rodean. El autor analiza en las paginas de este libro las causas y naturaleza de estos recuerdos negativos, describiendo los sintomas mas caracteristicos y facilitando los patrones necesarios para identificar otros. Sobre esta base, expone con claridad que es la curacion de los recuerdos y por que se necesita, demostrando a la vez la importancia que el Evangelio, en los conceptos de la gracia y el perdon de Dios, tiene en el proceso terapeutico de curacion de los recuerdos, y estableciendo los fundamentos biblicos para ello. Aunque de origen norteamericano, David Seamands nacio en la India, donde sus padres eran misioneros metodistas. Estudio en el Asbury College, Drew Theological Seminary y en el Hartford Seminary Foundation. Junto a su esposa Helen trabajo durante 16 aftos en la India como misionero de la Iglesia Metodista. A su regreso a Estados Unidos, pastoreo la Iglesia Metodista Unida de Wilmore (Kentucky) durante 22 aftos y fue profesor de Ministerios Pastorales del Seminario Teologico Asbury de Wilmore. Como escritor, sus libros buscan la aplicacion practica, psicologica y espiritual de doctrinas cardinales del cristianismo, como la gratuidad de la gracia y el significado actual de la ley de Dios y los beneficios del perdon.
ISBN 84-7b4S-13S-0
• CLASIFlaUESE: 450 PASTORAL· T6PICOS DE CONSEJERIA • CTC 01-05-0450-06 • REF 223180 •
9788476451359
LACURA DE L RECUE
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LACUR DE L RECUE
D.A. Sea
ex libris eltropical
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Impreso en los Talleres Gráficos de la M.C.E. Horeb, E.R. n R 265 S.O. -Polígono Industrial Can Trias, el Ramón Llull, s/n- 08232 VILADECAVALLS (Barcelona)
Depósito Legal: B. 9.446-1990 ISBN 84-7645-135-0
Versión española: Eliseo Vila
© 1985 by S.P. Publieations © 1986 por CLIE para la versión española
LA CURACIÓN DE LOS RECUERDOS
LibrosCLIE Oalvani, 113. 08224 TERRASSA (Barcelona)
1. El misterio de la memori 2. ¿Qué es la curación de lo 3. ¿Por qué necesitan cur cuerdos? . . . . 4. Creando la .atmósfera p 5. Fundamentos bíblicos de los recuerdos. . 6. Indicaciones para la cu cuerdos . . . . 7. Conceptos de Dios def 8. Dificultades que surgen nes que hacemos de Di 9. Preparación para la sesió 10. Cómo dirigir la sesión d 11. La curación de los recu sexuales . . . . 12. Reforzamiento, precauci nes.
ÍNDI
Mitzi estaba entusiasmad sentido: las piezas encajan u nos ahora entiendo dónde ne tengo que orar. Y hay espera Harry, sé que hay la curación todas las cosas diferentes.» Yo no podía por menos qu pareja, los dos atractivos e int enamorados el uno del otro y a los ideales más elevados de Pero, como muchos otros, hab tir de su vida de casados qu evitar el zaherirse el uno al ot nes se vio claro que el núcle eran la hipersensibilidad de poco realistas. Se ha descrito «accidentes en espera de su Mitzi era un depósito profund perando salir a la superficie. pastores y sus maestros le ha el pasado, hiciera suya la vict llara nuevas actividades y frente al presente y al futuro. Así que Mitzi se sorprendi
EL MISTERIO D
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vias le había aconsejado no sólo que procurara recuperar los recuerdos penosos, sino incluso que los escribiera de forma que pudiera compartirlos conmigo y con su marido. Y ella lo hizo del modo más concienzudo y en oración. Finalmente, los dos sabíamos que había llegado el momento oportuno, así que habíamos señalado la hora para la sesión de oración a fondo para la curación. Una tras otra, Mitzi visualizó delante del Señor algunas de las experiencias más dolorosas y humillantes de su niñez y adolescencia. Mientras orábamos, en nuestra imaginación habíamos regresado literalmente a aquellas escenas. Ella no sólo recordaba el pasado. Volvía a vivir y sentir los incidentes, con frecuencia de manera muy detallada, como si estuvieran pasando entonces. Aunque fue una lucha, Mitzi perdonaba a las muchas personas que la habían herido; y, a su vez, recibía el perdón de Dios por los resentimientos que había guardado tanto tiempo contra ellos. Cuando, durante la hora de oración, hubo una pausa larga inesperada, le sugerí con delicadeza que, si el Espíritu le estaba mostrando algo nuevo, no tuviera inconveniente en seguir adelante y compartirlo con el Señor. El tono de su voz se volvió como el de una niña pequeña y empezó a orar: «Querido Jesús», y le dijo algo que no había recordado durante muchos años. Tenía, cuando esto había ocurrido, unos cuatro años, y junto con su familia estaba visitando a su abuela. La abuela había tejido una mantita para la muñeca de la niña. Mitzi era muy tímida. Le era casi imposible decir «hola» o «gracias» a nadie. Cuando la abuela le dio la manta, sus padres le dijeron: «iQué lindo que la abuela haya hecho esta mantita para la muñeca! Ahora, Mitzi, dale las gracias.» Mitzi siguió sollozando en su oración infantil: «Oh Jesús, Tú sabes que yo quería darle las gracias a la abuelita, pero que se me hizo un nudo en la garganta y no pude decir nada. Querido J esús, hice lo que pude, pero no salió ninguna palabra.» Ahora Mitzi estaba sollozando a sacudidas. Intenté consolarla, y le dije que se imaginara que estaba sentada sobre las rodillas de Jesús, como los niños en la
La Biblia trata del tremen de la misma manera que muc muy poca descripción o discus cordancia completa de las Esc bre memoria enumerado men veces. (Recuérdese que el aut
La memoria en las Escrituras
Biblia. Esto le dio ánimo par profunda tenía que venir toda ba allí y quería la manta. Así jeron que si no daba las graci cuando yo no lo pude decir, se a Patti! ¡Oh Jesús! Tú sabes qu Pero nadie lo entendió, no le im es justo, esto no es justo!» Al seguir orando, Mitzi co esta experiencia y otras simil su vida. Ella había permitido su corazón. Lo había guardad hermana. Ahora había pasad vida. Siempre que tenía la im o un malentendido, se le trab de ira y le era imposible decir resolver nunca sus problemas. tes trabajamos juntos para qu vas formas de abrirse a Harr de hoy, Mitzi insiste que aque la curación fue el momento d ¿Qué le pasó en esta sesión que describiremos? Tuvieron da de Cristo que había traído enconados que habían estado terior y sus relaciones externa periencia es lo que muchos ll los recuerdos, y de esto trata seguir adelante, quiero que de al tema de la memoria en sí, t moderna y las Escrituras.
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cias basadas en una versión inglesa.) Cuando la memoria pasa a ser algo más concreto, como un memorial (conjunto de recuerdos), salta a veinticinco referencias. Pero cuando se vuelve un verbo, como recordar, o hacer memoria, entonces se llega a unas 250 referencias. De ellas, unas setenta y cinco se refieren a Dios y su memoria. Muchas de ellas son peticiones a Dios para que recuerde algo: sus pactos, sus promesas, su pueblo. O bien son peticiones para que no recuerde algo: pecados, fallos y cosas así. Las restantes 175 describen la memoria o el olvido de las personas. Entre éstas, muchas son órdenes de recordar o de no recordar ciertos asuntos importantes. En la Escritura, la memoria es considerada uno de los aspectos más importantes de la mente de Dios y de la nuestra. Es central a la naturaleza de Dios, así como al perdón, la salvación y la vida del justo. La capacidad de Dios de recordar o de no recordar es una parte de la mente o conocimiento divino que llena a los escritores bíblicos de asombro y temor. Como los hombres hemos sido creados a la imagen divina, también nosotros tenemos esta capacidad. Aunque la nuestra es limitada, los escritores bíblicos consideran esta capacidad humana una razón para asombrarse y alabar a Dios. Pongamos por ejemplo el Salmo 139. Aunque el salmista empieza estremecido contemplando lo vasto de la mente de Dios y su capacidad de saberlo y recordarlo todo, pronto pasa a considerarse a sí mismo. Está asombrado de la forma en que el Creador le ha hecho. «Tal c(:mocimiento es demasiado maravilloso para mí; demasIado alto es, no lo puedo alcanzar... Te alabo, porque formidables, prodigiosas son tus obras; prodigio soy yo mismo, y mi alma lo sabe muy bien» (Salmo 139:6, 14). ¡Qué maravillosamente exacta es la Palabra de Dios! Porque, hasta el día de hoy, los científicos más brillantes, los médicos y los psicólogos se ven en apuros incluso para formular teorías sobre la memoria. Esto, a pesar del hecho de que es la base de casi todo lo que hacemos en la vida.
¿En qué consiste este mis mamos memoria? ¿Cómo pode nes mentales de lugares y per mentado hace años? Nuestra que el pasado está todo almac nuestro cerebro. Pero, ¡al decir misterio con otro! Porque, pese en la investigación científica r timos cincuenta años, el cereb más inexplicable de nuestro c do el Reader's Digest publicó s los sobre las partes y funcion empezó por el cerebro. Lo cla zón y los pulmones, como uno po. Sabemos que es el gigante ble mantener a una persona vi zón artificiales durante un ti para el cerebro. La definición l ésta ha tenido lugar cuando ce po. Hay ocasiones en que las a lentifican y disminuyen en int san en tanto que estamos viv El cerebro en sí es una ma peso, encerrada dentro de un una masa gris-rosada húmed Puesta como una flor encima médula-, está relacionada, p das, con cada uno de los pu desde las raíces de los pelos a pies y manos. Es el centro de l más compleja de toda la crea los científicos desconciertan. células nerviosas dentro del c de estas células -cada una d tactos, que se llaman sinapsis, dedor. Algunas tienen conexi 50.000 células diferentes. ¡La es suficiente para describir est conexiones dentro de un solo
El gigante increíble
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Se puede ver por qué se dice que la memoria es un misterio. Porque aunque la memoria tiene su base en este increíble sistema cerebral, es también parte de la mente que está por encima y más allá de la red. La mente humana es distinta y mayor que el sistema a través del cual opera. Los científicos que se dedican a la investigación del cerebro pronto se ven envueltos en teoría filosófica que les lleva mucho más allá de lo puramente material. Aparecen profundas preguntas: ¿En qué forma el cerebro, una sustancia física, establece relación y contacto con la mente, que es una realidad no material? ¿Cómo pueden afectar a nuestros cuerpos y mentes en la for~ ma que lo hacen nuestras actitudes emocionales y nuestro estado del humor? La Biblia no es un libro de texto científico y no nos da respuestas estrictas a estas preguntas. En vez de
Un poco inferior a Dios
ro de estrellas que se estima existen en todas las galaxias! Pero esto es el principio. La información que recibe el cerebro viene de los órganos de los sentidos, colocados como centinelas en puntos estratégicos de todo el cuerpo. Pongamos por caso la riel. En ella hay 4 millones de estructuras sensibles a dolor, 500.000 que son receptivas al contacto o presión y otras 200.000 que registran las variaciones de la temperatura. Añádanse a esto los sentidos mayores -esto es, los oídos, los ojos, la nariz y la lengua-, y uno empieza a ver visiones. La J?ejor m~nera de imaginarse la red del cerebro es considerar mllla~e~ de cuadros de distribución telefónicos, cada uno suficiente para servir una ciudad como Nueva York? Londre~. Cada circuito está operando a plena capacidad, recIbiendo llamadas y conectándolas en el circuito propio en una fracción de segundo. Esto es sólo una idea ligera de lo que ocurre en nuestro cerebro cuando nos ocupamos en las tareas más simples cotidianas, como el recordar la dirección de un amigo.
ello, nos da un cuadro que pr como creada por Dios. Aunque imagen de Dios, no podemos todo lo que se refiere a nue modo que no podemos compr Cuando la Escritura nos habla espíritu, da por entendida l cuerpo humano. En parte algu persona del resto de la person aísla el cuerpo del alma. Ta vida total de una persona. ¿Nos hemos alejado demas cuerdos? No, porque los recuer de personas totales cuando re plemente imágenes almacen cosas pasadas. Los recuerdos conceptos, pautas, actitudes y nes que ~compañan a las imág mente. Esta es la manera en cepto de recuerdo, o sea, de ag dar algo. Cuando la Escritura demos al Señor», no nos dic presentemos delante una ima una orden a personas totales sus pensamientos y acciones e mismo cuando nos dice que para santificarlo». Esto no es ocupemos en ejercicios mental do y meditando. Es una lla para establecer ciertas priori midad con principios espiritu ción. Esta idea «totalitaria» de l pleto acuerdo con los últimos cerebro y la investigación del dencia actual es a considerar una extensión del cerebro, cas cuerpo fuera en sí un cere Todo está conectado y relacio ocurre en la circulación de la las instrucciones, el dar y reci
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El versículo 2 del Salmo 8 contiene las famosas palabras: «Por boca de los niños y de los que maman, afirmas tu fortaleza.» Sólo en los últimos años hemos llegado a comprender la verdad de estas palabras con referencia a la memoria. Una y otra vez nos hemos sorprendido del poder que los recuerdos penosos de la infancia parecen tener en la experiencia del adulto. Hace años, cuando empecé mi ministerio de curación interna, era un poco escéptico respecto a estos recuerdos tempranos. De modo lento, pero seguro, me he visto obligado a abandonar mi escepticismo y en varias ocasiones he tenido que orar por la curación de recuerdos que sólo podían haber sido generados antes del nacimiento. Un joven que sufría de estados recurrentes de depresión suicida casi compulsiva no se curó hasta
Dónde empiezan los recuerdos
Le hiciste señorear sobre la obra de tus manos; Todo lo pusiste bajo sus pies... ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra! (Salmo 8:5, 6, 9)
y lo coronaste de gloria y honra.
Le has hecho un poco inferior a los ángeles,
cerebro a todas las partes del cuerpo, y viceversa, de modo continuo. Relacionado con todo esto, y, sin embargo, trascendiéndolo, está la yoidad única de las personas individuales. En el Salmo 8:5 leemos que Dios ha hecho al hombre «un poco inferior a los ángeles». Pero en las traducciones más modernas se dice, con más exactitud: «Le has hecho un poco inferior a Dios.» Verdaderamente es este extraordinario don de la memoria el que nos permite recoger todo el conocimiento de lo pasado y usarlo en nuestra imaginación para crear imágenes nuevas y maravillosas para el futuro. No es de extrañar que el salmista se entusiasme al considerar su posición y estado:
De repente, y sin avi lágrimas de mis ojos mi Betty. Su padre la había años y medio. Durante l mands, Betty había pron so a su padre (como si f «jOh papá, por favor, no Me sentí identificada sonalmente a medida que y tocaron algo profundo no me había dado cuen como si fuera yo quien la
que su madre finalmente le dij el suicidio de un miembro de ocho meses que estaba embar cido aún. El joven seguía hab ñas y terribles de muerte que m~s s?bre ello. al Es~íritu San qUIer mfluencIa maligna que tenido sobre él. Pedimos a Di raíces del árbol familiar, cam muerte a un árbol de vida. E proceso en que el joven se vio presión. Las personas que han sido ner su mente en paz respecto a hayan r~cibido los mejores ~a estas mIsmas palabras un día sentada en mi despacho. Dios curación en su vida, pero toda la perturbaban. Mavis amaba dre adoptivo, y tenía una re ~,;mca había conocido a su pa na antes que ella naciera. M ~!1Y inteligente, de mente ráp dIJe le pareció que no tenía acuerdo en leer el capítulo 12 p~ra los proble.mas emocionale na de Betty. Esta es la forma la experiencia penosa, pero c
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cía veintidós años, cuando estaba todavía en la matriz de mi madre. Mi padre murió de cáncer tres meses antes de que yo naciera. No comprendiendo todo lo que me estaba sucediendo, decidí salir y dar un paseo. Estas lágrimas y emociones extrañas eran demasiado fuertes, demasiado reales para ser reprimidas o pasadas por alto. Durante una hora fui deambulando por la ciudad a la hora del atardecer. Decidí que no pondría obstáculos a sentir cualquier cosa que surgiera dentro de mí. Y los sentimientos referentes a la muerte de mi padre acudieron en abundancia. Me quedaré corta si digo que me sorprendieron. Era como si yo realmente estuviera otra vez dentro de la matriz de mi madre, al lado de la cama de mi padre, en el hospital. Dentro de la matriz yo procuraba hacerme oír, que se dieran cuenta de mí. Pateaba y luchaba con toda mi fuerza para que mi padre pudiera verme, tocarme, agarrarme, besarme, amarme antes de morir. Una y otra vez dije: «Papá, por favor, no mueras, no mueras. Por favor, no mueras. No me has visto todavía. No sabes aún si soy un niño o una niña. ¡Oh papá, por favor, no mueras!» Mientras seguí andando, las lágrimas no cesaron. Por primera vez en la vida estaba lamentando a lágrima viva la muerte de mi padre. Al pensar en su muerte había dejado caer algunas lágrimas, pero nunca llegué a experimentar una emoción y un significado así en mis llantos y mi dolor. Ahora, como adulta, estaba experimentando la misma angustia y lucha que pasé, hacía muchos años, cuando estaba en la matriz de mi madre. Todo esto no es obstáculo para que siga siendo escéptica respecto al hecho de que un niño que no ha nacido todavía pueda lamentar la muerte de su padre. Sin embargo, son innegables los pensamientos, emociones y curación que experimenté de modo tan inesperado. Fueron de-
Uno de los resultados más i tudios es la prueba concluyen que un niño pueda hablar, está y recordando. Como afirma est es activo mucho antes que el l como una herramienta ... Los ni pacidad importante para recon creía antes que requería el uso puede identificar lo que no se p n.iños, al parecer, pueden org sm una pal~~ra.» El artículo s forma los nmos aprenden mu guaje sin palabras a partir de f olores, así como un lenguaje de con las personas. Recuerdan un
«una enorme campaña d los enigmas más fascina ¿Qué conoce un niño reci ce en este mundo? Y ¿có y usar ~ste conocimient de su vIda? La respuest demuestra en una miríad (recién nacidos) conocen la gente suele creer. Ven den más y está'} genética establecer relaclón de afe que los cuida» (pp. 52, 5
La r~vista T~me del 15 de a reportaje especIal so?re los lo que conocen los mños peq cen?».Informan~o .sobre cente expenment?s medIcos acerca se han realIzado en los Estad tria y otras partes del mundo
masiado profundos, re que pueda negarlos.
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El Dr. Verny documenta sus afirmaciones co~ docenas de ejemplos interesantes de, recuer~os de mnos recién nacidos o que aún no hablan naCIdo. A muchos esto nos suena extremado, pero no se lo parecía a nuestros abuelos, que aceptaban la influencia prenatal como un hecho, aunque ellos la l!evaba~ a extremos ridículos. ¡Puedo recordar todavla a mI
«Las primeras hebras de la memoria empiezan a aparecer en el cerebro fetal hacia el terce.r trimestre aunque es difícil establecer con exactItud el m¿mento. Algunos investigadores afirman que un niño puede recordar a ~artir del s~xto mes; otros insisten en que no tIene capacld~d para recordar hasta el octavo. No hay duda, sm embargo, sobre el hecho de que el niño no nacido aún recuerda o retiene sus recuerdos ... Podemos con seguridad deducir que a part.ir del sexto ~es después de la concepción su SIstema !lervIOso central es capaz de recibir, proces~r Y CIfrar s';1S mensajes. La memoria neur~ló~lca e~tá, sm duda, presente a partir ~~l ul~lmo tnmestre, cuando la mayoría de los .mnos, SI n.acen, pueden sobrevivir sin la necesIdad de mcubadoras» (Sum mit Books, pp. 142, 191).
cosas específicas mucho aY!t~s de que I!uedan hablar o tengan palabras para identlflcar los obJetos y las personas..Hasta dónde podemos hacer retroceder 1as f ronteras '<le la memoria? El artículo de Time afirma: «En ~a búsqueda de datos en la infancia se ve ~ue ~a me~ona tiene que estar en activi.da~ ya en la mas tierna mfancia y aun antes del naclmlento!» 'El Dr. Thomas Verny, un neurólogo y psiq';1íatra canadiense, presenta un caso notable de me~ona anterior al nacimiento en su libro The Secret Llfe of the Unborn child. El Dr. Verny sigue el desarrollo prenatal del niño y llega a la conclusión:
al;mela, q~e sugería a una v~~i za la razon por la que un mn fea era porque la madre habí cuencia y pasado mucho tiem tes! Pero ahora descubrimos cuentos de viejas contenían u pueblos más primitivos tiene que van a ser madres toda e temor. ~n un estudio cuidadosam mUJ~res durante el embarazo Momka Lukesch, de la Univ Frankfurt,.Alemania del Oeste que l~ .actltud 4e la madre hac especlflco muy lmportante en lo de. Y tan importante como es Lukesch h~lló q~e la calidad d con el ~ando VIene después e perCUSIOn notable sobre el niñ El Dr. Gerhard Rottmann Salzburg, en Austria, llegó pr conclusión; incluso mostró qu paz de precisar distinciones e la .histori~ bíblica en que la pnma Eh~abet para comunic el prometido Mesías. Esto hiz gozosa: «Tan pronto como lle tu saludo, saltó de gozo la cri cas 1:44). . , Hemos de tener cuidado e Slon del área de percepción porque nuestros conocimient todavía ~uy escasos. Mi dese lo maravIlloso que es el hecho la curación de los recuerdos, de ter,ter ~n cuenta f~ctores qu to. DIOS mformó al Joven Jer prenatal: «Antes que te formas y antes que nacieses te santif recordarl~ esto, Dios corrobor: de Jeremlas como profeta. S
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que usó este notable poder para bie~ es capaz de san~r las cicatrices y heridas de recuerdos penosos, por mas rezagados que estén en la vida del que los sufre. . Tan sobrecogedor como el mist7rio. d~ la memona humana es un aspecto de la m~mona dIvI~a, que es todavía más increíble. Es JeremIas el que mas claramente nos habla de él: «perdonaré la maldad de,ellos, y no me acordaré más de su pecado» (31:34). ¿ Como puede un Dios omnisciente dejar de recordar algo? Este versículo se halla en un pasaje sobre el Nuevo Pacto, el que ahora nosotros sabemos que incluye la cruz y todo lo que Dios en Cristo ha hecho para borra.r nuestros pecados. Quizá Dios mismo tiene una e~pecIe de curación de recuerdos de modo que, maravl1.1a de las. maravillas, cuando perdona, realmente olVIda al mIsmo tiempo. . d Sin duda, nos hallamos en la presencia e un gran misterio. ¡El misterio lleva al asombro, y el asombro lleva a la alabanza!
Por desgracia, la expresión dos» tiene varios significados. cristianos hoyes una especie atajo a la madurez emociona que la curación emocional, a tremos, algunas personas la mente, la llaman no escritural tamente puedo comprender su periencia en este terreno me área en que el trigo y la cizaña en la psicología. Siendo una ci está llena de toda clase de te flamantes. No hace mucho q verdades probadas de la psicol do con el enfoque verdaderam jar. Es importante reconocer verdad de Dios, tanto si está como en los tubos de ensayo d mos el equilibrio haciendo p verdades por el cedazo de la La curación de los recuerd sejar y de oración cristiana q der curativo del Espíritu ace
¿QUÉ ES LA DE LOS REC
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Dios puede usar a otra persona o grup~ p~ra ?ar luz y comprensión sobre puntos que nos habla SI~O Imposible descubrir por ~uestra cuenta.. El a~onseJar es con frecuencia necesano p~a descubnr ~endas es~o~ didas necesidades no cubIertas y emOCIOnes repnmIdas q{¡e nos impiden llegar a la verdad que nos hará libres. En muchos casos, no puede haber un crecimiento espiritual y una curación verdaderos hasta que somos librados de los recuerdos penosos y las pautas morbosas que ahora interfieren en nuestras actitudes y nuestro comportamiento presentes. Cuando una tarde contesté el teléfono en mi despacho', oí una voz ansiosa que, sin preámbulo alguno, entraba inmediatamente en la situación: «Tenemos problemas en el matrimonio -dijo, cortante-. ¿Puedo enviarle a mi esposa?» En general, las visitas por apoderado no dan muy buen resultado. Pronto la voz f~ menina, en otra línea, me aseguró que ella había pedIdo al marido que tomara la iniciativa. Al cabo de pocos días estaba escuchando a Patty que me habl~ba de un matrimonio en estado precario, una falta reClen-
Fase del aconsejar
problemas emocionales y espirituales. Es uno y nada más que uno de estos ministerios; y nunca debe~ía h~ cerse de él el único y exclusivo, porque estos enfasls exagerados llevan sólo a extremosi~a~es y abuso. Es muy importante que los obrer.os cn~tI~nos pose~n. ~l conocimiento suficiente y el dlscermmlento sensIbIlIzado por el Espíritu para saber cuándo es ~l útil apropiado en manos del Espíritu para ~a curaCIón. Uno de los propósitos principales de .es~e lIbro es a'y~dar ~ los consejeros y otros obreros cnstIanos a decIdIr cuando usarlo y cuándo no debe usarse. ., . En el curso corriente de la curaClOn de la memona hay tres fases. No hay límites tajantes de sepa~ación entre una y otra, sino que a veces se mezclan. Sm embargo, para ayudar a dejar las cosas claras vamos a considerarlas por separado.
te de afecto para su marido q panorama de dificultades fís evident~mente la habían llev S? nerVIOSO. Me di cuenta ta smcera entrega suya a Dios y ria de la niñez d~ Patty parecí to para. la curaCIón de los rec do, vanos cas<;>s. de abuso sex ~ros de la fam~lIa, enfermeda lI~~ que la habIan sobrecargad bIlIdad a una edad muy tiern de Pandora llena de recuerdos tapado de súbito para dar lu Sin embargo, cuando trata la niñez sórdida y llena de cic mente impresionado de la for lo ~abí~ resuelto todo. Los tra penenCIaS penosas no la habí na en su aspecto y completam pue~tas ~l esposo. Sus primer hablan SIdo dolorosa.s, en real a ser una madre mejor para s claro que no necesitaba curac mas del pasado. Una conversi amante la habían capacitado modo notable con todo aquell Descubrimos que el probl profundo que había echado raí un par de años. El marido ha vida la llamada a la predicaci que abandonar un empleo bie gó a Patty a ciertos sacrifici reactivó s~s t.em~res a~tiguos y había anadldo mtensldad a s el punto culminante de la dific to. r~ciente ~acia su marido. G mItido que este afectara a sus tuir como una muralla que ell a él de su vida y echándole la c relacionadas. Esto había bloq una vida amorosa, sana hasta
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Éste es uno de los puntos distintivos de la curación de los recuerdos. Para que el Espíritu Santo pueda
Fase de la oración curativa especial
toda la relación estaba desmoronándose. Patty tuvo que hacer frente a la negrura de. sus resentimientos p;caminosos y a las maneras sutiles en que se lo haCIa pagar a él. En un acto de confesión y ora~ión, halló la gracia para perdonarle y ac:eptar el ~erdon por su actitud equivocada y sus aCCIOnes nOCIvas ..Cuando h~ blaron entre sí de todo esto, el amor de DIOS pudo ehminar todas las barreras y restaurar el amor profundo por ambos lados. , . . o, He escogido a proposlto esta I1ustracIOn porque muestra que el aconsejar reveló que la curación de los recuerdos no era necesaria, para poner énfasis sobre la necesidad del proceso o fase de aconsejar personal. Con frecuencia es difícil decidir si la curación específica de los recuerdos está indicada o no, y es en este punto que tengo muchas reservas sobre el uso de esta forma de curación emocional/espiritual con grupos o reuniones en masa. Algunos pastores lo intentan y por mi parte no quiero poner límites al poder de Dios. Sé que Él usa sermones sobre curación internayara rev~ larnos nuestras necesidades, y esto es, en CIerto sentIdo, aconsejar en masa. También he vis~o algunos ~i lagros de curación maravillosos que tUVIeron sus pnncipios en esta clase de servicio público. Pero tengo serias reservas sobre el intento de hacer pasar a toda una audiencia por este proceso. Como gran parte de lo que tiene lugar hoy día en el campo de la curación, se trata más de magia que de milagros. Es muy raro ver resultados permanentes o incluso de larga duración, cambios en actitudes y relaciones que persistan, a menos que se trate de un proceso que .incluya las ~res fases que he mencionado antes. La pnmera es abnrse a un consejero, pastor o amigo de confianza. «Confesaos vuestras faltas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados» (Santiago 5:16).
realmente tocar las barreras a l pleno de la oración conversacio sualización e imaginación, y la to y la situación específica qu traumático, así como una fe p empatía por parte del otro que En esta oración especial p que nos lleve al momento de la se mueva por entre los recuer nosotros. Es entonces, por me imaginación santificada, que or te estuviéramos allí en el instan experiencia, permitiendo a Dio otros en la forma en que lo ha aquel momento. Esta sesión de oración es el de la curación de los recuerdos. empieza el milagro de curación; consistiría simplemente en una catarsis o terapéutica de los sen especial de oración no puede ser haber resultados permanentes o Hay ocasiones en que no rec cuales oramos porque pedimos mos o pedimos por motivos equ 3). Es importante que nuestra tamente al blanco. Uno de los frecuencia durante esta ocasió que el Espíritu Santo pasa a se clarifica el contenido y purifica l misma. A menudo empezamos a de un incidente particular, o so cular, porque pensamos que aq problema. Pero durante el perí ritu quita una capa tras otra y niveles más profundos de nuest descubrir en qué consiste realme importante en extremo y desp ello. Debido a nuestra condició tas pecaminosas que damos a l frecuencia nuestra memoria se
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Esto es, nuestro recuerdo de algunas cosas puede ser deformado debido a la intensidad de las emociones relacionadas con ellas. ¿Recuerdas la descripción en el capítulo 1 sobre las sinapsis o conexiones a través de las que pasan los impulsos electroquímicos y al hacerlo envían «información» al cerebro? Hay centenares de ellas, y al atravesarlas la información puede ser alterada antes, durante y después que ha sido recibida. (Ver Our Fragile Brains, D. Gareth Jones, InterVarsity Press, pp. 43, 44.) Nuestras actitudes mentales, emocionales y espirituales juegan un papel importante en el proceso de la memoria y con frecuencia nos despistan cuando se trata de conseguir la penetración y comprensión necesarias para la curación. Es por esto que las palabras de Jesús sobre la verdad son tan esenciales: «Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:32). Su nombre predilecto para el Espíritu Santo era «El Espíritu de la Verdad» (Juan caps. 14 al 16). En ocasiones, después de haber llegado al límite alcanzable en el aconsejar, es durante este período de oración que el Espíritu de la Verdad nos dirige, como un gigantesco rayo laser, sobre la necesidad real y nos trae su luz curativa sobre el problema. Jack era un adulto de unos treinta años, soltero, de buen parecer y con un buen empleo. Recientemente había sufrido periodos de depresión. Aunque era cristiano desde hacía muchos años, estaba lleno de un sentimiento de culpa generalizado que le hacía difícil creer que Dios le amaba realmente. Describía sus sentimientos de esta manera: «Hay cadenas invisibles alrededor de mí; persisto pidiéndole a Dios que las destruya, pero no lo hace, por lo menos para mí. Tengo un sentimiento de desesperanza, de no valer nada.» Compartió conmigo sus evidentes talentos en el arte y la música: «La gente me dice que tengo muchos talentos. Me gustaría usarlos para el Señor, pero me encuentro por dentro lleno de nudos y no puedo expresarme. Siento ira contra mí mismo y considero que Dios está decepcionado conmigo.» En el trabajo había tenido dificultad para hacer va-
~er sus derechos; co~~ r.esult neros sacaban ventaja Injusta decía. ~Por qué, perII?-itía esto me rechacen aun mas de lo cuenta de q~e usaba,un tieII?-p Y.1 e pregunte por que lo hacIa. XImas me presentó el cuadro chazo constante, rebajamient Algunos de los recuerdos más por la noche durante el sueño e padre. le estab,a gritando y go cuenCIa, ocurna unas pocas h ~eso ql;1e ten~a lugar.a la hora el habla temdo que Inventarse «maldades» para satisfacer la tes de su padre! Su madre suf taba y lanzaba objetos, ,a veces los.. En el hogar la atmosfera e decIble. Du:ante nuestras conversa mayona de sus sentimientos i padres. Mencionó casualmente pero sólo de .paso. Sin embar para la curaCIón todo cambió Ira contra la hermana. Por algu posicióm única y privilegiada nal, y en docenas de ocasiones y eVItar a Jack mucho sufrimi au"}entaba. Cuando ell~ le pre decla de modo sarcástIcO: «N caso a Jack, es un retrasado m hermana añadía sus sospechas ~acía peor su posición. Cuando Jado la casa, Jack habló con ell nunca se les había mostrado respuesta de su hermana aún l vez de.darle consuelo ? mostra testó aIrada: «¿Qué qUIeres qu te dé un abrazo?» Cuando el Espíritu Santo e nos de los gemidos y suspiros q
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Los recuerdos penosos tienen que ser integrados en la vida e investidos de nuevo significado. Durante este período el aconsejado, el consejero y el Espíritu Santo trabajan juntos para reprogramar las actitudes equivocadas y las pautas de comportamiento de modo que se asegure] el cambio permanente. El objetivo final,
La fase posterior de reforzamiento
do de sus recuerdos traumáticos (Romanos 8:26, 27), se hizo evidente que éste era el lugar en que J ack necesitaba la curación más profunda. El problema y lucha mayor que tenía era para perdonar a su hermana, no a sus padres. Sólo después de mucho tiempo de luchar con sus resentimientos y de permitir al Espíritu que «los arrancara de su corazón como un puñ~d? de sanguijuelas» pudo perdonarla y, a su vez, rec~bIr el perdón de Dios por los años de rencor escondIdo. y todo esto fue el resultado del período de oración. Después de todo, el Espíritu Santo es el verdadero Consolador que nos guía a toda la verdad. Tanto si la sesión dedicada a la oración es una ocasión para nuevas percepciones como si no lo es, siempre es un momento para adquirir nuevo poder. y este poder es lo que evita que la curación de los recuerdos sea nada más que otra forma de terapéutica, en la que la gente se «convence a sí misma» de que siente mejor. Es en el momento de la oración cuando el poder escudriñador de Dios penetra en los niveles más profundos de nuestra personalidad. Centenares de veces han venido a verme personas después y me han dicho: «En realidad, no estaba seguro... Me sentí cambiado .y di~ tinto, pero era escéptico. ¿Va a durar? ¿Será mI actItud distinta cuando realmente tenga que enfrentarme con la persona que había causado el daño, o volverán a ser las cosas como antes otra vez? Bueno, he visto que en realidad he quedado curado. Dios lo hizo, y ~l mirar hacia atrás, me doy cuenta de que todo ocurrIó mientras estábamos orando juntos.» Y esto suele llevar a una oración de acción de gracias y alabanza.
aquí, no es simplemente el aliv o alcanzar algún nivel de sal sino el crecimiento en la se obra de maduración en la sant santidad. Luego, el «ayudador vamente, usar sus propios como un instrumento de ben otros. Algunas veces esta labor co cantidad de trabajo difícil, por cuerdos no da por resultado aut ducta perfecta ni garantiza un c La tragedia verdadera de los re es simplemente el dolor intens de ellos y el poderoso empuje en nuestro interior. Esto es deb dolor y el empuje, hemos aprendi cer frente a las situaciones de la cadas de relacionarnos con las de que éstas pasan a ser la base personalidad: nuestra manera de nen que cambiar por medio de la obra del Espíritu, obrando a ciplinas diarias. La diferencia ser librados del dolor y los im nes.
Un autor desconocido dijo: der que permite cortar rosas mente, se refiere al aspecto g placenteras. Proverbios 10:7 c de los justos es bienaventurada. lipenses: «Doy gracias a Dios do» (1:3). Recuerdos verdade estos de Pablo, eran para él r color y calor a la atmósfera h cárcel romana en que Pablo es la carta. Una vez celebré un servici badas emocionalmente en un h tucky. Muchos procedían de la tado, que es montañosa. El cap del historial de algunos de ell abuso infantil frecuente, alcoho liares. En mi mensaje hablé d podía consolarles y curar sus h habían sido un factor en la pr Al terminar el servicio, el cape dad de escoger su himno predi
¿POR QU~ N CURACION A RECUER
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Ya es hora de que echemos una mirada más de cerca a uno de los grandes mitos sobre la curación: que el tiempo cura todas las heridas. Lo falso de la expresión está en la palabra todas. Es verdad, hay muchas heridas que el tiempo cura por sí mismo. Si la mente puede resistir conscientemente el dolor cuando se experimenta, entonces, al pasar el tiempo, la intensidad del recuerdo penoso va disminuyendo. Concediendo tiempo suficiente, sólo queda el recuerdo de haber sufrido. Habrá todavía dolor en el recuerdo, pero será tolerable. Será algo como una operación quirúrgica a la que no sigue infección. Puede ser penosa, pero de modo gradual se curará sin complicaciones. Algún día sólo quedará la cicatriz, algo sensible, para recordarnos el sufrimiento que pasamos. Si, el tiempo puede curar todos los recuerdos que no han sido reprimidos y no se han infectado. Pero el tiempo por sí mismo no puede sanar los recuerdos que son tan penosos que la mente de la persona no puede tolerar. La evidencia muestra que estas experiencias pueden ser tan vivas y penosas al calor de diez o veinte años como lo eran diez o veinte minutos después de ocurridas, y que esto obligó a ser empujadas fuera de los límites de la consciencia. Aquello a lo que no podemos hacer frente y sobrellevar es negado. Permítaseme usar una ilustración extrema, para mostrar de qué modo tan maravilloso ha provisto Dios un sistema interno de protección para uno de los dones más preciosos que tenemos: nuestra mente.
El tiempo cura todas las heridas, ¿sí o no?
do cuando varios pidieron el conocido cántico evangélico de las montañas apalaches: «Recuerdos preciosos, cuánto duran». En medio de su aflicción mental abrumadora, estaban haciendo un esfuerzo para recordar sólo las rosas de su pasado. Pero sus condiciones físicas y emocionales eran prueba viva de que habían rehusado hacer frente o reconciliarse con sus muchas espinas.
Algunos crímenes graves h después de haber ocurrido, cua do datos importantes que habí
Recuerdos reprimidos
La gente que pasa por acci vil casi nunca recuerda el mo Esta experiencia de dolor ext muy raramente. El acciden cosas anteriores a aquel mom que íbamos contra el puente», mión se nos echaba encima», o cuando iba a despeñarme por recuerdan la experiencia de pa sas, o cuando fueron lanzado chocar con el contrafuerte de c por ello! ¿Podéis imaginaros t?da la vida tuvieran esta ima na? No podrían resistir el dolo que acompañaría un recuerdo do el uso de la razón. Así que ha provis.to una especie de «fu nal que sImplemente se funde brecarga excesivamente. Esta ilustración contiene como emocionales, que facilita el cómo y porqué se derriten lo tal puede producir resultados s ré la cara triste y desconcertad de la Guerra de Corea cuando televisión hace muchos años. S sas en algunas batallas y como le habían dejado en un estado ta, aparte de que había perdid ficación. No podía recordar su nado consigo. Todos sufrimos cuando preguntó: «¿Puede a soy?» Por fortuna, finalmente restaurados.
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Raeford, N .C. - Edward Lean Cameron desapareció hace 35 años. El sheriff Dave Barrington, yendo en su búsqueda la sem~na pasada, encontró la clave de un extraño asesmato que se hallaba encerrada en la memoria de una mujer. Durante años Mrs. Perry (hija de la víctima) no se había dado cuenta de que algo, demasiado horrible para pensar en ello, e~taba encerr~?o en su memoria. Pero, según Barrmgton, VOlVlO a la superficie durante un tratamiento psiquiátric~ ~ que se la sometió por causas que no se especIfIcan. Era el día 8 de abril de 1944. Annie Blue Cameran (Mrs. Perry) iba a cumplir 10 años. Aquella noche -recuerda ahora- oyó que sus padres se peleaban en la casa de campo en que vivía la familia. Al día siguiente «abrió la puerta del dormitorio delantero y vio el cuerpo de su padre en el suelo... Daba la impresión de que estaba muerto»' todo esto según el informe del agente de policí~ redactado la semana pasada. «La semana s~~ guiente al salir de la escuela, (ella) fue a la letnna que ~staba fuera de la casa. Annie miró. por el agujero y vio el rostro de su padre sumergido, en parte, bajo el excremento.» Pero estos sucesos habían quedado congelados en la mente de la niña y, al parecer, de su madre, Winnie Cameron, aunque reap~ecier:ondespué~. Barrington dice que se ha,llo el hilo .de .l? ~IS toria cuando Mrs. Perry busco ayuda pSlqUlatnca y durante el tratamiento reaparecieron los recuerdos reprimidos.
LA MENTE DE UNA MUJER DESCUBRE UNA PISTA SOBRE LA MUERTE DE S~ PADRE OCURRIDA HACE 35 ANOS
ted Press dio la siguiente historia, publicada en nuestro periódico local el 21 de diciembre de 1979 (The Lexington Herald, Lexington, Kentucky):
Hace algún tiempo estuve
Mrs. Perry, ahora prof Comunidad de Valencia, e contacto con la FBI. Ade habló con su madre en que las autoridades grab hija. «Mamá, creo que tuvi muerte de mi padre», di sheriff. Pero Mrs. Camero cuestión. El 1.° de diciembre d volvió a llamar a su madr tigo sobre lo que discuti --dij<r-. ¿Está el cuerpo aquella letrina?» Su madre le replicó: de la Navidad.» La revelación empezó Perry y su hermana, Mrs los agentes de la Ley a l estaba puesta la letrina ( «A la 1'20 del mediod Era una costilla --dijo fueron saliendo huesos to daba por desenterrar el unos pocos huesos. «Mrs. Cameron se habí mayor parte del día Barrington-. Sólo salió día siguiente. Después de tamento la ha visto en vi El viernes por la tard halló a Mrs. Cameron, d suelo junto a su coche, en finca de la familia, con u en la mano. Sobre el asie sobre ... Barrington (dijo) sión.
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Escuela de Medicina y Departamen~o Ae Ps.iq~iatría, de la Universidad de Duke. y menclOfle el IncIdente. Un joven médico que. tenía su residencia a!lí me ~ijo que era de la misma cIUdad en que esto habla ocurndo y que todo ello era cierto. Este incidente ilustra uno de los misterios de la memoria: la capacidad de bloquear fuera de nuestra mente cosas que no podemos tolerar. Lo más triste de esto es que, aunque podemos bloquear el dolor de modo intencional, con todo, seguimos sufriendo las consecuencias. Con frecuencia, como en el caso de Mrs. Perry, no es hasta que estos recuerdos estallan literalmente y empiezan a afectar nuestra vida que nos vemos forzados a hacer algo acerca de ellos. Muchos son los que tienen recuerdos traumáticos que tratan de expulsar de su mente. Estos recuerdos no pueden ser sanados por el paso del tiempo, como no lo es una herida infectada. La infección se mete hacia dentro y, en realidad, empeora, porque se extiende a otras áreas, afectándolas e infectándolas. Lo mismo ocurre con las experiencias traumáticas, especialmente aquellas que ocurren durante los años importantes de la infancia temprana y de la adolescencia. En situaciones graves, puede tener lugar una disociación y almacenamiento de la experiencia. Entonces parece que está depositada en una parte de la memoria que no es accesible de modo inmediato al recuerdo consciente. Nadie puede entender plenamente los procesos neurológicos, emocionales y mentales. Pero sabemos que el mantener el recuerdo en su lugar escondido requiere una gran cantidad de energía continua emocional yespiritual. Podría compararse a una persona que intentara conservar un puñado de globos bajo el agua. Lo consigue durante un tiempo, pero luego se cansa y sale uno aquí y otro allá a pesar de sus tenaces esfuerzos. Estos recuerdos reprimidos y memorias fijadas no pueden ser nunca olvidadas. Ni se pueden simplemente archivar de la misma manera que archivamos recuerdos agradables, con su acompañamiento de sentimientos placenteros. Porque cuanto más procuramos mantener
los recuerdos penosos fuera d poderosos se vuelven. Como n por la puerta de la mente d nuestra personalidad (cuerpo, mas disfrazadas y destructivas gados se hunden bajo el agua, ma de ciertas enfermedades fís moniales desgraciadas y ciclos espiritual. Mientras estaba escribiend rrumpió una llamada por teléf estado. Un individuo había leí problemas emocionales hacía hablar conmigo. Era creyente fiel en su lectura de la Biblia, nión con otros creyentes. Pero en que, según dijo: «La aguja p pautas emocionales repetitivas aunque había probado toda di conocía, simplemente no podí sistía el problema. Cuando leí Espíritu Santo iba arrancand memoria de modo que pudo r ban en relación con sus probl do». No había habido ningún bien era una atmósfera, un a minante que él había absorbid lo aborrecía, descubrió que, si estaba tratando de reproducir relaciones presentes. Siguió in que él no se daba cuenta de pudo recordar. Ahora que lo compartir sus recuerdos con una comprensión más profun oración con su esposa, estaba mismo y en la atmósfera de s terminado yo colgué el teléfon por una confirmación más, a efectos de los recuerdos enterr La historia de este hombre ción necesaria para equilibrar
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Las personas que arrastran recuerdos traumáticos permiten que vuelvan a aparecer en la superficie (recuerdo) sólo bajo circunstancias propicias. Es por esto que se necesita comprensión y empatía por parte del consejero, alguien en quien la persona traumatizada tenga confianza y que puede acompañarle a la presencia de un Dios que ama y en quien se puede confiar. De hecho, es precisamente en este punto que el Evangelio es verdaderamente buenas nuevas, nuevas increíbles sobre la comprensión y comunión salvadora del mismo Dios. Los sufrimientos de Cristo en la Cruz por nosotros y como nosotros, proporcionan las condiciones propicias, o sea, que ofrecen la confianza que permite al que sufre traer estos recuerdos dolorosos a la luz de la consciencia, a fin de que puedan ser no sólo confrontados sino sanados. La creación de estas condiciones de confianza es necesario que empiece en la forma en que presentamos el Evangelio y la misma atmósfera de nuestras iglesias.
Creando las condiciones propicias para recordar de modo consciente
extremos que he usado. Porque, a menudo, no es posible señalar experiencias o sucesos específicos. En vez de ello, como en este caso, se trata de una acumulación de influencias circundantes, un ambiente general que nos rodea de una serie compleja de recuerdos más o menos vagos que requieren curación. Estoy seguro de que esto es, en parte, lo que pensaba Jesús cuando habló de los efectos destructivos de algunas acciones sobre los niños, y luego pronunció una de sus sentencias más severas contra los que «ofenden a estos pequeños» o «les hacen tropezar» (Mateo 18:6,7 y Lucas 17:1-3). Verdaderamente, «seria mejor para el tal que le atasen al cuello una piedra de molino y le arrojasen al mar».
Al final de la 11 Guerra Mu nés tuvo que hacer frente a Aunque se habían firmado lo quedaban aún millares de sol montes y selvas de las islas del querían salir de sus escondrijo regresar a una vida en condicio indoctrinados a fondo por sus o lo que harían los norteamerica gaban, y ellos creían que el ha la tortura o la muerte inmediat rador japonés hizo un discurso y rogando a sus súbditos en est gresaran al hogar. El discurso grabado y transmitido por las y selvas por medio de altavoce cía era: «Salid, la guerra ha ter cido la paz. No se os causará d réis bien recibidos y protegido Como se trataba de la voz d casi todas las tropas aceptaron taron. Hubo rezagados, natural
CREANDO LA A PARA LA CU
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Hay diferentes funciones en la predicación, diferentes clases de sermones y diferentes objetivos a los que se apunta. Muchos sermones representan el papel pro-
El pastor como profeta y como sacerdote
pocos meses se habían rendido casi todos, quedaban sólo unos pocos. Después de algunos años se suponía que todos los que estaban vivos habían salido a la superficie. Sin embargo, ¡no fue hasta marzo de 1974 que se presentó el último soldado que vivía escondido, veintinueve años después de terminada la guerra! Cuando se le preguntó a este hombre por qué no se había presentado antes (ya tenía sesenta años), contestó que había tardado todos estos años en vencer su temor. En el capítulo 3 dijimos que permitimos a ciertas clases de recuerdos penosos volver a hacerse conscientes sólo bajo las condiciones apropiadas o de confianza. Sin estas condiciones somos como el viejo soldado japonés. Nuestro temor no nos permite rebajar nuestras defensas de modo que nuestros recuerdos enterrados puedan salir de su escondrijo. En un sentido muy real, Dios, el Padre Celestial amoroso, el Emperador del Universo, nos ha enviado su mensaje especial de paz. Quizás esto es expresado mejor que en ningún otro punto en 2.a Corintios 5: 19: «Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus transgresiones.» Aquí tenemos el mismo corazón de las Buenas Nuevas: «Salid, no tenéis por qué temer nada ya. Hay paz entre nosotros. No se os causará daño ni se os castigará, sino que seréis bien recibidos y aceptados.» ¿Por qué, pues, hay tantas personas que no se sienten libres para abrirse a la gracia sanadora de Dios? ¿Por qué siguen escondidos tras toda clase de defensas? La razón es que con demasiada frecuencia en nuestras iglesias las actitudes de otros cristianos y la manera en que proclamamos el Evangelio no crean las condiciones de confianza que son necesarias para la curación.
DIOS (un profeta) y proclama dice el Señor.» Como profeta blar con autoridad. En este pa tro es proclamar la verdad, ex nas de la fe y mantener en a ~íbl.ic?s p~r:a .la vida. Como p JustIcIa y JUICIO, Yllama a la g la salvación, la santificación y de vida. Cuando predica como sace contenido y el objetivo son dif tante de Dios ofrece el alime bra, edificando y alentando a al afligido y esperanza a los qu labras del hermoso himno de amor de mi alma», el objetivo de predicación es «levantar al curar al enfermo y guiar al ci La mayoría de nuestros ser foqu~ pr?fético y el pastoral. predIcacIón sea lo que Dios q haber un equilibrio entre esto gelio: la exigencia moral y el ralmente, nuestro mismo Señ modo perfecto, como en las pa jer sorprendida en adulterio: y no peques ya más» (Juan 8:1 tros procuran ser fieles a estos ral pueden cubrir las necesida oyentes. Lo que no ven es que, mero, hay personas en sus con tan. ser alcanzadas a un nivel caCIón. Edgar N. Jackson, en predicación, informa sobre un c 4.000 personas, cuyo propósito que la gente espera de sus pas sermones. La mitad de las resp c.upación por.asunto~ intens.a lIdad de la VIda, la msegunda sonales, la soledad, los probl
fé~ico del mensajero. El pasto
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los efectos del alcohol, t ro 1 d e los deseos sexuales, con ., y 1a mora, l os i sen t '1las ideas falsas sobre la re l'19lon mientos de inferioridad, los p~o~lemas de la enfermedad y el sufrimiento Y los SentImIentos. de. culpa y fI1;lstración. Una cuarta parte mostraba pnncIpalmente mterés en los problemas de la familia: el ser padre, el criar hijos, y los conflictos en las relaciones. El resto tenía interés en problemas religiosos tradicionales típicos (Harper and Row, pp. 75-77). Aquí tenemos una llamada de socorro que debe ser escuchada y atendida en nuestra predicación evangélica. Muchas necesidades espirituales surgen a consecuencia de la falta de madurez, los conflictos internos, emocionales y las fricciones en las relaciones personales. La gente necesita saber cómo vivir esta vida abundante que predicamos constantemente, en el escenario del toma y daca cotidiano. A estos problemas humanos normales nosotros, aquí, en los Estados Unidos, tenemos que añadir toda una lista de otros excepcionales o anormales. Verdaderamente estamos sembrando vientos y recogemos tempestades cuando un número creciente de personas, incluyendo muchos que han nacido de nuevo y están llenos del Espíritu Santo, llegan a la edad adulta con problemas emocionales serios que afectan profundamente a sus vidas espirituales. En nuestra sociedad, enferma de modo creciente, la situación parece ir empeorando en progresión geométrica, como una explosión de la población. Por el énfasis excesivo y trágico que ponemos sobre lo sexual, ha pasado a ser casi una obsesión nacional: • el incremento astronómico de divorcios en las últimas cuatro décadas; • el incremento alarmante en los maltratos a los niños y cónyuges, el incesto y la violación; • el número creciente de adictos a la bebida y a las drogas; • el desmoronamiento de los estándares morales y la disciplina y el sentido de responsabilidad. Todo esto ha contribuido a hacer de nuestra sociedad una especie de línea de producción para ir lanzan-
Los años de experiencia qu han ~ns~ñado que es necesar predIcacIón para alentar a la d?s.. El. contenido, estilo y obj dIstmtIvo. La tarea de este tip te en: • dar al que sufre el valo fensas que le han impedido l • capacitarle para sacar res, ansiedades, conflictos y ve tro; • ayudarle a exteriorizar zados y escondidos en la pres
La predicación para la curació
do al mercado personas pert emociones traumatizadas. Y nes dañadas se hallan enter capas de la memoria y no re que. escuchamos corrienteme decIr que una parte de nuestr en realidad está incrementan do las defensas de estas perso cuerdos son empujados con Incluso en sermones de cons presentar las Buenas Nuevas ten el desaliento de los oyente pregunto a las personas por q blemas con el pastor, me dice lo que les va a decir. Simple culpables de lo que ya se sie poco más y les pregunto cómo testar: «Puedo verlo por la for toda probabilidad los evangel rían este juicio como injusto porque a menudo es verdad. n':les~ra predicación desalienta dlffctl que busque la ayuda y la tanta necesidad.
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El contenido de la predicación El corazón de esta clase especial de sermón se halla en ciertos aspectos fundamentales de las Buenas Nuevas que tenemos en Cristo. • La Encarnación: Emanuel, Dios con nosotros. El apóstol Juan escribió: «El Verbo se hi~o carne, y h~ bitó entre nosotros» (Juan 1:14). Mateo cIta la profecla de Isaías: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros» (Mateo 1:23). Entre nosotros ... Con nosotros. ¿Qué significa este Dios está con nosotros? Cuando pensamos en la forma en que usamos la palabra con, tenemos un indicio. Algunas veces vamos a un amigo que sufre de alguna enfermedad, dolor o una gran pérdida. Queremos transmitirle nuestros profundos sentimientos de simpa~ía. Así que decimos: «Quiero que sepas que estoy contlgo en esto, en todo.» Éste es el significado de la Encarnación que hemos de transmitir. Isaías p.rofetiz~ a~~rca de la venida de Emanuel, y Mateo exphca el sIgmflcado, «que traducido es: Dios con nosotros». En nuestra predicación a la gente que sufre de dolor ment:'ll y emocional, necesitamos hablarles de la humamdad real de Cristo. No es que «el Verbo se haya hecho palabras.» Las palabras son necesarias, pero no son bastante, ni aun para Dios mismo. El Verbo, la ~alabra, se hizo carne. Dios descendió a la arena de la vIda y el sufrimiento humano. Pasó a ser uno con nosotros al llegar a ser uno de nosotros. • Identificación: Dios está en nuestro dolor con nosotros. Quizá puedo ilustrar este punto contando dos historias verdaderas que publicó el periódico canadiense The Calgary Herald.
para esta persona una qu izá • crear 1o que e s ,' P dr . d Dios completamente nueva, un a e nueva Ihmagenargeo de nosotros y se pone en nuestro luc q ue se. acebresaltarse por lo que 1e presentamos y sogar SIn so , d' d mo~, porque El y~ lo sabe, en to o caso, y, a pesar e ello, nunca ha dejado de amarnos.
El día 5 de junio de 1978, de siete años, resbaló en el mu rie. La docena, más o menos, ban en el mismo muelle no hi servarle mientras luchaba uno para luego ahogarse. ¿Por qué no hicieron nada cia, más arriba en la corriente procedente de cloacas y, por mente contaminada y apestab persona que presenció el acc había dicho: «No íbamos a e tan sucia.» Un policía que lle pués comentó con amargura: clase de humanidad es la de podía haber sido salvado con Como contraste de este inci En agosto de 1977, John Ev australiano que trabajaba en los comunistas. Estaba com con una chica de este país, K vio obligado a dejarla en el p mayo de 1978 emprendió su dual. Provisto de máscaras, a zambullirse, equipado con do se lanzó al río Mekong, que ib para Laos de Tailandia. Debido a que el agua era t la superficie era cero, por lo una brújula que llevaba en s contra la corriente y remolin fondo fangoso. Cuando salió a que no había calculado bien todavía a varios centenares d arrastrado más allá de11ugar disfrazada de pescadora para do, Everingham volvió a nad Pero de nuevo entró en el Voy a citar sus palabras en est y busqué por la ribera. Keo pa do. No estaba. Luego la vi que
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llamé con toda la fuerza de mis pulmo nes. Se volvió, me vio y, corrie ndo, se echó en mis brazos.». Keo ~o sabía nadar, así que John le puso un salvav Idas hgeramente hincha do alrede dor del cuello y uno de los reguladore s para respir ar en la boca. Con la cara ju.sto sobre la superf icie del agua y amarr ados los dos Juntos , John se lanzó de nuevo al río. Con un esfuer zo desesperado consig uió avanz ar, bra~ada tras ~raza~a, lo suficient e para llegar a la otra onlla, en TaIlan dIa, donde se dejó caer agotad o, per~ a salvo .. .. ., La histor ia de John Ilustra la IdenufIcacIOn de Emanu el con nosotr os en nuestr o terribl e predic amento como hombr es. Él no es un Dios que se queda observando , que no se mete, sino un Dios que nos aI?a tanto que está dispue sto a echars e a las aguas turbia s de la vida human a e identif icarse con nosotr os en todo: • en su misma concep ción, sumer gido en ellíqu ido amnió tico en la matriz de la Virgen María; • en su nacim iento e infanc ia, en el torbel lino homicida del decret o loco de Herod es; • en su niñez, aprend iendo en las aguas del cre~i miento y desarr ollo, madur ando por mediC? de la dI~ ciplin a de sus padres terren ales y las autond ades rehgiosas; . • en los treinta años en que estuvo sumer gIdo en las aguas de la oscuri dad, saturá ndose de la Escrit ura, de pacien cia y sabidu~ía divit ;lai. , • a través de su vIda y mInIsteriO, zambu llendo se en las aguas contam inadas de las vidas co~pt as por el pecado , bautiz ado con los peca~ore~, comIe ndo con ellos y arriesg ándose a su contam macló n; . • y, finalm ente, tragad o por los remoh nos del engaño, la negaci ón, la traició n, en~rando en las aguas tenebr osas de la misma muert e ... mclus o la muert e en la Cruz. • La Crucif ixión: Dios en nuestr o dolor con nosotros y por nosotr os en todo, incluso . al gran coste de sí mismo . Ahora hemos llegad o al mIsmo centro de las Buena s Nueva s: la Cruz. Jesús identif icado con lo peor hasta el fin, crucif icado con dos crimin ales. Aquí, en las aguas más profun das de todas: «A causa del pade-
cimien to de la muert e, para q experi menta se la muert e en p breos 2:9). Esta ide~tificación en la C?~~ t;l0s dIce el autor de. He UClPO Igualm ente de lo mIsmo muert e, destru ir al que tenía e Por esta razón debía ser en to ~anos... Pue~ e~ cuanto él dIante el sufnm lento, es poder lio de los que son tentad os» (H nemos una identif icació n co prueb a decisiv a de que Dios c y nuestr o sufrim iento. El pun otTos de la Epí~tola a los Hebre DIOS ahora entIen de plenam ent lar en llevarl e algo a Él. En r acerca mos «confi adame nte al t alcanz ar miseri cordia y hallar socorr o» (Hebre os 4:16). No transm itimos realme nt it;lyitación si limita mos la ~uer Clan de m~.estros p~cados. CIert ca que Cnsto mUrió por nuestr confin amos a esto, perdem os d nuestr a predic ación que millon fren necesi tan escuch ar. Porque Cristo reconc ilia con Dios a los los que sufren . Cuand o Cristo d sólo trajo purific ación para los nuestr os pecado s que conde na trajo, tambié n, curaci ón para que surgen dentro de nosotr os claviz ar nuestr a person alidad . dos proced en de herida s y tra buscam os. Es más, nosotr os fui cisione s pecam inosas de otros. lo que C;~isto se permi tió ser en l las decIsIOnes de los demás . Cu modo volunt ario al castig o últi dos, pasó por la experi encia m
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humana, un sufrimiento inmerecido e injusto. De modo deliberado se sometió a los dos misterios del pecado y del sufrimiento. Nuestra predicación es simplista en exceso si limitamos la Expiación al perdón de los pecados. Hay algunos que dirán inmediatamente: «¿Los pecados de quién?» En el pasaje de Mateo con respecto a los pecados contra los niños, que hemos citado en el capítulo tercero, Jesús siguió diciendo: «¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, mas ¡ay del hombre por quien viene el tropiezo!» (Mateo 18:7). Sí, todos hemos pecado y necesitamos el perdón que proporciona la Cruz. Pero, debido a que también otros han pecado contra nosotros, necesitamos la seguridad de que la Cruz de Dios comprenda las emociones complicadas y contradictorias que experimentamos, el infierno interno de sentimientos entrelazados que irrumpe de nuestros recuerdos no curados. Uno de los momentos en que sentí más ira en mi ministerio de aconsejar ocurrió cuando estaba escuchando los sollozos de una mujer joven que me contaba su historia. Judy había escuchado la predicación de un evangelista muy conocido y había ido a él en busca de oración y guía. En su gran agonía había compartido con él que su padre, que era un pastor, la había molestado varias veces sexualmente, empezando a la edad de seis años. Ella confesó sus sentimientos confusos que constantemente la tenían deprimida yespiritualmente derrotada, una mezcla informe de culpa, vergüenza, ambivalencia sexual, ira y tristeza. La respuesta inmediata que le dio el evangelista fue que si ella se «arrepentía» por su parte en todo aquello, Dios «enderezaría» sus sentimientos. El hombre había presentado fielmente el «plan de la salvación». Estaba tan lleno de respuestas que ni aun se tomó la molestia de escuchar sus preguntas o escuchar toda su historia, que incluía el hecho de que su madre, en un acceso de ira, había roto la pierna de Judy cuando tenía sólo tres años. El milagro de la gracia de Dios es tal que, a pesar
de lo morboso de su hogar, esta auténtica. Había experimenta nacimiento en Cristo. Lo que mente era curación de sus sórd do y aprender una nueva man Dios, con los demás y consigo Es por esto que la predicaci tido pleno es tan central en la c nes de confianza necesarias pa cuerdos. ¡Qué hermosura la d Comunión que dice: «Por medi recibimos «la remisión de nues los demás beneficios de su pasi nuestra versión de las Buenas neficio que tantos espíritus h primer sermón en la sinagoga, cas, la proclamación de las B incluía la descripción del Me «...para vendar a los quebrant proclamar libertad a los cautiv brantad~s de corazón de nuestr ber que El ha llevado sus penas des, así como sus pecados. • La realidad viva: de com parte de Dios. ¿Qué significa to afecta a nuestras vidas diaria mósfera para la curación de Cambia nuestros conceptos y s y con ello produce un clima de tros recuerdos sumergidos pue cie. ¿Por qué es así? Porque Di ser humano. Sí, Dios siempre Dios es Dios y sabe todas las c demos desir que Dios ahora co fjcar que El ha aprendido algo El menos que perfecto y, por t En el sentido que Djos es omn sabido; pero ahora El realment periencia. Los pasajes maravill can que hay un sentido más pro
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ra conoce y comprende debido a los sufrimientos de Cristo. Vacilo en usar una ilustración muy personal, pero es la única que conozco que puede explicar lo que quiero d e c i r . . _ Antes de ir a la India, Helen y yo pasamos un ano de estudio en una escuela para el entrenamiento de misioneros, donde seguimos un curso muy valioso s<?bre Medicina tropical. Uno de los hechos que aprendimos fue que el cincuenta por ciento de los niños .que nacen en la India mueren antes de llegar a los cmco años. Conocíamos el hecho de que la mortalidad infantil era enorme. Pero dos años después, cuando nuestro hijo de diez meses, D~vid, murió.a las ~ocas ~oras de sufrir un ataque fulmmante de disentena ba~l1ar y !o enterramos aquella mañana de marzo en la tierra roja de Bidar, India, Helen y yo llegamos a conocer la mortalidad infantil en una forma distinta. Naturalmente, Dios entendía lo 9ue significaba la condición de ser humano. Pero debido a la Encarnación -su identificación definitiva con nosotros en los sufrimientos y la muerte de Cristo-, Dios conoce ahora plenamente y comprende, no simplemente por su omnisciencia, sino por su experiencia real., Ahora nosotros estamos seguros de que El lo sabe y se interesa. Por el hecho de haber sido uno de nosotros, por haber vivido nuestra vida en todos los aspectos, desde la matriz a la tumba, ahora sabe lo que es ser «tocado por el sentimiento de nuestras debilidades» (Hebreos 4:15). Y, debido a que nosotros estamos seguros de que Él lo conoce, la vida no ha de ser ya la misma para nosotros. • La participación de su Espíritu en nuestra curación. Un Dios que comprende y empatiza, que conoce y se interesa en nosotros, es el factor más terapéutico en nuestra curación interior. Pero, en un sentido, todo lo que hemos dicho está en tiempo, pasado, es el J~sús de la historia. Gracias a Dios que El no nos ha dejado aquí. El Jesús de la historia pasa a ser el Cristo de la experiencia presente y personal por medio de la obra de su Espíritu Santo. Es el Espíritu el que toma todo lo que fue hecho posible por medio de sus sufrimientos,
muerte y resurrección y lo hac ahora. El Espíritu Santo es el a- y kaleo -llamar-o El qu lado. Y Romanos 8:26, 27 nos Santo nos ayuda en nuestras griega qu~ denota ayuda. está bras que hteralmente qUieren otro lado.» E.s una imagen her prender y CUidar de Dios que con nosotros en nuestra curaci Esta seguridad se encuentr ma~os.8:18-28, e.n .que Pablo es sufnmiento de ViVir en este mu Incluso el mundo de la natur miendo con dolores de parto h ~aderamente un mundo traum Sigue: «No sólo esto, sino que mos, .que ten~mos las primicia tambien gemimos dentro de rando la adopción, la redenci Sí, el mundo de la naturaleza g somos cristianos también gemi único.s. Di?s mismo, en la prese tamblé'} .glme en nosotros. «De el Espmtu nos ayuda en nuest es lo que hemos de pedir com mos, pero el Espíritu mismo i con gemidos indecibles» (vv. 2 Esto es lo que tiene que h nuestra predicación preparatori nas Nuevas que a muchos de n fren les parecen demasiado bu Hemos de predicarlas, con todo y. la comprensiór:t que podamo siemp~e compartiendo de modo tras Vidas en las que hemos ex de amor comprensivo y que san
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Esta escena no tenía sentido. Allí estaba en la calle sangrando; el automóvil que le había atropellado no paró. Necesit~ba ayuda inmedia!~. Sin embargo, estaba suphcando: «No me llevels al hospital, por favor.»
«No ME LLEVÉIS AL HOSPITAL, POR FAVOR»
Además del contenido de la predicación, hay otro aspecto supremamente importante para cre~r las condiciones de confianza. El pastor puede predicar la clase de sermones que he descrito. Sin embar~o, a. m~nos que las actitudes de los cristi~~os en su Iglesia Irra~ dien la misma clase de aceptacIOn redentora, no habra el clima necesario para la curación. La mayoría de los temores y ansiedades que impiden a l~s per~onas que se abran los causa el dolor de las relaclOnes mterpersonales no sanas. Como ya hemos visto, los recuerdos de estas relaciones van muy hacia atrás en la vida, quizá hasta un período anterior al nac.imiento. E~tas personas aprendieron todo un lenguaje de relaCIOnes traumáticas incluso antes de que empezaran a hablar. Es esencial que ahora aprendan un nuevo lenguaje de relaciones favorables, benéficas. Pero para aprenderlo tienen que oír primero que otros l? hal.>la.n. Es por esto que los miembros que forman la Igles~a Juegan un p~ pel tan importante en el proceso curatIyo. Es necesano que haya cristianos afectuosos y solícitos que rodeen en una atmósfera de comprensión y amor a las personas que sufren y luchan. Algunas veces, en el nombre del amor, puede que tengan que cO,n~ontar a otros, pero esto siempre se hará en un ~sl:)lntu de restauración más bien que de censura. SI tiene que ser amor severo, tiene que ser, con todo, amor severo. ¿Podemos decir de veras que ésta es la clase de atmósfera que hay en la mayoría de nuestras i~lesas? El hombre de negocios cristiano, orador y escntor, Fred Smith de Dallas Texas, escribió una parábola moderna incÍsiva sobre'este tema. Con su permiso vaya citar buena parte de ella:
La aceptación redentora en la congregación
Sorprendidos, le pre qué?» Todavía suplicando, co bajo en este hospital. Serí me vieran así. Nunca me cio. Siempre me han vist estoy hecho una calamida «Pero el hospital es p ted. ¿No podemos llamar «No, por favor, no lo curso de seguridad para p me criticaría por haberm «Pero ¿qué importa lo tor? Usted necesita ser at «Pero tengo otras razo gada de admisiones se in «¿Por qué?» «Porque ella siempre s guien para ser admitido y los datos para llenar las era el que me atropelló, y del coche ni el número de haría cargo. Es una perso peor aún, no llevo la tarj seguros médicos.» «Pero ¿qué importa to «Bueno, si no me rec malparado, no me admiti die en mi estado sin una de seguros. Quieren aseg quedarse con la factura proteger la institución. D me arreglaré de una form llaron fue por mi culpa. ciarse los uniformes las e me? Luego, me criticaría Con esto intentó arras en tanto que todo el mund zá lo consiguió, quizá n echado en el arroyo trata pia sangre.
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La curación de los recuerdos requiere una comunión corporativa de creyentes tan interesados en otros como los cuatro amigos del paralítico, que se arriesgaron a levantar las tejas y abrir un boquete en el tejado para bajar al enfermo a la presencia de Jesús. La gente dejará que sus recuerdos más peno~o~.salgan a la consciencia y con ello alcancen la poslblhdad de su curación sólo en condiciones de confianza. Es posible que te preguntes cómo podemos conseguir estas c~>ndicio nes. Te recuerdo que las Buenas Nuevas consIsten en que Cristo fue crucificado y resucitó. Escucha el relato
¿No te parece ésta una ~istoria ~xtraña, ridícula? Podría suceder cualqUier dommgo en... una iglesia típica. Sé que po~ría ocurrir p~rque la noche pasada les pregunte a algunos cnstIanos activos qué harían si un sábado po~ la noche fuer~n atropellados por algún pecado macept~ble. Sm ninguna excepción, cada uno me contesto: «Seguro que no iría el día siguiente por la mañana a la iglesia donde todos podrían verme.» Siguiendo el espíritu de buen humor de la conversación, decidimos que si fueran atrapados -atropellados por un pecado- preferirían ir a la sala de apuestas, o a un bar, en vez de ir a la iglesia... Allí hallarían simpatía y comprensión. Seguimos explorando: ¿Es la iglesia para santos de imitación bien vestidos y perfumados, o es el lugar para lo~ que sangran, los que han sido atropellados para que puedan sanar? En alguna forma, la pregunta, que aplicamos a toda l.a i~l: sia pasa a ser mía de modo singular: un mdlvIdu~, un pecador salvado p~r la gracia, un ser humano que se esfuerza por aIslarse en un grupo superior o implicarse en una necesidad total. «Mirad cómo se aman el uno al otro.» Los pecadores, los que ganan y los que pierden, los sanos y los enfermos, los dolientes y los sanos. Ha de haber el espíritu de dar y recib!r para for~ar una iglesia de la que el herido dIga con anSIa: «Llevadme a la iglesia, por favor.»
que da Juan de lo que sucedi pués de Pascua. «Al atardecer primero de la semana, estand el. lugar d0I?-de, los ~iscípulo ~!edo a los JUdlOS, vmo Jesús dIJo: Paz a vosotros. Y, dic manos y el costado» (Juan 20: tado atravesó las puertas que h temor. ¡Alabado sea Dios!, nuestro todavía cruzar d!rectamente .l que hace tanto tiempo han sId el temor. Puede todavía traer y está atribulado. Lo hace dic mostrando sus propias heridas, traernos la paz. Es a. nosotros n.os corresponde reumrnos en ntu, y crear la atmósfera requ sanadora.
Es de suma importancia c ción de los recuerdos tiene un Escritura, que es nuestra autor nes de fe y de práctica. Algun mente toda clase de forma de c no aparecen en la Biblia defin cíficas de ella. Si aplicamos es llegaríamos a extremos fanátic llevaríamos trajes con botones tomóviles; no usaríamos piano res de sonido en la iglesia; re ticos a un niño enfermo y con bles de su muerte. En realida que toda la verdad viene de obligación espiritual de usar miento en un área de la vida el bien de los hombres. La cue una práctica o modo de obrar la forma específica o descrita e usamos hoy. Más bien, la cuest ria o incompatible con los prin
FUNDAMENTO PARA LA CU DE LOS REC
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Es necesario dejar a un lado las cosas de niños si hemos de crecer espiritualmente. Hay dos palabras distintas griegas en el Nuevo Testamento referentes a infancia. Es importante que no las confundamos. Paidion es una palabra que se refiere al período de la infancia en un sentido normal y sano. De aquí sacamos nuestras palabras pediatría y pediatra. Paidion es la palabra que Jesús usa cuando pone a un niñito en medio de los discípulos y les dice que deben tener las mismas características de humildad y aptitud para aprender de este niño. Fue más lejos aún y les dijo: «A menos que os volváis y seáis como niños, no entraréis en el reino de los cielos» (Mateo 18:3). Aunque nosotros les decimos a los niños que han de crecer y ser como adultos, ¡Jesús siempre estaba diciendo a los adultos que tenían que volverse como niños! Hoy, nosotros usaríamos la frase como un niño para expresar esta idea. La Biblia nos insta a que seamos como niños en nuestra fe, humildad, aceptación y apertura a otros. Nunca hemos de crecer apartándonos de estos rasgos: como niño. La otra palabra es nepios, que se refiere a la infancia en una forma anormal, no sana, en el sentido de permanecer en un estado de infancia prolongada, cuando ya deberíamos estar más allá de ella. No hay nada más deleitable que un niño que actúa como niño; y nada más espantoso que un adulto que sigue actuando como un niño. Esta clase de comportamiento puede ser del todo destructiva y, si no, por lo menos desba-
Dejad a un lado las cosas de niños
Escritura. En conformidad con este principio básico, los cristianos estamos agradecidos por todas las verdades y descubrimientos que nos llegan continuamente de muchos campos, como la medicina, la sociología, las matemáticas, la física y la psicología. Cuando damos una mirada a las enseñanzas bíblicas, hallamos los principios sobre los cuales basamos la curación de los recuerdos.
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rata. H?y describimos a esta les. DeCImos que hacen niñerí q.ue .usa Pablo en Romanos 2: rmtIOS 3: 1 c;uando describe a tualmente a mmaturas. En su a~or _l. Corintios. es nmo, hablaba como nmo, pen ba como niño; mas .,:uando m lado lo que era de nmo» (v. 11) d.o a una combinación de inm n.tual. ¿No parece este versícu dIO del gran capít~lo.del amo porque las caractenstIcas y co ágape. r~quieren un cierto nive y espIntual. Y este nivel no s que se han puesto a un 1 ldo l La palabra de Pablo para d ~o muy reci? en ~rie~o, katarg moperant~, mactIvo, Impotent de algo; hbrar a una persona rrado o atado». La ma~urez ~orque tenemos más anos. tIempo adultos cronol?gicame m~nte. El ha~er termmado co qUIere l~ ac;cI.ón :po~ parte de El pnncIpIO bIbhco forma do por el hecho de 9ue algun pasar por una curaCIón de los proble~as que i~piden la mad como SI nos hubIéramos queda A estas personas hay que desco se ~abían quedado colgando a p tadlO de su desarrollo. Sí, sus c del adulto y s!'! mente está pl Pero sus emOCIOnes nunca han vel. En aquel punto particular das, colgando. Muchos de estos tado de recuerdos que los reti como en un tomillo de carpinte n?sos so~ como pesas atadas al SIguen tIrando hacia abajo, d
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pueden mantener a flote, o consumen gran cantidad de energía emocional y espiritual, por lo que no pueden realizar ningún progreso. Phil y su esposa, Janet, vinieron a verme para que les ayudara después de haberlos visitado durante varios meses un consejero matrimonial. Se querían de veras el uno al otro y los dos estaban decididos a mantener vivo el matrimonio. Expresaban su deseo de trabajar con ahínco para conseguirlo, y esto es exactamente lo que Phil había venido haciendo. El principal problema entre ellos era que Phil no podía expresar el amor profundo que sentía hacia Janet, fuera en palabras o en afecto físico. Naturalmente, esto afectaba su relación en muchas áreas. Ella no recibía la parte normal de satisfacción emocional, y esto la hacía irritable e impaciente. Él había tratado de compensar este problema haciendo cosas en la casa; de hecho era demasiado servicial según ella, y había tenido choques con ella "por meterse en sus cosas». Porque ella lo interpretaba como una interferencia y un insulto a su diligencia y esmero en el cuidado de la casa. Ella decía: "Estoy agradecida por su ayuda, pero me da la impresión de que no está satisfecho de la manera en que hago las cosas.» Así que se había establecido un círculo vicioso de emociones negativas que seguía escalando. El consejero matrimonial parece que había usado sólo un enfoque: analizar la situación y ver en qué consistían los problemas. Luego, por medio de la oración y el esfuerzo, cambiar el comportamiento que creaba los enojos y sentimientos adversos. Era, sin duda, un enfoque sano, y he visto resultados maravillosos del mismo en muchas situaciones. Sin embargo, no era apropiado aquí, porque hay muchas personas que son incapaces de cambiar sus actitudes y acciones hasta que primero se han resuelto los problemas pendientes que impiden el cambio. Con frecuencia, las causas intrapsíquicas o internas de un colapso en las relaciones interpersonales son las primeras que hay que considerar. Cuando murió la madre de Phil-el cual era enton-
c~s un muchacho de unos die solo con su p~dre, y esto duró ~a~re empezo a beber en exce el, ~ncluso a veces en formas s su.cIa y descuidada y P~il m~nc ~ Ir a ella: Durante vanos ano Jeres que Iban allí a pasar la no e~~d temprana, ~hil se vio so bIlIdad'y se VOlVIÓ huraño y so tra.s sesIOnes~ ~~ando estaba co P~Il se permItIO entrar en sus humedos y la voz .temblando d tolerar todo esto slmplemente i alguna. No me atrevía a sentir los m0n;-entos que habrían sido no podlan durar. y no me atre porque tenía que seguir sin para del '!su.nto es que he tenido mi sentlm.len~os. y ahora no sé có PhIl hIZ? una pe~ición poc J ane.t estuvIera con el cuando t oraCIón para la curación de aq sos: ,Ella ,era muy ~omprensiva sesIOn; SI, c:omo SI ~era su pr tanto. necesItab~, mIentras tod mos Juntos. PhIl tuvo que hac cuerdos desagradables y penos su mente~ tuvo q~e perdonar a cho perdon de DIOS por sus pr Cuando se vio libre de estas y Jan~t empezaron a hacer los aproJ?I~dos que se les habían fue fácIl en modo alguno; fue mu<?ho estímulo y consejos, pero pSOlble, en tanto que ant~s no lo la clase de amor requendo par posible hasta que primero se lado algu~as «cosas de niño» -k perantes, Impotentes para inte del ~dulto actual. La curación d en lIbertad, de modo que ahor
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Jesucristo es nuestro contemporáneo eterno, el Señor del tiempo y nuestro Sanador; y su Santo Espíritu es nuestro ayudador actual y a disposición. La parte más distintiva de la curación de los recuerdos es el momento de la oración. Por medio del uso de la imaginación tratamos de recrear el recuerdo penoso y luego lo visualizamos realmente tal como ocurrió. Oramos como si estuviéramos hablando con Dios realmente en aquel momento y lugar, pidiéndole que haga por nosotros lo que le habríamos pedido si hubiéramos orado en aquellas circunstancias. Le pedimos la curación del niño o adolescente que fue sometido a aquellas experiencias: cosas que realmente fijaron al niño en aquel lugar y que le dejaron amarrado en aquel estadio de crecimiento. ¿Cómo es posible esto cuando los sucesos referidos puede que ocurrieran muchos años atrás? ¿Cómo pueden nuestras oraciones hoy afectar a este niño o adolescente interior de un pasado distante? Las Escrituras nos dicen que Cri~to es el Señor del tiempo: pasado, presente y futuro. El es nuestro contemporáneo en sentido verdadero, «el mismo, ayer, hoy y por los siglos» (Hebreos 13:8). Cuanqo Juan el Bautista presentó a Jesús al pueblo dijo: «Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo» (Juan 1:15). En otro pasaje hay una maravillosa mezcla de tiempos. Cuando los judíos reprocharon a nuestro Señor: «Aún 110 tienes cincuenta años, ¿y ya has visto a Abraham?» El contestó: «De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham naciese, yo soy» (Juan 8:57, 58). Si Cristo pudo hacer estas afirmaciones durante su
Aceptar a Cristo como una ayuda actual
sentimientos. Esto era absolutamente necesario como primer paso en el aprendizaje de la manera en que podía expresar sus sentimientos a J anet. Y esta clase de curación interna era perfectamente congruente con el principio bíblico que hemos presentado.
existencia terrenal en la carne cerl~~ ahora si.endo el Cristo glonficado. Cr~sto trasciende qUt; son, despues de todo, conc tacl,ones de nuestras vidas hu J ~~us ~n numerosas ocasiones c~on, El no es!aba limitado po sm.o que po(ha aparecer en c qUier mome1].to. En un sentid p!"esente en El.. Por el hecho d vmculados al tIe~po y el espa «retrocede t;n el tIempo» a fin na traumatIzada. Debido a nu compren~emos cómo puede ha le vl~ualtzamos haciéndolo. En Escntura, tenemos derecho a fig !'ero ¿no es todo esto mera a peCle de ~utohipnos.is en que n sotros .mlsII?Os ~edlé:~n.te el uso y una lmagmaclOn VIvIda? ¡No! t~s. a l~ ?bra de la presencia del tIcl~aclon y poder nos asegur aqul. Es e~ Santo Espíritu el q cendente, mmanente de modo í aheg':l~a que Él está verdadera « ~clendose cargo de nosotros Mas tarde echaremos una mira tales de Je.sú~ que son útiles en cu.erdos. SI bIen son cuadros b bhcos, la formf! de .las imágene de las cual~s vls~ah~~mos su pr ?e n':lestra lmagmaClOn. Pero el lllummado por estas imágenes, as promesas de la Escritura. Hay un hermoso himno de tamos a menudo antes de los s curación en nuestra igl~sia. De el poder ~anador de Cnsto que e tros en tIempo presente (The B Methodist Publishing House, p.
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Es necesario que nuestras confesiones y oraciones sean hechas de modo preciso, específico. Las Escrituras enfatizan en la necesidad de una franqueza moral desnuda frente a nuestros pecados, fallos y necesidades. En la historia de la primera desobediencia humana en el Jardín, vemos la tendencia humana a encubrir cuando va implicada en la cuestión alguna emoción dolorosa. Cuando el Señor Dios descendió para los mo-
Ora de modo específico
El tacto de tu dedo tiene todo el poder; Como antes, tus palabras dan fruto; Escúchanos, Señor, haz solemne el momento y sánanos a todos con tu misericordia.
Tu mirada de amor pronto hallará Las heridas que la vergüenza esconde.
y sufriste aflicción, pasaste pruebas;
¡Oh Cristo! Tú también eres hombre
Pues ninguno está libre de pecado; y los que anhelo de servirte sienten, Se dan cuenta del mal dentro de sí.
y ninguno tiene descanso perfecto,
¡Oh Salvador, bendito Cristo!, expulsa El sufrimiento, sea dolencia o tristeza; Algunos nunca te han amado bien, Otros han olvidado que te amaban.
De nuevo nos hallamos, oh Señor, ante Ti, Afligidos por males y dolencias; ¿ Qué importa si no vemos tu figura? Sabemos y sentimos que a nuestro lado estás.
Al atardecer, antes que el sol se ponga, Te rodean, Señor, los enfermos echados; ¡Cuál era su dolor cuando vinieron! ¡Cuán grande fue su alegría al partir!
y t:ste es el ~ensaje qu anunCIamos: DIOS es luz, y blas en él. Si decimos que él, y andamos en tiniebla
mentas de comunión acostumb éstos se escondieron de su pre del Jardín. Cuando Dios llamó dónde estaba, éste contestó: « taba desnudo; y me escondí» ( de entonces los hombres hem francos y abiertos, no sólo con los otros y con nosotros mismos a extremos en nuestras perso madas, el que vemos en los re n?s causan dolor. Los encubri bIen que hacerles frente. Este nuestra personalidad en todos l pr~ncipal de nuestro temor y s mas que otra cosa alguna, des nes. La prescripción bíblica par mica humana es la franqueza, l ra, el arrepentimiento y la co Espíritu Santo «El Espíritu de l El apóstol Juan usa la palab ces en el Evangelio y nueve ve tola. En 1.a Juan vemos una c verdad, confesión y nuestra rel más,! nosotros mismos. Vaya SIglos antes de que la ram llamamos psicología hubiera e se, Juan describió lo que conoc nismos de defensa. Éstos son si manos variados que usamos p protegernos del temor y la an realidad o verdad de la situaci nera en que la vemos. En real nosotros mismos engañándono tenemos que cambiar. Demos bras del apóstol Juan:
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Veamos en qué forma Juan y los psicólogos describen los tres mecanismos de defensa principales. Se presentan en ord~n de gravedad, de menor a mayor. • Negación. Este es el más simple y más directo de todos. Simplemente negamos algo; mentimos sobre ello. Rehusamos reconocerlo; no queremos verlo o discutirlo. Juan comenta sobre esto: «Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad» (v. 6). • Racionalización. Este medio de defensa es más complicado y, por tanto, más grave. No es una mentira directa, sino elaborada, sofisticada. Aquí procuramos dar razones que justifiquen nuestro comportamiento. Alguien ha dicho que hay dos razones por todo lo que hacemos: una buena razón, Y ¡la razón verdadera! No sólo engañamos a otro, sino que nos engañamos a nosotros mismos; y es un engaño más profundo que la negación o mentira, porque nosotros mismos no nos damos cuenta de ello. Juan trata de esto: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verda,d no está en nosotros» (v. 8). • Proyección. Este es el peor de todos porque llevamos el engaño un paso más allá y cargamos la culpa a otros por nuestros problemas. De hecho, proyectamos nuestros fallos en otro o en algo, y decimos que alli está el problema. Juan describe esto de modo preciso: «Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros» (v. 10). De modo que empezamos diciendo una mentira nosotros
ticamos la verdad; pero si andamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda iniquidad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros (La Juan 1:5-10).
y terminamos diciendo,que Dio tira: «Yo no miento; ¡El miente Ahora bien, ya me doy cuen la Escritura se refiere a un con les y espirituales. Pero tiene un nuestro tema, porque sus princ bién a las áreas emocionales y Una de las razones de por qué dos pueden causar tanto trastor que en general contienen mu vas, tales como el temor, el do vergüenza, la ansiedad. Una mientos surgen y nos pregunta Nos sentimos confusos porque dicar el origen de los sentimien tir culpables, porque «los cristi estos sentimientos». Así que no ma, sino que nos recargamos culpa añadida por tener el pro halla en el hecho de que som modo especifico sobre ello. Es niebla. Lo que necesitamos con cubrir el lugar de la necesidad qué consiste el problema real resolverlo. El principio implica tante: No podemos confesar a nocemos a nosotros mismos. Y confesiones generales, damos generalizado, y terminamos en sas, difusas, generalizadas, con No es nuestro propósito que manera; pero debido al hecho d pecificos están protegidos por n defensa y escondidos en nuestr no podemos hallar alivio emocio ataques. Necesitamos poner a l experiencias y actitudes que c negativas y permitir al Espíritu de modo específico. Y esto es e de durante la sesión de oración recuerdos. En vez de oraciones
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ñor, ayúdame a mejorar mis sentimientos hacia mis padres, o ayúdame a perdonar a mi hermano o hermana», ahora es mencionado el trauma específico en detalle. «Oh Señor, me sentí herido el día que mi padre arrojó el juguete al otro lado de la sala y lo rompió porque yo había derramado agua sin querer sobre el libro que leía, y luego se burló de mí cuando yo lloraba. Yo estaba enojado y realmente le aborrecí por haberlo hecho. Me puse muy contento cuando tuvo un accidente aquella tarde.» O bien: «Padre, nunca he perdonado verdaderamente a mi maestra, Mrs. Slade, por la forma humillante en que delante de toda la clase me acusó de algo que había hecho otro niño. Y he querido siempre vengarme de Juanito porque dijo una mentira sobre ello. Les perdono por lo que me han hecho y necesito que me perdones, Señor, por los años de rencor que les he guardado.» Y así sucesivamente. Se necesitan recuerdos específicos que finalmente pasan a la superficie, que resultan en confesiones especificas de sentimientos especificas; perdón específico, dado y recibido, que resulta en curación y purificación profunda interna. Este principio de la especificidad es central a la curación de los recuerdos y está en perfecto acuerdo con las verdades bíblicas referentes al arrepentimiento, la confesión y la curación. Una y otra vez he visto que el punto clave que inicia la curación de una persona viene cuando los recuerdos de detalles importantes que tenía enterrados en la mente vuelven a la superficie. Joyce era una obrera social competente que se acercaba a los treinta. Estaba comprometida para casarse, y se había trasladado a nuestro Estado para estar cerca de su novio. A los seis meses él rompió el noviazgo. Ella se quedó deshecha y pidió ayuda, porque el trauma del rechazo la obligó a darse cuenta de que ésta era la pauta en todas sus relaciones con los hombres. Aunque Joyce hacía varios años que era cristiana, tenía dificultades por causa de cambios bruscos de humor, depresiones y un sentimiento general de hostilidad hacia los hombres. Iba al trabajo en un coche que compartía con otras amigas, conduciendo por turnos, pero sus amigas se
sentían intranquilas cuando el que las asustaba, porque tenía ble y «airada» de conducir. Dos casadas. Joyce notaba que cua eran sus matrimonios más en celos de las buenas relaciones las compañeras observaron qu estribos; su humor era explosiv ra de su noviazgo, una de sus a ciéndole claramente: «Joyce, e estás del mismo humor: siemp En el curso de las sesiones, hogar en el que había una can flictos, peleas y consumo de al nos simpatizantes la habían ay milia en su iglesia y una nueva falta de afecto paternal y de marca, y constantemente estab llenar este vacío de su corazón, de novios. Y siempre era la mis rada búsqueda de afecto, que l físicamente en exceso con sus tándares cristianos y morales «extremo», en ocasiones rozab gada. Esto daba por resultado mación propia y el resultado fi relaciones. Joyce se sentía desa tra sus propias compulsiones. ésta era la forma en que Dios nunca le permitiría tener una marido. Repasamos una larga lista humillaciones y culpas durante prolongada. Se desbordó todo después de considerable lucha h nar y librarse de sus rencores. saba que habíamos terminado, más el velo de los recuerdos y nieron detalles específicos de un hombre, que veía clara com ba en oración agónica mientr
a otros
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El principio Cuerpo-Vida significa que los cristianos ministran a otros con miras a la curación. Santiago enunció esta verdad en su epístola: «y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras faltas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados» (Santiago 5:15, 16). Nuestro mismo Señor, en su enseñanza sobre la oración, nos da la promesa de la oración corporativa: «Otra vez os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pi-
~inistrar
nuevo los sentimientos terribles que había experimentado. «Oh Jesús, mi estado es terrible. Me he dejado caer, he fallado en mi testimonio. He perdido el respeto a mí misma; no tengo fe en mí misma para realizar mis convicciones. Renuncio a mí misma, y siento que Tú también me has puesto a un lado.» Entonces comprendió Joyce que aquella noche había sido el punto crucial del aborrecimiento propio y su desesperanza. A partir de entonces había creído que Dios la castigaba; ella misma se castigaba con su comportamiento sexual autodestructivo. Ahora, en oración, le permitió a un Dios amante y misericordioso que ly ministrara alivio al revivir aquella terrible noche. Ella perdonó y le devolvió el sentimiento de virtud y valor personal como mujer. Fue un momento bendito de purificación y restauración. Qué gozo fue cuando dos años después fui el pastor que la casó con un joven piadoso y dedicado. Lo más hermoso de la ceremonia fue cuando los dos me dijeron que Dios había recogido los pedazos rotos de sus vidas y los había recompuesto, dándoles el don de un nuevo comienzo. A partir de entonces hemos hablado varias veces de su transformación. Ella siempre me recuerda que el cambio curativo empezó cuando pudo confesar a Dios los detalles específicos, mientras que antes, si bien oraba, era sólo de modo general.
Sería un descuido serio si a no indicara que este principio plenamente confirmado ahora más recientes en medicina y p ton Herald-Leader, Lexington, tiembre de 1984, en un artícu York Times News Service, titul de ser buena para el cuerpo», s margen de lo que haga para buena para el cuerpo. Nuevo modo convincente que las per
La confesión y la restauración
dan, les será hecho por mi Pad Porque donde están dos o tres bre, allí estoy en medio de ell La clase de oración que tie ración de los recuerdos encaja orden de «confesarse el uno al acuerdo» sobre lo que se pide, ción para obtener respuesta. L que algunas peticiones requier corporativa, abierta y compar dan ser contestadas. Una vez m como el «ponerse de acuerdo» dad que Dios está dispuesto a nificativo que el versículo ante «el ponerse de acuerdo» nos d en la tierra, estará atado en el satéis en la tierra, estará desa versículos que siguen contien ñanzas más importantes sobre ser perdonado que podemos h Testamento. Sin duda, todo es perfecto en el contexto de la or ción de los recuerdos. Parece h~~ ciertas clases de curación pmtual- que pueden venir só terio de otros miembros del C
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¿Hay algún lugar en la Biblia en que los principios que hemos descrito fueran usados realmente para cu-
(Salmo 32:1-7)
¡Bienaventurado aquel a quien es perdonada su transgresión, y cubierto su pecado! ¡Bienaventurado el hombre a quien Jehová no imputa iniquidad, . y en cuyo espíritu no hay doblez! Mientras callé, se consumieron mis huesos En mi gemir de todo el día. Porque de día y de noche pesaba sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de estío. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Por esto orará a ti todo santo En el tiempo en que puedas ser hallado... Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás.
fiar en otros sus sentimientos turbados o algún suceso traumático, más bien que llevar el conflicto en silencio, son menos vulnerables a la enfermedad.» Informa a continuación de varios experimentos distintos que confirman los «beneficios a largo plazo para la salud» al compartir nuestros secretos más penosos con otros. El Dr. James Pennebaker muestra en su investigación que «el acto de confiar en alguien protege el cuerpo contra las tensiones internas, que son el castigo de ir llevando por todas partes una carga emocional pesada como el remordimiento inconfesado». El Dr. Pennebaker, de la Escuela de Medicina de Johns Hopkins, publicó sus hallazgos en The Journal of Abnormal Psychology, confirmando estos descubrimientos. ¡Qué interesante que la ciencia moderna esté ahora alcanzando las simples enseñanzas de la Escritura! David declaró estas verdades hace miles de años.
rar a alguien de sus recuerdos en que Jesús trató la negación restauración. Sólo hay dos lu mento en que se usa la palabr por «fuego de brasas». En Ju Pedro estaba con los siervos encendido unas brasas de car negó a Jesús tres veces. Más t ñana siguiente a la Resurrecci ró el desayuno para sus discí de brasas en el escenario en q sación con Pedro (Juan 21 :9). Psiquíatra, puso a Pedro a la sas. Oh, qué recuerdos y qué ber ardido en su mente. Tres Señqr y tres veces se le pide q cia El, estando junto a aquell sús usó un fuego de brasas, al sacada del altar de fuego» qu 6 para cauterizar y sanar el dro. Cuando se enfrentó con s talles, sus recuerdos fueron sa do y recibió de nuevo su com
¿Cuáles son los síntomas necesidad de la curación de l sible, porque en todo lo dicho tido en que la curación de lo de curación interna, y sólo un énfasis en ello. Las clases de d espirituales que se describirá ración de la memoria sea, au terapéutica espiritual que de Cuando no se ha hecho fre sos y no han sido curados e frecuencia rompen las defens normal de la persona. Una de las evidencias de es tales, escenas o sueños recurre y perturban la vida emocional Durante el proceso de aco pregunta de este tipo: «¿Hay genes o escenas que se repite dejan en paz, sino que sigue vez? ¿O quizá que siguen ap
INDICACIO LA CUR DE LOS RE
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En un sentido, todo lo que causa dolor físico o mental y angustia emocional puede ser llamado un trauma o una herida. Voy a limitar esta discusión a algunas de las experiencias más comunes de la vida que causan sufrimiento emocional, al infligir un golpe al yo de la persona. Todo lo que da un golpe, hiere y duele. Esto puede suceder en cualquier nivel de la vida, desde el estadio' prenatal, la infancia, la niñez, la adolescencia, la edad adulta, hasta la senectud. En el mismo centro de nuestros traumas hay un sentimiento de rechazo.
Traumas o heridas
·Imágenes mentales (recuer~os) que son b.astante ruertes para interferir en tu vida presente?» SI la respuesta es afirmativa, pido a la persona que me hable de ellas. Si bien los detalles pueden ser muy distintos, los hechos son los mismos. Hay ciertas imágenes mentales que se repiten como en las repeticiones de pel.íc.u las en la televisión. Algunas veces son como repetlCIOnes a cámara lenta, lo cual significa que las emociones que acompañan a aquellos recuerdos son muy intensas. ¡Es como el movimiento lento con que proyectan un lance en el fútbol, en que realmente ves y sientes la ~ecisión o el dolor en el rostro del jugador! Con frecuencIa estas repeticiones tienen su máxima intensidad poco antes de caer uno dormido, o durante estados de duermevela en la noche, o un poco antes de despertarse po~ la mañana. Algunas veces aparecen en sueños (pesadillas) en que las víctimas se despiertan chillando, luchando o bañadas de sudor. Esto puede ser tan intenso que afecta a su capacidad de hacer frente a las tareas cotidianas el día siguiente. Los personajes y los argumentos de las escenas que se repiten son tan variados como las vidas de los que están implicados en ellas. Sin embargo, he notado que el contenido y el dolor parecen tener algunos de los siguientes denominadores comunes:
Cuanto más importante o si que nos rechaza, mayor es n rechazados por ella. Las formas más penosas d te los años primeros de la vi los primeros grados- porqu nos expliquemos la razón de terpreta como rechazo. Los n por qué se les trata de esta m ras de responder o ajustarse. nes muy lógicas para explica hay medio de comunicárselas dan propiamente. Por ejem sienten rechazos más profund cidentes, enfermedades, retr muertes. Los padres, miemb tros, pastores o amigos se ven tancias a prestar atención, d guien o a algo distinto. Esto un rechazo y puede dejar u memoria. Jeff, un joven cristiano m me a causa de una estimación sión y derrotas espirituales. tante de ser abandonado por aun por Dios. Tenía sentimie y soledad que agitaban recu vían una y otra vez. Esta inq tas, era el tema de muchas es ban en los sueños. Pero todo le era imposible describirlo m ba seguro de una cosa: de q centro de todo. No tuvimos d reacciones de Jeff. En estas s trauma es tan penoso que la blema adicional de estar terri herida (en el caso de Jeff, re misma manera. ¡Esto acaba s como un gato que rersigue s Así que el temor de rechazo a rida van aumentando hasta
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ción que tiene la persona de la herida. El temor pasa a ser expectación y se convierte, finalmente, en el filtro doloroso a través del cual hace pasar la mayoría de las experiencias de la vida. Todo esto le lleva a sentir mucho más dolor del que en realidad experimenta en sus circunstancias presentes. En el caso de Jeff fue fácil seguir esta progresión penosa; estaba ahora viviendo en una especie de cápsula espacial aislada cuidadosamente que le protegía de las heridas nuevas que veía venir, Así que empezamos donde estaba y fuimos retrocediendo lentamente en el tiempo, usando los distintos métodos que describiré en un capítulo posterior. Como es natural, todas nuestras sesiones estaban rodeadas de mucha oración, pidiendo constantemente la comprensión y discernimiento que sólo puede dar el Espíritu Santo. Uno de mis primeros mentores describió este proceso mediante una imagen inolvidable que me ha sido de gran ayuda en mis actividades de aconsejar. Me dijo: «¡Algunas veces tienes que seguir remando y orando, orando y remando, hasta que el Espíritu te muestra el lugar apropiado para desembarcar!» Un día el Espíritu nos mostró a Jeff ya mí el lugar en la ribera de la memoria en que debíamos desembarcar, nos guió a explorar un laberinto de cuevas escondidas, llenas de sentimientos de abandono y rechazo. Todo había empezado al nacer su hermanita, cuando Jeff tenía cuatro años. Su madre había tenido un embarazo y un parto en extremo difíciles. Para hacer las cosas peor, su hermana había nacido con un defecto de nacimiento corregible, pero que requería mucha atención y cuidados. Hasta este punto Jeff había sido el centro de los cuidados y afecto de la familia. Ahora hubo un cambio brusco. En circunstancias normales esta «redistribución de amor» ya es difícil. En el caso de Jeff fue muy traumática. En muchas familias, en estos casos, el niño mayor hace el ajuste al pasar a ser «el ayudante de mamá», y de este modo se transforma en un personaje de más categoría en el sistema. Pero la naturaleza de los problemas del recién nacido excluía a Jeff incluso de este papel. Sin la menor intención,
Jeff fue puesto a un lado y él mo por lo que entendió era Hubo períodos dilatados en q tratamiento por especialistas Jeff se quedaba con una tía sol el cambio en el comportamien le la comprensión y amor ext añadía disciplina y castigos e chazo ~e complicado por los temor, Ira y culpa. Jeff estaba cho algo que había causado aq seas persistentes de su madre problemas que acompañaron niño. Como todo niño, tenía s tes ~e amor ,e ira contra su m cast,lgaba DlOS por estos pens equlvocados? Apartó estos se de su mente, pero la vida le p jl;lsta y dolorosa. A un adulto t ndículo, pero a los cuatro año lo que nosotros consideramos Al ir compartiendo y oran recordar con detalle preciso el da, temor de más herida y la das que imp~icaban nuevo rec toda una sene de recuerdos, y timientos profundos de rabia y na y su tía que aparecieron co do de oración me acordé de l ángel enviado por Dios para ag que que luego devolvían la sal ras. De la misma forma Dios e para una hidroterapia emocion ~~lDera en que la curación fue tlO en descender al estanque d por penoso que fuera. Fueron y zambullidas en el estanque completa. Cada vez le pedimos la comprensión, amor, afecto y en cada estadio particular de s la intensidad propulsiva y co
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Otro tema común de estos recuerdos penosos recurrentes es el sentimiento de sofoco, humillación y vergüenza. Un juego de grupo o de sociedad, o un programa de TV basado en el tema «El momento mfÍs embarazoso para mí», puede ser muy diverti?o. ~stos son los incidentes vívidos que hemos absorbIdo sm secuelas y que ahora nos hacen reír. Pero los recuerdos que implican ocasiones en que fuimos humil~ados, producen las emociones más penosas que expenmentamos, y algunas de ellas son las principales causas de la estimación propia deficiente y la depresión. ~tanley -;-un pastor de unos cuarenta años-- compartlO esta hI~tO ria con otros un fin de semana en un grupo redUCIdo en un retiro de Yokefellow. Era su primer día en la escuela y estaba muy orgulloso de que podía ~scr~?ir su nombre. Así que cuando la maestra pregunto qUien podía escribir su nombre, él fue el primero que se ofreció. Tomó un pedazo de papel y escribió en grandes letras: STANLEY. La maestra le dijo: «Lo has escrito mal. Se escribe STANDLEY.» El niño contestó tímidamente: «No, señora, no hay ningunda D en mi nombre.» «Escríbelo otra vez -le dijo severamente la maestra- y escríbelo bien esta vez.» Stanley volvió a escribirlo sin la D. Ella arrebató el papel, lo mostró a toda la clase y, ladeándolo para que todos pudieran verlo, dijo: «Mirad, niños. Aquí hay un chico que es tan estúpido que ni aun sabe la forma de
Humillaciones
dos y sueños recurrentes se disolvió y Jeff pudo aprender las maneras cristianas maduras de relacionarse con los demás. Naturalmente, tuvo que hacer un trabajo difícil de reprogramación de sus perspectivas y aprender nuevos modos de relacionarse. Sin e~bargo, debido a la curación de sus recuerdos, le fue poslble hacerlo. Antes, a pesar de mucho esfuerzo y disciplina espiritual, no lo pudo conseguir.
e~cribir su nombre. Ahora, Sta bIen, y pon la D esta vez, ¿lo El niño hizo lo que se le ma aplastado y por dentro le reso más, mientras la cara se le v Stanley comentó este in «.Esta escena quedó estampa sIempre. Todavía se me encog so en la forma en que la clase tra dijo que yo era un estúpid na razón extraña yo acepté su caso es que todavía me siento tiene sentido: mi esposa, mi hi me dicen que no soy estúpido. rior que sigue diciendo que lo ~ucho estaba hablando con un tiene un doctorado en Filosofía sación que habí~mos tenido le con lo que me hIZO un cumpli no. ¿Y sabéis lo que pensé? Al inmediatamente: «¡Bueno, pue pero ha de tener muy pocas luc de lo estúpido que soy!» Es asombroso ver los efecto sa~ en los .niños .algunos padre tondades msensIbles con hu este tipo. C~>n la mejor intenció usa el rebajar como una forma todo para cambiar el comporta tados rápidos, cree que es un que no se da cuenta es del daño l~ frágil estimación propia de tiernos y maleables, a causa d que marcan de modo literal su La Escritura tiene mucho este punto. El Espíritu de Dio sentaba ante las personas y les gonzosos en privado. ¡Qué cuid Confrontó a las personas que h cuando estaban con Él a sol cuanto podía para defenderlos
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otros esperando el momento oportuno en privado para tocar los puntos negativos. En su consejo dado .en Mateo 18: 15-17, Jesús tuvo cuidado en sentar los prmcipios para tratar estas situaciones. PriI!1ero, .habl~r a la persona en privado y procurar corregir la situación. Sólo cuando esto no producía resultado se añadían gradualmente otros (testigos); y fin~lmente e.s,tá la a~ monición pública. Cuando Pab~o dIO su verSIOn al..dia del quinto mandamiento (relacIOnes de padres e hiJos) en Efesios 6:1-4 exhortó a los padres a no hacer nada que de modo d~liberado pudiera llevar a los niños al resentimiento. Sin embargo, no todos los recuer~os de h~mi.lla ción recurrentes son hechos por neceSidad en pubhco. Algunos implican situaciones priva.das en que com.entarios crueles e irreflexivos quedan mdeleblemente impresos en las paredes de la imaginación. Una mujer de muy buen parecer, que estuvo batallando con su estimación deficiente durante años, me habló con gran dolor de la imagen mental que surgía en su mente cada vez que se ponía maquillaje. Había sido criada en un hogar muy estricto en que el :pad.re consideraba pecaminosa toda forma de maqUillaJe. Una mañana, cuando tenía unos catorce años, usó un poco de polvo facial para disimular ciertas manchas que a veces aparecen a esta edad. Estas fueron sus palabras cuando recordó la escena: «Mi padre se rió de mí y comentó con sarcasm? que parec~~ un.a t~~ner~ enjalbegada.» Y luego añadiÓ con emOCIOn sigmficatIva: «Ni una sola vez me dijo en todos estos años que tenta buen parecer o que algo me cala bien.» Colocándonos en aquella situación, pudimos comprender por qué había obrado así su padre. Tenía miedo de que el hecho de ser tan atractiva fuera causa «de problemas con los chicos». El rebajar su aspecto era una manera falsa de proteger su virtud. Por triste que parezca, son muchos los padres que obran así .cuando tienen hijas o hijos de muy buen parecer. No tienen la intención de causarles ningún daño emocional. Con frecuencia sus intentos de controlar por medio del sentimiento de culpa, vergüenza o humillación se vuelven
temor de la oscuridad, temor de ser abandonado temor del fracaso, de no r temor de perder el control juicio,
Estoy usando una palabra la gama de temores y terrores crustados en las capas inferiore surgen para llenarnos de toda c rí.a necesaria una enciclopedia ~iferentes maneras en que las mcrustadas en nuestros recuer Biblia hay 365 veces las pala par~ ~ada día del año. Es así p es ViVir en este mundo lleno de estos temores profundamente nuestros mayores obstáculos pa A continuación enumero alg munes y paralizantes que me ha las sesiones para la curación de
Los temores o fobias
el semillero de recuerdos peno curados algún día. Algunos recuerdos de humi nados con incidentes ~specífic una atmósfera de conjunto en l ~allamos est? .de modo especi l~cos. La famiha se vuelve un tiene que compensar por el pr padre o de la madre. Debido a centes se.adaptan a presentar a su~ amigos a su casa. Un m medias verdades y razones pla cho o muchacha de vergüenz mientos de ser diferente de o bueno y divertido de las cosas e con el dolor de la humillación
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Entre los cristianos, muchos de estos temores son muy intensificados por un sentimiento de culpa ante el hecho de tener temor. Se dice: «Los buenos cristianos no deben estar acongojados o asustados; después de todo, Jesús siempre está con ellos, así que no debe asustarles nada.» Además, la Biblia dice: «El perfecto amor echa fuera al temor» (l.a Juan 4: 18). ¡Así que esto les asusta aún más y se encuentran entrampados en un círculo vicioso de temor y admitir que se tiene temorl En realidad, muchos de estos temores están arraigados en experiencias que a su vez han producido temor, enseñanzas no sanas y relaeiones pobres en algún punto del pasado, especialmente durante los años de la infancia. Han sido empujadas al fondo de la mente tantas veces que la persona es posible que sólo tenga un recuerdo vago de ellas. Con frecuencia no son recuerdos específicos y el individuo se ve acosado por sentimientos de angustia globales y generales que se adhieren a veces a un punto y luego a otro. Esto es lo que ocurría en el caso de Jack y Jill-hermano y hermana-, en una familia con graves problemas emocionales. El padre era un tirano reljgioso y la madre una especie de «estera» religiosa. El regía «con el Libro», es decir, con sus interpretaciones inflexibles (y generalmente equivocadas) de la Biblia, apoyado por un genio impredecible que algunas veces estaba al borde de la violencia. La madre era una superviviente que se esforzaba por mantener la paz y aguantar la familia junta con una «dulce sumisión». El resultado era una atmósf~ra en que todo el mundo andaba con pies de plomo del,a.nte del padre. Y delante del Padre Celestial también, debido al modelo terrenal de-
temor del sexo, pensamientos y deseos sexuales, temor de las personas y de confiar en otros, temor del cáncer y otras enfermedades graves, temor de Dios y del juicio final, temor de cometer el «pecado imperdonable», temor del futuro, temor de la muerte de otros, deudos o amigos, o la propia
fectuoso y sus medias verdades de hogar religioso con que se mente los cons~jeros cristianos mos de la cantidad de destroz tual~s causado~ en nombre de torcI~os, especI~lmente Efesio d~scnbe el matnmonio y las re mo y la familia. Los recuerdos que causaban t~ba~ tan profundamente sum han, !b~n mezclado~ con una gr tas, b~bhcas y teológIcas. Podía lefomca, regular de J ack cada p e~an mas o menos así: «Estab CIentemente y llegué a un pasaj ll?, y esto me ha preocupado bIen:. «No c0!llprendo cómo... par~ mtro~u.cIr un área de gran la VIda espIrItual de Jack. No fu recor~ar y hacer .fr~nte al clima sus anos de creCImIento que se sus recuerdos, como. sus emoci Los temores de Jdl eran de enfermeda~es, algunas reales y madre de JI11 había pagado un p su fallo en hacer frente a la situ pr~sar sus sentimientos r~ales. mas~ enfermó. Esto le atrajo la ba, mcluso ternura por parte d v~~, usó esto como otro medio mnos:. «Estaos quietos; no le c pon~áls m~s enferma de lo que Jdl habla t~nido buena maest madre, y. su VIda ~staba rodead mósfera Impredecible; diferente, na de temor. Temor de quedar p las cuarenta y ocho horas, e inclu d~l corazón que podía presentar JI~I, como la mujer mencionada frió mucho a manos de varios m do todos sus bienes sin provecho
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Llegamos a un área que está en el mismo centro de nuestro tema: resentimiento, rencor y odio. En un capítulo posterior mostraremos cómo resolver estos sentimientos por medio de oraciones para perdonar y ser perdonado. En este punto e.stamo~ considerando el odio como el mayor de los mgredlentes en aquellos playbacks mentales recurrentes, que son un signo de que necesitamos curación de algunos recuerdos pe~o sos. Porque prácticamente todo lo que hemos d~SC;ItO en este capítulo acaba acarreando fuertes resentImIentos. Algunas veces somos bien conscientes de los rencores y luchamos contra ellos en la oración, si bien no obtenemos resultado alguno. Otras nos damos cuenta simplemente de sentimientos generales de rabia dentro de nosotros, pero somos incapaces de señalar .las causas. Parece como si estuvieran sumergidos debajo del nivel de nuestra memoria consciente. Esto es con frecuencia la causa de depresión entre los cristianos, este resentimiento congelado y enterrado. En otras ocasiones la tensión de este odio reprimido se expresa por medio del lenguaje de la enfermedad. Hay muchas enfermedades que tienen sus raíces en resentimientos no curados. Hay la clásica historia del joven que oyó que su padre le decía a alguien que su madre tenía colitis. Dio un suspiro y le preguntó a su padre: «¿A quién atropelló con el coche ahora?» Recordáis que cuando Jesús cabalgaba sobre un asno al entrar en Jerusalén -aquel suceso que llamamos la entrada triunfal-, las autoridades religiosas le dijeron que hiciera callar al pueblo que gritaba hosannas y expresaba sus emociones. Jesús les contestó que si no dejaban a la gente que se expresara, «las mismas
Rencores
Jill llevaba un manto de temor y seguía buscando alguna enfermedad en que colgarlo. La curación de algunos recuerdos pasados y el ejercitarse much~ para aprender otros métodos de aceptar la re~ponsabIlldad, permitieron, por fin, a Jill llevar una VIda razonablemente estable.
p~edras clamarían» (Lucas 19 v.lva que .podemos sacar de la tlanos dejan de expresar sus s sus cuerpos claman por medio medad y el dolor. Esto es verd los resentimientos enterrados pueden regresar a la conscien I~rumpen ~n la mente y ento VIdeo en ca~ara lenta. Van sur nes y la rabIa se desparrama y se quedan confusos cuando se venga~?> en ot~o que está a su o un ~IJ? a qUIen aman. Esto, mC?rdlmlento, culpa y, derrota mas ?esconcertados aun porqu de do~de procede todo aquell q~e, sm querer, hayan perforad rnente subterránea de resenti do se halla petróleo en un pozo ~uando esto ~ucede va;ia.s ,:ec J?re I?or me,dIO de la dlsclplma nenClas mas profundas en el buscar las causas en la presión sanados. . Quizá la experiencia más de tIca de todas ocurre cuando un anona~ado por sentimientos de es ~ernble~ente difícil de admi seSIOnes guiando suavemente a punto en que finalmente se da miento contra Dios. El trauma a.lgun~s se han desmayado en m tldo nauseas hasta el punto de a Dios y quieren servirle y agra dos cU,ando descubren esta ira Despues 9u~ pasa el trauma es.tos sent.lmlentos de rencor ~ l DIOS y dejarlos allí para que El Más tarde, mirando hacia atrás mo .~cto de recuerdo y sentimie abno paso al proceso de su cur
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Fue así en el caso de un hombre que había compartido conmigo una de las peores hist?~i~s ~e a~uso infantil que he escuchado jamás. Es dlflcIllmagmar los medios ingeniosos de que se valía su madre 'p~ra c~u sarle daño, los exquisitos actos de t?r~ura flSlca e mcrepación verbal. Siendo un buen cnstIano, nunca había hecho frente a sus verdaderos sentimientos contra ella por todo esto. En vez de ello, seguía asegurándome que amaba mucho a su madre. ~oco a poco fueron surgiendo los detalles penosos y se dIO cu~nta d~ su r,abia violenta contra ella. Pero por debajo habla aun capas de ira congelad~., Un día, en me,dio de nuestras oraciones por la curaclOn de estos. ternbles re~u~rdos, gritó en su angustia: «Y tú, oh DlOS, voto al mfIerno, 'dónde estabas cuando pasaba todo esto?» El hombre ~ufrió un acceso de violenta emoción y en su terror se puso a temblar como una hoja de árbol. ~ero no tardó mucho en experimentar el amor de DIOS fluyendo como un río que le limpiaba completamente. Fueron necesarios años de terapia y reprogramación para volverle sano, pero no hay duda de q~e aquel m?mento fue el comienzo de una gran curación en su vida. , En un libro verdaderamente notable, ¿Puedo adrar a Dios? de Pierre Wolff (Paulist Press), el autor muestra en qué forma nuestra ira y resentimiento, que nosotros pensamos que van a separarno~ d~ I?ios, pued~n también ser la puerta de una ~ayor mtImldad. con El. Es un libro de tamaño reducido que recomiendo a todos los que temen hacer frente a esta área p~~osa de sus vidas espirituales. He hallado que es mu.y utIl en la preparación de las personas antes de la sesión de oración para la curación de los recuerdos: ' Así que hemos dedicado todo un caplt~lo a conSiderar el primer síntoma que indica la .necesldad de curación de los recuerdos --esto es, las Imágenes mentales y recuerdos recurrentes, que son tan intensos que interfieren en la conducta al presente. Ahora vamos a dedicar los dos capítulos siguientes a un segundo síntoma: los conceptos de Dios deformados y destructivos.
Dentro d~ cada uno de no mental de DIOS. Con frecuencia nuestro concepto de Dios y h fuera algo que está completam Olvida~os que, junto con lo q s?bre DIOS, las experiencias, re tienen una gran parte en la for El fac~or preponderlfnte es, el he que PlOS es y de. q~lén es El real el numero ~e cr~stIanos genuin en un conflicto mterno entre lo lo que sienten sobre Dios (y l ellos). Su tea-logia, cerebral es se habla de su rodllla-logia (o s~ do oran) la cosa es espantosa. E ~ho.s problemas emocionales en IJ?~hcadores más fuertes de la n clon _de los recuerdos. Los años e~senado que al margen de lo c tnn~ que sab~n, a "!enos que te sentldo y una lmpreslón viVIda de me,:te b~,,!o y misericordioso, n tarta esplrttual duradera en sus v
CONCEPTOS DEFORM
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.Por qué el Evangelio que proclamamos como Buenas<'Nuevas se vuelve con tanta frecuencia malas nuevas que afectan a nuestros sentimientos? Para entender esto, pidamos prestado un concepto de las misiones extranjeras: el evangelismo en otras culturas. Al cabo de poco tiempo de estar ~n ~l campo de misión el misionero se da cuenta del SIgUiente hecho: lo q~e la gente entiende de lo que él les di~e es muy diferente de lo que él considera que les ha dIcho. Él proclama (pone en cifra) algo, pero el.oyente que escucha entiende (descifra) otra cosa. MIentras estaba trabajando en la India, aprendí pronto a ser cuidadoso sobre la predicación del texto «habéis de. nacer de nuevo» (Juan 3:7). El hindú entiende a partIr de estas palabras todo un sistema de creencias de la reencarnación y un ciclo de nuevos nacimientos. Así que lo oye como si se dijera: «Tenéis que nacer de nuevo, de nuevo y de nuevo», sucesiyamente.en muc:ha~ reencarnaciones hasta que halléIS salvacIón (seáIs lIbrados) del ciclo. O hablemos de nuestro propio país. Si usamos las palabras destino eterno u hogar en seI,ltido religioso, para algunos significará «cielo», y sus Imágenes .mentales y sus sentimientos corresponderán al mIsmo. Para otros significará «infierno», y verá.n y sentirán en consecuencia. Nuestros conceptos son Imágenes mentales compuestas, hechas de muchas partes di~tintas que proceden de varios orígenes. Los que c~ntnbuyen de modo principal a nuestro con~epto ~e DIOS son las experiencias de la vida, las rel~cI.ones ~nterpersonales y las enseñanzas que hemos recIbIdo. Sm duda, lo que nos han enseñado es en extremo importante. Pero lo que hemos aprendido o captado también lo es. De hecho, nuestros sentimientos sobre Dios pueden afectar de modo radical a nuestras ideas de Dios. Ocurre esto porque estos sentimientos son parte ~t: la dinámica .que determina la manera en que perCIbImos las ensenanzas que nos dan. Este hecho crucial lo pasan por alto. muchos pastores y obreros cristianos. Suponen que SI
Las Buenas Nuevas y las malas nuevas
las doctrinas e ideas que pred camente correctas, de modo los concept?s de pios y ca creer y confIar en El. Se imag to opera, c0f!lo si dijéramos, a abre un agujero en el cráneo dentro la verdad pura. Esto dista mucho de ser as Porque aunque el Espíritu S verdad,. lo que oye y se imagi de ser fIltrado a t~avés de él no se salta el eqUIpo de la per cual la person~ percibe las co tores que perczben han sido verdades bíblicas quedan defor En este sentido el come hombre crea a Dios a su prop elemento de verdad. Incluso p y normal, el clarificar los con es una tarea que dura toda la ca~z~r madurez en Cristo. Ést pnncIpales por la que fue ta ció~. ~l Verbo (Palabra) tenía habla Ido tan lejos como era mismo por medio de palabras. clu~o las mejores -como en l AntIguo Testamento-, están s nes de los oyentes pecaminoso do el Verbo (la Pal~~ra) se hiz ble que nosotros VIeramos un Dios, «lleno de gracia y de verd problema de la deformación est entre nosotros, porque el cont palabras que leemos en la Bibl y el carácter de Dios es influi nuestros recuerdos y relaciones
CÓMO PASAN LAS BUENAS NUEVAS A SER MALAS NUEVAS
DIOS 1 PONE EN CIFRA L1s BUENA~ NUEVAS I I
I
AMOR BUENO Y MISE- FIRME GRACIA IN- PRESENTE DADOR NUTRE Y RICORDIOSO y DE CONDICIONAL Y DE BUENAS Y CUIDADO CONFIANZA DISPONIBLE DÁDIVAS CORROBORA
I
I
I
I
I
ACEPTA
SANTO, JUSTO E IMPARCIAL
I
RELACIONES INTERPERSONALES NO SANAS DURANTE EL DESARROLLO EN LOS PRIMEROS AÑOS
~
~ DESC~ ~LASN~EVAS
D\ DIO,
ABORRECE- MEZQUINO IMPREDEAPROBADOR E INDIY CIBLE y NO CIÓN CON-
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AUSENTE AGUAFIESCUANDO SE TAS, QUITA-
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7l CRITICÓN y SIEMPRE Wffi
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RECHAZA
INJUSTO Y
PAR~L
'ERCEPCIONES ERRÓNEAS / FALSAS / DEFORMADAS Y CONCEPTOS / SENTIMIENTO
~\~~1¡§
\,~~;:~E~1R j 1j S
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PERSONA
-
NO ESCOGIDO PECADO ORIGINAL (CAÍDA) HERENCIA AMBIENTE ACCIDENTES TRAGEDIAS DEBILIDADES
I ESCOGIDO
RESPUESTAS EQUIVOCADAS DECISIONES PECAMINOSAS Y
TEMOR, CULPA, RESENTIMIENTO, REBELIÓN, QUE REFUERZAN LAS
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He ilustrado el proceso en el diagrama porque es muy importante que entendamos las relacion~s entre lo que oímos de Dios y lo que sentimos sobre El. Empezando por arriba, vemos las Buenas Nuevas tal como nos son reveladas en Jesucristo. Si tú le has visto, has visto al Padre (Juan 14). Aunque esta lista de las características de Dios no es completa, es suficiente para dar una idea verdadera de la bondad de Dios. Nótese que las líneas que descienden son rectas. Representan su veracidad: la verdad y la gracia reveladas en Cristo. A medida que vas leyendo hacia abajo, notarás que las líneas se vuelven torcidas y en zigzag. Esto significa que ha sucedido algo a la rectitud y veracidad de las Buenas Nuevas sobre Dios cuando pasan por las relaciones interpersonales no sanas. En cada caso, las Buenas Nuevas se han quedado deformadas en las Malas Nuevas y la persona percibe a Dios como lo opuesto de lo que es realmente. Comparemos la verdad del diagrama con la deformación. El Dios amoroso y que cuida se ha vuelto aborrecedor e indiferente. Muchas veces pregunto a los aconsejados -que ya me han dado su idea teológica de un Dios amantequé piensan ellos que Dios «siente» acerca de ellos. Con mucha frecuencia me dicen: «No creo que se interese mucho por mí; y no estoy seguro de que sepa que existo. Si es así, entonces no sé si está interesado en mí.» Contradiciendo la idea teológica, sienten que Dios es implacable, y que no perdona, guarda rencor contra ellos y constantemente les recuerda sus pecados pasados; que es un Dios legalista que lleva cuentas con ellos. Como en la canción infantil sobre Santa Claus: «¡Está haciendo una lista y la comprueba dos veces!» Algunas veces les digo a los que han tenido dificultades en describirme a Dios, que dibujen una imagen de lo que es su idea del mismo. Como se puede imaginar, tengo una colección interesante de dibujos. Algunos pintan un enorme ojo que cubre toda la página:
En qué forma las Buenas Nuevas pasan a ser Malas Nuevas
Dios está observándoles en to do atraparles en ~lguna falta rostros humanos aIrados, o a talones ag~za~os. .un joven .es que no p,?dla dI~uJ~r muy ble!1 ~e traena un dIbUJO de su DIO sId~d. Era e~tonces la temp tr~Jo una reVIsta con u':l dib vela a Scrooge (per~onaJe mu sentado tras un pupItre, con r una pluma de ave en la mano yor, de Debe y Haber. Frente a t~ba Bob Cratchett, pequeño, dIante, se_ñalando a Scrooge, e 11.!'~go, sen~lando ~ Cratchett: . pler;tSese bIen, un Joven estudI saco .una A en s~ clase de teol SIgamos el dIagrama. En v que es .pre~ecible en su firmez en su f¡de~Idad, muchos cristi mor y a~sIedad porque a nivel nen a DIOS como poco de fiar. asombrosa», hablan de ella en aun .dan testimonio sobre ella su VIda real y práctica viven te acep,ta y ama sólo a los que «e v~rslculos ~e la Escritura sobr sl~mpre esta con ellos, pero me D~os nunca parece estar allí d DIOS no e~, como dice la Esc buena dádIva y don perfecto» ( d~sea dar buena~ cosas a sus h bIen es un aguafIestas que se d aquello d~ que podrían gozar. p~rece qu.Itar~e tod0.10 que me vler~n baJo. la ImpreSIón de que la vI~ta enclmé;l, '>' así, tan pront alfUIe~ o se dlvlert~n mucho c y es dIC~: «RenuncIa a esto, pu voy a qUItar.» No ven a Dios como un padr
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bora y que siempre alienta a sus hijos en su desarrollo; o como un buen padre o madre complacido de cada paso que dan adelante en el crecimiento. En vez de ello su rostro parece criticar y mostrar desagrado. Es siempre la voz interior que dice: «Esto no es suficiente.» Así que se si,enten rechazados por Dios, que no son aceptados por El porque le son inaceptables, y, por ello, atrapados en un círculo vicioso de procurar complacer a un Dios imposible de complacer. Pasan a tener interés sólo en su ejecutoria como obreros. La deformación final todavía ha de llegar, porque, como ya he indicado en Hay curación para las emociones traumatizadas, estos cristianos generalmente sienten ira escondida contra Dios. Por tanto, llegan a considerar que Dios es injusto y parcial en sus juicios. Es un Dios injusto para ellos, pero trata a los demás con justicia. Es por esto que con frecuencia les hablan claramente a los demás de un Dios amante y explican el plan de la salvación por la gracia, pero son incapaces de aplicárselo a sí mismos. Llegamos ahora al punto culminante del asunto. Nótese lo que había causado la deformación de las líneas y la deformación del carácter de Dios: Relaciones interpersonales no sanas, especialmente las ocurridas durante el desarrollo en los años de la infancia y la adolescencia. Nótese en el diagrama que las líneas torcidas, en realidad van en las dos direcciones. Se dirigen hacia abajo desde las malas experiencias y relaciones, y también suben procedentes de las personas. Esto significa que lo que empezó desde fuentes externas se ha internalizado gradualmente. Ahora es la manera en que percibimos realmente a otras personas, a nosotros mismos y a Dios. Es una manera de vida. Podríamos asemejar estas condiciones a una especie de paranoia espiritual. Las personas paranoicas pueden recibir amor, afirmaciones positivas y torcerlas en insultos, rechazos y amenazas. De la misma manera, los cristianos con los receptores del amor dañados pueden recibir las Buenas Nuevas y transformarlas en Malas Nuevas. Es por esto que tienen la habilidad de prescindir de las promesas maravillosas de la misericordia, el amor y la
CIO y el pecado Imperdonable. cristianos entiendan verdader esto, no serán capaces de ayud m~tizadas. En realidad, les cau ma~ !os debes y la culpa al a espmtuales de la oración y le Finalmente, miremos las c la persona en el dibujo. El hec ber si~o.víctimas de experienci traumatlcas no nos excusa de n C!erta~ente, hay muchos fact vIda, mcluyendo nuestra natu tienden a producir imágenes d otros factores sobre los cuales guno: nuestra herencia biológi a~biente geográfico y cultl}ral, dias y traumas de la vida. Esto escogidos que, en muchos caso tura llama nuestras debilidade e~ el cuerpo, mente y espíritu smo que son más bien las car personalidad que nos predispo tos pecados. Son los puntos dé sas que socavan nuestra resist pecado. En el lado opuesto se halla escogidos: los puntos en que s mos escogido dar las respuesta al prójimo. Hemos albergado r ya propósito hemos decidido d nos ha traído temor y culpa y percepciones y sentimientos t que, por más que hayamos sid maldad de otros, nosotros tamb mos de aceptar nuestra parte e los problemas. Tenemos much tros, por nuestra parte, neces Sí, es un cuadro complejo; pero fundir, sino clarificar, ayudarn
gr~cia de Di?s 'j de modo sist s~Jes de la BIbl~a que subrayan
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El artículo de esta sección es el de un artículo de valor excepcional para clarificar nuestros conceptos de Dios (<<Will the Real God Please Stand Up?», Joseph Sica, Marriage and Family Living, agosto de 1983, pp. 18-21). Mr. Sica bosqueja las diferentes formas e~ que los hijos experimentan a sus padres durante los dIversos estadios del crecimiento. Luego, enumera algunos de los conceptos/sentimientos defectuosos de Dios que podemos desarrollar. • El Dios legal «lleva cuentas de todo lo que hacemos. Espera que perdamos el paso, tropecemos y vacilemos, para marcarnos como derrotados». • El Dios que captura, semejante a un Sherlock Holmes con gabardina y gafas oscuras. Como un policía secreto, siempre sigue a poca distancia. En el momento que hemos traspasado una línea, salta de alguna mata y grita: «¡Ya te tengo!» Es como un policía emboscado tras la esquina. Phillips escribe sobre esto en su excelente libro Your Cod Is Too Small. • El Dios vaca sagrada que, «sentado en posición de yoga entre nubes de algodón, espera ofrendas quemadas y homenaje cada día». • El Dios del filósofo, el «motor inmóvil» del universo de Aristóteles, distante, frío, «trascendente». Está demasiado ocupado dirigiendo los movimientos de las galaxias para ocuparse en nuestros problemas minúsculos. Como alguien le describe, está sentado silencioso en su despacho, meditando, pensando; en la puerta hay un letrerito: «No estorbar».
Así que ¿dónde está el Dios verdadero?
estas imágenes y sentimientos que deforman nues,ros conceptos de Dios. Porque, a pesar de toda nuestra entrega a las más rigurosas disciplinas cristianas, nunca hallaremos «justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo» (Romanos 14: 17) permanentes hasta que hallemos a un Dios que es como Cristo, la clase de Dios que, como Jesús, nos dice que ya no nos considera «esclavos», sino «amigos» (Juan 15:15).
¿Por qué estos conceptos tan perjudiciales? Piensa en personas. Es un principio bás nes interpersonales que las i tenemos de las personas siem que las vemos o nos relacion imágenes mentales de la gent que suponemos que ellos van nosotros, porque esperamos gen que tenemos de ellos. Nu determinan en qué forma va ellos. Por ejemplo, si creo qu cuando es, en realidad, un b cuando confío en él. Pero ta Si supongo que es un bribón honrado, entonces yo soy el q fío en él. En ambos casos yo la misma razón: a causa de la persona. Si esto es verdad respect nas, ¡cuánto más importante c lación con Dios! La mayor pa amar a Dios y confiar en El pr de Dios como no digno de a mayor parte de nuestra ira c dad, contra el verdadero Dios, cepto no cristiano o subcristi tador sobre todo esto es que y nos comprende. Él no está nuestra falta de confianza o n
Imaginándonos las relaciones
• Voy a añadir otro: El D ro implacable que siempre exigencias, subiendo la apue antaño, sus órdenes asciende aún», «Más ladrillos, y ahora, del Padre Celestial de Jesús. padrino de la Mafia que insis
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bien, está triste de que nuestra imagen falsa de Él nos impida llegar a conocerle tal como es realmente. Su corazón se duele de ello más aún que el nuestro. Es por esto que anhela ayudarnos a hallar curación de las heridas que han contribuido a que ,tengamos conceptos/sentimientos deformados sobre El.
Una de las creencias más pr evangélicos es el llamado «t Santo». Este término teológi miento y la confianza internos mos hijos de Dios redimidos. dos, porque la Biblia habla de mas. Todos los seres humano cuanto han sido creados. Como dad, no tienen en cuenta barre tura, sexo o educación. Pero, e
La incapacidad de sentirse pe
Los conceptos/sentimiento llevan a las personas a varias pirituales. Algunos de ellos s de la necesidad de una cura cuando muchos de ellos está que consideremos por separad munes.
DIFICULTADES DE LAS DEFO QUE HACEMO
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fundo, la Biblia dice bien claro que no es un hijo de Dios cada uno de ellos. Jesús mismo describe a algunos como hijos del diablo (Juan 8:44). El ser hijos ,espirituales de Dios significa una nueva relación con El y requiere redención: perdón y nueva vida. La redención viene por la gracia, mediante la fe en lo que Cristo ha hecho por nosotros en su vida, muerte y r~s.urrección. y la seguridad que tenemos de haber recIbIdo redención no es dada por el Espíritu Santo que viene a vivir en nosotros. El texto más claro de la Escritura sobre este punto lo escribió Pablo: «Pues no habéis recib~do espíritu de servidumbre para recaer en el temor, smo que habéis recibido espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo da juntamente testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios» (Romanos 8:15, 16). Como muchos otros cristianos, yo había entendido mal este pasaje y durante muchos años pensaba que el testimonio era solamente la obra del Espíritu Santo que nos dominaba y nos cubría con la seguridad. Su testimonio sería tan fuerte que no podríamos por menos que conocer y sentir que éramos redimidos. Pero mi experiencia en el aconsejar me ha abierto los ojos para ver que el texto no dice esto, ni mucho menos. Dice que «Su Espíritu da testimonio juntamente a nuestro espíritu». Esto es, no se trata de un testimonio que el Espíritu da a nuestro espíritu, sino que la seguridad es dar un testimonio los dos espíritus conjuntamente. Su Espíritu (con mayúscula) da testimonio junto con nuestro espíritu (minúscula): el divino y el humano obran conjuntamente. Esto está en perfecto acuerdo con el principio bíblico de que siempre se necesitan dos por lo menos para ser verdaderos testigos (Deuteronomio 17:6; Mateo 18:16). Así que el Espíritu Santo y nuestro expíritu se ponen de acuerdo en crear una confianza interior de que somos perdonados y aceptados como hijos de Dios. Pero ¿qué pasa si nuestro espíritu ha sido traumatizado seriamente y no puede mantener su testimonio? ¿Qué pasa si la capacidad de recibir y percibir de nuestra personalidad está tan deformada que no puede
pensar/sentir que Dios es ~n puede pensar/sentir que El p hija? Debido a experiencias pa radas con los padres, miembr tros, cónyuges e incluso lídere cristianos tienen conceptos tan incapaces de ,mantener la seg relación con El. En el capítulo hecho de que los niños aprend ciones mucho antes de apren bras. Y los recuerdos penoso sanas con frecuencia claman en el aprendizaje de la nueva Es una verdad conocida desde lo concreto a lo abstra reales con las cosas y persona ceptos sobre ellas. Sólo de m términos de ideas abstractas c Así que conceptos como amor, y ser de confianza están basad con personas reales, particular tienen más importancia para de conceptos y sentimientos ba mismo fundamento para su e misericordia y perdón de Dios píritu. Las cosas que enseñamos a carácter de Dios son, sin duda, criar a nuestros hijos «en la di del Señor» (Efesios 6:4). Pero, do, esta enseñanza debería ser y clima en que el carácter de lo tos importantes con que ellos es gruente, o por lo menos compa Dios que les presentamos. Cu entre los dos, generalmente ve les y emocionales y personas dañados. Éstas son las que t mantener una seguridad siste de Dios amados, perdonados y Hay dos cosas necesarias p
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Otro problema espiritual común que puede indicar la necesidad de curación de los recuerdo~ es la incapacidad de confiar en Dios y entregarse a El. Gran parte de lo que se ha escrito sobre la dificultad precedente se aplica también a ésta. Sin embargo, un importante principio específico de esta incapacidad es que Dios nos creó de modo que no pudiéramos confiar o entregarnos a nadie de quien tengamos temor. Esto es una parte del sistema de protección divinamente implantado. En la presencia de lo peligroso o que causa pavor, nuestros sistemas de alarma entran en acción. Nuestro cuerpo produce sustancias químicas que estimulan nuestras defensas, y nuestra mente y espíritu avivan el paso. Esto es un mecanismo de supervivencia que Dios nos ha dado, de modo que no echamos a correr, cuan-
La incapacidad para confiar en Dios y entregarse a Él
mera una curación de la relación primaria que causó el pr~blema. Con la ayuda de un consejero o amigo de confianza, tienen que volver a los traumas que causaron los daños y hallar curación para sus recuerdos. Esto les permitirá librarse de las presiones penosas del pasado. Segunda, necesitan desarrollar relaciones de confianza. Esto empieza aprendiendo a confiar en el consejero o pastor. Pero debería continuar en el proceso de llegar a ser parte de una red de relaciones con otros cristianos en la iglesia o pequeño grupo de apoyo y sostén. Aquí pueden experimentar franqueza y amor incondicional y llegar a creer que son aceptados, aun cuando no sean aceptables. Cuántas veces Helen y yo hemos visto los comienzos de esta gran transformación durante unas sesiones de enriquecimiento del matrimonio celebradas los fines de semana, cuando un grupo reducido de cristianos hermanos y hermanas han envuelto a un individuo con una clase de amor incondicional que no había experimentado nunca antes. Muchos de ellos, más tarde, dan testimonio de que fue entonces cuando realmente se sintieron amados y perdonados; esta seguridad ha permanecido con ellos.
do vemos un oso gruñendo o u ir a abrazarlos, sino en direcci lamos, en el mejor de los cas aquello de que tememos no p Este mismo principio hace sible, que muchas personas se do pedimos ~ los individuos q entreguen a El, suponemos que mientos de un Dios de confia mejor para ellos y en cuyas ma vidas. Pero según el concepto que tienen en sus sentimiento que les pedimos que se rindan decible y pavoroso, que procur y privarles de la libertad de que si buscan el reino de Di estas cosas les serán quitadas interna de Mateo 6:33. Dentro de una persona e hay bastante pecado original y una lucha permanente en la en tad a Dios. Pero ahora estamo que hay una profunda ansieda ante la entrega, y detrás de est un concepto deformado de Di ble que esta persona se entreg obreros cristianos se den cuent var a estas personas traumati que van a aumentar sus probl Dios muy exigente, que siempr pueden dar y nunca les ayuda ras que les impiden hacerlo. Los pastores y consejeros tianos suspicaces que sincera Cristo, pero que se abstienen profunda ansiedad ante la ent cuál es el concepto/sentimient nivel profundo. Un hombre qu Escrituras me contestó invirti sús en Lucas 11:11, 12: «Creo mente siento que Dios es la cla
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La tercera categoría de problemas que pueden indicar la necesidad de la curación de los recuerdos dañosos se centra en las preguntas intelectuales y las dudas. Es posible que te preguntes por qué algo tan evidentemente mental se incluye en una lista de síntomas emocionales. Como ya he dicho, la Escritura habla
Preguntas intelectuales y dudas teológicas
le pida pan, me dará una piedra, y cuando le pida un huevo me dará un escorpión.» ¿Es de extrañar que tuviera dificultad para ha~er una entrega plena a Dios si esto es lo que creía de El? Cuando se profundiza en las razones que explican esta idea deformada de Dios, en general descubrimos una imagen de Él que se confunde o hace juego con una imagen de padres u otras personas importantes en su vida injustos, impredecibles y poco de fiar. El recuerdo de experiencias penosas en ellos es tan fuerte que ahora son incapaces de confiar en nadie en el sentido de entregarse a él. Si tú y la persona que aconsejas trabajáis juntos para llevar curación a los rechazos y resentimientos implicados en estos recuerdos, te hallarás en el camino para que descubra al Dios que es digno de confianza, amor y respeto. En vez de poner presión en los cristianos que luchan para que digan: «Procuraré poner confianza», es mucho mejor ayudarles a comprender y hallar curación para la verdadera fuente de su dilema. Entonces pueden decir: «Señor, confío en Ti, dentro de mi incapacidad para confiar en Ti o en cualquiera.» Esto no es simplemente un juego de palabras, sino un cambio importante en su centro de gravedad personal. Cuando este centro se mueve desde ser egocéntrico a ser cristocéntrico, se ha hecho un buen comienzo hacia la entrega a Cristo. Es el comienzo del arriesgarse a la clase de franqueza e integridad que Jesús aceptó y honró cuando curó al hijo del hombre que le había dicho con lágrimas: «Señor, creo: ayuda mi incredulidad» (Marcos 9:24).
de las personas en términos de particularmente evidente cuan convicciones, creencias y doctri dad básica, una interdependen mente y la voluntad. Dentro cada uno afecta a los otros. Est brea de ,que la fe implica toda l pensamIento y voluntad o acc halagamos a nosotros mismo nuestras creencias teológicas c nales, u.n asunto sólo para la pensamIento. Nuestras creencia tadas en gran manera por n nuestro modo de vida. ¿Has not enfermedades -incluso un sim afectan a nuestra fe, a nuestra tra paciencia, y a la forma en mos sobre Dios, nosotros mismo introducimos este factor del sen ligioso, se vuelve más intenso, nos vemos atacados por pregun cristiana. No es simplemente qu tra fe, sino que hay emociones a te que. abruman nuestra razón as emOCIOnes son tan poderosas sobreponerse a la fe. Con qué fr «Naturalmente, lo sé bien en la timientos son tan fuertes que n dudar de que Dios tenga interés a pesar de nuestros intentos de nos a. razones para nuestras cr emocIOnales pueden sabotear to y llenarnos de dudas. El mejor libro escrito recien de las dudas es In Two Minds, Varsity Press). Cubre todos los duda, tanto en forma práctica c pítulo titulado «Cicatrices de un cute las dudas que son purame origen. Describe el problema m hermosa ilustración. Imagínate
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como una persona que tiene un buen apoyo y mano firme, de modo que puede extender el brazo.y agarrar lo que quiere. Imagínate que esta persona tI~ne una herida abierta en la palma de la mano. El objeto que desea coger lo tiene enfrente, y su fuerza muscular es suficiente. Pero el dolor insoportable que resulta le hace muy difícil o imposible que agarre el objeto. . Esto es exactamente lo que ocurre a muchos cnstianos que tienen cicatrices emocionales sin curar. El mismo proceso de intent~r creer, ejerce una. gran presión sobre la herida emocIOnal, tanto que es msoportable. De hecho, las preguntas y dudas que parecen proceder de su cabeza surgen, en realidad, de algún trauma enterrado profundamente en su corazón. Algo ha sido dañado y deformado profundamente en sus co~ ceptos/sentimientos de Dios que ceden a la duda a fm de que no tengan que volver a abrir aquellas heridas profundas. William James, el padre de la psicología en Norteamérica, comprendió este problema claramente. Decía que las dudas religiosas y teológicas que estaban arraigadas emocionalmente no se pueden resolver por medio de la razón. Esto lo descubrí yo también muy pronto en mi ministerio. Como he trabajado en contacto con instituciones educativas durante la mayor parte de mi vida, las personas se me han acercado constantemente con varios «problemas intelectuales con referencia a la fe cristiana». Muchas de estas personas buscaban sinceramente la verdad y no he vacilado nunca en pasar horas ayudándoles'a alcanzar una fe razonable y defendible. Pero pronto aprendí a reconocer que c~n ciertas pers?nas, por importante que fuese la cantIdad de estudIo bíblico o de razonamientos teológicos, nunca podría disipar sus dudas y satisfacer sus preguntas. Como las dudas estaban arraigadas emocionalmente, incluso después de haber aclarado un aspecto de su problema, aparecía otro, y luego otro, y así sucesivamente. Y descubrí también una lista de problemas teológicos, bastante predecible en estas personas, que era: «¿Se pierden los paganos?» «La Predestinación: ¿elige Dios sólo a algunos para que sean salvos?» «¿Cómo puedo saber
si mi conversión es simplement a mí mismo?» Hay también m gunos de los cuales son pasajes de Hebreos (6:4-8; 10:26-31 y mente, hay esta joya predilecta ble. ¿Has tratado de convence que cree que lo ha cometido? S en general es una pérdida tota Para ciertos cristianos trau problemas intelectuales en ab emocionales que aparecen en traumas no curados que se han ceptos/sentimientos de Dios y mar parte de la forma en que sentir sus dolores. Como recue verdaderamente intelectuales ne las dudas enraizadas emocional sidades. Mientras estas necesid se hayan satisfecho y se hayan ridas, las dudas permanecerán. so llevar el dolor de las dudas q de los recuerdos traumáticos causaron. Ésta es una área important consejeros deben estar bien f modo, tratarán directamente y mo simplistas que no pueden a llevarles a una desesperanza estas personas quieren creer re más que nadie en el mundo. S el punto del que proceden las p creer, que no pueden correr el ri quedar decepcionados después este desengaño es lo que ya h atrás en sus vidas. Por ejemplo, ¿puede alguie mentado amor genuino, sino s chazo e incluso crueldad cuan mente que Dios le ama? ¿Puede cibido de una madre desagra correcciones y humillaciones,
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Como he descrito de modo extenso sobre el perfetcionismo en Hay curación para los problemas emocionales, no vaya entrar aquí en mucho detall~..No obstante los millares de cartas y llamadas telefomcas que he re~ibido de los lectores sólo refuerzan mi anterior convicción de que éste es uno de los virus emocionales más comunes que infectan a los cristianos hoy en día. No confundamos la doctrina bíblica de la perfección cristiana con su máximo estorbo y falsificación: el perfeccionismo neurótico. La perfección bíblica es un nivel de madurez y santificación en la cual nos es impar-
Problemas con el perfeccionismo neurótico
da a Dios y que, «por tanto, no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús»? (Romanos 8:1). ¿No hay que esperar que va a, gra~itar hacia .l~s textos de las Escrituras que ponen enfasls sobre el JUIcio como los que he mencionado de Hebreos? '¿Qué clase de preguntas teológicas se pueden e~pe: rar de una hija que dijo de su padre: «Nunca sabIa SI iba a abrazarme o a darme un golpe, y .nunca supe.~e qué dependía la diferencia.» O bien, la Joven qu~ dIJO: «Cuando papá salía por la puerta, nunca sablamos cuándo regresaría, si al cabo de horas, de días o de un par de años». O la que me dijo entre sollozos: «Me ta: paba la cabeza con la almohada y lloraba cuando mI padre me mandaba que fuera a la cama con él.>: Sin una curación a fondo, ¿cómo podían estas mUjeres realmente tener una teología adecuada de Dios como el Padre Celestial que nos ama y cuida de nosotros y nunca nos abandona? Sí estos casos son extremos, pero ilustran de modo claro 'el punto. No tod~s las p~eguntas y ~l;ldas teológicas son una señal de Increduhdad o rebehon. En muchos casos son síntomas de la necesidad de una curación profunda, interna. Sólo después que ésta ha tenido lugar estas personas son capaces d~ dar forma a sus doctrinas defectuosas y entender debIdamente las Escrituras.
tida, l~ santidad de Cristo por Espmtu Santo, de modo que una vida de victoria habitual el caso con nu~stra j~stificaci don d~ l.a gracIa de DIOS. E~ ,r y es baslcamente una cuestIOn de nuest~a manera de obra (obras), smo de la fe en la obr todas pa~tes en la Escritura s d~, este mvel de vida el objeti CIOn. La perfección cristiana muchos nombr~s, dependiend co. Por desgracIa, es llamada p elevada~>,.o la «Vida más prof del EsplntU», pero esto es de n?s p.arec7n estar contentos c VIda mfenor, superficial y lle ma para to~os los cristianos, luntad de DIOS para sus hijos perf7cci~n ~ristiana es la sana lencIa cnst.lana por aquellos qu de haber SId? aceptados y am agradar a DIOS y estar, en cua términos o condiciones. Aunque el perfeccionismo n se a lo que ~cabamos de descr mayor enemIgo de la verdade Porque e.l perfeccionista neuróti compul~Ivo y con~tante e~ hac en medIr su relacIón con El en o logros. Son creyentes que s más, no soseg.ad?s. La raíz ~e d concepto/sentImIento que tIene co~tentar. Su. Dios es un tiran mas, que reqUIere un obrar a l severo que no tolera la imperf expresa su desagrado y .no.s cu culp.a. Esto lleva a los cnstIano tergIversen la verdad, de man c,omportamiento ante Dios más a El. Colocan la conducta antes qu
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que la confianza, los logros antes que los dones, el obrar antes que la adoración, y la ejecutoria más alta que la relación. Se sigue, naturalmente, que los perfeccionistas tienen conciencias supersensibles y viven bajo la «tiranía de los debes». Intentan aplacar su ansiedad mediante falsa humildad y se rebajan y ponen énfasis en doctrinas y deberes, reglas y ordenanzas. Pero aunque constantemente se esfuerzan más, se ven llenos del sentimiento de culpa, asustados y sometidos a cambios bruscos de humor y depresión. Esto es debido a que la base de su relación con Dios es la ejecutoria, no la gracia. A lo máximo, hay una mezcla de los dos, como en los gálatas. Muchos cristianos de este tipo toman los mismos cauces de la gracia --el arrepentimiento, la confesión, la oración, la lectura de la Biblia y el servicio cristian<r- y los transforman en obras. Su intento es hallar paz interior y agradar a Dios leyendo capítulo tras capítulo, orando hora tras hora o aceptando otra tarea en la iglesia, pero nunca alcanzan ni logran lo que buscan. Por fin se encuentran en una trampa de la cual no hallan modo de escapar. ¡Se sienten literalmente «condenados si hacen y condenados si no hacen» algo! Ésta es la desesperación última del perfeccionista neurótico y lleva muchos cristianos sinceros a un colapso emocional o espiritual, o a los dos. Para hacer las cosas peor, estas personas tienen problemas serios con la soledad, porque carecen de relaciones. Como están seguros de que los demás les rechazarán (y Dios también) cuando descubran sus imperfecciones, con anticipación se vuelven hipersensibIes y reaccionan defendiéndose vivamente ante las críticas, y se quedan inhibidos en la comunicación. Todo esto, a su vez, empeora sus relaciones con los demás. Se preparan el terreno, sin intención de hacerlo, para el mismo rechazo y desaprobación que tanto temen. Como respuesta al círculo vicioso, su voz interior les dice, desaprobando: «Es tal como te dije: la gente no quiere aceptarte a menos que seas perfecto.» El círculo queda cerrado cuando reaccionan con ira y rencor hacia aquellos que «deberían» haber respondi-
do con aceptación y amor, fue todo el mundo queda incluido confianza, especialmente los ellos. Los cristianos sufren de va la perfección. Hay algo de esto te del proceso de crecer en Cri sido criados por los mejores pa ideal, tienen que luchar contr de Dios. ¡Nuestra propia peca gida como la no elegida, y S mentiras, ya se cuidan de ello! so sobre el amor de Dios es q de nuestras imágenes deformad tros hasta que gradualmente l como es verdaderamente. L nuestro peregrinaje espiritual de gracia. Sólo cuando experi dad a causa de nuestros much nalmente, al lugar en que po esta línea del himno «Roca de nada en mis manos, simpleme Sin embargo, hay muchos ridad moral y fiel disciplina, n mo y entran en la libertad y m de hacerlo, continúan orienta obras, y aun se hunden a nivel cionismo que hemos descrito. son cristianos desgraciados, q cotidianos en quieta exaspera darse cuenta crean una atmósf de amor condicional, exenta d infección mortífera a una gene Dios, no tiene por qué ser así tienen experiencia de la gracia en los niveles más profundos quiere conceptos/sentimientos tos, y a veces es imposible sin interna de aquellos recl!erdos imagen deformada de El.
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Hace algunos años una señora llamada Carrie vino para que la aconsejara, después de un sermón que yo había predicado sobre la necesidad que tienen algunos cristianos de curación interior. Era muy inteligente, atractiva, llena del Espíritu, y tenía mucho éxito en su profesión. Durante el sermón, el Espíritu Santo le había quitado el velo, de modo que se dio cuenta de una profunda ira por su parte contra Dios. Como Carrie tenía unos cincuenta años y había sido cristiana diligente casi toda su vida, esto le vino como un golpe inesperado. Seguimos nuestras sesiones regularmente durante varios meses, trabajando lentamente a través de varias capas de emociones reprimidas, hasta que finalmente el Espíritu nos llevó al lugar en que necesitaba curación. Los recuerdos se presentaban lentamente hasta la época en que tenía diez años. Era durante la 11 Guerra Mundial, y el hermano predilecto estaba en el ejército. Un día llamó a la puerta un oficial del ejército y les dio la terrible noticia de la muerte de su hermano. Los padres de Carrie quedaron desolados; su madre se encerró en su habitación varios días. Carrie, literalmente, tuvo que hacerse cargo de todo. Tenía que ser la más fuerte y hacerse cargo de las responsabilidades de la casa. Nunca tuvo oportunidad de expresar su dolor por la pérdida. Amaba a su hermano más que a nada en el mundo, y aunque ella también había quedado magullada, nadie se preocupó ni hizo caso de su dolor. En su corazón sobrecargado y abrumado se introdujo ira contra Dios por permitir la muerte de su hermano, y contra la familia por no permitirle expresar sus lágrimas. Ella tenía que ser a los diez años la mujer heroica, cuyas carencias no había necesidad de cubrir. Ahora bien, con estos recuerdos dolorosos hubo una oportunidad de expresar su pena. Pero vino también el darse cuenta de que, debido a lo sucedido entonces, se había vuelto una persona cerrada, más bien perfeccionista y muy exigente en su aspecto. El núcleo de su ira era éste: «Siempre me he visto forzada a hacer y ser
María y Rabboní
Éste fue verdaderamente el camino de gracia y libertad en la mayor hist?ria de reconoci 20:1-16), Carne halló a su Rab nueva relación. Quizá. sería apropiado ter u~a or~c~ón de San Agustín, VIda cnstIana tuvo que hacer f concepto equivocado de Dios.
Después de hablar c casa para com.er y, como mano . d~ un hbro. Esta W. PhIlhp Keller) y habí perdón de J?i<?s». Sin pe a leer. De subltO, no esta plem,ente, sino que Dios «E:stas perdonada.» Par pnmera vez en mi vida dad de haber sido perdo p.ara expresar el cántico r!or: la maravilla de hbre. El darme cuenta del tado ?e pensar en su re «¿Que hago ahora?» Us nada»; parecía demasia nalmente comprendí la e~actamente l~ respuesta DlOS ya lo habla hecho. P reprogramar muchas co creo que todo serán progr estoy en el camino.
algo que no soy realmente.» a la ~orma en que, percibía a que sIempre pareCla empujarl realmente. Con el pe~mlso de su carta en que descnbe el m ración:
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¿He de llamarte para que me ayudes, o. debo alabarte? ¿Es importante conocerte primero antes de llamarte? Si no sé quién eres, ¿cómo puedo llamarte? En mi ignorancia podría llamar a algún otro ente y hacerle objeto de adoración. ¿Te llamo, pues, a fin de conocerte? ... Ya sé lo que haré: te buscaré, Señor, pidiendo tu ayuda en mi vida. (Las Confesiones de San Agustín)
Es muy importante que los damente preparados para la apresurarse a ella sin saber re hacer, y cuáles son los puntos ca de magia, más bien que p tal como debe ser. Dios no hac pero sí tiene muy en cuenta la
La preparación del aconsejad
Hasta este punto hemos ve mentos de la curación de los re ré a describir las sesiones par en la forma en que las llevo. que los capítulos finales pue manual para los consejeros y sean usar esta forma especial d Como la sesión de oración es el voy a describirla con bastant próximo. Así que, primero, ec diversas formas de prepararla
PREPARACIÓ SESIÓN DE
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cipios. Obra a través de las leyes de la mente y el espíritu. Realmente, hay ciertos principios que gobiernan la curación y la oración misma. Es por esto que, casi en cada caso, tiene que haber un período de aconsejar que preceda y siga a las sesiones de oración. Ya al comenzar, explico a la persona que probablemente voy a darle trabajo para casa. Esto les hace comprender el hecho de que nadie (ni aun Dios) puede ayudarles sin su consentimiento y cooperación. La imagen del Espíritu Santo ayudándonos en nuestras debilidades (Romanos 8:26) es una imagen de participación por nuestra parte con Aquel que «se pone a favor nuestro en el otro lado» de nuestros problemas. El propósito del trabajo en casa para los aconsejados es ayudarles a ponerse en contacto con los recuerdos y sentimientos reprimidos que están causándoles problemas emocionales y de conducta. En el centro de todo el recordar está la asociación, porque las asociaciones son los enlaces por medio de los cuales nuestra mente recuerda las experiencias. Al recordar una imagen, recordamos otra, porque nuestra mente de alguna forma ha asociado las dos. Cuando los recuerdos son evocados claramente, hay la fuerte posibilidad de reexperimentar las emociones que originalmente acompañaron a la experiencia. Lo opuesto también es verdad. Esto es, si podemos experimentar ciertos sentimientos, existe la posibilidad de que los recuerdos asociados con estos sentimientos vuelvan a entrar en nuestra consciencia. Nos ayudará en este punto el recordar algunos de los hallazgos del Dr. Wilder Penfield, el renombrado neurólogo canadiense. Principiando en 1951, el doctor Penfield hizo una extensa investigación, durante años, en el cerebro y la memoria. Empezó con el hecho de que todo el sistema nervioso usa una ligera cantidad de corriente eléctrica para transmitir su información sensorial al cerebro, y el cerebro, a su vez, usa esta corriente para registrar y almacenar los datos. Penfield experimentó estimulando las áreas de la memoria del cerebro con pequeñas cantidades de electricidad y descubrió que cada experiencia que se ha teni-
do había quedado registrada c rebro. Tanto si podemos volve consciente como si no, está a memoria. Aún más importante para n timientos que acompañaron a la tán registrados en el cerebro. D dos de tal forma que no puede cuerdo de la experiencia misma más que la mera presentación gen. Es más exacto hablar de r Penfield siguió mostrando q cidad de revivir experiencias, l mos funcionar en dos niveles tiempo. Podemos ser conscient ambiente actual, ahora, y, al m de modo vívido una experiencia tido, como si estuviéramos viv por esto que los recuerdos tiene tros y nos proporcionan tantos tos de nuestras experiencias. que sentimos, sino que tendem ma manera ahora. El propósito de la preparac los aconsejados a volver a tra imágenes y los sentimientos de lorosos que han sido empujado fuera de su capacidad de reco oír, sentir y comprender lo qu ponerlo delante del Señor para decir de modo jocoso, sino en se lizó esto por medio de impulso Espíritu Santo puede hacerlo si a través de l~cturas, escuchar c corazones a El en meditación s tivar los recuerdos y capacitarn cuenta de aquellas experiencias nido interfiriendo en nuestro c
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• Relaciones con los padres: Enciclopedia de problemas familiares, Dr. James Dobson, CLlE, Terrassa. Respuesta a la comunicación en familia, Norman Wright, CLlE, Terrassa. Padres e hijos hablan del sexo, Samuel Vila, eLlE, Terrassa.
Después de varias conversaciones con los aconsejados, si me doy cuenta de que Dios me dirige hacia esta forma de curación interior, sugiero ciertas lecturas. Lo que recomiendo depende en gran parte de las áreas en que el aconsejado tiene centrados sus problemas. Para ayudar a las personas a abrirse y darse cuenta de sus traumas escondidos, estos libros pueden ser de gran utilidad: Cómo transformar la tensión mental en fuerza vital, Robert H. Schuller, CLlE, Terrassa. El Evangelio y los problemas emocionales, Vernon Grounds, CLlE, Terrassa. Manual de Psicología cristiana, Gary R. Collins, CLlE, Terrassa. Emociones. ¿Puede confiar en ellas?, Dr. James Dobson, CLIE, Terrassa. Los siguientes libros se aplican a áreas específicas de necesidad: • Concepto de Dios: El Dios de toda esperanza, Whihall Smith Hannah, CLlE, Terrassa. Dios no ordenó silencio, Christopher Christianson, CLlE, Terrassa. • Culpa, estimación propia insuficiente, depresión: Respuesta a la depresión, Norman Wright, CLlE, Terrassa. Manteniendo el equilibrio en un mundo de tensiones, Richard LeTourneau, CLlE, Terrassa.
Asignaciones de lectura y cintas para escuchar
Del mismo modo que el aco cu.cha cintas, debe tomar nota mIentos y recuerdos que se le pr portante que recuerde es esto: cante o demasiado tonto y que n P?rque aunque ahora parezca ni VIsta de un adulto, en aquel mo tante y fue causa de dolor. Quiz del recuerdo es este mismo pun taban para el niño en el mome
Asignaciones escritas
• Aborto o nacimiento de Derecho a vivir, derecho a m CLlE, Terrassa.
• Muerte de un hijo: Cinco cartas de consuelo, B Terrassa.
• Pena y sufrimiento por u Respuesta a la soledad, N Terrassa.
• Homosexualidad: Sexo y amor no son lo mis CLlE, Terrassa. y ¿adónde vas con el mun CLlE, Terrassa.
• Incesto y abuso sexual: Sexo y drogas, ¿adónde te pue kerson, CLlE, Terrassa. El acto matrimonial, Tim y Terrassa.
• Luchas para perdonar a Guía a la eficiencia personal, CLlE, Terrassa. Usted es algo especial, Bro Terrassa.
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El verdadero propósito de las asignaciones en casa es ayudar a la gente a darse cuenta de sus verdaderos sentimientos relacionados con sus recuerdos reprimidos. La trampa más sutil que hay que evitar en todo este proceso es «la parálisis del análisis». Esto ocurre cuando todo se convierte en un gran viaje que ha tenido lugar sólo a nivel de la cabeza. Es posible, en el curso de un extenso período de aconsejar, que los aconsejados describan con precisión clínica un pasado en extremo penoso. Pueden analizarlo todo en sus cabezas, comprender todos los problemas que necesitan solución, e incluso elaborar las soluciones en su cabeza. Pero cuando todo ha terminado, descubrirán que no ha tenido lugar ningún cambio. Todo era un juego fascinante espiritual e intelectual. Todo tuvo lugar en su cabeza, pero su corazón y su modo de vivir han quedado intactos. No quiero rebajar el lugar de la mente en nuestra curación. De modo sistemático he puesto énfasis en la idea bíblica de toda la persona, y ésta, sin duda, incluye nuestra mente. Tiene que llegar el momento de reprogramar los pensamientos y transformarnos por medio de la renovación de nuestra mente. Para algunos cristianos, es posible ir directamente a esto y ayudarles a comprender su pleno potencial en la vida en Cristo. Pero para otros, los obreros cristianos han de comprender que, esto no puede tener lugar hasta que pri-
Maneras de establecer contacto con nuestras emociones
dieron cuenta de lo que significaba para él, y esto es lo que le dolió más! Todo lo que venga a la memoria cuando se lee o escucha, debe ser anotado. Algunas veces es muy productivo llevar un diario durante este período. Para los consejeros que quieran aprender más de esta técnica, les recomiendo la obra de Morton Kelsey Adventure Inward: Christian Growth Through Personal Joumal Writing (Augsburg).
II?-ero hayan sido sal~adas sus c cIOnales. Cuando decImos a esta das que !o único que les pasa e n~ra eqUIvocada de pensar», o q VIr en la ~3:rne y reclamar la vid en e! E~pIntu», todo lo que hace sentImIento de culpa y ahincar Zó!1' .He pasad? muchas horas cnstIanos abatIdos que habían tentar ir por este atajo. Simplem no po.rque (alte deseo po~ parte de de. Dll}S., smo porque Dws no p pnnclpws e~ la empresa de volve los a la santldad. Como en el cas en el capítulo 8, sus emocione mente enterradas tienen que se día y tratadas debidamente. Por tanto, quiero poner énfa portancia de seguir perforando sentimientos sumergidos. Much tadas en extremo de h~cerlo; te el control de sus emOCIOnes, las rebral, siempre dispuestas a ana ber por qué... » es una frase que Todo lo que hace esto es reforzar tar sus sentimientos reales aún el cemento de s';1 personalidad. do ~ar:no.s trabajo para casa a l de mSIstIr co.ns~antemente en la que sus sentImIentos salgan a l En el curso de los años, mis e!1seña~o muchas ver~ades impo ndo me.to~os de reaVIvar las m !os sentImIentos congelados. En Joven la lectura corriente y Antes de vernos otra vez ella fue ~ías de vacaciones. Mientras est Impulsó a ir a buscar los viejos que estaban guardados en la buh sus fo~ografías en orden cronoló las pnmeras fotos en que era un
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te. Fue divertido, por lo menos de momento, hasta que empezó a descubrir un cambio marcado en las fotografías. Lo que al principio era un bebé alegre y siguió en una niña feliz, empezó a cambiar. La diferencia de su postura y su expresión facial era marcadamente ostensible. Había una especie de sombra y tristeza en su cara. Al poner las fotografías una al lado de la otra, se extrañó de la diferencia y al mismo tiempo comezó a temblar, presa de temor y ansiedad. Se habían ido agolpando recuerdos en su mente que hacía años que estaban enterrados. Eran recuerdos que no habíamos podido clarificar en el proceso de aconsejar. Ahora ella empezó a ponerlos en orden y pudo precisar algunas experiencias penosas de abuso sexual por una hermana lesbiana. Por medio de esta experiencia visual mediante las fotografías, no le costó mucho llegar al lugar de curación cuado regresó para seguir las sesiones. A partir de entonces he sugerido a otros que miren las viejas fotos suyas y de la familia, de la escuela secundaria o de los años de college. He comprobado que este uso de fotografías es muy útil en situaciones en que no podíamos empujar los recuerdos al punto en que había tenido lugar el trauma. El hacer viajes asociados con los recuerdos penosos puede también hacer volver las emociones enterradas. Ciudades en que se ha vivido antes, escuelas, y aun iglesias relacionadas con los recuerdos penosos, todos ellos pueden ser usados por el Espíritu para traer el dolor a la superficie. Una mujer divorciada, llena de un gran sentimiento de culpa y reprobación propia a causa de su vida pasada, me dijo que había ido otra vez al mismo lugar, el campo, en que todo había comenzado cuando era adolescente. Me dijo: «Conduje yo misma y estacioné el coche en el lugar en que lo habíamos aparcado aquella noche. Entonces fui al asiento de atrás, donde eché a los vientos el respeto a mí misma. Y allí, en el asiento del coche, lloré y clamé y pedí a Dios que me quitara el aguijón candente de aquellos recuerdos.» Hoyes la esposa cariñosa de un pastor, tiene un
Aunque los que t~man en s para casa pueden r~~llZar m':lch en ~eneral: la curaClOn obtemda satIsfa~.tona. El principio divin confe~lOn a otro y la oración en (SantIago 5:16}- pone énfasis ayuda ~e un consejero. Echa u ~el capItulo 7. Como las relacio t~~as, del pasado han deformado ClOn de algunas personas, se pu las rela~iones constructivas y sa nece~~nas para restaurar un sent cepclOn. Es por esto que una rela za co~ un consejero es con frec esenCIal. I?~fino al consejero como un Espmtu Santo. Hay que subra ayudante y temporal. Ayudante, p todo el aconsejar cristiano es ay hacerse maduras espiritual y em tante para entrar en relación di Santo, el Gran Consejero. Tempo dencia ~el consejero nunca debe nente. SI lo es, entonces el aconse parte del problema y no un me parte de la enfermedad, no la cu t:mporal hacia un fin, un objetiv cIa t?tal del Espíritu. Sin embar precIar la crucia~ importancia de proceso de curacIón. A lo largo d usado a algunos hombres como para llevar a cabo su obra, sino en la brecha», como sus intermed
Las sesiones para aconsejar
ministerio especial entre adoles ciadas que tienen problemas y n~eva vI.da. ¡Es verdaderament bIendo SIdo curado por Dios, ay
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al pueblo cuál es verdaderamente su carácter. Hay muchísimas personas que piensan como la niñita asustada, cuya madre intentaba consolar con la seguridad de la presencia de Dios. «i Esto ya lo sé -dijo la niña-; pero yo necesito a un Dios que tenga piel!» El consejero cubre esta necesidad. Para muchos aconsejados ésta es la primera vez en su vida que han experimentado una relación estable, de confianza y verdaderamente afectuosa (que acepta, aunque da lugar a confrontación). Así, el mismo ser del consejero es el comienzo de la curación. Pero el hacer del consejero es también de gran consecuencia. No es éste el lugar apropiado para entrar en instrucciones detalladas sobre el proceso de escuchar implicado en este procedimiento. Los que se hallan en el papel de consejeros -pastores, maestros de Escuela Dominical, obreros de varias iglesias o amigos de confianza- tienen que desarrollar el arte de escuchar. Por fortuna, es un arte que se aprende y puede mejorar en la práctica. Todos hemos tenido la experiencia de escuchar simplemente a alguien cuando nos abre su corazón y nos dice, con gran sorpresa por nuestra parte (puesto que nosotros no hemos dicho casi nada): «Muchas gracias; usted me ha ayudado mucho.» Lo que necesitamos es recordar que quizá nadie había tenido, hasta entonces, bastante interés o había dado bastante valor a lo que aquella persona quería decir. El modo de escuchar debe ser perceptivo, escuchar con los ojos, así como con los oídos. Observar los signos del lenguaje corporal: ojos lacrimosos, suspiros y tragarse la saliva, que literalmente procuran empujar hacia abajo, a sus escondrijos, las emociones que surgen, así como el sonrojarse o las manchas en el rostrq o el cuello. Escuchar las «bocas motoras», las que usan las palabras a fin de no poder sentir nada. Hay también la risa nerviosa, que es tan incongruente con lo que se dice; puede interrumpir o estorbar, pero en realidad es una señal de esperanza. Esta clase de risa muestra que la persona se está poniendo en contacto con algunas emociones profundas y no sabe qué hacer con ellas. La risa es la gran emoción aceptable de los
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norteamericanos: «1:0s niños v menudo no se permIte expresa vas. Pero siempre se puede reí por dentro». No temas confron gente y ayudarles a darse cue que tú recibes. Una parte impo se den cuenta es comprender el cen y hacen. Además, debes estar escuch po orando. Aunque te concentre que te están comunicando, en tI~nes que usar tu radar espir mI,sma onda», .s~a, discernir mas ~e .la senSIbIlIdad de tu pr e! espmtu humano que está en tIenes que ser receptIvo en oraCI Espíritu Divino. Recuerda, sin se~ humano fa~ible y necesitas mI1da:d de las Impresiones que que tIenen una línea telefónica Dios y usan sus impresiones co cont~pdentes. Con frecuencia te ocaSIOn en que un miembro de dar al gran p~edicador de Nu Par~er, y hall.a~dolo andando abajO en su oflcma, le preguntó: Parker?» Par:ker le co~testó: ~Es pnsa" pero Dws no la tlene!» TIen oraCIOn con el Espí.ritu, pe~o tam a p~~ba l?s espI~ItuS» (1. Juan h~esIOn o ImpreSIOnes son real Ierto que las cosas apresuradas Por otra parte, después de un dosa y en oración, no tengas mie dic?ciones. Repetidas veces he s esta ayudándome a discernir e blema real de alguien, pese a q bía mencionado directamente. y com.uniqué, aunque esto, a men se VIO que era el lugar en que re más la curación.
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A muchos pastores y legos se les pedirá que actúen como consejeros. Lo que aquí describo tiene por objeto ayudar a estas personas no profesionales a que puedan ser enlaces o eslabones muy importantes en la cadena de la curación. El aconsejar preparatorio para la curación de los recuerdos exige toda la sabiduría y técnica humana que sea posible adquirir, más el discernimiento del Espíritu. Es así porque con frecuencia intentamos ayudar a personas a traer a la memoria cosas que ellos realmente no quieren recordar, y a hacer frente a dolor o sufrimiento que ellos hace mucho que procuran evitar. Así que además de escuchar con cuidado y en oración, nuestras respuestas pueden ser decisivas en el proceso. Muchas veces los aconsejados no se dan cuenta de lo que dicen realmente. Los consejeros no siempre deben decirles directamente lo que ellos están escuchando. En vez de ello, deben ayudarles a apercibirse del verdadero significado tras lo que han dicho. Así, los aconsejados serán capaces de darse cuenta de lo que sienten y podrán orar de modo más provechoso. Cuando los consejeros recogen pistas importantes, deberían aprender a usar la técnica de la repetición o playback, de volvérselo a presentar al aconsejado a fin de que lo oiga de la misma manera. En el capítulo 11 he incluido la historia de la curación de Larry. Esto ilustra el uso de un escuchar cuidadoso y de playback en la ayuda a las personas a reconocer sus necesidades escondidas. El hacer o jugar papeles es otra manera de ayudar a la gente a alcanzar sus sentimientos. Preguntas como: «¿Qué te habría gustado decirle si hubieras tenido la oportunidad?», o «¿Qué habrías tenido ganas de hacer si hubieras tenido la oportunidad?» Si lo que quieres es averiguar lo que les habría gustado decir, es mucho más efectivo pedir al aconsejado que haga ahora el papel de la persona y que te lo diga directamente a ti. La tendencia del aconsejado es seguir usando la tercera persona: «Me gustaría haber dicho ... » Procura guiarle a que te hable directamente a ti, o, en todo
Tres técnicas: repetir, hacer el papel, y estimular
caso, a una silla vacía en la cu persona afectada. Así: «Papá (m me escucharas cuánto intento d «(El nombre de la persona), cre zando». A la gente no se le puede for ca de «hacer el papel de», sin modo natural de la conversació deroso para ayudar a comprend momento de la situación origi sorprenden del torrente de e brota mientras están hablando. botones de la chaqueta cuan arrastrado a hacer gestos violen tía durante el empleo de esta té dos valieron la pena! Hemos de estar constanteme cuerdos, significado y sentimie tantes. Tienen que ser propios a chados. Ésta es la manera psic mar la misma verdad de que h 5: no podemos confesar a Dios nocido primero en nosotros. E modo tan tenaz las personas n porque <<los cristianos no deben te los cristianos llenos del Espí realidad y es una forma de falta que el daño no sea sacado a la sible ser curado por Aquel que de la Verdad. El énfasis en el darse cuenta timientos no es simplemente u timientos» psicológica modern tarsis emocional, con lo que l mejor. Es la realidad, sólida c de la confesión, el arrepentimie labra confesar viene del latín, palabras, una de las cuales sig «hablar». Es decir, se trata de fesar es reconocer y decir ante Dios ya sabe y dice sobre ciert
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Cuando el aconsejado está listo, ha llegado el mo-
La preparación del consejero
Cuando se ha acordado que las cosas han llegado al final de lo que se puede obtener mediante el diálogo y las asignaciones para casa ya descritas, hay que decir al aconsejado que haga su asignación final: que el aconsejado haga una lista de todo lo que ha venido discutiéndose y sobre lo cual se ha orado, como la guía para la sesión de oración. Esta lista debe incluir los recuerdos más penosos y recurrentes que se ha visto causan los problemas principales emocionales y espirituales. Estas anotaciones no deben hacerse con gran detalle; basta con una frase breve para cada uno, de modo que sean recordados y se pueda orar sobre ellos. La lista debe ser tan específica como sea posible, en el sentido de que se mencione a las personas por su nombre, y los incidentes o actitudes y ambientes han de ser enumerados de manera apropiada. Un hombre llamó a esto la «lista negra». Cuando le pregunté por qué, me explicó: «Porque éstos son los que me han dañado tanto, que los odio y quiero eliminarlos.» Aunque esto era una exageración, creo que tenía la idea general de lo que debe incluir la lista final. Los aconsejados deben traer esta lista. La lista también debe ser reforzada por medio de la oración, para que haya un espíritu de buena voluntad con miras a seguir las directrices del Espíritu durante la sesión de oración.
La asignación final
das. Esto es lo que estamos ayudando a hacer a la gente por medio de nuestro aconsejar. Estamos ayudándoles a conocer la verdad que les hace libres por medio del darse cuenta y la visión penetrante. Mejor aún, ¡estamos ayudándoles a conocer al Hijo, el cual, con poder redentor y sanador, los hará verdaderamente libres! (Juan 8:32, 36).
mento para que el consejero p de oración. Primero, los consejeros d notas: lo que han anotado dura res, más todas las ideas e impr berse añadido como resultado sona en particular. Segundo, deben pasar tiem ción, pidiendo al Espíritu que nal y espiritual con el aconse pasar a ser uno con él en oraci en su pena, sentir sus sufrimien Después de esta oración pi sejeros deben ejercer su fe par sejado. La fe ha sido llamada ción santificada». Esto signifi uso de nuestra imaginación p sonas como sanadas y libres d su pasado; que las vemos cam como personas sanas y compl Finalmente, los consejeros energía emocional y espiritual sesión de oración. Una vez, I)1ujer, Jesús dijo que había se El. El barón von Hugel habla oración». Todo consejero sabe que puede resultar una sesión no es comparable con la energ ñar a la persona en una sesió ración de los recuerdos. Los c Dios la fuerza espiritual, emoc saria para esta experiencia. ¡P un momento, que van a neces
Empiezo explicando o recor conceptos de la oración que so
Explicación inicial
Por el hecho de ser la sesió tante, es esencial que esté bien quiere que se le dedique tiemp horario, sin prisa ni presión al no basta con hllllar un hueco e consejero, una hora por ejempl no debe estar ansioso por algu pera impaciente su propia cita, mité que está a punto de empe esta clase de libertad siempre horas para la sesión de oració Quiero seguir paso a paso de curación de la memoria. V de oración en detalle, instruye trando como si estuviéramos p aconsejado que ha sido prepar
CÓMO DIRIGIR DE ORA
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ción de los recuerdos. Le digo que Jesucristo es el Señor, y , por tanto, el Señor del tiempo. (Ver la sección «Aceptar a Cristo como ayuda actual», cap. 5.) Describe en qué forma Jesús va a retroceder en el tiempo con nosotros y va a tratarle en la situación presente tal como le habría tratado si se lo hubiera pedido en la situación equivalente en el pasado. Una vez más clarifica la razón de esto: «Los problemas no son realmente del adulto, la persona mayor que eres ahora. Así que necesitas retroceder al pasado y dejarle a Jesús que trate al niño en aquellos puntos que necesiten curación. Esto ha de ser así porque parece que estás atascado o amarrado a aquellas áreas que han sido traumatizadas. En cuanto sea posible, quiero que hables a Dios como si fueras todavía el niño (o adolescente, joven, adulto, lo que sea) que eras cuando sufriste este trauma en tu vida.» Explica luego: «Usaremos un tipo de oración conversacional, podríamos decir libre y fluida. Hablaremos con Dios de modo franco, tal como estamos hablando juntos. Nad~ de fantasía, ni florilegios, simplemente hablarle a El como si estuviera sentado aquí con nosotros. »Voy a permitirme interrumpir tus oraciones si creo que te sales del objetivo: por ejemplo, si hablas de modo negativo, diciéndole a Dios que eres muy malo, etc. O bien puede que te indique alguna nueva idea que dé luz o algún discernimiento del Espíritu. »Y tú debes considerarte libre para detenerte a mitad de la oración para mirar tu lista, hacer unapr~ gunta o compartir algo que el Espíritu te ha recordado, algo de lo que no te habías acordado hasta aquel momento.» Si los conceptos de Dios constituyen una yarte del problema de la persona, procura contribuir a proceso de visualización ayudándole a hallar su imagen más consoladora de Dios. Como va a hablar personalmente con Dios, esto es un asunto importante. Aunque parezca extraño, a menudo pregunto a la persona qué es lo que le será más fácil, hablar con Dios o Jesús. En muchos casos la contestación es como sigue: «Me siento
Siempre empiezo con una or una pauta establecida, esta ora tiene palabras semejantes a ést mos nuestros corazones sosega mento... Sabemos que Tú has e conversaciones, así que conoces mos dicho. Estamos contentos mejor de lo que nosotros nos mismos. »Necesitamos tu ayuda aho exactamente qué es lo que he nos has prometido en tu Palabr
La oración inicial del consejer
más cómodo con Jesús; creo q bien: «Jesús está bien, pero no Alguna vez la cosa es al revés más cerca, un poco más real. Di un poco más seguro, creo.» Si ha habido relaciones tra con los padres, evito usar el té aun cuando ésta es la forma us siempre una sesión de oración bía sido víctima de incesto. Hac de repente empezó a dirigirse a lestial». De súbito se paró y c ciendo: «¡Oh Dios mío, Tú sabe vez que te he podido llamar así! es mejor usar un término más Señor; pero he descubierto que la persona se siente más cómod como interlocutor en la sesión Deja bien claro cuál ha de oración. Han de hablar a Dios diciendo a ti, y que miren a la que tienen necesidad de hacerl digan a Dios lo que sienten, co periencia que describen, esto es cente o joven adulto estaba sinti
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Generalmente no pasa mucho tiempo antes de que el aconsejado empiece a orar. No obstante, si hay alguna pausa algo prolongada, tienes que estar preparado a esperar con paciencia y en oración. Si los traumas son muy específicos, los aconsejados suelen comenzar con algunos de los incidentes iniciales de la infancia. Si es más bien cosa de atmósfera o ambiente, con frecuencia principian con impresiones generales más tardías, y luego se dirigen a lo específico. Sin embargo, esto hay que dejárselo completamente de su parte: sea lo que sea lo más importante en su mente, aquello es el material con que empezar. Es imposible formalizar o regularizar este tipo de oración. Esta es una de las razones por las que muchos consejeros temen entrar en la curación de los recuerdos: no siempre pueden dirigir e! curso de las cosas y controlarlo, y e! contenido puede ser impredecible. Francamente, puede ser algo que cause temor, y los consejeros tienen que depender simplemente del Espíritu y estar dispuestos a lo que sea. Algunas veces el aconsejado tarda un buen rato
La oración del aconsejado
vas a enviar a tu Espíritu Santo para que esté realmente en nuestros corazones, para orar con nosotros a través de nosotros; incluso cuando no sepamos exactamente lo que hemos de decir, Tú vas a aceptar nuestros suspiros y gemidos y dolores y los traducirás en oraciones. Te pedimos que hagas esto ahora mismo: "Ven al corazón de Juan/María y ora por él/ella. Dale las palabras que precisa para orar y despierta los mismos sentimientos que necesita experimentar de nuevo. »"Ahora, Señor Jesús, quiero traerte a una niña/ años, llamada Ella/él quiere hablarte niño de a Ti sobre algunas cosas que le han causado mucho sufrimiento. Sé que vas a escucharla. Así que aquí tienes a ." »Ahora, , habla con Jesús y cuéntale todo lo que tengas en tu corazón.»
antes de empezar a orar. No ha tervenir y dirigir sus palabras que hablan de modo demasiad ma evitan hacer frente a los as durante la oración, no vaciles e a vivir las emociones originale El alentar y estimular son gítimas. Se pueden decir cosas no le dices a Jesús cuáles eran t ocurrió esto?»; o bien: «No ten tus sentimientos y tus palabra sobre estas cosas.» O si pare para mantener el control de s prisa alguna; sigamos un poco y deja que aparezcan las emoc mismo. Tengo la impresión d incluido en éste.» Si hay un mientos con suspiros y lágrima orando en silencio en tu coraz que el aconsejado comparte su dos con e! Señor es important que hacer las cosas con prisas. Algunas veces, si el Espíritu to profundo de empatía, debes trar en las mismas oraciones como si tú fueras el aconsejado, tros». Por ejemplo: «Oh, Señor sentimos, de veras queríamos «Estamos tan avergonzados y n bles que realmente queríamos estábamos airados contra Ti; el cíamos porque nos habías qui ella era todo lo que tenlamos» da al aconsejado e! valor para timiento contra Dios o contra amar, y para verbalizarlo de En otras ocasiones, si hay u las oraciones del aconsejado, e tiones y emociones haciendo «¿Qué es lo que consideras ese que te causó tanto daño y te
avergonzado sucio injusto atrapado rechazado inútil desesperado abatido hecho polvo traicionado
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No te sorprendas si, cuando los aconsejados vuelven a experimentar una situación, se comportan realmente como si fueran como entonces eran. Su voz puede hacerse como la de un niño, y llegar a decir y hacer cosas apropiadas a este estado de su vida. Asimismo, pueden expresar en palabras ahora lo que entonces no podían expresar o no se les permitía hacerlo. Como: «Papá/mamá, por favor, no me pegues, o no hagas esto.» También pueden aparecer preguntas dirigidas a la persona implicada entonces, o a ti, o a Dios, como: «¿Cómo pudo él/ella hacerme esto?» «¿Por qué me adoptaron cuando, en realidad, no me querían?» «¿Dónde estaba Dios en todo esto?» «¿Cómo podían hacerlo, si decían al mismo tiempo que me amaban?» «¿Cómo pude haber hecho una cosa semejante?» «¡Con tal que pudiera entenderlo!» Las preguntas representan muchas cosas diferentes. Pueden ser un intento de averiguar algo, entenderlo todo, o bien pueden ser controladas a un nivel puramente intelectual, de modo que nunca haya que hacer frente al dolor. O bien las preguntas pueden significar la expresión de los sentimientos más profundos: gran ira contra Dios, otros, uno mismo; o bien la pura agonfa de no ser capaz de comprender cómo pudieron tener lugar, en realidad, las experiencias penosas.
abandonado totalmente solo aniquilado presa de pánico como basura
bien: «¡Tengo la impresión de que hay algo más para sentirse aquí! ¿Hay alguna palabra distinta que el Espíritu te dé sobre esto?» Estas son las palabras que los aconsejados suelen dar como respuesta:
Una de las experiencias má den tener lugar durante la ora algo que no se había podido re Es posible que escuches comen puedo creerlo, nunca había re bien: «Es extraordinario. Hasta cordar nada de lo ocurrido an años, y ahora todas estas cosa para mí.» La nueva comprensi de los resultados más importan ción. Es entonces que el Espíri tros y nos impulsa con sus elec tando luz y poder de alguna f nuestro sistema nervioso y tra ciente recuerdos que habían si capas profundas del cerebro/m Romanos 8:27 describa al E~pí driña nuestros corazones». Est tural del Espíritu, el Gran Cons abrir nuestros corazones (ment sotros mismos. Muchas veces, aconsejar, el aconsejado y yo guir por el camino de alguna go, mientras orábamos, ha ap nuevo o ampliado que ha pas mostrarnos un camino, comfl finalmente nos ha llevado a ración. George vino a buscar ayuda de problemas emocionales y es ñan al perfeccionismo. Era se aprobación o desaprobación de estaba airado, y era impacient «cristianos profesos». Nunca se ble a Dios, y con frecuencia esta presión bastante severa. Acord ayudado con su gracia a hallar piada: cálida, mansa, compren ocurrir con los perfeccionistas,
Cuando surgen nuevos recuerd
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blema: tenía dificultad en aceptar este afecto y amor, aunque él la amaba verdaderamente y deseaba expresar este amor más que cosa alguna. Durante el aconsejar, compartió conmigo varios incidentes en que, como niño supersensible, había sido herido y a partir de entonces empezó a mostrarse huraño. Había una experiencia que perturbaba sus recuerdos. Cuando muchacho -unos doce años-, halló un montón de revistas pornográficas de su padre. Cuando habló de esto con sus padres, su madre se encolerizó en extremo, pero su padre simplemente se echó a reír. Más tarde su madre habló con él sobre ello en privado. Rebajó a su padre e hizo un sermón a George sobre los males sexuales, diciéndole que esperaba que nunca sería una persona con la «mente sucia como su padre». Cuando George hizo su lista, éste fue uno de los recuerdos traumáticos que había anotado. En la oración tocamos las heridas de la infancia, y él perdonó a sus compañeros y a otros que él consideraba que le habían rechazado. Cuando empezamos a hablar del incidente de las revistas, pudo perdonar a sus padres por su parte en ello y recibir el perdón por los rencores que había albergado contra ellos en este período de tiempo. Durante sus oraciones, sin embargo, se acordó de otras cosas que resultaron ser los recuerdos reales que afectaban a su vida actual y a su matrimonio. Por el hecho de haber reprimido él mirar aquellas revistas, se sintió estimulado sexualmente y, como resultado, se halló muy «sucio». El sermón de su madre había sepultado aquel sentimiento aún de modo más profundo. Esto fue el principio de una actitud en que, incapaz de aceptar su propio desarrollo sexual, se había vuelto en extremo gazmoño sobre el sexo, que le hizo asumir una posición de extrema crítica hacia los otros. De repente, recordó la forma cruel y anticristiana en que había tratado en la escuela secundaria a una chica adolescente que quedó embarazada. Ella le había tenido como un amigo cristiano y buscado con ansia su ayuda, pero él la rechazó de forma farisaica. Recordaba también varios otros incidentes semejantes a éste y empezó a ver la verdadera naturaleza de su perfeccio-
Como ya hemos dicho antes ción de los recuerdos es el retr Señor y pedirle que nos cure tiempo y necesidad específico capítulos de mi libro Dejando niño, escribí sobre esto en tér rias ilustraciones del ministeri queño que llevamos todos dent den hacer mejor su trabajo lo dantes temporales del Espírit rante estas sesiones de oración sejados han compartido sus Dios, que nosotros los consejer modo mediato. Nuestras oraci sús, pidiendo su intervención di nadora. Debemos pedir a Jesú sente con nosotros en los recu a vivir, que ministre al acons necesidad particular del mom Por ejemplo, supongamos q blado a Dios sobre experiencias rechazo. En el incidente hay u da y la persona se siente inútil. no de emociones y deja de orar
Dejando a Cristo que ministr
nismo crítico. Se dio cuenta, podía aceptar y gozar del amo posa: había estado apegado a superioridad moral remilgada, mejor cristiano que ella. Con e penetración de visión, pudimos gar de la verdadera herida y r da. Sólo fue necesario seguir c y reprogramación por parte de un cambio notable en su vida nial. Y todo ello fue hecho posi píritu había puesto a la luz, d ción, algunos recuerdos reprim
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Éste es el momento oportuno para que el consejero ore, usando la imagen de Jesús bendiciendo a los niños pequeños: «Señor Jesús, Tú, que tomaste a los niños pequeños en tus brazos, haz esto ahora con , uno de tus hijos que sufrió heridas muy profundas. Que .......... esté sentado en tus rodillas y pon tus brazos alrededor de él/ella. Dile a cuánto le amas y cuánto te apena que .......... haya tenido que sufrir tanto. Muéstrale tu aprobación para que sepa que estás complacido con él/ella ahora.» Otra hermosa imagen bíblica de Jesús que es de gran ayuda en ocasiones semejantes es la del Buen Pastor. Puedes orar: «Señor Jesús, Tú, que eres el Buen Pastor, prometiste tomar a los corderitos en tus brazos y darles tu protección y amor. Haz esto ahora. Deja que sienta tus brazos alrededor de sí, en tu cuidado tierno y cariñoso. Como un buen pastor limpia y venda las contusiones de sus corderitos, limpia y suaviza las heridas de » La idea básica tras estas imágenes es poner de relieve un aspecto particular del carácter de Cristo frente a las necesidades específicas del aconsejado en aquel momento. Así que, para los sentimientos de rechazo, visualizamos a Aquel que sabe lo que es ser «despreciado y rechazado por los hombres», y que lo dejó todo para cuidar a la gente en sus necesidades. Si los aconsejados están abrumados por los terrores de la soledad y el abandono, nos i~aginamos a Cristo que nos comprende, puesto que El fue abandonado por todos sus discípulos, y aun experimentó lo que es no poder sentir la presencia de Dios, como cuando gritó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Cristo comprende los sentimientos de soledad tan bien que promete no abandonarnos nunca ni dejarnos huérfanos. Cuando la persona está llena de las emociones confusas que acompañan los recuerdos de abuso sexual, o la culpa y vergüenza de pecados sexuales, nos imaginamos a Jesús en toda su pureza. Él es puro, pero no remilgado; sin pecado, pero no critica. Para las experiencias dolorosas de la infancia, pedimos el tierno y
Llegamos ahora al tema del culminante de la curación de l el sentido de perdonar y ser p que exagere su importancia e ción. Es en este punto que tien chas en la oración y donde los mayor parte de la energía esp donde los consejeros se sentirá dos a abstenerse, a no hacer n precisamente, que la batalla s Veamos la cosa más de cerca. No cabe duda que el perdó cuanto a las relaciones en la B to a todas nuestras relaciones nosotros mismos. Con frecuen cia y de nuestra salvación c
El perdón: El corazón de la c
puro abrazo de Cristo; el susu restaura el sentimiento de pu cias en las cuales ellos tienen l mos que Jesús ponga su braz diga sus palabras no condenat mos un rato arrodillados ant purificación y limpieza que r de virtud y respeto propio. Para los que luchan con re padres, maestros u otros cris desaprobadores, nuestras orac Jesús levantándolos de su posi se encuentren de pie): erguid demos escuchar que Elles dice rido hijo/hija, en quien tengo Sólo hemos escarbado la aplicación de este principio de te figuras apropiada~ de Jesú mas específicos, y a El minist cial, basada en su ministerio r sentan los Evangelios.
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Esto es verdad en el sentido de que no hay condiciones de mérito personal que puedan cubrir a los seres humanos. No hay nada que podamos hacer nosptros para poder ganar o conseguir la gracia de Dios. Esta nos es dada gratuitamente, como el don de su amor. Pero, en otro sentido, el perdón es condicionado por nuestra respuesta. Es todavía incondicional, porque la misma capacidad para responder depende de su gracia. Sin esta gracia preveniente o precedente, no seríamos capaces de decir ni sí ni no a su oferta. Pero Dios nos ha creado de tal forma que el perdonar es básico ~ nuestra respuesta al don de su gracia. Parece que El nos ha hecho de tal forma que, a menos que nosotros perdonerp.os sinceramente a los demás, hacemos imposible q\}e El nos perdone. No imposible en el sentido de que El retira su oferta de perdón hasta que primero perdonamos nosotros, no; porque, en un sentido, como afirma Pablo en 2.a Corintios 5:18, 19, Dios ya nos ha perdonado todos nuestros pecados mediante la muerte de Cristo en la cruz y nos o,frece su perdón gratuitamente. Es imposible porque El nos ha hecho psicológicamente de tal forma que no podemos recibir su perdón a menos que nosotros perdonemos. Esto queda bien claro en todo el Nuevo Testamento, y es la única condición sobre la que el Señor enfatiza una y otra vez. En su oración modelo en Mateo 6:12 afirma Jesús: «Perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores.» Y en su comentario a esta oración explica: «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas» (Mateo 6:14, 15). En Mateo 18:23-35 tenemos la parábola del siervo que no perdona, que termina en la cárcel, a la cual le entrega su señor. Jesús, entonces, hace esta aplicación a la historia: «Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano sus ofensas.» En Marcos 11 :25 Jesús puso otra vez una condición cuando dijo: «Y siempre que os pongáis de pie a orar, perdonad, si tenéis algo contra al-
Con el fin de no lastimar a perar a que mis padres ya no e para poder compartir los detal ción. Nací en la India; mis padr todistas, que sirvieron allí cua murió en 1981. Mi padre tenía con doce años de retiro, y, desp su campo de servicio, en 1984,
Mi experiencia personal de la
guien, para que también vuestr los cielos, os perdone vuestras Es evidente que Dios ha inc sumamente importante a la todas las relaciones interperson turaleza y carácter de Dios mi somos hechos a su imagen, est tros. Así que estamos hablando y psicológico básico. Toda exp recuerdos en la que he particip remos ser perdonados sin perd a Dios que infrinja su propia na no puede hacerlo y no lo hará. Lo esencial del perdonar es puesto tanto énfasis en ser sinc tos. Porque el primer paso haci los sentimientos de rencor y odio herida severamente, en genera persona que le ha causado el d tierra el trauma, también entierr estructurado nuestras personali podemos hacer esto y dejar así No podemos ingerir, digerir e i escondidos, como nuestros estó rir, digerir e incorporar pedaci bos casos vamos a sufrir much dos casos van a requerir opera ción de los recuerdos es una for espiritual.
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murió. Fue enterrado en su querida India. Siempre recordaré nuestra última semana juntos, cuando fui a verle a su cama en el hospital. Me sería imposible decir cuánto le debo. La vida santa de mi padre terrenal me hizo fácil creer en mi Padre Celestial. Pero mi madre y yo éramos distintos. Los dos teníamos un carácter nervioso, personalidades difíciles, y desde el mismo comienzo tuvimos dificultades para llevamos bien. Recuerdo los sentimientos ambivalentes de mi infancia hacia ella, sentimientos que nunca pude expresar o compartir con nadie. Vinimos a los Estados Unidos cuando yo tenía once años, y un año más tarde mis padres regresaron a la India, dejándonos a mi hermano y a mí al cuidado de una abuela cariñosa. Mi madre estaba lejos, de modo que ya no había problemas entre los dos. La experiencia de mi conversión trajo muchos cambios en mi vida. Sentí que había abandonado mis resentimientos, y mi nueva vida en Cristo me dio una actitud mucho mejor hacia ella. Siempre he sufrido de asma. Después de los trece y catorce años fue empeorando, y para el tiempo en que era estudiante de primer año en el «College Asbury», el problema se hizo tan serio que no pude efectuar los exámenes del trimestre de primavera. A pesar de muchas oraciones en favor mío, el asma siguió y yo la acepté como un defecto con el que tenía que aprender a vivir. A estas alturas era un cristiano entregado, que crecía, y durante los días del college entré en una experiencia y vida más profunda en relación con el Espíritu Santo. Me sentí intensamente llamado a las misiones. Así que, junto con una compañera del college, que Dios trajo a mi vida, cuatro años más tarde, con dos títulos y con un hijo, partimos como misioneros para la India. Nuestro trabajo fue bien durante los primeros diez años. Entonces, un día, cuando tenía treinta y cuatro, estaba leyendo un libro de Glen Clark, durante mi hora de meditación. El Espíritu Santo hizo que una frase del libro me quedara fija ante los ojos. Decía que algunas formas de asma eran causadas por resenti-
miento contra los padres. Me punto. ¿Era posible? Durante píritu fue quitando capa tras pecé a recordar algunos de lo dos contra mi madre. Eran p había pasado por alto; de hec dado durante años. El Espír que no había hecho frente a al sentimientos hacia Dios. Estu dres durante los años de la 11 ellos estaban en la India y y Ellos me habían dejado a lo otra vez hasta la mañana del Pero, al fin y al cabo, fue Dios a la India. Oh, yo lo había es tado bajo un aura beatífica cían: «¡Qué maravilloso, tus Por dentro, la verdad era que aquellos diez años de soleda nían a sus padres con ellos y pasar las vacaciones con ello En el transcurso de unos comuniqué estos pensamient mos y oramos sobre ellos. Yo y experimenté una limpieza/ mientos a un nivel más profu nocido nunca. Pero luego vin misericordioso es Dios! En que padecía de asma. Pero D y me dio algo que nunca me creer que no he vuelto a sufr Siempre he vacilado en c que algunos se precipiten a in cuado sus propias dolencias generalizaciones de mi caso compartir mi experiencia con píritu Santo te guíe a la verd parado para ti. La razón princ experiencia yersonal contigo lugar centra del perdonar y s ción de los recuerdos.
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la clase más sutil de resentimiento, una forma de resarcirse. El Espíritu me dijo que se lo entregara todo a Él. Algunos consejeros creen y enseñan que no puede haber verdadero perdón a menos que siempre vayamos al punto, confesemos a la persona nuestros sentimientos acusatorios e intentemos, con la persona o personas, una reconciliación inmediata. Creo que ésta es una enseñanza peligrosa y he visto que de ella ha resultado mucho daño. Dios tiene su horario perfecto para esta clase de resolución, si es que ha de llegar la ocasión. Para algunas personas, como vemos en la obra de Joyce Landorf Irregular People, es posible, que no llegue nunca. Dios nos pide que le demos a El confesión de nuestra buena voluntad par~ hacer la reconciliación, pero el momento propio es El quien lo señala. Mi pri-
hacerlo, deseo decirle una sola vez todas las formas en que ella me ha herido. Sólo quiero que sepa lo qUt; he tenido que pasar por causa de ella; esto es todo.» Esta es
Durante aquellos días de oración y lucha el Espíritu operó de modo distinto con los diversos aspectos de mi problema de resentimiento/perdón. • Primero, tuve que volver a considerar algunos de mis traumas específicos y estar dispuesto a renunciar a mis sentimientos de rencor. ¿Guardaba algún deseo secreto de resarcirme o vengarme en alguna forma? Al principio me dije: «Naturalmente, no.» Porque para entonces había llegado a conocer a través de otros familiares algunas de las tragedias de la vida de mi madre: un padre alcohólico que había pasado algunos años en la cárcel, y algunos otros traumas en la infancia. Podía explicar las causas de muchos de sus problemas neuróticos; pero explicarlos no es lo mismo que perdonarlos. Podemos maniobrar, a través de toda clase de diseños psicológicos, acerca de los que nos han lastimado, sin hacer frente al hecho de nuestro resentimiento contra ellos. Finalmente, me di cuenta dónde estaba mi problema verdadero. Naturalmente, yo comprendía su historial y, por tanto, le perdonaba. Pero pensaba: «Antes de
Ingredientes importantes del perdón
Pero tal como Dios nos ofrece
perdón y amor a cambio de la
mera lucha fue el perdonar de cional. .• Entonces .el Espíritu me mi mente. Me hizo ver que a p a a~umir plena responsabilida hacia. Hasta aquel momento h maravillosa, automática, para ba como un resorte, como las do. Cuando fallaba en alguna rio, matrimonio, vida espiritu ca decía: «Has fallado por la tenido. i Si ella no te hubiera h nido ningún problema; la cu Bueno, esto era un método Como puede verse, garantizab ro yo), en realidad, nunca ha truco podía mantener mi super feccionista. El Espíritu fue im real~ente la per~onas, que es funcIOnar. A partir de ahora, s Francamente, esto fue algo má • Apareció luego un terce fue más difícil. En lo más hond zón había escondido un punto una palanca con Dios. Si perd caba de ec~ar la culpa a otro y entonces DIOS se haría cargo de futuro me daría su amor y afec dispensado. ¡Aquí iba a tener u terior del Espíritu era suave, abandonar esta posibilidad? ¿ consigues? ¿Qué pasa si ella no te esta clase de amor? ¿Estás amarla tal como es, incluso si n te?» Esta era una rendición dol como si el Señor me hubiera ped Más tarde, cuando empecé lares e~ mis aconsejados, me di ba en Juego aquí. Era, realmen
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nal, así hemos de darlo nosotros a los demás. Las grandes palabras de Pablo en Efesios 4:32 me ayudaron muchísimo: «Antes bien, sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo.» Finalmente, puesto bajo la cruz, hallé la gracia para entregar todo derecho en el futuro: porque esto era también una forma de resentimiento al que no había renunciado. Entonces iba a dar mi perdón de la misma manera que yo procuraba ser perdonado, gratuita y plenamente. • Permitidme que añada un cuarto factor que he aprendido más tarde, durante el período de reprogramación. El perdón, como muchas cosas referidas a nuestro crecimiento espiritual, es a la vez una crisis y un proceso. Aquellos pocos días en la India fueron el punto de crisis cuando, mediante un acto de la voluntad, obedecí al Espíritu y perdoné. Pero hubo muchas ocasiones después en que volvieron los antiguos sentimientos, o cuando recordé algún nuevo punto en la «lista negra», y los sentimientos antiguos volvieron a levantar la cabeza. La crisis de perdonar realmente significa comprometernos a estar dispuestos a continuar el proceso siempre que sea necesario. He descubierto que los resentimientos son como todos los sentimientos humanos: son impredecibles y algunas veces pueden darnos un golpe cuando menos lo esperamos. A este respecto, los sentimientos de resentimiento son como los sentimientos de la pena. He mencionado la muerte de nuestro primer hijo cuando estábamos en la India. Diez años más tarde, suponía que todas las emociones de pena habían desaparecido. Pero durante un período de permiso mientras estaba en un viaje de la misión, entré en la cocina del hogar de un pastor. Su esposa estaba allí de pie, sosteniendo a un niño de pelo rubio en los brazos que se parecía muchísimo a nuestro hijo. Antes que me diera cuenta, ¡empecé a llorar! No nos conocíamos con anterioridad, así que la pobre señora no tenía la menor idea de lo que ella podía haber hecho para ser causa de una escena así. Yo
estaba tan sofocado que no pu comportamiento. Había puesto una barricada que yo no sabía dos de esta forma es posible que timientos. El perdón necesita ser reiter mucho mejor ser perfectamente do estamos luchando contra re Es mejor decirle sinceramente q entregarlos y ver que es impos sentimientos. Francamente, no sotros podamos cambiar nunca Lo que podemos hacer es admit ces darle nuestro consentimient bie. Nuestras oraciones al respect tes a ésta: «Señor, estoy afligido resentimiento y rencor, pero no cambiarlos. Así que te doy permi tú. No quiero estar resentido m sentimientos, voy a entregártelo niendo estos sentimientos más, y rie de sentimientos hacia las per viado, voy a hacer uso de ellos. A tamente, pero te pido que cambi Cuando hacemos esto, y segui tir rencor más, nos sorprende co bia nuestros sentimientos. Debe nuestros aconsejados, para que c timientos los asedien, Satanás n condenación y derrota. Quiero enfatizar otra vez en l los aconsejados al punto en que «Señor Jesús, por medio de tu gra cio a todos mis deseos de vengar Renuncio a ellos. Los entrego manos.» No creas que vaya a ser brá en este punto. Los aconsejad gamente: «Pero no puedo; simpl donarles. Sufrí demasiado.» Es decir entonces algo en un senti
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Algunas veces la batalla más grande consiste, no en perdonar a los que nos han herido, o en recibir el perdón de Dios por nuestros rencores, sino en perdonarnos a nosotros mismos. Ésta es otra área en que necesitamos «orar y no desmayar». Aquí también los consejeros tienen que poner énfasis en la voluntad de perdonarnos a nosotros mismos y en comprometerse a seguir haciéndolo. Hay que hacer oraciones directas a
Ayudando a otros a perdonarse a sí mismos
tan pronto como puedas, vuelve al lugar de oración. Estás verdaderamente luchando con principados y con potestades. Sólo el Espíritu Santo puede ganar la batalla. Así que persevera en oración hasta que te sea concedida la gracia para perdonar. El problema que tienen algunos aconsejados es que han hecho de su odio una parte de su misma personalidad. Han edificado su vida alrededor de estos odios y tienen dificultad para renunciar a ellos. Recuerdo a una joven, estudiante en el college, que compartió conmigo en detalle todos los agravios que le había causado su padre. Esta chica tenía en realidad de qué sentirse agraviada y usaba su capacidad de modo completo. Después de mucha oración en este sentido, de repente dio un salto de su silla y gritó: «Pero no puedo renunciar a mi aborrecimiento. ¡No puedo renunciar al mismo, porque es lo único que tengo!» Y aunque hablamos y oramos muchas veces, ella no renunció al mismo. Después de graduarse del college, la perdí de vista. Unos quince años más tarde, cuando predicaba en una ciudad distante, vino a verme una señora después del servicio. Luego de decirme quién era, me preguntó si recordaba la ocasión en que habíamos orado juntos sobre su aborrecimiento. Le aseguré que nunca la había olvidado y que me preguntaba qué le había sucedido. Ella me contestó con mucha tristeza: «Quiero decirle que usted tenía razón. Después de dos divorcios y un colapso nervioso, acabé comprendiendo que debía renunciar a mi aborrecimiento.»
este respecto. ~o vaciles en dec res pedir a DIOS ahora mismo perdonarte a ti mismo, de aba d~ ten~r estánda~es más elev DIOs mismo? ¿QUieres renunci narte? ¿Quieres pedirle a Dios no recordarle nunca las cosas cuerda?» Cuando un ac~nsejado pare creo que los consejeros deben e Cristo nos ha dado en Mateo protestantes hemos reaccionad t~licorromanos del confesonari dida por los sacerdotes. Al hac a uno de los mayores privilegi ~io: el ser ayudantes temporale mstrumentos para dar perdón. a~gunos tipo~ d~ pecado que re dien un sentimiento de perdón dios de gracia abiertos para no nión y la imposición de manos. con las personas que luchan c pod~r perdonarse, sentirse perd to siempre tengo a mano los e nión consagrados. He visto a i~mpir de modo milagroso en tiCipado de estos sagrados sím con el permiso de los aconsejad manos sobre ellos. En oración dad que Jesús mismo nos ha da en la tierra, estará atado en el satéis en la tierra, estará desata 18:18). Después de preguntarle conmigo en oración (v. 19), ter «Y, por tanto, , recibe c nado», o «Eres perdonado en e del Hijo y del Espíritu Santo». do, termino toda la sesión con de gracias por la curación que que puedan hacerlo, los acons estas oraciones.
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Después de la oración, antes que se vaya el aconsejado, tienes que hacer dos cosas. Señalar una sesión de continuación no más tarde de una o dos semanas. Hablaremos de esto en el capítulo final. Luego --esto lo he aprendido por experiencia-;- es necesario añadir algunas palabras de precaución. Esta ha sido una experiencia emocionalmente agotadora. Es como cuando se dispara un rifle o un cañón: es posible que haya un culatazo emocional y hay que contar con él. O bien es como si se le hubiera quitado algo al aconsejado y, por tanto, haber síntomas de supresión. Puede experimentar incluso síntomas físicos genuinos, una especie de náusea, dolor de cabeza, vómito, diarrea o fatiga y agotamiento. Es posible que si es una mujer dé comienzo al período antes de tiempo. Si están completamente exhaustos, que alguien les lleve a su casa. Tal vez no aparezca ninguno de estos síntomas, pero lo mejor es advertir de la posibilidad: ¡hombre prevenido, bien se defiende! Subraya el hecho de que los sentimientos negativos no son de fiar y puede que le den malos ratos durante unos días o una semana. Sugiere que deje tiempo para que estos sentimientos se posen y aparezcan otros positivos y más de confianza en su lugar. Asimismo, sugiere que no vuelvan a insistir sobre las cosas de que se ha orado, y que dejen al Espíritu que los sane a un nivel más profundo. Recuérdales que la curación de los recuerdos no significa que ya no van a recordar más aquellas cosas. Lo único que significa es que la punzada y el dolor que sentían han sido quitados de los recuerdos, de modo que éstos ya no tienen poder compulsivo sobre su vida. El aprendizaje y la reprogramación serán posibles ahora, y podéis trabajar juntos en ello, empezando con la sesión siguiente.
Palabras finales y arreglo para las sesiones de reforzamiento
El famoso sociólogo Vance tra atmósfera moral en la actu to sexual». Cuando alguien le p ba el té~mino «revoll;lción sexua revolucIón la gente tIene por lo ción en que se mue,:e, pero que andando en un deSIerto, no sa Todo pastor y consejero cristia exacti.tud de esta descripción. ~~nnmger, el respetado deca dIJO que en los Estados Unidos a ser tan común como el hurto Hay en las estadísticas un incre sexual de niños y adolescentes, razos fuera del matrimonio, las to. Hemos de añadir a esto el a homosexual. Los homosexuales del desmoronamiento de la m las familias. Muchos jóvenes, identidad sexual por no haber t
LA CURA DE LOS RECU TRAUMAS S
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No hay secretos guardados o enterrados con más cuidado en los subterráneos oscuros del alma que los secretos sexuales. Siempre me quedo asombrado cuando la gente me dice: «Nunca he compartido esto con otra persona.» Me pregunto cómo pueden haberse mantenido cuerdos y cómo, finalmente, han tenido el valor extraordinario de contarlo. Aquí es donde el consejero debe cultivar el arte del escuchar creativo en su grado máximo. Después de una larga experiencia, al-
Buscar sin curiosear
y materno para la masculinidad y feminidad, son arrastrados por el camino de la menor resistencia a las relaciones sexuales con otros del mismo sexo. Todo esto lleva a los consejeros un número creciente de personas que necesitan curación de los recuerdos penosos de sus traumas sexuales. Verdaderamente, vivimos en una sociedad saturada por lo sexual. Los que se ocupan del ministerio de la curación de los recuerdos tienen que estar preparados de modo adecuado para tratar el acoso y las manchas de estos sórdidos recuerdos. No es un ministerio fácil. No podemos ayudar verdaderamente a estas personas a distancia, protegidos por la barricada del púlpito, como no podemos sacar a alguien de una ciénaga sin ensuciarnos las manos. Hace años, cuando empecé el tipo de ministerio a que me dedico, un anciano y prudente consejero me dijo: «Seamands, hay dos tópicos que siempre verás que están de actualidad en tu despacho: Dios, y el sexo. No importa lo que hagas, nunca los verás mucho tiempo fuera de tu labor.» No me costó mucho descubrir que tenía razón. Lo que me costó más fue el descubrir algo más importante: o sea, que a menos que la persona consiga hermanarlos, ¡nunca estarán en paz el uno con el otro! Y en muchos casos esto requiere una curación a fondo de los daños causados por la experiencia pasada y un volver a aprender de manera decidida nuevas actitudes no deformadas.
Hay numerosas razones por sexuales pueden ser penosos. L tra sexualidad se halla en el m identidad. Nuestra masculinid
El conflicto de las emociones c
gunos consejeros desarrollan u algo que es sexualmente penos do por el aconsejado. Pero el cuidadoso en extremo en estim dirigir sin hurgar con curiosida a decirnos, pero no hay que d Tenemos que darles la segurid si nos lo dicen, y que los acepta como si no. Esto se consigue titud de espíritu que por afir gente se da cuenta de nuestra mear a la legua un espíritu de ¿Qué es lo que lleva a la gen sada la cual está dispuesta y pu nosotros? El saber que nosotro to con ella. A menudo he pregu por qué no había comunicado obrero cristiano, e invariable sido: «Oh, era imposible; no lo «Se habrían quedado asustados cho». He recibido a personas q y que yo sabía lo que querían estado andándose por las ram nunca me han dicho lo que te Velad y orad; observa y ora y ora. Pero no hurgues, no emp suprema que por su propia cu dan compartirlo con nosotros. do el proceso de curación. Una alta en nuestra presencia, no mismos tan plenamente otra una parte importante de sí mi nosotros manejemos con cariñ
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profundamente implicadas en lo que somos o como nos vemos a nosotros mismos. El daño causado en esta área tiene que afectar profundamente a nuestra estimación propia. . La segunda razón es que el sexo es una emoClón muy poderosa. Es tan fuerte que el plan de Dios permite varios años de crecimiento y desarrollo antes del comienzo de la pubertad. De esta manera nuestros cuerpos y emociones maduran de modo suficiente para poder manejar estos sentimientos poderosos. Uno de los hechos más terribles con respecto al abuso sexual de niños es el despertar en ellos estas emociones abrumadoras a una edad tierna y bajo condiciones tan terribles. Podría compararse a lo que sucede cuando se trata de hacer funcionar un aparato electrodoméstico de alto voltaje con un cable alargador de pequeño voltaje. El cable se calienta y al final empieza a arder. De modo similar, el abuso sexual produce un cortocircuito emocional que puede producir graves daños. Pero quizá la razón más importante de que estos recuerdos sean tan penosos es que los sentimientos sexuales pueden ser las emociones más contradictorias que los hombres experimentamos. Necesitamos ayudar a los aconsejados a comprender su propia confusión y tumulto interior sobre los traumas sexuales que han sufrido. Lo que han pasado puede que haya dado por resultado experimentar el sexo como una combinación increíble de deseo y de temor, placer y dolor, fascinación y terror. En una misma emoción hay una combinación contradictoria de anhelo compulsivo y desprecio culpable. Es por esto que los traumas sexuales no curados, arrastrados a la vida matrimonial, con frecuencia producen un terrible conflicto interior en que se desea el sexo, pero se aborrece al mismo tiempo. Cuando Connie y su marido vinieron para aconsejarse, no pude por menos de quedar bien impresionado por la pareja. Tenían mucho en que podían edificar: una fe cristiana inteligente y fuerte, empleos que les satisfacían, intereses y actividades comunes en abundancia, de las que disfrutaban juntos de modo auténtico. Había sólo una cosa en la que no disfrutaban jun-
tos: hacerse el amor. Bueno, verdad, porque, en realidad, di que Tim decía: «La extraña r pués del acto» perturbaba a a más gozaba Connie, más enoj pués. Connie decía: «No lo en si me volviera loca. He llegad mente después de haberme mo Ella había leído todos los l len la pena sobre el sexo en el es un don de Dios y no se sen varias sesiones con Connie a s a entender sus reacciones, al Nunca había compartido Con na, especialmente con Tim. años, uno de sus dos hermano envolverla a ella en el juego s hasta el final, pero sí hasta est guido en períodos intermitent mero de años. «Al principio yo realidad, no lo entendía y me hermano me hacía callar con Nuestra madre sufría una enfe me aseguraba que si yo lo de ataque fatal. Así que no dije na a aceptarlo. Y entonces... » Con peré. «Y entonces... » Una vez clinó la cabeza y echó mano de Hizo todo lo posible para de emitir sonido alguno, no podía ira. Se levantó, dio unos pasos qué ha de ser tan terrible? -g so. No es posible que yo hicie Me da asco.» Inquirí suavem pasó, Connie?» Yo sabía lo que taba seguro de que era ella la q Así que esperé, orando en silen terráneo de mi alma. Finalme en voz ronca, áspera, como si gazo en la espalda: «Empecé siguió con un gemido: «¿Qué
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Es muy fácil despistarse cuando se trata de los traumas sexuales de las personas. Naturalmente, la
Enfocando el trauma real que necesita ser curado
¡Con mi propio hermano! Le aborr~~ía por hacerlo y, , con todo, acabé deseando que lo hIcIera.» ¿Cuál era aquí el problema exactamente? ¿~or que este comportamiento «extraño» y contradIctono? ¿Dónde necesitaba la curación más profunda? Naturalmente, necesitaba perdonar a su hermano y acabar con el aborrecimiento que sentía por él. Pero el punto crucial era el perdonarse a sí misma por haber llegado al punto en que ella disfrutaba al hacerlo, a pesar del hecho de que lo odiaba y le odiaba a él. Antes de terminar descubrimos toda una serie de conceptos/sentimientos que necesitaban curación. Todos ellos producían conflicto interior profundo porque eran contradictorios de modo inherente, por lo que la empujaban a su extraña vida sexual de amor y odio. Ella sabía mentalmente que el sexo era un don bueno de Dios, pero también estaba llena de ira contra Él por ello: ¿podía haber pensado de alguna otra manera? A Connie le gustaban los hombres y se sentía atraída hacia ellos; pero al mismo tiempo se sentía enojada contra sí misma por no ser «bastante fuerte» para prescindir de ellos. y lo más perjudicial de todo era que Connie amaba a su marido y necesitaba el afecto y el disfrutar en sus relaciones sexuales juntos. Pero estaba enojada contra sí misma por necesitarle, y, por tanto, más enojada con él, puesto que siempre era ella quien mostraba su necesidad profunda de él y que se gozaba con él. ¿Parece confuso? Naturalmente. Lo es. Cuando Connie, finalmente, comprendió todo esto, pudo perdonar y ser perdonada. Entonces pudo perdonar al hermano por ser un pecador, y perdonarse a sí misma por el hecho de ser humana, y comenzó a dar gracias a Dios por su don del sexo. No tardó mucho en poder tener un matrimonio satisfactorio en todos los sentidos.
• Nadie hacía mucho caso para hablar de una serie de pr nos eran suyos propios; otros con su esposo. Discutimos mu algunos conceptos deformados Finalmente, tal como me hab también entró en el despacho. blemas referentes a sus respue hacer el amor. Éstas no eran rias como las que experimenta una compuerta del pasado des so libre de los sentimientos sex rias para impedir que su matri ellos esperaban y querían que Una gran cantidad se centr bía sucedido cuando Gwen t años. Ella había ido a pasar la sus mejores amigas. Hacia las hermano mayor, que tendría u introducido en su cama y. esta le empujó y dio un grito. Pron ban encendidas y sus ocupant natural, el hermano mayor se e se tapó con la sábana e hizo v mente dormido como un tronco de ella trataron de calmarla, intentaba contar la historia. Fi
parte sexual es importante. Re puntos específicos y sus emoci solutamente esencial. Pero mu tarsis de sacárselo del pecho n rar y cambiar de modo perman en la historia de Connie, con fr nivel más profundo que necesit que puede ser muy diferente d sexual del recuerdo. Los conse cesitan darse cuenta de lo intri tre estos traumas y asegurarse tratados en el proceso de curac siguientes hacen resaltar esta
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Hace diez años ya que hice todas aquellas visitas a su despacho. He deseado muchas veces compartir con usted los goces y tristezas, los dolores de crecimiento y las victorias que han teni-
la amiga llamaron a los padres de Gwen. Les explicaron que Gwen había tenido una pesadilla y estaba llorando y que lo mejor sería que fueran a buscarla. Los padres llegaron al poco tiempo y Gwen se fue a su casa con ella. Esta clase de incidentes es en extremo común y puede, ciertamente, aterrorizar a una niña sensible de esta edad. Daba la impresión de que esto era una cosa simple, y era evidente que éste era el recuerdo que necesitaba curación. ¿Qué fue lo que realmente había causado tal reacción en Gwen? Más que el trauma y consternación de lo que el hermano había hecho, se trataba de que nadie cn;yó lo que ella había dicho: ni aun sus propios padres. Estos aceptaron la explicación de la pesadilla. ¡Oh!, hasta qué punto las palabras ardían todavía en su memoria y la enconaban: «Después de todo, querida, son una familia tan buena, con un chico excelente. Esto, como puedes comprender, el chico no lo habría hecho nunca. Tienes que haber sufrido una pesadilla terrible. A todos nos ha pasado el tener por real algo que hemos soñado.» No hay nada más humillante para un niño que el que no crean lo que dice. Este es uno de los peores traumas que han de sufrir. A sus ojos es una injusticia pura. Están tratando desesperadamente de decir la verdad, pero las personas, a quienes quieren ser más veraces los acusan de decir mentiras. Gwen se sintió tan humillada que estaba enfurecida. Empezó una serie de respuestas no sanas. Su ira la empujó por el camino de un perfeccionismo puntilloso. Así que ahora tenía que haber una curación interna, seguida de varias sesiones de «quimioterapia espiritual» por una especie de tumor canceroso producido por la injusticia, el trauma sexual, la ira y un perfeccionismo criticón. Gracias a Dios, su Espíritu pudo curarla y continuar la curación. No hace mucho recibí esta carta de Gwen:
• Sofocado por el amor. L no llegaba a los treinta. No só me dijo una y otra vez que no t jeres. De hecho, aunque vivía c ca había sentido sentimiento a Al contrario, se sentía atraído tipo masculino. Sin embargo, consiguió reprimir estos senti cuando se hizo cristiano. Habí ca y dos de ellas se enamorar el noviazgo normal, con abrazo sintió tan incómodo con esta terminó rompiendo con ellas. todo de salir con chicas: tení que no podría satisfac~r las d Lo que le condujo a mI despac había ocurrido en el pastorad
do lugar desde entonces. idea de modo adecuado de plicado en mi «reprogra quería volver atrás las m empezar nunca la curació peleona (quizás usted no positivo de mi perfeccioni te! La mejor parte es que Dios me ha usado a mí pa nisterio hacia otros. Hem cesidades por todas parte lugar del mundo. Espero, el año próxi (título de licenciado) par zándome en gerontología vez en mi despacho cual que hace el autor: ¡Algo n si viaja por aquí, ya sab Nuestro pequeño David lindo. Es precioso. Suya en Cristo,
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cente, de carácter tímido y solitario, se había hecho amigo suyo y comenzó a ver en él una especie de padre y pasaba mucho tiempo con él. Algunas veces había ido a pasar la noche a su casa pastoral. Larry se sintió asustado por la fuerza creciente de sus sentimientos homosexuales hacia el chico, y se dio cuenta que debía buscar ayuda antes de que ocurriera algo que destruyera su ministerio. Nadie puede decir de modo cierto qué es lo que causa la homosexualidad. Parece que es una forma de comportamiento aprendido que resulta de la interacción de una serie compleja de varios factores. Sin embargo, entre los elementos comunes contribuyentes tenemos con frecuencia una pauta, un tipo de familia como la de Larry: una madre en extremo posesiva, dominante, combinado con un padre pasivo, más bien inefectivo. El padre de Larry había estimulado a su hijo para que se dedicara a los deportes, mientras que se oponía a Larry y a sus intereses intelectuales y espirituales. Su madre era en extremo afectuosa y le mimaba y protegía. Larry no sabía cómo darse cuenta del amor sofocante de su madre, que le decía que se sentara en su regazo cuando él estaba en el último año del college, echándose en la cama con él por las mañanas y abrazándole, arrimándose bien junta a él cuando guiaba el coche. Para asegurarse de que hiciera lo debido, nunca le dejaba realizar sus propias decisiones. En varias ocasiones en que él había cometido una equivocación en público, ella le regañó y lloró porque Larry había «lastimado sus sentimientos». No pude por menos de notar que varias veces Larry dijo con disgusto: «Parece extraño; a veces me trata como si fuera mi novia en vez de ser mi madre. Siempre me está diciendo que soy muy guapo y que tengo los ojos muy hermosos. Y la forma en que me da la mano cuando vamos en coche o andando por la calle, realmente me humilla.» No podía hacer notar a Larry lo verdaderamente enojado que estaba con su madre. i Ella había hecho tanto por él, y él era tan buen cristiano para sentir esta ira!
y entonces tuvo lugar un suc tomó parte en la boda de un a monia había experime~tado alg traños y abrumadores. Esta es l cribió la semana siguiente: «Cu votos, de repente me di cuenta d casarme; nunca podría decir est Cuando le pregunté por qué ra puesta asombrosa: «Porque nun otra mujer estando allí mi mad ¡Apenas pude creer lo que cuenta de que Larry no reparó Con sumo cuidado y vacilando l te entendí bien. ¿Puedes repeti ¿Podrías repetirlo?» Larry repitió: «Nunca podrí jer.» Yo esperé. Todavía no se cidí probar el método del pla «Larry, quiero que oigas exact cho. Dilo poco a poco, repiti~n labras.» Una vez más lo repitió por palabra: «No... podría... ca otra... », y de repente se quedó frase. ¡Hubo una larga pausa y dor! Entonces Larry se volvió e na. Era como si fuera un tarro lleno de zumo de tomate. El co cuello y subió lentamente por vio que era presa de un ataque a estallar allí mismo. Nos qued cio, porque él ya no podía dec nos pusimos de acuerdo en q~ vez al cabo de unos días. Le dI ción: «Larry, deja que te llene y lo que se te ocurra, escríbelo. Cuando volvió, Larry me c tres días en un acceso de ira. cuadro se le hizo evidente. D madre había usado aquella in ción y afecto para dominarl? de él lo que quería. Aunque el s
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tremo, estaba, también, emocionado por sus descubrimientos, de modo que los iba sacando de dentro tan rápido como podía: «Me es difícil explicarle lo que me está sucediendo. Pero ahora ya puedo perdonar a mi madre y dejarla. Puedo llegar a ser un hombre y no sentirme culpable más. Puedo vivir una vida independiente. Por primera vez puedo imaginarme casado: incluso sexualmente, ¡con una mujer!» Entonces me dijo que estuvo en un restaurante y se había encontrado con una chica que conocía, pero a la que no prestó nunca atención. La cara de Larry era radiante. «Hablé con ella y pasé un buen rato. Me sentí atraído hacia ella. Su cara era muy linda, y cuando me fijé en su talle la sentí estimulante. Antes de esto tenía miedo de que las mujeres me manipularan y me controlaran y sentía rencor contra ellas. Ahora siento admiración por ellas y disfruto con ellas.» Para entonces yo mismo estaba entusiasmado. «Larry, ¿crees que podrías pedir una cita a una chica?» Pero Larry ya me haqía adelantado. Se rió: «Mire, ya la tengo. ¡Para mañana por la noche!» Tuvimos un período de oración en que los traumas y los odios fueron barridos. Siguió la reprogramación, pero el cambio había sido tan tremendo que nuestro trabajo fue fácil en lo que faltaba. A los dos años Larry se había casado con una mujer cristiana excelente. Juntos están sirviendo al Señor en un ministerio provechoso. Larry me escribe de vez en cuando y en cada carta reitera su curación total y lo feliz que es en su vida de casado. ¡Ojalá que todas mis experiencias en el trabajo de aconsejar a personas que luchan con la homosexualidad fueran tan dramáticas y tan simples! No lo son, ciertamente. Algunas han sido las más difíciles a que he hecho frente. Requieren muchas horas de labor, curación y la ayuda de un grupo de apoyo cristiano antes que tenga lugar alguna transformación genuina. He hablado de la historia de Larry para subrayar una vez más el punto principal de este capítulo: cuando se trata de asuntos sexuales, hay que asegurarse de que se descubre la cuestión real a la que hay que hacer
frente y curar. A menudo los t mezclados con otros originados puede haber curación y cambio estos recuerdos son descubiert adecuado. El problema real co ciación o relación entre los dos. necesita gran sensibilidad al di ritu. • El amor traicionado. Bre sado muchas horas hablando j heridas que le habían sido inf Oscilaban entre una madre qu hasta el punto de que en una o hospitalizada, a un padre que h sexualmente cuando estaba en vez completada la preparación sesión de oración para la cura dolorosos y otros del mismo ti había descrito con detalle con que había sufrido. Como era t sexual fue especialmente dolo blado de este aspecto varias v era lo esencial del asunto. Pero ción su voz fue elevándose hast casi chillando en medio de papá, ¿cómo pudisteis hacer mucho. Y todavía os amo.» El era el dolor físico; era la agoní alguien a quien se ama. En m la cuestión clave es la traición Otra historia semejante. V ven que había acudido en busc rios ajustes defectuosos en su ver a un psiquíatra secular, el char su historia, quedó conve molestada sexualmente cuan negó, diciendo que no podía r le explicó que la mente es ca cuerdos que son demasi~do Vangy no estaba convencIda y «Tengo que oír esto de un con
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creerlo.» Le aseguré que era perfectamente posible y le mostré mis apuntes sobre el tema. Estudiamos en detalle la historia del -recuerdo reprimido de un asesinato, contado en el capítulo 3. Después de escuchar su historia, yo estuve de acuerdo con la opinión del psiquíatra. En realidad, fui más allá, puesto que me di cuenta de que no sólo no podía recordar los detalles del hecho de haber sido molestada sexualmente, sino que ni tan sólo quería. Sus recuerdos tienen mucho valor como ilustración. En dos incidentes específicos podía recordar hasta cierto punto, pero no más allá. La historia implicaba a un hombre ya de edad, su tío Arturo, a quien ella amaba con cariño. Rechazada, y casi abandonada por sus propios padres, Vangy sintió que este tío era la única persona que realmente la amaba y tenía interés en ella. Eran amigos muy íntimos y recordaba toda clase de cosas maravillosas que habían hecho juntos. Pero había dos nubes oscuras en el cielo azul de sus recuerdos. En una, ella recordaba su propio dormitorio en el piso de arriba. Podía describirlo en detalle preciso: el papel de las paredes, la localización de los muebles, las muñecas. Y recordaba que una noche cuando tío Arturo entró en su cuarto y... Siempre que hablaba de esto se ponía terriblemente inquieta y emocionada y no podía recordar más. La otra escena vívida era algo que ellos hacían juntos: ir a buscar zarzamoras. Vangy podía hablar minuciosamente del lugar, del bosque, los cestos llenos y el regreso a casa. Pero entonces se le ensombrecía la cara y experimentaba la misma alteración y temblor cuando intentaba seguir adelante. Recordaba su intención de correr con los cestos llenos de zarzamoras... y luego todo se volvía vacío. Después de escuchar y preguntar con sumo cuidado, hice algo que me permito con extrema rareza. Le ~ij~ lo que yo est~ba seguro había sido el final de cada mCldente. Le pedl que fuera a su casa y pasara varias horas forzando literalmente a traer a su mente lo que se negaba a recordar. Y que podía volver el día siguiente cuando yo escucharía «el resto de la historia». Ella protestó, pero finalmente estuvo de acuerdo. Dijo
Quiero agradecerle s Fue el gran final para mí cha. Usted fue el instru darme a conseguir la lib prometido. Y estoy goz que tengo que aprender
que se hacía cargo de que su s monio estaban a punto del co diera acallar este tumulto int Volvió el día siguiente mu dad, había forzado su mente a fin y el comienzo de los dos in más de lo que podía tolerar. mente, me describió todos los de tío Arturo con ella. Durante literalmente aquellos incident muy penoso. Pero había un ni cuestión verdadera. Cuando el fancia, ella sollozó con la voz Arturo, ¿por qué me has hecho yo tenía. Te amaba más que a Te amaba y confiaba en ti. ¿C cuando yo confiaba en ti?» El verdadero trauma, o p fundo, era la traición al amor de todos los desengaños y rech por parte de los adultos más finalmente había aprendido guien. Pero éste también llegarí esto que su mente simplemen toda la historia. No quería ten a quien ella amaba tanto. Cier xual había sido traumática. P era el perdonar esta traición y taurara la confianza en ella, intentar vengarse de tío Artu bres) a través de su relación mucho tiempo en oración ju una forma hermosa y notable. do recibí una carta suya:
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Hemos compartido varios incidentes que espero han pu~sto en claro la idea central de este capítulo: el estar SIempre alert~ por la cuestión más profunda, y que el trauma de ongen sexual es una parte importante, pero sólo. ~.ma parte. Lo conseguimos siendo sensibles en oraCIOn para captar el espíritu humano de la pers~ma que c~~parte sus problemas con nosotros, y gracIas al EspIntu Santo, que nos guía a toda la verdad. En el capítulo 5 me he referido a la investigación del do~tor James Pennebaker sobre la relación entre la confesIón y la. salud física. Un informe que da cuenta y pOJ.1e al corrIente de estos experimentos acaba de ser p~blIcado y es pertinente a nuestro tema. En The Lexzngton Herald-Leader, Lexington, Kentucky, 19 de enero de 1985, hay un artículo que dice: «Pennebaker ha
pero, oh, es magnífico el poder respirar el aire libre después del aire fétido de la prisión en que me encontraba. La libertad ha traído mucho deleite a mi alma. ¡Casi ha puesto a Toni en estado de shock, pero creo que podrá sobrevivir! . Me pa~ec~ .que no aprecio bastante lo que mi lIbertad sIgmfIca I?ara él. Después de haber pasado un rato excepcIOnal en nuestra unión física el sábado por la noche, él dio su testimonio personal en su clase de Escuela Dominical el día siguiente por la mañana. (Comentario del autor ¡Me gustaría haber oído este testimonio!) Yo n~ estaba allí, pero me dijeron otros que compartió mucho de lo que me había pasado a mí (no mi pasado, etc.) y que terminaron lJorando todos. Yo no le he visto nunca llorando. El no me lo ha dicho todavía, pero estoy segura de que me lo dirá. Me pregunto qué es lo que Dios está haciendo de todo ~sto en ~u :vida. Le doy gracias a Dios por su tr~baJo en I:?I vIda y en la de Toni. Yel trabajo de DIOS a traves de la vida de usted. Un abrazo y una oración para usted. En su amor, Vangy
encontrado que el efecto de lo res está especialmente marca sufrido experiencias sexuales t diecisiete años, personas que castigadas si hablan de sus se tado, Pennebaker dice: «Son que padecen toda clase de enf resfriados, gripe, dolor de esp cáncer.» ¡Lo que importa aquí es q nocimientos, la habilidad y l para ayudar a que las víctim les hallen sanidad total para ritu!
Uno de los obstáculos pri nuestra obsesión por lo inm instantáneo abarca gran par pensar cristiano. Tenemos te menos que la curación sea in por tanto, no es un «milagro» cientes y nos sentimos contr que queremos tardan. La verd a frenar nuestro paso, porqu el crecimiento y madurez esp de la crisis de la curación de l lugar el proceso muy importa o reprogramar. El resultado más destruct primidos y no curados es la mado nuestras percepciones uso de técnicas falsas para ha ra que ha sido quitado el ag cuerdos, todavía hemos de ha rea de buscar nuevas maner
REFORZA PRECAU Y CONCL
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Paul Tournier Charles Colson Joyce Landorf Norman Wright Gary Collins
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En estos autores hay una mezcla excelente de verdad bíblica, penetración psicológica y sentido común. ¡La mayoría tenemos necesidad de obtener tanto como podamos de cada uno de estos tres elementos si hemos de cambiar nuestras pautas neuróticas de vida! Los pastores y los consejeros deberían ayudar a las perso-
A. W. Tozer Bruce Narramore James Dobson Catherine Marshall C. S. Lewis Dietrich Bonhoeffer Earl Jabay E. Stanley Jones Larry Crabb Charles Swindoll
Dios, los demás y nosotros mismos. Pero ahora estamos en una posición mucho más ventajosa para realiza~lo. ¿Por qué? Porque tenemos una comprensión mas clara de algunas de las fuerzas que previamente nos estaban empujando a sentimientos y conducta que no podíamos entender. Es verdad que el poseer más luz no va a darnos, por necesidad, una nueva vida. Pero ~l te~e.r esta visión nueva y clara nos capacita para IdentIfIcar de modo más preciso los lugares en nuestra personalidad sobre los que hemos de orar más y ejercitar el máximo de disciplina. Tenemos que ver el cuadro total. La oración y la disciplina por sí solas no dan resultado para muchos hasta que primero han pasado por la curación de los recuerdos. De la misma manera, la sesión de oración para la curación por sí misma no va a dar resultado sin una continuidad en el esfuerzo terapéutico hecho con posterioridad. Para estas personas la verdadera salud total requiere las dos cosas. No puedo por menos q~e subrayar la importancia extrema de que los conseJeros y los aconsejados sigan juntos durante un tiempo prudencial. Será provechoso volver al capítulo 9 y repasar la lista de li~r.os recomendad?s. Muchos de ellos pueden ser muy utIles para cambIar las vidas y volverlas a m~ldear. Además de esta lista, puedo recomendar con ahmco muchos libros de los siguientes autores (algunos ya citados en ella):
Cambiar el modo de pensa ción transcribo un artículo qu que tienen dificultades para ción propia deficiente y pauta das, perfeccionistas. Contrast sa de percibir las relaciones y ceso de transformación med nuestra mente».
El cambio de nuestras pautas
nas a elaborar planes regular Biblia y la memorización. Otro recurso muy valioso pautas del pensamiento se hal de nuestra herencia evangélic de memorizarlos a fin de pod de la tentación y lucha, esto Algunos evangélicos tienen las oraciones escritas. Sin em bros de oraciones que han sid en la enseñanza de formas con los más útiles están las oracio Marshall. Quizás el mejor de llie: A Diary of Private Prayer. Muchas personas tienen n sesión de curación de los re nuevas relaciones por medio seno de pequeños grupos de donde la iglesia puede funcio po de Cristo que sana. Ciertas das que nunca van a ser com personas no van a ser reprogr algún grupo de apoyo que los son, y también tenga interés e lleguen a ser lo que deben. mayor necesidad durante el p admitir que no podemos hacer cibir el ánimo para arriesgarn de «ayudadores sanados».
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1. Soy una persona valiosa tanto si triunfo en ciertas empresas y consigo ciertos logros como si no.
1. Me gustaría ser aprobado, querido y amado por todos, especialmente por los que considero importantes para mí. 2. Debería poder hacerlo todo bien; si no puedo, es mejor no hacerlo en absoluto o esperar hasta que pueda. 3. Debo ser perfectamente competente y triunfar en mis empresas, antes de poder considerarme que tengo valor y antes que los otros lo piensen. 4. Realmente no tengo control de mi felicidad: está bajo el control de los demás y de las circunstancias externas. 5. Las exrerienciaslinfluencias de pasado no pueden ser cambiadas. 6. Sólo hay una solución perfecta/verdadera para cada problema: si no la Dios ha dado su opinión sobre mi valor. Salmo 8; Romanos 5:6-8. B. Dios considera el «éxito» de modo diferente que las personas. Lucas 10:17-24; La Corintios 1:25-31. C. Dios ha eliminado tanto la comparación como la competición y me pide sólo «fidelidad» en el ejercicio de mis dones particulares. Lucas 14:7-11; Mateo 20:1-16; 25:14-30; La Corintios 12:4-27; Romanos 12:6; Hechos 5:29.
YO MISMO Y LOS DEMÁS
YO MISMO
A.
Una lista parcial de supuestos bíblicos verdaderos y sensatos para reemplazar los absurdos. «Habiéndoos despojado del viejo hombre y revestido del nuevo» (Colosenses 3:9, 10) es parte de la reprogramación tan vital para la curación de nuestro perfeccionismo.
Una lista de las suposiciones falsas, absurdas y no realistas que contribuyen en gran manera a problemas de tipo perfeccionista, y que necesitan ser encauzadas si ha de tener lugar la curación.
EL PROCESO DE TRANSFORMACIÓN POR MEDIO DE LA RENOVACIÓN DE NUESTRA MENTE
1. Dios sól,? me acepta/ama cuando El puede aprobar todo lo que soy/pienso/ siento/digolhago. 2. Dios puede aceptarme tal como soy, pero sólo porque en el futuro nunca voy a pensar/sentir/decir/ hacer nada malo o equivocado. 3. Dios me salva con su gracia, pero sólo mantiene esta relación si le%ro/
DIOS
1. Los demás deberían cuidarme, ser amables conmigo, no contrariarme nunca. 2. Los demás deberían saber lo que pienso y lo que necesito/quiero, sin que yo se lo diga: si no pueden hacer esto, es porque no me aman/quieren realmente.
2.
1.
2.
encuentro, estoy hundido, perdido, seré destruido. 7. Debería poder hacer y tener felices a todos los que me rodean; si no, hay algo en mí que va mal. 8. Tengo la responsabilidad de enderezar lo que va mal en el mundo, resolver sus problemas, corregir todas sus injusticias. LOS DEMÁS
Y
YO MISMO
3. Dios, por medio de su Santo Espíritu, me da la seguridad de la salvación! vida eterna/cielo ahora: mi juicio tuvo lugar en la cruz. Mi único juicio futuro será para determinar la recompensa de los servicios, no mi salvación. Juan 3:36; 5:24; 1: Corintios3:1O-15; 1:Juan3:24; 5:6-13.
doy testimonio/sirvo bastante. 4. Dios tiene mi salvación definitiva en suspenso: ante el Gran Trono Blanco, Él me juzgará y entonces decidirá si debo o no recibir la vida eterna/cielo.
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y de igual manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Es-
Quizá la tarea más difícil después que nuestros recuerdos han sido sanados es volver a integrarlos en el conjunto de nuestra vida. La curación de los recuerdos no significa que ya no vamos a recordar nuestro pasado. Para empezar, esto sería negar el mismo objetivo que hemos procurado alcanzar con tanto ahínco: recordarlo todo, incluso las experiencias más penosas que habíamos procurado olvidar. Además, esto no sería escritural. La Biblia no nos dice que olvidemos nuestro pasado en este sentido. La curación de la memoria significa ser librado de la prisión de los traumas pasados. Recordamos, pero de una manera diferente. No podemos cambiar los hechos que recordamos, pero podemos cambiar su significado y el poder que tienen sobre nuestra manera de vivir actual. Esto es lo que procura hacer la fase de reforzamiento: ayudar a la persona a descubrir el significado y propósito de su vida. Repetidas veces hemos tomado Romanos 8:28 fuera de su contexto total. Hemos de recordar precisamente dónde aparece el gran versículo: sigue a los dos versículos sobre la curación interior que hemos citado con tanta frecuencia (Romanos 8:26, 27).
Volviendo a escribir nuestras autobiografías
DIOS
DIOS
Una palabra final con resp forzamiento. Deberíamos tra para ayudarles a aprender los curación de los recuerdos. Ent forma de terapéutica de la or un amigo íntimo. Los consejer rales del Espíritu Santo. Deben darse sin trabajo tan pronto c rido o la esposa, los amigos o l ben de alguna forma tomar su mino los cristianos deben apre
Aprendiendo a curar los recue
Una parte básica del proce cubrimiento de que Dios pued riencias nuestras más penosa nuestro bien y su gloria. Como no significa que Dios es el Aut sucedido. Pero sí significa que y durante las sesiones de refo las personas a volver a escr viendo y asignando nuevos si incidentes más penosos: los si obrar por medio de ellos. Las curadas me han dicho con fr usándolas ahora para llevar c sufrido experiencias similares han aprendido a decir lo que J «Vosotros pensasteis mal con transformado en bien» (Génes
píritu mismo intercede p indecibles. Y el que escu cuál es la mentalidad d forme a la voluntad de Di tos. y sabemos que todas bien de los que aman a mados conforme a su pr
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usado en ciertos tipos de problemas y de personalidad. Es especialmente útil y provechoso para las personas que han reprimido severamente sus recuerdos de experiencias muy penosas· y, por ello, se han encerrado dentro de sí y son incapaces de expresar sus sentimien-
ES UNA PANACEA PARA TODA CLASE DE TRAUMAS EMOCIONALES Y ESPIRITUALES. De hecho, en ningún caso debe ser
Desde el mismo principio hemos puesto énfasis en que la curación de los recuerdos es una forma de terapéutica espiritual, y sólo una. He escrito este libro con muchas vacilaciones. Mi mayor temor es que algunos van a intentar usarlo como una llave maestra, un curalotodo rápido y fácil para los problemas emocionales y espirituales. O que van a considerarlo una respuesta para toda clase de cosas. Quiero decir con la máxima intensidad: LA CURACIÓN DE LOS RECUERDOS NO
Precauciones y conclusiones
Hasta ahora hemos hablado de esta forma de curación interior como una clase de cirugía espiritual. Como padres, podemos aprender a usar en sentido opuesto esta terapéutica de la oración. Es decir, cuando nos damos cuenta de que nuestros hijos han sido heridos por los accidentes y traumas de la vida, podemos ayudarles a compartir sus sentimientos con nosotros y orar por su curación, realizando con ello una forma de terapéutica preventiva. De esta forma sus traumas y humillaciones no van a transformarse en aborrecimiento y rencor y podemos mantenerlos sanos emocional y espiritualmente. Son a centenares los padres que me han dicho que uno de los mejores resultados conseguidos en su propia curación de los recuerdos ha sido una nueva sensibilidad hacia los traumas de sus hijos.
La curación de la memoria como medicina preventiva
dos dolorosos directamente al Gran Consejero, el Espíritu Santo, y recibir su curación.
tos verdaderos hacia Dios, hac mismas. Como resultado se h traídas, e incapaces de forma terpersonales. En estas person das los «elegidos por Dios, pe ción de los recuerdos puede d de resentimientos enterrados, a de moverse hacia una madure espiritual. Sin embargo, no debe ser us personas en extremo emocionale gunas veces he empezado a quienes pensaba les sería nece recuerdos penosos. No obstant lista escrita, me han traído pág minuciosos e incidentes nimi personas demuestran que no t ciones reprimidos o enterrados samente el opuesto. Todo ha proporción y rodeado de toda cionales. Así que he tenido que nal y ayudarlas a aprender la emociones indisciplinadas y dí ciendo estragos en sus vidas. E de la curación de los recuerdo sirve para incrementar la falta ciones y puede resultar en u Puede literalmente causar m Estos individuos necesitan un t más racional. No necesitan a contacto con emociones inexpr hay que enseñarles a controlar nadas. Digo esto con la espera hacer de la curación de la m moda espiritual, un rápido cur Al concluir, nos damos cue una vuelta completa al círculo. rio y terminamos con él. Hay mos sobre la curación de los cosas que no las sabemos. Cie sultados milagrosos y bastant
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de muchas personas para alentarnos a seguir más adelante buscando más verdad por medio de ella. Hay, también, resultados negativos que hacen de esta terapia algo a manejar con precaución. Nadie ha sido capaz de sondear plenamente el misterio de la memoria, como tampoco entiende nadie el misterio de Dios, a cuya imagen hemos sido creados. Así que andemos humildemente delante del Señor, pidiendo a su Santo Espíritu que nos guíe a toda la verdad que no~ hace libres. Entretanto, usemos la sabiduría que El nos ha dado, en el espíritu de Moisés, que dijo: «Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta Ley» (Deuteronomio 29:29).