Info religiosa
“El Congreso me dejó el corazón lleno de AMOR” El XI Congreso Eucarístico Nacional se celebró en San Miguel de Tucumán del 16 al 19 de junio. Estuvieron presentes 300.000 personas en el Hipódromo de esa ciudad. Entre ellos, estaba Gabriela, una joven integrante de nuestra Comunidad Capuchina. Ella, tuvo la posibilidad de participar de la presencia de Dios en la Eucaristía.
E
n el marco de la celebración del bicentenario de nuestra Independencia, se realizó el XI Congreso Eucarístico Nacional en la provincia de Tucumán. El Cardenal Giovanni Batistta Re, enviado especial del Vaticano, celebró la misa. Remarcó que el Papa Francisco estaba presente en este festejo de la Iglesia Argentina. Durante la homilía el Cardenal Re, hizo hincapié en la importancia de Jesús-Eucaristía en nuestra vida, como sociedad y sobre todo, como argentinos. “Quédate con nosotros Señor…Quédate con nosotros, para ayudarnos a vencer el mal con el bien…Para ayudarnos a realizar una verdadera reconciliación de todos los Argentinos…Para ayudarnos a construir un mundo más justo, mejor y más solidario”. Además, dijo: “Este congreso es un fuerte llamado a acercarnos a Cristo y desde ÉL, y con Él, aprender qué significa ser cristianos. Es un llamado a no tener miedo a llamarnos cristianos y manifestar nuestra fe, afrontando con rostro descubierto la cultura dominante que quiere imponer modelos de vida sin Dios.” Mientras el Cardenal decía esas palabras, había una joven que estaba encontrándose desde lo más profundo de su corazón con Jesús. Gabriela Martínez, asiste al grupo Misioneros, y está en Catequesis como auxiliar en Capuchinos. Ella junto a su mamá viajaron desde Córdoba hacia Tucumán para participar del Congreso. Gaby, estudia en Córdoba pero es de La Pampa. Acordaron con su madre prepararse espiritualmente a la distancia. Establecieron días y horarios de sus días de cursado en la facultad de antemano para que no le coincidieran con el congreso. “Jesús acomodó todo, no tuve compromisos de estudio esos días”, dice Gaby. “Es una experiencia hermosa participar de un congreso. Los invitaría a todos a que la vivan, porque yo personalmente me encontré con Cristo Vivo y en la Eucaristía,
de una manera única y especial. Fue muy del corazón, de sentirte amado y de dejarte abrazar”, explica. Gaby cuenta que vivieron este congreso con alegría y entusiasmo. “Allá estábamos felices todo el tiempo, era la alegría de Cristo, era una alegría diferente”, comenta entusiasmada. La joven también cuenta que se emocionó durante esos días por las distintas actividades que iba viviendo. “Pero también se vivía mucha alegría, porque a cada uno de los que estaba allí, Cristo los había llamado por una misión en especial. Se sentía a Cristo en cada charla, en cada oración…”. Gabriela expresa que el congreso le dejó el corazón lleno de amor. Se sintió amada y se encontró con Jesús cara a cara. “Descubrí su dulzura y ternura. El congreso me sirvió para encontrarlo más como persona, más vivo”, dice. Entre emociones y risas, Gaby deja un mensaje a la comunidad, y es el de animarse a encontrarse con Cristo. “Jesús los espera, siempre los espera. Anímense a verlo en la Eucaristía, a encontrarlo y a transmitirlo a los demás. Los jóvenes somos la providencia de Dios en la vida de alguien. Es una gran motivación sentirse útil y necesario para otro. Todos tenemos una misión, pero esa misión sin Cristo y sin su amor, no llega a nada”. Gabriela Torres
JMJ
“Ustedes jóvenes, son la esperanza del Papa, son la esperanza de la Iglesia” La JMJ se realizará este año desde el 25 de Julio al 1 de Agosto, en Cracovia, bajo el lema “Bienaventurados los misericordiosos porque recibirán Misericordia” (Mt 5.7). Pero ¿qué son las JMJ? ¿Cómo nos preparamos?
S
in dudas, uno de los más hermosos regalos que nos dejó San Juan Pablo II son las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se celebran cada dos o tres años en distintas ciudades del mundo. En ellas, millones de jóvenes, de todo el mundo, cruzan los continentes para reunirse con el Papa. Las JMJ surgieron en 1984, en el contexto del Año Santo de la Redención, donde en Domingo de Ramos el Papa fijó un encuentro juvenil al que acudieron más de 250.000 jóvenes. Allí, les entregó una cruz que hoy es uno de los símbolos de las JMJ. En 1985, la ONU declara el año de la Juventud y aprovechando esto, Juan Pablo II volvió a reunir a la juventud del mundo en Domingo de Ramos en jornadas de catequesis y oración. Y a fines de ese año,
el Papa creó la institución de la JMJ y desde allí hasta la actualidad, se han celebrado en lugares como Buenos Aires, Madrid, Sidney, Manila, Toronto y Río de Janeiro. Las JMJ duran aproximadamente una semana. Durante las mañanas, hay catequesis con obispos; por las tardes, las actividades son variadas: está el Festival de la Juventud, donde distintos grupos musicales animan y regalan su música a los jóvenes; también está la Feria de las Vocaciones, donde distintas congregaciones en sus stands dan testimonio vivo sobre su vida cristiana. Durante la noche, se dan los encuentros con el Papa. El más fuerte de ellos es el Vía Crucis, donde, también, hay una adoración al Santísimo Sacramento. Luego el Papa habla a los jóvenes quienes se
quedan en la Vigilia esperando a la Misa de Envío; ahí, el Santo Padre anuncia el lugar donde se realizará la próxima jornada. Todas las jornadas tienen un lema que va a identificar no sólo a la JMJ, sino también, su preparación. Este año es “Bienaventurados los misericordiosos porque recibirán Misericordia” (Mt 5.7), y se enmarca dentro del Año de la Misericordia. Se propone que debemos llevar a Cristo en el centro de nuestro corazón, para aprender a verlo a Él en los ojos de nuestros hermanos, y así, poder ser misericordiosos como el Padre. Todo ello, nos permitirá poder dar testimonio de nuestra vida cristiana mediante la Palabra y las acciones (obras de Misericordia). Sin dudas, la JMJ es una de las experiencias de fe más grandes que una persona puede vivir. Es allí donde Dios se manifiesta a muchos jóvenes que no encuentran un rumbo. Es allí donde un joven tiene un encuentro personal con Jesús. Durante el transcurso del mes se va a comunicar si habrán actividades para seguir la JMJ en capuchinos, mientras tanto, acompañemos a los hermanos de la comunidad y a todos los que viajen con nuestra oración diaria y la Comunión a la distancia; pero unidos en Cristo a pesar de las distancias. "La humanidad tiene la necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a caminar contra corriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo la propia fe en Dios, Señor y Salvador." San Juan Pablo II.
Juan Pablo Manzur