Kaica

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Ilustrado por Juana Pinto


Desde el corazón de La Gran Sabana, en la frontera de Venezuela con Brasil, vivía una pareja perteneciente a la etnia Pemón, ella se llamaba Vikui y el Karuty, como bien es sabido a través de la historia los pemones llevan una vida tranquila, lo cual no tiene nada que ver con pasiva, puesto que ellos son hábiles trabajadores y buenos artesanos y cazadores, conocen bien su entorno. Esta pareja, ya llevaba un tiempo de casados pero aun no habían podido concebir su primer hijo: En la etnia pemón creen mucho en la unión familiar y una vez que una pareja se casa debe procrear hijos casi que de inmediato, sino son acusados de no querer seguir con las costumbres y creencias de sus ancestros. Los recién casados hacían lo posible por satisfacer las normas de su grupo, y traer hijos al mundo pero lamentablemente no se les daba. En ocasiones Vikui lloraba y lloraba desconsoladamente, porque no podía concebir un hijo. Karuty era un esposo que cumplía con todas las características de un autentico


pemón, amaba profundamente a su esposa Vikui, y le dolía verla sufrir. Un buen día, Karuty salió a su jornada de trabajo como todos los días, se encontraba en la faena de la caza, se distrajo un poco y perdió de vista a sus compañeros, cuando de repente sintió una voz muy sutil que le llamaba: Karutyyyyyyy, Karutyyyyy! Ven, necesito hablarte! Karuty sorprendido y algo temeroso se dejo llevar por aquello que lo llamaba, caminaba y caminaba, mientras que la voz se hacia cada vez mas clara. Mientras se iba abriendo camino entre los frondosos árboles, logró divisar una hermosa piedra, la cual emanaba una energía electrizante, amor, una magia indescriptible, Karuty sintió mucha seguridad y se abrazó a la piedra, en ese momento una luz brillante y cálida a la vez, lo envolvió y esa voz de manera muy suave le dijo: Debes visitar otras tierras, conocer otros sitios, interactuar con otra gente, todo esto en compañía de tu gran esposa y serán bendecidos. En ese momento Karuty, recordó que su padre ya fallecido siempre orgulloso de su etnia pemón, le había hablado en infinitas ocasiones de sus ancestros, recordando además la historia de Kueka, un pemón que se enamoró de una indígena perteneciente a otra étnia y como eso estaba terminantemente prohibido ya que los indígenas debían casarse con los integrantes de su mismo entorno, fueron malditos y convertidos en piedras, hoy en día


conocido como el abuelo y la abuela, y a partir de ese momento las piedras eran como dioses que adoraban y por amor guiaban a los integrantes de su mismo grupo indígena a ser felices. En ese gran momento de paz y reflexión Karuty, entendió la señal y corrió a su vivienda a contárselo a su esposa. Vikui un poco desconcertada, no estaba muy de acuerdo con lo que su esposo le proponía, tenia que irse de su hogar, del sitio donde nacieron, separarse de sus familiares, en fin tantas cosas, que le parecía un tanto descabellada la proposición, sin embargo por el inmenso amor que le tenia a su esposo, accedió. Fue así como la pareja de esposos decidió emprender viaje hacia otro lugar, fue muy dolorosa la despedida de sus familiares, de sus raíces, sin embargo, ellos sentían que era lo correcto. Karuty y Vikui, estaban conscientes de que todo comienzo era difícil, y sobre todo en otras tierras que no eran las nativas, sin embargo el entusiasmo los abordaba, sentían la fortaleza de que ellos eran hábiles trabajadores y buenos artesanos, además de cazadores por excelencia, y completamente entregados cuando de trabajo se


trataba para conseguir su sustento. Después de un largo trajinar, a duras penas llegaron a Canaima, en el Estado Bolívar, con la intención de descansar allí unos días para seguir su camino. Quedaron completamente maravillados con el paisaje que allí encontraron, la inmensa laguna, unos saltos y cascadas increíbles, gente muy amable, y la gran sorpresa fue encontrarse también con pemones que vivían en esa zona y quienes amablemente les ofrecieron un excelente trato, hospedaje y comida, lo que hizo que la estadía se prolongara por unos días. Todos los integrantes de la étnia, estaban contentos con la llegada de estos dos nuevos compañeros, quienes desde el principio gozaron de la simpatía de los lugareños. Karuty y Vikui deciden que es momento de seguir su recorrido, cuando uno de los compañeros pemones le manifiesta a Karuty, que si deseaban podían quedarse allí, el se encargaría de conseguirles trabajo a ambos y podrían llevar una vida tranquila y plena en ese lugar. Todos los que se encontraban en ese lugar, estuvieron de acuerdo y les aclamaban que se quedaran, y como para ellos no había sido difícil la adaptación en esos pocos días decidieron quedarse. En vista de que Canaima es un sitio turístico por excelencia en Venezuela, siempre hay trabajo, Karuty pronto aprendió a navegar en curiara y prestaba servicios de paseos a los turistas; por su parte Vikui se destacaba con la artesanía, y así en poco tiempo la pareja logró acomodarse perfectamente en su nueva comunidad. Y así pasaron los meses, al cabo de un año, Vikui se encontraba como siempre elaborando sus hermosas vasijas de cerámica, virtud heredada de su madre, comenzó a sentirse muy débil y desvanecida, pero no le comentaba nada a su esposo de esos malestares para no preocuparlo, hasta que un día cayo desmayada, luego de prestarle la ayuda medica el Doctor le confirma que se trata de un embarazo. Vikui gritaba de alegría, porque su sueño se le hacia realidad, por fin había podido concebir un hijo, y le daría esa gran alegría a su esposo, sabia que ese niño o niña seria una verdadera bendición. Al regresar Karuty de su trabajo, Vikui le conto la noticia. En ese momento Karuty sintió una alegría inmensa en su corazón, y enseguida lo abrazó la misma sensación que sintió un tiempo atrás, cuando escucho la voz en la selva de la piedra “la abuela”; inmediatamente tuvo la necesidad de inclinar su cabeza en gesto de agradecimiento, ya que sabia que se


trataba del milagro que le había concedido sus ancestros, por lo que en su idioma originario exclamó: ¡Gracias Abuela! Una vez mas Karuty recordó a su padre, y ahora el personalmente tenia una historia verdadera que contarle a su hija, a quien siempre sintió que iba a ser una niña y en honor a su madre, ya fallecida la llamaría Kaica, y juró que haría de ella una mujer de bien, trabajaría duro para darle todo lo que necesitara, pero sin jamás olvidarse de sus raíces pemonas de la cual era descendiente.

Fueron pasando los meses, Karuty y Vikui, seguían trabajando sin descanso, para dar a su hija todo cuanto merecía, y por fin llego el gran día, el nacimiento de la niña, por supuesto fue una niña. Kaica fue recibida con gran alegría entre la comunidad porque sabían el milagro que representaba, la niña fue creciendo muy sana y a medida que lo hacia demostraba su gran inteligencia, sacaba excelentes calificaciones en su escuela, desde muy pequeña manifestó su deseo de ser piloto de avión, prometió a sus padres que estudiaría mucho


hasta lograrlo, se acostumbró a ayudar a su madre en el negocio de las cerámicas, ya que con el pasar del tiempo, Vikui logró expandir su negocio y contaba con una hermosa tienda de artesanías, la cual era visita obligada para los turistas que visitaban Canaima. Por su parte Karuty, logró ser el dueño de una flota de curiaras donde prestaba el servicio a turistas en el traslado desde la Laguna Canaima hasta los diferentes saltos y cascadas. Y así, una a una se les fueron cumpliendo sus metas, agradecidos siempre de sus raíces pemonas y de haber sabido seguir el consejo de sus ancestros “La piedra abuela” que para algunos es un misterio pero para los verdaderos pemones es parte de su vida. Finalmente, Kaica logró ser piloto de aviones y un día llevo a sus padres hasta su sitio nativo a saludar a familiares y agradecer a “la abuela” el sabio consejo que dio a su padre en el pasado. Fue una gran satisfacción para Kaica, poder pilotear ella misma la avioneta para llevar a sus padres a reencontrarse con sus raíces.


Con este breve cuento se busca ahondar un poco en las raíces de nuestros indígenas, especialmente la etnia Pemón, basándose en leyendas que se han presentado a través de la historia conociendo sus estilos de vidas, características y creencias. Una manera muy interesante de conocer nuestros ancestros y la manera emprendedora de poder salir adelante a pesar de las adversidades.

Editorial Juanita´s


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