PARROQUIA
Asunción de María
IGLESIA SAN NICOLÁS DE BARI (NUEVA CASARAPA) GUARENAS
JHS
La Palabra de Dios en tus manos.
13 de junio de 2021
Año I - No. 20
XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B
“La semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo” Las lecturas de hoy nos hablan sobre los designios de Dios y su Reino, que crece de forma misteriosa. En el evangelio, Marcos nos relata sobre el crecimiento de una semilla, que se lanza al terreno, germina y crece de forma sorprendente, desvelando el poder escondido en esa pequeña semilla, y que, sin darnos cuenta produce trigo (...) independientemente del cuidado que le demos. Es decir, su crecer y brotar no depende tanto de la obra del hombre, sino que es, sobre todo, expresión del poder y de la bondad de Dios, de la fuerza del Espíritu Santo que lleva adelante la vida cristiana. Dentro de los pliegues de eventos personales y sociales, que a veces parecen marcar el nauf ragio de la esperanza, es necesario permanecer confiados en el actuar tenue pero poderoso de Dios. No nos es fácil entrar en la lógica imprevisible de Dios y aceptarla en nuestra vida, pero si es necesario dar ese salto y abrazar la fe, permaneciendo serenos y confiados a sus designios. Nuestra conciencia radica en estar conscientes de que somos pequeños y débiles instrumentos que, en las manos de Dios y con su gracia podemos cumplir grandes obras, haciendo progresar su Reino de Amor. María Eugenia
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LITURGIA DE LA PALABRA PRIMERA LECTURA Del libro de Ezequiel (17, 22-24). Esto dice el Señor Dios: "Yo tomaré un renuevo de la copa de un gran cedro, de su más alta rama cortaré un retoño. Lo plantaré en la cima de un monte excelso y sublime. Lo plantaré en la montaña más alta de Israel. Echará ramas, dará f ruto y se convertirá en un cedro magnífico. En él anidarán toda clase de pájaros y descansarán al abrigo de sus ramas. Así, todos los árboles del campo sabrán que yo, el Señor, humillo los árboles altos y elevo los árboles pequeños; que seco los árboles lozanos y hago florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré”. Palabra de Dios / R. Te alabamos Señor. SALMO RESPONSORIAL Salmo 91
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor! ¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo y celebrar tu nombre, pregonando tu amor cada mañana y tu fidelidad, todas las noches! R. / Los justos crecerán como las palmas, como los cedros en los altos montes; plantados en la casa del Señor, en medio de sus atrios darán flores. R. / Seguirán dando f rutos en su vejez, f rondosos y lozanos como jóvenes, para anunciar que en Dios, mi protector, ni maldad ni injusticia se conocen. R. / SEGUNDA LECTURA De la Segunda Carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5, 6-10). Hermanos: Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. P. 2
Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida. Palabra de Dios / R. Te alabamos Señor. EVANGELIO Del santo Evangelio según San Marcos (4, 26-34). R. Gloria a tí Señor. En aquel tiempo, Jesús decía al gentío: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo f ruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también: «¿Con qué compararemos el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra». Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos les explicaba todo en privado. Palabra de Dios / R. Gloria a tí, Señor Jesús.
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ORACIÓN DE LOS FIELES Celebrante: Roguemos, hermanos, a Dios Padre, para que sus bendiciones se derramen sobre nuestras necesidades, permitiendo que seamos sembradores en los corazones afligidos de nuestros hermanos. Todos: Que tu palabra sea semilla en nosotros, Señor. 1. Por nuestra Iglesia particular y todos sus ministros, para que, con paciencia y caridad pastoral, siga sembrado la semilla del evangelio encarnado. Oremos. 2. Por nuestros emigrantes y sus familias, para que, como San Pablo, prediquen con su testimonio los valores aprendidos en el seno de la Iglesia doméstica. Oremos. 3. Por los padres de familia y los educadores, para que, siguiendo el ejemplo de Jesús, se esfuercen por hacer entender a las personas que les son confiadas el don del Reino de Dios. Oremos. 4. Por los que se dedican a la comunicación desde los diferentes medios, para que, con responsabilidad y diligencia, promuevan la verdad, la bondad y la belleza artística en todo lo que difunden, resaltando la gracia de nuestra fe popular. Oremos. 5. Por nosotros, para que sepamos recibir la semilla sembrada en nuestros corazones y la dejemos crecer con generosidad y testimonio. Oremos. Celebrante: Padre bueno, inclina tu oído a nuestras oraciones, que tu pueblo suplicante te dirige, para que reciba con prontitud lo que te pide bajo inspiración del Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: Amén.
> PADRE NUESTRO > CORDERO DE DIOS > COMUNIÓN > RITO DE CONCLUSIÓN.
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Angelus L: El Ángel del Señor anunció a María. T: Y concibió por obra del Espíritu Santo. L: Dios te salve María... L: He aquí la esclava del Señor. T: Hágase en mí según tu palabra. L: Dios te salve María... L: Y el verbo se hizo carne. T: Y habitó entre nosotros. L: Dios te salve María... L: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, T: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. L: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que, los que por el anuncio delÁngel hemos conocido la Encarnación de Cristo, por su Pasión y su Cruz, seamos conducidos a la gloria de la Resurrección. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. T: Amén. P. 6