Teorías Antropológicas

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TeorĂ­as AntropolĂłgicas

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Evolucionismo Los primeros escritores en el nuevo campo de la antropología propuso el evolucionismo cultural para tratar de explicar la diversidad de las culturas humanas. Su premisa fundamental es que todas las sociedades pasan por una serie de etapas evolutivas distintas. Encontramos diferencias en las culturas contemporáneas, ya que se encuentran en diferentes etapas evolutivas de desarrollo. Esta teoría, creada por Edward Tylor en Inglaterra y Lewis Henry Morgan en los Estados Unidos, colocó las culturas occidentales (europeas y estadounidenses) en la parte superior de la escala evolutiva y las culturas "menos adelantadas" en la parte inferior. Se creía que el proceso cultural evolutivo progresaba de las formas más sencillas (inferiores) a formas cada vez más complejas (superiores). Por lo tanto, las sociedades "primitivas" en la parte inferior de la escala evolutiva sólo tenían que esperar un tiempo indeterminado antes de finalmente (e inevitablemente) llegar a la cumbre (de civilización). Se suponía que todas las culturas pasarían por el mismo conjunto de etapas evolutivas especificada de antemano. (Ferraro & Andreatta 2012: 74­75).


La metodología básica de esta teoría fue la comparación de diferentes culturas para desarrollar generalizaciones con respecto a la naturaleza humana y la organización social. Antropólogos evolucionistas trabajaron principalmente en base a descripciones escritas de diferentes culturas, o conversaciones con otros, como viajeros, misioneros o trabajadores de servicios extranjeros; su investigación no se basaba en el trabajo personal de campo. Morgan identificó siete etapas de desarrollo cultural, desde los cazadores y recolectores en el nivel más bajo, a la civilización, que se definía en términos de culturas que tienen tecnologías complejas, tales como sistemas de escritura (Morgan 1877: 12). Esta teoría ha sido ampliamente rechazada por su etnocentrismo. Ferraro y Andreatta contrastan este punto de vista antropológico temprano con la explicación tradicional de su tiempo—"que a pequeña escala, las sociedades ágrafas se componen de personas cuyos antepasados habían caído de la gracia de Dios. Cazadores y recolectores, se ha argumentado anteriormente, poseen niveles simples de tecnología porque su degeneración les había hecho intelectualmente inferiores a los pueblos con mayor complejidad tecnológica" (2012: 74­75). Este punto de vista de las personas con menos sofisticación tecnológica como inferiores sigue siendo común hoy en día en la cultura popular, a pesar de que es rechazado por los antropólogos. Los que tienen este punto de vista suelen asociar el nivel de complejidad tecnológico con la posibilidad de complejidad en el pensamiento abstracto y el rigor científico. Esta teoría tiene un enfoque más filosófico que científico. También conduce a una visión determinista de que todas las culturas con el tiempo pasan de una etapa de desarrollo cultural a otro, visto como "superior" en la jerarquía de las etapas culturales.


Difusionismo El difusionismo es una teoría que sugiere que las características culturales similares no se basan en la suposición de innovación independiente para elevarse a un nivel más alto de evolución cultural, sino más bien en prestar invenciones desarrolladas en otras culturas. Ferraro y Andreatta lo describen de la siguiente manera: "difusionismo está basado en que los seres humanos esencialmente faltan de innovación. Según los difusionistas, ciertos rasgos culturales se inventaron originalmente en una o varias partes del mundo, y luego se extendieron a otras culturas a través del proceso de difusión" (2012: 74­75). Si bien la noción de préstamos de características culturales sigue siendo ampliamente celebrado, los primeros difusionistas la exageraron demasiado: Smith y Perry tomaron este concepto esencialmente válido al absurdo en sugerir que todo lo que se encuentra en el mundo en última instancia podría remontarse a los antiguos egipcios. Por otra parte, a pesar de que recopilaron datos históricos importantes, los difusionistas no fueron capaces de demostrar los centros primarios de invención. Los difusionistas tampoco fueron capaces de contestar ciertas preguntas importantes sobre el proceso de difusión cultural. Por ejemplo, cuando las culturas se entran en contacto unas con otras, ¿que explica la difusión de algunos elementos culturales pero no de otros? ¿Qué condiciones se requieren para llevar a cabo la difusión de un elemento cultural?


¿Qué determina la velocidad a que de un elemento cultural se extiende por toda una región geográfica? Además, los difusionistas no lograron proponer algunas preguntas importantes, tales como por qué ciertos rasgos surgieron en el primer lugar. A pesar de estas limitaciones, sin embargo, los difusionistas hicieron una importante contribución al estudio comparativo de las culturas: Ellos fueron los primeros en señalar la necesidad de desarrollar teorías que tratan del contacto y la interacción entre las culturas. (Ferraro & Andreatta 2012: 76). Al igual que los evolucionistas culturales, la metodología básica de los difusionistas era la especulación intelectual; su investigación no se basaba en el trabajo personal de campo. El difusionismo se puede resumir como sigue: "Todas las sociedades cambian como resultado del préstamo cultural entre sí. "Se utiliza un enfoque deductivo aplicando la teoría general de la difusión para explicar casos concretos de la diversidad cultural. "La teoría exagera la idea esencialmente válida de difusión" (Ferraro & Andreatta 2012: 76).


Historicisimo Americano (Particularismo El historicismo americano, una reacción al enfoque deductivo de las teorías anteriores, comenzó con el trabajo y la enseñanza de Franz Boas (1858­1942). Boas tenía una formación académica en las ciencias naturales de la física y la geografía, y rechazó la especulación filosófica de las teorías antropológicas de su tiempo. Creía que para que la antropología se convirtiera en una ciencia, sería necesario crear una metodología inductiva, desarrollando explicaciones teóricas basadas en la observación y el análisis de datos en vez de la especulación. Él creía que culturas complejas no se prestaban a las explicaciones exhaustivas de culturas enteras, como los evolucionistas y difusionistas tendían a hacer. "Boas y sus seguidores insistieron en la recopilación de datos etnográficos detallados a través de trabajo de campo y al mismo tiempo, pidieron una moratoria sobre la teorización" (Ferraro & amp; Andreatta 2012: 77). La formación de Boas en las ciencias naturales le proporcionaron una mentalidad de rigor metodológico y declaraciones científicas de los problemas de investigación. La influencia de Boas se sintió en toda la disciplina que se estaba desarrollando, y sus estudiantes incluyeron muchos de los principales antropólogos del principio del siglo XX.


Su teoría se puede resumir de la siguiente manera: "Datos etnográficos deben preceder al desarrollo de las teorías culturales (inducción) "Cualquier cultura está parcialmente compuesta de rasgos difusos de otras culturas. "Trabajo de campo directo es absolutamente indispensable. "Cada cultura es, hasta cierto punto, única. "Los etnógrafos deben tratar de obtener la opinión de los que están estudiando (émico), no solamente su propio punto de vista (ético)." (Ferraro & Andreatta 2012: 77).


Funcionalismo Bronislaw Malinowski (1884­1942), contemporáneo de Boas, desarrolló un enfoque de la antropología en el Reino Unido que inductivamente se enfocaba en la recolección de datos por los antropólogos ca[pacitados. Similitudes entre Boas y Malinowski incluyen un énfasis en el trabajo de campo y el aprendizaje de la lengua local con el fin de entender la cultura que se estudia desde la perspectiva émica (una perspectiva desde dentro de la cultura). Las diferencias incluyen por qué las culturas deben estudiarses. Boas estaba interesado en los orígenes de los elementos culturales dentro de una cultura, ya sea por la innovación o la difusión, mientras que "Malinowski concentraba en explorar cómo las culturas contemporáneas operaban o funcionaban" (Ferraro & Andreatta 2012: 78). Este enfoque resultó en la orientación teórica que se conoce como funcionalismo, y asumió que las culturas proporcionaban diversos medios para satisfacer tanto las necesidades sociales como las individuales.


Según Malinowski, no importa lo extraño que podría parecer a primera vista un elemento cultural, tenía un significado y realizaba alguna función útil para el bienestar del individuo o de la sociedad. El trabajo del investigador de campo es llegar a ser lo suficientemente inmerso en la cultura y el idioma para poder identificar estas funciones. No sólo todos los aspectos de una cultura tienen una función, pero, según Malinowski, también están relacionados entre sí.(Ferraro & Andreatta 2012: 78 El funcionalismo se puede resumir de la siguiente manera: "A través del trabajo directo de campo, los antropólogos tratan de entender cómo las partes de las culturas contemporáneas contribuyen al bienestar de la persona y la sociedad. La sociedad es como un organismo biológico con muchas partes interconectadas. Con este alto nivel de integración, las sociedades tienden a estar en un estado de equilibrio; un cambio en una parte del sistema trae cambios en otras partes. Trabajo de campo empírico es absolutamente indispensable. La estructura institucional existente de cualquier sociedad realiza funciones indispensables sin las cuales la Sociedad no podírá seguir." (Ferraro & Andreatta 2012: 80).


Antropología Psicológica A principios del siglo XX, algunos antropólogos norteamericanos se interesaron en la relación entre la cultura y la personalidad. Radcliffe­Brown creía que el comportamiento humano puede explicarse por la estructura social de la cultura de una persona. Otros preguntaban cómo la personalidad se encaja en las explicaciones de la cultura humana. Aunque es más conocido por su investigación lingüística, Edward Sapir (1884­1939) estaba muy interesado en el ámbito de la cultura y la personalidad. Los individuos aprenden sus patrones culturales inconscientemente, según Sapir, en casi la misma manera en que ellos aprenden su idioma. Rechazando la idea de que existe la cultura por encima del individuo, Sapir creía que el verdadero lugar de la cultura podría encontrarse dentro de las interacciones de los individuos.(Ferraro & Andreatta 2012: 80). Sapir no estudió personalmente la cultura y personalidad, pero sus ideas influyeron a varios antropólogos de renombre, entre ellos Ruth Benedict y Margaret Mead. La etnopsicología se puede resumir de la siguiente manera: "Los antropólogos necesitan explorar las relaciones entre las variables psicológicas y culturales. La personalidad es en gran parte el resultado del aprendizaje cultural. No existen temperamentos universales asociados con el género masculino o femenino." (Ferraro & Andreatta 2012: 81).


Neoevolucionismo Los evolucionistas culturales tempranos perdieron su credibilidad basado en gran medida en la percepción de etnocentrismo en la hipótesis del desarrollo cultural para todas las culturas, pasando por etapas de cazadores y recolectores hasta través la "civilización". Sin embargo, a pesar de una premisa central que fuera rechazada, los antropólogos no pudieron demostrar ciertos cambios culturales predecibles. Según el neoevolucionismo de White, la cultura evoluciona cuando las personas son capaces de aumentar la cantidad de energía bajo su control. Para la mayoría de la prehistoria humana, mientras que las personas eran cazadores y recolectores, la principal fuente de energía era el poder humano. Pero con la invención de la agricultura, la domesticación de animales, la máquina de vapor, el motor de combustión interna, y la energía nuclear, los seres humanos han sido capaces de aumentar drásticamente los niveles de energía a su disposición ... La evolución cultural, en otras palabras, es causada por avanzar en niveles de tecnología y el aumento de la capacidad de una cultura para "capturar la energía"(Ferraro & Andreatta 2012: 81). El neoevolucionismo se puede resumir de la siguiente manera: "Las culturas evolucionan en proporción directa a su capacidad de aprovechar la energía. La cultura está conformada por condiciones ambientales. A través de la cultura, las poblaciones humanas se adaptan continuamente a las condiciones tecno­ambientales. Porque factores tecnológicos y ambientales dan forma a la cultura, factores individuales (como la personalidad) se desenfatizan." (Ferraro & Andreatta 2012: 82).


Estructuralismo Francés La teoría funcionalista desarrollado por el antropólogo inglés Radcliffe­Brown identificó "como las partes de una sociedad funcionan en un conjunto sistemático" (Ferraro & amp; Andreatta 2012: 82). El antropólogo francés Lévi­Strauss se concentraba en la identificación de las estructuras mentales que subyacen a la conducta social. Para Lévi­Strauss, la etnología tiende a ser más psicológica o cognitiva que sociológica. El enfoque adoptado por Lévi­Strauss se basa principalmente en la ciencia de la lingüística. Después de asumir durante décadas de que el lenguaje es puramente una respuesta aprendida, muchos lingüistas en los últimos años se han planteado la hipótesis de que las estructuras gramaticales básicas están preprogramados en la mente humana. Así mismo Lévi­Strauss sostuve que ciertos códigos programados en la mente humana son responsables de la formación de las culturas. Se producen diferencias culturales, según Lévi­Strauss, debido a que estos códigos mentales inherentes son alterados por el medio ambiente y la historia. Aunque reconoce estas diferencias superficiales, Lévi­Strauss sugiere que a fin de cuentas la estructura mental de todos los seres humanos es esencialmente el mismo. El contenido de un elemento cultural puede variar de una sociedad a otra, pero la estructura de estos elementos está limitada por la naturaleza misma de la mente humana.


En esencia, Lévi­Strauss ha vuelto a introducir su propia versión de la unidad psíquica de la humanidad. (Ferraro & Andreatta 2012: 83) El estructuralismo francés se puede resumir de la siguiente manera: "Las culturas humanas están formadas por ciertos códigos preprogramados de la mente humana. La teoría se centra en los principios subyacentes que generan un comportamiento en vez de la propia conducta empírica observable. La teoría enfatiza estructuras repetitivas en lugar de cambio sociocultural. En vez de examinar las actitudes, valores y creencias, los antropólogos estructurales se concentran en lo que ocurre a nivel inconsciente. Se supone que la mente humana clasifica fenómenos en términos de oposiciones binarias"(Ferraro & Andreatta 2012: 83).


Etnociencia Donde la mayoría de las teorías son intentos de explicar las culturas y las características culturales en términos de categorías o conceptos relevantes o importantes para el analista en su modo de pensar y organizar la información, los etnocientíficos tratan de describir una cultura en términos de cómo la perciben, ordenan y clasifican los miembros de esa cultura (un enfoque émico) y no mediante la imposición de las categorías del etnógrafo (un enfoque ético). Así, el objetivo principal de la etnociencia es identificar las reglas, principios y códigos implícitos que la gente usa para clasificar las cosas y los acontecimientos en su mundo. (Ferraro & Andreatta 2012: 84) Rynkiewich dice que "Un enfoque llamado 'etnosemántica' o 'etnociencia' explora la naturaleza de las categorías, atributos y taxonomías como las revela la cultura en la mente de la gente" (Rynkiewich 2011: 38). Los etnocientíficos han sido criticados por varias razones: "... algunos antropólogos sienten que el acondicionamiento y los prejuicios propios del analista hacen que sea imposible entrar en la mente de personas culturalmente diferentes. "... incluso si fuera posible entender otra cultura desde el punto de vista nativo ¿cómo podrían comunicar los resultados a otros de su propio grupo lingüístico/cultural?


"... si cada etnógrafo describiera culturas específicas utilizando categorías nativas, habría poca o ninguna base para comparar las diferentes sociedades. "... la metodología de la etnociencia es extremadamente lenta. Hasta la fecha, los estudios etnocientíficos que se han completado solo cubren dominios muy limitados de la cultura, tales como términos de parentesco y categorías de color. ... A pesar de su falta de sentido práctico, sin embargo, el enfoque etnocientífico ha servido como un recordatorio útil de un principio antropológico fundamental: Personas de diferentes transfondos culturales y lingüísticos organizan y categorizanr sus mundos esencialmente de diferentes maneras" (Ferraro & Andreatta 2012: 84) La etnociencia se puede resumir de la siguiente manera: "Esta teoría intenta realizar una descripción etnográfica más precisa y reproducible. La etnociencia describe una cultura mediante el uso de las categorías de la población en estudio y no por la imposición de las categorías de la cultura del etnógrafo. Debido a que es un proceso demorado, la etnociencia se ha limitado a describir muy pequeños segmentos de una cultura. Es difícil comparar los datos recopilados por etnocientíficos." (Ferraro & Andreatta 2012: 84).


Antropología Feminista Aunque las mujeres que estudian la antropología han jugado un papel más importante en la disciplina que en la mayoría de las otras disciplinas académicas de la época, el aumento en el movimiento feminista en la sociedad de los investigadores en general sostuvo que el papel de la mujer en las culturas estudiadas fue insuficientemente representada: "La antropología feminista pidió un nuevo análisis sistemático del papel que las mujeres desempeñan en la estructura social .... antropólogos feministas en la década de 1970 respondieron con entusiasmo al reto de volver a analizar y volver a escribir etnografías anteriores, "como si el género realmente importaba" (Ferraro & Andreatta 2012: 84). Aunque existe una amplia variación en el énfasis de la investigación de varios antropólogos feministas, existe un acuerdo general sobre las siguientes áreas: "... la antropología feminista da por sentado el hecho que el género es una importante, aunque previamente descuidada, variable en el estudio de cualquier aspecto de la vida cultural. Es decir, al igual que la economía, la política y la religión varían según el estado, la clase, el poder, y la edad, también varían en función del género. "... la crítica feminista rechaza el positivismo porque el lenguaje de la ciencia (es decir, hipótesis, medidas objetivas, generalizaciones, etc.) es visto como represivo y sirve los intereses de las élites.


En cambio, las etnografías feministas son más subjetivas y colaborativas, con el límite entre el investigador y el sujeto cada vez menos claro. "... este enfoque antipositivista conduce a una preferencia por los métodos cualitativos (basados en la empatía, la subjetividad, y un diálogo entre el antropólogo y el informante), de manera que, finalmente, ayudan a entender mejor el mundo interior de las mujeres. De hecho, la mayoría de las feministas evitan el término informante porque implica una relación desigual entre el "experto" antropológico y el subordinado "laico". En lugar de ello, la metodología feminista busca eliminar las diferencias de estatus y de poder entre el investigador y el sujeto, creando así una relación más equitativa y colaborativas. "... hay poco o ningún intento en la antropología feminista de presumir una posición de valor neutral; está dirigido a la sensibilización y el empoderamiento de las mujeres y, en palabras de Stanley Barrett (1996: 164), "sin pedir disculpas promueve los intereses de las mujeres.'" (Ferraro & Andreatta 2012: 84). La antropología feminista se puede resumir de la siguiente manera: "Todos los aspectos de la cultura tienen una dimensión de género que debe considerarse en cualquier descripción etnográfica equilibrada. La teoría feminista representa una perspectiva correctiva muy atrasada al sesgo masculino en las etnografías tradicionales. Antropólogas feministas son más subjetivas y colaborativas que objetivas y científicas. En general, las antropólogas feministas no abrazan una orientación libre de valores" (Ferraro & Andreatta 2012: 87).


Materialismo Cultural El materialismo cultural, desarrollado por Marvin Harris (1927­2001), es una teoría que intenta explicar las culturas basado en el concepto de que las condiciones materiales o modos de producción determinan los pensamientos y el comportamiento humano. De acuerdo con este enfoque (Harris 1968, 1979b, 1999), la principal tarea de la antropología es proporcionar explicaciones causales de las similitudes y diferencias de pensamiento y comportamiento que se encuentran entre los grupos humanos. Materialistas culturales realizan esta tarea mediante el estudio de las limitaciones materiales que surgen de las necesidades universales de la producción de alimentos, la tecnología, las herramientas y refugio. Estas limitaciones materiales se distinguen de las limitaciones mentales, que incluyen factores humanos tales como los valores, las ideas, la religión y la estética. Harris y los materialistas culturales ven las limitaciones materiales como los factores causales de primera importancia que representan variaciones culturales.(Ferraro & Andreatta 2012: 87). Aunque a primera vista parece que el materialismo cultural de Harris tiene mucho en común con las ideas de Karl Marx, Ferraro y Andreatta sugieren varias diferencias claves: Materialistas culturales rechazan la noción marxista del materialismo dialéctico, que aboga por destruir el capitalismo y el empoderamiento de la clase obrera. El materialismo cultural, que no tiene una agenda política en particular, se compromete al estudio científico de la cultura.


Al mismo tiempo, Harris critica los idealistas culturales, antropólogos que dependen de un enfoque émico (punto de vista nativo) y utilizan las ideas, los valores y las ideologías como los principales factores explicativos. Según Harris (1979b) explica, los códigos y las normas (al estilo de los etnocientíficos) no son del todo útiles para explicar fenómenos como la pobreza, el subdesarrollo, el imperialismo, las explosiones de población, las minorías, la lucha étnica y de clases, la explotación, la fiscalidad, la propiedad privada, la contaminación, el complejo militar­ industrial, la represión política, el crimen, el desempleo, y la guerra (Ferraro & Andreatta 2012: 87). El materialismo cultural se puede resumir de la siguiente manera: "Las condiciones materiales determinan los pensamientos y el comportamiento humano. Los teóricos suponen el punto de vista del antropólogo, no del informante nativo. La antropología se considera como científica, empírica, y capaz de generar explicaciones causales. El materialismo cultural desenfatiza el papel de las ideas y valores en la determinación de las condiciones de la vida social." (Ferraro & Andreatta 2012: 88).


Postmodernismo Durante gran parte de la historia de la antropología, se ha visto como una ciencia. La investigación se llevaba a cabo con mayor o menor rigor científico, ya sea cuantitativoa o cualitativo, en busca de explicaciones científicas de los fenómenos culturales. Hubo un cambio significativo en el enfoque de la antropología, a partir de la década de 1970: "a partir de los años 1970 y 1980 una serie de antropólogos, denominados colectivamente como postmodernistas, cuestionaron el carácter científico de la antropología en sí... [El posmodernismo] surgió de las tradiciones del estructuralismo, la antropología interpretativa, y la antropología feminista. En esencia, los posmodernistas cuestionan la posibilidad de que la antropología puede construir una gran teoría de la conducta humana. Un principio básico de la postmodernidad es que los "modernistas" (antropólogos científicos) son extraordinariamente arrogantes como para pensar que pueden describir, interpretar y dar sentido a la vida de las personas de otras culturas. La empresa de los modernistas de gran parte del siglo XX, según ellos, se basó en la situación privilegiada de la ciencia (en manos de los países más desarrollados) y refleja los desequilibrios de poder básicos entre los países ricos, coloniales y los países en desarrollo, donde mucha de la investigación antropológica se llevaba a cabo.


Es imposible, sostienen, que antropólogos en su mayoría hombres blancos, euro­americanos dieran un paso fuera de su propia cultura con el fin de producir una visión objetiva de otra cultura. En vez de intentar de descubrir la verdad acerca de cómo funciona el mundo a través de investigaciones empíricas, los posmodernos sostienen que todos los relatos etnográficos son subjetivos porque están condicionados por las experiencias e historias personales del etnógrafo. En vez del etnógrafo siendo la única autoridad, los posmodernos exigen un enfoque de mayor colaboración en el estudio de la cultura. Otro principio de la filosofía posmoderna implica el rechazo de la generalización y el desarrollo de las teorías predecibles. Al hacer hincapié en la singularidad de cada cultura, los postmodernistas ven la cultura como un conjunto cambiante de significados individuales que requieren reinterpretación continua. Que los antropólogos piensen que en sí mismos pueden desarrollar teorías generalizables de la cultura que tengan algún nivel de previsibilidad es a la vez errónea y poco ético. Está equivocada porque no se puede hacer. No es ético porque las grandes teorías tienden a apoyar la ideología dominante (generalmente la del antropólogo) mediante la promoción de orden y coherencia a costa de la autonomía individual y la variación. Mientras que muchas de las escuelas de la antropología del siglo XX asumen una postura científica en la que están en busca de las generalizaciones, los posmodernistas están más interesados ​ en la descripción e ​ interpretación de las culturas particulares.


Los posmodernistas ven a la antropología cultural como más una empresa humanística que científica, que tiene más en común con el arte y la literatura que con la biología o la psicología" (Ferraro & Andreatta 2012: 88). El enfoque postmoderno a la antropología se ve como un área clave donde el énfasis misiológico en la antropología como una herramienta para la comprensión cultural de los trabajadores interculturales no ha seguido las direcciones actuales en la disciplina. Rynkiewich sugiere: El giro que la antropología ha tomado es hacia una comprensión postmoderna de la identidad, la cultura y la sociedad. El giro que el mundo ha tomado es hacia una dinámica poscolonial, en proceso de urbanización, y globalizante que proyecta una mirada crítica sobre todas las viejas concepciones, las deconstruye y las descarta, y luego pasa hacia un orden social diferente en función de múltiples identidades (hábilmente desplegada por la misma persona hacia oros distintos), el multilingüismo (que cambia con el ajuste y el orden del día), el auge de las redes y de la desaparición de los grupos, el paso a la descentralización y lejos de la jerarquía, y una economía política basada en los canales y los flujos globales y no en las naciones estados.(Rynkiewich 2011: xii) El posmodernismo se puede resumir como sigue: "El posmodernismo pide a los antropólogos a cambiar de generalizaciones y leyes culturales a la descripción, la interpretación y la búsqueda de sentido. Las etnografías deben escribirse de varias voces­la del antropólogo junto con los de las personas objeto de análisis. El posmodernismo implica un retorno explícito al relativismo cultural." (Ferraro & Andreatta 2012: 89).


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