El Botiquín psicológico de urgencia

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BOTIQUÍN DE SUPERVIVENCIA PSICOLÓGICA © Juan Peláez www.juanpelaezescritor.wordpress.com

En casi todos los coches, empresas, hogares existe un botiquín de primeros auxilios (físicos). Unas tiritas, alcohol (no del que se bebe), aspirinas (sin caducar), vendas, pinzas (diferentes a las de depilarse) y algún que otro medicamento (que le recetaron a la abuela y como el sabor no le gustó se almacena en la misma caja). Pero el ser humano se compone de cuerpo y psique ¿Qué hacemos con la segunda cuando enferma? He aquí una serie de elementos que quizá sea interesante tener en la cajaincluso si es imaginaria- de los primeros auxilios psicológicos. Sobre todo si tenemos a un familiar, amigo, novia/o en una situación compleja de trabajo y debemos mantener nuestra integridad psíquica para apoyarle. • La manta térmica de la comunicación Consiste en un espacio y un tiempo que se despliega en cualquier situación. Permite la comunicación entre: los miembros de la pareja, de la familia, los amigos, los compañeros de trabajo... • El jarabe balsámico de la relajación Se abre el frasco. Se imagina uno, la cuchara cargada de un aromático y agradable líquido. Nos la metemos en la boca y a medida que desciende relaja nuestros músculos. Ellos tiran de la tensión de nuestro cerebro y nos llevan hasta el sosiego y la paz. Es necesario tomarlo al menos una vez por día. Existen marcas que actúan de diferentes maneras: la sofrología, la relajación dinámica, el yoga nidra... lo importante es conocer una y ser fiel a su consumo diario.


La pomada antiestrés Se aplica mediante masaje. Lo mejor es encontrar a alguien: pareja, amigo, amiga, familiar que nos la aplique al menos una vez por semana. Es algo sencillo. Consiste en dejarse llevar por las manos de quien nos la unta. A cada pase un trocito de tensión que se autodestruye. Si no existe nadie a su alrededor también útil aplicárselo uno mismo en los pies. Los resultados son agradables y sorprendentes. • Las píldoras de las microvacaciones Al menos una vez por semana. Tienen la virtud de cortar el ritmo usual. Una sesión de cine, de teatro, un paseo por la ciudad con ojos de turista, una visita a un pueblo cercano, una pequeña ruta por un bosque... Lo importante es sentir que se está fuera del espacio-tiempo cotidiano. • Las grajeas de las minivacaciones Son un paso complementario a las microvacaciones. Se toman durante los fines de semana y puentes y permiten desconectar del tran-tran de cada jornada. Son incompatibles con el llevarse el trabajo a casa o el pensar en cómo voy a solucionar tal o cual problema de la oficina, fábrica o ministerio. • La operación invasiva de las vacaciones Es un tratamiento de choque. Se trata del gran corte necesario para extirpar las tensiones del año. Es la extracción de la rutina (que debe hacerse como mínimo cada trescientos sesenta y cinco días) de todas las partes del cuerpo y el cerebro. Es la limpieza anual. De nuevo contraindicado llevarse trabajo mientras duran. • El vendaje compresivo contra la celulitis de los problemas Se aplican con rapidez en cuanto el problema se presenta. Una vez puesto se deja de pensar sobre todo si es de noche, o si no nos sentimos muy en forma. Sus cualidades son muchas. Entre ellas permite que las bolas de grasa de la cuestión preocupante no aumenten. Las convierte en otras más pequeñas que se diluyen gracias al apoyo de todas las acciones anteriores y a la que vienen a continuación.


El estiramiento de la risa Estirar los músculos y los tendones es fundamental. Los de la cara, siempre con una sonrisa es, tal vez lo más importante. Genera relajación, hace la vida más agradable a los otros, a nosotros mismos y genera optimismo y ganas de vivir. • Los parches antieficacia y antieficiencia Se aplican en cuanto uno entra en el “tajo”. Permiten no crearse a pies juntillas todo eso de la eficacia y la eficiencia al cien por cien que intentan meternos en la cabeza los empresarios. Lo fundamental es desarrollarse como persona. Algo alejado de un fichar o de un resultado numérico a fin de mes. • Los complementos vitamínicos de la felicidad Tomados a diario y complementado con el estiramiento de la risa, llevan a una situación de optimismo. Cuando se es feliz, algunas de las acciones anteriores, ni siquiera son necesarias. Surgen con fluidez. • Los diureticos anti-agresividad Con una simple toma facilitan las ganas de ir a orinar. En el servicio, mientras sentimos como la vejiga se vacía, nos percatamos a la vez que las ganas de insultar y partirle la cara a esa pobre persona infeliz que intenta hacernos la vida imposible, se eliminan. Hágalo incluso con la luz apagada. Concéntrese en que con cada gota que se pierde en el inodoro se va un trocito de enfado. Cuando el chorrito se corta fin, cuando tiramos de la cadena y luego nos lavamos las manos, toda la agresividad ha desaparecido en el interior de nuestro cuerpo. Se ha ido por la cañería de desagüe. Y lo fundamental, es incapaz de retrepar para tocarnos de nuevo. • El balneario casero de urgencia Llene la bañera con agua caliente. Deje que el vapor llene el cuarto de baño. Unas velas darán un ambiente más íntimo. Sumérjase en un agua que habrá cargado con sales perfumadas o si no tiene, no se preocupe, un kilo de sal de cocina, que es más barato. Cierre los ojos. El calor se esparcirá por su piel. Flota. El agua es del Mar Muerto, de Baden Baden, del balneario de Panticosa. Diez minutos, quince, lo que le apetezca hasta que la tensión desaparezca de su cuerpo. Ojo no lo haga a menudo por respeto al medio ambiente. Sólo en casos urgentes


Lo vapores músico y lecto- terapeúticos Llene, de vez en cuando, la casa de una música agradable. Seguro que tiene alguna cinta, disco o CD que le encanta. Déjese transportar donde las sugerencias le lleven o aspire una bocanada de los capítulos de su autor preferido. Nada que sea triste, terrorífico o agresivo. Libros de humor, aventuras... • Los supositorios “Hobbie” A veces cuesta un poco introducirlos, pero una vez dentro... qué gustazo. Es complicado el preparar el cuarto de baño para montar el laboratorio de fotografía, salir a hacer footing, bicicleta o aerobic, sacar la caja de punto de cruz... pero una vez que estamos realizando lo que nos gusta, qué bien nos sentimos. Según la O.M.S. (Organización Mundial de la Sonrisa), es necesario que cada persona tenga como mínimo uno, para introducírselo una vez por semana. Y lo más importante es que no tanga nada que ver con el trabajo que realizamos. Nota importante: Todos los elementos del botiquín de primeros auxilios psicológicos, tienen las características de: • No ocupar lugar. • No necesitar receta médica. • No tener contraindicaciones ni efectos secundarios (salvo los baños calientes en el caso de que tenga la tensión en el piso de debajo de su vecino). • Ser un gustazo medicarse. • Ser fácilmente transportables. • Poderse compartir • Ser gratuitos. • No caducar.


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