Etiopía: el arca amenazada. Biodiversidad en el país de los emperadores y el café

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ETIOPÍA: EL ARCA AMENAZADA Biodiversidad y conservación en el país de los emperadores y el café Jose Luis Vivero Pol

Etiopía es uno de los países más singulares de Africa y posiblemente del mundo debido a las particulares circunstancias políticas, culturales y geográficas que en él confluyen. Desde el punto de vista histórico-político, Etiopía es de los pocos estados actuales que son a la vez una civilización en sí misma. Es el único país de Africa, junto a Liberia, que no fue colonizado por las potencias europeas, y presenta particularidades tales como una larga historia de emperadores descendientes del rey Salomón, la custodia del Arca de la Alianza del pueblo judío, y una convivencia cultural entre cristianos, musulmanes y judíos que data de hace más de mil años. Además es considerada como la cuna de la humanidad, el lugar donde los antepasados del Homo sapiens dieron sus primeros pasos (los restos más antiguos de un Australopitecus, conocido como Lucy, fueron descubiertos en la región Afar). Conviene subrayar que aunque Etiopía y Eritrea se separaron en dos estados soberanos en 1991, desde el punto de vista biogeográfico forman una unidad homogénea y nos referiremos en muchos casos a ambos países en general, precisando aspectos exclusivos de Etiopía cuando sea necesario. Etiopía, con más de 1 millón de km2, se distingue del resto de países africanos por la gran extensión de las tierras altas, zonas por encima de los 1.800 metros sobre el nivel del mar. Concretamente, el 15% del territorio Etíope está por encima de esa cota y un 2% por encima de los 3.000 metros, en lo que se denomina el dominio Afroalpino. Una de las características básicas de la destacada singularidad biogeográfica de Etiopía reside en ese dominio Afroalpino, que representa el 80% del total africano. Esas dos grandes mesetas en las que se divide el altiplano, la norte y la sureste separadas por la depresión del Gran Valle del Rift, se encuentran casi íntegramente en territorio Etíope. Las numerosas especies de animales y plantas endémicas que allí se han originado caracterizan una de las floras y faunas más peculiares de todo el continente. Etiopía tiene nueve sistemas montañosos con alturas de más de 4.000 metros. La alta meseta Etíope ha sido un área de refugio para especies relictas de montaña, así como un dinamizador para la radiación evolutiva, tanto de animales como de plantas. DIVERSIDAD DE ECOSISTEMAS, ANIMALES Y PLANTAS Etiopía, por su papel de cruce de caminos entre Europa, Arabia y Africa, ha conocido numerosas y diferentes migraciones de animales y plantas, que han contribuido al enriquecimiento de su biodiversidad. La gran variación altitudinal produce un rango de climas que afectan notablemente a la distribución de animales, plantas y hombres. La presencia de una extensa meseta ha contribuido en gran medida a favorecer la diversificación por aislamiento y especiación gradual. Las montañas de Etiopía presentan numerosas ejemplos tanto de vicarianza geográfica, como de una radiación brusca que trajo como consecuencia una gran diversidad en ciertos géneros presentes en las zonas altas, tanto de plantas (Aloe, Senecio) como de aves (Cisticola, Serinus). En la extensa meseta que ocupa el corazón del país, la vegetación original ha sido casi eliminada debido sobre todo a la fuerte presión humana y ganadera. Etiopía es un país muy poblado (con densidades de más de 200 personas/km2 en muchas zonas de la meseta) y posee 1


la mayor cabaña ganadera de Africa. Restos de esta vegetación han quedado reducidos a los enclaves montañosos y acantilados donde aún se puede observar el bosque perennifolio seco formado por enebros Juniperus procera, Hagenia abyssinica, piornos Erica arbórea, árboles de San Juan Hypericum revolutum y Podocarpus falcatus. Este bosque Afromontano alberga numerosas especies animales y vegetales que son exclusivas de Etiopía como el Lobo Etíope, el Antílope Nyala, la Cabra Montés Etíope y el Babuino Gelada, así como numerosas especies de Aloes, que presentan aquí una enorme diversidad. Los bosques etíopes se pueden dividir en tres grandes grupos: los bosques secos perennifolios de altura, los bosques húmedos caducifolios de altura, y los bosques semi-caducifolios de llanura que se hallan en Ilubabor, en el oeste del país (1). Las sabanas que rodean la alta meseta Etìope, sabanas que se transforman en desierto en la zona noreste de la depresión del Danakil, están formadas por vegetación xerofítica y espinosa donde predomina un estrato de hierbas altas y arbustos dispersos pertenecientes a la comunidad vegetal de Acacia-Commiphora, y donde también podemos encontrar árboles como Combretum y Terminalia. En la zona sudoeste, en la región de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur, aún persisten importantes zonas cubiertas de bosque perennifolio húmedo montano, más parecido a selvas que a bosques de montaña propiamente dichos. La avifauna de Etiopía y Eritrea es una de las más ricas y particulares de Africa continental con más de 860 especies, 30 aves endémicas y al menos 10 que están esperando a ser descritas para la ciencia (ver recuadro). Merece la pena destacar también las más de 200 especies paleárticas que realizan su migración anual atravesando este país. A pesar de tanta riqueza, la avifauna etíope ha sido muy poco estudiada en comparación con otros países vecinos, debido principalmente a circunstancias históricas. Por ello no sorprende que carezca de una guía de campo para la zona, ni que haya muy pocos trabajos ornitológicos sobre las especies más características. Valga como ejemplo las especies endémicas, que han sido recogidas en un reciente libro del autor (2). Al menos 20 de estas especies son fácilmente observables, bien por ser bastante confiadas, bien por su abundancia relativa en la meseta. A pesar de ello, muy poco se conoce de sus hábitos reproductores o alimenticios, de sus subespecies, de su distribución exacta, o de sus movimientos migratorios. Del Carbonero Negro de Espalda Blanca Parus leuconotus, a pesar de ser frecuente en las zonas boscosas de la meseta y en los pequeños bosquetes sagrados que rodean a las iglesias ortodoxas, no se conoce ni la forma de sus nidos, ni el número de pollos, el color de los huevos o los meses en los que se reproduce. Del Ganso Aliazul Cyanochen cyanopterus se desconocen totalmente sus movimientos migratorios, o sus relaciones filogenéticas con su pariente cercano, el Ganso Andino Chloephaga melanoptera. El Serín Pechigualdo Serinus xanthopygius no ha sido nunca fotografiado y no se sabe nada de sus hábitos. Otras especies presentan una distribución muy puntual y reducida, la mayoría en las sabanas bajas y semi-desérticas del Ogadén, Sidamo y Borena, que rodean a la meseta por el sur, y que se extienden hasta Somalia y Kenia. Cuadro 1: Un paraíso ornitológico muy poco conocido. Tras pasar un tiempo en el país observando y estudiando la avifauna uno se da cuenta del gran desconocimiento que aún tenemos sobre ella, de los numerosos aspectos taxonómicos y ecológicos que aún quedan por determinar. Tanto las altas mesetas centrales como las llanuras de Ogaden y los bosques húmedos del suroeste albergan con toda seguridad más de 5-10 especies nuevas de aves aún por descubrir, un tesoro que espera a los ornitólogos que se decidan a trabajar con sus colegas etíopes. Del potencial por descubrir que tiene la avifauna de Etiopía y Eritrea da buena cuenta el número de especies que se han descrito en los últimos años (cuatro), así como las observaciones de las que se sospecha con fundamento que pueden 2


constituir nuevas especies y que aún no han sido formalmente descritas. Según varios autores y numerosos ornitólogos aficionados que han visitado el país parece haber varios candidatos entre los serines, género muy diversificado en el Cuerno de Africa y con 5 especies endémicas en Etiopía. Otra de las especies más claras, que incluso aparece dibujada en una guía de campo de Africa del Este (3), es la Golondrina de Acantilado Etíope, descubierta en el Parque Nacional de Awash y observada ya por mucha gente pero nunca atrapada y descrita. Dentro de esa misma familia, tenemos gripo de los Alas de Sierra (Psalidoprocne pristoptera subsp. antinorii y subsp. oleagina), que varios autores consideran como especies separadas atendiendo al su aislamiento reproductivo y marcas alares. Recientemente se ha separado la hasta ahora subespecie etíope de Búho chico Asio (otus) abyssinicus y se ha promovido a especie (4). La Tarabilla Abisinia Saxicola torquata subsp. albofasciata habita en la alta meseta de Etiopía, y en algunas zonas de media montaña del sudeste de Sudán y del noroeste de Uganda. No se presenta en las extensas llanuras del norte de Kenya. La enorme distancia entre las poblaciones del Etiopía y las de la subespecie axillaris que habita en el sur de Kenya hace que las poblaciones no se reproduzcan entre ellas. El macho es blanco y negro, y carece del pecho castaño que caracteriza al tipo y a las otras subspecies africanas. Todos los ejemplares de la meseta Etíope pertenecen a esta subespecie, y sólo se encuentran ejemplares con pecho castaño en las llanuras del sur de Etiopía. Algunas publicaciones relevantes, como Birds of Africa, así como numerosos ornitólogos y guías de excursiones ornitológicas, indican su más que probable categoría como especie independiente. Estudios de ADN sobre las poblaciones etíopes podrían arrojar resultados muy interesantes desde el punto de vista taxonómico. Mención aparte merece el Chotacabras de Nechisar Caprimulgus solala, que fue descrito en 1992, basándose exclusivamente en un ala aislada encontrada en un camino del Parque Nacional de Nechisar, en el sur del país. Desde entonces los esfuerzos para encontrar algún ejemplar vivo (y entero) han sido infructuosos, por lo que nada se sabe de la especie. Conviene destacar que la autoría de la especie fue aceptada por una prestigiosa revista científica de ornitología basándose en un detallado estudio comparativo con alas de todos los chotacabras de Africa del Este (5). La lista oficial de mamíferos de Etiopía se eleva hasta 263, mucho menor que otros países de Africa del Este, pero con un elevado porcentaje de endemicidad (11%), lo que le concede una enorme singularidad. Se pueden encontrar casi todos los grandes animales que caracterizan a las sabanas africanas, aunque sus poblaciones son exiguas en muchos casos (Jirafas o Elefantes) y nunca tan fáciles de ver como en Kenya o Tanzania. Los animales sueles esconderse de los humanos y no posan como en otros parques nacionales, lo que hace poco viable los safaris turísticos. Etiopía cuenta con cuatro de los cinco “grandes” (Elefante, León, Leopardo y Búfalo) aunque falta el Rinoceronte, extinguido en la segunda mitad del siglo XX por la caza ilegal (6). De todas maneras, tiene buenas poblaciones de Zebras de Grant y de Grevy, Oryx, Antílopes Kudu y Perros Salvajes. Etiopía presenta una de las más ricas comunidades florísticas de toda Africa, con cerca de 7.600 táxones de plantas vasculares estimados para el conjunto de Etiopía y Eritrea (el proyecto de descripción y catalogación de la flora de ambos países no está aún terminado, ver recuadro). La diversidad vegetal se incrementa con la altitud, alcanzando máximos entre 1.200 y 1.500 metros, donde también la abundancia de especies endémicas es la más elevada, aunque los porcentajes de endemicidad son mayores por encima de los 3.000 metros, en la denominada franja afroalpina. La flora es más diversa en las zonas abiertas, tanto en sabanas de Acacia-Commiphora de las llanuras periféricas, como en las estepas de altura en el 3


altiplano; siendo bastante pobre en los bosques cerrados. Las antiguas provincias de Sidamo y Shewa presentan las cifras más altas de especies vegetales y los mayores porcentajes de endemicidad (7). En el caso de Shewa, mayoritariamente formada por tierras altas, se puede deber a su posición geográfica en el centro de las corrientes migratorias de plantas (“las autopistas de las montañas”), así como por contar con zonas de contacto entre la meseta y las llanuras, zonas que siempre albergan una gran diversidad. La región de Sidamo debe su riqueza de especies y particularidad a la mayor estabilidad climática y geológica que las zonas adyacentes, lo que le ha permitido actuar como refugio de táxones relíticos así como generar especies nuevas por especiación gradual. Las pautas biogeográficas de riqueza de especies parecen coincidir con las de endemicidad, y todas ellas coinciden a rasgos generales con las de otros grupos de animales (8, 9). CUADRO 2: El proyecto de Flora de Etiopía y Eritrea (FEE) El proyecto FEE, iniciado en 1989, está coordinado por el Herbario Nacional de la Universidad de Adis Abeba, financiado por la Agencia Sueca de Cooperación, y cuenta con el apoyo científico de la Universidad de Upsala (Suecia) y del Jardín Botánico de Kew (Reino Unido). Han aparecido ya 5 volúmenes de los 8 previstos, y se calculan que unas 7.600 especies y subespecies de plantas vasculares tendrán cabida en sus páginas. El autor ha preparado, en colaboración con el Herbario Nacional, una Lista Roja donde se incluyen las plantas endémicas de Etiopía y Eritrea a las que se les ha asignado una categoría de amenaza, según normativa de la UICN. Esta lista preliminar comprende 631 táxones, entre especies y subespecies. Debido a la escasez de medios humanos y económicos se ha empezado esta enorme empresa evaluando solamente las especies estrictamente endémicas (sólo presentes en Etiopía y Eritrea), dejando fuera muchas plantas cuasi-endémicas compartidas con Somalia (a través del desierto del Ogadén) y con Kenya o Sudán. Unas 700 especies que serán evaluadas en una segunda fase cuando se consigan recaudar los fondos necesarios. Finalmente, las especies de amplia distribución pero con poblaciones reducidas o amenazadas en el país serán evaluadas en una tercera fase. El volumen 8 de la FEE recogerá aspectos de biogeografía, diversidad, endemicidad y conservación, y la Lista Roja definitiva será incluida en dicho volumen. Etiopía está considerada como un punto caliente de biodiversidad secundario, aunque su importancia mundial radica en ser un centro de diversidad de plantas cultivadas de alto interés comercial (uno de los grandes centros de Vavilov), donde se diversificaron y domesticaron el café, el trigo duro, la cebada, el algodón, el sorgo, el mijo y las lentejas, así como el teff. El Teff Eragrostis teff es un cereal básico en la dieta etíope al ser el ingrediente fundamental del injera, una especie de gran crepe que es la comida nacional. Y una comida típica Etíope no puede terminar sin la ceremonia del café, originario de los bosques húmedos del suroeste del país. No está muy claro si la región de Keffa debe su nombre al cultivo de la planta o viceversa; lo que sí es verdad es que la planta tiene su centro de origen y diversidad en este país, y luego se extendió por el mundo a través de Yemen y de las rutas de caravanas de los comerciantes Arabes. El café es el principal producto de exportación de Etiopía. La mayoría de este café procede de pequeñas plantaciones seminaturales y constituye el principal medio de vida de millones de campesinos pobres. En muchos casos, estos campesinos sólo se encargan de recoger los frutos maduros de los árboles que se encuentran silvestres en los bosques, aunque también plantas árboles del café en esos bosques pero sin llegar a formar plantaciones puras. Y como apenas se utilizan productos químicos en su cultivo, podemos decir que casi todo el café de Etiopía viene de cultivo ecológico. También el incienso y la mirra que los Reyes Magos ofrecieron a Jesús parece que tenían su origen es estas tierras, donde se siguen recolectando directamente de la naturaleza. El incienso es un exudado de la 4


corteza de las especies de Boswellia, principalmente B. papyrífera; y la mirra procede de otra especie característica de las sabanas occidentales Commiphora mhyrra. Los tres productos conforman la base de los productos de exportación que más divisas aportan a la débil economía Etíope, junto a otros productos naturales como las pieles de vacuno, la miel y la cera, que también se han exportado desde tiempos inmemoriales. LA SINGULARIDAD DEL ARCA Se estima que entre un 10 y un 12% de la flora de Etiopía y Eritrea es endémica, porcentaje que sube hasta un 28% si se incluyen los táxones de distribución muy restringida pero que exceden las fronteras políticas (que pocas veces coinciden con las ecológicas) y se comparten con países vecinos como Somalia, Kenya, Sudán o Yemen (7). En Etiopía se distinguen dos centros de endemicidad principales: (a) La Meseta Etíope, de altitudes superiores a 1.800 metros, y con sub-centros en algunas zonas montañosas como el Parque Nacional de las Montañas de Bale en el sur (ver recuadro), y el Parque Nacional de las Montañas de Simien en el norte. En estas tierras altas las especies endémicas tienen una amplia y relativamente homogénea distribución, debido principalmente a la relativamente larga etapa de aislamiento total de la meseta etíope del resto de las zonas vecinas. Las teorías del efecto isla pueden aplicarse perfectamente a esta antigua meseta que está totalmente rodeada por llanuras extensas y por el mar. Esto le ha permitido que las especies evolucionen de manera separada y se extiendan uniformemente. (b) Las llanuras semi-desérticas de Sidamo, Borana y Ogadén, entre 250 y 1.500 metros, pertenecen al elemento biogeográfico Somalí-Masai y se extienden hasta Somalia y Kenya. En este hábitat, las especies presentan distribuciones muy puntuales y poblaciones de muy pocos individuos, limitadas en muchos casos a sólo un individuo conocido. Conviene destacar que esta pauta biogeográfica es congruente con las pautas de distribución de aves endémicas del país, lo que refuerza la teoría (9, 10). Entre los principales factores de especiación para animales y plantas que han funcionado y aún funcionan en los ecosistemas etíopes destacan la altitud y homogeneidad de la meseta etíope, con un clima frío y bajas precipitaciones, condiciones que son poco comunes en todo el este de Africa. También contribuye la estabilidad climática existente durante miles de años en la estepas semi-desérticas del sur y sureste, lo que propicia la acumulación de especies relícticas de épocas más secas, así como la existencia de una radiación gradual que puede venir desde el Mioceno, como en el caso de los serines. Las 30 aves endémicas de Etiopía y Eritrea aparecen recogidas en la tabla 1, donde se muestran los hábitats característicos y la categoría UICN. Como puede verse, los bosques cerrados Etíopes no albergan endemismos y no han actuado de refugios de especies del Terciario como en otras partes de Africa. La predominancia de especies endémicas en las zonas abiertas (hasta 16 especies), bien en las llanuras afromontanas, bien en las sabanas, se refleja también en otros grupos como los mamíferos (8) y las plantas (7). Se ha definido un área importante de aves endémicas en las llanuras del sur de Etiopía y estribaciones de la meseta, con especies cuya distribución es muy restringida y sus efectivos muy escasos. En esa zona se encuentran el Turaco del Príncipe Rúspoli, el Cuervo Etíope, la Alondra de Degodi, la Alondra de Sidamo y la Golondrina de Cola Blanca. Como hecho singular, la meseta sureste Etíope no alberga ningún ave endémica, a pesar de tener varios mamíferos, reptiles, anfibios y decenas de plantas que sólo se hallan en esa zona, sobre todo en las montañas de Bale.

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Tabla 1. Características de las aves endémicas de Etiopía y Eritrea Especies

Hábitat

Altitud

Distribución

Categoría UICN1 LR lc

Espacios abiertos y 1500-4100 Toda la meseta Ibis Carunculado Bostrychia carunculata bosques Espacios abiertos 1800-4100 Toda la meseta LR nt Ganso Aliazul Cyanochen cyanopterus Espacios abiertos 2000-2500 Algunos valles de la meseta central VU Francolin de Harwood* Francolinus harwoodi Espacios abiertos 1700-4100 Toda la meseta LR nt Rascón Etíope Rougetius rougetii Espacios abiertos 1800-4100 Meseta norte y central LR nt Avefría Pechipinta* Vanellus melanocephalus Espacios abiertos 1800-4100 Toda la meseta LR lc Paloma Etíope Columba albitorques Espacios abiertos y 1400-3800 Toda la meseta y valle del Rift LR lc Inseparable Abisinio Agapornis taranta bosques Bosques 600-3800 Meseta y llanuras del oeste y LR nt Lorito Carigualdo* Poicephalus flavifrons montañas de Bale Turaco del Príncipe Ruspoli * Bosques 1300-1900 Meseta de Borena EN Tauraco ruspolii Sabana abierta 1200-1400 Parque Nacional de Nechisar NE Chotacabras de Nechisar* Caprimulgus solala Bosques 300-3000 Meseta y llanuras LR nt Barbudo Etíope Lybius undatus Bosques 1600-3000 Toda la meseta LR nt Pito Abisinio* Dendropicos abyssinicus Bosques 320-350 Llanuras de Borena VU Alondra de Degodi* Mirafra degodiensis Sabana abierta 1450 Llanuras de Borena EN Alondra de Sidamo* Heteromirafra sidamoensis Sabana abierta 1000-1700 Llanuras de Borena VU Golondrina de Cola Blanca* Hirundo megaensis Espacios abiertos 1200-4100 Meseta y llanuras LR nt Bisbita Abisinia* Macronyx flavicollis Roquedos 1500-2700 Toda la meseta LR nt Tarabilla Roquera Aliblanca Myrmecocichla semirufa Roquedos y cascadas 1800-3800 Meseta norte y oeste LR nt Tarabilla de Ruppell Myrmecocichla melaena Bosques 1800-2500 Meseta occidental y sudeste LR nt Papamoscas Abisinio Melaenornis chocolatinus Bosques 2400-3000 Meseta central y del suroeste LR nt Pájaro-Gato Abisinio* Parophasma galinieri Bosques 1500-3500 Toda la meseta LR nt Carbonero Negro de Espalda Blanca Parus leuconotus Roquedos 1500-3200 Toda la meseta LR nt Estornino de Pico Blanco Onychognathus albirostris Bosques 1000-3000 Toda la meseta LR nt Oropéndola Cabecinegra Oriolus monacha Sabana abierta 1500-2000 Llanuras de Borena VU Cuervo Abisinio* Zavattariornis stresemanni Roquedos, bosques, 1000-4000 Toda la meseta LR lc Cuervo Picogrueso Corvus crassirostris espacios abiertos Espacios abiertos 1800-4200 Toda la meseta LR lc Serín Cabecinegro* Serinus nigriceps Roquedos 2800-4000 Montañas de Ankober, Simien y EN Serín de Ankober* Serinus ankoberensis Abuna Yosef Sabana abierta 1400-1500 Llanuras cercanas a Ankober EN Serín Pechigualdo* Serinus flavigula Sin definir 1800-2700 Ankober y Simien DD Serín Pechiblanco Serinus xanthopygius Roquedos y espacios 1500-1700 Harar, Bale y Borena VU Serín de Salvadori* Serinus xantholaema abiertos 1 Categorías UICN: CR Crítica, EN En peligro, VU Vulnerable, LR nt Bajo Riesgo casi amenazada, LR lc Bajo Riesgo de preocupación menor, DD Datos Deficientes, NE No Evaluada (11). Con * las aves que son exclusivas de Etiopía

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De los 263 mamíferos registrados en el país, 30 son endémicos y casi todos ellos restringidos a las mesetas norte y sur, lo que refuerza la enorme importancia de la meseta etíope como centro de radiación de especies, como se ha indicado anteriormente para plantas y aves. La mayor parte de estas especies endémicas son roedores y musarañas, aunque también hay especies de mayor tamaño que se han convertido en las especies bandera de la conservación y principal reclamo del turismo de naturaleza. Entre ellas tenemos el Babuino Gelada, la Cabra Montesa Etíope, el Lobo Etíope y el Antílope Nyala de Montaña. El Babuino Gelada Theropitecus gelada es un mono que vive exclusivamente en los cantiles que bordean a la meseta norte y en las paredes rocosas de las montañas. Son muy sociables, formando a veces grupos de varios cientos de individuos, y su largo y tupido pelaje les ayuda a soportar las bajas temperaturas de sus hábitats. Según los registros paleontológicos, antiguamente estaba más extendido por Africa, pero la competencia con otro primate, el hombre, ha reducido su extensión a Etiopía. Los grupos se organizan en harenes de varias hembras dominadas por un macho. Los machos son muy vistosos, con una melena grande y un pecho desnudo rojo brillante que sirve de atributo sexual y de aviso a otros machos. Las peleas entre individuos son muy raras, y las exhibiciones de tamaño, colmillos, gritos y poses agresivas suelen bastar para determinar el estatus del macho dominante. La Cabra Montesa Etíope o Ibice Walia Capra walie sólo habita las altas cumbres del Parque Nacional de las Montañas de Simien, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978. Su población está muy amenazada por las enfermedades y la elevada presión humana. Representa la población más meridional de la Cabra Nubia C. ibex nubiana, su pariente más cercano en el sur de Sudán, bastante extendida y de morfología variable. Pero para muchos autores las pequeñas diferencias y su aislamiento geográfico le confieren la categoría de especie. El parecido morfológico con la Cabra Nubia es notorio, y sólo difieren en sus requerimientos ecológicos, pues la población de Sudán vive a baja altura (200-1.800 metros) mientras que la Etíope vive entre 2.600 y 3.900 metros. Cuadro 3: El Parque Nacional de las Montañas de Bale (PNMB) El PNMB, con una superficie de 2.471 km2, fue creado en 1969 con el objetivo de conservar las mejores poblaciones de dos especies endémicas amenazadas: el Lobo Etíope Canis simensis y el Antílope Nyala de Montaña Tragelaphus buxtoni, especies bandera para la conservación en este país. Conviene indicar que este parque no tuvo un plan de manejo hasta 1986, no formalmente aprobado todavía, lo que da idea de los problemas políticos y legales que tienen las áreas protegidas en este país. Además de albergar espectaculares escenarios naturales con acantilados y un gradiente de vegetación casi virgen entre 1.500 y 4.400 metros, y de constituir un importante reservorio genético de café silvestre, el PNMB es un punto caliente por el número de especies y por sus numerosos endemismos, probablemente el más importante del país. En sus límites se han observado 64 especies de mamíferos (17 endémicos), 220 de aves (16 endémicas) y numerosas plantas endémicas, entre ellas una nueva compuesta de montaña, un Senecio, que el autor y el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, Santiago Ortiz, están actualmente describiendo en un trabajo que será publicado en breve. Este Parque Nacional conserva además el que se considera el bosque húmedo de montaña más grande y diverso del país, el bosque de Harenna; así como una de las mejores llanuras afroalpinas de todo el continente, que es el hogar de más de la mitad de la población mundial del Lobo Etíope, el cánido más amenazado del mundo, del cual sobreviven menos de 500 7


ejemplares. Aquí, entre 3.500 y 4.200 metros, en los llanos de Sanetti, entre lobelias gigantes Lobelia rhynchopetalum, siemprevivas Helichrysum sp. y multitud de pequeñas plantas orófilas, el Lobo Etíope encuentra el hábitat ideal, con abundantes roedores y musarañas endémicas que constituyen sus presas principales. Es una cadena trófica particular y muy especializada pues este lobo, más parecido a un zorro europeo que a un lobo propiamente dicho, caza siempre al acecho sobre las entradas de las madrigueras de estos roedores. Las principales amenazas para la supervivencia de este lobo son la enorme presión humana y ganadera en sus cada vez más limitadas zonas de cría, la hibridación con perros asilvestrados y la rabia canina extendida por éstos perros. El Antílope Nyala de Montaña sólo habita en las zonas montañosas de la meseta sur, principalmente en el Parque Nacional de Bale, en el Monte Chilalo y en algunas zonas cercanas a Harar. El Nyala es parecido a los antílopes Eland y Bongo de las montañas de Kenya, pues posee también unos cuernos en espiral muy grandes y pesados. Se alimenta en los pastos de montaña, donde abundan las hierbas aromáticas cuyos componentes no son nocivos para este antílope. Es una especie relíctica, ya que las llanuras semidesérticas y las zonas pantanosas que rodean a las montañas de Bale representaron una barrera a su expansión. También merece la pena destacar una subespecie de Elefante Africano Loxodonta africana subsp orleansi, del que apenas sobreviven unos 200 ejemplares al sur de la cuidad musulmana de Harar, en el este del país. Esta población de elefantes, aunque protegidos sobre el papel por el Santuario Nacional de Babille, se enfrentan a un futuro muy incierto ya que está sometidos a una enorme presión por parte de la cada vez mayor población local, que vive en situaciones de extrema pobreza, incrementada en los últimos años con la afluencia de miles de refugiados y desplazados somalíes. Estos elefantes siguen siendo cazados por furtivos bien por el marfil, bien para vender su carne y su piel. No sólo Etiopía es hogar de numerosos mamíferos y aves, sino que reptiles, anfibios y mariposas también presentan aquí un alto grado de endemicidad: hay 9 serpientes endémicas, 24 anfibios (sobre todo ranas y camaleones) y 33 especies y subespecies endémicas de mariposas. Las mariposas endémicas suelen ser especies que se diferenciaron por la altura de sus parientes africanos de bosque y llanura (Araea, Papilio, Charaxes). Los bosques del suroeste albergan varias ranas arborícolas de muy reducida distribución, así como un Camaleón que sólo se encuentra en el bosque de Harena en Bale. ASPECTOS DE CONSERVACIÓN Las estimaciones de algunos autores sugieren que la meseta etíope estuvo alguna vez cubierta de arbolado, pero hoy en día apenas queda nada. La deforestación que tuvo y todavía tiene lugar en Etiopía es alarmante y se debe mayoritariamente a la alta presión humana, a la roturación de nuevas tierras con altas pendientes y a la enorme cabaña ganadera. El bosque original que ocupaba un 35% del territorio se ha quedado reducido a un mero 2.3% en la actualidad, con tasas anuales de pérdida de bosque de más de 1.000 km2 anuales (el tamaño de...). En total se estima que más del 70% de los ecosistemas naturales que existían en el país hace un siglo han desaparecido o han sido severamente modificados. Sumando la superficie de los Parques Nacionales (9 en total), de las Reservas de Vida Silvestre (once) y los Santuarios (3 zonas dedicadas a proteger a especies concretas), Etiopía tiene más de 60.000 km2 protegidos. En realidad sólo los Parques Nacionales, y no todos, funcionan aceptablemente, y en muchos casos sufren las consecuencias políticas de transferencias regionales mal planificadas que conllevan un vacío presupuestario que va aniquilando poco a 8


poco la funcionalidad de estas zonas protegidas. También conviene decir que en muchos casos esta protección legal no se refleja en acciones sobre el terreno, o en el desarrollo de planes de manejo de esas áreas protegidas, planes de los cuales muchas áreas carecen por completo. Pero al menos es un dato prometedor el hecho de tener tanta superficie con protección “sobre el papel”. Sobre el papel también hay definidas numerosas Areas Importantes para las Aves (12), así como animales y plantas que han aparecido en las diferentes Listas Rojas publicadas en los últimos años, entre ellas 38 aves y 158 plantas amenazadas. Estas listas requieren una profunda revisión ya que no presentan datos actuales del grado de amenaza de la fauna y flora de este singular y desconocido país.

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Bibliografía (1) Friis, I. (1983). Phyotgeography of the tropical north-east African mountains. Bothalia 14: 525-532. (2) Vivero, J.L. (2001). A guide to endemic birds of Ethiopia and Eritrea. Shama Books, Addis Ababa. (3) Van Perlo, B. (1999). Collins Illustrated Checklist: Birds of Eastern Africa. Harper Collins, London. (4) Sibley, C.G. & B.L. Monroe (1990). Distribution and taxonomy of birds of the world. Yale University Press, New Haven. (5) Safford, R.J.; J.S. Ash; J.W. Duckworth; M.G. Telfer y Ch. Zewdie (1994). A new species of Nightjar from Ethiopia. Ibis 137: 301-307. (6) Hillman, J.C. (1993). Ethiopia: Compendium of wildlife conservation information. Vol I y II. The Wildlife Conservation Society, New York y the Ethiopian Wildlife Conservation Organisation, Addis Ababa. (7) Friis, I.; Edwards, S.; Ensermu Kelbessa y Sebsebe Demissew (2001). Diversity and endemism in the flora of Ethiopia and Eritrea - what do the published Flora volumes tell us?. Biol. Skr. 54: 173-193. (8) Yalden, D.W. y Largen, M.J. (1992). The endemic mammals of Etiopía. Mammal Rev. 22, nº3/4: 115-150. (9) Fjeldså, J. y H. De Klerk (2001). Avian endemism in northeastern tropical Africa. Biol. Skr. 54: 259-271. (10) Stattersfield, A.J., M.J. Crosby, A.J. Long & D.C. Wege (1998). Endemic bird areas of the world. Priorities for biodiversity conservation. Birdlife Conservation Series nº 7. BirdLife International, Cambridge. (11) IUCN (2001). IUCN Red List Categories: Version 3.1. Prepared by the IUCN Species Survival Commission. IUCN, Gland, Switzerland and Cambridge, UK. (12) EWNHS (1996). Important Bird Areas of Ethiopia. Ethiopian Wildlife and Natural History Society & Birdlife International, Addis Ababa.

El autor Jose Luis Vivero Pol es ingeniero agrónomo y ornitólogo aficionado, y ha estado más de dos años en Etiopía trabajando con la Unión Europea en temas de seguridad alimentaria y medio ambiente. En Etiopía ha publicado una guía de campo de aves endémicas y ha trabajado en la elaboración de la Lista Roja de Plantas Amenazadas con el Herbario Nacional. También ha sido coautor de un libro de fotos sobre la naturaleza e historia de Etiopía y ha colaborado con el Museo de Antropología en una exposición sobre las culturas del país. Dirección de contacto C/ Juan de Mena 12, 1º-1, Córdoba, 14002. Email: viveropol@hotmail.com Direcciones de interés en Etiopía The National Herbarium, Addis Ababa University Contacto: Prof. Sebsebe Demissew, Director Dr. Ensermu Kelbessa, Conservador Email: nat.heb@telecom.net.et Ethiopian Wildlife and Natural History Society (EWNHS) Contacto: Mengistu Wondafrash y Anteneh Shimelis Email: ewnhs@telecom.net.et

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