Retratodromo (final desktop 10x14)

Page 1

Retrat贸dromo: Similares y dispares




López Mato, Tamara Retratódromo : similares y dispares / con colaboración de Matías Garabedian ; dirigido por Omar López Mato. - 1a ed. - Buenos Aires : Olmo Ediciones, 2008. 92 p. ; 16x13 cm. Edición bilingüe español, inglés ISBN 978-987-23864-6-7 1. Libros de Arte. I. Garabedian, Matías, colab. II. López Mato, Omar, dir. III. Título CDD 708 Fecha de catalogación: 26/06/2008

© 2008 OLMO Ediciones Marcelo T. de Alvear 2261(1122) Buenos Aires olmoediciones@gmail.com www.olmoediciones.com


Retrat贸dromo: Similares y dispares

Olmo Ediciones

+

Crimson Arte contempor谩neo



Indice 1_“Retratódromo: similares y dispares”...................9 2_¡¡Cuidado laboratorio ensayando!!......................13 3_Textos de muestra colectivos..............................17 4_Martín Carpaneto.....................................................33 5_Federico Fernández.................................................41 6_Leonardo Garibotti..................................................49 7_Grupo de escritura colectiva...............................57 8_CV Mariana Rodríguez Iglesias...........................59 9_English version..........................................................61 10_Créditos....................................................................92

7



Puedo afirmar que soy de la generación de la selección, del ejercicio de la subjetividad, ahí donde elegir se vuelve imprescindible. Y es siempre preferir, para mostrar. Desde que la variedad se acopló con la profusión, desde que los objetos reales y virtuales abundan, desde que es posible la heterodoxia estética en sano concubinato con la marca personal. Tal vez no sea privativo de nuestra era, pero sí –de esto estoy segura- hoy, más que nunca, elegir es un gesto de autoría. Entonces, elegimos para decir(nos) quiénes somos, seleccionamos entre un mar de posibilidades para mostrar(nos) por donde vamos. Tenemos la indumentaria como una posibilidad de expresión personal, y los accesorios, nunca menos fieles al sentido primero de su nombre, siempre como una promesa de particularidad. Tenemos fotologs, flickrs, facebooks donde ejercemos una suerte de curaduría soft, un replegado guión que, en menor o mayor medida, 9


se nutre de nuestra vida privada. Si de privada sigue teniendo algo. Tenemos, algunos, la posibilidad de curar exposiciones. La posibilidad de conocer hasta enamorarnos de obras y de artistas. Creo que eso me pasó con las pinturas de Federico, Leo y Martín. Primero fue un crush, después vino todo lo otro. Le confesé mi amor a Tamara y ella pensó que debía dejarme llevar, que de alguna manera la combinación de mis ganas de verlas expuestas y las suyas de que esto suceda tenía que redundar en algo bueno. El corpus de obras apareció como algo establecido desde un principio y mientras que fueron pocas las que quedaron afuera, ya sea porque formaban parte de otras series o por una cuestión de espacio: había que elegir las más representativas. Por ejemplo, Leo, en su obra, habla de captar un gesto, de reproducir una mueca congelada. Por 10


eso, exhibió personajes en medio de una acción, o con los ojos cerrados o en un desconcertante momento que no es ni un antes ni un después. Para armar la propuesta de Fede, tuvieron que quedar afuera los trabajos más redundantes, o las que diferían en ciertos aspectos temáticos aunque quizás no tanto desde lo formal. Su poética es muy clara, elocuente, y su producción es abundante. Sin embargo sostengo y confío que con un discurso acotado, y preciso en cuanto a lo que se exhibe, siempre se logran mejores resultados que con la superpoblación de imágenes. En cuanto al material de Martín, el trabajo de selección fue mínimo, se hizo evidente que contaba con cosmos del todo coherentes. Existía desde hacía mucho tiempo –incluso antes de que la idea de la exposición surgiera- una idea directriz, un elemento que daba coherencia a su producción, que la precedía. Y eso fue lo que se tratò de mostrar en Crimson, pero esta vez desde el montaje. Por eso, las pinturas se colgaron alrededor de una que funcionaba como núcleo, el núcleo director. 11


En “Retratódromo: similares y dispares” busqué mostrar un tipo de pintura. Acceder a algo tan común y visto como es el retrato desde las poéticas y propuestas plásticas de estos tres prodigiosos artistas. La pintura que ellos representan es franca, se sostiene sobre un trabajo duro y parejo, sobre mucho oficio. En fin, creo en lo que hacen porque me parece que hay mucho más que talento: hay una búsqueda genuina. Mariana Rodríguez Iglesias

12


Cuidado: ¡Laboratorio ensayando! Una característica relevante de esta muestra es que la producción de los tres artistas se fue gestando en un mismo taller, las obras de cada uno se nutre de la convivencia, la personalidad y las obras de sus compañeros. Casualmente el texto crítico que acompaña “Retratódromo: similares y dispares” fue escrito de una manera que acompaña este proceso. Varias personas gestamos los textos intentando no tanto anular las individualidades en pos de una democracia sino aceptando las diferencias como aquella parte enriquecedora del juego. Que el intercambio fuera la fuente misma de la reflexión. Como suele pasar con esas cosas que nacen de las vísceras mismas, se trata de un producto que es el resultado de la mezcla de muchísima intuición con una alta cuota de delirio y algo de pretensiones. 13


Intuimos que una crítica de arte renovada –práctica y emotiva- es posible. Deliramos con la idea de que un tipo de escritura colectiva –donde las autorías se confundan- es viable. Pretendemos que esto siga adelante y se vuelva una metódica bien propia. Entendemos que, así como el arte contemporáneo se jacta de desobedecer reglas y correr los límites, la crítica debería empezar a hacer lo mismo: tomar en cuenta elementos lúdicos, sensibles, incluso ficcionales, a la hora de producir pensamiento. Queremos funcionar como un laboratorio donde ensayo y error es el camino para el descubrimiento de algo que todavía es prototípico. Nos proponemos un tipo de producción intelectual sobre el arte que sea, a su vez, una expresión más de este paradigma. El producto de este trabajo, que fue desarrollándose en varios encuentros, consiste en cuatro textos que no fueron pensados para ser leídos uno detrás del otro, como sucede en esta edición, sino para 14


que los espectadores de la muestra eligieran uno de ellos al azar, desconociendo la existencia de los tres restantes porque su presentación era idéntica. El juego propuesto tenía que ver con la gestación de escritos nacidos del espacio común de la discusión, desordenados y reordenados varias veces. Así es como los cuatro textos son únicos porque responden a ideas personales sobre las obras, y si es posible, son al mismo tiempo, esencialmente idénticos porque surgen de la posibilidad de un espacio de pensamiento compartido, del diàlogo y la discusión; semejando imágenes diferentes que resultan de una combinación distinta de las piezas de un mismo rompecabezas.

15



Un retratódromo es un espacio donde se corre una carrera de retratos, o por lo menos eso dice su nombre. Si estuviéramos en un autódromo, veríamos pasar a toda velocidad una cantidad de autos gruñendo, cortando el aire, agitando a una platea que sufre, se emociona y sostiene la respiración hasta que el primer bólido atraviesa la línea de llegada. No es lo que vemos en esta oportunidad en Crimson, porque se trata de un tipo especial de carrera donde no es la velocidad lo que se busca, ni siquiera ganar está en juego. Podríamos, incluso, pensar en una anti-carrera donde lo que se busca es mucho menos la fugacidad de la competencia que la permanencia de un vínculo, la reminiscencia de un diálogo. En fin, aquello que de fecundo tiene encontrarse en un mismo espacio con tres artistas similares y dispares, que nos hablan en la figura humana, y a modo de excusa, de muchos otros sentidos que se superponen y deslizan. 17


Un punto en común -por mencionar tal vez el más elocuente- es el trabajo con la figura humana desde diferentes propuestas. Vemos como cada uno de ellos le imprime a sus figuras una carga que las construye y las define, al mismo tiempo que las borra y las deforma. Figuras a las que le dejaron un resto que suma creando seres donde podemos comprender –sentir- en la medida que podemos reconocer. Surge entre los tres una cierta idea común, bajo la búsqueda del gesto en todos sus sentidos. Es esta un tipo de profusión gestual que es más que una mueca en un rostro o una expresión en el trazo. Los rastros de materia, las líneas de tinta o transparencias de pintura, son la cara de estos gestos. Por medio de ellos se visten y se presentan ciertas ideas que en cada caso, y sin referir a lo específico del retrato que podría ser la identidad, hablan de lo humano, ponen el énfasis ahí mismo donde lo humano esta descarnadamente violentado, desfigurado, 18


deforme o detenido en un instante fugaz para poder captar la complejidad en la simplicidad. Y si es que hay velocidad, está puesta en la sintaxis particular de ese diálogo que nos hace ir de una obra a la otra buscando un sentido nuevo, encontrando emociones concatenadas y, principalmente, aceptando que cada vez que pensemos que la línea de llegada está cerca, habremos dado con la largada de una próxima carrera. Y si insistimos en la idea de una carrera es porque se hace evidente que entre los tres hay algo que corre, que los agrupa aunque no mezclándolos, y que los impulsa con una fuerza común, atrayéndolos a modo de vértigo… como a los galgos en un canódromo persiguiendo a una liebre. Cuál es la liebre para estos artistas, es una pregunta que quedará hecha.

19


Un espacio, decenas de rostros, tres gestos. Frente a la imagen de un alguien es difícil despegarse de la pregunta por la identidad, de la misma manera que se olvida, por reivindicar otra cosa, al arte que quiere existir en sí mismo, simplemente quiere ser, quiere mostrarse tal cual es. Retratódromo: similares y dispares nos propone algo distinto. Alguienes y nadies se presentan y no lo hacen a la vez. No importa quiénes sean o quiénes dejen de ser, lo que importa es lo que dejan ver y lo que ocultan para hacerlo. Las figuras se presentan en una pintura que no se niega a sí misma ya que no pretende develar una realidad que no existe como tal. No estamos frente a personas, como acostumbramos a estar cuando miramos un retrato del tipo que fuera, ni frente a rostros, ni siquiera estamos ante personajes. Estamos más bien ante gestos. 20


Un gesto es una intención, un querer decir algo que depende también de quien lo reciba o lo lea. Y esto es lo que encontramos cuando nos paramos frente a esos recortes que Martín Carpaneto, Leonardo Garibotti y Federico Fernández nos ponen delante. Sin situación y sin contexto estos rostros podrían ser pensados como excusas, no hay rastro narrativo que nos haga partícipes de una historia ni una alusión a un referente específico. Entre todas las obras se vislumbra, sin embargo, una impresión que no es pegajosa con respecto a la forma. Por eso estos gestos son más que rostros o figuras, son el vehículo de un decir sobre lo humano. Los rastros de materia, las líneas de tinta o transparencias de pintura, son la cara de estos gestos. Sin referir a lo específico del retrato que podría ser la identidad, lo humano es interpelado y adjetivado a través de éstos. Donde más se ocultan estos gestos, más transparente, desnudo y dependiente de las 21


circunstancias se muestra este carácter. Es el caso de Martín Carpaneto que ocultando el gesto, muestra a las formas fuertes, cerradas y concretas. De esta manera y para presentar esos seres imaginarios, que se despegan del referente humano al que estamos acostumbrados (nosotros), los coloca en distintas situaciones, con diferentes encuadres que nos dejan ver la deformidad de sus figuras, la idea de insanidad hecha forma. El contar una historia creada en el imaginario del artista se muestra como gesto y al hacerlo depende más de la forma que lo contiene y no tanto del gesto matérico. Una adhesión al contorno y el entorno es reclamada por el recuerdo de una estética del genero “comic” y en especial del de origen japonés. En el caso de Leonardo Garibotti hay un recurrir al gesto para señalar la figura. La línea desdibujada es la que da forma y a la vez deforma a los personajes. En ese gesto deformador, la 22


pincelada delata una intención melancólica. Bajo esa indefinición de la línea, los contornos y el detalle que podrían suscitar una nada, se esconde una fuerte sensación opaca, los ojos sin brillo y los colores descoloridos funcionan como resortes de esta melancolía. Los encuadres cercanos proponen una relación íntima que refuerza esta intención y en muchos casos, la familiaridad de las formas precipita el distanciamiento que provoca la imagen borrosa. La imagen de Leonardo es procesual, proviene de otro lado, se nutre y se vuelve a formar. Pero este tiempo inmensurable, que transcurre entre la contemplación y la imagen creada, es contrapunto de la instantaneidad fotográfica en la que son sorprendidos los rostros. Otro tiempo que no es el de hoy está presente en la obra de Federico Fernández. La figura molde no deja escapar el hecho de que no se trata de personas, sino de imágenes de éstas. La característica aparece permanente borrando los 23


límites de la subjetividad, la belleza restringida es la norma. La línea fuerte y cerrada de Federico sirve como fondo al gesto. Sin la fuerte contraposición entre esta línea concreta y la relación especular con el referente y el gesto explícito de borrar, chorrear y difuminar, la intención violenta no asomaría tan fácil. La repetición abruma, reitera y no deja escapatoria. Una referencia al mundo publicitario establece la identificación y familiaridad, las que se tornan extrañas y un tanto siniestras a través de la intención censuradora. Algo sobre la incapacidad y el sinsentido de la perfección está puesto en estos manchones. Tres artistas, similares y dispares, nos invitan así a poner el ojo donde lo humano está descarnadamente violentado, desfigurado, deforme o detenido en un instante fugaz para poder captar la complejidad en la simplicidad.

24


Observando esta exposición podemos encontrar que Martín Carpaneto, Federico Fernández y Leonardo Garibotti defienden un arte que quiere existir en sí mismo, que no quiere quebrar la Historia del Arte, borrarla y volverla a escribir, simplemente quiere ser, quiere mostrarse frente a nosotros tal cual es para que nos apropiemos de estas imágenes y las dotemos de nuestras propias interpretaciones. En esta oportunidad nos ubican frente a figuras humanas, en su mayoría rostros tomados desde un ángulo de visión muy cercano al retrato fotográfico. Ellos mismos (los retratos, las pinturas, los artistas) se presentan y no lo hacen a la vez, creando un juego de omisiones y ambigüedades que nos invita a reflexionar sobre la identidad, el rol del artista, y las posibilidades que nos brinda la pintura como lenguaje. Estamos ante gestos que los artistas nos han puesto delante, recortes de una realidad personal desprovista de situación, de contexto, indefinida, ambigua. 25


Frente a esta ambigüedad podríamos buscar ciertas adjetivaciones que enmarquen a esta producción: lo desagradable, lo violento, lo melancólico, lo repulsivo, lo inquietante. Sin embargo, no creemos que se pueda encasillar su obra en alguno de estos adjetivos, porque las pinturas quedan lo suficientemente abiertas como para que uno pueda encontrar sus propios adjetivos, que pueden diferir entre personas, y allí encontramos la riqueza y la amplitud de sus horizontes. Aquí la imagen es lo que es, no quiere negar, estos rostros simplemente están, se presentan a sí mismos con sus deformaciones, sus máscaras y las huellas del quehacer pictórico. Se independizan de la situación canónicamente consagrada del pintor y su modelo, creando un universo personal, en el que el eje narrativo puede ser una vía de aproximación, pero que sin embargo no es la única. 26


Por eso creemos que importa más el cómo se dice que el qué se dice: la selección de los encuadres, las deformaciones a las que se someten a estos personajes, sus fondos no referenciales, los gestos (los representados en los rostros y los propios del oficio del pintor: pinceladas, manchas, chorreaduras, salpicaduras), la paleta de colores, el tratamiento de la materia, las deliberadas imperfecciones del acabado. La figura humana aquí es tomada como excusa -aún cuando sabemos que la elección de representar personas es relevante-, sin embargo su tratamiento no nos lleva a pensar en su referente como un sujeto empírico real. El reconocimiento de lo conocido no es lo más trascendente, sino el dejarnos llevar y sumergir en un universo lúdico donde la pintura se exalta a sí misma.

27


Los tres pintores que componen Retratódromo: similares y dispares trabajan con la figura humana desde diferentes ángulos. Cada uno de ellos le imprime a sus figuras una carga que la construye y la define y que al mismo tiempo la borra y la deforma. Si un gesto es una intención, un querer decir algo aunque no se sepa bien qué y depende también de quién lo reciba o cómo lo lea, Martín Carpaneto Leonardo Garibotti y Federico Fernández les dejan ese dejo a sus seres donde podemos comprender en la medida que podemos reconocer. Los tres trabajan una imagen influenciada por la fotografía en donde el mecanismo del reconocimiento es un recurso obvio, pero aquí es a la vez extrañamiento y deformación. La imagen como proyección de estereotipos de belleza, de pretensiones mal logradas esa es la figura en Federico Fernández. Una imagen que vuelve de los sesenta, setentas, como un molde, matriz de una serie. El referente no es un sujeto empírico real sino una imagen seriada, 28


un estereotipo. Sobre esa figura minuciosamente reconstruída termina por caer la violencia de la desfiguración. El artista desdibuja sus bocas para evidenciar la impotencia de la imagen, la fragilidad de imponerles un delineado tan preciso. Nenas y nenes disminuídos, restados, restringidos, acotados. Mujeres, imágenes de mujeres imposibilitadas de gritar su inconformidad. Las obras de Martín Carpaneto tienen la figura de un encapuchado como eje central, un ser sin rostro que nos mira por detrás de su escondite. Su capucha es verde y su signo una cruz que nos remite a la enfermería o a algo similar. Luego a partir de éste empieza a desplegarse una serie de seres imaginarios, que se despegan del referente humano a través de sus deformaciones. Aparecen a veces en situaciones, con diferentes encuadres que recuerdan fotos familiares, fotos de vacaciones en un mundo sórdido. Nuevamente el artista toma como referente a la figura humana pero para deformarla, el acento está en la diferencia, en lo desencajado, en lo deforme. 29


Sin embargo detrás de esa deformidad no hay sufrimiento sino la picardía de la travesura, esos seres están buscando nuestra complicidad. En Leonardo Garibotti todo lo despojado a nivel narración, psicología del personaje, modelo referido, es inversamente proporcional a una cantidad de sentidos puestos en lo plástico, al nivel de la factura. Capas superpuestas de materia van dándoles forma a estos personajes, un poco caricaturescos. Están detenidos en una instantánea fugaz, un segundo y ya cambió. El gesto es simple pero eficaz. Las miradas intensas parecen pedir rescate de la situación, cierta incomodidad de estar allí atrapados, nos están buscando, nos apelan, nos llaman. La imagen se vuelve clara porque el segundo es tan excesivamente fugaz que la síntesis es la clave. Los tres artistas trabajan en su producción buscando y marcando un camino propio al mismo tiempo que nutriéndose mutuamente (los tres pertenecen al taller de Andrés Waissman). Por 30


eso estos gestos son más que rostros o figuras. Los rastros de materia, las líneas de tinta o transparencias de pintura, son la cara de estos gestos. Por medio de ellos se visten y se presentan estas ideas que en cada caso, y sin referir a lo específico del retrato que podría ser la identidad, hablan de lo humano, ponen el énfasis allí donde lo humano está descarnadamente violentado, desfigurado, deforme o detenido en un instante fugaz para poder captar la complejidad en la simplicidad.

31



Martín Carpaneto Nace en Buenos Aires el 20/01/1984. Estudió la carrera de Licenciatura en Artes Visuales, (I.U.N.A) y la carrera magisterio en dibujo, Escuela Manuel Belgrano. Hace 4 años concurre al taller de Andrés Waissman. Muestras: 2007 “Allez la peinture” Muestra colectiva. Galería Crimson arte contemporáneo. “Retratódromo”. Muestra colectiva. Galería Crimson arte contemporáneo. 2006 “s/t otra intervención” Muestra colectiva. Galería Crimson arte contemporáneo. 2005 “Memenoto mori”. Muestra individual. Galería Cle. 2004 “///&%&/()$##%%&//“. Muestra individual en galería s/t experimental.

33


“P.M.I.D” / 2007 / acrílico sobre tabla / 64 x 46 cm.

34



“S.H.K” / 2007 / acrílico sobre tabla / 58 x 50 cm.

36



“s/t” / 2007 / acrílico sobre tabla / 88 x 58 cm.

38




Federico Fernández Nace el 1 de diciembre de 1982. Estudió la carrera para el magisterio en dibujo en la Escuela Manuel Belgrano y actualmente concurre al taller de Andrés Waissman. Muestras: 2007 “Allez la peinture”. Muestra colectiva. Galería Crimson arte contemporáneo. “Retratódromo”, Muestra colectiva. Galería Crimson arte contemporáneo. 2006 “Y un pintor”. Muestra individual. Galería Crimson arte contemporáneo.

41


"Blanca" / 2007 / AcrĂ­lico s/tabla / 25 x 20 cm.

42



"Roberth" / 2007 / AcrĂ­lico s/tabla / 25 x 20 cm.

44



“Marcel”/ 2007 / acrílico sobre tabla / 25 x 20 cm.

46




Leonardo Garibotti Nació en Capital Federal en 1981. En 1990 se radicó en Capilla del Monte, Córdoba; y en 1999 regresó a Buenos Aires para estudiar en la escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Paralelamente estudio diseño de imagen y sonido en la universidad de Buenos Aires. En el 2002 obtiene el título de Maestro Nacional de Dibujo. En el 2003 cursa cerámica y escenografía en el IUNA. Dictó clases de arte en escuelas primarias, en talleres y también en forma privada. Actualmente y desde hace más de tres años es asistente del artista Andrés Waissman y cursa la licenciatura de psicología en la UBA. Muestras: 2007 “Allez la peinture”. Muestra colectiva, Galería Crimson arte contemporáneo. “Retratódromo”, Muestra colectiva. Galería Crimson arte contemporáneo. 2006 “Ensayos de la nueva pintura”. Galería Crimson arte contemporáneo. 49


“S/t” / 2007 / acrílico sobre papel entelado / 32 x 24 cm.

50



“Roberto Federico (el galletitero)” / 2007 / acrílico sobre tela / 70 x 50 cm. 52



“S/t” / 2007 / acrílico sobre papel entelado / 32 x 24 cm.

54




El grupo Fluor de escritura colectiva nació a fines de agosto del 2007 alrededor de una mesa redonda. Nuestro primer objetivo fue la concreción del texto para el catálogo de la exposición Retratódromo: similares y dispares que exhibían obras de Martín Carpaneto, Federico Fernández y Leonardo Garibotti. La exhibición se realizó del 17 de octubre al 3 de noviemrbe de 2007 en la Galería Crimson, galería de arte contemporáneo. En el mismo año, la siguiente actividad tuvo como fin la elaboración de un texto que acompañara la exposición 4 y 20 Cucos de Andrés Bisserier, llevada a cabo del 16 de noviembre al 30 de diciembre de 2007 en Jardín Oculto, galería de arte contemporáneo. Es nuestro objetivo que durante el 2008 la búsqueda grupal se oriente hacia la curaduría colectiva, una tarea a desarrollar en paralelo con nuestros encuentros para la reflexión y la producción de textos en torno a exhibiciones contemporáneas. 57


Quienes formamos parte de este grupo de escritura somos Noemí Aira (1982), Tatiana Kohan (1983), Ana Schwartzman (1981) y Mariana Rodríguez Iglesias (1982), alumnas avanzadas en la Licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad de Buenos Aires. Para contactos con el grupo, escribir a: fluorcontacto@gmail.com

58


Mariana Rodríguez Iglesias 25-02-1982, Capital Federal, Argentina. Nació en Capital Federal a las 7.15hs de la mañana, adelantándose por quince minutos a su hermana melliza. De piscis con ascendente en piscis, perro de agua entre los chinos milenarios y espejo galáctico blanco, según las predicciones mayas. A fines del 2004 se unió al equipo editorial de la revista web El Interpretador donde, junto con Juliana Fraile, coordinaron la sección de artes visuales. En febrero del 2005 se incorporó al equipo de Fundación Start donde se desempeñó como productora del sitio ramona web y bola de nieve. Su primera curaduría a cargo en julio del 2006 tuvo sede en la galería Appetite y se trató de Las Ciudades Inservibles con obra específicamente producida para la ocasión por los artistas Gastón Cammarata, Lux Lindner y Gustavo Ríos. Hasta la fecha, lleva desarrolladas 59


varias curadurías –colectivas e individuales- en diferentes galerías de arte contemporáneo de Buenos Aires. A pocos finales de licenciarse en Artes en la Universidad de Buenos Aires, divide su tiempo entre las tareas free lance en gestión y prensa para galerías y artistas, las actividades del grupo de escritura y las clases particulares de historia del arte.

60


English Version Portraitdrome: similar and diverse I can state with no doubt that I belong to a generation who likes choosing, who likes asserting its subjectivity in situations where selecting becomes necessary. In this context, choosing is always a step in the process of showing. This has happened since variety joined prodigality; since there is an overflow of real and virtual objects; since esthetical heterodoxy can peacefully coexist with personal stamp. Maybe this isn't exclusive to our time, but I am completely sure that today, more than ever, choosing is a gesture of authorship. So, we choose to tell (ourselves) who we are, we select within an ocean of possibilities in order to show (ourselves) where we are heading to. We have clothes, as one possibility for how to express ourselves, and accessories, also for the constant promise of particularity. 61


We have fotologs, flickrs, and facebooks, where we carry out a sort of soft curator-ship, a shy script that --to a greater or lesser extent-- is nurtured by our private life. (Although, it's not really clear if our life still has something of private.) Some of us also have the possibility to curate exhibitions; the possibility of getting to know and fall in love with art works and artists. I think this is what happened to me with Federico's, Leo's and Martín's paintings. At first it was just a crush, and then all the rest followed. I confessed my love to Tamara and she thought that I just had to let go‌ somehow, the combination of my desire for seeing them exhibited, and her wanting this to be accomplished, had to lead to something good. The corpus of works appeared as something established from the beginning and only a few were left out (either because they belonged to 62


another series or due to a problem of space). We had to choose the most representative ones. Leo, by instance, says that his work is about seizing a gesture, reproducing a frozen grimace. That's why he showed characters in the midst of an action, or with eyes shut, taken at a disconcerting and timeless moment. To put together Fede’s exhibition we decided to leave out the most redundant works, those that didn’t fit from a thematic point of view. His poetics are clear and eloquent and his production, plentiful. Nevertheless, I maintain that with a concise speech one gets better results than with an excess of images. Where Martín’s work is concerned, the work of selection was minimal; it became clear that he already had a completely coherent cosmos. Even before the show had a master idea, there was already a coherent element in his production. This is what we tried to show in Crimson when we were setting up the show. That is the reason 63


why all the works were hung around one painting that functioned as a leading core. At "Retrat贸dromo: similares y dispares" I tried to show a certain sort of painting, to gain access to something so common as the portrait genre from the poetics and fine arts projects of these three productive painters. The paintings they present are sincere, art based on hard work and craft. I believe in what they do not only because they are enormously talented but also because I'm convinced their search is genuine. Mariana Rodriguez Iglesias.

64


Warning! Lab in action! A notorious feature of this show is the fact that the three artists' work was conceived and developed within a single studio, making their works as inspired by the cohabitation with the other artists, as their personalities and work in general. Incidentally, the critical text for this exhibition was written as a companion of this process -- a group of people generated texts, trying not to avoid the personal singularities towards some kind of democracy, instead accepting the differences between people as a very meaningful part of the game, recognizing that the exchange is the very source of reflection. As usual when things come out from the entrails, it is about the emerging result of blending a lot of insight, a great deal of delirium, and some pretentiousness. We believe in a renewed form of art critique, 65


one based on practice and emotion. We get crazy with the notion of collective writing, a kind of writing in which different authorships/ signatures could blend. We portend this project to keep it on its way in becoming a defined method. We think that, as much as contemporary art is proud of being rebellious and questioning limits, the critique should do the same thing in order to gain luscious, sensitive elements, even fictions, when it is about the creation of thought. We wish to work as a lab in which essay-and-error is the path to a kind of intellectual production on art capable of being, at the same time, another expression of this vision. The product of this work are four texts that were not made to be read one after the other as it is in this edition. The idea was that the exhibition´s spectators choose one randomly without knowing the existence of the other three because they were all looking the same. The 66


proposed game had to be with the gestation of the writing that was born in an open space of discussion, messy and lots of time re-tidy it. That is why the four texts are unique, they answer to personal´s ideas about the pieces, and if it is possible, they are at the same time essentially the same because they emerged from the possibility of a space of common thoughts, from the dialogue and discussion; putting together different images that came from a different combination of the pieces of the same puzzle.

67


A portraitdrome is a place in which a race of portraits takes place – that is its name, at least. If we were at an autodrome, we'd see a bunch of cars passing at maximum speed, growling, cutting off the air, shaking a moved audience, full of suffering, breathing deeply till the first car passes the finishing-line. That's not what we see at this time at Crimson, because it is a peculiar kind of race, whose aim isn't speed or even winning. We could even describe our experience as an anti-race, not with regard to the fleetingness of the competition, but to the permanence of relationships and the reminiscence of a conversation. After all, it is about the richness of meeting with three artists –each so similar yet diverse - who tell us about the human figure as an excuse for many others meanings to slip in and challenge one another. A common point, and perhaps the most significant, is the elaboration of the human 68


figure, from different points of view. We see how each artist stamps a determined charge that builds and defines the figure as much as it erases and distorts it. Those are figures whose undefined rests end up being added, creating beings in which we can understand, and even feel, as long as we can recognize them. A comprising idea presents itself from the three artists; the search for gesture in every sense of the word. It's a kind of gestural profusion that goes beyond the grimace or expressive stroke. The trails of matter, the lines of ink, the transparencies, these are the very faces of gesture. Through them certain ideas are dressed and shown: ideas that, without referring to identity as the essence of portrait, talk about human things, focusing on what is violent, disfigured, monstrous, or otherwise suspended in an instant, to catch complexity by the means of simplicity. If there is speed, it is in the peculiar syntax of that chat which forces us to go from one piece 69


to another, looking for new meanings and finding emotions linking them together. Most importantly, realizing that every time we think we are reaching the finishing line, we will just encounter the start of a new race. Furthermore, if we insist on the concept of race, it is because it is so evident that there is something running through these artists, something that gathers them -without blending them- and pushes them with a uniting and dizzying force of attraction; like greyhounds in a dog track, pursuing a hare. What is the hare for these artists? That is the question we pose.

70


One space, dozens of faces, three gestures. In front of somebody's picture, the question about identity is hard to avoid… as much as one attempts to disregard it, in order to claim it for something else, such as the art intended to exist in and of itself, just because it wants to be, to show itself as it is. “Retratódromo: similares y dispares” suggests something different. Some-bodies and nobodies are presented and not presented simultaneously. It does not matter who they are or who they are not; what matters is: what do they let us see and what do they hide to let us see something else? Figures presented in the frames of the paintings do not deny themselves -nor are they intended to- discovering a reality that does not exist as such. We are not in front of people, as would be the case with any kind of portrait. Nor are we facing faces, or even characters. We are, in fact, in front of gestures. 71


A gesture is an attempt and an intention -- it is "to-mean-something"-- depending on who receives and who reads it too. That is what we find when facing the editions MartĂ­n Carpaneto, Leonardo Garibotti and Federico FernĂĄndez present us. Without any situation or context, these gestures could be conceived as excuses, since there is no trace in the plot that could make us participants in a story, nor any mention to a specific referent. In the whole, anyway, we can glimpse a picture which does not stick to the form. That is why a gesture is more than a figure or face. It is a vehicle of a certain kind of speech about mankind. Traces of matter, lines of ink, transparencies of painting, these are the faces of these gestures. Without referring to identity as the essence of portrait, mankind is still spoken to and described. As these gestures become hidden, the character appears even more transparent, naked and dependent on circumstances. That is MartĂ­n Carpaneto's case in showing strong, enclosed and concrete shapes while hiding the gesture. In 72


this way, presenting those imaginary beings, who differ from the human referent we are used to, he places them in different situations and settings that let us see the deformity of their shapes; the idea of insanity made into shape. Telling a story created by the artist's imagination seems like a gesture dependent more on its content’s form and less on its material gesture. The reminiscence of an aesthetic inspired by the "comic" genre, and especially the type produced in Japan; end up reclaiming an attachment to outline and environment. In Leonardo Garibotti's case, there is a tendency to appeal to the gesture to indicate the figure. The characters are shaped, and yet equally distorted, by the blurred line. There's a melancholy intention in the deforming gesture of the brushstroke. A strong opaque sensation hides behind the indefinite line. Outlines and details that might evoke nothingness, such as lusterless eyes and pale colors, act like triggers of such melancholy. 73


The close-up settings invite an intimate relation that reinforces this intention. The familiarity of forms often hastens aloofness produced by the blurred image. Leonardo's image is the result of a process. It comes from another place, nurturing itself and taking form again. This immeasurable time between contemplation and the finished image is a pointed counterpoint of the photographic instantaneity in which faces are taken by surprise. Another time that is not of today is also present in Federico Fernรกndez' work. The patterned images make it impossible to forget that these are not persons, but their images. Limits of subjectivity are always being erased by this feature. Restricted beauty is the norm. Federico's strong and enclosed lines act as background for gesture. The violent intention would not emerge so easily without the strong contrast between this concrete line and its mirror relation, established by the referent and the explicit gesture of erasing, dripping, and blurring. 74


Repetition is overwhelming and reasserting; it leaves no escape. A reference to the advertising world establishes identification and familiarity, which become strange and sort of sinister, because of the intention of censorship. There is something of this impotence and nonsense contained in these blots. Three artists, through their similarities and differences, invite us to look at that place where the human is brutally violent, distorted and deformed, or suspended in an ephemeral instant, in order to capture the complex amongst simplicity.

75


Looking at this exhibition we find that MartĂ­n Carpaneto, Federico FernĂĄndez and Leonardo Garibotti stand for an art which wants to exist by itself but does not intend to break apart the History of Art, nor erase or rewrite it. It is an art which simply wants to be as it is, to show itself in front of us, to let us readapt these images and thereby endow them with our own interpretations. This time they put us in front of human figures, mostly faces portrayed from an angle of vision very close to that of a photographic portrait. These pictures, paintings, and even the artists themselves, emerge and hide, simultaneously creating a game of the ambiguous and the omitted, inviting us to reflect on identity, the artist's role, and the possibilities of painting as a kind of language. We are confronted with gestures that artists have set before us, pieces devoid of context, coming from a personal reality: indefinite, ambiguous and unspecifiable. In the face of this ambiguity we could seek some adjectives that might define this production: ugly, 76


violent, melancholic, repulsive, disturbing. We think, however, that this work cannot be limited in such terms, as paintings remain open to allow each person to find his or her own adjectives, different from those of another. That is where their richness and amplitude lies. Here: image is what it is. It doesn't want to deny anything. These faces are simply there. They expose themselves with distortions, masks, and traceable trails of the painting activity. They step aside from the canonically consecrated situation of the artist and its model to create instead a personal universe whose narrative core may be one important aspect, but not the only one. We think therefore that it is not the content, but how that content is expressed, that is the real key: the settings, decisions, the distortions these characters go through, their abstract backgrounds, the gestures (of their faces but also of the painting profession, brushstrokes, blots, drippings and spatters), the color range, the way materials are treated, the deliberately imperfect finish. The human figure is 77


taken here as an excuse -even if we know that the decision of representing humans is quite relevant- but the way it is treated does not make us think of the referent as a real empirical subject. Recognition of the already known is not what really matters here, but rather, letting go and immersing into a playful universe in which painting praises itself. The three painters who participate in "RetratĂłdromo: similares y dispares" work with the human figure as observed from different angles. Each one endows their figures with elements that construct and define, but also erase and distort them. If a gesture is an intention, a desire to say something (even if we don't know what) and depends on who is observing and how he understands the gesture, MartĂ­n Carpaneto, Leonardo Garibotti and Federico FernĂĄndez leave those marks and traces on their creations by which we are able to understand as long as we are able to recognize. The three of them work with an image influenced by photography in which 78


the recognition mechanism is the obvious feature, although this time it also implies estrangement and distortion. Image as a projection of beauty stereotypes, of badly accomplished pretensions, that is Federico Fernåndez´s figure; an image coming back from the sixties and seventies as a pattern, a matrix in a series. Its referent is not a real empirical subject but a serialized image, a stereotype. The violence of distortion ends up falling over the meticulously reconstructed figures. The artist blurs their mouths to show the impotence of the image, the inherent fragility imposed on them by a precise outline. Boys and girls: diminished, lessened, restricted, confined; women and pictures of women shown incapable of screaming to state their inconformity. At the core of Martín Carpaneto's work -observing us from the backstage of his hiding- is the figure of a masked man, a faceless being. His mask is green. He wears a sign like an infirmary cross (or something alike). After him follows a series of imaginary beings gradually moving away from 79


their human referent by way of distortion. They appear sometimes in familiar situations, within different settings, reminiscent of family albums, holiday pictures of a sordid world. Again, the artist takes human figure as a referent but then deforms it. The accent is on the difference, the unsettled and deform. But behind this deformity there is no suffering, but a naughty trick; these beings wants our complicity. In Leonardo Garibotti's work what appears deprived of narration, character psychology or a reference model, is inversely proportional to the quantity of meanings expressed on the plastic creation level. Superimposed material layers shape these sorts of absurd characters. They are suspended in an evanescent instant, just a second before changing‌ a simple but effective gesture. Their intense looks seem to be asking for somebody to take them out of their situation, uncomfortable for being trapped in there; they are looking for us, questioning us and calling our attention. The image becomes clear because 80


of the extreme fugacity of the second, making the synthesis emerge as key. The three artists produce their works by studying and defining their own path, but also by learning from each other (they all go to the AndrĂŠs Waissman workshop). That is why these gestures are more than simple faces and figures. The material traces, ink lines and painting transparencies, are these gestures' faces. These ideas are dressed and presented, communicating in each case about the human, without referring to the portrait's specificity, that could be the identity, and instead emphasizing the place in which the human is brutally violated, distorted, twisted and suspended, in but an instant, capturing the complexity of its simplicity.

81



The group Fluor for collective writing was born at the end of 2007 around a round table. Our first objective was to prepare a text for the catalogue of the "Retratódromo: similares y dispares" exhibit, presenting works from Martín Carpaneto, Federico Fernández and Leonardo Garibotti. The exhibit was open from October 17th to November 3rd of 2007 at Crimson, a contemporary art gallery. That same year the following activity was centered on the elaboration of a text for the Andrés Bisserier's exhibit "4 y 20 Cucos" 4 and 20 bogeymen, held at the Jardín Oculto, contemporary art gallery, from November 16th to December 30th. Our aim for 2008 is to orient the group exploration towards collective curator-ship, while keeping on with our reflection meetings, and text production about contemporary exhibits. This writing group is integrated by Noemí Aira (1982), Tatiana Kohan (1983), Ana Schwartzman (1981) and Mariana Rodríguez Iglesias (1982); all 83


advanced students of the degree in Plastic Arts at the University of Buenos Aires. For contact, write to: fluorcontacto@gmail.com

84


Mariana Rodríguez Iglesias Born February 25th 1982 in Buenos Aires, Argentina at 7.15 am, only fifteen minutes in advance of her twin sister. A total Pisces girl with her ascendant also in Pisces, ´water dog´ among Milenarian Chinese and ´white galactic mirror´ according to Mayan predictions. At the end of 2004 she joined the editorial team of the web magazine "El Interpretador" to coordinate the visual arts section with Juliana Fraile. In February of 2005 she began to work with the Fundación Start team in the production of the Ramona web and Bola de nieve sites. She made her first curatorship in July of 2006 at the Appetite gallery for "Las Ciudades Inservibles" exhibit with works from Gastón Cammarata, Lux Lindner and Gustavo Ríos made especially for the occasion. Until now she has made several curatorships -both collective and individual- in different contemporary art galleries of Buenos Aires. Close to obtaining her degree in Arts at 85


the University of Buenos Aires, she divides her time between free-lance jobs in management and doing press for galleries and artists, as well as the activities of the writing group and private lessons about art-history.

86


Martín Carpaneto He was born on January 20, 1984 in Buenos Aires. He studied at IUNA and also at the Manuel Belgrano School in order to receive the Drawing Professor's certificate. He has attended the Andrés Waissman's workshop for the last four years. Exhibitions: 2007 “Allez la peinture”. Group exhibit, Crimson gallery contemporary art. “Retratódromo”. Group exhibit. Crimson gallery contemporary art. 2006 “s/t otra intervención”. Group exhibit. Crimson gallery contemporary art. 2005 “Memento mori”. Individual exhibition. Cle gallery. 2004 “///&%&/()$##%%&//“. Individual exhibition. s/t experimental gallery.

87


Federico Fernández He was born on December 1st of 1982. He studied at the Manuel Belgrano School to obtain the Drawing Professor's certificate. He is currently attending Andrés Waissman's workshop. Exhibitions: 2007 “Allez la peinture”. Group exhibit. Crimson gallery contemporary art. “Retratódromo”, Group exhibit. Crimson gallery contemporary art. 2006 “Y un pintor”, Individual exhibition. Crimson gallery contemporary art.

88


Leonardo Garibotti Born in Buenos Aires in 1981, in 1990 he went to live in Capilla del Monte, Córdoba. He came back to Buenos Aires in 1999 to study at the Manuel Belgrano School of Fine Arts. At the same time he studied Sound and Image Design at the University of Buenos Aires (UBA). In 2002 he obtained the certificate of National Drawing Professor. In 2003 he studied scenography and ceramics at the IUNA. He gave art lessons in primary schools, workshops, and also for private students. Currently, and for the last three years, he works for the artist Andrés Waissman as a private assistant, and also is studying psychology at UBA. Exhibitions: 2007 “Allez la peinture”. Group exhibit. Crimson gallery contemporary art. “Retratódromo”. Group exhibit. Crimson gallery contemporary art. 2006 “Ensayos de la nueva pintura”. Crimson gallery contemporary art. 89



Curaduría / Curatory Mariana Rodriguez Iglesias Artistas / Artists Martín Carpaneto Federico Fernández Leonardo Garibotti Textos / Text Noemí Aira Tatiana Kohan Ana Schwartzman Mariana Rodríguez Iglesias

91


Crimson arte contemporáneo / contemporary art Dirección / Director Tamara López Diseño / Design Matías Garabedian Colaboración / Collaborators Eugenia Linares Solero Rosario de las Carreras Malena Pichot Versión en inglés / English version OLGA traducciones / olga.dktp@gmail.com Acuña de Figueroa 1800 Buenos Aires, Argentina. http://www.crimson-arte.com/ http://creamandsongartylovers.blogspot.com/

92


93


Este libro fue una producción de OLMO Ediciones + Crimson Galería de arte y se terminó de imprimir en Agosto de 2008 en los talleres gráficos de LatínGrafica SRL.



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.