2 minute read

3

Uno de los artistas más extraordinarios del siglo XX, y a veces poco conocido, o poco reconocido, es el pintor alemán, nacido en Suiza, Paul Klee (1879-1940). Además de su obra, que es la más extensa en número de piezas creadas, destaca por sus reflexiones y contribu- ciones estéticas al mundo de la creación artística. De estas reflexiones quisiera destacar tres que me parecen de suma importancia. La primera es que el artista debe lanzarse sin miedo a una “libertad de creación absoluta”, sin restricciones ni limitaciones de ningún tipo, ni las provenientes de la “Academia”, ni las que surgen de los propios miedos personales del artista, ni las que imponen las modas o gustos temporales de cada época o cada cultura, ni el clásico prurito sobre si mi obra quedará bien, o si gustará, o si tendrá éxito de crítica o comercial. La segunda es que el artista debe “conocer bien su oficio”, sus mate- riales, sus herramientas, sus técnicas, sus fórmulas, y las posibilidades y límites reales de todos ellos. Sin ese conocimiento, el artista cami- nará cojo y ciego por el enorme territorio de la creación. Por eso una buena parte del tiempo debe dedicarse a la investigación en el taller, a la comisión de errores, a enfrentar las dificultades técnicas, en defi- nitiva a probar y experimentar, para adquirir la maestría que el oficio y su nobleza requieren.

La tercera es que el artista debe contestarse con total sinceridad a la pregunta básica de si quiere ser “contemporáneo” y hablar con su arte de los problemas y situaciones reales de su época que urgen a una resolución, o bien quiere ser “extemporáneo” y hablar con su arte de elementos y valores de carácter universal que corresponden a la esencial naturaleza humana y del mundo, y que no se atienen a fechas ni a épocas. Según Paul Klee, ambas propuestas son perfectamente válidas, y normalmente se opta por una o por otra, aunque lo idóneo es que el artista pudiera fundir ambas en sus obras. No obstante, la dificultad de conseguirlo supone la escala más alta de la creación artística, reservada por lo tanto para los genios. Sin embargo, esto debe servir de luminaria para cualquier creador, independientemente de si lo alcanza o no. Será siempre una estrella en el horizonte para guiar su camino lleno de sorpresas, sufrimientos, placeres, esperanzas y despertares. Esperamos, desde el equipo de organización de la exposición, que los visitantes puedan descubrir estas tres reflexiones en cada uno de los autores que presentamos, y que se deleiten al observar de qué modos tan distintos ha caminado cada uno en la aventura de la creatividad.

Advertisement

Jose Manuel Pérez Cortijo, profesor de filosofía y pintor.

This article is from: