Este Cuaderno de Palabras con sabor a mar, reúne muchas voces que
han
utilizado
el
mar
como
medio
para
expresar
sentimientos.
Los lectores y lectoras de los Clubes de Lectura han buceado en muchas páginas, han navegado en infinidad de libros donde se han dejado llevar por el suave susurro de la poesía.
Cuando comenzamos el curso y se propuso que
buscaran,
escucharan, pidieran... poemas que hablaran del mar, fue como cuando lanzas una piedra al agua, que por pequeña que ésta sea, crea a su alrededor multitud de ondas que se van agrandando y agrandando.
Y este pequeño cuaderno contiene muchos momentos íntimos al amor de las palabras, muchas escuchas atentas, muchos poemas compartidos y sobre todo mucha complicidad. Espero que cuando tú lector de este Cuaderno de Palabras con
sabor a mar, estés pasando sus hojas, sientas, escuches, huelas y veas todo el mar de lecturas en el que nos hemos sumergido durante este año..
“Estoy mirando, oyendo... con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro al mundo” Pablo Neruda
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Trabajé el aire se lo entregué al viento: voló, se deshizo, se volvió silencio. Por el ancho mar, por los altos cielos, trabajé la nada, realicé el esfuerzo, perforé la luz ahondé el misterio. Para nada, ahora, para nada, luego; humo son mis obras, cenizas mis hechos. ...Y mi corazón que se queda en ellos. Ángel González
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Cerca del agua te quiero llevar, porque tu arrullo trascienda del mar. Cerca del agua te quiero tener, porque te aliente su vívido ser. Cerca del agua te quiero sentir, porque la espuma te enseñe a reír. Cerca del agua te quiero, mujer, ver, abarcar, fecundar, conocer. Cerca del agua perdida del mar, que no se puede perder ni encontrar. Miguel Hernández
¿Qué barco viene allá? ¿Es un farol o una estrella? ¿Qué barco viene allá? Es una linterna tan bella ¡y no se sabe adónde va! ¡Es Venus, es Venus la bella! ¿Es un alma o es una estrella? ¿Qué barco viene allá? Es una linterna tan bella... ¡y no se sabe adónde va! ¡Es Venus, es Venus, es Ella! Es un fanal y es una estrella que nos indica el más allá, y que el Amor sublime sella, y es tan misteriosa y tan bella, que ni en la noche deja la huella ¡y no se sabe adónde va! Rubén Darío
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Decía Gabriel García Márquez que recordar es fácil para el que tiene memoria; olvidarse es difícil para quien tiene corazón y nuestros corazones están tan llenos de ti que será imposible olvidarte. Nos embarga una enorme tristeza, pero en realidad esta tristeza mide el inmenso amor que te teníamos, porque no se sufre, no se siente la ausencia por alguien que no ha calado muy hondo en nuestra vida. Esto no es un adiós, es un hasta dentro de un ratico, cuando comencemos a compartir los momentos de nuestra vida en común, cuando tu imagen se haga presente en una palabra, en un gesto heredado…
Todos nos llevamos hoy, y guardaremos como un i de tu vida como privilegio, el haber sido parte hijos, nietos, hermanos, sobrinos, amigos… Ya eres libre en este mar cartagenero que tanto amaste, en este mar donde enseñaste a nadar a tus hijos y a algunos sobrinos, donde compartiste tantos veranos felices con tu gran amor. Este mar en su inmensidad nos devolverá tu imagen cada vez que lo miremos. Hasta siempre. 6
NECESITO del mar porque me enseña: no sé si aprendo música o conciencia: no sé si es ola sola o ser profundo o sólo ronca voz o deslumbrante suposición de peces y navios. El hecho es que hasta cuando estoy dormido de algún modo magnético circulo en la universidad del oleaje. No son sólo las conchas trituradas como si algún planeta tembloroso participara paulatina muerte, no, del fragmento reconstruyo el día, de una racha de sal la estalactita y de una cucharada el dios inmenso. Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire, incesante viento, agua y arena. Parece poco para el hombre joven que aquí llegó a vivir con sus incendios, y sin embargo el pulso que subía y bajaba a su abismo, el frío del azul que crepitaba, el desmoronamiento de la estrella, el tierno desplegarse de la ola despilfarrando nieve con la espuma, el poder quieto, allí, determinado como un trono de piedra en lo profundo, substituyó el recinto en que crecían tristeza terca, amontonando olvido, y cambió bruscamente mi existencia: di mi adhesión al puro movimiento. Pablo Neruda
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Quizás olvidaremos, pues siempre hay que olvidar pero escucha los remos, cantando sobre el mar. Bajo este cielo claro tu alma llega a la mía como la luz de un faro desde la lejanía. Así como la espuma pasará este momento nuestra ilusión se esfuma, como la espuma al viento. Pero en el alma sola si un gran amor la llena hay algo de la ola y hay algo de la arena. Náufrago de su espanto, piloto de su hastío el mar canta en su canto que ya tu amor es mío. Yo soy la vela rota que da al aire su vuelo, y tu eres la gaviota que va a estrenar su vuelo. Pero aún quedan futuros que yo desconocía en tus ojos oscuros donde nunca es de día. Aún hay algo postrero mas allá del olvido y en tu amor recupero todo lo que he perdido. Ni digo que te quedes, ni quiero que te vayas. Pues soy como las redes tendidas en las playas arroyo de ternuras hazme tuyo en lo mío llenando de agua pura mi cántaro vacío. Ya mi voz tiene un eco, ya mi voz no se pierde. Por eso el tronco seco retoña la hoja verde. Y así mi vida espera la gracia de un retoño como la primavera que ilumina un otoño. Por eso aunque olvidemos que siempre hay que olvidar oye cantar los remos sobre el dolor del mar. José Ángel Buesa
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Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra. Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento una vela! Rafael Alberti
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Mientras recorro las playas que no conozco
mientras escucho la endecha las voces de los hombres y mujeres náufragos mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian mientras el océano, tan misterioso se aproxima a mi cada vez más yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca un pudo de arena y hojas muertas y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio. Walt Whitman 10
Hermano, ésta es mi casa, entra en el mundo de flor marina y piedra constelada que levanté luchando en mi pobreza. Aquí nació el sonido en mi ventana como en una creciente caracola y luego estableció sus latitudes en mi desordenada geología. Pablo Neruda
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Ese mar que me saluda airoso ¡muy airoso! por las mañanas, con sus ojos azules o grises ojos, y esas pestañas... Mar, que rompes en la arena, orilla de la vida. Bravío mar sin penas... fuerte e inmenso, mirándote alegras el día. Eternas como tú, tus olas blancas. Suspiros y sollozos, se entierran en sus aguas... Trinidad García Valero
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Por la blanda arena que lame el mar Su pequeña huella no vuelve más Un sendero solo de pena y silencio llegó Hasta el agua profunda Un sendero solo de penas mudas llegó Hasta la espuma Sabe Dios que angustia te acompañó Que dolores viejos calló tu voz Para recostarte arrullada en el canto de las Caracolas marinas La canción que canta en el fondo oscuro del mar La caracola
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Pongo estos seis versos en mi botella al mar con el secreto designio de que algĂşn dĂa llegue a una playa casi desierta y un niĂąo la encuentre y la destape y en lugar de versos extraiga piedritas y socorros y alertas y caracoles. Mario Benedetti
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Mar adentro, mar adentro. Y en la ingravidez del fondo donde se cumplen los sueños se juntan dos voluntades para cumplir un deseo. Un beso enciende la vida con un relámpago y un trueno y en una metamorfosis mi cuerpo no es ya mi cuerpo, es como penetrar al centro del universo. El abrazo más pueril y el más puro de los besos hasta vernos reducidos en un único deseo. Tu mirada y mi mirada como un eco repitiendo, sin palabras ‘más adentro’, ‘más adentro’ hasta el más allá del todo por la sangre y por los huesos. Pero me despierto siempre y siempre quiero estar muerto, para seguir con mi boca enredada en tus cabellos. Ramón Sampedro
El mar, el mar y tú plural espejo, el mar de torso perezoso y lento nadando por el mar, del mar sediento: el mar que muere y nace en un reflejo. El mar y tú, su mar, el mar espejo: roca que escala el mar con paso lento, pilar de sal que abate el mar sediento, sed y vaivén y apenas un reflejo. De la suma de instantes en que creces, del círculo de imágenes del año, retengo un mes de espumas y de peces, y bajo cielos líquidos de estaño tu cuerpo que en la luz abre bahías al oscuro oleaje de los días. Octavio Paz 16
"Todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan". (Pablo Neruda)
"Todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, aromas, luz, metales, fueran peques barcos que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan". (Pablo Neruda) 17
L’HOMME ET LA MER. Charles Baudelaire Homme libre, toujours tu chériras la mer ! La mer est ton miroir ; tu contemples ton âme Dans le déroulement infini de sa lame, Et ton esprit n’est pas un gouffre moins amer. Tu te plais à plonger au sein de ton image; Tu l’embrasses des yeux et des bras, et ton cœur Se distrait quelquefois de sa propre rumeur Au bruit de cette plainte indomptable et sauvage. Vous êtes tous les deux ténébreux et discrets : Homme, nul n’a sondé le fond de tes abîmes; Ô mer, nul ne connaît tes richesses intimes, Tant vous êtes jaloux de garder vos secrets ! Et cependant voilà des siècles innombrables Que vous vous combattez sans pitié ni remord, Tellement vous aimez le carnage et la mort, Ô lutteurs éternels, ô frères implacables !
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O Captain my Captain! our fearful trip is done; The ship has weather’d every rack, the prize we sought is won; The port is near, the bells I hear, the people all exulting, While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring: But O heart! heart! heart! O the bleeding drops of red, Where on the deck my Captain lies, Fallen cold and dead. O Captain! my Captain! rise up and hear the bells; Rise up—for you the flag is flung—for you the bugle trills; For you bouquets and ribbon’d wreaths—for you the shores a-crowding; For you they call, the swaying mass, their eager faces turning; Here Captain! dear father! This arm beneath your head; It is some dream that on the deck, You’ve fallen cold and dead. My Captain does not answer, his lips are pale and still; My father does not feel my arm, he has no pulse nor will; The ship is anchor’d safe and sound, its voyage closed and done; From fearful trip, the victor ship, comes in with object won; Exult, O shores, and ring, O bells! But I, with mournful tread, Walk the deck my Captain lies, Fallen cold and dead. Walt Whitman
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Niña, me voy a la mar si no me llevas contigo, te olvidaré, capitán. En el puente de su barco quedó el capitán dormido ; durmió soñando con ella : ¡Si no me llevas contigo !... Cuando volvió de la mar trajo un papagayo verde. ¡te olvidaré, capitán ! Y otra vez la mar cruzó con su papagayo verde. ¡Capitán, ya te olvidó ! Antonio MACHADO Dime que sí, compañera, marinera, dime que sí. Dime que he de ver la mar, que en la mar he de quererte. Compañera, dime que sí. Dime que he de ver el viento, que en el viento he de quererte. Marinera, dime que sí. Dime que sí, compañera, dime, dime que sí. Rafael Alberti 20
Nada soy. Soy como la escama de un pez, en medio del mar y sin rumbo, como el grano de arena que el viento depositó en la montaña, como frescas gotas de rocío, caídos en un riachuelo, como suave perfume evaporado soy yo... nada.
Gigante ola que el viento riza y empuja en el mar, y rueda y pasa y se ignora qué playa buscando va. Gustavo Adolfo Bécquer
Sentado en estas rocas, mar, te escucho. No entiendo tus palabras pero adivino a ciegas que algo quieres decirme, mas no puedes llevarme a donde yo quisiera, ¡oh inmensidad sin centro! No te entiendo, madre-muerte, padre-amante, madreamor, ¿O eres tú la que no entiendes mi modo hermano de hablar? ¿Hasta cuando tengo que seguir esperando mi retorno a tu origen, madre natal? Gabriel Celaya 21
Alga quisiera ser, alga enredada, en lo más suave de tu pantorrilla. Soplo de brisa contra tu mejilla. Arena leve bajo tu pisada. Agua quisiera ser, agua salada cuando corres desnuda hacia la orilla. Sol recortando en sombra tu sencilla silueta virgen de recién bañada. Todo quisiera ser, indefinido, en torno a ti: paisaje, luz, ambiente, gaviota, cielo, nave, vela, viento… Caracola que acercas a tu oído, para poder reunir, tímidamente, con el rumor del mar, mi sentimiento. Ángel González
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Al andar se hace camino, y al volver la vista atrรกs se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar. Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar. Antonio Machado
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El horizonte es tu cuerpo, el horizonte es mi alma. Llego a tu fin: más arena. Llegas a mi fin: más agua. (Juan Ramón Jiménez. Eternidades)
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Gigante ola que el viento riza y empuja en el mar y rueda y pasa y se ignora qué playa buscando va. Eso soy yo que al acaso cruzo el mundo sin pensar de dónde vengo ni a dónde mis pasos me llevarán. Bécquer
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Sobrevolando las aguas navegaba el velero sobre la mar. ÂĄVelero! Gritaban los delfines. ÂĄVelero! Cantaban las ballenas guiando con su canto al velero en su remar. SoĂąaba el velero con surcar las aguas, las aguas del mar.
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¡Hola caracola! -¡Hola! -¿Cómo te llamas? -Manola. -¿Manola la caracola? -La misma. -¿Y vives sola? -Sola con la ola. -¿Y tú, cómo te llamas? -Yo me llamo niña. -¿Y qué comes? -Como piña. -¿Y a que sabe? -A ala de ave. -¡Uy qué rica, ponte el sombrero que el sol pica! -¡Adiós, caracola Voy a merendar escarola! -Adiós, princesa. ¡Dios te valga! Yo voy a merendar algo de alga. Y la niña se metió a su casa y la caracola se metió en su ola. GLORIA FUERTES
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Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa y escondido tras las cañas duerme mi primer amor, llevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya... y amontonado en tu arena guardo amor, juegos y penas. Yo,... que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno, que han vertido en ti cien pueblos de Algeciras a Estambul, para que pintes de azul sus largas noches de invierno. A fuerza de desventuras, tu alma es profunda y oscura. A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino... Soy cantor, soy embustero, me gusta el juego y el vino, Tengo alma de marinero... ¿Qué le voy a hacer?, si yo nací en el Mediterráneo.
Y te acercas y te vas después de besar mi aldea. Jugando con la marea te vas, pensando en volver, eres como una mujer perfumadita de brea que se añora y que se quiere que se conoce y se teme. ¡Ay... si un día para mi mal viene a buscarme la parca! Empujad al mar mi barca con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas. Y a mí enterradme sin duelo entre la playa y el cielo... En la ladera de un monte, más alto que el horizonte, quiero tener buena vista. Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos y amarillo a la genista... Cerca del mar. Porque yo nací en el Mediterráneo.
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«La mar, como la nombra la gente que la ama, como mujer. A veces los que la aman hablan mal de ella, pero siempre como si fuera mujer. El viejo siempre la veía como algo femenino, que concede o niega grandes favores; si hacia cosas malignas o tremendas era porque no lo podía evitar, la luna la afecta como si fuera mujer, pensaba» Ernest Hemingway. El viejo y el mar
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M.I. AYUNTAMIENTO DE CAUDETE