Peregrinar por fuera y por dentro

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Peregrinar por fuera y por dentro



JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ OLAIZOLA, SJ

Peregrinar por fuera y por dentro Guía interior para peregrinos y caminantes

Editorial SAL TERRAE Santander – 2009


Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionada puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y s. del Código Penal).

© 2009 by Editorial Sal Terrae Polígono de Raos, Parcela 14-I 39600 Maliaño (Cantabria) Tfno.: 942 369 198 / Fax: 942 369 201 salterrae@salterrae.es / www.salterrae.es Diseño de cubierta: María Pérez-Aguilera mariap.aguilera@gmail.com Ilustraciones: JAIME VICARIO, SJ. Con las debidas licencias Impreso en España. Printed in Spain ISBN: 978-84-293-1805-0 Dep. Legal: BI-575-09 Impresión y encuadernación: Grafo, S.A. – Basauri (Vizcaya)


ÍNDICE

El camino interior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Prolegómenos ¿Qué hago aquí? Oportunidad y deseo . 1. Salir (y adentrarse en tierras nuevas) . . . . . 2. Equipaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Avanzar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Dificultades (y la manera de reaccionar ante ellas) . . 5. Rutinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6. Yo mismo. (Soledad, luces y sombras) . . . 7. Yo mismo. (Capacidades) . . . . . . . . . . . . . . 8. Yo mismo. (Limitaciones) . . . . . . . . . . . . . 9. Yo mismo. (Miedos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10. Yo mismo. (Dolor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11. Los otros cercanos. (Betania) . . . . . . . . . . . 12. Los otros cotidianos. (Conocidos, colegas y demás) . . . . . . . . 13. Los otros extraños. (Las vidas ajenas) . . . . G UÍA INTERIOR PARA PEREGRINOS Y CAMINANTES

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14. Los otros lejanos. (Vidas rotas) . . . . . . . . . 15. Imágenes de el Otro en el camino . . . . . . . 16. El encuentro con el Otro. (Jesús en el camino) . . . . . . . . . . . . . . . . 17. El encuentro con el Otro. (El Espíritu de Dios) . . . . . . . . . . . . . . . 18. Flechas amarillas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19. Valores y contravalores del camino. Austeridad frente a despilfarro . . . . . . . . 20. Valores y contravalores del camino. Encuentro frente a egoísmo . . . . . . . . . . 21. Valores y contravalores del camino. Gratitud frente a exigencia . . . . . . . . . . . 22. Cambios. (Convertirse) . . . . . . . . . . . . . . . . 23. Reconciliación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24. Metas personales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25. Metas colectivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26. La vida como peregrinación . . . . . . . . . . . . 27. Llegar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Epílogo. (Vuelta a casa) . . . . . . . . . . . . . . . 155

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EL CAMINO INTERIOR

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IENES entre tus manos una propuesta para acompañarte en el camino que quizás estás comenzando. Es un itinerario, y al tiempo son muchos, como muchos son los caminos posibles de quien peregrina a Santiago (o a tantos otros lugares). Una propuesta para que tú la adaptes y la hagas tuya. Puede ser que vayas a caminar cinco, diez, treinta o más días... Por eso lo que te ofrecemos son posibilidades, como una guía con herramientas para que puedas ir poniendo nombre a algunas de las reflexiones e intuiciones que a menudo sorprenden al peregrino.

¿Por qué haces el camino? Hay tantas razones como personas. Puede ser por motivos religiosos, culturales, deportivos... puede ser un proyecto personal que llevas largo tiempo acariciando, el resultado de una promesa, o una opción inesperada –alguien te ofreció acompañarle. Puede ser que tengas todo preparadísimo, te has pertrechado en alguna tienda muy sofisticada de todo lo necesario para condiciones climatológiG UÍA INTERIOR PARA PEREGRINOS Y CAMINANTES

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cas extremas, o al contrario, harás la mochila en el último instante y con cierto punto de improvisación. Puede que hayas leído cuarenta guías para tenerlo todo bien atado, o te fíes de dos intuiciones ¿Vas solo o con amigos? ¿En familia? ¿Con tu pareja? ¿Caminas? ¿Vas en bici? ¿A caballo? ¿Llevas todo a cuestas? ¿Alguien os acompaña con un coche de apoyo? ¿Qué ruta vas a hacer? ¿El camino francés, punto de encuentro de tantas gentes y culturas? ¿El primitivo, atravesando las montañas entre paisajes fascinantes? ¿El camino mozárabe? ¿El portugués? ¿La ruta del Norte? ¿Por cuánto tiempo estarás caminando? ¿Diez días? ¿Cinco semanas? ¿Dos meses? Las posibilidades son innumerables. (Y todo esto hablando del Camino a Santiago). Quizá tu ruta vaya a ser otra: a Roma, a Jerusalén, a Javier, a Aravaca, a Covadonga..., a tantos lugares que son punto de llegada para peregrinos sedientos de camino, experiencia, naturaleza y encuentro. Hay muchas formas de lanzarse al camino. Lo que es común a todas ellas es que, a la vez que uno avanza por lugares externos, también va haciendo un itinerario interior. El esfuerzo, el cansancio, el encuentro, la risa, el llanto, la reflexión, el silencio de largas horas de marcha... todo ello favorece el que uno piense en su vida y en otras vidas. Si eres un poco inquieto, el camino te invita a revisar tus prioridades, a pensar en qué es lo importante de tu vida, y a conocerte un poco más a ti mismo, a los otros y –desde la fe- al Dios que muchas veces late detrás de nuestras búsquedas. Incluso aunque no cuentes con ello, aunque te plantees que únicamente vas a probarte físicamente, la realidad es que es muy humano el volverse hacia dentro y tratar de entender. Quizás porque la vida no nos ofrece dema10

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siados espacios para frenar y profundizar en sus múltiples posibilidades. Por eso cuando estamos en camino la oportunidad se vuelve pregunta, la pregunta se vuelve búsqueda, y así uno se zambulle en un camino que le lleva a recorrer, por dentro, parajes que quizás nunca había transitado. Cómo utilizar este libro Estas páginas quieren ayudarte en ese itinerario. Dando un poco de modo y orden en todas esas cuestiones que pueden aparecer durante este tiempo de camino. En el fondo es ofrecerte algunas herramientas que ayuden a poner nombre a las intuiciones, inquietudes y experiencias que posiblemente tú mismo descubras. Aunque hay una propuesta formal, no hay un único itinerario posible. Tú mismo puedes trazarlo, dependiendo del número de etapas, de las cuestiones que te parezca que más sintonizan con tu vida y tu camino en este momento o de la experiencia que vayas teniendo. No puede haber un único trayecto, porque cada uno somos diferentes. Desde aquí podríamos proponerte dos itinerarios «estándar», sabiendo que seguramente tú puedas encontrar otros. Si haces un camino largo (unas cuatro semanas), entonces la propuesta es ir siguiendo el índice, desde los prolegómenos hasta el epílogo. Si fuera un camino más corto (pensemos en diez días), podrías seguir el siguiente camino. 1) Prolegómenos. 2) Salir o equipaje. 3) Dificultades. 4) Yo mismo (utilizar alguno de los días propuestos para esa reflexión sobre el propio lugar en que uno está). 5) Los otros (reflexión sobre las gentes de tu vida). 6) El Otro (Dios en el camino). 7) Flechas amarillas. 8) Valores y G UÍA INTERIOR PARA PEREGRINOS Y CAMINANTES

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contravalores del camino (escogiendo quizás alguno de ellos). 9) Metas. 10) La vida como peregrinación Junto a esos dos caminos posibles, tú mismo puedes diseñar por anticipado o ir improvisando, dependiendo de cómo te vayas encontrando, tu propio camino interior. Incluso, si vas a cargo de un grupo y quieres trabajar con ellos, posiblemente lo que tienes aquí sea un material básico para después utilizarlo con libertad. Por último, aunque este material está pensado para acompañar una peregrinación, es también posible que te sirva para hacer esa peregrinación por dentro, aun sin moverte de casa. Quizás te sirva para plantearte unas convivencias, un tiempo de retiro o guiar tu reflexión u oración durante una temporada. En ese caso, aunque los ejemplos estarán tomados de la vida del caminante, seguramente tú puedes tender los puentes hacia la vida más cotidiana. El material que se te ofrece para cada día incluye varias cuestiones: Una cita bíblica relativa a la cuestión que se trata. Una pequeña reflexión, tratando de sintonizar con lo que es la experiencia descrita. Algunas preguntas. Una oración o un poema en torno a lo leído y pensado ese día. La idea, con todo esto, es que tú puedas dedicar un tiempo a pensar. Quizás leyendo al principio de la mañana (o si eres de los que por la mañana tardas mucho en ser persona, la víspera, antes de acostarte), para poder reflexionar durante algún rato más tranquilo. Busca algún espacio de silencio en el camino. Cárgate con preguntas, con humor, con una mirada capaz de volverse a ratos hacia dentro, sin dejar de atender nunca a ese fuera cargado de colores, personas, paisajes y trayectos. Para ir dejando que du12

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rante el día se asomen a tu cabeza rostros, historias, rasgos, aspectos de tu propia vida que tengan que ver con esa cuestión propuesta... Y con la idea de que al final del día puedas tomar tus propias notas para recoger los ecos que deja lo vivido. Una guía para todos, creyentes, agnósticos y ateos. Porque es una guía para personas en camino, por fuera y/o por dentro. Como ves, en cada sección hay un texto bíblico y muchos de los poemas tienen forma de oración, pero esto no implica que esta sea una guía exclusivamente para creyentes. Cualquiera puede utilizarla, porque en el fondo hay cuestiones que son comunes a todos. Es cierto que hay algunas propuestas que sí tienen que ver más directamente con la fe, pero la mayoría tienen que ver con la humanidad que todos compartimos. A ver si te ayuda. ¡¡¡Buen camino!!!

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PROLEGÓMENOS. ¿Qué hago aquí? Oportunidad y deseo

(Para antes de partir, o para cuando viajes hacia el punto de partida, o para cuando comiences a caminar). «Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Su tiempo el nacer y su tiempo el morir; su tiempo el plantar y su tiempo el arrancar lo plantado, su tiempo el matar y su tiempo el sanar» (Qo 3,1-5)

En la vida hay oportunidades. A veces se fuerzan, se buscan intencionadamente. Otras veces llegan de forma inesperada. Oportunidades en las relaciones, en lo laboral, en las experiencias que uno tiene... La misma palabra evoca posibilidades. Sugiere que algo se puede llegar a conseguir, y también indica que ese algo es deseable (de lo contrario, hablaríamos de amenazas). El camino que comienzas es una oportunidad. De salir de casa. De tomar distancia de las cosas, de tus gentes, de la rutina del año y, ojalá, de los problemas (aunque uno siempre cargue con sus sombras). Una G UÍA INTERIOR PARA PEREGRINOS Y CAMINANTES

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oportunidad de descansar... o de cansarte de un modo diferente. De convivir, quizás, con aquellas personas con quienes te has embarcado en esta aventura. De conocerte un poco más. De pensar en tu vida, valorar lo que tienes y, si es necesario, reencauzar lo que falta o lo que está descentrado. Ser consciente de tus oportunidades no garantiza que las vayas a aprovechar. Pero al menos te permite estar más atento para no dejarlas escapar. El camino suele ser –al menos lo es para bastantes personas– la ocasión de vivir unos días de esos que dejan huella. También a ti te puede pasar. Para ello, lo importante es dejar que se remueva todo, desinstalarse de lo habitual, dejar que la luz ilumine todos los rincones de la propia vida, sacudir un poco el polvo de los espacios más abandonados. No tener miedo a transitar por esos aspectos de la vida por los que a veces uno puede pasar más de puntillas. Si ahora, de entrada, tuvieses que pensar para qué es una oportunidad este tiempo de camino, ¿qué señalarías? Dicho de otra manera, ¿qué te gustaría encontrar aquí? (¡Ojo, a veces uno se encuentra lo que nunca hubiera imaginado!; pero ésa es otra historia...). El camino es tiempo de preguntas. Tanto como de respuestas. Hacerte algunas preguntas no garantiza que vayas a encontrar luz sobre ellas. Es más, quizás encuentres respuesta a interrogantes no formulados, y aquello que ibas buscando permanezca sin resolver. Pero, con todo, es importante en algunas ocasiones –como ahora– hacerte algunas preguntas sobre tu propia vida, sobre tus gentes, sobre adónde vas y a qué. 16

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Pueden ser preguntas muy cotidianas o muy trascendentales; muy sobre lo que te ocurre cada día o sobre cuestiones de sentido. Hay algunas preguntas retóricas, para las que ni esperas contestación, y otras imposibles, para las que no hay solución. – ¿Qué preguntas me hago al ponerme en marcha? ¿Qué interrogantes tengo? ¿Qué busco? – ¿Cuáles son mis problemas en este momento de la vida? ¿Qué me inquieta, me preocupa o me hace darle vueltas a la cabeza en esos momentos en que me desvelo? – ¿Y los retos que me planteo, en el camino y en el presente más amplio del día a día?

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Sembrar Alza la mano y siembra, con un gesto impaciente, en el surco, en el viento, en la arena, en el mar... Sembrar, sembrar, sembrar, infatigablemente: En mujer, surco o sueño, sembrar, sembrar, sembrar... Yérguete ante la vida con la fe de tu siembra; siembra el amor y el odio, y sonríe al pasar... La arena del desierto y el vientre de la hembra bajo tu gesto próvido quieren fructificar... Desdichados de aquellos que la vida maldijo, que no soñaron nunca ni supieron amar... Hay que sembrar un árbol, un ansia, un sueño, un hijo. Porque la vida es eso: Sembrar, sembrar, sembrar José Ángel Buesa

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Ecos del día:

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1. SALIR (y adentrarse en tierras nuevas)

«El Señor dijo a Abraham: “Sal de tu tierra nativa, de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre y servirá de bendición» [...] Abraham marchó, como le había dicho el Señor» (Gn 12,1-4).

Lanzarte al camino es dejar atrás un terreno conocido: casa, rutinas, horarios... Seguramente, en tu vida cotidiana haya algo de todo esto. Hay un espacio en el que se desenvuelve tu vida. Tienes tu ritmo vital, que depende bastante de las circunstancias concretas, de si estudias o trabajas, de tu familia, de la gente con la que vives, de la manera en que llenas tus días, de las calles por las que habitualmente pasas, de los bares en que te encuentras con tus amigos, de los libros que lees, de la música que escuchas, de las horas de ordenador... Todo eso ocupa tu horizonte cotidiano. Y ahora sales. Como quien abre la puerta del hogar conocido, en el que todo está en su sitio, para adentrarG UÍA INTERIOR PARA PEREGRINOS Y CAMINANTES

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se en una ciudad nueva cuyas calles apenas conoce. Lo desconocido tiene algo de amenazante, pero también algo de promesa. Incluso, el que sea percibido desde el miedo o desde la esperanza dependerá en buena medida del carácter de quien se adentra en ese territorio desconocido. El caso es que sales. Y, al salir, cierras la puerta y dejas casi todo a la espalda. Esperando tu regreso; pero, por el momento, ahí queda... Salir al camino es aparcar un poco lo habitual, las rutinas y las costumbres, para zambullirte en un territorio diferente del que llena tus días. Es dejar a la espalda bastantes cosas. Sabiendo que volverás a ellas, pero que por el momento toca desprenderse. Hoy cuesta dejar algo (o a alguien) atrás. En parte, porque estamos tan conectados que parece que te lo llevas todo en el móvil, que siempre estás a un clic de tus gentes, que instantáneamente te puede llegar un mensaje desde el otro extremo del mundo. Y por eso parece que no cabe el silencio, la distancia ni la espera. Sin embargo, el tiempo en el camino puede tener algo distinto. Hoy puedes dedicar un rato a despedirte de lo cotidiano. No te preocupes. No pasa nada por frenar un poco o por tomar distancia. Tu vida sigue esperándote a la vuelta. Tus gentes estarán ahí. Unos días de lejanía pueden ser más que buenos y ayudarte a coger perspectiva. Déjalos quedarse atrás. A tus gentes, tus cosas, tus rutinas, tus preocupaciones, tus obsesiones, tus tareas pendientes... No quieras llevar todo tu presente a cuestas. De algún modo el camino supone tomar un poco de distancia con respecto al día a día, sin llevárselo todo consigo. Sabiendo poner tierra de por miedo y aprendiendo 22

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a distinguir lo urgente de lo importante, lo inmediato de lo esencial, para aprender a ver tu vida desde una distancia que te ayude a clarificarte. – Por eso, haz ese ejercicio sencillo. Diles hasta pronto. Intenta aparcar, por el momento, lo cotidiano, dejarlo en suspensión, por utilizar el lenguaje de los ordenadores (esperando a que regreses). – Tiempo habrá para retomar las cosas. Serán unos días, unas semanas, quizás hasta unos meses. Pero es tiempo para mirar adelante. Abre al menos unas cuantas ventanas (ojalá muchas) a lo que te espera en el horizonte. Deja espacio para la sorpresa, para tus compañeros de camino si los hay –o para los que puedas encontrar. Deja espacio para el silencio o para la palabra nueva. – Desnúdate un poco de tantas capas como habitualmente llevamos. Piensa en todo ese peso más cotidiano y dile: “hasta pronto”.

Partir Partir, en camino... Partir es, ante todo, salir de uno mismo. Romper la coraza del egoísmo que intenta aprisionarnos en nuestro propio yo.

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Partir es dejar de dar vueltas alrededor de uno mismo. Como si ése fuera el centro del mundo y de la vida. Partir es no dejarse encerrar en el círculo de los problemas del pequeño mundo al que pertenecemos. Cualquiera que sea su importancia, la humanidad es más grande, y es a ella a quien debemos servir. Partir no es devorar kilómetros, atravesar los mares o alcanzar velocidades supersónicas. Es ante todo abrirse a los otros, descubrirnos, ir a su encuentro. Abrirse a otras ideas, incluso a las que se oponen a las nuestras. Es tener el aire de un buen caminante. Hélder Câmara

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Ecos del día:

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