Junio de 2015

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LENGUA DE SILENCIO Junio de 2015

JUAN ALDEA http://lenguadesilencio.blogspot.com.es/


Contenido


La noche futura El mar conoce secretos inefables pupilas de vidrio escrutan su hondura la arena medita quieta, callada, mientras yo alimento el pasado acariciando con mi vĂŠrtigo la carretera erizando el tiempo en ascuas.

El mar conoce secretos y la arena seca los besos la carretera, siempre nueva, lasciva red de venas y arterias que aĂşn atrapa el recuerdo.

Asfalto y viento, cabalgando la noche futura sin recuerdos.


Desde la raíz, el loto Dormir, y tras el sueño último en la región del amor eterno, en la noche profunda, besar las nubes que son todo aquellos que fuimos.

Días soñando al otro lado, noches viniendo en busca de mi cuerpo dormido.

El loto no olvida su raíz ama el lodo del que nació busca luz en versos mientras acaricia las ondas que estremecen el estanque, ha caído una lagrima en el centro del universo no hay preguntas ni gestos no hay signos, ni deseos.


Rumores de universo Sembrados de sangre abofetean las crines del caballo, furioso y ensombrecido por las alas del buitre, el más oscuro, el único, hermano de bilis del primer cuervo creador, alas de paja ardiendo en el cielo, manto de tul azul invadido por la espuma naciente.

Un nimio refugio en el redil, en el epicentro de una marea muerta, catástrofes al alcance de cualquier bolsillo, en cualquier país, razas desintegradas por la expansión espasmódica de un viento que se asfixia a sí mismo, vacío, huellas dejadas, sendas antiguas a mis nuevos pasos.

No importa de que color es el cielo ni como se aman él y la tierra, murmullos lejanos, rumores de universo en expansión, un parto, un jadeo, el orgasmo siempre frustrado de una noche cíclica, repetida, un inacabado principio en cuyo esférico centro se encuentra nuestro lecho, un momento extenso, hiperextenso, el único hermano de su pasado y su porvenir, oblicuo curvo, retorcido hasta la espiral concentrada en un punto, una pupila ciega en el cosmos vacío.

Un telón que se humedece, un sudor perdido en emociones embusteras, una teoría, una hipótesis, la solución actúa sobre las tablas de los primeros navíos, el espíritu de los lejanos descubridores será el escenario, correctamente ambientado, de una farsa, un arruga en el tiempo.

Un espectador demente que, desabrocha el paño mortuorio de sus preguntas, saciando su sed de tierra, tierra suelta que cubre cálida las cuencas vacías de sus ojos, preciosos ojos.

El actor responde con mil mentiras, dos mil parábolas, tres mil caricias y un espejo del vidrio más preciado,...la luz, el continente de todo lo contenido.

Comprenderemos, abandonados a la deriva de un camino sin dimensiones, sin medida, en la única y verdadera danza, con nuestro propio cuerpo, más allá de las formas, descansando en el perlado resplandor del iris que abraza la pupila que bucea en el licor perdido, nuestro reflejo, el que descansa en el mas grato lecho, ojos humanos conteniendo el universo.


La apuesta No me niegues tu ojos no ahora que he vuelto a perderlo todo... la apuesta continua y ella rueda como un dado ebrio sobre la mesa de mi vida.


Te respiro La profundidad de tu garganta ahoga las razones de mis manos y arden tus deseos en mi espalda,

me empapo a la deriva de tu voz respiro en tus orgasmos, crezco al rumor de tus gemidos y los jadeos de tu abrazo.


El desván Caracolea la distancia en las escaleras de piedra que alcanzan mi desván, mi rincón pequeño de sonrisas de aplausos y de belleza.


Palabras brujas Encerrados, caminamos, palabras brujas huimos de las voces inhumanas y de los reproches marchitos que nos dieron la vida, Con el coraz贸n temblando en la oscuridad, mecidos en el vaiv茅n mismo del mar y recogiendo estrellas en las cama de nuestro parpados.


Pureza El pasillo se divierte ahogando mi voz.

Átame entre tus brazos una vez más, como si tuviéramos razón, levanta tu sombra de esta tierra y llévala junto a mí, abre de nuevo tu pecho y regalarme el aire, jadeos, recién nacidos en la pradera despertamos entre sudor y lágrimas de vértigo en el orgasmo de la pureza.


De vuelta nuestro abrazo Somos hermosos en nuestra desnudez y nadamos en el fluido de la pasión, agotados, húmedos, y enloquecidos de amor

Sorprendidos por el chasquido de la llave en la cerradura, descubiertos y juzgados por el tránsito domado de ojos ciegos, sabes a qué me refiero, un horror vulgar que devora los sueños, que corrompe los senos de las musas, hadas violadas sobre charcos de lluvia y ambición negrura estrecha y hueca en la tela de araña de credos y mandamientos.

De vuelta a nuestro abrazo, alzamos nuestras alas para saludar al sol de los inocentes ligeros, sobre nuestra cama, bailamos en torno a la serpiente emplumada, gozamos y preñamos de caminos nuestro mapa.


Cuando todo era importante Cuando todo era importante, silencio en el alma de los amantes cuando la pasi贸n era torrente, la raz贸n pasajera, y brillaba de esplendor el estanque.

Palabras arrastradas por el pecho dejan surcos de siembra en la esperanza.

Cuando las promesas re铆an y el alma era gaviota.


De hadas Tan cerca del reino de las hadas sin mentiras sin secretos sin verdades solo la visi贸n y una caricia en el alma.


El lago Sueño Las ondas en la superficie del lago rodean el centro mismo del universo, en la orilla de oro gotea lentamente el silencio.

Las sombras susurran cuentos entre los juncos inclinados, llega el viento, los ojos se esconden, la noche parece tranquila, juegan las nubes a ser los vestidos de la luna.

Del espacio desciende la voz como nieve que cubre el valle, se posa musical sobre el reflejo, se cubre de melodía el sueño, arremolinados sobre tímidas flores danzan pequeñas chispas de deseo ...

Recostado sobre el recuerdo se despereza el amanecer, en la orilla, silencio.


Suspiros en flor El mar abierto en canal se desborda, entre labios de loto lenguas de coral.

Sentid, sentid, sentid... la vida inunda vuestra piel y el amor corretea entre suspiros en flor, sentid, sentid... la aurora sin espacio, sentid... siempre ahora, siempre aquĂ­.


El río Un poeta muerto de frío en la calle sabe que nadie escucha palabras de sabiduría, que la existencia pasa desapercibida entre el rencor de los días y las noches y el río nunca se detiene, nunca para asombrar al viajero que tampoco se detiene, y el río se muere, y aunque nadie lo sabe, el río se muere de frío en el mar.


Blues

Hoy la noche parece más apretada como si se recogiese para nunca acabar en su frío se adivina el miedo al sol, a ser disuelta en una nueva era. La nueva generación, el ciclo, que amenaza cada instante de nuestro vagabundeo de bar en bar, de sombra en sombra, seres de luna, lágrimas rotas y un reguero de fugaces esperanzas que se pierden hacia las entrañas de la ciudad, porque hoy mi alma parece más apretada, como si se recogiese para nunca acabar.


Por amor Un salto hacia la sombra de una estrella, un temblor imperceptible en cada célula.

-toma mi corazón y aliméntate-

Un espacio abierto que se introduce en la sangre, la invasión de las mareas en el fondo de mis pupilas, punzadas, ardientes, penetrando en mi garganta.

-abre tus brazos y déjame entrar-

Ese tiempo que se expande sobre mis recuerdos hacia el paisaje que se finge en mi intuición, ese perfume sagrado que me adorna el pálpito que brota de mi sonrisa.

-prueba el sabor de mi éxtasis-

Un salto hacia la sombra de una estrella, una puñalada de confianza en mi espalda, una palabra velada, un sentimiento, una vida verdadera nacida de cada emoción.


Calles vacías Sangre endemoniada recorre la calle vacía ahora que el sol ha despuntado y los hijos de la miseria se han refugiado, corazones extraviados sin retina maraña de besos que no se han dado colgados todos los buenos con el cuello reventado en un lugar extraño rozando con los dedos de genio la locura como si nadie supiese nada.

Ya no veo fuera de mis parpados no sufro ni de deseo ni de miedos en el autismo delirante de la poesía, se derrama sobre mi pecho la llovizna de una primavera con la que soñé.

Nadie estará allí para verme bailar todos se quedaron enredados con el sol, en la duplicidad de perspectivas que diseñaron con sus propias gargantas en la mañana en la que todo ocurrió.


Opio exterior He robado del dorso encloquecido de la luna cierta semilla innombrable en cuyo centro late la voz jamás domada de aquellos que huyeron en un caballo de alas blancas y la he consumido, consumado, y he soñado.

La vía láctea bañada en sangre y un espeso grito que viaja a través del hueco, desorbitados impulsos eléctricos recorren mi piel mi cuello se ha roto, y no he muerto, soy blando como el espejo de mi niñez pero mi lengua crece imparable secando todo lo que encuentra a su paso, y ahora se encoje mi cuerpo algo en el cielo engulle partes de la visión como un rompecabezas furtivo y centrado, en la silenciosa marea de la nausea hasta el infinito placer de la ausencia clara.

-sobre sus alas-


Sensación Vas a desdoblar tus pupilas para buscar dentro de una pequeña caja la respiración fatigada del no nacido y su sonrisa apenas audible guía tus miembros hacia un contacto institucional y un hervor lejano te advierte de que poco de aquello en lo que creíste no tiene sentido ahora que crees haber encontrado una lujuriosa razón para sacrificarte o escribir de espaldas a la ventana o saludar a luna reflejada en el lago de la tristeza minúscula que aún palpita en lo más profundo de tu cerebro apenas agitado por un leve susurro de aire fresco que viene de ninguna parte y nos lleva hacia el ocaso y por eso un temblor imperceptible y de pronto estás llorando y todo se ha roto de nuevo y buscas en los amarillentos y pastosos papeles esas espesas palabras que salieron sin control de tu alma adolescente cuando los sueños no jadeaban y los úteros no devoraban y de pronto te detienes para pensar por un instante y solo fue una sensación extraña y posiblemente irreal.


Carne de hierba y sol Una sola vida en la que todo ocupa su lugar, todo es uno y necesario, y los hombres olvidarán su propia huella en un aire que nunca nos perteneció, como bisontes muertos en la estepa azulados cuerpos sin importancia.

La mañana me contó secretos de luz que pocos llegaron a comprender espigas de fuego nos separan.

Una sola vida en la que todo ocupa su lugar, una vida de todos, en la que los pájaros devoran los millares de insectos que somos, concebidos por suspiros entre momentos, nacidos en el establo antes del amanecer y vestidos de por vida con nubes de recuerdos.


La noche callada Qué callada la noche cuando supo que no vendrías.

Agua de mares extraños gotea ondulante entre las sombras esquivas de nuestros cuerpos y el espacio se encoje, la vida se retuerce entre tus labios de azúcar como pez embriagado de sol, se resbala entre corrientes de oro liquido de constelación en constelación, entre tus manos de pan tu tacto de piel de uva y agua de ojos azulados de tanto buscar el cielo de tanto llorar el mar.


Sin nadie que escuche Hoy nadie tiene un cigarro nadie tiene algo de tiempo ni sangre ni venas.

Espuma de cristales rotos sobre la piel en el estupor del silencio contenido espigas de sol que se dilatan entrando y saliendo del dolor.

En la noche que cae en la espera sin nadie que escuche cenizas de barcos antiguos resecan el mar.


Latidos Una pausa en el crepúsculo labial de mi cerebro más allá de la tierra de los vagabundos después del día de los ahorcados aquí en la vorágine de epicentros cae una gota de agua que separa dos frases

en cada latido recuerdos dos vacíos

Acaricia la suave humedad de la tristeza antes de que la rabia seque mis huesos

en cada latido momentos dos vacíos en el desierto sus rostros hambre de volver a empezar de equivocarse de nuevo

arden alas en los sueños y cada nota se lleva un jadeo en la noche azulada cuerpos desnudos diluidos en la danza de la piel sin dueño.




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