfried RCT Enders Antinelli y el Caribe Fortificado Dra. Milagros Flores Román Los valores patrimoniales de las obras de los Antonelli en el Caribe hispano Dra. Tamara Blanes Martín

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Castillo de San Marcos and the connectedness to Cuba and other Fortified Sities in the Caribbean Dra. Ann Baird 10:15—10:40 a.m. Café A case for including Castillo de San Marcos in the world Heritage Listing for the Fortifications of San Juan, Puerto Rico Dr. Roy Graham Castillo San Pedro de la Roca del Morro. Evaluación patrimonial y gestión de preservación y puesta en valor Dr. Omar López Valoración histórica y monumental de la Trocha de Júcaro a Morón. Gestión para su conservación MSc. Adrián García Castillo Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Evaluación patrimonial y gestión de conservación y puesta en valor Mtra. Maikely Crespo 01:00 —03:00 p.m.

Almuerzo

03:00 —06:00 p.m.

Sesión Científica II

Castillo de San Severino. Significado patrimonial y gestión para su preservación y puesta en valor Mtra. Isabel Hernández Perfil de la Colonia Militar de Brasil (1580-1640). Una mirada de España en el Brasil colonial Dr. Elcio Rogerio Secomandi

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Fuertes y Fortalezas de Brasil administradas por el ejercito Brasileño: un modelo de gestión Dr. José Claudio Dos Santos Junior 04:15—04:30 p.m.

Café

Los asentamientos urbanos complementarios, consecuencia de las ciudades fortificadas– El caso Cartagena, Valledupar, Colombia Arq. Diego Chávez De cubo a cubo”: un territorio conquistador a través de un recorrido turístico cultural Mtra. Adriana Careaga Alonzo, Arq. Alejandro Giménez Rodríguez The Rescue and Conservation of Cultural Itinerary Military Architecture of Veracruz, México Route-Xalapa Dra. Dolores Pineda Campos Miércoles 13 09:00—01:00 p.m.

Sesión Científica III

How England failed to Conquer the Fortified Town of Cartagena de Indias Dr. Hans Caspary/ Hitgund Caspary British North America Fortifications of Eastern Canada dating from the 1812 War to Canadian Confederation in 1867: Built Heritage Conservation and Cultural Tourism Challenges, Archievement and opportunities Dr. John Ward El sistema defensivo romano y su reflejo en su Renacimiento europeo Dra. María J. Peréx Management and restoration of military heritage in Western Europe. Some case studies Dr. Philipp Bragard

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10:40—11:00 a.m. Café A representative example of Korea Mountain Fortress during the Joseon Dynasty Dr. Doo Won Cho Fort in Bagymoyo, Tanzania and Fort Bismark in Qingdao, China– History andThe Old Preservation Dr. Claus– Peter Echter Caracterización y reconocimiento de los valores de la fortificación hispánica. (Fortificaciones castellanas y portuguesas en la Península Ibérica y América Dr. Fernando Cobos 01:00 —03:00 p.m.

Almuerzo

03:00—05:00 p.m. Sesión Científica IV The construction of Brazil: Meaning of Bulwarked Fortifications in Brazilian Border Dr. Arq. Joao Campos Defense of the Harbor: Sydney’s colonial fortifications and their conservation Arq. Daryl Page Sydney Fortifications—materials investigations & Practical Conservation Ing. Anne Cummins Victoria’s Gibraltar: Fortifications of Port Phillip Bay Arq. Louise Honman 04:15— 04:30 p.m. 05:00 p.m.

Café

Acto de Clausura Lectura Acta Final de conclusiones, Aula Magna del Colegio San Gerónimo. La Habana, Vieja.

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ReseĂąa FotogrĂĄfica

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Im谩genes de la inauguraci贸n

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Inauguraci贸n

Castillo de la Fuerza (explicaci贸n)

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Im谩genes de la inauguraci贸n

Reuni贸n de Buro del Comit茅 ICOFORT

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Tamara Blanes Martín

Adrián García

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Milagros Flores Romรกn

Roy Graham

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Isabel Hernรกndez

Diego Chรกvez

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JosĂŠ Claudio Dos Santos Junior

Dolores Pineda Campos

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Adriana Careaga

John Ward

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Philippe Bragard

Doo Won Cho

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MarĂ­a J. PerĂŠx

Fernando Cobos

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Grupo Clausura de la Reuni贸n anual y Seminario

Acto de Clausura

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Trabajo de campo en Santiago de Cuba

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Reuni贸n con el Historiador de la Santiago de Cuba Omar L贸pez

Grupo con la Tumba Francesa Patrimonio de la Humanidad

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Comunicaciones

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Cooperation between the ISC´s on Fortifications and Shared Built Heritage Siegfried RCT Enders

Introduction of ICOMOS International Scientific Committee on Shared Built Heritage - Mission - Objectives - Tasks and Activities Introduction of ICOMOS ISC on Shared Built Heritage Mission of SBH The ICOMOS Scientific Committee for Shared Built Heritage supports public and private organizations world-wide in safeguarding, management and documentation of heritage and promotes and encourages its integration in today‘s social and economic life. Objectives The objectives of SBH are to: - to identify and value/revalue monuments, sites, and landscapes of mutual heritage, - To stimulate and pioneer preservation and restoration/renewal projects. - to promote a broad awareness of and appreciation for, urban structures, historic cultural landscapes, military works, architecture, among politicians and the general public through publications and exhibitions. - To promote sustainable integration of valuable historic elements into today‘s society. - To promote research in this field. - To act as a platform for exchange of knowledge and experience. - To act as an advisory body for national and local governments and heritage societies. - To support activities aimed at legal protection of heritage on a national and/or international level

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- To support activities aimed at integrated conservation*. *In a technical sense by nominating conservation intentions to public and private national and international financing funds. What is shared built heritage? Shared built heritage is the mutual heritage that concerns all objects of tangible and intangible heritage, Mutual heritage was created as a result of the cultural and economic co-operation among people of various nations in history. A big part of shared built heritage came into being between the 18th and the 20th century and was caused by: - Humans migrating to the Americas from Europe and Asia in large numbers forced by economic reasons - Colonialism: England, Spain, Portugal, France, Holland, Belgium, Germany, Italy, Japan establishing colonies in America, Africa, Asia, Australia and the Pacific - Shared built heritage being created through the shift of boarders as a result of wars not only in Europe but also in other parts of the world (Examples: ……) Activities and Tasks of SBH The activities of the committee In order to raise the awareness and understanding for the ―shared built heritage‖ and promote the common responsibility for the preservation and conservation of this shared heritage, the committee is organizing conferences, symposia and workshops in cooperation with other partners all over the world. Europe 2009 October, 15th-17th International Scientific Conference, Pasłęk – Marianka, Poland, Frescoes and Wall Paintings in the Gothic Church in Marianka : – Present condition and future perspectives

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South America 2010 October, 18th – 23rd

Paramaribo, Suriname: Shared Heritage in Historic Cultural Landscapes. A new life for historic cultural landscapes: examples of creative policy plans

Africa 2011 July 03rd – 08th, 2011 Castle of Good Hope, Cape Town, South Africa International Conference on SHARED BUILT HERITAGE in AFRICA Asia, China 2012 Xiamen, Gulangyu , 20-23 October, 2012 Seminar on Shared built heritage in China and Asia and Study tour on a proposed world heritage site on shared built heritage Wuhan 24th-26th October 2012, Seminar on Shared Built Heritage in Asia and China. Beijing, 26th-27th October 2012, 30th October, Excursion to Tianjin Since the beginning of mankind people created pieces and things of artistic value and left them behind. It became the heritage and helped to understand the history of mankind. Architecture is the most visible part of this heritage, which became an essential part of the urban and rural fabric. People tend to move around for many reasons: to hunt and collect and later to farm food, to conquer areas and countries to enlarge their living space and power, to trade and to introduce new religions. People exchanged and shared their cultures, skills, experiences and therefore created something new together, that was representative of their different cultures and societies. Architecture is the best example of this shared culture and the heritage it resulted in hence the term ―Shared built heritage‖.

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Most of those actions were forced by war and slavery. However this led to the creation of a rich built heritage left behind. Unfortunately due to the harm and sorrow suffered by people in the past, the shared heritage could not get the necessary appreciation by people it deserves, since its existence was a reminder of the bad times for them, especially for those generations that were affected. In many cases, the mutual heritage suffered so much under the wrath of those affected by the trauma that it was occasionally also destroyed. With time, this mutual or shared heritage became an essential part of the history of a country and the identity for its people. The period between 1400 up to 1950 was an era of European empire expansion. Traders sailed around the globe and built trading posts, fortresses, administrative buildings, churches, new towns etc. East Indian companies were the first multinationals in the world. They have left behind heritage, both tangible and intangible of which we are witnesses today. Fortresses are one of the oldest evidence of this expansion. The castles, fortresses and fortified cities along the West Coast of Africa, in Asia and in Latin America are unique examples of mankind‘s heritage. They tell us the varied stories of the past. Cooperation between ICOMOS ISC for Fortifications and Military Heritage and ISC on Shared Built Heritage. Forts, fortifications, walled and fortified urban structures with a „shared heritage‖ background are all over the world, mainly in the former colonies of North- Middle and South America, Africa, Middle East, Asia and Australia but also in Europe from an earlier time. This architecture and urban structure is characterized by diversity of European influence (Portuguese, Spanish, Dutch, British, French, German, Swedish,) and profited of the skills, techniques and design of the local and indigenous people when it was constructed. Examples: Australia Sydney‘s fortification: 1790 -1857 Sydney's earliest fortifications were built around Sydney Cove to protect the new colony of Sydney from attacks from non-British ships or convict uprisings. The first gun emplacement was built in 1801 on Middle Head[2] (north of Obelisk Bay) during the Napoleonic wars. More permanent fortifications were built during the first half of the 19th century in response to feared foreign attacks[3] and new threats to the British empire. In 1790 the Dawes Point

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Battery was meant to be the first line of defence against an attack by the Spanish Empire, Napoleon’s French troops in 1810, and the Russian Pacific Fleet in the 1850s (during the Crimean War). This was part of a line of defences that were concentrated on protecting the inner Harbour, these also appear to have been given a low priority. Construction of Fort Denison began in 1841, though the fort wasn't completed until 1857 Europe, Mediterranean, Valetta and Alexandria Valletta, buildings from 16th c. built during the rule of the Order of St. John of Jerusalem, Knights Hospitaller. essentially Baroque, elements of Mannerist, NeoClassical and Modern architecture in selected areas, though World War II left major scars on the city. named for Jean Parisot de la Valette, defending the island from an Ottoman invasion in 1565. Italian Architect and City PlanerFrancesco Laparelli and Maltese Architect Gerolamo Cassar , were the city's principal designer. The the new city on a rectangular grid. French occupation, British rule. Manz buildings destrozed in the 2 nd WW Alexandria was founded 331 BC by Alexander the Great. the city was passed formally under Roman jurisdiction in 80 BC.In 619, Alexandria fell to the Sassanid Persians. Although the Byzantine Emperor Heraclius recovered it in 629, in 641 the Arabs captured it during the Muslim conquest of Egypt. in 1517 conquered by the Ottoman Turks and remained under Ottoman rule until 1798. French 1798, British 1801. 1882, British naval occupied. 1954, Israeli bombing 1954,attempt on Gamal Abdel Nasser.[7] South East Asia along the Pepper Route, the strait settlements Penang, Melaka and Singapore, Fort Cornwall Penang, British influence1786 built, rebuilt in 1804, completed 1810, fort was filled in 1920s. Famosa, Portuguese fortress in Malacca, Malaysia. Portuguese, Dutch and British influence 1511 built around a natural hill near the sea. 1641 Portuguese to Dutch, gate renovated 1670. Fortress changed hands in.19th C. from Dutch to Britishe. destructed in 1806. a small gate was kept. and the forts Singapore (British) Continues in India with Goa (Portuguese) and Cochin (Portuguese, Dutch and British) And in China Fort Macau (Portuguese) and the Dutch forts on Taiwan. The German fortification in Qingdao are from the late 19 th, beginning 20th C.

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In Vietnam are French forts and in Indonesia f.e. Fort Marlborough in Bengkulu (Dutch). The Spanish forts on the Philippines are a prolonging of the Spanish forts in middle and south America. The castle in Hakodate Japan from the 19 C. is the only Japanese castle with a European fortification. In Middle and South America one finds as well Portuguese, Spanish, French, Dutch and British forts. (like f.e. the one in Cuba, Santiago and Havana (Spanish), Bahamas Fort Charlotte (British), Curacao, Fort Beekenburg (Dutch), Martinique, Fort Saint Louis (French) and in Panama Fort Sherman (USA), Paramaribo Suriname and Recife Brazil (Dutch), Salvador de Bahia, Brazil Portuguese, Colombia Spanish Forts in Cartagena and Barajas, in Venezuela, in Lima, Peru, in Valdivia, Chile and so on you will find outstanding castles and forts with Spanish influence. I hope I could give you with my little list of examples of forts and fortifications and fortified urban structures around the world with a ―shared built heritage‖ background an impression of the immense amount and the outstanding value of this kind of built heritage. This gives our two ICOMOS scientific committees a great challenge for a sustainable cooperation. There are many fields in conservation where we could work together: Tools could be: - mutual workshops on conservation projects - seminars - reviews of application for World Heritage application - and much more On behalf of the Shared Built Heritage Committee and the members, who have the pleasure to attend this conference, I like to thank you very much for the invitation. We sincerely hope that we could contribute with our papers to this conference the spirit of a mutual or even global task to preserve the shared fortified heritage. We sincerely hope that this conference will be the beginning of a fruitful co-operation between the two scientific committees. I hope for a fruitful and sustainable cooperation.

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Antonelli y el Caribe Fortificado Milagros Flores Román Presidenta de ICOFORT

Durante esta corta intervención me propongo presentar una visión general sobre el Primer Sistema defensivo del Caribe diseñado por Bautista Antonelli y su legado al patrimonio fortificado del Caribe. Desde los comienzos del descubrimiento, conquista y colonización del Nuevo Mundo, España se vio en la necesidad de asegurar la defensa y retención de sus nuevas posesiones ante sus rivales europeos; Inglaterra, Francia, Holanda y Dinamarca. Para ello se dio a la tarea de fortificar aquellos puertos estratégicos con el propósito de brindar protección a sus flotas que venían cargadas con riquezas procedentes de los territorios americanos y con ello evitar que cayeran bajo el dominio del enemigo lo cual significaría la interrupción del tráfico marítimo de España con América, el paro de sus empresas en el continente europeo y como consecuencia el colapso comercial de la metrópoli española 1. Convirtiéndose así las Fortificaciones del Caribe en aliados esenciales para la defensa y Gobierno de los territorios españoles en el Caribe. La presencia de los enemigos de España en el Caribe añadió una nueva dimensión a los problemas defensivos de España. Los continuos asechos a las costas españolas en el extranjero representaban un desafío permanente. Como medida de protección a sus territorios en el Nuevo Mundo, el rey Felipe II respondió a estas amenazas mediante el envío de dos expertos a las Antillas españolas para planificar las defensas necesarias para preservar el estado en el extranjero. Por orden del Rey Felipe II, el Consejo de Indias nombró a dos expertos para diseñar el Plan para la Defensa del Caribe: el ingeniero italiano Bautista Antonelli, y el mariscal de campo Juan de Tejada.

1

Marrero-Núñez, Julio. Breve Asedio a los Fuertes de San Juan de Puerto Rico. Castillos de España. 1957. Págs. 54-59.

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Antonelli y Tejada partieron desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz y llegando al Caribe en 1586. Inspeccionaron todos los puertos importantes de las Antillas y costa del Mar Caribe. El plan que finalmente se rindió al rey propuso fortificar los puertos que consideraron claves en la defensa del Caribe. Estos incluían a San Juan, Puerto Rico, Santo Domingo, en la Española, Santa Marta y Cartagena de Indias en Colombia, Nombre de Dios, Portobelo, el Río Chagres y Ciudad de Panamá en Panamá, La Habana en Cuba y San Agustín en la Florida. El plan quedo autorizado para su ejecución por Felipe II en noviembre de 1588 al considerarlo indispensable para la defensa y el gobierno de los territorios de España a través del Atlántico (Véase imagen 1).

Imagen 1. Plan de Defensa del Caribe según Bautista Antonelli. Colección National Park Service

Entre los puertos fueron incluidos en el plan de Defensa el de San Juan de Puerto Rico por su ventajosa posición geográfica al ser la posesión española más oriental de las grandes Antillas2, convirtió a la isla en presa codiciada por los enemigos de España que no cesaron en intentar capturar la isla y convertirla en una base de ataque contra los dominios españoles (Véase imagen 2).

2

Zapatero, Juan Manuel. La Guerra del Caribe en el Siglo XVIII. Instituto de Cultura Puertorriqueña. San Juan, 1964. Pág. 276.

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Imagen 2. La Fortaleza de Santa Catalina. Fotografía cortesía de la autora

El propio Bautista Antonelli afirmara que de Puerto Rico dependía la seguridad de las flotas que navegaban entre España y las Indias 3. Su diseño del Plan de fortificación de la Ciudad de San Juan fue basado en un informe que le enviase el gobernador de la Isla Diego Menéndez Valdez 4 el cual indicaba los sitios vulnerables al enemigo en caso de ataque por tierra y pedía que "acudiese un Ingeniero que arreglase y preparase las cosas como debía ser" 5. La fortificación más antigua de la ciudad de San Juan resultaba poco efectiva para la defensa de la Isla por su errada localización. Bautista Antonelli fue el responsable de las modificaciones del fuerte del morro, que hasta entonces era básicamente una gran trinchera trazada en línea recta para defender la entrada a la plataforma en donde estaban emplazados los cañones y convirtiéndolo en un recinto abastionado.

3

Angulo Iñiguez, Diego. Bautista Antonelli, Las Fortificaciones Americanas del Siglo XVI. Madrid, 1942. Pág. 20. 4 Ibid. Pág. 84. P 5 Ibid.

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Las tareas de fortificación se emprendieron en 1591 bajo el mando del gobernador Pedro de Salazar. Se cegó el antiguo trincharon y se sustituyó por una cortina central, en cuyo flanco derecho se construyó un bastión al que se le dio el nombre de Austria, y otro en el flanco izquierdo, bautizado con el nombre de Tejeda. Ambos bastiones fueron unidos por dos lienzos de muralla formándose así el diseño del Hornabeque del Morro cuya quedando su obra encargada al Capitán Pedro de Salazar y el cual perdura hoy día. El siglo dieciocho es la época de esplendor de las Fortificaciones de San Juan. El estado de las Defensas de San Juan las describe el Capitán Fernando González Miyares como ―cuadro imponente‖6. El ―soberbio y admirable estado de las fortificaciones‖ según lo describió el cronista Abbad y Lassierra7, junto con la experiencia militar del Gobernador de la isla Brigadier Don Ramón de Castro y las medidas preventivas que tomo antes de la invasión muy bien pudieron ser el factor decisivo en la victoria sobre los británicos. El Caribe Fortificado de Hoy Hoy día el Caribe Fortificado de Antonelli reconocido en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO lo conforman Las fortificaciones de San Juan de Puerto Rico, junto con las de La Habana, Cartagena de Indias, y Portobello – San Lorenzo en Panamá. El Castillo San Marcos en la Florida está en proceso nominación para la lista tentativa de los Estados Unidos. Todas ellas inscritas bajos diversos Criterios de valor universal excepcional; como conjunto arquitectónico, de adaptación al contexto del Caribe de la evolución europea en arquitectura militar, etc. Pero ninguno figura en la lista bajo el criterio como producto de un genio creador. Dejo entonces a modo de reflexión la necesidad de llevar a cabo más labor investigativa sobre el Primer Plan Defensivo para la Defensa del Caribe y el legado de los Antonelli en el diseño y ejecución del primer plan defensivo de América (.

6

Véase Miyares González, Fernando Noticias Particulares de la Isla y Plaza de San Juan Bautista de Puerto Rico, Universidad de Puerto Rico. 1954, Págs. 283-284. 7 Abbad y Lasierra, Fray Agustín. Historia Geográfica, Civil y Natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico. Editorial Universitaria. Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras, 1979. Pág. 103.

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Imagen 2. Vista Aérea Isleta Viejo San Juan. Colección San Juan National Historic Site, National Park Service

Referencias: Abbad and Lasierra, Fray Iñigo. Historia Geográfica, Civil y Natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico. Editorial Universitaria. Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras, 1979. Alonso, María M. y Flores Román, Milagros. El Caribe en el Siglo XVIII y el Ataque Británico a Puerto Rico en 1797. Publicaciones Puertorriqueñas, San Juan, Puerto Rico. 1997. Angulo Iñiguez, Diego. Bautista Antonelli y Las Fortificaciones Americanas del Siglo XVI. Discurso de Ingreso del Autor en la Real Academia de la Historia. Hauser y Menet, Madrid, 1942. Manucy Albert and Torres-Reyes, Ricardo. Puerto Rico and The Forts of Old San Juan. The Chatham Pressuan, Connecticut, 1973.

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Flores Román, Milagros, Lugo Amador Luis y Cruz Arrigoitia José. San Juan; Ciudad de Castillos y Soldados. San Juan, Puerto Rico. Ediciones Puerto, 2009. Flores Román, Milagros, González-Vales, Luis, Sepúlveda Aníbal y otros. San Juan; la Ciudad que rebaso sus Murallas. San Juan, Puerto Rico. Ediciones Puerto, 2005. Hostos, Adolfo (de). Historia de San Juan. Ciudad Murada. Instituto de Cultura Puertorriqueña. San Juan, 1966. Marrero-Núñez, Julio. Breve Asedio a los Fuertes de San Juan de Puerto Rico. Castillos de España. 1957. Miyares González, Fernando. Noticias Particulares de la Isla y Plaza de San Juan Bautista de Puerto Rico. San Juan, 1957. Murga Sanz, Vicente. Puerto Rico en los Manuscritos de Don Juan Bautista Muñoz. Biblioteca Histórica de Puerto Rico. Tomo I, Rio Piedras, 1960. Zapatero, Juan Manuel. La Guerra del Caribe en el Siglo XVIII. Instituto de Cultura Puertorriqueña. San Juan, 1964.

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Los valores patrimoniales de las obras de los Antonelli en el Caribe hispano Tamara Blanes Martín

Indudablemente el ilustre apellido Antonelli ha llegado hasta nuestros días asociada a una obra monumental realizada por esta familia, entre los siglos XVI y XVII en Europa, África y América. Homenaje a los Antonelli es el título de un libro que recoge las memorias del primer Forum auspiciado por la Comuna de Gatteo, lugar donde nacieron los Antonelli, que fue publicado en el 2004, en Italia. Es la primera vez que se recopilaba, y por notables historiadores, la vida y obra de esta familia de ingenieros militares que trascendió a la historia por su magistral obra y, al mismo tiempo, con una controvertida identificación del apellido. La historia comenzó con la llegada a España de Juan Bautista Antonelli, procedente de Gatteo, a mediados del siglo XVI (1559). Éste fue uno de los más reconocidos ingenieros militares e hidráulicos del rey Felipe II. Trabajó en las fortificaciones españolas, y lo más interesante fue su propuesta de hacer navegable los ríos Tajo, Guadalquivir, Ebro, Duero y otros más de España. Cristóbal Garavelli, su sobrino preferido y heredero, aprendió el arte de construir fortificaciones en Mazalquivir, Navarra, Cartagena y Perpiñán. Su hermano Francisco Garavelli, también erigió fortificaciones y navegó por el Tajo con el tío Juan Bautista. Ninguno de éstos incursionó el Caribe. Todos tuvieron una historia larga y relevante. La otra parte de la familia Antonelli, dejó sus huellas en el Caribe. Nos referimos a Bautista Antonelli, el hermano de Juan Bautista, que comenzó a trabajar al servicio del rey de España once años después que su hermano Juan Bautista.

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Sobre la familia Antonelli que trabajó en el Caribe, se editaron excelentes libros en el siglo XX por los historiadores Diego Angulo Iñiguez, en 1942; Manuel Pérez Beato, en 1960; Tamara Blanes, en 1998; y Graziano Gasparini en 2007. En este último libro aparece un interesante árbol genealógico de la familia Antonelli que con toda claridad reconoce la identidad de estos ingenieros militares. Bautista Antonelli en un inicio construyó fortificaciones en España; recorrió las fortificaciones de Orán con su hermano Juan Bautista y ambos reconocieron varios puertos de África. En 1585 se le encomendó proyectar un plan general de fortificaciones en las costas del Caribe y a partir del año siguiente hasta 1608 Bautista Antonelli incursionó y trabajó incansablemente en esta vasta región. Por primera vez se trazaba un plan defensivo de gran magnitud. Bautista falleció en España en 1616. Una de las primeras trazas realizadas por Bautista Antonelli fue la del castillo de San Felipe del Morro en la entrada de la bahía de San Juan de Puerto Rico. Otra de sus misiones fue en la Península de Araya, Venezuela. El primer diseño de la muralla de Cartagena de Indias se le atribuyó a Bautista Antonelli. La primera torre y plataforma construida en la desembocadura del río Chagre fue adjudicada a Bautista Antonelli. Otras obras de la misma envergadura fueron levantadas en la entrada de la bahía de Portobelo. En San Juan de Ulúa también Antonelli dejó sus huellas. La presencia de Bautista Antonelli en La Habana se observa hoy, en la entrada del canal del puerto, con los castillos de los Tres Reyes del Morro y San Salvador de la Punta. En la tercera década del XVII, Juan Bautista Antonelli, trabajó en el castillo de San Pedro de la Roca del Morro en Santiago de Cuba. Antes de concluirlo fue llamado para levantar en La Habana, los reductos de la Chorrera y de Cojímar.

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Castillo del Morro, La Habana

Castillo San Salvador de la Punta, La Habana

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Castillo San Pedro de la Roca del Morro, Santiago de Cuba

Reducto Santa Dorotea de Luna de la Chorrera, La Habana

Conclusión Escribir sobre la familia Antonelli es llenar infinitas páginas de historia, de trabajo, de arte y de pasión. Esta noble e imperecedera familia legó una gran labor constructiva y no hay razón más justa que esclarecer su identidad porque ocupa un lugar muy importante en la historia del patrimonio mundial.

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Castillo de San Marcos and the connectedness to Cuba and other Fortified Sities in the Caribbean

Ann Baird

Summary St. Augustine was founded in 1565 by Pedro Menendez de Avila, who soon after, out of necessity for the well-being of the town, was made Governor of Cuba. From then on, this small yet important presidio was largely dependent on Havana for support in men and goods. The relationship between the two cities was not easy. Havana was the older established city, considered the most important city in the Indies. St. Augustine, on the other hand, was a small frontier settlement, a military town unable to support itself, populated almost entirely of soldiers, craftsmen necessary to maintain the garrison, priests, African slaves and Native Americans. The key link between the two locations was the military. St. Augustine was a presidio whose reason for existence was often called into question, and survived as a colony because of its strategic location adjacent to the Bahamas Channel. Juan de Tejada and Bautista Antonelli, architects of the 1588 defense plan for the Indies, fought for the inclusion of St. Augustine in the plan. St. Augustine remained in the orbit of Cuba, and in 1763 when Florida was given to the British for the return of Cuba, almost every Spanish Floridian migrated to Cuba. When Florida (and St. Augustine) was returned to Spain in 1783, it was then placed fully under the authority of Cuba.

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Castillo de San Marco, St. Augustine

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A case for including Castillo de San Marcos in the world Heritage Listing for the Fortifications of San Juan, Puerto Rico Roy Eugene Graham

The Fortaleza and San Juan Historic Site in Puerto Rico was inscribed on the World Heritage List in 1983 after it was put forward by the United States (Puerto Rico is an unincorporated territory of the US). The description of the historic site describes the military fortifications as a ―vital strategic point in the Caribbean Sea, the defensive structures built over four centuries to protect the city and the Bay of San Juan have left a rich display of European military architecture adapted to the harbors of the American continent.‖ This description matches another fortress in the US on the Florida coast, the Castillo de San Marcos. Although it was preceded by attempts at wooden military architecture, research is beginning to indicate that when it was finally built of stone (coquina) the ―original plan of 1588,‖ conceived by Bautista Antonelli was used by Ignazio Daza1, a little known Cuban ―engineer‖ who staked out the fort and began supervising its construction with considerable input from the governor at that time. The island of Puerto Rico was the easternmost defensive post of the routes of the galleons of the Spanish intercontinental trade route to and from the new world. If necessary, these ships stopped for repairs and water and emptied ballast goods in San Juan and continued and circulated the Caribbean to ―loading ports‖ finally to consolidate at Havana before sailing back. At first the treacherous route south of the Bermuda islands was used, but when the Florida Straits were discovered ALL these ships moved up the coast to St. Augustine and then made way by the Gulf Stream over Bermuda to Europe. San Marcos, acting as an extension of the massive forts at Havana, was key to the protection of the cargo from the Caribbean, Mexico, Central and South America and the Philippines. If the Castillo de San Marcos did not provide the control of Florida for Spain, pirates would use its harbors as a base from which to attack the treasures fleets. This is the ―outstanding universal value‖ of the fort. 1

Although the design of Castillo de San Marcos has long been attributed to Ignazio Daza, and he was certainly brought to St. Augustine in the 17th Century when the fort was sited and laid out, he is not mentioned in any of the lists of engineers known to be working in Cuba at that time. The plans and improvements made by Antonelli for all the 10 forts in the defense system of 1588 were specifically approved by the king that year. Other defenses which drawings have been found indicate that many of the forts were actually built in the 17th Century from the Antonelli drawings of the 16th Century. See the illustrations for examples, especially the original Antonelli plan of San Antonio at Larache, designed a decade after the engineer left St. Augustine and identical (except for the orillons) to Castillo de San Marcos.

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As the northernmost of the strategic locations conceived in the Crown‘s strategic Defense Plan of 1588, the structure represents a textbook example of European military architecture of the 16th-17th Centuries in the new world. The design is exactly the one used by European military engineers for flat land sites on rivers or harbors preceding a settlement whereas San Juan‘s El Morro, like many other forts in the Caribbean, has a European plan adapted to a rugged cliff situation. Because these two fortifications are intrinsically related and happen to be located in the territory the same states party, there may be an opportunity to extend the San Juan World Heritage Site and create a serial nomination pairing the fortifications of La Fortaleza/San Juan, Puerto Rico with its contemporary the Castillo de San Marcos in Florida. Although research is ongoing, fortifications of San Juan and San Marcos were potentially conceived by the royal engineer, Antonelli Bautista, as part of ten all-important military complexes (Cartagena (Columbia), Havana (Cuba), Santo Domingo (Dominican Republic) Porto Belo/Nombre de Dios and San Lorenzo (Panama) to be built or substantially improved in the 16 th Century. All these forts are uniquely adapted to the American Continent, and they should all be considered in the future for an inclusive serial nomination for the World Heritage List. It is notable that all the extant forts in this 1588 strategy are already listed except San Juan Ulla at Veracruz (which is in a working harbor that impedes its‘ protection) and San Marcos, which has not been examined in the larger context. The practice and influence of the European military designs and technology beginning in the 16th Century and the architects and engineers responsible for erection of the forts of San Juan, Castillo de San Marcos and others tended to be Franco-Italian and were international in scope and construction. Bautista Antonelli, an Italian, the key architect of the Caribbean system of Spanish fortifications went to both San Juan and the site of Castillo de San Marcos on orders of King Felipe II to advise on the defensive structures and the renovations and they follow the same pattern of construction although the time frame for construction is different (The addition of major improvements to El Moro and San Cristobel of the San Juan defenses and the building of are roughly the same period and necessary for the purposes of deflecting flanking attacks).

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Prior to the Defense Plan of 1588, Spanish strongholds in the Caribbean region had been fortified unsystematically, on the basis of individual requisitions which the Crown heeded only intermittently. The Plan created the first network of forts; some incorporated their antecedents and most lately elaborated. Dr. Domingos Bucho, world renowned expert in the development and mathematics of fortified systems of the 15 th—17th centuries concluded2 that the completed fortification at St. Augustine are the measurements and proportions proposed by the treatise by Samuel Marolois (1572—1627) a Dutch mathematician at the university of Leiden who earned the epithet of ―Prince of Mathematicians.‖ His general plan for a fortress on the water was a magistral line with fausse-braye to go around curtains and bulwarks, a water-filled ditch, ravelins and hornworks to defend the curtains, counterguards to protect the flanked angles of the bulwarks, covered way and glacis. The curtain angles are ALWAYS right angles and flanked angles range from 60 degrees to 90 degrees, in the shoulder angle being at least 105 degree and so opts for a fichant line of defense with second flanks. Bucho concludes the fortification followed the Old Dutch Method of the 16th Century and therefore is likely to be the plan that the royal council approved in 1588. The improvements in these fortifications were also the direct result of the reaction to foreign aggression in the Spanish held Caribbean and (together with the other sites named above) there is no comparable group surviving from this early period in the new world that demonstrates the Italian –inspired fortresses of Medieval and Renaissance European military design. The pairing of San Marcos and Fortaleza/San Juan as a serial nomination of the same States Party would qualify on their own as being protective or non-loading posts for the chain and can therefore be considered as the first element of such a possible larger multi- national nomination.

2

Bucho, Domingos, Systems and Schools of Bulwarked Fortification adopted in Elvas, Edicoes Colibri, Lisbon, April 2010; Note to author, Komavon, Hungary 13 May 2011

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Since political conditions exist at the present time that might prevent the Defense Plan of 1588 to be strung together as a serial, the coupling of the two fortifications at the vital ends of the Spanish route would effectively begin that effort. In the future, the inclusion of San Marcos and the fortifications at Havana as well the other forts in the strategy would begin the establishment of a cultural bridge that would benefit all the countries involved.

Illustration 1. The plan of Castillo de San Marcos, although built of stone much later, was originally approved by the Royal Council in 1588 and is an example of 16th Century fortifications of the Dutch Style. Like many of the fortifications designed by Bautista Antonelli and approved in this strategy, it was preceded by structures built in wood before the final construction commenced

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Illustration 2. The plan of San Felip del Morro in San Juan was designed by Antonio Bautista and approved by Royal Council in 1588. The improvements in stone were accomplished within the next year. The overlay in red indicates the plan of Castillo de San Marcos in St. Augustine. (source: Historic American Building Survey)

Illustration 3. The plan for Castillo de San Marcos (in red) is the same proportions as several of the fortresses in the defense plan of Cartagena, designed by Antonelli as part of the defensive system to protect the harbor and sited on flat land around the harbor and bay. Castillo de San Luis was not finished until 1661, although approved by the royal council in 1588. (Source: Archivos Estates, Ministerio de Cultura)

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tIllustration 4. The drawings for the Castillo San Juan de Ulua were approved in 1588, as part of the defense strategy, however the work in stone was not started until over a century later. (source:http:// www.provincia.fc.it/cultlura/antonelli/Imagini/Antonelli/ImaginiBig/America/Messico/AGIMexico37.html Archivo General de Indies.

Illustration 5. After Antonelli visited St. Augustine in the 1590‘s he returned to Spain, but was then drafted back into royal service as engineer for improvements on the fortifications at Gibralta and in 1612, when the invasion of Morocco took place, he designed the Castillo de San Antonio and the walls and defenses of Larache. The Castillo is exactly the same plan that he had drawn for San Marcos (in red) except for the orillons. It is possible that he used the same design as the latter. It is situated on the entrance to the harbor in the same manner as San Marcos. (Source: Archivo General de Simancas)

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Castillo San Pedro de la Roca del Morro. Evaluaci贸n patrimonial y gesti贸n de preservaci贸n y puesta en valor Omar L贸pez

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Valoración histórica y monumental de la Trocha de Júcaro a Morón. Gestión para su conservación

Adrián García Lebroc

Valoración histórica El territorio que hoy conforma la provincia de Ciego de Ávila, es el resultado de la evolución histórica de una región que a lo largo de los siglos ha ido conformando su identidad: sus límites obedecen al paisaje llano reinante, único por su morfología, tamaño, y ubicación; al medio ambiente creado, tanto por la acción de la naturaleza, como por los hombres y a los vínculos territoriales que se establecieron con las poblaciones cercanas y también, muy importante, a los objetivos políticos y militares, que desde finales del siglo XIX, se fueron creando en toda esta región. Primero La Trocha de Júcaro a Morón, sirve para descubrir el área, después la penetración de grandes capitales, siembra de la caña de azúcar, tendidos de líneas de ferrocarril, centrales azucareros y puertos propios, la consolidan como una de las regiones económicas más importantes del país. Cuando a inicios de la década de los años 70, de la centuria decimonónica España comienza la construcción de La Trocha de Júcaro a Morón, en las fronteras de las jurisdicciones de Puerto Príncipe y Sancti Spíritus, no solo estaba creando un muro entre las dos regiones más importantes de la isla de Cuba, oriente y occidente, sino daba pasos agigantados en la transformación de una de las pocas zonas que hasta ese momento, no había experimentado la degradación de su medio ambiente, eran los partidos de Ciego de Ávila y Morón, reductos prácticamente vírgenes, donde la ganadería tenía un papel protagónico, bien alejada de la caña de azúcar, que apenas alcanzaba para suplir las necesidades de la población residente. Con la cimentación de este emplazamiento militar, se pretendía limitar el futuro de la guerra independentista, a solo una parte de la isla, la más pobre, la que menos aportaba a las arcas de la metrópoli; La Trocha fue desde su inicio un sitio rodeado de historias y leyendas, el lugar apartado de todo centro urbano importante; donde estar destacado, constituía motivo seguro de preocupación para el soldado peninsular y las familias que cada día rogaban por el pronto regreso de su hijo sano

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y salvo, libre de una bala o de las muchas enfermedades tropicales que por esos años hacían estragos en estas regiones del país. Para las fuerzas cubanas que operaban en la zona o las patrullas y contingentes que debían pasar de un extremo a otro como parte de sus operaciones diarias, La Trocha constituía un importante obstáculo, una franja, a manera de cicatriz, libre de vegetación impedía el camuflaje, fuertes bien protegidos por guarniciones permanentes, rondas móviles, iluminación en horas de la noche y hasta mitos creados hacía de cada cruce un verdadero calvario. Para poder entender los motivos que hicieron posible la construcción de La trocha en esta región que hoy conforma la provincia de Ciego de Ávila, es necesario conocer las características físico geográficas de este territorio, amplias y vastas llanuras de terrenos fértiles óptimos para la agricultura y la cría de ganado, cubiertos por bosques; estrechez del territorio insular, entre la costa norte y sur solo una decena de kilómetros; acceso marítimo por ambas costas; ubicación en el mismo centro de la isla; facilidades para la comunicación entre la región oriental y occidental, y escasa población residente, no existen ciudades ni pueblos de consideración, estos fueron sin dudas, algunos de los principales elementos que se tuvieron en cuenta por el alto mando militar de las fuerzas coloniales para proponer y más tarde determinar la construcción de La Trocha Militar de Júcaro a Morón: uno de los objetivos militares, si no el más importante, construidos por España en suelo americano en el último cuarto del siglo XIX; en su desesperado empeño, por mantener su dominio colonial en la isla de Cuba. Los trabajos de inicio de la construcción de La Trocha son imprecisos, en la historia del municipio de Morón se explica: ―…el dos de diciembre de 1870, el ayuntamiento de Morón conoció de la Junta efectuada en Ciego de Ávila con el propósito de abrir un ferrocarril hasta Júcaro, con evidentes fines militares de apoyo a España, los vecinos ricos de la comarca contribuyeron en la construcción con 27 591 escudos de oro para la obra que ellos consideraban de utilidad y progreso‖1.

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Historia abreviada de Morón, colectivo de autores año 2002, p. 28.

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El gobierno de la metrópoli, usó la estrategia de impedir el paso de los mambises a occidente donde radicaban las principales fuentes de la economía ibérica. Con ello la guerra solo se circunscribía al oriente cubano, más pobre y menos desarrollado, permitiendo con ello que la economía española siguiera recibiendo las mercancías que desde la isla llegaban. Para lograrlo idearon la construcción de varias barreras militares fortificadas, a las cuales denominaron trochas, donde se incluye la construcción de ferrocarriles. La bibliografía que de La Trocha de Júcaro a Morón existe es amplia, pero encontramos diversas versiones sobre su construcción, y sus orígenes resultan imprecisos. No existe hoy fecha fija para saber el momento exacto de su construcción. La construcción y el mantenimiento de La Trocha de Júcaro a Morón al decir del Dr. Raúl Izquierdo Canosa. ―…significó para esta región tener una obra magistral de la ingeniería militar española, que incluía la construcción de fuertes, comunicados entre sí por caminos y torres ópticas, que se complementaban con telégrafos e iluminación eléctrica; con línea de ferrocarril paralela que aseguraba la comunicación y el movimiento de tropas y pertrechos militares y la maniobra de refuerzos, incluida el movimiento de la artillería sobre rieles en cualquiera de las dos direcciones, fue también para Ciego de Ávila, ubicar en su parte oeste la Comandancia del Cuartel General del Ejército Libertador de Cuba, en la que radicaba el mayor general y General en Jefe del Ejército; que tenía una extensión de algo más de mil kilómetros cuadrados. En ese lugar Máximo Gómez operó y se mantuvo desde marzo a mayo de 1896, en que se trasladó al este de Camagüey, hasta finales de ese año. Desde enero de 1897 hasta el fin de la guerra en julio de 1898; se mantuvo operando en la región de La Reforma; donde sus movimientos se limitaron a un área mucho menor, que comprendía los linderos de las fincas La Reforma, Santa Teresa, La Damajagua y Los Hoyos”2.

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Izquierdo Canosa, Raúl. Ciego de Ávila 1895-1898. Guerras: hechos y noticias. Material digital

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Pero pueden ser muchas más las contribuciones de este emplazamiento militar a la conformación definitiva de nuestra historia regional, por ejemplo: el éxito de la ―Campaña de La Reforma‖, llevada a cabo a partir del año 1897, por el Mayor General y General en Jefe del Ejército Libertador de Cuba, en parte del territorio avileño al oeste de La Trocha. La elección de la región de operaciones constituyó una muestra de la capacidad estratégica y táctica del máximo jefe de las fuerzas cubanas, se trataba de un territorio situado en la región central de la isla, en los actuales territorios de Ciego de Ávila y Sancti Spíritus; limitado al este por La Trocha militar de Júcaro a Morón y al oeste por los ríos Jatibonico del Norte y del Sur. A pesar de la amenaza que presuponía esta ubicación tan cercana a La Trocha, un espacio de terreno tan pequeño, solo unos cientos de kilómetros cuadrados, de terrenos ligeramente ondulados con escasos bosques y las considerables fuerzas enemigas que la guarnecían; le permitía al bando cubano estar en el centro de la isla, mantener las comunicaciones con los Jefes de los Departamentos Oriental y Occidental y además con el Consejo de Gobierno, que radicaba en el Camagüey; así como recibir algún apoyo material desde ambas regiones; pero principalmente de la parte oriental. Es también altamente significativo que la zona de Ciego de Ávila sirvió de punto de contacto entre los Departamentos Oriental y Occidental. En su territorio actuaron y combatieron fuerzas correspondientes al Tercer y Cuarto Cuerpo con diferentes mandos y de subordinación a distintos departamentos, los que mantuvieron constantemente comunicación, además de la presencia del Cuartel General del Ejército Libertador de Cuba, con el Generalísimo como centro de estos acontecimientos, siempre actuando en la parte occidental de la fortaleza, coordinando las acciones que se desarrollaban. Por último y no menos importante la declaración de Ciego de Ávila como municipio, la creación del primer cabildo en esta localidad significó un salto en el desarrollo local, el desprendimiento de Morón, creado siete años antes, contribuyó a que se administraran las finanzas y se pudiera invertir en el desarrollo local; comienza el primer despunte económico del territorio; es significativo que se explique que esta declaratoria de municipio se realiza por cuestiones estrictamente militares, miles de soldados acantonados y la carencia de la estructura de gobierno municipal, convertían a la región en un verdadero caos; antes de 1877, fecha de declaración del municipio, existía la contradicción de que la Comandancia Militar de La Trocha

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radicaba en este pueblo, Capitanía Pedánea de tercera clase y el gobierno municipal radicara en la costa norte en el poblado de Morón, lo que hacía muy difícil la admiración civil en su relación directa con el mando militar que imperaba en la zona. Durante el desarrollo de La Guerra del 95, en especial cuando dirigía los destinos de la Isla Valeriano Weyler, La Trocha es refortificada 3, una línea totalmente nueva de fuertes y otros elementos defensivos convirtieron a la fortaleza en casi infranqueable, a esta declaración de las máximas autoridades españolas, se contrapone el desafío que representa para los cubanos burlarla, centenares de cruces de un lado a otro, bien como grandes contingentes o como simples cruces de correos o mensajeros imprescindibles para el sostén del cuartel general, hacen de estas hazañas la vida cotidiana. Características de la Trocha en el periodo comprendido entre 1895 -1898. La Trocha Militar de Júcaro a Morón comienza a reactivarse por decisión del general Valeriano Weyler a partir de marzo de 1896, dándose por concluidos los trabajos fundamentales en agosto 1897, emitiéndose el 21 de ese mes la orden en la que se indicaba denominarla Trocha de Júcaro a San Fernando, por haberse extendido hasta ese punto, al sur de la laguna Blanca o de la Leche, distante a unos 8 km al norte de la ciudad de Morón. La fortificación contó con dos tipos de obras: permanentes y temporales; entre las primeras se incluían: las torres, separadas un kilómetro entre ellas, cada diez se construyó un Cuartel con una compañía de guarnición; también se construyeron dos edificaciones para las planas mayores de dos batallones. En total fueron construidas 68 torres o fuertes, que se elevaron hasta 14 metros; con una armadura de madera forrada de carriles, conformando una especie de garita observatorio, donde se instalaba un aparato de iluminación, que proporcionaba una intensa luz blanca, que tenía alcance de 500 a 700 metros, su capacidad ideal de tiro es de 16 hombres, contaban con servicio de agua potable ideado para posibles sitios y letrina interior.

3

Realmente La Trocha de la guerra del 95 es nueva, pues los fuertes antiguos son desechados por un sistema bien pensado de nuevos elementos, estableciéndose la línea más allá del poblado de Morón, ahora pasa a llamarse Trocha de Júcaro a San Fernando.

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Se construyeron 67 blokhaus erigidos entre fortín y fortín, a la distancia de 200 metros, estructuras de madera, de doble pared, rellenas de tierra y piedra, con techo de zinc a cuatro aguas, con una capacidad de al menos 8 tiradores. La construcción de abrigos para situar escuchas, fue otro de los elementos constructivos, tenían una superficie de 4,5 metros cuadrados, cubiertos con una plancha de hierro galvanizado y protegidos por un parapeto, se disponían en dos líneas, de modo tal que la segunda cubriera los intervalos de los de la primera, se repartían seis garitas o puestos de escuchas, entre los fortines formando todo un conjunto en la segunda línea. Se dispuso además la construcción de una alambrada a lo largo de los 68 kilómetros, con piquetas de madera, a 2 metros de distancia, al estilo de construcción tresbolillo, y alambre de púas, dispuesto a cuatro órdenes con faldón, y los hilos tendidos sin tensarlos, cubriendo un ancho de seis metros, para esta obra se utilizaron un total de 58 kilómetros de alambre por cada kilómetro de distancia, lo que da una idea de esta obra descomunal. En la retaguardia se construyeron siete cuarteles para las cabeceras de las compañías, y dos para los batallones, con dos pisos, y utilización de la mampostería, de modo tal que el parapeto pudiese presentar una línea de fuego continua, contando en la proximidad de la plaza de armas, de una obra de planta circular, como un tambor defensivo. El ferrocarril, paralelo a esta línea, se encontraba a unos 80 metros detrás de la segunda línea, en rumbo a occidente, habiéndose chapeado la manigua en unos 150 metros a cada lado de la misma. Por esta vía de ferrocarril sin comunicación con otra de la isla transitaban 8 locomotoras, con sus respectivos vagones, en la ciudad de Ciego de Ávila donde radicaba la Comandancia General, también se encontraban los talleres de reparación de locomotoras y vagones. En el poblado y puerto de Júcaro se construyó un edificio para la fábrica de oxígeno, una parte de ello impulsado por tuberías hasta las torres, otra almacenada en botellones y transportada directamente a estos por ferrocarril.

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Para la construcción de esta monumental obra se constó con el cuerpo de ingenieros con una cifra superior a los 1 200 soldados, que dependían directamente de la Comandancia General de la Trocha; además tomaron parte las fuerzas que establecieron las líneas telegráficas, entre las que había nueve compañías de ingenieros y obreros. Para la seguridad, defensa y el servicio de guarnición La Trocha se subdividió en seis zonas de responsabilidad y para cada una de ellas se designó un batallón. Estas fuerzas quedaron emplantilladas en una División. (División de la Trocha) que en total contó con unos 10 – 12 000 hombres de manera permanente. Gestión para su conservación y difusión. Cuando las guerras por la independencia de España terminan, La Trocha, antaño lugar de bullicio y actividad, de transito de trenes y de tropas, pasa al mutismo casi absoluto, la región inicia un letargo que se extiende por casi una década, solo se rompe cuando los bosques vírgenes son talados, la geografía local se llena de caminos de hierro y las chimeneas de los nuevos ingenios azucareros señalan a Ciego de Ávila como una de nuevas y grandes productoras de azúcar de caña del país. Para los investigadores de temas culturales, la Trocha Militar de Júcaro a Morón, o a San Fernando, constituye hoy el mejor de los símbolo de identidad permanente, su asimilación e incorporación por la inmensa mayoría de los que vivimos en esta región la convierte en estandarte fundamental para designar al poblador de esta tierra, sin embargo no siempre ha sido así, por muchos años este emblema fue considerado un gallardete negativo, símbolo del poderío militar español en América, y de su obstinación por impedir la independencia de la mayor de las Antillas, se omitía a la parte cubana, los esfuerzos titánicos de los miles de hombres que cambiaron la historia burlando a su antojo la temida fortaleza, permitiendo los contactos entre las dos partes de la isla, llevando la guerra, del oriente al occidente y viceversa, convirtiendo la estancia de las fuerzas españolas en un verdadero suplicio. Con la llegada del siglo XX, las antiguas ruinas de La Trocha, pasan al olvido, su presencia en los campos sembrados de caña o cítrico, se convierten en un

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impedimento para el desarrollo agrícola; los fortines comienzan a desaparecer. La periodista española Eva Canel, autora del ―Álbum de la Trocha‖ de 1897, libro apologético, dedicado al entonces Capitán General de Isla Valeriano Weyler, describe la presencia militar española en la región, caracterizando las obras militares más importantes de la fortaleza. Años más tarde, deja su impresión al recorrer nuevamente el territorio avileño en su condición de dramaturga y actriz, momento en el que plasma su testimonio que lo que vio en 1914: los restos del más importante sistema de fortificaciones españolas construidos en el Nuevo Mundo durante el siglo XIX4. ―Hubiese querido hacer una excursión en este ferrocarril que recorrí otro tiempo para ver lo que queda de la trocha y me desanimaron diciéndome que todo lo encontraría destruido; tan solo algunas piedras indicando que allí se alzó un fortín, daban idea de la obra que no debieron destruir los cubanos‖ y continua diciendo la periodista: ―Estamos seguros de no necesitar jamás aquellos edificios cuarteles‖. …‖y si no le servían de campo de maniobra serviría de reclamo a los turistas inverniegos, que comprarían tarjetas y pagarían un día de hotel en cada población: y sobre todo sería la Trocha página viviente y enseñanza de ciencia militar aprovechable a las generaciones venideras.‖ La periodista y dramaturga nos señala en tan temprana fecha, inicios del siglo XX, la necesidad de conservar estas ruinas, testigos de la beligerancia entre Cuba y España por la independencia de la Isla, los valores constructivos e ideológicos derivados de ella y dirigidos a la formación histórica de las nuevas generaciones de cubanos. Después de esta fecha, por muchos años, la Trocha pasó al olvido, sin embargo hay que reconocer los esfuerzos personales del Representante a la Cámara de la República Dr. Alejandro Armengol Vera, vecino de esta ciudad, cuando trata de promover un Proyecto de Ley para restaurar y declarar a los fortines de La Trocha de Júcaro a Morón como Monumento Nacional, una propuesta fechada en 21 de mayo de 19415.

Lo que vi en Cuba (a través de la Isla) pág.342 5 Revista Síntesis , pág. 2

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El proyecto de ley hace una valoración de la importancia militar de la línea militar, su estructura y fin encaminado: impedir la extensión de la guerra al occidente de Cuba. También se mencionan los elementos constructivos más importantes que engrandecen la obra. En el cuerpo de la ley aparecen los ―por cuanto‖, uno de ellos hace referencia y argumenta el cruce realizado por el General Antonio Maceo el 29 de noviembre de 1895, durante la invasión al occidente, donde aparece reflejado el acontecimiento histórico, de la siguiente manera: ―…logró, burlando la estrecha vigilancia de los soldados españoles, vencer tan formidable obstáculo e invadir las provincias occidentales.” A continuación reafirma lo planteado afirmando: “es evidente que sin esta sección heroica‖…‖no hubiese tenido la Revolución la unidad requerida para lograr tan elevado empeño.‖ Termina proponiendo el proyecto: ―es deber inexcusable de nuestro gobierno mostrar viva la tradición revolucionaria que hizo posible la creación de la República, conservando y restaurando los monumentos históricos y lugares donde escribió el mambí una página de heroísmo y amor a la independencia patria‖ Los sueños del Representante Armengol Vera eran plausibles, pero realmente el proyecto de ley quedó como letra muerta, solo mostró el interés de un avileño amante de la historia, comprometido a su vez con la identidad local y el ánimo dirigido a resaltar a planos nacionales uno de los monumentos más interesantes de nuestra historia, cimiente del propio origen de una región que antes de la guerra, no había logrado el reconocimiento entre las villas formadoras, entre otras motivaciones por su escaso desarrollo y por constituir hasta ese entonces un área de carácter periférico. Tras el triunfo de la Revolución Cubana, tal vez originado por erróneas interpretaciones de la política cultural establecida, La Trocha comienza a manifestarse nuevamente como símbolo negativo, huella oscura de la presencia española en estas tierras, no considerándose el aporte a la formación y a la identidad local de esta obra militar, al esfuerzo titánico de los cubanos en burlarla cada vez que fuera necesario, a las páginas de heroísmo que entre los años 1897 y 1898, realizaron los hombres de la Brigada de la Trocha encabezada por el Brigadier José Gómez Cardoso, para mantener activo a sus más de 200 hombres, integrados en dos regimientos, combatiendo y hostigando a las fuerzas españolas acantonadas en el recinto, superiores en armas y hombres en proporciones alarmante o

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simplemente custodiando el lado este, manteniendo activa la prefectura mambisa allí existente; y logrando con sus actuar el funcionamiento estable del Cuartel General del Ejercito Libertador, encabezado por Máximo Gómez que en esos difíciles años operaba en la zona de la Reforma ubicada en el lado oeste de la línea militar. La Brigada de la Trocha sintetiza la voluntad de los cubanos en ridiculizar la línea militar, en convertir la burla en una obsesión, en hacer de los cruces de la trocha la aspiración mayor de un soldado cubano. Las décadas de los años 70 y 80, constituyen un periodo de revalorización y afianzamiento de los valores de identidad que como provincia joven estábamos formando, Agramonte dejaba de ser avileño, para desde sus perspectiva nacional pasar únicamente a paradigma del nuevo Camagüey, Ciego de Ávila busca entonces su nueva identidad, la historia y la cultura se convierten en el cetro de todos los debates. Existe un precedente importante, la formación del primer grupo espeleológico con que cuenta la ciudad, ―El Trocha‖, creado en 1971, con jóvenes estudiantes universitarios y otros interesados en temas científicos, sus miembros deciden por unanimidad nombrar al grupo por el nombre de la fortaleza militar símbolo del poderío español en tierras americanas, rehúsan llamarlo de otra manera donde de manera implícita se marcara la valentía o el arrojo de los cubanos en su lucha contra España, para estos jóvenes con el solo hecho de nombrar la Trocha ya está visible el carácter y el coraje de los cubanos; sin dudas se está forjando una huella, la región avileña está creciendo en su cultura e identidad propias. El proceso de institucionalización que se produce en nuestro país después de la División Político Administrativa de 1976, trae consigo la creación de diversas instituciones, entre ellas el Ministerio de Cultura, entidad encargada del desarrollo de nuevas políticas culturales y también de la conservación y difusión de lo más valioso del patrimonio cultural creado. La constitución de la Comisión Nacional de Monumentos en el año 1978 abre al patrimonio cubano, la oportunidad de declarar aquellos sitios con altos valores culturales, históricos o científicos, parte integrante de nuestra cultura, se declaran como monumentos nacionales, las primeras villas fundadas en el siglo XVI y los

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sistemas de fortificaciones coloniales, así como cuanta edificación o sitio pudiera tener sin lugar a la menos de las dudas valores excepcionales para una decretoria, por toda Cuba se generan propuestas, expedientes voluminosos son analizados por este grupo de hombres y mujeres que tienen en sus manos la responsabilidad de dar protección legal a lo más valioso del legado cultural de nuestros padres. ¿Qué pasa con la Trocha de Júcaro a Morón? Para esos años iníciales de la década de los años 80, se está creando en nuestra provincia la red de museos, una institución en cada municipio, surgidas como resultado de la Ley número de 23 del año 1979, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, con la misión de investigar y divulgar los valores más importantes de cada localidad, entre ellos La Trocha tiene el papel protagónico. Como resultado de este proceso de institucionalización se crea en nuestra provincia la Comisión Provincial de Monumentos, integrada en ese entonces por un nutrido grupo de personas muy vinculadas a la historia y a la cultura local, museólogos, historiadores, maestros con la responsabilidad de conformar los expedientes de las primeras propuestas previstas para ser incluidas en las listas de los monumentos locales y nacionales. El día 13 de mayo de 1986, en el Salón de los Viceministros del Ministerio de Cultura, se reunió la Comisión Nacional de Monumentos, regida por su presidente el Dr. Antonio Núñez Jiménez, para analizar un grupo de propuestas de declaratorias presentadas por la provincia Ciego de Ávila, en las dos categorías existentes Monumentos Nacionales y Locales, solicitadas desde el año 1979; entre ellas se encontraba, la casa natal de los hermanos Gómez Cardoso, el sitio donde fue asesinado el coronel del Ejército Libertador Simón Reyes Hernández y el Sistema Defensivo de la Trocha de Júcaro a Morón, entre otras que sumaban diez, aprobándose en esta fecha la declaratoria mediante la Resolución No 67, otorgando la categoría de Monumento Nacional a los restos del sistema de fortificaciones militares coloniales, uno de los más importantes no solo de nuestra región socio-histórica, sino también, para muchos, de relevancia a nivel continental en el siglo XIX.

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En la mencionada Resolución, se hace referencia a la importancia militar de este sistema defensivo, denominándolo ―invulnerable‖, para a continuación agregar: ―…sirvió de escenario a proezas incalculables del ejército mambí, al ser burlado dicho sistema militar por figuras de la talla de Máximo Gómez, Antonio Maceo, Quintín Banderas, José Gómez Cardoso, y Simón Reyes Hernández, por lo que el cruce de la otrora famosa línea militar, se convirtió en la demostración fehaciente de la voluntad de nuestro pueblo por alcanzar la libertad y la independencia.‖ En la propia declaratoria los expertos revalorizan el papel jugado por los cubanos en detrimento, de los supuestos valores que para España y su sistema colonial tuvo este enclave, un elemento que podemos considerar de primer orden en el desarrollo de la identidad avileña. Se cumplía así un viejo sueño de los avileños, añorado desde el propio siglo XIX, en que se escribieron páginas de heroísmo, el reconocimiento al sistema defensivo denominado Trocha de Júcaro a Morón, pero también la gloria a esos miles de cubanos que sin importar el color de la piel, su posición social o el grado militar, burlaron la trocha, haciendo de cada cruce un acto de verdadera proeza, digna de titanes. Se cumplió en el año 2011, un cuarto de siglo de que las ruinas de la Trocha fueran declaradas Monumento Nacional de la República de Cuba, 43 torres desafían al tiempo para mantener hoy sus paredes erguidas, y mostrar a visitantes y locales la capacidad de los ingenieros militares y los miles de soldados, muchos de ellos muy jóvenes, que participaron en su construcción, primero talando el bosque, más tarde erigiendo cada uno de los componente que servirían de barrera para que la guerra no pudiera pasar más allá de los limites orientales de Las Villas. Una sección restaurada, ubicada entre los fortines 32 y 33, a solo 6 kilómetros de la ciudad de Ciego de Ávila, muestra de manera didáctica los elementos que conforman la fortaleza, escuchas blockhause y alambrada se unen a las torres, para dar una idea completa de esa enredada trama de obstáculos tantas veces atravesada por las fuerzas cubanas.

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Castillo Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Evaluación patrimonial y gestión de conservación y puesta en valor Maikely Crespo

Con la conquista de Cuba comenzaron las construcciones en nuestro suelo, seguidamente se suceden ataques, depredaciones de corsarios y piratas. Esta situación despertó la preocupación de los colonizadores y trajo consigo la idea de fortificar los principales puertos de la Isla, aunque esto significara un aumento para la carga en el tesoro público, la mayoría de las poblaciones costeras con el tiempo edificaron sus fortificaciones. En el caso de la región central de Cuba se construyeron varios sistemas defensivos con diferentes tipologías. En la bahía de Jagua se construyó entre 1733 y 1745 el fuerte Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, que se destaca hasta hoy como máximo exponente de la época en arquitectura militar. Las construcciones militares del siglo XVIII en Cuba en ciertos aspectos establecieron los lineamientos generales de nuestra arquitectura colonial, pese a su espontaneidad y racionalismo, no rebasaron la influencia arquitectónica de la época. La arquitectura militar americana está condicionada por determinadas etapas de desarrollo de la historia. Ella ha tenido una función activa, en una sociedad dominada por España durante más tres siglos, quien luchaba por mantener sus dominios de ultramar ante el peligro inminente de otras potencias europeas. Esta fortificación ubicada estratégicamente frente al Mar Caribe, contribuyó a la defensa de un puerto que propiciaba el contrabando e incursiones indeseables para la Metrópoli, por el declarado abandono por siglos. Se muestra como uno de los íconos del patrimonio cienfueguero, a pesar de los problemas de conservación, gestión patrimonial, y puesta en valor, por diversos factores que atentan con el óptimo aprovechamiento de un inmueble que garantiza el interés turístico de la región. Diversas fuentes bibliográficas, fotográficas, documentales, visuales y orales, contribuyeron a este sencillo trabajo, que a modo de homenaje a la memoria olvidada,

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hace presente el valor arquitectónico, histórico y patrimonial de una obra a la que pueden admirar nuestros contemporáneos de cualquier lugar, por su excelente diseño y una legendaria historia que nos enorgullece cada día. Breve historia de la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. A finales de mayo de 1494, Cristóbal Colón con un grupo de navegantes visitó la bahía de Jagua ubicada al sur de la isla de Cuba, bautizándola con el nombre de Puerto de Misa. En 1509 Sebastián de Ocampo recorrió la zona durante su bojeo, y a principios de 1514 se fundó por Diego Velázquez a orillas del río Arimao la villa de la Santísima Trinidad, la que se traslada definitivamente meses después varias leguas al este. A partir de esta temprana fecha comenzó el total abandono del puerto, al que se referían los primeros cronistas de indias como un óptimo y bello puerto, por sus cualidades inigualables y sus riquezas naturales. Por políticas contraproducentes aplicadas por la Metrópoli Española, la bahía quedó abandonada por más de dos siglos, situación que fue aprovechada por corsarios y piratas que comenzaron a frecuentarla a partir de 1538. Algunos de los más famosos fueron Jacques de Sores, Jean El Temerario, Guillermo Bruce, Francis Drake, Cornelius Jolls (Pata de palo), Gilberto Girón, Laurens de Graaf, y otros bandidos que utilizaron el puerto para carenar, abastecerse de productos necesarios para la navegación, y como estratégica base para saquear hatos, corrales y villas cercanas como Trinidad. El tráfico comercial ilícito crecía cada vez más y las incursiones en la región provocaban cuantiosas pérdidas a la Corona hispana, que llevó a tomar algunas medidas en respuesta a la situación en Jagua. Hacia 1650 se encontraban en plena explotación el corral de San Mateo y el Hato de Juraguá, uno de los primeros lugares habitados de la región. El 1 de noviembre de 1658 el Gobernador de la Isla de Cuba Juan de Salamanca, propone al Rey de España Felipe IV fortificar y poblar la bahía, tres años más tarde el Cabildo Eclesiástico de Santiago de Cuba relaciona en una carta al monarca que los daños provocados por el contrabando en la bahía de Jagua importan entre 40 y 50 000 pesos por año. En 1665 el capitán español Sebastián Fernández Gamboa recomienda el establecimiento de un astillero en la bahía de Jagua. En 1682 el Maestro de Campo José Fernández de Córdova Ponce de León elabora un proyecto para poblar la zona. Ocho años más tarde el Gobernador de la Isla Severino de Manzaneda recomienda como remedio al contrabando, que se traslade Trinidad a la bahía de Jagua, idea que no fue acogida por los moradores de esta villa, y en 1694

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fomenta un proyecto para fortificarla que no fue exitoso. El siglo XVIII comenzó para España, con una encarnizada lucha por el poder imperial. A la muerte del monarca Carlos II sin sucesor al trono, vino a ocuparlo desde Francia un heredero de sangre azul autodenominado Felipe V. El ascenso al poder español de esta figura desencadenó la Guerra de Sucesión que finalizó entre 1713-1714 con una serie de tratados de paz y convenios imperiales que fomentaron en los años sucesivos un grupo de conflictos principalmente entre Gran Bretaña y España por la trata de esclavos africanos en América. Las embarcaciones inglesas se presentaban a diario corrientemente durante este período en las costas caribeñas cubanas buscando refugio y provisiones, el puerto de Jagua ubicado estratégicamente al centro sur de la mayor isla antillana propiciaba un punto de resguardo y de avituallamiento seguro por su declarado abandono por siglos, y sus inigualables condiciones geográfico-naturales. El Gobierno español después de tantas súplicas y las constantes guerras con los británicos deciden promover un grupo de cambios respecto a la situación de la región de Jagua. En 1725 se promueve por el Gobierno Colonial trasladar nuevamente la villa de la Santísima Trinidad a las márgenes de Jagua, lo que no procede por la negativa de sus pobladores. En 1727 el señor Manuel García Barrera es autorizado por el Rey Felipe V a la construcción de una fortaleza y una villa a la entrada del puerto, lo que se ve afectado por el hundimiento durante la travesía de los inmigrantes canarios que habitarían la futura población a causa de una tormenta. El Ingeniero en Jefe en la Isla de Cuba -desde 1716 -Bruno Caballero y Elvira realiza dos años más tarde los planos propuestos para la construcción del fuerte de Jagua. A finales de febrero de 1733 toma posesión de la zona de Jagua el Ingeniero Militar de origen francés Joseph Tantete Dubruiller, al servicio de la Corona Española desde 1725, y encomendado de construir una fortificación para proteger el puerto de los males de antaño. En una carta de Tantete del mismo año, informa haber iniciado el desmonte y delineación para la construcción de la fortificación de Jagua el 12 de marzo, meses después realiza un plano de la bahía con las obras complementarias para la defensa durante la ejecución de fuerte que costaba a finales de 1744 unos 39 484 pesos y 2 reales, financiado con los "situados" provenientes del virreinato de México.

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El Ingeniero francés utilizó los materiales de la rica zona como: la roca marina que dominaba varias franjas costeras cercanas, y las abundantes maderas preciosas que habían comenzado a sacarse de la región desde principios del propio siglo. Además estratégicamente aprovechó el ángulo de alrededor de 100 grados que forma el canal para el emplazamiento del inmueble. El Ingeniero francés utilizó los materiales de la rica zona como: la roca marina que dominaba varias franjas costeras cercanas, y las abundantes maderas preciosas que habían comenzado a sacarse de la región desde principios del propio siglo. Además estratégicamente aprovechó el ángulo de alrededor de 100 grados que forma el canal para el emplazamiento del inmueble. Aunque una placa de bronce ubicada encima del arco de medio punto que da acceso al fuerte textualmente refleja: REINANDO LA MAJESTAD DE FELIPE V. REY DE ESPAÑA / DE / DE LAS INDIAS SIENDO GOVND. / CAPITAN GENRL. DE ESTA ISLA DE / CUBA EL EXMO. SEÑOR D. JU- / AN FRANCISCO GVEMES /HORCASI- / TAS SE ACAVO ESTE CASTILLO / FABRICADO POR D. JOSEPH TANTE/ TE INJENIERO / AÑO 1745. Esta comprobado por diversos documentos originales, que a Tantete, aún sin terminar la construcción después de doce años de "destierro" en Jagua, se le fue otorgada la comandancia del recinto desde 1744 hasta la llegada del primer grupo de militares dedicados para la protección del puerto comandados por el capitán José Castilla y Cabeza de Vaca. Este militar llegó a la región con verdaderos propósitos de establecerse, debido a las tierras recibidas por el Gobierno colonial español en la zona, donde fomenta ese mismo año la construcción del primer ingenio azucarero cercano al puerto con el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria. A finales de 1762 el protagonismo militar escogió al "Castillo de Jagua"-como comúnmente se referenciaba en las cartas que llegaban y salían del recinto militar (de ahí su nombre más conocido)-por su posición al occidente de la zona ocupada por España en la Isla, ante la conquista de la capital del país por las fuerzas inglesas en el verano de ese año. Se concentran cerca de mil soldados dentro y fuera de esta bajo las órdenes directas del Gobernador de Santiago de Cuba

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Lorenzo de Madariaga, que tomaron diversos rumbos tras la firma de la paz entre los imperios en febrero de 1763. En 1765 el Alcalde de La Habana José Laguardia propone al rey Carlos III el fomento de una población cercana a la bahía de Jagua, con el nombre de San José de Juraguá. Cinco años más tarde el Ingeniero Militar Silvestre Abarca realiza un levantamiento del inmueble, relacionando en sus planos como "Fuerte Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua", según su visión tipológica. Pero no fue hasta 1798 cuando verdaderamente se aprecian intentos de poblar las cercanías del defensor por excelencia del puerto. En este año Joseph María Escobar vecino de la ciudad de La Habana propone la necesidad de fundar en la bahía de Jagua una población con el nombre de San Joseph, con familias traídas de la isla de Santo Domingo. Otro proyecto fue el de los ingenieros militares Félix y Francisco Lemaur, integrantes de la Comisión Mopox proponiendo en sus planos en la península de majagua, un astillero y un conjunto de baterías aledañas al fuerte principal. En 1819, setenta y cuatro años después de la construcción del fuerte que protegía el canal de entrada del puerto, es fundada la colonia Fernandina de Jagua por Don Luis D´Clouet acompañado por Joaquín Horruitinier Comandante del regimiento militar. Diez años después cambia su nombre por el de villa de Cienfuegos y hacia 1881 se le concede el título de ciudad. En estos años se justificaba en cuantía la construcción de la fortificación por defender a una urbe en desarrollo, ya que anteriormente custodiaba una bahía sin un núcleo poblacional de importancia en sus márgenes, lo que hacía el carácter de destierro a los que vivieron esa fatigosa etapa de espera. En mayo de 1898 ocurre el único ataque a las inmediaciones del recinto militar, por las fuerzas estadounidenses. Un grupo de buques estadounidenses bombardearon a otros españoles que se encontraban anclados el poblado aledaño, aunque el fuerte no recibió daños que se conozcan, si se destruyó el faro de Villanueva diseñado por Francisco de Albear en 1849. A principios de 1899 las huestes españolas abandonan la Isla, comenzó de esta forma un proceso de cambios de usos y estrategia, provocando diversos daños por desconocimiento y abandono durante el dramático siglo XX. Entre 1899-1902 fue ocupada por las fuerzas estadounidenses, y posteriormente se le entregó a diversas fuerzas del Ejército republicano cubano. Fue sometida a varias restauraciones, que alteraron según el objetivo propuesto, algunos elementos mayormente interiores que son perceptibles en la actualidad. Después de

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1959 fue perdiendo valor de uso hasta su abandono total en 1965, que comienza a rescatarse con una complicada restauración, que propicia diversos usos poco ortodoxos. Finalmente se crea en 1998 el Museo Polivalente Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, encargado de custodiar la rica historia que atesoran esos lienzos compuestos por sillares que pasaran a la posteridad como símbolos tangibles del patrimonio edificado. Características arquitectónicas. Es una estructura cúbica, con dos niveles, un puente fijo sobre pilares de cantería, puente levadizo que por medio de su foso seco, aísla al regimiento al cerrar la entrada. En el piso inferior cuenta en correspondencia con su función original con: aljibe, capilla, bartolina o celda de tortura (situada debajo de la escalera de cantería que comunica los dos niveles), Santabárbara, cocina, almacén de pólvora para el depósito de municiones y cuartel de la tropa. La batería semicircular de la plaza del segundo nivel está compuesta por gruesos muros con troneras, merlones, banquetas, y a sus extremos garitas de vigilancia con aspilleras. Pero además componen esta planta: el cuerpo de guardia, los alojamientos para la tropa y oficiales, dos balcones en los sendos frentes de mar y de campaña. Posee una escalera de caracol de cantería que comunica los dos niveles, que da acceso al torreón principal de vigilancia o garitón, que sirve de comunicación a la plaza alta a barbeta y a la pequeña donde se encuentra la espadaña con la campana. La obra está influenciada por las escuelas italiana y francesa, de la cual se tomo como referencia el estilo Vauban, ingeniero francés que instrumentó su propio sistema de fortificaciones para la defensa, estableciendo la relación entre el paisaje, la topografía y las formas geométricas. Esta influencia debió estar matizada por el origen de Joseph Tantete, que nacido en 1699 en Orchies, pequeña villa al norte de Francia, donde el ingeniero militar Sébastien Le Prestre, Señor de Vauban (16331707), había desarrollado un sistema defensivo para la protección de las ciudades de esa región gala, bajo el reinado de "El Rey Sol" Luis XIV. La decoración del fuerte se concentra básicamente en la portada de entrada, aunque presenta otros detalles menores en las garitas de vigilancia y en las claves de sus principales arcos. Su único acceso está compuesto por un arco de medio

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enmarcado por pilastras gemelas de fuerte almohadillado adosadas a la pared, que parten del cordón magistral que define los dos niveles, las extremas coronadas por bolas y las centrales sirven de base a un frontón o frontispicio contenedor del escudo imperial de Felipe V ensamblado en piedra caliza a relieve. Dos precisas incisiones en el muro que termina en el pretil de la plaza pequeña que está sobre el cuerpo de guardia, despejan el recorrido de las piezas de madera que elevan el puente. Tiene sobre el vano del arco de entrada una placa en bronce (originalmente de piedra), que muestra los nombres de los ejecutores de la obra y su fecha de terminación. Posee otros elementos como cornisa, y alerillo en el borde superior del pretil. Dentro del edificio encontramos otros detalles ornamentales en lugares de importancia, como las 6 cruces que decoran los arcos y puertas, labradas a relieve en sus claves con cruces de Asturias o de la Victoria, de gran significado simbólico para los pobladores de esta región hispana, donde se pensaba que colocándola en lugares estratégicos, servían de protección divina a las personas, en este caso se muestra la influencia asturiana en la construcción del inmueble. La capilla posee al centro de la platabanda de la puerta, un monograma con la inscripción IHS (en latín IESUS HOMINUN SALVATOR), que significa Jesús Hombre Salvador, con una cruz latina insertada en la H que simboliza la crucifixión de Jesús y rematada con una corona española de marqués de gran sentido estético religioso para los españoles. En el interior de esta se pueden apreciar en el intradós y en la pared central, restos de pinturas murales, en muy mal estado de conservación, que se referencian como las más antiguas de la región. Las garitas de vigilancia, estuvieron rematadas de manera original con una clave labrada en forma de peón de ajedrez, que servía como remate a las cúpulas semicirculares de estas. Las piezas desaparecieron durante restauraciones anteriores y no se han repuesto. Sus aspilleras con bordes angulados son de exquisita terminación, únicas de su tipología en el país. Descripción Aunque comúnmente se conoce como Castillo de Jagua, desde el punto de vista tipológico es un fuerte con dos niveles, concebido para la defensa costera. Su construcción se realizó en la primera mitad del siglo XVIII, etapa de tránsito del estilo barroco a los cánones neoclásicos, que permitieron una mezcla de estilos en algunas construcciones.

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De acuerdo con la traza del inmueble, se aprecia la influencia de la escuela italiana renacentista y en algunos elementos defensivos la presencia de la escuela francesa. Tipológicamente se puede catalogar como fuerte, así lo estampó en los planos hechos del recinto el Ingeniero Militar español Silvestre Abarca en 1770. Por su diseño, la ausencia de baluartes, solidez estructural, su sistema defensivo compuesto por dos baterías a niveles diferentes, y una batería de frente de mar semicircular, similar a la del Fuerte de San Carlos de Barrancas construido en la Florida, EE.UU a partir de 1787, se puede definir como tal. Aunque se conozca desde sus inicios como castillo, le den el calificativo exagerado de fortaleza, y con algunos elementos que lo asemejan a baterías en otras regiones; es de señalar que su diseño responde a un fuerte, con variados elementos comunes en otras construcciones de diversas tipologías que pueden complicar su definición. El fuerte es un punto fortificado para la defensa estratégica de ríos, puertos o ciudades, palabra proviene del latín fortis que significa: que tiene gran resistencia, algo que ha demostrado tener hasta la actualidad, por su invulnerabilidad en la protección de la bahía de Jagua. Tipológicamente en Cuba solamente es similar al fuerte de Santo Domingo de Atarés en La Habana, construido entre 1763 y 1767 por el Ingeniero Militar de origen alemán Agustín Crame, después del dominio inglés sobre la capital, que obligó a reformar los elementos constructivos de las fortificaciones en todo el país. En nuestro caso la conformación de la estructura es geométrica, simétrico y de proporciones medias, equilibradas y regulares. Se utilizaron códigos constructivos en consonancia con la época moderna, en la que el ideal de perfección, con una belleza de diseño que entre las líneas y las formas prevalecen la armonía y la funcionalidad. Se utilizó la técnica constructiva de piedra labrada en sillar y mampostería. Además de la roca marina de la costa se empleó el ladrillo para reforzar los ángulos de los muros de la contraescarpa y en las paredes del garitón para evitar su fragmentación en grandes piezas si fuese destruido durante un ataque que causara daños a las estructuras y hombres ubicados en los niveles bajos. El hierro y la madera se utilizaron para obras complementarias como el puente fijo, el levadizo, puertas, rejas, balcones, escaleras, techos del primer nivel y otros elementos de menor relevancia. El mortero empleado lo componían arena, cal, agua, y como aglomerante se utilizó según la tradición popular: "sangre de toro".

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Esta estructura presenta elementos distintivos que la diferencian de las demás existentes en el país. Su escalera de caracol de cantería con 38 escalones es única por su altura, diseño y diámetro. Permite el acceso de los niveles con la plaza alta a barbeta donde está enclavado en el intermedio de las dos plazas superiores el garitón o torre del vigía que constituye un ejemplo peculiar en este tipo de construcciones en Cuba debido a su posición y tamaño. Este domina la visual hacia las dos direcciones que forma el ángulo del canal de entrad a la bahía de Jagua. En la actualidad está rematada por un pararrayo que afecta su ornamentación y su bajante se ubicó por dentro de una de las tres aspilleras que posee la torre, afectándose así la originalidad. Sus dos garitas de vigilancia cercana ubicadas en los extremos de la plaza de artillería baja, poseen cinco aspilleras anguladas que permitían una visualidad total del foso en su frente de mar, están insertadas sin ménsulas sobre el muro del recinto y tiene una decoración exclusiva. Encima de cada uno de sus pequeños arcos del pórtico de accesos, está labrada en su clave una cruz de Asturias o de la Victoria y en el cierre de sus cúpulas existía un remate esférico que funcionaba como clave, las que fueron extraídas provocando hoy serias grietas en su estructura, que no han provocado su destrucción por el exquisito diseño de sus alerillos. A pesar de ser el fuerte Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua anterior a esta nueva etapa, posee una tipología que refleja este tránsito en la poliorcética en la segunda mitad del siglo XVIII. Se construyeron un grupo de baterías próximas al fuerte, que propiciaron un mayor repliegue táctico en el terreno que ocupaba el frente de mar. Estos fueron reflejados por los hermanos Félix y Francisco Lemaur hacia 1798 en sus planos propuestos para la Comisión Mopox encabezada por Joaquín de Santa Cruz. Entre 1895 y 1898 se construyeron tres baterías de costa que se nombraron: Punta Las Coloradas, Loma del Vigía y Carbonell, única existente en la actualidad que se encuentra abandonada. En la década del 80 del siglo XX durante los trabajos de restauración de la Fortaleza, se encontraron por un equipo de arqueólogos, fragmentos de estas estructuras complementarias que desparecieran por su vulnerabilidad ante las nuevas construcciones en el área. Evolución y usos del inmueble.

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Un año después de su terminación llegó al fuerte el primer cuerpo militar comandado por el capitán José Castilla y Cabeza de Vaca, a partir de esta fecha (1746) la ocuparon las fuerzas regulares del Ejército Español. Desde finales de 1762 y hasta el verano de 1763 se concentraron en el recinto militar durante la ocupación inglesa en el Occidente de Cuba alrededor de 1000 hombres bajo el mando del Gobernador General de Santiago de Cuba, Lorenzo de Madariaga. Esta era una de las dos únicas fortificaciones que había quedado bajo la bandera española, y por su ubicación al Occidente de la parte hispana de la Isla se decidió utilizarla como punto de concentración. En el verano de 1763 se disuelve el conglomerado militar en la zona y queda solamente el regimiento del fuerte con cerca de 100 hombres; su capacidad propuesta en su diseño original. Hacia 1869 las fuerzas regulares españolas se ven obligadas a reforzar los campos de batalla ante el avance de los insurrectos cubanos, que amenazaban los ingenios y su producción azucarera en la región. Por un corto período permanecieron en el fuerte un cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cienfuegos, que fueron relevados por las fuerzas regulares ibéricas al disminuir el asedio de los insurrectos en la zona. En 1899 tras la retirada de los últimos hombres en América de la Metrópoli española por el puerto de Cienfuegos se hace entrega a los marines de Estados Unidos de la ciudad y su "Fortaleza", la que ocuparon hasta 1902. Posterior a esta etapa se ocupó por marines de la república hasta que se abandonó por completo. En 1915 se propone declararla para las festividades del centenario de la fundación de Cienfuegos a realizarse en 1919, como Monumento Histórico, restaurarla y convertirla en Museo Naval y Oceanográfico, tres años después comenzó su primera restauración conocida, en la que se alteraron algunos elementos del inmueble, como los pisos y locales interiores que cambiaron su función como la armería y la cocina. Se terminó el rescate de la obra en 1923 y se comenzó a utilizar por la Marina de Guerra y fue convertida después en prisión militar. En 1952 la Marina de Guerra ocupa la edificación nuevamente y realiza un grupo de alteraciones arquitectónicas, de las cuales no se posee una información precisa. En 1959 tras el triunfo de la Revolución es ocupada por las fuerzas armadas hasta 1965 que se entrega al Ministerio de Cultura y queda en total desuso. En 1973 se realizan excavaciones arqueológicas en la capilla y en otros locales por un equipo

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de arqueólogos liderados por Alfredo Rankin Santander. En 1989 tras los trabajos de construcción de la CEN de Juraguá, se envía una brigada para la recuperación del inmueble, olvidado por más de 20 años. En este período se deterioró ostensiblemente la estructura, perdiendo gran parte de sus elementos originales de madera, hierro, y hasta la virgen Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, patrona del recinto. Las plantas crecieron a niveles extremos deteriorando las paredes y los pisos de las plazas. A pesar de haber sido declarada Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978 por la Resolución No 3 del Ministerio de Cultura, no se priorizó dentro de la gestión y rescate patrimonial de los monumentos de Cienfuegos. Después de su restauración de 1989 comienza a funcionar con usos diversos en consecuencias con los inversionistas de la cadena turística Rumbos, por lo que la edificación se utilizó como discoteca, restaurant, tienda de souvenirs y un bar-cafetería. En 1998 se cambia su objeto social inaugurándose un museo polivalente con el mismo nombre de la otrora fortificación militar española: ―Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua‖. Evaluación patrimonial según cambios de uso e intervenciones. Todas las construcciones hechas por el hombre están sujetas a cambios y transformaciones, según las necesidades del contexto en que se encuentran. En nuestro caso se hace evidente que durante 268 años, paulatinamente por cuestiones evolutivas se fueron haciendo modificaciones que fueron alterando el inmueble y su estructura espacial funcional, según se requería en correspondencia con sus usos. La autenticidad del inmueble se ha manejado de manera irregular siempre preservando los valores que la identifican y definen externamente. Sus modificaciones en lo formal se concentran principalmente en los balcones, en sus accesos, así como los añadidos o supresiones de astas de banderas según época, cambio de ambientación en los accesos desde el exterior, en el arranque del puente fijo. En lo espacial-funcional se han producido cambios en las dimensiones, posiciones de puertas en dependencia de los usos y necesidades. Han desaparecido locales y funciones como el cobertizo que existía en la plaza superior, el lugar común para el aseo y necesidades de las tropas. Ha tenido gran peso la pérdida de elementos durante los períodos de abandono de la edificación, en detrimento de los

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valores paisajísticos del lugar progresivamente sombríos con pérdida de interés visual. A pesar de que no se cuenta hasta el momento con los planos de los proyectos originales para la fortificación de la bahía de Jagua, elaborados por Bruno Caballero y Elvira en 1729, así como los propuestos por Joseph Tantete en 1744 durante su proceso constructivo. Podemos analizar a través de los elaborados-durante el proceso de reforma de las fortificaciones cubanas posterior a la toma de La Habana por los ingleses en 1762- por el ingeniero militar Silvestre Abarca fechado el 31 de diciembre de 1770, uno de los más antiguos encontrados en el Archivo de Indias hasta ahora tomándose este como plano más cercano a la concepción original. Según estos planos la fortificación tiene una planta simétrica con forma de cabeza de martillo dividida en dos niveles. El acceso principal al recinto era desde el norte y no del este como se cambió a principios del siglo XX. Se perdió en el tambor siguiente a la entrada, su estacada original y el rastrillo que daba acceso al puente fijo. El puente levadizo funciona aún pero dista mucho del original por su peso y sistema de apertura, solamente quedan los ejes de madera (caguairán) empotrados en la pared que soportaron el puente original. La puerta de madera que daba acceso debajo del puente levadizo al cuerpo de guardia tampoco existe hoy. En este local se cambió el techo en la restauración de 1989 y se repellaron sus paredes con un material rico en cemento, lo que provocó el deterioro veloz de la cubierta hecha sobre la roca natural. Solo quedan dos hornacinas o nichos, que seguramente alojaron a imágenes religiosas, sin que se conozca cuáles son. La batería baja o plaza de artillería ha sufrido varios cambios según sus diversos usos. Los planos de Abarca que poseen diferencias notables de los más contemporáneos. Según el plano 1 de este ingeniero militar la plaza contaba en el frente de mar con un muro compuesto por nueve merlones, ocho cañoneras o troneras y ocho banquetas. Los planos del siglo XX muestran que se eliminaron las dos troneras centrales, completando un muro más bajo parapetado, para la operación de dos cañones Mark VII de 1897 de la US NAVY, que se montaron en un pedestal de concreto sobre el piso de la batería. Esta plaza destinada para la artillería pesada dominaba, por su ubicación en el vértice del ángulo que forma el canal de entrada a la bahía, todos los movimientos de ataque al fuerte. Además cuenta con dos alas destinadas para cuatro cañones, y un flanco para un cañón

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opuesto al monte o al frente de campaña. Entre el ala occidental y el flanco opuesto al canal, se construyó el lugar común o retrete para la tropa, la que tenía pequeñas dimensiones y contaba en su interior con 6 letrinas y un lavatorio. Desde la restauración de 1989 este local se reubicó en la bóveda que ocupó la cocina original que se encuentra debajo del mismo, lo que ha provocado la proliferación de hongos y bacterias en la roca por el alto contenido de humedad. El antiguo lugar común se destruyó durante el período de abandono entre 1965–1989, quedando su espacio vacío en la plaza. En las restauraciones de 1922-1923 y la de 1952 se modificó parte del piso de la plaza, el que se remodela totalmente con lozas de de hormigón en la de 1989. Las torres o garitas que se ubican en los extremos de la plaza ha sufrido transformaciones y deterioro de la cubierta superior por la pérdida de sus claves durante el último período de abandono y por la ubicación dentro de la garita este de una planta eléctrica que provocó rajaduras, que se sellaran sus aspilleras y se pintara de amarillo su interior. Con la restauración de 1989 se recuperó el interior, aunque no se le colocó en su cúpula la clave, que hace que hoy presente una enorme grieta que atenta sobre su permanencia. Las banquetas desparecieron o fueron destruidas en su mayoría, recuperándose en 1989 durante la restauración siete de las ocho que tuvo originalmente. Próximo al retrete existía una salida protegida a la plaza que provenía de los alojamientos de la tropa, oficiales y capellán. Silvestre Abarca no plasma en sus planos la existencia de un balcón interior como lo tiene desde hace más de un siglo según las fotografías de inicios del siglo XX. En la actualidad se aprecia que el cordón que define los dos niveles y que servía como base a las puertas de los alojamientos del frente de mar está entrecortado, pero también se observan incisiones en los lienzos brutalmente hechos sobre el sillar (a diferencia del lienzo norte donde se ubicaron los soportes entre los sillares), que muestran que este balcón interior debió ser construido con el cambio de uso a finales del siglo XIX por las fuerzas norteamericanas que ocuparan el recinto o a principios del XX por la marina de guerra, para permitir un mejor acceso a la plaza. Las seis habitaciones del segundo nivel son bóvedas de cañón comunicados los anteriores por puertas de madera que hoy no existen. Sin embargo las tres posteriores no se comunican con los contiguos, porque lo hacían por medio de un balcón exterior, que aparece en los planos de Abarca de 1770. Así se muestra que por cuestiones estratégicas de ocultamiento de la tropa, el balcón interior no es original,

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original, a pesar de que no se conservan los planos hechos por B. Caballero (1729) y Tantete (1744). Los dos alojamientos ubicados en la pared. Este presenta aspilleras inclinadas para la vigilancia sobre la entrada y los puentes fijos y levadizos, a través de las cuales disparara la tropa, y para la circulación de aire dentro de las bóvedas. Sus pisos originales eran del sistema colonial losa por tabla, pero se fueron cambiando en diferentes restauraciones e intervenciones hasta que en 1989 se colocó rasilla sobre las vigas que soportan las tablas y el relleno original. En el cual se han hallado restos arqueológicos que muestran elementos coloniales y del siglo XX como botones y proyectiles. En el nivel inferior se encuentran las principales habitaciones. Está compuesto por dos bóvedas de carpanel que ocuparan la cocina y la armería originales. En el caso de la bóveda oeste esta fue destinada a cocina, con un horno colonial con chimenea o campana, del que solo se aprecia en el presente el espacio por donde se evacuara el humo, despareciendo lo demás. Después de la restauración de 19221923 se cambiaron sus puertas y ventanas de cedro por barrotes con destino a cárcel. En 1989 se destinó como baño lo que ha perjudicado sus paredes y su función original. Durante la restauración que comenzó en noviembre de 2009 se han elaborado proyectos para reubicarlo al lugar original desocupado, pero no ha existido un consenso que permita el cambio. La otra bóveda similar estuvo dispuesta a armería, pero después fue prisión y se cambió su única puerta por barrotes, a partir de su penúltima restauración se destinó a un bar. Se realizaron cortes en las paredes para las redes eléctricas y la extracción de un sillar para colocar una caja fuerte. A este local se le impedía tener una ventana grande que por estar situada en frente de esta la escalera de cantería que comunicaba los dos niveles, la que presenta deterioro y ha sido cubierta en mitad para facilitar el acceso a los visitantes; a la vez se percibe la parte original de la misma. Para solucionar los problemas de humedad del local se le hizo una ventana estrecha inclinada para la circulación de aire dentro de la bóveda. Debajo de la escalera de cantería de dos metros de ancho se ubicó una pequeña bovedita destinada a celda de tortura que se conserva en buen estado y posee argollas en las paredes para encadenar a los prisioneros en la etapa colonial que fueron principalmente esclavos, piratas y mambises.

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El cuartel de la tropa estaba destinado a los centinelas durante su servicio, para evitar las molestias al cambiar la guardia. Se utilizó como mazmorra en el siglo XX, por la oscuridad de los dos locales, al cerrarse su puerta de acceso, y por tener solo tres aspilleras elevadas con acceso por escaleras, y su puerta interior fue ampliada. Fue utilizado después de 1989 como cocina, por lo que se repellaron sus paredes y estéticamente no es agradable por el deterioro que provoca la humedad al mortero utilizado. La capilla es unos de los locales que ha sufrido más daño. Sus suelos fueron alterados consecutivamente al utilizarse como lugar de enterramiento, además a partir de 1951 se cambió su uso hacia la pequeña iglesia construida a la entrada del fuerte, con el objetivo de evitar conflictos con los marines del ejército cubano. En 1965 se abandonó el regimiento lo que provocó un notable deterioro, pérdida de sus valores estéticos, como la pérdida de la patrona en 1972 y el deterioro de la pintura mural más antigua de Cienfuegos, al colocarse una gran puerta al centro de la pared opuesta a la entrada para acceder a la mazmorra del local contiguo, esto se hizo a pesar de tener una pequeña puerta que tenía a la derecha de la pared. Este último cuarto tuvo diversas funciones en etapas anteriores. Sus techos de vigas de madera se conservan en buen estado a pesar de ser cambiadas muchas piezas originales. Actualmente la capilla está en proyecto de restauración al igual que su fresco notablemente deteriorado. La Santabárbara se comunicaba por medio de una pequeña puerta con el almacén de pólvora, la que se amplió durante las restauraciones republicanas, colocando unos raíles de ferrocarril como dinteles que soportaran el peso de la pared perjudicada al perder las dovelas y claves del pequeño pórtico. Se destinaron como mazmorra y calabozo durante el siglo XX, pero presentan buen estado de conservación. El almacén de pólvora es una bóveda de cañón, presentaba su piso entablado, con anaqueles de madera para lo barriles que guardaba en su interior el explosivo, tenía una capacidad para 200 quintales de pólvora. Tiene solamente tres aspilleras en dados para la protección de los explosivos de la humedad y del fuego. Desde la Santabárbara se eleva la escalera de caracol de cantería, con el objetivo de comunicar los dos niveles, da acceso al garitón y a las plazas altas. Construida para que las maniobras de ascenso y descenso fueran ocultas. Se conserva en perfecto estado formando una espiral perfecta; se han colocado entre el segundo nivel y el rellano

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rellano del garitón huellas de madera para facilitar el movimiento por estas. La plaza alta o batería a barbeta dotaba a los astilleros de la batería baja de protección, por la defensa en altura con fusiles y cañones pequeños, que proporcionaba seguridad durante la defensa y las operaciones artilleras. Esta plaza está dotada de canales y conductos al pie del parapeto, que al igual que los demás espacios, acumulaban el agua de lluvia hacia el aljibe. Según el plano 3 de Silvestre Abarca así como algunas fotografías de principios del siglo XX, existió en la plaza alta un cobertizo de madera y tejas para la protección de la tropa y de los pertrechos de artillería. Durante su utilización por la marina de guerra republicana se colocó un tanque de agua en su esquina suroeste, proveyéndose de agua desde una turbina colocada en el aljibe, que la elevaba mediante un tubo que iba pegado a la pared, lo que propició sendas aberturas en los cordones que son perceptibles en el presente. La plaza pequeña encima del cuerpo de guardia tenía múltiples funciones originalmente. Con sus pretiles bajos permitía una mayor visualidad y señalización de cualquier tipo. A través de una rampa se subía la artillería desde el cuerpo de guardia, por un escotillón situado en el techo de losa sobre tablazón. Los postes de la campana se unieron por un arco posteriormente formando una espadaña, por la colocación en el siglo XX de una campana de mayor tamaño que la original. Se aprecian en la actualidad los cuadrantes donde se fijaba en ambos postes el madero que sostenía la pequeña campana. El parapeto norte posee dos cortes para que trabajen los brazos del puente levadizo, y tenía tres tragantes para pedreros de pinzote (cañones antiguos de unos 80 cm que sus proyectiles eran piedras esféricas conocidas como bolaños). En diversos momentos se pusieron mástiles para banderas en diferentes sitios de la plaza, conservándose hoy el de la esquina sudeste. Esta plaza se comunicaba con la batería alta a barbeta por medio del rellano de la torre del vigía. El aljibe contenía unos 100 m3 de agua ó 257 varas de Burgos y estaba revestido con morteros hidráulicos. Poseía una horca de madera para extraer el agua que se cambió después por un soporte de hierro forjado. De este salía un conducto hacia un estanque en el foso que almacenaba una cantidad inferior. Este sitio ha perdido su valor de uso, lo que hace necesario un proyecto futuro para el rescate de este

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interesante depósito. El foso seco nunca se ha tomado en cuenta para desarrollar algún tipo de actividad dentro de este, a pesar de las buenas condiciones de la escarpa y contraescarpa. El acceso a este parece ser desde los primeros tiempos por una escalera de madera colocada en la esquina suroeste del tambor de la entrada. Durante la restauración de 1989 se colocaron los dos cañones norteamericanos antes mencionados en su interior, ocultándolos de la vista del público, lo que afecta la comunicación museológica de estos objetos de alto valor patrimonial. Con la reapertura del Museo en próximos meses, se tiene proyectado el uso del foso para visitas y actividades complementarias. Originalmente existió un glacis alrededor de la fortificación, que protegía el muro de la contraescarpa, que se fue perdiendo por la acción indiscriminada del hombre, desocupando este espacio de tierra, y derramándolo encima de la parte visible desde el mar de la cantera original del fuerte, eliminándose a la vez dos elementos de alto valor visual e histórico. Accesibilidad y promoción La fortificación por su ubicación geográfica se encuentra distante de la ciudad de Cienfuegos, con tres rutas de acceso, dos por tierra y una por mar. La ruta situada al este de la bahía comprende un trayecto de 22 km desde la urbe, pasando por zonas de interés turístico y recreativo como el área protegida Laguna de Guanaroca, el balneario de Rancho Luna con sus hoteles, el Delfinario, el Faro Las Coloradas hasta el Hotel Pasacaballos. Esta vía enlaza con otra hasta el Jardín Botánico y la ciudad de Trinidad, encontrándose en buen estado técnico. Sin embargo al llegar a punta Pasacaballos resulta un obstáculo natural el cruce del canal del puerto de 300 metros de ancho, debido a que existe una flota estatal de dos embarcaciones que posibilita el enlace con el fuerte cada 45 minutos o una hora, que no responde a las posibilidades de intercambio turístico o de otro tipo. Los puntos de acceso son muelles enrejados y cerrados que impiden la llegada de embarcaciones particulares a operar en ellos. Años atrás esta situación era más favorable al existir los llamados botes ―peseteros‖ que por solo veinte centavos trasladaban el personal a cualquier hora y los muelles eran accesibles sin rejas. En la actualidad por cuestiones económicas y estatales no existe ningún tipo de embarcación particular dedicada a esta función. El último de este tipo funcionó hasta el primer semestre de 2012.

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Por otra parte la carretera conocida como ―el vial‖, único acceso terrestre al Museo, fue construida en la década del 80 del siglo XX para la comunicación terrestre entre la ciudad de Cienfuegos y la Central Electro-Nuclear que se construía. Por carretera es la ruta más larga con 35 km de longitud, sin atractivo alguno, se encuentra en pésimas condiciones a pesar de haber sido reparado un tramo entre la CEN y el muelle de Calicito por motivo de inversiones en el Polo Petroquímico de Cienfuegos. El acceso por vía náutica se realiza a través de un barco a lo largo de 7 km con capacidad de seguridad marítima de 180 pasajeros y es en el que viajan cada dos horas como promedio 250 personas con motivos de trabajos y satisfacción de necesidades materiales, al no encontrarlas en el Consejo Popular Castillo-CEN donde residen cerca de 10 000 habitantes-; más una población flotante que en el verano se traslada por esta vía hacia las playas, ubicadas en esta zona de la provincia. Esta es la vía más pintoresca y que más se disfruta a pesar de convertirse en ocasiones los 45 minutos de duración del trayecto en una odisea en el Mar Caribe. Estas condicionantes de accesibilidad de manera general desestimulan al visitante y por ende se aísla un tanto de la red de museos y del vínculo con la ciudad patrimonial. A esto se le une la nula señalización que indique la ubicación y distancias hacia este Monumento Nacional. La promoción de las instituciones hacia el inmueble es superflua y en ocasiones errónea, pues el museo abre sus puertas todos los días de 8:00 am a 5:00 pm a pesar de estar en restauración y en agencias de viaje se refiere el cierre de la institución. Los plegables y guías ofrecen pocos datos, con fotografías muchas veces desactualizadas. No existe promoción radial o televisiva en correspondencia con la relevancia del inmueble. Los paseos panorámicos por la bahía no siempre incluyen la Fortaleza como punto de atracción por el desinterés de los guías hacia la visita al lugar (a pesar de incluir la visita al museo en el precio del paquete turístico). Puesta en valor A partir 1998 cuando la edificación comienza a funcionar como Museo se plantean las premisas de una institución con la misión de investigar, rescatar, exhibir, conservar, promocionar, programar y emplear las diversas manifestaciones del patrimonio cultural natural e inmaterial a través de la gestión y educación desde la comunidad del Castillo de Jagua y sus comunidades adyacentes para crear valores

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sociales en función de la gestión y explotación eficiente del patrimonio cultural natural e inmaterial. El nuevo montaje museográfico está diseñado para la interpretación histórica, a través de textos que apoyarán al visitante, que enriquecerá su cultura mediante visitas guiadas especializadas en diferentes idiomas. Se realizan actividades con la comunidad para contribuir a la protección del medio ambiente, círculos de interés para el aprendizaje de temáticas marineras y rescate del patrimonio marino; así como asesoramiento técnico. Sus actividades sistemáticas más influyentes son: "La Bayoyita Verde" (dirigida al trabajo con los niños), "Saber andar" (esta se dedica a la labor de instrucción y animación de los jóvenes con problemas de aprendizaje). "Alegrías de Vivir" (está dirigido al adulto mayor). En el mes de mayo el Museo es sede del evento de patrimonio intangible que se realiza cada año en la provincia de Cienfuegos. Se realizan actividades competitivas en el marco de la jornada de la cultura que se desarrolla en conmemoración al comienzo de la construcción de la fortificación el 12 de marzo de 1733. En el sentido del rescate y gestión del patrimonio inmueble se prevé la intervención de la firma italiana licencia para operaciones en Cuba IBC Resigum International S.r.L. Que desarrollará la reparación de las cúpulas dañadas, la impermeabilización de cubiertas y paredes afectadas por el deterioro de la piedra. Se cuenta con estudios y el proyecto realizado por especialistas de la misma desde 2011 que se pondrá en práctica en este año. Se conceptualizan las ideas para reinterpretar el cobertizo que existía en la plaza superior para resguardar las tropas con el objetivo de realizar actividades culturales con visuales hacia la bahía y el entorno. De igual manera se sientan las bases para un proyecto de rutas y excursiones hacia lugares de interés histórico recreativo como Cayo Carenas, la batería Carbonell y sitios arqueológicos en coordinación con la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos. Se trabaja en el rescate de la identidad religiosa durante las fiestas por el día de la patrona de la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua el día 2 de agosto con una peregrinación que incluya la capilla del Museo, primer centro de culto católico de la región cienfueguera. Como parte de la restauración en marcha y la reanimación de los locales y funciones se pretende retomar el bar existente ahora con la temática del rescate de las leyendas cienfuegueras, presididas por La Dama Azul, ícono intangible de la edificación y

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del poblado en general. Se prevé la creación de un área anexa para el trabajo científico sobre el manejo integrado de zonas costeras, rescatando del mal estado técnico una edificación de Grado de Protección I ubicada en los entornos del parque del poblado; para así mismo reanimar la zona aledaña, devolviéndole la imagen perdida, involucrando la población como ente participativo y protagonista del cuidado del espacio mejorado. Conclusiones: 1. A pesar de transitar por varias intervenciones en las que se ha modificado de manera poco agresiva en lo estructural y funcional, se preserva su integridad pese a los avanzados deterioros ocasionados por reiterados períodos de abandono de la edificación, los cambios de usos, las alternativas adoptadas en la restructuración de locales, ante el desconocimiento, carencia de materiales y técnicas idóneas. 2. La tipología edificatoria puede ser interpretada de diversas formas, pero a nuestro punto de vista es un fuerte. 3. Se le han insertado funciones no siempre acordes a la tipología edificatoria teniendo en cuenta criterios sustentados por presiones de diversa índole. 4. Se encuentra en proceso de restauración desde noviembre de 2009, por lo que la promoción extraterritorial en todos los aspectos se dificulta; no obstante se desarrollan actividades vinculadas al uso actual como museo para incentivar el cuidado del medio ambiente en general, el conocimiento y preservación del patrimonio material e inmaterial. 5. Los valores históricos patrimoniales de la edificación se condicionan a través de acción directa del visitante debido a que la promoción y divulgación del inmueble es escasa y en ocasiones errónea. Las instituciones responsables de la divulgación y gestión de la edificación no siempre muestran interés en correspondencia con sus múltiples atractivos. 6. Se realizan acciones integradas de rescate patrimonial de la edificación y de su retroalimentación hacia la comunidad para una gestión patrimonial más eficiente que inspire valores enfocados hacia el conocimiento de la historia y el medio construido, desde edades tempranas, actuando de manera localmente, para obtener resultados globales con una acertada vinculación institucional.

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Bibliografía Arjona, Marta. (2003). Patrimonio cultural e identidad. La Habana: Ediciones Boloña. Blanes Martín, Tamara (2001). Fortificaciones del Caribe. Editorial Letras Cubanas. Madrid, España. Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano. (Vol. XXVI). Barcelona: Editores Montero y Simón. Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. ESPASA CALPE S.A. (1978). (Vol. 69). Madrid- Barcelona. Instituto de Historia de Cuba. (1996). Historia de Cuba. La Colonia. Evolución socioeconómica y formación nacional desde los orígenes hasta 1868. La Habana: Editora Política. Instituto de Historia de Cuba. (1996). Historia de Cuba. Las luchas por la independencia nacional y las transformaciones estructurales 1868- 1898. La Habana: Editora Política. Martín Brito, Lilia. (1998). El desarrollo urbano de Cienfuegos en el siglo XIX. Ediciones Mecenas, Cienfuegos, Cuba. Weiss, Joaquín E. (1979) La Arquitectura Colonial Cubana, Siglo XVIII. Editorial Letras Cubanas. Ciudad de La Habana. Fuentes documentales Documentos relacionados con la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua pertenecientes a la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos. Documentos y planos archivados en el Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Personas consultadas Msc. Arq. Irán Millán Cuétara (Director de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos). Msc. Marisol Otero Álvarez (Directora del Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua). Lic. Lenier González Hernández (Conservador del Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua).

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Plano Castillo Nuestra Seテアora de los テ]geles de Jagua (archivo)

Castillo Nuestra Seテアora de los テ]geles de Jagua

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Panorテ。micas Castillo Nuestra Seテアora de los テ]geles de Jagua, Cienfuegos

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Castillo Nuestra Seテアora de los テ]geles de Jagua

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Castillo de San Severino. Significado patrimonial y gestión para su preservación y puesta en valor Isabel Hernández

Introducción En el siglo XVII las autoridades colonialistas en la Isla de Cuba mostraban preocupación ante la creciente incursión de corsarios y piratas en la bahía matancera. En los territorios donde hoy se asienta la ciudad sólo existían en aquellos momento pobladores aislados que llevaban a cabo el habitual comercio de contrabando de entonces con los corsarios y piratas que visitaban la rada matancera. Sin embargo, este intercambio ilícito y perseguido por las autoridades encargadas de velar por el cumplimiento estricto del monopolio comercial español, pero hasta cierto punto pacífico, no fue el único propósito de los navegantes holandeses, franceses e ingleses al acercarse a la bahía de Matanzas, ya en 1628 la captura de la Flota de la Plata en estas aguas, por el pirata holandés Piet Heyn, había puesto en vilo a las autoridades colonialistas. Un desembarco en estos parajes podía propiciar la toma por tierra de La Habana, capital de la Isla. Este inminente peligro incentivó la necesidad de extender hasta Matanzas el sistema de fortificaciones creado para proteger a La Habana, así como de poblar los territorios circundantes, haciendo surgir en ellos una ciudad. Desarrollo El Castillo de San Severino fue el punto de partida del cinturón defensivo creado alrededor de la bahía de Matanzas. Fue concebido en el año 1680 por el ingeniero militar Juan de Císcara como una fortificación permanente abaluartada. Su construcción se inició en mayo de 1693, aunque los actos oficiales de bendición de la primera piedra tuvieron lugar en octubre de ese año como parte de los actos fundacionales de la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas. En 1745 concluyeron las labores constructivas, la demora en las obras se debió a la falta de dinero y de mano de obra.

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La traza de San Severino está en correspondencia con los esquemas renacentistas de los sistemas de construcción militar de los siglos XVI y XVII, lo que es perfectamente observable en sus baluartes, cortinas y flancos. En 1762, durante la toma de La Habana por los ingleses, la fortaleza fue parcialmente volada por el gobernador Antonio García Solís ante la inminencia de un ataque enemigo. Las labores reconstructivas se extendieron hasta el año 1789. El Castillo funcionó como la principal fortaleza del sistema defensivo matancero hasta el siglo XIX cuando ocurren cambios en su interior para ser convertido en prisión militar, luego se convertiría en cárcel. Ambas funciones propiciaron la estancia en él de quienes se oponían de cualquier forma al dominio colonial español primero y a los gobernantes de turno después, muchos prisioneros no salieron con vida de este lugar, fueron ultimados en los fosos convertidos en paredón de fusilamiento. Estas funciones represivas vinculan al Castillo de San Severino con la vida política de Matanzas en particular y con la de Cuba en general. En el devenir histórico de este inmueble se inscriben nombres de relevantes personalidades de la historia de Cuba, tales son los casos del poeta Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) implicado en el Proceso de la Escalera, Juan Gualberto Gómez y Martín Morúa Delgado, ambos descendientes de esclavos y llevados a prisión por conspirar contra el dominio colonial español. Los destacados líderes estudiantiles José Antonio Echeverría y Fructuoso Rodríguez que lucharon contra la tiranía batistiana sufrieron prisión en este lugar. Tanta injusticia fue redimida cuando en 1959 fueron ajusticiados en sus muros connotados esbirros batistianos. En 1978 los valores históricos y arquitectónicos del inmueble fueron reconocidos al declarársele como Monumento Nacional, dos años después dejaría de tener población penal y pasó a cumplir otras funciones, en aras de ellas, el inmueble sufrió numerosas transformaciones y aumentó paulatinamente su grado de deterioro. Particular importancia en la destrucción de sus estructuras tuvo el embarque de fertilizante a granel, en el muelle Dubrocq, ubicado en las cercanías del Castillo, el que hace crecer indiscriminadamente las plantas parásitas en sus muros, así como la instalación en áreas de lo que fuera la casa del comandante de la fortaleza, de un almacén del Fondo de Bienes Culturales.

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La única huella del momento fundacional de la ciudad de Matanzas, en el patrimonio edificado, es el Castillo San Severino. En 1993 cuando la ciudad celebró su cumpleaños trescientos, como parte de las actividades conmemorativas se acometieron labores de conservación en el inmueble, se eliminaron algunos añadidos y se retiró parte de la maleza de los exteriores. En esos momentos la circunstancias del período especial no permitieron hacer otra cosa, aunque ya existía preocupación e interés en rescatarlo, lo que se evidenciaba en los planteamientos y propuestas de historiadores, escritores, especialistas del patrimonio y otros conocedores de Matanzas y su historia que opinaban acerca de cómo utilizarlo. El año 1994 vio nacer el Proyecto Intercultural de la UNESCO ―la Ruta del Esclavo‖ y este acontecimiento hizo cambiar la suerte del Castillo. Matanzas se vinculó desde los primeros momentos al proyecto y el Castillo como parte de ella. La propuesta partió de Haití con el objetivo de dedicar una conmemoración de diez años al Bicentenario de la Revolución haitiana. La reunión constitutiva del Comité Científico Internacional del proyecto tuvo lugar en Benín en el año antes mencionado y a propuesta del Dr. Miguel Barnet, el que representaba a Cuba en ese comité, el segundo cónclave tuvo lugar en Matanzas en 1995. Este fue el primer evento organizativo del trabajo a realizar por el recién creado órgano, en él se aprobaron documentos en los que se explicitaban los objetivos del proyecto y las principales acciones que se debían acometer. En el marco del encuentro el Dr. Barnet propone la creación de un museo de esta temática, que tuviera por sede a Matanzas. Reconocía con ello la importancia del fenómeno esclavista en los territorios que hoy conforman la provincia. La misma tipificó la esclavitud de plantaciones a escala nacional, convirtiéndose sus feraces tierras y sus grandes colosos en el emporio azucarero cubano, siendo a la vez el centro esclavista por excelencia. En consecuencia exhibe hoy un abundante y variado legado observable en diferentes aristas de la vida social y cultural del territorio. Las propuestas para la sede del mismo fueron varias, una de ellas fue el Castillo de San Severino. La vetusta edificación cargada de historia había sido declarada Monumento Nacional y se encontraba prácticamente en estado de abandono y era presa de las plantas parásitas entre las que figuraban enormes jagüeyes.

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En 1998 Federico Mayor Zaragoza, secretario general de la UNESCO en esos momentos, ratifica la propuesta del Dr. Barnet, aceptando la instalación del museo en el Castillo de San Severino. Cierto es que pudo haber estado en cualquier otro lugar de la geografía matancera, porque sobran los parajes vinculados al denigrante flagelo: Triunvirato, Alcancía, Las Cañas, Álava y otros muchos, pero la Organización Mundial del Turismo, se insertó desde los primeros momentos en el cumplimiento de los objetivos del proyecto y fue uno de sus propósitos dar a conocer al mundo las terribles consecuencias de la esclavitud y la trata trasatlántica, sin perder de vista el legado de multiculturalidad que exhibe hoy el Caribe. La ubicación geográfica del Castillo de San Severino, en la vía de comunicación entre los dos polos turísticos más importantes del país (La Habana y Varadero), y la vinculación con la temática del futuro museo, le permitieron erigirse como el sitio ideal para la instalación del mismo. Los vínculos del Castillo con la despreciable institución se inician con la participación de la mano de obra de los negros esclavizados en su construcción, luego contaría con cepo y celdas para castigar a las víctimas de este cruel sistema y sufrirían tras sus rejas Plácido y otros implicados en el Proceso de la Escalera. Los descendientes de esclavos opositores al dominio colonial español estuvieron también encerrados aquí, entre ellos Juan Gualberto Gómez y Martín Morúa Delgado. A partir del año 1999 se dieron los primeros pasos que conducirían a iniciar el proceso de restauración del inmueble, para ello se contó con el estudio de factibilidad económica elaborado por especialistas de la vicepresidencia Nacional de Monumentos, del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, y los estudios históricos y arquitectónico de la fortaleza, que estuvieron a cargo de los especialistas del Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología del Ministerio de Cultura (CENCREM) Tamara Blanes y Nelson Melero respectivamente, quienes han asesorado los proyectos aún en ejecución. La labor realizada por estos especialistas demostró la importancia de la investigación aplicada a la recuperación y restauración de un monumento de alto valor histórico y patrimonial. A partir de junio del año 2002 iniciaron un estudio asesor del inmueble, paralelamente impartieron cursos al personal de Patrimonio y a la pequeña plantilla de trabajadores con la que contaba desde entonces la

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institución. El resultado se vertió en el informe emitido por la Dra. Blanes y el arquitecto Nelson Melero en abril del 2003 con el título: ―Castillo de San Severino. Estudio asesor para su restauración‖ Este estudio reveló que: ―… no hubo transformaciones trascendentales, es decir, que coinciden casi las medidas de sus partes esenciales como son las cortinas, baluartes, foso, camino cubierto y explanada, con las del plano original. Los cambios producidos en el siglo XVIII fueron en sus obras accesorias como parapetos, puentes, aljibes, rastrillos, puertas, capilla y edificios militares (cuarteles, polvorines, calabozos, almacenes y alojamientos para la guardia)‖ (Blanes Martín, 2003, 9). El estudio también evidenció la necesidad de verificar con exactitud las medidas actuales para comprobar su coincidencia con las originales, lo cual fue encargado inmediatamente a la Empresa de Proyectos de Obras de Arquitectura en Matanzas (EMPAI # 8). Las conclusiones a las que arribaron permitieron acometer acciones de reposición de algunos elementos que ya no existían y que son funcionales para los nuevos usos del inmueble, en este sentido se repuso la puerta principal del castillo, la parte fija del puente fijo del camino serpenteado a la plataforma del San Juan, el puente fijo de la plataforma al castillo, los rastrillos del camino serpenteado y el que permite la entrada al interior de la plataforma del San Juan, el tablamento que comunica el lado este y el oeste de la plataforma del San Juan. Esto ha permitido revitalizar el primitivo acceso a la fortaleza. Las labores de recuperación emanadas del estudio asesor se encaminaron a recuperar el camino serpenteado y los tres aljibes. En cuanto a la conservación se ha aplicado la misma, en las celdas y herrajes de la antigua prisión, la tarja conmemorativa de los mártires de la patria, el escudo de la entrada principal del castillo y las cureñas de hierro de los cañones. Estas labores han sido contratadas por el Centro Provincial de Patrimonio al Fondo Cubano de Bienes Culturales, con él se han logrado las acciones anteriormente recomendadas. Aún aparecen recomendaciones insatisfechas, entre ellas la demolición del puente fijo hacia el baluarte San Ignacio, la escalera en el foso próximo a este baluarte, las casas construidas próximas al camino cubierto, así como las edificaciones y estructuras que ocupan áreas del glacis y obstruyen la entrada principal. También se encuentran pendientes las demoliciones que permitirán recuperar las

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bóvedas del lado oeste, tampoco han podido reponerse las dos estacadas, sólo ha sido posible hacerlo con una de ellas. Dentro del trabajo realizado con el Fondo de Bienes Culturales se encuentra la sustitución de la carpintería y la cubierta de la casa del comandante de la fortaleza, en esto se empleó una parte considerable de los treinta mil dólares entregados por la UNESCO en 1998. Aún queda mucho por hacer y las limitaciones materiales impiden un accionar más sistemático, cada año recibimos una suma discreta en ambas monedas que se utiliza en ―mantenimiento constructivo‖ y ―control de malezas‖ (aplicación de defoliantes químicos cada 45 días, servicio contratado con Sanidad Vegetal). No obstante estas carencias, los resultados hasta ahora alcanzados han permitido ir socializando el inmueble y sus valores. Esta institución museal abrió sus puertas en octubre del año 2003 y cuenta actualmente con cuatro salas de exposición permanente, en ellas se presenta la vida e historia de la fortaleza y el legado de la esclavitud africana en Cuba. Desde esa fecha la institución se ha caracterizado por su sostenido trabajo en cumplimiento de su objeto social que es la salvaguardia, conservación, investigación y exposición de los bienes muebles, así como mantener una adecuada conservación de los valores arquitectónicos del inmueble. Los servicios a la población se incrementan de forma permanente llegando a contar con elevadas cifras de visitantes. El Castillo se precia de ser cada año la sede del Evento Atenas, auspiciado por la Filial Matancera de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba y ser co-auspiciadores, desde hace seis años, del Taller Internacional de Antropología Social y Cultural de la Casa de África de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. De igual manera se desarrollan en sus locales actividades del Evento Orígenes de la Dirección Provincial de Cultura en Matanzas y otros de carácter científico y cultural. Aunque sus actividades extensionistas llegan a todos los rincones del municipio y provincia como parte de sus vínculos con la comunidad y con la enseñanza se desarrollan proyectos de trabajo con las escuelas del territorio asociadas a la

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UNESCO, así como con otras cercanas a la institución; son de destacar igualmente, el proyecto de rescate de los juegos tradicionales infantiles con el Consejo Popular Versalles y el trabajo que desarrollamos con la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en la citada barriada. La UJC y las Filiales Matanceras de la Unión de Historiadores, de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas y la Asociación Culinaria de Cuba, así como el grupo gestor del proyecto comunitario del barrio de La Marina, han reconocido, en más de una oportunidad, el apoyo de esta institución a sus actividades. El Castillo de San Severino es sitio obligado para todo visitante cubano o extranjero que llega a La Atenas de Cuba. Destacadas personalidades han visitado el museo, el que también ostenta la medalla que otorga la UNESCO a la Diversidad Cultural. La Asamblea Municipal del Poder Popular reconoció los méritos de la institución al entregarle el Símbolo de la Ciudad en octubre pasado. Conclusiones  El inmueble se mantiene inmerso en una continua labor de conservación, restauración y montaje. 

Esta continua labor depende en gran medida del presupuesto que cada año se nos asigne para el mantenimiento del inmueble, debido a que en la actualidad no existe la posibilidad de utilizar dinero en el rubro ―Inversiones‖.

Al decidir que acciones acometer cada año es tenido en cuenta el ―Estudio Asesor para la restauración‖, esto ha permitido, por ejemplo, recuperar la rampa de acceso a la plaza de armas.

La elevada cifra de visitantes que recibimos cada año responde a que ya ha sido ubicada una de las señalizaciones del lugar, a nuestra amplia labor de divulgación y promoción, sobre todo a través del Proyecto de la Ruta del Esclavo y al esforzado trabajo de nuestros especialistas.

El equipo técnico del Castillo de San Severino. Museo de la Ruta del Esclavo, se encarga de que todas las visitas a nuestra institución sean guiadas, aplicando correctas técnicas de interpretación del patrimonio, de llevar a cabo

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importante labor con las escuelas y centros laborales del territorio, es decir con toda la comunidad, así como con las agencias tour-operadoras. Se tutorean tesis relacionadas con la comercialización, animación y preservación del castillo y se llevan a cabo estudios de públicos. 

Particular importancia tiene el trabajo que realizamos con los proyectos infantiles del territorio, así como con la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y los círculos de abuelos.

Bibliografía -Blanes Martín, Tamara (2003) Castillo San Severino. Estudio Asesor para su restauración. La Habana. Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología. p.50. -Espinosa Díaz, Rodolfo (2011) Estrategias para la comercialización del Museo Ruta del Esclavo. Matanzas. p 69. -Hernández Godoy, Silvia (2006) Insomne Caballero del Puerto de Matanzas (1680 -1898). Matanzas. Ediciones Matanzas. P.183. -López Domínguez, Dulce María (2009) El marketing como herramienta de apoyo a la gestión empresarial del Museo de la Ruta del Esclavo. Matanzas. P.81. -Moreno Aragón, Jorge (2006) Gestión de Proyectos Sociales y Culturales. La Habana. Editorial Félix Varela. -Quintana Sosa, Yailín (2010) Propuestas de nuevas acciones culturales para la utilización del Museo ―Castillo San Severino‖ en la contribución al conocimiento de la Historia Local en el Consejo Popular de Versalles. Matanzas. p 56.

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Castillo de San Severino, Matanzas (Foto de archivo)

Entrada Castillo de San Severino (Foto: Dolores Pineda)

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Castillo de San Severino , Matanzas (Fotos: Dolores Pineda)

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Perfil de la Colonia Militar de Brasil (1580-1640). Una mirada de España en el Brasil colonial Elcio Rogerio Secomandi

Uma guarita no estilo colonial espanhol, com um caracol invertido na sua base de sustentação, guarnece o chamado ―portão espanhol‖ da Fortaleza de Santo Amaro da Barra Grande 1, Guarujá, SP. Este detalhe arquitetônico é uma justa homenagem ao período da união das coroas ibéricas (1580 – 1640), embora projetado no século XVIII pelo engenheiro português, João Massé. Este breve ensaio acadêmico aborda a missão da esquadra do almirante espanhol Diogo Flores Valdéz na América do Sul, no início daquele período de união das coroas ibéricas, tendo como referência básica o capítulo VI do livro Arquitetura Militar2, para o qual tive a grata satisfação de contribuir com notas para a orelha e uma apresentação, com o seguinte preâmbulo: ―Victor Hugo Mori – arquiteto do IPHAN e membro do ICOMOS-Brasil3 – com muita imaginação, sabedoria e simplicidade, transfere ao público não especializado e aos estudantes em geral, conhecimentos inestimáveis sobre a complexa evolução da Arquitetura Militar, desde os primórdios da neurobalística até o advento da ‗guerra cibernética‘. Toma como linha narrativa as fortificações do Porto de Santos, para nos conduzir à formação histórica da nossa nacionalidade‖. O livro contém dados históricos importantes a respeito dos motivos que deram origem à Fortaleza de Santo Amaro da Barra Grande, nos idos de 1583, e também a uma série de conflitos entre as potências colonizadoras daquela época, com reflexos sobre as antigas colônias espanholas e portuguesas, fustigadas por piratas e corsários ingleses, franceses e holandeses, inimigos de Espanha. 1

www.unisantos.br/fortaleza MORI, Victor Hugo. Arquitetura Militar. São Paulo: Imprensa Oficial do Estado / Fundação Cultural Exército Brasileiro, 2003. 3 IPHAN – Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional; ICOMOS – Conselho Internacional de Monumentos e Sítios, órgão consultivo da UNESCO 2

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Neste contexto insere-se a viagem da esquadra de Valdéz ao Estreito de Magalhães, iniciada em Cádiz, no dia 09 de setembro de 1581 4, com 16 naus de combate e de apoio logístico, tendo por missão fortificar aquela região estratégica de junção dos dois maiores oceanos do planeta. Valdéz, nomeado por Felipe II ―Capitão General das Costas do Brasil‖, zarpou do Rio de Janeiro em novembro de 1582 e ancorou suas naus na baía de Santos, para obter provisões e prosseguir viagem rumo ao sul do continente. Ao alcançar a costa catarinense, determinou, em janeiro de 1583, a volta dos navios Almirante, Concepción e Begónia ao Rio de Janeiro, sob comando de Andrés Igino (Eguino ou Higino), por considerá-los ―impróprios para prosseguir rumo ao sul‖. Valdéz alcançou o Estreito de Magalhães, porém fracassou na construção de uma fortificação no extremo sul do ―novo mundo‖ e no dia 07 de fevereiro de 1583 iniciou viagem de retorno para a Espanha. Por outro lado, no dia 19 de janeiro de 1583 chegou ao porto de Santos, o inglês Edward Fenton5 com a finalidade de abastecer suas duas naus e prosseguir rumo ao Estreito de Magalhães. Na tarde de 24 de janeiro de 1583 as três naus de Andrés Igino chegaram à Santos e travaram combate com os ingleses, resultando avarias na nau Santa Maria de Begónia. Fenton foi obrigando a retornar para a Inglaterra sem cumprir sua missão.

Reduto que D. Luís mandou fazer na Barra Grande de Santos. Coleção Morgado de Mateus. Biblioteca Nacional, RJ, cópia cedida pelo IPHAN/SP

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Na armada de Vadéz estava Pedro Sarmiento de Gamboa como governador do estreito de Magalhães e Bautista Antoneli como engenheiro. 5 Victor Hugo salienta que Fenton, assim como os demais navegantes ingleses, mantinham relações comerciais e de amizade com a população vicentina, pois Santos era um dos mais importantes entrepostos para abastecimento das naus com destino ao Estreito de Magalhães.

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Bautista Antonelli6, arquiteto militar que acompanhava a esquadra de Valdéz, acabou ficando em Santos juntamente com a tripulação da nau Begónia, para projetar e dirigir as obras da Fortaleza de Santo Amaro da Barra Grande. Sobre esta construção militar de origem espanhola, Victor Hugo, destaca citações dos apontamentos do padre espanhol José de Anchieta - Informações do Brasil e de suas Capitanias, 1584: ―Na Capitania de S. Vicente dentro da ilha que é a primeira que se povoou há duas vilas de portugueses (...). Em frente tem a ilha de Guaíbe, no cabo da qual, para o norte tem uma barra com as fortalezas de Bertioga quatro a seis léguas das vilas [Santos e S. Vicente], e da parte do sul, que é a outra barra, tem o forte que agora se fez por Diogo Flores, general, com gente de guarnição, e dentro da mesma ilha estão moradores com igreja de S. Amaro‖. A construção dessa fortaleza – Santo Amaro da Barra Grande – além de guarnecer um importante entreposto para a rota rumo ao Estreito de Magalhães servia também para ―marcar simbolicamente a presença do rei Felipe II da Espanha (Felipe I de Portugal)‖ na época da união das coroas ibéricas (15801640). Diogo Flores Valdéz escreveu duas cartas ao rei Felipe II relatando a viagem ao Estreito de Magalhães e à costa do Brasil quando esteve em Salvador, no dia 5 de agosto de 1583. As duas cartas encontram-se no Arquivo Geral das Índias, em Sevilha. Sobre a defesa de São Vicente relatou que mandou ordens por meio dos navios espanhóis ―(...) ao capitam grmo Leiton (Gerônimo Leitão, capitão-mor de São Vicente) que alli reside se fortaleciese lo mejor que pudieses hasta tanto que yo dava a Vm. aviso. Y anssi el dicho capitan y gente de la tierra pidieron conforme aquella ordem se hiziese um fuorte em la boca de la entrada pues era tan a propósito y anssi el contador lo començo a fabricar conforme la trata (traça ou desenho) que para ello dio Bautista Antonelli el ynginiero q Vm. ymbio para los fuertes de estrecho‖7.

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Bautista Antonelli (Battista Antoneli, em italiano), arquiteto militar do Caribe, nasceu em 1547 em Gatteo (Itália) e morreu em Madrid, em 1616. Aos 34 anos recebeu de Felipe II a missão de construir um sistema fortificado no estreito de Magalhães: ―Foi a primeira viagem de Antonelli ao Novo Mundo e a primeira terra que ele pisou foi no Brasil (...). O projeto incluía uma cadeia (de pedras) submersa a fim de impedir a navegação entre os dois oceanos‖. (www.fortalezas.org) 7 Mais uma contribuição do amigo Victor Hugo Mori / IPHAN.SP e membro do ICOMOS-Brasil

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Surgiu, assim ou quase assim, a construção de uma fortificação na embocadura do estuário onde se abrigava o incipiente porto da Capitania de São Vicente, utilizando uma centena de soldados da nau Begónia, com planta de Antonelli. A presença da guarnição do Begónia, chefiada por Domingo de Garri, consta da narrativa do padre Fernão Cardim – ―O padre (visitador Christovão Gouvêa) em S. Vicente visitou os padres (...) e também o forte que deixou Diogo Flores, com 100 soldados‖ (março de 1585). Segundo Victor Hugo, ―certamente muitos desses soldados-construtores espanhóis escolhidos eram artífices e dezenas deles aqui se radicaram, como é o caso do famoso Bartolomeu Bueno, carpinteiro naval, que posteriormente foi inspetor das obras da Matriz de São Paulo e pai dos bandeirantes Jerônimo Bueno e Amador Bueno‖. Estas duas missões fracassadas (Valdéz e Fenton) deram origem, portanto, à Fortaleza de Santo Amaro da Barra Grande. Cumpre destacar ainda que Fenton teve um ―gosto de vingança cinco anos depois, como comandante da nau Mary Rose na batalha que destruiu a ‗Invencível Armada‘ de Felipe II, marcando assim o final da hegemonia marítima de Espanha e Portugal e incrementando as incursões e invasões de ingleses, franceses e holandeses no Caribe e no Nordeste brasileiro‖. Antonelli, a seguir (após o saque de Francis Drake ao Caribe, 1586) passou a ser arquiteto-chefe das Antilhas e sua família nos deixou inúmeras fortificações, hoje declaradas Patrimônio Histórico da Humanidade pela UNESCO. Este fato histórico talvez explique a singularidade de uma fortaleza sem baluartes na embocadura do estuário de Santos, com ―estilo Antonelli‖ 8, caracterizado por baterias sobrepostas, antecedendo as fortificações com baluartes estilo Vauban, de Sébastien Le Prestre, marquês de Vauban (1633 - 1707). Primeira ―incursão‖ do autor em terras de Espanha. Catedra Bolivar, Universidad de Santiago de Compostela. El Correo Gallego, 27 – Mar -2004

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―Geografia como elemento definidor da organização espacial‖ e não a geometria como no ―estilo Vauban‖.

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Fotomontagem de Victor Hugo Mori destacando a semelhança entre o Castelo de Alicante, o Forte San Juan de Porto Rico e a Fortaleza de Santo Amaro

Referencias bibliográficas MORI, Victor Hugo. Arquitetura Militar; um panorama histórico a partir do Porto de Santos. São Paulo: Imprensa Oficial do Estado/ Fundação Cultural Exército Brasileiro, 2003 Notas: pág 179, VHM: _ Varnhagen, Francisco Adolfo ( Visconde de Porto Seguro). História Geral do Brasil. 4ª ed. São Paulo: Edições Melhoramentos, 1948, p. 447 _ Sarmineto Gamboa, Pedro in ―sumaria relación, in coleccion de Documentos inéditos del Archivo de Indias – Apud: Varnhagen, Francisco Adolfo, op.cit, p. 440 _ Cardin, Fernão. Tratados da Terra e Gente do Brasil. 2ª ed. S. Paulo: Cia. Editora Nacional, 1939, p. 315 _ Anchieta, Jose, Pe. Informações do Brasil e de suas Capitanias. Apontamentos datados de 1584 _ Fernandes da Silva, Fernanda. Fortificações Brasileiras, Máquinas de Guerra e de Memória. Tese de Doutorado, São Paulo, FFLCH-USP, 1991, p. 228 _ Documentos Interessantes para a História e Costumes de São Paulo. Vol XLIX, Arquivo do Estado de S. Paulo, pp. 165/166 Consulta Internet. data de acesso: 31 de janeiro de 2013.

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www.fortalezas.org/index.php?ct=personagem&id_pessoa=347 http://www.provincia.fc.it/cultura/antonelli/ESP/StoriaAttivita/BattistaAntonelli.html http://www.provincia.fc.it/cultura/antonelli/ESP/IllustrazioniDocumentiStudi/ MappeVeduteFotoBrasile.html http://fortalezas.org/?ct=fortaleza&id_fortaleza=193 http://pt.wikipedia.org/wiki/Fortaleza_de_Santo_Amaro_da_Barra_Grande www.unisantos.br/fortaleza. Ebook do autor www.unisantos.br/circuitofortes . E-book do autor Ilustrações: Foto, Berenice Kauffmann; fotomontagem, Victor Hugo Mori; reportagem, jornal Gallego, Santiago de Compostela, 27 – Mar -2004.

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Fuertes y Fortalezas de Brasil administradas por el ejercito Brasileño: un modelo de gestión José Claudio Dos Santos Junior

Resumen: Este trabajo tiene como objetivo presentar el modelo de gestión que utiliza el Ejército brasileño en la protección, conservación y gestión de las fortificaciones históricas bajo su cuidado, en colaboración con otras instituciones que tienen que ver con el mismo tema. También pretende mostrar cómo tales prácticas están alineadas con las nuevas perspectivas de uso de estos Sitios Históricos como lugares de memoria y de identidad cultural. Así mismo se discutirá cómo la participación de las fortificaciones de la Bahía de Guanabara en el nombramiento de Río de Janeiro como Patrimonio Mundial colaboró con la profundización de las discusiones sobre ese uso y con el incremento de acciones de gestión compartida, protección legal y de proyectos en las áreas de Educación, Medio-ambiente, Preservación y Turismo Cultural. Palabras clave: cultura - patrimonio - gestión - memoria - identidad Abstract: This paper aims to present the management model used by the Brazilian Army in the protection, preservation and management of historic fortifications in care, in collaboration with other institutions that deal with the same subject. It also aims to show how such practices are aligned with the new perspectives of using historic sites as places of memory and cultural identity. We will also discuss how the participation of the fortifications of the Guanabara Bay in Rio de Janeiro's nomination as World Heritage collaborated with the deepening of discussions about this and use this to increase the stock of shared management, legal protection and projects in the area Education, Environment, Preservation and Cultural Tourism. Keywords: culture - heritage - management - memory - identity

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1. Introducción Los diversos gestores de fortificaciones en Brasil vienen buscando sistematizar sus actividades de Gestión Cultural por medio de una serie de acciones coordinadas por órganos públicos y organizaciones privadas. Podemos identificar en la implantación de estas políticas la alineación con las nuevas funciones que las fortificaciones asumen en los días actuales. Tales funciones, en todo el mundo, se observan más claramente en sus resultados finales, como la instalación de museos, áreas para ocio, locales para realización de eventos, hoteles, restaurantes, entre otros. Sin embargo, consideramos que la función que debe nortear todas las aplicaciones prácticas de las fortificaciones es la de generar la identidad cultural en la población donde están situadas. De esta forma, la fortificación sería presentada, como un espacio de memoria establecido en estrecha relación con el desarrollo humano y con la interacción de esa sociedad con el medioambiente. Creemos que ese abordaje tiene el potencial de generar una aproximación densa entre Fortificación y Sociedad, que identifica trazos de su formación en aquel local y que de él se apropia, pasando a considerarlo como parte de su ADN cultural. De este modo, todas las aplicaciones prácticas citadas anteriormente (museos, áreas para ocio, locales para realización de eventos, hoteles, restaurantes, etc) serán consecuencias naturales y agregarán más base teórica, apoyo institucional, apoyo de la opinión pública, apoyo del sector privado y viabilidad financiera. En nuestro trabajo en la Dirección del Patrimonio Histórico y Cultural del Ejército – DPHCEx - hemos llevado en consideración esta premisa en la elaboración de nuestras planificaciones y a la hora de normativizar. La DPHCEx es el órgano técnico y normativo responsable por la Gestión del Sistema Cultural del Ejército Brasileño en todo el país y responsable también por la interacción con las instituciones nacionales e internacionales del área cultural. Creemos que las prácticas de gestión que allá conducimos se pueden categorizar metodológicamente como una forma de actuación a ser aplicada por otras instituciones. Esta presentación es una primera aproximación sobre a rutina institucional de gestión de la cual tenemos la oportunidad de participar y hace parte de un proceso de investigación que recién iniciamos y que buscaremos compartir futuramente con los compañeros del ICOFORT.

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Dicha forma de actuación, que designamos como ―modelo de gestión‖ 1, puede ser delineada en nueve dimensiones que creemos llevan a una gestión de fortificaciones destinada a generar la identidad cultural: Normativización, Capacitación, Gestión Multidisciplinar, Investigación, Captación de Recursos, Interacción con Sociedad, Preservación, Divulgación y Entorno Ambiental. Llevando en consideración las comprensibles y necesarias limitaciones de tiempo que tenemos para esta presentación, haremos un abordaje sumario de cada una de estas dimensiones, tomando como referencia lo que de hecho hemos ejecutado en nuestras actividades en la gestión de fortificaciones en el Ejército Brasileño. 2. Dimensiones de la Gestión 2.1 Normativización Desde el año 2000 el Ejército viene normativizando todas las prácticas de gestión referentes a sus espacios culturales. Poseemos actualmente 154 espacios culturales y todos siguen una misma línea de actuación. Esto permite que los diversos gestores estén claramente orientados para los objetivos de la institución. De las diversas normas de nuestra área cultural, las que están más rutinariamente conectadas a las fortificaciones son las siguientes: Normas para Apertura de las Fortificaciones a Visita Pública - 2000 Instrucciones Generales para la Creación, Organización, Funcionamiento y Extinción de Espacios Culturales – 2001 Normas para Elaboración, Aprobación y Ejecución de Programas y Proyectos Culturales – 2010 Las Normas para Apertura de las Fortificaciones a Visita Pública poseen un alto valor simbólico por haber sido un posicionamiento institucional sobre el uso de las antiguas instalaciones militares, como vemos en sus objetivos y orientaciones principales: 1

Modelo que se presenta conceptualmente como ―una forma de realizarse‖ y no como ―una forma ideal de realizarse‖.

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―[...] 2. Objetivos a. Generales 1) Divulgar entre la población brasileña la imagen de un Ejército que se preocupa con la preservación de su patrimonio histórico; y 2) Posibilitar la divulgación de la historia militar brasileña. b. Específicos 1) Captar recursos para el mantenimiento de los fuertes y fortalezas; 2) Establecer normas en relación a los horarios y formas de visita pública a las fortificaciones militares, así como definir las condiciones de acceso a dichos locales, las informaciones a ser prestadas y el tratamiento a ser dispensado a los visitantes; [...] 2 Asimismo, tenemos otro aspecto de gran relevancia expresado en esa normativización, que enfatiza la determinación de institucionalizar la apertura de tales espacios al público, como vemos en el siguiente texto: 3. Visitas públicas [...] 1) Las organizaciones militares instaladas en fuertes y fortalezas o que tengan, bajo su responsabilidad patrimonial, fortificaciones militares deben ser estimuladas, conforme las peculiaridades de cada una, a abrir sus instalaciones a visita pública, observadas las prescripciones de estas Normas; 2) Las condiciones de esta visita deberán ser establecidas de forma a propiciar al público la oportunidad de conocer estos locales y un poco de la historia militar brasileña, sin perjuicio de las actividades internas de la OM.‖

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Todas las citas fueron traducidas libremente por nosotros al español.

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2.2 Capacitación La capacitación se presenta como una dimensión primordial para la sistematización de la Gestión Cultural institucional. Las estrategias, políticas, directrices, normativizaciones y planos serán inocuos si los responsables para aplicarlos no están debidamente preparados, aptos, comprometidos y motivados. Esta capacitación sucede en todos los niveles funcionales del Sistema Cultural del Ejército Brasileño y viene siendo realizada en las siguientes vertientes: SISTEMA: Encuentros anuales de los integrantes del Sistema Cultural del Ejército EQUIPO TÉCNICO: capacitación del equipo técnico de la DPHCEx en instituciones académicas y participación en eventos civiles. EQUIPOS DE LOS ESPACIOS: capacitación de los equipos de gestión de los espacios. La vertiente SISTEMA se lleva a cabo a través de encuentros itinerantes anuales por los diversos estados de Brasil, con la participación de los dirigentes de todo el país que realizan la planificación y la gestión de espacios y sitios culturales en sus respectivas regiones. El equipo técnico de la DPHCEx tiene una capacitación fundamentada en la participación en eventos nacionales e internacionales y en la realización de cursos académicos de postgrado como especialización, maestría o doctorado en instituciones civiles brasileñas. Ya, los diversos agentes de los equipos, que actúan en la rutina de los espacios culturales, concentran su capacitación en cursos de corta duración y formación, con énfasis en el soporte al turismo cultural, la conservación y restablecimiento de acervos y otras acciones para obtener determinadas habilidades específicas. 2.3 Gestión Multidisciplinar El equipo de la DPHCEx y de otros sectores y espacios culturales del Sistema Cultural del Ejército posee formación multidisciplinar. De esta forma, se asegura un abordaje más integral de las actividades necesarias para el encadenamiento de perspectivas de diversas áreas de conocimiento que permitan la atención a la complejidad de una gestión que trabaja con asuntos culturales. Es por este motivo que tenemos en nuestras plantillas profesionales de las siguientes áreas:

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Historia Museología Arquitectura Archivología Biblioteconomía Gestión Cultural Gestión Pública Gestión de Proyectos Derecho Tecnología de la Información

2.4 Investigación Las acciones de investigación son realizadas normalmente asociándonos a universidades, institutos de investigación e investigadores independientes. Destacamos las siguientes asociaciones que se encuentran actualmente en vigor: UFRJ Turismo de Base Comunitaria y Desarrollo Social Proyecto Palacios Proyecto Circuito de los Fuertes de la Bahía de la Guanabara Red Internacional Ciudades Fortificadas Proyecto Fortalezas la Base de datos Fortalezas.org Seminarios Ciudades Fortificadas UNIRIO Postgrado en Historia Militar IPHAN Arquitectura y Patrimonio Río Patrimonio Mundial IBRAM Museología Además de estas acciones centralizadas que conducimos a nivel nacional, los diversos mandos regionales del Ejército poseen asociaciones locales con instituciones semejantes que generan resultados efectivos para sus respectivos espacios culturales.

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2.5 Captación de recursos Aunque la Cultura tenga un papel reconocidamente importante en cualquier sociedad, los recursos públicos y privados tienden a priorizar áreas con necesidades y resultados más inmediatos y palpables, como la Salud, la Educación, la Infraestructura, la Seguridad, etc. Por este motivo, surge la necesidad de que el Gestor Cultural busque soluciones que posibiliten dar a las fortificaciones el necesario flujo financiero de recursos para los proyectos de restauración, conservación, revitalización y uso turístico cultural. En nuestra actuación hemos encontrado resultados potencialmente favorables por medio de cinco direccionamientos:     

asociación con otras instituciones que poseen presupuesto para el área cultural asociación con instituciones que poseen presupuesto para la investigación científica y desarrollo socio-económico creación de un programa de captación de recursos dirigido a personas físicas y privadas con incentivo fiscal utilización de las fortificaciones en el Turismo Cultural utilización de las fortificaciones para eventos

2.6 Interacción con la Sociedad Las múltiples e interdependientes acciones conectadas a la Gestión de Patrimonio y al Turismo Cultural para fortificaciones parecen tener mayor probabilidad de causar un impacto significante y positivo si se elaboran y ejecutan teniendo como elemento de análisis la perspectiva de la sociedad sobre cada una de ellas, en todas sus dimensiones: población, instituciones públicas, organizaciones privadas, grupos étnicos y religiosos, prensa y otros, en consonancia con el contexto social y geográfico en el cual la fortificación se inserta. El Ejército Brasileño viene adoptando dicha postura de forma sistematizada. Conforme acabamos de presentar, la normativización está dirigida hacia la apertura a la población, mientras que las acciones de asociación en investigación nos llevan a un diálogo con los agentes de generación de conocimiento y formación de opinión pública. A su vez, las asociaciones relacionadas con la captación de recursos

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envuelven otros órganos en la discusión sobre el uso de las fortificaciones. Así mismo, la adopción de una gestión multidisciplinar nos coloca en contacto y en un intercambio continuo de ideas con diferentes círculos profesionales y académicos. 2.7 Preservación En nuestra concepción de actuación como gestores, las acciones de preservación abarcan dos vertientes:  

las referentes a la conservación física de las fortificaciones y las acciones de salvaguardia del valor inmaterial que les está asociado.

Las dos perspectivas se concretizan en el Ejército a través de proyectos específicos que muchas veces se encuentran relacionados. Preservar y divulgar, por lo tanto, son verbos importantísimos cuando definimos la planificación de la gestión cultural de nuestro patrimonio, siendo incluso literalmente, la misión institucional de la Dirección del Patrimonio Histórico y Cultural del Ejército. Para este fin, poseemos un amplio portafolio de proyectos elaborados y en ejecución en todo el país. Destacamos los relacionados directamente a las fortificaciones y los más relevantes actualmente:             

Proyecto de restauración del Fuerte de Copacabana Proyecto de restauración y uso turístico de la Fortaleza de Itaipu Proyecto de restauración y uso turístico de la Fortaleza de la Concepción Proyecto de revitalización y uso turístico del Fuerte Duque de Caxias (Fuerte del Leme) Proyecto de restauración y uso turístico del Fuerte San Luis Proyecto de restauración y uso turístico de Fortaleza de Santa Cruz Proyecto de Divulgación Cultural Proyecto Espacios Culturales (que también está catalogando la necesidad de proyectos en otras fortificaciones) Proyecto de restauración y uso turístico del Fuerte de la Lage Proyecto de revitalización y uso turístico del Fuerte del Brum Proyecto Circuito de los Fuertes de la Bahía de la Guanabara Plano de Revitalización y Uso Turístico de los Fuertes de la Bahía de la Guanabara Proyecto de restauración del Fuerte Montserrat

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2.8 Divulgación El Sistema Cultural del Ejército posee un equipo que se ocupa exclusivamente de acciones de divulgación cultural. Tales acciones se alinean con el objetivo que citamos anteriormente, el de salvaguardar el valor inmaterial asociado a nuestro patrimonio y, a la vez, actúa fuertemente en el apoyo al trabajo dedicado para la estructuración e incentivo del turismo cultural en las fortificaciones. Con esta finalidad, tenemos una Red informatizada propia que posibilita el contacto directo con los gestores y utilizamos ampliamente las redes sociales consolidadas, como el Facebook, Twitter entre otras, para alcanzar al mayor público posible con las informaciones referentes a nuestras acciones de gestión y a los productos turísticos disponibles. Así mismo, cada gestor tiene la libertad de crear sus propios espacios en las redes virtuales y divulgar sus actividades específicas. 2.9 Entorno ambiental Las fortificaciones poseen una conexión natural con las cuestiones ambientales. Sus idealizadores, hace siglos, elaboraban de alguna forma análisis del entorno del lugar donde pretendían instalar las fortificaciones tales como: 

la proximidad de fuentes de agua,

el tipo de vegetación

la fertilidad del suelo en el entorno

el posicionamiento de la fortificación en el terreno,

qué hacer con los residuos

qué sucedería si 

la fuente de agua se extinguiera

si la fuente de agua fuera neutralizada

si la vegetación fuera incendiada

si ocurriera una inundación en la época de las lluvias

y otras diversas posibilidades relacionadas al medio ambiente

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Actualmente tales cuestiones no serían tratadas en las fortificaciones con la finalidad de garantizar sus propias operaciones. Sin embargo, la historicidad de su relación con el medioambiente concede a las fortificaciones la legitimidad de poder ser un lugar donde se cuente para la población como esta, como sociedad, ocupó e se relacionó con ese paisaje y, a partir de dicha concientización, conducir una reflexión sobre los errores y aciertos de tal interacción y cuáles las medidas correctivas futuras. El Fuerte del Leme (o Duque de Caxias) viene realizando este proceso hace más de diez años, siendo todo su entorno el resultado de una amplia reforestación con la participación de diversas instituciones y grupos locales. Trillando el mismo camino, ya vemos, por ejemplo, gestores preocupados con el impacto que una iluminación de muralla puede causar en especies marítimas que se reproducen en áreas próximas a la fortificación. 3. Influencia de la inclusión de Río de Janeiro en la lista de Patrimonio Mundial La reciente inclusión de Río de Janeiro en la lista del Patrimonio Mundial colaboró con la profundización de las discusiones sobre el uso de las fortificaciones, principalmente en relación a temas como gestión compartida, protección legal y gestión por proyectos. En el sitio reconocido, están incluidas las siguientes fortificaciones:  Fuerte de Copacabana 

Fuerte Duque de Caxias

 

Fuerte de la Lage Fortaleza de San Juan

Fuerte del Imbuhy

 

Fuerte Río Blanco Fuerte San Luis y Pico

Fortaleza de Santa Cruz

Hubo, justo después del nombramiento, una divulgación espontánea de dichas fortificaciones realizada a través de los medios de comunicación y la población como que ―las descubrió‖. A su vez, el Gobierno Federal, por intermedio del IPHAN (Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional), incluyó, a finales del 2012, proyectos de tales fortificaciones en el Plan de Aceleración del Crecimiento – Ciudades Históricas, con un total de 22 millones de reales en recursos para restauración.

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Además, pasamos a integrar el Comité Gestor del área reconocida, posibilitando la interacción con representantes de diversas instituciones que forman parte del Comité Gestor, viabilizando la articulación efectiva de acciones de gestión compartida por medio de proyectos donde tales organizaciones pueden contribuir con recursos humanos, técnicos, materiales o financieros inherentes a su área de actuación. 4. Cconclusión Todavía hay mucho por hacer en relación a la gestión de las fortificaciones en Brasil. Sin embargo, creemos que el camino para que se alcancen resultados efectivos está siendo trazado de una forma cada vez más sistematizada y fundamentada. Los casos bien sucedidos indican que la gestión eficaz requiere una multiplicidad de enfoques para que las fortificaciones se conviertan en espacios sostenibles y relevantes, particularmente en el escenario urbano. Creemos que las dimensiones aquí presentadas responden a la mayor parte de esa necesaria complejidad. Tal convicción viene naciendo de la aplicación práctica de conceptos ya existentes o de la construcción de variantes interpretativas de estos. Cabe, ahora, el desarrollo de estudios científicos sobre tales prácticas, trabajo que tenemos la intención de llevar adelante. Terminamos, lanzando una invitación a todos los investigadores presentes para que vengan a Brasil a conocer nuestras fortificaciones y nuestras experiencias de gestión y una invitación especial al ICOFORT para que hagamos un evento como este en Brasil en 2014 y podamos concretizar nuestro interés en mantener las fortificaciones históricas como espacios permanentes y privilegiados de generación de identidad cultural y, consecuentemente, de desarrollo social y económico.

Entorno Ambiental 1987—2013

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Fortalezas de San Antonio y Santa Cruz da Barra en RĂ­o de Janeiro, Brasil (Fotos de archivo militar)

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Los asentamientos urbanos complementarios, consecuencia de las ciudades fortificadas– El caso Cartagena, Valledupar, Colombia Diego Chávez

Resumen Gracias al desarrollo de fortificaciones y protecciones a las ciudades de la costa Caribe como es el caso de Cartagena, Colombia, evolucionaron centros urbanos creados como elementos de producción de comunicaciones y transporte de productos agropecuarios entre las ciudades fortificadas y el interior del país . La localización geográfica de Este tipo de asentamientos fue cuidadosamente escogido por sus características físicas y económicas y genero todo una tipología socio económica original , totalmente ligada a las áreas fortificadas. El tipo de desarrollo urbanístico, paisajístico y arquitectónico es un elemento hibrido y original generado a partir de las diferentes mezclas de razas, condiciones sociales, materiales arquitectónicos, diseñadores y artesanos. Menciono el caso de la ciudad de Valledupar, localizada en el norte de Colombia a muy poca distancia de la ciudad de Cartagena y la cual se crea como el centro de abastecimientos de la ciudad fortificada y la cual gracias a que funciona como un modelo económico exitoso, se convierte en un centro de abastecimiento de alimentos para el resto del país y en etapas posteriores, para el resto del mundo. Su arquitectura vernácula es una ramificación de la arquitectura de las ciudades fortificadas pero desarrollada con materiales que ya no se requerían para protección con artesanos mas cercanos a la agricultura que a la guerra. Hoy esta ciudad que todavía guarda áreas con historias, mitos y leyendas, testimonio de la hermosa diversidad del paisaje cultural caribeño, esta luchando por protegerse del desarrollo y la civilización. La FUNDACION AVIVA que yo represento, es una organización que esta luchando por hacer conocer del mundo el patrimonio histórico y arquitectónico que guarda y que consideramos debe ser conservado para fortalecimiento y preservación de la historia de la arquitectura del Caribe.

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Arquitectura Vernรกcula de Valledupar-Colombia

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De cubo a cubo”: un territorio conquistador a través de un recorrido turístico cultural Adriana Careaga Alonzo, Alejandro Giménez Rodríguez

Resumen El circuito turístico de CUBO A CUBO se desarrolla como actividad académica desde 2004 y desde 2011 como producto turístico cultural. Consiste en un walking tour cuyo principal cometido es conocer los restos de las fortificaciones del frente de ierra del Montevideo colonial para revisitar el pasado resignificando el presente de la ciudad. El nombre proviene de los ―Cubos‖, fortificación en forma de balde invertido, una en el Norte y otra en el Sur que remataban la doble línea de muralla que atravesaba las ocho cuadras de la península montevideana, hoy actual casco histórico o Ciudad Vieja. El recorrido a pie se realiza a través de doce estaciones que presentan restos de la antigua muralla de la época hispana. Cada estación encierra una historia develada por medio de dos actores que tejen un relato articulado y sujeto a la precisión histórica. Se enfatiza tanto lo cognitivo como lo afectivo a través de la agudización de los diferentes sentidos: vista, olfato, tacto, oído, gusto. Por medio de la vista se promueve la observación, el olfato se recupera a través de los relatos de la ciudad colonial, el tacto se prueba en tocar los diferentes restos de muralla, el oído se estimula con las narraciones y el gusto con la degustación de una bebida típica montevideana. La caminata culmina en el Cubo del Sur con una cuerda de tambores, que ejecutan la música de raíces africanas denominada ―candombe‖, declarado en el año 2009 patrimonio inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En ese lugar, llamado el Recinto, se reunían en la época colonial los negros esclavos para tocar sus tambores con las vestimentas de sus amos en busca de un poco de solaz en sus labores cotidianas.

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Esta visita guiada es organizada por el espacio cultural AL PIE DE LA MURALLA, institución privada que alberga más de 13 metros de la antigua muralla del Montevideo colonial. Este lugar ha logrado una musealización del espacio a través de los restos de la muralla. El objetivo fundamental es educar en patrimonio y ayudar a preservar los restos de muralla colonial que aún subsisten en Montevideo. Para cumplir con estos propósitos se llevan adelante proyectos que involucran a la ciudadanía con su pasado, entendiendo como fundamental para lograrlos una educación en patrimonio que se inicie desde las generaciones más jóvenes, para las cuales se desarrolla específicamente el programa educativo ―Diálogos con la Historia‖. La visita DE CUBO A CUBO apunta a las generaciones mayores y cuenta con los auspicios de otras instituciones privadas como también públicas: Intendencia de Montevideo, Ministerio de Turismo y Deportes, Ministerio de Educación y Cultura, Paseo Cultural Ciudad Vieja y Conglomerado de Turismo de Montevideo. Se propone fundamentalmente recuperar y resignificar un territorio donde se encuentran restos de fortificaciones con una puesta en valor (limpieza, seguridad, cartelería) a través de relatos de personajes de la época, música de candombe, y relatos de expertos que despierten conocimientos y emociones para re-significar lo cotidiano de la ciudad. Abstract The tourist circuit ―From cube to cube‖ is developed as an academic activity since 2004 and since 2011 as a cultural tourism product. It consists of a walking tour whose main task is to find the remains of the fortifications of colonial Montevideo to revisit the past resignifying this city. The name comes from the "cubes" shaped fortification like an inverted bucket, one in the north and the other in the South who finished off the double line of the wall spanning eight blocks of Montevideo peninsula, today knowned as the Old Town. The walk presents twelve stations of the remains of the ancient wall of the Spanish era. Each station contains a story unveiled by two actors who weave a narrative articulated and subject to historical accuracy.

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It emphasizes both the cognitive and the affective aspects through the sharpening of different senses: sight, smell, touch, hearing, taste. Through observation promotes the view, smell is recovered through the stories of the colonial city, touch is tested in various remains of the wall, the ear is stimulated with narration and ended with tasting a typical drink of Montevideo. The walk culminates in the South with drums, running African roots music called "candombe", declared in 2009 Intangible Heritage of Humanity by UNESCO. At this place, called the ―recinto‖, the slaves from Africa gathered to play their drums with the garments of their masters in search of a little solace in their daily work. This tour is organized by the cultural space AL PIE DE LA MURALLA (AT THE BOTTOM OF THE WAL) L, private institution that houses more than 13 meters from the ancient walls of colonial Montevideo. This place has achieved a museological space through the remains of the wall. The main objective is to educate and help preserve heritage remnants of colonial walls still existing in Montevideo. To meet these objectives are carried out projects involving the public with his past, understood as fundamental to achieving an education in heritage to boot from the younger generation, to which is specifically developed educational program "Dialogue with History ". Visit from cube to cube points to the older generations and has the support of other private institutions as well as public: Municipality of Montevideo, Ministry of Tourism and Sports, Ministry of Education and Culture, Cultural Tour Old Town and Tourism Cluster of Montevideo. It is proposed to recover and re-signify primarily a territory where there are remains of fortifications with an enhancement (cleaning, security, and signage) through stories of characters of the time, candombe music, and stories of expert knowledge and awakens emotions new meaning to the city everyday life. Montevideo en sus comienzos La Banda Oriental, región marginal del imperio español desde su descubrimiento en el siglo XVI, fue ―tierra de ningún provecho‖ hasta entrado el siglo XVII. A partir de allí, el análisis histórico de esta región en el período colonial bien puede articularse a partir de la ecuación histórica que marcó su destino: la pradera, la frontera y el

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Puerto. Según los historiadores Washington Reyes Abadie, Oscar Bruschera y Tabaré Melogno ―Mientras que para (…) el mundo de la pradera, la frontera era el horizonte abierto de la tierra común y libre, para la mentalidad mercantil de Montevideo el horizonte de sus esperanzas estaba en el río y los caminos del mar, siendo la tierra –―afuera de sus murallas‖- la ancha posesión de su feudal dominio, …‖ (1). Zona de disputa entre los imperios ibéricos, el ganado introducido por el gobernador de Asunción, Hernandarias, en 1611 convirtió a estos campos en verdaderas ―minas de cuero‖. La primitiva y desorganizada producción ganadera fue la primera forma de explotación económica, teniendo una interacción con el puerto, centro de un intercambio que fue ampliando sus horizontes con el contrabando y más tarde con el comercio legal. Las reformas promovidas por Carlos III, más conocidas como ―Reformas Borbónicas‖, hacen de Montevideo un puerto privilegiado para el imperio hispano. Apostadero Naval español para toda esta región hasta las Islas Malvinas en 1776, uno de los 23 puertos habilitados por el Reglamento de Libre Comercio de 1778 y puerto para el comercio negrero en 1791, su pujante comercio de intermediación pauta el pasaje de aldea pastoril y militar a emporio mercantil. Ya en la segunda mitad del siglo XVIII el oficial español Francisco Millau no dudó en llamar a Montevideo ―Principal fondeadero del Plata‖ (2), destacando su puerto de ―figura de hierro de caballo‖ o herradura. Dada su importancia estratégica era fundamental fortificarlo. Las necesarias murallas Apenas ocupada la bahía de Montevideo a fines de 1724, el gobernador porteño Bruno Mauricio de Zabala, responsable de constituir el nuevo poblamiento, ordena levantar una batería provisoria de seis cañones, la de San Felipe, que luego se transformaría en el Fuerte San José; y un fuerte, en donde más tarde se erigió el Fuerte de Gobierno (actual ubicación de la Plaza Zabala). La mano de obra para estas construcciones fue proporcionada por mil indios tapes venidos de las misiones, bajo el diseño del ingeniero Francisco Petrarca, que también proyectó la

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primera urbanización. Aquellas fortificaciones montevideanas antecedieron a la ciudad tanto como el ganado vacuno había precedido al colono. Fueron construidas tanto para defender a la bahía de la amenaza de potencias extranjeras como para asegurar el dominio del territorio y salvaguardar los intereses económicos que en la Banda Oriental habían ido tomando fuerza. Sin embargo, los tiempos del siglo XVIII ya no eran la de antes. Al respecto, la historiadora Marta Canessa de Sanguinetti asevera que ―San Felipe y Santiago de Montevideo llevará la marca de la España dieciochesca, en una España ya en pleno quebranto, no la del conquistador de brillante armadura y de codicia y valor desenfrenados ante el descubrimiento de las riquezas americanas, sino la de la España vencida y empobrecida de los reyes franceses que intentan, con manotones de ahogado, detener una decadencia económica que se traga las última monedas de oro del Nuevo Continente‖ (3). De allí las dificultades para encarar la construcción entonces titánica de la muralla alrededor del novel caserío. Diego Cardozo, sucesor de Petrarca, fallecido en 1736, inicia esta obra, con la Ciudadela como principal edificación, acortando el proyecto propuesto por su antecesor, por razones económicas. Ésta no estaría ubicada en las inmediaciones de las actuales Avenida 18 de Julio y Río Negro, sino en su ubicación presente, ocupando media Plaza Independencia de la actualidad. En octubre de 1741 se colocan las primeras piedras de la Ciudadela, pequeño fuerte conectado con la ciudad por la Puerta, que restauraciones mediante se encuentra hoy en su sitio original aproximado. Constaba de cuatro baluartes, siguiendo el modelo constructivo que el ingeniero militar Sebastián Le Preste, más conocido como Mariscal Vauban, había ideado combinando ―los métodos italianos del siglo XV con las experiencias holandesas del siglo XVIII‖ (4). De la Ciudadela partían en forma oblicua hacia ambas orillas en donde se ubicaba el trazado de calles, las líneas de murallas que constituían el frente de tierra que encerraban a la aldea colonial y marcaban su vida. Las mismas remataban al norte y al sur con sendas baterías defensivas de forma semicircular llamadas ―Cubos‖.

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Cada determinado metro, baluartes y baterías reforzaban la línea de defensa en torno a todo el perímetro de la península. Se ingresaba al recinto fortificado por dos portones: el de San Pedro, el primero erigido y por eso llamado ―Viejo (hoy esquina de 25 de Mayo y Bartolomé Mitre), y el de San Juan, cerca de la esquina, a pocos metros de la actual ubicación del Templo Inglés, en la hoy Rambla Sur. Cuando la invasión inglesa de febrero de 1807, la muralla fue perforada en donde hoy una calle (Brecha) es un testimonio de ese momento histórico, y cueros vacunos sirvieron para cubrir el orificio. Luego de otras ocupaciones sucesivas (bonaerense, patriota, portuguesa y brasileña), el fin de la guerra de independencia en 1829 fue el momento para que la muralla fuera en gran parte demolida y la Ciudadela, transformada en mercado. Otra vez la producción relacionada con la fortificación. Cuando las murallas caen, en un diario de 1829 se dice que ―Al fin desaparecerá ese monumento que sólo ofrecía a la imaginación recuerdos ominosos‖, y que era ―una especie de dique que tenía como represa el progreso de la población de Montevideo‖ (5), El prócer José Artigas había querido derribarlas en 1816. La ciudad, liberada del corsé que le impedía crecer empieza a buscar nuevos horizontes y genera su primera expansión. En 1876 las ruinosas señales de un pasado colonial desaparecieron definitivamente, al demolerse la antigua Ciudadela, para ampliar la Plaza Independencia, y dos años más tarde el Fuerte San José. La Puerta de la Ciudadela fue desarmada y después de ser instalada en la sede de la Escuela de Artes y Oficios, logró ser reubicada en su lugar original recién ochenta años después, en 1959. Hacia mediados del siglo XX, con algunas restauraciones, como la del Cubo del Sur, y reconstrucciones simbólicas (Cubo del Norte y la Puerta de la Ciudadela), el tema de las fortificaciones parece reflotar. A fines de la década del ochenta del siglo pasado, el trabajo de relevamiento de los restos de fortificaciones de Montevideo realizado por el investigador Raúl

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Baroffio Burastero (6) incentivó el estudio sobre una temática olvidada por la historiografía nacional, detectándose 341,70 metros en predios públicos y privados hasta 1994. En el año 2006 a instancias de un espacio cultural privado, AL PIE DE LA MURALLA que alberga restos de la antigua muralla colonial, se recogieron 1000 firmas y se entregaron a la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación para que se declarasen todos los restos monumento histórico. Algunos lienzos públicos fueron declarados pero todos gozan de cautela arqueológica. Hoy en día se está en proceso de declaratoria. Un territorio colonizado y resignificado desde el presente Desde hace más de siete años el espacio cultural AL PIE DE LA MURALLA viene realizando la visita guiada ―De Cubo a Cubo‖, en el que se recorren a pie los restos de las fortificaciones montevideanas del frente de tierra durante casi dos horas. Se parte del Cubo del Norte en la rambla portuaria al Cubo del Sur en la rambla sur, tramo que comprende ocho cuadras en el extremo este de la península montevideana, hoy llamada ciudad vieja o casco histórico. ¿Qué es un cubo? Es un elemento arquitectónico con forma de balde o cubo invertido que remataba la doble línea de murallas en ambos extremos de las mismas: en el norte y en el sur. El propósito principal es que los participantes de la visita puedan ver, tocar e imaginar las murallas coloniales re-significando nuestro pasado mirándolo a través de los ojos del presente. En palabras de una señora que lo ha realizado ya tres veces: ―Ahora puedo mirar lo cotidiano de la ciudad de manera diferente. Puedo ver lo que antes no veía porque comprendo muchas cosas que ignoraba.‖ Este paseo es tanto hacer visible lo cotidiano para el turista nacional como hacer conocer nuestro pasado interpelado por nuestro presente al turista extranjero. ¿Cómo se piensan los bienes que pueden ser patrimoniales? El territorio que recorremos son ocho cuadras en el extremo este del casco histórico montevideano. A través de él encontramos elementos y aspectos disímiles. Para nuestro pesar persisten las tugurizaciones, los asentamientos, la basura, la ausencia de cartelería orientadora. Lo anterior nos remite a repensar que un territorio se puede

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patrimonializar desde el conjunto de voluntades colectivas, es decir desde una construcción social. Sin embargo, un entramado de actores, como las alcaldías están apoyando el emprendimiento a través de la limpieza o la policía turística brindando apoyo de seguridad. Cada sociedad en su contexto histórico social decide que va considerar objeto de su patrimonio. Esto significa que un bien para que sea patrimonial necesita de un valor agregado o una ―puesta en valor‖ como primera medida que implicaría una jerarquización de los elementos patrimoniales y en segundo término una ―activación patrimonial‖ que consiste en la construcción de discursos basadas en un saber científico (7). Ambos procesos se nutren con el mayor consenso entre los diversos actores sociales, tanto públicos como privados y este recorrido muchas veces no resulta fácil porque los tiempos e intereses pueden resultar disímiles. En una palabra, el territorio puede ser ámbito de conflictos y de disputas por el poder (8). Nos parece atractivo re-pensar esta franja de territorio montevideana como una suerte de palimpsesto, aquel antiguo documento que se reinscribía constantemente en las diversas épocas históricas, por estar en permanente cambio afectado tanto por procesos ―naturales‖ como sociales (9). Este recorrido histórico cultural de CUBO A CUBO pretender ayudar a la ciudadanía a disponer de elementos teóricos que les permitan leer la realidad con otros lentes y comprender la proyección del presente en el futuro. Al mero relato histórico de los primeros años se agregó la participación de actores en distintas partes del recorrido y una cuerda de tambores al final del mismo, en la zona de la Rambla Sur, lugar en donde se reunían los esclavos africanos a practicar sus danzas en la época colonial. También se incorporó información escrita y un mapa que posibilita seguir el itinerario. Todos estos dispositivos ayudan a conformar un relato que estimula los diversos sentidos de los visitantes. El recorrido por los restos de fortificaciones aún sobrevivientes supone una musealización de la ciudad, procurando crear una propuesta que permita seguir profundizando en el fortalecimiento de la ciudadanía y en el conocimiento de una ciudad a través de sus vestigios más antiguos, con

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vistas a lograr un producto turístico atractivo. La gestación del producto turístico se basa en el aumento notorio del público asistente a esta actividad (de 20-30 personas en 2005 pasamos actualmente a 90-100), al tiempo que busca desarrollarse en un mercado no muy propenso a este tipo de productos. El principal objetivo institucional es transformar esta visita guiada en un producto turístico, sin perder el rigor histórico al tiempo que se asegura la autosustentabilidad y la generación de ingresos, explotando el interés y hasta el misterio que genera el tema debido en parte a un gran desconocimiento del mismo. ¿Qué entendemos por producto turístico? ―Producto es cualquier cosa que se puede ofrecer a un mercado para la atención, adquisición, el uso o el consumo para satisfacer a un deseo o una necesidad (…); cada componente o combinación de componentes del destino (turístico) (en cuanto a Producto Turístico Global) pueden concebirse como un Producto Turismo Específico en el mismo. Este Producto Turístico incluye objetos físicos, servicios, sitios, organización e ideas‖ (10). Otro concepto: ―…. es una combinación de prestaciones e infraestructuras que los turistas consumen en pos del logro de algún beneficio,…‖ (11). Pero…―Para que existan productos, como primera medida necesitamos recursos. Pero para que los mismos se transformen en ofertas, junto con ellas resulta imprescindible que se visualicen sus atributos, existan la voluntad y capacidad de aprovecharlos, y además se detecte la voluntad y capacidad de consumirlos‖ (12). La visita guiada ―De Cubo a Cubo‖ abarca 12 estaciones como muestra el siguiente mapa:

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1) 2) 3)

Las Bóvedas (salida) Rambla 25 de agosto y Juan Carlos Gómez Cubo del Norte (reconstrucción simbólica) Muralla entre el Baluarte de San Pascual y el Cubo del Norte; y Contraescarpa del Baluarte de San Pascual (espacio cultural ―Muralla Abierta‖) 4) Espacio cultural ―Al pie de la Muralla‖ Bartolomé Mitre 1464 5) Portón de San Pedro (cruce de calles 25 de Mayo y Bartolomé Mitre) 6) Baluarte de San Luis (Local de ex empresa Lancer y Consejo de Educación Secundaria) 7) Puerta de la Ciudadela 8) Baluarte de San Luis (Bartolomé Mitre y Buenos Aires) 9) Contraescarpa del Parque de Artillería (Reconquista y Juan Carlos Gómez 10) Parque de Artillería (Plaza España) 11) Portón de San Juan (Plaza España) 12) Cubo del Sur (Rambla Sur) Conocer, visitar, educar, cuidar el patrimonio Esta propuesta concebida desde la educación no formal se basa en despertar la sensibilidad para la construcción de una ciudadanía plena, placentera, con espíritu crítico. Ya desde fines del siglo XX la UNESCO define a la educación en una perspectiva amplia, como un proceso a lo largo de toda la vida y un instrumento que permitirá alcanzar los ideales de paz, libertad y justicia social donde los

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ciudadanos aprendan a través del diálogo a vivir con sus diferencias. (Delors, 1999, La educación encierra un tesoro) La educación en patrimonio o educación patrimonial adquiere importancia como anclaje en una época donde conviven una sociedad marcada por lo inmediato, lo presente, lo efímero que gira en torno al espacio y dimensión individual insertos en una dinámica global (Lipovetsky, 1996) (13) y la reivindicación de lo local con una reafirmación de las identidades. Coincidimos con García Valecillo (2009) cuando define a la educación patrimonial como ―el proceso pedagógico centrado en las percepciones, conocimientos y valores que subyacen en una sociedad. De esta manera, el bien patrimonial se convierte en un recurso para el aprendizaje, capaz de conectar al ciudadano con su diversidad cultural y su entorno social.‖ (14) De esta forma el diseño de programas y acciones de educación tendrán como centro a las personas y no al bien cultural, trabajando en torno a los valores culturales próximos a ellas para llegar así a los valores universales. El modelo de aprendizaje que subyace está basado en la construcción activa del conocimiento en el patrimonio enfocado a la comprensión e interpretación de este desde una perspectiva del aprendizaje situado, en un contexto real de forma dialógica. Siguiendo a García Valecillo (2009) abordamos a la educación patrimonial desde cuatro dimensiones pedagógicas, entendidas estas como espacios de referencia para la sistematización de los contenidos y estrategias educativas según los escenarios a implementar. De esta forma, las dimensiones pedagógicas estarían actuando de forma transversal a las mismas y al propio proceso educativo. A su vez, las dimensiones y las áreas se retroalimentan a punto de partida de las experiencias de los participantes generadas fundamentalmente a través de un aprendizaje dialógico entre ellos. Las dimensiones pedagógicas de conocer, comprender, valorar y actuar según la mencionada autora se correlacionan con los pilares de la educación propuestos por UNESCO (Delors, 1999). La primera dimensión, conocer pretende generar

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procesos de aprendizaje basados en los conocimientos del patrimonio cultural que irían desde los científicos- académicos hasta las vivencias y conocimientos populares. Será necesario un abordaje integral, desde varias disciplinas que permitan generar aprendizajes significativos. La segunda dimensión, la de comprender pone su énfasis en los usos, significados y dinámicas sociales que denotan los bienes patrimoniales en una comunidad. De esta forma la praxis educativa debería orientarse a ayudar a los aprendices a develar las tramas sociales que ha mantenido el patrimonio a lo largo de la historia. La dimensión del valorar consistiría en ayudar a conformar una ciudadanía responsable por los bienes culturales en lo relativo a su sustentabilidad. Las actividades educativas deberían estar centradas tanto en visualizar posibles caminos de una gestión ciudadana participativa como en identificar y desarrollar las competencias necesarias para llevarlo a cabo. La cuarta dimensión, la de actuar significa poder desarrollar las competencias requeridas para una gestión patrimonial para intervenir individual o colectivamente en la preservación de los bienes patrimoniales. Esto se traduce en acciones específicas de capacitación en destrezas u oficios, en cualquiera de los ámbitos de actuación: formal, informal o no formal. En suma, la educación patrimonial la entenderíamos entonces como el proceso educativo permanente y sistemático centrado en el patrimonio como fuente primaria de conocimiento y enriquecimiento individual y colectivo a la vez que actúa como instrumento de ―alfabetización cultural‖ que permite a la persona interpretar el mundo que le rodea y guiar sus intervenciones. (Teixeira en Cantón Arjona, 2009) (15) En nuestro caso particular, si bien vemos las reacciones de regocijo de los visitantes al contemplar los restos de muralla no creemos que el objeto ―muralla‖ hable por sí mismo sino que nuestro oficio de mediadores, comunicadores debe desarrollarse para que el receptor construya su propia trayectoria de aprendizaje. Desde nuestra óptica, si queremos que el visitante disfrute y comprenda se torna imperioso crear un escenario habilitador con una fuerte potencia comunicativa.

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Diseñar esta mediación interpretativa nos requiere comprender los mecanismos de aprendizaje del receptor para que se produzca una relación significativa entre el mensaje que pretendemos enviar y la realidad individual del visitante. Visitar y educar en patrimonio resultan un buen maridaje que provoquen la emoción en el visitante y en una vivencia significativa porque como sostiene Lombardi ―Los nuevos productos turísticos relacionados con la oferta cultural deben generar una experiencia en el visitante, para ello la autenticidad, la estética y la sustentabilidad pasan a ser valores insoslayables del objeto y su entorno‖ (16). Como reflexión final, es claro que debemos ir hacia la interacción de patrimonio, turismo cultural y educación en un proceso que pretende la revalorización del pasado y la generación de un producto histórico cultural sostenible que se presenta en la actualidad vital para lograr la sustentabilidad y continuidad de propuestas culturales que ayuden a conocer y preservar los bienes culturales en particular y a fortalecer a la ciudadanía en general. Referencias bibliográficas: (1)

Abadie W., Bruschera O., Melogno T. (1966) ―Banda Oriental. Pradera, frontera y puerto‖, Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.

(2)

En Giménez Rodríguez A. (2003) ―Breve Historia de Montevideo‖, Montevideo: Ediciones El Galeón.

(3)

Canessa de Sanguinetti M. (1976) ―La Ciudad Vieja de Montevideo‖, Montevideo.

(4) Wagner Seguel A. J. (2010) ―Fortificaciones Históricas de Valdivia‖, Valdivia, Chile: Ediciones Universidad San Sebastián. (5) Diario ―El Universal‖, 25/9/1829, citado por Alfredo Castellanos en ―Historia del desarrollo edilicio y urbanístico de Montevideo (1829-1914)‖, Edición de la Junta Departamental de Montevideo, Biblioteca José Artigas, 1971. (6)

Baroffio Burastero R. (1994) ―El Rescate de las Murallas de Montevideo‖,

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Montevideo: Apartado del Boletín Histórico del Ejército Nº 287-290. (7) Prats, L. (1997) ―Antropología y patrimonio‖. Ariel, Barcelona (8) Mançano Fernández, B. (2005) ―Movimentos socioterritoriais e movimentos socioespaciais‖ OSAL .Año VI Nº 16, Junio, CLACSO, Buenos Aires. 273283 (9)

Corboz, A. (2001) El territorio como palimpsesto. En: Corboz A. (coord.) Le territoire comme palimpseste et otres esáis. Besancon, Paris, pp. 15-36

(10) ―Manual de Productos Turísticos‖ (2011) Programa de Mejora de la Competitividad de los Destinos Turísticos Estratégicos, Montevideo: Minturd BID. (11) Capece G. (2008) ―Turismo, la esencia del negocio‖, Buenos Aires: Cencage Learning (12) Ibídem (13) Lipovetsky G. (1996) La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Barcelona, Anagrama. (14) García Valecillo Z. (2009) ¿Cómo acercar los bienes patrimoniales a los ciudadanos? Educación Patrimonial. Un campo emergente en la gestión del patrimonio cultural. Pasos Revista de turismo y patrimonio cultural. Vol. 7 No. 2 págs. 271-280. 2009 (15) Cantón Arjona V. (2009) La educación patrimonial como estrategia para la formación ciudadana. Correo del Maestro No. 154. 2009 (16) Lombardi, O. Seminario en Montevideo

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The Rescue and Conservation of Cultural Itinerary Military Architecture of Veracruz, M茅xico Route-Xalapa

Dolores Pineda Campos

Abstract This research involves the recovery of the monuments and the highway via Xalapa Veracruz-Mexico (S. XVI-XIX), which includes three stages: 1. 2.

3.

Define or redefine the role that keeps the monuments that make up the Camino Real into the history and contemporary times. The study of building materials for restoration and conservation, it looked the most important historical monuments of the royal road: Castle of San Juan de Ulua (S. XVI-XVIII), Battery Atalaya de la Concepci贸n (XIX) , Military Orders Fortin Plan del Rio (XIX) and Fort San Carlos de Perote (S. XVIII), are the most important fortifications in Mexico and the Caribbean, as well as the most renowned along the history of the American Continent. Proposing Cultural itinerary for the reuse of the monuments that make up the Camino Real as a cultural tourist site that is sustainable for each population.

Introduction Colonial Fortifications of Veracruz constructive cover a period ranging from the sixteenth to the nineteenth. During this time two defensive systems were formed: one, of marine origin and the other campaign. The first was located at the edge of the coast of Veracruz and was performed in order to protect the territory of the landings of privateers, pirates and smugglers and, at the same time ensure the commercial port of San Juan de Ulua. This small island in the city of Veracruz was a focus of concentration of wealth in the Viceroyalty of New Spain and sophisticated goods were transported from Manila, Philippines and the Far East through the port of Acapulco. The campaign defense system was represented by a defense line located in both Royal Roads leading from Veracruz to Mexico City (Veracruz-Xalapa-VeracruzC贸rdoba and Perote-Orizaba), points of contact between the Viceroyalty of New Spain and the Spanish metropolis.

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This time only talk of Rescue and Conservation of Cultural Route military architecture of Veracruz, Xalapa Mexico Route-to achieve a future nomination of cultural heritage of humanity by the World Heritage Committee of UNESCO. Research Methodology The research involves the recovery of the monuments and the highway via Xalapa Veracruz-Mexico (S. XVI-XIX), which includes three stages of development are described below: 1.

Define or redefine the role that keeps the monuments that make up the Camino Real into the history and contemporary times. The relevance of this monumental heritage of fortifications was not only protection they had each of these cities, but also in its regional character. The kings of Spain ordered certain military engineers to create a regional defense system and the same traces and designs were repeated in a city and in another, adapted to their geographical environment. Examples are the ordinances of Felipe II, when submitted in 1586 and Juan de Tejeda and Bautista Antonelli to create the first defensive system in the Caribbean and Gulf of MĂŠxico. Unlike the Caribbean Sea, characterized by its elongated shape and its many islands, the Gulf of Mexico has a rounded shape and is almost closed by the peninsulas of Yucatan and Florida, so it has an input channel and an output, according to the circulatory movement of winds and ocean currents. For this reason, the Gulf was a way forced commercial fleet and therefore part of the trade route circuit or Hispanic in America. From 1531 he began the construction of the highway, adapted to new economic and social needs. The passage of the wagons and pack animals to carry loads of gold and silver, spices, agricultural products and other goods that traveled ithe Viceroyalty of New Spain, the accessibility of communications and protection of populations n are the main objectives to protect. The itinerary Perote-Xalapa general geographic conditions, the distance was much shorter, the rise was less perceptible to Xalapa, had large populations,

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are the main objectives to protect. . These excellent conditions make the construction of this road, 32 miles, is prioritized. He always looked at the itinerary to lead the viceroys of Veracruz to Mexico City and back. Unfortunately today only a few scattered walls in some sections of the road from Veracruz to Xalapa (see fig. 1).

Figure 1. Cultural route map of M茅xico via Veracruz-Xalapa

2.

The study of building materials for restoration and conservation, it looked the most important historical monuments of the royal road: Castle of San Juan de Ulua (S. XVI-XVIII), Battery Atalaya de la Concepci贸n (XIX), Fort Military Orders Plan del Rio (XIX) and Fortress San Carlos de Perote (S. XVIII), are the most important fortifications in Mexico and the Caribbean, as well as the most renowned throughout the history of Americas. The analytical study of the materials used in its construction, is intended to determine the composition and state of deterioration. From the type and degree of alteration that have suffered, as it investigates the composition of their mortars. Referencing the problems posed by historical monuments and the results of

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the analyzes performed by the analytical techniques of X-ray diffraction, X-ray fluorescence, scanning electron microscopy, polarized light and PIXE nuclear technology, experienced the stone material used in construction, give us important data to suggest specific treatments for preservation (see images 1-3, figures 2-4).

Fig. 2. DRX natans Colpophyllia coral species San Juan de Ulua

Fig. 3. FRX FortĂ­n de Plan del Rio

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Image 1. SEM Coral Corpophyllia natans, San Juan de Ulúa

Image 3. Coral Montastrea annularis of San Juan de Ulúa

Image 2. Polarized Light of Atalaya de la Concepción

Fig. 4. PIXE of San Carlos de Perote

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3.

Proposing Cultural itinerary for the reuse of the monuments that make up the Camino Real as a cultural tourist site that is sustainable for each population. It is clear that tourism is of great importance for the development of a country, recently produced a change in trends within the field which attempts to pass an expansive growth model to one that has come to be called sustainable tourism. In that sense, cultural heritage is taking shape as one of the elements that make a different tourism with a more specialized components in pursuit of leisure time use. The traditional model bases its objective in increasing the number of visitors and obtaining short-term profit seeking an offer homogeneous nor ignores the capacity of the land and respect for local culture and traditions. This model has resulted in a transformation, largely negative, the physical environment and deterioration of environmental quality and living in the place. The latest proposals Desk application instead seek to achieve together aspects such as economic development, social justice and the effective management of the resources of the territory, within a sustainable development concept. In this way it is possible to define two of the basic principles of sustainable development. The first one should be the durability because development has to stay on time and not be a performance that depletion of resources and efforts completed in a relatively short time. The second is integrity, and that sustainable development must encompass all facets of human development: political, economic, social, cultural, environmental, etc. So, it must ensure three fundamental aspects: ecological sustainability, resources and ensuring the continuity of ecological processes-, social and cultural sustainability-enabling individuals to shape the development with its identity, and economic sustainability -allowing the development and resources are conserved for the future. Promoting tourism development activities, allowing an active and participatory tourism, promote the enhancement of territories normally outside the channels of commerce, fostering greater economic development while respecting and preserving the environmental and cultural peculiarities of each area. This would require a series of actions that must range from advocacy and animation to research the potential of existing resources, seeking a comprehensive offering that may attract potential visitors.

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In that sense, the historical heritage is an important resource for economic development and as such should integrate their use in different regional policies are carried out. In order to use the elements of heritage as a tourism resource to look for in them what their potential for the benefit of the community and this can only be done from the interpretation and presentation of the core assets within their own cultural coordinates of each location. While not losing sight unit must have knowledge of the particular site, the resource used for this purpose is the royal road military architecture of Veracruz (see images 4, 5, 6, 7).

Image 4. Castle of San Juan de UlĂşa (S. XVI-XVIII)

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Image 5. Battery Atalaya de la Concepción (S. XIX)

Image 6. Fort of Órdenes Militares de Plan del Rio (S. XIX)

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Image 7. Fortress de San Carlos de Perote (S. XVIII)

conclusion Full implementation of this project will lead inevitably to a new landscape and thus achieve the future of Camino Real that deserve and expect, heritage of military origin, and oblivious to such use, avoiding unnecessary erosion which will only serve to slow and costly one process is inevitable and so these monuments of great historical value, which now are abandoned in order to recover and restore the original route of Veracruz - Mexico via Xalapa, in the future be able to apply for inclusion on the List World Heritage Site.

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Bibliography Zapatero, Juan Manuel. Fortifications Bastioned in América. San Juan, Puerto Rico. Instituto de Cultura Puerto Riqueña. 1978. Calderón Quijano, José Antonio. History of the Fortifications of New Spain. Madrid, Spain. Superior Council of Scientific Research in Madrid. 1984. Blanes, Tamara and Herrera, Pedro A. «The Spanish fortifications in the Caribbean and the Gulf of Mexico in the S. XVI» typological study in the journal National Library Jose Marti no. 3. Havana, Cuba. 1985, pp. 123-149. Technical report. «Corals escleractinos the fortress of San Juan de Ulúa, Veracruz» General Directorate of Naval Oceanography, Research Institute of Oceanography of the Gulf of Mexico. Department of Chemical and Biological Oceanography. Veracruz, Mexico. 1994. Pineda Campos, Dolores. I International Forum UNESCO workshop "restoration project of the fortress of San Juan de Ulúa". Spain. Polytechnic University of Valencia, 1998. ISBN. 84-7721-921-4. Pineda Campos, Dolores. Research reefs materials used in the construction and restoration of the Fortress of San Juan de Ulúa, Veracruz, Mexico, for their conservation. Spain. Polytechnic University of Valencia, 2005. ISBN. 84-9705-9212.

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How England failed to Conquer the Fortified Town of Cartagena de Indias

Hans Caspary/ Hitgund Caspary

Summary Cartagena de Indias, situated in today Columbia on a small strip of land between a series of bays and the Caribean Sea, is a fascinating city, characterized by the contrasts between land and water, white and black people, a town-centre full of historic monuments and a modern city marked by a series of high-rise buildings. Well protected against tropic storms, the ships of the merchant fleet of Nueva Granada anchored in the Baya de las Animas. Once a year, they started to cross the Atlantic to bring the treasures of gold and silver extracted in the mines of Peru and Bolivia to Europe. On their way back, making a detour to the Westafrican coast, they carried black slaves to Cartagena who were sold on the market for working in the mines and on the fields of sugar.

No town in Spanish America had – and has – a population with such a high percentage of black people. Slaves constructed the walls around the city, built to protect it against the raids of French and English pirates. The walls of Cartagena not only are the most extensive ones in the Caribean Sea, they too are the best preserved. On the seaside, they still exist in their full length. On the landside, where Cartagena expanded in the 19 th and 20th centuries, only one major breach is to be found.

In the year 1740, the walls of Cartagena passed the test of their strength. A British fleet of 186 warships commanded by Admiral Edward Vernon attacked the city. Vernon managed to enter the bay, 10 000 soldiers went ashore and besieged the town that was defended by 3000 Spanish soldiers only.. The ships‘ artillery opened the fire and tried to breach the walls. But the siege failed. The walls held out

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depicting the Spanish defenders kneeling before Vernon. But the reality was different. The British soldiers, after having attacked in vain the stronghold of Fort Felipe, retired to their ships crowded with people. Lack of hygiene led to diseases (such as the yellow fever) and took many lives. The bombardment continued. But after a month, food was running out; Vernon was forced to raise the siege and to return to Jamaica. Cartagena was saved, and South America remained part of Latin World. In 1984, the walls of Cartagena, together with the churches and the historic monuments of the town centre, were inscribed onto the World Heritage list of UNESCO. Comprehensive restoration work was undertaken. The descendants of the slaves who constructed the walls today perform their dances on the market place where their ancestors used to be sold.

Sea routes through the Caribbean

Cartagena Plaza de los Coches view of the clock tower and the tower beyond the wall

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British North America Fortifications of Eastern Canada dating from the 1812 War to Canadian Confederation in 1867: Built Heritage Conservation and Cultural Tourism Challenges, Archievement and opportunities

John Ward

Summary Following the 1812 War between British North America and the United States of America (which ended in 1815), the British government embarked upon an extensive program to upgrade its military works and transport route infrastructure including forts, citadels and military canals/waterways stretching from Halifax in the east, to the Niagara region in the west. Today, most of these sites are now in the custodianship of Parks Canada and are open and accessible to the public. Some sites remain in the custodianship of the Department of National Defense or other federal government agencies. Two of the sites comprise important elements of World Heritage Sites; The Historic Centre of Quebec City and the Rideau Canal, Ontario. This presentation will begin by a brief outline of this series of sites, consider their conservation and presentation approaches during the late 19th/20th centuries, and discuss current cultural tourism challenges and opportunities, particularly in regard to their military heritage theme, to their built-shared heritage aspects, and to the physical issue of the sties being distant from one another (Note: Quebec City to Niagara is approx 930KMs/600 miles).

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El sistema defensivo romano y su reflejo en su Renacimiento europeo

María J. Peréx

Resumen Al abordar el estudio del proceso de fortificación de los estados europeos en los comienzos de la llamada Edad Moderna, resulta necesario buscar sus raíces en el Mundo Clásico, en Grecia, y más concretamente en Roma, dado que, no en vano, el Renacimiento supone su recuperación en la mayoría de sus manifestaciones. Los romanos eran esencialmente personas prácticas, y resolvieron los problemas técnicos que se les presentaron creando nuevas metodologías de diseño 1.

Abstract To approach the study of the fortification process of the European States in the early Modern Age, it is necessary to find its roots in the Ancient World, in Greece, and especially in Rome since, not surprisingly, the Renaissance implies its recovery in most of its expressions. The Romans were essentially practical people, and solved the arising technical problems creating new design methodologies. Introducción La importancia del conocimiento de la cultura clásica a la hora de abordar el tema de las fortificaciones se basa, primordialmente, en que los principales artífices del los nuevos sistemas de fortificación procedían, en su mayoría, y por lo que a España se refiere, y por tanto en los primeros estadios de la colonización americana, de las posesiones españolas en territorio italiano. Así, los ingenieros que trabajaron para los Austrias, además de conocer la obra de Vitruvio y Vegecio, pudieron contar con la ayuda indirecta que proporcionaba la lectura de Tácito, Suetonio, César, Veleyo Patérculo, Dión Casio, Polibio, Higinio, Arriano o Flavio Josefo. 1

HALLYDAY SAVILE, Leopold (1940): “Presidential Address”, Journal of the Institution of Civil Engineers, 1, pp. 1-26; ver también en Port and Harbour Engineering, ed. by Adrian Javis, Aldershot (England), 1998.

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Pero antes que ellos, tenemos la Poliorcética de Eneas, apodado el Táctico, que es el primer tratado conservado sobre táctica militar, no solo de la literatura griega, sino también de la literatura universal. Además, sentó las bases de una tradición de escritos técnicos sobre el arte de la guerra que la tomaron como modelo, con un importante desarrollo en época romana y bizantina 2. Al comienzo del Prefacio dice así: “ Cuando aquellos hombres que, al partir de su país, entran en combate y corren peligros lejos de sus fronteras, sufran una derrota por tierra o por mar, queda a salvo para los supervivientes del territorio, la ciudad y la patria, de manera que no serían completamente aniquilados”. El capítulo XXXII está dedicado a las “Máquinas para repeler los asaltos”, y el XXXVI a los “Obstáculos contra la aproximación de escaleras”. El XXXVII, sobre la “Detección y prevención de operaciones de minado”, comienza así: “He aquí cómo hay que impedir los trabajos de quienes construyen minas. Si tenéis la certeza de que están construyendo minas, hay que excavar una fosa lo más profunda posible en la parte exterior de la muralla, con la finalidad de que la mina desemboque en ella y queden a la vista los zapadores”3. Como ejemplo del conocimiento que se tenía en Roma sobre modelos de fortificación y estrategia militar, baste los siguientes ejemplos. La primera cita se refiere al Capítulo 5, del Libro I de De Architectura de Marco Lucio Vitruvio Polión, en el que trata De la construcción de murallas y torres4:

2

Su obra fue conocida por Polibio (X, 44) y por autores posteriores, aunque su vida y trayectoria personal es desconocida. Por los hechos que menciona, debió escribir esta obra en la segunda mitad del siglo IV a.C., y pudo ser un jefe de tropas mercenarias originario del Peloponeso. 3 ENEAS EL TÁCTICO, Poliorcétrica, Biblioteca Clásica Gredos, 157, 1991, pp. 9-143. Desafortunadamente el tratado se interrumpe cuando comenzaba a dar información sobre la organización naval de una pequeña ciudad del siglo IV a.C. Ver también AYDEMIR, Isik (2005): “Les fortifications dans la Méditerranèenne orientale (Anatolie) et les murailles de la ville d‟Istambul”, en CÁMARA MUÑOZ, Alicia y COBOS GUERRA, Fernando (Eds.): Fortificación y Frontera Marítima. Actas del Seminario Internacional (Ibiza, 24-26 de octubre de 2003), Ajuntament d’Eivissa, 8 págs. en CD. 4 VITRUVIO, ARQUITECTURA: Libros I-V, Biblioteca Clásica Gredos, 367, 2008, pp. 182-187. Vitruvio debió pertenecer al cuerpo de ingenieros militares al que se refiere Julio César (BC, I, 24, 4).

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“Así pues, si la operación de establecer la ciudad se ha llevado a cabo aplicando los principios de salubridad expuestos (en el capítulo anterior) y se han buscado terrenos ricos en cosechas para alimentar a la población, y si un sistema de calzadas o bien de navegabilidad de los ríos, o la posibilidad de tráfico marítimo gracias a los puertos, aseguran la llegada de mercancías a la ciudad sin problemas, entonces de podrán echar los cimientos de las murallas y las torres, procediendo del siguiente modo. Se abrirán zanjas hasta dar, si ello es posible, con un asiento sólido, y sobre él se agrandarán cuando se considere conveniente en proporción a las dimensiones de la obra-siempre con una anchura mayor que la de los muros que van a quedar sobre el nivel del suelo-, y se rellenarán de fábrica lo más sólida posible. Igualmente, las torres deben avanzarse hacia el exterior, a fin de que cuando el enemigo quiera aproximarse en su ataque hasta la muralla con ambos flancos desprotegidos, desde las torres lo alcancen los dardos. Y hay que procurar, como es lógico, que el acceso hasta la muralla no resulte fácil en caso de asalto; antes bien, el recinto debe trazarse ajustándolo a las escarpaduras del terreno y encontrando la manera de que los caminos hacia las puertas no vengan de frente, sino por la izquierda. Y es que cuando se disponen así, entonces el flanco derecho -el que no está protegido por el escudo-les quedará del lado de la muralla. Tampoco se construirán fortificaciones cuadradas ni con esquinas sobresalientes, sino de planta redondeada, para que el enemigo sea visible desde un mayor número de puntos… En cuanto al espesor de la muralla, considero que debe dársele suficiente como para que los soldados, al cruzarse en lo alto, puedan pasar sin estorbarse uno a otro…” En este capítulo se refiere también a las distancias entre las torres; a que deben construirse redondas o poligonales; sobre las zanjas y terraplenes; o los materiales con los que deben construirse las murallas…”para que quede perfectamente acabada sin deterioro hasta la eternidad”.

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Le siguen las de Flavio Vegecio Renato, que escribió, en torno al año 400 d.C., su Epitoma rei militaris5, dedicada, muy posiblemente, al emperador, de origen hispano, Teodosio I (379-395), o a su sucesor, Honorio (393-423). A dicho autor se le atribuye la frase si vis pacem para bellum, versión reducida de la cita completa: igitur qui desiderat pacem, preparat bellum (“Así pues quien desea la paz, que prepare la guerra”) (Prólogo del Libro Tercero 6). Su obra fue libro de texto de las Academias militares europeas hasta el siglo XIX. Especialmente desde la segunda mitad del siglo XIII, los ejércitos de la cristiandad occidental tratan de amoldarse a sus principios. Así lo hace, por ejemplo, Alfonso X en Las Paridas. Los ejércitos europeos de la Baja Edad Media se parecen mucho más al ejército romano del siglo IV que los de ninguna otra época. Incluso existe constancia de la existencia de un ejemplar de Vegecio en la biblioteca de Isabel la Católica 7. En el Libro Primero, cap. XXI, La fortificación del campamento escribe lo siguiente: “El recluta también debe aprender la fortificación del campamento, pues nada resulta en la guerra tan beneficioso ni tan necesario. Desde luego, si el campamento está correctamente dispuesto, los soldados pasan día y noche tan seguros en el interior de la empalizada, incluso durante el asedio del enemigo, que parece que llevan consigo a todas partes una ciudad amurallada” En cap. XXII, En qué lugares debe asentarse el campamento, dice, entre otras cosas que, además de escogerse un lugar salubre “Hay que evitar que haya un monte o un lugar más elevado que pueda suponer un peligro en caso de caer en manos del enemigo”, y más abajo, “El campamento debe fortificarse en proporción al número de soldados y de pertrechos…”. El cap. XXIII, sobre Con qué forma se debe trazar el campamento, dice “El campamento debe trazarse unas veces con forma cuadrada, otras con forma triangular y otras con forma semicircular, según lo determinen las condiciones del terreno y las circunstancias”.

5

FLAVIO VEGECIO RENATO, Compendio de técnica militar, Ed. de David Paniagua Aguilar, Madrid, Cátedra, 2006. 6 VEGECIO, op.cit., p.241. 7 RODRIGUEZ CERDINO, Víctor D. (2004): “La estrategia militar y su influencia romana”, Arqueología militar romana en Europa, Segovia, pp. 309-310. Ver también RUIZ GARCÍA, Elisa (2004): Los libros de Isabel la Católica: arqueología de un patrimonio escrito, Salamanca.

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El capítulo XXIIII se refiere a Cómo se debe fortificar el campamento y el XXV a Cómo se debe fortificar el campamento cuando el enemigo acecha 8. En el Libro Cuarto, cap. I, se refiere a Las ciudades deben estar fortificadas por obra de la naturaleza o por obra del hombre, y comienza así: “ Las ciudades y los fortines están fortificados por obra de la naturaleza, por la mano del hombre o por ambas, que es lo que se considera más seguro; están fortificadas por obra de la naturaleza cuando el terreno está elevado, es abrupto o está rodeado por el mar, por pantanos o por ríos; por la mano del hombre cuando está fortificado con zanjas y murallas. En el caso de un lugar totalmente protegido gracias a la naturaleza se requiere el criterio de quien lo elige; en cambio, en el caso de un lugar llano se requiere la competencia de quien construye la fortificación” 9. La guerra en época romana En Roma, la guerra de asedio ocupó un papel fundamental en la estrategia de las campañas militares. Eran muy pocos los jefes militares que se inclinaban por batallas campales para resolver un conflicto ya que podía suponer la pérdida de un gran número de soldados que luego resultaban clave para el desarrollo de campañas de larga duración, de ahí que las ciudades se convirtieran en el principal objetivo a tomar en los enfrentamientos armados (como es el caso de las ciudades celtibéricas de Segeda10 y Numancia del 153 al 133 a.C.11). Se intentaba, por tanto, que las ciudades fortificadas se localizasen en lugares estratégicos, de tal forma que controlaran los ríos y las vías de comunicación. Una vez la ciudad se hubiera reforzado con víveres y tropas de refresco, antes de la llegada del enemigo, el asedio podía hacerse casi interminable. Dicho asedio podía plantearse de tres maneras: la repentina oppugnatio, que equivaldría al asalto; la obsidio u obsessio, que consistía en bloquear la ciudad evitando la llegada de víveres y tropas de socorro, o la loginqua oppugantio, que supone un asedio de larga duración y combina elementos de las dos anteriores. 8

VEGECIO, op.cit., pp. 173-177. VEGECIO, op.cit., p. 321. 10 BURILLO MOZOTA, Francisco (2001): “Segeda/Sekaiza”, en Celtas y Vettones, Ávila, pp. 229-237. 11 JIMENO, Alfredo (2004): “Numancia y los campamentos romanos: investigación y recuperación del pasado”, en Arqueología Militar Romana en Europa, Segovia, pp. 237-249; MORALES HERNÁNDEZ, Fernando (2004): “Los campamentos y fuertes romanos del asedio de Numancia”, en Arqueología Militar Romana en Europa, Segovia, pp. 251-258. 9

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La principal dificultad para conquistar una ciudad fortificada por la fuerza era conseguir superar sus murallas, para lo cual se acudía a distintas estrategias: superar las murallas por debajo, por medio del minado; superar las murallas por encima con escalas, sambucae (enormes catapultas que podían lanzar piedras de unos veinte kilos hasta cuatrocientos metros de distancia) o torres de asalto; derribar las murallas o abrir pasos, rompiendo un lienzo con el bombardeo de piezas de artillería o el golpeteo de arietes y taladros, además de las ballestas que lanzaban flechas de diferente tamaño, y las ondas que lanzaban glandes. A lo largo de la historia de Roma, republicana e imperial, existe un continuo afán por dejar expedito el mar para mejorar el comercio marítimo, librándolo de la piratería, como la campaña emprendida por Pompeyo en el siglo I a.C. Se abrían nuevas vías de navegación dotándolas de infraestructuras como la señalización de rutas marítimas mediante faros e invirtiendo en la mejora de las antiguas estructuras portuarias, herederas algunas del mundo griego, o creando nuevas, si no existían, para establecer puertos de escala y de refugio en esas vías abiertas. Ejemplo de ello es toda la costa atlántica de la península ibérica, Francia e Islas Británicas. Aunque poco conocida, Augusto pudo crear toda una red de señales marítimas en esas costas para abrir esta ruta de navegación de altura que evitara las largas marchas y la pérdida de armas ya que una larga fila de impedimenta se prestaba a las emboscadas. Además, las Galias estaban cansadas de suministrar caballos, de ahí que, en La principal dificultad para conquistar una ciudad fortificada por la fuerza era conseguir superar sus murallas, para lo cual se acudía a distintas estrategias: superar las murallas por debajo, por medio del minado; superar las murallas por encima con escalas, sambucae (enormes catapultas que podían lanzar piedras de unos veinte kilos hasta cuatrocientos metros de distancia) o torres de asalto; derribar las murallas o abrir pasos, rompiendo un lienzo con el bombardeo de piezas de artillería o el golpeteo de arietes y taladros 12, además de las ballestas que lanzaban flechas de diferente tamaño, y las ondas que lanzaban glandes.

12

SÁEZ ABAD, Rubén (2003): “La poliorcética. El éxito asegurado en las operaciones de asedio”, Espacio Tiempo y Forma, serie 2, nº 16, pp. 19-39; SÁEZ ABAD, Rubén (2006): “Un siglo de hallazgos vinculados a la maquinaria bélica en Hispania”, en MORILLO, A. (Ed.), Arqueología militar romana en Hispania. Producción y abastecimiento en el ámbito militar, León, pp. 493-502.

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A lo largo de la historia de Roma, republicana e imperial, existe un continuo afán por dejar expedito el mar para mejorar el comercio marítimo, librándolo de la piratería, como la campaña emprendida por Pompeyo en el siglo I a.C. Se abrían nuevas vías de navegación dotándolas de infraestructuras como la señalización de rutas marítimas mediante faros e invirtiendo en la mejora de las antiguas estructuras portuarias, herederas algunas del mundo griego, o creando nuevas, si no existían, para establecer puertos de escala y de refugio en esas vías abiertas. Ejemplo de ello es toda la costa atlántica de la península ibérica, Francia e Islas Británicas. Aunque poco conocida, Augusto pudo crear toda una red de señales marítimas en esas costas para abrir esta ruta de navegación de altura que evitara las largas marchas y la pérdida de armas ya que una larga fila de impedimenta se prestaba a las emboscadas. Además, las Galias estaban cansadas de suministrar caballos, de ahí que, en época de Tiberio, se decidiera la construcción de una flota, de unas mil naves, que permitiera entrar en Germania por la desembocadura del Rhin (Tácito, An. II, 5-6)13. Los cartagineses fueron, en primera instancia, los creadores de una red de atalayas a lo largo de la costa mediterránea de la península ibérica dominada por ellos, y también para el control de las comunicaciones interiores, sobre todo en las estribaciones cordobesas del sistema penibético 14, a las que Plinio (NH. II, 181 y XXXV, 169) se refiere como Turris Hannibalis15. Algunas de estas atalayas costeras se utilizaron como faros cuyo aspecto actual proviene de la reforma que se hizo en el reinado de Felipe II, para usarse con el mismo fin que tuvo en su origen, de aviso y comunicación. En algún caso su aspecto proviene de reformas posteriores que alcanzaron hasta el siglo XVIII16.

13

TÁCITO, Anales, ed. de Beatriz Antón Martínez, Madrid, Akal/Clásica, 2007, pp. 191-192. Ver también PEÑA OLIVAS, José M. de la (2007): “Avance y desarrollo portuario en la Roma Antigua”, Revista Ingeniería Civil, 174, Madrid, 30 págs. 14 CORZO SÁNCHEZ, Ramón (1975): “La Segunda Guerra Púnica en la Bética”, Habis, 6, pp. 214-218. 15 MORET, Pierre (“004): “Tours de guet, maisons à tour et petits établissements fortifiés de l‟Hispanie républicaine : L‟apport des sources littéraires », en MORET, Pierre y CHAPA, Teresa (Eds.), Torres, atalayas y casas fortificadas. Explotación y control del territorio en Hispania (s.III a.d.C.-s. I d.d.C.), pp. 13-29. “no se puede buscar en esta apelación ninguna referencia a hechos históricos concretos; se trata de una denominación popular-análoga a las llamadas modernamente “torre del moro”-recogida por Plinio o por su fuente dos siglos después de la estancia de Aníbal en Hispania”, p. 15. 16 PEÑA OLIVAS, José M. de la (2008): “Señalización marítima del Mediterráneo en la Antigüedad”, Revista Ingeniería Civil, nº 150, Madrid, 26 págs.

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Pero una vez que el Imperio se estabilizó, sobre todo tras las conquistas de Adriano, el ejército se dedicó a vigilar las fronteras, el limes, que se convirtieron en una línea de fortificaciones y puestos de vigilancia, protegidos por fosos y empalizadas. El sistema defensivo más complejo fue en Britania donde se construyó de vallum Hadriani, muralla de piedra de 128 km de longitud, precedida de un foso, con fuertes y torres de observación, cruzando toda la isla de este a o este. El mismo sistema, pero menos complejo, se aplicó en el Danubio, Siria y norte de África donde un foso de casi 800 km -fossatum Africae-protegía el sur de Numidia de las tribus del desierto17. La inmovilidad del ejército dio origen a fortificaciones estables, caso del limes del Rhin. Poseían sus propios campos de cultivo, talleres de forja y alfarería, e ingenieros para la construcción de calzadas y puentes. También era foco de atracción de población que se establecía alrededor del campamento militar-las canabae-que, en algunos casos, fueron el origen de ciudades como León, surgida de la legio VII Gemina o Astorga18. En aquellos lugares donde la sociedad civil no estaba lo suficientemente asentada para afrontar las obras civiles que el desarrollo romano exigía en las fronteras del Imperio, se hacía trabajar a la tropa en labores propias de civiles, como calzadas, acueductos, etc. Teniendo en cuenta que siempre el ejército va primero y después se construye la infraestructura. A partir del siglo III, las constantes escaramuzas de los pueblos bárbaros afectaron al sistema defensivo tan estático como falto de reclutas. Diocleciano llevó a cabo importantes reformas. Las legiones aumentaron a sesenta unidades y las tropas se reorganizaron y se redistribuyeron. Cada provincia fronteriza contó con dos legiones y tropas auxiliares en un intento por convertir el Imperio en una fortaleza. No obstante, estas tropas, limitanei, fueron perdiendo capacidad operativa y hubo que recurrir a los vexillationes, especie de cuerpos especiales o a los comitatenses, legiones móviles19.

17

OREJAS SACO DEL VALLE, Almudena (1995): Del “Marco geográfico” a la “Arqueología del paisaje”. La aportación de la fotografía aérea, CSIC, Monografías, 15, pp. 69-76. 18 MORILLO CERDÁN, Ángel (2006): “Abastecimiento y producción local en los campamentos romanos de la región septentrional de la Península Ibérica”, en MORILLO, Ángel (ed.) Arqueología militar romana en Hispania. Producción y abastecimiento en el ámbito militar, León, pp. 33-74. 19 FERNÁNDEZ OCHOA, Carmen y MORILLO CERDÁN, Ángel (2002): “Entre el prestigio y la defensa: la problemática estratégico-defensiva de la murallas tardorromanas en Hispania”, en Arqueología militar romana en Hispania, Anejos de GLADIUS 5, pp. 577-589.

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En el siglo IV, Constantino introdujo los últimos cambios, aumentando el número de fuerzas móviles, en detrimento de las fuerzas fronterizas. El ejército se barbarizó con los foederati y el Imperio fue defendido por quienes lo habían atacado antes. Y para terminar, en palabras de Manuel Castaños y Montijano, Vicepresidente de la Comisión de Monumentos de Toledo, hace exactamente un siglo, “La Arquitectura Militar ha seguido, como la religiosa y la civil, paso a paso las marcha progresiva de la humanidad; primero, defensas rudas, indecisas, incipientes, sencillas, rudimentarias, y después, conforme se iban buscando medios de destruirlas y hacerlas ineficaces, se fueron perfeccionando para contrarrestar los empujes de la tormentaria; esta a su vez, aumentaba su potencia destructora, y aquellas su potencia resistente; y así, en oposición constante la Fortificación y la Poliorcética, cambiando de formas y de procedimientos, siempre contrarios, ha ido y sigue marchando la humanidad, destruyendo y creando constantemente” 20.

Las murallas en época romana, Legio VIIGemina , León, España

20

CASTAÑOS Y MONTIJANO, Manuel (1900): Ensayo de fortificación arqueológica: Estudios históricos de fortificación, poliorcética y castramentación desde los tiempos más remotos hasta los del empleo de las armas de fuego, Madrid. Ver también PÉREZ GONZÁLEZ, Cesáreo (2005): “Ejército Romano y Arqueología”, Arqueología Militar Romana en Europa, Segovia, pp. 15-27.

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La señalización de las costas, La “Torre de Hercules” (La Coruña, España)

Las murallas en época romana, Asturica Augusta, (Astorga, España)

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Management and restoration of military heritage in Western Europe. Some case studies Philipp Bragard

Summary Ancient Western Europe conserves a lot of modern military heritage, fortifications and military buildings (barracks, powder magazines, arsenals…) who are deserted by national armies for a long or a short time. Local structures, as municipalities, have some problems to manage and restore those big architectures. Some of them are preserved as historical monument or as “natural site” (!), than the national organizations of heritage conservation can support financially to help in the restoration. Despite this, it is not easy to preserve nor to explain for the tourist those fortresses and military buildings. Three questions: 1° what to do with so big military buildings? New uses are difficult to give to barracks, or bombed-proof huge buildings. 2° how to escape the collapse of bastioned ramparts, build with earth, grass and brick or stone masonry? The usual and annual maintenance is insufficient. 3° how to present such huge and large architectures to the public? In such examples, responsible structures prefer open only a part of the fortress, or only present a specific page of their complex history (i.e. Vauban…). To back up our reflection, the case studies are : Vauban‟s fortification network in France (Briançon), the fortress of Luxemburg, the citadel of Namur and the Napoleon Fort in Oostende (Belgium), and one or two others places in Germany and Portugal.

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A representative example of Korea Mountain Fortress during the Joseon Dynasty Doo Won Cho

I. Introduction of Namhansanseong 1. Brief Summary Situated 16 km southeast of the capital city of Seoul, the mountain fortress city of Namhansanseong sits 480m above sea level aligning itself with the ridges of the mountain to maximize its defensive capacity. The fortress encompassing 11.76km in length protects a vast area utilized as an emergency capital city of the Joseon Dynasty of Korea (1392-1910). With the basis of fortress architecture of East Asia, the fortress embodies the broad exchange during the between the three countries (Joseon of Korea, Azuchi-Momoyama Period of Japan and Qing China) especially in the 16th~18th centuries through the continuous wars. The technical development of weaponry and armaments during this period which saw the use of gun powder in military warfare imported from Europe also greatly influenced the architecture and layout of the fortress. Namhansanseong portrays how the various theories of defense mechanisms of Korea were put to form by combining the everyday living environment with defense objectives, embodying the evidence of how Buddhism in Korea played an influential role in protecting the State with the fortress becoming a symbol of sovereignty in Korea (see figures 1 to 7, and table 1).

Figure 2. Location of Senyang, Seoul and Namhansanseong

Figure 1. Location of Joseon(Korea) During the 17th Century

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Figure 3. Location of Seoul and Namhansanseong Old map of magistrate Gwangju, Paldogunhyeonjido, 1770 (source: Kyujanggak Institite for Korean Studies)

Figure. 5 A Site of excavated buildings from Silla Dynasty

Figure. 4. Old map of Namhansanseong from Gwangjubueupji (source: The Academy of Korean Studies)

Figure. 6 Excavated roof tiles of buildings from Silla Dynasty (left)

Figure 7. Development of Fortification of Namhansanseong

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Table 1. Chronology of the Namhansanseong and the World

2. Construction of Namhansanseong in the early 17th century 1) Construction in 1624 From early on, Joseon government officials discussed the need to rebuild a fortress at Namhan-san Mountain. However, the plan kept being postponed because of the hardship such a project would bring to the people. The actual construction began in 1624, during the reign of King Injo(r. 1623-1649). A rebellion by General Yi Gwal had erupted that year, and the Korean Peninsula was being threatened by the Later Jin in Manchuria.

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Upon completion, the fortress walls were 11.76 km in circumference with a shallow wall, parapet (女牆 yeojang) consisting of 1,940 merlons atop the regular fortress wall for added protection, 5 outworks (甕城 Ongseong), 4 main gates, 16 auxiliary gates and numerous lookouts. Inside the compound 80 wells and 45 springs were dug, and Namhansanseong Emergency Palace was constructed for the king. Namhansanseong Emergency Palace consisted of two parts. One is king's living quarters (Upper Palace) and the other king's office quarters (Lower Palace). Ten Buddhist temples were also established on the site, and the Buddhist tradition flowered here subsequently. 2) Historical Background during Second Manchu invasion of Korea Qing Emperor Taizhong (太宗) (r. 1626-1643) led an invading force of 130,000 onto the Korean Peninsula in the 12th lunar month in 1636. King Injo originally planned to flee the capital and take refuge on Ganghwa Island, but the situation deteriorated rapidly. The king heard a report that an advance Qing force was descending on the island, and he hastily headed for the Namhansanseong without bringing provisions. Rescue troops were raised around the kingdom, but they were crushed before they could reach the fortress, which was left isolated and without support. The king and his top ministers took refuge here during the second Manchu invasion of Korea in 1636, and they held out against Qing-troops for 47 days. On the 30th day of the first lunar month in 1637, King Injo left the compound to surrender to Emperor Taizhong. 3) New construction of Outer walls and repair work of parapet in the late 17th century The 11.76 km of fortress walls (9.05km of Main wall and 2.71km of Outer walls) include five outworks and four gates amid beautiful natural surroundings. A variety of Stone wall-building techniques can be seen, particularly those from the reigns of four Joseon (1392-1910) monarchs: Injo, Sukjong(r. 1674~1720), Yeongjo (r. 1724~1776) and Jeongjo(r. 1776~1800). King Sukjong built both Bongam Outer Wall in 1686 and Hanbong Outer Wall in 1693. He also constructed outwork in 1719. In 1752, King Yeongjo constructed Yang-dondae, east and west observation posts. King Jeongjo in the last Joseon era also renovated and repaired the main fortress and its four gates in 1779. Namhansanseong had been well managed until it was severely damaged during the Japanese colonial rules.

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II. Status of Fortress Wall and Features of Structures 1. Topographic and fortress wall in Namhansanseong 1) Topographic From a historical point of view, Namhansanseong has been the most important hill-fortress from the era of Three Ancient Kingdoms(Silla BC57-AD935, Baekje BC37-AD660, Goguryo BC18-AD660). In particular, the fortress was regarded as the most valuable during Joseon Dynasty, because the fortress was only 16km away from the capital. In addition, Namhansanseong took advantage of its geographical features for effective defensive structure. For instance, the streams flowing nearby Namhansanseong became natural ditches and defensive barriers. Namhansanseong has natural ditches at all sides: the Han River to the North, the South Han River to the East, Tancheon stream to the West, and Gyeong-ancheon stream to the South. It is safely fortified by nature itself 1. 2) Fortress wall The main wall at Namhansanseong is the central wall, excluding the three Outer walls: Bongamseong, Hanbongseong and Sinnamseong. The main wall can be described as overlapping the areas where Jujangseong Fortress stood in Unified Silla and where the wall was rebuilt during the reign of Joseon King Injo.

Figure. 8. View of Mountain Fortress City at Namhansanseong in the 1910's

Figure. 9. Namhansanseong 2012

1

The Federation of Korean Cultural Center, 1999, The Mountain Walled Town Hugged by Namhansanseong.

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3) South Outworks This outwork is placed around the front of a gate for added protection. Invaders have to penetrate the outwork to reach the gate, and defenders on top of the wall are able to fire down on the intruders from three directions. The Namhansanseong has five outworks in total, three on the South Wall, one on the East Wall (Janggyeongsa-Sinji Outwork) and one on the North Wall (Yeonjubong Outwork).

Figure. 10. Yeongjubong Outwork

Figure. 11. 1. South Outwork

Figure. 13. 3. South Outwork

Figure. 12. 2. South Outwork

Figure. 14. Janggyeongsa Sinji Outwork

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4)

Bongam

Outer

Wall

(蜂巖城)

and

Hanbong

Outer

Wall

(漢峰城)

"Bongamseong" refers to an Outer wall section that runs northeast along a ridge from its east commanding post to Bee Rock (Bong-am or Beol-bong), a 512.2m peak that is higher than West commanding post (at 482m). Thus, Bee Rock affords a wide view of the western section inside the fortress as well as its Eastern Wall. During the second Manchu invasion of Korea in 1636, the Qing forces seized Bee Rock and were able to ascertain the weaknesses inside the fortress. They also used the vantage point to direct their artillery fire. In 1686, a new wall was built to make up for this vulnerability. Work was begun on the 1st day of the 4th lunar month and completed on the 9th day of the 5th lunar month, some 40 days later. Bongam Outer Wall includes four auxiliary gates, two batteries with casemated embrasures for Gun-firing, and a parapet. Hanbong Outer wall reaches the top of Han Peak (Hanbong), southeast of the main wall built in 1624. It was constructed on the order of Oh Si-bok, the Defense Commander of the Defense Command at Namhansanseong, in 1693, well after the second Manchu invasion of Korea.

Figure 16. Parapet at Bongam Outer Wall

Figure 15. Bongam Outer Wall

Figure 17. Hanbong Outer Wall

Figure 18. Wall surface of Hanbong Outer wall

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5) Sinnam Outer Wall (新南城) This Outer wall, also known as Namgyeokdae (南格臺) or Daebong (對峰 Opposing Peak), extends south from the 7th auxiliary gate (暗門) to the summit of Geomdan-san Mountain. The small, defensive installations known as dondae (墩臺 elevated platform as observation post) are placed at strategic points that could otherwise become liabilities to the fortress body. They are used as lookouts and help to prevent enemy reconnaissance or incursions. The dondae at Hanbong, east of the Namhansanseong, played a very important role in overall defense. During the second Manchu invasion in 1636, this peak was used by the Qing forces to set up cannon that fired down on the fortress. According to historical records, this cannon fire even hit the roof of the Namhansanseong Emergency Palace. Even today this Sinnam Outer wall has a military function.

Figure. 20. Sinnam Outer Wall (East Observation Post)

Figure. 19. Sinnam Outer Wall (West Observation Post)

III. Namhansanseong's historical values in the late Joseon Dynasty 1. Exchange of City-Planning Implimentation: Mutual Exchanges of East Asian Fortification Techniques represented as Military Heritage Namhansanseong is the realization of the Joseon Dynasty‟s own mountain fortress construction in which the principles of East Asian fortification were reflected. Namhansanseong exhibits the result of interchange between Korea, China and Japan during the 16th~18th centuries in its fortress layout and architecture.

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It was built to improve the problems of the Joseon Dynasty‟s fortresses, weaknesses which were revealed during the Japanese Invasion of Korea in 1952. The Joseon Dynasty built fortresses centering on fortress towns before the 16 th century, but changed its defensive system to one centering on mountain fortresses to defend against Japanese guns and cannons after the Japanese Invasion of Korea. In practical terms, the Joseon Dynasty improved the slope of fortress walls, mirroring the Japanese fortresses built by the Japanese army, and transferred local government offices inside mountain fortresses to strengthen defense, while the Joseon fortress system was reformed by Lee Si-bal, who wrote “Suseongjoyak (守 城條約)” referring to the Chinese military strategy books of “Gihyosinseo (紀效新 書),: “Banghosusoengbangyak (條約防胡守城方約)” and “Siljeongrok.” Defense facilities such as outworks and hyeonan machicolation in the Chinese fortification system, centering on plain fortresses to Namhansanseong and Gwanghwado island, were applied, creating an entirely new fortification system. In addition, defense facilities such as artillery bastions, outworks, parapets(Yeojang), machicolations(Hyeonan), lookouts(Chi), and observation posts raised flat earth mounds (dondae) were positively adopted to efficiently cope with newly developed weapons, such as hong-i-po cannons, which were used by the Chinese army in the second Manchu Invasion of Korea. The three South Outworks in Namhansanseong had the combined functions of those lookouts, shielded way (yangmajang) and artillery bastions, furnished with parapets and defense facilities for plain fortresses in China. They were creatively applied to Namhansanseong to efficiently protect and defend those sections vulnerable to attacks by enemies. 2. Extra-huge Pogoksik Mountain Fortress Showing Historical Applications of Topographic Fortification Arts and Defensive Tactics Namhansanseong is an extra-huge pogoksik mountain fortress that fortified the whole mountain by using the steep mountain terrain over 480 m above sea level. Near the capital city, Seoul, the natural terrain and artificial defense facilities were integrated well. It had a comparative advantage in size and preservation over other supersized mountain fortresses that were built to wage long-term wars in the 17th century.

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In structure, Namhansanseong was fully furnished with wall-defense facilities, including Yeonmugwan or Sueoyeong (military training camp), fortress body and outer walls (Bongamseong, Hanbongseong, and Sinnamseong, consisting of East – and West Observation Post(Dongdondae and Seodondae), together with walls and auxiliary facilities (gates, walls, outworks, auxiliary gates, command posts, water drain holes, parapets and artillery bastions). The unique mountain fortress defense system was upheld by the Great Buddhist Master Byeogam-gakseong and his monk soldiers, who engaged in fortification, construction of monk army temples (operated by the Paldo-dochongseop; command-in-chief of the monk army) and uiseungbangbeonje (rotation service system for the monk army), for mountain fortress defense in ordinary times. The monk army permanently organized and maintained defensive facilities until 1894. 3. Fruit of the Spirit of Independence of the Joseon Dynasty and Existent Heritage with Folk Traditions Various fortress defense theories were brought into effect during the Joseon Dynasty. The construction of Namhansanseong was a result of the combination of fortress defense theories, resulting in the conclusion and adoption of the mountain fortress town theory(sanseong-geoju-ron). Namhansanseong is also a living evidence of the Buddhist military system, as the fortress itself was constructed by Buddhist monks, operated by Buddhist temples and was under the command of the Buddhist clergy troops. The system of Seungyeong (僧營), military troops organized of Buddhist monks, is an ideal of the Buddhist religion applied to daily life adapted to the society of the premodern society. Awareness of the global order by the introduction of European culture and the emergence of the School of Practical Learning promoted the ideas of sovereignty detaching Joseon from the traditional Sino-centric world view and pursuing its distinctive cultural trait. The construction of Namhansanseong was a reflection of all these changes in thought.

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Figure. 21. Namhansanseong Emergency Palace

Figure. 22. Location of various Buddhist Temples in Namhansaneong

IV. Protection and Management The legal basis of protection of Namhansanseong lies on the Cultural Heritage Protection Act (CHP Act) and the Natural Park Act on the national level. There are also specific ordinances and regulations at the province and city levels. On the basis of the CHP Act the entire property is designated as a historic site and has a buffer zone surrounding the area that have limitations and regulations regarding development and construction. The entire heritage and buffer zone is protected once more as a Provincial Park on a wider area. Under these frameworks a Conservation Management Plan has been established to ensure the long term protection of the fortress and the town within. A special independent entity called the „Namhansanseong Culture and Tourism Initiativesâ€&#x; has been set up to be responsible for the overall management of the heritage. This entity works together with the Namhansanseong Provincial Park Office, the residents, local governments, experts and the central government to protect the heritage. The financial support comes from the national and provincial governments, and the projects are managed and operated by the Namhansanseong Culture and Tourism Initiatives. A monitoring system is set up to control the appropriate use and execution of financial resources and proposed plans. The current status of cultural heritages can be sorted in three different components so called the military component, governing component, and the folk component. The military component includes the fortress walls and structures, outer walls, Chimgwaejeong Arsenal, and Buddhist temples. The governing components are comprised of Jwajeon Shrine, Woosil Shrine site, the Emergency Palace,

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Jwaseungdang Hall and the site of Inhwagwan Guest house. Folk components include steles, pavilions, and intangible heritage such as rituals and rites. All these components are recorded and are managed appropriately in compliance to the form and type of heritage. References Hong, Gyeongmo: Jungjeong Namhanji (重訂南漢誌), Gwangju 1848; translated into Korean , Gwangju Institute of Culture, Gwangju 2005. Land Museum of Korea Land Corporation: Excavation Works on the site of Namhansanseong Emergency Palace, Gyeonggi Province 1998~2007 Sejongsillok Jiriji, Gwangju, Gyeonggi Chapter(1454), Kyujanggak Institute for Korean Studies 2010. Kim Heon-gyu: The Meaningfulness of the Namhansanseong in the History of Cities - Rediscovery of the Value of the Mountain Walled City; Its Uniqueness and Value as a Military and Administrative Fortress City, Gwangju 2010. Roh, Jae-min: Research on the Military Defense System of the Capital in the Late Joseon Dynasty: Focused on the Defense System from the Early 17th to 18th Century, Seoul, 2007. Shim, Gwang-ju: Report on the Excavation Work in the Namhansanseong, published by the Land Museum of Korea Land Corporation, analysis of old maps, Gyeonggi Province 2002. Lee, Chun-woo: Research on Methods of Construction Used in the Namhansanseong, Seoul, 2006. Land Museum of Korea Land Corporation: Namhansanseong, Academic Series Vol. 14, Gyeonggi Province, 2002. Land Museum of Korea Land Corporation and GyeongGi Cultural Foundation: Report on the 7th Excavation Work Carried out in the site of Namhansanseong Emergency Palace, Gyeonggi Province 2006.

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Namhansanseong Culture & Tourism Initiatives: Namhansanseong Studies Series Vol. 1 & 2. Gwangju, 2011. Namhansanseong Culture & Tourism Initiatives: Namhansanseong Studies Series Vol. 3. Gwangju, 2012. Namhansanseong Culture & Tourism Initiatives: Namhansanseong- A Mountain Fortress Town where Humanity, History and Culture are alive together, Gwangju, 2011. Namhansanseong Culture & Tourism Initiatives: The Guidebook of Namhansanseongâ€&#x;s Historic documents for Standard Interpretation of Heritage, Gwangju, 2012. Namhansanseong Culture & Tourism Initiatives: The Series of Historical Records on Namhansanseong Vol. 1, Gwangju, 2012. Lee, Chun-woo: Namhansanseong International Symposium 2012-Comparative Studies in the area of fortification architecture from different countries, in: Namhansanseong, a Milestone in the History of Fortress Construction, published by Namhansanseong Culture & Tourism Initiatives, Gwangju, 2012, S. 165. Kim, Bong-ryeol: Namhansanseong Studies Series Vol. 1-Its Structure and Meaning a a Mountain Fortress City, Gwangju, 2011, S. 142-187.

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Folk Landscape components: Intangible Cultural Heritages

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Fort in Bagymoyo, Tanzania and Fort Bismark in Qingdao, China– History andThe Old Preservation Claus– Peter Echter

Both Forts can be regarded as a special part of German colonial architecture and of shared built heritage between Germany and Tanzania respectively China. 1. The Old Fort in Bagamoyo Four major regions of Sub-Saharan Africa had been colonized by Germany. They are today's Tanzania, Namibia, Togo, and Cameroon. Although the German colonial presence in Africa has been non-existent for the past 95 years, the language and architecture of Germany that remains in Namibia, Togo, and Tanzania serve as reminders of these countries' past. Among the centres of the German colonialism in Tanzania were: Pangani, Tanga, Wilhelmstal (Lushoto), Arusha. Kidia, Dar es Salaam and Bagamoyo. Worth to mention is also the ancient German railway (Zentralbahn) from Dar es Salaam to Kigoma.

Figure 1: Map of Tanzania

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The town of Bagamoyo was founded at the end of the 18th century. It was (also spelled Bwaga-Moyo) the original capital of German East Africa, a centre of German colonialism in Tanzania and was one of the most important trading ports along the East African coast. It was once a penultimate stop of slave and ivory caravans travelling on foot from Lake Tanganyika on their way to Zanzibar. Once the caravans reached Bagamoyo the slaves and ivory were shipped by dhow to Zanzibar, where they were then dispatched all over the world. Missionaries active in abolishing the slave trade made Bagamoyo a centre of their activities. The word Bagamoyo means “Lay down your Heart� in Kiswahili. Swahili. It is disputed whether this refers to the slave trade which passed through the town (i.e. "give up all hope") or to the porters who rested in Bagamoyo after carrying 35 lb cargos on their shoulders from the Great Lakes region (i.e. "take the load off and rest"). Since there is little evidence to support that Bagamoyo was a major slave port (Kilwa, much further south, has earned this status), and that tens of thousands of porters arrived at Bagamoyo annually in the second half of the 19th century, it is more likely that the name of the town derives from the latter interpretation. Today the town has about 30,000 inhabitants and is the capital of the District of Bagamoyo, recently being considered as a world heritage site. Bagamoyo is a small town with a natural harbour 70 km north of dar-es-Salaaam on the coast of the Indian Ocean, close to the island of Zanzibar. The town was the most important trading entrepot of the east central coast of Africa in the late 19th century. The attraction of this town was its fine anchorage for sailing vessels, good water and fertile hinterland. Bagamoyo's history has been influenced by Indian and Arab traders, by the German colonial government and by Christian missionaries.

Figure 2: The Fort

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Figure 3: The Fort Building

The old Fort of Bagamoyo, located in the north/west of the town, the oldest surviving stone structure in the town, was built in 1860 as a private house by Abdullah Seleman Marhabi, a local Arab trader, and was originally fortified by the Omani Arab Sultan Said Bargash, the Lord of Oman and Zanzibar, after 1870. Also known as the old provision house a portion of the fort served to hold slaves before being shipped to Zanzibar. An underground passage was used to transport slaves to the dhows on the shore of Bagamoyo.The Indian tradesman Seva Haji bought the fort in the year of 1890 and donated it to the Germans in 1894 with the obligation to establish a school in the building. The German used the Fort as a garrison and fortified the building. The German architect Rabe expanded the garrison in 1889 with the help of craftsmen from Zanzibar and Lieutenant Emil von Zelewski drew up the defenses. Before 1870 it was used as a residential house and from 1884-1919, enlarged in 1894 by adding a watch tower to the fort, as a military base for German soldiers, subsequently after World War I by the British and during the post independence period of Tanzania from 1961 to 1992 as a police station and a prison, then as a college to train artisans for conservation of historical buildings and to date as an historical building. The building is currently under lease, used as the headquarters of the department of antiquities. The fort, listed as the oldest standing stone building in the town, can be visited. It was restored by EU funds.

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Figure 4: Looking into the courtyard

Figure 5: Ground Plan and Elevations

The construction is typical - according to J.S. Samwel - a fort building with mass coral stone walls of 50 to 80 cm thick. “The rooms are typical planned such that most of the rooms face an inner beautiful courtyard. The suspended floors are reinforced by mangrove poles exposed on the underside depicting a beautiful contrast of white washed mortar infill and black painted poles. The main entrance door of Arab and Indian architecture has been maintained though old. The parapet walls on the roof are shaped typical of old forts along the cost of east Africa.�

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The white washed building is three storeys high with buttresses and battlements and an enclosed courtyard. A major renovation was done in the early 1990´s, whereby the decayed suspended floors were changed with new. Great care was done and has revitalized the building up to now. But the building has not received maintenance for more than ten years. A conservation and maintenance plan was prepared in 2008 to assess the current status of the fort building and propose remedies to the defects observed. The inspection has revealed that damage is not extensive. Nevertheless recommendations for maintenance had to be made: arrest structural failures and leakages, the overhaul of electrical wiring system and fittings, replastering all parts of peeled and loose plaster, repainting of exterior and interior walls and repairing defective doors and windows. Three possible uses of the building were currently proposed: 1. School for training artisans, 2. Tourist hotel and 3. Leasing the rooms for small traders of arts and craft. Before entering into an agreement a maintenance plan has to be prepared in conjunction with the conservation plan. 2. Fort Bismarck in Qingdao

Figure 6: Old Plan of Qingdao

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Qingdao, that means “Green Island”, the Chinese Harbour town in the Province Shandong, is a hilly city. A number of hills give the city its character and divide it up. The hill tops are mostly free of buildings. “The roads adapt to the contours of this hilly landscape and their changes of direction offer interesting perspectives. Urban planning here followed the natural topography” 1. Quingdao is regarded by some Chinese as one of the most beautiful and clean cities in China.

Figure 7: Old view on Qingdao

Figure 8: Old view on Qingdao from the artillery camp

1

Torsten Warner, German architecture in China. Architectural transfer, Berlin 1994, p. 195

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Before the German occupation in 1897 Qingdao had been a peninsular with only a few scattered villages. The population had made their living with fishing. In 1898 the “Kiachow Treaty” was concluded with the German government. It was not a treaty but a consequence of a German ultimatum. By means of the “Kiachow treaty” the Germans would have a 99 year lease on an area that comprised about 1000 square km of land and water and were able to build a naval base on the coast of China. At the same time the German government was granted the right to build railway lines in Shandong and excavate natural resources along the railway line. When the German new town was founded, the whole town had to be re-built and links to the hinterland and to the sea had to be established. A huge port was built and the Shantung railway linked the town with the provincial capital of Jinan. In 1912 Qingdao was connected to the international railway network. A journey from Berlin to Qingdao took 14 days via the Transsibirian railway. In 1914 60000 Chinese lived in the town. 2400 soldiers were stationed there and the European civilian population numbered about 2000 people.

Figure 9: Map of former Qingdao Fort and photos of today

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Between 1899 and 1909 in this trade and garrison town three large barracks (Iltis, Bismarck – both well preserved today – and Moltke Barracks) and a military hospital of the German administration were built outside the town. Parts of the fortification were five Infantry works that are placed at a distance of 5 to 6 km in a semicircle around the city, the South and North Fort and the Fort Bismarck, situated on top of the Bismarck hill, today called the Qingdao Hill Battery Fort. In 1899 an underground command post for German troops was built with a Command, a Logistical Support and a Living Area. The total area of the command comprised about 2000 square meters, more than 50 halls and rooms of varying sizes, a big department in a structure of three layers: the command area, the logistic and support area and the living area. The Bismarck mountain fortress contained also a secret escape tunnel. The top of the fortress was and still is provided with a cast iron rotation tower. There you had and you still have access to a comprehensive observation of the gulf of Jiaozhou. Equipped with two water reservoirs, the fort could provide more than 2000 combat troops with water for three months.. Qingdao was the only battlefield of World War I in the Far East Asia. In 1914 during the outbreak of the World war I Japan as an ally of the British took the opportunity to declare war on Germany. On 15 August the Japanese blockading fleet appeared off the bay of Qingdao. From this day the town remained by sea hermetically sealed until the end of the siege. On 2 September the Japanese troops landed on the northern coast of Shandong. By the end of September the enclosure had also been carried out from the land, and the German outside forces had to be withdrawn behind the five infantry works The Japan and Germany army made a fierce fire fight in Qingdao mountain, the German surrendered before to blow up north and south battery fort. However, the underground command of the Fort on the Bismarck hill kept relatively complete.

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Figure 10: Damages of the walls

Figure 11: Qingdao Fort Site Park

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The Japanes occupied Qingdao on November 7, 1914, and remained until 1922. They took the city because they were allied with the British against the Germans during World War I. The underground command posts had been destroyed by the Germans in 1914 after their defeat by the Japan troops and had been forgotten then. The underground headquarters had been buried and hidden by the roots of the trees. In 1984 and 1987 the German fortress underground command had to be repaired. The massive concrete walls showed severe damages and had to be reinforced. A Qingdao ruins exhibition hall has been built at the fort of the mountain. The whole area was opened as a park in 1986 with the complete underground battery fort being restored and opened to the public in 1997. The Qingdao Hill Forts Park, 128.5 meters above sea level, facing the sea, is the only World War I battlefield of war ruins in East Asia, Currently investigations are carried for the ongoing conservation project of Qingdao Hill Battery Fort with the underground Head Quarter of Mount Qing Dao Fort. During the colonial period, the Germans left a distinct mark on Qingdao's architecture that can still be seen in its historic center and train station. Many German-period buildings have been preserved as heritage monuments: for example the Governor´s residence, the headquarters of the German Administration, the Bismarck and Iltis barracks, the German-Chinese college and China's still most well-known beer maker, the Tsingtao brewery. References Hasse, Rolf 2005, Tansania, Das koloniale Erbe. Augsburg Kaster, Gerd 2013, ´Imagepflege`. Geschichte und lokale Aneignung von deutschem Architekturerbe in Qingdao, China, in Falser, Michael, Juneja, Monica (Editors), Kulturerbe und Denkmalpflege transkulturell. Grenzgänge zwischen Theorie und Praxis. Bielefeld Watson, T.N. 1982, Areas of concern – Bagamoyo, Tanzania, in: Monumentum 25 (1). 29-42. Samwel, Joseph Madahan 2008, Conservation and maintenance of old fort building at Bagamoyo, Tanzania. Location and brief historical background of Bagamoyo town. Bagamoyo (Manuscript).

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Schwabe, Kurd, Leutwein, Paul (Editors) 1924, Die deutschen Kolonien. Berlin. Sources of the Internet: Wikipedia: 2013-1-21 Warner, Torsten 1994, German archictecture in China. Berlin Sources of the Figures archive Echter: title page Hasse, Rolf 2005, Tansania, Das koloniale Erbe, pp. 3, 24: 1, 2 Samwel, Joseph Madahan 2008, Conservation and maintenance of old fort building at Bagamoyo, Tanzania, pp.4, 17,20: 3, 5. Schwabe, Kurd, Leutwein, Paul (Editors) 1924, Die deutschen Kolonien, p. 322: 8 Warner, Torsten 1994, German archictecture in China, pp. 194, 205: 6, 7 Wikipedia: 4 Zou Yiqing, Cultural Heritage Conservation Institute Tsinghua university Beijing, The conservation project of Qingdao Hill Battery Fort. (Power Point Presentation 27 October 2013, annual meeting ICOMOS ISC Shared Built Heritage in Beijing): 9, 10, 11

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Caracterización y reconocimiento de los valores de la fortificación hispánica. (Fortificaciones castellanas y portuguesas en la Península Ibérica y América)

Fernando Cobos

Resumen Entendiendo por fortificación Hispánica aquella que generaron, dentro y fuera de la península Ibérica, las Coronas de Aragón, Castilla y Portugal, analizaremos las claves para su caracterización y el reconocimiento de sus valores y de los procesos de traslación de sus características entre Europa y América. Para ello atenderemos a las especiales circunstancias que concurren en estas fortificaciones a diferencia de otras escuelas de fortificación más acotadas geográficamente como la holandesa, la francesa o la veneciana. Analizaremos las problemáticas específicas del reconocimiento de valores de la fortificación de la Edad Moderna y prestaremos singular atención a los valores Tecnológicos y Sistémicos. Para caracterizar los valores tecnológicos intentaremos sintetizar unas conclusiones a partir de los estudios que en los últimos años hemos publicado sobre la fortificación hispánica, y analizaremos la relación que se establece entre el reconocimiento de valores y la definición de criterios de intervención. Para caracterizar los valores sistémicos nos basaremos en los desarrollos metodológicos de reciente publicación y abordaremos las experiencias en el reconocimiento y caracterización de sistemas territoriales de fortificación desarrollados en la Península Ibérica y especialmente en la frontera de Portugal y Castilla.

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Abstract Hispanic fortification understood as the one generated, within and outside the Iberian peninsula, the Crowns of Aragon, Castile and Portugal, we will analyze the keys to their characterization and recognition of their values and translation processes of its characteristics between Europe and America. Thereby we will attend to the special circumstances of these fortifications unlike other fortification schools geographically more bounded as the Dutch, the French and Venetian. We will study the specific problems of recognition of the values of the Modern Age fortification and we will pay singular attention to values and Systemic Technology. To characterize technological values we will try to synthesize conclusions from studies that we have published in recent years about Hispanic fortification 1, and we will analyze the relationship established between the recognition of values and the definition of intervention criteria2. To characterize the systemic values we will build on the recently published 3 methodological developments and experiences on board the recognition and characterization of Territorial Systems of Fortification developed in the Iberian Peninsula4, especially in the border of Portugal and Spain.

COBOS,F.” una visión integral de las escuelas y los escenarios de la fortificación española de los Siglos XVI, XVII y XVIII”. Actas del IV congreso de castillología Iberica Madrid 2012 http://www.castillosasociacion.es/congreso/ACTAS/PON1.htm COBOS, F. « Réhabilitation, gestion et mise en valeur touristique de l‟enceinte urbaine d‟Ibiza (Espagne) », In Situ [En ligne], 16 | 2011, mis en ligne le 26 juillet 2011 URL: http://insitu.revues.org/792 COBOS F y RETUERCE M. - Metodología, valoración y criterios de intervención en la arquitectura fortificada de Castilla y León Valladolid 2012. 320 págs. COBOS,F. CASTRO,J. CANAL,R. - Castros y recintos en la frontera de León en los siglos XII y XIII. Fortificaciones de tapial de cal y canto o mampostería encofrada Edición digital Valladolid 2012

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1. Problemática general del reconocimiento de valores en la fortificación abaluarta-

da - Los valores históricos y de identificación histórica - los buenas - procesos de civilización y colonización - lecturas políticas - lecturas nacionalistas: las fronteras - Los valores estéticos y de paisaje tradicionales - Valores tecnológicos - Salsas - Valores sistémicos (sistemas supranacionales) 2. Problemática específica del reconocimiento de valores de la fortificación hispánica. - Identificación histórica - Valores estéticos. Paisaje urbano - Sistémico. La frontera marítima - Identidad tecnológica

Fortificación de Ibiza: Valores estéticos y de paisaje tradicionales

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TIPO DE VALORES

Histórico Documentales

Estético- artísticos

sistémicos

Técnicos y tecnológicos

CARACTERIZACIÓN

REFERENTE VALORATIVO PRIMARIO

OTROS REFERENTES VALORATIVOS

Identitarios simbólicos

Significado, autenticidad,

patrimonio inmaterial asociado

Arqueológicos documentales

Integridad, autenticidad, excepcionalidad

estilísticos

Integridad, autenticidad, excepcionalidad

paisajísticos

Integridad, autenticidad, excepcionalidad

Valores Sistémicos patrimonio inmaterial asociado

urbanísticos

Integridad, autenticidad, excepcionalidad

Valores Sistémicos Valores tecnológicos

territoriales

Los del sistema y la Coherencia interna

Sistemas propios y significado global

Mecánicos y armamento

Hito tecnológico

Referente tipológico patrimonio inmaterial asociado

construcción

Hito tecnológico

Referente tipológico

Geometría y matemáticas

Hito tecnológico

Referente tipológico patrimonio inmaterial asociado

Tabla general del reconocimiento de valores en la Fortificación Abaluartada

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1.

Problemática general del reconocimiento de valores en la Fortificación Abaluartada

1.1. Los valores estéticos y de paisaje tradicionales Cuando en 1949 se clasificaron como monumentos todos los castillos de España (unos 5.000 edificios), el valor reconocido para todos ellos de forma genérica era su impronta en el paisaje de las tierras de la península ibérica. Cuando en la segunda mitad del siglo XX se declaró monumento nacional la Muralla de Ibiza, el principal argumento fue la vista de la muralla desde el mar. Sin embargo a diferencia de los castillos medievales y de las fortificaciones marítimas, la mayor parte de la fortificación moderna, especialmente si está bien hecha, no se ve desde el exterior y carece de impronta paisajística en el sentido más bien romántico del término. Por otro lado, los elementos decorativos o artísticos asociados a la fortificación medieval son más bien escasos en la fortificación moderna, salvo las puertas, que a menudo son las únicas que han sobrevivido como monumento. 1.2. Los valores históricos y de identificación histórica Los castillo medievales evocan historias y leyendas, algunas reales y otras muchas inventadas por el romanticismo, que por haber ocurrido hace muchos siglos y haber sido protagonistas de muchas novelas y de muchas películas, no generan en nosotros problemas de identificación o de rechazo por razones ideológicas o nacionalistas. Sin embargo, las fortificaciones modernas proceden de guerras mucho más recientes, y si en algún caso pueden servir para la identificación patriótica de algún país en muchos otros casos recuerdan al odiado enemigo, o al ejército represor. El valor de identificación histórica de una población actual con el patrimonio militar tiene ciertos problemas de aplicación cuando nos referimos a la fortificación moderna. Les contaré una historia; cuando mi hijo tenía cuatro años visitamos el Centro de Interpretación de los Restos de la Muralla Púnica de Cartagena en España y vimos un video explicativo de su historia. En él aparecían los cartagineses que en primera persona contaban la construcción de la muralla y cómo, desde Cartagena, partía Aníbal con sus elefantes a la conquista de Roma. Mi hijo, emocionado, creía ser un soldado cartaginés a lomos de su elefante, pero

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de repente se presenta ante los muros de Cartagena, el general romano Publio Cornelio Scipión y también en primera persona cuenta cómo conquista Cartagena. Mi hijo creía ser entonces un centurión romano ordenando el avance de la tortuga, pero cuando acaba el video se vuelve hacia mí y me pregunta, "pero entonces papá, ¿nosotros, los buenos quiénes somos?". Para nosotros, los españoles del siglo XXI, la identificación con romanos o cartagineses no nos produce ningún problema y, supongo que esta es una reflexión más propia del comité del patrimonio compartido que el de fortificación, distinguimos de forma intuitiva entre el patrimonio que procede de procesos de civilización, del patrimonio que procede de procesos de colonización. Por poner ejemplos que todos pueden entender, el acueducto romano de Segovia no es patrimonio compartido entre España y Roma, en la medida en que los españoles somos Roma, no tanto porque allí nacieran Séneca o Trajano, si no porque hablamos una lengua que procede del latín, nos regimos de un derecho que procede del derecho romano y nuestra cultura es esencialmente latina. La mezquita de Córdoba no es patrimonio compartido entre España y Siria, aunque los españoles no seamos ahora mayoritariamente musulmanes somos, en muchos aspectos de nuestra cultura y nuestro idioma los descendientes legítimos de Al Ándalus. Es más, el castillo del Morro de La Habana no es patrimonio compartido de Cuba y España, es cubano, pues ser cubano es una forma de ser hispano igual que ser argentino, andaluz o castellano. Sin embargo, incluso sin considerar cuestiones nacionalistas o patrióticas, la identificación de la fortificación moderna puede tener aspectos profundamente negativos. Los flamencos derribando la ciudadela de Amberes en el siglos XVI por cuanto la consideraban represiva, los leoneses derribando el castillo de Astorga en el siglo XIX por su relación con su antiguo régimen y como celebración de los derechos constitucionales o los pamplonicas derribando sus murallas con fiesta y banda de música a principios del siglo XX cuando ya no era necesario seguir viviendo encerrado por razones de defensa de frontera. 1.3. Valores tecnológicos Los valores estéticos o paisajísticos tradicionales o los valores de identificación histórica resultan difíciles o complejos de aplicar a la fortificación moderna. Hay sin embargo otros valores que están en la naturaleza misma de estos edificios y que sin

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embargo no se ha estudiado con la profundidad que merecen. El primero de ellos es

el valor tecnológico; las mejores fortificaciones de cada tiempo son hitos tecnológicos de su época, y la fortificación moderna refleja, mejor que ninguna otra, la cultura matemática y geométrica de su tiempo y los ingenieros militares fueron durante los siglos XVI, XVII y XVIII el máximo exponente de la tecnología de la civilización occidental. La primera fortificación conservada como monumento por sus valores tecnológicos es, probablemente, el castillo español de Salsas, al norte de Perpiñán hoy en Francia. Construido entre 1497 y 1503 por La Corona Española para defender su frontera con Francia fue dibujado, espiado y sirvió de inspiración para Leonardo, Albert Durer o Francisco de Holanda. Fortaleza mítica e inexpugnable que cuando, tras la paz de los Pirineos de 1668, pasa a Francia, debería haber sido destruida "pues no estaba ya en la frontera", o transformada para adaptarse a las nuevas maneras de la fortificación que entonces se iniciaba del método Vauban. Esta hubiera sido su suerte si un ingeniero francés cualquiera hubiera hecho el informe, pero dio la casualidad que fue el propio Vauban el que visitó la fortaleza, y en su informe, después de alabar su diseño, la genialidad de su arquitecto y el de estar hecha para durar más de 100 años, ordenó repararla y dejarla en su estado original, como de hecho, ahora sigue, convertida en uno de los monumentos más importantes de Francia. La propia fortificación de Ibiza, que antes veíamos, avalaba su valoración de patrimonio mundial en los valores tecnológicos y en constituir un modelo de esta tecnología para el resto de las fortificaciones que después se harían en otras partes del mundo, y especialmente en América. 1.4. Valores sistémicos (sistemas supranacionales) La fortificación en general y la fortificación moderna, de forma especial, no puede ser entendida como edificios aislados y sino cómo partes integrantes de un sistema en el que el valor del sistema supera con creces la suma de los valores de los elementos individuales que lo componen. En los estudios que hemos publicado sobre valoración de sistemas existía una primera reflexión sobre el reconocimiento de sistemas a partir de su coherencia geográfica, cronológica y técnico estilística. Es decir que un sistema era tal si se desarrollaba en un territorio concreto, en un periodo concreto y con unas características técnicas y tecnológicas concretas.

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Una segunda categoría en la valoración de sistemas distinguía entre los sistemas propios y los sistemas impropios, estableciendo que, un sistema era propio si había sido concebido como tal sistema en la época en la que se construyeron los edificios y, era impropio, si su reconocimiento como sistema se debía a una lectura o interpretación posterior. Las implicaciones del reconocimiento de un sistema propio son muchas, por cuanto la valoración debe hacerse del sistema como tal, con independencia del estado de conservación o la supervivencia de los elementos de ese sistema, podemos tener por tanto un sistema de fortificación de extraordinario valor con muy pocos restos. En la bibliografía que se presenta al final de este estudio, aparece el enlace a la versión digital de algunos trabajos recientes en los que hemos abordado el estudio de sistemas de fortificaciones tanto medievales como modernas. 2. Problemática específica del reconocimiento de valores de la fortificación hispánica 2.1. Identificación histórica La cultura hispánica, que en su acepción original y al menos hasta 1640 incluía también a Portugal, es, posiblemente, la civilización que más fortificaciones ha construido en los lugares más diversos del planeta. Muchas de estas edificaciones son vistas como propias de la cultura de cada país en el que se encuentran, como las existentes en la Italia meridional, los antiguos Países Bajos españoles o América latina. Otras se integran sin estridencias en la lectura histórica del devenir de los lugares, como las conservadas en la Italia del norte o en Francia; y otras se identifican con culturas ajenas a la cultura local como las españolas y portuguesas de la costa africana o de algunos lugares de Asia. Supongo que sólo en este caso podría hablarse con propiedad de patrimonio compartido y, si algún día en el fuerte imperial de Bugía en Argelia y en el castillo de San Felipe de Barajas. en Cartagena de Indias se hacen sendos vídeos sobre los asaltos que le dieron argelinos e ingleses, es muy probable que a la pregunta de un niño argelino o cartagenero sobre "¿quiénes somos los buenos?" la respuesta no sea la misma. Resulta por tanto que aunque la fortaleza argelina se construyera más de un siglo antes que la cartagenera, si atendemos sólo al valor de la identificación histórica, la percepción del valor de estas fortalezas difiere muchísimo de un país a otro. 2.2. Valores estéticos. Paisaje urbano

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Si España y Portugal, juntas o por separado, han generado cientos de fortificaciones en cientos de ciudades reformadas o de nueva planta es lógico suponer que exista un paisaje urbano propio de esta cultura, como existió un paisaje urbano propio de la civilización griega o de la civilización romana. Decía un colega arquitecto que las ciudades costeras fortificadas de La Corona Hispánica se parecían mucho entre sí vistas desde el mar, y seguramente esto se debe a que casi todas ellas comparten una misma estrategia de emplazamiento, de defensa de la boca del puerto, que deriva de una misma idea fundacional que es, al mismo tiempo, consecuencia de su pertenencia a un mismo sistema y del desarrollo de una tecnología adecuada a ese sistema y a esa estrategia. 2.3. Valores Sistémicos. La frontera marítima La definición más sencilla de sistema fortificado es una frontera terrestre fortificada, aunque la caracterización de un sistema fronterizo terrestre incluye, necesariamente, las fortificaciones de los dos bandos. La Corona Hispánica tuvo varios sistemas fronterizos terrestres muy significativos, algunos excepcionales por su coherencia geográfica, cronológica y tecnológica, como La Raya de Portugal, otros más complejos, dilatados en el tiempo y muy variables geográficamente como las fronteras de los Países Bajos Españoles con Holanda y con Francia, las fronteras de Milán con Saboya o incluso la frontera de España y Francia. Hay sin embargo otra frontera extraordinariamente más singular que ha marcado territorios mucho más extensos, la frontera marítima. En 1624 el cardenal Richelieu escribía a su rey, Luis XII de Francia, lo siguiente «No se puede dudar de que los españoles aspiran al dominio universal y que los únicos obstáculos que hasta el presente han encontrado son la distancia entre sus dominios y su escasez de hombres» 1.

1

«It cannot be doubted that the Spanish aspire to universal domination and that the only obstacles up till now are the distance between their dominions and shortage of manpower».(Cardenal Richelieu to Louis XIII of France, in 1624.) In French in the original, from G. Hanotaux, Historie du Cardinal Richelieu quoted in G. Parker The Army of Flanders and the Spanish Road 1567-1659, Cambridge, 1972, more relevant to my topic, as will be seen, even than to Parker‟s.

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El juicio de Richelieu refleja claramente cuáles eran los problemas logísticos o estratégicos de La Corona Hispánica, pocos hombres y grandes distancias entre sus dominios, lo que significaba que nunca habría ejércitos numerosos en todos los lugares del imperio y que no existían realmente posibilidades de mandar socorros que llegaran a tiempo. Ante esta circunstancia la Corona ya había desarrollado una estrategia desde principios del siglo XVI para el control del Mediterráneo Occidental. Ésta era razonablemente sencilla: las galeras del Mediterráneo o cualquier otro tipo de barco en el Atlántico o en el Caribe no podían resistir mucho tiempo sin un puerto en el que refugiarse, de forma que, si todos los posibles refugios estaban protegidos por una fortaleza, tarde o temprano, una tormenta o un huracán, hundiría a la flota enemiga. Esto llegó a fortificar todas las bahías y puertos naturales del Mediterráneo occidental con fortificaciones cuya misión, rodeadas de territorio enemigo, no era tanto permitir que la flota española se refugiara allí como impedir que lo hiciera cualquier otra. El plan de fortificación que en el siglo XVI se desarrolla para la costa atlántica desde Brujas a Cabo Verde, desde La Florida al estrecho de Magallanes, tenía este mismo objetivo. Se desarrollaron entonces fortificaciones que cubrían las entradas de las bahías, morros, aunque no siempre se llamaran así, y se modificaron incluso el emplazamiento de las ciudades para que sirvieran de defensa previa a las fortificaciones que defendían los morros. En 1565 el ataque turco a Malta fracasa porque el castillo de San Telmo, diseñado por el discípulo de Escrivá, Pedro Prado, impide a la flota turca entrar en la bahía, y tras el sitio, la Corona Española de la que dependía la fortificación de malta decide fundar la actual ciudad de la Valeta para cubrir la colina desde la que el castillo de San Telmo era más vulnerable. Doscientos años después, tras la conquista inglesa de La Habana, el ingeniero Silvestre Abarca establece que la defensa más importante de La Habana es el morro, porque "si el morro no cae los barcos enemigos quedan fuera del puerto y si no podían entrar en puerto quedaban, “expuestos a que el intemperie del clima los destruya en menos de tres meses”. Tenemos por tanto una decisión estratégica que genera un sistema de fortificaciones que transforma incluso la localización de las ciudades y explica unas características propias del paisaje urbano.

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2.4. Identidad tecnológica Para responder a este desafío estratégico los ingenieros de la Corona Hispánica generan un modelo de fortificación con las defensas principales muy cubiertas, atenazada y adaptada al lugar que se emplea profusamente en todas las posesiones de la Corona. Sus dos disposiciones básicas, el fuerte sobre una elevación o el fuerte de Morro derivan directamente del tratado de Escrivá (1538) y de su proyecto para San Telmo de Nápoles (1535) y del proyecto de su discípulo Pedro Prado para San Telmo de Malta (1541-43). El modelo se extiende por muchos de los presidios del Mediterráneo (Porto Ércole en la costa italiana o Mazalquibir en la costa Argelina por ejemplo) y se traslada a toda la costa atlántica occidental y oriental y a tratados posteriores como el de Rojas de 1598. La caracterización de la fortificación hispánica (española y portuguesa durante el periodo de la unión ibérica) no es estrictamente un problema de modelos de fuertes y debe hacerse desde dos consideraciones iniciales, el origen y formación de los ingenieros de la Corona y la extensión y diversidad de los territorios en los que se construyen fortificaciones. Respecto a los ingenieros y su formación debe tenerse en cuenta que, la inmensa mayoría de ellos, son súbditos del rey procedentes de cualquiera de los territorios de la Corona (Portugal, Castilla, Aragón, los reinos y ducados italianos o los Países Bajos) y los destina allí donde son más necesarios con independencia de su nacionalidad o, incluso buscando según qué casos, que no trabajen en su país de origen. Durante los siglos XVI y XVII los mejores ingenieros nacidos en España trabajaron fundamentalmente en Italia y Flandes, mientras que a España, Portugal y América venían ingenieros italianos o flamencos. La segunda consideración tiene que ver con la adaptación a medios y enemigos muy distintos. A diferencia de los holandeses que fortifican tierras inundables, o los venecianos que sólo se enfrentan a los turcos, la fortificación de la Corona Hispánica se desarrolla desde Malta a Manila, desde La Florida a la Tierra de Fuego y resulta por ello mucho más difícil de reconocer como escuela. Siguiendo este razonamiento hace ya algunos años establecimos la caracterización de la fortificación española como ECLÉCTICA en cuanto que incorpora experiencias de todos los escenarios y fronteras de la Corona, HETERODOXA pues antes que reproducir modelos establecidos tiene en cuenta la naturaleza del lugar y las limitaciones estratégicas y ESCÉPTICA en cuanto que niega, por ser ecléptica y heterodoxa, la existencia

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de modelos perfectos e inexpugnables2. Son, sin embargo, varios los invariantes de diseño que pueden reconocerse en la fortificación hispánica: la moderación en el uso de obras exteriores, por cuanto después de haberlas utilizado profusamente a comienzos del siglo XVII los ingenieros españoles llegaron a la conclusión de que eran tan costosas en dineros y tropas para protegerlas que no resultaban rentables; la protección de las casamatas principales de defensa y el uso fundamental de la mosquetería como garante de que pocos hombres puedan defender una fortaleza y fundamentalmente, la elección del lugar. Rojas en su tratado de 1598 aseguraba que «la tercera (máxima) y más principal para la fortificación es saber reconocer bien el puesto donde se ha de hacer la fortaleza […] que es materia de soldados viejos»3 y por eso normalmente si el ingeniero no era ya soldado viejo, iba siempre acompañando a un militar con experiencia, Tejada en el caso del plan de fortificación de la costa Americana Pero es precisamente la adaptación al lugar lo que valida una Fortaleza. Ya Escrivá en 1538 decía al hablar del diseño que el duque de Urbino había hecho en Pésaro . “ los ignorantes que no entienden esto piensan que por haverla hecha el duque de Urbino y alli estar bien que en todo cabo lo estará, y esto es lo que yo reprehendo y digo que tanto quanto alli está bien en otro cabo que no tuviesse aquellas qualidades estaria mal» 4

2

Characterisation of peninsular Spanish fortification as eclectic to emerge (in that it incorporates the experiences of all the theatres of war involving Spain), heterodox (in that it always puts the context of a fortification before the emulation of existing models) and sceptical (in that it denies, through its eclecticism and its heterodoxy, the existence of ideal or impregnable models or systems. Ver COBOS,F.” una visión integral de las escuelas y los escenarios de la fortificación española de los Siglos XVI, XVII y XVIII”. Actas del IV congreso de castillología Iberica Madrid 2012. 3

the third and most important (maxim) in fortification is to be properly acquainted with the site […] which is the business of old soldiers» ROJAS Tratado. Madrid 1598 4

“dullards who don’t comprehend this think that just because it was built by the duke of Urbino it will all be sound because one part is, and this is what I pick up on as what is good at one end isn’t necessarily so at the other », (Escrivá had declared in his treatise on the fortification of Pésaro), ESCRIVÁ, Apología. Nápoles 1538. capitulo LXVI

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.... y en su tratado explica bien cómo la elección del lugar es la razón por la cual la fortificación habrá de ser siempre heterodoxa y escéptica: «que habiendo de ser la verdadera arquitectura una música bien acordada, como Vitrubio quiere, no hallo forma ni remedio alguno con el que pueda en este caso librarme de tropezar y para mí la más sabia cosa que para esto pienso que se podría hacer sería despertar el ingenio y mirar muy bien antes de edificar la disposición del lugar y la facultad y forma que tiene para fortificarse y la que al enemigo le queda para poderle offender y estas contrapesadas repartir los defectos y no hazer que todos caigan a un cabo o veramente aliviar o cargar en los que con menos daño se sufre ya que sin ellos es imposible estar»5 . Resulta paradójico que la mayor parte de los estudiosos que se han acercado a estudiar la fortificación hispánica hayan pretendido relacionar los fuertes que estudiaban con los modelos que proponían los tratados de la época sin darse cuenta de que la tratadística española lejos de proponer modelos proponía principios que permitían que cada obra fuera única y adaptada a un lugar concreto. «Yo no presumo hazer ley de por mi para que otros la hayan de seguir si no les viene a proposito…, que como ningun lugar hay que totalmente sea como el otro, asi variamente se deven las fortalezas a los lugares acomodar» 6. (Pedro Luis Escrivá. Tratado. Nápoles 1538)

5

«since true architecture has to be like well tuned music, as Vitruvius proposes, I see no alternative but to bring to bear creativity and look very carefully at the site before devising the layout and how it lends itself to being fortified and what an enemy will do to threaten it and weighing up the pros and cons distribute the weaknesses so that they are not concentrated in one area and are placed where they do least damage, since they cannot be eliminated altogether» ESCRIVÁ, Apología, CIV. 6

«I don’t presume to make rules for myself, for others to follow if it doesn’t suit them …, since as no place is exactly like any other, a fortress has to be adapted to fit the site ».ESCRIVÁ, Apología, XVII

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Deberíamos, por tanto, cambiar nuestra forma de pensar y negar que una fortificación sea más valiosa cuanto más se parece al modelo de un tratado (normalmente los grandes hitos de la fortificación precedieron, en muchos años, a los tratados que lo reflejaban). El problema radica en cómo reconocer el valor de algo sin el apoyo de la tratadística. Decía Medina Barba en su examen de fortificación de 1599 que " el que supiere bien y entendiere lo que se ha dicho, podría inventar y hacer muchas cosas muy buenas conforme al sitio y ocasión que se le ofreciere... y quien sabe no ha de estar atado sólo a lo escrito, sino imaginar e inventar de suyo según estos principios"7. Cuando en 1554 el ingeniero Juan Bautista Calvin diseñaba una fortaleza espléndidamente adaptada al lugar en Ibiza, le escribía al rey Felipe II diciéndole que la fortaleza está en un sitio tan dificultoso que se haría de manera que fuera valorada por las personas inteligentes. Lo que quería decir Calvin, en el fondo, es que al salirse de los modelos establecidos sólo las personas inteligentes podrían valorarla, es decir, sólo podrían valorarla los que realmente saben. Notas Bibliográficas con enlaces a fuentes digitales 1.

2.

3. 4.

5.

COBOS,F.” una visión integral de las escuelas y los escenarios de la fortificación española de los Siglos XVI, XVII y XVIII”. Actas del IV congreso de castillología Iberica Madrid 2012 http://www.castillosasociacion.es/congreso/ACTAS/PON1.htm COBOS, F. « Réhabilitation, gestion et mise en valeur touristique de l‟enceinte urbaine d‟Ibiza (Espagne) », In Situ [En ligne], 16 | 2011, mis en ligne le 26 juillet 2011 URL : http://insitu.revues.org/792 COBOS F y RETUERCE M. - Metodología, valoración y criterios de intervención en la arquitectura fortificada de Castilla y León Valladolid 2012. 320 págs. COBOS,F. CASTRO,J. CANAL,R. - Castros y recintos en la frontera de León en los siglos XII y XIII. Fortificaciones de tapial de cal y canto o mampostería encofrada Edición digital Valladolid 2012 COBOS, F. y CAMPOS, J - Almeida / Ciudad Rodrigo: la fortificación de la Raya Central Salamanca 2013. http://www.guerradelaindependencia.net/

7

“Anyone who knows and understands what has been said can invent and carry out many things appropriate to the location and occasion that arise [….], and someone in the know doesn’t have to stick to the script but can imagine and devise following these principles” In Spanish in the original. Diego González de Medina Barba Examen de Fortificación Madrid 1599

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The construction of Brazil: Meaning of Bulwarked Fortifications in Brazilian Border

Joao Campos

Abstract In Portugal there was, during the 16 th and part of the 17th centuries, an asymmetrical development on fortifications: those in the large Overseas dominions, were usually more accurate, some of them showing important upgrading, compared with the ones made at home. However, the inauguration of a new Dynasty (1640), putting an end to the common rule of Portugal and Spain by the Habsburg, brought the necessity to look after the border with Spain, leading to an important effort to re-define the Portuguese part of sovereignty in the Iberian territory. The reflexive effect outside Europe, mainly Brazil, in connection with the colonial policy carried by the conflicts of interests of the Europeans Empires, turned the attentions of the question of the borders in South America. From the experience of Portugal with the construction of a frontier with modern bulwarks, against the powerful Spain in its golden times, we remark the modernisation of the construction‟ defences, getting one of the greatest and complex frontier‟ line of the world. The design of a border was, since ever, consigned as one of the fundamental basis to accomplish the Portuguese identity. This attitude was transplanted from the conception of the Iberian “Raya” (border line) to the establishment of the Brazilian frontier, coming from the unique capacity to imagine and administrate the Global “Raya” (Tordesillas, 1494) agreed between Spain and Portugal, under the Pope ratification. An immense and huge heritage (not particularly known) must be studied, explaining the importance of the Brazilian fortifications, which extends to the southern countries (Santa Teresa and Saint Michael Forts and the important bulwarked

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city of Colónia de Sacramento, in Uruguay, together with the Brazilian complex of Santa Catarina Island and its 9 fortifications). In the West side, until the mouth of Amazonas River in the North, we have the irreplaceable paper of some true landmarks: the Fort of Nova Coimbra (in the border with Paraguay), the exceptional Fort of Príncipe da Beira (Bolivian border) or its twin project in Macapá (for the hinterland until Suriname and the colony of French Guiana. The comprehensive study of the theme concludes about the importance of the general system in which there is many superb cases of military built heritage.

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Defense of the Harbor: Sydney’s colonial fortifications and their conservation Daryl Page

Birth of a Nation In 1788, Captain Arthur Phillip and the First Fleet made the perilous journey from England to Australia, where they anchored in Botany Bay, which had previously been „discovered‟ by Captain James Cook eight years earlier. Due to the lack of a fresh water source, the fleet sailed north into Port Jackson, between the North and South Heads, and landed in a cove with a fresh water stream; this would become the first European settlement in Australia and renamed Sydney after the Home Secretary of Great Britain under the auspice of the fledging colony of New South Wales (NSW). Development of Sydney’s Fortifications The story of Sydney‟s defences begins when a series of fortifications were systematically built around Sydney Harbour to protect the colony. Dawes Battery was the first colonial fort to be constructed, located in the inner harbour overlooking Sydney Cove primarily to deter enemy ships that came close to Sydney as well as to suppress any convict uprisings. However, it was not until 1800 when the first permanent battery at Georges Head was constructed out of the rock escarpment. Sydney's early defence history reflected the concerns and paranoia of Britain whenever the Empire felt threatened as a result of its isolation from other British territories and outposts. When there was a crisis or fear of war in England, forts and batteries were built to comfort the citizens of Sydney rather than ward off any serious attack on the colony. Often these defences were poorly planned and were woefully inadequate to successfully defend the colony in an attack. A shortage of money, guns, or momentum left many unfinished and as new technologies developed, these fortifications became obsolete as soon as they were completed. Threats from France (Napoleonic Wars and 19 th century rivalry), the „Russian scare‟ during the Crimean War and even the incident with the United States when their navy unexpectedly entered the harbour in 1839, which exposed the

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vulnerability of Sydney, were a catalyst for the construction of new defences 1. From the mid-nineteenth century and by 1870, the colony of NSW had to pay for their own defences without assistance from the British as funding from London gradually declined. New fortifications proposed to renew outdated defences were adapted or built upon for new installations, sometimes earlier sites were abandoned and new sites constructed adjacent, with some installations demolished or infilled as part of upgrade work. Largely abandoned after the Second World War, but remaining on defence owned land, original fabric gradually deteriorated, with ordinance and infrastructure removed, with surrounding land and pathways becoming overgrown or were not accessed or used. An exception was the use of some of the underground tunnels and structures to train troops for guerrilla warfare during the Vietnam War and the ongoing use of buildings suitable for staff accommodation. During the 1970s, defence owned land was requisitioned to the NSW Government and each colonial fortification site is now under the jurisdiction of Sydney Harbour National Parks. Sydneyâ€&#x;s remaining colonial fortifications consist of: INNER HARBOUR DEFENCES

OUTER HARBOUR DEFENCES

Dawes Battery (1791-1857; demolished 1920s/30s; partly restored 2001)

Middle Head (1853 and 1871 with 20 th century modifications)

Fort Phillip, Observatory Hill (1840s)

Georges Head (1871-77)

Fort Denison (1855-62)

Bradleys Head (1841-57; 1870s)

Kirribilli Point (1840s)

South Head (1853; 1871-4) Steel Point Battery (1885) Bare Island (1877-1886; 1889)

1

Boyce D., 2008, Defending colonial Sydney, Dictionary of Sydney, http://www.dictionaryofsydney.org/ entry/defending_colonial_sydney, (accessed 19 January 2013).

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Figure 1: Aerial map of colonial fortifications located in Sydney Harbour. (Source: Australian Society for History of Engineering and Technology (ASHET), 2008, Sydney’s Colonial Fortifications: Self-guided tours, available at: http://ashet.org.au/downloads/, (accessed 19 January 2013).

Heritage Significance Each colonial fortification site in Sydney Harbour is of national and state significance that provide important historical and technical information about design, construction and operation of the fortifications demonstrating all aspects of fortifying the first remote colonial settlement of Sydney and later the port and main defence of the State and Commonwealth based in Sydney Harbour, in addition to archaeological potential where sections of defences have either been filled in or yet to be properly inspected and recorded. The development of fortifications in Sydney is associated with prominent political and military individuals, including advisers and designers such as prominent Colonial Architects Francis Greenway and James Barnet as well as Scratchley and Jervois who reorganised the defences after the British soldiers departed in 1870.

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Overall, the fortification sites comprise the largest collection of defences in Australia and are almost all located at key headlands that provide panoramic views to the Harbour of outstanding scenic beauty. Many of the colonial sites exhibit progressive phases of development as the need for defences changed from 1801 right up to the Vietnam War. The early fortifications, in particular, also provide important insights into the perceived vulnerability of the early colony where threats were apparent from other nation states. Conservation Issues When the NSW State Government took over the harbour fortification sites from the Australian Federal Government in the 1970s, the Sydney Harbour National Park was formed to manage the sites. Considerable work has been undertaken to study the sites, determine what is there, to assess their heritage significance and, in specific cases, undertake conservation and repair and maintenance works to ensure the long-term retention of those elements. The National Park Service has adopted the Burra Charter – developed by Australia ICOMOS (International Committee on Monuments and Sites) – as the basis for management and to guide conservation of places of cultural significance. However, due to tight budget constraints and lack of resources, priority is given to sites deemed most significant and rare with the highest tourist potential; therefore, the commendable work that has been carried out to date has resulted in only a handful of sites receiving extensive study and conservation work while other sites have received only minimal support. These fortifications also have to undergo continual upkeep and may not have been adaptively re-used or have no clear longterm proposals implemented for their future use. Key conservation issues for the owners of these sites are:  Not all of the fortifications are geographically linked and so the varying administrators of divergent sites focus on other priorities rather than built heritage as part of a National Park system;  Limited funding across the sites with only small budgets allocated to a diverse range of conservation and maintenance issues;  Materials used in the construction of some defences have resulted in specific solutions necessary to tackle continual deterioration or hazardous products extant at the sites, so much so that areas of the forts have become dangerous

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to enter or are at risk of collapse; 

The predetermined nature of these structures means many are incapable of adaptively being re-used. Therefore, little potential income to assist in their conservation and maintenance; Vandalism, including general defacing of the structures, and trespassing into underground areas leaving them accessible and dangerous 2.

Colonial fortifications have the ability to graphically present how Sydney was fortified and provide opportunities for interpretation of the development of its defences. Though much of the original ordnance and infrastructure has been removed from most sites, exceptions to this are Dawes Battery, where ordnance from the mid-19th century has been installed at their original locations, and Fort Denison which has its original ordnance (which cannot be removed from the site due to its unique construction) and now empty gunpowder barrels. The fireproof flooring of the Fort demonstrates where the barrels were originally located when full and have made indents into the floor, now conserved. To ensure the ongoing maintenance and upkeep of these fortifications, securing funding for the works by implementation of heritage tours, interpretation strategies and community activities would allow sites to be re-imagined as financially sustainable methods. By introducing radical alternative uses and incorporating educational facilities would help inform visitors, users and owners on their historical attributes. Such actions have already been introduced under Section 151B of the National Parks and Wildlife Act where land is leased out for short-term use; it should be noted that no licences are granted where there are unacceptable impacts on the natural and cultural heritage values of the reserves3. Alternative uses for sites regarding short-term leases are outlined include:   

Community events; Sporting events; Group picnics;

2

Davies P. R., 2012, The fortifications of Sydney, Australia: adaptive re-use and issues around public access, Wessex Institute of Technology (WIT) Press. 3 National Parks and Wildlife Service, Sydney Harbour National Park Plan of Management, October 1998

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    

Private functions; Cultural events; Filming activities; Military activities; and Commercial activities4.

Ease of access and public safety One of the most difficult issues is providing safe and secure access to remote, unmanned and often dangerous sites. Where certain sections of abandoned sites are deemed to be unsafe, as a result of hazardous materials, infilled tunnels or precarious footpaths, evident at the Middle Head and Georges Head fortification sites, additional signage informing the public of unsafe areas which are restricted and which sections of the forts can be accessed only under guided tours with National Park rangers. It is however possible to explore these sites aboveground by taking predetermined footpaths that emerge at key locations and lookouts. To reduce risk of injury, certain materials designated as harmful to the public have been removed where possible and railings have been installed where differences in height are prevalent, including gun pits that are sunk into the ground and cannot be seen from certain vantage points. Such interventions provide minimal, yet secure, impact to the overall sites in general when they are accessed by the public. However, continual monitoring of due to the geographical isolation of sites makes regular inspections difficult to carry out. In extreme cases, original fabric has had to be removed in their entirety in order to stabilise the sites in that condition 5. Conclusion The continual degradation where sites exposed to the elements are gradually losing original fabric means that by only implementing sound maintenance plans for each individual site will ensure existing fabric is conserved. The removal of infrastructure from some fortifications has resulted in a loss of important fabric that helps to explain the story of their construction and purpose; by radically incorporating decommissioned fabric in-situ at colonial sites would help to relay the functions of the fort to visitors. 4

National Parks and Wildlife Service, Sydney Harbour National Park Plan of Management, October 1998 5

Davies P. R., 2012, The fortifications of Sydney, Australia: adaptive re-use and issues around public access, Wessex Institute of Technology (WIT) Press.

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Ensuring that colonial fortifications remain open to the public is essential if funding from the public realm is secured for long-term use of sites; introducing new private initiatives under the National Park system could provide greater flexibility on the go towards their ongoing conservation. As a result of their remoteness and inaccessibility, much of the surrounding landscape which has regrown around the site has resulted in the loss of their setting and context. These fortifications were never designed to have an alternative use, which questions the survival for the majority of sites in the near future; perhaps by adapting the remnants towards a different and flexible usage will reveal new possibilities for the future endurance of colonial fortifications in Sydney. Whatever alternative use is favoured, the clear desire to learn more about these structural anomalies recognises that they represent significant cultural and natural heritage value to the city of Sydney and to the understanding of colonial fortifications on an international scale. Bibliography Australian Society for History of Engineering and Technology (ASHET), 2008, Sydney’s Colonial Fortifications: Self-guided tours, available at: http://ashet.org.au/ downloads/, (accessed 19 January 2013). Boyce D., 2008, Defending colonial Sydney, Dictionary of Sydney, http:// www.dictionaryofsydney.org/entry/defending_colonial_sydney, (accessed 19 January 2013). Davies P. R., 2012, The fortifications of Sydney, Australia: adaptive re-use and issues around public access, Wessex Institute of Technology (WIT) Press. National Parks and Wildlife Service, Sydney Harbour National Park Plan of Management, October 1998 NSW Public Works: Government Architectâ€&#x;s Office, 2011, http://www.govarch.commerce.nsw.gov.au/projects.asp?PT=4&PD=10&CP=146, (accessed 19 January 2013). NSW Heritage Office of Environment and Heritage, 2012, http:// www.environment.nsw.gov.au/NationalParks/parkCultExplore.aspx?id=N0039, (accessed 19 January 2012).

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NSW Heritage Office of Environment and Heritage, 2012, Defence heritage in and around Sydney Harbour, http://www.environment.nsw.gov.au/nswcultureheritage/ SydneyDefenceHeritage.htm, (accessed 22 January 2013). Oppenheim, P., 2005, The fragile forts: the fixed defences of Sydney Harbour 17881963, Australian Military History Publications, Canberra Sydney Harbour National Parks, 2010, Sydney Harbour National Park Management Plan, http://www.environment.nsw.gov.au/resources/ parks/20100998SydHarbNPdraftPOMpartC.pdf, (accessed 22 January 2013). Tzannes Associates, 2013, Fort Dension, http://tzannes.com.au/portfolio/fortdenison/, (accessed 27 January 2013).

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Sydney Fortifications—materials investigations & Practical Conservation

Anne Cummins

Abstract The conservator as the end user of Conservation Management Plans needs to decide on „how to‟ preserve and conserve the building fabric of fortifications and their fixtures. The ensuing investigations, trials and treatments depend on several factors but are often limited by available funding, so inventive methods are sought for sustainable preservation solutions. This paper will provide case studies covering 16 years of practical conservation treatments and preventive measures to preserve coastal fortifications in Sydney Australia. Most were built following the Crimean War scare of the mid 19th century as Australia, then being a colony of Britain was deemed to be under threat. Case studies include the majestic „Beehive‟ Casemate (1874) on Sydney Harbour built from sandstone and bricks into the bedrock; investigations by a multidisciplinary team, included archaeological excavations, chemical analysis and poultice and render trials. Bare Island fortification (1885), an exposed island on Botany Bay consists of open gun emplacements and an armoured casemate, constructed from concrete and plate steel, with two extant cast iron cannon. A cost effective and successful program of metals conservation has been running here for 16 years involving workshops to train non‐professionals to conduct the regular maintenance to ensure the preservation of the metal components within the fort. Recently, a partnership program has involved local high school students in the heritage conservation project and related it to their curricula. It has proven that maintenance can be up kept at a reasonable cost and even be an educational and fun community gathering.

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1. Introduction The materials conservator is one of the end users, and implementers of non-specific recommendations made in Conservation Management Plans (CMP) such as: Conserve building fabric in situ‟; „Fabric contributing to the heritage significance of the place should be conserved in accordance with the ICOMOS Burra Charter” 1; „Metal conservation work is required‟ or „Commission a specialist conservator to survey and treat all deteriorating metalwork 2. As such, it is the conservator‟s role, in consultation with the client, to determine the most appropriate method to conserve the items identified in CMPs as worthy of retaining. Often preliminary reports on the condition of a buildings fabric and fittings have been prepared. However, for complex situations such as fortifications, more in depth, and sometimes interventive investigations are often required to confirm the methods of construction, the causes of deterioration and the current environmental conditions. These are essential enquiries before treatment approaches and even trials can be proposed. The possible range of treatments is often further limited by available budgets, tight timeframes, and increasingly imposed restrictions due to work health and safety parameters. As a result, resourceful methods are sought to provide the best value for money for sustainable conservation solutions. This paper elaborates on these issues using two case studies: the first highlights the importance of a multi-disciplinary team and thorough materials investigations into degradation mechanisms to ensure a holistic approach to preservation, as demonstrated with the „Beehive‟ Casemate at Georges Head, Sydney; the second is the importance of ongoing maintenance, following an initial interventive treatment to allay re-treatment costs, and the involvement of community and non-professionals in the processes, as shown with the Bare Island Fortification, Sydney. Both of the fortifications discussed in this paper were built during the same era in the late 19th Century, as part of a coastal defence scheme to protect the harbour port of Sydney. The sites are currently administered by the New South Wales National Parks and Wildlife Service (NSW NPWS) and managed as historic sites. 1

Sydney Harbour Foreshore Authority, Built Environment Branch. „Dawes Point Conservation Management Plan, Draft Inventory Record IR11, Dawes Point Cannon. Unpublished Report, January 2001. 2 Jill Sheppard Heritage Consultants. La Perouse Headland, Botany Bay National Park, Conservation Management Plan. Unpublished Draft Report prepared for the NSW Department of Environment & Climate Change, Parks & Wildlife Group Sydney Region, October 2008.

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‘Beehive’ Casemate

The „Beehive‟ Casemate (1871-1874) was the first permanent fortification on Georges Head, a headland in Port Jackson, approximately 8km northeast, along the river from the centre of Sydney (Fig 2). The domed shape of the gun chambers gave the structure its „Beehive‟ title, which comprised three gun chambers and was operational from 1876 until it became technologically redundant in 1889. The author was engaged from 2000-2003 by the NSW NPWS to prepare a condition assessment of the Georges Head „Beehive‟ Casemate and provide recommendations for its conservation. The complex is listed on the State Heritage Register and as such is afforded protection under State heritage legislation. Bare Island Fortification Bare Island is a small island, just 50 metres off the mainland, within Botany Bay (Fig 1), approximately 13 kilometres south of Sydney Harbour (Fig 2). It is one of only two examples of an enclosed fortification in New South Wales. The fortification was completed in 1885 and consisted of five gun emplacements arranged symmetrically in an arc, and linked by underground bomb proof passages. The fort was excavated into the sandstone of the island. The two storey barracks (1890) are constructed of sandstone, with cast iron columns to the upper verandah (Fig 5) 3. In 1902 the site was decommissioned and ceased to exist as a military fortification.

Figure 1: Bare Island Fortification, Botany Bay, Sydney. Source: Ben Khan, NPWS

3

Australian Government, Department of Sustainability, Environment, Water, Population and Communities. Australian Heritage Database. http://www.environment.gov.au/cgibin/ ahdb/search.pl?mode=place_detail;place_id=1758 Accessed 30 January 2013.

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Ironically, from 1912-1963 Bare Island became a retirement home for war veterans from the Crimea, Sudan and China campaigns. The island was made famous in 2000 when Mission: Impossible II was filmed there. The author was engaged in 1996 by NSW NPWS to conduct a conservation treatment on the 12 ton, cast iron Armstrong gun at Bare lsland. Subsequent training workshops in metals conservation were provided to staff in 2003 and in 2012, a tertiary education and business partnership introduced high school students to the maintenance of heritage assets. Bare Island is listed on the State Heritage Register and the Australian Heritage Database as being „nationally significant as an almost completely intact example of late nineteenth century coastal defence technology‟ 4. 2. Australian 19th Century Colonial Military History As a colony of the British Empire, Australia was protected by British garrison troops until their withdrawal in 1870. During the 19th Century, Britain was engaged in a number of European wars (Napoleonic War (c.1799 to 1815), the Crimean War (1853-1856) the Russo‐Turkish War (1877-1878) and the Afghanistan crisis of 1885. During all of these conflicts the Australian colonies felt vulnerable as poorly defended potential targets for Britain's enemies. In response to these conflicts expedient fortifications were erected to protect against seaborne attack. Australia retains a large number of colonial fortifications that reflect a cycle of construction during these 'scares' followed by periods of neglect and abandonment 5. Britain was keen to encourage larger, affluent self-administrating colonies such as New South Wales (of which Sydney was the capital) to take responsibility for their own land defence. The gravity of this situation was realised after 1870, when British soldiers were withdrawn from NSW. The Sydney press later remarked that:

4

New South Wales Government, Environment and Heritage. Culture and Heritage „Bare Island Fort‟. http://www.environment.nsw.gov.au/heritageapp/ViewHeritageItemDetails.aspx?ID=5045621 Accessed 29 January 2013. NSW National Parks and Wildlife Service. “Final Draft Sydney Harbour National Park, Middle and 5 Georges Heads Fortifications Conservation Management Plan." Unpublished report prepared for NSW NPWS, Sydney District. 1999:12.

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“It is a singular fact, that our magnificent harbor (sic), abounding in natural points of defence, which any Foreign Military power would have utilized immediately, should have been left for eighty‐three years with merely a few fragile forts, more formidable in appearance than useful in case of need.”6 This resulted in an extensive scheme of coastal forts being hastily designed as an outer line of defence to protect the port of Sydney. An early number of batteries near the entrance to Sydney Harbour were built in the 1870s („Beehive‟ Casemate), and in Botany Bay in the late 1880s (Bare Island Fortification) (Fig 2). Prior to this, nearly all of Sydney‟s defences were clustered close to the port.

Figure 2: Map of Sydney‟s coastline showing the location of the Bare Island and „Beehive‟ Casemate fortifications. Source: NASA, 2013.

The responsibility for military architecture was passed to the Colonial Architects Office of the Department of Public Works, NSW. The Georges Head „Beehive‟ Casemate was one of the first locally planned fortifications.

6

Anon. Illustrated Sydney News, Feb.18, 1871: 140

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Both of the case study sites were designed and constructed under the supervision of the Colonial Architect of the time, James Barnet, who had no experience with military works.7 The late nineteenth century was a time of rapid technological change in military warfare and manufacture of materials. In NSW, a lack of knowledge about local resources and current military construction techniques meant the forts were redundant soon after their completion. Bare Island was built in 1885 and its decay was rapid. In 1890 a Royal Commission found that construction of the fort was faulty due to the use of an inferior grade of concrete. This led to the resignation of the Colonial Architect in disgrace from Government office. Both of the fortifications were armed with ordnance sent from Britain; they were technologically redundant on arrival. None of the guns were ever fired in battle. 3. Case Study 1: ‘Beehive’ Casemate - Materials Investigations The investigative work was carried out on the structure over a 3 year period. The emphasis was on physical and chemical analysis of materials comprising the fabric which included the; brickwork, render, concrete, sandstone, metals and timber, to understand the mechanisms of decay and to propose options for their mitigation. 8 However, this discussion will be confined to discussions about the brick and render. The underground casement battery comprises three brick domed gun chambers in rendered brick, connected by arched tunnels, excavated into the edge of the Hawkesbury sandstone cliff (Fig 3). Three five metre thick embrasures (openings) in the cliff face allowed the guns to fire. A multidisciplinary team was assembled which included: a materials conservator, engineers (hydraulic and structural), heritage architects, materials scientists, archaeologists, geologists, plumbers and scientists from analytical laboratories.

7

Bridges, P. & McDonald, D. James Barnet Colonial Architect. Sydney: Hale & Iremonger, c1988, 109. Cummins, A. Historic and materials Investigations into the „Beehive‟ Casemate Fortification (c.1872), Sydney Harbour National Park. Unpublished Thesis for Master of Architecture (Heritage Conservation), University of Sydney, 2002. 8

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Figure 3: Plan view and section detail of 'Beehive' Casemate. Source: Dockrill, 35a.

3.1 Degrading Processes The casemate was substantially intact, however the building fabric and fittings had been steadily deteriorating due to the combined effects of ground water ingress, salt attack and vandalism. It had been left empty for several years with minimal upkeep. 3.1.1 Water Ingress The interior of the „Beehiveâ€&#x; Casemate was frequently wet, especially following periods of heavy rain. The ingress of groundwater, mainly via seepage through the walls and roof of the passages and gun chambers was wide spread throughout the structure. The high relative humidity in the structure combined with the salty marine environment had caused severe deterioration of all materials in the casemate. The presence of the water tank (filled by seepage), the open drains around the perimeter of the internal walls, outlet pipes that discharge to the shore below and channels cut in the shore to facilitate water flow, suggested that the movement of water through the structure was considered as part of its design. However, the water tended to pool and be retained in localised areas.

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Since the construction plans for the „Beehiveâ€&#x; Casemate had never been recovered, it was unknown whether an external drainage system was incorporated into the original design or subsequently installed. 3.1.2 Brickwork, Render & Mortar Spalling of the brickwork and render on the inside of the beehive structures, especially in thesouthern and central chambers, had reached a high level of concern. The cause was expected to be due to salt crystallization, however the types of salts and extent were not known. The mortar between the bricks appeared to be cement based rather than a lime based material and was similar in composition to the render. In some cases the render had spalled from the brickwork and it appeared stronger and less permeable than the brick. 3.2 Physical Investigations The structural assessment included archaeological test excavations in the backfill at the rear terrace of the structure, as well as core samples taken from the brickwork to determine the thickness of the brick construction in the gun chambers 9. 3.2.1 Brick core samples Core samples (75 mm diameter) of the brickwork were taken from various sites within the southern chamber as deterioration of the brickwork was greatest in this casemate. Three test locations were chosen to reflect the different conditions encountered at various heights of the brickwork: (1) low level, continuously wet zones showing minimal degradation; (2) middle level zones that are continuously dry showing significant spalling; (3) high zones where the brickwork was in good condition. The core samples were taken to a depth of 600mm, revealing that the brickwork was four courses deep from the base to the domed ceiling. The four courses with mortar joints measured 500mm, with the final 100mm of the core consisting of concrete rubble fill, behind the brickwork. 9 Sydney

Artefacts Conservation. "Condition Assessment and Recommendations for Conservation of the Rock "Beehive" Casemates at Georges Head, Mosman." Unpublished report prepared for NSW National Parks and Wildlife Services, August 2000.

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3.2.2 Drainage An initial recommendation by the hydraulic engineers proposed installing a deep agricultural drain at bedrock at the rear of structure to redirect the water flowing downhill to the sides of the „Beehive‟ Casemate. The viability of a deep drain was suspended in preference to controlled archaeological investigations to determine the depth of the bedrock. 3.2.3 Archaeological test excavation Two excavations were conducted by the archaeologists over a 2 year period, and are identified here as Stage 1 and Stage 2. Both successfully contributed to increasing the body of knowledge about the construction of the „Beehive‟ Casemate and the dynamics of the water ingress problem. Stage 1 investigations An excavation permit was granted in May 2000 to perform an archaeological test excavation beside the central vent of the gun chamber. A small trench was manually excavated, to recover structural and hydrological details of the design. The test trench was 2480mm deep. The excavation determined that the nature of the fill over the vent consisted of 300-480mm of topsoil over a sandy fill containing sandstone rubble to a depth of 1900mm. No evidence of sub-surface features such as drainage or communications lines were identified 10. The vent was composed of brickwork with a rough concrete render finish. The render was estimated to be 70mm thick. A thin bituminous layer approx. 0.5-1mm thick covered the render for the purpose of waterproofing the outside of the structure. It was found to be degraded, making it ineffective. The Stage 1 excavation confirmed that the designers had incorporated a number of features designed to protect the „Beehive‟ Casemate from excessive moisture build up.

10 Archaeological & Heritage Management Solutions. “Sydney Harbour National Park, Georges Head Fortifications. Archaeological Investigations at the „Beehive‟ Casemate [GH1].” Unpublished Report prepared for Sydney Artefacts Conservation, May 2000.

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Stage 2 investigations In February 2002, a second excavation permit was granted by NSW NPWS, to machine dig three trenches on the upper terrace to recover further structural and hydrological information pertaining to the site and how ground water reaches the interior. A civil engineer and engineering geologist were also engaged to inspect the open trenches and provide comments on drainage and geological issues. A trench to the south of the structure was dug, as this end was susceptible to water ingress. A rock ledge was discovered at the eastern extreme of the trench coinciding with the vaulted chamber of the passageway and stairs to the southern casemate. From this it was deduced that a „cut and cover‟ technique common in underground mining was employed for the dual purposes of minimising the amount of sandstone which needed to be quarried and to provide a solid shield over the void cut for the gallery.11 The discovery of the sandstone overhang also confirmed that the western terrace does not contain large amounts of backfill and that the bedrock is relatively close to the ground surface. This discovery rendered the proposal to install a subsoil drain line across the terrace useless. The Stage 2 archaeological investigations did not provide a deeper understanding of how wáter entered the structure. The scope of work was therefore widened to include local geological mapping surrounding the „Beehive‟ Casemate in the search for answers. 3.2.4 Geological mapping Rudimentary geological mapping of the sandstone cliff was conducted by the archaeologists with a compass and tape measures, under the guidance of the engineering geologist. The location and slope of each bedding plane, joint and fault in the sandstone cliff was recorded and mapped over the layout of the casemate. Five bedding planes were mapped including the horizontal eroded clay bedding seam which runs through the embrasures. Of greatest interest were three near-vertical joints and one fault-line that crossed the cliff face. The fault line intersected the Eastern side of the southern embrasure but did not run through the main part of the structure. By contrast,

11Archaeological & Heritage Management Solutions. “Archaeological Test Investigations (stage 2) at the Beehive Casemate [GH1] Georges Head, Sydney Harbour National Park, NSW.” Unpublished Report prepared for Sydney Artefacts Conservation, April 2002, 17.

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two joints intersect the southern and central gun chambers on the west side as well as through both sides of the embrasures. The northern most joint intersects the gallery, near the water tank. The vertical discontinuities in the sandstone bedrock have the capacity to direct ground water towards the structure as it drains towards the coast. The locations where these joints intersect the Casemate walls coincided with many of the localised areas of water seepage as mapped in the condition report. The pressure of the water ingress was unknown and was thought to be a slow „seepage‟ through the walls. However, following a very wet period in early 2002, water was observed to be spurting from between the brickwork on the northeastern side of the southern casemate. The location of the leaking corresponds to points where the southernmost joint intersects the southern casemate. 3.3 Chemical Investigations Pieces of the brick core samples were used to ascertain the composition of the bricks and their porosity; and to confirm and quantify the presence of salts and their source. 3.3.1 Brick mineralogy and porosity The mineralogy of the bricks was determined by X‐ray diffraction methods. The main minerals present in the sample were Quartz, Christobalite, Mullite and Calcite. Calcite was probably derived from the migration of lime from the concrete backing or the mortar joints. The porosity, or size of pores within bricks is an important characteristic that relates to durability. A piece of brick core sample with minimal degradation was used for a water absorption test to test the porosity. The absorption was found to be 14 – 16% w/w. This is well above the value of 6.0% which is considered to be the upper limit for bricks that are suitable for exposure to a salt environment 12.

12 Everett, Alan. "Mitchell’s Building Construction Materials." BT Blatsford Limited, London. 1970, pp.122

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This analysis confirms that the „Beehiveâ€&#x; Casemate bricks are highly porous and are prone to absorbing large amounts of water making them more susceptible to salt attack than bricks with lower porosity, which compromises their durability. 3.3.2 Salt analysis of the brick Analysis of the soluble salt content was made from water extracts of the crushed brick core samples. This work was done to determine the type of salt present and to determine if there were any significant concentration gradients in the brickwork from the internal surface. The results of conductivity (a measure of salt concentration) of water extracts at various distances from the internal wall surface of the structure showed the following; (1) low level, continuously wet zones, there was only minimal concentration of salt near the wall surface (2) middle level zones that are continuously dry showing significant spalling, had four times the concentration of soluble salts compared to the low levels, however in the third and fourth brick courses the salt concentration was comparable. These results show that the salt attack on the bricks in the central zone (2â€?4 metres high) was accelerated by a high rate of water evaporation which concentrated the salts below the surface of the bricks, leading to spalling. The bricks at the lower levels of the structure, which were constantly wet, and the surface had not been allowed to dry, were less prone to salt attack. The chemical analysis of the salt deposits demonstrated that the main migrating species were sulfates of potassium and sodium at a concentration of about three times greater than sodium chloride. This suggested that the deleterious salts were sourced from within the brickwork, and were not associated with ground water which was more likely to be contaminated with common salt (sodium chloride). Sodium sulfate is a more effective salt in the degrading process as the hydrated form has a much larger volume when it crystallises than the other salts, such as sodium chloride. When this

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salt is allowed to hydrate within the pore structure of the bricks, enormous bursting pressures are developed. Subsurface crystallisation of the hydratable sulfate salts was the cause of the spalling of brickwork, up to 20mm thick detaching. 3.3.3 Render and mortar The cement based render that had spalled from the brickwork was a cement rich mix, which was relatively dense and strong. The proportions of Cement : Lime : Sand (by weight) were 1 : 1.5 : 4. The render was about 5‐6 mm thick and was relatively impermeable. The brickwork mortar was not raked out to improve the mechanical locking of the render to the bricks. 3.4 Remedial Options In general, it was concluded that the frequent wetting and drying cycles caused by the open embrasures were exacerbating the spalling and loss of the brickwork and render. Preventive conservation measures focused on minimising these wetting and drying cycles at the surface. Mitigation methods that were implemented included:  The embrasures were closed using Perspex, to reduce air flow and thus slowing the evaporation of water from the affected areas which limited the harmful crystallization of the salts within the bricks.  The core samples were replaced in their respective holes using a mortar dry pack of 3 sand: 1 cement, coloured to match the surrounding brickwork.  A simple, low‐cost strategy to clear all open and concealed drains within the structure was adopted. A plumber was engaged to remove obstructions and silt from the concealed drains to ensure water entering the structure was promptly drained away. The drains were monitored during a rainy period and functioned well.  Trial patches of a paper pulp based poultice, a lime sand sacrificial renders and an impermeable (cement based) render were applied. These were evaluated after 5 months, the results were as expected:  The poultice drew a significant amount of salts from the surface (up to 1100ppm).  The sacrificial lime render drew less salts (up to 5ppm), but functioned well in slowing the evaporation rate of the salts.

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The impermeable render had one drummy area possibly due to poor application, but remained intact otherwise.  The team disagreed on the best approach forward; the engineers favoured the application of the impermeable render over the exposed brickwork, while the author favoured a combination of desalinating the brickwork with the poultice prior to application of the sacrificial render. Unfortunately funds were not available to continue with the preservation of the structure. So the bricks remain exposed. 4. Case Study 2: Bare Island Fortification - Metals Conservation & Maintenance This case study discusses the protection of outdoor ferrous metals by protective coatings and the pros and cons of each option, with consideration for their future maintenance. The three main techniques found to be successful by the author are: 1. A corrosion converter and a penetrating oil such as fish oil 2. A corrosion converter and a microcrystalline wax 3. A paint system, consisting of a primer and top coats These are listed in order of the most economical methods for both the initial interventive treatment as well as ongoing maintenance. Table 1 lists the advantages and disadvantages of the three coating combinations. 4.1 The Relationship between Conservation and Maintenance Conservation treatments can be perceived to be showy and sexy examples that a client is looking after their cultural property. Parched metals go from a corroded, pitted and streaky surface to a more stable and uniform looking surface (though often pitted), the before and after treatment images are testaments that the works are being cared for. It is a visual statement that hard fought funds have been well spent. By contrast, the ensuing maintenance is very unsexy, in some cases „that time‟ seems omnipresent as it occurs every 6 months. To the trained eye it is time for maintenance however to the untrained eye, money is being spent but there is visually little to show for it. Soon funds may be redirected to other more obviously degrading items. This tactic of the bean counter may go undetected for several years, until most of the treatments active ingredients have been gradually

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degraded by rain, abrasion, vandalism and ultraviolet radiation. Then it is almost back to the beginning, where a more costly (both in monetary terms and the integrity of the fabric) and time consuming interventive treatment is again required. Essentially, when a decision is made to undertake an interventive treatment, another decision, albeit, not always fully conscious, is made to commit time and funding resources to its maintenance to ensure the longevity of its conserved appearance. The difference between successfully maintained assets as opposed to those that are neglected can often be attributed to the forward planning with project annual budgets. The decision between the conservator and the client is „how to‟ best preserve the physical artefact within the constraints of a current budget and with consideration to a future budget. As all artefacts will require regular maintenance to ensure the longevity of an initial interventive treatment. 4.2 Scope of Metalwork There are two extant cannon on Bare Island: a 12 ton MK5 Armstrong gun, 9 inch caliber rifled muzzle loading which is in an open gun emplacement (Fig 4), and an 18 ton, 10 inch caliber MKII rifled muzzle loading gun which is in a casemate (nicknamed ‘Big Bertha’); both were manufactured at the Royal Gun Factory in Woolwich in the United Kingdom, the former in 1872, and the latter in 1871. The 12 ton gun which is the subject of this case study, was treated in 1996 with Option 1, a corrosión converter and fish oil coating (Fig 4); while the 18 ton gun was treated with a paint system in early 2006 by others. Other ferrous metal items treated as part of subsequent maintenance programs with a corrosión converter and fish oil included: the cast iron columns of the barracks building, the tracings, gun mountings, rings, hoist, air ventilation hatches, gates, hooks, rings and metal fastenings associated with the gun emplacements. As elaborated in Case Study 1, documentation is an essential part of the preservation process. Recording any inscriptions and features and noting if there are any existing surface finishes. Samples of surface finishes can be taken for analysis, for example previous

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paint layers can be studied by mounting a cross section of the sample and embedding it in resin.

Figure 4: The 12 ton Armstrong gun in its emplacement on Bare Island, following treatment in 1996 with Option 1. Source: Anne Cummins, Dec 1996.

4.3 Practical Metals Conservation Essentially, in order to preserve metals, contact with water and oxygen needs to be eliminated, or at least reduced, to stop or retard the oxidation process which leads to corrosion. In the outdoor environment this is most successfully done by the application of protective coatings or covering the artefact with a structure or even a roof. In an indoor environment, a microclimate can be created for free-standing artefacts, by placing them in sealed display cases and controlling the internal environment with air conditioning, inert gases or moisture absorbents such as zeolites and silica gel. The surface preparation for most of these treatment options is the same: to mechanically remove heavy encrustations and reduce loose corrosion products and wash the surface to reduce the amount of soluble salts. If the artefact is in an exposed coastal environment an additive can be added to the washing water to assist in the removal of soluble salts such as CHLOR*RID® 13 13

Chlor‐rid International Inc, Soluble salt testing and removal. http://www.chlor‐rid.com Accessed 28 January 2013.

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4.3.1 Option 1: A corrosion converter and a penetrating oil The first option will be discussed in the most detail using the 12 ton gun as the case study, as it has been a successful treatment monitored over a 16 year period, involving training of semi and nonskilled labour to undertake the regular maintenance. To the prepared surface, a corrosion converter such as tannic acid can be applied to convert the rust to a stable form. When the solution is applied, the metal changes to a black or blue/black colour, this indicates that the corrosion has converted to a more stable form of iron tannate. This layer provides temporary protection from further rusting, so a coating needs to be applied over it to retard further oxidation. Two applications of a penetrating oil such as fish oil can then be applied by brush or spray to a clean and dry surface. The penetrating oil creates a self healing surface, which means if it is scratched it is soft enough to close over the scratch and keep the underlying metal protected. It has the lowest initial cost to apply; the labour is usually the highest cost with the initial and ongoing treatments. Another cost advantage is that non‐professional labour can be used for the surface preparation and coating application, under the supervision of a conservator (Table 1). This option does however, have some drawbacks, it requires the highest frequency of ongoing maintenance, depending on the exposure of the artefact it can be every 6 months in very exposed marine environments. The surface does stay a little tacky for a few weeks, which can be both a benefit and a drawback, a benefit in that people are less likely to touch the surface and sit on the artefact, but also dirt can adhere to the coating while it is drying in the first few days. This treatment option does not preclude the third option of repainting in the future, if the client decides to go with that option. 4.3.1.1 Successful Maintenance Partnerships The 12 ton Armstrong gun was first conserved by the author in 1996 (Fig 4). 14 At this time the gun was covered with a very thick layer of black bituminous paint and very heavy blistering corrosión was evident underneath. The many inscriptions on the 14 Cummins, A. ‘Conservation Treatment Report on 12 ton Armstrong Cannon, Bare Island, La Perouse‟. Unpublished report for National Parks and Wildlife Service, New South Wales. December 1996.

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chase, reinforces and trunnions were impossible to locate due to the thick paint layers. In summary, the gun was treated by lifting it with a crane to access all sides, removing heavy corrosion with hammers and chisels and then using abrasive blasting to remove the bituminous paint and corrosion products. The surface revealed was very pitted and the metal grey. The surface was left exposed overnight and rinsed with water the next day to aid flash rusting. The tannic acid and fish oil treatment was then applied. The black colour change being beneficial in this case resembling the original painted surface. A new carriage was also designed to assist with access for maintenance. Several of the National Parks and Wildlife Service (NPWS) field staff had been trained by the author in basic metals conservation and maintenance, so recommendations were provided for the ongoing maintenance of the gun to be conducted in house by non-professional staff. Seven years later, in December 2003 NPWS requested another training workshop specifically for the 12 ton gun, as staff had left and new staff needed to be trained. In the intervening years, some maintenance had been conducted in house, but not to the recommended frequency so some corrosion had returned as the metal was not fully protected by the coating system.

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Treatment Option 1: Corrosion Converter & Penetrating Oil

Pros Low initial cost for products & labour Retains surface details

Cons Highest maintenance frequency: 6-9 months Remains tacky for a week‐attracts dirt

Self healing if scratched Good for graffiti resistance

Option 2: Corrosion Converter & Microcrystalline wax

Option 3: Paint System

Tacky surface deters visitor handling Surface preparation & coating can be done by non-professionals, under supervision Low initial cost for products & labour

Reapplication of wax is best done by a professional conservator

Surface preparation can be done by non-professionals, under supervision Medium maintenance frequency: 3‐5 years Retains surface details Graffiti removal has minimal effect on wax coating Lowest maintenance frequency: 10 years

As wax coating wears off, it can blanch and appear white in the corrosion pits

Replicates the original surface finish Extended protection in concealed areas where the metal rests on the support

Scrape in coating – causes accelerated corrosion Graffiti removal often requires repaint of top coat

Highest initial cost

Specialist equipment or operators required for full surface preparation Repeated repainting can obscure surface details

Table 1: Comparison of advantages and disadvantages between the three coating combination options for ferrous metals.

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Then in 2012, 9 years from the last workshop (16 years after the initial treatment), another metals conservation workshop was presented. This time the audience included not only NPWS field staff, but also science and industrial arts students from the local Sports High School (Fig 5). A joint initiative between NSW National Parks and Wildlife Service, Sydney Business Education Partnerships and Sydney Artefacts Conservation, was inaugurated and described as follows: The partnership is integrating new and meaningful community‐based learning Project activities into the school's syllabus aimed at engaging normally disengaged students, exposing them to new career opportunities, enhancing their skills and encouraging them to complete their secondary education.15 The school students were first tutored by the materials conservator, in a theory session relating to their chemistry curricula and then they had the opportunity to put the theory into practice, working alongside the NPWS field staff. The project created a sense of pride in the young students as they become involved and part of their wider community with the opportunity to contribute to the preservation of their local heritage. There is a worldwide trend to encourage cooperation between schools and site managers, and to develop new tools and methods to introduce cultural heritage conservation and management into school curricula. 16 4.3.2 Option 2: A corrosion converter and a microcrystalline wax In this option, which is essentially the same as Option 1, however the penetrating oil protective coating is replaced with a high melting temperature microcrystalline wax. The initial treatment is best performed by a professional conservator to ensure that no moisture is caught under the wax coating. To ensure this the conservator usually applies the wax to a hot surface, pre-heated with propane blow torches. Refer to Table 1 for a comparison with the other options.

15 Sydney Business Education Partnerships – Partnership Brokers: School+Business+Community. „Case Studies‐Bare Island and Environment Preservation Partnership‟. http://sydneybep.com.au/pb/ case_studies. Accessed 28 January 2013. 16 Aslan, Zaki & Ardemagni, Monica (eds). Introducing Young People to Heritage Site Management and Protection, ICCROM, Revised 2nd edn 2006. (PDF Manual) http://www.iccrom.org/ eng/02info_en/02_04pdfpubs_ en/iccrom_doc09_manualschoolteachers_en.pdf Accessed 30 January 2013.

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The wax coating is not as self healing as the penetrating oil, however it does not fail as suddenly as a paint coating if scratched. Because the wax is melted into the metal pores, it tends to adhere very well to the surface and will only fail when it wears off from environmental exposure. The maintenance period for reapplication of the microcrystalline wax will vary depending on the surface texture and environmental exposure but is usually between 3-5 years. This treatment was applied by the author to five cannon in a fort in central Sydney in 2000. Although, the maintenance has not been kept up, the condition of the cannon remains good.

Figure 5: Metals conservation workshop with High School students at the Barracks, Bare Island 2012. Source: Anne Cummins, December 2012.

4.3.3 Option 3: A paint system, consisting of a primer and top coats The option of a paint system is possibly the most familiar one to clients. Generally, the artefactâ€&#x;s original coating will be replicated in a restoration project. A durable paint system will usually consist of a high quality primer, followed by several top coats. In the past ferrous metals have been afforded a high protection by lead based primers. These paints are no longer available due health and safety concerns about lead poisoning through prolonged exposure. For mild steel and wrought iron a zinc rich primer is recommended, however for historic metals which are often cast iron,

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there is no real advantage to using a zinc rich primer due to the higher carbon content which provides corrosión protection. Thorough surface preparation of the cast iron and application of a surface tolerant epoxy (STE) primer is recommended by some paint manufacturers. The major difference with surface preparation is that if using zinc rich primers, it is not sufficient to wire brush the surface, all corrosion needs to be removed, back to a grey metal surface, which usually requires abrasive blasting. However, the advantage of using STE primers, is that the surface preparation can be conducted by non-professionals with available equipment without the need to abrasive blast the metal and remove surface metal as well as corrosion products. There are many top coats available now, epoxies and polyurethanes being the most popular. For marine environments, a chlorinated rubber top coat is the least impervious to moisture penetration and they are very salt resistant (used on marine buoys). The 18 ton cannon at Bare Island was abrasive blasted and painted with a high build paint system with a black polyurethane top coat in 2006. Six years later, it is starting to show signs of localized corrosion and iron staining, which will require localized retreatment. Anecdotal evidence suggests that many such metals in marine environments, rarely last the full 10 year period warranty prescribed by the paint manufacturers. In a marine environment it is more important to lower the concentration of salts, especially chloride ions by thorough rinsing. The higher the concentration of chlorides, the more likely the salts are to draw moisture through the coating (to balance the water concentration through osmosis), thus causing the paint to blister. This may be what is occurring with the above mentioned painted gun. With the paint system option, the frequency of maintenance treatments is the lowest with most paint manufacturers guaranteeing 10-15 years if the operators have followed the manufacturer‟s specifications for preparation and application. However, in practice, the clients tend to neglect the regular monitoring and washing of the paint coating until it has clearly failed and rust stains and corrosion breaking through the paint is evident. This usually requires all layers of the paint system to be totally removed in a localised area, and the whole system reapplied to ensure protection. The disadvantage of regularly stripping and repainting is that

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each time, more of the fabric of the artefact is lost and sometimes valuable historical information such as paint finishes and inscriptions as they gradually become shallower each treatment. 5. Conclusion This paper explores some options available to the materials conservator when tasked with conserving original fabric to retain its heritage significance, as recommended in Conservation Management Plans. Two, nineteenth century, Colonial fortifications in Sydney, Australia are used to illustrate the two main themes. In Case Study 1 the materials investigation into the „Beehive‟ Casemate fortification at Georges Head, demonstrated the advantages of utilising the expertise of a multidisciplinary team when developing the „how to‟ conserve options. With a combination of physical and chemical studies, the source of water ingress was found to be related to inherent fault lines in the sandstone bedrock, which was excavated to build the domed brick structure, which channeled water towards the structure. Blocked drains and degraded waterproof coatings also contributed. The spalling of large pieces of the render and brickwork was attributed to a combination of salt attack due to frequent wetting and drying cycles. The open embrasures, created a high evaporation rate, at the mid-zone wall height, causing the destructive sulfate salts to leach from the bricks themselves, and subfluoresce inside the brickwork creating spalls. Some preliminary remediation was conducted including: restricting the air flow through the embrasures by installing Perspex screens, clearing blocked drains, and trialing desalination poultices and renders to further slow surface evaporation. In Case Study 2, an established metals conservation program at Bare Island fortification in Botany Bay has successfully preserved the ferrous metals, including 12 ton cannon, for 16 years. The relationship between conservation treatments and a continuous maintenance regime is discussed with the pros and cons of practical treatment options for three coating systems. The program was instigated by a conservator, using the option of applying a corrosion inhibitor and protective coating of fish oil. The maintenance has been successfully continued biannually, for 16 years by nonprofessionals, after a training workshop by the conservator. Recently, the scope to involve the wider community, such as high school students has proven

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to be mutually beneficial, for their studies as well as the local heritage. The training of locals ensures a vested interest in the care of the artefact and regular maintenance becomes a gathering of the community like a working bee, often ending with a social barbeque. 6. Reference List Aslan, Zaki & Ardemagni, Monica (eds). Introducing Young People to Heritage Site Management and Protection, ICCROM, Revised 2nd edn 2006. (PDF Manual) http://www.iccrom.org/eng/02info_en/02_04pdfpubs_en/ iccrom_doc09_manualschoolteachers_en.pdf Anon. Illustrated Sydney News, Feb.18, 1871: 140 Archaeological & Heritage Management Solutions. “Sydney Harbour National Park, Georges Head Fortifications. Archaeological Investigations at the „Beehive‟ Casemate [GH1].” Unpublished Report prepared for Sydney Artefacts Conservation, May 2000. Archaeological & Heritage Management Solutions. “Archaeological Test Investigations (stage 2) at the Beehive Casemate [GH1] Georges Head, Sydney Harbour National Park, NSW.” Unpublished Report prepared for Sydney Artefacts Conservation, April 2002. Australian Government, Department of Sustainability, Environment, Water, Population and Communities. Australian Heritage Database. http:// www.environment.gov.au/cgibin/ahdb/search.pl?mode=place_detail;place_id=1758 Accessed 30 January 2013. Bridges, P. & McDonald, D. James Barnet Colonial Architect. Sydney: Hale & Iremonger, c1988. Chlor-rid International Inc, Soluble salt http://www.chlor-rid.com Accessed 28 January 2013.

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testing

and

removal.


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Cummins, A. „Conservation Treatment Report on 12 ton Armstrong Cannon, Bare Island, La Perouse‟. Unpublished report for National Parks and Wildlife Service, New South Wales. December 1996. Cummins, A. Historic and Materials Investigations into the „Beehive‟ Casemate Fortification (c.1872), Sydney Harbour National Park. Unpublished Thesis for Master of Architecture (Heritage Conservation), University of Sydney, 2002. Dockrill, M. “The Defences of George‟s Head From 1870 to 1945.” Unpublished Thesis for the Degree of Bachelor of Architecture, Faculty of Architecture, University of New South Wales, 1989. Everett, Alan. "Mitchell‟s Building Construction Materials." BT Blatsford Limited, London. 1970. Jill Sheppard Heritage Consultants. La Perouse Headland, Botany Bay National Park, Conservation Management Plan. Unpublished Draft Report prepared for the NSW Department of Environment & Climate Change, Parks & Wildlife Group Sydney Region, October 2008. New South Wales Government, Environment and Heritage. Culture and Heritage „Bare Island Fort‟. http://www.environment.nsw.gov.au/heritageapp/ViewHeritageItemDetails.aspx? ID=5045621 Accessed 29 January 2013. NSW National Parks and Wildlife Service. “Final Draft Sydney Harbour National Park, Middle and Georges Heads Fortifications Conservation Management Plan." Unpublished report prepared for NSW NPWS, Sydney District. 1999. Sydney Artefacts Conservation. "Condition Assessment and Recommendations for Conservation of the Rock "Beehive" Casemates at Georges Head, Mosman." Unpublished report prepared for NSW National Parks and Wildlife Services, August 2000.

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Sydney Business Education Partnerships – Partnership Brokers: School+Business+Community. „Case Studies-Bare Island and Environment Preservation Partnership‟. http://sydneybep.com.au/pb/case_studies. Accessed 28 January 2013. Sydney Harbour Foreshore Authority, Built Environment Branch. „Dawes Point Conservation Management Plan, Draft Inventory Record IR11, Dawes Point Cannon. Unpublished Report, January 2001. Acknowledgments I would like to acknowledge the Office of Environment and Heritage, NSW National Parks and Wildlife Service for permission to present and publish this paper.

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Victoria’s Gibraltar: Fortifications of Port Phillip Bay Louise Honman

Abstract Defence installations built around Port Phillip Bay on which the Victorian city of Melbourne is located were part of a larger context of British imperial defences. This was part of a global defence movement designed to protect the colonies from attack in the nineteenth century. By the 1890s the local defences were considered to have made Melbourne the best -defended commercial city of the British Empire. This heritage of fortifications connects Victorians to the world through the places, people and narratives that weave in and out of Victoriaâ€&#x;s history. The historic themes are those of empire, of power shifts on the other side of the world and of the prosperity of the then colony of Victoria. Now part of a National Park, many of the fortifications are managed for visitors, although the military and defence still has a role at several locations. The fortifications of Port Phillip stretch around an arc of the bay from Point Lonsdale to Point Nepean, a distance of over 200 km by land but a mere kilometre and a half by water. Designed in the colonial fashion the defences comprise a fort, natural and constructed islands, and a heavily fortified Point Nepean peninsula. Through successive wars or threats of war far away, fortifications were added to, built over and strengthened well into the 20th century. Thousands of men and women worked to defend shorelines to which no hostilities came near. This paper will look at the history, management and interpretation of the defences of Port Phillip Bay as part of a shared heritage with other colonial outposts and with Britain. It will examine some of the challenges and opportunities for presenting such a heritage to visitors today.

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The triangle of fire By 1890 Port Phillip Bay was regarded as the most heavily fortified port of the British Empire in the Southern Hemisphere, leading to its title "The Gibraltar of the South". The geography of Port Phillip Bay encouraged the British engineers to adopt the coastal defence designs they were familiar with, achieving an almost perfect defence system. The Australians are…… to be congratulated upon the perfection of the local defences of Melbourne – the best-defended commercial city of the Empire. (cited by O‟Neill,1988:46) The coastal defences are located either side of an extremely narrow and dangerous piece of water called ‟The Rip‟. This entrance to the bay has caused enormous damage to shipping and even today all ships entering and leaving Port Phillip Bay must be piloted. Whilst The Rip has its own maritime folklore, the opposing headlands of Point Nepean and Point Lonsdale provided the ideal locations on which coastal defence batteries could be constructed. These batteries were supplemented military establishments at Swan Island, Queenscliff and South Channel Fort.

Map of the entrance to Port Phillip Bay reproduced from Kitson „An attack on Melbourne: a case study of the defence of Australia‟s major ports in the early 1890s –Journal of the Australian

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Shifting perspectives – defence to heritage The coastal defences of Port Philip Bay are part of a large cultural landscape built between about 1860 and 1940, as a result of remote political forces adapted to the particular geography of Port Phillip Bay. Local geography and historical events half a world away combined to force the government of the day to commit huge resources to the construction of these fortifications, in order to defend the city of Melbourne from attack by foreign forces. Today a range of ownership, management and visitor interpretation is evident at the different locations of fortifications. Point Nepean, the largest complex is managed as part of a National Park, with South Channel Fort as a seldom visited and remote out station. Swan Island is still owned by the Department of Defence and used for training, and is therefore off-limits to visitors. Queenscliff Fort was still, until 2012, a vital teaching place for military personnel. Other isolated coastal batteries are managed as part of coastal reserves, usually by local authorities. There are particular challenges in the management and conservation of coastal defences, not least of which is that of accelerated coastal erosion. As climate change produces the effects on the coast that scientists all over the world have been warning against; sea-level rise and storm surges are likely to exacerbate natural deterioration and to make conservation of coastal structures more difficult. Other challenges are those of interpretation for visitors. The three fortifications discussed in this paper offer different ways of meeting these challenges. Each of these fortifications requires a different approach to their management, conservation and interpretation. This paper will compare the current situation of management, conservation and interpretation at Point Nepean, Queenscliff Fort and South Channel Fort. All three coastal defences are protected under heritage legislation, and are both managed and conserved for the nation. The system of federal and state heritage legislation in Australia is explained briefly in the following section. Heritage practice in Australia Australia has an extremely well developed legislative context for conserving places of natural and cultural value. This operates on the four-tier system of world,

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national, state and local significance. Federal legislation, the Environment Protection and Biodiversity Act (EPBC Act) operates at the national level to protect places of outstanding natural and cultural value to Australia. Each state has its own heritage act that protects places of value on the various state registers. At the local level, planning and environment acts provide protection to a wide range of heritage places and objects. Supporting the government heritage acts is a highly developed methodology for assessing natural and cultural value. This consists of assessment criteria and thresholds. The Australia ICOMOS Charter for the Conservation of Places of Cultural Value (the Burra Charter) sets out principles and processes for achieving these objectives. The Burra Charter was developed from the ICOMOS Venice charter and is regularly updated to reflect current best practice in conservation. Point Nepean is on the National Heritage List for its outstanding historic, Aboriginal and natural significance, whilst Fort Queenscliff and South Channel Fort are on the state Victorian Heritage Register. Each place has been the subject of a great deal of historical research and they are today the focus of much visitor activity. Defending Port Phillip Bay The forts that make up the outer defence system of Port Phillip Bay are one of the most substantial projects ever undertaken by the Victorian Colonial Government in the nineteenth century. They are significant for their associations with leading British Royal Engineers of the late nineteenth century, Lieutenant Colonel Peter Scratchley and Major General Sir William Jervois. (Oâ€&#x;Neill, 1988:40) At Queenscliff from 1860 the seaward and landward defences, together with the other elements of the site, all help to illustrate the evolution of military technology during the latter nineteenth and early twentieth centuries. The magazines, gun emplacements, earthworks, sea wall and Fort wall, seaward ditch/dry moat, keep, offices, barracks, parade ground and other features, and the spatial relationships between all these elements all help to convey the changing requirements of the defence forces over time, and simultaneously combine to represent a very valuable example of a coastal fort developed over the period.

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By the 1870s the defence of the Port of Melbourne had to be moved from Hobson's Bay to the Heads because of a dramatic increase in the firepower and range of heavy armament. The South Channel Fort was located to protect both the entrance to Port Phillip and the main shipping channel. The South Channel Fort was built between 1879 and 1888 following the 1877 Russian scare. At the time of the 1885 Russian scare much of the fort was complete and temporary guns were in place. The jetty was completed in 1890. (Honman, 1990;6) Point Nepean at the other side of the Heads from Queenscliff, comprises gun emplacements, connecting subterranean passages, magazine chambers and lamp passages, command posts, lookout towers, and barracks blocks. Fort Nepean has some historical significance in firing the first shots of both the First and Second World Wars, which were the only shots fired in anger from any of the Port Phillip batteries. As a large complex it has certain structures that are particularly significant as evidence of individual phases of the development from the 1880s to the 1940s. Point Nepean is considered to be the best example of a large fortification complex within the Port Phillip defence system, exhibiting the changes in military engineering throughout the nineteenth and twentieth centuries, containing major developments from 1880, 1890, 1910 and 1940. Furthermore the mass concrete structures are built on a fragile geology of eroding limestone and sandstone. Coastal erosion is a major issue and a recent Management Plan has been completed in 2010. Naval and military history can present conservation questions around how conflict should be remembered, and some places may have confronting issues. Second World War structures may be so numerous that only some can be retained, as is the case in Britain. English Heritage has examined the issue of how recent past conflicts may be remembered. This has lead to some interesting public art events using redundant structures. (Schofield, 1998) In Australia, the fortifications of Port Phillip Bay are far removed from real conflict and their military history is more about the logistics of manning such places in a state of readiness for years when there is a remote possibility of attack. These sites are largely disengaged from the reality of war and therefore are free to be

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conserved and interpreted as part of a wider cultural landscape experience, and potentially in ways that are creative, are integrated with the stories and natural and cultural history. South Channel Fort – an island shoal Port Philip

Photographs of South Channel Fort – reproduced from Duncan, Brad G. (2006) The maritime archaeology and maritime cultural landscapes of Queenscliffe: a nineteenth century Australian coastal community. Appendix C6:2

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South Channel Fort is the key fort in the network of outer defences of Port Phillip Bay, and was considered to be of vital strategic importance in repelling the type of naval attack expected in the nineteenth century. (Honman,1986:6)It also functioned as a base for the minefield laid in the south shipping channel. It was considered revolutionary for its time in the world-wide context of the British Imperial defences. It represents a turning point in military engineering brought about by the lessons of camouflage and protection. South Channel Fort is unique through its adoption of the British Twydall Redoubt concept of sand parapets – the only known place where this principle was applied to an island, forming a sand-covered, camouflaged fortification. (Honman,1986:6) . South Channel Fort incorporated new technology, and its design was constantly altered during its decade of construction. Work began on the oval-shaped island in 1879, when a perimeter of closely spaced timber piles were used to contain a seawall of shaped bluestone blocks to form an annulus 9 ft high above the sea bed in 1880. Concrete caissons were sunk into the sand to bedrock, and the buildings were constructed on a four feet thick concrete pad (Kitson 1987:1.1,6.1). Two innovative new types of warfare technology were incorporated into the fortâ€&#x;s design in the 1880s. Sand parapets, a significant new development in military architecture, were installed to provide increased protection from artillery and camouflage. Sand was used to absorb impact from projectiles and was placed on top of the gun emplacements and the underground keep. (Park Note)The stronghold was one of the first of the low profile forts in the world, and the only shoal fort of this type in the world. Magazines, galleries, a keep and gun emplacements were installed within the reclamation to construct the fort (Noble 1979:104). The fort housed two parapet rows, with the lower line armed with seven breach loading guns fed by a subterranean powder magazine, and new machine gun mounts in the upper ramparts to fend off landings or torpedo boats. The keep and barracks are supported by large timbers of Australian jarrah hardwood. As a substitute for concrete, timber decreased the cost of building the fort, and therefore led to its speedier construction. (Duncan, 2006: C-2:8)

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A dock was constructed on the north western side, which provided shelter for shallow drafted torpedo boats, and a jetty was constructed at the eastern extremity. New electric searchlights were installed for night defences, and mines in the South Channel could be detonated from an observation post (Kitson 1987:2). A new armament mounting, the disappearing gun, was also introduced to this fort. The disappearing guns were shielded behind a steel cover, and were raised momentarily above the shield to fire before recoiling into the casemate. The disappearing or hydro-pneumatic guns are of particular interest for their early date and for the rarity of the 8 inch guns. The two hydro-pneumatic „disappearingâ€&#x; guns mounted on the island were prototypes from William Armstrongâ€&#x;s works at Elswick (UK). These guns are amongst six such complete mountings known in the world and are amongst the earliest ever installed anywhere. One complete mounting remains on the island,; the other being transferred to Queenscliff. (Honman, 1986:7) The combination of these two new technologies of sand parapets and disappearing guns eventually became a unique final design for the South Channel Fort by 1885, finally becoming fully operational by 1888. (Kitson 1987:1.1, 6.4, 6.5, 6.6) The plantings, particularly those of boxthorn (Lycium ferocissimum Miers) but also of other coastal plant species are part of the camouflage and last line of defence. The island now is important as a breeding ground for the White Faced Storm Petrel (Pelagrodroma Marina) and is used by a number of other species for breeding, offshore feeding and roosting. Species using the island include the Little Penguin, Black-faced Cormorant and the Australian Fur Seal. Five species of bird that visit the island are under international migratory bird agreements. The heavy bombproof construction of the keep at South Channel Fort has ensured its survival despite the deliberate action of holing the main tunnel, stripping the fittings and fixtures and removal of timber floors. Its relatively high integrity has been assisted by the fact that by 1908 when major changes to the other forts were taking place, South Channel Fort had become largely redundant.

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Reliance on the defence of Port Phillip Bay had shifted to the Heads by the 1870s, resulting in the older guns becoming redundant. As a result of this move, South Channel Fort was left virtually intact from this time. Three of the six gun emplacements have been modified, but the keep has few alterations. (Parks Victoria, 2006:13). Management of South Channel Fort South Channel Fort is of high cultural and environmental value but has threats and conservation challenges in maintaining those values and in interpreting them. The current management of South Channel Fort is by Parks Victoria. Recent works have been undertaken to clean up the Fort and make it accessible to visitors once again. Works have included removing pest plants, re-vegetation with native species, fuel reduction burning and track maintenance. (Park Note) However longer term issues include sand continually drifting into the underground tunnels, the marine environment corroding metals and little security, allowing theft or vandalism to happen undetected. Guns and mountings that have been removed, and although this was done for altruistic reasons, their removal has reduced the integrity of the fort. Archaeological remains of former buildings and artefacts left by military personnel stationed on the island have not been mapped or catalogued. Visitors currently access the underground keep of South Channel Fort through a licenced tour operator only. This provides Parks Victoria with the ability to control the timing, numbers and type of access to the fort. Conserving the heritage and natural values of the fort requires a management plan to be agreed between Parks Victoria and each tour operator, and for this arrangement to be monitored for effectiveness in maintaining the heritage and environmental values of the island. The significance South Channel Fort is not widely known, and it is not publicized. This has been part of a deliberate policy to limit casual visitors to the island. Interpretation is through the Park Note and the downloadable Conservation Management Plan, but otherwise is limited to basic signage on the island. Little has been done to illuminate the history of the island through oral history of those

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that worked at South Channel Fort or those who service personnel who were stationed there. This type of history would expand the interpretation beyond those who have a particular interest in naval history or engineering. This type of interpretation could be done off site, perhaps as part of the more intensively visited Point Nepean fortifications. Point Nepean – a peninsula fort

Point Nepean and the Nepean Peninsula, the fort is located at the tip of the peninsula. Source Parks Victoria, Point Nepean National Park Draft Master Plan , p.105

Point Nepean was a major part of the Victorian coastal defence system which made Port Phillip Bay reputedly the most heavily defended harbour in the southern hemisphere. The fortifications at Point Nepean are excellent examples demonstrating the development of military technology from the almost every decade from the 1880s to the 1940s. Remaining buildings and structures include the gun emplacements, light emplacements, observation posts, tunnels, Pearce Barracks, Fort Pearce, Eagleâ€&#x;s Nest, and the Engine House, and a

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number of archaeological sites such as Happy Valley, the site of a Second World War camp. Point Nepean and Fort Queenscliff were manned during both World Wars, however the other forts were largely redundant by 1911 when long-range artillery at the Heads provided adequate protection for the entrance to the bay. (Parks Victoria, 2006:11) Point Nepean is part of a whole complex, and as one fort in a networked system of the outer defences of Port Phillip. Point Nepean, together with the other forts of Port Phillip Bay illustrate the major advances that were occurring in military design and engineering throughout the latter half of the nineteenth century and the early part of the twentieth century. They are the most substantial and extensive system of fortifications in Australia. The nature of the terrain at Point Nepean determined the design of its fort complex, with a number of small gun emplacements, and other structures placed in strategic locations around the Point. Point Nepean faces the other headland of Queenscliff across the bay. Point Nepean is less intact than Queenscliff, having been vacated over forty years ago. Point Nepean has some historical significance in firing the first shots of both the First and Second World Wars, which were the only shots fired in anger from any of the Port Phillip batteries. The conservation policy for the fortifications at Point Nepean has been one of stabilization with minimal intervention. There has been a strong emphasis on interpretation. The fort structures are currently conserved with a minimum amount of clearing. Consolidation of brick and concrete structures is combined with reconstruction, preservation and public safety measures required to maintain them. There are conservation challenges for the structures in the marine environment and built largely on limestone that quickly weathers, or on shifting sand that tends to give under the weight of tonnes of mass concrete. The basis for this approach is that the fortifications are considered unique in their present ruinous, half-buried, vegetated form, providing a different visitor experience in a culturally significant natural environment. This type of experience is recognised as being of value in itself, to the visitor and is not to be confused with the experience of visiting a reconstructed, and possibly semi- operating complex of buildings, which is available elsewhere such as at Fort Queenscliff.

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Since the forts became redundant, they have been stripped of most of their fittings and fixtures. A great deal of metal was removed for scrap, and much timber joinery has been removed from the site. Additionally, a significant number of buildings and structures have been lost or removed. Predominantly those places of timber construction are the lost buildings, including barracks buildings, the jetty, tramline, various stores and other ancillary facilities. However sufficient intact remnants of each phase of development of fortification technology are available to demonstrate the significance of Point Nepean and reconstruction is not considered to be necessary for interpretation purposes. (Parks Victoria, 2006:14). Point Nepean as part of a wider narrative Currently interpretation is confined to aspects of naval history and conflict, however in the future, interpretation will be based on a much wider set of values of the National Park that will provide a much richer and multi-layered approach to history. A Master Plan has been developed for the whole of the Point Nepean National Park, including the Fort and an adjoining large complex of buildings once used as the Point Nepean Quarantine Station. First opened to the public in the 1990s, Point Nepean is set to become a major tourist destination that will interpret the stories of the place from Aboriginal pre-history to the present time. The narratives include Point Nepean National Park as a unique cultural landscape, created by the unique combination of nature and culture across time. Point Nepean National Park is strewn with relics – of Aboriginal middens, abandoned camps and gun emplacements. The Master Plan finds meaning in these places, “in between the fort and the quarantine station are many fragments - middens, ruins, camps, burrows, nests - more cryptic and archaeological - like fragments that need to be gathered and clustered to reveal meanings and stories�. (Parks Victoria, 2010:38). The two key interpretation experiences at the Quarantine Station and Fort Nepean are to be connected by a series of cultural landscape trails encompassing the bay, ocean and bush - each revealing sites and stories responding to the different experiences and moods of the environment. (Parks

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Victoria, 2010:39) The visitor experience is likened to being immersed in the landscape and exposed to one long, continuous narrative, not a stop-start version of historical events. The fortifications are not forgotten but are merged into the bigger picture as just one part of a continuous narrative.

Plan of the fortifications of Point Nepean. Source: Nepean Forts Conservation Plan, Parks Victoria, 2006

Fort Queenscliff – a walled defence The town of Queenscliff was established in the mid-nineteenth century, largely to service the holiday needs of the more prosperous residents of Melbourne, Geelong, Ballarat and other regional towns. The seaside in the nineteenth century was thought to be healthy due to the beneficial effects of sea air and sea bathing. The fashionable township grew to encompass hotels and boarding houses to accommodate visitors in style. A bay steamer trade was also immensely popular in the nineteenth century bringing day visitors to the town. Alongside this important impetus to the town‟s growth was its strategic location at „the Heads‟, otherwise

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known as the entrance to Port Philip Bay.

Photographs of Queenscliff Fort, the Keep and walls and the 8� disappearing gun removed from South Channel Fort – reproduced from Duncan, Brad G. (2006) The maritime archaeology and maritime cultural landscapes of Queenscliffe: a nineteenth century Australian coastal community. Appendix C6:2, Appendix C6:3.

Plan showing ranges of defence facilities at Queenscliff including searchlight and gunfire trajectories (red) and searchlight ranges (blue) (Barret n.d. [plan], FQ Collection) reproduced in Duncan, 2006, Appendix C6:20.

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Fort Queenscliff, developed from 1860 onwards, began as a result of the fears of foreign aggression, and was further developed in the latter part of the nineteenth century amid renewed concerns about the alignment of foreign powers that cold be hostile to Great Britain, Australiaâ€&#x;s natural ally. The Fort was the first and the primary defence site for Port Phillip Bay and played a command role in relation to the other fortifications around the heads of the bay. (Australian Heritage Council) The Fort also has strong associations with the early maritime history of Melbourne and Port Phillip Bay. Its role as a navigational aid and signaling post are significant, especially as the earliest such structures around the bay were constructed on this site. The seaward and landward defences, together with the other elements of the site, all help to illustrate the evolution of military technology during the latter nineteenth and early twentieth centuries. The magazines, gun emplacements, earthworks, sea wall and Fort wall, seaward ditch/dry moat, keep, offices, barracks, parade ground and other features; and the spatial relationships between all these elements help to convey the changing requirements of the defence forces over time, and combine to represent a very valuable example of a coastal fort. (Australian Heritage Council). The landward defences of the wall and the now-filled ditch are among the last uses of such centuries-old ideas in Australia. The wall and the keep have no equivalent in Victoria and are among the most substantial of any Scratchleyinspired fort in Australia. The wall is an outstanding example of masonry construction, and the keep is especially notable for its very distinctive mediaeval character. The mass unreinforced concrete and exposed and rendered brick vaulting of the seaward defences are on a scale rarely seen elsewhere. (Australian Heritage Council) Fort Queenscliff is significant for its associations with leading military thinkers of the late nineteenth century. Lieutenant Colonel Peter Scratchley and Major General Sir William Jervois advised on Queenscliff's design and travelled the Australian colonies assisting with fortifications elsewhere. Fort Queenscliff possesses notable aesthetic qualities. It is prominently located on the coast and is a major element of the townscape, featuring a number of

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landmarks such as the lighthouse and the landward wall and keep. The wall and keep also provide a clear division between the military and civilian precincts of the town. (Australian Heritage Council). Queenscliff – a garrison town Fort Queenscliff is surrounded by walls on the landward side facing the town of Queenscliff, and substantial seaward defences (gun emplacements) to the bayside. During the twentieth century, as the strategic importance of coastal defences was revised, the Fort became a central instructional college for army officers. The Fort continues to play a defence role, after more than 140 years of operation. This function has been downgraded in 2012 as the defence training function has been removed. Its new function is to house defence archives. This has resulted in a significant downgrading in its use, and the removal of most defence staff from the town. There is a sense that the town has lost something special and meaningful with this changing role. Personnel from the Fort have always involved themselves with the townâ€&#x;s community activities, and many celebrations of special events have taken place at the Fort. There is a strong sense that the Fort and the town are inextricably connected through a shared history and a desire on the part of the defence department, to contribute to the community. The town of Queenscliff has developed with the Fort and the complex is of considerable social value to the local community. Further, as the Australian Staff College for more than fifty years, the place is of strong social significance to numerous army officers who trained at the college. The large tourist population has been complemented by a permanent defence presence in the town, as Queenscliff Fort continued to be a part of the training of officers since the 1950s. The permanent presence of the military has provided diversity of occupation and activity in a place otherwise dominated by tourism and a small fishing fleet. With the loss of a real operational use, Queenscliff Fort will struggle to retain its value to the town as a destination and a sense of pride. How to keep itâ€&#x;s meaning alive will be a challenge for the future that will require considerable skills and expertise in interpretation. Historical interpretation of the role of the Fort has always relied on a combination of the unique buildings, the dramatic landscape attributes of

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These qualities have been made widely available to residents of Queenscliff and tourists who have been made to feel like they are able to participate in the life of the Fort. Tours and events have become important rituals for the community who has overwhelmingly appreciated the manner in which the defence personnel have become a part of the town. A momentous occasion was a performance of Tchaikovskyâ€&#x;s 1812 Overture complete with real cannons providing the required sound effects as Napoleon symbolically retreated from Moscow. Some physical conservation challenges The physical challenges of conserving coastal defences will become more urgent as our coasts change rapidly as a result of rising sea levels and the increasing frequency of storms. For Point Nepean this could mean that the sea eventually breaks through the narrow isthmus and the Point may become an island. The conservation policy is that the gun emplacements and above ground structures will only be saved from severe structural failure and stabilized, not restored or reconstructed. For mass concrete structures the maritime environment is not the major challenge, as it is for reinforced concrete. Many of the structures from the twentieth century are more at risk than earlier ones, as the steel reinforcing in the concrete rust in the salt air and causes spalling of the concrete surface. At South Channel Fort the shifting sands of the island are highly likely to cause parts of the substructure to be uncovered, however the nature of the timber and mass concrete construction is relatively immune to severe deterioration. If the timbers are given a preservative treatment every few years, they too should withstand weathering for the foreseeable future. The repair and replacement of the mastic roof over part of the subterranean spaces will be required at regular intervals. At Queenscliff Fort physical conservation has been largely a matter of good general maintenance regularly carried out. Many of the above ground structures are of brick or timber construction that do not necessarily require specialist conservation techniques. One of the navigational structures in the Fort compound exhibits the problem of lack of ventilation. The black lighthouse suffers from severe internal dampness as a result of internal condensation from warm air generated in the glass lantern. This air is sealed in a non-ventilated tall cylinder (lighthouse) and when it cools the inside, the walls drip with moisture. However other structures of mass

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concrete gun emplacements are in excellent condition, although regular repainting of signs and other features tends to make the compound look very new, rather than authentic. Through ongoing use and a strong program of maintenance the physical condition of the structures of the Fort are in excellent condition. Fort Queenscliff presents different conservation challenges, principally those of interpretation rather than repair. The fort has been in government ownership and well maintained by the defence department since its construction in the 1860s with the construction of a battery. Furthermore the buildings themselves are founded on a more stable sandstone cliff than the structures at Point Nepean that are largely built on sand. The conservation challenges for Queenscliff Fort are those of retaining its more intangible heritage values associated with use. Changing heritage values and interpretation Each of the fortifications has some visitor interpretation, and over time the format has changed to take account of increasing sophistication in the presentation of information. Heritage values are not static; they change over time. What was considered to be good historical interpretation of panels with information to be read, and has now broadened to include a variety of media. This includes extensive audio and interpretative display at the No.1 gun emplacement at Point Nepean that gives an evocative picture of life at the Point. Now it is recognized that the narrative of the Aboriginal, natural and cultural environment, together with its range of heritage values is give a far more complete story. The fortifications become part of the bigger narrative of the area and its historical processes. At South Channel Fort the interpretation of the importance of the island shoal and the fortifications, now goes in parallel with conservation of breeding habitat for seabirds in the sand environment, a case of natural and cultural heritage values working together, and of adding more layers of meaning to a place over time . At Queenscliff, interpretation of the Fort will now need to consider how t o provide a meaningful experience for visitors now it is no longer a fully functioning defence

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facility. Whilst the gun emplacements and keep, walled compound and subterranean passages and chambers will still offer an experience for visitors, it will be a challenge to maintain ongoing relevance to with the departure of most of the staff. The changing use of the Fort may provide an opportunity for a new way of interpretation in order to engage a new generation. Engaging with the Fort may be through arts and cultural events as much as through direct interpretation. Queenscliff may be well placed to take account of the vibrant arts festival culture that establishes itself around places of historic character and value. Conclusion The interpretation of the coastal defences of Port Phillip Bay has historically been as part of global historical forces, and the structures have been understood as engineering feats based on the tradition of British military engineering. An understanding of the whole network of defences is important for the interpretation of their roles in the defending of Port Phillip Bay. In the past this has tended to be less important than the interpretation of each particular fortification, as if it is more important to understand the particular structure one is looking at, than why it is there. The fortifications of Port Phillip Bay are part of a larger cultural landscape stretching around the shores from Point Lonsdale and Queenscliff, through the city of Melbourne to Point Nepean. The geography of the bay is an important component of the defences and adds a scenic dimension to them. There is no doubt that physical conservation challenges will be increased in the future through the effects of climate change on the coast. Decisions about how and what to conserve may be taken for us, as more vulnerable coastal fortifications succumb to the inevitable erosion and become unviable or irreparably damaged. As time distances us from the historical forces that helped to create the fortifications of Port Phillip Bay, it is important to find new ways to engage with these places in order that they continue to have a life beyond being mothballed. Unless the places of the past find new life through new ways of being interpreted, their meanings become more obscure. Engaging people in the stories of these places, of which the defence story is a

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strong part, but not the only part, is now emerging as the way to involve a new generation. But a new way of engaging with these places is necessary for the future. Point Nepean is starting to address this need through its recent Master Plan that emphasizes the land, its people and stories. The fortifications of Port Phillip Bay need to be understood and interpreted as part of a network, not just as isolated engineering structures. Integration of their natural and cultural heritage values, as well as the values of the Aboriginal people who have connection to the land, is required for a fuller and more meaningful understanding of these places. References Allom Lovell & Associates & Lovell, Peter H & Australia. Dept. of Housing and Construction & Sweetnam Godfrey and Ord (Firm) 1982, Conservation management plan for the Command and Staff College, Fort Queenscliff, Allom Lovell & Associates in association with Sweetnam Godfrey and Ord Argus (Melbourne, Vic), 1933 'A New National Park', 21 December, p. 6, viewed 7 January, 2013, http://nla.gov.au/nla.news-article11722772 Australian Heritage Council database, ID 5810 Point Nepean, ID105417 Fort Queenscliff, ID5816 South Channel Fort Balderstone, S. and D. Wixted (1988), „Point Nepean National Park Gun Emplacement No. 1: Conservation Plan‟. Prepared for Department of Conservation, Forests and Lands, Ministry of Housing and Construction, Historic Buildings Branch Department of Conservation, Forests and Lands, Point Nepean National Park Management Plan – Point Nepean Section (1989) Duncan, Brad G. (2006) „The maritime archaeology and maritime cultural landscapes of Queenscliffe: a nineteenth century Australian coastal community‟. PhD thesis, James Cook University.

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Honman, Louise & Department of Conservation and Environment & Victoria. Ministry of Housing and Construction, Historic Buildings Branch 1990, South Channel Fort: conservation plan prepared for Department of Conservation and Environment, Ministry of Housing and Construction, [Melbourne] Kitson, M. (1996), An attack on Melbourne: a case study of the defence of Australia‟s major ports in the early 1890s, Australian War Memorial 1996, Journal of the Australian War Memorial, Australian War Memorial, ACT, viewed online, http:// www.awm.gov.au/journal/j35/kitson.asp Kitson, M. (1987), Notes for Guides: Port Phillip Defences, South Channel Fort. Melbourne, Victour Properties Marmion, R. J. (2009). „Gibraltar of the south: defending Victoria: an analysis of colonial defence in Victoria, Australia, 1851-1901‟. PhD thesis, School of Historical Studies, Faculty of Arts, The University of Melbourne. O‟Neill, Frances & Historic Buildings Branch & Ministry of Housing and Construction,1988, Point Nepean, a History, prepared for Department of Conservation, Forests and Lands, (Melbourne) Schofield, John (ed) 1998 English Heritage, Monuments of War: the evaluation, recording and management of twentieth-century military sites Millar, T.B. „History of the Defence Forces of the Port Phillip District, Colony of Victoria, 1836-1900.' M.A. Thesis, University of Melbourne, 1957. Morris, D.W. Fortifications at Port Phillip. Department of Architecture, University of Melbourne, 1969. Public Works Department, Victoria. Proposed Point Nepean National Park Concept Plan Prepared for Department of Conservation, Forests & Lands. Melbourne, 1987.

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Conclusiones

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The Americas Fortifications; Research, Preservation, Assessment and Management

Al concluir durante tres días con gran éxito estas intensas Jornadas, donde miembros de ICOFORT y Patrimonio Edificado Compartido, hemos enriquecido a través de la diversa información que aquí se ha presentado. Esta reunión constituye una oportunidad muy especial, gracias al apoyo que nos ha brindado un grupo de entidades locales, organizaciones internacionales, miembros de ambos Comités Internacionales y personal de apoyo, sin su esfuerzo este evento no hubiese sido posible. Aprovecho la ocasión para expresar nuestro profundo agradecimiento a los siguientes: ICOMOS Cuba, Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Oficina Regional de la UNESCO en La Habana, Comité Científico Internacional de ICOMOS de Patrimonio Edificado Compartido, Colegio Universitario de San Gerónimo, A todos los participantes Nacionales e Internacionales, Al personal de apoyo del Gabinete de Arqueología, Al personal de apoyo del Castillo de La Fuerza, A los Traductores, A la delegación de Corea del Sur, A la delegación de Australia, a Tamara Blanes Coordinadora para la Región de América Luso-Hispana. De acuerdo a todos los temas presentados en cumplimiento del objetivo de esta reunión; intercambiar conocimientos y experiencias Conservación, Preservación, Protección, Interpretación, Uso y Manejo sobre Fortificaciones y Patrimonio Militar. Presentamos a continuación las siguientes conclusiones según acordadas. ICOFORT se compromete a:  Apoyar el estudio sustentable, la recuperación y restauración de la ruta original del itinerario fortificado de Veracruz-México vía Xalapa. 

Apoyar la continuación del estudio de la Obra de Los Antonelli en América.

Apoyar como ejemplos de modelos de Gestión Cultural según se vienen implementando en la Fortificaciones Brasileras, Canadá, Bélgica y Elvas-Portugal.

Apoyar como ejemplo de modelos de Programas Educativos según se vienen implementando en las Fortificaciones de Uruguay por la Organización Al Pie de la Muralla.

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ICOFORT International Committee on Fortifications and Military Heritage

Apoyar la Gestión Cultural que se está realizando en las Fortificaciones de Santiago de Cuba por la Oficina del Restaurador de la Ciudad.

Apoyar las propuestas de Rescate, Rehabilitación y Adecuación de las Fortificaciones cubanas del Castillo de San Severino y La Trocha de Júcaro a Morón y Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua en Cienfuegos.

Apoyar los estudios que se vienen realizando para ampliar los mecanismos de identificación de fortificaciones de Occidente a Oriente.

Apoyar continuar Fortificaciones.

Apoyar la propuesta de la Reunión Anual de ICOFORT del 2014 en Rio de Janeiro, Brasil.

Apoyar la propuesta de la Reunión Regional de América de ICOFORT del 2014 en Veracruz, México.

trabajando

en

un

documento

doctrinal

sobre

Y con esto se dan por Clausurados los trabajos de esta reunión Internacional de Fortificaciones y Patrimonio Edificado Compartido.

13 de febrero de 2013, en La Habana Cuba.

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