Articulación familia-escuela es clave para enfrentar acoso escolar Directores son los primeros que deben intervenir cuando hay hostigamiento
El niño que acosa es un niño que ha sido tratado con violencia en el hogar, ya sea física o verbal AC/ARCHIVO DELIA MENESES | EL UNIVERSAL sábado 22 de febrero de 2014 12:00 AM La respuesta que dio el Distrito Escolar a un caso de acoso que se presentó hace tres semanas en el liceo Urbaneja Achelpohl en Los Rosales fue la de cambiar a la niña afectada a una institución cercana. Para la madre de la estudiante esto no resuelve la situación ni garantiza la integridad física de su hija, por lo que está solicitando la modalidad de estudio a distancia, a través de guías. La falta de respuestas efectivas de las instituciones alarma a los padres cuando se ven involucrados en una situación de acoso escolar. Para Cecodap, que ofrece talleres a docentes, estudiantes y familias para alejar la violencia de las aulas, hay cuatro conceptos clave para enfrentar el acoso: que la comunidad educativa no tenga miedo a expresarse, formar a los docentes en los aspectos socioemocionales de los niños y jóvenes para saber cómo actuar y qué esperar de ellos, la articulación entre la familia y la escuela para proteger a los estudiantes y el seguimiento de
los casos. Aunque la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopna) no regula ninguno de los tipos de acoso escolar de forma expresa, establece que niños y jóvenes son sujetos de derecho con deberes y responsabilidades y pueden ser enjuiciados en los tribunales penales y resultar condenados. María Montilla, docente y psicóloga, recalca que los maestros no pueden tenerle miedo a la Lopna pues muchas veces se cree que esta normativa ampara todo lo que hagan los muchachos y no es así. "Los derechos se acaban cuando empiezan a menoscabar los de los demás" Para la psicóloga y directora de la Cátedra Elaine de Beauport de la UCV, Aura Díaz, cuando hay conductas de hostigamiento, maltrato y violencia en los planteles, la primera intervención debe ser la de la directora del plantel. A su juicio deben hacerse todas las reuniones que sean necesarias con los niños agresores y sus padres junto a los estudiantes acosados y sus representantes. "El cambio de comportamiento se logra con repetidas acciones de la directora, los docentes y los padres. Es un proceso de paciencia y seriedad y, si es necesario, debe buscarse asesoría en instituciones que trabajan el tema". Para Díaz, el niño que acosa es un niño que ha sido tratado con violencia en el hogar, ya sea física o verbal, con exceso de exigencias o falta de empatía. "Crece con dureza y aplica dureza con sus semejantes, pero no con los adultos sino con sus iguales". Díaz recomienda asistencia psicológica pero con un profesional formado en empatía y acoso escolar, además de preparar a los maestros con charlas y talleres sobre los aspectos socioemocionales. "El mundo emocional en las escuelas ha estado muy abandonado y los alumnos llevan sus emociones a las aulas". Llama a negociar con los padres de los niños agresores y de los agredidos, negociar la paz entre los alumnos y buscar alternativas para salir de esas rabias acumuladas que tienen los niños y jóvenes. Para Fernando Pereira, coordinador general de Cecodap, el acoso y las agresiones que se llevan a la escuela son un reflejo de lo que ocurre en el hogar. "Padres que pasan del autoritarismo total a la permisividad total. Los muchachos crecen sin noción de límites y eso se convierte en un peligro para ellos mismos y para el entorno. Comienzan a ver que pueden ejercer mecanismos de control sobre otros chamos en la escuela, acosarlos. A los planteles llevan el tipo de relación que ven en su casa y en la comunidad que generalmente es de confrontación. Agredir y someter a otro se convierte en algo normal y natural".
Recomiendan a los padres supervisar las plataformas tecnológicas a las que acceden sus hijos pues cada vez es más frecuente la utilización de las redes sociales para divulgar información que ridiculice o deje en evidencia a otra persona. Aunque no hay cifras oficiales, en un estudio realizado por Cecodap con unos 300 estudiantes de planteles de los cinco municipios del Área Metropolitana, 40% reveló haber sido víctima de algún tipo de acoso escolar.