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Salir del closet o... la libertad de existir

El placer de transformarse

Entendamos el travestismo



Salir del closet o... la libertad de existir Gina Alva ¿Por qué tienes que decir que eres transexual? ¿No puedes cerrar la boca para que nadie se de cuenta? ¿Nos vas a complicar la vida con lo que quieres hacer en la cama? ¿ ¡ No seras solo un marica ! ?

DEJENME EXPLICARME . Por que debemos revelar prudentemente nuestra transexualidad Por que no debemos quedarnos en el closet y evitarnos dificultades Por que debemos ser nosotras mismas Por que no debemos escondernos La verdad sea dicha, el valor de salir del closet no es un asunto en que muchas personas piensen. En su más profundo nivel, salir del closet no tiene nada que ver con formar parte de una

comunidad de transexuales, no es un asunto de cambios de puntos de vista o teoría y no es un asunto que nos motive a enfrentar cambios socio culturales. No debemos olvidar que somos transexuales solo hasta que acabe el tránsito y debemos estar claras que, salir del closet es sólo un asunto de valía personal. Nuestra cultura aún gasta un mar de energía en condenar las diferencias y el ser "marica" en particular. Desde el colegio el uso constante de términos como "maricon", "machona" y "cambio de sexo" crean corrientes de opinion primarias e introducen un miedo y rechazo profundo en todos los niños y niñas. Esta barbaridad escala alturas inimaginables hasta llegar a la actual violencia discriminatoria que afecta diariamente casi todos los aspectos de nuestra vida.


Es en este ambiente tóxico con diversos grados de condenación abierta y encubierta, que el transexual esta sometido a un constante ataque psicológico y emocional. Este ataque se internaliza en varios grados desde edades muy tempranas y muy fácilmente. El transexual no solo es afectado por la avalancha desde fuera, sino se intoxica desde dentro y va acumulando culpas, temores y sentimientos de auto destrucción, que lo llevan a un constante sufrimiento y en muchos casos a quitarse la vida. Se crea un circulo vicioso derivado de la presión cultural y sostenido por un estado de culpabilidad que se interioriza junto con el dolor y el miedo, como un mensaje cultural, que se transforma en parte de la conciencia del transexual, impidiendole vencer el miedo al rechazo y auto condenando sus necesidades de ser ella misma, escondiendose. Al hacer esto el transexual refuerza sus sentimientos casi neuróticos y se acopla a la presión cultural cerrando el circulo que lo acompañará de

por vida si no lo rompe. Salir del closet es detener el vivir escondido y romper el circulo vicioso de la presión sobre nuestra existencia Vivimos en una cultura enfocada en nuestra familia y amigos y, en la interacción humana. La base de nuestra comunicación diaria, es acerca de nuestras vidas y sus relaciones. El transexual en el closet tiene solo dos caminos; el mentir permanentemente acerca de su vida o, evitar cualquier forma de comunicación humana que lo pueda comprometer socialmente. Con el tiempo esto causa diversos grados de sufrimiento, se pierde desde el placer de comunicar al ser amado la felicidad de vivir un nuevo día, contarle algo gracioso que sucedió o compartir nuevas experiencias. Se acallan las cosas más simples pero significativas del diario vivir. Esta auto censura destruye el alma y nos lleva a la confusión y a la depresión. Cuando decidimos salir del closet no es para contar al mundo las maravillas de ser


transexual, es simplemente para detener la constante minimización y el recorte de nuestra existencia. Salimos del closet para rescatar los sentimientos y valores básicos de todo ser humano, la dignidad, la auto estima, la libertad de hablar y compartir, la libertad de ser, la habilidad de comunicarse, de comunicar acerca de nuestra vida de una manera honesta y real, sin subterfugios, sin temor a ser descubiertas y avergonzarnos, justo como cualquier otra persona. Estas son las más claras razones para salir del closet. La razón de existir de esta página web es por que su autora decidió que estaba harta y enferma de callarse, harta del dolor de permanecer en silencio y esconderse, de preocuparse eternamente por evitar descubrimientos accidentales acerca de su condición, harta del constante terror de que alguien conociese mi imperdonable secreto; todo este hartazgo se volvió imposible de acarrear; vivía como un fantasma, buscando invisibilidad constante y realización personal a medias

sólo y sola en los márgenes de mi entorno social. Todo esto se acabó. Hay que analizar algunos conceptos como, ¿Por qué es imperdonable nuestro "secreto"? ¿Por que es imperdonable ser transexual? ¿Por qué es vergonzante y atemorizante?. Muchos en nuestra cultura y sociedad tienen serios problemas con el hecho transexual. Hay quienes sienten niveles altisimos de rechazo para con la transexualidad, hay quienes no quieren saber nada del tema de la transexualidad o entenderla y menos involucrarse en el sufrimiento del transexual. Hay seres de mentalidad estrecha que no aceptan el hecho transexual acuñandolo como una perversión y también hay quienes quisieran ver muertos a todos los transexuales. De hecho pueden haber duras consecuencias para un transexual público; pero para todo transexual debe quedar claro que, por su absolutismo


existencial, la transexualidad produce serios disturbios en el comun de las personas, esto por que ponemos en evidencia una perturbación de las reglas fundamentales en que se basan los más profundos conceptos de ser humanos. Pero incluso considerando todos los "peligros" culturales y sociales, hay un punto donde la cobardía termina y donde el auto encubrimiento y depresión constante se vuelven insufribles y, necesitamos reclamar para nosotras los derechos de libertad que gozan los demás seres humanos; simplemente la libertad de existir como yo soy. Salir del closet sirve para

romper el círculo vicioso del tormento y la auto condena, destruye la necesidad de vivir mintiendo; es un acto de libertad de quien rechaza vivir en la obscuridad y se alza como persona, con el natural y básico derecho a existir. Es la libertad en contra de la opresión y como tál no es fácil y puede traer consecuencias, pero debe salirse del closet para detener lo insufrible y lograr una auto estima normal en todo ser humano. Como ya dije antes, hay que salir con prudencia, sin producir fracturas culturales ni sociales, pero hay que salir, tan solo para conocer la paz y existir, tan solo para estar presentes en este mundo.



Stefany Kristal Wong



Angelina Pisco Calampa


Entendamos el travestismo Gina Alva

El travestismo como expresión de la propia sexualidad es sencillamente un tipo de fetichismo, y no compromete necesariamente a la identidad sexual de quien lo practica. Hombres que se visten de mujer ??? El Travestismo en su definición más simple es el “vestir según el código de imagen del sexo opuesto al propio”, sobreentendiendo por sexo: sexo genital. Sin embargo, las cosas son mucho más complicadas. Básicamente hay cuatro clases de travestismo. Unos que se originan en la propia sexualidad y el que se fundamenta en la propia identidad sexual. Travestismo Fetichista El travestismo como expresión de la propia sexualidad es sencillamente un tipo de fetichismo, y no compromete necesariamente a la identidad sexual de quien lo practica.

Hay hombres que se sienten hombres en su interior y que sin embargo, disfrutan de imitar a la mujer con fines eróticos; es una forma de fantasía de auto-transposición al objeto sexual y de acercamiento virtual al mismo. En pocas palabras, es una manera un tanto sorprendente de hacer el amor sin que la pareja ideal esté presente y puede ser considerado como un desviación de la psicología endógena y social del sujeto. Travestismo Histrionico El travestismo como expresión teatral o transformismo es una de tantas formas de expresión artística y si bien es dificil que a un actor de renombre le guste aparecer vestido de mujer, quien es verdaderamente actor lo puede hacer con mucha calidad y


apoyado por los caracterizadores, que buscarán obtener el personaje ideal de acuerdo al guión o al libreto de la obra. Hay “actores” que repetitivamente actúan como mujeres, son los llamados “Performers” en el mundo del teatro ligero, esto se ha extendido a la televisión. A la actuación en si misma se debe agregar la sospecha que la caracterización constante es una de las cualquiera otras formas de travestismo. Travestismo Homosexual El travestismo como una forma de cortejo en la prostitución homosexual es el artificio que usa el homosexual que se prostituye frente a sus clientes también homosexuales pero ocultos, (homosexuales de closet) que se sentirán menos culpables al relacionarse con alguien que tiene al menos la apariencia de una mujer. El travesti prostituto callejero se vale de la inseguridad del homosexual para incrementar su clientela a través del travestismo.

Travestismo Existencial El travestismo como expresión de la propia identidad sexual implica que la psique no está en el fondo conforme con el propio sexo físico y con la propia personalidad sexual pública (sexo social adquirido). Trae entonces la producción de una personalidad sexual privada que resuelva el conflicto entre identidad y morfología o apariencia sexual. Por lo tanto, desde el punto de vista subjetivo de quien lo practica, es en ese momento cuando la persona reencuentra su unidad y coherencia sexual, y cuando menos travestida se siente. ENTONCES ... ¿ CUANDO UN HOMBRE VESTIDO DE MUJER NO ES UN TRAVESTIDO ? La persona que se traviste por identificación de identidad, sólo se siente travestida cuando se ve obligada a producir una apariencia conforme a su sexo físico, es decir, cuando las demás personas la perciben como


sexualmente congruente ( Paradójico ¿No? ). Normalmente, el travestismo por identificación con el sexo físicamente opuesto, progresa hacia estados de mayor ansia y presión interior por restablecer la unidad sexual (léase disforia de género), hasta asumir la condición de transexualidad que se vive consciente o inconscientemente desde el comienzo de l vida, e iniciar un proceso de completa transición sexual (anatómica, genital, social y legal). Una persona que ha transformado totalmente su sexo físico y genital, ya no puede considerarse travestida bajo ningún punto de vista, porque está asumiendo la apariencia correspondiente al sexo físico de su innata identidad psicosexual. Puesto que la identidad sexual de una persona nacida transexual está en muchas ocasiones escondida por el yo sexual socializado desde la infancia (léase personalidad sexual inducida), ocurre en

esos casos que el travestismo es la generación de una personalidad sexual alternativa (casi siempre en privado), y suele ser durante mucho tiempo la única manera de adquirir coherencia sexual subjetiva, hasta que en algún momento, la propia identidad sexual es asumida con plena conciencia (lo que requiere auto-reconocimiento de los propios instintos, recuperación de la autoestima e independencia personal), para actuar desde uno mismo, desinhibidamente y no desde los condicionamientos sociales. El encuentro momentáneo con la propia y coherente verdad sexual, que la persona travestida experimenta cuando asume la personalidad sexual que es congruente con su identidad sexual profunda, le produce estados de euforia y gozo que liberan sus energías sexuales con toda naturalidad y la pueden llevar al orgasmo. A su vez, cualquier estado de excitación sexual de esa persona cuya identidad sexual aún no se ha vuelto pública y permanente, hace que automáticamente emerja su


Angelina Pisco Calampa


identidad sexual fundamental, ya que los instintos sexuales inherentes al individuo se despiertan y se activan, y sobreviene el deseo irreprimible de expresarse, cosa que en el estadio de cotidiano enmascaramiento de identidad, consiste todavía en el acto episódico de travestirse. En este sentido, esta respuesta sexual y psicológicamente eufórica que algunos psiquiatras denominan “autoginefilia”, es de hecho un indicador de la verdadera identidad sexual de la persona, y de la coherencia sexual que se produce con el alineamiento de su forma, de su apariencia y de su personalidad con su identidad sexual. En ningún caso la autoginefilia (léase gustarse a sí misma) puede ser tomada como un síntoma de un desorden mental de género padecido por un varón, sino la señal de que se está en presencia de una mujer

psicológica en etapa de reconocimiento absoluto de su identidad sexual verdadera. El travestismo en este caso no es ni un acto sexual, ni una desviación psicosocial del sujeto, sino la manifestación de su genuina personalidad sexual, condicionada y limitada por sus inapropiados genitales y anatomía, y es el vehículo para la recuperación paulatina de su integridad sexual. Conforme la práctica del travestismo le permita llegar a reconocerse plenamente en sus sentimientos de género y emprender finalmente el ajuste de su sexo físico y social, obtendrá la unidad sexual definitiva, la paz de su alma y la erradicación de su hasta entonces latente conflicto transexual. Este pequeño ensayo esta basado en los trabajos llevados a cabo por Clarita.




Alexandra Ferrari


El placer de transformarse Travestirse es el arte de jugar al cambio, al engaño, a la transformación. Ser un travesti es formar parte de la diversidad sexual humana. Inicio el texto con estas afirmaciones porque en fechas recientes y a partir del estreno del filme La mala educación , de Pedro Almodóvar, han proliferado un buen número de artículos que hablan del papel que representa Gael García Bernal, actor mexicano, en esta película que actualmente se exhibe en nuestro país. Movidos por el morbo o atraídos por la curiosidad, cientos de mexicanos han leído acerca de la transformación del histrión mexicano, quien hace el papel de un joven transexual que decide cobrar algunas cuentas pendientes al cura que abusó sexualmente de él durante la primaria. La creación del personaje de Bernal (en realidad interpreta tres), le llevó varios meses en los que tomó clases para aprender a mover sus manos,

sus caderas, a usar tacones y hasta a mirar “como mujer”, pero lo más importante, al menos para el interés que mueve a esta columna, fue luchar contra sus propios prejuicios y sus miedos. “En México existe el mito del macho, así que me pesaba mucho travestirme de mujer. Después me gusté. En el fondo todos tenemos un lado femenino y aceptarlo da mayor seguridad, te libera”, declaró Gael para el diario La Jornada el pasado 14 de septiembre. El espectáculo El travestismo es un tema que puede divertir, enojar, escandalizar y todavía sorprender. Esta manifestación se acepta si se representa en una película, por ejemplo, en donde por juego o por equivocación, los hombres o las mujeres se transforman en seres del sexo contrario. Quién no recuerda a Tony Curtis y Jack Lemmon travestidos en


una comedia al lado de Marilyn Monroe, en Una Eva y dos Adanes ; o a Julie Andrews en un doble papel: Víctor, Victoria . En años más recientes Robin Williams resultó muy taquillero con la cinta Papá por siempre , donde personifica a una nana. Pero existen otros filmes que emplean el travestismo (cambio temporal de imagen) para plantear el tema de la transexualidad (necesidad de modificar el cuerpo, de vivir con otra identidad) de una manera más dramática, y ahí están cintas como Juego de lágrimas , Los muchachos no lloran , o Mi vida en rosa . Hace cientos de años que el hombre se traviste. Hubo momentos en la historia que la presencia de las mujeres en los escenarios no era permitida, así que Shakespeare tuvo que emplear a algunos hombres en roles femeninos, o en la Ópera de Pekín, desde el siglo XVIII se entrenó a jóvenes, casi niños, para representar la delicada presencia de las mujeres, se les llamó Nan Dan. Aquí entre nos, las mujeres que hacían esos papeles eran consideradas

“indecentes”, o de plano se les tenía prohibido desempeñar la función de “actriz”. Es claro, el travestismo se acepta si forma parte de un personaje en una obra de teatro o como parte de un espectáculo, pero cuando ese juego toca la vida común y corriente de una persona todo cambia. ¿Qué sucede cuando un hombre, he-te-ro-se-xual, padre de familia, siente la necesidad de vestir ropas de mujer para disfrutar de sus encuentros sexuales? ¿Qué sucede cuando en la calle vemos a travestis que se prostituyen? ¿Qué pasa cuando dejamos al travestismo fuera de los cines, los teatros, los bares y lo traemos a la vida real? Travestismo y vida real Este comportamiento puede observarse en personas de cualquier orientación sexual, no sólo homosexual como suele pensarse, y es en el cambio de rol, en el uso de


ropas del otro sexo, donde se encuentra el placer fundamental. Obtienen excitación sexual al vestirse y vivir temporalmente el otro rol, pero en ningún momento desean modificar de forma definitiva su cuerpo. Pero su transformación es temporal, algunos lo hacen en ocasiones especiales, otros de manera más sistemática, pero todos encuentran en ese cambio un gran gusto, un gran placer, o como me dijera alguna vez un radioescucha: “Travestirse es rendir culto a la mujer”. No existe una razón específica que explique el origen de esta manifestación, pero algunos investigadores remontan hasta la infancia las primeras experiencias. No es fácil aceptarse travesti cuando todos los mensajes sociales y biológicos nos señalan que un varón debe vestirse y comportarse como un hombre, y no como una mujer. En una sociedad machista y homófona el comportamiento

femenino es desdeñado. Es muy difícil y en ocasiones lleva años digerir ese interés, ese gozo de vestirse de mujer. En sus primeras etapas esto se vive con mucha vergüenza o rechazo, y es hasta cuando se solicita la ayuda profesional de un sexólogo especializado cuando existe la posibilidad de la autoaceptación. Es probablemente el momento de enterarse de que ésta es una de las expresiones de la diversidad sexual humana, que no se considera una enfermedad y que los expertos la identifican como una parafilia. El travestismo heterosexual tiene muy pocos espacios para expresarse y por lo regular se hace en la intimidad personal, o con la pareja, en caso de contar con una que acepte esta conducta. Son compañerascómplices de la aventura de travestirse, aunque en otras ocasiones se han organizado clubes con reuniones periódicas. En cambio, el travestismo homosexual ha ganado


espacios más sólidos que van desde el antro gay, hasta los costosos espectáculos en bares y teatros, sin olvidar las marchas gay y los carnavales. (“Mis personajes travestidos buscan de algún modo rescatar el valor intrínseco de vestirse como un acto de rebeldía. Con ello, también pretendo abolir el estigma de que todos los homosexuales son travestidos”, Tito Vasconselos, actor. Soy homosexual, de Laura Guillén).

La sexualidad humana no se vive en blanco y negro como muchos pudieran pensar, entre estos dos colores hay una gran variedad de grises, o de colores tan variados como los del arco iris. Es esencial reflexionar sobre el significado de respetar, algunos dirían, de tolerar las diferencias que nos ofrece la vida real. “Es necesario trabajar por una cultura de la tolerancia que pueda transformarse en un auténtico respeto a la diversidad sexual”.

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