Conclusiones

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Tomando en consideración los antecedentes históricos de la sociedad guatemalteca, podemos observar la urgente necesidad de construir bases y principios sociales que produzcan como resultado una sociedad más inclusiva y una cultura de paz que haga de Guatemala un país agradable para todos sus habitantes sin importar sus diferencias sociales, culturales, económicas, biológicas u otras. Toda práctica de racismo es considerada como toda acción de rechazo, desvalorización y exclusión.

Desde el punto de vista cultural, el racismo se convierte en una manifestación violenta de discriminar a una persona vulnerando sus derechos de identidad cultural, es una marca hiriente que focaliza las diferencias culturales, étnicas y lingüísticas ocasionando sumisión y asimilación en muchas ocasiones, lo cual es manifiesto por la falta de igualdad en oportunidades y en el trato.

Es importante resaltar que una persona se convierte en racista porque existen temores e inseguridades que le ocasiona frustraciones y agresividades, carece de principios y valores debido a sus insatisfacciones personales y vacíos existenciales.