Ciao - Juampa - Montag - Lubrio - Victor-
Brian - Jorge - Lea - Gillig - Diego-
No Sirvo de mozo Escrito por Jorge G. Palomera Ilustrado por Rocío Alejandro Hace sólo un par de años, estaba trabajando en un bar de mala muerte. Este negocio era visitado por gente de todo tipo y de todo lugar. La mayoría de los clientes que entraban huían despavoridos a los pocos segundos, al comprobar que la limpieza en el local era inexistente. Aquellos que no podían darse el lujo de gastar unas monedas mas en el restaurant de al lado, terminaban pidiendo el plato de la casa. Leo, el dueño, cobraba por adelantado y al recibir el dinero sonreía al cliente mostrando todos sus dientes de oro. Después de embolsarse su sucio dinero, nos gritaba a los que trabajábamos en la cocina que preparásemos un plato del día. Ahí es cuando yo aparecía, con esa bandeja sucia y enorme. Entre los platos y los cubiertos, llevaba un brebaje inmundo. Era una sopa de cebolla y pollo que era horrible. A mi jefe le encantaba porque decía que se la había enseñado a cocinar su mamita. Pero yo pensaba, cada
Portada - Caio Di Lorenzo / Humor Pelotazo - Marce Martinez / Los Si y Los No - J.G. Pal-
omera y Chesteer Greenbag / Animaladas - Diego LLansó / Yiyi - Ciao Di Lorenzo/ Roque Star - Brian Janchez y Victor Zelaya / Chico sapo - Lea Caballero y Santiago Jerez Ferrante / Una - Filigrana / No Sirvo de mozo - Jorge G. Palomera y Rocío Alejandro / Invasión - José García Gonzalez y Matías Chanzo / Oso Superpoderoso - Juampa Camarda / Vampi - Montag y Gori / Zoila Sombie - Lubrio / Perro de Plaza Leandro Gillig / Chiste
Final - Brian Janchez
¡Feliz día del niño! Seguro que te levantaste temprano esperando millones de regalos, familiares que te den besos y abrazos y muchas facturas para el desayuno. Capaz que sólo te regalaron un pañuelo y encima te vino a visitar la tía que te da besos y te mancha toda la cara. ¡No importa! Por eso hoy sale un nuevo número de Pelotazo con más páginas que nunca para que te escondas en tu cuarto hasta que se vayan las visitas.
Roquer Star tiene problemas con la vecina gracias a Brian y Zelaya. El perro de Gillig sufre el acoso de muchos niñitos y Jorge y Chester te enseñan como hay que recibir los regalos que te den hoy en más. Luis nos trae una aventura extralarge de Zoila y la pobre Yiyi de Baert y Caio tiene problemas con ese feo pajarito que la molesta. Llansó trajo mas animaladas, Jorge y Rocío te cuentan sobre un mozo en el peor trabajo del mundo y Juampa un nuevo caso
del Oso Poderoso. También tenemos nuevos colaboradores y nuevos personajes: Santiago y Lea te traen al Chico Sapo y Gabuleta de la misteriosa Filigrana. José y Matías nos cuentan una invasión aterradora y Martínez sigue firme con sus chistes acompañando este editorial. Ah, me olvidaba. La tapa este número la ilustró Caio y Brian, el chiste loco del final. Eso es todo por este número. ¿Te pareció poco? Esperá solo dos semanitas. El 4 de Septiembre acordate de visitar el sitio de nuestra revista www.revistapelotazo.com y vas a poder celebrar con nosotros el día de la historieta. Te vamos a estar esperando, no nos falles.
No Sirvo de mozo Escrito por Jorge G. Palomera Ilustrado por Rocío Alejandro Hace sólo un par de años, estaba trabajando en un bar de mala muerte. Este negocio era visitado por gente de todo tipo y de todo lugar. La mayoría de los clientes que entraban huían despavoridos a los pocos segundos, al comprobar que la limpieza en el local era inexistente. Aquellos que no podían darse el lujo de gastar unas monedas mas en el restaurant de al lado, terminaban pidiendo el plato de la casa. Leo, el dueño, cobraba por adelantado y al recibir el dinero sonreía al cliente mostrando todos sus dientes de oro. Después de embolsarse su sucio dinero, nos gritaba a los que trabajábamos en la cocina que preparásemos un plato del día. Ahí es cuando yo aparecía, con esa bandeja sucia y enorme. Entre los platos y los cubiertos, llevaba un brebaje inmundo. Era una sopa de cebolla y pollo que era horrible. A mi jefe le encantaba porque decía que se la había enseñado a cocinar su mamita. Pero yo pensaba, cada
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