Fiesta de la Dedicación de la Basílica San Juan de Letrán
Homilía del Domingo 9 de Noviembre
1. Fiesta que celebramos En cada Iglesia Local (diócesis) hay un lugar especial, donde el obispo enseña (da cátedra), y por eso, ese lugar se llama “Catedral”, o sea la Iglesia madre (o templo madre) de cada diócesis. En la ciudad de Roma, la cátedra es ejercida por el obispo de Roma, el Papa. La Catedral de Roma se llama “San Juan de Letrán” y es recordada hoy en la Liturgia por ser la Iglesia de la “Cátedra del Papa”. Esta Iglesia fue dedicada por el Papa
Silvestre, en Roma el 9 de Noviembre del 324. Se la considera “cabeza y madre de todas las iglesias de Roma y del mundo”. El emperador Constantino donó y mandó construir esta basílica luego de su “Conversión” al cristianismo. Fue la sede de los papas hasta el 1304. Esta basílica sigue siendo la catedral de Roma, aunque la sede del Papa está en la basílica de San Pedro en el Vaticano. 2. Contexto Histórico Entre los discípulos de Jesús no había templos, durante los primeros siglos. Las comunidades cristianas se reunían en casas de familia. Lo que aparece como un triunfo eclesial, porque la Iglesia sale a la luz, en el imperio romano, en realidad es un retroceso al AT, a la antigua teología del templo/edificio. A partir de Constantino y hasta el día de hoy la proliferación de templos, iglesias, santuarios capillas ha sido incesante. 3. Templo-Iglesia
La confusión, que llega aún a nuestros días es asimilar Iglesia/Templo como si fuesen sinónimos y de esa manera, empobrecer absolutamente el contenido de la Fe en Iglesia. El Concilio Vaticano II vuelve a los orígenes la idea de Iglesia ya no como templo, sino como misterio y comunidad de fieles o Pueblo de Dios. 4. Teología del Templo – Pasos Vemos como en la Escritura, se ha ido avanzando en esta idea del templo, se ha ido madurando y se ha evolucionado hacia una concepción teológica muy completa del lugar de la presencia de Dios, en medio de su Pueblo, dónde está?, cómo es? a. Arca de la Alianza Cuando el Pueblo de Dios era nómade, la presencia de Dios en medio de ellos estaba señalada en un cofre que contenía las piedras (tablas) de la Ley en las que se establecía la Alianza. Allí donde iba el Pueblo, iba el Arca de la Alianza. b. Templo de Salomón y Herodes Cuando el Pueblo de Israel se estableció en su tierra, se construyó una casa para la morada de Dios. Fue el llamado templo de Salomón. El templo que conoció Jesús, fue edificado por Herodes, el grande y fue destruído por los romanos hacia el año 68 de nuestra era. Nunca más los israelitas tuvieron un templo unificador (Sólo queda el “muro de los Lamentos”, como recuerdo de este último templo). c. Jesús, nueva morada sobre el templo Jesús dice: “Destruyan este templo y yo lo reconstruiré en tres días”, San Juan, en el Evangelio, nos aclara que Jesús “Se refería al templo de su propio cuerpo”. El cuerpo de Jesús es el lugar donde Dios habita plenamente. Este es el cambio más notable del tema cristiano.
d. San Pablo Pablo, en su teología, nos hace descubrir, que cada uno de nosotros, es templo de Dios, diciéndonos “No sabeis acaso que sois templo de Dios”. Llegamos aquí a un punto clave en la teología de la presencia de Dios, desde el templo y los lugares sagrados, pasando por Jesús (presencia de Dios) y llegando al corazón de cada hombre, como lugar sagrado de la Presencia de Dios 5.Expulsión de los mercaderes del Templo El Evangelio de hoy, de San Juan, nos relata la expulsión de los mercaderes de la explanada del templo de Jerusalén. Este hecho marca el punto clave de la sentencia a muerte que pesaba sobre la cabeza del Maestro. Tocar el Templo era tocar el corazón mismo de la concepción religiosa antigua de Israel y de manera especial reaccionan aquellos que se enriquecían por los frutos de santuario, al que acudía todo el Pueblo de Israel permanentemente. Jesús rompe la lógica Templo/Lugar de la Presencia y lo cambia por Jesús/cada persona lugar donde Dios habita. 6. Conclusión Al convivir estas distintas concepciones acerca del lugar de la Presencia del Señor, se hacen confusas las búsquedas espirituales. Por eso, creo que el mensaje de este fin de semana, va en dirección de descubrir, cada vez más claramente a Jesús como lugar de esa presencia y a la persona de cada uno de nosotros como pequeño santuario donde mora el Señor.