Paper: Richard Buckminster Fuller ¿Quién fue este hombre? ¿Por qué es tan importante para nosotros el día de hoy? Hace tres días no tenía conciencia de la existencia de este tipo, hasta que escuché por primera vez una grabación de una lectura de John Cage llamada Overpopulation and Art. En dicha lectura, Cage nos invita a reflexionar sobre como los grandes problemas de la humanidad se reducen a alimentación, techo, medioambiente, energía y educación. Esos problemas nos conciernen a todos, porque compartimos el mismo planeta. A través de la historia hemos intentado resolverlos a través de distintas organizaciones, como las naciones, la política y la economía, sin éxito. Cage menciona algunas personas que lo inspiraron, pero a quién menciona más de una vez es a Buckminster Fuller. Dice que Fuller está muerto, pero que hoy más que nunca el mundo necesita su espíritu. Buckminster Fuller nació a fines del siglo XIX en Milton, Massachusetts. Desde pequeño fue alguien inquieto, siempre preguntándose sobre cómo él podía arreglar las cosas. Entró a estudiar a Harvard, de donde fue expulsado dos veces, por “irresponsabilidad y falta de interés”. No lograba encajar en ese ambiente académico, y fue un crítico del sistema de clases que generaba dicha universidad. Trabajó como mecánico, lo que le otorgó experiencia en manejo de materiales como el metal. Trabajó en una empacadora de carne, en donde hizo una corta carrera administrativa. Sirvió durante la primera guerra mundial. A su regreso, se casó y tuvo un emprendimiento de construcción con su suegro, el cual fracasó. A los 32 años, era un hombre desempleado, deprimido y en la quiebra. Su hija Alexandra murió de meningitis. En sus escritos dice que por estos tiempos fue en que recién comenzó a pensar por sí mismo. Decidió embarcarse en "un experimento, para encontrar lo que una sola persona [podría] contribuir a cambiar el mundo y beneficiar a toda la humanidad”, comprender los principios que rigen el universo, y cómo lograr hacer más con menos, para que todos en todos lados pudieran vivir con abundancia y armonía. Se muda a Nueva York, dónde comparte con la gran elite intelectual que circundaba Greenwich Village. Es ahí donde desarrolla el concepto de Dymaxion, una palabra compuesta por las palabras Dinámica, Maximo e Ión. Bajo este concepto y con la ayuda de su amigo Isamu Noguchi, crea una serie de inventos que pretendían mejorar la eficiencia de los sistemas urbanos, entre ellos, casas livianas, un vehículo y luego su famoso Domo Geodésico. Por esas coincidencias de la vida, el año 2010 visité la Montréal Biosphère, durante mi intercambio ahí. Su geometría es impresionante, también la idea que rodea el concepto. A través de su vida, ‘Bucky’ fue arquitecto, teórico de sistemas, autor, diseñador, inventor, científico, desarrollador y futurista. Viviendo en carne propia como una persona integral y multidisciplinaria. Lo que más destaco de Bucky es su visión, su capacidad de ver más allá de lo obvio, y ser capaz de ver como la humanidad se pone sus propias trabas que evitan alcanzar el bienestar total de la población en armonía con el entorno y la naturaleza. Su legado, más allá de las invenciones e innovaciones concretas, es una forma de pensar el mundo desde el diseño, que finalmente el problema del mundo no es la escasez, sino la falta de administración inteligente de los recursos. Para él, la mente humana es la posibilidad de adaptarnos en múltiples direcciones, dándonos la capacidad de aprender y comprender como funcionan los diversos sistemas que nos rodean, también la capacidad de adoptar o crear los recursos necesarios para hacer funcionar dichos sistemas. Para nuestro master es esencial entender esta visión, para llevar el legado de Fuller hacia un mundo mejor para todos.
Esa Nave Espacial llamada Tierra Para Fuller, el hombre ha llegado a soluciones diversas para toda clase de problemas, de manera efectiva, pero no eficiente. Da el ejemplo de un naufragio en el cual flota una tapa de piano de cola, del cual un naufrago se toma para flotar y sobrevivir. En ese caso la tapa le sirvió de flotador, pero no es el flotador óptimo. La sociedad del siglo XX frustra nuestras iniciativas asignándonos un rol definido, del cual “es malo” salir. De cierta forma el desarrollo industrial nos tiene como parte de una gran maquinaria, cada uno de nosotros siendo un engranaje más, con una forma definida y un movimiento específico y repetitivo. Socialmente es más fácil seguir adelante con esta especialización, remitirnos a nuestra tarea y dejar las grandes decisiones a alguien más, los jefes, los políticos, etc. Uno suele pensar que este sistema de formación de ciudadanos comenzó en la revolución industrial, pero Fuller nos plantea que esto nació antes, en los tiempos de los “Grandes Piratas” (GPs). En esos tiempos, un hombre promedio veía solo una millonésima parte de la superficie total de la tierra, lo cual lo dejaba totalmente especializado, fuera del pensamiento totalizador, y sin necesidad de dejar dicha comodidad. Surgieron aventureros con vocación totalizadora, que emprendieron viajes hacia ultramar en busca de territorios nuevos, conquistas y riquezas. Pronto llegó el punto en el cual los GPs competían entre ellos y solo prevalecían los más aptos. Cuando se establecían los territorios y sus poderes, los lugartenientes buscaban a los jóvenes más brillantes y los entrenaban como encargados de tareas específicas, especializándolos. Para Fuller, es ese el origen de la educación especializadora, en donde la visión totalizadora recaía exclusivamente en los líderes políticos y económicos, relegando a las otras personas a tareas específicas para sustentar dicha estructura de poder, y no necesariamente en vistas de una sociedad más justa o más feliz. “La especialización no es, en efecto, más que una forma sofisticada de esclavitud, en la que el ‘experto’ es engañado para que acepte de buen grado la servidumbre, haciéndole sentir que, en compensación, se encuentra de por vida en una posición social y culturalmente preferente y por lo tanto, muy segura.” Es de esta manera que la industrialización no hizo más que reforzar este sistema de sometimiento con consentimiento. El desarrollo de la tecnología y la especialización, catalizado también por la primera guerra mundial terminó por dejarnos sin Grandes Piratas. En la segunda guerra mundial, los científicos se dieron cuenta de que realmente necesitaban complementar conocimientos con otras disciplinas, apareciendo así carreras multidisciplinarias como la Biofísica (combinación de Biología y física). Hoy vivimos un momento clave, en el cual el desarrollo de la tecnología computacional nos da nuevamente la oportunidad de ser Grandes Piratas. Ya que con la creciente automatización de los procesos productivos, podemos relevar las actividades especializadas a las máquinas, y así liberar a los hombres del trabajo de “engranaje”, y abrirles la puerta hacia un conocimiento totalizador. Fuller vio esto incluso antes del auge de internet. Para concluir mi breve reseña, citaré algo que está en mayúsculas en la lectura, la explicación del universo conocido. Francamente no requiere de mayor introducción y explicación: EL UNIVERSO ES LA SUMA DE TODA LA EXPERIENCIA CONSCIENTEMENTE APREHENDIDA Y COMUNICADA DE LA HUMANIDAD Y LAS SECUENCIAS DE HECHOS EN PERMANENTE TRANSFORMACION, PONDERABLES E INPONDERABLES, NO SIMULTANEOS, SIEMPRE COMPLEMENTARIOS Y SOLO PARCIALMENTE SUPERPUESTOS.
Educación Automatización Como mencioné anteriormente, Fuller en Harvard aprendió en directo el asunto de las clases sociales. Se dio cuenta de que finalmente lo que otorgaba Harvard era una certificación de elite intelectual. Dentro de un ambiente “lleno de aprehensiones”, que no era una institución educacional en el sentido estricto. Para él, la aplicación del conocimiento en el mundo real se ha reducido sistemáticamente a la explotación personal directa de las ventajas económicas producidas por dicho conocimiento. Ese hecho limita de manera significativa las posibilidades del desarrollo tecnológico. Este sistema educativo, genera seres mecánicos, profesionales con una serie de “fórmulas” y “modelos” bajo las cuales rigen su comportamiento, dejando la voluntad en segundo plano. Se ha conformado un sistema de patrones de comportamiento con resultados predecibles que establecen la norma. En este contexto, para Fuller es importante que las disciplinas aplicadas que den como resultado nuevos patrones ecológicos proporcionen al hombre un aumento de ventajas apreciable. Los estudiantes deben ser aquellos capaces de desaprender, ya que solo de esa manera lograrán ser científicos. La educación dentro de las instituciones tradicionales deforma la mente de las personas, frente a problemas específicos y concretos, recurrimos a sistemas dentro de procedimientos sociales, en vez de recurrir a la invención de un nuevo sistema que contemple la solución. Las fijaciones conceptuales de nuestra sociedad condicionan la visión de la gente mayor frente a la juventud, desvirtuando su concepción de las necesidades de las nuevas generaciones. Otro gran limitante del desarrollo de la educación es el nacionalismo, entre todos las demás fijaciones de la sociedad. Las fronteras son solo líneas imaginarias trazadas por el poder político, no tienen nada que ver con las verdaderas naciones. Fuller plantea que el cambio desde la Norma Estática newtoniana hacia la Norma de Movimiento Constante einsteniana es lo más importante que está sucediendo en la historia de la humanidad. En el año 2013, dónde los grandes paradigmas del desarrollo se están derrumbando, estas palabras comienzan a cobrar sentido. En tiempos en dónde comenzaban las transmisiones de la TV, Fuller planteó estar seguro que ese sería el futuro de la educación. Las clases serían grabadas y transmitidas a lugares remotos, donde las personas podrían auto-educarse libremente. La educación del futuro se centraría en explicar el funcionamiento del universo, y cómo nosotros somos parte de él y cómo podemos y debemos funcionar a favor de la evolución universal. A medida que aumentó la automatización, el hombre buscó nuevas ocupaciones por esa necesidad natural de “ganarse la vida”. En el futuro no seremos ya necesitados como trabajadores, sino como consumidores, habiendo generado un sistema que sustente nuestro bienestar de manera armónica con el medio ambiente. Consumidores sustentables, o como los llama Fuller, “consumidores regenerativos”. La sustentabilidad ha sido relegada a segundo plano con nuestro “desarrollo”, es por eso, que es importantísimo centrarnos en la educación de estos consumidores regenerativos. “La idea popular de inversión regenerativa es, efectivamente, la de hacer conocer al pueblo los patrones del universo, es decir, todo aquello que el hombre ha aprendido sobre el universo hasta la fecha y la de que todos se intercomuniquen a niveles superiores de conocimiento. Los pueblos entonces permanecerán en los procesos educacionales. Van a generarse cantidades cada vez mas crecientes de laboratorios para investigación y también universidades. Cuando plantamos una semilla y le damos la oportunidad de crecer, sus frutos nos recompensan largamente. De la misma manera el hombre va a "mejorar" rápidamente por las nuevas "siembras" educacionales federales, utilizando procesos y herramientas nuevas. El costo de la educación será respaldado regenerativamente por los ingresos procedentes de la educación industrial y de la tecnología, porque podemos reinvertir continuamente sobre la habilidad de la humanidad en reintegrar y efectuar un trabajo mejor.”
Para el futuro bienestar global, debe ser prioridad número uno una sociedad con vocación educativa real, no especializadora, sino totalizadora. Todos deben tener la posibilidad de acceso al conocimiento. Todo esto es planteado por Fuller años antes de Internet, tecnología que nos abre la puerta de posibilidad de lograr esto mismo. Gracias a la tecnología estamos cada vez más cerca de lograr un mundo en el cual los hombres se auto-educan. El diseño inteligente es el futuro de la solución de nuestros problemas terrenales, no la política (al menos como se ha planteado hasta ahora). Fuller se define a sí mismo como un “diseñador integral”, organiza la información y los recursos disponibles para resolver los problemas con tecnología inanimada, en lugar de reformas de organización, no quiere cambiar la naturaleza del hombre, sino potenciarla modificando su entorno. Fuller genera el concepto de Sinergética, una forma de análisis de sistemas en base al pensamiento geométrico. Sinergética es el estudio empírico de los sistemas de transformación, con un énfasis en el comportamiento total del sistema, el cual no es entendible bajo el análisis de sus componentes aislados. “Lo que yo propongo ahora, es que todas las universidades del mundo se decidan a invertir los próximos 10 años en el continuo problema de cómo emplear los recursos mundiales, los cuales actualmente solo sirven al 43% y deben servir al 100% a la humanidad, por medio de la compleja y competente ciencia del diseño.” Hacia el final del texto, Fuller dice que la información ya no debe ir a los artesanos, sino a las herramientas, el trabajo de obrero será automatizado. Esto es claramente una predicción de lo que vivimos hoy, en donde la tecnología está permitiendo tener la capacidad de una fábrica en el garage de la casa, totalmente automatizado. “Hay que olvidar todo lo que es estático y trabajar completamente hacia lo dinámico.” Jose Hosiasson - MID