Mayo de 2015

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LENGUA DE SILENCIO Mayo de 2015

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JUAN ALDEA


Contenido

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Poesidal 500mg. Para los dolores de la vida y otras emociones de diversa consideración

-La poesía siempre tiene efectos secundarios. -No consulte con nadie sobre su uso, menos aún con médicos o farmacéuticos. -Adminístrese sin precaución a niños, ancianos, madres embarazadas, y muy especialmente a enfermos terminales, incipientes o persistentes. -En caso de intoxicación simplemente disfrute.

3


Siempre seremos agua Ahora parecemos gotas siempre seremos agua.

Penumbra del atardecer lluvioso sobre la piel del descanso, recuerdos de otros lugares que no son sino recuerdos … de otros días.

Pasajero de un bote sin velas invito a la noche a diluirse en los ríos del olvido ríos que no son…sino recuerdos.

4


Maldita sonrisa vieja Maldita sonrisa vieja siempre de buen humor Âżque fue de la rabia si se comen tu comida? si escupen en tu agua, si el carro del bebĂŠ esta a punto de estallar, y un solo bosque se divide en miles y de tantos, ninguno. Tan cierto, hoy hasta el viento esta sucio.

5


Desde la última vez que te vi Desde la última vez que te vi, vestida de hojas muertas peinada tu silueta entera como si de rayos de luna se tratara, ha pasado un tiempo indecible y sin lugar a dudas calumnioso.

ya no sé mirarte a los ojos y describir tu sonrisa etérea, no se beber tus pechos ni dibujar en tu vientre secretos, por eso ante ti me desnudo encogido de frío, hambriento..., a la espera del milagro de ese milagro, poesía, que me devuelva a tus brazos.

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A orillas de una gota Solo acercarme a la orilla de esta gota sola de esta gota toda y solo mirarla y verla me ahogo y ahogado permanezco.

7


Nadie estรก ...a Juan Ramรณn Jimenez Silbo y nadie aparece lloro y nadie estรก mira a mi alrededor para ver un centro inmenso y espero.

8


Sin avisar Y si ahora, sin avisar, surge de mis manos un poema y de mis ojos una imagen si de tus manos y de tus labios un relámpago sorprendente que ilumine el camino tan oscuro de mi corazón. Y si ahora, como siempre de repente surgieran bajo las estrellas tus sueños para acompañarme esta tarde si las palabras llegasen... no haríamos poesía, si las palabras llegasen, la soledad no vendría.

9


Un cuento redondo y frío Un cuento sobre el vacío es pequeño, redondo y frío, estoy seguro, y a veces hace que llora de pura lástima, y lo acogemos, muy dentro.

Si tu quieres te engañan las noches y los días por igual, vienen y van descansos y ajetreos no es suficiente respirar hasta el amor se calla.

Un cuento sobre el vacío... te vuelves invierno siempre a la espera de despertar, es pequeño, redondo y frío y a veces aprende a llorar.

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El instante prolongado Le bastan los días al pescador si del cielo ve descolgarse, como imaginados copos de nieve, alas de gaviotas en su descenso soñado.

Le bastan al pez también sus días si en el cielo móvil de su presencia se reflejan, de extrañas bujías, liquidas estrellas en su persistente danza.

Y también este puerto de las verdades está conforme con su instante prolongado, con sus viajeros que aún anhelan tempestades con sus amantes, que aprenden a no esperar, despacio.

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Las nubes callan su propio silencio Un hombre de ojos llorosos que pinta los rincones de su memoria pasea de lado a lado en una playa ba単ada de soledad... mientras, un antiguo viento que nadie sabe que trae o que lleva se despereza. Las nubes callan su propio silencio y la tarde aguarda.

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Chiquillos La sonrisa del chiquillo hiere la siesta interior, la siesta ciega deslumbrada en su pudor.

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Como lengua y pensamiento Este viento que me ha traído ¿este viento que se ha de llevar?

Yo, que nunca creí serme extraño hoy me quiero dejar sorprender, yo que nunca fui tan fuerte es posible que ya no pueda creer.

Esos rayos de luna que rezaba el poema en lo solo de sus silencios.

Estas ondas de agua, como lengua y pensamiento.

14


Te dejaré mis recuerdos Flor de caña refleja cristal.

Un solo paraíso me queda en tus ojos resguardado, de esas manos tan ajenas un beso que ronda,

a ti te dejaré mis recuerdos famélicos de tanto olvidar,

Flor de caña refleja cristal.

15


La prisa y la nada Esta prisa de espanto me espanta sin remedio me acobardo viĂŠndola ir y regresar,

de vĂŠrtigo fuimos creados y es horizonte de nuestro caminar huyendo hacia el comienzo eternamente, hasta regresar.

16


Por si queda poco tiempo Yo no sé si el espacio estará esperando guardarnos en su próximo seno.

Yo no sé si este olor a tabaco, muerte y vuelto a matar dejará pronto hueco a la lira.

Yo no sé si desde lejos se verá menos o más no espero saber de nada por si queda poco tiempo, por si no puedo esperar.

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Letra sencilla Letra sencilla se enrosca entre tus dedos se roza contra tus huesos se bebe tus venas se deja caer marchita sencilla letra que volviste a mĂ­.

18


Vuelve mar Vuelve mar de movimiento antag贸nico vuelve mar de movimiento ambiguo vuelve mar de movimiento continuo

siempre vuelve mar si en tu baile de tiempo infinito nunca est谩s.

19


Revoluci贸n Ta帽en antiguos bronces con su sonido enamorado del clamor nuevo ... de nuestras voces.

20


Camino perdido Un paso decidido se escapó de un paseante borracho y en su largo y ágil recorrido encontró a un borracho sentado como un intento fallido,

y de pura y devota lástima se quedo sentado a su lado y un borracho erguido se escapó de un paso pío,

y en su torpe y fugaz recorrido encontró un paso pausado caminando hacia el olvido.

21


Ciego Veo pueblos ligeros sin el lastre de ninguna bandera pero no lo veo ahora no en este momento,

lo veo cuando no miro porque aveces ciego veo y a veces, miro y me ciego.

22


Aquella lluvia Si una concha le dice a su mar te quiero, si una ola de rubor se hace ala de mariposa, si un reflejo de tus ojos me anuncia un deseo, si una gota, de aquella lluvia, cae de nuevo.

23


Pensamiento continuo Aleteo de reos sobre la linea que une o separa el cielo del mar de azul en azul de cuerdas flotar si espero un minuto me dejaré secuestrar para después no recordar nada para después no querer confesar porque la sombra no es sombra de noche porque la luz se ha de acabar los peces son gritos del cielo ahogados con agua de lluvia de llantos de sordos orquídeas colores sobre la carretera que separa tu casa del río de nunca acabar de pasar pordioseros en oriente por momentos más allá si guardo en la boca el pan de mañana moriré de hambre algún día.

24


Destino Me dejó sobre esta tierra distraída y no conocieron mis ojos más brillo que el vacío, me buscó desesperado un hálito de esperanza un sueño disforme más de roces que de fragancias.

Me halló como comienzo de una leyenda noble y no queriendo enturbiar mi desvelo me aguardo en un laberinto vivo para al fin decirme a la vera del tiempo

"te encontré en cada una de las partes".

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El tiempo No me deja, el tiempo, ni un solo lugar en el que descansar, no muestra, tampoco, una caída clara, abierta a la verticalidad.

No me deja, el tiempo, saber muy bien lo que digo o escribo, no pinto cielos y cuando encuentro una tela de araña la destrozo cobarde con un largo palo de distancia, no es muy práctico, no veo dónde empieza la pared o acaba el viento que aúlla fuera.

No me deja, el tiempo, vivir ni morir en buena hora, impuntual, siempre me delata.

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Esta ausencia de magia La piel vestida como la tierra allanada como el cielo definido.

La duda segura como la dulzura moderada como los gritos modulados.

Los besos precisos como las manos adiestradas como los suspiros concretos.

La vida eficaz como la mancha explicada como la muerte sabida.

La Fe consentida como el dolor en esta ausencia de magia.

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Escribo mudo El poema escrito es arcaico bĂĄsico en su forma y materia, no alcanza el alma de los hombres ningĂşn alma.

El poema siempre quiso ser cantado anunciado en la voz humana para hacerse cercano, comprensible a travĂŠs de una mirada o de un temblor de manos.

El poema siempre quiso escapar de su oculto trazo para hacerse visible culto entres las mentes perladas de ocio.

Escribo enmudecido buscando el poema que sea indeseable a la danza de los sapos recitadores.

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Un libro a tiempo Leo un libro para detener el tiempo, escribo un libro para inventar el tiempo. Leo un libro para detener el tiempo escribo un libro para inventar el tiempo.

Yo lo tomo yo lo uso yo lo creo genero tiempo. Yo lo tomo yo lo creo

yo lo uso genero tiempo.

20.000 leguas, 80 dĂ­as, 5 horas, aquĂ­ y ahora, el pensamiento es irrealidad el pensamiento agua acto tiempo.

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Reina tristeza Sobre la tierra una siempre cansada linea horizontal. Bajo el cielo rayando el infierno arena en llamas descansa a la espera del mar. Una flor que despierta en el agua una tristeza vestida de reina impaciente.

30


Tal vez despertemos Tal vez si paramos aquí el pensamiento encentraremos ahora el adverbio tal vez sin detenerlo.

La palabra encierra y no contienen nada la imagen engaña todo habla con facilidad opina sin misericordia como si se negase cierta naturaleza a abandonarnos.

No queda nunca ningún tiempo y cada parpadeo es una ceguera atemporal todo sentimiento un diluvio como si nunca quedase nada más.

Hay palabras vacías e imágenes muertas hay suplicios mal interpretados, hay tripas, ojos y manos, que desaparecen en el silencio quede el espacio que quede

tal vez 31


si paramos el pensamiento no encontremos nada que desaparezca como si tuviese miedo tal vez si nunca abrimos los ojos y permaneciĂŠsemos despertemos.

32


Niña almendra Te llamaré niña almendra, de claros ojos castaños de piel fina suave como tus besos morena cuando las sábanas nos van cubriendo, luminosa cuando el amanecer de luz de leche te baña, dorada en el mediodía cálido de nuestro encuentro.

Te llamaré niña almendra, de dulces labios y dedos de dulces caricias y palabras de dulces abrazos y gestos, y te dejaré sobre la tierra del instante para ver como crecen tus frutos raíces y ramas dándole forma al tiempo, y me quedaré sentado a tu lado respirándote.

Te llamaré niña almendra, sin poder ser ni tu sol ni tu agua ni tu tierra, seré solo el campesino que espera las flores de tu primavera, y sentado al frescor de tu sombra 33


serĂŠ tan solo hombre llamĂĄndote niĂąa almendra.

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Escribir poesía Podría decirse sin pretender resultar pedante que escribir poesía es como cagar nueces imposible de olvidar imposible, o dijéramos, simplemente impropio, no mirar atrás.

35


Ni単o luna Tenemos un infierno de dudas por cada cielo de preguntas y en las charcas de luz alada el reflejo de una sonrisa oscura del ni単o luna.

Tenemos tantos pecados como perdones no dados y aunque ya no lloramos tanto a veces, embrujados, aullamos, de grande y puro dolor, hermoso mar inflamado sencillos besos robados.

Deliberadamente cansados caminando hacia el reposo.

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Pensamiento continuo II ...el arroyo ensordecedor de estrellas antiguas me persigue sin importarle el día o la noche las voces vivas de aquellos poemas se abalanzan sobre mi se introducen en mi cerebro a través de los poros de mi piel helada fueron poema de amor de odio de muerte incluso de amistad palabras veraces que aguardan en su letargo a ser olvidadas para entonces caer desde las nubes de la melancolía sobre todo lo que me rodea el valle la laguna la ausencia y leí poemas que podrían matarte enamorarte alejarte dormirte penetrarte incendiar tu piel en la marea de un recuerdo espinoso de viejas batallas contra la incomprensión momentos de gloria que conocí y que cambiaron mi sombra por una ventana de luz pero ahora el recuerdo atormenta pesa y no me empuja ya a luchar queda lejano y ajeno me abandona para formar un nuevo engendro de mis dudas con existencia propia y más poderoso que yo ahora cuando la lujuria se mezcla con la esperanza ahora que confundo tus ojos con el contorno de mis alas ahora que no me importa quién puede a quién me pierdo y vuelvo a luchar contra aquello que ya vencí resucitado insurrecto el calor se atrinchera en tus brazos y mis espasmos fluidos de sinceridad no rompen el sitio la resistencia me lastima de la arena de tu piel mi playa extraeré el cristal en el que guardar el secreto cáliz del que beberé hasta ser la sangre del cielo sin importar el horror que me persigue una niñez vengativa que sabe que no puede volver nada importa en la evolución nada detiene el curso de una mirada hacia la muerte tampoco detiene la vibración expansiva de una caricia hacia el amor la quietud es decepción...

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Pretérito imperfecto Como si las palabras fueran o fuesen como esas flores que adornan los cementerios recordándonos quienes somos dónde estamos y quiénes se fueron a la sombra de cipreses de elevados pensamientos que se nos escapan de ganas de tocar el cielo.

38


Princesa A la vera de tu piel de niña triste y sola le jadeé yo anoche y las noches que no recuerdo, agarrado del temblor de tus misterios penetrando en tus mentiras locas viendo como, poco a poco, se te va deshaciendo la muralla de soberbia fría y boba dejándote ir y venir contra mí y empezando, lentamente, a sentirte parte del viento.

Como olvidarte princesa de los deseos, cuantas veces quisiste matar a tu padre enredándote en mi cuerpo escupiendo tu rabia en cada lúbrico beso.

Como olvidarte princesa... si estamos todos tan locos tan solos y tan muertos

que a matarnos y parirnos 39


mal follando llamamos tiempo.

Como olvidarte, princesa... si casi te quiero.

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Dudas peinadas Como algas por la siempre corriente peinadas, asĂ­ son las dudas, luminosas y frĂ­as, asĂ­ son, adjetivadas, las ideas y los celos de mi mente.

...querer deseos quiere, de mi calma impaciente.

41


Luz Posé mis manos sobre tu piel ...y toqué tu alma Luz.

42


Soy Sol Como un sol desnudo baĂąado por olas de piel superficie de un mar de sueĂąos, lentamente alejados de la orilla recuerdos de arena y tristeza.

Como un hombre asustado en la inmensidad del espacio los ojos ya no alcanzan, la silueta del sentimiento la frontera de lo posible se desvanecen como humo bajo los influjos de los remolinos de tu viento.

Como un sol descendido de los cielos de la fantasĂ­a tiritando de frĂ­o en esta nueva tierra.

43


Viejo rey lagarto Me empeñé en bailar con cierto sentido del orden intenté modular los sentidos y limar las asperezas del viento, vestido de blanco divertido con ese gesto tan bien parecido

y de repente, tan engalanado perdí el paso y al momento, que desgraciado me vi despeinado.

Como un renacuajo que escapó de su regato intenté mudar mi piel resbaladiza por mantras, sutras y mandalas de osada paciencia mística... y perdí el paso, que desgraciado y me vi despeinado, como un renacuajo que escapó de su regato y sigue soñando cada noche con el viejo rey lagarto.

44


Al final de cada tarde Devuélveme cariño la mordida en el instante, la llama en cada gesto.

Acaríciame mi sueño al final de cada tarde.

45


En el corazón del laberinto En el corazón del laberinto caballeros del tiempo que fuimos se enfrentan a las garras del dragón mientras sienten que todo termina.

En el corazón del laberinto como sueños rotos de cristales rotos los niños desnudos tiemblan de miedo mientras sienten que todo termina.

En el corazón del laberinto cada cuál camina muy solo ni el nuevo amor ni el amor eterno hieren de luces los rincones de sombra.

Ni tan siquiera cuando cabalgamos estrellas fugaces deja la noche de ser noche en el laberinto del corazón.

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Mujer Torrente luminoso mujer, valga la poética, retruécano de incertidumbres saliva de cariño que acarician palabras de deseo, abrázame en la infinitud si en tu espalda escribo las rimas ardientes, en tus mejillas de pétalo encuentro paisajes de nieve.

Eres a la tierra la semilla de todas las flores que aún no he visto.

Eres en el aire la corriente que agita mis sentidos inmensa borrasca de placer.

Eres a la luz de la luna del verso de un Rubén Dario de rima helénica embriagada.

Fluida y deleitosa mujer 47


si por un segundo partĂ­cula ciega de lo eterno pudiera amarte recorrer los abismos de tus mares de carne con pasiones elementales si pudiera, por un segundo resplandeciente adornar de orgasmos el inmenso palacio de tu placer.

Eres el espacio exacto entre cada uno de los versos del poema que siempre busquĂŠ.

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Bruma En las entrañas de esta bruma oigo el aullido del lobo y palpita el corazón de esta isla sueño.

49


Las curvas de tu alma Por el mapa de tu espalda se dibujan los viajes que conducen al hombre que soy.

La ciudad parece dormida desde hace varios dĂ­as y la nostalgia esta empapada.

Por las curvas de tu alma se mece mi descanso.

50


Caricias de aire Vienen dĂ­as de tormentas de saliva abandonada piel y espacios por descubrir de la mano de esta hormona sideral hacia estrellas de senos y elipses de deseos

por momentos los dedos se acarician a si mismos la mirada se vuelve una luna cautiva y la sangre marea embrujada serpientes de luz en espirales imposibles cuerpos compenetrados y mil hogueras descendiendo desde la cĂşpula dorada del instante.

Caricias de aire arropados por la corriente de los ocĂŠanos

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que nos enseĂąan a nadar cubiertos de espuma vienen dĂ­as de tormentas de saliva y espacios por descubrir.

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Ya nada está Hoy han venido los días a llamar a mi puerta con sus alas oscuras como el cuervo del poeta, y hoy no tuve miedo de abrir para dejarme rodear de su sombra, cobijarme en su suave pesar pensando en el río luciente que como no, ha de pasar. Hoy me acuerdo un poco más de los que fueron mis recuerdos y del dulce sabor que se escapa de mi lengua por momentos sintiendo que ya nada de lo que estaba a decir verdad, está.

53


Con dos hielos Ya no puedo perder ni un segundo más en los escaparates las luces en las pantallas el miedo los ojos del mundo se cierran arrepentidos hartos de puro dolor.

Los corazones tiernos abrazan el nuevo vacío pacífico que pretende unirnos a todos envueltos en sábanas blancas y la tierra se rompe y el cielo amenaza.

Baña mi cuerpo de olvido con dos hielos y unas gotas de limón y no me preguntes más que diablos nos está pasando.

Y no puedo perder ni un segundo más los muros vienen y van se mueren las bocas de sed mientras se operan sonrisas.... ¿ Sabes tu cuanto tiempo nos queda?

54


La esquina del mundo Vestidita de luna paseaba por las calles hĂşmedas cada noche buscando la esquina en la que doblar el pequeĂąo mundo de sus ojos y poder guardarlo para siempre como una foto que ya nos parece mentira al fondo del cajĂłn.

55


Morir de ausencia Las campanas del embarcadero tiritan al ver llegar a la galera del desconsuelo cuando se va y para siempre se va la mujer palabra amor de intenciones afiladas que el telón de sueños rasgaron por fin...

Suena la canción maldita y la letrina alivia lo que la taberna no ahoga y sonrío de lado imaginando que vuelve a pasar ...a mi lado... y vuelve siempre a pasar. a punto de morir de ausencia el capitán corazón naufraga sin apenas llorar.

Lleva entre sus manos un pañuelo bordado de recuerdos y en el alma una herida abierta las estrellas en sus ojos y a a sus pies la arena de la eternidad. 56


Que ya no estoy aquí Algunos días sueño que caen las hojas de un libro en blanco sobre las olas del mar, y al amanecer tus manos las recogen en la orilla... y lloran tus ojos.

Algunos días sueño que ya no estoy aquí y mi corazón tirita de frío al despertar.

57


¿ A dónde se va? Esperando que vuelva la risa a pasar el hombre de blanco se sienta a la orilla de un río claro, y entre tanto y tanto, un niño a un árbol encaramado le preguntó: Y esta tarde que se va... ¿ a dónde se va?

58


Pueblo La luna haciendo pucheros y la yaya lavando la ropa en el corral se curan las heridas, mientras, las moscas molestan.

59


Buceando nada Como negra es la negra noche solitaria sin corazón ni atención cabalgada sobre la serpiente de arena blanca hacia el sueño vagabundo de mi propia locura surtidor de lagrimas resplandecientes.

Antiguas palabras que hieren las mente acondicionadas de una edad moderna odios que bucean nada mientras hasta el último perro ladra cobarde en el callejón que todos llaman tiempo.

60


Dibujando mares Se han movido tus manos y las nubes del cielo se han abierto rayos de ternura atraviesan el aire estremecido mientras tus ojos se pierden en los m铆os y mi respiraci贸n te abraza, una lengua tibia de deseo acaricia la noche y el tiempo se ha detenido...

solo nos queda un presente eterno un parpadeo el silencio que al fin nos desnuda y el embravecido mar dibujando nuestros cuerpos.

61


Dulce nuez de sentimientos Acariciado tu cuerpo por los últimos rayos de la tarde, así fue como te descubrieron mis ojos, así, como te bese por primera vez.

Del amor y de la pasión han escrito poetas alegres igual que lo hicieron, muchos otros, con ese agua que abrasa en los ojos que duele desde el alma y brota llenando la ausencia que los recuerdos huidos dejan.

Temblorosas mis manos como tiemblan las hojas del árbol de viento adornado, acaricié tu piel, y sentí detenerse el instante, como el niño que juega a la orilla de un río me empape de tu sonrisa, y como la métrica inexacta de los poemas que me arroparon permanecí confundido a tu lado.

62


Yo no quiero saber nada ni vivir deprisa ni despacio ya ni le temo al miedo ni me acuerdo del olvido... porque si en el camino tu cobijo encontré y en el letargo de un tiempo cansado nos quedan aún instantes que me hagan estremecer, si sentí en tus labios el sabor coloreado de tu deseo y el cascarón abierto descubre la dulce nuez de mis propios sentimientos, naveguemos, juntos, surquemos cielos y sueños porque si no todo lo lento nos aproxima despacio... yo me descubro y sonrío en cálida reverencia ante este tu cariño con hilos de brevedad bordado.

63


Cenizas Cada vez que siento siento más sentimiento y después de todo las puertas de la palabra siguen abiertas en este baile de máscaras al compás del tiempo el viento se dobla y vomita corrompido el humo de un cigarrillo sin sentido ni tino como aquel día de otoño arrullado por nadie a la sombra de un sol de justicia donde el barro se hace ceniza y el corazón se hace luz.

64


Ya no quiero A la poesĂ­a de lo inconcreto al pan que abriga el camino al vino del corazĂłn amado al regalo de habernos conocido.

Si te dije alguna vez que cada tormenta es un remanso si alguna vez te digo que me dejes abandonado en la isla del olvido que yo ya no quiero que yo ya no quiero y de tus ojos las preguntas me bebo como lagarto se bebe el sol marchito sobre la piedra del camino.

A la poesĂ­a de lo inconcreto al pan que abriga que me deja abandonado que yo ya no quiero ya no quiero.

65


Tan cerca Te vi sentada tan cerca que apenas sabía mirarte, como la madera ardiendo en el hogar nos canta así tu voz me inundaba suave y lento, como esa hora que no pasa contando estrellas fugaces, como esa marea incesante que baña las orillas del tiempo.

Te toque tan pronto tan torpe y tan poco que apenas lo recuerdo, y aún así tu aliento me riega aún tus dedos me bebo en este trajín de posibilidades de la cocina de mis sueños.

66


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