La pedagogã a social y la pedagogã a del texto en el contexto educativo

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LA PEDAGOGÍA SOCIAL Y L A PEDAGOGÍA DEL TEXTO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO ALFONSO CALA MIGUEL ESTUPIÑÁN JUAN CARLOS GÓMEZ

ELKIN RÍOS OSORIO JUAN CARLOS FRANCO

DOCENTES UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE FUNDACIÓN UNVERSITARIA CATÓLICA DEL NORTE

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN



MAESTRO, TÚ ERES MARAVILLOSO...

Eres capaz de hacer maravillas, tú puedes concebir planes meritorios. Concreta un proyecto y entrégate a hacerlo efectivo: Los prodigios que puedes lograr no resultarán por arte de magia. Persiste en realizar un propósito concreto. La fórmula para triunfar, es idear un proyecto grandioso, y luego, trabajar con entusiasmo hasta verlo realizado. La imaginación te proyecta a las alturas, pero; para ascender a ellas, debes activar tus energías, orientándolas con tu inteligencia y avivándolas con el fervor de tu corazón. MAESTRO: ERES UN DINAMISMO DE SUPERACIÓN.



LA PEDAGOGÍA SOCIAL Y LA PEDAGOGÍA DEL TEXTO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO

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CONTENIDO



QUÉ DEBE SABER EL DOCENTE… PARA LLEGAR A UNA VERDADERA PEDAGOGÍA SOCIAL… Las instituciones educativas en las cuales laboramos, requieren Maestros que vivan su profesión como una vocación, entregando a la labor educativa sus valores, tiempo y capacidad. Se valoren como personas, aceptando sus limitaciones y cualidades. Sean conscientes de que su labor educativa depende no sólo de lo que saben, sino de lo que son como personas y del testimonio que den a sus alumnos. Tengan capacidad creativa e innovadora, que promuevan, la investigación y la participación de los estudiantes en el proceso educativo y formativo. Desempeñen sus funciones con ética profesional, teniendo como referente los fines de la educación y siendo maestros, personas y ejemplos inolvidables. Se mantenga actualizado sobre el saber pedagógico y los saberes propios de su área. Lidere condiciones, procesos y acciones pedagógicas para que los estudiantes logren su aprendizaje. Tenga compromiso institucional, trabaje en equipo, planee y gestione actividades institucionales que ayuden a la Organización Escolar. Interactúe, en sana convivencia, con los padres de familia y/o acudientes y con el entorno en búsqueda de la formación integral de sus alumnos y del mejoramiento psicológico e institucional en armonía con el medio ambiente. JUAN CARLOS GÓMEZ Especialista en Innovaciones Pedagógicas y Curriculares.


A MANERA DE REFLEXIÓN… El presente texto pretende determinar los saberes necesarios del docente para hacer frente al proceso de enseñanza aprendizaje en el aula.

EL ESCENARIO DEL DOCENTE Cuando hablamos de formación que debe tener el docente comúnmente se piensa en el conocimiento o dominio de los contenidos de la asignatura y que conozca aspectos básicos de disciplina, y con eso creemos que es más que suficiente. Nos concentramos como docentes en que nuestros alumnos sean capaces de resolver una ecuación, de recordar una fecha o suceso, conozca la estructura de una oración, que pueda hacer un balance general, etc. Ponemos por encima el conocimiento, antes que la actitud. Y cuando vemos los resultados en las calificaciones comúnmente cuestionamos las habilidades de los alumnos, vemos en ellos poco interés, no asimila, no entrega sus trabajos a tiempo, no entiende lo más fundamental en clase, cuestionamos hasta sus conocimientos básico y la culpa por completo es de ellos, porque no se han preocupado por ir acumulado el conjunto de saberes que se les han trasferido en los distintos niveles y grados de su educación. En fin son unos burros, este es uno de los muchos calificativos que empleamos con ellos. Pero la pregunta ¿es la responsabilidad de los alumnos?, evidentemente no, añadimos otros factores como las situación económica de los alumnos, su lugar de origen, condición social, credo, etc. ¡Pero nunca el docente! Es obvio que la principal razón recae en tres partes: escuela, alumno y docente. Se analizarán brevemente los dos primeros aspectos nos servirán para contextualizar y finalmente no ocuparemos de los saberes que requiere el docente para ejercicio de su función. Maturana sostiene que en la herencia clásica el saber que proporciona la escuela, son en sí mismo factores de emancipación, liberación y promoción humana, y como reza en todos los contratos sociales y constituciones, la institución escolar será la encargada de la distribución de los saberes equitativamente, por encima de las diferencias sociales, sexuales, étnicas, etc. Contribuyendo a la extinción de las desigualdades y privilegios. Una instancia de reproducción de las relaciones sociales de dominación y, por tanto, de las formas de conciencia y representación ideológica que le dan legitimidad. (López, 2003: 48) La escuela tiene el fin de proporcionar conocimientos, desarrollar habilidades y actitudes que preparen a las personas para asumir responsablemente las tareas de la participación social, les permitan aprender por cuenta propia y tener flexibilidad para adaptarse a un mundo en permanente transformación que garantice la atención a las necesidades de diferentes grupos en diversos espacios y situaciones, que sea incluyente. Es decir, una educación que propicie la equidad, independientemente del medio en que vivan. Como se puede ver, es una posición idealista de lo que debe ser la escuela, pues refiere un espacio donde se preparan personas para ser incorporadas a la sociedad, a la cultura, pero al mismo tiempo educados en valores como el respeto, la ciudadanía y la democracia. Pero la pregunta: ¿Todos los alumnos son iguales en todas las escuelas y todas las escuelas son iguales para todos los alumnos? Evidentemente no, porque las escuelas juegan un papel primordial en la reproducción de privilegios culturales en donde se ven claramente las diferencias naturales sobre las cuales descansan los fallos selectivos y discriminatorios de esta institución. Para Pierre Bourdieu la escuela es una instancia de reproducción de las relaciones sociales de dominación y, por tanto, de las formas de conciencia y representación ideológica que le dan legitimidad. (Bourdieu, 2002: 98)


En realidad, la escuela es más que un espacio de formación de personas para ser educados y ser capaces de seguir aprendiendo a lo largo de su vida. Pues en ella suceden representaciones de una forma de vida social donde siempre están implícitas relaciones de poder y de prácticas sociales que privilegian el conocimiento en proporción a una visión del pasado, del presente o del futuro. Para Giroux (2002) las escuelas inculcan histórica y actualmente una idea profesional meritocrática, racionalizando la industria del conocimiento por niveles de clase social; reproducen la desigualdad, el racismo, el sexismo, y fragmentan las relaciones sociales democráticas mediante la enfatización en la competitividad, androcentrismo, el logocentrismo y el etnocentrismo cultural. La escuela debe ser considerada como una arena política cultural, porque el aprendizaje no es un proceso neutral o transparente, más bien, es un proceso cultural e histórico en el que los grupos selectos son posicionados mediante relaciones asimétricas de poder que reproducen principios, valores y privilegios. (Giroux, 1998: 49) Como institución eminentemente política, la escuela está profundamente involucrada en la reproducción de los valores sociales, económicos y culturales determinando las conductas, saberes y disposiciones vigentes, así como en la conservación de esas formas sociales dominantes que reproducen las configuraciones actuales de poder. Por tanto, las escuelas están organizadas principalmente de acuerdo con un tipo de autoridad directiva, procedimental y técnica. Pero intentemos ver más allá a la escuela del espacio reproductivo y de relaciones dominantes vigentes, es también un lugar de mediación, oposición y donde surgen nuevas posibilidades que tienen muy en cuenta la producción de saber, identidades sociales y valores. Creamos firmemente que la escuela tiene la oportunidad de ampliar las capacidades humanas de los alumnos y otras que desarrollen la capacidad de vivir y orientarse en una democracia multicultural y multirracial. Giroux en sus escritos confiere a la escuela un papel importante en la formación de una ciudadanía crítica, que a través de un nuevo discurso establezca la diferencia cultural que luche para recuperar la vida pública democrática. La ciudadanía aparece directamente vinculada al eje de la inclusión-exclusión. Y además de las condiciones objetivas que la soportan (instituciones, políticas, servicios, normas) tiene un componente afectivo importante que se expresa en "nuevas sensibilidades" (Martín Barbero, 1998), que reorganizan los saberes tradicionales en un contexto de incertidumbre para ponerlos a funcionar, a veces con un sentido pragmático, a veces crítico, con el objeto de ganar espacios de inclusión y participación (Reguillo, 2000: 1) La enseñanza es un servicio público absolutamente clave en la vida de un país. La escuela ofrece a la nación la posibilidad de dedicarse por sí misma y de una manera reflexiva a configurar una educación dedicada a una ciudadanía responsable, al tiempo que apela a las responsabilidades de las futuras generaciones en la lucha a favor de la democracia. "La democracia no se hereda". En todo momento hay que luchar por ella. Para comenzar a hablar del alumno primeramente, es necesario conocer la acción pedagógica primaria, resultado de la educación familiar, que ejerce los efectos más duraderos e irreversibles. Bourdieu (2002) la llama el habitus de clase que se hará presente en los aprendizajes posteriores, es decir, acciones pedagógicas secundarias. El habitus primario inculcado por la familia será el inicio para cualquier habitus posterior. En este sentido, es de vital importancia rescatar el capital cultural heredado, porque juega un papel decisivo en la desigualdad de distribución de beneficios escolares, las acciones educativas formalizan y explicitan principios que operan en la práctica y de los cuales el alumno ya tiene dominio previo, gracias a la socialización primaria. Los esquemas de valoración, los sistemas simbólicos, y en general, la lógica del orden sociocultural, varía del grupo y clase social del cual provenga, y se expresa como disposiciones (categorías de pensamiento, actitudes, aspiraciones, entre otras) que le permiten determinada trayectoria escolar exitosa o deficiente.


Es claro, que las desigualdades e inequidades de la escuela no se hacen explicitas de manera simple y directa por la clase social de origen y mucho menos por el nivel económico, sino en los procesos de socialización a los cuales las distintas clases sociales someten a sus grupos para la transmisión del patrimonio cultural. En esa medida el aprendizaje en la escuela se encuentra precedido por la transmisión e inculcación de esquemas y estructuras de conocimiento, de percepción y valoración, en pocas palabras no hay igualdad de oportunidades frente a la escuela como primer inicio. Bourdieu (2002), sostiene que cada clase o grupo social tiene una apropiación distinta del lenguaje, por lo que su codificación produce efectos escolares diferentes. El habitus lingüístico, es decir, las competencias y habilidades del uso de la lengua son un segmento importante del capital cultural heredado. La escuela tiende a valorar y legitimar el lenguaje de las clases dominantes (cultas) generando inequidades académicas evidentes. No hay que olvidar que la lengua es más que un instrumento de comunicación y que su eficacia depende de las condiciones sociales que la producen. La producción y circulación del lenguaje supone una relación entre la competencia lingüística y el mercado social que se expresa o compite. Cuando esa pedagogía primaria es transferida al aula a través del lenguaje y comienza la práctica escolar a través de un sistema de interacción como la clase, el proceso inicia con observar al docente como entorno nuestro (lo cual implica que también seamos observados como entorno de nuestro docente); pero lo que observamos son gestos, lenguaje, indicaciones, exteriorizaciones sociales, no pedazos de la conciencia. El alumno empieza esa interacción cara a cara, donde la comunicación se encarga de liderar la auto descripción de sus compañeros, el aula, la escuela y su sociedad, comunicando o eliminando el espacio de su actuar. En ese instante el alumno revela su individualidad, como parte de un sistema que le permite hacer uso de cierta libertad en razón de su integración o de fusión al sistema educativo (Bourdieu, 2002: 51) El proceso continua para el alumno mediante el sistema escolar, no neutral, plagado de ideologías determinadas, prácticas sociales inmersas en configuraciones de poder, ideas mediatizadas por la historia vistas desde los intereses de la clase dominante, lo que lo limitará a recibir lo que el sistema requiere de él. Y finalmente devolverá a la sociedad lo producido y legitimado en el aula por la interacción alumno-docente. Bajo este marco se define la actuación de nuestros alumnos en el aula, por lo tanto cuál es la realidad de ellos en la escuela. Muchos alumnos provienen de familias de bajos ingresos, primera restricción para su actuar (bajo capital cultural heredado y por ende reducido manejo del lenguaje debido a su situación familiar), en su gran mayoría se encuentran en escuelas públicas con docentes poco preparados, poco críticos del sistema social y sin vocación educativo. Dicha situación es asimilada por el alumno con una completa frustración por su situación inicial, posteriormente su confrontación con un sistema educativo totalmente tradicional, donde no existe una interacción real docente-alumno, sólo se trata de un monologo encabezado por el docente, el alumno asume su papel pasivo, no criticándolo debido a la tradición cultural heredada. Así, aprendieron aceptar ser víctimas y su situación la situación económica lo incrementa. La poca estructura cognitiva trasferida por el docente no le permite dimensionar los conceptos que son trasmitidos y mucho menos criticarlos. Las habilidades aprendidas son deficientes reproducciones de los malos sistemas escolares llevados a la práctica pedagógica en el aula. Carentes de sentido y aplicación a la vida real de los alumnos al momento de ser aprendidos. Su reducido lenguaje producto de su vida y de la calle le hace asumir de manera visceral toda información recibida, produciendo inversiones afectivas en determinados tipos de conocimientos. (Bourdieu, 2002: 89). Ese gran choque entre el conocimiento que los alumnos observan y aprenden en la calle con el tradicional en el aula genera un tipo de identificación visceral. Es decir, el conocimiento de las calles es vivido y mediado a


través del discurso afectivo no hallado en la escuela. En las calles lo importante es el sentimiento generado de manera vivencial, mientras en el aula se matiza de racismo y logo centrismo. Esa sensación del alumno de no encontrar en el aula un conocimiento acorde a su experiencia vivida lo aísla, lo hace ver más abstracto el conocimiento y por verlo poco práctico, no invierte afecto; por lo tanto, es un discurso congruente con otra persona, pero no con él, motivo por el que no está dispuesto a renunciar a sus códigos apropiados en la calle. La instrucción en el aula es un conocimiento cosificado dado de forma lineal y relativamente no problematizado y que coloca al alumno en rol de receptor pasivo. La resistencia a este tipo de conocimiento en el aula refleja el comportamiento del alumno en casa y su intento ritualizado de llevar a la escuela los discursos hibridizados y transgresivos de la calle (Everhart, 1983: 45) Es por ello, que la instrucción en el aula debe ser comprendida desde la teoría de la ideología reformulada, que problematice el aula como punto de unión para la construcción del otro, en el que las diferencias raciales, sexuales se entrelacen con fuerza. La incapacidad de los alumnos de ser alfabetos puede que no provenga tanto de la ignorancia más bien de un acto de resistencia. Es decir, cada miembro de la clase obrera u otro grupo marginado se niegue, consciente o inconscientemente, a aprender los códigos culturales y las competencias legitimadas por la sociedad dominante (Giroux, 1998: 69) Por lo tanto, el profesor debe ser el eje de la enseñanza en el aula que establezca la reconciliación entre conocimientos y llevarlos más allá de ello. Esto significa que la escuela debe ser el lugar donde se desarrolle esa comunicación entre alumnos y docentes a través de un canal de llamado educación, por lo que, los alumnos necesitan oportunidades que les permita correr riesgos, comprometerse en sistemas de autocrítica y crítica social sin miedo al castigo. Necesitan tener oportunidad de hablar y sentirse responsables de lo que dicen. Por ello es necesario convertir a nuestros alumnos más críticos, reflexivos y conscientes de su situación social. Teniendo como directriz su libertad en el aula. Pero para ellos es importante que las escuelas sea un espacio.


LOS SABERES DEL DOCENTE Hablar de los docentes es complejo, pues, existen de todo tipo, desde los que se entregan en cuerpo, corazón y alma, hasta los que tienen un poder diabólico de dominación que se ejerce sobre la identidad del alumno, sobre su imagen de sí, y pueden infligir en un traumatismo terrible. El profesor inculca de manera intensa comportamientos, actividades y saberes en condiciones lógicas expresadas en sus prácticas pedagógicas, sin apelar explícitamente a normas, reglas o códigos. Es por ello, que el docente es precisamente un producto del trabajo pedagógico socialmente determinado de toda actividad educativa, difusa e institucional, que tiene por objeto hacer interiorizar modelos, significaciones y en general, las condiciones sociales existente para formar lo que se llama personalidad. (Bourdieu, 2002: 163) Por lo tanto, la inculcación que realiza toda acción pedagógica es generadora, no sólo de información sino de personalidades sociales. Ya hemos hablado de la realidad en la escuela a través de su función social y cuyo personaje esencial es el docente. Pero siguen las preguntas sin respuestas ¿Qué puede hacer el docente para cambiar la situación del aula? Y ¿Cómo modificar el docente la situación de sus alumnos en el presente y en el futuro?, ¿Qué debe saber el docente para hacer estas dos tareas? Primeramente el docente tiene que entender el verdadero papel que juega en la educación, entender que al formar uno se reforma, es decir, el alumno también lo está formando con sus comentarios, con sus experiencias, con sus inquietudes, etc. Por ello, el docente debe romper esa práctica bancaria y reconocer la importancia del alumno en el proceso, acortar ese distanciamiento producido por las viejas prácticas pedagógicas y darle un nuevo sentido a la enseñanza. Para que pueda darse ese acercamiento y libertad de pensamiento a nuestro alumnos es necesario que el docente forme o fortalezca los siguientes saberes según y los ponga en práctica en aula.

Enseñar exige un rigor metódico. Una de las tarea esenciales de cualquier docente es trabajar con rigor metódico como medio para aproximarnos a los objetos cognoscibles, pero ese rigor metódico no tiene nada que ver con el discurso bancario (Freire, 2000). Cuando en el aula se presentan verdaderas condiciones de aprendizaje los alumnos se van trasformando en sujetos reales por que son capaces de construir y reconstruir sus conocimientos y habilidades a la par que lo hace el docente. …la importancia del papel del educador, el mérito de la paz con que viva la certeza de que parte de su tarea docente es no sólo enseñar los contenidos, sino también enseñar a pensar correctamente. (Freire, 2000: 28) Por lo tanto, el docente debe pensar acertadamente primero para poder enseñar, porque sólo así enseñará a pensar a sus alumnos de manera acertada. El profesor que piensa acertadamente deja vislumbrar a los educandos que una de las bellezas de nuestra manera de estar en el mundo y con el mundo, como seres históricos, es la capacidad de, al intervenir en el mundo, conocer el mundo. (Freire, 2000: 29) Enseñar exige investigación.


Enseño porque busco, porque indagué, porque indago y me indago. Investigo para comprobar, comprobando intervengo, interviniendo educo y me educo. Investigo para conocer lo que aún no conozco y comunicar o anunciar la novedad. (Freire, 2000: 30) Pensar acertadamente es hacerlo de manera crítica y por lo tanto, se convierte en procesos de un ciclo gnoseológico donde la curiosidad transita de la ingenuidad a una curiosidad epistemológica. Es por eso, que el docente continuamente se encuentra en dos momentos gnoseológicos un primero en el que enseña y un segundo en donde aprende. El primero es donde el conocimiento ya existe y el segundo donde todavía no existe hay que formar.

Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos. Pensar acertadamente implica que el docente otorgue libertad a sus alumnos de expresar sus pensamientos y al mismo tiempo de respetarlos, pero esto no sólo es tarea del él, sino también, de la escuela. Y para el alumno implica responsabilidad por lo que dice y hace. Esto hace importante establecer esa conexión entre el conocimiento obtenido en la calle y llevarlo a la comunión con el conocimiento de la escuela para no les sea indiferente el conocimiento científico, que sea práctico y aplicable así entorno actual. Enseñar exige crítica. En la diferencia y en la distancia entre la ingenuidad y la crítica, entre el saber hecho de la experiencia y el que resulta de los procedimientos metódicamente rigurosos, no hay para mí una ruptura, sin o una superación. La superación y no la ruptura se da en la medida en que la curiosidad ingenua, sin dejar de ser curiosidad, al contrario, al continuar siendo curiosidad, se hace crítica. Al hacerse crítica, al volverse entonces, me permito repetir, curiosidad epistemológica, rigorizándose metódicamente en su aproximación al objeto connota sus hallazgos de mayor exactitud. (Freire, 2000: 32)


Precisamente porque la promoción de la ingenuidad a la crítica no se da de manera automática, una de las tareas del docente en su práctica educativa es exactamente desarrollar esa inquietud del desarrollo crítico de nuestros alumnos a través de la curiosidad crítica, insatisfecha, indócil. Enseñar exige estética y ética. La necesaria promoción de la ingenuidad a la crítica no puede o no debe ser hecha a distancia de una rigurosa formación ética siempre al lado de la estética. (Freire, 2000: 34) Es necesario transformar la práctica educativa de los adiestramientos técnicos por un verdadero ejercicio educativo fundamentalmente humano, que no enseñe a respetar la naturaleza ser; la enseñanza de los contenidos no puede darse alejada de la formación moral del educando. Educar es también formar. Hay que tener cuidado de divinizar o satanizar a la tecnología o ciencia porque ello nos hará formar pensamientos errados, rotulando verdades absolutas, mismas que serán trasferidas a nuestros alumnos. Por ello, pensar acertadamente demanda pensamientos profundos, basados en la compresión y en la interpretación de hechos. También supone la capacidad y disponibilidad de revisión de los hallazgos, la posibilidad de cambiar de opción, apreciación. Enseñar exige la codificación de las palabras en el ejemplo. Quien piensa acertadamente está cansado de saber que las palabras a las que le falta la corporeidad del ejemplo poco o casi nada valen. (Freire, 2000: 35) No existe un pensamiento acertado fuera de la práctica testimonial que lo redice en lugar de decirlo. Es por ello, que el docente de ser congruente en pensamiento y acción, incluso quizás más que decir, el alumno tiene que observar en él actitud y aptitudes que lo guíen así el camino critico y reflexivo. Enseñar exige riesgos asunción de lo nuevo y rechazo de cualquier forma de discriminación. Cuando se piensa acertadamente se encuentra sujeto a cualquier riesgo, al asumir lo nuevo que no puede ser negado o recibido simplemente porque es nuevo, así como criterio de rechazo a lo viejo no es solamente cronológico. Lo viejo que preserva su validez o que encarna una tradicional o marca una presencia en el tiempo continua nuevo. El pensar acertadamente se toma por sí mismo y de eso que se hable o una práctica que simplemente se describa, sino algo que se hace y que se vive mientras se habla de ella con la fuerza del testimonio. Pensar acertadamente implica la existencia de sujetos que piensan mediados por el objeto u objetos en que incide el propio pensar de los sujetos. La tarea coherente del docente es pensar acertadamente, mientras ejerce como ser humano la práctica irrecusable de entender, desafiar al educando con quien se comunica y a quien comunica, a producir su comprensión de lo que viene siendo comunicado. No hay entendimiento que no sea comunicación e intercomunicación y que no se funda en la capacidad de diálogo. Por eso el pensar acertadamente es diálogo y no polémico. (Freire, 2000: 39)

Enseñar exige reflexión crítica sobre la práctica. La práctica docente crítica, implica en el pensar acertadamente, encierra el movimiento dinámico, dialéctico, entre el hacer y el pensar sobre el hacer. (Freire, 2000: 39) El saber ingenuo, es un saber hecho de la experiencia al que le falta un rigor metódico que caracteriza a la curiosidad epistemológica del sujeto. El pensar acertadamente supera al ingenuo tiene que ser producido por el mismo aprendiz en comunión con el profesor formador. Por otro lado, es preciso insistir otra vez en que tanto la matriz del pensar ingenuo como la crítica es la propia curiosidad, característica del fenómeno vital.


Por ello, el momento fundamental en la formación permanente de los profesores es el de la reflexión crítica sobre la práctica. Pensando críticamente la práctica de hoy o la de ayer se puede mejorar la próxima.

Enseñar exige el reconocimiento y la asunción de la identidad cultural. Asunción o asumir tiene importancia en la práctica educativa crítica debido a que propicia las condiciones entre educandos y docente para que puedan ensayar su experiencia y asumirse como seres sociales, históricos, pensantes, creadores, capaces de expresar emociones y de amar. Freire (2002) Asumirse como sujeto porque es capaz de reconocerse como objeto. El aprendizaje de la asunción del sujeto es incompatible con el adiestramiento pragmático o con el elitismo autoritario de los que se cree dueños de la verdad y del saber articulado (Freire, 2000: 43) Lo que también resulta importante es reconocer en la formación del docente, no es la repetición mecánica de gesto, sino la comprensión del valor de los sentimientos, de sus emociones, del deseo, de la inseguridad que debe ser superada por la seguridad, del miedo al ser educado y que ha de generarnos valor por ello. Por lo tanto ninguna formación del docente puede realizarse distanciada de estos nueve saberes basados en el ejercicio de la critica que implica la curiosidad ingenua a una curiosidad epistemológica, sin reconocer el valor de las emociones, de la sensibilidad, de la afectividad, de la intuición. Si el docente pone en práctica estos saberes su pensamiento será más acertado y se trasferirá a los alumnos y los hará más críticos, habrá fortalecido la ciudadanía critica, habrá recuperado la vida pública democrática. Con ello como dice Giroux (1998) se reconstruirá el concepto del profesor como trabajador cultural, es decir, persona que trabaja en los distintos lugares en los que confluyen el conocimiento, el poder y la autoridad. Tal reconocimiento ayuda a reformular el carácter y el objetivo de la práctica pedagógica. En este sentido, la pedagogía se convierte en una actividad cívica que surge de la necesidad de ampliar las condiciones de la actuación democrática humana y para extender las formas sociales que amplían las capacidades humanas críticas para eliminar la violencia material y simbólica de la sociedad, en vez de cerrarlas.



USTED, MAESTRO...

USTED NO ES MI PADRE,

Pero su palabra encendida y su ejemplo callado me hicieron entrever otros caminos, menos transitados, más íntimos. Usted no es mi hermano, Pero su marchar conmigo y su mano firme y la mía vacilante escribieron juntas las primeras letras del abecedario de las



QUÉ DEBE SABER HACER Y CÓMO DEBE SER EL DOCENTE… El maestro es modelo de identificación: significa esto que lo único que se puede enseñar es lo que el maestro mismo sea; si científico, podrá enseñar ciencia, si progresista y moderno, podrá enseñar progreso y racionalidad, si apasionado y vital, podrá enseñar ideales, pero para llegar a ser modelo, en el maestro, ha de primar el conócete a ti mismo. El maestro es un humanista: es, ante todo, un especialista en el hombre, para ello el aula ha de ser un aula de humanidad. Ha de prepararse para las nuevas posibilidades históricas de la escuela; pues la escuela ha dejado de ser el principal factor de socialización de los estudiantes. Prepararse para asumir y producir en los alumnos la nueva fuerza productiva: el conocimiento. Promulgador de centros y ambientes de aprendizaje especialmente dotados para que grupos de aprendices se apropien de manera más sistemática y creadora de los contenidos de la ciencia y del arte. En consonancia con los lineamientos; el maestro ha de pensarse no simplemente como el especialista que domina una ciencia cualquiera, sino que además requiere comunicarse con un grupo de estudiantes concretos, histórica y culturalmente determinados, por ello ha de reconocer los contextos. Asumir la enseñanza por procesos. Respetuoso del diálogo, pues es en él, en la discusión de los diferentes puntos de vista, en la confrontación de las perspectivas y en la comprensión de las situaciones reales como el estudiante comprende el mundo, a sí mismo y se forma a sí mismo como hombre, en la auto -responsabilidad, en la autonomía y en la realidad. Pero antes de brindar la participación hay que construir las condiciones para ella. COMO DEBE SER EL MAESTRO 16 FORMAS PARA LOGRARLO

George Bernard Shaw no pudo estar más equivocado cuando acuñó la famosa máxima: “Aquél que puede, hace. Aquél que no puede, enseña”. En una economía de rápido movimiento que se maneja por las ideas, una parte esencial de ser un líder es ser un buen maestro. ¿De qué otra manera puede alguien persuadir a todos los miembros de una organización – ya sean 50 o 50 mil empleados- para que se muevan en la misma dirección? ¿De qué forma se puede focalizar al equipo de trabajo y persuadirlos de una estrategia de reducción de tamaño de la empresa cuando la economía se estremece? ¿De qué forma se puede asegurar que las personas de todos los niveles entienden las prioridades de cada momento? ¿Cómo se pueden desarrollar los líderes del mañana?


Simplemente se les enseña. Eso no quiere decir que hay que darles un discurso en una reunión general de la compañía o impartir órdenes a los subordinados. Eso no es enseñar, eso es mandar. Decirle a la gente lo que deben hacer no garantiza que ellos van a aprender lo suficiente para pensar por ellos mismos en el futuro. En cambio, puede significar que ellos van a depender de usted o de sus supervisores cada vez más y dejarán de tomar riesgos, detendrán la innovación y pararán de aprender. ¿Qué hacen los grandes maestros que usted debería aprender para cumplir con su papel de líder? A continuación encontrará lo que nos dijeron aquellos que lo saben mejor que nadie: los profesores mismos. Maestros de toda clase. Algunos de ellos enseñan formalmente en salones de clase. Otros enseñan informalmente – en sus oficinas, durante la cena, en el camino – mientras dirigen compañías. Nuestros expertos han enseñado a veteranos ejecutivos, desarrolladores de software, representantes de ventas y estudiantes de MBA, así como a universitarios, músicos, cirujanos y a otros maestros también. La buena enseñanza, como se verá, es universal. Así el tópico de hoy sea el lanzamiento de un nuevo producto o las ciencias sociales o cómo hacer un “bypass” triple, los mismos principios – y muchas de las mismas técnicas – se pueden aplicar. ¿Está usted listo para aprender? Siéntese en su pupitre y saque su cuaderno, que la clase va a empezar… NO SE TRATA DE USTED, SINO DE ELLOS. Algunos maestros se ven a sí mismos como el experto señalado cuyo papel es impartir su conocimiento a los estudiantes que son como recipientes vacíos. Esa es la peor metáfora. Los mejores profesores se ven a sí mismos como guías. Ellos comparten lo que saben, pero entienden que ellos no son el punto focal. Sus estudiantes sí lo son. Es difícil para algunos profesores entender que enseñar no es acerca de ellos mismos. Es algo que no se puede aceptar intuitivamente. Sin embargo, no quiere decir que el profesor no importe. Simplemente significa que en vez de preguntarse “¿Qué voy a hacer hoy?” el profesor debe pensar: “¿Qué van a hacer mis estudiantes hoy?”


ESTUDIE A SUS ESTUDIANTES No basta con conocer su material. Usted necesita conocer a las personas a las que va a enseñar – sus talentos, su experiencia previa y sus necesidades. De otra manera, ¿cómo puede usted estar seguro de lo que ellos ya conocen y de lo que necesitan saber? “Usted debe saber el punto de partida de una persona antes de poder ayudarla a encontrar su destino. Puede sonar obvio, pero como profesores, a veces empezamos el viaje y nos olvidamos de preguntar a los estudiantes, “¿En dónde están ustedes? ¿Cuál es su punto de partida?” Se debe poner mucho énfasis en conocer la forma cómo los estudiantes se consideran a sí mismos. De esta manera puedo escuchar entre líneas y tener un esbozo de su personalidad”.


LOS ESTUDIANTES ASUMEN RIESGOS CUANDO LOS MAESTROS CREAN UN AMBIENTE SEGURO. Aprender exige ser vulnerable. Los estudiantes tienen que reconocer que ellos no saben, tomar riesgos y repensar lo que creían que sabían. Eso puede ser incómodo – incluso aterrador – para algunos. Algunos detalles cálidos no sobran. Como tener un sillón y cojines en el suelo en una esquina del salón de clase. O decorar las paredes con los trabajos de los alumnos porque “es el espacio de ellos”. El resultado es un ambiente de aprendizaje que se presenta seguro emocional, intelectual y psicológicamente. Puede parecer algo muy simple pero les envía un mensaje muy importante: Los estudiantes tienen que saber que pueden confiar en su profesor. De allí resulta otra de las reglas de oro en la docencia: Eliminar el sarcasmo en el aula de clase. “No hay que crear el temor de que usted los va a hacer quedar mal ante los demás”.

LOS GRANDES MAESTROS EMANAN PASIÓN Y DETERMINACIÓN La diferencia entre un buen profesor y un gran profesor no es su experiencia o su conocimiento. Tiene que ver con su pasión. Pasión por el tema, pasión por enseñar. El deseo es contagioso. Si el profesor lo tiene, lo más seguro es que los alumnos también lo atrapen. Lo más importante que aprendí de ellos es que hay que tener pasión por lo que se hace y ésta debe ser genuina. Es algo que no se puede simular. Los estudiantes descubren inmediatamente cuando usted pone un interés sincero y cuando no”.


LOS ESTUDIANTES APRENDEN CUANDO SUS MAESTROS LES MUESTRAN CUÁNTO NECESITAN APRENDER “Cuando un estudiante está listo, el profesor se le aparece”. Algunas de las personas que se presentan para los talleres de mejoramiento continuo en las instituciones educativas, no están listas, porque ellos no piensan que necesitan mejorar. No ven la brecha que existe entre lo que ellos son y lo que necesitan ser. Hacerles ver esa brecha es una de las primeras tareas de un buen docente.

HAY QUE VOLVERLO CLARO ASÍ NO SE PUEDA VOLVER SIMPLE Uno de los principales atributos de un gran maestro es su habilidad para desmenuzar ideas complejas y hacerlas entendibles. Se afirma que la esencia de enseñar – y de


aprender – está en la comunicación. “El principal reto que los docentes enfrentar es lograr que la gente les entienda”.

deben

NO TEMA SER VULNERABLE, PERO NO SACRIFIQUE SU CREDIBILIDAD Para algunos, ser un profesor – o un líder – significa presentarse como la persona que tiene todas las respuestas. Cualquier signo de vulnerabilidad o de ignorancia puede significar debilidad. Ese tipo de personas son pésimos profesores. A veces la mejor respuesta que un profesor puede dar es, “No lo sé”. En vez de perder credibilidad, se gana la confianza de los alumnos y esa confianza es la base de una relación productiva. “Todos sabemos que la perfección es una máscara”. “Por eso desconfiamos de las personas que se ocultan detrás de la máscara del sabelotodo. No son honestos con sus estudiantes. Las personas con las que desarrollamos las más profundas conexiones son aquellas que reconocen sus limitaciones frente a nosotros”. Reconocer lo que usted no sabe muestra que todavía está aprendiendo, que el profesor es, en realidad, todavía un estudiante. “Mientras que es razonable que alguien no sepa muchas cosas, también la gente espera que la persona de quien dependen sepa al menos algunas respuestas. Usted no puede permitir que la gente se pregunte, “¿Por qué está éste dirigiendo esta clase?”


ENSEÑE DESDE EL CORAZÓN La mejor enseñanza no sale de formulas; es personal. Diferentes personas enseñan Shakespeare de múltiples maneras porque lo hacen de acuerdo a cómo ellos son y cómo ven el mundo. “Enseñamos lo que somos”. El acto de enseñar requiere el coraje de explorar su propio sentido de identidad. Si usted no sabe quién es usted, usted no puede conocer completamente a sus estudiantes y no podrá conectarse con ellos. El docente debe recurrir a técnicas para lograrlo hasta que descubra su propia forma de ser profesor.

REPITA LOS PUNTOS IMPORTANTES Si usted quiere que sus estudiantes recuerden los contenidos nuevos, es necesario que se los diga más de una vez. “La primera vez que algo se dice, es oído”. “La segunda vez, se reconoce. Y la tercera vez, se aprende”. El reto está entonces en ser consistente sin volverse predecible o aburrido. Los


mejores maestros mantienen su mensaje fresco utilizando nuevas formas de expresar los mismos puntos. “Hay que ser ingenioso y disfrazar un poco los temas de manera que el estudiante piense, “esto no lo había escuchado antes”.

LOS BUENOS MAESTROS HACEN BUENAS PREGUNTAS Un profesor efectivo entiende que aprender es explorar lo desconocido y que tal exploración empieza con formularse las preguntas adecuadas. No se trata de preguntas disfrazadas de conferencias. No se trata de preguntas de falso o verdadero que no encienden discusiones acaloradas. Se trata de preguntas que abren las puertas a más profundos cuestionamientos. “¿Cómo funciona esto?”, “¿Qué significa esto?” y la pregunta favorita, “¿Por qué?” “Si usted quiere llegar a lo más profundo de un tema, pregunte por qué cinco veces”. Se ha encontrado que una de las formas de enseñar a la gente a tomar decisiones es asumir el papel de abogado del diablo. Los profesores preguntan a sus colegas: “¿Qué pasaría si hiciéramos lo contrario de lo que usted está sugiriendo?” La idea no es debilitar una decisión sino reforzarla a través de un examen cuidadoso de las opciones – aún de las más absurdas. “Aunque usted obtendrá su promoción debido a que conoce las respuestas correctas.


NO SE TRATA SIMPLEMENTE DE TRANSFERIR INFORMACIÓN Se trata de enseñar a sus estudiantes a pensar. Lo último que usted desearía hacer es pararse enfrente de la ellos a decirles lo que tienen que hacer. O darles las respuestas que usted quiere oír. Los mejores profesores están menos interesados en las respuestas que en las reflexiones que llevan a ellas”. Lo importante es cómo ellos miran al mundo, cómo interpretan la información y cómo resuelven los problemas. Los mejores líderes y maestros ayudan a la gente a aprender como pensar por su propia cuenta en vez de indicarles lo que tienen que pensar.

DEJE DE HABLAR – Y EMPIECE A ESCUCHAR Cuando se trata de enseñar, lo que usted hace es casi tan importante como lo que usted dice. Después de todo, sus estudiantes están todo el tiempo mirándolo. La mejor forma de mostrar que usted se interesa y se preocupa por ellos es escuchándolos. El aprendizaje efectivo es una calle de doble vía: es un diálogo, no un monólogo. Después de lanzar una pregunta, los malos profesores llenan el silencio


con su propia voz en vez de esperar una respuesta. En vez de eso,: espere diez segundos. “Si quiere ser un buen profesor, usted tiene que aprender a no sentirse incómodo con el silencio”. Es en esos momentos de quietud, casi eternos, en los que tienen lugar las mejores reflexiones. No los interrumpa.

APRENDA QUÉ DEBE ESCUCHAR El profesor debe volverse sensible a las emociones que vienen detrás de las palabras de los estudiantes. Siempre debe intentar percibirlas y estar preocupado por sus sentimientos, más que por las cantidades de estudiantes dentro del aula de clase. Es importante saber cuáles son sus frustraciones y qué los hace sentir bien”.

DEJE QUE SUS ESTUDIANTES SE ENSEÑEN MUTUAMENTE

Sus estudiantes no solamente aprenden de su profesor. También aprenden de sí mismos y de sus compañeros. “Es posible que su compañero tenga una idea que


ellos no habían pensado. Tal vez es algo sobre lo que pueden ampliar la discusión. Es muy excitante verlos interactuar” Este método reproduce la forma como los problemas se presentan en la vida diaria. “Cada uno tiene una pieza de información relevante, lo que lo convierte en profesor y aprendiz al mismo tiempo” EVITE USAR LA MISMA TÉCNICA PARA TODOS

Los buenos maestros creen que todos los alumnos pueden aprender, pero entienden que cada uno lo hace en forma diferente. Algunos son visuales, otros captan rápidamente lo abstracto, algunos prefieren leer. Así que docente tiene que adoptar una técnica multidimensional durante su clase. Algo como esto: lectura durante 20 minutos, luego colocar una pregunta de opción múltiple a toda la clase, la cual se presenta en un tablero o a través de una diapositiva. Luego se pide a todos que escriban la respuesta y se hace que algunos, por turnos, expliquen su posición a todos los demás en la clase. Después de varios minutos, hacer una encuesta entre todos para saber cuántos escogieron cada opción de respuesta. Esto es lo que se denomina una “clase activa”. NUNCA PARE DE ENSEÑAR La enseñanza efectiva se deriva de la calidad de la relación entre el maestro y el alumno. No termina cuando suena la campana o cuando se acaba el día de clase. “Uno de los principales ingredientes de la enseñanza es el amor por ella. Lo que se puede comparar con el siguiente dicho Israelí: “El deseo del ternero por la leche de su madre es pequeñísimo comparado con el deseo de la madre de dar su leche al ternero”



DECÁLOGO DEL MAESTRO AMA:

Si no puedes amar enseñes a niños.

SIMPLIFICA: Saber, esencia.

es

simplificar

mucho,

sin

no

restar

INSISTE:

Repite, como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección.

ENSEÑA:

Con intención de hermosura porque la hermosura es madre.

MAESTRO:

Sé fervoroso. Para encender lámparas has de llevar fuego en tu corazón.

VIVIFICA:

Tu clase, cada lección ha de ser viva como un ser.

CULTÍVATE:

Para dar, hay que tener mucho.

ACUÉRDATE:

De que tu oficio no es mercancía, sino que es un servicio divino.

ANTES:

De dictar tu lección cotidiana, mira a tu corazón y ve si está puro.

PIENSA:

En que Dios te ha puesto a crear el mundo de mañana.



JUAN CARLOS GÓMEZ Mi nombre es JUAN CARLOS GÓMEZ, nacido en Medellín el día 24 de junio de 1966, casado desde hace 16 años. Vivo en el municipio de Rionegro. Termine mis estudios de Licenciado en Idiomas en la UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA, en el año de 1989. Luego cursé una Especialización en Innovaciones Pedagógicas y Curriculares con la Universidad Católica de Manizales, en el año de 1999 y posteriormente una especialización en Evaluación Pedagógica en el año 2008. Me ha gustado estar en contacto permanente con el estudio y la academia, pues me parece el mejor complemento para el desempeño docente y la continua cualificación y progreso. Me desempeño como docente desde el año de de 1989, cuando comencé a realizar la práctica docente como estudiante de licenciatura en idiomas y que a la vez me catapultó a vincularme al colegio privado donde la realizaba, el COLEGIO CECODES. Luego de haber obtenido mi título profesional, trabajé en algunas instituciones privadas y cubriendo algunas licencias en instituciones de tipo oficial con el objetivo de lograr una vinculación a nivel oficial, pues la verdad la docencia y los idiomas, han sido mi gran pasión. Fue entonces cuando en el año de 1993, tuve la oportunidad de iniciar mis labores como docente en el municipio de DON MATÍAS, en un colegio de formación religiosa para varones en donde pude aprender muchísimo de la interacción con los estudiantes y con los mismos religiosos. En ese mismo año, inicio labores en un colegio privado de dicho municipio y en el colegio oficial de dicho municipio llamado IDEM DON MATIAS. Fue allí donde me vinculé a nivel oficial y estuve hasta el año de 1994, año al final del cual fui trasladado al municipio de Rionegro. Siempre me ha gustado trabajar en varias instituciones simultáneamente para ampliar mi horizonte a nivel de experiencia docente y ser cada día más competente, competitivo, eficiente y eficaz. En el año de 1995, inicio labores en EL COLEGIO SAN ANTONIO de Rionegro, sirviendo las áreas de Español, Inglés y Francés, fue ésta mi experiencia más significativa, pues estuve en dicha


institución por espacio de 10 años, que disfruté al máximo en la interacción con mis estudiantes, riendo y llorando con ellos, compartiendo la cotidianidad de la academia pero a la vez de la vida misma. En el año 2004, luego de laborar 10 años en dicha institución, tomo la decisión de cambiar de institución, esto fue muy sorpresivo para muchas personas, excepto para mí, pues sólo tuve la intención de cambiar de espacio, para generarme retos nuevos, conocer gente nueva y procesos nuevos. Fue así como en el año 2005, inicio labores en LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA JOSEFINA MUÑOZ GONZÁLEZ, en donde me encuentro laborando actualmente, y continúo disfrutando de la interacción con los estudiantes y aprendiendo de ellos cada día más. Cada nuevo día, doy gracias a Dios por permitirme ese fácil acercamiento a mis estudiantes y ser cada día más exitoso en lo que hago y por ende, enamorarme cada día más de mi vocación, de mi profesión y de mi vida docente. Así mismo, desde el año de 1995, laboro como docente de educación superior y he trasegado por varias de las instituciones técnicas, tecnológicas y universitarias de la región, pero desde hace 8 años trabajo como docente de cátedra en LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE, adscrito al CENTRO DE IDIOMAS y a LA FACULTAD DE EDUCACIÓN, como profesor de inglés para todos los programas de formación en segunda lengua que ofrece la universidad. La universidad también tiene un colegio que ofrece todos los niveles y ciclos de la educación colombiana llamado COLEGIO MONSEÑOR ALFONSO URIBE JARAMILLO, en donde trabajo desde el año 2010 como profesor de Inglés y también tengo funciones de coordinador, ya que manejo todo lo relacionado con el inglés en dicha institución y tengo a mi cargo 12 docentes. Ha sido otra faceta bien interesante, que me motivó a iniciar esta especialización en ADMINISTRACIÓN DE LA INFORMÁTICA EDUCATIVA, pues también aspiro a presentarme a concurso de méritos para DIRECTIVO DOCENTE. Han sido muchísimas las experiencias significativas dentro de todos estos años de trabajo, pero lo que me reconforta es cada día disfruto y amo lo que hago y lo reflejo en mis estudiantes, que son mi motor para ser cada día mejor. Soy un docente con un enfoque humanista y progresista, formador de un estudiante integral (en lo ético, espiritual, cognitivo, afectivo, estético-corporal y sociopolítico) a fin de lograr su realización plena en la sociedad. He trabajado para que el estudiante sea autentico, capaz de mirar una realidad lúcida, que piense por él mismo, que sean crítico, competente, capaz de discernir su momento de estudio de una forma crítica y con compromiso. Mi desempeño en estos 20 años de trabajo, se pueden resumir en: Lo Ético: He formado al estudiante para su libertad, autonomía y proceder con principios de vida (desarrollo de la voluntad). En lo espiritual: Que el estudiante trabaje sus propios valores (respeto, responsabilidad, la escucha, disciplina, el compromiso, la autoestima), he sido respetuoso de sus creencias religiosas, políticas, de género y en general de todas ideas.


En lo cognitivo: Le he dado al estudiante el conocimiento general del área para una mejor interpretación del movimiento de acuerdo a las características de cada uno. Pero lo más importante, le he convencido de que lo más importante es tener actitud, humildad y ganas de triunfar, aún en los momentos difíciles. En lo afectivo: He sido consciente de sus necesidades, debilidades y fortalezas, ayudándole a su propio reconocimiento, auto concepto y su autoestima. Tengo muy en cuenta su proceso familiar y el medio social en que se encuentra ubicado, para poder entender algunas de sus reacciones y valoraciones. En lo comunicativo: Le he dado al estudiante la oportunidad de expresar conceptos personales y textuales del área y de temas en general de acuerdo a unas pautas de dialogo, que sea capaz de expresarse con convicción, seguridad y ética comunicativa.


¡¡LOS MAESTROS QUE NECESITAMOS!!! Necesitamos MAESTROS que tengan: ÉTICA en cantidades alarmantes. MUCHO DON DE GENTES. Los demás son su razón de ser. Los otros tienen su valor y valen. GUAPURA. Para afrontar las vicisitudes de su vida personal y el ejercicio de su profesión. CEREBRO. Para pensar en la formación de hombres de verdad, con fe en sí mismos y en los demás. TRABAJO DURO. Indemne a la pereza, sin horario. Moldear una vida tiene comienzo, pero no final. CARISMA. Que permita creer en lo que predica, auténtico consigo mismo y con los otros. INNOVACIÓN, PARA LLEVAR SU MENSAJE PEDAGÓGICO, CULTURAL Y CIENTÍFICO. Para hacer de hoy el primer paso al futuro y honrar el pasado. CORAJE PARA TOMAR DECISIONES. Lo difícil se hace ahora, lo sencillo más tarde. ESPÍRITU DE SACRIFICIO. Las relaciones con sus alumnos, sus colegas y la comunidad imponen restricciones. PERSISTENCIA. Para alentar en medio de la desesperanza y no doblegarse ante la dificultad SENTIDO DEL HUMOR. Para reír cuando se deba reír. La ALEGRÍA denota satisfacción con la función que se cumple y, ¡HAY TAN BUENOS MOMENTOS!



PERFIL DEL ESTUDIANTE DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA JOSEFINA MUÑOZ GONZÁLEZ

Al finalizar el Nivel de Educación Media, el estudiante de la Institución Educativa Josefina Muñoz González, estará en capacidad de desempeñarse eficientemente en el campo laboral y continuar en el proceso de educación superior, de manera autónoma, crítica, reflexiva y participativa.

Se requiere un estudiante:

Capaz de promover el bienestar personal, familiar y social. Que piense, analice, reflexione, desarrolle su potencial creativo, se apropie del conocimiento para ubicarse en el contexto local, regional, nacional y mundial.

Que se apropie de las competencias ciudadanas para participar en procesos democráticos y comunitarios que mejoren la calidad de vida de su entorno que se

proyecte

al

futuro

valorando

su

tradición

cultural.

Que

maneje

adecuadamente la información y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación TICs, con capacidad para trabajar en equipo y con mentalidad


empresarial. Que maneje una segunda lengua y sea

capaz de relacionarse

armónicamente con Dios y consigo mismo, con el otro y con el entorno. UN estudiante que conjugue hábilmente

el contexto de las competencias

específicas, laborales y ciudadanas para que siempre sea una persona íntegra, honesta y con unos grandes valores y cualidades como persona, ser social, ser humano y ciudadano.


OIGA SEÑORITA

“Señorita: Usted no entiende. Si no he desayunado. Si mi padre no trabaja. Si mi mamá lava ropas ajenas. Si mi hermanito está enfermo. Si mi hermanita trabaja con la vecina. Si no tengo lápiz. ¿Qué hago, señorita? Correr, reír, jugar, por eso no me concentro, señorita. ¿No entiende? Papá le pegó a mamá, mi hermano está en la cárcel, salgo, me voy a trabajar; vengo a la escuela. Y usted se enoja porque no sé en qué año nació Bolívar. ¿Si ve, señorita, por qué soy grosero? Sí, mi barrio es grosero, pobre, vicioso, sucio. Si usted vive en un barrio rico, si usted no tuvo una niñez como la mía, ¿Por qué le pone la queja al director? ¿Por qué me amenaza con echarme? ¿Por qué me pregunta qué me pasa Aún no entiende, ¿Cierto señorita? ¿Será señorita que a usted el estómago no le pita? ¿Qué usted está para dictar clase y listo? ¿Qué para eso le pagan, que usted goza regañándome? ¿Qué a usted se le olvidó o no ha leído cómo somos los niños? ¿Qué usted no le importa que no hay para comer, para el arriendo,

para cuadernos? ¿Qué mi hermanito se muere de diarrea, que soy el mayor de ocho hermanitos, que mi papá, que mi mamá, que...? ¿Cierto señorita, no le importan?”






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