REVISTA SCORP COLOMBIA CUARTA EDICIÓN OCTUBRE 2 0 1 6
Javier Alejandro Mesa López - Sesión SCORP-Turquía (Marzo de 2015)
INDICE INTRODUCIÓN ……………………………………………………4 EDITORIAL…………………………………………………………….. 5 Think outside the “BOMB”……………………………………...6 Medicina: Una revolución de paradigmas………………….7 Que valgan los minutos……………………………………………….8 Los servicios de la salud en el siglo XXI: Un enfoque bioético………………………………………………………………………….9 Sentir……………………………………………………………………………...11 Medicina y sociedad: Una pareja ineludible…………………….12 Recuperar el sentido del emblema como reto del médico en el siglo XXI………………………………………………………..12 El sistema de salud, ¿un error médico del siglo XXI?.............13 Síndrome de la bata blanca en los médicos……………………….14 Aviones y barquitos de papel: ¿Cielos azules o mares de lágrimas ?.......................................................................15 Leer al paciente ¿Un verdadero reto de la medicina actual ?............................................................................. 16 La investigación: Pilar fundamental en el desarrollo de la medicina moderna……………………….......................17 Divorcio de la relación médico-paciente………………...18 Prevenir, es combatir…………………………………………..19 Érase una vez un médico ecológico ……………..…..20 La medicina: El arte de la humanidad……………21
José Jesús Hidalgo Heredia Oficial Local en Derechos Humanos y Paz Sub-director editorial SCORP Colombia Universidad Cooperativa de Colombia ACEMED-UCC – ASCEMCOL Villavicencio, Colombia La medicina a lo largo de los años se ha visto sumida en grandes cambios y avances para el fortalecimiento de la misma, el médico actual ha empezado a transformar ese pensamiento y actuar ancestral gracias a las innumerables ayudas que la ciencia a creado para ellos mismos, a pesar de todo el conocimiento teórico-práctico que se adquiere en la medicina, no ha sido suficiente para el médico dar solución a todo lo que él debe enfrentar en su día a día, debido a las innumerables barreras que deben afrontar, desde un sistema de salud paupérrimo o el hacer frente a un paciente que ya viene autodiagnosticado hasta dar malas noticias al paciente y familiares, sin poder dar solución alguna; hay cantidades de desafíos que el médico en su diario vivir debe conllevar, que si me coloco a enumerarlas nunca acabaría. Es por ello que hoy día la medicina exige profesionales con un gran criterio humano y profesional, con grandes habilidades y conocimientos que demuestren su buena formación, claro está, nunca dejando al paciente a un lado, ya que por mucho conocimiento que se demuestre si no se sabe empatizar con el paciente, viéndolo como un todo, como una realidad que enseña no solamente a ser mejor profesional, sino que forma para ser mejores personas. Hay que aprender a traducir todo ese conocimiento y simplificarlo de una manera más clara para que se cree un vínculo médico-paciente que hoy día se tiene olvidado por tantos atavíos que surgen (el tiempo, el sistema de salud, el estrés, el cansancio, el número de pacientes, la tecnología, etc) y así generar lazos de confianza para que se pierda el miedo; quizás el cansancio extremo es una de los enemigos más crueles del médico, debido a las inmensas exigencias crecientes de la profesión, ya que hoy día la salud se volvió más un negocio que un derecho universal, y es ahí donde debemos hacerle frente a la realidad que vivimos, porque antes de ser médico, se es persona. No es posible que se empiece a depender de maquinas en su totalidad, metiéndose tanto en el cuento que se pierda la capacidad de escuchar, mirar a los ojos y saberse expresar, hasta llegar a mecanizarse la práctica médica, logrando perder ese ideal por el que se inició a estudiar medicina, la vocación! Querido lector, los desafíos son muchos y complejos, sabemos que no solamente basta con creer saberlo todo, que ser buen médico va más allá del conocimiento, ser buen médico es saber conllevar de la mejor manera cada desafío que se genere en el día a día, logrando el objetivo final, que es lograr la satisfacción plena médicopaciente. A continuación encontrarán la inspiración crítica y reflexiva de estudiantes de medicina, los cuales luchan por un mejor mañana. pág. 4
Pamela Delgado Barroso Asistente Regional Américas SCORP 2016-17 Universidad La Salle, México DF TNHRT y TNT Trainer ¿Por qué dudamos cuando decimos que la ética y los derechos humanos no tienen nada que ver con la medicina? La Organización de las Naciones Unidas describe a los derechos humanos en la Declaración de los Derechos humanos como “Los Derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y la igualdad de derechos de hombres y mujeres.” La declaración de Ginebra define lo que es la dignidad de un médico hacia la persona “Velar solícitamente y ante todo por la salud de mi paciente” “Velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aún bajo amenaza, y no emplear mis conocimientos ,médicos para contravenir las leyes de la humanidad.” La Declaración de Venecia dónde “El deber del médico es curar y cuando sea posible, aliviar el sufrimiento y actuar para proteger los intereses de los pacientes.” Igual lo dice la Declaración de Oslo donde determina que “el primer principio moral que se impone al médico es el respeto a la vida humana desde su comienzo”; y así podría seguir describiendo juramentos y declaraciones durante todo el texto, incluso toda la revista, si lo tenemos tan claro en tantos escritos y documentos, ¿Por qué no lo aplicamos? ¿por qué no lo queremos ver? Creo que todos empezamos a estudiar medicina porque nos gusta ayudar a los demás, pero conforme pasa la carrera, conforme
adquirimos nuevos conocimientos ese pensamiento va desapareciendo y nunca recordamos que si la práctica de la medicina no fuese conforme a la dignidad de la persona humana, tal actividad no podría calificarse como médica, no nos podemos quedar en darle al paciente el respeto que se merece, la práctica de la medicina junto con los derechos humanos y la ética es mucho más, es la capacidad de sentir, de padecer junto al enfermo, experimentar la problemática de su enfermedad, sus miedos, ansiedades, tentaciones, experimentar el enojo que produce la enfermedad. A lo largo de la revista podremos ver muchos ejemplos y desafíos que tenemos día y a día y cómo enfrentarlos, pero hay que poner atención en que el verdadero desafío de la medicina es aplicar todas las tecnologías y nuevos descubrimientos sin dañar la dignidad ni los derechos de nuestro paciente, recordar que estamos tratando personas. El mundo necesita de médicos vean por el paciente, no por si mismos, que vean por la dignidad y derechos que están implícitos en todos los pacientes por el simple hecho de ser humanos. Los invito a través de todos los textos a ponerse los lentes de la vida y pensar la manera de resolución ética de todos los problemas que nos están presentando y la forma en la que cada uno de nosotros actuaríamos ante tal situación, ¿Estamos viendo por la medicina o por los derechos humanos?
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Muna Rommaneh Jordan University of Science and Technology IFMSA-Jo Jordania
"Run! Sweetheart, run!!" The seven-yearold girl told her baby sister as she was playing "hide and seek". Do you remember the last time you played that game? Allow me to take you back to our childhood years when "hide and seek" was our favorite game to play. We hid behind doors while being vigilant. We reacted to strange noises, and had continuous flashbacks that reminded us of the "danger" we were in. We were very anxious and calm as we didn’t want to get caught. Anxiety kept us ready to fight, run, and change places without being caught! Being calm prevented us from being too active and putting ourselves at greater risk of getting caught. Today, millions of children around the globe are playing "hide and seek". However, they're not playing the traditional one; they are playing a bloody version of it. War has been witnessed in many different places across the world, and children are the biggest losers of this bloody game. Though war is horrible, what comes after it is even scarier. The insurmountable pain isn't created by the initiating trauma, but is created by the lack of support after. Judith Lewis Herman once said "The conflict between the will to
deny horrible events and the will to proclaim them aloud is the central dialectic of psychological trauma". The Post Traumatic Stress Disorder is an anxiety disorder that may occur after an individual has experienced a traumatic event such as war. Imagine having millions of children suffering from this disorder. The children are the future of this world! From east to west, children have lived some type of war. They have wounds that never show on their bodies, but are found much deeper. They're more hurtful than anything that bleeds. The human race needs to understand that an eye for an eye will leave the whole world blind. The number of refugees is only increasing day by day! If war is the answer, we're certainly asking the wrong question. We are living in the era of global fear, and it is our responsibility to stop what has been running for many years. Let's save lives, and assure mental and physical wellness of our youth, adults, and the elderly. A series of actions is available with a sense of the importance of effective humanitarian action. Take the first step towards peace, everyone else will follow!
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Rossycela Montero Ariza Oficial Local en Derechos y Paz Universidad del Norte Barranquilla, Colombia
Es evidente como los cambios en la dirección de la medicina actual han logrado establecer medidas para mejorar la calidad de vida, lo que ha aumentado el promedio de vida en los últimos 50 años. Estos logros se deben en gran medida a un mejor conocimiento de la historia natural de las enfermedades, la aplicación de grandes adelantos científicos, pero también a una nueva visión de la salud integral, en la cual se ha avanzado aunque de forma limitada en la medicina preventiva, y la comunicación para la salud. El fenómeno de la globalización ha traído nuevos retos para la medicina, en la cual un cambio en los estilos de vida de las sociedades actuales ha marcado un paso entre la prevención de las enfermedades infectocontagiosas y la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión y la diabetes, que hoy son las responsables en gran medida de los índices de mortalidad y morbilidad ante una creciente industrialización. Nos enfrentamos a lo que será para Norman Borlaug, la nueva revolución verde: “La revolución biotecnológica”, una revolución en la cual la medicina hace parte de una red de mundos que trabajan en colaboración y cuyos resultados son
una combinación de diferentes áreas como la ingeniería y la psicología. Pero no solo a esto nos enfrentamos sino a las nuevas barreras sociales y económicas que esta ha traído, como el paradigma de las enfermedades huérfanas, en un mundo en el cual la prosperidad y el crecimiento económico no está al acceso de todos, y la salud llega a ser más que un derecho elemental, solamente el lujo de pocos; demostrando que para hacer crecer la economía no hay mejor camino que el de invertir en la salud de las personas que son el futuro y presente de las sociedades.
Esta revolución biotecnológica además de llevarnos a un paradigma económico también nos arrastra a un paradigma científico en el cual la bioética ha tenido que redefinir sus bases ante una revolución biológica, que tiene a la reprogramación genética del ser humano con un objetivo predictivo o uno perfectivo, pero que en ambos casos representa una barrera muy frágil entre la ética y la ciencia. Un paradigma que como nos expresó Steven Pinker: “Al igual que los primeros días de la internet, los albores de la genómica personal promete beneficios y peligros que nadie puede prever”.
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Alexandra Guzmán Oficial Local en Derechos y Paz Universidad Industrial de Santander SEIMED-UIS – ASCEMCOL Bucaramanga, Colombia
La Medicina del siglo XXI no solo tiene el reto de enfrentarse a enfermedades crónicas y muy frecuentes como la diabetes, la obesidad, la hipertensión o incluso la demencia (las cuales acosan en alto grado al mundo), sino también de encontrar la manera de prevenir que la insatisfacción de los médicos o profesionales de la salud se vaya incrementando, junto con la desconfianza percibida por los pacientes con respecto a la atención prestada por los instituciones sanitarias. Para nadie es un secreto que en la actualidad los avances tecnológicos y el capitalismo no solo han permitido dar un gran paso a la globalización sino también a la deshumanización de los pueblos, lo cual se evidencia claramente en un sencillo escenario como un consultorio, lugar en donde se comprueba que el médico dirige más su mirada al computador que a su propio paciente. Esta realidad se debe principalmente al pregonante deseo de los sistemas de salud por generar abundantes cantidades de dinero a partir del aumento de la productividad de sus profesionales, ocasionando la degradación de un acto tan importante como la consulta a tan solo una charla impersonal entre dos desconocidos que simplemente los une, el anhelo de intentar dar solución a un problema y el de terminar a tiempo, respectivamente. El médico del nuevo milenio, no se encuentra únicamente frente al reto de nuevas epidemias y enfermedades generadas en
amplio grado por los estilos de vida, sino también con el enfrentamiento de diversos factores que atañen a su formación y calidad profesional que pueden incluso afectar el trato con sus pacientes, ocasionando de este modo la reducción del ser humano a un simple conjunto de tejidos y órganos, dejando al lado los sentimientos y vidas de cada uno de ellos y finalmente dando lugar a la materialización de la propia carrera. Teniendo presente lo anterior, vale destacar que el médico no es tan solo la persona que instruye la mejor forma en que puede ser tratado el paciente, sino aquel instrumento de la vida que puede llegar a hacer más que los propios analgésicos y medicamentos que prescribe, ya que a través de la empatía, la cortesía y la solidaridad demostrada en su sonrisa o en sus ojos, puede incluso mejorar la calidad de vida de las personas. Por lo tanto, teniendo en cuenta lo manifestado, la medicina del siglo XXI es responsable de superar todos los obstáculos que se le presenten, encontrando la mejor forma de defender la atención brindada a los pacientes no solo por los galenos, sino por todos los profesionales de la salud, a través de la extensión del tiempo dedicado a las personas y la calidad de atención prestada a cada una de ellas, por medio de un trato cálido y amable que aunque tal vez no pueda curarles de sus padecimientos, sí pueda en cierta manera mejorar el estado emocional o por qué no, sus propias vidas.
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Los Servicios de Salud en el siglo XXI: Un Enfoque Bioético José Espino Vergara Oficial Local en Derechos y Paz CEMUP – IFMSA Panamá Universidad de Panamá
Desde el inicio de la práctica médica, la esencia y la vocación médica se ha centrado en el bienestar del paciente y en la mejoría de la condición que lo aqueja. En la actualidad, nuestra profesión médica ha sido víctima de hechos deshonrosos que atentan contra los derechos del paciente en todos sus aspectos.
No es raro ver en medios de comunicación y redes sociales, publicaciones con contenidos inapropiados sobre pacientes dentro de un centro médico, ignorando el derecho a un consentimiento informado, implicando la violación completa de los principios bioéticos de la práctica médica (Beneficencia, No Maleficencia, Justicia y Autonomía). Es lamentable pensar que en la actualidad un tratamiento de un paciente se limite solo al tratamiento médico, dejando de lado un abordaje biopsicosocial del paciente. Se ignoran sus relaciones intrafamiliares, entorno laboral, estabilidad mental y sentimientos, tornándose tal cual como un objeto. Además, existen situaciones en que se hace caso omiso a los deseos del paciente y se les estigmatiza por motivos tales como enfermedad terminal, bajo nivel socioeconómico, ser población LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Personas Trangénero), adultos mayores, inmigrantes y comúnmente personas con VIH positivo: los cuales son seres
humanos con igualdad en derechos. Esto es solo un simple ejemplo del debilitamiento de la ética en los profesionales médicos, quienes han ido olvidando que más que tratar una enfermedad, están tratando enfermos; enfermos que ven en los médicos aquel ser humano con la bondad, vocación, gentileza y confianza, para ayudarlos a mejorar su condición, o si no es posible esto, permitirles paliar su sufrimiento y hacer de su final, un final placentero y en tranquilidad.
La medicina se creó para servir a los pacientes con fervor, dedicación, vocación y honestidad, siempre buscando el bien del paciente con el proceder correcto y responsable, tomando en cuenta al paciente como un ser integral, basándose en los cuatros pilares del proceder bioético de la medicina. Que sean los nuevos médicos del siglo XXI, los que pausen esta realidad, forjen un futuro prometedor rescatando el honor de nuestra profesión, médicos que pongan los intereses del paciente por delante de los propios, recordando los verdaderos motivos por los cuales decidieron iniciar esta grandiosa labor de salvar vidas y teniendo presente las palabras del Padre de la Medicina, Hipócrates: “curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre”.
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Katherine Castro Erazo Pontificia Universidad Javeriana Tesorera ASCEMPUJ - ASCEMCOL Santiago de Cali, Colombia
Hoy en día hay muchos retos a la hora de estudiar medicina, y convertirse en médico. Desde que empiezas la carrera sabes que tendrás que renunciar a algunas cosas, tendrás que tener siempre fortaleza mental y física para lo que se viene. Muchas veces pienso en que lo más importante en un médico, es ser persona. Creo que muchas veces lo que sucede es que los médicos se convierten en “maquinas”, tanto por los sistemas de salud, como puede ser porque se empiezan a insensibilizar hacia el otro. Quizás una de las cualidades más importantes es el sentir, no se debe temer a sentir más de la cuenta; yo por mi parte, a veces siento más de la cuenta, pero no creo que eso sea malo, me ayuda a ponerme en el lugar de otro, en sentir su dolor como si fuese mío, en querer de verdad ayudar y hacer algo por ellos. Sé que muchas veces mi ayuda no siempre será bienvenida, que a veces cuando das tanto de ti misma, puedes terminar lastimándote. No siempre podré
salvar a alguien, ni ayudarlo; quizás en ocasiones no quieran que los ayude. Es posible que muchas veces incluso me pregunte para qué seguir intentándolo. En el momento en que eso pase, recordaré todos esos momentos en que quise renunciar y no lo hice, y el resultado fue que terminé victoriosa. Recordaré eso y seguiré adelante, sabiendo que si trabajas duro y haces las cosas con el corazón, tarde o temprano, las cosas terminarán bien. No hay que tener miedo a esforzarse, a dar mucho de si mismo; no hay que temer a lastimarse un poco en el proceso…porque sinceramente las mejores aventuras son aquellas en las que hubo muchos tropiezos en el camino; porque cada error, cada tropiezo, nos enseña algo.
Yo por mi parte, prefiero pecar por dar mucho de si misma en mi labor, que no poder ayudar a nadie por temor; porque si vas a hacer algo, es mejor hacerlo bien y poner todo tu corazón en ello, que hacer algo a medias.
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Medicina y sociedad: Una pareja ineludible
María Clara Jácome Sandoval Oficial Local en Derechos Humanos y Paz Universidad Nacional de Colombia ACEMUNAL- ASCEMCOL Bogotá DC, Colombia
A lo largo de la historia, la medicina siempre se ha hallado a sí misma inmersa en las dinámicas de la sociedad a la que pertenece. Hoy en día nos encontramos en un mundo cada vez más competitivo y fanático de lo efímero, al que la medicina se ha vinculado por medio de publicaciones científicas y de encontrarle cada vez más rentabilidad al negocio de la salud. Vemos cómo se hacen avances que permiten tratamientos y tecnologías cada vez más costosas e inaccesibles, mientras nuestra población aún muere de causas prevenibles y tratables masivamente. Existen amplios deseos de optar por especialidades y sub especialidades clínicas en una vida citadina, cuando la carencia es de médicos generales rurales. Hemos dejado de conocer al paciente en todos los ámbitos de su vida antes de ayudarlo a sentirse mejor. Y aparece también una tendencia a sacrificar la ética y los valores en nombre de la ciencia y el marketing.
Es entonces el momento de los médicos y futuros médicos de reflexionar sobre el papel que queremos desempeñar en esta sociedad. Debemos encontrar el punto de equilibrio que nos permita adaptarnos sin perder nuestra esencia ni nuestros objetivos planteados desde hace siglos, como, por ejemplo, la reacción de extender la mano al enfermo y al desvalido y la defensa de la vida humana en condiciones dignas por encima de todo. Está claro que no podemos escapar de la realidad del mundo en el que vivimos, pero que tenemos la capacidad de influir en ella. Necesitamos estar más unidos que nunca para reconstruir la identidad de nuestra profesión médica con educación y trabajo en equipo. Así como con profesionales despiertos y con vocación de trascender lo académico, con el fin de recuperar el rumbo hacia un verdadero y satisfactorio ejercicio de nuestra profesión médica.
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Sara Liliana Fonseca G Universidad Nacional de Colombia ACEMUNAL- ASCEMCOL Bogotá DC, Colombia
La medicina moderna se ha propuesto ambiciosas metas para este siglo. Ampliar la cobertura de los servicios de salud, reducir la mortalidad materna, prevenir las enfermedades crónicas y reducir la desnutrición son solo algunas de ellas y aunque las considero importantes y a pesar de que mi formación como médica va enfocada a cumplir con estos objetivos, creo que hay un reto que nos falta por proponernos: Recuperar el sentido de el emblema. Si buscamos un símbolo o emblema para representar la profesión medica, seguramente pensaremos en el Bastón de Esculapio, o en la cruz roja, esta ultima es de los escasos símbolos que la gente reconoce de inmediato en cualquier parte del mundo. Pero si profundizamos en su historia, estos emblemas representan características que deberían definir todas y cada una de las practicas de un medico: Imparcialidad y ayuda desinteresada. Nos encontramos en una época de la historia donde la figura del médico ya no representa lo mismo que hace unas décadas, la profesión médica ha sido utilizada para satisfacer intereses políticos y económicos, y la figura del médico ha pasado de ser esa persona que abnegadamente entregaba su vida para salvar la de otros, a una persona
pedante, orgullosa y que bajo la presión suficiente seria capaz de perjudicar a sus pacientes o de usar sus conocimientos a favor de sus propias ambiciones. En momentos como estos es donde el estudiante de medicina, el médico, el especialista y hasta el sub especialista deben hacer un análisis sobre su profesión, sobre la elección que hicieron y de lo que representan los pacientes para cada uno. A veces se olvida que estamos hablando de seres humanos, y con el afán de cumplir unas metas impuestas por alguna organización internacional, se ha dejado a un lado el significado real de la medicina. Espero que en este siglo se cure el cáncer, se reduzca la mortalidad materna, que la gente no se enferme de diabetes por falta de prevención, ojala la gente que padece de adicciones pueda superarlas, ojala cumplamos todas las metas científicas que nos hemos propuesto como gremio en este siglo, pero realmente espero que el médico vuelva a su origen y que abracemos de nuevo el emblema, que usar una bata blanca sea un símbolo de la actitud de nuestro corazón al ver a otro ser humano sufriendo, una actitud pura, lejos de pretensiones egoístas o manchada por prejuicios.
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Melissa Julieth Arciniegas Morales Universidad Cooperativa de Colombia Ex-Local Officer on Human Rights and Peace Local Officer Exchange (LEO) Villavicencio, Colombia
Muchos se preguntaran ¿Si en medicina existirán errores o solo es consecuencia de las enfermedades? Si vamos un paso más allá, en el siglo XXI aparte de la alta incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles en países en vía desarrollo o la prevalencia de enfermedades infecciosas o de transmisión sexual en países tercermundistas; si te dijese, que uno de los mayores índices de mortalidad en pleno siglo XXI son errores médicos a causa de un descompensado sistema de salud. ¿Me creerías? El error médico es un síntoma que aparece por la negligencia, la falta de ética social, política, fallas en el conocimiento y un sin número de ideas que usted podría imaginar ahora. Pero si te dijera que el mayor error médico aparece por la crisis de los sistemas sanitarios y la ‘’nueva’’ implementación de políticas públicas estrechas dirigidas por un grupo social oligarca ¿Me creerías por segunda vez? Resulta complicado poder equilibrar el derecho que tiene cada uno de ustedes como paciente, frente a las políticas encaminadas en protocolos anodinos o prácticas con censura que no permiten el desenvolvimiento clínico de aquellos profesionales de salud que quieren mejorar la calidad de vida de sus
pacientes, y pese a ello vienen una serie de problemas que debemos afrontar. Las miles de tutelas, el sin número de demandas en contra de los médicos por la mayoría de errores que repercuten el bienestar físico y social del individuo; y lo lógico que viene siendo esto para un individuo, su familia y un pueblo que ¡Exclama a gritos! sus derechos por la prestación digna de un servicio que garantice sus necesidades básicas en salubridad; pero al otro lado de la moneda está el médico… Un médico que debe enfrentar este tipo de situaciones rigiéndose bajo unas normativas que no son las más correctas ni concretas en medida de salud social, implementadas por unas figuras políticas que buscan el empoderamiento y beneficio económico a espaldas de un país. Así, el sistema de salud sigue siendo un “ERROR MÉDICO”… una brecha hermética que debemos pagar unos pocos, mientras existan malas gestiones administrativas que no se sabe sin son más evitables o peligrosas, siendo un debate que persistirá por mucho más años… ..Un debate que si no ponemos un freno ahora, seguirá siendo el lucro de unos cuantos, el silencio de algunos y el final de la muerte de muchos!
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Síndrome de la bata blanca en los médicos Alan Antonio Leija Torres IFMSA México – AEMULSA Universidad la Salle México DF, México
Todos y cada uno de los días que pasamos tanto en la Facultad como en el hospital nos enseñan sobre de muchas cosas, el cómo moverte, comportarte, hablar, vestir y hasta respirar como médico. Nos fomentan la idea de que para ser médico, primero tienes que parecer médico, inclusive antes de entrar a la carrera; y con el tiempo y sin darnos cuenta, lo logramos. Empezamos a honrar la bata e inclusive nos hacemos de más instrumentos simbólicos. En un abrir y cerrar de ojos dominamos las habilidades que desde un principio nos pintaron como las virtudes imprescindibles de nuestra futura vida. Empero, el verdadero desafío no es aprender a ponernos la bata, eso fue sencillo; el verdadero desafío en que aprendamos cómo, cuándo y dónde quitarnos la bata. Entender que la virtud es el equilibrio, entender que no tenemos que traer la bata puesta todo el tiempo. Estamos detrás de un escritorio sentados, sin darnos cuenta, en nuestro trono de superioridad donde tenemos en frente a una persona en posición vulnerable que nos está teniendo la confianza de contarnos asuntos y situaciones que no le contaría a alguien más. Es claro que uno como médico se le ve como autoridad y claro que nos
tenemos que comportar a la altura de la situación como autoridad, pero también nos tenemos que comportar a la altura de la situación como seres humanos. Es ese el momento en el que digo que hay que saber quitarnos la bata, hay que saber poner en contexto al paciente, y sobre todo se debe aprender a ponerse en el contexto del paciente, con un triple de atención. Si no, por favor que alguien me explique cómo voy a entender el verdadero origen de su padecimiento, que me expliquen ¿Cómo dar el mejor tratamiento posible si no entiendo el padecimiento real?
Enseñar al médico en formación a que no siempre tiene que tener la bata puesta, a que tiene que pensar en el contexto, en la verdadera responsabilidad que conlleva ser médico, que somos los que tendremos que dar de vez en cuando malas noticias y es uno quien romperá el corazón de muchas personas, hacer consiente al médico en formación de la sensible humanidad de las personas y que debe aprender a tratar con ella en cada particular caso. Humanizar al médico es el desafío de la medicina en el siglo XXI.
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Laura Marcela Aguirre Martínez Universidad del Valle Sub-NOME ASCEMVAL - ASCEMCOL Santiago de Cali, Colombia
Imaginarse aviones de papel surcando un cielo azul, en vez de aviones de guerra contaminando todo a su paso, nunca antes estuvo tan presente en las mentes de niños y adultos colombianos. No es necesario ser médico para reconocer que es imperativo, encontrar una pronta solución a la triada mortal de hambre, enfermedad y guerra, que atormenta a nuestro país desde los remotos tiempos del sueño bolivariano (incluso antes). Por azares del destino, de los dioses o de la evolución de las especies y los espacios, hemos nacido en un país bañado por mares de lágrimas, tan caudalosos como los ríos y océanos que cruzan o delimitan nuestro territorio.
Qué se le va a hacer si nos tocó ser médicos en una nación que tiene no solo miles de cuerpos maltratados, sino millones de almas heridas por el estruendoso paso del conflicto, voces silenciadas no por infecciones respiratorias, sino por aquellos que, mediante armas o amenazas, suelen callar a quienes emiten un grito de protesta. Hemos sido llamados a asumir el desafío del posconflicto, porque si de algo estoy segura es de aquel hermoso verso que reza el himno a mi ciudad, Santiago de Cali: “Nuestros padres ganaron la guerra y nosotros ganamos la paz”. Es claro que, con los acuerdos recientemente rechazados o con otros próximos a llegar, seremos la generación que vote, firme y sea artífice de la construcción de una paz estable y
duradera. Contrario a algunos compañeros, futuros colegas, que se distancian del panorama político y del momento histórico que vive nuestro país, afirmando incluso que no es de nuestra incumbencia o interés lo que suceda con los grupos armados, víctimas, gobierno y partidos políticos; yo estoy plenamente convencida de que es menester adoptar una postura crítica, asumir nuestro papel como juventud transformadora de la sociedad de la que hacemos parte. No se trata de gustos o preferencias, no se elige el paciente con secuelas de la violencia que llega al consultorio, ni tampoco al político de turno que pretende mediante leyes destruir el derecho a la salud, por el que luchamos a diario. No se elige la angustia que llega hasta los huesos, al escuchar la explosión de una bomba o una mina mientras se lleva a cabo el Servicio Rural, ni tampoco el paciente traumatizado que acaba de salir del combate. Es preciso comprometernos con la no repetición de estos hechos, es un desafío inmenso, pero nunca antes fue tan claro el llamado a la acción. Hoy escribo esta carta en defensa de la vida, de la salud y del “Derecho a la utopía” descrito por Galeano, porque considero que no hay nada más patogénico que la violencia en una nación, ni signo tan patognomónico como la indiferencia y la ignorancia de sus habitantes.
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John Edgar Varón Pérez Secretario ACEMTOL- ASCEMCOL Universidad del Tolima Ibagué, Colombia
En medio de la convulsionada actualidad colombiana, oímos por todos los canales de comunicación críticas a todo lo que sucede en el país. Es imposible parecer sordo frente a toda esta información que circula, y de la misma forma parece difícil lograr citar la fuente de estas ideas críticas y argumentadas a la realidad que nos cobija. Dentro de los perceptibles problemas que aquejan a la sociedad colombiana, uno que suena con fuerza, es su sistema de salud; sistema al cual algunos tienen el valor y la seguridad de responsabilizarlo del mayor número de muertes en Colombia.
El sistema de salud colombiano es un constructo del cual hacen parte muchas células; grupo importante de este sistema, base y fuerza de trabajo del mismo, lo representan los médicos. Así es, los Médicos, ese gremio al cuál todos los usuarios acudimos cuando nos sentimos mal o incluso cuando tan solo queremos asegurarnos de que todo marcha bien en nuestro organismo, ese gremio de cuál nos quejamos por no darnos los medicamentos que deseamos y al cual culpamos de nuestras desgracias siendo o no culpables en parte o totalmente de las mismas. Al ser la cara del sistema que enfrenta a los usuarios, somos responsables no solo de atenderlos y “solucionar” sus “achaques” sino también comprenderlos, eso que nuestros mentores repiten una y otra vez durante sus cátedras “Leer al paciente”.
No es solo hacer el diagnostico, no es solo recetar una formula médica, es el entender el porqué de su enfermedad, y cómo puedo motivarlo a manejarla y a evitar que se repita. Como médico puedo enviar el medicamento específico que mencionan las guías internacionales o nacionales y jactarme de que esa es la solución, pero, ¿Qué efecto tiene esa acción si el paciente no puede reclamar el medicamento? ¿Qué efecto tiene mi decisión si el paciente no tomará su medicación?¿Qué efecto tiene mi criterio si el paciente se niega a creer que el tratamiento es la solución más fehaciente a su problemática? Todos estos aspectos, que pueden parecer tarea de otros y no nuestra, son muy importantes a la hora de lograr nuestras metas como profesionales de la salud, así que no pueden ni deben ser ignoradas.
Por esta razón -y por muchas otras que no alcanzo a mencionar- es que debemos comprometernos a “Leer” al paciente, entender su contexto, observarlos como un ser integral y no solo como una enfermedad. En esa observación radica el éxito de nuestra profesión, y es nuestra tarea, y de nadie más, darnos cuenta de qué necesita el paciente en base a sus creencias, su nivel socioeconómico, su escolaridad, etc. Ese es el verdadero reto que tenemos hoy en día, a pesar de la presión del tiempo y de las EPS; debemos cumplir nuestro deber. pág. 16
Diego Mauricio Bados Enriquez OLEDEC ACEMTOL- ASCEMCOL Universidad del Tolima Ibagué, Colombia
La investigación, es entendida como la curiosidad que tiene el hombre de ciencia, para responder sus inquietudes que surgen de su relación con el entorno día a día, y que cada vez se ha vuelto más formal al punto de crear el denominado método científico, que no es más que un algoritmo lógico para responder dichas preguntas. Cada día la Investigación tomas más fuerza en este mundo globalizado, lleno de información y lleno además de personas que no quieren dejar de saberlo
todo. Nosotros como médicos donde nuestro mayor haz bajo la manga es el conocimiento nos vemos en la necesidad y más que eso en la responsabilidad moral de emprender, fortalecer y dar continuidad a estos procesos desde el lugar de estudio o trabajo que nos encontremos. Y como ya dije, estamos en el mundo de la información, por lo tanto si la investigación no se publica, simplemente está muerta.
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Karoll Vanessa Ladino Oyola ACEMTOL- ASCEMCOL Universidad del Tolima Ibagué, Colombia Oscar Orlando Espejo Parra ACEMTOL- ASCEMCOL Universidad del Tolima Ibagué, Colombia La Medicina se ha erigido históricamente y para el conocimiento popular sobre dos bases, lograr la salud y curar la enfermedad. De este modo desde que Hipócrates hablara de la teoría de los humores hasta los avances científicos recientes como el trabajo del Dr Ohsumi sobre autofagia; siempre se ha visto al paciente como el centro de todo este conocimiento, es por el paciente, que los médicos buscan cada día el desarrollo de nuevos procedimientos, fármacos, mejoramiento de técnicas y elementos que les permitan poner en práctica su conocimiento de la mejor manera siempre atendiendo a una máxima de la medicina “primun non nocere”, primero no hacer daño. Es evidente que la relación médicopaciente ha sido un proceso cambiante, moldeándose de acuerdo a su tiempo, variando en las expectativas del profesional de la salud para su época; sea este un chamán, el curandero, médico de cabecera. El profesional de la saluda actualmente ha perdido su calidad de casta para pasar a ser un sometido del sistema. Se ha visto el surgimiento de un fenómeno particular que es de notable importancia en la práctica médica: la desnaturalización de la relación médico paciente, que se puede definir como una
relación interpersonal que: “permite al enfermo satisfacer su deseo y necesidad de salud y al médico, cumplir con una de sus funciones sociales más importantes” 1. Pero al ser llevada a la práctica, en el contexto de la salud colombiana, vemos que esta ha perdido su calidad, puesto que las distintas problemáticas, han generado un pensamiento, que el médico no es un sujeto con el que se trabaja conjuntamente para superar dificultades de salud; sino un personaje a quien debe vigilarse con cuidado, a quien hay que presionar y si es necesario demandar porque no tiene derecho a equivocarse y si lo hace debe pagar caro, incluso cuando por ley se reconoce a la medicina como una ciencia de medios, no de resultados. Todo este proceso erosivo sobre la relación médico paciente ha minado la confianza entre los actores de esta relación, el sistema es solo el caldo de cultivo, en realidad muchos factores como falta de políticas sociales de mejoramiento de condiciones de vida y de educación en salud se convierten en elementos que convergen para lesionar una relación que constituye el inicio de cualquier proceso de búsqueda de la salud y curación de la enfermedad. Referencias 1. Arce, M. A. (2008). Relación MédicoPaciente. La Habana: Ciencias Médicas.
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Michelle Lizardi Herrera AEMUAT – IFMSA México Universidad Autónoma de Tamaulipas Matamoros, Tamaulipas, México
México tiene los retos más importantes dentro del ámbito de la salud, como por ejemplo el sistema de salud que se maneja (se dice que el país con mejor sistema de salud en Latino América es Cuba), y la pregunta aquí es: ¿A qué se debe esto?, creo que la respuesta que podría dar sobre mi país, es que en México en gobierno federal no está dispuesto en invertir en un sistema de PREVENCION, creo que cabe recalcar que esta es la palabra clave en cualquier sistema de salud: PREVENIR. México es a nivel mundial el primer lugar en obesidad infantil y está dentro de los primeros 5 países con mayor cantidad de pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2, esto se debe como lo he mencionado anteriormente a que no contamos con un programa o sistema de prevención, uno de los problemas que en general tiene el país, es que tiende a copiar ideas o trata de adaptar un sistema de cultura
(alimenticio, social, etc.) como de un país vecino que es Estados Unidos, pero no nos hemos querido dar cuenta que ese ha sido el GRAN error, eso es lo que nos ha estado afectando. Se que quizá no he dicho nada, pero lo que intento es decir que sin un buen sistema de PREVENCION ningún sistema de salud funcionaria, claro esta que también tenemos que ver el apoyo de los pacientes y en eso influye la cultura que se inculca en cada país, y lamentablemente en mi país, se tiene la cultura de dejar todo para mañana, lo cual algunas personas al tener complicaciones dentro de su enfermedad, creen que la culpa es del medico y del hospital. Se debería considerar dar platicas de prevención y concientización en general. Aunque suene algo muy a futuro para mi país, sería uno de los retos que más importancia yo le daría a mi país en general.
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Mariangel Miranda Bitar Universidad de Cartagena ACAMC - ASCEMCOL Cartagena de Indias, Colombia
Sería interesante indagar y encontrar en el ámbito socioeconómico, las causas que motivan a la sociedad a cuestionar al médico del siglo XXI. A pesar de que desde sus orígenes, la medicina siempre ha tenido como base mantener la salud del hombre, con el avance de los siglos, esta búsqueda se ha visto empañada por múltiples causas. Con el nuevo horizonte que vislumbramos, el médico actual –y del mañana– debe ser tolerante y reconocer que todo está íntimamente conectado; que no sólo se trata de ver un cuerpo fallando; que éste forma parte de un enorme sistema, y que el daño que el ser humano le ocasiona a su ambiente, se lo provoca a él mismo. Se lo causa en este, el tercer cuerpo planetario desde el sol, que tuvo la sutileza de sustentar las condiciones para darnos hoy el fenómeno que llamamos vida. Y a pesar de los intentos de superar su labor, nos hemos incorporado al mundo tecnológico, al incentivar a los nuevos profesionales de la salud a estar a la vanguardia de la información y los descubrimientos. En consecuencia, es necesario que el médico vea siempre más allá. El desafío presente es lograr ser más sensibles y empáticos para llegar al paciente, en medio del cableado y los monitores que nos alejan de la realidad sentida, palpable
y personal propia de cada consulta. Ello implica ser respetuosos del conjunto de órganos del cuerpo y, al mismo tiempo, ser responsables al prescribir. Así las cosas, se precisa el cambio oportuno de reforzar algunos conocimientos humanísticos del modelo educativo del futuro médico, ya que este no puede estar detrás de los avances, pero tampoco mirar por encima del paciente. Por otra parte, es indispensable reconocer en otros profesionales la importancia de sus tendencias y opiniones filantrópicas, romper los paradigmas que nos alejan del pensamiento de los ingenieros, biólogos, físicos, matemáticos, químicos, entre otros.
Tal vez cruza por tu mente, mirando un horizonte resplandeciente por los rayos del sol, piensa cómo tu vida afecta a tantas otras, y te darás cuenta de cómo todo se relaciona; sólo somos un conjunto de células que se expresan en el tiempo. La diferencia radica en actuar, cambiar, mejorar, ser educadores y reconocer que todo lo que le hagamos a nuestro hogar, nos lo hacemos a nosotros mismos; en este, el tercer cuerpo desde el sol.
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Carlos Andrés Vergara Sánchez Pontificia Universidad Javeriana Cali VPE - ASCEMCOL Santiago de Cali, Colombia
En épocas actuales se ve una tendencia en la medicina; se ha venido perdiendo la integralidad. El enfoque se volvió sólo en el saber de enfermedades, farmacocinética, farmacodinámica de medicamentos, dosis y planes de manejo. En pocas palabras se ha matizado en el pensar de las nuevas generaciones que esa es la medicina. El arte se ha olvidado, y no solo el arte de curar, sino el arte de la humanidad. Antiguamente los grandes médicos eran personas de cultura, no sólo sabían tratar enfermedades, sabían tratar personas, conocían de arte, cultura, distintas perspectivas que permitían mirar al individuo como un todo y así mismo abordarlo, un claro ejemplo de esto se ve en una obra literaria de Noah Gordon, “el médico”, en uno de los apartes de esta novela histórica el gran médico persa Avicena les da una lección valiosa a sus estudiantes, un paciente que no había querido comer por días se encontraba en muy mal estado, no encontraban manera de hacerlo ingerir bocado, al darse por vencidos los médicos, entró Avicena en escena y le preguntó de dónde era él,
apenas el señor le respondió inmediatamente mandó a traer una comida típica de la zona rural de donde él venía, y al hacer eso el paciente no dejó las sobras. Esto muestra un claro ejemplo de un abordaje integral del ser, que muy rara vez se encuentra en la medicina actual. En definitiva se debe hacer una metanoia en el pensar del médico actual, volver a retomar el arte de la humanidad y no solo concentrarse en el curar, la medicina del siglo XXI debe volver a tomar la profundidad humana como fin último, no la enfermedad como punto de referencia, comenzando por los estudiantes de pregrado. Solo de esta manera se volverá a una edad de oro de la medicina, tal vez no científica pero claramente si profesional. Termino con la siguiente frase, “Sólo un hombre humano puede ser un buen médico. La medicina si es ejercida con amor, como cosa sagrada, solo debe de enseñarse a personas sagradas, esto es, digno de respeto y veneración". Hipócrates. 400 a.C. Sean sagrados, sean venerables y sobretodo sean artistas de la humanidad.
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La revista TAG, YOU’RE IT es una publicación a cargo de SCORP Colombia, donde el estudiante de medicina de cualquier parte del mundo tiene la oportunidad de expresar su opinión, dejándose llevar por sus emociones y experiencias, a través de textos reflexivos con una visión critica, cuyo objetivo es comprender aspectos básicos de la estructura y dinámica de la sociedad, la cultura y su relación con la persona con sentido social. Agradecimiento a Omar Cárdenas Luque, LORP 2015-16 por su colaboración en la 4ta edición de la revista SCORP, TAG YOU’RE IT!