UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA FACULTAD DE DISEÑO PROGRAMA DE ARQUITECTURA
TEMA: Gestión del suelo en la configuración de bordes urbanos INTEGRANTES: Sntiago Bedoya Zuluaga Juan Manuel Valencia Laura Stefanny Gomez DOCENTE A CARGO: Arq. Ivan Luna Ortiz
DISEÑO 2.5 POTOCINE - Sala de cine autogestionada (Ciudad Bolívar Bogotá DC)
2.4 El trébol de la ciudad de cali (Kennedy - Bogotá DC).
2.3 La casa del viento (San cristóbal- Bogotá DC).
2.2 Negociaciones urbanas Toque madera (Bosa - Bogotá DC).
Contextualización Arquitectura expandida.
2.1 La casa de la lluvia (San cristóbal - Bogotá DC).
1.4 El papel del espacio público.
1.3 El papel del Arquitecto, Arquitectura expandida (obras del colectivo).
1.2 Participación ciudadana (memoria colectiva).
1.1 Autoconstrucción con la comunidad (imaginario colectivo).
1.
Estudio del caso.
Contextualización Arquitectura expandida.
Bibliografía.
Matriz de diagnóstico: Participación ciudadana como método de construcción; aplicación modelos de diseño participativo en los bordes urbanos.
3.
Elementos de analisis.
Este texto indaga sobre el rol estratégico del equipamiento en la construcción física del suelo, a partir de su capacidad para transformar entornos urbanos no consolidados como insumo para una futura intervención en el borde suroriental de la ciudad de Bogotá. El trabajo es desarrollado en dos partes. Primero construye un marco desde la relación del equipamiento con tres temas: ciudad, participación ciudadana y espacio público. La segunda parte es un análisis a un repertorio de equipamientos de diferente escalas colectivas de los últimos 5 años, desarrollados por la oficina Arquitectura expandida, y poder así identificar - consolidar constantes de implantación y relación con el entorno. Como conclusión, el artículo señala que es necesario repensar la relación del equipamiento con el espacio público a la luz de la problemáticas del suelo existentes, así como el papel del proyecto en la modelación de objetos que trascienden el hecho normativo y sugieren un camino que abandona las prácticas en el planeamiento de la ciudad ancladas en convencionalismos funcionales; implementando una metodología informativa, donde se estudiarán, analizarán y compartirán diferentes proyectos de participación ciudadana, segregados por la ciudad en que habitan (Bogota DC), desarrollados por Arquitectura Expansiva. Se buscará complementar dicha investigación, examinando la configuración a través de diferentes niveles de participación ciudadana. Además, contará con una base informativa del lugar, documentos morfológicos, índices poblacionales, todo esto se verá compilado a través de un documento técnico de soporte
CONTEXTUALIZACIÓN Equipamiento y ciudad Según lo anterior, hablar de los equipamientos y su relación con la ciudad es hablar del origen de la ciudad misma, porque es en ella donde se construye más y donde surgen los equipamientos de mayor dimensión y protagonismo parte del sistema primario estructurante de la morfología entre los espacios abiertos y las construcciones (Cruz 2007). Al respecto, Aldo Rossi (1971) aborda el papel estratégico de los equipamientos colectivos en la estructuración del territorio en relación con el sentido del lugar, relacionados con la conglomeración de personas y la creación de símbolos que hacen legible y propio el territorio (Figura 0). En tal sentido, Ioannis Alexiou considera muy importante esta idea de construcción simbólica, porque representa y materializa las mismas instituciones colectivas de cada sociedad (Amaya et al. 2004). Además, es necesario pasar de una serie de edificaciones que ofrecen servicios para satisfacer una necesidad básica, a una serie de soportes que hagan la triangulación indispensable en el equipamiento:
mejorar la calidad de vida del territorio, aportar a la calidad de vida de la comunidad que los usa y fomentar la competitividad y productividad urbana (Figura ).La delimitación de la escala de aproximación de esta investigación toma en cuenta la articulación de la estructura urbana, conformada por el conjunto de elementos primarios (equipamientos, usos colectivos), y la zona residencial, las que conectadas por los elementos de circulación (calles, plazas) generan los “componentes morfológicos integrales” en diferentes escalas y determinan la estructura del tejido urbano y sus grados de interacción.
1.1 Autoconstrucción con la comunidad. Desde tiempos remotos, los habitantes de los pueblos o barrios de la periferia metropolitana trabajan en la construcción de sus propias viviendas. Otras veces, son las colectividades marginadas las que se ocupan de construir edificios para intereses comunes. El trabajo no retribuido está claramente motivado por la escasez de recursos financieros, y corresponde a un limitado nivel de especialización y organización en la estructura productiva local. En este primer caso la tecnología es en general derivada, sin mucha atención, del contexto histórico y geográfico donde se construye. Puesto que las tradiciones están muy radicadas en los lugares, el uso de las tecnologías tradicionales está considerada como una forma de defensa de los caracteres distintivos de una cultura. Pero la mayoría de las veces los constructores diletantes reproducen una mala copia de las tecnologías pensadas y funcionales a un mercado con un índice económico alto. Es suficiente pensar en las ilimitadas periferias metropolitanas de los países en vías de desarrollo, donde barracas auto-construidas se amontonan en barrios con graves carencias estructurales.
Al mismo tiempo, este tipo de autoconstrucción popular y espontánea genera rápidas respuestas a las necesidades de personas indigentes. El análisis puntual de estas viviendas pone en evidencia las contradicciones económicas y ambientales que las caracterizan: láminas metálicas ardientes bajo el sol tropical, estructuras portantes construidas después de las paredes, etc. Una manera simétrica de entender la autoconstrucción concierne la implicación de los proyectistas en la realización efectiva de la propuesta o del prototipo. Para los investigadores, el objeto de estudio e innovación es la tecnología misma, usada tanto en el proyecto como en la construcción; tecnología que es extrapolada (o mejor librada) de la consolidada relación entre disciplinas y especializaciones, para ofrecer soluciones más apropiadas en términos ambientales y antropológicos.
1.2 La participación ciudadana Frente a los usuarios, el equipamiento supera la noción de indicador de cobertura y pasa a ser un actor determinante en la planeación del territorio; y aunque en éstos procesos, la participación de los ciudadanos es un principio no es reconocido por las legislaciones urbanísticas, “existe una sensibilidad creciente que no quiere seguir consintiendo que los poderes democráticos sigan haciendo la ciudad para la gente pero sin la gente. Entonces, ¿cómo saber que estos procesos de mejoramiento e incorporación de tejidos en la estructura de la ciudad generan un impacto en las redes y los lazos de la comunidad? En este sentido, el empoderamiento de la comunidad en torno a las decisiones sobre su entorno, trasciende el objetivo de articular zonas de la ciudad con la estructura funcional y de servicios hacia la definición de una imagen reconocible para los habitantes. Con esto, los equipamientos abordan la función asignada, como generar sentido de pertenencia (Franco y Zabala, 2012). Son estas intervenciones las que hacen “legible” el territorio, construido desde la percepción y las vivencias de sus habitantes (Lynch, 1970).
En las décadas de 1970 y 1980, los efectos negativos de los grandes planes de renovación sufrieron serios cuestionamientos que abrieron la puerta hacia otras formas de intervenir y detectar las problemáticas urbanas, más próximas a los habitantes. De esa forma, el diseño urbano encontró en los procesos de recuperación, operaciones catalizadoras de transformaciones urbanas, puestas en práctica en ciudades como Barcelona, bajo el nombre de acupuntura urbana (durante los 80) o, en el caso de Brasil, en la ciudad de Curitiba, durante la alcaldía de Jaime Lerner. Su acción sobre puntos específicos y de alto significado para sus habitantes, otorgaron la capacidad para lograr una cura a un malestar general (Casanova y Hernández, 2014). Este camino destaca el carácter estratégico, sistémico e interdependiente sobre la denominada piel de la ciudad, otorgándole importancia ya no solo al objeto arquitectónico, sino a la serie de intervenciones en el espacio público, fundamentales en la activación de los equipamientos a gran escala.
Sobre esta construcción de una red se trata el modelo de “mecanismos urbanos” (Friedman, 2006), que representa la interacción de la red urbana (calles, vías, etc.) y de la efectiva atracción ejercida sobre sus habitantes a través de la importancia emocional y económica de los distintos puntos de la red.
1.3 El papel del Arquitecto, Arquitectura expandida Arquitectura expandida es un colectivo nómada que promueve la generación de lugares de encuentro en medio del territorio, desarrollando desde 2010 una serie de proyectos colectivos en distintos barrios segregados latinoamericanos. Funcionando como "Laboratorio Urbano" transdisciplinares y experimentales, los edificios y espacios creados se han levantado de forma colaborativa y en estrecha relación con los habitantes de las comunidades desfavorecidas. Es un laboratorio ciudadano de autoconstrucción física, social y cultural del territorio, en el que confluyen comunidades, profesionales, niños y, en general, ciudadanos interesados en hacerse cargo en primera persona de la gestión política, social y cultural de su territorio desde la calle. Estas iniciativas de autoconstrucción parten de la desconfianza hacia muchas lógicas formales e institucionales de construcción de ciudad que no se adaptan a las necesidades y las lógicas locales, y al mismo tiempo del reconocimiento de los potenciales ciudadanos y culturales para la construcción de ciudad.
1.4 El papel del espacio público El último de los actores está relacionado con el espacio público, como un hecho que trasciende el sentido de espacio de libre circulación, hacia la generación de espacios considerados ambientes de diálogo con diferentes capas de privacidad en las formas de relacionar las personas, desde lo público, semipúblico y privado. Una serie de transiciones amortiguan las diferentes escalas entre la ciudad y el equipamiento. Si bien esto implica la definición geométrica y morfológica del espacio libre (Krier, 1993), lo experimental del espacio urbano y la exaltación de la transición hacia el equipamiento considera que en dicho espacio es donde se genera la comunidad (Díaz y Marroquín, 2016). Para que eso ocurra, se debe cumplir con tres características. La primera es la atractividad y su capacidad de estimular esa condición en el usuario. La segunda hace referencia al dinamismo configurado generalmente por un programa de usos abiertos, complementario a la ciudadanía.
Por último, el confort, porque es innegable que en las periferias urbanas es necesario superar la noción de funcionalista de los elementos que allí se disponen, en la búsqueda de intervenciones que sean capaces de convocar a sus habitantes y retener en múltiples actividades, donde los elementos del espacio público, espacios, arborización generan una sensación de comodidad adicional a la utilidad (Iribas, 2011:19).
Es parte de un proceso de reconstrucción física y social autónoma por un barrio de Bogotá situado en la franja de los cerros, un espacio que inició como un salón comunal pero finalmente la idea culminó en un centro cultural y comunitario. Un barrio donde la misma comunidad se encarga de la gestiòn cultural, polìtica, social e infraestructural, mejorando su calidad de vida, demostrando su derecho a vivir y hacer parte de la ciudad.
la idea se fue transformando hacia un espacio múltiple, con nombre y personalidad propia en sus dinámicas: La Casa de la Lluvia [de ideas]. El “diseño participativo” fue más bien la exploración de formas de organización colectiva en las que las responsabilidades estaban vinculadas a los saberes de cada uno, aunque en las jornadas de autoconstrucción se diluían roles entre comunidad, colectivos y colaboradores puntuales, confluyendo en espacios festivos, afectivos y reivindicativos. La autoconstrucción y activación cultural, de un espacio que no solo es una necesidad barrial, también es la reivindicación de derechos territoriales en las periferias urbanas, políticas, económicas y decisionales. Este un proyecto que evidencia que la capacidad de autogestión en la ciudad puede trascender la vivienda y los servicios básicos, hasta el espacio público y comunitario, siendo sus ciudadanos los que se hagan cargo de la gestión cultural, política, social e infraestructural de su ciudad en primera persona, mejorando cualitativamente para mejorar su calidad de vida y evidenciar el derecho a la ciudad.
la transferencia tecnológica vinculada a la guadua (para los cuales se han desarrollado fichas de autoconstrucción que consoliden este como un procesos pedagógico) y las estrategias culturales vinculadas al proceso, que intentan poner en valor las culturas ciudadanas del territorio: para ello se han desarrollado talleres de memoria histórica del barrio, cartografías emocionales, taller de periodismo documental sobre la historia del barrio, lecturas texto-contexto, taller de elementos vinculados a las costumbres del lugar (taller de cometas, taller de tejidos con junco) y de mobiliario con elementos sobrantes de la construcción. A día de hoy el espacio ha colaborado a posicionar la lucha territorial del Alto Fucha en el mapa de la ciudad. Es un símbolo de una forma de pensar la ciudad en áreas ecológicas y de la permanencia de los habitantes en el territorio.
El proyecto ‘Negociaciones Urbanas’ se plantea bajo la hipótesis de la ruptura de las relaciones sociales comunitarias en los nuevos barrios de conjuntos de vivienda. Como explica Wacquart (2007) pasan del “gueto comunitario” (cuyo punto de partida en Bogotá sería el barrio popular construido a partir de la urbanización pirata) basado en la colaboración y autogestión espacial, social y política del territorio; al “hipergueto” (reflejado en la vivienda social desconectada de los centros urbanos y reproducida en propiedad horizontal) en el que confluyen rápidamente familias y personas con costumbres muy diversas que deben compartir un espacio vecinal bajo unas reglas de administración muy estrictas que niegan muchas iniciativas de gobernanza.
No solo se evidencian problemas de convivencia y gobernanza entre vecinos. La propia estructura espacial de los conjuntos parece óptima para el control y la vigilancia, especialmente por parte de las fuerzas del orden, y más particularmente por la policía. Los espacios públicos parecen ser solo el “desecho” de la urbanización. Espacios hostiles, sin un solo árbol (suponemos que ello restaría visibilidad para el control) a pesar de estar junto a estructuras ecológicas e hídricas de alto valor ambiental, como la del Río Bogotá. Son áreas sin cualificar como espacio público, que no se prestan al ocio o al encuentro sino, en el mejor de los casos, a ser un lugar de paso, y en el peor, a ser un lugar de miedo en el que solo jóvenes desempleados ven pasar el tiempo y la vida, mientras son señalados por parte de la comunidad, y son continuamente vigilados y requisados por la policía. El proyecto “Negociaciones Urbanas” no es la sucesión de una serie de talleres a cumplir, sino una estrategia de diálogo comunitario a través de la autoconstrucción de mobiliario de uso compartido.
La construcción de este mobiliario sirve de provocación táctica para tomar la temperatura del contexto desde la comunidad y desde las instituciones. Nunca faltan los vecinos que aseguran que todo lo que se haga «lo van a romper, quemar o robar» participando de la estigmatización del espacio público y sus actores (muy en la línea de las políticas de conjuntos de vivienda cerrados con rejas y guardia de seguridad). La provocación táctica también iba dirigida a las instituciones: ante la falta de claridad en las responsabilidades de los espacios públicos generados por cesiones obligatorias de las constructoras, esperábamos que alguna institución se pronunciara dejándonos así información de a quién le corresponde la adecuación, mantenimiento y seguimiento de estos espacios públicos.
El proceso de autogestión y autoconstrucción del espacio El Trebol, se basa en la recuperación de un espacio comunitario que alguna vez existió, tuvo un fuerte uso vecinal y que por diversas y controversiales razones se dejó abandonar hasta convertirse en una ruina arquitectónica de columnas de hormigón armado y muros de ladrillo sobre los que el tiempo dibujó historias a través de murales y, graffitis y otras expresiones urbanas. La recuperación era un objetivo común en el grueso de la comunidad, aunque no había tanto consenso acerca de cómo abordarla: los procesos de autogestión son agotadores y es seductora la (improbable) idea de recibir una financiación, demoler lo existe y encontrar al cabo de los meses un espacio nuevo e impoluto. En este debate encontramos un fundamental punto de encuentro entre un heterogéneo grupo de la comunidad y arquitectura expandida: la necesidad de recuperar espacio a través de la autogestión y autoconstrucción comunitaria como estrategia cultural colectiva y la pertinencia de entender que demoler las ruinas del espacio significa borrar su pasado y que la rehabilitación arquitectónica es una herramienta para recuperar edificios de dudoso valor patrimonial, pero de innegable valor colectivo.
El proceso aborda la recuperación de esta memoria barrial a través de talleres con adultos y niños (taller de memoria barrial y talleres de periodismo para niños” los guardianes de la memoria”) que se plasma en una de las 3 hojas de este Tr3bol espacial: la zona de acceso donde se materializa una línea del tiempo dibujada de forma colectiva. Paralelamente se va consolidando el diseño del y las dinámicas de gestión de un jardín colectivo en otra de estas hojas del Tr3bol: jardines verticales, generación de un semillero, diseño de mobiliario para el jardín, son algunas de las estrategias abordadas. (Arquitectura expandida. 2015) Este valor colectivo marca los objetivos, pero también los procesos: las dinámicas son ante todo vivenciales, difícilmente sistematizables y basadas en un posicionamiento político crítico y un objetivo de construcción material común. En esta conversación con el geógrafo David Harvey en su visita al Tr3bol, abordamos algunas de las cuestiones procesuales y motivacionales de este y otros proyectos: .
La construcción ciudadana en el borde urbano es un tema que en los últimos tiempos alude a los temas de aportes ciudadanos a propósito de mejorar las condiciones de una población, sector o barrios, promoviendo la construcción ciudadana mediante la realización de lo individual y lo colectivo y se desarrolla la autonomía, es decir, se reconoce la diversidad en un contexto donde las partes y el todo son tenidos en cuenta como marco de las relaciones y las interacciones; la participación, asumida como una necesidad humana fundamental que permite contrarrestar la marginalidad y tomar parte en las situaciones que definen el propio desarrollo y desde lo motivacional que permite al individuo sentirse menos objeto y más sujeto para tener acceso, integración y reconocimiento en su entorno vital. Es por esto que mediante la realización de un caso de estudio es el Cinema Potocine, proyecto de autoconstrucción y autogestión cultural de la primera sala de cine no comercial y de gestión colectiva de Ciudad Bolívar, Bogotá, Colombia. (Arquitectura expandida, 2016). llevado a cabo por el colectivo de arquitectura expandida. Este proyecto nace como parte de una intervención social y cultural hacia la comunidad, la cual habita en este sector desde los años ochenta y ha vivido desde sus inicios el desplazamiento, la desmovilización, el microtráfico entre otros y problemas de acceso a salud, educación en cultura en cada uno de sus integrantes.
Es por esto que la integración de servicios ciudadanos pretende, como condición innovadora, unir esfuerzos de manera trans-sectorial y del borde urbano para reorientar servicios hacia acciones de mayor y mejor impacto. Esta reorientación permite vincular servicios y recursos de modo que logren un efecto de conjunto que mejore las condiciones culturales. Dicha integración no será una cosa más que las instituciones deben hacer, sino una nueva manera de hacer lo que vienen haciendo para obtener mayores beneficios en términos de eficiencia y eficacia. Delimitando a una población específica como la es las personas desmovilizadas y de problemáticas territoriales en ciudad bolívar para que esta misma población en compañía de un tercero como lo es el colectivo de arquitectura expandida sean las que mejoren sus condiciones en un aspecto cultural y social trabajando en un barrio con problemáticas específicas y con necesidades de mejora. solucionando problemáticas de una parte de la ciudad “dando pequeños pasos”, por medio de un potocine o espacio cultural construido en base a las necesidades de la misma población en los diferentes lados de los bordes urbanos de la ciudad. El proceso de autoconstrucción se plantea como una excusa para explorar dinámicas organizativas, colectivas e intercambio de saberes entre los participantes, con un fuerte énfasis en el proceso audiovisual.
DOCUMENTO TECNICO DE SOPORTE
Graficas apartados de sorporte.
MATRIZ DE
PAGINA WEB ARQUITECTURA EXPANDIDA.
BIBLIOFigura 23: Cuadro proceso diseño participativo en la casa del viento. Fuente: Elaboración propia.
Figura 19: Cuadro proceso diseño participativo el Trebol ciudad de cali. Fuente: Elaboración propia.
Figura 16: Cuadro proceso diseño participativo en la casa del viento. Fuente: Elaboración propia.
Graficas apartados de sorporte.
Figura 5: Cuadro proceso diseño participativo en la casa de la lluvia. Fuente: Elaboración propia.
Figura 12:. Fuente: Proyecto Negociaciones Urbanas. Fuente: Arquitectura Expansiva registros fotográficos. 2016.
Figura 7: Río Bogotá. Fuente: Registros fotográficos oficina arquitectura expandida.
Figura 4: Casa del viento. Fuente: ArFigura 6: Localización, Bosa Bogotá DC. Proyecto Negociaciones Urbanas. Fuente: Google Earth Pro. quitectura Expansiva registros fotográficos. 2016.
Figura 4: Casa del viento. Fuente: Arquitectura Expansiva registros fotográficos. 2016.
Figura 3: Localización, Barrio la cecilia. Proyecto Casa de la Lluvia Fuente: Google Earth Pro.
Figura 2: Estructuras urbanas en la integración de equipamientos y tejidos residenciales, Sector Ciudad Bolívar - Bogotá DC . Fuente: Wikipedia.org
Figura 1 La ausencia de articulación entre los asentamientos habitacionales y la ciudad, Sector Ciudad Bolívar - Bogotá DC . Fuente: Wikipedia.org
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Tablas apartados de soporte.