ORQUÍDEAS ZARIQUIEY PARA LA SALUD Ampliación y rehabilitación de Can Zariquiey Clínica Arenys de Munt Comunitat Terapèutica del Maresme Valentí Agustí Josep Miàs
Y
ORQUÍDEAS PARA LA SALUD Ampliación y rehabilitación de Can Zariquiey Clínica Arenys de Munt Comunitat Terapèutica del Maresme Valentí Agustí Josep Miàs
CONT
La locura es una cuesti贸n gramatical Ludwig Wittgenstein
TEXTO
Construcciones peculiares de empresarios locales e “indianos” que volvían de América van salpicando el territorio como follies en un gran parque. Algunas de ellas son Can Zariquiey y Can Jalpí, ambas en la Carretera de Sant Celoni en Arenys de Munt. La Clínica Arenys de Munt se sitúa en Can Zariquiey. La finca fue construida entre el 1911 y 1929 por Ricardo Zariquiey, médico de Arenys durante mucho tiempo.
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Can Jalpí
Can Zariquiey
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PROCE
El loco ya no existe, se ha convertido en un enfermo. La psicología no podrá decir nunca la verdad sobre la locura porque la locura posee la verdad sobre la psicología Michel Foucault
CESOS
NOMBRES Federica Bufano Arquitecta
Increasing disorder in a dining table, Sarah Wigglesworth y Jeremy Till
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Hay procesos creativos que se desarrollan a saltos. Algunos son de una gran intensidad y radicalidad, mientras que otros son más pequeños y constantes en el tiempo. La idea toma forma, durante el proceso creativo, gracias al cruce de muchos inputs que surgen por razones diferentes, y que se van enredando hasta dar forma al proyecto. Parece interesante, y a veces necesario, hacer el recorrido al revés. Desenredar, desenlazar, desatar, soltar las ideas y sus referencias, dar un nombre a cada paso y enumerar las razones que lo han hecho posible. Me viene a la cabeza el dibujo de los movimientos en una mesa de Wigglesworth y Till, e imagino poder coger un extremo de esa larga y enredada línea de dibujo y poderla estirar. A medida que la voy alargando recorro todos los movimientos, casi en cámara lenta, descritos en el dibujo. Esto es lo que se busca documentando los procesos que se han desarrollado a lo largo del proyecto del edificio y que muchas veces quedan ocultos detrás de la obra construida, intentando desentrañar aquellas ideas, referencias e intuiciones previas que, revisadas a la luz del resultado final, nos permiten entender las decisiones tomadas. Para darles, en definitiva, un nombre. En los primeros croquis aparece ya, de alguna manera, el día a día de los inquilinos de la Clínica de Arenys: ese mundo recogido donde el tiempo está pautado por las actividades diarias: el diseño y la pintura, el paseo de media tarde por el patio, el cuidado de las orquídeas… La posibilidad de conocer esa realidad con sus patrones de cotidianeidad ha formado el primer grupo de inputs dentro de la formulación del proyecto. Las maquetas y los dibujos del principio recuerdan a los ejercicios de papiroflexia y los pequeños objetos pintados a mano con los que te encuentras visitando el taller de la Comunidad.
El edificio, tras un primer planteamiento general, se ha ido desarrollando por fases, por fragmentos diversos sumados que han permitido ir redescubriendo el lugar a medida que la construcción avanzaba. Las decisiones se han tomado tanto encima del papel como en la obra, estableciendo accesos, buscando la posición de la pérgola, matizando el acabado del orquidearium… Esta flexibilidad ha permitido que los espacios tuviesen una cierta domesticidad y que cada elección se tomara con el cuidado de quien decide cómo colocar el sillón en el rincón favorito de su sala de estar. En el fondo, nunca se ha dejado de construir una casa. Las preexistencias han sido una oportunidad para reinventar un sistema nuevo hecho de citas y de guiños, casi un juego para ir encontrando las capas escondidas del edificio antiguo detrás de la nueva construcción. Los magníficos dibujos de los pacientes se reflejan en los azulejos de colores de los baños, la luz filtrada por los árboles del patio en el deployé del pasillo, las ventanas redondas recuperan las antiguas aberturas de los edificios originales, y, finalmente, el orquidearium donde los pacientes pueden ocuparse de las flores. Los pasos que se han dado a lo largo de este proceso se recopilan en un conjunto de imágenes, fotos y fotomontajes que cuentan esta historia: a partir de las preexistencias y a través de ensayos de geometría capaz de abrazarlas –casi resiguiendo los pasos de una coreografía inventada– hasta la definición de la construcción, los pliegues de las fachadas, la estructura y los detalles. Desgranando los temas presentes en este proceso, se llega a definir la obra en su totalidad. Ahora que el edificio está terminado nos gustaría contar su historia, nombrando todos sus personajes, sus escenarios y las circunstancias en que los hechos han ocurrido.
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Maquetas y dibujos de diferentes momentos del proceso de proyecto. Las nuevas construcciones revelan las potencialidades del lugar así como cualidades inherentes descubiertas a través del proceso de construcción y diseño.
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En ocasiones, uno se da cuenta de la importancia de los elementos que pasan desapercibidos en el día a día por su uso cotidiano. Muchas veces los percibimos por su ausencia repentina, aunque también en momentos singulares por su uso inhabitual. Cuando se realza su valor, éste se convierte en significativo. En este caso, es singular. Hablamos de las manos. Con las que nos saludamos, expresamos, gesticulamos, comunicamos… con las que dibujamos, construimos sueños y, a veces, los hacemos realidad. Es el elemento de transición de lo que uno imagina y piensa. Dibujamos y, de unas manos a otras, compartimos los trazos. Construimos unas líneas imaginarias capaces de ser interpretadas por las
siguientes y las siguientes hasta hacerse realidad. De la cabeza a la hoja de papel, del papel a la realidad, se construye con las manos. Desde el modelo de balsa hasta la realidad del ladrillo, madera, acero, deployé… a modo de ensayo, comienza un proceso que da lugar a uno nuevo y éste, a la vez, a otro y así sucesivamente. Es una cadena de actos instintivos, heredados, capaces de transmitir a otro lo que uno piensa e interpretarlo hasta construirse: una forma de compartir, expresar y enseñar. Y, por encima de todo, aprender en este singular caso… Marc Subirana Arquitecto
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La referencia a la naturaleza es constante, el bosque, los elementos vivos se convierten en parte de la arquitectura del lugar, impregnando los espacios del exterior.
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LUGA
GARES
Lo que nos convierte en humanos no es la obediencia a un c贸digo universal y absoluto, sino el reconocimiento de la radical vulnerabilidad de nuestra condici贸n y el hecho de no poder eludir la demanda del dolor del otro Joan-Carles M猫lich
WALDEN Xavier Bas Arquitecto
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La región de Boston está salpicada de lagos, superficies acuáticas que se sitúan en el territorio como si fueran islas de un archipiélago en negativo. Sus nombres — White, Farrar, Goose, Flints, por nombrar algunos— resultan desconocidos, neutros. No obstante, uno de ellos, el lago Walden, se convirtió en lugar de peregrinaje literario para los lectores de la obra que David Henry Thoreau publicó alrededor de 1854: Walden, La vida en los bosques. El libro, mitad diario mitad ensayo, describe su vida durante dos años en una cabaña construida por él mismo a orillas del lago Walden, lejos de la civilización y completamente rodeado de naturaleza. Poco más que cuatro paredes rodeadas de un bosque profundo y de agua son las que definen su único refugio, aparentemente frágil ante la inmensidad. El abismo inicial al que se enfrenta por el aislamiento y la soledad se transforma, poco a poco, en una completa sincronía con la naturaleza y en la construcción de una crítica feroz a una sociedad basada en el trabajo penitente y maquinal, condenando la vida a una “tranquila desesperación”. La experiencia de la naturaleza permite a Thoreau comprender de manera definitiva “las cosas grandes y dignas” que “tienen una existencia permanente y absoluta” en la vida. Así pues, la exploración de lo esencial se convierte en liberación, proponiendo con su vivencia una alternativa empírica a la vida corriente. La experiencia que emprende Thoreau parece liberarle del artificio ilusorio de la sociedad, maraña de hilos y telas que lo alejan de su propio interior, agobiado por el “mar picado de la vida civilizada”, lleno de “nubes y tormentas y arenas movedizas y mil otras cosas a las que hay que atender”, intentando “vivir haciendo cálculos si no quiere naufragar”.
Paradójicamente, la vida en el lago Walden, aislada y al aire libre, exterior, le acerca a su propio y auténtico interior, teniendo la naturaleza viva como interlocutor y reflejo de sus propias emociones, sintiéndose presente “hasta en los parajes y escenas que solemos llamar salvajes y tristes”. De algún modo, esta desvinculación abre el contenedor del individuo, a priori delimitado y controlado, para extender su flujo en un entorno salvaje y cambiante; el espacio de resonancia de la mente ya no es un cuerpo o una estructura social, sino el bosque y el lago, con un tiempo antiguo y cíclico. Las particularidades de Walden son descritas por Thoreau con profusión: los cambios diarios, la evolución estacional, el tacto del sol y de la lluvia, el comportamiento de los animales que viven a su alrededor… Es un lugar “de escala humilde, y aunque muy hermoso, no da la sensación de grandeza, […] un manantial perpetuo entre pinares y robledales, sin ninguna entrada o salida de otros elementos, exceptuando las nubes y la evaporación”. El espacio mental de Walden es infinitamente profundo, pero también perfectamente delimitado por los árboles de las orillas del lago que dibujan una superficie oblonga en el cielo; un claro en el bosque claustral y “perpetuo”. La cualidad circular del tiempo, cíclica en su paso y en los efectos del cambio continuo, es claramente perceptible en este escenario autoreferencial, capturando los ritmos de la naturaleza, que anuncian el “eterno vigor y fertilidad del mundo”. Es precisamente la contemplación de este tiempo lo que devuelve a Thoreau la esencia de la dignidad. El libro de Thoreau permite explorar de primera mano la vida en la naturaleza: la reestructuración a partir de los
tiempos esenciales, la meditación tranquila que acompaña el trabajo manual, el espectáculo del cambio y la agudización de los sentidos. La Clínica de Arenys en Can Zariquiey es un intento pionero de construir un espacio abierto al aire libre donde la naturaleza sea la referencia para la vida, como lo fue Walden. Más que una ampliación, la nueva arquitectura del complejo parece haber crecido como una hiedra, tapizando las antiguas construcciones de vegetación, uniendo las distintas alas y construyendo un claustro central, esencial para la vida en la Comunidad. Este claustro, o cápsula de naturaleza como lo fue el lago Walden, es un lugar de contemplación del tiempo natural, de la meteorología, de las estaciones, del día y de la noche. Los árboles que dan sombra, las plantas que crecen, el viento que mece los pájaros en las ramas, permiten desactivar el tiempo humano y su desazón. Thoreau pasaba horas escuchando los animales sumergirse en el lago, sintiendo el sol en la piel, oyendo el rumor de los árboles, momentos en los que “crecía como el maíz en la noche”. Ésta es la finalidad última del claustro, un lugar donde el individuo se reconozca en lo externo, en el que entienda la pertenencia a algo más profundo que la civilización y más duradero que una vida. Los lugares que definen Can Zariquiey giran alrededor de este espacio central, filtrando su visión a través de deployés y celosías que, a modo de hojas, hacen de transición visual entre las partes más privadas y las más comunitarias. Los dormitorios y dependencias personales se sitúan en una planta más elevada, hilvanados por un pasillo vidriado que rodea el claustro. Otros espacios importantes para la Comunidad
son la biblioteca y el taller. Ambos lugares se revelan como terapéuticos y complementarios, ya que son el marco de desarrollo de actividades manuales e intelectuales creativas, permitiendo la expresión personal y necesaria para personas en proceso de terapia. Sin embargo, uno de los espacios más característicos es el orquidearium. Situado en una antigua construcción anexa restaurada, es un espacio de cultivo de orquídeas. La actividad, basada en el cuidado y crecimiento vegetal, implica comprender de manera profunda el esmero, la fragilidad y el cuidado que merecen estas plantas tan delicadas. Es el fiel reflejo del funcionamiento de la misma Clínica. El orquidearium es también un claustro en miniatura, ya que en él, se percibe otra escala del tiempo y de la vida, más pequeña y asible, necesaria para aprender a cuidar las orquídeas: el riego diario, la poda y la floración. Can Zariquiey es pues la construcción de una alternativa arquitectónica y terapéutica que pretende establecer pautas distintas para la vida y la terapia en un entorno no urbano, que busca en la actividad y la naturaleza los patrones para el equilibro vital. Así, como pasaba a orillas del lago Walden, en este lugar, la naturaleza se convierte en elemento terapéutico, escenario físico y espacio mental alternativo, donde los individuos se conozcan y reconozcan, y a partir de la vivencia del cual, y como decía Thoreau, “ningún lugar [les] sería extraño”.
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Can Zariquiey 1. Sala Zariquiey 2. Biblioteca Ampliaci贸n 3. Espacio de acogida 4. Claustro 5. Dormitorios 6. Taller 7. Orquidearium
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CRÉDITOS
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comuniTaT terapÈutica del maresme Cooperativistas M. Teresa Kirch Valentí Agustí Miguel León M. José Aleu Ester Linares Carles Alsina Mercedes López Elvira Aragonès Xavier López Manel Badenes Pilar Mallorquí Gina Barrera Montserrat Maltas Jº Mª Bernal Miquel Manté Nuria Berraondo Jaume Marés Margarita Blasco Pepa Martínez Virginia Blecua Àngels Martínez Carme Boleda Silvia Miguel Cristina Bonfill Eva Monllor Luisa Bosch Carlos Montes Pere Camós Mario E. Mosto Pilar Cantó Raul Muñoz Agustín Celaá Olga Mussoll Isis Rosa Chang Isaac Navarrete Roser Civit Marta Navarro Neus Claveria Laura Notario, Mª del Carmen Comas Guillermo E. de Ferrari Montse Novoa Emma Nuñez Emilio Faire Jaime Plana Raquel Flores Alexandre Puig Susana Folgoso Montserrat Ribot Fabio Frontini Joan Bautista Riera Sergi Giménez Rocío Robles Jesús Gómez Esteve Rost Antonio González Jose Juan Rueda Sheila Gutiérrez Cristina Sagré Maria Carmen Hita Maria Roser Salichs Guillem Homet M. del Roser Torrelles Elisenda Iglesias Maria Torrent Angela Jiménez Montse Tresserras Pedro Jordan Nuria Vihé Montserrat Julià Maria Isabel Justo
proyecto arquitectónico Localización Arenys de Munt, Barcelona Promotor CTM, Comunitat Terapèutica del Maresme Arquitecto Josep Miàs Equipo de Proyecto Adriana Porta, Silvia Brandi, Xavi Bas, Fausto Raposo, Daniel Montes, Nuno Marques, Sebastián de Iruarrizaga, Alfonso Abé, Christian Giovanetti, Giovanni Galdieri, Gabriele Mura, Laura Pomesano, Federico Licini, Marc Subirana, Eleonora Sucato, Elena Melis Arquitecto técnico Carles Bou Consultores Estructuras BOMA Consultores Ingeniería PROISOTEC, Josep Masachs Joan Bantí Empresa constructora Fuset-Roig CONSTRUCCIONS S.C.P.
ORQUÍDEAS PARA LA SALUD
AGRADECIMIENTOS
Autores Valenti Agustí y Josep Miàs
Agradecimiento a todo el personal de la clínica, al constructor e industriales que han trabajado en la obra y a todos aquellos que han hecho posible esta obra.
Edición, Diseño Gráfico y Producción Digital Xavier Bas Collages Federica Bufano, Marc Subirana, Xavi Bas Textos Guillem Homet, Valentí Agustí, Josep Miàs, Dolores Conesa, Enric Berenguer, Fernando de Vicente, Silvia Brandi, Federica Bufano, Marc Subirana, Elvira Aragonès, Xavier Bas
Agradecimiento especial a Montse Tresserras, permanente curator de esta performance, y a Carles Fuset por su paciencia. Sponsor Fuset-Roig CONSTRUCCIONS S.C.P.
Revisión Joan Tresserras Fotografía © Adrià Goula, Xavi Alias (postproducción) © Josep MiAS Arquitectes Impresión Argra Trading SL Se ha hecho todo lo posible por localizar los propietarios de las imágenes publicadas. Los editores piden disculpas por cualquier omisión y ruegan ser informados para poder subsanar los errores en las próximas ediciones de este libro.
Colaboradores
Ellos siguen conversando...
© de la edición, Josep MiAS ARQUITECTES © de las obras, sus autores © de las fotografías, sus autores © de los textos, sus autores ISBN: 978-84-616-4831-3 D.L.: XXXXXXXXXX Todos los derechos reservados Impreso y encuadernado en la Unión Europea Este libro ha sido compuesto por escritos en castellano y otros traducidos del catalán. Esta decisión, de no hacerlo en la lengua vehicular mayoritaria en nuestro trabajo diario, se debe a la limitación del tiraje de la edición, del presupuesto y la voluntad de llegar a personas interesadas en estas cuestiones en el Estado Español, en nuestro centro de Bluefields (Nicaragua) y por compañeros dedicados en otros lugares, especialmente americanos.
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Valentí Agustí Médico Psiquiatra y Alcalde de Palafolls desde 1983 Josep Miàs Arquitecto y Profesor de las escuelas de Arquitectura ETSAB, UNISS y Bartlett UCL