Reflexi贸n Hermanas de la Providencia
El Rey les contestará: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron.” Mateo 25, 40.
Solidaridad es el sentimiento que impulsa a actuar a una persona para ir en ayuda de otra o acompañarla en los momentos difíciles en que se encuentra, por ejemplo, en una catástrofe o luego de la pérdida de alguien querido. Chile se ha caracterizado por esto: la gente de nuestro país siempre ha tratado de ayudar en terremotos, incendios, inundaciones, en Navidad o durante la Teletón. Estas ayudas son muy valiosas, pero momentáneas. En algunos casos deberían ser más estables, porque la solidaridad es una actitud y una forma de vida. La solidaridad tiene un significado profundo y espiritual, ya que es la acción, el cuidado, la preocupación, el amor de Dios Padre Creador y Providente, especialmente por las personas. Él siempre tiene para con nosotr@s una actitud misericordiosa. El papa Juan Plablo II nos dijo que la misericordia es una forma más grande de amor, ya que no hace distinción de pecado, dolor o situaciones difíciles. El Padre siempre espera nuestro cambio,
nuestra conversión; la misericordia aparece como un amor salvador, deseoso de ayudar a levantar a quien está caíd@ y oprimid@. La misericordia se traduce en la lengua latina en la palabra compasión; por lo mismo, la confianza en la Providencia es tener confianza en el plan de amor compasivo y misericordioso de Dios, y en el poder que la ternura y fidelidad de dicha compasión y misericordia implican en el misterio de la compasión de Nuestra Madre de los Dolores, modelo de vida cristiana y ejemplo de confianza en la Providencia. En la historia de las Hermanas de la Providencia vemos reflejado vivo el espíritu de la solidaridad desde sus inicios, especialmente en las acciones de Madre Emilia, Madre Bernarda y Madre Joseph, quienes escucharon el llamado del Padre presente en el rostro de l@s más pobres y con caridad supieron dar forma a la obra de Dios. En Chile, se inició con la atención y cuidado de niñ@s huérfan@s y siempre al servicio de los requerimientos del momento,
creando diversos ministerios que hoy se expresan en obras educativas, sociales y parroquiales; transmitiendo así la evangelización con sello Providencia y entregando herramientas para que las personas sean más justas y solidarias. Un claro ejemplo diario y concreto de solidaridad es nuestro comedor Emilia Gamelin, en donde a herman@s en situación de calle se les da servicio de almuerzo, acogida y atención en necesidades materiales, junto a una evangelización que da esperanzas y dignidad a sus vidas. Les invitamos a reflexionar: · ¿Cómo vivo mi solidaridad? · ¿Estoy junto a otr@s que lo necesitan? · ¿Soy compasiv@ con personas que sufren los efectos de la drogadicción, la injusticia social, la soledad, la depresión, la marginación y tantos otros males?
Jesús, no tienes manos. Tienes sólo nuestras manos para construir un mundo donde reine la justicia. Jesús, no tienes pies. Tienes sólo nuestros pies para poner en marcha la libertad y el amor. Jesús, no tienes labios. Tienes sólo nuestros labios para anunciar al mundo la Buena Noticia de los pobres. Jesús, no tienes medios. Tienes sólo nuestra acción para lograr que todos seamos herman@s. Jesús, nosotr@s somos tu Evangelio, el único Evangelio que la gente puede leer, si nuestras vidas son obras y palabras eficaces. Jesús, danos tu amor y tu fuerza para proseguir tu causa y darte a conocer a todos cuantos podamos. HERMANAS DE LA PROVIDENCIA Provincia Bernarda Morin Chile / Argentina
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