La bicicleta en la ciudad de Almería: Cómo y por qué vías ha logrado su influencia el colectivo de ciclistas urbanos
Juan José Amate Ruiz juanjoamate@gmail.com Cambio Social (II) Grado en Sociología - Centro Asociado de Almería
En el presente trabajo se pretende analizar la acción llevada a cabo por el colectivo de ciclistas urbanos (usuarios de la bicicleta como medio de transporte) de la ciudad de Almería y como a través de las acciones de denuncia, sus movilizaciones, trabajo de incidencia sobre los tomadores de decisiones y también de organización en el seno del propio colectivo, se han logrado importantes cambios en la ciudad de Almería. A la vez que se repasa la trayectoria de este colectivo y las diferentes acciones que han venido realizando, se aprovecha para analizar las características respecto a la clasificación más extendida de los movimientos sociales que presenta el mismo y sus similitudes con las propias de un movimiento social que le hagan merecedor de tal denominación.
¿Podemos considerar un movimiento social al colectivo de ciclistas urbanos de Almería? De entrada el colectivo de ciclistas urbanos está compuesto por una cantidad no cerrada ni cuantificada de usuarios de la bicicleta que presentan muy diferentes características. -
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los hay practicantes de ciclismo como deporte que usan la bicicleta como vehículo porque les ayuda a completar sus entrenamientos, pero no suman a esta ningún tipo de reivindicación ciudadana, social, económica o urbanística. Otro grupo son los componentes tradicionales de otros numerosos colectivos y movimientos sociales, como son ecologistas, defensores del patrimonio, miembros de una plataforma concreta en defensa de reivindicaciones de tipo local, y que en los últimos años se suman al colectivo de ciclistas urbanos desde la faceta de la reivindicación social. Estos conformarían las Asociaciones que tanta importancia han tenido en la participación ciudadana a nivel local (1). Un tercer grupo son los usuarios de la bicicleta como medio de transporte, ya sea por cuestiones personales (de tipo económico, por ejemplo), o por posicionamiento político e incluso profesional (el colectivo ecologista pero que además desempeña trabajos vinculados a lo ambiental) o bien por el auge del uso de la bicicleta como moda. Se trata de usuarios de la bicicleta como medio
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de transporte, en un porcentaje bajo también asociada a la práctica del deporte y a los que la búsqueda de mejores condiciones para desplazarse en bici les hace coincidir con los colectivos más reivindicativos. Atendiendo a esta diversidad de intereses y procedencias, difícil sostener que se trate de un colectivo homogéneo y organizado, sino que al contrario en función de las reivindicaciones o actividades que realice encuentra complicidades con otros colectivos y por tanto suma a nuevos componente en tanto que otros se desvinculan. Además no puede hablarse de un grupo de interés por falta de profesionalización de sus miembros para el ejercicio de su actividad y la estructura tan heterogénea. Desde esta perspectiva se puede considerar que en conjunto se logra configurar un marco simbólico que dota de significado a este colectivo de ciclistas urbanos, por lo que si se puede considerar al mismo un movimiento social, de acuerdo a la descripción de D.Snow y R. Benford (2).
¿cómo son y donde están los ciclistas urbanos en Almería? Dado que se acepta que se trata de un movimiento social, uno de los procesos más importantes que se dan en el seno de los mismos, y que se relaciona directamente con la implicación de sus miembros, es el de la conformación de la identidad colectiva. Pueden encontrarse ciertos rasgos comunes, como es el uso habitual de la bicicleta para hacer los desplazamientos cotidianos, una determinada sensibilidad por las cuestiones sociales, culturales o ambientales e incluso un nivel de estudios y socioeconómico medio. En este caso si son distinguibles unos rasgos comunes que pueden considerarse como propios de esa identidad colectiva, si bien no puede hablar de la misma como un proceso atendiendo a la definición de Melucci (3), sino más bien como conciencia de grupo, asumiendo su naturaleza cambiante en el tiempo. Y es que como se ha señalado antes, en función de las diferentes acciones que se realizan y la participación en mayor o menor grado de los diferentes colectivos señalados, esa identidad puede variar hacia un perfil con mayor vinculación a lo deportivo o a la participación ciudadana activa. En cualquier caso, creo que debido a que este movimiento social no tiene una fuerte base identitaria, sino más bien en sus objetivos, es por lo que la identidad colectiva queda más difuminada, no es la defensa y reivindicación de unos determinados rasgos de identidad la que da origen a este movimiento social. En cuanto a su ubicación, no existe una organización o plataforma común que reúna a todos los integrantes. Si bien el núcleo central, aunque no el originario, es la Asociación Al-Pedal de ciclistas urbanos de Almería, los miembros de la misma no alcanzan ni al 10% de los participantes habituales de muchas de sus actividades y ni mucho menos al 1% de los que podemos considerar ciclistas urbanos en la ciudad de Almería. Y es que a estos se unen miembros de los diferentes clubes y peñas ciclistas, socios de los diferentes colectivos ecologistas, como el Grupo Ecologista Mediterráneo
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o Ecologistas en Acción, miembros de asociaciones vecinales como la Asociación de Vecinos La Palmera, integrantes de diferentes formaciones políticas, donde podríamos citar a Izquierda Unida y a Equo y por supuesto, muchos otros a titulo personal. De acuerdo a la clasificación de Diani y Donatti (4), se trataría de una organización de protesta participativa, en tanto que el grueso de acciones no se celebran dentro de los canales institucionalizados y la categoría de miembro o participante no la da el pago de una cuota o suscripción, sino la participación en si en las acciones. Para completar, también existen portales o sitios de información vinculados a la movilidad sostenible en la ciudad de Almería e incluso concretamente a la movilidad en bicicleta, los cuales se hacen eco de todas las noticias vinculadas a este movimiento y a la vez ofrecen al mismo información y nuevos puntos de vista que ayudan a aglutinarlo, este es el caso de sitios de Facebook como Almeria CycleChic o la web Doble Fila (www.doblefila.org). Si que es cierto que el liderazgo visible del colectivo lo ejerce Al Pedal, y de hecho como tal es considerado tanto por medios de prensa locales como por las instituciones a la hora de buscar interlocutores con los que acordar medidas concretas o para invitarles a participar en diferentes consejos o estructuras de participación ciudadana.
¿Qué acciones ha desarrollado el movimiento de ciclistas urbanos de Almería? Desde sus comienzos, el colectivo inicialmente y posteriormente a través de Al Pedal ha realizado tres tipos de acciones primordialmente, de un lado la reivindicación a pie de calle, es decir, mediante marchas ciclistas coincidiendo con fechas como la Semana Europea de la Movilidad, el Día Mundial del Medio Ambiente o la Semana Europea de la Energía Sostenible, y de otro lado las acciones de incidencia en las administraciones competentes, bien en forma de alegaciones a diferentes planes u ordenanzas aprobadas, bien participando en el seno de plataformas vinculadas a reivindicaciones de tipo urbanístico pero donde la movilidad podía verse afectada, y un tercer tipo ha sido la sensibilización y comunicación de aspectos vinculados a la movilidad sostenible y el uso de la bicicleta, como han sido incluso talleres para niños, colaboraciones en medios de comunicación o en campañas y actos institucionales. Las acciones en la calle son sobre todo las llamadas Bicifestaciones, de las que suelen celebrar al menos dos al año. Las mismas las convoca Al Pedal y son sus miembros los encargados de todas las labores de organización de la misma, sin menoscabo de que con frecuencia se sumen otros colectivos a estas labores. Si se han dado casos de que, al coincidir con la celebración de ciertas efemérides, se ha intentado instrumentalizar la actividad en favor de algunas administraciones, que sin haberlo hecho con anterioridad se han arrogado la organización de la misma, aunque esto ocurrió en un par de ocasiones muy concretas a lo largo de los seis años que llevan celebrándose estas Bicifestaciones. En este tiempo la participación se ha incrementado levemente desde las primeras ediciones para mantenerse estable en los
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últimos dos años con un número en torno a 400 participantes, aunque supone una acción con una gran repercusión mediática. Al ser una acción organizada con antelación y que cuenta con los preceptivos permisos, nunca se han producido incidentes en torno a la misma, al contrario es usada casi como una fiesta de la bicicleta para participar con niños, de manera que se aprovecha para hacer labores de sensibilización y concienciación sobre conducción segura o para enseñar a montar en bici. La segunda de las acciones en la calle son las Masas Críticas, reuniones espontáneas de ciclistas urbanos para dar un paseo por la ciudad, sin recorrido prestablecido, que en Almería se celebran el último jueves de cada mes teniendo como lugar de partida la taquilla del Teatro Apolo a las ocho de la tarde. En este caso no es una actividad organizada y en lugar de colectivos, los que participan son ciclistas urbanos a titulo particular, sean o no miembros de Al Pedal, Ecologistas en Acción, alguna formación política o una asociación de vecinos o deportiva. En este segundo caso no se cuenta con ningún tipo de permiso y se pretende poner en evidencia las carencias de la ciudad de Almería a la hora de permitir una adecuada convivencia entre ciclistas y otros usuarios de la vía, además de hacer visible al colectivo, mostrar que ocupa un hueco y que puede hacer uso del mismo. La participación casi nunca está por encima de 25 o 30 personas y se trata de usuarios habituales de la bicicleta. En este segundo tipo de acciones si son más frecuentes los incidentes, en su mayoría en forma de reproches por parte de automovilistas, pero en una ocasión llegaron incluso a ser identificados por la Policía Local de Almería, que en un alarde de desconocimiento del reglamento de circulación, retuvo a todo el grupo hasta que varios compañeros le indicaron su error. En el lado de la incidencia, quizás es donde es más patente la figura de Al Pedal y a la vez donde el movimiento parece más institucionalizado y organizado, además de ser una acción donde la participación es de los miembros se reduce a unos pocos. Si que es cierto que fruto tanto de la repercusión y aceptación de las acciones en la calle, como del conocimiento a nivel técnico de la problemática asociada al uso de la bici, los logros de las labores de incidencia han sido importantes. Tal es así que de ser algo que no se contemplaba, podríamos decir que existe consenso en torno a la necesidad de un Plan de Movilidad de la ciudad, que acompañe al futuro Plan General de Ordenación Urbana, obviamente la concepción de Plan de Movilidad cambia en función de que sea el Equipo de Gobierno en el Ayuntamiento, los grupos de oposición o los colectivos ciudadanos los que lo definan. Pero no cabe duda de que haber logrado que los focos de un Pleno del Ayuntamiento de Almería estuvieran en la llegada al mismo del Alcalde y de un miembro de la oposición en bicicleta, a tenor del reto que se lanzaron durante una moción para aprobar el desarrollo de medidas en favor del uso de la bicicleta en la ciudad de Almería, es un buen síntoma. Del mismo modo, acciones como la colocación de aparcabicis en diferentes lugares de la ciudad, la creación de nuevos carriles bici en aquellas vías principales de comunicación que han sufrido reformas en los últimos años, como ha sido la Carretera de Ronda, o la creación de las llamadas Ciclovías en la Rambla Amatisteros, no se Página 4 de 6
hubieran producido sin esta labor de incidencia. Bien a través de la presentación de una propuesta concreta en cuanto a numero y ubicación de aparcabicis, o con la colaboración activa con los técnicos redactores de diferentes planes y proyectos, el caso es que el trabajo ha dado sus frutos y poco a poco la ciudad está mejor acondicionada para el uso de la bicicleta. Lógicamente no todo es perfecto ni tampoco se ha eliminado todo aquello que estuviera mal. Si que es cierto que no siempre las reivindicaciones de este movimiento son igualmente compartidas por toda la ciudadanía, y si los hay que se sienten importunados por sus acciones en la calle, también los hay que critican, por considerarlas inútiles y un despilfarro, que se inviertan recursos públicos en las infraestructuras vinculadas al uso de la bici. Tal es el caso de que incluso se han llegado a publicar columnas de opinión en contra de tales medidas y hasta con cierta mofa hacia los usuarios de la bicicleta. Lo interesante fueron las reacciones que tuvieron la misma, que dejaron ver que se trata de medidas con un fuerte respaldo social. Junto con estas medidas donde Al Pedal ha sido cabeza visible y ha liderado las mismas, también ha participado junto a plataformas que han desarrollado medidas que de manera parcial o tangencial tenían vinculación con la movilidad o bien con aspectos vinculados al urbanismo o la conservación ambiental en la ciudad de Almería. Un ejemplo sería la Plataforma Salvemos la Molineta, donde si bien el liderazgo correspondió a algunos grupos vecinales vinculados a ese espacio urbano, el colectivo de ciclistas urbanos se movilizó junto a estos y apoyó sus acciones y Al Pedal era uno de los integrantes de dicha plataforma.
Conclusiones Del análisis de su composición y características, así como de las acciones desarrolladas por el mismo en los últimos años, puede concluirse que el colectivo de ciclistas urbanos de Almería se estructura y funciona como un movimiento social, de acuerdo con la definición y clasificaciones de Diani y Donatti (4). Si que es cierto que en el seno del mismo se ha identificado un claro liderazgo vinculado a lo organizativo y para contar con una portavocía visible y reconocida, si bien la gran diversidad de sus componentes hace que este liderazgo se limite al desarrollo de ciertas acciones, en tanto que el crecimiento del número de usuarios de la bicicleta como medio de transporte, unido a una mayor atención por parte de medios de comunicación, administraciones y opinión pública en general está ayudando definitivamente a que se adopten las medidas que largamente son reivindicadas.
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Bibliografía: 1.- Brugué, Quim; Fábrega, Joan & Gomá, Joan. (2003) “Participación y Democracia. Asociaciones y Poder Local” en Movimientos Sociales: Cambio Social y Participación. Págs. 109 – 132. 1ª Edición. Madrid. UNED Ediciones. 2.- Robles, José Manuel & De Miguel, Ana. (2003) “Dimensión simbólica y cultural de los movimientos sociales. El movimiento feminista y la construcción de marcos simbólicos” en Movimientos Sociales: Cambio Social y Participación. Págs. 133 – 162. 1ª Edición. Madrid. UNED Ediciones. 3.- Monferrer, Jordi. (2003) “Movimientos sociales e identidad colectiva” en Movimientos Sociales: Cambio Social y Participación. Págs. 163 – 190. 1ª Edición. Madrid. UNED Ediciones. 4.- Jiménez, Manuel (2003) “El estudio de las organizaciones y la estructura de los movimientos sociales. El caso del movimiento ecologista en España” en Movimientos Sociales: Cambio Social y Participación. Págs. 191 – 224. 1ª Edición. Madrid. UNED Ediciones.
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