El Coyolate pasa por Santa Ana, la Venecia de Guatemala
José Luis Vivero Coordinador Regional ACF-E para Centroamérica En este número mostramos avances concretos en los proyectos de SAN y Agua. Tan sólo tres ejemplos muestran la variedad de acciones: la inauguración del sistema de agua potable de Las Sabanas en Madriz, que traerá agua a más de 4.000 personas; la firma de cuatro convenios con ONGs estadounidenses para ampliar los Sitios Centinela en Guatemala; y la promoción del derecho a la alimentación en comunidades indígenas de Guatemala y en la Asamblea Legislativa de Nicaragua. Estos pequeños pasos, aunque diferentes, tienen ya un rumbo claro, un propósito articulado y coherente que es nuestra Estrategia Regional para Centroamérica 2010-2015, que finalmente ha visto la luz hace pocos días. Os presentamos un resumen de la misma para que puedan entender mejor qué hacemos y podremos hacer en el futuro. Futuro que viene negro como las nubes que hace meses cubren nuestros cielos e inundan nuestros campos. El año más húmedo en décadas viene después de una sequía terrible, reduciendo de las cosechas y afectando a la seguridad alimentaria de los más pobres. El cambio climático nos está impactando ya, afectando a la nutrición de los más débiles. Nunca llueve a gusto de todos, pero este año es a gusto de nadie.
Desde principios de septiembre, el río Coyolate pasa por Santa Ana Mixtán y Santa Odilia, en el municipio de Nueva Concepción. Antes pasaba cerca del pueblo y era fuente de vida para los terrenos aledaños. Ahora pasa “por” el pueblo. El río se ha salido de su cauce natural y fluye alegremente por las calles, plazas, casas y predios de ambas comunidades. Las aguas inundan todo a su paso, destruyendo muros, camas, milpas, tiendas, escuelas… y no han bajado desde el dos de septiembre. Ya no es cuestión de una tormenta tropical o un gran aguacero. Es cuestión de todos los días. Hay que recomponer las bordas del Coyolate para que dejen de vivir en una Venecia de muerte y destrucción. Los únicos turistas son los trabajadores de ACF-E o del PMA que van y vienen a la zona trayendo ayuda y funcionarios de la cooperación para que vean el desastre. Y la maquinaria pesada del Gobierno todavía no ha aparecido para devolver el río a su cauce natural. Llevan ya un mes, y mientras tanto están viviendo en los albergues que acondicionó ACF-E con el proyecto DIPECHO VI. Actualmente, con un proyecto que financia ASDI-Suecia, ACF-E está apoyando a varios centenares de familias de este municipio a recuperar sus medios de vida, que fueron destruidos por el Agatha y la Tormenta E-11. Y ya tenemos un proyecto de emergencia en camino, financiado por
ECHO, para apoyar a los desplazados por el Coyolate y a ayudarlos a recuperarse cuando puedan volver a su casa. Eso no será hasta que las autoridades rehabiliten las bordas del rio. La Venecia italiana tiene palacios bellos y turistas, la Venecia guatemalteca sólo tiene desolación y trabajadores de la cooperación.
[1] Editorial
Noticia de portada
[2] Incidencia [3] Noticias [4] El Observatorio [5] Proyecto [6] Estrategia de Intervención en Centroamérica [2010 – 2012]
[7] Personal
Reporte desde el terreno
[8] La Foto
La Cifra
Luis Enrique Monterroso Jefe de Proyecto SAN en San Marcos Fomentar la capacidad de incidencia de las Comisiones Locales de Seguridad Alimentaria y Nutricional (COCOSAN) ante las autoridades municipales y departamentales es una de las actividades incluidas en el proyecto de Seguridad Alimentaria Nutricional (SAN) de ACF-E para el municipio de Sibinal (San Marcos, Guatemala), que financia el Gobierno de Navarra. Con esta actividad se busca el empoderamiento ciudadano y reformular las relaciones de poder entre los actores sociales y los actores estatales para garantizar su Derecho Humano a la Alimentación, recogido en la Ley de SAN del 2005. Para ello, el equipo de ACF-E en Sibinal ha desarrollado una estrategia gradual de incidencia para darle voz a los “sin voz”. Inicialmente se facilitó información sobre SAN, pobreza, analfabetismo, mortalidad materna, previsión climática y situación de carreteras que padecía el
municipio, no solamente aportando cifras sino presentando las implicaciones que de ello derivan para el futuro de las familias. Los datos se cruzaron con montos oficiales de inversión municipal en SAN y rehabilitación de caminos para el municipio. La conclusión a que llegaron los integrantes de las COCOSAN fue que las familias en Sibinal tienen un problema prioritario que se relaciona con el hambre y la pobreza y
los fondos públicos se asignan a otras prioridades como la construcción de un Mercado Municipal, dejando a la municipalidad sin fondos para la rehabilitación de caminos y la atención a la inseguridad alimentaria (la desnutrición crónica es muy alta en el municipio, cercana al 70%).
cial en defensa de los derechos de los más oprimidos del Altiplano; y se establecieron sólidas alianzas con la Procuraduría de los Derechos Humanos y la Secretaría de Seguridad Alimentaria Nutricional (SESAN) de la Presidencia. Gobernación Departamental estuvo al tanto de las acciones.
Para alcanzar la incidencia política, las comunidades vulnerables y escasamente empoderadas deben poseer conocimiento. La información es poder y la desinformación es indefensión. La transparencia de las acciones y datos, la rendición de cuentas ante los más desfavorecidos y la coparticipación de los que padecen hambre en la toma de decisiones que les afectan directamente, son postulados del “Enfoque de derechos humanos en el desarrollo” que se incluye en la Estrategia Regional de ACF-E en CA 2010-2012.
Gracias al esfuerzo conjunto, hoy los ciudadanos y las ciudadanas de Sibinal quieren ser participantes en la toma de decisiones y no solamente receptores pasivos de las dádivas de las autoridades locales. Son más escuchados que antes, asumiendo los riesgos implícitos de la “ciudadanía activa”.
La reflexión comunitaria en Sibinal fue
lo suficientemente profunda como para generar una necesidad de actuar. Los siguientes pasos llevados a cabo por el equipo de ACF-E fueron el acompañamiento a la acción local y la gestión de los contactos entre personas y entidades. Se conformaron alianzas con el Consejo Pastoral Parroquial y sus catequistas, se involucró Monseñor Álvaro Ramazzini, Obispo de San Marcos, conocido por su activismo so-
Recientemente en Sibinal se ha desarrollado un ejercicio democrático de cabildo abierto, en donde las autoridades municipales rindieron cuentas del uso de los recursos en los últimos tres años a más de 600 líderes comunitarios. En ese mismo evento se es-
tableció una mesa de diálogo permanente para alcanzar acuerdos sobre el destino de las inversiones futuras y la atención a un tema históricamente postergado: la reducción de la desnutrición crónica y la pobreza en Sibinal. La voluntad política no surgió espontáneamente, fue ganada por la incidencia de la presión social.
de ACF-E para Centroamérica, Ramón Cabrales, Director General de Asuntos Administrativos de la Asamblea Nacional de Nicaragua y la diputada Dora Zeledón, Coordinadora de la Unidad de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (USSAN).
ACF-E fortalece la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de Nicaragua Con la firma de un convenio de cooperación para la implementación de la Ley SSAN Acción contra el Hambre y la Asamblea Nacional de Nicaragua firmaron un Convenio de Cooperación para fomentar la implementación de la Ley 693: Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SSAN). Este convenio, firmado en junio del 2010, cuenta con un monto de 2.786€ para contribuir al conocimiento y apropiación de esta Ley en 5 municipios del departamento de Madriz. Los fondos aportados por ACF-E se utilizarán para el diseño e implementación de un foro, que permita el involucramiento de los actores locales, como las organizaciones políticas y sociales involucradas en SSAN y que éstas puedan participar activamente con la población de los 70 municipios del país, que padecen una situación de vulnerabilidad en seguridad alimentaria y así, fomentar la Ley 693.
Pobladores del Corredor Seco vigilan la desnutrición en sus comunidades Como parte de las acciones implementadas en el proyecto “Respuesta a la crisis de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) y recuperación de los Medios de Vida en el Corredor Seco de Guatemala” ejecutado por ACF-E, la población de los departamentos de Jalapa, El Progreso y Chiquimula (Guatemala) se ha estado formando como agentes comunitarios para la vigilancia activa de la desnutrición, con los objetivos de sensibilizar a sus comunidades sobre el problema de la desnutrición, de generar capacidades para la identificación de casos y el reconocimiento de señales de peligro para la referencia de casos complicados a las unidades médicas correspondientes, de desarrollar la capacidad de acompañamiento y seguimiento básico del tratamiento ambulatorio, de establecer un contacto directo y frecuente con las familias y contar con recursos humanos locales con presencia permanente en las comunidades.
Estas actividades de fortalecimiento se harán en coordinación con la Asociación de Municipios de Nicaragua (AMUNIC), las instituciones del Gobierno y las organizaciones de la sociedad civil vinculadas al tema, las cuales sostendrán intercambios de actividades para la articulación y armonización de esfuerzos que conlleven a la implementación de la Ley.
La orientación y el contenido de las actividades de capacitación del proyecto incluyen: la detección y seguimiento de casos con desnutrición a nivel comunitario (líderes, madres voluntarias y promotores comunitarios), protocolos de tratamiento del niño desnutrido ambulatorio, hospitalario y en centros de recuperación nutricional (personal de enfermería/médico), análisis de información nutricional (epidemiológica) y otros temas particulares que solicita cada área de salud.
Dicho convenio de cooperación tendrá una vigencia de 6 meses, desde el día de su firma hasta el 15 de diciembre del 2010. Este acuerdo fue firmado por José Luis Vivero, Coordinador Regional
Las capacitaciones son realizadas bajo el enfoque de “aprender haciendo”, utilizando diferentes recursos didácticos. Con las actividades se ha logrado llegar directamente a las familias,
quienes ya empezaron a reportar casos identificados en sus comunidades. Hasta la fecha se han recibido reportes de, al menos, 12 comunidades, y en 10 de ellas, los casos se confirmaron durante la verificación. En total se han capacitado a más de 425 personas. Este involucramiento de la población que se está dando en el seguimiento y vigilancia, no es sólo de la situación nutricional en niñas y niños, sino también de la seguridad alimentaria, del comportamiento climático, de las cosechas, de las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos y de las dificultades y limitaciones que enfrenta cada comunidad como la falta de empleo y las migraciones en busca de trabajo. La participación activa de la población del Corredor Seco ha permitido enfocar de manera más acertada los componentes de Nutrición, Mano de Obra Intensiva para la rehabilitación de caminos, Granos Básicos para mejorar las prácticas de cultivo con semillas mejoradas y Sistemas de Información de SAN contemplados en el proyecto, el cual beneficia a 7.200 personas en 42 comunidades de los municipios de San Luis Jilotepeque, Jalapa y San Pedro de Pinula en el departamento de Jalapa; El Jícaro y San Agustín Acasaguastlán en el departamento de El Progreso; y Camotán, Jocotán y San Juan Ermita en el departamento de Chiquimula.
Milton Díaz Responsable Nacional Observatorio Humanitario La estructuración de Sistemas de Información basados en la legislación de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) de países como Guatemala y Nicaragua ha venido a desarrollar la necesidad de crear Sistemas de Vigilancia y Alerta Temprana que permitan darle respuesta a los cuestionamientos que surgen en relación a ¿dónde y cuántos padecen de algún problema de inseguridad alimentaria y nutricional? y ¿cuándo y de qué forma las crisis tanto globales como nacionales o locales, impactan en los medios de vida de la población de las comunidades rurales? Para contribuir a responder estas interrogantes, Acción contra el Hambre (ACF-E), en el marco del Convenio de Ayuda Humanitaria con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), está promoviendo el desarrollo de estos sistemas de vigilancia y alerta temprana para la inseguridad alimentaria a través de la implementación de los Sitios Centinela. Como parte de este proceso de fortalecimiento, ACF-E a lo largo del año ha hecho alianzas estratégicas con diversas instituciones de Gobierno como la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) en Guatemala y el Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR) en Nicaragua y con Organismos No Gubernamentales que trabajan en el tema de SAN en ambos países. En el caso de Guatemala, en los últimos meses ACF-E ha firmado convenios de cooperación con SHARE Guatemala (foto 1) en mayo y con Catholic Relief Services/CARITAS (foto 2), Save The Children USA (foto 3) y Mercy Corps (foto 4) entre finales de agosto e inicios de septiembre. Estos convenios tienen el objetivo de establecer la
coordinación y el apoyo para trabajar en el fortalecimiento de las capacidades técnicas para la generación y manejo de información en Sistemas de Vigilancia y Alerta Temprana en cada una de las comunidades donde se está trabajando la metodología de Sitios Centinela en lo que se refiere a la preparación, prevención y respuesta ante crisis alimentarias. Con la firma de estos convenios se podrán atender oportunamente las necesidades básicas de SAN de las poblaciones vulnerables a ser afectadas por catástrofes naturales, conflictos y crisis de tracto lento, ya que a través de los Sitios Centinela se genera información relevante de y para las comunidades. ACF-E ha impartido talleres de capacitación en la metodología de implementación de Sitios Centinela al personal técnico de estas organizaciones como parte de los puntos acordados en estos los convenios de cooperación. Gracias a estas las alianzas se han logrado instalar aproximadamente unos 20 Sitios Centinela en las comunidades donde intervienen SHARE Guatemala, Catholic Relief Services/ CARITAS, Save The Children USA y Mercy Corps.
Mónica Baú Jefa de Proyecto Convenio de Mujeres Indígenas ACF-E está ejecutando un convenio regional para apoyar a organizaciones de mujeres indígenas en siete países de América Latina, con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. El objetivo es mejorar las condiciones de vida de estas mujeres, fortaleciendo la capacidad organizativa, apoyando el desarrollo económico y promoviendo el trabajo en red de las organizaciones y grupos de base, compuestos mayoritariamente por mujeres indígenas de Guatemala, México, Colombia, Perú, Bolivia, Paraguay y Ecuador. En Guatemala, este convenio se implementa desde abril 2008 en San Marcos y Chiquimula, departamentos donde ACF-E ha venido trabajando desde hace más de una década. En ambas zonas, las acciones benefician a 296 familias (2.266 personas, 1.358 mujeres y 908 hombres) de 22 comunidades en 4 municipios. Las acciones se articulan en torno al fortalecimiento organizativo de los grupos de base de mujeres indígenas, a través de procesos formativos y de apoyo para mejorar su participación e incidencia en espacios locales y nacionales de toma de decisiones. Este proceso de formación se ha centrado en capacitar a personas multiplicadoras del conocimiento para que puedan reproducirlo en sus propios grupos, poniendo especial énfasis en diseñar metodologías apropiadas para su replicación y el seguimiento de los resultados, para garantizar el proceso y darle sostenibilidad. La clave de la sostenibilidad de este pro-
ceso con las mujeres indígenas ha sido la estrecha colaboración con la contraparte local MAJAWIL Q’IJ (que significa “El Nuevo Amanecer”), la cual representa la base social que sustenta todo el proceso previsto por la acción. Esta estrecha relación ha tenido como resultado un plan de acción en donde cada objetivo, resultado y actividad ha sido concertado de acuerdo a las necesidades de los grupos beneficiarios. El Convenio ha desarrollado un proceso formativo con temas seleccionados por la contraparte y sus grupos de base, entre los que se pueden mencionar: Liderazgo, Derecho de las Mujeres Indígenas, Autoestima, Identidad y Cosmovisión, Salud Sexual y Reproductiva, Formación Política, Cabildeo y Negociación. Además, se ha elaborado materiales pedagógicos contextualizados como apoyo para las formaciones. Las actividades productivas del Convenio en Guatemala están enfocadas en la reducción de la desnutrición, el incremento de la producción y la diversificación de alimentos para autoconsumo, así como la recuperación de productos agrícolas tradicionales, todas ellas áreas prioritarias de la Estrategia Regional 20102012 de ACF-E para Centroamérica. En cuanto a la estrategia de incidencia, se ha apoyado la participación de lideresas indígenas en espacios internos, locales, nacionales, regionales e internacionales, en los cuales se discuten temas de interés e integración de redes. Aparte del fortalecimiento organizativo, con el Convenio también se está fortaleciendo la capacidad emprendedora local de los grupos de mujeres indígenas a través de la mejora del acceso y el control de los recursos productivos y el aumento de sus ingresos. Se cuenta
con un estudio de viabilidad económica, técnica y social de las actividades productivas, que responde a un proceso de concertación y construcción colectiva con los grupos de mujeres y sus familias. Entre las actividades que se están implementando se pueden mencionar la introducción de amaranto, el fomento de plantas locales alimenticias y los huertos familiares. Se trabaja siempre con un enfoque de aprovechamiento de las potencialidades humanas y de los recursos locales. En el proceso de formación técnica para las actividades productivas, se han desarrollado diversas actividades de capacitación tales como “Practicas de conservación de suelos”, “Manejo de viveros agroforestales”, “Manejo del cultivo de amaranto”, “Producción y procesamiento de plantas medicinales” y “Transformación de plantas locales para uso en agricultura”. Con el tercer componente del Convenio se pretende lograr la inclusión de prioridades, intereses y necesidades de las mujeres indígenas en las políticas y proyectos de carácter público y privado. A nivel regional, se ha acordado la realización de un estudio en cinco países sobre la relación entre cultura y alimentación. La propuesta parte de la necesidad de incorporar un enfoque que reconozca la influencia de la cultura en los sistemas alimentarios, y poder así enfrentar mejor la lucha contra el hambre, que es la misión de ACF-E. Al final de este año se contempla la sistematización de todo el proceso de formación y la publicación de un manual de capacitación que incluirá los temas desarrollados con los grupos de mujeres.
En Acción contra el Hambre hemos tenido varios meses de análisis y debate sobre las líneas prioritarias de intervención en la región para los próximos años. A través de un proceso participativo, hemos determinado qué queremos hacer en la región desde un punto de vista estratégico y operativo, respondiendo a las preguntas básicas de ¿qué queremos ser? y ¿qué queremos hacer? Así salieron los cuatro ámbitos de actuación y las cinco áreas prioritarias de intervención que presentamos a continuación. Nuestra misión en Centroamérica tiene como fin último alcanzar una región libre de hambre, y para ello debemos ser: 1.- Una fuente de información confiable y de análisis de calidad sobre seguridad alimentaria y nutricional (SAN), agua y saneamiento, tanto en zonas con problemas estructurales como en áreas afectadas por una emergencia humanitaria. 2.- Un catalizador de procesos sociales y abogacía con Gobiernos, donantes, otras ONGs y grupos de la sociedad civil para conseguir aumentar la escala de las intervenciones de lucha contra el hambre de manera coordinada, mejorando el impacto a nivel nacional. 3.- Un defensor de los derechos humanos de carácter social y económico, especialmente el derecho a la alimentación y el derecho al agua y saneamiento. 4.- Un gestor eficiente de proyectos en el terreno que salven vidas (preparación, emergencia y post-emergencia), mejoren la situación alimentaria y nutricional de las familias vulnerables (reconstrucción) y promuevan un desarrollo económico en las áreas de intervención (desarrollo). Las cinco áreas prioritarias en las que estamos trabajando desde que la estrategia fue adoptada son las siguientes: 1.- Información y análisis sobre SAN, agua y saneamiento en situaciones de emergencias puntuales y de tracto lento. En esta área de recopilación, análisis y distribución de información, ACF-E ha
conseguido consolidarse en Centroamérica como una institución confiable, de referencia y con buena gestión de los tiempos para producir informes relevantes y con un análisis relevante. Esta estrategia busca consolidar esta situación, poniendo especial énfasis en el desarrollo de dos metodologías que cuentan con un historial probado: los Sitios Centinela comunitarios, impulsados por la propia ACF-E, y la metodología de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (Integrated Food Security Classification - IPC en inglés), que ha sido desarrollada por un consorcio de agencias de Naciones Unidas, ONGs y donantes en África, y que ahora está ampliándose a otras regiones 2.- Enfrentar el hambre estacional en el Corredor Seco de Centroamérica, mediante la preparación y convivencia con sequías recurrentes producidas por el Cambio Climático. La estrategia de intervención de ACF-E para el Corredor Seco se articula en torno a los siguientes elementos: a) Enfoque de micro-cuencas para aumentar la recogida y retención de agua. b) Programas de mano de obra intensiva para rehabilitar la micro-cuenca. c) Apoyar a las y los pequeños agricultores a producir de manera más sostenible y aumentar su resiliencia a los shocks climáticos. d) Expandir los Sitios Centinela en el Corredor Seco. e) Fortalecer los sistemas de vigilancia y tratamiento de la desnutrición aguda de las estructuras gubernamentales (locales y nacionales). 3.- Cultura, nutrición y sistema alimentario. ACF-E está explorando vías alternativas para luchar contra el hambre en América Latina. El objetivo es construir, desde la cultura, herramientas que fortalezcan la prevención, detección y el tratamiento de la desnutrición crónica infantil. Creemos que este enfoque diferente en la lucha contra la desnutrición crónica puede apoyar a maximizar los impactos de las
intervenciones agronómicas, nutricionales y educacionales. 4.- Abogacía y formación sobre derechos humanos, especialmente sobre Derecho a la Alimentación y Derecho al Agua. Se llevarán a cabo actividades de sensibilización con los sujetos del derecho (ciudadanos y ciudadanas) y con los portadores de la obligación (instituciones del Estado); acciones de formación y reciclaje en DDHH orientadas a trabajadoras y trabajadores de ACF-E; abogacía con los grupos de la sociedad civil que promueven estos derechos, y con los diputados de las Asambleas Legislativas que elaboran las leyes; y formación técnica con las universidades, centros de estudios y organizaciones que trabajan en temas de derechos humanos. 5.- Vigilancia, preparación y respuesta a desastres climáticos. La región centroamericana es una de las zonas del planeta más susceptibles de ser afectada por desastres de origen hidro-meteorológico y geológico, los cuales dejan notables secuelas en los medios de vida de los hogares vulnerables debido a la fragilidad medioambiental donde viven, a los escasos medios de que disponen y a la baja resiliencia para hacer frente a estos eventos. Finalmente, la estrategia también recoge cuatro áreas de innovación contra el hambre, en las cuales queremos desarrollar investigación-acción basada en evidencias: a) Llevar el Derecho a la Alimentación a los proyectos de terreno con las personas hambrientas y desnutridas. b) Entender los factores culturales relacionados con la alimentación y la desnutrición infantil. c) Protección social estacional para la seguridad alimentaria. d) Nuevas tecnologías para reducir las víctimas en los desastres.
Carlos Heer Carlos Heer inició labores en ACF-E en agosto del presente año, como Jefe del Proyecto “Rehabilitación de los Medios de Vida Rurales de la Población Afectada por la Tormenta Agatha en Guatemala”, que se ejecuta en los departamentos de Escuintla y Retalhuleu (Guatemala) con fondos de la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional (ASDI). Es ingeniero agrónomo con un máster en Sistemas de Producción Agrícola. Ha coordinado programas como Vaso de Leche, Programa de Insumos, Programa de Granos Básicos, Programa de Asistencia Alimentaria, Programa de Producción Comunitaria, Programa de Alimentos por Acciones y el Proyecto Postcosecha, todos del Viceministerio de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación. Con el Banco Mundial/FONAPAZ trabajó en actividades orientadas al desarrollo comunitario. Tiene experiencia en procesos de sistematización de resultados y en proyectos de emergencia con FAO, PMA, PNUD y Save The Children en las regiones norte y oriente del país, afectadas por efectos climáticos (sequía y tormentas tropicales). También ha estado en cargos de dirección como Subgerente y Gerente General del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas.
Marvin Rabanales Trabaja con ACF-E desde junio de 2007. En esa época fue técnico en mitigación para el proyecto DIPECHO V (siglas en inglés que significan Programa de Preparación ante Desastres de la Comisión Europea) en San Marcos. Recientemente fue Jefe del Proyecto “Respuesta de Emergencias a la Tormenta Tropical Agatha” ejecutado con fondos de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) para llevar ayuda a la población afectada por el paso de la tormenta tropical Agatha, en el departamento de Escuintla y algunas zonas del departamento de Suchitepéquez. El proyecto, que inició el 1 de junio y finalizó el 31 de agosto, benefició a más de 30 mil personas de 49 comunidades de los municipios de Nueva Concepción, Santa Lucía de Cotzumalguapa, Iztapa, Palín, La Gomera, Puerto San José y Patulul. Este ingeniero ambiental actualmente se encuentra preparando su tesis de maestría en Proyectos y Economía en la Universidad Rural de Guatemala. “Estoy comprometido con mí trabajo, con hacer una labor humanitaria… Amo lo que hago.”
Mauricio Alonso Jefe de Proyecto Food Facility
Durante los meses de marzo y abril de este año, ACF-E impulsó, a través de su proyecto conocido como Food Facility, las actividades de Mano de Intensiva como una alternativa para paliar los efectos de la sequia en el Corredor Seco de Nicaragua y beneficiar a 2.896 familias que no tuvieron cosecha de postrera en el 2009, y a inicios de año, no disponían de semillas ni reservas de granos para los alimentos básicos en los municipios de Macuelizo, Totogalpa, San José de Cusmapa, San Lucas, Las Sabanas y San Juan de Limay. Estas obras de dinero por trabajo forman parte de los programas de protección social que ACF-E está impulsando como mecanismos alternativos para la seguridad alimentaria, con el propósito brindar un “colchón” económico mínimo a aquellas familias vulnerables que padecen inseguridad alimentaria, tanto transitoria como crónica. La entrega directa de dinero en lugar de insumos en especie (alimentos, ganado o semillas) dinamiza la economía local en áreas marginales, aisladas o con poco movimiento del comercio. En todos los municipios, las Alcaldías junto con los Gabinetes del Poder Ciudadano (GPC), seleccionaron las
comunidades donde se implementaron las obras. En total se seleccionaron 98 comunidades rurales más 4 barrios urbanos de los 6 municipios. Las familias se seleccionaron tomando en cuenta los siguientes criterios: a) familias con niños y niñas desnutridos, b) que no fueran beneficiadas por otros programas como alimentos por trabajo, c) en extrema pobreza, d) madres solteras, y, e) que posean más de dos miembros mayores de 60 años. Los principales logros y resultados obtenidos al finalizar esta experiencia piloto fueron: • Pagar C$ 900.00 córdobas por familia durante tres semanas en la época de mayor escasez de alimentos. • Dinamizar la microeconomía local en 102 comunidades con un monto de C$ 2,15 millones de córdobas. • Realizar 162 obras en 102 comunidades que reactivaron la organización comunitaria. • Dar reparación y mantenimiento a 210 Km de caminos rurales mejorando las vías de acceso entre las comunidades. • Disminuir en un 95% la ocurrencia de incendios forestales en el municipio de Macuelizo en relación al año pasado. Hasta el momento se han registrado un total de 10 hectáreas afectadas por incendios.
Este mes de septiembre, ACF-E finalizó la ejecución de dos obras de agua en la comunidad de El Encino y en la zona urbana de Las Sabanas, como parte de las acciones contempladas en el proyecto de Agua y Saneamiento para ese municipio, financiado por el Ayuntamiento de Pamplona, España. El trabajo consistió en rehabilitar los sistemas existentes y mejorar la calidad del agua. Se está beneficiando a 301 familias que ahora pueden consumir agua segura, disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades diarreicas agudas.
390 niños son identificados con desnutrición aguda por ACF-E y 50 son enviados a los hospitales de Guatemala Estos niños y niñas, con elevado grado de desnutrición, han sido salvados de una muerte segura gracias al equipo de vigilancia nutricional del proyecto “Corredor Seco”. Este equipo tiene como objetivo la identificación, tratamiento y vigilancia de la desnutrición aguda. Los niños y niñas fueron identificados en 19 comunidades, de las 50 que atiende el proyecto. La población bajo vigilancia durante 2010 fue de 3.765 niños menores de 5 años, con 390 niños y niñas identificados como desnutridos según indicadores de peso/talla y perímetro braquial (MUAC). El 42% son originarios del departamento de Chiquimula, el 36% de Jalapa y el 22% del El Progreso. Sus familias han sido apoyadas con alimentación suplementaria, programas de Mano de Obra Intensiva remunerados con dinero en efectivo, y apoyo para la producción de granos básicos (maíz, frijol).